182.- EL CADÁVER DEL TEMPLO15 min read

1admanases

Al día siguiente…

Las paredes blancas de las casas de Jericó y sus palmeras, se recortan contra un cielo intensamente azul. Junto a un bosquecillo de tamariscos, encuentran a un grupo de discípulos, capitaneados por Mannaém.

Lo saludan y le dicen que lo han estado esperando.

Mannaém promete a Jesús:

–                       He venido con éstos y no te dejaré, hasta que no te vea a salvo en casa de Lázaro.

Tadeo pregunta:

–                       ¿Por qué? ¿Hay algún peligro?

–                       Estáis en Judea… sabéis lo del decreto y que lo odian. Todo puede temerse. –Mannaém se vuelve a Jesús-  Traje conmigo a los más valientes, porque supuse que si no te habían aprehendido, pasarías por aquí. Muestro arrojo varonil unido a nuestro amor de discípulos. Hará que te respeten.

Jesús mira a aquel grupo de hombres vigorosos, en la flor de la edad y dispuestos a todo, por defenderlo. Y una sonrisa triste y llena de amor, se dibujó en sus labios.

Luego preguntó:

–                       Vámonos. ¿No hay nadie con las mujeres en casa de Nique?

Mannaém responde:

–                        Los pastores. Jonathás no está porque espera a Juana en el palacio de Jerusalén. Tus discípulos han aumentado muchísimo. Ayer había unos quinientos, esperándote en Jericó. Y los siervos se lo comunicaron a Herodes…

1herodes

Él no supo qué hacer, si temblar de miedo o tomar partido contra Ti. El recuerdo de Juan lo obsesiona y ya no se atreve a levantar la mano contra algún profeta…

Pedro se frota las manos con alegría mientras exclama:

–                       ¡Eso está bien! ¡Él no te hará nada!

Jesús replica:

–                       Pero es el que menos vale. Es un ídolo que cualquiera puede mover a su antojo y quién lo tiene en su mano, puede manejarlo.

Bartolomé pregunta:

–                       ¿Y quién lo tiene? ¿Acaso Pilatos?

Mannaém responde:

–                       Pilatos para hacer algo, no tiene necesidad de Herodes. Éste no es más que un siervo y los poderosos no piden ayuda a sus criados.

Bartolomé insiste:

–                       ¿Entonces quién?

De entre el grupo de Mannaém…

Juan el sacerdote responde con aplomo:

–                       El Templo.

–                       Pero a los ojos del Templo, Herodes es un anatema. Su pecado… -objeta Bartolomé.

Mannaém replica con desprecio:

–                       Eres un ingenuo pese a tu saber y a tus años. ¡Oh, Bartolomé! ¿No sabes que el Templo sabe pasar por alto muchas cosas, con tal de conseguir sus objetivos? Por eso no es digno de seguir existiendo.

1mannaem (3)

Bartolomé advierte severo:

–                       Tú eres israelita. No debes hablar así. El Templo es siempre nuestro Templo.

El escriba Yoel replica:

–                       No. El Templo es un Cadáver de lo que fue.

Mannaém confirma con franqueza:

–                       Y un cadáver se convierte en carroña insoportable, cuando hace días que murió. Por eso Dios ha mandado al Templo Vivo… Para que pudiéramos postrarnos ante el Señor, sin ser una pantomima inmunda.

Uno de los suyos, murmura a Mannaém:

–                       ¡Cállate!

–                       ¿Y por qué debo callarme si así habla mi corazón? ¿Crees que mis palabras pueden causar daño al Maestro? Si así fuere me callaría. No por otra razón. Aun cuando me condenaren, tendré valor para decir: “Esto es lo que pienso y no castiguéis a otros, sino a mí.”

Esteban exclama con ímpetu:

–                       Aunque Mannaém tiene razón. No hay que seguir callando por miedo. Es hora de  que cada uno tome su lugar en pro o en contra… Y que diga lo que tiene en su corazón. Yo pienso como tú, hermano en Jesús. Y si esto pudiere acarrearnos la muerte, moriremos juntos, confesando una vez más la verdad.

1coro levitas

Bartolomé exhorta:

–                       ¡Sed prudentes! ¡Sedlo! El Templo es siempre el Templo. Tendrá deficiencias pues no es perfecto, pero es… Después de Dios, no hay personas más dignas, ni fuerza mayor que la del Sumo Sacerdote y el Sanedrín… Representan a Dios. Debemos ver lo que representan, no lo que son. ¿Me equivoco, Maestro?

Jesús responde:

–                       No te equivocas. En cada institución hay que reconocer su origen. En este caso es el Eterno Padre quién ha establecido el Templo y las jerarquías. Los ritos y la autoridad de los hombres destinados a representarlo. Es necesario dejar que el Padre sentencie.

Él sabe cómo y cuándo intervenir; como proveer para que la corrupción que se va extendiendo, no corrompa a todos y hagan que duden de Él. Todo exceso es siempre dañino; tanto para el que lo realiza, como para el que tiene que soportarlo. Las denuncias no las harán los hijos de la Luz, porque es obra de las Tinieblas.

1sacerdote

El sacerdote Juan se arrodilla y toma la mano de Jesús diciendo:

–                       Eres bueno, Maestro. Demasiado tarde te he conocido, ¡Oh, Palabra de  Dios! Pero todavía hay tiempo para amarte como mereces; aunque no para servirte cómo habría deseado; como ahora quisiera hacerlo.

–                       Nunca es tarde para la Hora de Dios. Llega al momento justo y da tiempo para servir a la Verdad, cuanto la voluntad quiere.

Han llegado a Jericó. La gente se desborda gritando hosannas a Jesús. Y le dicen que Herodes ya escapó a Jerusalén.

Mannaém confirma:

–                       Es verdad. Se fue por la noche, a escondidas. Tiene miedo.

Jesús se detiene diciendo:

–                       ¡Paz, paz! Quién me quiera oír, que vaya a Jerusalén. Soy un peregrino como vosotros. Hablaré en la Casa del Padre.

Zaqueo y todos sus amigos, junto con los pastores, corren al encuentro de Jesús. Se postran y le abren, mientras pasa bendiciendo. Llegan a la casa de Nique.

Al día siguiente…

Jesús está sentado sobre un montón de heno, bajo el ardiente sol. Está solo y absorto en Sí Mismo. Un grupo de judíos que ha venido a buscarlo y lo espera bajo la sombra de unos árboles, conversa con los apóstoles.

1jmed

Un hombre dice con preocupación:

–                       ¡Le va a hacer daño seguir así! Y nosotros no podemos retrasarnos más…

Judas responde:

–                       Está bien. Iré a decir que os queréis ir.

–                       No. ¡No es así! Quisiéramos estar en Ensemes, antes del anochecer. Porque los montes de Adomín son muy inseguros…

Judas se va sonriendo con ironía. Con esa sonrisa extraña que se ha vuelto tan habitual en él, en los últimos meses y que es tan desagradable de soportar.

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Se inclina hacia el Maestro:

–                       Dicen que es porque te puede hacer mal el sol, pero la verdad es que a ellos les puede acarrear daño los ser vistos. Los judíos quieren despedirse de Ti.

Jesús se levanta.

–                       Voy. Pensaba… Tienen razón.

Judas rezonga:

–                       Todos, menos yo…

Jesús lo mira y no dice nada.

Va hacia donde lo esperan y dice a los judíos:

–                       Ya os había dicho que os podíais ir. No hablaré, sino en Jerusalén.

–                       Es verdad. Pero queremos hablarte en privado. ¿Es posible?…

Judas amonesta con una sonrisa viperina:

–            Dales gusto. Tienen miedo de nosotros. O de mí, para ser más exactos y francos.

El hombre responde con vehemencia:

–                       No tenemos miedo de nadie. Si lo hubiésemos tenido, hubiéramos buscado otros medios. No todos los que viven en Palestina, son unos cobardes. Somos descendientes de los héroes de David y si todavía no eres un esclavo o un vil, debes respetar de donde procedemos.

1josue

Venimos a honrar al Hijo de David y a darle un consejo. Porque Él es grande. Pero aún con su grandeza puede tener necesidad de un amigo, en las horas decisivas de su vida.

–                       Nosotros somos sus amigos. Los somos desde hace tres años, cuando nosotros…

El otro interrumpe a Judas:

–                       No lo conocíamos. Muchas veces hemos sido engañados con falsos Mesías, para dar crédito a cualquier cuento. Pero los últimos sucesos han sido luz para nosotros. Sus obras son de Dios y afirmamos que Él es el Hijo de Dios.

–                       ¿Y pensáis que tenga necesidad de vosotros?

–                       Como Hijo de Dios, no. Pero como Hombre, sí. Él ha venido para ser el Hombre. Y el hombre tiene necesidad de los hombres, sus hermanos. Por otra parte, ¿Por qué tienes miedo? ¿No quieres que nos hable? Te lo preguntamos.

