N102 SED PERFECTOS
Hijitos Míos, este es el Tiempo de Mi Retorno a la Tierra…
Pero a una Tierra que Me recibirá con los brazos abiertos. A una Tierra, en que los hombres que la habiten en ése momento, alabarán Mi Santo Nombre, Me buscarán. Gritarán Aleluyas. Se amarán como nunca antes se han amado, con un amor fraterno y Celestial.
Regresaré entre Aleluyas del Cielo y de la tierra. Se unirán los Cielos, se unirá la Tierra y se sentirá el Amor entre los dos. Habitantes del Cielo y de la Tierra gozarán el verse, gozarán el verMe.
Estos acontecimientos que estáis padeciendo, prepararán el corazón del hombre a amarse los unos a los otros, como os pedí cuando subí a los Cielos.
No miréis la dureza de los acontecimientos; porque ciertamente, os los merecéis. Vuestro corazón se ha apartado de Mi Corazón y son pocos los que Me buscan y luchan por tenerMe en su corazón.
Habéis sido acrisolados en el Amor por preservar Mi Nombre entre los hombres, Mi Amor en los corazones y la Esperanza de Mi Retorno.
Tendréis la dicha los que seréis escogidos, para empezar un Nuevo Mundo. El verMe llegar entre nubes y con Mis ángeles cantando, las trompetas sonando y los coros angelicales gozando… Gozando Mi Triunfo y Mi Regreso.
Mi Triunfo, entre los hombres que lucharon por Mi Retorno, por su Fe. Su Fe será recompensada al verMe bajar y convivir entre los hombres.
¡Cuánto gozo tendréis, Mis pequeños! ¡Cuánto Amor derramaré entre las almas escogidas, que vivirán ésos momentos! Será el encuentro Divino con las almas escogidas. El Cielo, uniéndose con la Tierra.
Que ése sólo momento, lo tengáis muy presente en vuestra mente y en vuestro corazón… Yo, con los hombres; el Cielo, unido a la Tierra. Todo Luz, todo alegría, todo Paz, todo Amor… La Tierra, recibiendo a su Salvador.
Alegría infinita tendrán ésos iniciadores del Nuevo Reino del Amor en la Tierra. Manteneos en ésa esperanza que se realizará, os lo aseguro.
Aceptad las pruebas que vengan en breve. Y agradeced Mis pequeños con todo vuestro corazón, el haber sido escogidos para estos momentos de la historia. Para ver el regreso de vuestro Dios, entre vosotros.
Hijitos Míos, Yo Me vine a dar por vosotros. Mi Donación fue por la salvación de las almas y de TODOS LOS TIEMPOS. No todas las almas se salvarán. Pero no por Mi Nombre, no por Mi Juicio; sino porque ellos mismos escogieron a quién servir.
Ciertamente no fue a Mí, vuestro Dios. Ellos hicieron ya su propio juicio y escogieron seguir al Mal.
Me duele Mis pequeños, porque Mi Sangre se derramó por TODOS y especialmente, por los grandes pecadores. Pero ni aun así, escogieron la Verdad; ni escogieron el Amor, ni escogieron servir a su Dios y su Salvador.
Tontamente, escogieron servir a su Enemigo… A aquél que con mentira los engañó. Porque aun sabiendo la Verdad, se mantuvieron en su juicio falso.
YO NO VINE PARA CONDENAR.
YO VINE PARA SALVAR A TODAS LAS ALMAS.
Las almas que se condenan; se condenan porque ellos se han condenado a sí mismos. Escogen el apartarse de Mí. Prefieren vivir en la Maldad. Satanás los lleva a aborrecer Mi Santo Nombre.
Mucho Dolor Me causan estas almas, porque NO tienen idea de lo que es sufrir eternamente.
Mis pequeños, orad por estas almas; para que no hagan tanto daño a vuestros hermanos y a vosotros mismos. Que Mi Sangre Preciosa que se dio por ellos, les cubra; para que Satanás no las manipule y os hagan más daño con sus malos juicios y con su servicio a Satanás.
Mi Sangre Preciosa es protectora de las almas. Con Ella os debéis cubrir continuamente. Mi Sangre Preciosa os purifica de vuestras faltas y Mi Amor os vivifica y os lleva a un crecimiento alto en el Amor.
Mi Amor, os debe llenar completamente y esto os debe llevar a la perfección de vuestros actos, para que así alcancéis la santidad a la cual estáis llamados.
Estos son tiempos de santidad, porque son tiempos difíciles y de gran ataque espiritual por parte de vuestro Enemigo.
