E13 LOS PEQUEÑOS CRISTOS
Todo Mí Amor ha sido derramado a través de los siglos sobre vosotros, Mis hijos. He recibido rechazo de parte de unos y acogida, de parte de otros. Mi Amor ha sido blasfemado y ha sido alabado.
El tiempo de la Cosecha se acerca. Mís Angeles tomarán a unos y a otros. Los Míos serán marcados y perseguidos, los otros serán verdugos y serán condenados. Mí Tiempo no es vuestro tiempo.
La Obra de la Salvación del género humano se tendrá que culminar con Mí Triunfo Total en el Amor Divino de Mí Corazón. La Luz del Espíritu Santo iluminará a todos aquellos que habrán sido escogidos para proseguir Mí Obra de Creación.
No dudéis hijitos Míos, el Amor es el que Me hace obrar así. Mí Dulce Amor alegrará esos corazones que están dispuestos a recibirme y a vivir en Mí, por toda la Eternidad.
Los Acontecimientos Inminentes, son acontecimientos de Purificación moral y espiritual. Vosotros mismos os dáis cuenta de ello. Se necesita una purga en vuestro mundo, la cual vendrá en el futuro próximo.
Los acontecimientos han sido planeados cuidadosamente por Mí Enemigo, el cuál hace planes para la Destrucción Total de la Tierra, sin respetar aún a los que los que van a encumbrar.
Mí Misericordia lo evitará, pero aquellos que hayan seguido a la Bestia y hayan blasfemado Mí Santo Nombre provocando la condenación de muchos, su suerte será la misma: la condenación eterna.
El castigo será peor para ellos, ya que gracias a su mal ejemplo empujaron al mal a miles de almas que Me pertenecían.
La Santa Justicia de Mí Corazón se hará patente en ellos, quienes tratarán de zafarse de ella, pero sus múltiples pecados los jalarán al Lugar del Castigo.
Mí Amor es todo Misericordia y es todo Perdón. Y por eso Me comunico a través de Mís Profetas en todos los tiempos, para hacerles llegar Mí Voluntad.
¿No os dáis aún cuenta plena de cuánto os amo?
Yo, todo un Dios Omnipotente, Me humillo y Me doy a vosotros en todo momento. Me tenéis en las Palabras de los Evangelios, Me tenéis en el Antiguo Testamento, Me tenéis en la Sagrada Eucaristía, Me tenéis en todo lo que os rodea y Me tenéis dentro de vuestro corazón.
¿Por qué sóis tan ciegos y testarudos?
¿Es qué el pecado en el que habitáis y condescendéis, os ha prometido mejores cosas que las que Yo os pueda regalar?
No, hijitos Míos, el pecado sólo promete Traición a Vuestro Creador y subsecuentemente, condenación eterna para vosotros.
Mí Voz, cuando es escuchada y seguida, tomada en vuestro corazón y vivida para bien vuestro y de los demás, os proveé de dicha y bienestar, actual y futura. Mí Voz es la voz del Pastor que guía a sus ovejas a campos verdes y pastura sagrada.
Es Mí propia Presencia en vosotros, es Mí misma Vida dentro de vuestro corazón, es Mí Amor donado de corazón a los Míos, a los que han regalado su voluntad a Su Dios y Señor. Yo os prometo Vida Eterna, el Mal os promete Muerte Eterna.
Hijitos Míos, es vuestra vida eterna lo que Me interesa. Vosotros os donásteis al venir a la Tierra a servirme y Yo, como pago a ello, os prometo un Reino Eterno y Mí Cuidado amoroso durante vuestra misión.
Pero, ¿Cuántos de vosotros Me escuchan y deciden seguirme, cuando han llegado a la Tierra y se han dejado embaucar por Mí Enemigo?
Por eso busco almas donadas en la Oración y en la Penitencia, para salvar almas. No os daréis plena cuenta de lo que un alma significa para Mí, hasta que entréis al Reino de los Cielos.
Cuánto Amor ha sido derramado sobre vosotros a través de los tiempos y que poca acogida ha tenido. Pueblos enteros han sido destruídos por vuestra pobre respuesta a Mís Peticiones.

Los humanos, cuando nos traicionan sentimos MORIR DE DOLOR, y Satanás nos tienta con el suicidio. A Dios cuando lo TRAICIONAMOS, tambien le destrozamos Su Corazón sin piedad….
Me traicionáis, hijitos Míos y NO lo tomáis esto en cuenta. Os mantenéis en la falta y NO os importa el pensar lo que Mí Corazón pueda sufrir.
El sufrimiento de un Dios, es tan grande como Su Bondad Omnipotente lo es. Soy Espíritu Puro y el espíritu sufre MÁS, mucho más, de lo que pueda un alma sufrir cuando se encuentra aún con su cuerpo. Sóis limitados en vuestra actuación; pero aún así, vuestros pecados Me Ofenden Infinitamente.
Haced actos de Reparación frecuentes para Aliviar los Dolores de Mí Corazón Misericordioso. Mí Amor se dá en pleno, Mí Vida en Mí Hijo, se dio en pleno. Yo no Me reservo partes, Yo doy en totalidad. La mayoría de vosotros sois de doble cara.
Una cara de conveniencia a vuestro Dios, para pedir cuando no tenéis y otra cara de Maldad, de Traición, para aprovechar las maldades que también os convienen, que provienen de Mí Enemigo.
Hijitos, ¿Creéis que para Mí sea agradable veros ser destruídos por el Mal? Yo le limito su poder destructivo, pero vosotros ni aún así entendéis.
La Gran Prueba de Fe a Mí Amor se acerca para todos vosotros, tomádme de la mano y NO os soltéis. Soy un Padre Amoroso que defiende a Sus hijos de cualquier peligro. ¡No os soltéis de Mí Mano! Yo estaré con vosotros en todo momento, sí así es vuestra Fe.
Mis Ángeles y Mis Santos os seguirán en vuestro camino, nos seguirán a los dos, a ti y a Mí, a todos vosotros y a Mí. No temáis, dadme todo lo vuestro y Yo Me derramaré con mayor prontitud y excelsitud. Mientras más Me deis en Fe, más recibiréis en protección y en Amor.
Aunque la saña diabólica se derrame sobre vosotros, Mí Misericordia puede muchísimo más. No dudéis hijitos Míos, no dudéis. La duda os hace débiles.
El Espíritu Santo, a Quién pronto recibiréis, os dará la fortaleza y las Virtudes necesarias a cada uno de vosotros, para que completéis la obra de Salvación, a la cual os donasteis al venir a Servirme. Pedidle lo que en vuestro corazón sintáis, cuando lo recibáis.
Habrá manifestaciones en el Cielo, maravillosas, que os anunciarán la venida del Espíritu Santo a vosotros. Estad atentos. Recibidle con el mayor fervor y amor que podáis darle. Mantened vuestra alma pura y santa, para que pueda hacer en ella Su Santa Morada.
De ahí en adelante, vivid atentos interiormente a Sus Designios de Amor, que son los Míos. Daos por los demás para que podáis ser otros Cristos entre vuestros hermanos.
Mí Presencia Y Mí Voz interior os guiarán y la Luz de Mí Corazón, puesta en el vuestro, os iluminará a pesar de las Tinieblas de inmoralidad y pecado que os rodearan.
Mí Luz en vosotros nunca se apagara, hasta que vosotros mismos así lo decidáis. ¡Cantad con alegría y con júbilo, porque pronto veréis ésos Cielos Nuevos y ésa Tierra Nueva que os tengo prometidos!
Docilidad, hijitos Míos, docilidad es lo que ospido. Vosotros os habéis dado cuenta en vuestras vidas, que cuando un hijo, un hermano, un amigo piensa como vosotros en un tema determinado, todo se aligera. Así Yo os lo pido ahora Aligeradme vuestro camino, al triunfo.
Yo os tomaré y juntos venceremos. Mi Amor es grande, Mi misericordia también lo es; pero necesito de vuestra donación para que ellas puedan rendir su fruto con facilidad y total donación de Mí Ser al vuestro. Confiad en Mís Palabras, confiad en Mí Corazón.
Conoceréis en éste tiempo la Maldad en su máxima expresión. Aún los más malos se horrorizaran de la bajeza y destrucción de Mí Enemigo para con vosotros y para con Mí Obra de Creación.
