F37 LAS OLIMPIADAS CELESTIALES
Dice Javier: Es muy común escuchar entre la juventud cuando hay alguna disputa familiar, decirle a los padres: “Yo no les pedí que me trajeran a la Tierra o Yo no les pedí nacer” o cosas similares. La realidad a esta situación me la hizo conocer Dios Padre.
Cuando una pareja de esposos están haciendo el amor, Dios Padre se voltea hacia las almas que aún no han bajado a la Tierra y les pregunta: “De ésta pareja se va a concebir un niño o una niña (de acuerdo al caso) y va a llevar en la Tierra ésta misión…” Y se las muestra a las almas.
Dios es súper Caballeroso, Él NUNCA obliga a hacer algo a alguien. Siempre pide permiso, a diferencia del Demonio el cual presiona, quita la paz, mete dudas y malestar general, etc. lo que viene de Dios siempre va a dejar Paz, alegría, bienestar general, crecimiento espiritual, etc.
Luego pregunta: ¿Quién quiere encarnarse en ese ser que se va a concebir?
Y el alma contesta: ¿Padre, me concedes el don de la vida?
A nosotros siendo almas se nos hizo esa pregunta y nosotros en nuestra plena libertad pedimos bajar a ser soldados de Dios Padre, corredentores con Nuestro Señor Jesucristo y Profetas de Amor del Espíritu Santo. Nadie nos obligó, nosotros hicimos un compromiso PERSONAL con Dios Padre.
El nos explicó, vas a nacer en tal o cual familia, te vas a desarrollar de tal o cual manera, vas a tener estas cualidades y estos defectos, vas a tener estas tentaciones del Mal que te van a hacer caer o te van a tratar de evitar el que cumplas la misión que ahora te estoy encomendando, etc.
Nosotros sabemos por anticipado TODO lo que va a suceder en nuestras vidas…
Pero hay dos inconvenientes que van a sucederse y van a hacer difícil el cumplimiento de la misión. La primera es que ‘el uniforme’ que nos toca llevar a cada quién aquí en la Tierra (el cuerpo) tiene defectos. Y no porque Dios lo quiera así, sino que los tiene a causa del Pecado Original y el Demonio conoce muy bien tales defectos.
Y usándolos tratará durante toda nuestra vida de hacer que los defectos del cuerpo destruyan las cualidades y virtudes del alma, para que esta no regrese triunfante a Dios Padre.
La segunda inconveniencia es que al encarnarnos se nos va a olvidar la misión y la explicación que nos dio Dios Padre.
Y ella sólo la podremos recordar si podemos vencer nuestras inclinaciones al mal que nos ha propuesto el Maligno utilizando nuestros defectos y nuestra falta de voluntad al tratar de vivir en estado de gracia. Y aumentando las virtudes que Dios nos otorga al utilizar los Sacramentos que Dios nos ha otorgado y así poder defendernos de los ataques del Mal.
La mejor forma de recordar nuestra misión es el vivir en estado de gracia, alimentarnos continuamente de la Sagrada Eucaristía y la ORACIÓN de corazón que el mismo Espíritu Santo nos va a conceder a través de la Intercesión de la Santísima Virgen María.
Y si ésta oración la podemos hacer frente al Tabernáculo o ante el Santísimo Expuesto es lo máximo.
Ahora, como Dios Padre sabe perfectamente toda la lucha que vamos a tener aquí en la Tierra y Él siendo un Padre Amorosísimo y que trata de proteger a toda costa a ‘sus’ almas que bajan a la Tierra, las equipa con lo mejor que nos puede dar…
Y es al Mismísimo Espíritu Santo a quién le pide se introduzca, junto con el alma que recién aceptó la misión, en el recién concebido bebé.
Algunos le llaman ‘la voz de la conciencia’ otros le llaman ‘la luz interior’, etc. Pero la realidad es que es el Mismísimo Dios en su Tercera Persona, Quién vive en nosotros.
Esto es algo grandísimo y en lo que pensamos muy poco. Así como el darnos cuenta que estamos trabajando PERSONALMENTE para Dios Padre, en Un compromiso PERSONAL que hicimos con Él y que vamos a tener que darle cuentas PERSONALES cuando Él nos mande regresar.
Y las cuentas serán de AMOR: ¿Cuanto amor llevamos a los demás?
¿Cuántas almas ayudamos con nuestra Oración a no caer en las Garras del Mal para que cumplieran con su misión?
¿Y cuánto Amor dejamos en la Tierra?
Hijitos Míos, antes de que viniera Mi Hijo a la Tierra, se vivía en la obscuridad espiritual. Tenéis el tiempo del antes de la venida, el tiempo en Su venida y el tiempo posterior a Su venida. Antes se vivía en ésa obscuridad, porque estaban afectados por el Pecado Original, estaban esperando al Salvador.
Ciertamente, aquellos que seguían las palabras de los profetas y que eran tocados en su corazón, eran guiados por la Verdad, pero sólo eran algunos. No todos querían seguir lo que los profetas les indicaban.
Viene Mi Hijo, el Gran Profeta, Dios entre los hombres, Él personalmente os instruye, os lleva hacia el Amor. Se muestra a Sí Mismo, mostrándoMe también a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, a los hombres. Él dice “el que Me ve a Mí, ve al Padre” y así muestra a la humanidad quien fue vuestro Creador, que estaban viendo manifiesto en el Hijo.
Empieza una nueva Evangelización de Amor, una nueva vida que se les da a los hombres. Se os dan grandes regalos, los Sacramentos, la Vida Misma de Mi Hijo en vosotros, con vosotros y para vosotros.
Empieza la Evangelización mundial y el mundo conoce que Mi Hijo es Dios entre vosotros y así la humanidad recibe de los Bienes del Cielo.
Pero viene después la época que estáis viviendo. Y entráis nuevamente a la Obscuridad. Negáis la Luz que se os dio, no seguís ya las Enseñanzas Celestiales que Mi Hijo os vino a dar, rechazáis todo lo que viene de Mí. Y así, a pesar de haber tenido la Luz, volvéis a las Tinieblas.
