Su Pasión, Su Donación no fue. ES, día a día. Debéis tomarlo como algo particular
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. La Pasión de Mi Hijo, es un libro abierto con miles de Enseñanzas, con un Infinito Amor, fue el culmen de Sus Enseñanzas en la Tierra, de Su Vida sobre la Tierra, de Su Amor Infinito sobre vosotros.
Como Dios, Se ofreció a los hombres, como Hombre, Se ofreció al Padre.
Mis pequeños, poco habéis meditado la Vida de Mi Hijo, pero sobre todo, Su Pasión Dolorosa. La habréis visto, leído, por muchos años.
PERO POCO MEDITÁIS SOBRE ELLA…
Y debéis pedirLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que os enseñe a entresacar de Sus Enseñanzas, lo que vosotros debéis aprender, para poner en práctica en vuestra vida, TODO lo que un Dios hizo por vosotros.
Es inmensamente grande lo que os dejó Mi Hijo, empezando con Su Humildad, Su Sencillez… En ningún momento queriendo sobresalir, a pesar de Ser Quien Es.
Aceptó dócilmente las Órdenes de Su Padre, Nuestro Dios. Pero por otro lado, sabiendo Mi Hijo que con Su Donación salvaría infinidad de almas, Se donó con Amor.
Es Dios y es Hombre. Como Dios, ciertamente entendía Su Misión y deseaba darSe a los hombres, por ése inmenso Amor que os tiene, para abriros nuevamente las Puertas del Cielo.
Ciertamente como Hombre, el Dolor no es agradable y vosotros mismos cuando lo habéis padecido, tratáis de rechazarlo lo antes posible…
Pero en Mi Hijo, ES un Dolor inmenso, porque tomó TODOS vuestros pecados: los pecados desde el Primer hombre, Adán y de su mujer Eva, hasta estos momentos que estáis viviendo.
Ninguno de vosotros resistiríais el conocer todos los pecados que el hombre ha cometido a lo largo del Tiempo, desde el Pecado Original.
Satanás, se ha ENSAÑADO contra Nuestro Dios y ha hecho que el hombre se vuelque contra su Creador, contra su Redentor, contra el Amor que es el Espíritu Santo.
Poco meditáis os repito, la Grandeza de la Donación de Mi Hijo por vosotros… Y menos agradecéis de corazón, el que Se haya dado por vuestros propios pecados, por los que vosotros cometéis todos los días.
Él Mismo os ha dicho que Su Donación, la podéis tomar en lo particular; Él Se dio por cada uno de vosotros. Cuando generalizáis Su Donación, vuestra mente desvanece el Mérito de Su Donación. Pero debéis tomarlo todos vosotros, como algo particular.
Su Donación se dio por vuestra particular salvación.
A partir de ahí arrodillaos, Mis pequeños y PEDIDLE PERDÓN POR VUESTROS PROPIOS PECADOS.
PedidLe Misericordia. PedidLe que os dé vida futura, que os ayude en vuestra salvación y en el gozo eterno.
Llorad Mis pequeños vuestros pecados…
Lloradlos de corazón, porque…
NO tenéis idea CÓMO DAÑÁIS CADA UNO DE VOSOTROS, el Corazón de vuestro Dios, en Su Santísima Trinidad.
Él os ha dado la Vida y vosotros no habéis respondido como debierais, a ésta Gracia tan grande. Arrepentíos de corazón Mis pequeños. E imaginad la Pasión de Mi Hijo… Haced a un lado la muchedumbre que lo rodeaba y… poneos solamente vosotros…
SOLAMENTE CADA UNO DE VOSOTROS ANTE ÉL,
SiguiéndoLe paso a paso, hasta el Calvario.
Su Sufrimiento, Sus caídas, Su Dolor, Lo hizo por vosotros, por CADA UNO de vosotros.
A lo largo de vuestra existencia, Le habéis blasfemado, Le habéis golpeado con vuestros pecados, Le habéis escupido cuando habéis proferido palabras contra vuestros hermanos y quizá, contra vuestro propio Dios.
Lo habéis visto caer y no Le ayudasteis a levantarse porque teníais muchas cosas qué hacer, antes que estar junto a Él. NO Le limpiasteis Su Rostro, como la Verónica NI Le ayudasteis a cargar la Cruz, como el Cirineo.
ESTÁIS SOLOS JUNTO A ÉL…
Y ¿Qué habéis hecho a lo largo de vuestra existencia, como para que al menos, Le pudierais haber ayudado en algo durante Su Pasión?
Estáis viendo cómo los soldados Lo castigan, Lo azotan y ¿Vosotros qué hacéis? ESTÁIS INDIFERENTES.
Yo, vuestra Madre, la Madre de Mi Hijo… Estoy ahí también, acompañándoLo y acaso,
¿Os habéis acercado a Mí para ayudarMe a soportar éste Dolor tan grande? ¿Para decirMe algunas palabritas de aliento? NO.
