Habla nuestro Señor Jesucristo, Dios Hijo:
Hijitos Míos, Mi Vida es Amor. Yo he nacido entre vosotros para mostraros el Amor de Mi Padre y para traeros Su Luz al Mundo.
Estabais en las tinieblas, en manos de Mi Enemigo y vine a vencerlo, al mostraros como él ante Mi Presencia; ante Mi Palabra, ante Mis Obras, ante la Luz de Mi Corazón, no puede seguir actuando. Os he dado la Luz en el conocimiento del camino que debéis seguir todos vosotros. Os he dado ejemplo claro de cómo os debéis comportar unos con otros. Os he mostrado a Mi Padre y Sus Designios de Amor. Os he dado vida con Mis Enseñanzas. El camino sólo se podrá recorrer hasta el final con la negación de uno mismo. O sea, negación a todo aquello que se deriva de los deseos malsanos de la carne. Debéis vencer a la carne y sus pasiones desordenadas con la ayuda de Mi Gracia. Gracia que proviene de Mi Padre y que todo lo envuelve.
Venid hijitos Míos, al regazo de Mi Amor. ¿Por qué buscar la infelicidad, el desasosiego, el temor, la muerte espiritual al vivir en contra Mía, al vivir atacando Mis Preceptos, al vivir con odios y egoísmos; si podríais tener Paz, Amor, vida plena en Mi Padre al cumplir Su Voluntad?
OS LLENÁIS DE CONFUSIÓN vosotros mismos tratando de encontrar secretos escondidos, para alcanzar la felicidad del Mundo. Felicidad sin bases firmes que al romperse, os traerán mayor tristeza y sobre todo, soledad de corazón; ya que pusisteis toda vuestra voluntad en algo pasajero, algo sin futuro, algo superfluo.
Aquellos que cimientan su vida, sus deseos, sus ideales de acuerdo a Mi Voluntad y a Mis Deseos de Amor sincero; pase lo que pase, subsistirán.
Habéis convertido una vida espiritual, en vida material. Vuestra misión en la Tierra es espiritual y os habéis dejado engañar por el Mal al buscar lo material antes que lo espiritual. Os habéis dejado engañar por ése materialismo y convertís el recuerdo de Mi Venida a la Tierra, en un puro intercambio de regalos;
sin tratar de profundizar en la Misericordia y en el Amor con que vuestro Padre Celestial os quiso regalar al permitirMe venir a la Tierra para lograr vuestra redención y apartaros de las fuerzas del mal que os tenían sojuzgados.
¿No os dais cuenta hijitos Míos, en el error en el que estáis viviendo? Este tiempo de la Navidad, es tiempo de alegría, de agradecimiento, de amor fraterno espiritual; NO MATERIAL, recordando al Amor que bajó para ayudaros a salir de las Tinieblas y del Error en que se vivía.
Es tiempo de alegría, en donde ésa alegría se debe unir a la del Cielo. Alegría Divina, porque se os dio al Salvador y la Palabra de Dios. Al no profundizar en éste os estáis perdiendo de mucho. Lo tomáis todo muy a la ligera. ¡Es vuestro Dios el que se ha Encarnado para traeros Vida, Luz y Camino de Salvación!
¡Es Su Misericordia y Su Amor por todos vosotros, lo que por Su Humildad Infinita logra que Yo, Su Hijo; Me encarne para vivir entre vosotros!
Este acto de infinita bondad y de humildad, es poco agradecido, ¡Todo un Dios haciéndose pequeñito para vivir con Sus hijos!
Vosotros os sentís alagados cuando un rey, un presidente o aún Mi mismo hijo predilecto: el Santo Padre, el Papa, caminan entre el pueblo, se dejan tocar, abrazar, saludar. Y si recapacitáis, ellos a pesar de su cargo siguen siendo humanos, que también han bajado a servirMe. Y siguen siendo pequeños, insignificantes.
Yo, vuestro Dios he hecho lo mismo, he bajado de Mi Trono Celestial a convivir con todos vosotros. Os dí sólo Amor, Enseñanzas de Vida Eterna, curación de cuerpos y almas y no lo habéis apreciado. A tal grado vivís en el error y en vuestro ‘Yo’ mísero, que no apreciasteis a vuestro Dios entre vosotros y me crucificasteis.
Me he quedado con vosotros como Alimento espiritual en la Sagrada Eucaristía y ni aún así éste regalo de Mi Amor Omnipotente, apreciáis. Si pudiérais ver cómo Mis ángeles y los santos ya en Mi Gloria, alaban, agradecen, veneran, respetan Mi Santo Cuerpo en todos los Sagrarios de la Tierra. Si pudiérais verlos, vergüenza os daría por la forma en como Me tomáis, la forma en como Me tratáis.
