Hijitos Míos, hoy os quiero hablar sobre la Prueba que todos los que estáis ahora viviendo sobre la Tierra, tendréis que pasar. Toda prueba exige una preparación. Toda prueba exige un sacrificio. Toda prueba produce alegría o tristeza. Toda prueba os da fortaleza y sabiduría.
Ahora, todos los que estáis viviendo sobre la Tierra, tendréis que pasar una Gran Prueba. La prueba en la Fé, la prueba del Amor, la prueba que afianzará el Vínculo Divino del Amor de vuestro Dios, con Su creatura.
La humanidad está ahora viviendo las tinieblas del Error. Las almas, cada vez más se sumergen en el olvido a su Dios y a la exaltación de la carne y sus desvíos. Ahora más que nunca, se vive por vivir. Se vive para sí. Se vive para obtener lo más posible de la vida terrena y del goce humano. Ahora el hombre ha pactado con Mi Enemigo y se han propuesto eliminarMe de vuestra vida.
El hombre, en su soberbia desenfrenada, se ha creído lo que Mi enemigo le ha enseñado: a sentirse dioses, a prescindir de su Dios, a darMe la espalda y olvidar Mis Leyes de Amor para no sentirse limitados en sus desenfrenos carnales.
Y así vivir una vida de pecado con “toda libertad”. Sin sentir reproches divinos que os hagan vivir apesadumbrados por haber actuado mal. El Maligno os ha quitado la Gracia, para poderse introduciros a vuestro corazón; para NO escuchar la voz de vuestra conciencia, que es la Voz de Mi Santo Espíritu que habita en vosotros. Vivís en las tinieblas del Error y no queréis salir de ellas.
Vuestra vida espiritual se ha vuelto un caos. Y ése caos os irá llevando cada vez más y más a la perdición de vuestra alma. El Maligno ha ido preparando el terreno de la misma forma como la Bestia se prepara para atacar y matar a su presa.
Pequeños resquicios os quedan para poder tomar de la luz, de Mi Luz que todavía llega a la Tierra para haceros entrar en conciencia de vuestros actos. Yo lucho y os envío todo lo que vuestras almas Me permiten enviaros, para lograr vuestra salvación eterna.
Mi Vida, la Vida de la Gracia, está siendo pisoteada, vilipendiada, olvidada… Y las fuerzas espirituales en vuestra alma se os van acabando. ¿Con qué fuerzas podréis luchar en la Prueba Final que se os avecina?
Un corredor olímpico se prepara durante muchos años para la prueba que tendrá. Ejercita física y mentalmente. Se alimenta en forma muy sana. Respeta sus horas de descanso y evita todo vicio que pueda afectar su salud. Su alimentación, pocos días antes de la prueba, deberá estar llena de energía para poder obtener de ella los nutrientes necesarios que le darán el triunfo, la gloria que tanto espera y para la cuál se ha preparado durante muchos años.
Y vosotros Mis hijitos, ¿Estáis preparados para la prueba final? Esta prueba será prueba de Fé, prueba en abandono a vuestro Dios confiando en Su Voluntad. Prueba en la que deberéis proteger y defender MI Santo Nombre y Mis Leyes divinas.
Será prueba de Amor contra el Odio desenfrenado y destructor contra las Fuerzas del Mal. Será una prueba espiritual que afectará a lo material.
El Maligno os quiere destruir. Quiere destruir primeramente, lo más valioso que poseéis, vuestra alma… Y luego toda la Obra de Mi Creación, porque en ella ve Mi Amor hacia vosotros, Mis hijitos.
¿Está vuestra alma lo suficientemente entrenada para no dejarse vencer ante tal prueba? ¿Os habéis alimentado correctamente con Mi Sacratísimo Cuerpo y Sangre en la Eucaristía y os habéis ayudado con Mis Sacramentos? ¿Os protegéis constantemente con la vida en la Gracia y con la Oración?
¿Vivís vida de amor en vosotros mismos y con vuestros hermanos? ¿Os sentís orgullosos de tenerMe como Padre y Dios Verdadero… y no os avergüenza sentiros Mis hijos?
