96.- EL INFIERNO I40 min read

EL INFIERNO REVELADO POR JESÚS

La vida no dura por estos pocos días de la Tierra. La vida comienza cuando parece que termina. Estas enseñanzas son una amarga medicina. Pero las medicinas salvan, cuando son aceptadas y tomadas. Satanás es el Eterno Atormentador que espera a los que se niegan a aceptarlas y obrar en consecuencia. Cada hombre es el Arquitecto de su propio destino…

La tribulación y la angustia son siempre compañeras del alma del hombre que hace el Mal. Aunque no lo parezca a los ojos de los demás hombres…  Quién es culpable no goza de aquella paz que es fruto de la buena conciencia. Las satisfacciones de la vida, cualesquiera que estas sean, no bastan para dar paz…

El monstruo del remordimiento asalta a los culpables con ataques imprevistos, en las horas más impensadas y los tortura. A veces sirve para hacerlos corregirse. Otras veces, para hacerlos más culpables, empujándolos a desconfiar de Dios; incitándolos a expulsarlo del todo de sí mismos.

Porque el Remordimiento puede venir tanto de Dios como de Satanás. EL Primero lo despierta para salvar. El segundo, para terminar de arruinar por Odio, por Desprecio, por Envidia…

La palabra Diablo, significa Acusador. Pero el hombre culpable que ya es de Satanás, no sabe que es su Tenebroso Rey quién lo tortura después de haberlo seducido, para convertirlo en su esclavo…

Y acusa solo a Dios del remordimiento que siente agitarse en él y busca demostrarse a sí mismo que no teme a Dios y que puede cancelarlo con el aumento de sus culpas sin miedo; con la misma malsana inquietud con la cual el bebedor, aún sabiendo que el vino le hace daño; aumenta su beber. Con el mismo frenesí con el cual el lujurioso aumenta su comida de asqueroso placer o quién usa drogas venenosas, aumenta la dosis de ellas para gozar más todavía de la carne y de las drogas estupefacientes. Todo esto con el intento de aturdirse; embriagarse de vino, de drogas, de lujuria; alelarse y no sentir más remordimiento.

Y los culpables, en el intento de sofocar la voz de su conciencia, bajo aquella de triunfos más o menos grandes y temporales; tratan de olvidar su inquietante angustia.

Pero la Angustia queda. La tribulación queda. Son las confesiones que un culpable no se hace ni siquiera a sí mismo o espera a hacerlas en el momento extremo; cuando se cae todo esto que es el escenario maquillado de una existencia llena de vanidad. Y el hombre se encuentra desnudo y solo, delante del Misterio de la Muerte y del encuentro con Dios. Y éstos últimos son ya casi buenos; aquellos que obtienen paz en la otra vida, después de la justa expiación.

A veces como para el Buen Ladrón, junto a al perfecto dolor del arrepentimiento, está la paz inmediata. Pero es muy difícil que los grandes ladrones se arrepientan. Y todo gran culpable es un gran ladrón, porque defrauda a Dios de un alma: la suya de culpable. Y de más almas todavía: aquellas que ha envuelto con sus pecados. Que a veces eran buenas e inocentes antes de su encuentro con ellas y por su causa se hicieron pecadoras. De éstas deberá responder más severamente todavía; aún más que de la suya, a la que ha defraudado de su Bien Eterno y junto con ella, la de las que indujo al Mal.

Es muy difícil que los grandes y obstinados ladrones, en el último momento alcancen el arrepentimiento perfecto que los salvaría. Con frecuencia pierden el último combate sin siquiera intentar luchar y tampoco llegan al arrepentimiento parcial. Satanás, el amo elegido voluntariamente, se los impide; con una muerte que los toma de improviso o porque rechazaron la salud y la Vida hasta el momento supremo.

Pero la tribulación y la angustia de la vida, no son más que una muestra mínima de la tribulación y la angustia de la otra vida, a la que se agregará la Desesperación. Porque el Infierno y la Condenación son horrores que también la exacta descripción de ellos, dadas por Dios Mismo, son siempre inferiores  a lo que verdaderamente son.

El hombre no puede, ni siquiera por descripción divina; concebir exactamente que cosa son la condenación y el Infierno.

Así como visiones y lecciones divinas de lo que es Dios, tampoco pueden darnos la alegría infinita del exacto conocimiento del eterno día de los justos en el Paraíso. Así igualmente, ni visiones, ni lecciones divinas pueden dar una muestra de Aquel Horror Infinito. Porque del conocimiento del éxtasis paradisíaco y la angustia infernal, a los vivientes sólo les es dado un reflejo muy limitado; pues conocerlos todos tal cual son en su realidad, harían morir de amor o de horror.

HE AQUÍ EL ESBOZO DADO POR DIOS A LA FE DE SUS HIJOS…

El Padre Celestial le confió a Jesús a toda la raza humana. Él se hizo hombre para redimir y salvar a todos los hijos de Adán. Y él quiere que donde Él está, en el Seno del Padre, estén todos los hombres. Esta sería su mayor alegría y su aspiración.

Jesús sabe lo que quiere decir estar separado de Dios. En la tarde del Viernes Santo, Él Murió entre tormentos que solo son comparables a los del Infierno. Y Él quiso tal muerte para salvar a los hombres de la Muerte.

Los hombres de estos tiempos no creen más en la existencia del Infierno. Se han adaptado un más allá a su gusto y lo han hecho menos aterrorizante para su conciencia merecedora de mucho castigo; pues son discípulos más o menos fieles del Espíritu del Mal. Saben que su conciencia retrocedería ante ciertas obras malas suyas, si realmente creyese en el infierno como la Fe enseña que es.