Gracias a que aún en gente mala, Mí Luz todavía encendida como luz tenue, al darse cuenta de la Maldad desmedida de Mí Enemigo para con vosotros, se volverán a Mí y Yo haré resplandecer, con grandes destellos ésa luz, que pronto se apagaría si Mí Misericordia no la tomara.
Mís caminos son torcidos y vuestra mente pequeña y aún los malos caminos del Mal, Me van a atraer almas a su salvación eterna. Por eso, nunca juzguéis a vuestros hermanos que vivan en el error, puesto que muchos de ellos pueden quedar encumbrados en el Reino de los Cielos, más arriba que vosotros que os sentís Míos y Me falláis en el Amor.
Sed prudentes y NO deis un paso si NO Me lo consultáis primero. Yo os voy a Guiar, Yo NO voy a ir detrás de vosotros aceptando los errores que cometáis. Yo Soy el Pastor, vosotros las ovejas.
El Mal cundirá por todos los pueblos de la Tierra. No habrá monte ni valle, ni cumbre escarpada, ni abismo profundo que se salve del ataque de Mí Enemigo. Su furia perversa será desplegada mediante él mismo y sus secuaces. La Gran Persecución se aproxima y será Gloria para unos y Muerte Eterna para otros.
Vuestra Fé y Confianza en Mí os traerán el Triunfo, porque Yo LucharÉ en vosotros, Yo VivirÉ en vosotros, Yo MorirÉ en vosotros. Vuestra Sangre será la Mía vuestra salvación será eterna.
Yo Mismo os recibiré en el Reino de los Cielos y Mí Dicha será eterna, porque Me visteis a Mí, antes que a vosotros mismos. El Hombre-Dios bajará nuevamente a tomar posesión de Su Grey Bendita y viviréis momentos de gran fiesta de Su Corazón. Grandes regalos os esperan.
Los Míos, los que perseveren hasta el final, los que vean bajar a Mí Hijo nuevamente a vosotros, experimentarán momentos de Cielo. Será Mí regalo para con vosotros. La Jerusalem Celestial os dará albergue y enjugará vuestras lágrimas y os proveerá de todo lo necesario para vivir en ella, gozando vuestro triunfo contra las fuerzas del Mal.
La alegría, la fuerza del bien, Mí Presencia entre vosotros, Mí Cariño y cuidado Paternal os envolverá en Mí Nueva Tierra. Os consentiré como el padre ó la madre, consienten al hijo aplicado. Es Mí Gracia Infinita la que os envolverá y os hará olvidar la lucha cruel que tuvisteis con Mí Enemigo, el cuál encarcelado será, para que podáis vivir vida plena de amor y de virtud en Mi Reino Nuevo entre vosotros.
¡Donaos hijitos Míos, donaos!, Ya desde ahora, para que desde éste momento vayamos preparando el Triunfo de Mí Corazón Amoroso. Recordad y confiad en que Mí Amor os irá indicando que hacer en todo momento de la lucha.
Así como el General ordena a sus soldados las mejores estrategias, así Yo os iré moviendo para vencer a las Fuerzas del Mal. Por eso necesito vuestra docilidad, para que podáis escuchar Mís Ordenes Amorosas que terminarán con la Maldad en vuestro Mundo.
Estad atentos a Mís Inspiraciones y a las mociones que Mí Espíritu os dará. Os lo repito, NO actuéis antes de preguntarme. Un fiel soldado no actúa si no recibe órdenes superiores y Yo no Soy un general de ejército que ve fríamente a sus soldados. Yo Soy Vuestro Padre que ve por el bienestar de sus hijos.
¡Confiad en Mí y lo lograremos todo! Sé que vuestra Fe es limitada y no muy ejercitada, Pedidme que os la refuerce y así os mantengáis bien unidos a Mí, que sólo busco vuestro bien.
Recordad, como ejemplo, a Mí profeta Daniel, ¿No fue llevado al foso de leones hambrientos? Y, ¿Qué pasó? El tenía su confianza puesta en Mí plenamente y Yo lo protegí del mal que tenía en ésos leones, a su lado. Vosotros tendréis peores leones, pero recordad que Mí Gracia y Mí Omnipotencia es muchísimo mayor que cualquier mal que os aseche.
Viviréis las Tinieblas del Mal sobre la Tierra, Todo se os obscurecerá, pero Mí Luz de Verdad y de Amor, habitará en vuestro corazón. Juntaos entre hermanos que andéis por el mismo camino del amor y de la verdad. Ayudaos unos a otros. Daos ánimo para proseguir en la lucha. Y NO os desaniméis en ningún momento, porque el Triunfo llegará cuando menos os lo imaginéis.
Que vuestro sacrificio siempre este unido al de Mí Hijo. Que vuestra vista siempre este puesta en Mís ojos y que vuestro corazón se funda completamente en el Mío.
Porque el Amor es el ingrediente Divino que hace la diferencia en vuestros actos, en vuestra vida, en todo lo que hacéis durante vuestra vida.
No es lo mismo hacer vuestro trabajo, porque tenéis que hacerlo, que sentís la obligación, que hacerlo con Amor. No es lo mismo educar a vuestros hijos, porque tenéis que hacerlo, que hacerlo con Amor.
No es lo mismo, vosotras las mamás, preparar los alimentos, porque tenéis que prepararlos, que prepararlos con Amor. No es lo mismo llevar una vida sobre la Tierra, porque tenéis que cumplir, a cumplir con Amor.
Mis pequeños, cuando hacéis las cosas por obligación, tratáis de cumplirlas lo más pronto posible y NO os importa cómo os salgan. Aparentemente lo que hacéis, lo hacéis bien, pero es pura apariencia.
Cuando realmente se hacen las cosas por Amor, todo se hace con delicadeza, con cuidado y esperando con todo el corazón, que lo que estáis haciendo dé un buen resultado ó le guste a la otra persona. O a las otras personas lo que estáis haciendo, estáis poniendo vuestro corazón en ello y eso es lo que cuenta, Mis pequeños.
La obligación NO os va a dar tantos méritos como os da el Amor, NO va a rendir los frutos la obligación, como los da el Amor. Cuando actuáis durante vuestra vida en el Amor, sois recordados y además dais ejemplo a vuestros hermanos, porque el Amor deja una impresión muy fuerte en los corazones que han tenido contacto con ése detalle que sale de vosotros, ése ingrediente Divino que debéis llevar siempre en vuestro corazón.
Cuando recibís las cosas de los demás hechas por obligación, no las aprovecháis, se olvidan y os dejan un mal gusto en vuestro corazón.
Así pues, Mis pequeños, os pido que de aquí en adelante, todo lo que hagáis lleve ése ingrediente Divino, el Amor, que hagáis todas las cosas así, como si Me las estuvieras presentando a Mí. VedMe en vuestros hermanos y veréis que así es más fácil actuar en el Amor.
Hijitos Míos, alguna vez os dije que con un puñado de almas totalmente sueltos a Mi Voluntad, podría cambiar al mundo entero y esto quiere decir almas que se han vuelto totalmente Cristos.
Ved cómo Mi Hijo os trajo toda una Evangelización de Amor, cómo os dio vida, una nueva Vida que no se conocía. Conocían algo a través de los Profetas, pero no la habían realmente vivido como con un Dios entre ellos.
Mis pequeños, cuando os he pedido ser otros Cristos, es ser un verdadero Cristo, ser una verdadera alma totalmente suelta a Mi Voluntad, una alma que viva en Mis Verdades, en Mi Amor, un alma que sea esclava de Mi Amor.
Mis pequeños, imaginad diez, veinte, treinta Cristos alrededor del Mundo, donde Yo Me pueda manifestar plenamente a través de ellos. ¡Qué más quisiera Yo, Mis pequeños, que todos vosotros, cientos de miles, millones, fuerais Cristos sobre la Tierra!.
Ese es Mi deseo, Mis pequeños, que cada uno de vosotros tuvierais de vuestro hermano, ése ejemplo de vida, que lo hicierais propio, que transmitierais ésa vida a vuestros hermanos. ¡Qué difícil es para el hombre separarse de lo material!, ¡Qué difícil es para el hombre vivir para su Dios!
