4.- EL ANTICRISTO
Catorce años atrás…
Nerón apenas ha sido proclamado emperador.
La casa de Séneca acaba de ser donada a la Iglesia y Pedro ha venido a consagrarla como la “Puerta del Cielo” pues será a partir de hoy, un importante centro religioso.
La Eucaristía ha terminado. El salón está ocupado en menos de una quinta parte de su capacidad y hay unas quinientas personas de ambos sexos, distintas razas, edades y clases sociales.
Pedro comunica a los presentes:
– Ya les he dicho que después de la Resurrección, el Señor Jesús convivió con nosotros durante cuarenta días antes de ascender al Cielo. Y justo antes de hacerlo nos dijo unas palabras que citaré textualmente, porque volvió a repetirlas en el sueño que tuve anoche:
“… Finalmente considerad el mundo, los años, la enfermedad, el tiempo, Satanás y las persecuciones. Todo conspira contra vosotros. No queráis ser avaros ni imprudentes. Trasmitid en mi Nombre el sacerdocio a los mejores de entre los discípulos, para que la Tierra no se quede sin él. Que sea un carácter sagrado que se conceda después de un severo examen, basado no en palabras, sino en acciones, de los que aspiren a ser sacerdotes o de quién creáis que es apto para ello. Pensad en lo que es el sacerdote: En el bien o en el mal que puede hacer. Tenéis el ejemplo en Judas de Keriot, de lo que hace un sacerdote decaído de su carácter sagrado.
En verdad os digo que por las culpas del Templo, esta nación será dispersa. Igualmente os aseguro que será destruida la tierra; igual que el Templo de Jerusalén, cuando lo monstruoso de la Desolación entre en el nuevo sacerdocio; arrastrando a los hombres a la apostasía, para abrazar doctrinas infernales. Entonces se levantará el Hijo de Satanás y los pueblos gemirán aterrorizados. Pocos quedarán fieles al Señor. Y aún entonces, entre convulsiones de horror, vendrá el Fin; después de la victoria de Dios y de sus pocos elegidos…
Y la Ira santa de Dios caerá sobre todos los malditos.
¡Ay! Tres veces ¡Ay! Si por esos pocos no fuesen santos los recintos del Templo de Jesús.
¡Ay! Tres veces ¡Ay! Si no hubiese verdaderos sacerdotes que conforten a los últimos cristianos, como hubo para los primeros.
En verdad os digo que la Última Persecución será espantosa, pues no será persecución de los hombres sino del Hijo de Satanás y sus secuaces.
¿Sacerdotes? Más que sacerdotes deberán ser los que en aquellos futuros días, padecerán bajo las hordas del Anticristo que vomitarán una ferocidad sin igual y ellos deberán ser otros “YO” para que los fieles de los últimos tiempos, puedan perseverar hasta el fin. Esto es lo que deberán ser.
Pero el bien y el mal futuros tienen su raíz en el tiempo presente. Las avalanchas de nieve comienzan por una bolita. Un sacerdote impuro, lujurioso, infiel, incrédulo, tibio o frío; un sacerdote sin voluntad de serlo, que no da el verdadero culto a Dios; hace más daño que un fiel que tenga los mismos defectos. Vosotros sabéis a qué lleva un sacerdocio sumido en el relajamiento: a la aceptación de doctrinas impuras, egoísmo, avaricia, concupiscencia = al Deicidio.
De hoy en adelante el Hijo de Dios ya no puede ser condenado a la muerte, pero la Fe en Dios, la idea de Dios, SÍ. Y por esto se realizará un Deicidio mucho mayor, porque no conocerá resurrección.
Y de qué se podrá realizar…
Lo estoy viendo a través de los siglos por venir… ¡Horror! ¡Mi Iglesia destrozada por mis propios ministros!
Yo la sostendré con la ayuda de las víctimas. Sin embargo los sacerdotes, que tendrán solamente la vestidura pero NO el alma del sacerdocio; se ocuparán en mover las olas infernales de la Serpiente contra tu barca Pedro. Entonces deberás tomar firmemente el timón. Defiende el tesoro de la Fe. Mantén en alto la luz como un faro sobre las enfurecidas olas, para que los que siguen tu barca la vean y no perezcan…
Pastor y navegante para los tiempos borrascosos, recoge, guía, mantén en alto mi Evangelio, porque es en él y no en la ciencia en donde se encuentra la salvación.
