P115 ¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Hijitos Míos, grande es Mi Amor por todos los hombres. Mi Amor se derramará sobre todas las almas, llega el momento en que Mi Santo Espíritu, tocará a todas las almas y conocerán cuánto os amo. Os daréis cuenta cuánto habéis desperdiciado. Y sobre todo, también os daréis cuenta cómo, con vuestros pecados Me habéis atacado y os habéis apartado de Mi Amor.
Mi Misericordia infinita se derrama sobre todas las almas, sobre pecadores y no pecadores; pero ciertamente Mi Gracia, no hace el mismo efecto en un alma que Me ama que en un alma que no Me ama.
El pecado que lleváis en vuestro corazón, si no es rechazado por vosotros mismos, os va hundiendo, os va acabando, va royendo vuestra alma y os destruye. Mi Gracia al llegar a estas almas no hace mella, la misma alma rechaza Mis Bendiciones; porque se han hundido tanto en el pecado y en la maldad, que se han acostumbrado a ello. Y prefieren vivir en ésa maldad, a producir un cambio que sería benéfico, pero no lo aceptan.
Así es Satanás, va convenciendo a las almas a vivir de acuerdo a lo que él os enseña y a donde os va llevando. Va haciendo que el pecado, en un principio sea agradable y así lo aceptáis. Os va concediendo lo que le pedís, os va engañando, pero no os concede todo. Y cuando ya os queréis salir, ya no podéis; porque os habéis vendido al Mal, a donde él os llevó.
El alma que ha caído en el Mal, por no haberMe buscado y no haber seguido los Consejos y la Vida que os dejó Mi Hijo, no saben cómo defenderse… Y por eso es muy difícil que un alma que no Me busca, pueda salir de las trampas de Satanás, porque no saben cómo defenderse.
Ciertamente, estas almas necesitan mucho de vuestra ayuda de oración, de donación de penitencias, para que se puedan salvar. Pero la más de las veces, estas almas no responden a la Gracia que Yo pueda darles, por la intercesión de todos vosotros.
De cualquier manera Mis pequeños, os pido oración por estas almas; recordad que los milagros existen, que os he dado la oportunidad de que vosotros produzcáis milagros y esto se logra con el amor con el que Me pedís por vuestros hermanos, la intención que ponéis en vuestras oraciones y en vuestra donación para salvar a estas almas, prácticamente perdidas.
Estos son tiempos en que las almas que están cerca de Mí, tendrán más tarea para salvar a infinidad de almas que viven en el error. Son tiempos de mucha Gracia, son tiempos de gran donación. NO TEMÁIS PERDER VUESTRO CUERPO… temed más bien, de perder vuestra alma. Daos fraternalmente a vuestros hermanos, esta es una obligación de amor.
Dad con el corazón, vivid como verdaderos hermanos interesados realmente en la salvación de vuestro prójimo. No viváis como aquellos que no saben amar, que no se interesan por el bienestar espiritual de sus hermanos.
Yo, que viví en la Tierra, Me daba cuenta de los pecados de cada uno de vuestros hermanos que vivieron en ése momento y Me rodeaban. Triste situación de estas almas. Imaginad, Yo tenía que caminar entre ellos y sabía cómo estaba el estado del alma de cada uno de los habitantes de cada pueblo.
Es un dolor muy grande Mis pequeños, el poder conocer el interior de las almas, saber con quién está vuestro corazón, si Me pertenece o si le pertenece a Satanás.
Manteneos y pedidMe que os aumente vuestra Fe y vuestro amor hacia Mí, pedidMe dones especiales según vuestra misión. Pero, sobre todo pedidMe Humildad, Pureza, Santidad y una sencillez de niño.
DejadMe que os guíe y pedidMe Mi Sensibilidad, para que comprendáis Mi Amor por vosotros y Mi Amor por los pecadores. Os asombraréis de ver cómo os amo y cómo amo a aquellos que no Me aman. Sois Mis hijos todos vosotros, buenos y malos; pero os amo a todos y quiero la salvación de todos vosotros.
A pesar de que seáis rechazados, como Yo lo fui también, manteneos firmes en la oración, en la intercesión, en la vida en la Gracia y en los Sacramentos. Manteneos unidos a Mí y así, vuestro paso al Reino de los Cielos será sencillo, porque el abrazo de Amor empezará aquí en la Tierra. SeguireMos en ése abrazo y cuando Nos tengaMos que separar de ése abrazo, ya estaréis en el Reino de los Cielos.
DejadMe vivir en vosotros, dejadMe Ser vuestro Rey, vuestro Mesías, vuestro Salvador. AgradecedMe Mi Amor, no solamente en lo que os toca a vosotros, sino agradecedMe por aquellos que no Me agradecen ni Me aman. AmadMe Mis pequeños, con todo Mi Amor, amadMe por todos aquellos que no Me aman.
Hijitos Míos os he dicho que la salvación es para todos, que Yo Me di por toda la humanidad y de todos los tiempos. Obedeciendo al Padre, bajé a la Tierra para serviros. Yo, Todo un Dios, Hecho Hombre, humillándoMe, abajándoMe, haciéndoMe Pequeño; para poder darMe en salvación para todos vosotros, purificándoos de vuestros pecados y abriéndoos nuevamente las Puertas del Cielo, que estaban cerradas por el Pecado Original.
Mi Padre, vuestro Padre, anunció desde el Principio cuando se cometió el Pecado Original, que vendría un momento en que se daría esta Gracia a los hombres. Pero vosotros no os dais cuenta de la magnitud de Mi Sacrificio por vosotros.
El Pecado Original fue algo tremendo, fue un pecado muy grave, porque Adán y Eva, vuestros Primeros Padres, le dieron la espalda a su Creador, a su Dios, a su Todo. Pecado gravísimo, parecido al de Luzbell, en donde él traicionó a Su Amor.
Entended Mis pequeños, que el Amor lo es todo. Es la Esencia Divina y vosotros también fuisteis creados para gozar de Su Esencia Divina.
Nuestro Padre, vuestro Creador, vuestro Dios, os regaló al crearos, Su Esencia Divina. Es la Vida que mueve al Universo entero, a todo lo Creado, visible e invisible.
Adán y Eva, vuestros Primeros Padres, fueron Creados y dotados de infinidad de capacidades que vosotros ni siquiera os podéis imaginar ahora; pero que iréis recuperando poco a poco, después de esta purificación que ya está sobre vosotros.
Aquellos que niegan al Amor, que Es también vuestra Esencia, traicionáis a vuestro Dios, Mi Padre, que es vuestro Padre también. Y traicionar a vuestro Dios y Creador, es un pecado muy grave y la gravedad de este pecado no podía ser purificada más que por Alguien que pudiera hacerlo, pero a un nivel muy alto y ése fui Yo, Jesucristo, vuestro Dios y Salvador.
Ni un ángel podría haber hecho Mi Tarea como Redentor, el Pecado de vuestros Primeros Padres iba directamente sobre Nuestra Esencia Divina, que es el Amor. Ciertamente, los ángeles poseen el Amor, pero ellos son depositarios, no son creadores.
Ahora podéis ir entendiendo por qué Mi Padre, Me pidió esta Tarea tan grande y tan importante… Porque sólo Yo, poseedor y también Creador de esta Esencia Divina que os da Vida en el Amor, podía reparar el daño causado por vuestros Primeros Padres y lo hice con Mi Amor, para que vosotros recuperarais el Amor Divino.
Entended que esto es muy grande, muy bello y cómo quisiera que vosotros lo meditarais para que agradecierais de corazón, lo que hice por vosotros.
Yo, Dios Hombre, reparé el daño que vuestros Primeros Padres causaron. Orad por ellos y agradecedMe a Mí vuestro Dios, que os abrí nuevamente las Puertas del Cielo con Mi Donación.
Os repito, nadie podría llevar a cabo esta tarea de la Redención y Yo la acepté por Amor a cada uno de vosotros. LlevadMe en vuestro corazón, entended esta realidad y agradecedLe también a vuestro Padre y Creador, que Me diera esta Misión para que vosotros pudierais gozar el Cielo, que estaba cerrado por el Pecado de vuestros Primeros Padres.
También os pido que oréis y Me ofrezcáis a Nuestro Padre, por la conversión de aquellos hermanos vuestros que están causando tanto mal en el Mundo, que están llevando a muchas almas a la muerte física y otros, a la muerte espiritual. Ciertamente la peor, es la muerte espiritual; porque con ella perderéis vuestro derecho de entrar al Reino de los Cielos.
Satanás ha obrado en muchas almas, las ha engañado, las ha envuelto en mentiras y ellos, convenientemente, han aceptado toda esta guía satánica y están trabajando junto con él, para destruir a infinidad de almas con su engaño.
Satanás entended, os quiere destruir, quiere destruir Mi Obra de Amor; pero sobre todo, él sabe que vosotros lleváis Mi Vida Divina, Mi Esencia, como os expliqué anteriormente. Todos vosotros sois potencialmente, destructores del Mal. Sois enemigos de Satanás por el amor que Yo he puesto en vuestros corazones. Por eso ataca más a las almas que saben amar, porque con ese amor regresan muchas almas a su salvación y a una vida eterna en el Reino de los Cielos.
Todo esto lo ataca fuertemente Satanás, porque él perdió el Cielo, sabe lo que es ese Gozo Divino y por causa de ello, por su envidia y por su maldad, ataca a las almas buenas en diferentes formas… Y sobre todo, a aquellas que llevan misiones especiales de salvación de muchas, muchas almas. Satanás es envidioso, no quiere que gocéis lo que él ya perdió y que no va a recuperar nunca.
Con esto os debéis dar cuenta del gran regalo que Yo puse en vuestro corazón, que es el amor. En esto se resume toda vuestra vida y toda vuestra misión: el Amor.
Mi Amor lo debéis compartir, Mi Amor os salvará, Mi Amor salva a almas que están muertas a la Gracia, Mi Amor os hace ver las cosas diferentes. Todo, todo tiende hacia el Amor.
Bendecid en todo momento a vuestros hermanos, bendecid Mi Santo Nombre, bendecid Mi Creación que estáis gozando, bendecid y agradeced vuestra vida y todo lo que os he dado en ella.
Podéis ver, podéis sentir, podéis hablar, podéis tocar, podéis gozar el sabor de los alimentos, el olor de las flores, tantas y tantas cosas que podéis gozar con los sentidos que Yo os di… Y ¿Cuántas veces Me habéis agradecido esto? Cuando se pierden los sentidos que Yo os di como la vista, es cuando os dais cuenta que dejáis de gozar de tantas bellezas que Yo creé para vosotros.
Aprended pues, Mis pequeños, a agradecerMe. El que agradece recibe más, porque hace que Mi Corazón se alegre. Quiero consentiros, os quiero dar más, quiero que gocéis Mi Cielo ya desde la Tierra. No podéis medir ahora tanto Amor que tengo por cada uno de vosotros, pero con lo que os digo, os podéis a empezar a dar cuenta la magnitud de Mi Amor hacia vosotros.
Os amo tanto, Mis pequeños, que os quiero ya Conmigo en el Reino de los Cielos, pero antes de que os mande llamar, dejad el Amor que Yo he puesto en vuestro corazón a vuestros hermanos que os rodean, dejadles a ellos esta herencia; Mi Amor vencerá a Satanás.
Engrandeced Mi Amor en vosotros, dejadMe que Yo lo engrandezca para vuestro bien y para el de vuestros hermanos, vuestra vida eterna depende de esto.
Dejad que Mi Santo Espíritu os explique. InvocadLe, invocadLe en todo momento y Él os dará lecciones de Amor. Conoce Mi Amor, porque también Él es Dios. En Nuestra Santísima Trinidad, dejadLe que os mueva hacia la perfección; que la perfección es el saber amar como Yo os amo.
Hijitos Míos, vuestra vida debe ser un canto de alegría. ¿Cómo podéis estar tristes y abatidos, cuando todo lo que os estoy diciendo es precisamente un futuro de alegría, de Amor, de Verdad, de fraternidad, de cordialidad?
ImaginadMe ya estar entre vosotros, vuestro Dios en medio de vosotros, ¿Podéis estar tristes estando Yo con vosotros? No, ¿verdad?
Yo Soy el Amor y cuando un alma se llena de Mi Amor, no entra la tristeza. El alma se llena de Mí y produce una alegría desbordante. Por eso quiero que estéis ya ante Mi Presencia, Mis pequeños y estéis viviendo Conmigo, como si ya fueran ésos momentos en que vendré a convivir entre los hombres.
Os he dicho, Mis pequeños, que Me llaméis continuamente, que se escuche internamente y externamente el “ven, Señor Jesús”, que venga ya a convivir entre los hombres, que venga a acompañaros, que venga a felicitaros, porque os mantuvisteis fieles y Yo Soy vuestro Regalo, Yo Soy vuestro Triunfo.
El alma Me añora, vuestra alma añora ya Mi Presencia entre vosotros. Vosotros ya Me sentís casi Presente, intuís ya Mi Presencia entre vosotros. Así, como en la época de Mi Nacimiento, la humanidad sentía ya el cambio, sentía que algo venía. Ahora pasa lo mismo, la humanidad presiente un cambio, no importa a qué religión pertenezcáis; el alma, que está en contacto Conmigo, presiente que algo viene.
Los que estáis Conmigo, los que conocéis Mi Palabra y sobre todo, que la lleváis en vuestro corazón, sois más perceptivos a Mi Regreso. Pero ¿Cómo Me esperaréis?
Si vosotros invitáis a un amigo que queréis mucho o a un personaje importante a vuestro hogar, arregláis vuestro hogar de la mejor forma, para que ése amigo o ése visitante se sienta a gusto en vuestro hogar.
Yo vendré a vuestras almas, a vuestros corazones, a la Tierra entera, ¿Cómo os prepararéis para Mi Regreso? Vuestra alma no puede estar sucia, vuestra alma no puede vivir en el pecado y en la maldad, vuestra alma tiene que vivir en el amor, en las virtudes, en la fraternidad.
Tiene que ser un alma virtuosa, alegre, sencilla, humilde y muy deseosa de tenerMe ya Presente. Con esto os estoy pidiendo un cambio y ése también Me lo debéis pedir, porque vosotros no estáis capacitados para que podáis obtener ése cambio.
Os he hablado de un Pentecostés similar al que tuvieron Mis Apóstoles, en donde Mi Santo Espíritu bajó y los transformó. Mi Santo Espíritu transformará la faz de la Tierra; pero vosotros, también tenéis que invitarlo. Recordad que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, nunca voy a forzar a las almas a un cambio.
El cambio tiene que venir siempre con vuestra ayuda. Yo, respetando vuestro libre albedrío y sobre todo, vosotros abriendo vuestro corazón a ése cambio.
Tiene que ser una casa nueva, tiene que ser vuestra alma un receptáculo puro, santo, para que Me podáis recibir. Yo no puedo entrar a un corazón pecaminoso, sucio, vicioso, descompuesto.
Yo voy a entrar a corazones limpios que Me inviten, en donde Yo pueda estar a gusto, como a gusto estoy en el Reino de los Cielos y en el Reino de los Cielos se vive el Amor en pleno.
Por eso, pedidLe a Mi Santo Espíritu que os transforme, que todo vuestro ser se purifique y se santifique, pero, sobre todo, que viváis plenamente el Amor que Yo os enseñé, que Yo os vine a traer a la Tierra y al que todos vosotros os debéis preparar para vivir.
Este será el gran cambio para la Tierra y el Universo entero: el Amor que no habéis vivido, porque lo habéis desperdiciado, el Amor que os vine a enseñar, pero que habéis dejado a un lado y habéis preferido vivir en el pecado de Satanás. Esta va a ser la purificación: eliminar todo aquello que impida que vosotros viváis plenamente Mi Amor y que lo podáis transmitir y compartir a vuestros hermanos.
Ése es el gran Milagro que se ha de dar para todos los que están Conmigo y que quieren vivir Conmigo, vuestro Dios. Un cambio radical, en donde viviréis el Cielo en la Tierra y que será Mi Amor en pleno en vosotros.
PedídMelo, Mis pequeños, pedidMe el cambio. Pedid que ya esté entre vosotros y que Yo viva plenamente en vosotros, como vivía plenamente en vuestros Primeros Padres, antes del Pecado Original… Éramos uno sólo; ellos en Mí, Yo en ellos y así va a ser de nuevo, viviremos plenamente Mi Amor.
Buscad Mi Gracia ante todo, Mi Gracia es un escudo poderosísimo contra las fuerzas de Satanás. ¿Por qué vosotros caéis tan fácil en el pecado? Porque no estáis cubiertos de Mi Gracia. Ciertamente oráis, pero quizá no lo hacéis con el corazón; buscáis mejoraros, pero seguís pecando, no sois constantes en el Alimento espiritual.
Tenéis los Sacramentos, que ésos os elevan en Gracia, le dan fuerza a vuestra alma, soportan los ataques de Satanás y los vencen. Las almas en general, no son constantes en la búsqueda de los bienes espirituales, os distraéis mucho u os aburrís de buscarMe y estar en Mí.
Me duele todo esto, Mis pequeños; porque por vuestra falta de búsqueda de la Gracia, no sabéis apreciar lo que Yo os doy. Si vosotros buscarais con mayor ahínco los bienes del Cielo, Yo empezaría a regalaros experiencias espirituales, con las cuales os daríais cuenta que éstas son infinitamente superiores a cualquier gozo de la Tierra.
Yo sé cómo enamorar a las almas para que estén Conmigo; pero ésos regalos se los voy dando a las almas que Me buscan, que se sacrifican, que aprecian lo que viene de Mí.
Vosotros mismos, cuando dais un regalo a vuestros hijos pequeños, no les dais cosas extravagantes, caras; que no entiendan y que van a desperdiciar. Van creciendo vuestros pequeños y cuando veis que son más cuidadosos y que van apreciando los regalos que les dais, les compráis regalos de mejor calidad y a los que se les puede sacar más provecho en conocimiento y en juego.
Así también Yo os voy llevando y os voy alimentando con Mis Gracias y Bendiciones para que vosotros vayáis apreciando lo que viene de Mí. Cuando un alma Me reconoce en Mis regalos, los aprecia y los busca a través de un cambio de vida espiritual, le voy regalando más…
Y así voy enamorando a las almas, para que alcancen su santificación. Y el decir su santificación, es el gozarMe, es el gozarMe plenamente. Una oración que diga un alma avanzada en la Gracia, es diferente a una oración que dice un alma que todavía está en el Mundo y que se deja todavía llevar por las distracciones del Mundo.
El alma avanzada en la Gracia, goza el orar, goza el ofrecer, goza el sacrificarse; porque sabe el potencial que tiene todo esto, sobre todo el Amor. Mi Amor que va a dejar entrar en su corazón y también lo que conlleva el estar Conmigo, que se vuelven salvadores de almas. (Con el Amor de Co-participación)
Buscad Mis pequeños, el que Yo derrame Mis Bendiciones sobre vosotros, pero esto lo lograréis gozando con lo que hacéis. Que vuestra oración y vuestra vida sean una alegría, porque Yo os iré regalando Bendiciones extraordinarias. Ya os he dicho que el alma que está Conmigo, vive ya cerca de Mí, vive en el Cielo y vive en la Tierra.
Vivimos unidos y es lo que quiero de cada uno de vosotros, por eso os digo que no os preocupéis de los Acontecimientos. Las almas que están Conmigo, serán protegidas y serán almas que producirán mucha protección y salvación para otras almas que no están tan preparadas.
Ya os he hablado de las almas que son hermanas mayores y hermanas menores: vosotros, los que habéis sido preparados ya por varios años, seréis almas de oración muy fuerte para proteger a muchos de vuestros hermanos en estos tiempos; en donde Satanás querrá destruir a muchas almas. Y especialmente con la Duda, la falta de Fe, la falta de Amor.
Vosotros, no dudéis nunca de lo que Yo os diga u os pida, Yo Soy vuestro Dios, Soy Omnipotente. Yo puedo hacer todo, Satanás no puede; no dejéis que su Duda entre en vosotros. Estando Conmigo, vosotros deberéis estar seguros, como instrumentos Míos, de lo que Yo os pida, aunque sea imposible a vuestros ojos y a vuestro entendimiento.
LO LOGRARÉIS porque Yo vuestro Dios, os lo estoy pidiendo y os daré todas capacidades espirituales, físicas, materiales, para que podáis llevar a cabo la misión que Yo os pida, en el momento determinado en que se dará. NO DUDÉIS, Soy vuestro Dios.
Hijitos Míos, estos son tiempos en los que quiero que todos vosotros tengáis una gran compasión por vuestros hermanos necesitados. Os he dicho que el Resto Fiel es muy pequeño y esto os debiera generar mucha tristeza y mucho dolor; pero por otro lado, un gran compromiso hacia Mí, Mis pequeños.
Ciertamente, todas las almas son llamadas a venir hacia Mí, pero no de todas recibo el “Fiat” o sea, la aceptación de su voluntad a vivir Conmigo. Vosotros, Me disteis vuestro “fiat”, aceptasteis venir a Mí, aceptasteis ser Instrumentos Míos en estos tiempos. Aceptasteis vivir para Mí, como otros Cristos en estos tiempos para la salvación de las almas.
Ciertamente, todo esto os lleva a un compromiso espiritual muy fuerte para con vuestros hermanos. Una gran alegría debe haber en vosotros, porque sois almas escogidas, almas consentidas, almas protegidas por Mi Gracia, por Mis Bendiciones, por Mi Amor. Pero hay infinidad de almas que son vuestros hermanos y que también necesitan de su salvación. Y ahí es donde entra la compasión de todos vosotros por el Bien de vuestros hermanos.
Alguna vez os he puesto el ejemplo de que si vais vosotros en una lancha salvavidas, porque el buque se hundió, ¿Con qué corazón podréis estar viendo a vuestros hermanos que quieren subirse a la lancha y ya no hay lugar? Vosotros estáis a salvo, ellos quieren subir. Os gritan, os imploran, os llaman, ¿Con qué corazón podréis estarlos viendo ahogarse?
Algo parecido sucede ahora en estos tiempos, vosotros estáis en la Barca de Salvación por la Gracia que habéis obtenido de parte Mía, porque Me escogisteis. Ciertamente podéis levantar a vuestros hermanos. Hay lugar, hay lugar en la Barca de Salvación a donde vais. Hay mucho lugar para que salvéis a muchas almas.
Yo confío en vuestro corazón, confío en vuestro deseo de poder levantar a ésas almas que se están ahogando por su vida de pecado y de maldad. Ciertamente vuestras oraciones, vuestra intercesión por ellos, el ofrecimiento de Mis Méritos a Mi Padre, pueden salvarles; pero debéis ser almas generosas, almas deseos de salvar a vuestros hermanos.
Esa es vuestra principal misión en estos tiempos. Que a pesar de que sois pocos, que sois el Resto Fiel, pequeño; sois muy poderosos, como lo fueron los primeros apóstoles.
Eran pocos, pero muy poderosos porque Mi Gracia les acompañaba. Os he dicho que los milagros existen y se darán muy fuertemente en estos tiempos…
Pero necesito almas generosas como vosotros, almas que imploren por la salvación de vuestros hermanos. No desperdiciéis pues, este tiempo; para pedir por vuestros hermanos, por su salvación. Son tantas, tantas las almas que necesitan salvación.
Dejad que Mis Méritos de Salvador, les limpien, les purifiquen sus pecados, les alcancen la vida eterna. OfrecedLe continuamente, a Mi Padre Celestial, todos Mis Méritos por cada una de las almas que necesitan de salvación.
Mis Méritos os alcanzan a todos, a todas las almas y en todos los tiempos. Mis Méritos ahí están, pero vosotros debéis tomarlos y ofrecerlos al Padre, no desperdiciéis vuestra intercesión de día y de noche, en todo momento salvad almas, salvad almas, Mis pequeños.
Os lo pedí en la Cruz, TENGO SED DE ALMAS y la sigo teniendo. Salvad almas, Mis pequeños.
Yo os bendigo y os pido que llevéis Mí Amor a todos los vuestros. Yo os bendigo, como Padre, como Hermano, como Amor y vida y os dejo Mi Paz y Fé profundas en vuestro corazón
Yo os amo infinitamente y os bendigo, en el Nombre de Mí Padre Eterno, en Mí Nombre, Vuestro Salvador Glorioso y en el del Amor Derramado y Purificador del Espíritu Santo.