Es bueno, hijos Míos, que toméis de Mis Poderes para la salvación de las almas. Recordad que vuestras acciones, por sí mismas, son miseria, pero cuando vuestra miseria se une a Mis Méritos, alcanzan bienes inimaginables.
Vuestra voluntad, unida a la Mía, puede salvar pueblos completos. Vuestra voluntad movida por el amor, llega a Mi, y es ése deseo de ayuda de vuestro corazón hacia vuestros hermanos, el que unido a Mis deseos de salvación, pueden redimir a innumerables almas.
Que todos los momentos de vuestras vidas estén unidos a los Míos. Yo no desperdiciaba momento alguno para la salvación de todas las almas, de todos los siglos, pasados y por venir.
La salvación de las almas debe ser vuestra meta, vuestra tarea, para alegrar Mi Sacratísimo Corazón. Yo no viví sino para ello y vosotros, que sois esencia Mía y colaboradores Míos, esa también debe ser vuestra misión.
Vosotros tan enredados en las cosas del mundo, perdéis la visión real de vuestras vidas sobre la Tierra. Se os hace a veces poca cosa lo que os pido, pero es TAN grande a Mis Ojos lo que os pido, que por eso mandé a Mi Hijo Jesucristo a recordárosla y aún así dudáis.
Vuestra misión y recordadla bien, no es otra más que la transmisión del Amor de Dios a todas las almas sobre la tierra y la búsqueda de la salvación de TODAS, en todos los tiempos.
Vean que no digo, la salvación sólo de las almas de la gente que vive en el mismo tiempo con vosotros sobre la Tierra, sino que abarco tiempos anteriores a los vuestros. Y la razón es que, debido a la falta de oración y actos de reparación de vuestros ancestros, hay en vuestro tiempo aún muchas almas en el Purgatorio y tienen que mantenerse ahí hasta que por vuestros méritos actuales, puedan vuestros hermanos, dejar el Purgatorio.
Lo mismo sucederá con almas actuales y que por falta de méritos, de parte de todos vosotros, los que ahora vivís sobre la Tierra, muchas almas tendrán que purgar mucho más del tiempo de vuestra existencia.
Dios Padre cuenta con el valor de la oración y de los méritos de vosotros, para la salvación de vuestros hermanos y recordad que vosotros estaréis en las mismas circunstancias.
Yo os dije: “Lo que hagáis con el más pequeño de vuestros hermanos, Me lo hacéis a Mí”.
Y ahora os recuerdo que los méritos que uséis para la salvación de vuestros hermanos mientras estéis sobre la Tierra, tanto para los vivos como para los que ya pasaron a la otra vida y se están aun purgando de sus faltas, esos mismos méritos serán tomados para vuestra propia salvación.
Por eso os vuelvo a recordar, el tiempo sobre la Tierra a Mi servicio, es corto. No lo desperdiciéis Hijos Míos, porque son tan numerosas las gracias que Yo derramo sobre las almas para que sean tomadas, tanto para vosotros, como para ser repartidas por vosotros mismos a vuestros hermanos…
Que esas mismas gracias no aprovechadas y desperdiciadas para la salvación de todos, serán sus jueces al final de vuestros días, al final de vuestra misión sobre la Tierra. Estad atentos y vivid según vuestro Dios y Señor os lo pide.
No pido cosas imposibles, Yo pido de acuerdo a lo que os he dado, pero lo poco o mucho que Me deis, dádmelo con vuestro corazón, sin presiones de ninguna especie, sólo y simplemente con AMOR.
Hijitos Míos Yo como Espíritu de Vida, Yo como Espíritu de Amor, siempre he vivido perfectamente, en la presencia de Jesús y de María. Es a través de Mi Moción, que se os dá el conocimiento, la guía, la verdad por medio del Verbo Encarnado. Y además, Me establezco perfectamente en la persona de Nuestra Hija, la Siempre Virgen María.
La vida se os dá por el Padre. Y la realización de ella para llevar a cabo vuestra misión sobre la Tierra, debe estar unida a Mi Inspiración constantemente.