Llegará el día en que como sucede en Israel y peor todavía, el sacerdocio creerá ser una clase selecta, porque conoce lo superfluo y no lo indispensable para su significado. Porque mi Palabra será estudiada, pero NO será amada. Y el Evangelio se enseñará científicamente bien, pero espiritualmente mal. Porque serán eruditos del Evangelio, pero tendrán el espíritu muerto para su significado; pues Yo Mismo Soy el Evangelio.
El Evangelio es AMOR.”
– En mi sueño –continúa Pedro- repitió todas estas palabras, pero yo estaba sólo frente a Él. Y Él extendió su mano y me dijo: “Ve” Abajo se veía una esfera muy hermosa, con muchos colores. Comprendí que es el planeta donde vivimos. Luego se fue acercando más y más, hasta que pude contemplar el Gólgota en Jerusalén. Tenía una cruz enorme que brillaba como el sol y de ella brotaba un manantial de sangre que corría.
Y todos los ríos y los mares se volvieron rojos. Vi después una inmensa ciudad, que comprendí que era Roma. Pero ésta se extendía por todo el planeta tierra. Y del Palatino brotaba también una fuente de sangre tan abundante, que corría y se fundía con el mar que ya tenía la Sangre del Calvario.
En el monte Vaticano había otra cruz. Tan hermosa y brillante como la del Gólgota. Su luz creció tanto, que envolvió toda la tierra y fue como si la incendiara. Y luego todo era fuego y llamas que hacían que el mundo fuera como un sol, pero más pequeño.
Y ÉL me dijo mientras yo admiraba todo esto:
“Así como Satanás desgarró mi Cuerpo Físico con sevicias atroces, así ahora dirige sus ataques furiosos contra mi Cuerpo Místico: la Iglesia. Así como se valió de Judas para ponerme en manos de mis enemigos; así lo hará ahora y se servirá también de los mismos sacerdotes de Mi Iglesia; para entregar la Iglesia, para que sea destrozada por el Anticristo. Por medio de la Cruz entró la Vida nuevamente en el mundo y por medio de la Cruz será renovada la Iglesia.
Mi Iglesia está dotada de un Poder que ninguna otra sociedad humana posee. Es el Poder del Espíritu Santo dado solo a Ella, porque es Sacramento de Salvación, donde lo humano y lo Divino se encuentran y se funden.
Que Yo, Dios Uno y Trino, puesto que Soy el Amor Infinito, haya llegado al extremo de darme a Mí Mismo, poniéndome en manos de los hombres para que pudieran hacer de Mí lo que quisieran, en Bien o en Mal. Y que lo haya hecho no una vez, sino continuamente sin interrupción, hasta el Fin de los Tiempos, es el milagro más excelso y extraordinario que ha dejado asombrados y extasiados a todos los habitantes del Cielo…
¡A esto ha llegado mi Amor!
A esto ha llegado a pesar de que sé y conozco el comportamiento humano a través de los siglos. Y sé lo que pasará cuando cometan El Gran Sacrilegio…
En mi Iglesia está el poder de transubstanciar el pan y el vino en Mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Está el poder para perdonar los pecados y también he participado a mi Iglesia él poder administrar los Sacramentos que he adquirido al Precio Infinito de mi Sangre, mi Pasión y mi Muerte.
¡Mi Iglesia! ¡Mi Esposa Santa que es Una Conmigo! Y tú Pedro, eres la roca sobre la que está cimentada y tendrás que sostenerla en el Primer Gran Ataque que las Hordas del Infierno le han preparado y con el que cree que va a destruirla. Pero Yo dije: “Las puertas del Infierno no prevalecerán contra Ella.” Y así será. Tienen que prepararse para el combate. ¡Toma! ¡Lee!”
Y me extendió un Libro que estaba sellado con siete sellos. El título decía con letras de oro: “Apocalipsis”.
Y lo tomé mientras Él decía:
“Cuando tenga cumplimiento…
Como las olivas en las muelas del trujal…, los verdaderos cristianos serán perseguidos, exprimidos, triturados, por la voracidad de la Bestia. Más no engullidos, porque mi Sangre Divina NO permitirá que sean corrompidos en su espíritu. Lo mismo que con los primeros, será con los últimos: como manojo de espigas serán segados en la persecución postrera.
