ANGEL CUSTODIO: Hermano mío hoy te llamo y te pido con plena conciencia que continúes a mi lado, siendo esa voz que no permita que me aparte del camino recto. Y te ruego que me acompañes a orar. Sé mi compañero de Oración y mi hermano en la imploración a la Santísima Trinidad. ¡Gracias!
ROSARIO A LA GLORIA DE DIOS, EL PADRE ETERNO
MEDITACIÓN EN LOS MISTERIOS DOLOROSOS DE JESÚS
Se reza con el rosario de la Preciosa Sangre, de Doce cuentas.
Haz la señal de la cruz 3 veces, Signum Crucis
Per signum Crucis de inimicis nostris libera nos, Deus noster. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.
“Padre todopoderoso, somos tus hijos, recibe todo lo que tenemos y lo que somos. Únenos en tu Sacratísimo Corazón y que todas nuestras obras, palabras, pensamientos y deseos, sean según Tu Voluntad. Amen.
CONFITEOR
Deo omnipotenti, beatae Mariae semper Virgini, beato Michaeli Archangelo, beato Ioanni Baptistae, sanctis Apostolis Petro et Paulo, et omnibus Sanctis, quia peccavi nimis cogitatione, verbo et opere: mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa. Ideo precor beatam Mariam semper Virginem, beatum Michaelem Archangelum, beatum Ioannem Baptistam, sanctos Apostolos Petrum et Paulum, et omnes Sanctos, orare pro me ad Dominum Deum nostrum. Amen.
Deus meus, ex toto corde poenitet me omnium meorum peccatorum, eaque detestor, quia peccando, non solum poenas a Te iuste statutas promeritus sum, sed praesertim quia offendi Te, summum bonum, ac dignum qui super omnia diligaris. Ideo firmiter propono, adiuvante gratia Tua, de cetero me non peccaturum peccandique occasiones proximas fugiturum. Amen.
JESUCRISTO, SÁLVANOS. “Fiat Padre Fiat Voluntas Tua”
“ PATER NOSTER, qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Veni, Sancte Spiritus, Veni, nostri cordium, Et emitte caelitus Lucis tuae radium.
Veni, pater pauperum, Veni, dator munerum, Veni, lumen cordium.
Consolator optime, Dulcis hospes animae, Dulce refrigerium.
In labore requies, In aestu temperies, In fletu solatium.
O lux beatissima, Reple cordis intima Tuorum fidelium.
Sine tuo numine Nihil est in homine, Nihil est innoxium.
Lava quod est sordidum, Riga quod est aridum, Sana quod est saucium.
Flecte quod est rigidum, Fove quod est frigidum, Rege quod est devium.
Da tuis fidelibus In te confidentibus Sacrum septenarium.
Da virtutis meritum, Da salutis exitum, Da perenne gaudium. Amen. Alleluia.
Symbolum Apostolorum CREDO in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae. Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum, qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos. Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem, vitam aeternam. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (7V)
¡SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL! ¡MISERICORDIA SEÑOR, LÍBRANOS DE TODO MAL!
PRIMER MISTERIO
La traición de Judas es anunciada en la Eucaristía
Cuando me apresaron los guardias del Templo, me llevaron a las mazmorras mientras el Sanedrín se preparaba para juzgarme. Mis piernas fueron atadas juntas con una cuerda, después me arrastraron abajo de las escaleras en una repugnante, asquerosa y apestosa cueva, que era también un calabozo.
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando creaste cielo y tierra, danos un aumento en la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia, en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amén.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
- Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! Ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
SEGUNDO MISTERIO
La Oración en el Huerto
Y empezó la tortura. Ataron una cuerda alrededor de mi cuerpo y me arrastraron hacia adelante y hacia atrás a través del suelo de la cueva. Luego me desnudaron y agujerearon mi cuerpo, con las puntas de sus lanzas.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando enviaste a los profetas, aumenta en nosotros la fe y el amor. Ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes. Y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
2 Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! Ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
TERCER MISTERIO
El Beso de Judas
Luego me colgaron de una viga alta, hasta que me deslicé de ella y me caí a la tierra. Esto causó un dolor tan intenso que me hizo llorar lágrimas mezcladas con Mi Sangre.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando enviaste al Espíritu Santo y el ángel a la Santísima Virgen Maria, para informarle que ella daría a luz al Salvador, aumenta a nosotros la fe y el amor. Ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
- Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! Ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
CUARTO MISTERIO
La Captura. Y la Huida de los Apóstoles
Después me sacaron a un huerto y Me sujetaron a un tronco grande de un árbol. Procedieron a perforar mi cuerpo con pedazos filosos de metal, desgarrando mi piel, mi carne y mis venas.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando tu hijo nació en la más absoluta pobreza, aumenta en nosotros la fe y el amor. Ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
4.- Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
QUINTO MISTERIO
JESÚS PRESO…
Enseguida me torturaron con toda clase de armamentos… Cuidando de que mis heridas no fueran mortales.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando diste gloria a tu hijo y a su madre en el Templo, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
- Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
SEXTO MISTERIO
Sentencia de Caifás
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando bautizaron a Jesús en el río Jordán y el Espíritu santo vino sobre él en la forma de una paloma, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
Antes de llevarme a la sala donde me juzgaría el Gran Consejo, me apedrearon y luego me quemaron con una antorcha ardiente y con tizones de un fuego que brillaba intensamente.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
SÉPTIMO MISTERIO
Juicio de Herodes
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando tu hijo comenzó a predicar, curó a los enfermos e hizo milagros, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
