Hijitos Míos, hoy os quiero hacer reflexionar sobre una frase que os dí en la oración a Nuestro Padre: “No nos dejes caer en la tentación”.
Os he dicho que el Maligno al caer en la Tierra, fue constituido “Príncipe de éste Mundo” y tuvo prácticamente total poder, hasta que llegué Yo vine a ponerle fin a sus maldades; protegiendo así la vida de las almas que Mi Padre había permitido hacer llegar a la Tierra y a las que en lo futuro llegarían.
El Demonio había ya hecho su reinado sobre la Tierra. Poseía a algunos de vuestros hermanos, los atormentaba en muchas formas y utilizaba a otros para provocar guerras y barbaridades extremas. Seducía a los pueblos con los bienes de este Mundo y oponía al hombre con el hombre y al hombre con su Dios. Todo era un caos…
Y gracias a las oraciones de unos cuantos; el Corazón de Mi Padre se compadeció y tal y como ya se había anunciado en el Génesis, llegué Yo a la Tierra, por medio de la Gran Mujer: María Santísima, a redimir al género humano.
Hijitos Míos, la tentación es una de las armas del Mal con la que seduce a las almas, para que prefieran las cosas de la Tierra y así hacerlas olvidar de hacer el bien para el cual bajaron.
La función de las almas, es la de traer el Bien que se vive en vuestro Hogar Celestial e implantarlo en la Tierra; para vencer con el Amor, el Odio y la Maldad con las que el Demonio ha corrompido la Obra de Nuestro Padre Dios.
Vosotros todos, venís del Cielo, donde se vive la Voluntad de Mi Padre. Y bajáis libremente pero con la orden en vuestro corazón, de llevarle amor a las almas que bajaron antes que vosotros y que están en la lucha.
Batalla en la cuál el Maligno constantemente las está atacando con toda clase de tentaciones, para hacerles olvidar la misión tan grande y bella que tenéis cada uno de vosotros: transmitir el Amor.
Por medio de la tentación, que puede ser de tipo material ó espiritual, el Demonio os trata de hacer olvidar vuestra vida y misión espiritual.
No hay mayor pérdida para el Cielo, que un alma no lleve a cabo su misión de amor y que además se pierda en el Infierno para toda la Eternidad. Ese es el mayor triunfo del Mal sobre un alma… Y ésa es la tarea del Demonio y sus secuaces.
La tentación siempre la tendrá el alma cuando baja a la Tierra; ya que la Tierra al estar bajo el dominio de Satanás, el alma llena de Amor de Dios, llega como “enemiga” a tratar de destruir lo que él ha implantado.
Por eso las almas, “enemigas” del mal, empiezan a ser atacadas desde muy temprana edad.
El Demonio con su astucia, puede deducir el plan de Dios para cada alma. Y si para algunas almas utiliza menos de su poder para atacarlas; a otras, que llevan una misión más grande, desplazará todo su poder para tratar de eliminarlas.
Las tentaciones empezarán siempre desde temprana edad, cuando los padres de la nueva alma que llega, deben enseñarle los valores básicos y esenciales que deben aprender: Amar a su Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todo su espíritu. Por eso el primer ataque será contra sus padres y no tanto contra ella misma.
A los padres les provoca apatía, falta de Fé y de amor a Dios. Falta de interés por enseñar lo que el alma debe aprender desde pequeña, etc.
Así, a la falta de amor y responsabilidad de los padres para con su Dios, las nuevas almitas van sufriendo indirectamente de los ataques del mal y los mismos padres se vuelven instrumentos de Satanás, destruyendo o impidiendo la espiritualidad de las almitas que apenas llegan de misión a la Tierra.
De éste modo al no tener las bases, los cimientos de una vida espiritual, las nuevas almitas quedan a merced de los ataques fáciles de Satanás, posiblemente por el resto de su vida.
Desgraciadamente ésto va causando una cadena destructiva, éstos niños no preparados en los valores Divinos; al no poseerlos, ellos no serán capaces de transmitirlos sus hijos…
A menos que Yo intervenga y por las oraciones de petición que recibo de todo el Mundo, del Cielo y del Purgatorio; puedo romper la cadena y hacer que un alma apartada de Mí, pueda tener la oportunidad de encontrarMe y así dar los frutos que debe dar.
Los cimientos, los fuertes cimientos espirituales para el alma, se obtienen en la niñez, por eso el Demonio siempre ha atacado a los niños fuertemente.