Y la Tierra quedará empapada con su sangre…
Más serán para siempre bienaventurados por su perseverancia, aquellos que mueran fieles al Señor. No os inquietéis por ninguna razón. Dios Uno y Trino está con vosotros. Podréis ganar vuestra batalla; porque no busco vuestra ruina, sino vuestra gloria. Bajo mi guía, libraréis vuestro combate individual y yo pondré la victoria en vuestras manos. La vida de la tierra es solo un instante en la eternidad. Recordadlo siempre. Os espero en el Cielo. La bendición de Dios Todopoderoso quede con vosotros, su paz en vuestras almas. Y el Espíritu Santo os seguirá guiando, aconsejando y fortaleciendo.
Entonces un coro de voces celestiales gritó:
– ¡Alabado sea Jesucristo!”
– ¡¡¡AMÉN!!!
Pedro concluye diciendo:
– Y esto es todo. Me desperté… Vamos a orar para conocer la Voluntad del Altísimo y saber lo que ÉL quiere que hagamos.
Todos se arrodillan, cantan salmos y alabanzas. Invocan al Espíritu Santo.
Luego la voz de Plautina se eleva diciendo:
– Estoy viendo un cementerio fuera de la ciudad. Con muchas entradas secretas dentro y fuera de las murallas. Hay una red de túneles que son como galerías y se cruzan en un laberinto unas con otras. Es extraño… Parece una ciudad subterránea y tiene pisos hacia abajo. Hay varias capillas y en ellas están haciendo los oficios divinos. En unos salones muy grandes están los catecúmenos recibiendo instrucción de la Doctrina. Y en otros están muchos cristianos orando. Hay guardias y mucha precaución. Afuera todavía no amanece…
Plautina calla.
Y se oye la voz de Marco Vitrubio, el ingeniero encargado de las obras públicas del imperio:
– Yo también estoy viendo lo mismo y sé cómo debe construirse. Precisamente estamos edificando la Domus Transitoria y Nerón ya me encargó el proyecto de la Domus Áurea. Es curioso que el capricho del Príncipe y los trabajos que en estos momentos realizamos, coincidan perfectamente con lo que veo. Se puede edificar y mantenerse en secreto. En puestos clave utilizaré obreros cristianos a quienes dirigiré con la guía del Señor. Como estamos edificando los cimientos, podemos comenzar de inmediato. Habrá túneles, cámaras y capillas subterráneas. En las murallas habrá nichos para depositar los cuerpos de los triunfadores en el combate.
Marco calla.
Y Julio Frontino continúa.
– También tendrá aprovisionamiento de agua y de aire circulando por canales apropiados, porque será como una ciudadela que debe resistir un largo asedio. Yo estoy viendo esto y lo que serán las bodegas y las cisternas.
Pedro confirma:
– Y el mundo las conocerá como “Las Catacumbas” ¡Muy bien! Ustedes dos coordinarán los trabajos. Todos vamos a cooperar.
El senador Astirio responde:
– Yo cubriré los procedimientos en el Palatino.
Faustina declara:
– Mi tío Séneca ha puesto a nuestra disposición todas sus riquezas y yo soy su portavoz. Pues prefiere que nos sirvan a nosotros, antes de que los buitres de palacio se apoderen de ellas.
Plautina manifiesta:
– Desde los neófitos hasta los más avanzados deben acelerar su instrucción para recibir pronto el Bautismo. Faustina coordinará a las vírgenes.
Pablo de Tarso agrega:
– Necesitaremos muchos obispos preparados, porque van a ser reemplazados en muy breves períodos de tiempo. Vamos a ayunar para que los que designe el Espíritu Santo y que tendrán una misión específica, sean los idóneos. Todos cuidaremos de la supervivencia de la Iglesia.