Estáis en lo vuestro, estáis en el Mundo. Se os olvida que Mi Hijo, día a día está padeciendo por cada uno de vosotros. Su Pasión, Su Donación NO FUE…
ES… Día a día y NO hay una palabra de aliento, para Él ni para Mí.
Vosotros seguís vuestra vida NO Le acompañáis, preferís lo del Mundo, preferís todo lo que os atrae del Mundo. Vuestras preocupaciones, gozos, diversiones. Vuestros propios problemas y…
NO Nos acompañáis en ningún momento, a Mi Hijo NI a Mí, vuestra Madre.
¡Qué corazón tan duro tenéis Mis pequeños, qué corazón tan duro!
Os repito:
DÍA A DÍA, se vuelve a repetir la Pasión de Mi Hijo, Su Donación, Su Muerte, por cada uno de vosotros.
Y ¿En qué forma Le agradecéis que haya abierto las Puertas del Paraíso, por cada uno de vosotros, dándoSe Él en expiación por vuestros pecados?
NO tenéis idea CÓMO DAÑÁIS CADA UNO DE VOSOTROS,
el Corazón de vuestro Dios, en Su Santísima Trinidad.
(La ley romana indicaba que en la cruz de los condenados hubiera un letrero con el nombre del malhechor y el delito por el cual estaba siendo ajusticiado. Físicamente en el Pretorio, Barrabás fue salvado por Jesús cuando Poncio Pilatos intentó salvarlo y el pueblo exigió el indulto para el ladrón y asesino convicto, que tuvo que ser liberado… Y casi todos gritaron pidiendo ‘el Crucifige’ para Jesucristo, que causó el lavatorio de manos del Procónsul, tal y como lo relata el Evangelio.
Espiritualmente… y FRENTE AL TRONO DE DIOS PADRE, quién está leyendo esto, acaba de ser INDULTADO en la persona de Barrabás.
Y Jesús está pagando en la Cruz…
POR MÍ
En este letrero debiera estar mi nombre, junto a ese Pecado al que NO estaba dispuesto@ a Renunciar…)
Meditad esto Mis pequeños…
Y SI LO HACÉIS, fácilmente podréis alcanzar vuestra santificación. Uníos a Mi Hijo y Él os elevará, espiritualmente, a niveles muy altos.
AgradecedLe, en todo momento que os acordéis, por tanto Bien que os ha dado y que vosotros, ya ni siquiera Lo tomáis en cuenta.

San Francisco de Asís bajando a Jesús de la Cruz y pidiéndole su lugar diciendo: ‘yo soy quién debo estar crucificado, porque yo soy el pecador y Tú Mi Redentor…’ Y Jesús le concedió también Sus Estigmas.
Para la gran mayoría de vosotros, todo esto sucedió en el Tiempo…
Para Nosotros, para Mi Hijo, TODO ES EN UN ETERNO PRESENTE.
Os repito, NO FUE en aquél tiempo, ES en este Tiempo que Mi Hijo Se está dando por vosotros…
Porque todos vosotros necesitáis de Sus Bendiciones, necesitáis de Su Donación para vuestra salvación y Se sigue dando.
Hasta el último hombre que nazca, Él Se seguirá dando por su salvación.
Hijitos Míos, fue un gran Honor que Mi Dios Me haya escogido para Ser Madre del Salvador. Es el Fruto de Mi Vientre, es la Bendición de Ser Madre.
Mi Pequeño, Mi Dios en Mi Vientre y Yo, gozando con Su Presencia en Mi Vientre y en Mi Corazón. ¡Cuánto Amor de Mi Dios, el haberMe escogido para Ser Madre del Salvador!
Mis pequeños, vosotros sois Mis hijos, sois hijos de Mi Corazón. Yo engendro a las almitas también, para que se acerquen a Mi Hijo, para que se llenen con Su Amor.
Vosotros sois Creación de Dios, sois hechura de Dios y Yo cuido el Amor de Su Santísima Trinidad, en vuestro ser.
Cuando vosotros os llenáis del Amor de Nuestro Dios, vosotros os volvéis pequeños Cristos.
Mi Hijo Fue engendrado en Mi Ser, vosotros por el Amor, también sois engendrados de Amor. Os volvéis hijos de Dios por Mi Hijo Jesucristo, que Se dio por vosotros.
Si vosotros meditáis este Misterio de Amor, acabaréis agradeciendo de rodillas y de todo corazón, el que hayáis sido escogidos por Nuestro Padre Dios, para que se os diera vida y vinierais a servir a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad.
Se os ha dicho que la Gracia Infinita del don de la Vida, es para servir a Nuestro Dios, como los mismos Ángeles Lo sirven, en Su Santísima Trinidad.
Mientras más vivís en el Amor, más os agrandáis ante los Ojos Divinos de Su Santísima Trinidad.
Vosotros no podéis dimensionar estas bellezas de Nuestro Dios, porque son Infinitas. No tenéis capacidades para que siquiera podáis vosotros explicaros a vosotros mismos, éstas Palabras que os digo.
Pero cuando vuestra alma deje vuestro cuerpo, es cuando vosotros gozaréis y en forma Infinita, ése Regalo de Amor que vuestro Padre Dios os dio, al daros el Don de la Vida.
Se os ha explicado esto antes Mis pequeños, porque vosotros pasáis por el Mundo, como si estuvierais obligados a vivir en él. No le dais el valor del Don de la Vida, que se os concedió.

Armados con el Santo Rosario se ganan batallas, se vence al Maligno, se rescatan almas del Purgatorio, se le arrebatan pecadores a Satanás, se fortalecen a los cristianos perseguidos, se detienen los huracanes como Patricia el año pasado, se implora la Misericordia Divina Y SE OBTIENEN LOS MILAGROS DEL EVANGELIO, para quién los necesita en cualquier parte del Mundo…
Pensáis solamente en todo lo malo que veis a vuestro alrededor, lo que os falta de lo material, lo que no podéis lograr en vuestra vida. Y NO vivís una vida profunda espiritual, que eso haría que vuestra vida cambiara.
PedidLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que os vaya Revelando esta realidad vuestra. Vuestra Casa Eterna, NO está en la Tierra, está en los Cielos. Es una vida espiritual, inmensamente grande y bella.
Vinisteis a la Tierra a servir a Nuestro Dios y así ganar méritos, para tener un lugar más alto en el Reino de los Cielos, a vuestro regreso.
Vosotros estáis acostumbrados a competir en la Tierra, para ganar un primer lugar en muchas cosas… ¿Por qué no pensáis en competir para ser el mejor hijo de Dios aquí en la Tierra?
Porque os puedo asegurar, que vuestro premio en el Reino de los Cielos, será inmensamente más grande que cualquier primer lugar que se os pueda otorgar aquí en la Tierra, en cualquier tipo de competencia.
Tratad de ser los primeros para servir a Nuestro Dios. Pero sobre todo, para que podáis darle Vida Eterna a hermanos vuestros, que NO han querido entender esta realidad tan grande, del Don de la vida.
Vosotros los que estáis en la Tierra, los que estáis llevando a cabo una misión que se os pidió, tenéis una gran oportunidad de obtener al final de vuestra existencia, una posición más cercana al Corazón de Nuestro Dios, de acuerdo a los méritos ganados en vuestra misión, aquí en la Tierra.
No desperdiciéis Mis pequeños, ni un segundo de vuestra existencia, ofreced todo, amad todo. Todo lo que tenéis a vuestro alrededor y lo que pasa en vuestra vida, Nuestro Padre lo permite para vuestro bien. Tratad siempre de sacar un bien, del aparente mal que está llegando a vuestra vida.
Todo tiene una razón de ser y nada escapa a los Ojos Providentes de Nuestro Dios. AgradecedLe en todo momento. AmadLe en todo lo que llegue a vuestra vida. PedidLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, la Sabiduría para poder conocer el trasfondo de cada Prueba o de cada situación que Nuestro Dios permite en vuestra existencia.
No desperdiciéis ningún momento para agradecerLe a Nuestro Dios, todas Sus Bondades, Su Providencia, Su Amor, Sus Cuidados, Su Vida en vosotros. ¡Hay tanto, tanto qué agradecerLe a Nuestro Dios! Su Bondad es Infinita, Su Amor por vosotros, ¡Inconcebible!
Comprenderéis Su Amor, solamente cuando regreséis al Reino de los Cielos. Mientras tanto amadLe, amadLe con todo vuestro corazón y pedidLe a Mi Hijo Jesucristo, que os lleve por ésos caminos de Perfección que Él os Enseñó, para llegar fácilmente al Reino de los Cielos.
¡Os Amo tanto Yo también, Mis pequeños! Soy vuestra Madre y guío vuestros pasos, os llevo de la Mano, os llevo hacia Mi Hijo, para que Él os lleve al Padre.
Os amo, Mis pequeños, gracias por vuestro Amor.
Mí Dios y Señor, Padre de todo lo creado, os Bendiga; que Mí Hijo, bendición de Mí Dios y Señor, a Mí Corazón y a Mí Vientre Virginal, os Bendiga y que Mí Esposo, el Santo Espíritu del Amor, la Sabiduría, la Palabra, el Amor, también os Bendiga…
Recibíd también de Mí, Vuestra Madre Celestial, Mis Bendiciones y Mí Ternura. Y preparád vuestra voluntad a una libre donación para ser guiados al Triunfo de la Verdad y del Amor.