Protegeos y proteged a los vuestros. Que vuestro día, sea día de oración, no importa lo que estéis haciendo. OfrecedMe todos vuestros actos por la salvación de las almas y el ofrecimiento de lo que estéis haciendo. Esto es oración, porque estareMos unidos; porque Mi Vida, fue de plena oración al Padre.
Unidos a Mí Mis pequeños, alcanzaréis la plenitud, porque Yo Soy la Plenitud y la Perfección.
No os apartéis de Mí en ningún momento. Y menos en estos momentos que serán de gran prueba espiritual para toda la humanidad y el Universo entero.
Me tenéis a Mí, vuestro Salvador y Redentor.
Tenéis a Mi Madre, vuestra Intercesora y La que ha de luchar y vencer a Satanás en estos tiempos. Este es Su momento, uníos a Ella; para que asegure vuestra salvación eterna y vuestro triunfo en vuestra misión que se os ha encomendado a cada uno de vosotros.
Buscad la salvación, buscad vuestra perfección y Yo estaré junto a vosotros.
Habla Dios Padre
Hijitos Míos, los padres que realmente aman a sus hijos, se sienten felices cuando ven que ellos se vuelven exitosos en la vida y sobre todo, cuando los padres son humildes y ven que sus hijos los han superado, se ponen todavía más contentos.
Y realmente os digo Mis pequeños, que esta es una realidad que debéis observar en vuestra existencia, a partir de la Renovación de la humanidad, con la llegada de Mi Hijo. Al abriros las Puertas del Reino de los Cielos, nuevamente.
Y al tener con esto la Bendición continua de Mi Santo Espíritu sobre vosotros, la humanidad va recuperando los dones que vuestros Primeros Padres perdieron por el Pecado Original.
Vuestra recuperación es ascensional. Es como una escalera de subida, Mis pequeños. La humanidad va recuperando lo que perdieron vuestros Primeros Padres. Ellos perdieron todo por su soberbia, por darMe la espalda, por preferir a Satanás como lo primero en su existencia, cuando Me tenían a Mí, su Creador.
El hombre está recuperando lo que tenían vuestros Primeros Padres en un principio, cuando Yo los había colmado de Bendiciones, de Conocimiento, de Ciencia.
Conocían perfectamente la Creación, porque ellos también la vivieron perfectamente y ellos le pusieron nombre a todo lo Creado.
A esto llega la tontería del hombre cuando se ensoberbece: a perder Mis riquezas que son infinitamente superiores a lo que os pueda ofrecer Satanás.
Vuestra tontería es inmensa cuando preferís escuchar a Satanás y cuando os olvidáis de Mí. Tenéis todo y en grado altísimo. Y lo único que os he pedido es que no os separéis de Mí, que seáis obedientes con Mis Leyes y que cultivéis Mi Amor en vosotros.
Y de esta forma el Conocimiento se os da gratuitamente. Tened presente y sed conscientes de que cuando hablo de Conocimiento, no estoy hablando de un conocimiento de escuela, que podáis aprender yendo a la escuela desde pequeñitos y creciendo hasta un nivel profesional o más allá de éste.
El Conocimiento que podéis aprender de Mí, es muchísimo más que esto.
Todos vosotros desde que nacisteis, después de la Renovación que os trajo Mi Hijo Jesucristo con Su Donación, con Su Muerte y Resurrección; estáis llamados a ir subiendo de niveles, de Conocimiento, de Sabiduría y de Virtudes.
Fuisteis liberados del Pecado Original por la Donación de Mi Hijo, por el Bautismo que os trajo. Y por las Enseñanzas que os dejó, estáis llamados a la perfección, a alcanzar la que tenían vuestros Primeros Padres.
No hay evolución en vosotros. Hablando de capacidades y de Conocimiento, lo que estáis obteniendo es recuperación de Dones, de Capacidades, de Sabiduría y muchas cosas más que tenían vuestros Primeros Padres.
Estáis recuperando lo perdido, porque Mi Hijo os abrió nuevamente las Puertas de todas ésas Gracias y Bendiciones, que Yo había puesto en vuestros Primeros Padres.
Todo esto os lo perdéis Mis pequeños, cuando Me dais la espalda; cuando preferís que Satanás sea vuestro guía perdéis mucho Mis pequeños, por vuestras tonterías.
No sabéis utilizar la Sabiduría Divina y os dejáis llevar solamente por vuestros gustos humanos que ciertamente, son muy deficientes e imperfectos.
Sed pequeños, para que Mi Santo Espíritu pueda actuar libre y plenamente en vosotros. Y os lleve a adquirir más rápidamente, los Dones y capacidades que vuestros Primeros Padres perdieron.
Por eso Mis pequeños, lo normal es que vosotros quedéis en un nivel inferior al que tengan vuestros hijos. Ellos os deben de superar, si vosotros los llevasteis por buen camino.
Esa es vuestra misión como padres, hacerlos crecer con vuestro ejemplo, con vuestras enseñanzas, con la palabra. Y de eso Me alegraré Yo y os lo agradeceré infinita y eternamente, porque os supisteis dar primeramente por vuestros hijos y también, por vuestro prójimo.
Ahí es donde entra la humildad; aceptando que quedaréis a otro nivel de los que vienen después de vosotros. Seréis quizá, hasta ridiculizados en vuestra propia familia y ante los demás; porque ya no alcanzáis a comprender diferentes cosas, conocimientos y tecnologías, que vendrán después de vosotros; porque vuestras capacidades ya no llegan a ello y vuestros hijos sí.
Vuestro prójimo se burlará de vosotros, pero Yo Soy vuestro Dios. Yo Soy el que Juzga, el que premia y el que da castigo. Y para Mí ante Mis Ojos, si realmente aceptáis con humildad y Me ofrecéis ésa situación en la que quedáis, Yo os premiaré eternamente.
Porque con eso sabré y Me daré cuenta que os disteis por los demás, especialmente por vuestros hijos. Os superaron. Y aceptando esa situación, Me la ofrecisteis y Yo os lo agradeceré infinitamente; porque actuasteis correctamente, actuasteis con Sabiduría, os donasteis en totalidad y con humildad.
Hijitos Míos, ¡Es tanto Mi Amor por los hombres!, No lo podéis comprender, cómo un Dios puede abajarse y llegar hasta el hombre. Muchos Me tienen como incomprensible, no Me entienden.
Mis pequeños, Yo llego a los que abren su corazón al Amor, a los que son sencillos, humildes y necesitados de Mí.
No entro a los corazones soberbios y malos. Yo busco a aquellos que Me acogen con cariño en su corazón, a aquellas almas que tomándoMe y viviéndoMe, van a dar un fruto excelso a sus hermanos.
Anido en aquellas almas buenas, que luego se santifican porque Me aman inmensamente, porque a través de ellas, Me Manifiesto y puedo cambiar almas duras, almas llenas de maldad, de dolor, de resentimiento.
Estas almas tienen el don Divino de Mi Hijo, de llegar hasta lo profundo de su corazón y cambiar ese corazón de roca, en un corazón que ame. Por eso os he dicho que os dejéis mover por Mí, para que Yo trabaje a través de vosotros.
Vosotros debéis ser sencillos, humildes, para que Me Manifieste a través de vosotros. Os he dicho que habéis sido escogidos para eso, para que Mi Nombre se conozca, para que Mi Presencia se muestre a través de vosotros. Soy Yo, vuestro Dios, a través de vosotros. Vosotros solamente Me estáis prestando vuestro ser, os estáis anonadando.
Entended bien esto, Mis pequeños: sois nada y Yo, de la nada saco grandes frutos. DejadMe, Mis pequeños, que os transforme, porque os aseguro que gozaréis inmensamente lo que voy a hacer a través de vosotros.
Mucho amor daréis, Mi Presencia se manifestará a través de vosotros y de otros hermanos vuestros alrededor de la Tierra. Me ayudaréis a que se manifiesten los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas; pero Yo, a través de vosotros.
Habéis sido pecadores, sois nada; pero os he levantado del fango, ahora sois Míos y voy a hacer grandes cosas a través de vosotros.
Tened siempre presente que Yo os rescaté, os levanté y aprovecharé vuestra nada para que muchos otros Me conozcan y Me alaben. Vuestra vida está en Mí, Mi Vida está en vosotros.
Apreciad esto con vuestro corazón, porque son regalos inmensos que hago a almas escogidas, almas atribuladas, almas acrisoladas por el dolor y salisteis airosos de la prueba.
Nada se pierde en la economía Celestial, Mis pequeños. Vuestros dolores, sufrimientos, todo aquello que dañó a vuestro cuerpo y a vuestra alma y que vosotros Me ofrecisteis, se os está revirtiendo ahora en regalos espirituales inmensos.
Esos son los frutos del dolor, ésos son los frutos de las penas que habéis padecido, Yo, vuestro Dios, Soy vuestro regalo, ¿Os parece eso poco?
Ahora es cuando os dais cuenta que vuestros dolores y penas valieron la pena padecerlos; para que vuestro Dios, vuestro Rey, viva y actúe plenamente en vosotros.
Meditad estas Palabras en lo profundo de vuestro corazón y os daréis cuenta del regalo tan grande que os estoy dando.
Hijitos Míos, la gran mayoría de vosotros, lleváis doble vida. Qué difícil es para el hombre, vivir lo que lleváis en vuestro interior.
Algunos de vosotros y Me duele decir, solamente algunos, cuando quisiera decir, “TODOS”, lleváis una vida espiritual buena. Algunos de vosotros, os tratáis de acercar a Mí, en una vida espiritual bella, lo cual Me agrada y apoyo; pero al momento de la realidad humana, difícilmente brota ésa espiritualidad hacia vuestros hermanos.
En lo íntimo, estáis crecidos espiritualmente. En la práctica, a veces dejáis mucho qué desear.
Satanás os ataca continuamente y la única forma de vencerlo, es que la espiritualidad interior brote y haga a un lado vuestra vida humana, en donde la más de las veces, la actuáis sin virtudes, sin amor hacia vuestros hermanos.
A eso Me refiero con que lleváis doble vida, no dejáis que lo valioso que estáis haciendo crecer en vuestro interior, brote y lo mostréis a vuestros hermanos. Y eso es mostrarMe a Mí, ante vuestros hermanos. Por eso os he dicho que debéis ser testigos, ser otros Cristos, ser esa vida espiritual que debe reinar en toda la Tierra.
Y ¿Cómo va a reinar si vosotros no le estáis dando el lugar que se merece, que es Mi Presencia en vosotros y que la debéis actuar ante vuestros hermanos?
Sabéis que un niño, principalmente aprende por el ejemplo de vuestros padres,
¿Cómo queréis que vuestros hermanos cambien, cuando vosotros no estáis mostrando a dónde deben caminar, qué es lo que deben hacer, que es el verMe a Mí, vuestro Dios?
Ciertamente, cuando Me mostréis, seréis más atacados; porque Satanás os rodea y no quiere que su reino se vea afectado por Mi Presencia, que vive en vosotros y que la estáis mostrando a vuestros hermanos.
Pero Yo estoy en vosotros y os estoy cuidando. Y precisamente, a eso os mandé a la Tierra.
VUESTRA MISIÓN ES TRANSFORMAR LA TIERRA,
EN DONDE SATANÁS ES EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO.
A hacer una Tierra en donde sea habitada plenamente, por Mi Amor, por las Virtudes de Mi Santo Espíritu, por la presencia del Cielo en la Tierra a través de vosotros.
PedidMe, Mis pequeños, la fortaleza y la valentía que necesitáis para mostrarMe y vivirMe entre vuestros hermanos.
Yo estaré con vosotros, para que llevéis la plenitud de Mi Amor a vuestros hermanos y transforméis esta Tierra, en un Hogar Divino, un Hogar para vuestro Dios.
Vuestra posición será grande en el Reino de los Cielos porque en vuestro momento, hicisteis cosas muy grandes, les disteis grandeza a vuestros descendientes y a los que os rodean con lo que teníais.
Ellos crecieron y eso, Yo lo pago inmensamente Mis pequeños.
El Mundo no comprende esto. Yo vuestro Dios, lo comprendo y os lo premiaré infinitamente. Porque muchas veces os he dicho que en la pequeñez, radica vuestra fuerza.
Meditad vuestra vida y veréis que muchos de vosotros os creísteis muy fuertes, muy capaces en el mundo, tuvisteis éxitos grandes y Yo, ¿En dónde estaba en esos momentos?
Yo os di las capacidades para el triunfo y entended que cuando Yo creo a un alma y le doy el Don de la Vida, la creo en perfección. La creo con la intención de que sea algo grande, porque Yo Soy grande y por eso se os ha pedido ser perfectos como Yo, vuestro Padre, Soy Perfecto.
FUISTEIS CREADOS PARA LA PERFECCIÓN
Pero desgraciadamente, no todos vosotros aceptasteis ésa Gracia y os desperdiciasteis mucho. Ciertamente, aprovechasteis vuestras capacidades para vivir en el Mundo y sacarle provecho al Mundo. Y vuelvo a repetir ¿En dónde estaba Yo en ésos momentos de vuestra vida?
Fuisteis exitosos para el Mundo, pero no para el Cielo. Os desperdiciasteis.
Vosotros podríais decirMe: ‘es que fui exitoso en el Mundo’. Pero os desperdiciasteis para hacer cosas buenas para el Cielo, empezando con vuestra propia alma.
Os acostumbrasteis a una vida de mundo, holgada, exitosa, que eso es lo que busca el mundo y es a donde os lleva Satanás, pero no os hicisteis un bien a vosotros mismos. Vuestra alma no creció en Virtud en Bien, en Amor y no ayudasteis a otras almas a que Me encontraran.
Os desperdiciasteis, desperdiciasteis el tiempo que os concedí para que hicierais un bien para el Cielo, no para que fuerais exitosos en el mundo.
Ciertamente hay almas que muy bien han entendido esto, porque estuvieron Conmigo y los éxitos que tenían del mundo, los volvían también éxitos para el Cielo. Me compartían de sus éxitos y lo compartían con vuestros hermanos, de forma que muchos Me conocían a través de los méritos mundanos que estas almas tenían.

Actor Eduardo Verastegui, star of the film “For Greater Glory” arrives for the film’s premiere in Beverly Hills, California May 31, 2012. The film is set during the 1920’s Cristero War in Mexico, an uprising and counter-revolution against the Mexican government set off by the persecution of Roman Catholics. REUTERS/Fred Prouser (UNITED STATES – Tags: ENTERTAINMENT)
Estas almas se olvidaron del “yo” y todo era Él. O sea Yo, vuestro Dios. Todos sus méritos los reconocían venidos de Mí y que así es.
En cambio, los que fuisteis exitosos para el mundo, solamente era el “yo”. Por eso si os dais cuenta, muchos de vosotros que fuisteis exitosos en el mundo, os quite lo del mundo y ya no fuisteis más, exitosos del mundo. El mundo os olvidó porque vuestro éxito cayó. Tuvisteis un tiempo de reflexión, en vuestra aparente caída. De lo exitoso que erais, se apartaron aquellos que solamente os buscaban por vuestros éxitos, por vuestra fama, por vuestro dinero.
Pero empezaron a llegar almas, que os ayudaron a crecer espiritualmente para que encontrarais vuestro verdadero “yo”, que es la vida en Mí, vuestro Dios.
Fue un cambio radical. Para muchos un cambio doloroso, mientras no entendíais bien este cambio del “yo” a Él. Pero tan pronto Mí Santo Espíritu, os dio las capacidades de entender el cambio, empezasteis a gozar lo que es vivir en el mundo y ser exitosos para el Cielo.
Esa es la verdadera vida de un hijo de Dios. Ese es el éxito real y verdadero de las almas al vivir en el mundo: vivir no para el mundo, sino vivir para Mí, vuestro Dios, mientras estáis en el mundo.
Un corredor de larga distancia sufre, le duelen sus músculos, hay un momento en que está por desfallecer; pero también está viendo el final, la meta… Y a pesar de los dolores, persiste en su deseo de llegar, quiere ganar. Pero si ve que ya lo pasaron, de cualquier manera el deseo de terminar la carrera persiste, soporta los dolores y sigue adelante hasta llegar. La gente que lo espera le aplaude y él se anima, a pesar de que está exhausto.
Mis pequeños, esta es una analogía de lo que tenéis todavía qué trabajar para llegar hasta vuestra Casa Celestial. Tenéis una misión, que es vuestra carrera espiritual; vuestros ideales son santos y vuestro dolor es perder la santidad, por los pecados en los que caéis continuamente.
Cuando Me amáis de corazón, sufrís porque caísteis en el pecado, os dejasteis convencer por Satanás, Me disteis la espalda, traicionasteis Mi Amor. Si vosotros Me evitáis esto y Me amáis, realmente padecéis vuestras caídas.
Os levantaréis lo más pronto posible, porque no os gusta vivir en el error y en el pecado. Pero mientras estéis en la Tierra, sufriréis constantemente estas caídas en el pecado, que os irán acrisolando.
Poco a poco ésas caídas se irán haciendo más lejanas, porque iréis luchando con las Virtudes y buscando Mi Amor y eso os ayudará a ir venciendo las tentaciones. Y así, aunque el pecado está constantemente acechándoos, vosotros tendréis la Fortaleza en Mí, para vencer.
Seguid adelante, Mis pequeños. Estoy con vosotros. Falta poco Mis pequeños, para que Me recibáis, para que el velo caiga y podáis verMe y tocarme.
Os estoy esperando y no importa que lleguéis en primero, tercero, quinto o vigésimo lugar.
Os amo a todos, el regalo es Mi Reino, Yo Soy vuestro Regalo eterno.
Venid, no os quedéis en el camino sin ganas de levantaros y seguid adelante. Tenéis vuestro premio Conmigo, un Premio seguro, un Premio lleno de Amor.
Seguid adelante y ayudad a vuestros hermanos a terminar la carrera, que serán todas las almas premiadas con Mi Amor, aquí en el Reino de los Cielos.