–                       ¿Yoo? Hablad. Hablad. Él escucha con más gusto a los pecadores que a los justos.

1Jesus -Zaqueo

Jesús interviene:

–                       ¡Judas! ¡Creía que tales, palabras debían parecerte fuego en tus labios! ¿Cómo te atreves a juzgar cuando tu maestro no lo hace?  Está dicho: “Si vuestros pecados fueren rojos como la púrpura; quedarán blancos como la nieve…” 

–                       Pero Tú ignoras que entre éstos…

–                       ¡Cállate! Hablad vosotros…

–                       ¡Señor! lo sabemos. La acusación contra Ti está lanzada. Se te acusa de violar la Ley y el sábado. De amar más a los de Samaría que a nosotros. De defender a publicanos y a prostitutas. De recurrir a Belcebú y a otras fuerzas misteriosas, como la Magia Negra. De odiar al Templo y de querer su destrucción. De…

1jdem

Jesús exclama.

–                       ¡Basta! Cualquiera puede acusar, pero probar la acusación es difícil…

–                       Sin embargo ellos tienen quién las sostiene. ¿Crees que haya algunos rectos en el Templo?

–                       Os responderé con las palabras de Job. Que fue un símbolo del hombre que padece como Yo: “Lejos de mí que piense que todos sois rectos. Pero hasta el último momento sostendré que soy Inocente. No renunciaré a mi derecho de justificarme, porque mi corazón no me reprocha nada de lo que yo haya hecho.” Ved. Todo Israel puede testimoniar que Yo he enseñado siempre el respeto a la Ley. Aún más; he perfeccionado la obediencia a la Ley y los Sábados no han sido violados por Mí… ¿Qué quieres decir? ¡Habla! Has hecho un gesto y después te has retenido… ¡Habla!

1hebreo

Otro miembro del grupo dice:

–                       Señor. en la última reunión del Sanedrín, se leyó una acusación contra Ti. Llegó de Samaría, de Efraím donde estabas y decía que cada vez se comprobaba más, que violabas el sábado y…

–                       Una vez más te responde con Job: “¿Y qué esperanza tiene el hipócrita si roba por Avaricia y Dios no libra su alma?” Éste infeliz que finge externamente una cara y por debajo en su corazón lleva otra y quiere cometer el mayor robo aprovechándose de mis bienes; camina ya por el sendero del Infierno.

Y en vano esperará dinero y honras. En vano creerá subir donde Yo quise, para no traicionar el Decreto Santo. ¿Qué otra cosa haremos por él, sino rogar?

–                       Sin embargo el Sanedrín se burló de Ti diciendo: ‘¡Éste es el amor que le tienen los samaritanos! Lo acusan para congraciarse con nosotros.

–                       ¿Estáis seguro de que fue una mano samaritana, la que escribió esas palabras?

–                       No. Pero Samaría se portó dura contigo, hace poco…

1_-abraham-

–                       Porque los enviados del Sanedrín la soliviantaron y azuzaron con falsos consejos; suscitando esperanzas que tuve que tronchar. Por otra parte, se debe decir de Efraím; como de Judá y de cualquier otro lugar, lo que se dice del corazón del hombre; que olvida los beneficios y se doblega ante las amenazas: “Vuestra rectitud es como el rocío, que desaparece bajo los rayos solares.” Pero esto no prueba que los samaritanos sean los acusadores del Inocente. Un amor equivocado los hizo enfurecer contra Mí. Es amor de quién delira. ¿Qué otra cosa prueba la preferencia por los samaritanos?

–                       Se te acusa de que los amas tanto, que dices: “Escucha Israel…” en lugar de decir: “Escucha Judá…”   Y que no puedes reprender a Judá…

–                       ¿De veras? ¿La sabiduría de los rabinos es así de vana? ¿No soy acaso el Retoño de Justicia salido de David, por el que como dice Jeremías, Judá será salvado? El profeta prevé que Judá, sobre todo Judá; tendrá necesidad de salvación. ¿Acaso se equivocó el profeta? ¿Estaba ebrio?

1jeremias212

No de otra cosa más que de penitencia; porque para acusarme a Mí, alguien tendrá que sostener que Jeremías era un hombre dado a la bebida. Y sin embargo él dice que el Retoño de David salvará a Judá y se sentará sobre el torno de Israel. Y éste será un gran favor. Así pues, el que me ha enviado y que me ha dado las dos varas, despedazará ambas para que los crueles no alcancen gracia; para que el flagelo no venga del Cielo sino del mundo.