ES Mi Presencia Viva, Divina, la que se ha quedado entre vosotros. Es el Verbo Encarnado que se ha quedado para daros vida espiritual y ayuda en vuestra misión terrena.
Es el Amor Infinito en Su máxima humildad, que se ha querido quedar entre vosotros, para que os sintáis acompañados; como lo estuvieron vuestros antepasados, que Me vieron, Me tocaron, Me escucharon.
Yo Me he quedado a velar por todos vosotros y cada vez que Me tomáis, os doy nueva vida; ya que Mi Amor tiene tantas facetas, que aquél que Me busca y está Conmigo; siempre experimenta en forma diferente, el tomarMe en la Sagrada Eucaristía.
Hijitos Míos os pido una vez más, haced vida espiritual, de recogimiento, de unión sincera y amorosa entre Mi Padre y vosotros en ésta Navidad. Por favor, no dejéis pasar ésta fecha, en que se conmemora el Amor Pleno del Padre Celestial para con vosotros, en puro intercambio de regalos materiales, superfluos y en la gran mayoría de los casos, hasta poco agradecidos; porque os dieron un regalo sin gusto o inservible.
Y así, lo que debiera ser una reunión de amor, de recogimiento y agradecimiento hacia vuestro Padre; termina en pleito familiar al recordarse odios, envidias, celos, rencores y egoísmos fraternos en las reuniones familiares.
Os repito, vuestra vida sobre la Tierra tiene una función de salvación y de enseñanzas de amor y no de obtención de bienes materiales ni de gozo humano simplemente. El vivir en el gozo espiritual, el vivir bajo la Voluntad del Padre; os dará un gozo inmenso de alma y cuerpo; gozo que nunca será igual, que sobrepasa y por mucho, al puro gozo carnal o material.
Volved a Mi Corazón, volved al Amor que se ha volcado por cada uno de vosotros, al permitirMe venir a la Tierra a salvaros y para enseñaros la senda que debéis seguir para que regreséis a vuestro verdadero hogar en el Reino de los Cielos.
Compartid el gozo de Mi Madre, la Siempre Virgen María y de Mi Santo Padre de la Tierra, San José. Uníos a la alegría de los santos ángeles al verMe en el pequeño pesebre mostrando Mi Divinidad a todos aquellos de corazón sencillo y humilde que se acercaban a conocer a Su Salvador.
Acercaos todos vosotros al pequeño pesebre, para agradecer de corazón a vuestro Dios en Sus Tres Divinas Personas. Pero éste acto tan grande de Su Amor Divino para con cada uno de vosotros al permitirMe venir a la Tierra a salvaros, a traeros la Verdad, a protegeros del mal y sus tinieblas.
OS HE TRAÍDO LA LUZ, NO LA DESPERDICIÉIS. Os he traído vida, no Me volváis a matar. Os he traído el Amor Celestial que os enaltece y os hace verdaderos hijos de Dios, no os quedéis en el amor intrascendente e inservible de la carne.
Yo os he dado Vida no busquéis la muerte, la cuál os acecha continuamente. Tenéis en Mí la salvación eterna. ETERNA, hijitos Míos. Recapacitad y meditad bien ésta palabra. Vuestra vida terrena os puede dar vida plena eterna o muerte dolorosa eterna.
Yo os busco a cada uno, muevo vuestros corazones de muchas formas para alcanzar vuestro arrepentimiento y vuestro deseo de salvación. No os dejaré morir e insistiré por vuestra salvación aún en el último segundo de vuestra vida; pero ojalá podáis comprender lo que Mi Misericordia de Amor significa. Sólo vuestra necedad y vuestra traición al Amor Verdadero os pueden dar la muerte eterna.
Buscad y pedíd en ésta Navidad, en éste Nacimiento de vuestro Salvador; la humildad de corazón para que podáis apreciar lo que el Amor Omnipotente y Eterno ha dado a toda la humanidad de todos los tiempos, al permitirMe Mi Encarnación y Nacimiento entre todos vosotros.
Meditad la escena de Mi Nacimiento. A pesar de la pobreza del lugar, la de Mis padres, la sencillez de los que ahí estaban y de los que Me visitaban; nada les faltaba, porque Yo llenaba todo. No es lo material lo que satisface al hombre, es la vida en Mi lo que lo plenifica.