Queréis solamente lo fácil, lo bueno, lo que os trae gustos, felicidad, comodidad… Pero tan pronto se os pone difícil vuestro entorno y vuestro futuro, el alma desfallece, el alma duda, el alma Me da la espalda.
Ved, ved la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra, ¡Tanto que os trajo!, ¡Tanto que os dio!, El bienestar que os prometió y que es una realidad.
Mis pequeños, sed consientes en que vuestra estancia sobre la Tierra es pasajera, si la comparáis con la Eternidad. Ciertamente, el ser otro Cristo os traerá alguna contrariedad por estar defendiendo Mi Nombre, pero por otro lado, tenéis el goce eterno, ¿No vale la pena un poco de sacrificio, un poco de penitencia que es una inversión para vuestro goce eterno?
Aún vosotros mismos, cuando queréis obtener un bien, sacrificáis otros bienes con tal de obtener un bien mayor. Yo os estoy prometiendo el Bien máximo, ¿No vale la pena sacrificaros un poco por ése Bien máximo?
Meditad, Mis pequeños y nuevamente os invito a ello, a ser de ése puñado de almas que puedan cambiar la faz de la Tierra y traerMe a vuestros hermanos hasta Mi Corazón. Vivid de acuerdo a las Enseñanzas de Mí Hijo en los Evangelios, llevando paz, alegría, amor y confianza a los vuestros.
Mís hijos, Mís Cristos de éste Fin de tiempos, ¡Cuánto os amo! Recordad el escuchar Mí Voz en todo momento dentro de vuestro corazón cuando recibáis al Espíritu Santo, al Espíritu Vivificador, Pedidle Sus dones, que serán vuestra armadura contra la Lucha Infernal.
¡Sed plenamente Míos y Yo seré plenamente Vuestro!
Os Amo y Os espero al final del camino, a las puertas de Mí Reino, ya el Celestial, ya el Nuevo, en Nuestro Mundo. Ahí estaré como Padre Amoroso os estrechare junto a Mí Corazón, para gozar en vosotros Mí Amor.
Yo os bendigo ahora y por siempre, en MÍ Santo Nombre, en el de Mí Hijo, Salvador vuestro y en el del Espír1tu de Amor y Vivificador.
Mí Santa Hija, la Siempre Virgen Maria, os cuidará y os guiará para aplastar la cabeza de la serpiente del mal. Dejaos llevar por Sus Palabras de Amor y Salvación. Su ternura es excelsa.
Hijitos Míos, ¡Cuánto os amo!
F59 CURSO DE ORACIÓN
LECCIÓN UNO
Pequeños Míos, os quiero instruir en los trucos que utiliza Satanás para desviar a las almas. Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, que conozco lo más profundo de las almas, que conozco vuestro corazón. Os quiero ir ayudando, aleccionando, para que os podáis proteger contra los trucos y fuerzas del Mal.
Sabed que la Oración es Poderosísima. El amor que vosotros producís a través de la Oración, produce grandes desastres para el Infierno.
Mis pequeños, cuando oréis, entrad en vuestro corazón. Dentro de vuestro corazón estamos Nosotros, en la Santísima Trinidad. Arrodillaos ante Nosotros, entregad vuestra mente, vuestros pensamientos, vuestros oídos, vuestros sentidos.
Entregádmelos ahí dentro de vuestro corazón, que debe ser vuestro hogar espiritual; vuestra capillita, donde deberéis presentaros puros, donados. Y quiero daros una explicación sobre ésta donación.
Debe ser un tiempo en el cual NO estéis de prisa. Un tiempo de regalo totalmente para vuestro Dios, en donde con tranquilidad y paz, estéis ante Nosotros. Y así, en Presencia real ante Nosotros en vuestro corazón, olvidaos totalmente del mundo exterior, atendiendo a vuestro Dios.
Con todas vuestras potencias, empezaréis a orar. A PLATICAR, a ofrecer, a interceder. Entrad en ése Coloquio Divino. Entrad en ésa familiaridad en la Oración y así os tomaremos. Entraréis en esa intimidad que solamente Nosotros os podemos dar.
Al purificaros de todo lo exterior, al purificaros en vuestros pensamientos, al purificaros de todo aquello que os pueda separar de Nosotros, empezaréis con vuestros rezos. Vuestra Oración, vuestro rezo debe ser muy íntimo, debe de ser en Presencia Divina.
Debéis respetar de aquí en adelante, Nuestra Presencia en vosotros y esto os lo digo para evitar todo tipo de distracción, de preocupación mundana o personal.
Ciertamente deberéis ejercitaros en ello y sobre todo, poned todo de vuestra parte, porque el Maligno os empezará a atacar más.
Cuando venga el ataque, cuando venga la distracción, postraos dentro de vuestro corazón.
Postraos dentro de vuestro corazón ante Nosotros, postraos. Y así, pondréis todos vuestros sentidos nuevamente a disposición de vuestro Dios.
Vivimos realmente en vuestro interior y no queremos seguir siendo Huéspedes, Huéspedes a los que no se les hace caso.
Sois almas consentidas, sois almas a las que hemos apartado del mundo, sois almas a las que hemos puesto Nuestro Ser y Nuestros deseos para grandes obras, debéis poner más de vuestra parte para atender a vuestro Dios y ya no dejarNos olvidados dentro de vuestro ser.
Deberéis hacer vida con Nosotros en todo momento, os vuelvo a repetir, deberéis ejercitaros en ello. Poco a poco, vuestro corazón se irá adentrando, Nos irá tomando más en cuenta y así, después, cuando salgáis del Sagrario, salgáis de la Iglesia y hagáis vuestra vida rutinaria,
estaréis aún postrados dentro de vuestro corazón, atendiéndoNos, mimándoNos, dejándoos guiar por lo que Nosotros queramos.
Vuestra mente, vuestro corazón, todos vuestros actos estarán ya a disposición de vuestro Dios y vuestra vida cambiará, vuestros actos cambiarán, vuestras palabras cambiarán por esa vida íntima que deberéis llevar de ahora en adelante.
Vivid ésa intimidad y veréis los Regalos que obtendréis.
Hijitos Míos, os sigo instruyendo, al estar ya ante Nuestra Presencia en vuestro corazón; aprenderéis a ESCUCHAR Nuestras intenciones. Aprenderéis a escuchar a vuestro Dios y lo que quiere realmente de cada uno de vosotros.
Os llevaré a conocer la raíz del mal, la soberbia. Siendo la raíz, prácticamente de todo mal que existe sobre la Tierra, deberéis tratar de luchar contra ella. Lucharéis con Fuerzas Divinas, deberéis ser cautos, deberéis ser sabios, sencillos y humildes.
Todos vosotros afectados por el Pecado Original, estáis padeciendo por ésta raíz del pecado primario; que fue desobediencia, causado por la soberbia del hombre, causado por la Soberbia de Satanás.
Si vosotros aprendéis a ir a la esencia de cada pecado, a la raíz de cada pecado; encontraréis la soberbia y deberéis protegeros con la Humildad. La Humildad os llevará a la sencillez y la Humildad os abrirá todas las puertas de la Gracia.
Al ser humildes, todas las Virtudes florecerán. Ved aquí Nuestra Obra Maestra, la Siempre Virgen María, que en Su Humildad, aceptó Nuestra Vida en Ella, Nuestro trabajo en Ella, Nuestra Voluntad en Ella.
El Demonio, os lleva a oponeros a todo aquello que sea superior a vosotros, que os sintáis como esclavos, que os sintáis sumisos.
Nuevamente os presento a Mi Esposa, la Siempre Virgen María. Su Sumisión, además de Ser Perfecta la llevó a esa Santidad Infinita. Ella podía actuar por Sí Misma, porque así se le Creó y prefirió someterse a Nuestras Ordenes.
A vosotros os hace creer el espíritu del Mal que no debéis someteros a nadie, que NO os arrodilléis ante nadie, que vosotros sois grandes y eso le encanta al hombre, sentirse grandes, sentirse poderosos.
Cuando NO tenéis las Virtudes, NI la Gracia, NI los poderes, como para sentiros así. La soberbia solamente os debilita y os aparta más de la Fuente Divina que proviene de Nosotros.