Las pruebas dan testimonio de la calidad íntima de las personas. Es cuando el alma deja aflorar sus valores y controla las pasiones del cuerpo. Por eso, si os dais cuenta, en todo tipo de pruebas fuertes que se os presentan durante el transcurso de vuestra vida terrena, son los valores del alma los que afloran…

ORANDO ANTES DE SU MARTIRIO EN YEMEN: “Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como lo mereces; a dar y no calcular el costo, a luchar y no prestar atención a las heridas, a esforzarme y no buscar descanso, a trabajar y no pedir recompensa, excepto saber que hago Tu Voluntad.” TAMBIÉN LAS ACOMPAÑÓ LA INDIFERENCIA Y EL SILENCIO MUNDIAL
Y vencerán en aquellos en los cuáles sus valores espirituales estaban firmes, bien cimentados, bien alimentados.
Una madre defiende a sus creaturas contra todo tipo de ataque. Y si es una fiera la que ataca y aunque ella sólo se pueda defender con una vara; por la determinación y valor que provienen de su alma, de sus valores personales, del sacrificio de darse por su creatura; darán como resultado la obtención de una fuerza sobrenatural.
Una fuerza con la que comúnmente no se vive. Estos son momentos difíciles en los que Yo generalmente ayudo a Mis pequeños: a vosotros Mis hijitos. Son momentos en los que el alma necesitada, generalmente Me invoca. Digo “generalmente” porque no todos vosotros tenéis la confianza de pedir Mi ayuda sobrenatural y divina; para vencer en ésos momentos que se salen totalmente de vuestras capacidades; tanto físicas, como espirituales.
Una prueba bien realizada os dará el triunfo y un crecimiento espiritual más alto. Una prueba bien realizada os llenará de alegría y sabiduría. En cualquier tipo de prueba, tanto física como intelectual, vuestro triunfo os hará crecer muy alto.
Al que se preparó para la prueba física conoció al rival, lo estudió y lo venció. Conoció y estudió el terreno y los obstáculos que tendría que vencer y lo logró. Se concentró perfectamente en lo que tenía que hacer y siguiendo su voluntad y su propia determinación, basada en el entrenamiento previo, no duda en lo que tiene que hacer en el momento decisivo.
Todo esto y más, lo hace crecer en conocimiento y en sabiduría. Y todo esto le dará el triunfo final.

Sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil – Secuestrado el Viernes por los asesinos musulmanes de las Misioneras de la Caridad en Yemen
La prueba final se os avecina. Ya estáis viendo como vuestro Enemigo va preparando el terreno. Ya véis como ha disuadido a la humanidad a prescindir de Mi Presencia en vosotros. Cómo va logrando que la maldad camine por vuestras calles, sin que nada ni nadie la pueda controlar.
Ahora os podéis percatar como vuestra espiritualidad y la búsqueda de todo lo que os pueda acercar a Mí, a la Vida de la Gracia, a la vida de la pureza, a la vida en el Amor, se os va alejando de vuestra vida.
Ahora os podéis dar cuenta, como cada vez menos os alimentáis correctamente con la “vida” que obtenéis al seguir las Enseñanzas que Mi Hijo Jesucristo os llevó y con el Alimento Eucarístico que os regaló, en el máximo detalle de amor que tuvo para con vosotros.
Ahora os podéis dar cuenta cómo el Maligno os exalta el hecho de seguir y buscar más la vida material y carnal… Y os hace olvidar la espiritual. Más que nunca antes, ahora os podéis percatar como atenta y os ha enseñado a atentar contra la vida, al haceros utilizar los medios anticonceptivos, para evitar que Yo pueda enviar más almas a La Tierra…
Y por consiguiente, al llevar el Amor de Mi Corazón, lo podáis vencer.
Ahora más que nunca, os ha propuesto medios e ideologías extrañas a Mis Enseñanzas y a la unión con Mi Vida Espiritual; al haceros creer que por medio de estas ideologías, vosotros podréis ser como “dioses” al haceros fortalecer vuestras capacidades mentales, vuestros “poderes internos”… Y así os lleva a no necesitar de los Míos.
Ahora más que nunca, la Naturaleza se ha volcado en contra del hombre, porque ha alterado sus leyes. Leyes que Yo dí para que fueran respetadas y cuidadas, para que de ella os proveyeras.
Ahora más que nunca, se vive en el temor y en la falta de caridad entre vosotros. Ahora más que nunca, os sentís fatigados y desilusionados de la vida, porque estáis vacíos hijitos Míos. Estáis vacíos de vuestro Dios.