Saben que su conciencia y las malas obras realizadas tendrían que retroceder sobre sí mismas y en el remordimiento encontrarían el arrepentimiento. Y con el arrepentimiento, el camino para volver a Dios.

Su malicia instruida por Satanás, de la cual son siervos y esclavos según su adhesión a los quereres del Maligno, no quiere estos retrocesos y este retorno. Y por eso se anula la Fe en el Infierno tal cual es. Satanás, anula la creencia en el Infierno tal como es y construye otro, (si es que se decide a hacerlo) y esto no es más que para detenerlos; para arrojarse sobre ellos y para apoderarse de ellos. Y para los demás que no le adoran abiertamente, para detenerlos de futuras elevaciones.

Han empujado su pensamiento hasta creer sacrílegamente que el más grande de todos los pecadores de la Humanidad; hijo predilecto de Satanás; el Ladrón, como lo llama el Evangelio; que era concupiscente y ansioso de glorias humanas: el Iscariote, que por hambre de la Triple Concupiscencia, se convirtió en Mercader del Hijo de Dios y por treinta monedas y un beso, (Un valor monetario irrisorio y un valor afectivo infinito) lo entregó en manos de sus verdugos; pueda redimirse y llegar a Dios, pasando por fases sucesivas.

No. Si él fue el sacrílego por excelencia, Dios no lo es. Si él fue el injusto por excelencia, Dios no lo es. Si él fue el que derramó la Sangre de Jesús con desprecio, Dios no. Y Perdonar a Judas sería sacrilegio a la Humanidad de Jesús por él traicionada. Sería injusticia para los demás hombres, siempre menos culpables que él y que también son castigados por sus pecados. Sería despreciar por Él Mismo su Sangre. Sería finalmente disminuir las Leyes Divinas.

Dios Uno y Trino ha dicho que el que se destina a sí mismo al Infierno, permanece en él por toda la Eternidad; porque de aquella Muerte no se sale a una nueva resurrección. Ha dicho que aquel Fuego es Eterno y que en él permanecerán todos los obradores de escándalos y de iniquidad. No se debe creer que esto será hasta el Fin del Mundo. No. Al contrario. Después del Tremendo Juicio Final; más despiadada será aquella morada de llanto y tormento; porque esto que todavía se ha concedido tener a sus desgraciados Huéspedes para su infernal diversión: el poder perjudicar a los vivientes y ver nuevos condenados precipitarse en el Abismo; dejará de ser.

Y la puerta del Nefando reino de Satanás será remachada y clausurada por los ángeles para siempre, para siempre, para siempre. Un siempre cuyo número de años no tiene número.  Y respecto al cual si los años se convirtiesen en granillos de arena de todas las playas, en todos los océanos de la tierra; serían menos que un día de la eternidad inmensurable. Hecha de luz y gloria en las alturas para los benditos. Hecha de tinieblas y horror para los malditos en lo profundo.

En el Juicio Particular, la mirada de Jesús, ¡Qué fulgor es el relámpago de ofendido y doloroso enojo, cuando debe rechazar a los eternos impenitentes! ¡Qué terrible confusión experimenta el alma al comprender en un instante, el tremendo error que cometió! Está delante de sí toda su vida, con los pecados que han matado su espíritu…

El espíritu no conoce más que una muerte de la que no se resucita. Y el hombre impenitente contempla sin arrepentimiento lo que ha hecho: las gravísimas ofensas; las gracias recibidas; las oportunidades despreciadas; etc. Puede ver simultáneamente la Luz Purísima del Altísimo y el cadáver putrefacto, deforme y asqueroso, del alma muerta por el pecado.

Está ante el Bien perdido, que fue odiado como Enemigo.  Escarnecido o burlado. Negado como inútil e ilusorio… Quiso perderlo. No quiere sentir remordimiento y mira con orgullo al que sigue rechazando, por la ausencia absoluta de Amor.

Jesús permanece callado y el alma por sí misma se aparta de Él; siendo precipitada por el mismo deseo de lanzarse y desaparecer de la vista de Dios; para poder maldecirle y odiarle.

Satanás la arrastra consigo hasta el Abismo tenebroso del Infierno. Los Condenados forman parte del Infierno y no desean a Dios. El rechazo por Él los mantiene congelados en lo que voluntaria y libremente eligieron.

¿EN QUÉ CONSISTE LA CONDENACIÓN?

Todo lo creado por Dios ha sido hecho por Amor, con Amor, para amar en el Amor. Todos los seres creados por Dios, para ser felices deben amar.

A todo Condenado incluido Lucifer, Dios se retira de ellos y con Él, pierden la capacidad de amar. Pero no les quita la necesidad de ser amados.

Y este es el tormento de todos los Condenados: ¡Querer amar y no poder hacerlo!  ¡Ansiar desesperadamente a Dios sabiéndole perdido para siempre! ¡Comprender que no se volverá a tenerlo jamás, después de haberlo conocido plenamente en el Juicio Particular!  Y esto por toda la Eternidad.

EL INFIERNO ES EL FUEGO DEL RIGOR DE DIOS.

El Purgatorio es fuego de amor. Y el Infierno es fuego de rigor.

El Purgatorio es el lugar en el cual pensando en Dios, cuya Esencia fue vista en el instante del juicio particular y despertó en el alma el insaciable deseo de poseerla. Entonces se expían las faltas de amor por el Señor, Dios nuestro. A través del amor se conquista el Amor. Y por  grados de caridad cada vez más encendidos, se lavan las vestiduras hasta hacerlas cándidas y brillantes para entrar en el Reino de la Luz.

Si el Purgatorio es Fuego de Amor; el Infierno es Fuego de Rigor. El Infierno es el Lugar en el cual el pensamiento de Dios, el recuerdo de Dios visto en el Juicio Particular, no es como para los Purgantes: santo deseo y nostalgia afligida; pero plena de esperanza. Esperanza plena de tranquila espera; de segura paz que alcanzará la perfección cuando haya conquistado a Dios. Pero que ya va dando al espíritu que purga sus faltas, una jubilosa actividad purgativa; porque cada pena, cada instante de pena, le acerca más a Dios, su único amor.

El Infierno es el Reino Maldito en el que todos los espíritus se odian y se dañan mutuamente, presas de la desesperación. El recuerdo de Dios es remordimiento, es aversión, es condenación y odio.  Abismo de Tinieblas y de Odio: Odio hacia Dios; Odio hacia Satanás; Odio hacia los hombres; Odio hacia sí mismos.

ODIO HACIA DIOS.

Los condenados se agitan en la rabia del Bien Perdido. Y el alma tanto menos descanso siente  en su terrible tortura, cuanto más impíos fueron. Con Dolores solo comparables a los de Jesús en el Viernes Santo, el dolor más grande es la sed de maldecir al Creador. El alma imposibilitada para amar, se ve forzada a odiarle. Y cuanto más lo maldice, más aumenta esa sed. El hambre de amar las consume. El pensamiento de Dios y su recuerdo, es remordimiento y cólera, condenación y odio. Imposibilitados para alabarlo, lo blasfeman y lo maldicen.

ODIO HACIA SATANÁS.

Que los tortura en todas las formas, porque es su mísero botín, el que ha puesto a su alcance el poder desfogar el Odio que lo consume contra Aquel que Odia sobre todas las cosas: los condenados. Ellos ven la cruel realidad de su obstinada torpeza que los convirtió en sus esclavos por toda la eternidad. Después de haber adorado a Satanás en la vida, en lugar de a Dios, ahora que lo poseen y lo ven en su verdadero aspecto, que ya no está velado bajo el encanto sonriente de la carne; bajo el deslumbrante brillo del oro; bajo el poderoso signo de la supremacía; ahora lo odian porque es la causa de su tormento.

ODIO HACIA LOS HOMBRES.

Impulsado por la Envidia que los hace aborrecerlos y desear dañar a los vivientes. Gritando de alegría al ver precipitarse a nuevos condenados en el tenebroso horror de su Reino de Odio. Odio hacia los causantes de haber caído en aquel Abismo, propiciando las ocasiones que los hicieron pecar tan gravemente, para merecer semejante castigo. Después de haber olvidado su dignidad de hijos de Dios; adorando a los hombres hasta hacerse asesinos, ladrones, estafadores, mercaderes de inmundicias, por ellos. Encuentran además que sus amos por los cuales han matado, robado, estafado, vendido su propio honor y el honor de tantos infelices, débiles, indefensos. Haciéndose instrumentos de vicios que las bestias no conocen… por la Lujuria, atributo del hombre envenenado por Satanás. Sin poseer ya un cuerpo físico, se sienten arder en todos los fuegos de las pasiones humanas y sus miembros son torturados con más fuerza que si lo tuvieran; súper sensibles a sus necesidades, sin encontrar ningún alivio a su suplicio, porque son atizados por los demonios a los que sirvió en vida. Ahora los odian por ser la causa de su tormento.

ODIO HACIA SÍ MISMOS.

Por el recuerdo de los pecados cometidos que los impulsa a acusarse y a maldecirse al tenerlos siempre presentes; así como las oportunidades rechazadas para obtener la Salvación. Después de haberse adorado a sí mismos; dando a la carne, a la sangre, a los siete apetitos de su ‘yo’ todas las satisfacciones; pisoteando la Ley de Dios y de la moralidad; ahora se odian por ser la causa de su tormento.

ODIO Y DOLOR ETERNOS.

Llanto desesperado que hace rechinar los dientes de rabia. El alma muerta cruje en las llamas del Amor Agraviado, como aquellos cuerpos lanzados en una hoguera o un horno crematorio. Se retuerce y chirría como animada por un nuevo movimiento vital y se despierta para comprender su error. Y muere y renace a cada momento con sufrimientos atroces; porque el remordimiento la mata en una blasfemia y la muerte la vuelve a revivir para un nuevo tormento. Todo el Delito de haber traicionado a Dios, en el tiempo y en la Eternidad, está para su tormento presente y hace que su tortura sea más terrible. El Fuego del Infierno es de tal naturaleza, que un solo reflejo del mismo, emanado por un condenado, puede hacer que arda un tronco, se derritan los metales o haya una combustión instantánea.

La palabra ODIO, tapiza y palpita aquel reino inmenso; ruge en aquellas llamas; brama en las risotadas de los demonios; solloza y aúlla en los lamentos de los condenados. Suena, suena y resuena, como una eterna campana y martillo, que toca a rebato; retumba como un eterno cuerno pregonero de muerte, llenando de sí todos los rincones de aquella cárcel. Que es por sí misma un eterno suplicio, porque cada sonido suyo renueva el recuerdo del Amor Perdido para siempre; el remordimiento de haberlo querido perder y la  aflicción de no volverlo a ver nunca más.

El alma muerta entre aquellas llamas, como los cuerpos arrojados a la hoguera o en un horno crematorio, se contorsiona y grita como si estuviera animada por una energía vital y se despierta para comprender su error. Y muere y renace constantemente en medio de sufrimientos atroces; porque el remordimiento la mata con una blasfemia y la muerte la vuelve  a la vida para padecer un nuevo tormento. Todo el delito de haber traicionado a Dios en el tiempo terrenal, está frente al alma en la eternidad. Todo el error de haber rechazado a Dios en el tiempo, está presente para su tormento por toda la eternidad.

