146.- EL BUEN PASTOR17 min read

Puerta-Herodes-Entrada-Flores-rosetones_PREIMA20120304_0040_11

Jesús entra en la ciudad por la Puerta de Herodes. La atraviesa dirigiéndose al suburbio de Ofel.

Iscariote pregunta:

–                       ¿Vamos al Templo?

Jesús contesta:

–                       Me detendré sólo el tiempo necesario para orar.

–                       Te entretendrán.

–                       No. Entraremos por las puertas del Norte y saldremos por las del Sur. De modo que no tendrán tiempo para hacerme ningún mal. A no ser haya detrás de mi espalda, quién me vigile y lo diga.

Nadie replica y Jesús sigue hacia el Templo, que se ve fantasmal a la luz verde amarillenta de un amanecer plomizo. Pues ya se acerca el tiempo invernal y el sol trata de abrirse paso, a través de la espesa niebla.

El alegre amanecer no es más que un reflejo con matices de verde plomizo que hacen ver al Templo, aún más lúgubre.

Jesús lo mira fijamente al ir hacia la muralla. Mira las caras de los viajeros envueltos en sus mantos, caminando en silencio un poco inclinados para defenderse del viento frío de la mañana. Algunos saludan al Maestro sin detenerse.  La hora y el clima helado, ayudan a Jesús a andar sin obstáculos.

Llegan a la muralla. Entran al recinto del Templo. Caminan al Atrio de los Israelitas. Oran. Mientras el sonido de las trompetas de plata, anuncia algo importante. El olor del incienso es muy fuerte.

Purificación+del+Templo

Los cambistas y vendedores que son los primeros que acuden al Templo, porque trabajan en él, también son los primeros en darse cuenta de su Presencia. Nunca olvidarán la forma en que lo conocieron…  Su sorpresa es tal, que no saben qué hacer…

Y dicen con admiración:

–                       ¡Ha regresado!

–                       No fue a Galilea como decían.

–                       ¿Dónde se habrá escondido, que no lo encontraron?

–                       Quiere desafiarlos.

–                       ¡Qué necio!

–                       ¡Qué Santo!

Y así, según el corazón de cada quién.

Jesús sale fuera del Templo y baja por el camino que lleva a Ofel. En el cruce de una calle se encuentra con el ciego que hace poco curó, cargado con cestos de olorosas manzanas. Bartolmai va muy alegre, chanceándose con otros jóvenes que también van cargados, pero en dirección contraria.

Tal vez para el joven que nunca ha visto el rostro de Jesús, el encuentro hubiera pasado inadvertido. Pero Jesús conoce su cara y su nombre…

Y lo llama:

–                    Bartolmai…

Bartolmai se vuelve y mira interrogante al hombre alto y majestuoso, pese a su humilde vestidura, que lo llama por su nombre y le ordena:

–                       Ven aquí.

El joven se acerca sin poner en el suelo su carga. Mira a Jesús, pensando que quiere comprarle manzanas…

Basket-with-apples_1920x1200

Bartolmai le dice:

–                       Mi amo ya las vendió. Pero todavía tengo, si quieres. Son bellas y sabrosas. Llegaron ayer de las huertas de Sarón. Si compras muchas, podrás obtener un descuento, porque…

Jesús sonríe levantando su mano, para indicar al joven que no hable tanto.

Y le dice:

–                       No te he llamado porque quiera comprar manzanas. Sino para alegrarme contigo y bendecir contigo al Altísimo, que tuvo misericordia de ti…

Bartolmai pone en el suelo su cesto de manzanas y exclama:

–                       ¡Es verdad! A cada momento lo hago. Porque veo la luz y porque puedo trabajar, ayudando de este modo a mis padres. He encontrado un buen patrón. No es hebreo, pero es bueno. Los hebreos no me quisieron… porque saben que me han echado fuera de la sinagoga.

–                       ¿Te echaron fuera? ¿Por qué? ¿Qué hiciste?

–                       Yo nada. Te lo aseguro. El Señor lo hizo. En sábado me hizo encontrar a ese Hombre que dicen que es el Mesías y él me curó, como puedes ver. Me dio unos ojos nuevos. Por esto me echaron fuera.

bartimeo2 (2)

Jesús sonríe de manera enigmática y dice para probarlo:

–                       Entonces el que te curó, no te hizo un buen favor del todo.