Pedro concluye:
– Cada semana después de la Eucaristía nos reuniremos para conocer las instrucciones del Paráclito. Ahora vamos a dar gracias al Señor por su Bondad. “Pater Noster…”
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA
3.- EL PRESAGIO MAS FUNESTO
El escándalo rodeó su vida desde que nació. Durante mucho tiempo se rumoró que en realidad, Nerón era fruto del incesto de Lépida con Calígula. Pero el tronco de su origen y de su nombre fue Lucio Domicio. Nueve meses después de la muerte de Tiberio, Nerón nació en Anzio. Domicio su padre era un hombre muy cruel y sin escrúpulos. Y se consideró como un presagio la respuesta que dio a las felicitaciones de sus amigos: “De Agripina y de mí, solo puede nacer algo abominable para el mundo”
Julia Agripina, su esposa; también fue hija de Germánico y hermana de Calígula. Y consultó a unos astrólogos caldeos, preguntándoles si algún día su hijo sería Príncipe. La respuesta fue que Nerón se sentaría sobre el trono imperial, pero mataría a su madre. Ella sentenció sin vacilar: “Occidat, dum imperet” (Que me mate, con tal de que reine)
Semejante réplica la retrataba muy bien. Era una mujer tan hermosa como ambiciosa. A los doce años se casó con Domicio y después de enviudar le robó el marido a su cuñada Domicia y se casó con él, pues Crispo Pasieno era uno de los hombres más acaudalados y poderosos de Roma. Cuando así le convino, lo envenenó.
De esta forma se convirtió en viuda por segunda vez y su siguiente maniobra fue seducir a Claudio.
Nerón tenía tres años, cuando perdió a su padre y él quedó bajo la tutela de su madre. En el testamento, fue nombrado heredero de un tercio de los bienes; pero Calígula su coheredero, se apoderó de todo y desterró a su madre. Entonces él quedó prácticamente reducido a la indigencia. Estuvo bajo la custodia su tía Lépida, que lo educó dándole por maestros a un bailarín y un barbero. Creció siendo un niño mimado, caprichoso, iracundo y muy infeliz.
Así vivió hasta una tarde que sería crucial, para el cumplimiento de su destino.
En Baias, hay una finca palaciega junto al mar. Se llama ‘La Casa de las Gallinas’ y en la entrada se detiene una lujosa carreta escoltada por la guardia pretoriana. Desciende una imponente mujer, que tiene alrededor de 24 años. Es una joven de piel muy blanca y cabellos rubios, que es recibida con muestras de cariño, por otra patricia ligeramente mayor y muy parecida a ella.
– ¡Julia Agripina! ¡Hermana, has regresado! ¡Qué alegría volver a verte!
– También es un placer para mí, Lépida. Sólo pasé para llevarme a Tiberio Nerón a Roma. Necesito tenerlo junto a mí. Voy a prepararlo para que asuma la grandeza que el destino le reserva.
Lépida exclamó asombrada:
– ¡Oh!
Y antes de que pudiese añadir algo, un niño como de siete años que estaba junto a ella, corrió hacia el interior de la casa mientras gritaba:
– Yo lo llamaré, tía Lépida.
Agripina preguntó dudosa:
– ¿Este niño es…?
Lépida confirmó:
– Sí. Británico, el hijo de Claudio y Mesalina.
– Mmm……- asintió Agripina con una enigmática sonrisa.
A un lado de las caballerizas están los corrales de las aves. Media docena de niños cuyas edades oscilan entre diez y trece años; más un adulto de un poco más de veinticinco años, están entretenidos practicando el bestialismo. Todos están ocupados con las gallinas, excepto el adulto, que dirige su atención a un caballo bajo el cual se ha acomodado y es evidente que ha sido entrenado para obtener la misma perversa gratificación.
– ¡Ahhhhhh! – un gemido de placer incontenible, escapa de la garganta del único niño con cabellos rojizos y que enseguida exclama señalando la estatua de Leda con el cisne, que adorna la entrada para aquella área de la finca- Leda sabía lo que hacía. ¡Es deliciosa esta esponjosa suavidad! Lo único superior a esto, eres tú Helio.
Esto lo ha dicho mirando al liberto que está a un lado y que es solo un par de años mayor que él.
Luego, volviéndose hacia el hombre corpulento que copula con un caballo, le grita:
– ¡¿No lo crees así, Vitelio?!
Éste responde sin abrir los ojos, pues está deleitándose al máximo:
– Yo pienso que tu tío Calígula sabía apreciar lo mejor y por ello nombró cónsul al caballo Incitatus, dándole todo lo que le dio.
La réplica es interrumpida por unos gritos:
– ¡Enobarbo! ¡Enobarbo! Tu mamá está en el atrium y dice que ha venido por ti.
El niño pelirrojo mira con odio al niño jadeante por la carrera; pero aprieta los labios y se contiene. Disimulando su ira, se inclina, toma la túnica pretexta y se la pone rápido. “¡Enobarbo!”… ¡Cuánto odia ese apodo! Nunca le perdonará a Británico, el haberlo llamado así. Si fuera otro, ya le hubiera hecho pagar por ello.