Cuando os abajéis, cuando os humilléis de corazón, cuando os hagáis pequeños y busquéis hacer sólo la Voluntad de Mi Padre; os encontraréis con los verdaderos tesoros que he dejado en vuestro corazón. Tesoros que compartiréis entre los vuestros, en vez de los regalos materiales y sin valor que ahora os intercambiáis.
Vivid en familia, pero en Familia con la del Cielo. Buscad los bienes Divinos y no los humanos, que de nada os servirán para vuestra vida eterna.
Os espero, hijitos Míos a cada uno de vosotros y os bendigo con todo Mi Amor; para que podáis pasar ésta Fecha Divina, con las Gracias que de Mi Corazón brotarán para todos aquellos que Me las pidan y las busquen.
Vivid en paz, en amor y en el servicio pleno y desinteresado hacia vuestros hermanos; buscando su crecimiento espiritual y su salvación eterna. Y así Mi Próximo Advenimiento será bellísimo y glorioso; porque vuestros deseos de amor así lo lograrán.
Porque cada uno de vosotros debiera ser como ésa pequeña piedra que cayendo libremente, provoca todo un alud. Cada uno de vosotros posee un potencial tremendo dentro de vuestro corazón. Al vivir Yo en vosotros podéis hacer cosas que humanamente se os antojarían de imposibles.
Os repito continuamente esto como a niños pequeñitos, porque la mayoría de vosotros; ya sea por falta de Fé o por falta de importancia de ser verdaderos hijos de Dios y seguidores Míos, no deseáis tomar el compromiso por el cuál bajásteis a la Tierra.
Cada uno de vosotros así como Yo Mismo, hicimos un compromiso con Nuestro Padre Dios; para venir a levantar a éste Mundo herido por el Pecado Original y devolverle el Amor perdido. Estáis todos vosotros en éste momento, padeciendo los dolores que os causa el mundo por el amor que se ha perdido. Y ni aún así queréis entender ni luchar por recuperarlo.
Robos, muerte, guerras, pornografía, muerte espiritual, sadismo, miedo, inseguridad, luchas fraternas, corrupción social y en Mí Iglesia, desobediencia a Mí Pedro actual y muchos otros males más que el Demonio, al haberse posesionado del Mundo y de vuestra alma, os está causando. Queréis que todo cambie, pero propiciado por un milagro que venga de repente y que como por arte de magia, todo se renueve.
No, Mis pequeños. Esto sólo puede suceder con las cosas o con los animalitos. Con vosotros NO, puesto que se os ha dado el libre albedrío y éste es respetado totalmente por Mí Padre.
Queréis un cambio radical, pero queréis que sean vuestros hermanos los que preparen todo. Que lo dejen bello todo, para que luego vosotros sin cambiar en lo absoluto; lleguéis a gozar como invitados a una cena, lo que ellos hicieron con su trabajo.
Queréis ver ya todo bello y vivir en lo bello que os he prometido; pero no queréis volver bello a vuestro interior; arguyendo que “los demás deben respetar vuestra forma de ser y no tenéis por que cambiar, puesto que así os quiere Dios”. ¡Cuánto egoísmo de vuestra parte! ¡Cuánto horror y tristeza me causan éstas almas frías!
Pedís mucho, pero no queréis mover ni vuestro dedo más pequeñito. Os ponéis en posición de niños pequeños que queréis solo recibir, ser consentidos por todos y que os tienen que aguantar vuestros berrinches y vuestras groserías. Los niños pequeños son egoístas por naturaleza y quieren toda la atención y cuidados para ellos. Las personas maduras no importa su edad; ven por el bienestar de sus hermanos, cualquiera que sea.
Se acerca el tiempo en el que se recuerda Mí Nacimiento. Os acercais a Mí Advenimiento y ¿Qué se ha vuelto para vosotros? Para la mayoría es un tiempo de preparación egoísta y materialista. Estáis preparando en dónde pasaréis las “vacaciones” y estáis haciendo la “lista de regalos”, para quedar bien con vuestros hermanos.
Hijitos Míos, la fiesta es Mía y ¿Qué Me dais a Mí? Habéis materializado y humanizado un tiempo que es DIVINO. Os seguís fijando solo en las cosas del mundo, seguís adorando a la Bestia y lo que ella os propone. Y no volteáis a ver a vuestro Dios y ni siquiera os preguntáis que es lo que Él desearía.
Creéis que con poner el “Nacimiento” en vuestro hogar o peor tantito: “el arbolito de Navidad” (símbolo del paganismo) y ya estáis cumpliendo con vuestra parte cristiana. Desgraciadamente no es así.