Bartolmai protesta:

–                       No hables así. ¡Blasfemas! Primero Él me demostró que Dios me ama, pues me dio la vista. Tú no sabes qué cosa es realmente ‘ver’ porque siempre has visto. Pero quien nunca ha visto… ¡Oh!… Significa… Con la vista se tienen todas las cosas. Te aseguro que cuando vi allí en Siloé. Me eché a reír y a llorar, pero de alegría, ¡Eh! Lloré como nunca había llorado en mi desventura. Porque comprendí cuán grande había sido ella y cuán Bueno conmigo el Altísimo. Ahora puedo ganarme la vida y con un trabajo honrado. Y además… espero poder encontrar al hombre que dicen que es el Mesías y al discípulo suyo que me…

Eustache_Le_Sueur_003

–                       ¿Y qué harías?

–                       Lo bendeciría. A Él y a su discípulo. Y diría al Maestro que ha venido de Dios, le rogaría que me tomare por su siervo…

–                       ¿Cómo? Por su causa estás condenado al Anatema. Difícilmente encontraste trabajo. Todavía se te puede castigar y ¿Quieres estar a su servicio? ¿No sabes que se persigue a todos los que siguen Al que te curó?

–                       ¡Lo sé! Se dice entre nosotros que Él es el Hijo de Dios. Aun cuando los de allá arriba…  -señala al Templo…

James_Tissot_Pharisees-elquias

                            No quieren que se diga esto. ¿Y por servirle, no vale la pena dejar todo?

–                       ¿Crees pues en el Hijo de Dios y que está en Palestina?

–                       Creo. Quisiera conocerlo para creer en Él, no solo por lo que sé; sino con todo mi ser. Si sabes quién sea y donde se encuentre, dímelo. Para ir a donde está, verlo, creer completamente en Él y servirlo.

–                       Lo has visto ya. Y no hay necesidad de que vayas a donde está. El que en estos momentos te habla y ves, es el Hijo de Dios.

Jesús hace algo insólito… Se ha transfigurado haciéndose bellísimo… Y resplandeciente como está en el Cielo, para premiar al humilde joven  y confirmarlo en su Fe.

1sag-cor

Y Bartolmai contempla por un instante la gloria de Dios. Es Dios. Con todo el  poder y el esplendor, de Dios Todopoderoso. ¡Jesús es Dios…!

Bartolmai cae en tierra, adorándolo.

jesus-hijo-de-dios

Jesús le dice:

–                       Levántate. He venido al Mundo para traer la Luz, para que conozcan a Dios. Y para probar a los hombres y juzgarlos. Este tiempo en que estoy, es para escoger, elegir, seleccionar. He venido para que los puros de corazón e intención; los que prefieren las riquezas espirituales a las materiales, porque las saben valorar, encuentren lo que su corazón anhela. Y los que eran ciegos vean y crean. Y conozcan a Dios.  Y los que creen ver se cieguen.

Lo interrumpen algunos Fariseos que han llegado por la calle principal y se han acercado sin hacer ruido, por detrás de los apóstoles.

Con reproche le dicen:

–                       Entonces odias a la mayor parte de los hombres y no eres bueno, como afirmas serlo. Si lo fueras tratarías de que todos viesen y que el que ve no se cegase.

Jesús se vuelve y los mira. ¡Ya no tiene la belleza de Transfigurado!

Los mira con dureza. Fijamente, con sus ojos de zafiro. Ve a sus seguidores y su voz ya no tiene la nota de alegría, que la hace más hermosa todavía.

jesus1

Como si fuera de bronce con tono seco y cortante, dice enérgico:

–                       Yo no Soy el que no quiero que vean la Verdad a los que actualmente la combaten. Sino que son ellos los que levantan obstáculos ante sus ojos para no ver. Se hacen ciegos por su propia voluntad. El Padre me ha enviado para que con esta división se sepa los que son los hijos de la Luz y los hijos de las Tinieblas. Los primeros son los que quieren ver y oír y los segundos, los que por su voluntad, quieren ser ciegos y sordos.

–                       ¿Acaso nos encontramos entre estos ciegos?

