Se extiende a Bélgica la rebelión dentro de la Iglesia Católica nacidaen Austria (2011-12-15)
La rebelión (o cisma) del“llamado a la desobediencia” de cientos de sacerdotes de Austria, se extiendeahora a Bélgica a partir de un manifiesto de laicos llamado “los creyentes sehacen escuchar”, que expresa, entre otras cosas: “Los laicos deben poderconvertirse en párrocos, dirigir las liturgias y predicar, y los hombrescasados y las mujeres deben tener acceso al sacerdocio”.
Este documento ya ha sidoapoyado por sacerdotes, con lo que el movimiento de Austria se extiende como lohabíamos escrito en Los sacerdotes cismáticos de Austria buscaninternacionalizar el “llamado a la desobediencia” [2011-11-26]
Son dos los temas que estándominando el debate al interior de la Iglesia belga. Por una parte, el escándalo delos abusos sexuales perpetrados por el clero; por otro, la propuesta de un grupo decatólicos que esperan la apertura del sacerdocio para hombres casados y paralas mujeres.
Una comisión independiente harevelado que sobre los abusos, tan soloentre enero y junio de este año hubo 475 denuncias; muy desestabilizador es el casodel obispo de Brujas, monseñor Roger Vangheluwe, que se vio obligado arenunciar después de haber admitido que había abusado de dos de sus sobrinos.
En cambio, el frente de los católicosrebeldes se extiende en Europa, con muchaspeticiones para reformar la Iglesia. Despues del “Llamado a la desobediencia”promovido en Ausria por cientos de párrocos, la agencia de prensa Adista indicaque algunos sacerdotes y algunos laicos flamencos están promoviendo, desde lasemana anterior al Adviento, un manifiesto titulado: “Los creyentes se hacenescuchar”; este manifiesto alcanzó 6 mil adhesiones tan solo en Bélgica elprimero de diciembre. “Los laicos –dice el manifiesto– deben poder convertirseen párrocos, dirigir las liturgias y predicar, y los hombres casados y lasmujeres deben tener acceso al sacerdocio”. Muchos y eminentes exponentes dela Iglesia belga se han sumado a la petición: IgnaceDewitte, Staf Nimmegeers y John Dekimpe, Roger Dillemans y Marc Vervenne, ambosex rectores de la Universidad católica de Lovaina, Paul Breyne, gobernador dela provincia de Flandes occidental desde 1997, Trees Dehaene y Agnes Pas, expresidente del Consejo pastoral interdiocesano.
En el manifiesto, escrito “en solidaridad con los creyentesaustriacos, irlandeses y de muchos otros países”, se pide que los líderes delas parroquias sean laicos competentes y calificados, que las funcioneseucarísticas se celebren incluso en ausencia de un sacerdote, que los laicospuedan predicar, que los divorciados que se han vuelto a casar puedan comulgary que, “lo antes posible, hombres casados y mujeres sean admitidos alsacerdocio”.
Los promotores invitan a loscreyentes que compartan sus preocupaciones a que suscriban el manifiesto,convencidos de que lo que piden puede tener “un amplio apoyo en todas nuestrasdiócesis” y que “si como creyentes tomamos la palabra, lo obispos escucharán yestarán listos para sacar adelante el diálogo sobre estas urgentes reformas”.Por otra parte, afirmó Dekimpe, losque firman “no son ‘contestatarios’. Son personas de fe que están alzando susvoces. Esperan que los obispos les escuchen”. Hay cierto miedo a la hora de encarar a los dirigentes de la Iglesia,dijo, “pero, ¿quiere decir que somos disidentes? Creo que no. La Iglesia belgaes un desastre, si no hacemos algo, el éxodo no se detendrá nunca. Quiero quelos obispos reflexionen de verdad y profundamente sobre el aumento deldescontento entre los creyentes”.
Por ahora no ha habidoreacciones oficiales de la Iglesia belga; no se han pronunciado ni monseñorAndré Joseph Léonard ni otros obispos. Según lo que indica la revista semanalestadounidense “National Catholic Reporter”, un obispo, que prefiere elanonimato, aplaudió la iniciativa. Unaevaluación positiva al respecto la expresó Jürgen Mettepenningen, ex portavoz de Léonard yteólogo de la Universidad de Lovaina. El periódicobelga “De Morgen” publicó algunas de sus declaraciones, entre las que destacala siguiente: “Si vuelvo a pensaren lo que he dicho y escrito en el pasado, solo puedo decir que el espíritu delmanifiesto es el mismo con el que he tratado de trabajar para que la Iglesiafuera más creíble: fiel a la fe”.