El alma soberbia, NO puede crecer. El alma soberbia no acepta consejo ni alimento especial. El alma soberbia se vuelve autónoma y si realmente utilizáis la Sabiduría, os daréis cuenta que en vuestra autonomía, por ser tan pequeños, tan miserables, NO podréis vivir solos y vuestra caída es inevitable.
En la Humildad podéis reconoceros así, miserables, pequeños, faltos del alimento Divino. Y así el alma sencilla, el alma humilde, corre a la Fuente Divina a alimentarse, a purificarse, a sanear todo aquello que la está separando de ésta Gracia que solamente puede venir de vuestro Dios.
La soberbia, manejada como lo hace el espíritu del Mal, os va carcomiendo. Os va destruyendo, sin que os deis cuenta, porque os mantiene ciegos a la realidad. Os va ensalzando con bellas palabras, con bellos pensamientos, cuando realmente estáis llevando una podredumbre interna.
Os va haciendo creer grandes a los ojos de los hombres, cuando realmente estáis disminuyendo ante los Ojos Divinos.
El alma soberbia, al NO aceptar consejo, al NO aceptar guía Divina, se va obscureciendo. Y sobre todo, va causando destrozos para el Reino de Dios por su mal ejemplo, por su falsa guía, por su inmodestia, por su maldad.
Las almas soberbias se vuelven instrumentos del mal, sin que se percaten de ello. Al verse a sí mismas, ya no hay nada que valga para ellas a su alrededor, se sienten perfectas, se sienten dioses y así llevó el Demonio a vuestros Primeros Padres hasta éste punto, a sentirse dioses.
Tened cuidado Mis pequeños, cuando empiecen vuestros hermanos a ensalzaros, a haceros creer ser grandes ante los hombres. Cuando os eleven por sobre los hombres, tened cuidado Mis pequeños, porque puede ser el principio de vuestra caída.
El hombre nunca se debe separar de la Fuente Divina. Debe ser raíz que absorba los nutrientes para su buen crecimiento y sobre todo para su buen sostén. No os envanezcáis Mis pequeños, porque vosotros SOLOS, nunca podréis ser dioses.
Si estáis separados de Nosotros, NI siquiera podréis dar Vida a alguno de vuestros hermanos y ésa es vuestra misión sobre la Tierra. Dar verdadera Vida para el Reino de vuestro Dios.
Sois mensajeros del Amor y en vuestra pequeñez, lograréis esto. Humillaos en todo momento, deberéis sentiros pequeños en todo momento. Pero deberéis sentiros hijos en todo momento también, para que podáis recibir de vuestro Dios el Alimento Divino.
Manteneos así, pequeñitos y necesitados de Nuestra Gracia. Y sin que os deis cuenta, os elevaremos a niveles muy altos de espiritualidad, manteniéndoos pequeñitos; para que NO echéis a perder la Grandeza de vuestro Dios en vuestro interior y en la obra que está haciendo en vosotros.
Hijito Mío, el Mensaje ahora va para ti y para los Profetas y Videntes que hemos escogido alrededor del Mundo.
Ciertamente, vuestra tarea es difícil. El Anuncio y la Denuncia son difíciles, precisamente cuando tendréis que hacerlo, ya ante el pueblo, ya ante vuestros superiores en la Iglesia, ya ante las autoridades.
YO SOY VUESTRO DIOS ESPÍRITU SANTO
Ya os he dicho que Yo iré guiando los Acontecimientos. Nada se da sin que vuestro Dios en Su autoridad Divina, lo permita. Vosotros os habéis dado a la Voluntad Divina, sois los Cristos de éste Tiempo. Sois los denunciantes de la raza maldita que ha tratado de destruir la Palabra de Dios, la vida en Dios.
Yo vengo a fortalecer a todos aquellos escogidos. Yo vengo a dar Fuerza a las Palabras de Jesucristo. Son Tiempos de dar Vida, son tiempos de Luz, cuando todo está en Tinieblas.
Sed como niños. El niño acepta la Voluntad del Padre. No ve más allá que el Amor con que el Padre o la Madre le ordenan algo. Es autoridad y él la acepta, porque sabe que va hacia un bien.
Tomad de Mí lo que necesitéis. Que además Yo os daré lo que Yo necesito de vosotros. NO TEMÁIS. Seguid adelante, éstos son Tiempos de lucha, Nosotros venceremos. Vosotros sois ahora los representantes del Cielo, es la Voz del Cielo la que se dará a través de vosotros.
Cuando queramos que se dé la Verdad ante los hombres, Yo os tomaré. Mis Palabras fluirán libremente y tocarán corazones. Tened confianza. Vivid en la Verdad, vivid en la Oración, vivid en la Pureza, vivid en la Santidad y todo saldrá bien, Mis pequeños.
Es un Tiempo el que estaréis sobre la Tierra sirviendo a vuestro Dios, dad vuestro máximo. Dad vuestro máximo, que se os pagará eternamente con grandes regalos, con grandes bellezas de vuestro Dios.
Pero NO hay nada, Mis pequeños, como servir a vuestro Dios. Lo entenderéis dentro de poco tiempo y os alegraréis por ello.
En éstos momentos intuís algo de ésas bellezas… Pero Yo os abriré vuestra mente, os abriré vuestro corazón, quitaré el velo de vuestros ojos y entonces veréis la Gloria de vuestro Dios por la que habéis trabajado y que todavía trabajaréis.
Entonces vuestro corazón se alegrará enormemente, gozaréis. Gozaréis infinitamente y ése gozo os llevará a la entrega total de vuestro ser por el servicio de vuestro Dios.
VIDA,Vida quiero dar a los que viven muertos, es una contradicción, ¿Para qué vivir aquí en la Tierra si se vive muerto a la Gracia? En lugar de transmitir Vida, muchos de vuestros hermanos están transmitiendo Muerte.
Muerte Espiritual. Y aquellos que lo hacen así para ir en contra de su Dios, tendrán que enfrentarse en algún momento con Su Justicia.
Pero recordad Mis pequeños, que NO venimos como Jueces en éstos momentos. No se Nos debe ver en el temor, sino en el Amor…
Y os pedimos que sigáis Orando por aquellos que necesiten de su conversión, que necesiten entrar en ésa vida espiritual. Que vean que todavía hay Luz en su camino, que hay quién los ama todavía, a pesar de su pecado.
Dejad amor en los corazones. Dejad Luz, para que encuentren el Camino y que regresen a Nosotros, que regresen a la Divinidad.
Os Amo, Mis pequeños, os Amo. Os quiero explicar algo que NO conocéis todavía.
Mis pequeños, así como la Trinidad Somos el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Una sola Persona. Cuando vosotros en grupo oráis, NO sois grupo sois uno, Mi Cuerpo Místico NO se puede dividir. Seréis muchos, tendréis diferente mentalidad, diferentes ideologías, diferentes necesidades.
Sois diferentes ciertamente, como Nosotros en Nuestra Trinidad. Pero sois Uno, porque el Amor os une. Aquí estáis vosotros, LOS QUE ME ESTÁIS LEYENDO.
Pero ya sois uno Conmigo, porque Yo estoy en vosotros, Yo estoy para vosotros, Yo os llevo a la Trinidad y la Trinidad está con vosotros.
NO os podéis separar, Mis pequeños. Y os vuelvo a repetir, porque el Cuerpo NO está dividido. La Presencia de Mi Hijo sobre la Tierra fue para esto Mis pequeños:
El Pecado os desunió, os separó de Mi Cuerpo Místico, Él vino a unir nuevamente al Cuerpo.
Estáis separados, pero no por vuestras ideologías, estáis separados porque NO ME AMÁIS. Porque NO os amáis, el Amor os unirá al final. Todavía vuestro corazón no está preparado a ello, porque estáis en el Mundo. Estáis viviendo para el Mundo y NO sois del Mundo, Mi Hijo os lo repitió varias veces, vosotros pertenecéis al Cielo.
Mis pequeños, vuestra Oración Me halaga, en vuestra Oración estoy Yo y Yo voy guiando vuestra Oración, porque vosotros sois pequeños y Yo estoy en vosotros. Yo en vuestro interior, os voy guiando para que ésa Oración llegue a Mí.