Antes de llevarme ante Herodes, me ataron a un pilar poniendo mis pies sobre una placa incandescente. Y me martirizaron con toda clase de instrumentos de tortura. Para mi tormento y vergüenza hundieron agujas y armas puntiagudas, en los huecos que habían quedado por mi barba arrancada.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
7 Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
OCTAVO MISTERIO
Juicio de Pilatos
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando tu hijo fue tentado por Satán por cuarenta días en el desierto, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
También Me sentaron en una silla de clavos muy filosos que entraron profundamente en mi Carne. Rociaron mis heridas abiertas con resina de pino caliente y líquido de plomo. Y con brutalidad, me golpearon en la silla, haciéndome caer desamparadamente a la tierra.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
- Te entregamos…(petición personal)
- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
NOVENO MISTERIO
La Flagelación
Luego colocaron una corona de hierro en mi cabeza y cubrieron mis ojos con apestosos trapos asquerosos. Sin vergüenza y con impunidad vaciaron en mi boca lo más horrible de la basura: mierda.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando a través de Jesús sufrías la gran agonía en el jardín de aceitunas en Gethsemaní, la coronación dolorosa de espinas y los golpes incesantes que él aguantó debido a nuestros pecados, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte el mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del Purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
DÉCIMO MISTERIO
La Coronación de Espinas
Se burlaban de Mí y blasfemaban cruelmente. Hicieron un ensayo me pusieron una corona de hierro que habían preparado para mi captura y Me tiraron en una cruz a la cual me ataron tan firmemente y con tal crueldad que casi no podía respirar. Hollaron mi cabeza cuando yacía por tierra. Uno de ellos, cuando estaba tirado sobre la cruz; al poner su pie en mi pecho, hundió una de las puntas de mi corona de hierro, a través de mi lengua.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando Jesús llevaba la cruz, cuando lo crucificaron y murió en la cruz, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
UNDÉCIMO MISTERIO
El Camino al Calvario.
Para llevarme a los Tres Juicios: el del Sanedrín, el de Herodes y el de Pilatos, después de torturarme; continuaron lanzando una inundación de blasfemias contra Mí; ataron mis manos detrás de mi espalda. Mientras que me condujeron fuera de la prisión, continuaron batiéndome y azotándome.
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” (Salmo 69-21)
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste en la Resurrección de Jesús, su ascensión al cielo, y la venida del Espíritu Santo a los Apóstoles, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero.
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI, del Papa Francisco y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del Purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
DUODÉCIMO MISTERIO
La Crucifixión
“Esperé que alguien se compadeciera de Mí y no hubo nadie; alguien que me consolara y no lo hallé” Salmo 69-21
Mi Dios, por la potencia y el amor que nos enseñaste cuando en la asunción de la Virgen al cielo, glorificaste a la madre de tu hijo, y por la esperanza y la confianza que tenemos en Tí, aumenta en nosotros la fe y el amor, ilumina y convierte al mundo entero. .
¡Dios misericordioso, Padre Eterno, da la plenitud de la victoria a tu iglesia! Ten misericordia del mundo entero y concédeles la salvación también a nuestros enemigos. Bendice a los que sean buenos con nosotros y perdona a los que nos dañen. Protege a nuestros líderes y a todos los que no te conocen hasta ahora, ábreles los ojos y los oídos, cambia sus corazones para que se conviertan y llévalos a la luz. Llénalos de fe y de amor. Límpianos de la maldad. Ven en ayuda de los pobres, de los huérfanos, de los presos, del desafortunado, del Papa Benedicto XVI y de todos tus consagrados. Protege al puro de corazón. Conduce en paz al viajero a su destino. Cura al enfermo, conforta los moribundos y lleva a tu reino a las almas del purgatorio. Guárdanos, defiéndenos y protégenos ahora y en la hora de nuestra muerte. Transfigura tu Iglesia en todos tus hijos y concede que podamos morir testimoniando la fe en Tí. Amen.
GLORIA Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen (12v)
Ven Espiritu Santo…llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Por los méritos de su dolorosa Pasión y de las penas del Inmaculado Corazón de María.
-En la agonía en el huerto,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la flagelación sangrienta,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la coronación de espinas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su Juicio,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la cargada de la cruz sobre su hombro herido,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con la Virgen María,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su encuentro con Cirineo, Verónica y las mujeres santas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En sus caídas,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el despojo de sus vestiduras,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En la crucifixión,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En su dolorosa agonía y muerte,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En el traspaso de su Sacratísimo Corazón,
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
-En las penas del Inmaculado Corazón de María por la pasión y muerte del Señor, cuando recibió el cuerpo de Jesús en sus brazos, cuando le colocó en la tumba y por su espera hasta la Resurrección.
Ten piedad de nosotros y del mundo entero.
- Te entregamos…(petición personal)
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3v)
Oración final
Dios todopoderoso, que haces a todas las cosas buenas y útiles a los que te aman, llena nuestros corazones con amor verdadero para Ti y únenos a tu Sacratísimo Corazón, para fundir nuestra voluntad en la tuya y unir nuestra mente y nuestro corazón a los tuyos. Ayúdanos a obrar dentro de tus designios y a darte honor y gloria con nuestra vida, a través de nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina junto con el Espíritu Santo. Amen.