Yo Soy el único que os puede colmar. Yo Soy el único que os puede alimentar, “entrenar” y guiar para que podáis lograr el triunfo final.
Yo Soy el único al que podréis acudir a pedir apoyo en cualquier momento y que no os lo voy a negar, me hayáis buscado ó no en vuestra vida pasada.
Yo Soy el único que os podrá levantar para seguir adelante y vencer al Mal, aunque os tire muchas veces.
Si confiáis en Mi, si Me buscáis, si Me ofrecéis vuestra vida entera, si buscáis el triunfo final; Yo os llevaré a la Gloria y os levantaré en alto para que todos os vean. Y Yo así sentirMe orgulloso de tener un hijo que luchó y venció, porque Me dejó actuar a Mi, su Dios, en él.
Aún hay tiempo, aunque sea corto. Yo puedo lograr en días, lo que no habéis logrado en años. Dejaos que Yo os conduzca al triunfo. Haced una parada en vuestra vida, estudiad el terreno, que es vuestra vida pasada y estudiad el terreno que deberéis aún recorrer. Entrad en Mi Corazón con la ayuda de los Sacramentos, la vida de la Gracia y la Oración… Y Yo os alimentará para que venzáis.
Mi Gloria Eterna os espera. Sólo espero vuestra respuesta y vuestra libre donación con la aceptación de vuestra humildad, para que Yo os pueda ayudar a vencer.
La prueba que el Maligno os ha puesto ya, que ya estáis viviendo y que se volverá más difícil, es muy grande. Porque grande es su poder ante vosotros, que sois pequeños. Pero Mi Gracia, Mi Poder, Mi Sabiduría y Mis Enseñanzas, sobrepasan a su poder. Sólo juntos, Yo con vosotros, podremos vencerlo.
Entendedlo Hijitos Míos y ved vuestra actual realidad. Por haberos separado de Mí y de Mis Enseñanzas, ahora estáis viviendo ésta degradación en la Gracia en la que actualmente estáis. Sed humildes y aceptad vuestra pequeñez y negligencia.
Si hubierais vivido bajo Mis Leyes y bajo Mi Amparo, vuestro Mundo sería un vergel, un paraíso; pero preferisteis a Mi Enemigo y ahora vivís en las pocilgas del Mal.
No dejéis más que vuestra soberbia os ciegue y no os deje ver la Verdad y la realidad de las cosas. Yo os puedo conducir a pastos verdes llenos de paz y amor, en donde no se viva violencia ni destrucción. En donde todos podáis vivir como verdaderos hermanos, hijos de un Padre Unico, que os ama tiernamente.
Yo Soy vuestro Dios y deseo ardientemente recuperaros a cada uno de vosotros, para entregaros la vida eterna que os he prometido desde el Principio de los Tiempos. Estáis viendo la decadencia moral por todos lados, estáis viendo la decadencia espiritual en los corazones, Iglesias vacías, corazones vacíos, familias vacías de Mi Amor y de Mis Preceptos.
Estáis viendo la injusticia en los gobiernos de la Tierra, estáis viendo la corrupción que habita entre vosotros, estáis viendo el satanismo cómo crece a vuestro alrededor, cómo el culto al Enemigo se va aumentando. Estáis viendo la fragilidad del hombre ante todo aquello que es material; rechaza lo espiritual, hace su propia vida, se separa de Mí, de vuestro Dios.
Estáis viendo la lucha entre hermanos, estáis viendo la separación en las familias, estáis viendo la inmoralidad, que se da hasta dentro de la propia familia y es aceptada; se ríen de ella, la gozan.
Estáis viendo la inseguridad que tenéis para caminar por vuestras calles, la lucha fraterna de pueblos contra pueblos, la falta de amor para con el pobre, contra el desvalido. No se lucha ya contra la Maldad, se va aceptando ya en el corazón del hombre.
Qué más queréis ver Mis pequeños, para que os deis cuenta de que el mundo está al borde del Abismo… De que las profecías dadas se están cumpliendo ya entre vosotros.
¿Cuánto más queréis ver en vuestra vida, para que os deis cuenta que estáis peor que los pueblos de Sodoma y Gomorra? Estáis viviendo peor que ellos y ved lo que tuve que hacer con ellos para destruir la maldad… Y que ésta maldad no siguiera avanzando y que como cáncer, fuera destruyendo a otros pueblos.