En éste tiempo vuestro, podéis ver más claramente éste ataque hacia la niñez. Padres sin valores que no transmiten casi nada ó nada a sus pequeñuelos. Fuertes ataques por medio de la televisión y “juegos electrónicos”.
Si antiguamente eran las malas revistas las causantes del mayor deterioro espiritual; ahora, grandes y pequeños se están envenenando en forma “divertida”.
La televisión se ha vuelto la forma más efectiva de ataque a las almas, distorsionando fuertemente los valores de las almitas que apenas empiezan a crecer en el Mundo.
La falta de responsabilidad de los padres cada vez se hace más patente. Y entended que la falta de responsabilidad es ante un compromiso hecho a vuestro Dios. No es a un niño ó a una niña a los que estáis abandonando impidiendo enseñarle lo debido.
Es a un ALMA a la que estáis afectando y que no os pertenece. Vuestro Dios os permite ser tutores de ella, confía en sus “padres” para prepararla a la lucha; para que pueda vencer todos los ataques y tentaciones del mal.
No veáis sólo la cubierta carnal de vuestros hijos. Ved lo interno, el tesoro que VIVE dentro: el alma.
Ya os he dicho que el Demonio sabe mejor que vosotros el valor de las almas. El sí sabe en donde radica el valer del hombre, ¡Qué tristeza! Porque vosotros, que sois Mis hijos… ¡No lo sabéis, ni lo apreciáis!
El Demonio no gastaría tanto su tiempo y su poder si no fuera a ganar algo grande. Y él sabe que quitarMe un alma por medio de las tentaciones, es algo MUY DOLOROSO para Mí y para Mi Padre.
Mis pequeños, hermanitos Míos, os pido de corazón os conscientiséis firmemente del valor que tiene el alma, sobre el compromiso de Ser “padres” de una nueva almita que llega a la Tierra y de las formas que utiliza el Demonio para destruiros a través de las tentaciones.
Un alma nunca llega a la Tierra desprovista de Mi Ayuda. Yo siempre velaré por ella, porque vale muchísimo para Mí, su Dios.
Yo, vuestro Dios Encarnado; os dí las bases, las enseñanzas, Mi Vida Entera, Mi Alimento Divino; para que pudierais al tomarlos, vencer fácilmente la acción del Mal. Pero si os olvidáis de ellos, caéis fácilmente en las redes de la tentación y con una posible pérdida eterna de vuestra alma.
“Mi Gracia te basta”, así le contesté a Mi hijo Pablo, para indicarle la forma de vencer al Mal y a sus tentaciones.
Mi Gracia es inmensa, es Omnipotente si la aceptáis. Pero por desgracia, el Mal con sus tentaciones, os ha hecho olvidar que tenéis un Dios que os ama infinitamente y que os dió enseñanzas de Vida Eterna.
El premio es para quién persevere hasta el final y se deje guiar por Aquél por quién se os dió la vida.
Recapacitad y entended antes de que sea demasiado tarde.
Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.
Hijitos Míos, os quiero hablar ahora de una gracia muy especial que concedo a las almas humildes, a las almas que Me buscan, a las almas que quieren su purificación y santificación: la conciencia del mal, la conciencia del pecado.
En los tiempos en que os ha tocado vivir, el Autor del Mal os ha desviado casi completamente de ésta facultad: el reconocimiento del mal con el que se Me ofende a cada momento en vuestro mundo, con el que se Me blasfema, con el que se Me ataca.
Habéis sido formados en Mi Gracia, sois parte de Mí y bajáis del Cielo en estado puro y santo, porque vuestra esencia de alma es Mi propia Esencia y al encarnaros, en vuestra concepción es cuando adquirís los defectos del Pecado Original.
Bajasteis del Cielo para servirMe y para servir a vuestros hermanos. Para ayudarMe en su salvación y para ayudarMe en la propagación de Mi Amor entre los vuestros.
Grande Amor es el que os reviste al bajar a la Tierra y eso lo conoce el Maligno. Y al tomar cuerpo quedáis a merced del Mundo; pero Yo en todo momento os protejo y os guío.
Primeramente a través de Mi Santo Espíritu que habita en vosotros y cuando adquirís conciencia, a través de vuestro esfuerzo al tratar de vivir en Mi Gracia; por las Virtudes que os he enseñado y otorgado a través de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Siempre Virgen María.
Sabiendo el Maligno que vuestra misión en la Tierra se resume en el de trabajar en el Amor, en Mi Amor; él os va a poner múltiples tentaciones para desviaros y para que volquéis vuestra atención a las cosas del mundo y al goce de vuestra carne.
Haciéndoos olvidar del crecimiento espiritual y de alimentaros de todo aquello que os de fuerza espiritual, lo cuál le resta fuerza a él. De aquí que su ataque es tan fuerte y tan sutil, que su mayor logro ahora lo estáis viviendo: el de haceros creer que lo malo, lo que Me ofende, lo que Me quita almas para su salvación, lo que quita virtud y amor en vuestras almas, ya no es tan malo ó simplemente ya es normal.
Se os ha vuelto normal y hasta aceptado por vuestra conciencia, el vivir apartados de Mis Leyes, de Mis Preceptos, de Mis Mandamientos.
Ya no os confesáis de faltas graves y os acercáis a recibir el Cuerpo Divino de Mi Hijo en la Eucaristía, llevando en vuestro corazón éstas faltas graves que sólo os están abriendo las Puertas del Infierno y de vuestra condenación eterna.
Ya habéis perdido la conciencia del mal, la conciencia del pecado. Porque ahora el Mal os ha hecho creer que esos pecados graves como son los de impureza, los divorciados “supuestamente unidos” por algunos de Mis ministros, el vivir en unión libre y muchos más…
Ya no son tan malos, puesto que los véis todos los días a través de vuestros medios de comunicación.
Os habéis dejado llevar por su Mentira porque os conviene, porque conviene a vuestra carnalidad y a vuestro egoísmo. Porque el vivir en Gracia y en Virtud, implica sacrificio y donación de vuestra voluntad y ya no queréis sufrir ni donaros a vuestro Dios, que tanto os ha dado y os sigue dando, a pesar de vuestra vida continua en el pecado.
Pero que si no atendéis a las oportunidades de conversión que se os dan a lo largo de vuestra misión sobre la Tierra, al final Yo tendré el derecho divino de utilizar Mi Justa Justicia.
Mi Santa Misericordia se derrama sobre cada uno de vosotros mientras habitáis sobre la Tierra y hasta el último hálito de vida que tengáis.
Pero si vosotros, en vuestra libre voluntad os empecináis en manteneros en el pecado, dañando constantemente a MI Corazón Divino; al final ya no será Mi Misericordia la que os juzgue, porque la tuvisteis y la despreciasteis.
Sino que Mi Santa Justicia os enfrentará a vuestra propia necedad y vuestro destino eterno, vuestra propia alma os lo mostrará al mediros con Mi Amor y Mi Verdad.
Hijitos Míos, pedid ésta Gracia tan grande que necesitáis en gran medida en éste tiempo que estáis viviendo. Y pedidla con gran humildad para agradar a Mi Corazón tan dañado por los pecados del mundo, al tener la conciencia del Mal.
Mucha humildad se necesita para aceptar que no se vive de acuerdo a Mis Leyes de Amor. Y necesitaréis también de mucha fortaleza, que os la dará Mi Santo Espíritu al pedírsela; para que podáis manteneros en la lucha para permanecer en Mi Gracia Divina y en la Verdad de Mi Corazón.
Volved a la Oración y a la Penitencia para fortaleceros espiritualmente. Acudid arrepentidos a Mi Santísima Hija para que Ella siendo vuestra Madre Celestial y conociéndoos perfectamente, os tome de la mano y os guíe por el Camino de la Salvación Eterna.
Que éste tiempo de Cuaresma os sirva para comprender más profundamente Mis Verdades y sobre todo, para que podáis comprender mejor la Donación en el Amor Infinito que os hice al daros a Mi Hijo Unico…
Y Él darSe hasta la última gota de Su Sangre por vuestra salvación y para ayudaros a conocer el camino de la perfección en vuestro Dios y Señor.
Tomad de El todos Sus Méritos y revestíos con ellos para que podáis alcanzar sabiduría y amor eternos; así mismo, para que os volváis nuevos Cristos para la corredención de vuestros hermanos del Mundo y del Purgatorio.
Mi Amor es Paciente y Misericordioso. Espero al hombre, espero a su conversión. Siempre espero a que el hombre reaccione hacia el bien. Que se dé cuenta que el Mal no lo está llevando a nada bueno en su vida.
Y así es Mis pequeños, vosotros fuisteis creados para vivir en el bien y tan pronto el alma gira hacia el Mal, todo lo malo se le va hacia ella, porque es como un imán. Cuando el alma cambia hacia el mal, el Mal viene hacia ésa alma, ahí encuentra su nido.
Y ésas almas, ésos hermanos vuestros que abrieron su corazón hacia el Mal, van a ir decayendo cada vez más y más. Y vosotros lo notáis. Vosotros os dais perfectamente cuenta cómo aquellos que le han dado la espalda a Mi Amor, a Mi Bien, a Mis Leyes, todo les sucede mal en su vida.
Porque ellos han escogido ése camino. Porque ellos en su libre albedrío, abrieron su corazón hacia el Mal.
En cambio, aquellos que luchan contra el Mal, Me dan Mi lugar en su vida y están buscando solamente el bien. A ellos Yo los consiento, los cuido y los protejo. Sobre todo esto último, Mis pequeños. Porque Satanás tiene envidia del bien que las almas buenas producen.
Porque él sabe que un alma que actúa en el bien, tendrá un premio eterno en el Reino de los Cielos. Premio que él perdió y que no quiere que las almas buenas lo tengan.
Ciertamente hay almas que son muy atacadas por Satanás, porque son almas buenas que pueden hacer que muchas otras almas cambien y se regresen a Mí. Satanás las ataca constantemente, para que ellas se arrepientan de vivir en el bien y cambien hacia el mal.
Pero ahí es en donde Yo protejo a las almas que están buscando la santidad, que es el hacer Mi Voluntad. Ciertamente van a seguir teniendo ataques; pero estas almas buenas, guiadas por Mí vuestro Dios, ofrecen todos ésos ataques y sufrimientos para la salvación de muchas otras almas malas que están viviendo en el Mal y que están llevando a otras almas hacia el Mal.
Así es como Yo aprovecho el Dolor de las almas buenas para la conversión de almas malas, almas que se han equivocado de camino.
Como veis Mis pequeños, en la economía celestial nada se pierde de vuestros dolores, sufrimientos de todo aquello que sucede aparentemente por casualidad.
No hay casualidad en la vida del hombre, porque Yo os voy guiando Mis pequeños. Y aquellas almas que han aprendido a dejarse guiar por Mí, saben perfectamente que no hay casualidades en la vida del hombre.
Os pido Mis pequeños, que sigáis confiando en Mí vuestro Dios; sabiendo que si algo difícil, doloroso está sucediendo en vuestra vida, Yo estoy tomando ésos dolores, ésos sufrimientos; para la salvación de muchas almas.
Y sobre todo en éstos tiempos en que hay tantas almas equivocadas, tantas almas que podrían condenarse y gracias a vuestro sufrimiento, a vuestros dolores ofrecidos, Yo puedo salvar a ésas almas.
Y esto os lo digo para que os alegréis, Mis pequeños. En los momentos difíciles que tengáis, Yo estoy con vosotros y así como Mi Hijo sufrió por cada uno de vosotros. Él también, en Su sufrimiento ofrecido, aceptando las órdenes que Yo le daba, muchas almas se salvaron.
Vosotros mismos podéis estar en ésta situación, que fuisteis salvados gracias al sufrimiento anterior de alguna otra alma y que cayeron las Bendiciones sobre vosotros.
Y lo que tenéis es gracias a ésas Bendiciones de algún hermano vuestro, en algún momento de la historia.
Os digo también todo esto Mis pequeños, para que os alegréis. Que no veáis vuestros sufrimientos como un sufrimiento estéril. En Mí no hay ése sufrimiento estéril. Todos los sufrimientos de Mis hijos queridos, siempre van a producir una reacción feliz para alguna otra alma.
Alegraos pues Mis pequeños, porque nada sucede por casualidad en la economía celestial.
Hijitos Míos, conozco al hombre porque Yo, vuestro Padre y vuestro Dios os creé. Conozco al Mal desde que le retiré Mi Amor. Conozco vuestro actuar desde que dejasteis actuar el Mal en vuestro corazón. Conozco vuestros actos y vuestro futuro, vuestro pensar y vuestro actuar. Conozco todo lo vuestro y lo que Satanás quiere de vosotros.
Mis pequeños, ciegos y sordos queréis estar a Mis advertencias y a Mis cuidados. Pero como os conozco sé que os gusta vivir bien y todos vosotros quisierais vivir sin preocupaciones, sin obligaciones, sin molestias, sin problema alguno. Simplemente vivir como niños chiquitos.
Cómo os he querido hacer entender que fuisteis creados para gozar el Bien que de Mi sale; pero preferisteis ser los hijos pródigos que Me dieron la espalda, como tantas veces lo hizo el pueblo judío, para gozar según vuestras humanas capacidades os permitían entender.
Os habéis separado de Mí, pero Yo no de vosotros y os sigo cuidando y poniéndoos sobre aviso de los que os puede pasar, si os mantenéis en vuestra errónea manera de actuar hacia Mí y hacia vuestros hermanos.
Os decía que todo lo que os está pasando ya estaba anunciado en las Escrituras y no queréis ver lo que ya os rodea. El Maligno se ha ido apoderando de todo lo bueno de la Tierra y lo ha ido poniendo en contra del hombre.
Recordad lo escrito:
Luchas de hijos contra padres, padres contra hijos. Luchas fraternas entre pueblos hermanos o entre pueblos extranjeros. Hambre por doquier. Enfermedades y pestes nuevas. Sequías e inundaciones graves. Las estaciones alteradas, los aires irrespirables, las aguas contaminadas, los alimentos cargados de venenos por los mismos químicos que los malos científicos están usando.
Injusticia por doquier. Temor a todas horas. Persecuciones creadas para perseguir y aniquilar a los Míos. Creación de grupos humanos consagrados a Satanás con la tarea de destruir todo y a todos aquéllos que vivan en Mí y que Me protejan y transmitan. Inseguridad a vuestro alrededor quitándoos la paz interior y manteniéndoos en constante sobresalto.
Venganzas y ataques por todos lados, a todos niveles y en todos los estratos de la sociedad. Vicios diversos que acaban con vuestra personalidad, con vuestra familia y con vuestra espiritualidad. Concupiscencia y corrupción descaradas, etc.,
La lista puede seguir y no podréis negar nada de ello. Todo esto y más os está ahogando y os mantenéis en el plano de espectadores sufrientes solamente.
La gran mayoría de vosotros solamente os quejáis y no movéis ni un solo dedo para poder remediar todo éste mal, que es real. Que os está afectando a todos, tanto en lo personal como en cada una de vuestras familias.
Todo éste mal seguirá creciendo y os quiere aplastar para acabaros totalmente.
¡Abrid ya los ojos, Mis pequeños! El ataque es real. La lucha está por todos lados. La podredumbre del Mal ya se ha introducido a todos los niveles de poder.
Lo que debieran ser instituciones de servicio, ahora se han contaminado con los poderes de Satanás y se han vuelto instituciones que se aprovechan de lo vuestro… ¿Hasta dónde queréis que Satanás os pisoteé? O ¿Cómo queréis que os destruya?
Contra el Maligno no hay arma creada por el hombre, que lo pueda destruir. Solamente con Mis Armas se le podrá quitar su poder sobre vosotros y ya os había dicho que éstas son el AMOR y las VIRTUDES. No hay otra forma, Mis pequeños.
No estáis luchando contra poderes terrenos, sino contra poderes satánicos. Y éstos solamente pueden ser vencidos como lo visteis hacer a Mi Hijo Jesucristo.
“Al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla en los Cielos, en la Tierra y en los Infiernos”, Tenéis Mi Poder, que es el de Mi Hijo Jesucristo con vosotros.
Pero para que Su Nombre y Su Poder pueda ser usado por vosotros; debéis primero, tener una purificación interior y ésta es a través de la vuelta a los Sacramentos…
O sea, volver al estado de Gracia y a vuestro crecimiento espiritual a través de la Eucaristía, la oración y la donación de parte vuestra.
Esto que os diré es una realidad: vosotros sois inmensamente más poderosos que Satanás y sus Demonios juntos, cuando estáis Conmigo, vuestro Dios y Señor.
Buscáis poderes actualmente. Venid pues por los verdaderos poderes que existen y que dominan a todo el Universo: tomad de Mí todos Mis dones, toda Mi Ciencia, toda Mi Sabiduría, todas Mis capacidades…
TOMAD TODO DE MÍ, vuestro Dios y usadlo para reconstruir vuestro mundo.
Sacad al Enemigo ya de entre vosotros y vivid con dignidad. Os lo merecéis, porque sois Mis hijos. Solamente os recuerdo que para que Mis Poderes puedan funcionar en vuestras manos, sin problema, los deberéis usar bajo las normas del AMOR.
Porque así como Satanás puede usar sus poderes por el Mal, vosotros podréis usar los Míos con el Amor y FÁCILMENTE LO VENCERÉIS.
El cambio real de vuestro mundo depende de vuestro cambio interior en el amor.
¿Queréis ser vencedores o vencidos?
Yo os bendigo en Mi Santísimo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, salvador de todo el género humano y en el de Mi Santo Espíritu de Amor.
Recibid todo el amor maternal y cuidados de mi Hija, la Siempre Virgen María.