Vuestro corazón en lugar de volar hacia Mí, para que Me encerréis en vuestro corazón; sólo estáis pensando en los regalos que daréis y os darán.
Seguís siendo niños egoístas y almas materialistas que solo le engrandecéis los bolsillos a los comerciantes. Y os olvidáis de vuestras obligaciones y de corresponder al grandísimo Amor que os da vuestro Dios.
Sí. Ya no queréis ser ésa piedrita que cause el alud. Ya no queréis ser esos verdaderos hijos Míos que al llenarse de Mí, causen un cambio positivo en las almas con las que entren en contacto y éstas a su vez, lo sigan causando en otras.
YO FUI ESA PEQUEÑA PIEDRITA.
Nací en un pueblito sin importancia. Nunca salí a recorrer el Mundo a llevar Mí Palabra; pero influí con Mis Enseñanzas, Mí Palabra y Mí Ejemplo a unos cuantos. Y ellos a su vez, influyeron con su vida en muchas otras.
Si se ha difundido por todo el Mundo la Doctrina de Mí Padre, ha sido gracias a ésas almas maduras que aceptaron la responsabilidad en su tarea en la Tierra y se han vuelto fieles instrumentos de Mí Amor. Ellos también se volvieron piedritas que causaron un alud.
Hijitos Míos, Mis pequeños; cada vez más os acercáis al momento de Mí llegada triunfal al mundo y como os dije en las Escrituras: ¿Todavía encontraré Fé en el mundo cuando regrese?
Sed sinceros con vosotros mismos y responded, en vuestro corazón ésa pregunta.
Yo conozco vuestro interior, conozco vuestros pensamientos, conozco vuestra vida entera; a Mí no Me podéis engañar. Con vuestra actual forma de vivir, ¿Qué deseáis para vuestros hermanos, vida eterna o decadencia espiritual?
Si os no volvéis ejemplo, si no os volvéis ésa piedrita que provoque el alud de conversión, ¿Qué estáis haciendo para que se disemine el Reino de Nuestro Padre sobre la Tierra?
Con los “regalitos de Navidad” quedáis bien con los vuestros. Pero ¿En qué estáis ayudando a vuestro Padre en la salvación y en la difusión del Amor de Mí Padre?
Hijitos Míos, el tiempo de Navidad es un Tiempo Divino y que NO TERMINA el día 26 de Diciembre cuando ya repartísteis vuestros regalos. Empieza con un tiempo de preparación, el Adviento, llega a su máximo el 24 al recordar Mí Nacimiento, el Nacimiento de vuestro Dios-Redentor y debe continuar toda la vida.
Por favor, no volváis a cometer el mismo error que cometéis año tras año; en donde todo este tiempo lo reducís a un tiempo de intercambio de bienes materiales y no tratáis de lograr un verdadero cambio en vuestro interior y en el de vuestros hermanos, causado por vuestro buen ejemplo.
Meditad y tratad de entender la magnitud divina y humana que causó y sigue causando Mí Natividad en el Mundo. Sacádle todo el provecho a ésta Fiesta Celestial para vuestra salvación y para la de vuestros hermanos.
Mucho aún, tienen las almas que aprender de ella.
Yo Soy vuestro Dios verdadero, Yo Soy Jesús, Dios verdadero en la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Yo Soy el verdadero Dios-Hombre Quién, bajando del Cielo para vuestra salvación, os vino a redimir del Pecado Original y sus consecuencias.
Os quiero volver a recordar que mucho se habla de amores y mucho se habla de dioses, pero el Amor verdadero sólo viene de Mí y de Mis Obras. Y solo Yo Soy el Verdadero Dios.
Muchos hablan de amor, pero tenéis muchos tipos de amores y la mayoría son convenencieros y pecaminosos.
Para que se pueda hablar de un amor verdadero, se debe ver primero el bien que se le dará a quién lo recibirá y no tanto el que uno pueda recibir. El mismo bien que se otorga produce un bien en quien lo otorga. En otras palabras, cuando alguno de vosotros hacéis un bien de corazón por alguien más, la alegría que invade al que recibió el bien, se le transmite al que lo produjo.
Ese “gracias”, que os dan de corazón por vuestra buena obra, ésa sonrisa agradecida, ése apretón de manos o ese abrazo cálido, os pagan vuestra buena acción y os llena el corazón de satisfacción.
El verdadero amor produce una satisfacción que trasciende a todo lo humano y alcanza a lo divino. Os deja satisfechos con una satisfacción no mundana. Con una satisfacción que pocas veces sentís y que sentís cuando actuáis como Yo mismo actuaba en la Tierra. Este es el tipo de amor que llega al Cielo y alegra a Mi Padre.
Aquellos que utilizan la palabra amor, pero que solo van por la línea de lo carnal y mundano; son amores convenencieros, egoístas, intrascendentes. Y más que amor, lo que realmente están viviendo es puro instinto animal.
Existen ideologías que os hablan del vivir el “amor” a su máximo y así os envuelven con las mentiras de usar técnicas determinadas para gozar del amor. Pero del carnal, para unir más a la pareja y con ello terminan endiosando al sexo, a lo carnal.
Se vuelven maestros del “arte sexual”, pero no del Amor Divino. Por endiosar al sexo terminan en aberraciones al mismo, que son trampas del Maligno, en las que caéis fácilmente; porque vuestro deseo está fincado solo en lo terreno.
Habláis también de amor a las cosas, amor por los animales, el amor a todo lo que os rodea, etc. Pero cuando ese amor no lleva antes el Agradecimiento a vuestro Dios Creador, a Mi Padre y además, Aceptando que El todo lo creó para vuestro bien, podéis caer en la idolatría a lo creado.
Amáis las cosas inertes y vivientes por ellas mismas y no porque aceptéis que las creó Mi Padre para vuestro bien y que os encomendó cuidarlas desde el Principio.
Muchas guerras se han provocado por un supuesto amor, pero no por amor Divino; sino porque atrás de todo se encontraba una pasión desordenada entre reyes o jefes de estado y ellos las propiciaban.
Muchos errores se cometieron en el pasado por tratar de imponer Mis Enseñanzas, cosa que Yo nunca quise hacer. Muchas desviaciones a Mis Enseñanzas derivaron en falsas doctrinas, ya fuera por conveniencias humanas para poder vivir en la lujuria y en el pecado con una mayor libertad. O por comodidad, evitando todo aquello que se os hacía difícil de lograr. Todo esto se causó y se sigue causando por hijos Míos de baja espiritualidad.
Cuando Yo os dije, “el que quiera venir en pos de Mí, que tome su cruz y Me siga”, Me refería a que el que Me siguiera tendría que luchar contra su propio yo; contra sus pasiones y vicios, contra sus pecados y bajezas; contra el mundo y sus tentaciones.
Así también al hablaros de tomar vuestra cruz, no os estaba prometiendo el tener un futuro tranquilo, ni que fuerais a tener la aceptación de todos por vuestros actos sellados con Mi Amor, ni que os aplaudirían vuestras palabras llenas de Mis Enseñanzas. Sí, os hablé de la dificultad para transmitir Mis Enseñanzas en un Mundo en donde se vive el odio y la mentira; pero también os prometí que Mi Santo Espíritu os guiaría y que Yo estaría con vosotros acompañándoos en vuestra misión hasta el fin de vuestros días para luego recibiros triunfantes y llevaros ante la presencia de Mi Padre para gozar con Nosotros por toda la Eternidad.
Sí, el estar en la Tierra es una misión difícil y llena de adversidades. Tanta mentira y error os pueden hacer caer y desviaros del propósito central de vuestra misión, que consiste en transmitir Mi Verdadero Amor a todos los hombres y hablarles del verdadero Dios que todo lo ve, que todo lo sabe, que a todos ama y que a todos perdona.
A primera vista parece sencilla vuestra misión: dar amor verdadero y vivir y hablar de Mis Enseñanzas, que son las de Mi Padre. No sería difícil si todos vosotros actuarais movidos por Mi Santo Espíritu; pero el problema radica en que el hombre fácilmente se desvía hacia lo que le conviene, hacia lo fácil, hacia lo mundano, hacia lo placentero a los sentidos. Y es así como poco a poco al desviarse, van tomando rumbos diferentes y cada quién hace su propia vida y “enseñan” según sus propias experiencias, que la más de las veces no vienen de Mi.
Hijitos Míos, os he dicho que las tinieblas ya cubren prácticamente, a toda la Tierra. Estáis viviendo momentos de obscuridad espiritual tremenda. Cada quién se rige según sus creencias y conveniencias y no por Mis Enseñanzas ni por Mi Amor. Se empieza a vivir la “ley de la selva”, en donde el más fuerte vence a los más débiles.