–                       Si lo fuerais y trataseis de ver, no tendríais ninguna culpa. Pero la tenéis porque decís: ‘nosotros vemos’ Y no queréis ver. Vuestro pecado queda porque no tratáis e ver, pese a que seáis ciegos.

–                       ¿Y qué debemos ver?

–                       El Camino. La Verdad y la   Vida. Yo Soy el Buen Pastor. Mis ovejas me conocen…

JESUS APACIENTA UNA OVEJA, ESTILO CLASI, CON VARIOS COLORES

     …El Mesías no es rey de pueblos, sino de corazones. El Mesías será Rey del Mundo. Rey de reyes. Y su Reino no tendrá límites, ni fronteras. Tanto en el tiempo como en el espacio. Abrid los ojos y aceptad la Verdad.

–                       No hemos entendido nada de lo que deliras. Dices palabras sin sentido. Habla y responde sin parábolas, ¿Eres o no, el Mesías?

Jesús responde en un larguísimo discurso que afirma la Naturaleza y la Doctrina de Jesús.

Copia-de-CIMG3441

Al terminar, dice a Bartolmai, que no se ha movido de su lugar con sus cestas de olorosas manzanas.

–                       Te has olvidado de todo por Mí… Ahora te van a castigar y perderás tu trabajo. ¿Lo ves? Siempre te acarreo algún dolor. Por causa mía, perdiste la sinagoga y ahora perderás al amo…

Bartolmai contesta decidido:

–                       ¿Y qué me importa todo esto, si te tengo a Ti? Para mí, sólo vales Tú. Si me lo permites, dejo todo por seguirte. Permite solo que lleve esta fruta a quién la compró. Y luego estoy contigo.

Jesús contesta:

–                       Vamos juntos. Luego iremos a ver a tu padre, porque lo tienes todavía y debes honrarlo pidiéndole su bendición.

–                       Sí, Señor. todo lo que quieras. Pero enséñame, porque no sé nada. Ni siquiera leer y escribir, porque era ciego.

–                       No te preocupes por esto. La buena voluntad será tu escuela.

Y se encaminan hacia la calle principal, mientras que la multitud discute:

–                       ¿Es Jesús de Nazareth un poseído del Demonio o un Santo?

No se ponen de acuerdo.

Mientras tanto, Jesús se aleja…

Más tarde,  cuando se encuentra con los discípulos pastores: Leví, José, Matías y Juan. Les confía a Bartolmai el nuevo discípulo.

jesus-sana-5

Esto sucede cerca de Bethania.

Después que se van dice a sus apóstoles:

–                       Ahora vamos a esperar aquí a Judas de Simón.

Varios dicen sorprendidos:

–                       ¡Ah! ¡Te diste cuenta de que se fue! Creíamos que no te habías fijado en ello. Había mucha gente y has estado hablando siempre. Primero con el joven, luego con los pastores y…

–                       Lo noté desde el momento en que se fue. Nada se me oculta… Por esto entré en las casas amigas y les dije que enviasen a Judas a Bethania, si es que me buscaba…

Tadeo refunfuña entre dientes:

–                       Dios quiera que no.

Jesús lo mira, pero aparenta no dar importancia a sus palabras.

Al ver que todos son del mismo parecer que Tadeo,  pues sus caras hablan mejor que sus palabras, dice:

–                       Nos hará bien descansar en espera de su regreso. Nos hace falta. Luego iremos a Tecua y a Jericó. Hace frío, pese al sol.

Pedro dice con un cierto tono:

–                       Vamos pues.

Tomás pregunta:

–                       ¿No estás contento de ir a casa de Lázaro?

–                       Lo estoy.

–                       Lo dices de tal manera…

–                       No lo digo por Lázaro, sino por Judas.

Jesús le advierte:

–                       Eres un pecador, Pedro.

1JP

Pedro pregunta encolerizado:

–                       Los soy. Pero él, Judas de Keriot que se va… ¡Es un descarado! ¡Un tormento!  ¿O acaso no?

–                       Sí. Pero si él lo es; no debes serlo tú. Ninguno de nosotros debe serlo. Acordaos de que Dios nos pedirá cuentas. Porque antes que a vosotros, a Mí me lo ha confiado. Y nos pedirá cuenta de lo que hicimos por redimirlo.