Y no hay flagelo más duro que hombres mismos. Así sucederá. ¡Oh, así! Yo seré golpeado y los dos tercios de ovejas serán dispersados. Solo un tercio… ¡Siempre solo un tercio! Se salvará y perseverará hasta el fin. Este tercio atravesará por el fuego, por el que Yo atravesé primero y se purificará…

1Andres

Y será probado como se acrisolan la plata y el oro. Y se le dirá: ‘Tú eres mi Pueblo y él me dirá Tú eres mi Señor.’

Y habrá quien ponga en la balanza treinta monedas, el precio vergonzoso de la víctima. Esas treinta monedas no podrán regresar de donde salieron, porque las mismas piedras gritarán aterrorizadas al verlas, empapadas de la Sangre del Inocente.

Del sudor que derramará el que se sentirá presa de una horrible desesperación. Mondas que servirán como está escrito, para comprar de los esclavos de Babilonia el Campo de los Extranjeros. ¡El Campo para los Extranjeros! ¿Sabéis quiénes son? ¡Los de Judea e Israel! Quienes pronto, en los siglos y siglos carecerán de Patria.

1gueto

Y ni siquiera el suelo que antes los cobijó, los acogerá.  Los vomitará aun cuando estén muertos, porque ellos rechazaron la Vida… ¡Horror Infinito!…

Jesús se calla como oprimido, con la cabeza inclinada. Después la levanta. Mira a su alrededor y suspira como si despertase de una pesadilla.

Pregunta:

–                       ¿Qué otra cosa decíais? ‘Que compadezco a publicanos y meretrices’ Es verdad. Son unos enfermos. Unos agonizantes. Yo la Vida me entrego a ellos como vida. Venid a quienes he liberado.  –Ordena a Zaqueo y a los suyos- Venid y escuchad lo que os voy a decir, lo que dije a los mejores: ‘No vayáis a Jerusalén.’ A vosotros os digo: Venid. Esto parecerá una injusticia…

1EXILIO

Iscariote lo interrumpe:

–                       Lo es.

Jesús continúa como si no lo hubiese oído y sigue hablando a Zaqueo y a sus compañeros.

–                       Os digo venid, porque sois los más necesitados de otra lluvia. Es verdad que el Templo Vivo puede ser destruido y que en tres días será reedificado y para siempre.

1desctruccion-del-templo

Pero el Templo muerto que tan solo se sacudirá  y que creerá ser vencedor, para siempre quedará derribado.

Destruction of Jerusalem by Ercole de' Roberti

¡Idos! ¡No tengáis miedo! Estad. en Jerusalén cuando llegue la aurora del día siguiente al sábado. Quiero que estén los resucitados al lado de los justos, porque en el Reino del Mesías hay infinitos lugares; cuantos hombres hay de buena voluntad.

Jesús hace un ademán de despedida.  Y se dirige a la casa de Nique a través del huerto.  Por la vereda se encuentra con una gallina, seguida por sus polluelos. Ve a los hombres y extiende sus alas en señal de protección, cacareando fuerte.

Los pollitos corren y se esconden bajo sus alas…

Jesús se detiene a mirarla… Y las lágrimas bañan sus mejillas.

Los apóstoles se preguntan asombrados:

–                       ¡Llora! ¿Por qué?

Pedro dice a Juan:

–                       Pregúntale porqué llora…

Juan se acerca a Jesús:

–                       ¿Por qué lloras, Señor mío? ¿Acaso por lo que te dijeron y dijiste?

Jesús mueve su cabeza negando y una sonrisa triste se dibuja en sus labios. Señala a la gallina que amorosamente continúa defendiendo a sus polluelos…

1gallina y pollitos

Y responde:

–                       Yo también, Uno con mi Padre vi a Jerusalén como dijo Ezequiel, desnuda y llena de vergüenza. La vi y pasé cerca de ella. Llegó el tiempo de mi amor; extendí mi Manto sobre ella y cubrí su desnudez. Quise que fuera reina después de haberle sido Padre y quise protegerla, como la gallina protege a sus polluelos…

Pero entre tanto que los pollitos reconocen las ansias de su madre y se refugian bajo sus alas; Jerusalén ha rechazado mi protección… Pero Yo mantendré mi diseño de amor… Yo… Mi Padre hará después según le plazca.

Jesús da un rodeo para no perturbar a la gallina. Y avanza hacia la casa. Las lágrimas le bañan su rostro afligido y pálido. Entra en la casa con sus discípulos y los demás continúan su camino.

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HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, CONOCELA

 

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