Cualquiera con capucha y con pistola se impone a decenas de personas y se escapa tan tranquilo después de cometer su fechoría. Gobernantes sin escrúpulos imponen sus reglas con el fin de llenar sus arcas personales, dejando a su pueblo al borde de la quiebra y de la desesperación. Y nadie es capaz de mover un dedo por temor a la represalia militar o de grupos asesinos pagados por los mismos gobernantes, para mantener su tiranía.
Os envenenan el alma al permitir revistas y películas obscenas y nadie dice nada, porque las gozáis al igual que ellos. En algunos casos os habéis vuelto cómplices del mal.
Hijitos Míos; os hago ver parte del mal que existe en vuestro Mundo para que lo ataquéis y lo venzáis, pero no como el mundo os lo pide, atacando el mal con mal; sino como Yo os enseñé, atacando al mal con el bien.
Y esta es vuestra cruz verdadera, llevar amor verdadero, el Amor de vuestro Dios; a todo lugar en donde haya mal, ya sea vuestro propio hogar, ya sea en el vecindario, ya sea en vuestro país o ya sea en el Mundo entero.
Al mal se le ataca viviendo en el bien, hablando de Mi Bien, orando por el bien. Si fuerais perseverantes en el bien, pronto haríais milagros de transformación a nivel mundial. Uno de vuestros grandes errores consiste en que oráis fuertemente y aun muy unidos, por obtener un gran favor de Mi Padre, lo cuál es muy bueno; se os otorga y creéis que ahí terminó vuestra tarea y dejáis de orar. ¡NO! Mis hijitos, el Maligno se enfurece más cuando le quitáis un alma o cuando le afectáis sus malévolos planes. Por lo tanto, el reforzará su ataque tratando de ganar nuevamente el alma que perdió con vuestra oración o tratará de recuperar la obra que se le quitó y que le ayudaba para destruir almas.
Así como el Maligno no se da por vencido en atacar y aniquilar a su presa; vosotros sabiendo ésto, no deberíais apartaros de la oración jamás. Yo mismo, cuando no estaba enseñando, Me apartaba para orar y muchas, muchas noches, Me la pasaba orando por vuestra salvación y por la misión de Mis apóstoles.
LA FUERZA DE LA ORACIÓN ES TREMENDA y con ella podéis hasta producir milagros, que son bendiciones que se obtienen por vuestro amor desinteresado, para que un hermano vuestro obtenga un bien.
Orad mucho. Orad con Fé absoluta, sabiendo que Mi Padre os escucha y que Yo intercedo por cada uno de vosotros, para que obtengáis el o los bienes que tanto vosotros como vuestros hermanos, necesitéis.
La oración os llevará a conocer la Verdad, ella os llevará a conocer el verdadero Amor y el verdadero Amor os llevará a conocer en profundidad, a vuestro Dios.
Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Amor Mi Santo Espíritu.
Habla Dios Padre
Hijitos míos: Las delicias de Mí Corazón se satisfacen cuando os veo alrededor del pesebre de Mí Hijo. Cuando veo que a través de vuestra humildad y donación libre, os entregáis a la Vida de Mí Hijo, la cual es Mí propia Vida.
Yo todo lo perdono; Yo todo lo reparo; Yo todo lo disculpo. Pero la decisión de salvación está en vuestra voluntad, en vuestra libre respuesta a seguirme, en aceptar una vida de luz en Mi Voluntad o una vida de tinieblas con Mí Enemigo. Yo no os puedo forzar, pero sí os puedo guiar e insistir en vuestro camino hacia el bien y hacia la Eternidad.
Yo os he dado Mis Mandamientos, los cuáles he plasmado con letras de fuego en vuestro corazón, a través de Mí Santo Espíritu de Amor, Quien habita en vuestro corazón. Las Tablas de Mí Ley que fueron escritas con Mí Fuego Abrazador, con ése mismo fuego plasmé Mís designios en vuestro corazón y ése fuego será de vida eterna si los aceptáis, los seguís y los amáis, sabiendo que al seguir Mis Mandatos, estáis haciendo Mí Santa Voluntad.
Pero también ésas letras de fuego serán vuestros jueces para toda la eternidad y os quemarán con Fuego que no se consume; si conociendo Mí Voluntad, no la aceptáis y la rechazáis, traicionando Mí Amor en vosotros al aceptar libremente el Mal en vuestro corazón.
Yo os doy multitud de momentos, durante vuestras vidas, para volver a Mí.
Este tiempo de Adviento es tiempo de Gracia que os doy para recapacitar sobre Mi Gran Misericordia para con vosotros, al haberos enviado a Mí Único Hijo, Jesucristo. Este tiempo es de preparación espiritual para provocar un cambio en vuestros corazones y en vuestro proceder para con vuestro Dios y para con vuestros hermanos.