Tadeo pregunta:

–                       ¿Y crees que lo lograrás hermano? No puedo creerlo. Si creo que conozcas lo pasado, lo presente, lo futuro… Y por esto no puedes engañarte respecto a él. Y es mejor que no diga lo demás…

–                       El saber callar es una gran virtud. Pero ten en cuenta que prever el futuro de un corazón, no libra a nadie de perseverar hasta el fin, para arrancar a un corazón de la ruina. Muchas veces Dios acepta el sacrificio de un corazón que se sobrepone a la náusea que experimenta. A sus antipatías y rencores, aún justificados; para sacar a un alma del pantano en que está sumergido. Muchas veces Dios espera que una creatura, haga un sacrificio; diga una plegaria, para firmar o no la condenación de un alma. Jamás es tarde para buscar y esperar salvar a un alma. Las pruebas os las daré. Aún en el umbral mismo de la muerte…

Nadie replica.

JesusDiscipulosB

Dos semanas después…

Se oyen las fuertes voces de los apóstoles. Se oyen todas, menos la del discípulo rebelde.

Jesús escucha y suspira… Han emprendido de nuevo el camino. Once caras pensativas en torno al rostro triste de Jesús, que camina adelante. Detrás, los once apóstoles silenciosos, taciturnos, conversando con ellos mismos.

Los dos últimos son Tomás que parece sumergido en la contemplación de una ramita de sauce, cuyas hojas han caído, una detrás de la otra. Y Judas Tadeo, que mira fijamente hacia delante… Y luego, como si se hubieran puesto de acuerdo, intercambian una mirada llena de tristeza y de bondad.

Tomás dice:

–                       Así es amigo. ¡Así es!

Tadeo confirma:

–                       Así es. Sufro mucho, también porque es mi pariente.

–                       Comprendo. En tu corazón hay aflicción porque lo amas. Pero en el mío hay un remordimiento que me atormenta. Y es peor aún…

–                       ¿Un remordimiento tuyo? Jamás has tenido motivo de ello. Eres bueno y fiel. Jesús está contento contigo. Y nosotros no hemos recibido de ti, ningún escándalo. ¿Qué razón hay para que tengas remordimiento?

–                       Un recuerdo. El recuerdo del día en que decidí seguir al nuevo Rabí, que se había dejado ver en el Templo… Mientras arrojaba con gran majestad a los mercaderes del primer patio…

1jsinagoga

Judas y yo estábamos cerca. Él había dejado su grupo, pues era discípulo de Sadoc, el escriba de Oro. Y estábamos juntos. Admiramos el gesto y las palabras del Maestro. Se decidió que lo buscaríamos…

Yo estaba más decidido que Judas y casi lo arrastré.  Él se oponía. Pero… Mi remordimiento, es haber insistido en que viniera. Le traje a Jesús un dolor continuo. Yo sabía que muchos querían a Judas y pensé que podía ser útil. Fui un necio, igual que todos los demás, que piensan en un rey superior a David y a Salomón. Pero siempre un rey.

Jesus_echa_a_los_mercaderes_del_templo

Un Rey como él dice que jamás lo será. Había luchado porque entre sus discípulos estuviese éste, que podía serle de ayuda.  Así lo esperé…  Pero ahora comprendo y cada vez mejor, el recto modo de obrar de Jesús; que no quiso recibirlo inmediatamente. Más bien, hasta le prohibió que lo buscase. ¡Un remordimiento, te lo aseguro! ¡Oh! ¡Un Remordimiento! ¡Judas no es bueno!

–                         No lo es. Pero no debes crearte remordimientos. No lo hiciste por malicia y por lo tanto no hay culpa. Te lo aseguro.

–                       ¿De veras? ¿O lo dices por consolarme?

–                       Lo digo porque es la verdad. No pienses más en el pasado, Tomás. No puedes borrarlo.

–                       ¡Dices bien! ¡Pero mira! Si por causa mía, el Maestro sufriese algo… Tengo en el corazón ansias y sospechas…  Hago mal,  porque juzgo al compañero y no con caridad. Soy un pecador porque debería creer las palabras del Maestro… Excusa a Judas… Tú… ¿Crees a tu hermano?