En la antigüedad fueron tinieblas, vino la Luz y luego escogisteis las tinieblas a la Luz y esto es más grave que en la primera época de obscuridad, Mis pequeños. Porque en la primera época, fueron vuestros Primeros Padres los que rechazaron la Verdad, Me rechazaron a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios.
Pero ahora sois vosotros mismos los que Me estáis rechazando y estáis entrando nuevamente a la Obscuridad. Ya no le podéis echar la culpa a vuestros Primeros Padres, Adán y Eva por haberos llevado a la obscuridad. Ahora sois vosotros mismos, personalmente los que estáis escogiendo la obscuridad a pesar de haber tenido la Luz.
Conocisteis la Luz a través de Mi Hijo, conocisteis el Amor a través de Mi Hijo, tuvisteis acceso a los Sacramentos, tuvisteis acceso al Alimento Divino; todo esto y más que estáis rechazando y no queréis saber de Él. Daos cuenta de vuestro pecado. Daos cuenta de que por éste rechazo os estáis alcanzando todos éstos Desastres y toda la Maldad que se está dando alrededor del mundo.
Vosotros mismos estáis atrayendo la Maldad, porque la estáis prefiriendo. La Maldad viene con la obscuridad de vuestra alma. Habéis cerrado vuestra alma, vuestra mente y vuestro corazón a la Luz que os vino a dar Mi Hijo.
¿Por qué ahora os asustáis de todo lo que está sucediendo y Me echáis la culpa a Mí, vuestro Dios, cuando vosotros mismos estáis atrayendo toda ésta maldad; porque estáis rechazando el Bien que os puede ayudar, que os puede apartar de todo esto?
Sed concientes de todo ello, Mis pequeños. Sed concientes de que ésta maldad es vuestra causa. Vosotros estáis afectando a vuestros hermanos. Vosotros, al estar apartados de Mí, estáis afectando a vuestros hermanos, no estáis haciendo nada para que la Luz se mantenga en el mundo.
Se os dio Luz la y vosotros la habéis rechazado de vuestra vida. Y por lo tanto, no la transmitís tampoco a vuestros hermanos. Vosotros sois copartícipes de la Obscuridad, no transmitís vida. Estáis transmitiendo muerte. Vosotros sois instrumentos de Satanás, no sois instrumentos Míos.
Os lo tengo que decir así Mis pequeños, en forma clara. Tengo que ser preciso en Mis Palabras, para que entendáis que vosotros ahora estáis trabajando para el Mal. No estáis trabajando para Mí, como Mi Hijo trabajó para traer la Luz a la humanidad.
Todo se irá empeorando tanto cuanto vosotros sigáis en la Obscuridad, si no ponéis un alto en vuestra vida y os volváis a la Luz que os trajo Mi Hijo. La Obscuridad os va a envolver, Satanás derramará todo su Mal sobre vosotros: caerá su maldad y su destrucción, sobre vosotros; sobre vuestros hijos, sobre todo lo creado, porque vosotros lo estáis alimentando CON EL PECADO…
Entended esto y poned un freno ya a vuestra vida de concupiscencia, de pecado y de maldad; si no, moriréis en éste Mal que vosotros habéis atraído a vuestra vida y a la de vuestros hermanos.
Hijitos Míos, daos cuenta que muchos de vosotros estáis actuando como el hijo pródigo. Os separáis de las buenas costumbres, os separáis del alimento de vuestro hogar y no Me refiero al alimento del cuerpo, sino del alimento espiritual que habéis adquirido en el hogar.
Os vais del hogar que os dio ése alimento y os encontráis con supuestas amistades que os enseñarán cosas diferentes y aún obscuras, que se os hacen interesantes, pero que solamente os llevarán a la Muerte Espiritual.
Muchos, muchos de vosotros os apartáis voluntariamente de ése alimento rico, de ése alimento sustancioso que se os ha dado desde pequeñitos.
Sí, muchos padres concientes que han trabajado en la transmisión de los valores cristianos, también sufren de éstos problemas, porque Satanás no respeta a ninguno de vosotros y especialmente ataca a aquellos hogares en donde todavía se les está alimentando a los hijos con la vida espiritual, con una verdadera vida espiritual.
Sí, Mis pequeños, debéis estar pendientes de estos ataques. Deberéis estar conscientes de que os estará atacando Satanás a lo largo de vuestra vida y especialmente si estáis trabajando para la Gloria Mía.
Si es vuestra obligación el transmitir vida de cuerpo y alma, también es Mi obligación como Padre, el protegeros contra los ataques de Satanás. Yo protejo y guío a todos aquellos hijos Míos que han tomado el Don de la vida con conciencia, la han tomado tan en serio, que saben que su vida sobre la Tierra es importantísima para los Bienes del Cielo.
Estos son Mis verdaderos hijos, los que están trabajando para Mí, vuestro Dios. Ciertamente en ellos se enfoca el ataque de Satanás: los tratará de desprestigiar ante vosotros, tratará de atacarlos, en sus debilidades, en donde más les duela; pero no debéis daros por vencidos, Mis pequeños, Yo estoy con Mis hijos fieles.
Yo os protegeré y recordad que a pesar de los ataques que a veces permito, es para que vosotros os vayáis acrisolando; para que saquéis fuerzas de éstas caídas y de éstos ataques. Para que cuando vengan los ataques fuertes, ya no os pueda vencer Satanás y seáis ejemplo ante vuestros hermanos.
Porque así como Mi Hijo lo venció, también vosotros lo podréis vencer si permanecéis con Él. Por eso, no os desaniméis, Mis pequeños, cuando tengáis los ataques; al contrario, alegraos porque si os está atacando, es porque valéis.
Porque tenéis vida, la Vida Divina en vuestro interior, porque realmente le estáis haciendo daño a su mundo de maldad, al Príncipe de éste mundo.
Al llevar Mi Vida y Mi Luz a vuestros hermanos, Satanás nunca os vencerá si estáis Conmigo y si vais por el buen camino, Yo siempre estaré con vosotros.