La Sabiduría de Jesucristo como Dios, estaba influenciada por Mi Presencia Divina en El, Yo se la transmitía y El en viva voz, la donaba a la gente de Su pueblo en ése tiempo y a la gente del Mundo en éste tiempo.
El vínculo filial de Madre-Hijo Me permitía obrar en la Perfección de Mi Persona. Su donación era perfecta, los dos eran una sola alma. El gozo de uno era el gozo del otro y el dolor de uno era el dolor del otro.
La donación total y sin condiciones de Nuestra Hija María a Nuestra Santísima Trinidad, Nos permitía obrar perfectamente en Ella. Era el respaldo seguro y perfecto para el Dios Encarnado. Era el consejo y la ayuda de la Madre para con el Dios que venía a redimir al Mundo.
Era el apoyo fiel en quién confiaba Sus secretos íntimos el Redentor. Como el amor no se puede separar del dolor Ella, amando perfectamente a Su Hijo, también sufría perfectamente, con su Hijo.
La vida de total sumisión de Vuestra Madre Santísima a Nuestras Inspiraciones, fue de gran ayuda a la Redención del género humano, ya que al surgir Ella misma como Corredentora del género humano se vuelve Maestra y Guía; al ser el alma de la Nueva Iglesia que se formaba con las Enseñanzas de Su Hijo, después de Su Muerte.
Ella se vuelve dolor con el Dolor, se vuelve vida con la Vida, se vuelve redención con Su Corredención. Es el ejemplo perfecto de una madre abnegada y fiel a los designios divinos del Padre. Se vuelve así vida de esperanza y de amor, ya que en Ella ven los discípulos la constatación de las Enseñanzas de Su Hijo.
En Ella ven los discípulos la Obra Maestra de la vida de Dios Hijo; en Ella ven el reflejo perfecto de la vida del Salvador y por ello se vuelve Guía y Maestra, en el Amor y en el Dolor, de las Enseñanzas de Su Hijo, Salvador del género humano.
Así, en Ella Yo, como Espíritu de Verdad y Sabiduría sigo dejando Vida de Gracia para el género humano al formar la Nueva Iglesia de Cristo Jesús. Es a través de Ella que se viven las Enseñanzas de Su Hijo y se asienta y se robustece la Iglesia de Dios. Así Ella se vuelve intercesora ante Su Hijo para todo el género humano.
Por ello, es a través de la Iglesia formada por las Enseñanzas de Cristo Jesús y afianzada en la Guía de Su Hija, la Siempre Virgen María; por lo que Yo el Santo Espíritu de Dios, puedo seguir transmitiendo las Verdades del Cielo a todos los hombres que han permitido que La Vida se mueva en sus corazones.
Así, la vida de la Iglesia permanece. Me hago Presente continuamente a través de Mis hijos, aquellos que el Padre ha escogido para ser portavoces de Nuestras Enseñanzas, de las que ya se os dieron y de las que ahora se os dan, para seguir preservando la Familia de Dios.
Se os han dado las bases de la Vida y del Amor de Dios, pero debéis entender que en la Omnipotencia de vuestro Dios no hay término, todo tiene que evolucionar hacia Su Perfección.
Y así como a un niño pequeño se le da conocimiento de niño, así vosotros después de haber tenido la evangelización de Cristo Jesús; Yo ahora os daré conocimiento de más edad.
A través de Moisés se dieron las Enseñanzas para ésa época, para ése pueblo rebelde. A través de Cristo Jesús se os dieron Enseñanzas de un nivel superior. A través Mío, se os darán enseñanzas superiores en el Amor de Dios.
Los que han hecho vida las Enseñanzas de Jesús vuestro Dios, ya han crecido en la Verdad y ahora se os permitirá conocer más sobre la Verdad Omnipotente e Infinita de vuestro Dios.
Caeríais en una gran soberbia si creyeseis que lo que se os dijo ha sido todo lo que vuestro Dios tiene para vosotros, sus hijos. Su Omnipotencia y su afán de amor es infinito. Por ello, Su Conocimiento Infinito se les irá revelando a todos aquellos que con amor, humildad y docilidad, acepten su pequeñez y su necesidad de alimentarse de la Vida y del Conocimiento de su Dios.
En el tiempo por venir después de una Gran Purificación, los escogidos de Su Amor podrán obtener a través Mío Espíritu de Vida, las Inspiraciones de vuestro Creador.
Agradeced inmensamente el Amor que os tiene vuestro Padre Dios, por compartiros Su Conocimiento. Conocimiento que ya había sido dado al género humano, pero que se perdió por el Pecado Original.
Dios Padre tiene un deseo perenne de compartir con Sus creaturas; ésa es la vida del amor, el dar y dar continuamente para ver en la vida de los hijos, la perfección de Su Obra.
Cuando un alma se dona como lo hizo vuestra Madre Santísima, Yo vuestro Dios Espíritu Santo, puedo derramarMe perfectamente. Y así, el alma entra en comunicación total con el Cielo aún a pesar de estar viviendo sobre la Tierra, para proseguir la obra de Redención y de evolución en el Amor de vuestro Dios.
La Obra de Dios es dinámica y no tiene fin. Vuestra evolución en el Amor es tarea de toda la Eternidad. Sólo se os han dado las bases perfectas, los cimientos perfectos que habrán de soportar el edificio de perfección. Este es vuestra alma, la cuál llegará a ésa perfección cuando acepte, viva y transmita la Vida de Dios.
El Amor es Nuestro Distintivo. A vuestro Dios se le conoce principalmente por Su Amor y al introduciros al Amor, ahí obtenéis todo. Todo crece, se purifica y vive por el Amor. Quién deja vivir al Amor en su corazón se deja guiar por el Amor de Mis Inspiraciones, se vuelve un verdadero hijo de Dios.
No se puede lograr una verdadera perfección si no se ha logrado vivir en el AMOR. No se puede ser guía, maestro ó ejemplo de las Enseñanzas de Jesús, si antes no habito Yo, el Amor en pleno en su corazón. No se puede hablar con la Verdad si ella no está saturada de amor.
No se puede ser guía de pueblos, si el amor desinteresado y puro, no habita en su corazón. Aquél que no escucha Mi Voz en su corazón, aquél que no busca a través de la oración y la donación, hacer la Voluntad del Padre, no puede decirse hijo de Dios. Enseña lo que sus intereses quieren enseñar y guía hacia donde sus intereses quieren guiar.
Habéis separado lo material de lo espiritual, convirtiéndolos en dos entidades opuestas y que no tienen aparentemente, relación una con otra. Sois creación total de Dios, con vuestra alma moviendo y expresando por medio de vuestro cuerpo, Mis Inspiraciones para todos vuestros hermanos.
Sois alma, cuerpo y Espíritu, Yo ayudo a vuestra alma a crecer y a vuestro cuerpo a servir como vehículo, para llevar Mis Enseñanzas dadas a vuestra alma, a todos vuestros hermanos. Vuestra alma debe servirse del cuerpo, para que a través de él se manifieste Mi Vida Perfecta, la Vida del Espíritu de Dios, misma vida que vive en Cristo Jesús.
Así, al transmitir Mis Enseñanzas estáis transmitiendo a la Santísima Trinidad, a vuestro Dios. Si reflexionarais esto en humildad y docilidad, de rodillas y con vuestra frente en el suelo, no os cansarías de agradecerLe a vuestro Dios la inmensidad de dones, gracias y regalos con los que os ha dotado.
El se ha derramado y se derrama día a día en las almas para que crezcáis hacia ésa perfección que El desea. Si ahora creéis gozar con lo que tenéis; no podéis ni imaginaros, lo que gozaréis con lo que iréis obteniendo al ir avanzando en la perfección de vuestra alma.
Inmensos regalos os tiene reservados vuestro Dios, los cuáles Yo, Su Santo Espíritu, os iré dando. Sólo necesitamos de almas sencillas, humildes, pequeñas, donadas perfectamente; para que se pueda manifestar en ellas la Perfección de vuestro Dios.
Acudid continuamente a pedir ayuda a vuestra Madre Celestial. Ella, la que entendió perfectamente la Obra de Dios, que se donó perfectamente a ser moldeada por El y en la que ahora podéis ver la perfección que logró Dios, vuestro Padre en ésta maravillosa creatura, la Siempre Virgen María.
Acudid a Ella sin temor, con confianza, con alegría. Ella, la toda pura, la toda santa, la toda Inmaculada, os quiere llevar hasta la realización plena de vuestra alma. Recordad que el que verdaderamente ama, primero ve por la mejora de los demás, antes que ver la suya propia.
Cuando alguien verdaderamente ama, dá todo lo que tiene, con tal de ver en el ser amado una superación, aunque alcance niveles superiores del mismo que lo está ayudando. ¿Qué no podréis alcanzar de vuestra Madre Santísima, con Su Intercesión y ayuda si sabéis que Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, vivo en total libertad de acción en Su Corazón?
Estar con Ella, acudir a Ella, es estar con Nosotros en Nuestra Santísima Trinidad.
Ella, la Intercesora perfecta ante Su Hijo y por consiguiente, ante la Santísima Trinidad, puesto que somos inseparables e indisolubles; puede obtener todo lo que deseéis de Nosotros, para que logréis el crecimiento en la perfección del Amor, tanto para vosotros como para vuestros hermanos.
Pedídle a Ella os haga perfectos tabernáculos del Amor de Dios y os enseñe a escuchar Mis Indicaciones en vuestro corazón, para así llevaros a ésa perfección que tanto quiere vuestro Padre Dios.
Yo os bendigo en la Trinidad Perfecta del Amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo y en el nombre del Perfecto Tabernáculo Viviente, en la persona de la Santísima Virgen María. Yo os concedo Mi Sabiduría y Mi Paz.
Id, hijitos Míos, a transmitir y a vivir el amor de vuestro Dios y así lograréis empezar a vivir en el camino de la realización plena, en la perfección, que se obtiene al vivir vida de AMOR.
Mensaje de Dios Padre a J.V.
Queridos hijitos Míos, hoy os quiero hacer una ligera semblanza didáctica sencilla pero entendible, sobre el Cielo, el Purgatorio y la Tierra.
El Cielo es vuestro hogar, en donde vivís, del cual vivís Conmigo y gozáis aún antes de bajar a servirMe. El Cielo siempre ha existido, no tiene principio ni tendrá fin, ya que es parte de Mí, como lo sois también vosotros. El Cielo y su gozo lo constituye Mí Amor.
Cuando el alma decide por propio libre albedrío, bajar a servirMe como Mí Hijo lo hizo, atendiendo una necesidad de Mí Corazón, en la ayuda a sus hermanos y la difusión de Mí Amor como alimento y vida, Yo le concedo el Don de la Vida.
El Don de la Vida, como ya os he explicado, es un Don excelso concedido a algunas almas, a las que Yo escojo para bajar a servirMe.
No todas las almas tienen la oportunidad de bajar y el tener el Don de la Vida, es un honor grandísimo para el alma y un gozo para Mí vuestro Dios, al ver que el alma se ofrece a su Dios en amor y sacrificio, para servirMe en la Tierra.
El alma goza en el Cielo antes de bajar, pero podría decirles que su gozo es limitado, según su nivel de creación.
El alma que regresa después de su misión por la Tierra, alcanza niveles superiores de gozo porque fue escogida por Mí, se donó, se sacrificó por Mí en sus hermanos, no sucumbió a las tentaciones fortísimas del Mal y regresó triunfante.
El gozo del alma triunfante se vuelve superior, porque Yo así premio su donación libre y espontánea por servir a su Dios.
Mi hijo Pablo, apóstol de Mí Hijo Jesucristo, os habló algo de ésto, al deciros sobre la existencia de “varios Cielos” a los que otra gran santa les llama “moradas”.
Según haya sido vuestro desempeño, con la misión que os concedí para llevar a cabo sobre la Tierra, podréis alcanzar diferentes niveles de gozo en el Cielo a vuestro regreso. En todos los niveles, el gozo es total; pero como sabéis, no es lo mismo llenar hasta el borde, un recipiente grande que uno pequeño.
Si amasteis y os distéis por completo durante vuestra vida por Mí en vuestros hermanos, vuestro “recipiente”, vuestra capacidad de gozar en Mí Cielo, será mayor. Si os distéis menos por los demás, para Mí Amor a vuestros hermanos, vuestro gozo será menor. Si casi no os distéis, pero al menos algo pequeñito distéis; el gozo que os dé será casi del mismo nivel que teníais antes de bajar.
El gozo que os dé en cada nivel, será total. De modo que no podréis envidiar el gozo que tenga un alma en un nivel superior, debido a que Yo colmaré plenamente el “recipiente” vuestra alma, según lo crecida que regrese después de su paso por la Tierra; por haber vivido en el Amor y haberlo dejado en las almas de sus semejantes.
Si distéis mucho amor y alimentasteis correctamente a vuestra alma, ella llegará muy crecida, muy madura en el Amor y ella será colmada, como premio a ésa donación.
Si en cambio, no distéis mucho amor, distéis lo mínimo u os salvasteis por intercesión de otros, no por méritos propios; vuestra alma llegará pequeña, raquítica, pero aún así la colmaré. Su gozo será pequeño, como pequeño y raquítico fue el amor que dejó en la Tierra.
No podrá desear más, porque no supo amar más y tampoco envidiará a las almas más crecidas y con más gozo; porque no le podrá “caber más amor” a su recipiente pequeño, a su alma poco crecida.
Esto Mí Hijo os lo ejemplificó con los talentos. Aquella alma rica en talentos, ella admira Mí obra en ella, siente la responsabilidad, pero se dá a sus hermanos y dá todo.
Por eso “al regresar al amo” o sea, a vuestro regreso a Mí Reino, a vuestro Hogar; Yo le agradezco su buen servicio y le doy más, porque fue fiel en lo poco y ahora le doy mucho más en Mí Reino.
Al que se le dieron menos talentos y también los puso a trabajar, se le dá de la misma forma que al primero y se le premia según su nivel de donación.
Pero no así al que aunque se le dio poco y sintió la responsabilidad con su Dios, tuvo miedo y no hizo nada por Mí Reino entre vosotros.
A éste no sólo se le quita lo que se le dió, sino se le reprende y lo que tenía se le dá al que se le dió más, porque es un alma en la que puedo confiar para trabajar en las cosas de Mí Reino.
La Tierra lugar de la Creación del hombre, sufrió una fuerte caída al cometerse el Pecado Original en ella. Toda la Tierra, Mí Creación, las almas al encarnarse, todo lo creado sufrió por tal Pecado.
La misión de las almas es la de ayudarMe a conseguir para la Tierra para Mí Creación, para el hombre, su nivel de perfección en el cuál fue creado. Para daros a conocer la forma “ideal” de hacerlo, os mandé a Mí Único Hijo, Jesucristo para que os enseñara el camino para lograrlo.
Os dio Mis Leyes y Preceptos de Amor. Os dio Mis Enseñanzas y os dejó su Vida en la Sagrada Eucaristía.
El alma baja de la misma forma que bajó Mí Hijo, con una donación total. La diferencia estriba en que la Esencia Divina de Mí Hijo, no se podía manchar por el Pecado Original. Esto es porque Soy Yo Mismo, en Mí Segunda Persona y como Dios, Yo tengo todo el poder y la Gracia Divina para no mancharMe con algo que es infinitamente más pequeño que Yo…
El Pecado Original, causado por la desobediencia de vuestros primeros padres. El Pecado afectó a la materia creada de la cual tomáis cuerpo y al encarnaros, vuestra alma va a ser afectada en vuestro desenvolvimiento sobre la Tierra.
Si el alma toma del alimento debido –oración, vida de amor, Eucaristía-, esa alma estará fuerte para vencer las Insidias del Mal, en el campo de batalla. Si el alma no se alimenta bien, esa alma estará muy atacada y si no es vencida, por lo menos muy herida quedará a su regreso a Mí Reino, cuando Yo la mande llamar.
Este campo de batalla –la Tierra- está ahora al mando del Príncipe del Mundo, quien os atacará continuamente para que dejéis Mí Amor y Mis Enseñanzas; además de tratar de haceros caer en la perdición eterna para que NO podáis regresar a Mí Reino, vuestro Hogar.
Las almas sufren caídas, quebrantos, éxitos, durante el tiempo de vida que os concedo. Cuando se os termina el tiempo de vida que os concedo para servirMe, os mando llamar a cuentas. Y como administrador de Mis Bienes, os hago un recuento de vuestra vida…
Y así es cómo en vuestro juicio personal se os dará Vida Eterna con el nivel de gozo que lograsteis según vuestros méritos…
O se os dará dolor eterno, si en lugar de trabajar para Mí en la salvación de vuestros hermanos, en su crecimiento y apoyo espiritual en la lucha, os volvisteis instrumentos del Mal y le servisteis para matarlos espiritualmente.
El Purgatorio es el “hospital” de las almas heridas en misión. Prácticamente ninguna alma llega sana y limpia a Mí Presencia al final de su vida.
Todas han sufrido “heridas” y llegan con cicatrices de odios, envidias, rencores, mentiras; caídas mortales de pecados graves. Que aunque ya fueron perdonados sus pecados, tienen que purgar por su mal proceder.
El Purgatorio “sanará” todas esas heridas que el Demonio os causó, porque vosotros lo permitisteis en alguna etapa de vuestra vida.
Las almas van al Purgatorio a cerrar heridas, a hacer desaparecer cicatrices profundas. A limpiar y restaurar vuestras vestiduras, para poder entrar a vuestra Casa Eterna como dignos hijos de Rey, quien os recibirá con los brazos abiertos a invitaros al gozo eterno.
Hijitos Míos, que esta pequeña explicación os haga reflexionar sobre vuestro paso por la Tierra y tened presente que vuestra misión es algo muy serio para el Cielo.
Os he concedido el Don de la Vida, porque fuisteis escogidos por Mí vuestro Dios, para ayudarMe a levantar la Creación al nivel Divino del Principio.
He puesto Mí Confianza en cada uno de vosotros, dándoos diferentes talentos para ser puestos al servicio de la salvación eterna de vuestros hermanos y según los uséis, así será vuestro premio eterno.
El tiempo es corto y tampoco sabéis cuándo os he de llamar a cuentas, así que reparad vuestro camino pasado y emprended ya desde ahora, un nuevo camino basado en Mis Leyes y en Mí Amor.
Yo Soy el Buen Dios que perdona todo un pasado lleno de maldad y al olvidarlo os da la oportunidad de ganaros un buen lugar en Mí Reino, vuestro Hogar de Siempre.
Os amo tanto hijos Míos. Os espero con los brazos abiertos y el Corazón ardiente de Amor.
Bellezas inimaginables os esperan, Cielos Nuevos, Tierras Nuevas, el Amor en Su Plenitud; vida de éxtasis tendréis, porque viviréis Conmigo en éste Nuevo Paraíso Terrenal.
Agradecedme ya desde ahora los contentos que os daré. Santa será vuestra alegría y vuestro gozo será colmado al vivir plenamente para Vuestro Dios y Señor.
¡Yo Soy Vuestro Dios y Señor, Creador de Todas las cosas visibles e invisibles y no hay otro dios fuera de Mí! ¡Yo Soy el Alfa y el Omega! ¡Yo Soy el AMOR!
Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Paráclito de Amor. Recibid las bendiciones de Mi Hija, la Siempre Virgen María y del Señor San José y de todo el Cielo.