Pero tragándose la humillación, sonríe y dice:
– Vamos. Tengo mucho tiempo sin verla.
Y los dos corren hacia la casa.
Luego que estuvieron solos en la carreta, Agripina dijo a su hijo:
– He recuperado toda nuestra fortuna. Pronto seré emperatriz y haré que Claudio te adopte. Será el primer paso para convertirte en el Amo del Mundo.-Esbozó una sonrisa inescrutable y añadió- Uno a uno, todos los obstáculos serán eliminados. Pero primero te convertiré en un hombre…
Nerón miró con sobresalto a aquella hermosa mujer que tenía unos ojos azules idénticos a los de él. Pero ella supo calmar todos sus temores. El la miraba fascinado mientras ella, con una poderosa seducción, hábilmente esquivó todos sus impedimentos e hizo desaparecer los restos de la infancia. Lo convenció totalmente cuando lo abrazó y comenzó a besarlo, primero con ternura y luego con una pasión avasalladora.
Las expertas caricias de Agripina destruyeron toda objeción y supieron envolverlo en una ola de deleite como jamás imaginó que pudiera ser posible.
Nerón se sentía tan bien y estuvo tan encantado después de la arrobadora experiencia; que el amor que sentía por su madre se transformó en una adoración absoluta. Y a pesar de su corta edad, el hijo se convirtió en amante…
Tenía once años cuando lo adoptó Claudio y le dio por maestro a Lucius Anneus Séneca, que ya era senador. Y éste soñó al día siguiente, que tenía a Calígula por discípulo. Nerón muy pronto le haría ver que había sido un sueño profético, al dar muestras precoces de su verdadero carácter.
Séneca adquirió sobre Nerón cierta ascendencia moral, comparable a la de Sócrates sobre Alcibíades. El filósofo unía su vigor intelectual a un sólido sentido práctico y no era un soñador. Así fue como se convirtió en político y por suerte para el pueblo romano fue el verdadero dueño de Roma, aunque por desgracia por muy poco tiempo.
La noche del trece de Octubre del año 54 d. C. Claudio murió asesinado… Y a los dieciséis años, Nerón fue coronado emperador. Al principio se condujo con muestras de dulzura y clemencia. Idealista como todos los jóvenes, esperaba hacer de Roma una segunda Atenas e iniciar a los romanos en la estética. Su mayor sueño era ser un gran poeta, pero su flaca voz no le ayudaba y sus esfuerzos poéticos fueron bastante lastimosos.
Lo que más celebraba y admiraba en su tío Calígula, era que había disipado en poco tiempo, los inmensos tesoros que reunió Tiberio. Por eso no ponía coto a sus gastos y dádivas. Nunca se puso un traje dos veces. Jugaba a los dados a cuatrocientos mil sestercios el punto y sus caballos llevaban herraduras de plata.
Su libertinaje, su avaricia, su lujuria y su crueldad se manifestaron al principio por grados y de manera clandestina. En un tiempo se dijo que eran errores de juventud; pero luego se comprobó que eran vicios del carácter y no de la edad. Pronto dejó de tomarse el trabajo de disimular y se volvió abiertamente descarado. Prolongaba sus comidas desde el mediodía hasta la medianoche y siempre que paseaba en litera con su madre, satisfacía su pasión incestuosa; como lo demostraban las manchas de su ropa.
Los enemigos de Agripina; temerosos de que esta mujer tan imperiosa y violenta, tomase sobre él un absoluto dominio por aquel género de favor, trabajaron para disuadirle de ello.
Después de una serie de intrigas y de luchas palaciegas, Nerón finalmente accedió y recibió entre sus concubinas a una cortesana que físicamente se parecía mucho a Agripina…
Con esta jugada, buscaron contentarle en su incestuosa obsesión. Y finalmente lograron su objetivo: Nerón se aficionó a su nuevo ‘juguete’.
Pero su madre vio cómo se le escapaban las riendas del poder y se llenó de amargura. No se resignó a que otros gozaran de lo que sentía que le pertenecía solo a ella y se consagró a la intriga y al asesinato.