En el Fuego, las llamas simulan fantasmas de lo que adoraron en vida. Las pasiones se colorean en incandescentes pinceladas con los más apetitosos aspectos y rechinando, vociferan su recordatorio: “Has querido el fuego de las pasiones. Ahora tienes el Fuego Encendido por Dios, de cuyo Santo Fuego te has burlado.”

Fuego responde a fuego. En el Paraíso es Fuego de Amor Perfecto. En el Purgatorio es Fuego de Amor Purificador. En el Infierno es Fuego de Amor Ofendido. Porque los elegidos amaron a la perfección, el Amor se dona a ellos en su Perfección. Porque los Purgantes amaron tibiamente, el Amor se hace Flama, para llevarlos a la perfección. Porque los malditos ardieron en todos los fuegos menos en el de Dios, el Fuego de la Ira de Dios, los arde en eterno. Y en el Fuego está el Hielo, que también quema…

Así como no es posible describir el Paraíso con palabras humanas, así tampoco es posible describir el Infierno con palabras humanas. Hay que tomar todo cuanto es tormento del hombre sobre la Tierra: fuego, llamas, hielo, aguas que sumergen, hambre, sed, heridas, sueño, enfermedades, llagas, muerte y sumarlos, multiplicados millones de veces, con la tercera potencia aritmética. No tendremos más que un esbozo de aquella tremenda verdad. 

En el ardor insoportable estará mezclado el hielo sideral. Los condenados ardieron en todos los fuegos humanos, teniendo únicamente hielo espiritual para el Señor su Dios. Y el Hielo los espera para congelarlos después que el Fuego los haya sazonado como a los pescados puestos a asar sobre las brasas. Tormento en el tormento es este pasar del ardor que derrite al hielo que congela.

A todos estos tormentos hay que añadir,  EL TORMENTO SUPREMO:

LA CRUZ Y EL CALVARIO

La Cruz y el Calvario aceptados con amor en la Tierra, hacen que el Dolor sea mitigado por Jesús que convertido en el Divino Cireneo, los va dosificando conforme el alma lo soporta. Y su Amor hace que sean tan dulces, que el Dolor se llega a amar y se desea y se pide con amoroso anhelo. De esta forma el tormento se convierte en una gloria. Una alegría que es tormento y un tormento que es alegría.

La Cruz y el Calvario que se rehuyó en la Tierra, porque tibiamente se amó; se deben sufrir en el Purgatorio, con toda la crudeza del alma separada de Dios y la anhelante espera. Es un dolor cuyo tormento es el pensamiento de cuán preferible hubiese sido  sufrir en la Tierra todos los sufrimientos posibles, pero apoyados en Dios. Aquí el Dolor solamente lo mitigan las oraciones y los sufragios de la Iglesia Militante. El tormento es esperanza y anhelante espera, mientras aprenden solos a amar y alcanzan la perfección.

La Cruz y el Calvario en el Infierno; son una réplica exacta y completa, del vivido por Jesús. Y sin Él, el Infinito Dolor de la Condenación Eterna.

Así como como los justos en el Cielo van aumentando su perfección en la santidad y en el Amor; en el Infierno,  los condenados van aumentando su perfección en la Iniquidad y el Odio.

El alma es un cuerpo espiritual, con una sensibilidad más perfecta aún que el cuerpo físico. Y este no es un lenguaje metafórico, porque las almas gravadas con las culpas cometidas; tienen una sensibilidad más grande que la carne a la cual revistieron. Vosotros no sabéis y no creéis… Más en verdad os digo que os convendría más soportar todos los tormentos de mis mártires,  que una sola hora de esas torturas infernales.

La oscuridad será el tercer tormento. Oscuridad material y oscuridad espiritual. ¡Estar para siempre en las Tinieblas, después de haber visto la Luz que es el Paraíso! ¡Y estar en el abrazo de las Tinieblas; después de haber visto la Luz y el Amor que es Dios! ¡Combatir en aquel horror tenebroso que solamente se ilumina con el reflejo del espíritu ardiente y al nombre del pecado por el cual fueron confinados en aquel Horror! ¡No encontrar apoyo en este revuelo de espíritus que se odian y perjudican recíprocamente; fortaleciéndose sólo en la Desesperación que los enloquece y cada vez les hace más y más malditos! Nutrirse de ella, apoyarse en ella, matarse con ella.

Lo he dicho: la muerte nutrirá a la Muerte. La Desesperación es muerte y alimentará a estos muertos por toda la eternidad.

Y ved que os lo digo Yo que he creado ese Lugar, para los Ángeles Rebeldes. Cuando descendí a él, para sacar del Limbo a los que esperaban mi venida, sentí horror de ese Horror. Yo Dios, lo sentí… Yo Mismo…  Y si no hubiera sido porque lo que ha hecho Dios es inmutable por ser perfecto, habría intentado hacerlo menos atroz, porque Yo soy el Amor y ese lugar horroroso produjo un infinito dolor en Mí; por lo que significa para las almas que se han equivocado y eligieron no amarme…

¡Y vosotros queréis ir allí!
¡Oh hijos, reflexionad sobre esto que os digo!

A los enfermos se les da una amarga medicina; a los cancerosos se les cauteriza y cercena el mal. Ésta es para vosotros, enfermos y cancerosos, medicina y cauterio de cirujano.

No la rechacéis. Usadla para sanaros.

La vida no dura estos pocos días terrenos. La vida comienza cuando os parece que termina y ya no acaba más.

Haced que para vosotros la vida se deslice donde la luz y el júbilo de Dios embellecen la eternidad y NO donde Satanás es el eterno Torturador”.

29. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.30. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.(Mateo 5, 29 y 30)

La Palabra de Dios es inequívoca y firme:

EL INFIERNO EXISTE…

Los humanos conscientes de su realidad espiritual, en la antigüedad le dieron diferentes nombres, según su cultura: Para los paganos antiguos, lo llamaron Hades o Inframundo.