–                       En todo, menos en esto. Pero no te aflijas, todos pensamos lo mismo. También Pedro que se muere de dolor, se esfuerza en pensar siempre bien de él. Jesús ve la necesidad de intentarlo todo para que se haga bueno.

–                       ¿No crees que desde ahora, sirve ya a dos patrones?

dinero

–                       Esto es seguro.

–                       ¿No crees que se incline por los más numerosos y llegue a hacer un gran daño al Maestro?

–                       No. No lo amo a él… Pero no puedo pensar que… Judas es un convenenciero. Pero…

Los dos se dan cuenta de que han venido caminando muy despacio y se han separado de sus compañeros.

Y corren ligero para alcanzarlos…

Jesús pregunta:

–                       ¿De qué veníais hablando?

Los dos se miran. ¿Confesar?…  ¿No hacerlo?…

Gana la sinceridad y dicen al mismo tiempo:

–                       ¡¡De Judas!!

Jesús contesta:

–                       Lo sabía. Pero quise conocer vuestra sinceridad. Me hubierais causado un dolor, si hubieseis mentido… No volváis a hacerlo. Yo os digo que dejéis de pensar en él. Y que os preocupéis de su espíritu. Lo animal que hay en él… Su monstruo, no debe llamar vuestra atención y vuestros juicios.

fotozoantropo

 Amadlo. Amad con compasión y con fuerza su corazón. ¿No sabéis que aprendéis más por medio de Judas, que de cualquier otra persona? Encontraréis muchos Judas de Keriot en vuestro ministerio apostólico. Para ser maestros y aprender, debéis pasar por esta escuela…

Él con sus defectos os muestra lo que es el hombre. Yo os muestro lo que debería ser el hombre. Vosotros, conociendo bien a uno y a otro; deberéis de tratar que el primero se cambie en el segundo. Que mi paciencia sea vuestra norma.

Mateo dice:

–                       Señor. fui un gran pecador y no cabe duda de que seré un ejemplo. Pero yo quisiera que Judas, que no es un pecador como yo lo fui; fuese un convertido, como  lo soy.  ¿Es soberbia decirlo?

–                       No Mateo, no lo es. Das honor a dos verdades al decirlo. La primera es que lo que suele decirse: ‘La buena voluntad del hombre, obra milagros.’ Es real. La segunda es que Dios te ha amado infinitamente y te eligió porque conocía tu capacidad de heroísmo. Eres el fruto de dos fuerzas: tu voluntad y el amor de Dios. Pongo en primer lugar tu voluntad; porque sin ella, vano habría sido el amor de Dios. Vano, inerte…

jesus-mateo

Santiago de Alfeo pregunta:

–                       ¿Y no podría Dios convertir sin nuestra voluntad?

–                       Sí. Pero siempre sería necesaria la voluntad del hombre para persistir en la conversión que milagrosamente se obtuvo.

Felipe dice impetuoso:

–                       En Judas nunca ha existido, ni existe esta voluntad. Ni siquiera antes de conocerte. Ni ahora…

Unos ríen y otros se callan apesadumbrados.

Jesús es el único que defiende al apóstol ausente:

–                       ¡No digáis eso! ¡La tuvo y la tiene! Pero la mala ley de la carne se sobrepone a ella en determinados momentos… Es un enfermo. Un pobre hermano enfermo. Haced con vuestro hermano espiritualmente débil; lo que haríais con un hermano carnal enfermo.

werewolf_ws_ln

No diré ni una sola palabra de reproche. No sois más que Yo. Vuestro amor perseverante será el reproche más fuerte, que podáis hacerle y contra el que no podrá reaccionar. Dejaré en Tecua a Mateo y a Felipe, para que esperen a Judas. El primero que se acuerde de que fue un pecador y el segundo de que es padre…

Los dos contestan al mismo tiempo:

–                       Sí Maestro.

–                       Lo recordaremos.

Jesús agrega:

–                       Si todavía no nos hubiera alcanzado, dejaré en Jericó a Andrés y a Juan.  Y que se acuerden ellos que no todos han recibido de Dios, los mismos dones…  

jesus_predica

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, CONOCELA

Deja un comentario

Descubre más desde cronicadeunatraicion

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo