F48 LA GRAN TENTACION
Hijitos Míos, mucho falláis contra Mí vuestro Dios, porque vosotros mismos habéis hecho vuestras propias leyes y esto no puede ser, Mis pequeños.
Ya os he dicho antes que tomáis Mis Leyes y Mis Decretos como algo antiguo y obsoleto para estos días y estáis en un error, Mis pequeños. Porque Mis Mandatos, Mis Leyes y aún Mi Amor, son Eternos.
Yo no cambio, Soy Inmutable. Vosotros sois los que cambiáis según vuestras conveniencias. Y son conveniencias propias del hombre, en las cuales el hombre quiere pecar y sentirse bien para con ellos mismos y el error prosigue.
Y lo vais enseñando a vuestra progenie. Vais haciendo a un lado todo lo que tenéis y debéis cumplir en lo espiritual y el error sigue creciendo.
Al no estar cumpliendo lo que Yo os mando, vosotros vais llevando una vida de error y de pecado. Y así os vais hundiendo cada vez más. Y por eso se os ha dicho que en éstos momentos, caen infinidad de almas directamente al Infierno.
Porque ya no buscan vivir de acuerdo a lo que Yo os he ordenado, porque se os hace pesado. Porque para vivir Conmigo con vuestro Dios, os debéis vencer a vosotros mismos, debéis apartar de vuestra vida el pecado y todo aquello que no está bien ante Mis Ojos.
Vosotros nunca vais a tener la Sabiduría que Yo tengo y si Yo os he dicho que no hagáis ciertas cosas, es porque el hombre tiende a hacerlas continuamente PORQUE LA CARNE OS EMPUJA A ELLO. Es una caída natural de la carne ir al pecado.
Y ahí es donde Yo os he recordado a través de los Mandamientos, que no debéis caer hacia donde os lleva la carne fácilmente.
Precisamente ahí radica el valor del hombre que se venza a sí mismo, dándoos Yo el recordatorio en los Mandamientos, que Son Mi Ley desde antiguo.
Cuando vosotros los vais tomando como medio de vida, los vais respetando, vais creciendo en Virtud. Al ir creciendo en Virtud, eso os va llevando a una santidad de vida en donde primeramente, vosotros os iréis ganando vuestra entrada al Reino de los Cielos.
Y segundo, vosotros seréis ejemplo para vuestros hermanos que al ver vuestra forma de vida, ellos también la sigan y también puedan tener ése derecho que les corresponde de regresar al Reino de los Cielos.
Si vosotros meditarais profundamente los Mandamientos: Mi Ley Divina. Si realmente los meditarais de corazón y los vivierais, cambiaríais vuestra forma de vida, vuestra forma de ser. Porque os devuelve vuestra dignidad de hijos de Dios.
La santidad Mis pequeños, es para todos vosotros. Pero tenéis que luchar para adquirirla. Y ésa lucha, es la que os hace dignos hijos Míos. No es una lucha fácil, pero tenéis Mi Gracia para poder vencer.
Acudid a Mí Mis pequeños, cuando os sintáis débiles. Venid a Mí en todo momento, pedidMe Mi ayuda, cuando sintáis que el Pecado os está acechando muy fuertemente. Mi Gracia todo lo puede.
Venid a Mí, Mis pequeños. Soy vuestro Padre y vuestro Dios y Yo quiero lo mejor para vosotros y para los vuestros.
Vuestra pequeñez, os hace grandes. Vuestra pequeñez vuelve a Mi Corazón a la ternura. Vuestra pequeñez, os puede llevar fácilmente a la santidad. Vuestra pequeñez hace que Yo Me derrame en bendiciones sobre vosotros, porque vosotros confiáis plenamente en Mí. Porque eso es la pequeñez, os sentís necesitados de Mí, vuestro Dios.
Cuando hay soberbia en vuestro corazón, no acudís a Mí porque no creéis que Me necesitáis. Os creéis autosuficientes e impedís el paso de Mi Gracia a vuestro ser.
Sois tan pequeños y estáis tan necesitados de Mí, pero no queréis ver ésa realidad. Y es por eso que os habéis alejado de Mí, porque os creéis autosuficientes porque Satanás os ha llenado de mucha mentira.
Quizá tengáis mucho de lo material, quizá tengáis puestos altos en la sociedad, en la política y con eso os sentís autosuficientes, porque os veis en una posición más alta que la mayoría de vuestros hermanos y no solamente os apartáis de Mí, sino que además NO respetáis a vuestros hermanos.
Os creéis superior a ellos y de esta forma, les afectáis a ellos,haciéndolos menos de lo que sois vosotros.
Cuando es al revés precisamente, porque vuestra soberbia os hace caer ante Mis Ojos. Cuando estáis llenos de soberbia, Mis Bendiciones no entran a vuestro corazón. Y un alma que carece de Mis Bendiciones, no es superior a un alma sencilla y humilde.
Desgraciadamente esto no lo entendéis perfectamente cuando estáis en la Tierra, cuando estáis cumpliendo vuestra misión, porque Satanás os engaña y os hace creer que mientras más tenéis de lo material o con el espejismo de posiciones sociales altas ante vuestros hermanos, vosotros sois mejores y se os debe rendir un culto especial por estar más altos que la mayoría.
Y qué error más grave es este Mis pequeños, porque ciertamente sí estaréis en una posición más alta, humana mente hablando. Pero ante Mis Ojos, estáis en los suelos… Y si fuerais juzgados en ésos momentos, muchos de vosotros ciertamente no pasaríais la prueba y podríais hasta condenaros eternamente.
Cuando os estáis llenando del mundo, estáis haciendo que vuestra alma se llene de un lastre que no os conviene tener, porque éste os impide elevaros hacia Mí. Preferís seguir viviendo en el error, en el pecado, en la maldad…
Y de esta forma, hasta controlar a vuestros hermanos con el miedo, con el terror, con la muerte, como ahora lo estáis viendo alrededor del mundo; cómo los gobiernos manipulan a la sociedad al llevarlas hacia el terror, hacia el miedo, hacia la muerte.
Se creen mejores y ¡Cuánto error! ¡Ellos ya están muertos en vida! ¡Ellos ya han vendido su alma a Satanás! Ellos no están Conmigo y os pido Mis pequeños que oréis por ellos y por su salvación eterna…
Porque Satanás les ha tapado sus ojos, sus oídos, ha cerrado su corazón. Ya no Me escuchan, no quieren ver la realidad que les rodea y no quieren llenar su corazón de amor; porque de ésta forma creen que hay debilidad en ellos y prefieren la rudeza, para que les respeten los que están a su alrededor.
Veis cómo actúan aquellos que viven en el error, no caigáis en eso, Mis pequeños. Y no busquéis las cosas del mundo, porque éstas os pueden traicionar y os pueden llevar a la Muerte Eterna.
Sed humildes y sencillos y Mi Gracia siempre estará con vosotros, os acompañará y así vosotros os ayudaréis a vosotros mismos y ayudaréis a vuestros hermanos, porque estáis viviendo en la Verdad que Yo os he enseñado.
Luchad por mantener Mi Vida en vosotros y esto será cuando vosotros seáis pequeños y sencillos, como Mi Hijo lo es.
Hijitos Míos, ciertamente uno de los más graves pecados que cometéis, es el de omisión. Vosotros veis nada más vuestra acción, los pecados que cometéis por acción, pero no por omisión.
Yo os he dado mucho y vuestra obligación es la de entregar a vuestros hermanos los necesitados, lo que tenéis tanto de lo material como de lo espiritual. No queréis compartir las riquezas que recibís de Mí gratuitamente. porque todo lo que tenéis, tanto lo material como lo espiritual, viene de Mí vuestro Dios.
Vosotros no lo tendríais si Yo no os lo hubiera dado, si Yo no lo hubiera permitido en vuestra vida. Voy poniendo a vuestro alrededor todo lo que necesitáis y ciertamente que cada uno de vosotros lleva una misión diferente. Y si cada uno de vosotros respetarais ésa misión de cada uno de vuestros hermanos y les ayudarais y ellos os ayudaran, vendría ésa hermandad que Yo quiero de todos los pueblos de la Tierra.
Os he dicho que Mi Segunda Venida a la Tierra, tiene que darse cuando vosotros viváis en el Amor. Vosotros debéis preparar Mi Segunda Venida, viviendo en el amor de hermanos, pero un amor de corazón. Y eso no lo lograréis, hasta que evitéis de vuestra vida la omisión de compartir lo que tenéis con vuestros hermanos.
Siempre estáis pensando en que si dais, se os va a acabar y qué error tan grande, porque Yo os he prometido que cuando deis, recibiréis al ciento por uno. Estáis yendo en contra de Mis Verdades, en contra de Mis Promesas.
No creéis en ellas, porque no tenéis Fe. No tenéis confianza en lo que Yo os he dado y tenéis plasmado en las Sagradas Escrituras.
Yo no miento, Mis pequeños, Mis Palabras son Verdad y son Vida. Y algunos de vosotros ya habréis hecho la prueba y habréis constatado que lo que Yo os digo es Verdad, que aquél que da, recibe mucho más. Pero siempre estáis viendo solamente por vuestro bien, no por el de vuestros hermanos.
Dad, DAD, Mis pequeños, en abundancia. Pero dadlo de corazón, no por interés. Porque aquél que da por interés, no recibirá el ciento por uno.
Yo Soy un Dios sencillo, Yo no Soy un Dios rebuscado y que necesitáis hacer o decir cosas rebuscadas para poder encontrarMe. NO, Mis pequeños. Los que son sencillos y humildes pueden reconocerMe en todo lo que les rodea, en la sencillez de todo lo que ven, de lo que tocan, de lo que se dice.
La Fe es la que os lleva hacia Mí. Ésa vida interior, ésa vida de Amor, ésa vida en el respeto a Mis Leyes, es en donde Me encuentran los sencillos, porque ellos se vuelven sabios.
El sencillo reconoce Mi Poderío en todo lo creado, tanto en la Tierra como en el Universo entero. La Fe y la esa vida íntima de Oración Conmigo, es lo que le da al hombre su poderío ante Mí, porque vive en la sencillez y en la humildad, Me reconoce y Me ama, Me busca en el amor.
¡Tantas y tantas cosas tengo todavía por daros! Os he dicho que estáis en período de recuperación y Yo como Padre amorosísimo os deseo regalar tantas cosas, pero lo único que os pido es que tengáis Fe en Mí, vuestro Dios y os deis completamente a Mi Voluntad.
Yo muestro Mis Portentos siempre para servir y ayudar al género humano, para mostrarle a los malos que Soy un Dios de Amor y que siempre os voy a estar protegiendo de todas las adversidades.
Esto os digo Mis pequeños, porque aquél que vendrá a usurpar el Nombre de Mi Hijo, también mostrará portentos. Para que lo veáis a él como “ser todopoderoso” y será para su propio envanecimiento y para mostrarse como que él es más poderoso que Yo, aunque se presentará como si fuera Mi Hijo.
Tened cuidado Mis pequeños, el Discernimiento santo os indicará la realidad, por eso os digo que os mantengáis en la sencillez, en la Oración, en la humildad, en el servicio, en la donación.
Porque el que vendrá a usurpar el Nombre de Mi Hijo, querrá todo lo contrario: ser alabado, ser endiosado, ser servido y no habrá humildad ni amor en su corazón, él no buscará la vida, sino la muerte, tanto en lo espiritual, como en lo físico.
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo.
Tiempos difíciles estáis viviendo, pero sobre todo para aquellos que están separados de la verdadera vida y del verdadero conocimiento. De las Verdades de Dios vuestro Padre, el Creador, el que solamente es Vida y Nos da Vida a todos.
Mis pequeños, Yo estoy por Él para dar Vida, daros Sabiduría, llenar vuestro corazón de Amor, centraros en vuestra misión. Hay quién no escucha, hay quien hace de sus oídos sordos. Su mirada todavía la mantiene velada, porque no quiere ver la realidad, para evitar el compromiso de vida hacia Dios Nuestro Padre.
Mis pequeños, Yo como Dios os vengo protegiendo, guiando, instruyendo, dándoos vida, para que podáis luchar contra la muerte. La muerte que ya tenéis encima y que todavía querrá dar el zarpazo final, su zarpazo destructivo.
Tened cuidado Mis pequeños, cada vez más deberéis entrar en vuestro corazón, para escucharMe, para seguir Mis instrucciones, para tomar en serio más vuestra vida aquí sobre la Tierra.
El Demonio os tienta y os quiere llevar a un mundo de supuesta felicidad, de descanso y esto para que no hagáis nada de lo que debéis hacer, del compromiso que tenéis con vuestro Padre Dios. Os distrae con tantas cosas del mundo y no os centráis en lo que deberéis hacer.
El amor ya no está en los corazones, solo está el deseo. El deseo malsano, tanto de lo físico como de lo material. No buscáis la santidad, sino buscáis solamente el gozar al máximo, sin preocuparos de saber si estáis produciendo un daño a vuestro prójimo.
No, Mis pequeños, así no os podréis llamar hijos de Dios. Yo estoy aquí ya entre vosotros, para ir reparando todo ése daño que existe en los corazones. Os voy llamando la atención desde dentro de cada corazón. Por vivir dentro de vosotros, os voy indicando vuestro error y aquél que entienda, enmendará su camino.
Todo lo torcido tendrá que volverlo recto, si realmente quiere trabajar para vuestro Dios, vuestro Padre. Aquéllos que no quieran entender, sufrirán las consecuencias de su necedad, porque la oportunidad la tenéis todos. Todos vosotros como hijos de Dios.
Me ha puesto a Mi Dios Padre, a Mi como Dios Espíritu Santo, como Conciencia del hombre, en el interior de todos los hombres, para que Yo os vaya indicando el camino verdadero y Yo os voy guiando desde que sois pequeñitos y que de ésta forma no haya pretexto de que el hombre no ha escuchado la Voz de Dios, porque Yo Dios, Dios Mismo, Estoy en vosotros.
Vuestra necedad es la que os condena, vuestro desprecio a las Leyes y al Amor son las que condenan vuestro mal proceder. Negando toda Verdad y poniéndoos a espaldas de las Verdades enseñadas por Cristo Jesús, son las que os condenan.
No es Dios en Su Santísima Trinidad el que condena, porque el Amor no puede causar ningún mal; siempre eleva, siempre sana, siempre santifica.
Tened cuidado con lo que decís, porque vuestras palabras también os condenarán. No os pongáis en contra del Amor, porque también os condenará.
EscuchadMe en vuestro interior, Mis pequeños y así no erraréis el camino. PedidMe consejo, pedidMe guía, nadie os escuchará. Esto quedará entre vosotros y Yo vuestro Dios en lo íntimo, en lo profundo de vuestro corazón.
Venid a Mí, entrad en vuestro corazón. Yo os conozco perfectamente pero quiero escucharos, quiero que Me mostréis por vosotros mismos con vuestras palabras, con vuestro arrepentimiento de corazón vuestro mal proceder pasado y Yo vuestro Dios Espíritu Santo, os elevaré a la santidad a partir de vuestro arrepentimiento.
Ésa humildad que Me mostréis es la que os salvará, la que os engrandecerá. Pero si os mantenéis en vuestra soberbia, en vuestra negación, en vuestra incredulidad, vuestro futuro no será promisorio.
Tened cuidado Mis pequeños, el tiempo se acaba y después vendrá la Gran Tentación que será difícil sobrellevar si no estáis Conmigo y si no os soportáis en Mí.
Venid Conmigo en confianza y no temáis a lo que suceda a vuestro alrededor. Yo os daré la fuerza para luchar contra las adversidades del Enemigo. Confiad, confiad en la Bondad que se os mostrará.
El hombre siempre está buscando cómo alargar su vida, cómo mantenerse en salud, cómo vivir mejor. Busca su bienestar económico, su bienestar social y con todo ello se va vaciando de lo espiritual.
Ciertamente fuisteis creados para ser consentidos, pero ¿Quién en una familia es consentido?: el hijo que está junto al padre, junto a la madre, que responde de acuerdo a la educación que se le ha dado, que es bien portado, que es educado, que es cuidadoso.
Aquél que es fiel a lo que se le ha enseñado, ése es el hijo consentido; del cual no se recibe ningún acto malo, ninguna reprensión, siempre está de acuerdo y obedece prontamente con lo que le piden los padres.
Vosotros sois consentidos también, cuando estáis acatando Mis Leyes, pero no por obligación. No viéndolas así, como una presión sobre vosotros, sino para tener cuidado como un aviso, para que no os dejéis llevar por vuestra carnalidad.
De ésta forma, sabiendo en lo que podéis caer os vais cuidando, os vais protegiendo y os vais perfeccionando.
Yo, conociendo la naturaleza del hombre porque Yo os creé, por causa del pecado sé cuáles son las desviaciones a las que tiende el hombre y por eso os di los Mandamientos. Sabiendo cuál es la manera de actuar del hombre cuando no está en íntima comunicación Conmigo y se deja llevar por las desviaciones que le propone Satanás.
Y de ésta forma vais cayendo en cualquiera de éstas Reglas que Yo os puse en los Mandamientos, Me afectáis a Mí y afectáis a vuestros hermanos con vuestro mal proceder.
Por eso os pido que repaséis los Mandamientos que os di. Estudiadlos de corazón, llevadlos a la profundidad de vuestro ser, para que Yo el Santo Espíritu de Amor os vaya explicando perfectamente en cada uno de ellos, cómo habéis caído y cómo podríais caer.
Sed honestos con vosotros mismos y veréis que vuestras tendencias carnales, vuestro egoísmo y vuestra soberbia os llevan, podríamos decir en forma natural hacia ésa destrucción y es porque no estáis soportados en lo espiritual.
Cuando estáis Conmigo, cuando lleváis una vida profunda espiritual, no necesitáis Mis Mandamientos, porque estáis llenos de amor, estáis llenos de virtud y así la carnalidad ya no puede contra lo espiritual.
Repasad los Mandamientos, pero ahora con una visión espiritual y veréis qué diferentes se ven, qué diferentes los apreciáis. Porque lo espiritual produce un rechazo natural contra todo aquello que le pueda quitar su pureza y su santidad.
Si os revestís de Mi Gracia, fácilmente venceréis las tentaciones y toda ésa maldad que os propone Satanás. Por eso os pido que entréis en vuestro corazón, que busquéis el alimento espiritual en vuestra alma y automáticamente quedaréis protegidos contra toda la carnalidad y las tentaciones del Mal.
Tenéis que poner bastante esfuerzo de vuestra parte, porque la lucha contra la carne es fuerte, pero cuando llegáis a ésa espiritualidad a donde os quiero llevar, flotáis, gozáis, os alegráis, porque entonces encontráis la verdadera Vida, que es la vida con vuestro Dios.
Hijitos Míos, los dones que Yo os concedo son para beneficio de la comunidad y para el Mundo entero. Apartad de vosotros toda envidia o todo deseo malsano de manipular para vuestro propio bien, de los dones que se os conceden; éstos se os han concedido para el crecimiento y mejora espiritual de vuestro entorno, de vuestra “casa”: el Mundo.
Hay dones más aparatosos, hay dones más sencillos, cada uno de vosotros poseéis alguno y debéis trabajarlo al máximo para que dé buenos frutos en vuestros hermanos.
Los dones dignifican al que los posee, porque se vuelve servidor. Ciertamente los goza por el bien que hace y por el bien que él mismo ve que produce en su prójimo y además por el agradecimiento que recibe, tanto el Mío como el de sus hermanos.
Yo os conozco y sé que necesitáis de cuando en cuando el ser reconocidos ante Mi y ante vuestros hermanos, porque de ése reconocimiento es de donde tomáis seguridad del saber que lo que estáis haciendo es bueno.
Pero cuidado, no os envanezcáis. Porque vuestro don se puede venir abajo con el vicio o en el defecto al cual caigáis y aunque se os haya concedido algo grande y que necesiten vuestros hermanos, vuestra pedantería va a hacer que no os busquen ya y prefieran abstenerse de lo vuestro. Y van buscar por otro lado, un equivalente a vuestro don.
Mis Carismas se alimentan y crecen en vuestra humildad, en vuestra obediencia, en vuestro servicio, en vuestra docilidad… Y sobre todo, en vuestro amor por ayudar con lo que tenéis, dando al que no tiene.
Daos, Mis pequeños. Por los demás y Yo Me derramaré profusamente sobre vosotros. LlamadMe Mis pequeños, DeseadMe de corazón que Yo Viva en vuestro interior para vuestra purificación y vuestra santificación.
Y juntos, vuestra voluntad y Mi Divinidad, lucharemos por vuestra santidad.
Dejad que vuestra alma se libere ya de las ataduras del Mal. Dejad que vuele hacia donde tiene que volar, que es hacia Nuestra Santísima Trinidad y dejad que goce plenamente ya de la vida espiritual a la que todos vosotros estáis llamados, porque mucho se ha hecho por salvaros.
Preparad todo vuestro ser para el Gran Encuentro con el Amor, después de la Purificación Universal.
Embelesados con Mis Bendiciones y regalo viviréis. Orad y esperad, el tiempo se acerca presuroso, os amo, Mis pequeños.
Yo os bendigo en el Amor de Mi Padre, en el Amor vivido por el Hijo y por Mi Amor infundido en los corazones.