El Pueblo de Dios, los hebreos del Antiguo Testamento; le llamaban Gehenna o Sheol.

Sheol. Pero exactamente,  ¿Qué es lo que para ellos significa este lugar?

  • Es un lugar de inconsciencia donde      van buenos y malos. (Ec      9:4,5,6,9:10)
  • Los que están en el Sheol no alaban      ni mencionan a Dios. (Salmos 6:4-5)
  • No significa un estado de      separación de Dios. (Salmos 139:7-8)
  • Dios puede sacar del Sheol a las      personas que se encuentren allí. (Job 14:12-15)

Por todas las Escrituras inspiradas se asocia continuamente al She’ol con la muerte y con la vida. (1Samuel 2:6) (2Samuel 22:6) (Salmos 18:4-5,49:7-10,14-15,88:2-6,89:48); (Isa 28:15-18) compárese también (Salmos 116:3,7-10); (2Corintios 4:13-14). Se habla del She’ol como una “tierra de oscuridad” (Job 10:21) y un lugar de silencio. (Salmos 115:17). Parece ser que Abel fue el primero en ir allí.

En el día del Pentecostés de 33 E.C., el apóstol Simón Pedro citó del (Salmos 16:10) y lo aplicó a Cristo. Cuando Lucas citó las palabras de Pedro, utilizó la palabra griega hái•dēs, mostrando con ello que el Sheol y el Hades se refieren a la misma cosa, la sepultura común de la humanidad. (Hechos 2:25-27) (Hechos 2:29-32). Durante el reinado de mil años de Jesucristo, el Sheol o Hades será vaciado y destruído, ya que se resucitará a todos los que se hallen en él. Esta será la segunda muerte. (Apocalipsis 20:13-14)

Para los cristianos instruidos por el Espíritu Santo, el Sheol es el Seno de Abraham o Limbo. Para entender plenamente su significado es necesario conocer la manera en que está constituido el Reino de Satanás.

Igual que en el Cielo y el Purgatorio, hay diferentes niveles. En el Cielo, el Paraíso Terrenal sería el vestíbulo y por lo tanto, algo similar es el Limbo en el Infierno.

¿Cómo es el Limbo y quienes están en él?

Con la palabra “Limbo” se designa el lugar o estado de las almas de los que mueren con el pecado original.

Por la Gracia de Dios, algunos testigos fidedignos lo han conocido y nos relatan las experiencias vividas.

Santa Faustina Kowalska cuenta en su Diario:

“He visto cómo salían de una especie de abismo barroso almas de pequeños niños y otros más grandecitos como de nueve años. Estas almas eran repugnantes y horribles, semejantes a los monstruos más espantosos, a cadáveres en descomposición. Pero esos cadáveres estaban vivos y atestiguaban en voz alta contra un alma agonizante” (Cuaderno 5, Nº 177 del 12-5-1935).  Esta alma contra la que atestiguan era el mariscal José Pilsudski, que había muerto ese día y cuyo juicio ante Dios fue muy severo.

Quizás esos niños sufrieron las consecuencias de la violencia del mariscal en medio de la guerra. No lo sabemos, pero atestiguan contra él como testigos de sus pecados. Felizmente para él dice Santa Faustina, la intercesión de la Virgen lo salvó.

Podemos preguntarnos: ¿Por qué las almas de esos niños, que pensamos que son puros e inocentes, son tan repugnantes y horribles?  Porque un alma sin Dios, como lo es el alma de un niño muerto sin bautismo (Es criatura de Dios; pero NO es templo de Dios consagrado por el Bautismo) está en tinieblas, sin luz y sin belleza. Mientras que el alma de un niño bautizado es más bella que todas las bellezas humanas; pues al desaparecer la mancha del Pecado Original, es como si apenas hubiera salido de las Manos Divinas.

Para conocer la condición de estas almitas, es muy interesante leer el Acta “Passio SS. Perpetuae et Felicitatis” escrito en el encarcelamiento. Sobre el martirio de estas dos santas del Norte de África, ocurrido en Cartago el año 203 a los pocos días de haberse bautizado Santa Perpetua (tenía apenas 22 años y criaba un niño de pecho, que era su hijo) donde ella misma nos habla de su  hermano Dinócrates, de apenas 7 años, que había muerto de un cáncer en la cara:

“Al cabo de unos días, estando todos en oración, súbitamente en medio de ella, se me escapó la voz y nombré a Dinócrates. Yo me quedé estupefacta de que nunca me hubiera venido a la mente, sino entonces y sentí pena al recordar cómo había muerto. Y me di inmediatamente cuenta de que yo era digna y que tenía obligación de rogar por él. Y empecé a hacer mucha oración por él y a gemir ante el Señor. Seguidamente, aquella misma noche se me mostró la siguiente visión.

Vi a Dinócrates, que salía de un lugar tenebroso, donde había también otros muchos, sofocado de calor y sediento, con vestido sucio y color pálido. Llevaba en la cara la herida de cuando murió. Este Dinócrates había sido hermano mío carnal, de siete años de edad, muerto tristemente de cáncer en la cara, enfermedad que infunde terror a todo el mundo. Por él hacía yo oración. Entre mí y él había una gran distancia, de manera que nos era imposible acercarnos el uno al otro. Además, en el mismo lugar en que estaba Dinócrates, había una piscina llena de agua, pero con brocal más alto que la estatura del niño. Dinócrates se estiraba como si quisiera beber. Yo sentía pena de que, por una parte, aquella piscina estaba llena de agua y, sin embargo, por la altura del brocal, no podía beber mi hermano.

Entonces, me desperté y me di cuenta de que mi hermano se hallaba en pena. Pero yo tenía confianza de que había de aliviarle de ella y no cesaba de orar por él todos los días, hasta que fuimos trasladados a la cárcel castrense, pues en espectáculo castrense teníamos que combatir con las fieras. E hice oración por él, gimiendo y llorando día y noche, a fin de que por intercesión mía fuera perdonado.

El día que permanecimos en el cepo, tuve la siguiente visión. Vi el lugar que había visto antes y a Dinócrates limpio de cuerpo, bien vestido y refrigerado y donde tuvo la herida vi sólo una cicatriz. Y la piscina que viera antes, había abajado el brocal hasta el ombligo del niño. Éste sacaba de ella agua sin cesar. Sobre el brocal había una copa de oro llena de agua y se acercó Dinócrates y empezó a beber de ella. La copa no se agotaba nunca. Y saciada su sed se retiró del agua y se puso a jugar gozoso a la manera de los niños. Y me desperté. Entonces, entendí que mi hermano había pasado la pena”.

De acuerdo con este testimonio, los muertos con el Pecado Original conservan en su cuerpo espiritual todos los defectos y enfermedades que sufrieron físicamente, durante su permanencia en el mundo…  Esto explicaría en parte la Santa Ira del Padre Celestial, contra los culpables por los Abortos Provocados en la actualidad: ¿Cómo estarán sufriendo en Limbo, los inocentes masacrados y desmembrados, con los violentísimos sistemas de exterminio usados contra ellos, por una sociedad insensible y cruel?…  Sólo la caridad y las oraciones de la Iglesia Militante pueden reparar y llevar al Cielo a estas pobres almitas inocentes; a quienes se les ha condenado a vivir destruidos en el Limbo, después de negárseles el don de la vida.

Todos los hombres somos creaturas del mismo Dios.

En el Limbo también están todos los que al morir no son cristianos y por lo tanto desconocen la Doctrina Revelada por Jesucristo, el Redentor. La Infinita Misericordia de Dios, espera de nosotros los cristianos; que al orar por todos los habitantes del Limbo o Sheol, los llevemos al Reino de la Luz.

Jesús baja a los Infiernos y al Purgatorio

Visión de Ana Catalina Emmerich

Symbolum Apostolorum

Latín

Credo in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et   terrae, et in Iesum Christum, Filium Eius unicum, Dominum nostrum, qui   conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio   Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, descendit   ad ínferos, tertia die   resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris   omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos. Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam   catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis   resurrectionem, vitam aeternam. Amen.

Español

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo,   su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y   gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el   poder de Poncio Pilato; fue crucificado,   muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al   tercer día resucitó de entre los muertos; y subió a   los cielos; está sentado a la derecha del Padre, y desde allí ha de venir a juzgar   a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la Comunión de los Santos, el perdón de   los pecados,   la resurrección de la carne y la vida   eterna. Amén

  • Descendió a los infiernos: «Como Hombre, su Cuerpo murió.      Pero siendo el Primogénito Viviente de los vivientes: Dios Vivo, con su      alma y su espíritu vivos; porque el Pecado jamás lo tocó y Es la Sabiduría      y la Gracia mismas…  Y como ser      espiritual que era,fue y predicó a los      espíritus que estaban presos».

18. “Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. 19. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, 20. en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua;21. a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo, 22. que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios, y le están sometidos los Angeles, las Dominaciones y las Potestades. (1 Pedro 3, 18-22)    

Cuando Jesús, dando un grito, expiró, yo vi su alma celestial como una forma luminosa penetrar en la tierra, al pie de la cruz. Muchos ángeles, entre los cuales estaba Gabriel, la acompañaban.

Vi su divinidad unida con su alma pero también con su cuerpo suspendido en la cruz. No puedo expresar cómo era esto, aunque lo vi claramente en mi espíritu.

El sitio adonde el alma de Jesús se había dirigido, estaba dividido en tres partes. Eran como tres mundos y sentí que tenían forma redonda, cada uno de ellos separado del otro por un hemisferio.

Delante del limbo había un lugar más claro y hermoso; en él vi entrar las almas libres del purgatorio antes de ser conducidas al cielo. La parte del limbo donde estaban los que esperaban la redención, estaba rodeado de una esfera parda y nebulosa y dividido en muchos círculos.

Nuestro Señor, rodeado por un resplandeciente halo de luz; era llevado por los ángeles por en medio de dos círculos: en el de la izquierda estaban los patriarcas anteriores a Abraham. En el de la derecha, las almas de los que habían vivido desde Abraham hasta san Juan Bautista.

Al pasar Jesús entre ellos no lo reconocieron; pero todo se llenó de gozo y esperanza… Y fue como si aquellos lugares estrechos se expandieran con sentimientos de dicha.

Jesús pasó entre ellos como un soplo de aire; como una brillante luz; como el refrescante rocío. Con la rapidez de un viento impetuoso llegó hasta el lugar cubierto de niebla, donde estaban Adán y Eva; les habló y ellos lo adoraron con un gozo indecible y acompañaron a Nuestro Señor al círculo de la izquierda: el de los patriarcas anteriores a Abraham. Este lugar era una especie de purgatorio.

Entre ellos había malos espíritus que atormentaban e inquietaban el alma de algunos. El lugar estaba cerrado pero los ángeles dijeron: «Abrid estas puertas.» Cuando Jesús triunfante entró; los espíritus diabólicos se fueron de entre las almas llenas de sobresalto y temor.  

Jesús, acompañado de los ángeles y de las almas libertadas, entró en el Seno de Abraham.

Este lugar me pareció más elevado que las partes anteriores y sólo puedo comparar lo que sentí, con el paso de una iglesia subterránea a una iglesia superior. Allí se hallaban todos los santos israelitas. En aquel lugar no había malos espíritus. Una alegría y una felicidad indecibles entraron entonces en estas almas, que alabaron y adoraron al Redentor. Algunos de éstos fueron a quienes Jesús mandó volver sobre la tierra y retomar sus cuerpos mortales para dar testimonio de Él…  

50. Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu. 51. En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.52. Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron. 53. Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. (Mateo 27, 50-53)

Este momento coincidió con aquel en que tantos muertos se aparecieron en Jerusalén. Después vi a Jesús con su séquito entrar en una esfera más profunda: una especie de Purgatorio también; donde se hallaban paganos piadosos que habían tenido un presentimiento de la verdad y la habían deseado. Vi también a Jesús atravesar como libertador, muchos lugares donde había almas encerradas. Hasta que finalmente, lo vi acercarse con expresión grave al centro del abismo.

El infierno se me apareció bajo la forma de un edificio inmenso, tenebroso; cerrado con enormes puertas negras con muchas cerraduras. Un aullido de horror se elevaba sin cesar desde detrás de ellas. ¿Quién podría describir el tremendo estallido con que esas puertas se abrieron ante Jesús? ¿Quién podría transmitir la infinita tristeza de los rostros de los espíritus de aquel lugar?

La Jerusalén celestial se me aparece siempre como una ciudad donde las moradas de los bienaventurados tienen forma de palacios y de jardines llenos de flores y de frutos maravillosos. El infierno lo veo en cambio como un lugar donde todo tiene por principio la ira eterna, la discordia y la desesperación, prisiones y cavernas, desiertos y lagos llenos de todo lo que puede provocar en las almas el extremo horror, la eterna e ilimitada desolación de los condenados. Todas las raíces de la corrupción y del terror producen en el infierno el dolor y el suplicio que les corresponde en las más horribles formas imaginables.

Cada condenado tiene siempre presente este pensamiento: que los tormentos a que está entregado son consecuencia de su crimen, pues todo lo que se ve y se siente en este lugar no es más que la esencia, la pavorosa forma interior del pecado descubierto por Dios Todopoderoso.

Cuando los ángeles con una tremenda explosión, echaron las puertas abajo; se elevó del infierno un mar de imprecaciones, de injurias, de aullidos y de lamentos. Todos los allí condenados tuvieron que reconocer y adorar a Jesús y éste fue el mayor de sus suplicios. En medio del infierno había un abismo de tinieblas al que Lucifer encadenado, fue arrojado.  Y negros vapores se extendieron sobre él. Es de todos sabido que será liberado durante algún tiempo, cincuenta o sesenta años antes del año 2000 de Cristo.

 Las fechas de otros acontecimientos fueron también fijadas, pero no las recuerdo; pero sí que algunos demonios serán liberados antes que Lucifer, para tentar a los hombres y servir de instrumento de la divina venganza.

Vi multitudes innumerables de almas de redimidos elevarse desde el Purgatorio y el Limbo detrás del alma de Jesús, hasta un lugar de delicias debajo de la Jerusalén celestial.

Vi a Nuestro Señor en varios sitios a la vez, santificando y liberando toda la creación. En todas partes los malos espíritus huían delante de Él y se precipitaban en el Abismo. Vi también su alma en diferentes sitios de la tierra. La vi aparecer en el interior del sepulcro de Adán debajo del Gólgota, en las tumbas de los profetas y con David; a todos ellos revelaba los más profundos misterios y les mostraba cómo en Él se habían cumplido todas las profecías.

Esto es lo poco de que puedo recordar sobre el descendimiento de Jesús al Limbo y a los Infiernos y la libertad de las almas de los justos. Pero además de este acontecimiento, Nuestro Señor desplegó ante mí su eterna misericordia y los inmensos dones que derrama sobre aquellos que creen en Él.

El descendimiento de Jesús a los infiernos es la plantación de un árbol de gracia destinado a las almas que padecen…  La redención continua de estas almas, es el fruto producido por este árbol en el jardín espiritual de la Iglesia en todo tiempo. La Iglesia Triunfante debe cuidar este árbol y recoger los frutos para entregárselos a la Iglesia Militante que no puede recogerlos por sí misma…  

Cuando en el día del Juicio Final llegue el dueño del árbol nos pedirá cuenta y no sólo de ese árbol, sino de todos los frutos producidos en todo el jardín.

¿CÓMO ES EL INFIERNO?

Es un lugar sobre el que los sacerdotes no predican más, porque dicen que la gente se asusta o se burla.  Si siguen creyendo en él, menudo favor hacen a los fieles al:

NO RECORDARLES QUE EXISTE…  

QUE NO ESTÁ VACÍO…  

Y QUE ES PARA SIEMPRE.

TESTIMONIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA (Religiosa polaca canonizada en el año 2000)

Según un fragmento del relato de su diario:

“Hoy he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de grandes tormentos, ¡Qué espantosamente grande es su extensión!

Los tipos de tormentos que he visto:

El primer tormento que constituye el infierno, es la perdida de Dios.

 El segundo, el continuo y eterno remordimiento de conciencia.

 El tercero, es que la condición y aquel destino no cambiarán  jamás.

 El cuarto tormento, es el fuego que penetra al alma sin destruirla. Es un sufrimiento terrible,  ya que es un fuego completamente espiritual, encendido por la ira divina.

 El quinto tormento, es la oscuridad permanente. Un horrible y sofocante olor. Y a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros. Ven todos el mal de los demás y el suyo propio.  

El sexto tormento, es la compañía constante de Satanás.

El séptimo tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las maldiciones y las blasfemias.

Estos son los tormentos que todos los condenados padecen juntos, pero esto no  es el extremo de los sufrimientos.

Hay torturas especiales destinadas para cada alma en  particular.

Éstos son los tormentos de los sentidos. Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la forma en que ha pecado.

Hay cavernas y horribles calabozos; abismos de tormento donde una forma de agonía difiere de otra.  Habría muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. El pecador debe saber que será torturado por toda la eternidad, en esos mismos sentidos que suele usar para pecar…

Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay ningún infierno o que nadie ha estado allí y que por lo tanto nadie puede decir cómo es. Yo, Sor Faustina por orden de Dios; he visitado los Abismos del Infierno para que pudiera hablar a las almas sobre él y para testificar sobre su existencia…

Los demonios estaban llenos de odio hacia mí; pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios. Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi. Pero noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que no creyeron que hay un infierno.

Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aún más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Y suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos.

Oh mi Jesús, preferiría estar en agonía hasta el fin del mundo, entre los mayores sufrimientos, antes que ofenderte con el menor de los pecados”.

Sí. El infierno existe y no está vacío. Quien lo sabe mejor que nadie, es Satanás.

Nuestra Madre Santísima dijo santa Faustina:

“Yo dí al mundo el Salvador  y tú debes hablar al mundo de su Gran Misericordia…  Y preparar al mundo para su Segunda Venida. Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día. Establecido está ya. Es el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras aún sea el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tu callas, en aquel día tremendo responderás por un gran número de almas.”

Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe. Los demonios me tenían un gran odio, pero por orden de Dios tuvieron que obedecerme. Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto.

He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están, son las que no creían que el infierno existe.

                       

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA

4 comentarios

  1. Yo conosca la Iglesia Catolica, y amo a los catolicos, por que son mi projimo, pero ya no soy catolico, ahora soy protestante por que la misma biblia dice que entre Dios y los hombre hay un solo mediador y hay de aquel que le agrege o le quite a la palabra de Dios, si la virgen Maria puede oirnos y vernos pero no hacer nada ante una violacion o crimen infantil, y solamente rogar por nosotros, donde Dios la puso seria un tormento al no poder hacer algo y solo ser espectadora, el cielo no seria cielo para una mujer que fue tan pura y Dios seria un ser sin sentimientos para tener a Maria en esa posicion. La verdad que donde esta Maria y todos los Santos como dice el Apostol Pablo, ellos duermen en el Senor, no tienen comunicacion con nosotros, y esta creencia es contra Jesus que dijo: nadie va al Padre si no por mi, y la Biblia dice: si aun un Angel del cielo predicare otro mensaje este es mentiroso o anatema, que fuerte verdad, los sacerdotes catolicos tendran que rendir cuenta por este mensaje que no esta en la biblia. Jesus dijo: todo aquello que no tenga fundamento en su palabra caera y cuando rindamos cuenta a Dios y el nos dice: donde esta escrito lo que has creido, que diremos » yo escuche o me lo contaron o el curita me dijo que etc etc. Dios ayude a los catolicos a tener fundada su fe en la palabra de Dios y no en mandamientos de hombres. estoy abierto a tener conversacion sin deseos de herir u ofender, solo hablar con la verdad en la biblia amen.

    1. Amado hermanito en Cristo Jesús:
      Te ruego que nos perdones, porque por una falla en nuestro equipo tu comentario quedó no se dónde y ahora que estamos haciendo limpieza, apareció. Realmente ni siquiera se que decir… Excepto que si tu bondad y caballerosidad, pueden perdonarnos y aceptar nuestra respuesta.
      Tal vez Dios nuestro Señor permitió que nos sucediera algo tan bochornoso, porque Él mismo te dará su respuesta con los acontecimientos sucedidos en la última semana y los últimos post publicados a partir del 14 de febrero de 2013…
      También te anexo la copia de un email que acabamos de enviar a otro hermanito nuestro AL QUE LE HICIMOS UNA INVITACIÓN…
      Con la renuncia del Papa Benedicto XVI empieza el Calvario de la Iglesia. Creo que también es importante que sepas de las instrucciones que nuestro Señor y la Virgencita están dando, en el cumplimiento de las Profecías del Profeta Daniel (9) y el Apocalipsis de San Juan. En tu Oración personal, pide al Espíritu Santo el Don del Discernimiento y sé que su amor te lo dará… Jesús ama a TODOS SUS HIJOS y no quiere perder ninguno.
      Te invitamos a que leas los últimos post y según lo que decidas, estamos a tus órdenes… También te adjunto un Boletín que recibimos de Grecia. Vassula es una profeta y apóstol de la Iglesia Ortodoxa. Jesús está uniendo a sus ovejitas y desea ayudarnos.
      Espero no haberte molestado. Nuestra intención es compartir con todos nuestros hermanos en Cristo, las bendiciones y la protección que el amor celestial nos brinda.
      No pretendemos volverte católico, nuestro único deseo es alcanzarles la protección de la Mujer Vestida de Sol y aminorar vuestro sufrimiento, con los consuelos que nosotros estamos recibiendo. También disponemos de algunos mensajes recibidos especialmente, para vosotros que se han separado de la Iglesia Católica. Si deseas conocerlos, por favor ponte en contacto con nosotros.
      En espera de tu respuesta y de tu perdón, deseamos que la Paz y la Bendición de nuestro Señor Jesucristo, los fortalezca. Amén

  2. mi correo para recibir comentarios o hablar del tema es Juanmoya_777@hotmail.com Dios les bendiga y me ayude Dios a mostrar la verdad escrita en su Biblia y me guarde de mentirle o querer enganar a alguien u ofender.

  3. yo voy a la iglesia catolica porque dios quiso sacrificar a su hijo para salvarnos porque nos hizo a imagen y semejanza de el

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