Pero ahora podéis ver que no hay pueblo sobre la Tierra que se salve de toda ésta Maldad. Estáis viendo lo profetizado que decía que la maldad iba a reinar sobre el Bien, al menos por un tiempo.
¿Qué esperáis, Mis pequeños, para arrodillaros y pedir perdón; pedirMe Misericordia, antes de que ésta maldad os aplaste? ¿Qué esperáis vosotros mismos para poner un “hasta aquí” en vuestra vida, a ésa maldad que os está corroyendo hasta los huesos?
¿Qué esperáis Mis pequeños, para gritar “¡Justicia!” para con vuestros hermanos. Para gritar “¡Amor!” y que lo deis desde lo más profundo de vuestro corazón?
¿Qué esperáis Mis pequeños, para tocar con vuestra frente el suelo y para llenaros de ceniza… Y así pedir Misericordia por vuestros pecados? ¿Qué esperáis Mis pequeños, para rendir culto al único Dios Verdadero: a Mí, que Soy vuestro Padre?
Mi Trinidad Sacrosanta se ha dado por vosotros. Mi Amor infinito os ha dado a Mi Hijo para vuestra salvación. La Luz del Espíritu Santo está presente para que la toméis y podáis cambiar… Y que el Amor vuelva a reinar entre los hombres.
Pero vuestra necedad prefiere la Maldad, prefiere la concupiscencia, prefiere la injusticia. No queréis mover ni un solo dedo para cambiar y destruir en vuestro entorno la Maldad que os rodea, que os aplasta, que no os deja ya respirar.
¿Qué queréis pues, Mis pequeños, si Yo, que Soy el único Bien y el único que puedo cambiar todo éste mal por un Bien, Me hacéis a un lado en vuestra vida. Que ciegos estáis, Mis pequeños, no queréis ver la realidad de Mi Presencia entre vosotros. Qué sordos estáis, Mis pequeños, de no querer escuchar Mis Palabras, Mi Voz, para que el cambio se dé.
Cuánta maldad hay en vuestro corazón, que no quiere aceptar el Bien. Os habéis acostumbrado tanto al Mal, que no arriesgáis nada por buscar el Bien.
¿Hasta dónde queréis llegar, Mis pequeños? ¿Queréis ver todo destruido, vuestro cuerpo y vuestra alma adoloridos, sangrantes, medio muertos; para que podáis voltear vuestros ojos a Mí y limpiar vuestro corazón de vuestra culpa? ¿Hasta dónde queréis llegar? Mis pequeños, ¿Hasta dónde?
¿Estáis ya preparados para poner en práctica las Enseñanzas recibidas?
Un niño va a la escuela a aprender y poco a poco va poniendo las bases para llegar al nivel profesional en la Universidad y lo que ahí aprenda lo deberá poner en práctica para ayudarse y ayudar a sus semejantes.
Ahora bien, lo que Yo os he enseñado no debe caer en saco roto, ni debe dejarse al olvido. Debe ya haber movido vuestra alma a un cambio radical, un cambio en la forma de ver vuestra vida presente, un cambio para ayudar a vuestros hermanos a poder alcanzarMe también.
Los padres, con amor invierten en los hijos para su preparación futura; para que puedan con ello vivir, obtener con su trabajo los bienes necesarios para poder comprar lo material que necesita vuestra existencia sobre la Tierra.
Yo, vuestro Dios y Padre, he invertido mucho para hacer de vosotros verdaderos hijos Míos. Os he dado Mis Enseñanzas en el Pasado. Os he dado Mis Enseñanzas a través de Mi Hijo Jesucristo. Os sigo recordando en cada momento cómo os debéis comportar…
Para que viváis en la Tierra trabajando en vuestra misión, como verdaderos hijos Míos, como hijos de un Dios verdadero. Os sigo guiando para que alcancéis la plenitud de vuestra alma a través de vuestras obras.
La Humanidad ha llegado a la plenitud de Mis Enseñanzas y es hora de que las ponga a trabajar para el Advenimiento de Mi Reino. Reino de Amor, Reino de Paz, Reino que unirá el Cielo con la Tierra.