Entended bien que Yo os he enviado y que Yo he confiado en vosotros al enviaros para trabajar contra el Príncipe de éste mundo.
Yo Soy vuestro Dios y vuestro Creador, aún el Príncipe de éste mundo es Mi siervo y él no puede contra Mí, su Dios y su Creador. Si estáis Conmigo nunca os podrá vencer.
Hijitos Míos, no busquéis cosas extraordinarias en vuestra vida, manifestaciones extraordinarias del Cielo. Al ser como niños, todo es extraordinario para vosotros. Pero lo más extraordinario para un niño, es el amor de sus padres.
Mis pequeños, el amor de los padres hacia los hijos es importantísimo. Los niños crecen, pero crecen interior y exteriormente seguros, se sienten amados y al sentirse así, es como crecen en una forma madura.
Sí, suena difícil entender esto, que se crezca en una forma madura como niño y con esto Me refiero a que crezcan seguros de sí mismos, porque lo contrario lo veis con los niños que son atacados o son olvidados por los padres.
Ya desde pequeñitos se les van causando muchos daños. Estos niños no crecen seguros de sí mismos, crecen timoratos; tienen muchos problemas de relación con sus amiguitos, se vuelven agresivos o se apartan de los demás.
Todo esto os lo digo Mis pequeños, porque lo espiritual es muy similar. Cuando vosotros como padres, les vais dando ésta seguridad espiritual, cuando oráis con ellos, cuando les atendéis como verdaderos padres cristianos, transmitiendo las Verdades y el Amor que os dejó Mi Hijo; vuestros hijos crecerán seguros, seguros en el Amor de Dios.
Sí, Mis pequeños, esto es muy importante. Ciertamente con el amor de los padres crecerán seguros, pero siempre faltará el Amor de vuestro Dios, Mi Amor en vuestros hijos. Estáis haciendo crecer un cuerpo, pero también debéis hacer crecer un alma.
Cuando nada más hacéis crecer el cuerpo, aunque les hayáis dado seguimiento a toda su vida, apoyo, amor, comprensión, pero nada más a nivel terreno; éstos niños no crecerán completos, también habrá problemas dentro de ellos.
Porque, recordad que vuestra misión es espiritual y si vosotros no dais alimento espiritual, no podrán ellos moverse en el plano espiritual, aún dentro del plano terreno dentro del que estáis todos.
Como padres debéis alimentar a vuestros hijos, tanto en lo humano como en lo espiritual y de ésta forma Me daréis verdaderos hijos con los cuales Yo podré contar para la transmisión de Mis Verdades y de Mi Amor a lo largo de su vida.
Si vosotros nada más los llenáis de lo humano no Me conocerán y en un momento dado, hasta Me rechazarán, porque no Me conocieron.
Por eso es importantísimo que seáis verdaderos padres cristianos, transmitiendo vida de cuerpo y vida de alma, para que vuestros hijos sean verdaderos hijos Míos.
Hijitos Míos, os he hablado de la purificación que tendréis que padecer. También se os ha hablado de que vosotros, con vuestra oración, con vuestra entrega, con vuestros sacrificios, con vuestra vida de ejemplo y llevando a cabo vuestra misión, unida a los Méritos de Nuestro Señor Jesucristo, podréis acortar el tiempo de la prueba y la fuerza de los acontecimientos.
Mis pequeños, estáis viendo ahora la Apostasía, cómo se está dando alrededor del mundo. Estáis viendo cómo se van apartando vuestros hermanos de la Iglesia, cómo se van debilitando en lo espiritual, cómo las Iglesias se van quedando vacías.
Estáis viendo los pleitos internos también en las familias, que los hijos no quieren saber de Mí, no quieren mantenerse bajo Mis Leyes y bajo Mi Amor. Estáis ya viviendo la vida, profetizada desde antiguo.
Estáis viendo la Maldad cómo camina ya en las calles, cómo ya hay maldad a todos niveles y no lo podéis detener. Cómo hay impunidad a todos niveles y le dan más valor a aquellos que hacen el mal, que a aquellos que están buscando el bien. Estáis viendo cómo, aparentemente está triunfando ya el Mal por todos lados.

Una facción pakistaní de la organización fundamentalista Talibán se atribuyó la autoría del ataque y dijo que estaba dirigido contra la comunidad cristiana de Lahore, que este domingo celebraba la Pascua.
Todo esto estaba profetizado, Mis pequeños y no se os debe hacer raro que ya esté sucediendo, ya es el Tiempo.
Ciertamente en las Escrituras se habla de la Purificación de la Tierra y que dos terceras partes de la humanidad se han de eliminar.
Sí, son muchos, MUCHÍSIMOS. Muchos de vuestros hermanos los que necesitan de Oración para su salvación eterna, por eso voy suscitando grupos de oración alrededor del mundo. Por eso Me voy manifestando alrededor del mundo, para que vuestra Oración se vuelva muy Poderosa.
A pesar de que sois poquitos, voy tomando los corazones y Me voy derramando en ellos, con Dones, Bendiciones, Gracias especiales… Podéis ahora entre vosotros, llevar a cabo milagros, tenéis Revelaciones, tenéis un sin fin de Manifestaciones Mías, en donde Yo Me muestro a vosotros los que estáis Conmigo.
Para que estéis seguros de que Yo estoy con vosotros, que vuestras oraciones son atendidas por Mí, vuestro Dios y que Yo os voy a ayudar y voy a ayudar a vuestros hermanos.
Pero vosotros debéis tener más amor y más dedicación por vuestros hermanos para su salvación eterna. Cuando vosotros os unís a la Comunión de los Santos, es cuando vuestra oración es poderosa.

La mula les demostró a los incrédulos, como un animal irracional puede ser más inteligente y agradecido que la necedad humana
No dudéis del Poder que Yo he puesto en la Oración y de todo lo que podéis hacer vosotros Mis pequeños, por vuestros hermanos. ¡Podéis hacer tanto por ellos…
NO DUDÉIS… Uníos para que éstas oraciones lleguen al Cielo, lleguen a Mi Corazón y que Yo Me derrame sobre ellos para que en algún momento, todavía de su existencia terrena, ellos puedan arrepentirse y puedan hacer algo por su salvación eterna.
Que vuestra vida sobre la Tierra no sea una vida estéril, una vida, la cual la vivisteis solamente para vosotros y para vuestras cosas terrenas.

Los peces salieron del agua, NO MURIERON Y ESCUCHARON LA PREDICACIÓN que todo un pueblo rechazaba; para demostrarnos que cuando Dios Quiere, puede voltear de cabeza todas las leyes de la Física, la Química, la Naturaleza y TODO lo que hay en la Creación…
Vuestra vida sobre la Tierra, es una vida espiritual, una vida de donación, una vida de trabajo. Ciertamente, también de dolor, dolor de cuerpo y dolor de alma; porque aquellos que viven para el mundo no se dan cuenta de los dolores del alma que sufren aquellos que están Conmigo.
Vosotros, que estáis Conmigo, sí sois sensibles a los dolores del alma, porque veis cómo se van apartando vuestros hermanos del Amor de vuestro Dios y se van vendiendo a Satanás.
Por eso os pido que vuestras oraciones sean más constantes, que vuestro día Me lo deis por completo. Yo estaré con vosotros, en vuestro interior; escuchando vuestras oraciones, peticiones, rezos por vuestros hermanos.
Dad vosotros lo que muchos de vuestros hermanos no Me dan y es así como en la Comunión de los Santos, vosotros Me ayudaréis en la salvación y en la renovación de éste mundo, para que vengan ya los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas.
Os Amo y Os espero al final del camino, a las puertas de Mí Reino Celestial, ya de Nuevo en Nuestro Mundo. Ahí estaré como Padre Amoroso os estrecharé junto a Mí Corazón, para gozar en vosotros Mí Amor.
Mí Santa Hija, la Siempre Virgen Maria, os cuidará y os guiará para aplastar la cabeza de la Serpiente del Mal. Dejaos llevar por Sus Palabras de Amor y Salvación. Su Ternura es excelsa.
Yo os bendigo ahora y por siempre, en MÍ Santo Nombre, en el de Mí Hijo, Salvador vuestro y en el del Espír1tu de Amor y Vivificador.
F36 LA EDAD DE PIEDRA
Hijitos Míos, la primaria obligación de los padres dentro del hogar es la de alimentar a los hijos, tanto con el alimento para su cuerpecito para que crezcan sanos, fuertes, saludables y también del alimento del alma, para que se desarrollen espiritual y correctamente.
Para que puedan convivir en el mundo y puedan convivir con sus hermanos siempre en el amor, siempre en la rectitud, siempre en la virtud. Esta es la forma en la que los padres deben actuar en el hogar, ayudando a crecer a los hijos en todos sentidos. Pero los mismos padres ya deben de estar crecidos, especialmente en la virtud y en el amor.
Deberán pedir a la Sabiduría Santa, que sean inteligentes para poder llevar a los hijos con amor, guiarles y levantarles cuando caigan. Que tengan ésa Sabiduría Santa para que los puedan apartar de los malos caminos que se irán abriendo ante los ojos de sus hijos durante su vida.
Les guiarán correctamente y les ayudarán a acortar el camino para llegar a Mí. Y les aconsejarán para evitarles dolores innecesarios, porque para eso es la historia de cada hombre; uno sufre durante su vida y luego tratará de evitarle a sus hijos ésos sufrimientos. Y les enseñarán no ir por tal o cual camino errado, para que la historia de dolor no se repita en ellos.
Los padres siempre amarán a los hijos y les tratarán de dar lo mejor posible, para que éstos vivan en ésta Tierra sin muchos dolores y que todo les sea fácil en lo que más se pueda. Pero cada uno de vosotros tenéis una misión y también las caídas ayudan a madurar.
Las caídas enseñan, las caídas os ayudan a no volver a tomar ése camino y así iréis creciendo con ayuda de los dolores de vuestros padres, de su experiencia tanto en lo bueno como en lo malo y vosotros mismos caeréis, porque la terquedad del hombre siempre existirá.
Cree el hombre que se puede separar de la guía amorosa, tanto de sus padres como de Mí, vuestro Dios. El hombre quiere hacer su propio camino, quiere labrar su propio destino y esto es bueno, porque Yo os di el libre albedrío y no estáis encadenados a nada ni a nadie. Realmente vosotros venís a Mí y mantenéis una relación con vuestros padres por amor.
Aquellos que se han separado de sus padres y aún también se separan de Mí, son almas que no agradecen. No son almas dadivosas. Son almas problemáticas que no gustan de vivir en el Bien y se esconden de los demás para poder obrar en el mal. Por eso es tan importante la educación desde pequeñitos.
Tanto la educación moral o sea, cómo deberán moverse en el mundo, cómo deberán cuidar de sus hermanos y de sí mismos. Pero la educación espiritual y sobre todo bien tomados de Mi Mano, os ayudará a convivir como se debe de convivir en éste mundo; como verdaderos hermanos, hijos de un Dios que os amó tanto que hasta Su Hijo dio, para vuestra salvación. Pero antes de ello os dejó vasto Conocimiento para que os pudierais guiar en las Verdaderas Enseñanzas del Cielo.
Mis pequeños seguís siendo tercos, seguís queriendo hacer vuestro propio mundo, queréis empezar desde el principio y esto sucede porque no aceptáis la experiencia de vuestros padres y no tomáis toda la experiencia que se os da en las Sagradas Escrituras.
No seáis tercos y sordos a todo lo que Yo os dé y os pida, Mis pequeños, Yo siempre buscaré vuestro bien, siempre seréis Mis hijos. Y los hijos siempre son buscados por los padres para mejorarles, ayudarles y protegerles de los ataques que se tienen normalmente en el mundo.
Aunque os debo decir que mientras estéis más cerca de Mí, más ataques tendréis de Mi Enemigo y vuestro Enemigo: Satanás. A él no le gusta que se produzca una hermandad entre los hombres. Pero estando Conmigo Mis pequeños, tendréis toda Mi Fuerza, Mis capacidades con vosotros.
Acudid a Mí en todo momento de tribulación de cualquier tipo. Yo Soy vuestro Dios y os puedo librar de cualquier cosa, siempre y cuando estéis Conmigo y acudáis a Mí con confianza y con Fe.
La Fe es imprescindible en Mis hijos y bienaventurados aquellos que sin haberMe visto creen en Mí, así lo dicen las Escrituras y os lo vuelvo a repetir: bienaventurados sois vosotros, que creéis en Mí aún a pesar de que Satanás ha tratado por todos los medios, de burlar Mi Presencia real y Divina del corazón de los hombres.
Tened cuidado Mis pequeños, que éstos momentos de Tribulación se van a ir acrecentando y recrudeciendo cada vez más con el pasar de los días, de los meses. Tened cuidado, porque mucho se hablará de Mí vuestro Dios, negativamente. Tratarán de sacarMe de vuestro corazón y así como en el Antiguo Testamento, cuando Mi pueblo vivía entre los egipcios y éstos, llenos de ídolos hicieron que Mi pueblo se olvidara de Mí.
Ahora os crearán muchos ídolos a vuestro alrededor y a vuestro gusto para que os olvidéis de Mí nuevamente. Tened Discernimiento y pedídMelo para que os deis cuenta cuándo os querrán apartar de Mí. Muchos de vosotros no estáis bien protegidos porque no lo habéis buscado.
No estáis protegidos con suficiente Fe y amor a Mí; pedidMe ésa Fe y ése Amor, para que Satanás no pueda contra vosotros. Pero para ello Me lo debéis pedir con humildad, reconociendo primeramente, que sí aceptáis ser Mis hijos y que queréis seguir viviendo bajo Mis Leyes y bajo Mi Amor.
Cuando estéis así Mis pequeños, entonces recibiréis grandes bendiciones y gran protección, más todavía de la que ya tenéis, aún a pesar de que Me neguéis o de que no queráis estar Conmigo.
Vivid Mis pequeños, dejándoos acompañar de Mí, por vuestro Dios y Padre en todo momento, para que Yo os guíe y os ayude a crecer como los padres de la Tierra hacen todo lo posible.
Y trabajan duramente para que vosotros podáis crecer en cuerpo, en espíritu y en lo intelectual, ayudándoos con vuestras necesidades materiales y espirituales. Venid a Mí, que Soy un Dios Providente y os puedo dar lo que necesitéis, solamente os pido que confiéis plenamente en Mí, vuestro Dios.
Vosotros recorréis toda una vida en estudios, en prácticas, para que después con éste conocimiento lo podáis ofrecer a alguien y ésta persona pague por vuestros servicios. Vosotros conocéis qué tan preparados estáis y sabéis el puesto probable que os puedan dar en el lugar a donde pediréis que acepten vuestros servicios, sabréis la paga de acuerdo a vuestro conocimiento.
Esto os lo digo Mis pequeños, porque con lo que en esta Cuaresma habéis aprendido, quiero hagáis una reflexión sobre vuestra vida. Os pongáis a pensar honestamente, cuánto tenéis en vuestro corazón con lo que Me podéis servir.
¿CÓMO TRABAJARÉIS LOS TALENTOS QUE MI ESPÍRITU SANTO ACABA DE DEPOSITAR EN VUESTRAS ALMAS?
Cuánto habéis aceptado en vuestro corazón de las Enseñanzas de Mi Hijo y cuánto ESTÁIS DISPUESTOS a trabajar para el servicio de vuestros hermanos…
Y de acuerdo a esto, también sabréis vuestra paga.
Ése es el acto de conciencia que vosotros debéis tener. Debéis ser sencillos, humildes y honestos para daros cuenta cómo Me habéis servido a Mí; porque cuando estéis presentes ante Mí, al final de vuestra vida, ésta misma pregunta se os hará:
¿Cuánto dejasteis de Mi Amor sobre la Tierra?
¿Cuánto servisteis a vuestros hermanos, siendo otros Cristos, para la salvación de sus almas?
¿Qué habéis hecho para que Mi Reino se extendiera sobre la Tierra?
Meditad Mis pequeños, todo esto… Y QUE LA RESPUESTA vaya normando vuestra vida.
Sois mis nuevos Apóstoles de estos Últimos Tiempos… Y NECESITO salvar a vuestros hermanos…
EL TIEMPO SE TERMINÓ
Vinisteis a ésta misión Mis pequeños, simplemente a ésta misión. Donde quiera que estéis, en el puesto que estéis, en lo que estéis trabajando, vuestra misión es ser otros Cristos en la salvación de las almas y la difusión de Mi Reino sobre la Tierra.
¿Qué habéis hecho Mis pequeños, entre vuestros hermanos, entre vuestra familia, entre vuestras amistades, entre los desconocidos, a través del mundo, con vuestras Oraciones?
¿Qué tanto empeño pusisteis en que el mundo, para que fuera cambiando a través de ése deseo grande en vuestro corazón y de vuestro ejemplo ante vuestros hermanos?
¿Qué habéis hecho para que Yo pueda empezar a Reinar en el corazón de los hombres?
¿Qué habéis hecho para que vuestros hermanos, teniendo una mala información o simplemente no tener información sobre Mi Evangelización, empezaran a motivarse y buscarMe?
Mis pequeños, ésta es vuestra misión, os lo repito: QUE DEIS Y OS DEIS por vuestros hermanos como Mi Hijo se dio por cada uno de vosotros.
Es puro amor Mis pequeños, lo que Yo pido que deis; porque la Evangelización de Mi Hijo fue eso: recibir el Amor, llenarse de Amor y darlo a Sus hermanos.
Os quiero hacer una comparación entre los tiempos antiguos y los tiempos que estáis viviendo, Mis pequeños.
Vuestros Primeros Padres, Adán y Eva, fueron creados santos, con capacidades inconmensurables, tenían potenciales increíbles, bellísimos, porque todo lo que Yo creo es así, perfecto.
Ellos teniendo todo eso, teniendo Mi Presencia viva en su vida, en su corazón, teniendo todos los regalos de la Creación Me negaron, se apartaron de Mí con su libre albedrío y perdieron todo.
De tener una inteligencia sin par, capacidades que aún vosotros ahora ni siquiera conocéis, que vendrá el tiempo en que conoceréis; sabiduría excelsa, inteligencia envidiable…
BELLEZA ESPIRITUAL, MORAL Y FÍSICA INCOMPARABLE…
Tenían tanto, Mis pequeños y todo eso lo perdieron por su Pecado.
Como os he dicho CAYERON, cayeron a lo más bajo y ellos fueron los primeros hombres de la Edad de Piedra, como decís vosotros.
Quedaron primitivos o sea, se quedaron sin nada. Negaron Mi Poder, Mis Capacidades.
Mi Amor, como no lo quisieron porque se acercaron al Mal, perdieron todo y quedaron afectados por el Mal. Satanás, siempre os quitará, nunca os dará.
Aparentemente, él os conquista dándoos cosas materiales que os convienen; pero tan pronto puede, ya que os tiene entre sus garras y que ya no os podéis soltar de él, os arranca lo que él mismo os dio y os deja peor que en un principio, cuando pedíais su ayuda.
Entended que él nunca os va a ayudar, él siempre os tratará de destruir, porque sois Mis hijos y él os tiene Envidia. Os conquista con lo que vosotros queréis, pero luego os quita ése gusto y os destroza.
La explicación viene porque en la actualidad vosotros tuvisteis nuevamente acceso al Cielo, como lo tenían vuestros Primeros Padres y esto es gracias a Mi Hijo. A través de Su Evangelización, a través de Su Ejemplo y de Su Vida, Él os trajo el Cielo nuevamente para que lo conocierais.
Tuvisteis acceso al Conocimiento Celestial, se os dio para que empezarais a crecer, se os abrieron las puertas nuevamente de los Cielos y sobre todo, las Puertas de la Gracia que se habían cerrado por el Pecado de vuestros Primeros Padres.
Nuevamente pudisteis saborear las mieles del Cielo, el hombre volvió a tener a su Dios entre ellos. Sí, vuestros Primeros Padres convivían Conmigo, convivían, platicaban y agradecían.
Con la Venida de Mi Hijo a la Tierra, volvisteis a tener ésa oportunidad, vivir nuevamente con vuestro Dios, convivir con Él, obtener de Él Sus bendiciones. Como podéis leer en las Escrituras, todo el Bien que Él iba repartiendo entre los hombres y que sigue repartiendo a todos aquellos que con Fe y con Amor se acercan a Mi Hijo.
Pero nuevamente el hombre cae, desperdiciando la Gracia de tener una vez más a vuestro Dios entre vosotros. Caéis en el error satánico.
Nuevamente os dejáis embaucar por sus mentiras, os dejáis seducir por su maldad, preferís lo que él os da, lo que él os promete, volvéis a caer y os separáis de Mí.
¿Qué les pasó a vuestros Primeros Padres? Perdieron todo, porque negaron la Vida, la Verdadera Vida: Mi Amor, Mis Enseñanzas y ahora estáis volviendo exactamente a lo mismo.
Os digo esto para que recapacitéis y veáis…
LO QUE HABEIS ATRAÍDO CON VUESTRAS IDEAS Y VUESTRA FORMA DE ACTUAR
Ya que si os mantenéis ahí, perderéis todo y nuevamente CAERÉIS, si seguís en el camino errado que habéis tomado.
Todo está regido por una Ley, Mis pequeños y es la Ley del Amor. Si vosotros no lo aceptáis para vosotros, se os quita; porque el Amor solamente puede vivir en los corazones que lo buscan y lo alimentan.
Pero si vosotros no estáis en condición de aceptar Mi Amor y Mis Leyes. Si no queréis cuidar de todo ello porque también os pertenece, porque sois Mis hijos, se os quitará. Y cuando Mi Amor no es aceptado, lo material y lo espiritual se apartan de vosotros y sufrís.
Estáis viviendo momentos difíciles porque os estáis dando cuenta que están haciendo a un lado Mi Presencia, Mi Vida entre los hombres.
Esto ha sido gradual, están dejando a la humanidad sin su Dios y estáis cayendo, lo estáis viendo: estáis sufriendo en vuestra economía, en vuestra salud. Estáis sufriendo con los cambios del clima. Estáis sufriendo con los ataques satánicos a través de vuestros mismos hermanos que como Caín, se dejaron mover por el Mal.
Esta es la comparación que quiero que meditéis… Estáis sufriendo lo que ya se ha dado a lo largo de la historia, cuando el hombre se separa de su Dios.
Estáis nuevamente como en ésos momentos, en que si os mantenéis tercos a apartarMe de vuestra vida; tanto en lo personal, como en lo social, sufriréis las consecuencias.
Quedaréis a merced de aquél que solamente quiere vuestro mal, que os quiere destruir, que os quiere quitar las posibilidades de adquirir Mis riquezas y Mi Amor. Quedaréis totalmente en sus manos y sufriréis muchísimo, Mis pequeños.
Yo no quiero vuestro mal, Yo os quiero para el Bien. Pero vosotros como niños groseros, os apartáis de Mis Brazos y corréis a hacer vuestra voluntad.
Yo os prevengo, Mis pequeños. Recordad que el mal Yo no os lo envío… Vosotros vais directamente a buscarlo y sufriréis sus consecuencias. Os apartáis del Bien para vivir en el mal y el Mal nunca es agradable.
Os digo todo esto para que entendáis que estáis A PUNTO de perder todo lo bueno que Yo os puedo dar y estaréis en manos de Aquel que os va a destruir.
Os amo, Mis pequeños, espero recapacitéis a tiempo.
J.V…. Veo a nuestros Primeros Padres: Adán y a Eva.
Veo a Eva sentada, sollozando y Adán a su derecha, de pié. Habla Eva:
Hijitos míos, ciertamente como os ha dicho nuestro Padre, tuvimos mucho… Mucho mis pequeños, descendientes nuestros, descendientes en carne. Pero pedimos perdón, porque cortamos con el espíritu vivificador, el espíritu que nos daba vida, el espíritu que nos mantenía en amor íntimo con nuestro Padre y Dios.
¡Cuánto Amor vivíamos con Él!, ¡Cuántas bellezas! ¡Todo fue creado para nosotros y para vosotros! ¡Y en un error fatal, os infectamos, hijos míos, descendientes nuestros! Es así como el hombre no se fija en los errores que comete, cómo van a afectar a generaciones futuras.
Los errores que se van cometiendo en una familia, pueden afectar a varias generaciones. Son errores fatales y vosotros lo veis en algunas familias: que por un pecado grave, ya sea un asesinato, un robo, un mal que se cometa entre vosotros, cómo va a afectando a las generaciones futuras, porque quedan señalados ante los hombres.
El apellido queda afectado. Se os reconoce y se os recuerda por ese apellido, por el mal que vuestro antepasado cometió; al grado de que muchos prefieren cambiarse de nombre, para no seguir siendo afectados por ése recuerdo malo de un antecesor.
Lo mismo sucedió con nuestro Pecado, os hemos afectado a todos vosotros… Nuestra penitencia nos ha costado muchísimo… Nuestro Dolor es inmenso.
Cómo nuestro Pecado siendo tan grave, que en ésos momentos ni imaginábamos, afectó el Plan Divino.
Tanto bien que tenía pensado nuestro Dios para toda la Humanidad, para todos nuestros descendientes. Y nuestro Error, nuestra falta de visión; pero sobre todo, nuestra falta de amor hacia nuestro Dios afectó TODO.
En Su Misericordia Infinita, Él manda a Su Hijo para reparar nuestro Error… Pero aún así, nuestro Pecado os sigue afectando. Seguimos viendo a nuestra descendencia y vemos cómo hay ramas buenas, ramas malas, frutos podridos, frutos excelsos; se sigue dando de todo, cuando pudo todo haber sido Bellísimo.
Nos pesa tanto haber coartado toda esa Belleza, toda esa Riqueza de nuestro Padre y Dios; porque Él es todo Amor, es todo Perfección y nosotros preferimos hacer nuestra voluntad.
Nosotros, aunque teníamos grandes capacidades, pero nunca lo perfectas que tiene nuestro Dios; caímos por nuestra debilidad, pero sobre todo, por nuestra falta de amor.
El Amor mis pequeños, es tan importante en la vida del hombre. El Amor lo Crea todo, el Amor lo Perdona todo… que estando en el Verdadero Amor, quedáis protegidos perfectamente contra las Fuerzas del Mal.
Nosotros quisimos hacer nuestra voluntad apartándonos del Verdadero Amor, el que venía directamente de nuestro Dios y Creador.
Quisimos ser creadores, quisimos hacer de nuestra vida, una vida aparte del Plan que nos tenía trazado nuestro Dios y Creador.
El hombre, cuando se separa de las Leyes que nuestro Dios ha propuesto; cae irremediablemente, como caímos nosotros. El hombre nunca va a ser capaz de tener esa inmensidad de Sabiduría que tiene nuestro Dios.
Cuando el hombre en humildad se atiene como niño pequeñito a la Sabiduría Divina; todo fluye, todo es bello, todo es santo.
Solamente la santidad puede fluir a través de ésas almas pequeñitas, humildes. Y ésa sabiduría, ésa santidad, ése amor que fluyen a través de ellos, los hace grandes entre los hombres.
Ahí tenéis a la Santísima Virgen María, la más grande entre todas las mujeres; la más Pequeñita, porque así lo quería Ella. Por Su gran humildad lo reconocía así, por la Sabiduría Divina en Ella. Esa Sabiduría Santa que se implantó en Su Ser, la llevó a la Grandiosidad. Ella en Su humildad, Reparó nuestro Pecado.
Nosotros, que habíamos sido creados grandes, inmensos… La soberbia nos destronó, nos hizo caer, destruyó la perfección de nuestro Dios en nosotros. ¡Cuánto teníamos, mis pequeños! ¡Cuánto teníamos!
¡Cuántas cosas bellas puede hacer nuestro Dios en el ser, cuando éste se suelta totalmente a Su Amor! ¡Cuánta la tontería del hombre, al sentirse grandes y separarse de la Sabiduría Divina! Mis pequeños, nuestro corazón todavía está sufriendo ése Dolor…
Somos vuestros Padres, vuestros Primeros Padres y os aconsejamos que os mantengáis en el Amor de nuestro Dios y Creador, en Su Sabiduría Infinita; porque Él es todo Amor, Él es todo Dulzura, Él es todo Protección y Su Amor hace que las almas crezcan infinitamente.
No busquéis cosas de la Tierra, cosas del mundo… Buscad lo Excelso, que es el Amor Infinito de nuestro Padre, de nuestro Dios, de nuestro Creador.
Recibid nuestro amor, Mis pequeños… Y nuestra disculpa, porque nosotros atrajimos el Mal a la Creación y vosotros estáis padeciendo nuestro Error.
Orad, orad para que pronto venga la Gracia nuevamente, la Gracia prometida de nuestro Dios y podamos nuevamente convivir nosotros con vosotros, en el Amor Infinito de nuestro Dios. Gracias, nuestros pequeñitos.
Vuestros Primeros Padres, pactaron con Satanás y él los destruyó; fue el primer mal ejemplo que tuvo la humanidad del trato del hombre con el Mal. Por éste Pecado, a lo largo de la historia algunos hombres han seguido pactando con él y esto se sigue dando hasta vuestros días.
Estáis viviendo una vida de maldad, de pactos con vuestro Enemigo, con Nuestro enemigo familiar; porque vosotros sois Mis hijos, Yo Soy vuestro Padre y lo que vosotros pactáis con el Enemigo, Me afecta a Mí, como familia, como vuestro Padre y afecta a vuestros hermanos y a vuestros descendientes.
Seguís viendo la maldad a vuestro alrededor porque el hombre no quiere entender que debe estar Conmigo para recibir Mis Bendiciones. Tenéis la posibilidad de obtener de Mí Bendiciones inconmensurables, infinitas; pero éstas se dan cuando vosotros hacéis vuestro esfuerzo de vivir bajo Mis Leyes, bajo Mi Amor, en Mi confianza plena y con una Fe a toda prueba.
Todo eso os lo pido, Mis pequeños y os lo exijo. Y que ciertamente no podríais manteneros así si no fuera por Mi Gracia, que también os la regalo cuando queréis estar Conmigo.
El Bien y el Mal son potencias grandísimas a vuestro entender y a vuestro poder, no tenéis el entendimiento real de lo que esto significa; pero debéis creer en Mí, vuestro Dios. El Bien es un Poder Infinito. El Mal es poderoso, pero es finito y está supeditado a Mis Órdenes y a Mi Poder.
No puede actuar en totalidad y en toda su capacidad, porque Mi Bien lo detiene. En cambio, el Bien es Infinito, no se detiene y da muchos frutos, cuando el alma lo toma y vive en él. Estando Conmigo, estando con Mi Amor, tenéis capacidades infinitas porque como Yo Soy Infinito, os comparto de ello.
Solamente se detiene éste Amor con Sus capacidades, cuando vosotros pactáis con el Mal; cuando Me hacéis a un lado, cuando preferís la Maldad en vuestro corazón y no Mi Bien Supremo.
Ved, Mis pequeños, cómo caéis fácilmente en el error, la Envidia de Satanás os pone muchas tentaciones para que vosotros caigáis del Bien que os pertenece y que os mováis en el Mal que os aprisiona y os destruye.
El Bien que os pertenece, os lleva en total libertad y hacia una inmensidad de conocimiento y de capacidades que ahora no comprendéis, pero que estáis todos llamados a ellas.
Esa es la Envidia de Satanás, que él perdió igual que vuestros Primeros Padres ésas capacidades de crecimiento, crecimiento infinito; porque Yo iba a llevar a vuestros Primeros Padres a un crecimiento infinito.
Yo siempre voy regalando cosas nuevas a Mis creaturas, porque como Soy Infinito, sigo inventando maravillas para el hombre, porque os amo. Nunca, nunca alcanzaréis a recibir todas, todas Mis Bondades, porque siempre estaré creando más para consentiros, gozaréis en una forma inimaginable y siempre más y más, porque os amo.
Si estáis Conmigo, gozaréis de todo lo Mío, si pactáis con el Enemigo, perderéis, tanto vuestro bien actual, como el Bien futuro que os tengo a cada uno de vosotros. Ciertamente ahora tenéis la Gracia del arrepentimiento y del perdón de vuestros pecados a través del Sacramento y la penitencia y podéis reanudar el camino de la Gracia, pero lo detenéis Mis pequeños, por vuestro libre albedrío.
Caminad por el camino de la Gracia y veréis Mis Bondades, que ni siquiera os imagináis. Os quiero consentir Mis pequeños, os hablo tanto de esto porque os amo tanto y un padre que ama, quiere lo mejor para sus hijos. Os quiero ver saludables, santos, bellísimos. Las capacidades del alma son inmensas, os he dado un gran regalo: la vida.
Así pues Mis pequeños dejadMe, dejadMe que Yo Me derrame perfectamente en vosotros, para que gocéis infinitamente de Mis regalos, Yo lo único que os pido es que os mantengáis bajo Mis Leyes y bajo Mi Amor, todo lo demás vendrá por añadidura.
No os he puesto una misión difícil. No es una misión imposible que os haya pedido en vuestra vida, el ser ejemplo de vida, ser ejemplo en vuestro trabajo, ser ejemplo en todos los lugares a donde acudáis.
Ya el simple hecho de ser ejemplo, teniendo a Mi Hijo en vuestro corazón, ya eso es un trabajo, ya es la Presencia Viva de Mi Hijo que estáis dejando en los lugares a donde vais. Seréis distintos a los demás, unos os aceptarán y vuestra presencia les motivará su alma al cambio; sentirán que necesitan cambiar porque verán que sí se puede tener un cambio, porque seréis ejemplo vivo de ése cambio.
Para otros, vuestra presencia será molesta, porque sentirán en su corazón que los estáis juzgando, aunque así no sea; que es lo que pasaba cuando Mi Hijo caminaba por las calles y se presentaba en los Templos. Aquellos que tenían un corazón obscuro, malo, sentían ésa represión.
Sentían que se les estaba juzgando, aun sin que Mi Hijo hablara contra ellos, porque no podían ver la Verdad, el Amor, la Pureza y la Santidad junto a ellos; se sentían juzgados, porque ellos eran diferentes y actuaban diferente a Mi Hijo.
Así pues, Mis pequeños, os pido que a pesar de que seáis juzgados y perseguidos, como Mi Hijo lo fue; que os mantengáis en ésa presencia viva y santa que Mi Hijo tuvo y que vosotros debéis tener por ser como Él y llevarlo en vuestro corazón.
Yo estaré con vosotros Mis pequeños, en ésos momentos difíciles en donde deberéis ser testigos verdaderos de ésa vida interior que tenéis para con Nosotros.
No juzguéis para que no seáis juzgados. Orad, orad mucho por vuestros hermanos que no han querido abrir su corazón al Amor, a la vida espiritual santa, Divina, que es lo que os dejó Mi Hijo…
Y seguid adelante, Mis pequeños; para que Mi Reino se siga difundiendo a través de vosotros, Mis testigos de Luz.
Confiad en Mí, hijitos Míos, Yo no Me separaré de vosotros en ningún momento. Os daré fuerza física y espiritual para vencer en ésta prueba; prueba que os hará alcanzar vida de Amor en ésta nueva Era de Mi Santo Espíritu por venir. Confiad, que Yo estoy a vuestro lado, para guiaros… Y en vuestro corazón para amaros y daros fuerza, Fuerza que ha de vencer a las fuerzas del Mal.
Yo os amo y os Bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Amor de Mi Santo Espíritu Paráclito y Consolador.