Pasos:
1. Santo Rosario, meditado y con las letanías. 2. Meditación del día y una virtud. 3. Coronilla de protección. 4. Letanías al Inmaculado Corazón. 5. Oración final. 6. Consagración
33 DIAS, SIN INTERRUPCION
EN GRACIA
EUCARISTIA DIARIA
ROSARIUM Signum Crucis
Per signum Crucis de inimicis nostris libera nos, Deus noster. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen
SANTO ROSARIO con las letanías. Gozosos: Los días Lunes y Sábados. Dolorosos: Los días Martes y Viernes. Luminosos: Los Jueves. Gloriosos: Los días Miércoles y Domingos
JACULATORIA DESPUÉS DE CADA MISTERIO:
Oratio Fatima
Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, por el Santo Padre y en reparación de las injurias hechas al Inmaculado Corazón de maría. Jesús, perdónanos nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno. Lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo y os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido; por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.
Oh María Madre mía, sé nuestro amparo y protección en estos días de purificación. Corazones de Jesús, María y José, dadnos la salvación y llevadnos a la gloria del Padre. Amén.
MEDITACIÓN DE LOS 33 DÍAS SEGUNDO DÍA
OS PREPARO PARA EL TRIUNFO
Hijos míos:
Satanás os quiere destruir, os quiere arrebatar bruscamente de las manos de Dios. Estáis viviendo tiempos terribles de confusión: tiempos en los que a lo malo se le llama bueno y a lo bueno, malo. Los demonios han sido soltados de las profundidades del infierno para engañar, seducir. Son muchas las almas que han caído en sus mentiras.
Son muchas las almas que han roto su amistad con Dios. Son muchas las almas que han perdido el asombro por los Misterios del Cielo. Son muchas las almas que acomodan los mandatos del Señor de acuerdo con sus intereses mezquinos.
Son muchas las almas que desprecian las manifestaciones del Espíritu Santo. Espíritu Santo que es encapsulado, atrapado, impidiéndole actuar.
Son muchas las almas que serán sorprendidas por Jesús en su Segunda Venida. Son muchas las almas que han cerrado sus oídos y su corazón a los lamentos Divinos del final de los tiempos.
Lamentos que llaman a la humanidad a la conversión. Lamentos que os anuncian signos y señales que os precederán en este tiempo final. Lamentos que os alertan del Gran Castigo que sobrevendrá al mundo entero.
Lamentos que os llaman a la reparación, a la mortificación, a la penitencia. Lamentos que os avisan de una lluvia de fuego que purificará la tierra. Tierra que tendrá que volver al orden primero de su creación. Lamentos salidos del Cielo para ver si la humanidad entera vuelve sus ojos al Señor.
Hijos carísimos: María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os convoca a su escuela Maternal para que recibáis en ella sus lecciones de Amor Santo. Para que os hagáis pupilos aventajados en santidad. Para que toméis conciencia de la urgencia de la consagración a mi Inmaculado Corazón. Porque este es un auxilio celestial que formará en vuestro ser una coraza de protección. Coraza que impedirá que Satanás os haga daño. Coraza que iluminará vuestra alma de una luz sobrenatural. Luz que cegará al pérfido demonio.
María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os preparará para el Triunfo de mi Inmaculado Corazón.
Triunfo que vendrá acompañado de tres signos: El mundo se volverá Eucarístico porque la Eucaristía es aire puro que oxigena la Iglesia. La Eucaristía es la máxima de las manifestaciones de la Presencia de Jesús en la tierra.
La Eucaristía os hace semejantes a los Santos Ángeles. La Eucaristía es el alimento perdurable que os une al Señor. La Eucaristía evidencia a Jesús, real en la Hostia Consagrada. La Eucaristía os da fuerzas para resistir los días aciagos que sobrevendrán a la humanidad.
La Eucaristía se lleva vuestros miedos, dándoos coraje para soportar el tiempo que estáis viviendo: tiempo de la Tribulación y de la Justicia. La Eucaristía os da temple, fuerza para salir airosos EN LOS TRES AÑOS Y MEDIO DE DURA PRUEBA (donde el Usurpador tomará el trono que no le corresponde. Trono de Pedro que muy pronto se encontrará vacío). Eucaristía que será suspendida: “cesarán las hostias y los sacrificios y estará en el tiempo la abominación de la desolación”. (Daniel 9, 27).
Todos me amarán, el mundo nuevo me reconocerá como el molde perfecto del Altísimo. El mundo nuevo me acogerá como la Madre del Salvador y Madre de todos los hombres. El mundo nuevo se sentirá sobrecogido ante mi presencia. El mundo nuevo aceptará que a través de mí les vino su salvación. El mundo nuevo se dejará guiar por mis enseñanzas. El mundo nuevo comprenderá que soy el camino seguro de encuentro con Jesús.
El mundo nuevo crecerá en santidad a una velocidad vertiginosa porque imitarán mis virtudes. El mundo nuevo sabrá que María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos; congregó a la Iglesia Remanente, al resto fiel en su Inmaculado Corazón a través de la consagración.
Se vivirá al estilo de las primeras comunidades cristianas. Comunidades cristianas que todo lo compartían, lo ponían en común. Exentas de egoísmos, envidias, rivalidades. Comunidades orantes cuyo eje es Dios. Comunidades asistidas por la luz directa del Espíritu Santo. Comunidades que tienen como fin dar gloria al Santo Nombre del Señor. Comunidades renovadas, totalmente transformadas por las manos prodigiosas del Hacedor.
Virtud de la Esperanza.
Siembro la Rosa de la Esperanza, rosa que será abono y alimento de excelente calidad para hacer que germine el rosal de diversas y finas especies. Esta rosa perfumará el jardín de vuestros corazones, haciendo que de vuestro corazón exhaléis suspiros de amor para Jesús.
La rosa de la Esperanza que he sembrado en vuestros corazones es vestida de vivos colores. Colores que alegran vuestro espíritu; colores que os dan hermosura a vuestra alma; colores que os hacen vistosos para el cielo, pero marchitos para el mundo. No dejéis morir en vuestro jardín la rosa de la Esperanza; porque si ella muere, moriréis vosotros junto con ella.
Cultivad esta virtud con la oración. Oración que penetrará en su raíz para ser convertida en savia espiritual que dará vida a esta virtud. No dejéis que la rosa de la esperanza sea arrancada de vuestro corazón; porque faltando ella, os faltará el aire, os faltará el oxígeno, os faltará el agua, os faltará el germen de vida. Os faltará el germen de eternidad, os faltará el germen de la trascendencia, os faltará el germen de la alegría, os faltará el germen de la voz del consuelo; para daros voz de aliento a los corazones compungidos y agobiados.
TERCER DIA
LA IGLESIA ENFRENTA UNA GRAN PRUEBA
Hijos míos:
La Iglesia mi hija predilecta, enfrenta una gran prueba. La batalla que tengo con el Adversario, aún no ha terminado. La Iglesia está pasando por una horrorosa crisis. La Iglesia está en el tiempo de la purificación: será acrisolada en el fuego, como oro y plata; para que llegue a su máximo esplendor. Por más tormentas impetuosas y vientos fuertes que soplen sobre ella jamás la destruirán, prevalecerá siempre.
La Iglesia, mi hija predilecta; está siendo sacudida por Satanás: la confusión se ha difundido en su interior. Misterios que son dogmas de fe, quieren ser analizados a través de la razón humana.
La propuesta de salvación planteada por Jesús en su Evangelio se ha tergiversado. El modernismo subvalora lo verdaderamente sagrado. Interpretaciones equívocas de las Sagradas Escrituras llevan a los fieles y a los mismos sacerdotes al relajo espiritual y religioso. El error pulula por doquier. Error que tiñe de oscuridad lo verdadero. Error que ensombrece la inteligencia y el pensamiento de muchos de mis hijos. Error que lleva al escepticismo e incredulidad de lo Sacro, de lo Divino.
Hijos amados: os llamo a consagraros a mi Inmaculado Corazón para que combatáis a Satanás con la Palabra y el testimonio; porque el humo negro ha entrado en la Iglesia. Combatid, como soldados valerosos del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes; para que la verdad siempre salga a la luz; para que la falsa iglesia sea prontamente debilitada.
Y combatid para que mis hijos no sean sustraídos de la verdad; para que permanezcan fieles a la sana doctrina y a la tradición. La división que lleva al enfrentamiento de cardenales contra cardenales, obispos contra obispos, sacerdotes contra sacerdotes y fieles contra fieles. División que lleva a la desobediencia con el Santo Padre, sucesor de Cristo en la tierra. Sucesor que llama a sus pastores a cumplir con el Magisterio y con la Tradición. Pero algunos de ellos hacen todo lo contrario, caminan por vías distintas a las del Papa.
Por eso os llamo a vosotros, resto fiel de la Iglesia, a ofrecer sacrificios y oración. Porque Jesús de nuevo es clavado en la cruz. Trabajad silenciosamente por la unidad y por la obediencia a la autoridad infalible del Papa.
Hijos míos: consagrándoos a mi Inmaculado Corazón, la Iglesia pasará de esta tremenda purificación al esplendor. Consagrándoos a mi Inmaculado Corazón sanáis las heridas del Sagrado Cuerpo de Jesús, fragmentado, dividido.
La indisciplina es un factor destructor para la Iglesia de este Final de los Tiempos. Indisciplina que lleva a mis hijos predilectos a quererse gobernar por sí mismos. Indisciplina que lleva al deterioro moral; porque algunos de sus sacerdotes no cumplen cabalmente los consejos evangélicos. Indisciplina que los lleva a descuidar la oración, a dejar lo que sí es importante para el Reino de los Cielos. Indisciplina que trae consigo el lastre del hedonismo y materialismo. Indisciplina que hace de mis hijos predilectos ovejas perdidas, ovejas ausentes de su Pastor.
Hijos míos: consagraos a mi Inmaculado Corazón que os vestiré con el manto de la docilidad de espíritu, os arrebataré del mundo haciéndoos sensibles a los Divinos Misterios.
LA PERSECUCIÓN, es otra señal dolorosa de la purificación anunciada por mí en Fátima. Señal dolorosa que ha llevado a algunos de mis hijos predilectos a trabajar para el Adversario, con un trabajo silencioso que está infiltrando corrientes de la masonería y de la nueva era dentro de la Iglesia; porque tienen como fin máximo su destrucción.
LA PERSECUCIÓN llevará a muchos de mis hijos al Getsemaní. Hijos que se sentirán abandonados, relegados. Hijos que por ser de la Iglesia remanente, tendrán que caminar por la calle de la amargura y pasar muchas horas en el monte Calvario; hasta que haya llegado el momento culmen de la purificación.
Hijos míos: consagraos a mi Inmaculado Corazón; seré vuestro refugio en vuestras pruebas. Alivianaré con mi amor, el peso de vuestra cruz. Os sentiréis dichosos cuando seáis perseguidos, porque vuestro es el reino de los Cielos. Os mostraré trampas que el enemigo ponga en vuestro caminar, para que no tropecéis en ellas. Saldréis ilesos porque seréis soldados de mi Ejército Victorioso y San Miguel Arcángel os cubrirá con su capa y os defenderá con su espada.
Virtud de la Caridad.
Siembro en vuestro jardín, la Rosa de la Caridad ; porque donde hay caridad hay amor, porque donde hay caridad está Dios.
Perfumad esta rosa de gran valor para el cielo, compadeciéndoos de los que sufren. Cultivad esta rosa de gran valor para el cielo siendo apoyo para los más débiles. Cultivad esta rosa de gran valor para el cielo, desprendiéndoos de vuestros bienes materiales; para suplir las necesidades de los que carecen de medios. Medios que vosotros florecitas de mi vergel, podéis proporcionar en la medida de vuestra generosidad y de los bienes que Dios os haya dado aquí en la tierra.
CUARTO DIA
Los apóstoles de los últimos tiempos
Hijos míos:
Sed dóciles a mi llamado, responded con prontitud. Mañana quizás os sea demasiado tarde, porque muy pronto se dará el Gran Milagro y aparecerá la Señal en el cielo. Por eso os quiero a todos en el Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes.
Ejército que espera en paz, el Segundo Advenimiento de Jesús.
Ejército conformado por almas sencillas, almas abiertas a la acción del espíritu Santo.
Ejército que atiende a mis mensajes, a mis enseñanzas; porque soy Maestra de los apóstoles de los Últimos Tiempos.
Apóstoles que se consagran íntegramente a mi servicio como súbditos, como esclavos de mi Amor Santo, ofreciéndose sin ninguna reserva. Apóstoles que llevarán en el corazón, el oro del amor; en el espíritu, el incienso de la oración y en el cuerpo, la mirra de la mortificación.
Apóstoles que vivirán en plenitud la libertad evangélica, desapegados totalmente del mundo; pero adheridos totalmente a Dios.
Apóstoles que serán verdaderos discípulos del Señor, siguiendo sus ejemplos de: pobreza, humildad, caridad. Apóstoles que tendrán alas plateadas de paloma e irán donde el Espíritu Santo les llame. Apóstoles que se consumen con tal de dar gloria a Dios y de contribuir en la salvación de las almas.
Apóstoles llenos del Espíritu Santo que batallarán con la Palabra de Dios: espada de dos filos.
Espada que destruirá a los enviados de Satanás. Espada que abajará a los soberbios. Espada que aniquilará el pecado. Espada que dará luz a los ciegos espirituales. Espada que cortará con la maleza del mundo. Espada que abrirá brechas para entrar al Cielo.
Apóstoles que llevarán sobre sus hombros el estandarte ensangrentado de la cruz. Apóstoles que aceptarán con amor, el sufrimiento.
Apóstoles que abrazarán la Cruz del Mártir del Gólgota y caminarán por las sendas angostas y pedregosas. Sendas que llevan a un encuentro personal con Jesús. Apóstoles que vivirán a perfección el Evangelio y no según las directrices del mundo. Apóstoles que llevarán en su mano derecha el crucifijo, como señal de entrega a Jesús Crucificado. Apóstoles que sostendrán en su mano izquierda, la corona de rosas del Santo Rosario: signo que representa su amor y entrega incondicional a mí, que soy la Maestra que los educa en la ciencia del Cielo y la Madre que los acerca a Jesús.
Apóstoles que viven la consagración a mi Inmaculado Corazón viviendo en María, con María, por María y para María. Apóstoles que me acogen con amor en su corazón.
Hijos míos: Cómo apóstoles de los Últimos Tiempos, estáis llamados a predicar el Evangelio con valentía, a perder todo respeto humano, a mostrar el pecado en toda su dimensión.
Cómo apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a rechazar todo pensamiento que vaya en contra de la sana doctrina. Pensamiento que os hace anatemas, herejes. Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a ser luz, a iluminar con vuestra vida de coherencia los ambientes más densos, más oscuros.
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a formar parte de la Iglesia Remanente. Iglesia aferrada a la Tradición. Iglesia asistida y dirigida por el Espíritu santo. Iglesia que vive en un continuo Pentecostés.
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a preparar el camino del Señor para su Segunda Llegada. Llegada que está muy próxima, porque de lo contrario muchas almas se perderán.
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a la santidad, a encarnar el Evangelio y a pareceros a Jesucristo, imitándole en sus adorables virtudes. Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a transfiguraros en el Tabor de los Sagrarios. Sagrarios en los que os encontraréis cara a cara con el Señor.
Sagrarios en los que me encontraréis adorando a Dios presente en la Sagrada Hostia y reparando por todos los pecados de la humanidad.
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a identificar la falsa iglesia de la verdadera Iglesia. A permanecer fieles a las enseñanzas de Jesús sin dejaros confundir y tambalear por vientos fuertes y doctrinas falaces.
Como apóstoles de los últimos tiempos estáis llamados a refugiaros en mi Inmaculado Corazón, refugio seguro para este Tiempo de la Tribulación.
Virtud de la humildad
Conservad la humildad en vuestro corazón.