Este cambio ya se debe haber dado en el corazón de los que son Míos y ellos por Mi Gracia Infinita, deben ponerse a trabajar; para que sus hermanos aprendan de ellos a seguir Mis Enseñanzas… Y con ellas, cambiar la faz de la Tierra.
Ninguno de vosotros podrá negar que la Humanidad ha ido cayendo a un abismo profundo de corrupción y de pecado. Abismo para el cual muchos no encuentran salida, ni salvación.
Se han perdido los valores más importantes del ser humano, de los hijos de Dios, como son el Amor, la Pureza, la Sobriedad, la Compasión, el Perdón.
Actuáis como verdaderos hombres de las cavernas, en donde cada quien debe velar por sus propios intereses. Ya no hay hermandad, ya no existe la caridad, ya no véis por la ayuda del necesitado en lo material, ni en lo espiritual.
Vais deambulando como almas perdidas en un Mundo adverso al Amor.
No os unís en grupos para haceros fuertes contra los ataques del Mal y por el contrario, sí os separáis y sentís que así debéis permanecer, puesto que ya se os hace difícil confiar en el hermano.
Escondéis vuestros tesoros terrenos y los defendéis aún a costa de vuestra vida… Pero ya no os importa defender vuestro real tesoro: vuestra alma; a la cual exponéis a toda clase de tentaciones y podredumbre que la va haciendo perderse en ese Abismo Infernal. Ya no buscáis los valores del alma, que son los que van a hacer que vuestro Mundo cambie. Y sí en cambio, creéis que debéis tener más de la material para vivir mejor mientras estáis en la Tierra.
Hijitos Míos, ¡Abrid los ojos a la realidad! ¡Pedid perdón con humildad! ¡Daos cuenta que vuestros valores actuales no os están dejando nada bueno!
El estar viviendo y el estar buscando lo que ahora estáis buscando, os va a llevar a la destrucción total. Ved el Mundo, ved el pecado, ved lo que le ha sucedido al hombre cuando se ha olvidado de su Creador. Entended esto antes de que sea demasiado tarde.
El Diluvio se predijo por Noé con bastante tiempo antes de que sucediera y los hombres de ese tiempo no tomaron Mis Palabras en serio.
El cambio que se os avecina se ha profetizado desde hace muchos años y no queréis entender. No Me culpéis de injusto, cuando Yo Soy el Verdadero Justo. Sólo os pido: volved a Mí, poned en práctica Mis Enseñanzas para que el Amor os cubra y os proteja… Y evitéis así todo el mal en vosotros y en la Tierra entera.
También quiero tocar un tema que Me molesta mucho, que es el de la tibieza. Cuántos corazones viven en ésta situación. Son tan pocos, pero tan pocos, los corazones que se han dado plenamente a Mí; que viven en Mí viven para Mí, que buscan Mis intereses.
Los tibios, en general son egoístas. Me buscan cuando necesitan algo, Me buscan para que Yo les solucione sus problemas, que eso está bien; pero lo hacen ya que agotaron todos los recursos humanos, sus capacidades, las de sus amistades y muchas veces, después de recurrir a brujos o hechiceros. Para ellos vengo a ser una opción más en la posibilidad de poderles solucionar sus problemas.
NO hijos míos, Yo no Soy una opción más. Yo Soy la Fuente primaria de gracias y bendiciones. Aquél que se acerca a Mí con plena confianza de obtener lo que pide, sabiendo plenamente y con gran Fe, de que de Dios todo lo puede obtener, siempre y cuando vaya en la línea de su crecimiento espiritual y de su salvación, su santificación y de la de otros, eso siempre lo va a obtener, porque es el amor el que lo mueve a pedirme con amor para él y para los demás.
Pero si son intereses mezquinos los que mueven su corazón a pedirme y a veces, a exigirme algo; tengan por seguro que no lo obtendrán, lo cuál propicia en muchos el decir “es que Dios no me escucha”. Yo siempre escucho el clamor de mis hijos, pero ahora Yo pregunto ¿Y cuántos de vosotros escucháis Mi clamor?
Vosotros sois mis instrumentos, porque así vosotros Me lo pedisteis al querer bajar a la Tierra para servirme. Yo cuido de vosotros en todos sentidos y aún cuando me seáis infieles o tibios. O aún cuando me volteéis la espalda, Yo no les quito el don de la vida, o el alimento o la salud, en venganza. En Mí no existe eso.
Yo como Padre bondadoso espero y os doy lo necesario para que recapacitéis y os deis cuenta de Mi Amor y os veáis en vuestro interior y así, vosotros mismos con humildad sincera, os deis cuenta de la forma en que Me pagáis todas Mis bendiciones.
NO hijos Míos, no Soy un Dios de Terror, como muchos Me creen. Se imaginan que estoy esperando a que cometan un error para en ese momento llamarlo a cuentas y desquitarme de vuestra mala vida.
Vosotros conocéis la vida de muchos santos, quienes antes de aceptar ser tocados por Mi gracia, fueron perseguidores de Mi Santo Nombre, asesinos o ladrones… O simplemente, Yo no existía para nada en sus vidas.
Y fue en uno de tantos momentos que Yo permito en la vida de Mis hijos, en que aceptaron esa conversión de amor y cambiaron radicalmente sus vidas. Y desde ese momento aceptaron seguir la luz y dejaron las tinieblas.
Muchos de vosotros seguís viviendo en las tinieblas, a veces muy densas; a veces, medio transparentes y esa es la tibieza. No aceptáis de una vez por todas, apartaos plenamente de ellas, porque os gusta lo que la Tierra ofrece y que va en contra de Mis mandatos.
Observad que dije “la Tierra” y no Mi enemigo, ya que muchas veces vosotros os volvéis vuestros propios enemigos al aceptar lo que vuestras propias bajezas o impulsos hacia lo material os separan de Mí. Hacéis falsos dioses de personas, de cosas, de ideales malsanos. Y Yo quedo en segundo, en tercer plano o simplemente, no existo para vosotros.
Recapacitad hijos Míos, os amo muchísimo, no os podéis imaginar cuánto. Abrid vuestros sentidos a Mi gracia, aceptad las ocasiones que os doy durante vuestras vidas para volver a Mí. Valorad Mi Infinito Ser, ante las cosas sin importancia que os separan de Mí.
No prefiráis lo insignificante y efímero bien que os propone la Tierra, el mundo o Mi Enemigo; al grandioso e infinito bien que sólo vuestro Padre Celestial os puede dar.
No Me busquéis solo en vuestros momentos difíciles o en causas “imposibles”. Vivid plenamente en Mí, compartiendo vuestros pequeños y grandes momentos conmigo. Y así no os perderéis en problemas a los que llamáis imposibles, porque Yo saldré al encuentro de ellos antes de que vosotros os deis plena cuenta de esa imposibilidad de resolverlos.
Si vosotros Me estáis compartiendo totalmente vuestras vidas; Yo, vuestro Padre, tomo totalmente vuestras necesidades. Abrid plenamente vuestros corazones a Mi Amor: Recordad que para Mí no hay imposibles. Vosotros veis vuestras vidas con pensamiento humano, el cuál es imperfecto, finito. Yo Soy Dios Y Yo, Soy Omnipotente e infinito.
Dadme vuestro todo, el cuál es pequeñito y mísero y Yo lo cambiar por Mi TODO, el cuál es inmenso y majestuoso; vosotros saldréis ganando os lo aseguro. Tenedme confianza y Fe plenas, Yo actúo en la plenitud del Amor y siempre Me doy del todo, no me guardo nada, ni actúo por conveniencia.
No seáis tibios hijos Míos. Pues por ser convenencieros, por coquetear con el mundo y por coquetear conmigo, cuando os conviene; os vomitaré de Mi boca. Son palabras duras, pero Yo os he formado para ser perfectos y para vivir plenamente en Mí. Y no para la imperfección y que viváis a ratos para Mí y a ratos con Mí Enemigo.
Recapacitad hijos Míos, os amo tiernamente y los deseo totalmente para Mí.
Confiad en Mí, hijitos Míos, Yo no Me separaré de vosotros en ningún momento. Os daré fuerza física y espiritual para vencer en ésta prueba. Prueba que os hará alcanzar vida de Amor en ésta Nueva Era de Mi Santo Espíritu por venir.
Confiad, que Yo estoy a vuestro lado, para guiaros y en vuestro corazón para amaros y daros fuerza; Fuerza que ha de vencer a las fuerzas del Mal. ¡Llamadlo, hijitos Míos, llamadlo!
Os bendigo en Mí nombre, en el de Mi Hijo Jesús y en el del Santo Espíritu de Amor.