Con el transcurso del tiempo, Nerón se fue apartando más y más de Séneca, rechazando su influencia, para ejercer su libre y “divina” voluntad. En un matrimonio de conveniencia e influenciado por Agripina, se casó con la noble Claudia Octavia, hija de Claudio y hermana de Británico. Pero Nerón, en cuanto se apoderó de su enorme fortuna; rechazó a la esposa diciendo: “Que debían bastarle los ornamentos matrimoniales”.
Fue entonces cuando se enamoró de su liberta Actea y estuvo a punto de casarse con ella. Mientras tanto, varias veces trató de estrangular a Octavia y la repudió como estéril. Pero Nerón era muy sensible a todo lo que estuviera relacionado con su popularidad y como el pueblo censuró este divorcio y lanzó denuestos contra el emperador, éste la desterró.
Enseguida se enamoró perdidamente de una de las mujeres más conocidas y disolutas de Roma: Popea Sabina. Ésta era tan hermosa como pérfida y dirigió su estrategia contra Octavia. Su objetivo era matarla para casarse con el emperador.
Julia Agripina se opuso con energía a este segundo matrimonio, pues había medido precisamente a su rival y adivinó la influencia nefasta que ejercería, el día que la astuta Popea fuese emperatriz. Hizo todo lo que pudo para contrarrestarla y por un tiempo casi lo logró. Pero en este duelo de voluntades, su batalla estaba perdida.
Nerón conocía perfectamente a su madre y sabía de lo que era capaz, pues había sido su cómplice en el asesinato de Claudio. Y tan poco lo disimulaba, que solía repetir un proverbio griego que celebra como manjar divino las setas: el vegetal con el que envenenaron a Claudio.
Nerón ya estaba muy celoso y lleno de envidia hacia Británico porque era más apuesto y tenía una voz privilegiada; cuando Agripina trató de aterrorizarlo, recordándole que Británico era el hijo legítimo de Claudio y el verdadero heredero al trono imperial.
El resultado de este chantaje fue el crimen; porque su odio llegó a tal extremo, que decidió eliminarlo.
Una célebre hechicera llamada Locusta le preparó “el veneno más rápido y activo que fuera posible”. Éste estaba tan concentrado, que cuando invitó a Británico a la mesa imperial, el joven cayó en cuanto lo probó.
Nerón dijo que era un ataque de epilepsia y continuó comiendo como si nada. Después de que Británico expiró, el emperador declaró que había muerto por causas naturales.
Luego se divorció de su esposa. Y once días después de repudiarla, se casó con Popea Sabina a la que amó mucho. Ésta recibió como regalo de bodas, la cabeza sangrante de Claudia Octavia, a la que Nerón mandó decapitar acusándola falsamente de adulterio.
La inocente esposa fue sacrificada a los vicios de su marido, después de haber visto como mataron a su madre, a su padre y a su hermano.
Enseguida, Popea conspiró contra su suegra hasta que logró que el amor de Nerón se convirtiera en odio y el emperador determinara deshacerse de su madre. A partir de aquel momento, no hubo vejación que no le hiciese sufrir por medio de sus agentes. Le quitó todos los honores y el poder. La desterró de su presencia y de su palacio.
Pero se asustó tanto por sus amenazas y su violencia; que fue entonces cuando decidió matarla.
Tres veces ensayó el veneno y vio que se había provisto con antídotos. Entonces planeó esconder en su cámara y encima de su lecho, maderos que el resorte de una máquina debía hacer caer sobre ella cuando estuviese dormida, aplastándola. Pero una indiscreción de sus cómplices abortó el proyecto.
Después de pensarlo cuidadosamente, fingió reconciliarse con ella por medio de una tiernísima carta, donde la invitó a venir a Baias, para celebrar con él las Fiestas de Minerva. Cuidó de prolongar el banquete para que los capitanes de las naves tuviesen tiempo de romper la galera en que ella llegara, fingiendo un accidente fortuito. Parecía que nunca se habían entendido tan bien madre e hijo.
Y cuando ella quiso retirarse le ofreció en vez de su nave averiada; la que había construido para su pérdida. La acompañó alegremente. Le besó los pechos al separarse y veló una parte de la noche esperando el resultado de esta maquinación.
La nave estaba maravillosamente adornada y se deslizaba con suavidad por el lago iluminado por la luna llena, cuando se oyeron gritos: ¡El navío se llenaba de agua y estaban hundiéndose! Pero Agripina que era una experta nadadora, llegó hasta la playa.
Cuando el César se enteró de lo ocurrido ya no supo qué hacer.
Pronto llegó el liberto de su madre, diciéndole regocijado que Agripina estaba a salvo. Nerón arrojó un puñal a su lado sin que él lo advirtiese y mandó que lo encadenaran, acusándolo de ser un asesino enviado por aquélla. Enseguida mandó matar a su madre y después dijo que se había suicidado al verse descubierta. Luego acudió a ver el cadáver y lo tocó por todas partes. Alabó algunas formas y criticó otras. Y sintiendo sed durante el examen, hizo que le llevaran de beber.
Y desde aquel momento ya no gozó de un instante de paz.
Trató de salvar las apariencias ante el senado y la opinión pública, haciendo creer que había una conspiración en su contra. Pero no pudo liberarse de su conciencia y el suplicio que lo atormentaba, no terminó jamás.
A partir de entonces, todo lo que emprendió Nerón llevaba el sello de lo febril. Sus placeres y sus vicios se volvieron desenfrenados.
Lo que es sorprendente y notable, es que Nerón nada soportó con tanta paciencia, como las injurias y las sátiras. Y con nadie fue tan tolerante y mostró menos rigor, que contra aquellos que por medio de versos le dirigían sus ataques. Contra él se publicaron muchos epigramas en griego y en latín, como el siguiente:
Sobrepasando los delitos de Alcmeon y Orestes;Nerón al parricidio le añadió el incesto.Como Eneas hizo desaparecer en otro tiempo a su padre,Nerón su descendiente, acaba de matar a su madre.”
No solo no buscó a los autores, sino que se opuso a que se les castigase con severidad a los que fueren denunciados. En lo profundo de sí, su sentimiento de culpa era tan grande; que no se sentía injuriado y tuvo miedo de atraerse mayores ultrajes si se mostraba ofendido.
En el año 62 d. C. se rompieron los últimos diques que contenían a la bestia feroz oculta en él. Ofreció a Burro, Prefecto del Pretorio un remedio para la garganta y le mandó un veneno. Entonces nombró en su lugar a Sofonio Tigelino, educado en la mayor corrupción moral. Un verdadero canalla que con palabras de Tácito “Asentaba su poder en el crimen y era capaz de las peores villanías, si ello le reportaba ventajas.”
La música era una de las artes que le habían instruido en la infancia y en cuanto fue emperador hizo venir al palacio a Terpnum, el mejor citarista de la época y lo nombró su director musical, no cesando de repetir a sus cortesanos este proverbio griego “La música no es nada si se le mantiene oculta.” Tanto le apasionaron los aplausos que le tributaron en cadencia en Alejandría, que formó su propio grupo de aplaudidores entrenados para que lo apoyasen siempre que cantara.
El gran sueño del emperador es ser el mejor artista y una gran estrella del espectáculo. Está dispuesto a usar todos los recursos posibles para realizarlo. ¿Qué obstáculo puede impedírselo, si él es el Amo del Mundo?
Ahora Nerón ha ido a Baias a comprobar personalmente un extraordinario acontecimiento que podría considerarse como un presagio funesto y es demasiado evidente como para pasarlo por alto. El supersticioso emperador está muy preocupado…
Poco después de su matrimonio con Augusto, el primero de la dinastía de los Claudios; la emperatriz Livia fue a ver su casa en Baias, cuando un águila volando por encima de ella, dejó caer sobre sus rodillas una gallina blanca de la que acababa de apoderarse y que todavía conservaba en el pico una rama de laurel. Ella tuvo el capricho de criar al ave y plantar la rama. La gallina dio tantos pollos que aquella casa fue llamada desde entonces: “La Casa de las Gallinas”. Y la planta se desarrolló tan bien, que en lo sucesivo tomaron de ella los césares, los laureles para sus triunfos. Además fue para ellos una tradición, plantar otros en el mismo lugar, después de haber triunfado. Se observó después que poco antes de la muerte de cada emperador, el arbusto que él había plantado se marchitaba.
El día anterior llegó de Baias la noticia de que el arbusto que plantara Nerón, se había secado hasta la raíz y estaban muriendo todas las gallinas.
Nerón está aterrorizado ¿Qué presagia el futuro? Él apenas tiene treinta años de edad…
HERMANO EN CRISTO JESUS: