R60 ECOS DE FÁTIMA
Mayo 19 de 2016
Hijitos Míos, Satanás se ha encargado de quitar Mi Devoción a muchos hermanos vuestros, Soy vuestra Madre y siempre estaré pendiente de vuestras necesidades espirituales y aun humanas y materiales.
Satanás ha engañado a hermanos vuestros que aunque están en sectas o en otro tipo de grupos espirituales, pero que buscan a Mi Hijo, Me han hecho a un lado porque Satanás sabe que Soy Yo Quien lo va a vencer.
Aun a pesar de ello, Yo estoy pendiente de vuestras necesidades y actúo ayudándoos a los que no Me invocáis, gracias a la intercesión de aquellos que Me aman.
Vosotros, los que Me amáis y creéis en Mí, pedidMe Mis pequeños que ayude a vuestros hermanos que no Me buscan, que no confían en Mí, que no Me Conocen. Una madre, siempre va a estar cuidando de los hijos, aún a pesar de que la traten mal.
El amor crea lazos de unión muy fuertes. Y a pesar de que se le trate mal a la madre, la madre no puede olvidar a los hijos que ella llevó en su vientre.
A todos vosotros os llevo, si no en Mi Vientre, sí en Mi Corazón. Os cuido y principalmente os protejo, porque conozco las Fuerzas de Satanás. Sois pequeñitos, débiles que no podéis competir contra las Fuerzas de Satanás… Y por eso, estoy pendiente de protegeros en todo momento.
Ciertamente, el hombre se ha desprotegido y ha quedado a merced de las Fuerzas de Satanás, al no cumplir con lo que Mi Hijo os pidió… y con lo que Nuestro Padre Dios os había pedido desde antiguo, con los Mandamientos.
Al no cumplir los Mandamientos, al no cumplir con lo que se os ha pedido, ciertamente quedáis desprotegidos. No os imagináis cómo os veis a nivel espiritual… Y por eso las almas caen fácilmente en las tentaciones que os pone Satanás.
Cuando un alma busca estar con Nuestro Dios, desde ése preciso momento tiene la ayuda de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.
Os ayuda a que os deis cuenta cuando hay un ataque… Cómo os podéis preparar y atacar, cómo podéis ayudar a algún otro hermano que necesite de protección y de cuidados… Y esto solamente lo lográis Mis pequeños, estando en continua relación con el Cielo.
Ciertamente se os protege continuamente desde el Cielo, de diferentes formas. Y vosotros, ni siquiera os dais cuenta de ello. Y como no os dais cuenta, no agradecéis. Y por eso os digo que estos tiempos son muy difíciles, porque se va a manifestar fuertemente el poder de Satanás ante todos vosotros…
Y es cuando os daréis cuenta cómo habíais sido protegidos, cómo habíais sido cuidados desde el Cielo y vosotros no agradecíais estos cuidados.
Esto, Mis pequeños, se llama Fe. Si no hay Fe vosotros no os protegéis, porque no creéis en lo que se os ha dicho.
Todo esto lo tenéis en las Sagradas Escrituras. La misma Iglesia os va guiando para que entendáis todas estas situaciones favorables para vuestra alma y aún para vuestro cuerpo. Pero, ¿Qué ha hecho el hombre? Se le hace más fácil hacerse a un lado, no buscar lo que está al alcance de vuestra mano…
Y como no queréis compromisos con Nuestro Dios y Señor, hacéis vuestra propia vida.
Ahora es cuando os vais a dar cuenta del error en el que vivisteis. No utilizasteis Sabiduría Divina, vivisteis bajo una necedad humana, que os va a acarrear muchos problemas y dolores.
Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad os ha dado infinidad de Gracias, Bendiciones, cuidados, para que vuestro paso sobre la Tierra no fuera tan doloroso, tan penoso, por los ataques de Satanás durante vuestra vida. Pero el hombre, siempre creyéndose más sabio que Nuestro Dios, hace su propia vida y se aparta de todos los cuidados que Nosotros les teneMos a las almas.
Luego caéis en problemas, en los cuales ya no podéis salir… Y es cuando os acordáis que existe Dios. Y muchas veces, ya es demasiado tarde.