Grandes momentos de cambio se os avecinan; grandes momentos de Mí Misericordia Excelsa se os mostrará, para que con ellos Yo pueda salvar a Mí Pueblo. Pueblo que seguirá a Su Pastor, porque así lo reconocerán cuando se os muestre.
Yo NUNCA abandono a Mí pueblo, a Mis hijos, a los que son Míos. Yo doy todo lo Mío, para lograr la salvación de vuestras almas.
Mi Enemigo siempre trata de tergiversar Mis Verdades y os pone ante caminos que no tienen salida; que os envuelven en tinieblas, que os llevan a la perdición eterna, que os llevan a la obscuridad de las almas, que os llevan a la desesperación.
Yo soy Vida, Yo Soy Paz, Yo Soy Alegría, Yo Soy Salvación, Yo Soy Perdón Infinito, Yo Soy Amor en todas sus facetas y ellas son infinitas. En Mi, SIEMPRE encontraréis refugio seguro, paz infinita. En Mí no cabe la duda ni el abandono, Yo siempre busco a la oveja perdida, a la oveja afligida.
Conozco vuestras deficiencias y las trato de solventar en todo momento, siempre y cuando os acerquéis a Mí; aceptando y pidiendo perdón por vuestros errores y pecados, contra Mí Corazón adolorido por ellos. Si vosotros os pudierais dar cuenta del dolor tan profundo que Me causáis con vuestras faltas, aún con las más pequeñas; no pararíais de llorarlas por días o meses.
Veríais Mí Amor, que se os ha dado en pleno y veríais vuestras culpas pisoteándolo; veríais vuestra fragilidad y vuestro desprecio para con Vuestro Dios, comparado con la búsqueda afanosa de Mí Corazón por salvaros.
Yo os amo infinitamente, a cada uno de vosotros. Yo Me he dado en totalidad en Mí Hijo, hasta la última gota de sangre y de Amor. Yo Me he dado en guía amorosa en vuestro corazón a través de Mi Santo Espíritu, que habita en vosotros.
¡Yo os amo Mis Hijitos!
Yo os amo, hasta la desesperación de Mí Corazón para poder recuperaros. Yo busco momento a momento durante vuestra vida, rendijas en vuestro corazón, para introducirme y poder habitar en vosotros plenamente. Os doy alegrías de toda índole. Os doy paz de corazón a través de muchos medios, para que Me podáis reconocer en los acontecimientos. Os doy Mi Amor a través de vuestros semejantes, a través de Mis creaturas y a través de Mi naturaleza para que los toméis en cuenta, los introduzcáis en vuestro corazón y al meditarlo os deis cuenta de que Vuestro Dios está con vosotros en todo momento.
VOSOTROS HABLÁIS DE CASUALIDADES.
En Mí no existen, puesto que todo está guiado por Mí amoroso Corazón. Todo aquello que mueva vuestro corazón al arrepentimiento, a la reflexión que os lleva al conocimiento de haber cometido un mal a Vuestro Dios; viene de Mí y es dado para lograr un cambio, una nueva vida de alma para con vuestro Dios, para bien vuestro y para la propagación de Mí Amor entre los vuestros.
Yo os llevo paso a paso a conocer Mis Designios Sagrados. Yo os muestro paso a paso, en vuestro corazón, lo que más conviene para vuestra vida futura. Yo os muestro paso a paso Mis Designios Amorosos para crear Mí Reino sobre la Tierra. Yo os muestro paso a paso Mí Cielo en vuestro corazón.
Os incomodáis por lo que sucede en vuestro mundo, por los desastres y muertes, por los cambios tan radicales de clima y por el pecado que camina por vuestras calles y que penetra vuestros hogares libremente.
Os dais cuenta de que ya no sois capaces de luchar y menos vencer a tanto mal que habéis propiciado. Os encontráis ahora en un callejón sin salida. Ya vuestro mal ha empezado a corromper cada familia. Ya vuestro mal ha empezado a destruir Mis templos. Ya vuestro mal se burla de vosotros mismos. Os va acabando poco a poco. Ya no podéis, ni podréis detener su paso, porque le habéis dado mucha vida.
Habéis alimentado al mal en todas sus formas y así vosotros y vuestros hijos padecerán por vuestro error. Os habéis puesto en contra de vuestro Dios y Señor, único Dios Verdadero, único camino de salvación. No habéis escuchado Sus Designios ni Sus Palabras Amorosas y abristeis vuestros oídos a las insidias perversas del mal.
Ahora tendréis que padecer lo que sembrasteis. Cosecharéis mentira, mal, perversión, persecución y muerte por no haber escuchado a vuestro Dios y Señor.
Nueva Vida vendrá después de ésta Purificación. Purificación y eliminación de toda la cizaña esparcida por el mundo tratando de ahogar a la buena semilla que aún Me ama, que a pesar de la podredumbre sembrada por todo el mundo, aún se mantienen en Mí palabra y en Mí Amor.
La cizaña será cortada y arrojada al Fuego Eterno, porque eso fue lo que sembrasteis y cultivasteis. Porque eso fue la meta de vuestra vida. Porque preferisteis gozar del mundo y de su putrefacción sabiendo que Me ofendíais, sabiendo que Yo os buscaba.
Me perseguisteis hasta aniquilarme en vuestro corazón y en el de vuestros hijos. Enseñasteis los vuestros a atacarme, a no seguirme; argumentando debilidad de corazón y según vosotros, creasteis en vuestro corazón montañas poderosas contra los demás, basadas en el mal y en Mí abandono.
No Me dejasteis actuar a Mí, vuestro Dios. Me apartasteis de vuestra vida deliberadamente para no escuchar Mí Voz que os acusaba, que os guiaba, que os amaba. Llenasteis vuestro corazón de lujuria, de mal, de falta de caridad hacia vuestros semejantes. Os llenasteis de riquezas desmedidas, cubiertas de sangre y dolor humanos.
No quisisteis escuchar Mí Voz que os llamaba al arrepentimiento. Acallasteis Mí Voz eliminando a Mis Sacerdotes que os hacían recapacitar en vuestro mal. Así como alimentasteis al mal; como se alimenta a un bebé, que crece y se hace hombre y se vuelve más fuerte y vosotros más ancianos y débiles; ahora así el mal, en su edad de poder, ahora se volcará sobre vosotros.
No lo podréis detener por vosotros mismos, porque el mal no reconoce ni agradece a Su creador ni a sus protectores. El mal traiciona siempre y así os traicionará. Lo alimentasteis y creéis que os va a proteger y a mimar. Y estaréis en un error. El mal no busca halagar a nadie, el mal sólo busca destrucción y condenación para todos; aún de los que lo cuidaron, lo hicieron crecer y lo encumbraron.
Os digo y advierto de éstas cosas, porque ya estáis en el tiempo de la prueba, en el tiempo de la siega. Os aviso porque os amo y porque aún espero vuestro arrepentimiento y vuestro retorno a Mí, Vuestro Dios.
Todo aquél que se acerque a Mí, tendrá vida eterna. No importa su pasado, sólo espero vuestro arrepentimiento sincero, profundo, de corazón. Espero vuestro llamado, de corazón a corazón. Espero vuestro retorno sincero al Amor Infinito; reconociéndome como Vuestro Dios y Creador y reconociéndoos como miseria que Me habéis hecho mucho mal… Pero que solo Conmigo podréis volver a la Vida.
Os regalo nuevamente éste tiempo para que recapacitéis en vuestras vidas, porque os amo y os quiero a todos vosotros, nuevamente en Mí Corazón. No temáis, volved y os envolveré en Mi Amor. Sólo venid a Mí con corazón contrito y no os dejaré ni hablar. Vuestra presencia humillada Me gritará a Mí Corazón, comprando con vuestro arrepentimiento la purificación de vuestros pecados y de vuestra salvación eterna.
Hijitos Míos, Me habéis costado tanto, cada uno de vosotros, que no os abandonaré en ningún momento y a todos os quiero salvar, a TODOS. Os amo infinitamente y espero vuestro retorno a la Casa Celestial.
Luchad con las armas del amor y de la verdad. No temáis a nada, porque vuestro Dios NUNCA abandona a Sus hijos, ni aún a los más alejados, puesto que también de ellos es el Reino de los Cielos.
Yo os bendigo y os envío todas las gracias y dones que necesitaréis para estos tiempos de prueba, en la Verdad y en el Amor. Tomadlos y defended lo que es vuestro; a Mí vuestro Dios y a vuestra libertad, en la pureza de vuestros corazones.
Vuestro triunfo será el Mío y vuestro premio, la Vida Eterna en Mí Corazón, lleno de regalos inimaginables. Mi Amor Infinito quede con vosotros y con todos los vuestros. Revestíos con la coraza del Amor y ningún mal podrá contra vosotros.