Teneos por el más pequeño entre los pequeños, porque esta virtud dará hermosura a vuestra alma. Cosechadla con esmero para que seáis como una orquídea fina y delicada, que pasa desapercibida entre las diferentes especies de un frondoso jardín.
Os pongo como ejemplo a Jesús, Hombre-Dios que vino al mundo a servir y no a ser servido. La hermosura de su alma era brillante como una estrella. El resplandor de sus ojos, cual dos luceros fulgurantes que destilaban destellos en la oscuridad. Su Sabiduría Divina jamás se pudo comparar con la ciencia de los grandes intelectuales. Su vida fue un prodigio de amor, porque a cada paso dejaba el aroma de sus milagros, de su exquisitez.
Muchedumbres le seguían porque hallaban en Él a un hombre distinto; hombre diestro en la palabra.
Palabra que calaba en cada corazón para desmontarlo de sus falsos dioses; para hacerlos mirar en el interior de sí mismos y descubrir su pecado, su miseria, su nada. Siendo el Rey del más alto linaje
sufrió el éxodo, nació a la intemperie. Su cuna fueron pajas acomodadas que lo protegían un poco del frío de la noche. Su cetro fue la Cruz. Cruz que redimiría al mundo.
Su corona fue una tosca corona de espinas impuesta como irrisión, como burla. En la entrada triunfante a Jerusalén llegó subido en un borrico, para mostrar que la suntuosidad no va con los hijos de Dios. Compartió con publicanos, fariseos, pecadores, leprosos, cojos, ciegos y lisiados. Nunca buscó la burguesía, la alcurnia; porque su Sagrado Corazón siempre estuvo adornado del oro de la humildad.
Engalanaos con esta hermosa virtud, virtud que os aquilatará como se aquilata el oro y la plata. Esta piedra preciosísima, os eleva en valor espiritual. Porque para haceros grandes, debéis haceros pequeños. Buscad siempre los últimos puestos, nunca pretendáis figurar y ser reconocidos. Pasad desapercibidos como el viento suave que sopla sobre vuestro rostro.
Como Madre del Salvador, Dios me adornó con esta hermosa virtud. Virtud que era del agrado de Dios, porque el Verbo encarnado tomaría posesión de Mí. Tomaría mi pequeñez para glorificar la Grandeza del Dios Humanado.
CORONILLA DE PROTECCIÓN Y LIBERACIÓN
PARA DEFENDERNOS Y HACERLA EN TODO MOMENTO
(De rodillas y con los brazos en cruz)
(Con un Rosario común de 50 cuentas)
EN LAS CUENTAS GRANDES:
Ave María Purísima sin pecado concebida, hija de San Joaquín y Santa Ana, María Santísima!
EN LAS CUENTAS PEQUEÑAS:
¿Quién como Dios? Nadie como Dios
EN EL GLORIA:
Huid poderes malignos, venció Cristo el Señor.
AL FINAL DE LAS CINCO DECENAS:
Corazones triunfantes de Jesús y María, reinad en mi vida y en mi corazón. (Se repite tres veces)
LETANÍAS AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial. Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo. Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo. Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios. Ten misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso del amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros. Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al Cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oremos:
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
5. Oración final
Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús. Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma, desapego al mundo y anhelos de santidad. Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón. Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro discípulo, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo. Madre Celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma. Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad. Madre Celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús. Amén.
6. CONSAGRACION A MARÍA INMACULADA (De S. Luis María Griñón de Montfort) María Inmaculada, dulce Soberana mía, cuanto me alegro de ser tu esclavo de amor. Te confío y consagro mi cuerpo y mi alma, con todos mis bienes interiores y exteriores, naturales y sobrenaturales, pasados, presentes y futuros. Quiero también en este día ganar cuantas indulgencias pueda, y te las entrego. María, Madre mía, renuncio a mi propia voluntad, a mis pecados, a mis disposiciones e intenciones. Quiero lo que tu quieras: me arrojo en tu Corazón abrazado de Amor Divino, divino molde en que debo formarme; en él me escondo y me pierdo para orar, obrar y sufrir, siempre por ti, contigo, en ti y para ti, a la mayor gloria del Sagrado Corazón de Jesús, tu Divino Hijo, Amén.