Ciertamente, hay infinidad de almas que se han condenado por ésa falta de Fe… No creyeron que la vida aquí en la Tierra, era una misión qué completar y que ibais a tener muchos ataques de Satanás. No os protegisteis, no se protegieron y terminaron muy mal.
Os vuelvo a repetir Mis pequeños la lección, para que la entendáis: Ya estáis sobre el Tiempo. En cualquier momento se empezará a desatar lo más fuerte de la Purificación. Os vuelvo a hacer el llamado como Madre que Soy de vosotros Mis hijos, para que os acerquéis a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre…
Y al Cielo entero, a Mi Esposo, al Señor San José, a los Santos Ángeles y Santos. La lucha va a ser muy fuerte y no estáis preparados la gran mayoría de vosotros. Debéis regresar con Fe a Nosotros para que seáis protegidos…
Satanás quiere destruir toda la Creación, os queremos proteger. Dejaos, Mis pequeños, entended que la situación que estáis viviendo, es grave.
Se os repite una y otra vez, pero si no queréis escuchar y poner de vuestra parte…
PADECERÉIS UN CASTIGO TREMENDO QUE OS IMPONDRÁ SATANÁS.
Acercaos a Mí Mis pequeños, dejadMe que os cuide, que os guíe y que os ayude en vuestra salvación. Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María.
¡Cuánto dolor Me causa ver la Iglesia actual! ¡Cuánto dolor Me causan los que debieran cuidar la Iglesia que dejó Mi Hijo para todos los hombres!
¡Oh!, ministros y pastores de la Iglesia, a pesar de las advertencias que Yo os he dado en Mis Apariciones pasadas, no hicisteis caso.
Os pedía Mis pastores, sacerdotes de la Iglesia de Mi Hijo, que cuidarais lo que se os dio: un regalo tremendo, grandísimo para los hombres y no hicisteis caso.
Vosotros como sacerdotes y hombres, quisisteis manteneros más como hombres y no como ministros, habéis buscado más los bienes de la Tierra cuando teníais la oportunidad de traer a Mi Hijo a la Tierra, a través de la Eucaristía… Y de ésta forma se os reconociera como hombres santos, hombres de ejemplo ante todos los demás hermanos vuestros.
No os disteis cuenta y no llegasteis a valorar lo que significa ser sacerdote para la Iglesia de Mi Hijo. Una situación grandiosa para el hombre y la desaprovechasteis. Fuisteis consagrados sacerdotes de la Iglesia de Mi Hijo y esto os da una posición altísima dentro del nivel humano.
Pero quisisteis aprovechar más ésta situación para llenaros de las cosas del mundo. Os habéis envanecido, creyéndoos superiores a vuestros hermanos; cuando debisteis haber sido servidores de ellos, porque sois servidores de Mi Hijo y no os disteis como tales…
Al contrario, la soberbia inundó vuestro corazón. No os hicisteis pequeñitos, quisisteis que se os glorificara, como si fuerais dioses en la Tierra y así echasteis a perder la grandiosidad del ser sacerdotes para la Iglesia de Mi Hijo y ahora en lugar de ser ejemplo para vuestros hermanos… la gran mayoría de vosotros sois escándalo para la Iglesia que Yo cuido, que Yo protejo, porque así Me lo pidió Mi Hijo.
Desde el Cielo ahora se escucha y se ha venido escuchando el clamor de los buenos hijos de Dios. De aquellos hijos Míos, verdaderos, que quieren tener nuevamente lo bello que os dejó Mi Hijo sobre la Tierra y así ha de ser.
Mis pequeños, humanidad entera, OS ANUNCIO LA PRONTA PURIFICACIÓN DE LA IGLESIA, de la Iglesia de Mi Hijo, de la Iglesia que Yo cuido. Momentos difíciles pasaréis en toda la humanidad. La Iglesia será renovada, purificada, santificada. Se eliminará toda aquella Maldad que se ha introducido dentro de Ella.
Le permitisteis a Satanás entrar en Mi Iglesia, la Iglesia de Mi Hijo. La cizaña ha crecido y está ahogando a los buenos sacerdotes y a los buenos fieles… y ésa cizaña será arrancada y arrojada al fuego, junto con aquellos ministros traidores: aquellos ministros tibios, aquellos falsos sacerdotes, aquellos lobos con piel de oveja que se introdujeron dentro de ella.
Ciertamente vendrá un escándalo tremendo en toda la humanidad, cuando salga a la luz para todos los hombres toda la falsedad, toda la corrupción, toda la maldad que hay dentro de Ella.
Pero vosotros Mis pequeños, tanto sacerdotes como los fieles que os habéis mantenido amando ésta Institución que Mi Hijo os dio, no desfallezcáis, no os entristezcáis con lo que veréis al contrario, ALEGRAOS porque la Iglesia será renovada y os tocará ver y vivir la Nueva Iglesia Santificada, aquella que no quisieron cuidar los que la debieron haber cuidado.
Mucho Dolor habrá dentro de Ella, veréis cosas terribles. Lloraréis porque no comprenderéis cómo es que la Iglesia, Mi Iglesia, la Herencia de Mi Hijo fue pisoteada en tal forma por Satanás y por aquellos que hicieron trato con él.
Os dolerá vuestro corazón el ver cómo Satanás se introdujo a Ella y alteró los órdenes fundados por Mi Hijo, buscando su Destrucción. Satanás se introdujo a través de mentiras, de falsedades para tratar de destruir las Enseñanzas de Mi Hijo y los Sacramentos que os regaló.
Pero nuevamente os digo Mis pequeños ALEGRAOS, porque por fin veréis lo que Mi Hijo os dejó. Veréis lo que en realidad es la Iglesia de Mi Hijo y la santidad de sus sacerdotes. Que muchos de ellos han sido despreciados y desechados por las autoridades eclesiásticas que ahora comandan la Iglesia, porque son buenos…
Porque son ejemplo y porque no se han querido adherir a las maniobras destructivas de Satanás. Han persistido en el Bien, han tratado de cuidar lo que es verdadero… Y pronto, MUY PRONTO podrán ellos mismos y vosotros también, ver cómo es recuperada Mi Iglesia, la Iglesia de Mi Hijo.
Pobres de aquellos falsos sacerdotes y ministros… ¡Ay! de aquellos que la Traicionaron, buscando solamente los bienes materiales. Aquellos que la Ultrajaron… Aquellos ministros sacrílegos que creyéndose con poder, hicieron desmán y medio dentro de Ella. Se burlaron de Mi Hijo, en los Sacramentos, en la Eucaristía. No mantuvieron el orden dado y las obligaciones que tenían que cumplir.
Ciertamente conocerán su Pecado antes de ser juzgados y querrán morir antes que enfrentarse a la Justicia de Mi Hijo. Querrán esconderse debajo de las piedras, para no ver a Mi Hijo. Para no ver Sus Ojos, que los Fulminará.
No os disteis cuenta ministros falsos y traidores, que estabais sirviendo al Dios del Universo y a vuestro Salvador. Miserables creaturas que os creísteis dioses… Que creísteis que os merecíais todo por tener el Sacramento Sacerdotal, el cual no lo llevasteis con dignidad ni con respeto.
No fuisteis ejemplo para vuestros hermanos, causasteis escándalo y en lugar de engrandecer el Rebaño de Mi Hijo, hicisteis que éste se desperdigara.
Mucho se os avisó. Mensajes fuertes os di para que regresarais al buen camino y os mantuvisteis en la traición y en el desprecio a la Divinidad de Mi Hijo. Mucha Maldad cometisteis, mucho Dolor causasteis al Corazón de Mi Hijo. No quisisteis escuchar las Advertencias dadas desde el Cielo y ahora sufriréis el castigo fuerte que se os impondrá.
Castigo Eterno. Fuego eterno que tendréis, porque no os preocupó el cuidar de los bienes de Mi Hijo, ni de cuidar el Rebaño que se os encomendó. Tuvisteis oportunidad de ganar santidad ante los hombres, porque teníais todo lo necesario para llegar a ello; solamente teníais que seguir las Enseñanzas de Mi Hijo y manteneros como Mi Hijo os enseñó: sencillos, humildes, maestros ante los demás y servidores.
Pero la soberbia os ganó y el mundo os ofuscó. Vosotros ya no pertenecíais al mundo, habíais sido apartados del Mundo para vivir con Mi Hijo. Estabais en una posición más alta y la despreciasteis, vuestro mundo eran las Sagradas Escrituras y vosotros preferíais leer otras cosas y vivir para otras cosas que no eran propias para vuestra dignidad sacerdotal.
La Espada ya está sobre vosotros, la Justicia se llevará a cabo; seréis eliminados, falsos sacerdotes traidores. Todos aquellos que quisieron destruir la Obra de Mi Hijo en la Iglesia seréis eliminados.
Así empezará la Gran Purificación: limpiando lo más grande que tenéis en la Tierra, la Santa Iglesia que Mi Hijo fundó para todos vosotros, para que os alimentarais de Ella. Para que la Sabiduría Divina llegara a todos los pueblos de la Tierra, para que crecierais en santidad y en amor.
Por eso se os tiene que mostrar lo que es la verdadera Iglesia. Para que apreciéis Mis pequeños, lo que verdaderamente Mi Hijo os dio y no lo que tenéis ahora: que es un remedo satánico de lo que Mi Hijo os había dado en un principio.
Esa paz, esa armonía, esas bondades que debisteis haber vivido y sentido al entrar en cada Iglesia en el Mundo; se perdieron en gran parte porque hasta a Mi Hijo lo hicieron a un lado por manipulaciones de Satanás. Se le hizo a un lado a Mi Hijo, ya no es el centro de la Iglesia…
Hasta allí llegó la soberbia del hombre. Se sintieron los sacerdotes falsos y malos como dioses y los fieles solamente veían al hombre ante el altar… Y ¿Dónde estaba Mi Hijo? A un lado o fuera, a donde muy pocos lo irían a visitar.
¡Ay!, ¡Iglesia de Mi Hijo, cómo le habéis fallado! Vosotros, ministros de la Iglesia que Mi Hijo fundó, habéis preferido al Mundo antes que defender a Mi Hijo.
A lo largo de vuestra existencia os habéis acobardado. Los primeros que vivieron con esta Gracia tan grande, de ser ministros de Ella, la defendieron muchas veces con su propia vida, ofreciendo su sangre a Mi Hijo y reparando los errores de los hombres.

El Papa Cayo era originario de Dalmacia y pariente del emperador Diocleciano. La violencia de la Persecución le obligó a vivir ocho años en las catacumbas. Sus sufrimientos por la FE, le merecieron el título de mártir.
Pero ahora Mis pequeños, ministros de la Iglesia, preferís el gozo del Mundo y ya no os dais como pastores del rebaño, protegiéndolo y llevándolo por caminos seguros y ayudándole a crecer en vida espiritual y en Sabiduría Divina. ¿Qué habéis hecho con la Iglesia de Mi Hijo?
Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, Yo la he protegido contra los ataques de Satanás. La he cuidado, para que Satanás no la destruyera. Son pocos los ministros, los sacerdotes que la han cuidado, que la llevan en su corazón.
Y han sufrido, porque la misma Iglesia los ataca por amarla, por respetarla, por mantener la Vida que Mi Hijo le dio con Su Muerte.
¡Cuánta maldad lleváis muchos de vosotros, obispos, cardenales! Habéis visto por vuestros intereses mezquinos. Habéis buscado el goce de vuestro cuerpo antes que el goce de vuestra alma, a pesar que vuestra investidura era alta.
Los sacrilegios que habéis cometido, os acusarán el día de vuestro Juicio. Vuestro mal ejemplo, vuestros delitos carnales, os llevarán al lugar del Castigo.
Fuisteis escogidos por el Padre, para que tuvierais una posición bellísima y altísima dentro del pueblo. El ser representante sacerdotal ante los hombres, es una Gracia. Es una Bendición muy grande para un hombre y vosotros no estuvisteis a la altura de ésa Gracia tan grande…
Preferisteis en vuestra soberbia, sacarle provecho material, humano; a vuestra posición que debió de haber sido de servicio y de amor, de enseñanza y de donación, como Mi Hijo os enseñó.
¡Cuánta Maldad se ha introducido dentro del Templo Santo!, porque vosotros la dejasteis entrar. No habéis defendido a la Iglesia de Mi Hijo, contra los ataques de Satanás.
¡Dejasteis entrar al Pecado y la Maldad al Recinto Santo y dejasteis que el mismo Satanás se sentara en la Silla del santo que representa a Mi Cristo, a Mi Hijo en la Tierra!…
La Maldad se volverá sobre vosotros. Vosotros la protegisteis, quisisteis vivir en ésa maldad, dejasteis que Satanás habitara entre vosotros y aún dentro de vosotros… Y ¿creéis acaso que él os lo agradecerá?…
¡Estáis muy equivocados, Mis pequeños! Se volverá sobre vosotros y os atormentará por toda la eternidad por los favores que le concedisteis. Así paga Satanás. Os volvéis demonios, porque eso es lo que dejasteis entrar en vuestro corazón: su Maldad…
Y TRAICIONÁSTEIS AL SANTO DE LOS SANTOS, QUE ES MI HIJO…
Yo vuestra Madre, la Siempre Virgen María, voy cuidando a aquellos ministros santos; aquellos que han sido despreciados por su santidad, por su belleza de corazón, por su bondad, por el respeto a las Leyes y al Amor de Mi Hijo. Voy cuidando a la Iglesia de Mi Hijo y la voy preservando de los ataques de Satanás.
Estos son los tiempos en que veréis la Verdad. Cómo aquellos a los que veíais santos y grandes en la Iglesia de Mi Hijo, caerán… Conoceréis sus obras, su maldad y recibirán su paga al ser juzgados por Mi Hijo.
En cambio, aquellos que sufrieron por las mismas autoridades eclesiásticas, que fueron despreciados porque eran buenos; surgirán y serán posicionados más alto de lo que estaban aquellos que los oprimían…
Y así se cumplirá la Promesa de Mi Hijo, que la Iglesia, Su Iglesia se va a mantener hasta el Fin del Mundo.
Manteneos Mis pequeños, fieles a lo que Mi Hijo os enseñó. Manteneos fieles a los sacerdotes, ministros santos, los que se dejan guiar por lo que en las Escrituras Está, que es la Palabra Divina de Mi Hijo y la Presencia del Padre…
Y que bajo la Acción del Espíritu Santo, se seguirá moviendo la Iglesia en Santidad. Porque la Iglesia es Santa, como Mi Hijo es Santo.
Seguid Mis pequeños los que estáis con Nuestro Dios y Señor en Su Santísima Trinidad, con los que estáis Conmigo vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María.
MANTENEOS DEFENDIENDO lo que es vuestro también, Mis pequeños. Porque vosotros amáis lo que Mi Hijo os dejó.
Defended Nuestra Iglesia, defended sus Valores, defended la Vida de Mi Hijo, que vive en Ella y que os da Vida a vosotros.
La Maldad nunca vence Mis pequeños. La Maldad siempre es derrotada y en breve veréis el Triunfo de Mi Hijo sobre la Maldad en la Iglesia.
Os Bendigo, Mis pequeños y manteneos alegres y en oración. Pero oración profunda. En Oración de Corazón a corazón con Mi Hijo y Conmigo vuestra Madre, por la Purificación de ésta Institución Divina, que es la Santa Iglesia fundada por un Dios, un Dios Hombre: Mi Hijo Jesucristo.
Os amo, Mis pequeños, que la Paz quede con vosotros.
Habla Dios Espíritu Santo
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Yo estoy entre vosotros, ya os lo había indicado anteriormente. Yo iré protegiéndoos contra los ataques de Satanás que querrán liberarse y atacaros fuertemente, pero no será así, Mis pequeños. Ciertamente las Fuerzas de Satanás serán liberadas hasta un límite, para que se pruebe a ésta humanidad y se le acrisole.
Porque permitisteis cada quien en cierto grado, vivir la maldad en vuestro corazón. Ahora ella os acrisolará a cada quien, dependiendo de cuánto dejaste vivir la maldad en vuestro corazón y en vuestra vida.
Que no se turbe vuestro corazón con lo que veréis, sino al contrario; venid a Mí Mis pequeños, porque Yo estoy viviendo dentro de vuestro corazón.
PedidMe a Mí todo lo que necesitéis para poder pasar la Prueba que se os pondrá a cada uno de vosotros; la cual tendrá su personal dificultad, dependiendo del amor que hayáis aceptado dentro de vuestro corazón y que hayáis transmitido a vuestros hermanos. Por amor fuisteis creados, por amor se os purificará.
Esta purificación será para que vuestro corazón elimine toda la maldad que vosotros mismos en vuestro libre albedrío, permitisteis viviera dentro de vosotros y por esa causa afectabais a las obras Divinas. Porque no estabais viviendo al cien por ciento en el Amor…
Estabais contaminando con vuestro actuar todo lo que debisteis haber dejado santo; porque todo lo que se os da viene de Nosotros, de Nuestra Santísima Trinidad.
Cuando vosotros os dejáis guiar perfectamente por Nuestra Voluntad, vuestros actos se vuelven santos y además dan mucho fruto. En cambio cuando vosotros actuáis según vuestra voluntad, vuestros actos se vuelven mediocres y muchas veces, hasta destructivos.
Confiad Mis pequeños, en que Yo estoy entre vosotros. Que estoy guiando los acontecimientos, que Yo estoy protegiendo a los del Rebaño de Jesús, vuestro Dios Hombre. Todo será renovado por Mí, vuestro Dios Espíritu Santo. La Purificación no es un acto de venganza, sino es un acto de Amor en donde volveréis a los orígenes, que fueron orígenes de Amor.
Ahora todo está contaminado por la Maldad de Satanás, vosotros no tenéis ni idea de lo que es vivir perfectamente en el Cielo o guiados y protegidos por Nosotros en Nuestra Santísima Trinidad.
Acercaos a Mí, vuestro Dios Espíritu Santo y pedidMe con confianza de lo que necesitéis en dones, carismas, capacidades especiales, para que podáis ayudar a vuestros hermanos con los dones que Yo os conceda.
Recibid Mis Bendiciones, Mis pequeños. Yo, vuestro Dios Espíritu Santo que también habito en vuestro corazón, os guiaré en los acontecimientos adversos que tendréis. Pero los que habéis vivido en el Amor, tendréis cuidados especiales del Cielo, para que vuestra purificación no sea tan dolorosa como para aquellos que han negado el Amor y hasta lo han traicionado.
Que se han dedicado toda su vida a borrar el Santo Nombre de Dios de su vida y la de los suyos. Por eso os digo que gocéis de lo que tenéis ahora… Y aunque se os quite un poco tiempo después no os preocupéis, porque se os regresará al ciento por uno de lo que hayáis perdido o de lo que se os haya quitado y que era para bien de vuestra purificación.
Os bendigo, Mis pequeños y manteneos continuamente InvocándoMe, para que Yo norme vuestra vida y os guíe por senderos seguros en este camino inmediato de purificación que tenderéis.
LlamadMe pues, Mis pequeños. DeseadMe de corazón que Yo Viva en vuestro interior y ahí estaré pronto, para vuestra purificación y vuestra santificación… Y juntos, vuestra voluntad y Mi Divinidad, lucharemos por vuestra santidad.
Dejad que vuestra alma se libere ya de las ataduras del Mal. Dejad que vuele hacia donde tiene que volar, que es hacia Nuestra Santísima Trinidad… Y dejad que goce plenamente ya de la vida espiritual a la que todos vosotros estáis llamados, porque mucho se ha hecho por salvaros.
Preparad todo vuestro ser para el Gran Encuentro con el Amor, después de la Purificación Universal. Embelesados con Mis Bendiciones y regalo viviréis.
Orad y esperad. El tiempo se acerca presuroso. Os amo, Mis pequeños.
Yo os bendigo en el Amor de Mi Padre, en el Amor vivido por el Hijo y por Mi Amor infundido en los corazones. Mí Esposa, la Siempre Virgen María, os lleva en Su Corazón y os protege bajo Su manto.