Ahora os estoy hablando como debe ser, en la Trinidad Perfecta. Yo Mismo: Padre, Hijo y Espíritu Santo, os voy dando a conocer Mis necesidades, os voy dando a conocer Mi Amor, os voy dando a conocer las facetas de Mi Amor, para que vosotros mismos encontréis el camino que más quiera vuestro corazón…
Ahí es donde vuestra voluntad, vuestro libre albedrío os va dando vuestra personalidad, personalidad en el Amor.
Vosotros podréis escoger entre la intimidad, dónde Me encontraréis. Podréis escoger entre el apostolado y ahí también Me encontraréis. Entregaréis Mi Amor al daros a los pequeños, múltiples formas podréis tener Mis pequeños, como facetas de Amor y en todas Yo estaré.
Respeto ésa Libertad en el Amor. Y además, os doy ése gusto personal para que encontréis vuestro camino para llegar a Mí.
Os amo infinitamente, Mis pequeños. Y Yo en Mi Trinidad os acojo, para que sigáis uniendo con vuestra Oración, con vuestra donación, al Mundo entero en Mi Cuerpo Místico, en el Amor de vuestro Dios, en la Santísima Trinidad.
Mis pequeños, Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Desde que sois pequeños, vosotros vais dejando entrar en vuestro corazón, situaciones que os van afectando para vuestra vida. Ahí se van quedando y éstas a la vez van normando vuestra existencia, vuestra personalidad.
A veces eso se vuelve una situación difícil que NO podéis superar y que de lo cual, muchas veces ya NI conscientes estáis que os está afectando a vuestra forma de ser a vuestra personalidad, a vuestro trato con vuestros hermanos y peor tantito a vuestro trato con vuestro Dios.
Mis pequeños, Yo vivo en vosotros, estoy en vosotros, Yo os guío, Yo os protejo. Yo os aconsejo porque estoy en vuestro interior. Y quiero que Me pidáis la Gracia de poder escudriñar en vuestro interior, todo aquello que está afectando a vuestro crecimiento espiritual, a vuestra perfección espiritual… Y que ésta, afecta también a vuestra perfección humana.
PedidMe esa Gracia Mis pequeños, para que al conoceros íntimamente, podáis vosotros pedir Perdón por vuestros pecados y errores pasados y pronto estará Mi Corazón, Mi Amor, la Sangre Preciosa de Jesús vuestro Salvador; para limpiaros de aquello que está afectándoos…
A veces, hasta fuertemente. Como tantos hermanos vuestros, que van creciendo y se van volviendo de un carácter muy feo. Muchas personas NO pueden tener un trato correcto con sus hermanos, se vuelven toscos, groseros, aislados…
Y esto hace que la misma gente a su alrededor los rechace. Y muchas veces, es por esto que os estoy explicando que algo que pudo haber sucedido en la niñez, en la adolescencia; se quedó ahí, muy profundamente arraigado en vuestro interior y os está afectando fuertemente.
Vosotros NO sois perfectos, esto entendedlo bien. Mi Perfección Divina os está ayudando a vuestra perfección humana.
Hacedlo Mis pequeños y presto estaré para ayudaros a que vosotros podáis eliminar aquello que está afectando vuestra perfección.
LlamadMe, deseadMe de corazón que Yo Viva en vuestro interior y ahí estaré pronto, para vuestra Purificación y vuestra santificación. Y juntos, vuestra voluntad y Mi Divinidad, lucharemos por vuestra santidad.
Dejad que vuestra alma se libere ya de las ataduras del Mal, dejad que vuele hacia donde tiene que volar, que es hacia Nuestra Santísima Trinidad.
Y dejad que goce plenamente ya, de la vida espiritual a la que todos vosotros estáis llamados, porque mucho se ha hecho por salvaros.
Preparad todo vuestro ser para el Gran Encuentro con el Amor, después de la Purificación Universal. Embelesados con Mis Bendiciones y regalo viviréis.
Orad y esperad, el tiempo se acerca presuroso, os amo, Mis pequeños.
Yo os Bendigo en el Amor de Mi Padre, en el Amor vivido por el Hijo y por Mi Amor infundido en los corazones.
Yo os Bendigo en la Trinidad Perfecta del Amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo y en el nombre del Perfecto Tabernáculo Viviente, en la persona de la Santísima Virgen María.
Yo os concedo Mi Sabiduría y Mi Paz. Id, hijitos Míos, a transmitir y a vivir el amor de vuestro Dios y así lograréis empezar a vivir en el camino de la realización plena, en la perfección, que se obtiene al vivir vida de AMOR
Yo os Bendigo en el Amor de Mi Padre, en el Amor vivido por el Hijo y por Mi Amor infundido en los corazones.
77.- MARTIRIO DE UNA MADRE
La ausencia de Marco Aurelio, le impidió ver cómo se agravó la enfermedad de Alexandra.
Bernabé velaba su inconsciencia con ardientes plegarias.
Regina, la que en la Puerta del Cielo enseñara a los catecúmenos el tema de ‘La Pobreza de Espíritu’ también fué arrestada.
Y ahora va a dar el más estremecedor testimonio de todo lo que enseñó.
El tribuno encargado trataba muy duramente a los prisioneros pues temía que se escaparan de la cárcel…
Por arte de un mágico encantamiento.
Regina se lo reclamó:
– Nosotros no escaparemos. ¿Por qué no nos concedes ningún alivio, a nosotros que somos presos tan distinguidos?
¡Nada menos que del César y hemos de combatir en su Natalicio!
¿No aumentaría tu gloria, si nos presentásemos más gordos y saludables?
El militar se sintió desconcertado y enrojeció de vergüenza.
Luego ordenó que se les tratara más humanamente.
Permitió a los parientes que entraran a la cárcel y se reconfortaran mutuamente, a excepción de Marco Aurelio.
Pues había recibido órdenes terminantes, por parte de Tigelino.
En el segundo calabozo, Alondra se halla en el octavo mes del embarazo pues fue detenida cuando estaba encinta.
Al aproximarse el día del espectáculo sufre mucha tristeza, temiendo que su martirio fuese postergado a causa de su estado, ya que la ley prohíbe que las mujeres encinta sean expuestas al suplicio.
No quiere quedarse atrás de los cristianos y que más adelante tenga que derramar su sangre inocente, entre los demás criminales.
Y tampoco sus compañeros de martirio quieren dejar atrás a tan excelente compañera.
Tres días antes de los juegos, todos se unieron en una misma súplica al Señor Jesús y apenas terminaron la Oración, enseguida le vinieron los dolores de parto.
Debido a lo prematuro y por razón natural, ella sufre y gime…
Entonces un carcelero le dijo:
– Si tanto te quejas ahora… ¿Qué harás cuando seas arrojada a las fieras de las que te burlaste al no querer sacrificar?
Ella respondió:
– Ahora soy yo la que sufro. Pero allá en la arena, habrá Otro en mí que padecerá por mí…
Pues yo también padeceré por Él.
Alondra dio a luz una niña a la que una cristiana adoptó como hija.
Entonces un joven llamado Lewis se acercó al grupo donde estaba Regina…
Y les dijo:
– Acabo de tener una visión: Ya habíamos sufrido el martirio y habíamos salido de nuestro cuerpo. Cuatro ángeles nos transportaban hacia el Oriente, pero sus manos no nos tocaban.
Íbamos trepando por una pendiente suave. Pasado el primer mundo, vimos una luz inmensa y le dije a Regina que venía a mi lado: ‘He aquí lo que el Señor nos prometió y ya recibimos la recompensa’
Mientras éramos llevados por los cuatro ángeles, se abrió ante nuestros ojos una gran llanura que era como un vergel poblado de rosales y de toda clase de flores.
Y sus hojas caían incesantemente.
En el vergel, había cuatro ángeles más resplandecientes que los demás.
Al vernos nos acogieron con grandes honores.
Y dijeron a los otros ángeles con admiración: ‘¡Son ellos! ¡Son ellos!’
Entonces los cuatro ángeles nos dejaron en el suelo.
Y nosotros caminamos la distancia de un estadio, por una ancha avenida.
Allí encontramos a Daniel, Xavier y Joshua, que habían sido quemados vivos en la misma persecución.
Y a Ramón, que había muerto en la cárcel.
Les preguntamos qué en donde estaban los demás,
Pero los ángeles nos dijeron:
– Vengan. Antes entren y saluden al Señor.
Llegamos a un palacio cuyas paredes parecen edificadas de pura luz.
Delante de la puerta había cuatro ángeles que antes de entrar, nos vistieron con vestiduras blancas.
Entramos y oímos un coro que repetía sin cesar:
‘Agios, Agios, Agios = Santo, Santo, Santo.’
En la sala vimos sentado a un anciano canoso, con cabellos de nieve, pero con rostro juvenil.
No vimos sus pies. A su derecha y a su izquierda, había cuatro ancianos.
Y detrás estaban de pie, otros innumerables ancianos.
Avanzamos asombrados y nos detuvimos ante al trono.
Cuatro ángeles nos levantaron en vilo.
Besamos al Señor y él nos acarició la cara con la mano.
Los demás ancianos dijeron:
– ¡De pie!
Y de pie nos dimos el beso de paz.
Después los ancianos nos dijeron:
– Vayan y jueguen.
Y yo dije a Regina:
– Ya tienes lo que anhelabas.
Y ella me contestó:
– ¡Gracias a Dios! Fui dichosa en el mundo, pero aquí soy más dichosa todavía.
Cuando salimos del Palacio, reconocimos a muchos hermanos que ya habían sufrido también el martirio.
Todos nos sentimos alimentados y saciados por una fragancia inefable.
Entonces me desperté lleno de gozo.
Cuando Lewis terminó su relato…
El sacerdote Damián, dijo:
– El poder del Espíritu Santo, es idéntico por esto. ¡Qué abran bien los ojos, quienes valoran este Poder!
¡Que fue enviado para distribuir todos los Carismas, en la medida que el Señor los distribuye a cada uno de nosotros, para que se fortalezca nuestra Fe!
Tanto en el carisma del martirio como en el de las revelaciones, Dios cumple siempre sus promesas, para confundir a los incrédulos y sostener a los creyentes…
Tal como está escrito:
“En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres y profetizarán sus hijos y sus hijas. Los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños”…
La voz del sacerdote resuena en las paredes de la prisión.
Cuando termina de hablar, Regina retoma la escritura que tan cuidadosamente está llevando:
“Unos días antes de que fuéramos arrestados, fuimos bautizados y el Espíritu Santo me inspiró estando dentro del agua, que no pidiera otra cosa que poder resistir, el amor paternal.
Cuando nos hallábamos todavía con los guardias, mi padre impulsado por su cariño, deseaba ardientemente alejarme de la Fe con sus discursos y persistía en su empeño de conmoverme.
Yo le dije:
– Padre ¿Ves ese cántaro que está en el suelo? ¿Esa taza y esa jarra?
– Lo veo. –me respondió.
– ¿Acaso se les puede dar un nombre diferente del que tienen?
– ¡No! –me respondió.
– Yo tampoco puedo llamarme con un nombre distinto de lo que soy: ¡Cristiana!
Entonces mi padre, exasperado se arrojó sobre mí para sacarme los ojos, pero solo me maltrató.
Después, vencido se retiró con sus argumentos diabólicos. Durante unos días, no volvió.
Por eso di gracias a Dios y sentí alivio por su ausencia.
Luego fuimos encarcelados.
Yo experimenté pavor, porque jamás me había hallado en tinieblas tan horrorosas ¡Qué día tan terrible!
El calor era insoportable por el amontonamiento de tanta gente. Los soldados nos trataban brutalmente.
Y sobre todo, yo estaba agobiada por la preocupación… ¡Mi hijo está tan pequeño!
Leonel y Santiago, benditos diáconos que nos asistían, consiguieron con dinero que se nos permitiera recrearnos por unas horas, en el lugar más confortable de la cárcel.
Saliendo entonces del calabozo, cada uno podía hacer lo que quisiera.
Yo amamantaba a mi hijo casi muerto de hambre.
Preocupada por su suerte, hablaba con mi madre, confortaba a mi hermano y le recomendaba a mi hijo.
Yo me consumía de dolor al verlos a ellos consumirse por causa mía.
Durante muchos días, me sentí abrumada por tales angustias.
Finalmente logré que se quedara conmigo en la cárcel.
Al punto me sentí con nuevas fuerzas y aliviada de la pena y la preocupación por el niño.
Desde aquel momento, la cárcel me pareció un palacio y prefería estar en ella más que en cualquier otro lugar.
Un día mi hermano Josué me dijo:
– Domina hermana, ahora estás elevada a una gran dignidad ante Dios. Tanta que puedes pedir una visión y que se te manifieste si la prisión ha de terminar en martirio o en libertad.
Yo podía hablar familiarmente con el Señor, del que había recibido muchos favores y por eso,
confiadamente le prometí:
– Mañana te daré la respuesta.
Me puse en Oración y tuve la siguiente visión:
Vi una escalera de bronce tan maravillosamente alta, que parecía tocar el cielo, pero tan estrecha, que solo se podía subir de a uno.
En los brazos de la escalera estaban clavados toda clase de instrumentos de hierro: espadas, lanzas, arpones, puñales, cuchillos…
Si uno subía descuidadamente sin mirar a lo alto, quedaba atravesado y hubiera dejado jirones de carne enganchados en los hierros.
Al pie de la escalera estaba echado un dragón de extraordinaria grandeza, que tendía asechanzas a los que subían y los asustaba para que no subieran.
Lewis subió primero.
Él nos había edificado en la Fe y al no estar presente cuando fuimos arrestados, se entregó después voluntariamente, por el amor que nos profesaba.
Al llegar a la cumbre de la escalera, se volvió hacia mí
Y me dijo:
– Regina, te espero pero ten cuidado, para que ese dragón no te muerda.
Yo le contesté:
– No me hará daño en el nombre de Cristo.
Y el dragón parecía como si me tuviera miedo.
Sacó lentamente la cabeza de debajo de la escalera y yo se la pisé, usándola como si fuera el primer peldaño y subí.
Después vi un inmenso prado, en medio del cual estaba sentado un anciano alto, de rostro juvenil y muy hermoso. Con el cabello completamente cano y en traje de pastor, ocupado en ordeñar sus ovejas.
Muchos miles de personas vestidos de blancos hábitos, lo rodeaban.
Levantó la cabeza, me miró y dijo:
– ¡Seas bienvenida, hija!
Me llamó y me dio un bocado del queso que estaba preparando.
Yo lo recibí con las manos juntas y comí.
Todos los circunstantes dijeron:
– ¡Amén!
Sus voces me despertaron mientras yo seguía saboreando algo dulce.
En seguida conté a mi hermano la visión y los dos comprendimos que nos esperaba el martirio…
Desde aquel momento empezamos a perder toda esperanza en las cosas de esta tierra.
Días después corrió la voz de que seríamos interrogados.
Mi padre, consumido de pena, llegó de prisa a la ciudad, se me acercó con intención de conmoverme…
Y me dijo:
– Hija mía, apiádate de mis canas. Apiádate de tu padre si es que merezco que me llames padre. Con estas manos te he criado hasta que llegaste a la flor de la edad y te he preferido a todos tus hermanos.
No es para esto que te engendré. Entre todos mis hijos te he amado, alegría y luz de mi casa.
Y ahora tú quieres tu ruina y no te importa destruir también al pobre padre tuyo, que siente morir su corazón por el dolor que le das.
Desde que dijeron que dejarían libres a los que hicieran sacrificios a nuestros dioses.
Hija; llevo semanas rogándote. Tú has querido resistir y has conocido la cárcel. Tú, nacida y criada entre el lujo y las comodidades.
Y yo le contesté:
– Es por el amor que siento por ti y por él, que permanezco fiel a mi Señor.
Ninguna gloria de la tierra dará a tu cabello blanco y a este inocente tanto decoro, como el que te dará mi muerte.
Tú llegarás a la Fe y…
¿Qué dirás entonces de mí, si tuviese la bajeza de haber renunciado en un momento de debilidad, a la Fe?
– ¡Oh, dioses! ¡¡Ayúdenme!! Regina escucha por favor: Inclinando mi espalda ante los poderosos, te he obtenido un arraigo domiciliario, para que puedas estar todavía en tu casa como prisionera.
Le he prometido al juez que te doblegaría con mi autoridad paterna.
Ahora él me escarnece, porque no me haces caso. ¿No es esto lo que debería enseñarte, la doctrina que dices que es perfecta?
¿Cuál Dios es el que sigues que te inculca de no amar y no respetar, al que te ha engendrado? Porque si me amaras no me darías tanto dolor.
Tu obstinación, que ni siquiera la piedad por tu inocente ha vencido; te ha costado el ser arrancada de la casa y encerrada en esta mazmorra.
Pero ahora ya no se habla más de prisión. Se habla de muerte… Esto es atroz. ¿Por qué? ¿Por Quién? ¿Por quién vas a morir tú?
¿Ese Dios tuyo tiene necesidad de tu sacrificio y del nuestro, el mío y el de tu criatura, que ya no tendrá más madre? ¿Su triunfo tiene necesidad de tu sangre y de mi llanto, para cumplirse?
¿Pero cómo? La fiera ama a sus cachorros… y tanto más los ama cuanto más los ha tenido en el seno.
Tú no eres una bestia. Has sido la hija más perfecta y una madre ejemplar. Pero ahora no te comprendo. Porque te conozco, por eso te obtuve el que pudieras amamantar a tu niño. Pero tú no cedes.
Y después de haberlo nutrido, de darle calor, de servirle de almohada a su sueño, ahora lo rechazas y lo abandonas sin pesar. ¡Por Júpiter! ¿Qué es lo que te pasa?
No sé qué hacer. ¡Ya no te entiendo! No te ruego por mí, sino por él. No tienes el derecho de hacerlo un huérfano. Ya perdió a su padre en Britania y ahora te perderá a ti también.
No tiene derecho ese Dios tuyo para hacer esto.
¿Cómo puedo creerlo bueno, más que los nuestros, si requiere estos sacrificios tan crueles? Tú me haces que lo odie y lo maldiga siempre más…
– Mi Dios no tiene necesidad de mi sangre y de tu llanto para triunfar. EL YA TRIUNFÓ. Pero tú sí tienes necesidad de llegar a la Vida Verdadera. Y también este inocente tiene que quedarse para conocerla.
Por la vida que me espera y por la alegría que él me ha dado, yo les obtengo la Vida que es verdadera, eterna, feliz. No. Mi Dios no enseña el desamor por los padres y por los hijos, sino el verdadero amor.
Ahora el dolor te hace delirar, padre. Pero después la luz se hará en ti y me bendecirás. Yo te la mandaré desde el Cielo.
– ¡LOCA! ¡PERDIDA! Pero ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¿Qué estoy diciendo? ¡Oh, Regina perdona! ¡Perdona a tu viejo padre al que el dolor enloquece! ¿Quieres que ame a tu Dios? Le amaré más que a mí mismo, pero quédate entre nosotros.
Di al magistrado que te doblegas. Después le adoraremos entre los dioses de la tierra. Después harás de tu padre esto que tú eres: seré cristiano. Te lo juro.
No te llamo más hija. Ya no seré tu padre, sino tu siervo y tu esclavo y tú serás mi señora.
Domina, ordena y yo te obedeceré. Pero ¡Piedad! ¡Piedad! ¡Sálvate mientras todavía puedes hacerlo! El tiempo ya se terminó.
Tu compañera ha dado a luz a su criatura. Yo lo sé y nada más falta la sentencia. Te será arrancado el hijo y no lo verás nunca más. Quizás mañana, quizás hoy mismo.
¡Piedad, hija! ¡Ten piedad de mí y de él, que no sabe hablar todavía! Pero ¿Lo ves cómo te mira y sonríe? ¡Cómo invoca tu amor!
¡Oh! Señora mía. Luz y reina de mi corazón. Luz y alegría de tu bebé, ¡Piedad! ¡Piedad!
Y se arrodilló y besó la orla de mi vestido. Y se abrazó a mis rodillas.
Buscó mi mano y la besaba, bañándola con sus lágrimas.
Y yo tenía la otra sobre mi corazón, mientras oraba y me contenía ante el más terrible ensañamiento humano.
Esta tortura era más feroz que cualquiera imaginada por el verdugo más brutal y despiadado.
Pero no me doblegué y le dije:
‘A este inocente no es que yo lo ame menos, ahora que estoy vaciada de sangre para nutrirlo.
Si la ferocidad pagana no se hubiera desatado contra nosotros los cristianos, yo sería para él una madre amantísima y él sería el motivo más precioso de mi vida.
Pero más que la carne nacida de mí, es más Grande mi Dios.
Y el amor que Él ha dado, ES INFINITAMENTE MÁS GRANDE. Posponer su amor, por el de una criatura… ¡¡¡No!!! ¡No!
Tampoco serás el esclavo de tu hija. Yo para ti soy tu hija y en todo obediente, fuera de esto: de renunciar al Verdadero Dios por ti.
Deja que el querer de los hombres se cumpla.
Y sí me amas, sígueme en la Fe. Y encontrarás a la hija tuya para siempre, porque la verdadera Fe da el Paraíso.
Mi Pastor Santo, ya me ha dado la bienvenida a su Reino.’
Y entonces tomé al niño que había dejado durmiendo sobre mi manto, saciado y contento. Después de besarlo suavemente para no despertarlo, lo consagré a Jesús.
Era mi corderito sacrificado junto conmigo, por la salvación de sus almas.
Y mojando mi dedo con mis lágrimas, también lo bendije, trazando una cruz sobre su frente, sobre sus manitas, sobre su pecho y sus piecitos.
Mi niño me sonrió como si sintiera mi ternura y la dulzura de mis caricias.
Luego se lo di a mi padre.
Entonces él me suplicó llorando:
– ¡No me hagas ser la vergüenza de los hombres! Piensa en tus hermanos, piensa en tu madre y en tu tía materna.
Piensa en tu hijito que no podrá sobrevivir sin ti. ¡Cambia tu decisión y no nos arruines a todos! ¡Ninguno de nosotros se atreverá a presentarse en público, si eres condenada!
Así hablaba mi padre, movido por su cariño.
¡Cuánta compasión me inspiraba mi pobre padre! ¡Pues él sería el único de mi familia, que no se alegraría con mi martirio!
Traté de consolarlo diciendo:
– Allá en el tribunal, sucederá lo que Dios quiera. Has de saber que nosotros no somos dueños de nosotros mismos, sino que pertenecemos a Dios.
Y él se retiró de mí desconsolado.
Otro día mientras estábamos almorzando, nos sacaron de repente para ser interrogados y llegamos al Fórum.
Había un gentío inmenso, subimos al estrado.
Mis compañeros fueron interrogados y confesaron su Fe.
Por fin llegó mi turno.
Bruscamente apareció mi padre con mi hijo en brazos y me arrastró fuera de la escalinata, suplicándome:
– ¡Compadécete del pequeño!
El procurador Emilio que tenía el Ius Gladii o poder de vida y muerte, insistió:
– Apiádate de las canas de tu padre y apiádate de la tierna edad del niño. Sacrifica por la salud del emperador.
Yo respondí:
– No sacrifico.
– ¿Eres cristiana?
– Sí. Soy cristiana.
Mi padre se mantenía firme en su intento de conmoverme.
Por eso Emilio dio orden de que lo arrojaran de ahí y hasta le pegaron con una vara.
Sentí los golpes a mi padre, como si me hubieran apaleado a mí…
¡Cuánta compasión me daba su infortunada vejez!
Entonces Emilio pronunció sentencia contra nosotros, condenándonos a las fieras. Y volvimos a la cárcel muy contentos.
Como el niño estaba acostumbrado a tomarme el pecho y a permanecer conmigo en la cárcel, enseguida envié al diácono Antonio a reclamarlo a mi padre. Pero mi padre no se lo quiso entregar. Entonces, gracias al Querer divino, ni mi niño extrañó los pechos, ni éstos me causaron ardor. De esta manera cesaron mis preocupaciones por la criatura y por el ardor de mis pechos.
A los pocos días, mientras estábamos en Oración, súbitamente se me escapó la voz y nombré a Vicente. Me quedé pasmada porque nunca me había venido a la mente, sino hasta ese momento.
Y sentí compasión al recordar cómo había muerto. También comprendí que yo era digna y que debía orar por él. Empecé a hacer mucha Oración por él y a gemir delante del Señor.
Seguidamente aquella misma noche tuve esta visión:
Vi a Vicente salir de un lugar tenebroso, donde también había muchos otros. Venía sofocado por el calor y sediento. Con un vestido sucio y rostro pálido. Llevaba en la cara la herida que tenía cuando murió.
Vicente era mi hermano carnal de siete años de edad. Murió de un cáncer tan terrible en la cara, que daba asco al mundo.
Yo hice Oración por él. Pero entre él y yo había una gran distancia, de tal manera que era imposible acercarnos el uno al otro.
Además en el mismo lugar en que estaba Vicente, había una piscina llena de agua, pero el borde estaba más alto que la estatura del niño. Vicente se estiraba como si quisiera beber.
Yo me afligía al ver la piscina llena de agua, pero con el borde demasiado alto para que pudiera hacerlo y beber hasta saciarse.
Entonces me desperté y comprendí que mi hermano estaba sufriendo, pero confiaba en que podría aliviar sus sufrimientos.
Por esto, oraba por él todos los días.
Hasta que fuimos trasladados a otra cárcel, porque debíamos combatir en los Juegos Militares, para celebrar el cumpleaños del César.
Y continué orando por él, día y noche, con gemidos y lágrimas para alcanzar la gracia.
El día que estuvimos en el cepo, tuve una nueva visión:
Vi el lugar que había visto antes y a Vicente limpio de cuerpo, bien vestido y lleno de alegría.
Donde antes tenía la llaga, vi solo una cicatriz. El borde de la piscina estaba más bajo y llegaba hasta el ombligo del niño. Sobre el borde había una copa de oro, llena de agua.
Vicente se acercó, bebió, pero la copa no se agotaba nunca.
Saciada su sed, se retiró del agua y se puso a jugar, gozoso, como lo suelen hacer los niños.
En esto me desperté y comprendí que ya no sufría.
Pocos días después James, encargado ayudante de la cárcel, empezó a tenernos gran consideración, por comprender que el Señor nos favorecía con su Gracia y permitió que mucha gente nos visitara, para confortarnos mutuamente.
Mientras tanto se aproximaba el día del espectáculo.
Mi padre consumido de pena, vino a verme y empezó a arrancarse la barba, a arrojarse al suelo y a pegarse en su rostro.
Maldecía sus años y decía tales palabras, que hubiera podido conmover a cualquiera.
¡Qué compasión sentía por su infortunada vejez! Pero mi Señor me sostuvo. Aumentó su fortaleza…
El día anterior a nuestro combate, tuve otra visión:
El diácono Antonio venía a la puerta de la cárcel y llamaba con fuerza. Yo salí y abrí. Venía vestido con túnica blanca, sin cinturón y llevaba chinelas muy elaboradas con variados colores.
Y me dijo:
– Regina, te estamos esperando. Ven…
Me tomó de la mano y empezamos a caminar por lugares ásperos y tortuosos. Por fin llegamos jadeantes al Anfiteatro.
Y Antonio me llevó en medio de la arena y me dijo:
– No tengas miedo. Yo estaré contigo y combatiré a tu lado.
Y se marchó.
Entonces vi a un gentío inmenso, pasmado.
Yo sabía que había sido condenada a las fieras, por eso me sorprendía que no las soltaran contra mí.
Entonces avanzó contra mí, un egipcio de aspecto repugnante, acompañado por sus ayudantes.
Ansioso de luchar conmigo.
Al mismo tiempo se me acercaron unos jóvenes hermosos, mis ayudantes y partidarios.
Me desnudaron y quedé convertida en varón.
Mis ayudantes comenzaron a frotarme con aceite, como se acostumbra en los combates.
Y frente a mí, vi al egipcio que se revolcaba en la arena.
Entonces sobrevino un hombre de extraordinaria grandeza. Tanta, que sobrepasaba la cumbre del Anfiteatro.
Llevaba una túnica flotante con un manto de púrpura, abrochado por dos hebillas en medio del pecho y calzado con chinelas de oro y plata.
Tenía una vara de lanista o entrenador de gladiadores y un ramo verde del que colgaban manzanas de oro.
Pidió silencio y dijo:
– Si el egipcio vence a la mujer, la pasará a filo de espada. Pero si ella vence al egipcio, recibirá este ramo.
Y se alejó.
Nos acercamos el uno al otro y empezamos un combate de pugilato.
Él trataba de sujetarme los pies y yo golpeaba su cara a puntapiés.
Entonces fui levantada en el aire y yo comencé a castigarle sin pisar tierra.
Cuando tuve un momento de respiro, junté las manos trenzando los dedos y aferré su cabeza.
Cayó de bruces y yo le aplasté la cabeza.
El pueblo me vitoreó y mis partidarios entonaron un canto.
Yo me acerqué al lanista y recibí el ramo.
Él me besó y me dijo:
– Hija. La paz sea contigo.
Radiante de gloria, me dirigí a la Puerta de los Vivos.
Entonces me desperté y comprendí que yo debía de combatir, no contra las fieras; sino contra el Diablo, pero estaba segura de la victoria.
Para este tiempo, Aiden el lugarteniente de la cárcel había abrazado la Fe.
La víspera de los Juegos tuvimos la última cena, llamada también ‘Cena de la Libertad’. Pero la convertimos en ‘Ágape’ o ‘Cena de la Fraternidad’.
Interpelaban a los curiosos con la acostumbrada intrepidez y los intimidaban con el Juicio de Dios.
Proclamaban la dicha de su martirio y se reían de los majaderos.
Lewis les decía:
– ¿No les basta el día de mañana para contemplar a los que detestan? ¿Hoy amigos, mañana enemigos?
Fíjense cuidadosamente en nuestros rostros para que nos puedan reconocer en el Día del Juicio.
Todos se retiraban de allí confundidos.
Y muchos de ellos se convirtieron…
Regina escribió éstas últimas frases, antes de entregar su escrito a Aiden:
– Hasta aquí relaté lo que nos sucedió la víspera del combate.
Si alguien quiere escribir el combate mismo, ¡Que lo haga!…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
76.- EL RECURSO DEFINITIVO
Las prisiones han quedado considerablemente vacías.
El pueblo está harto de sangre y empieza a manifestar cansancio y una alarma creciente, por los sucesos extraordinarios que envuelven la muerte de los condenados.
También temen a la venganza del Dios de los cristianos y al tifus que de las prisiones se ha extendido por la ciudad, pues cada día perecen más personas y todos están inquietos.
Y se preguntan si será necesario hacer sacrificios expiatorios para apaciguar al Dios Desconocido…
Porque si la ciudad fue incendiada por orden del César, a los cristianos se les ha estado castigando injustamente.
Pero por esa misma razón, el César y sus secuaces deciden ser más implacables en la Persecución y para calmar a la gente, ordenan nuevas distribuciones de trigo, aceitunas y vino.
El emperador en persona, asiste a las sesiones del Senado, para promover el bienestar del pueblo y de la ciudad.
Pero hacia los cristianos NO HAY ni siquiera una sombra de clemencia.
El Amo del Mundo se ha propuesto fortalecer la convicción de que tan implacables castigos sólo pueden haberse aplicado, a los verdaderos culpables del incendio; porque tienen una religión criminal.
En el Senado NO se escucha ninguna voz en favor de los cristianos, porque comprenden que es inútil y nadie quiere ofender al César.
Los muertos son entregados a los parientes, pues las leyes romanas no incluyen en su venganza a los cadáveres.
Marco Aurelio siente un triste consuelo al pensar en que si Alexandra muere, él podrá sepultarla en la tumba de su familia y descansará a su lado.
Lo único que desea es encontrar los medios que le permitan verla, pues ya no abriga la menor esperanza de salvarla.
Entonces recuerda que David entraba y salía de la cárcel Mamertina como fosor. Y decidió hace lo mismo que él.
El encargado de las fosas pútridas fue sobornado y le admitió entre los esclavos a quienes mandaba a buscar cadáveres.
Es poco probable que le reconozcan, pues lo protegen las sombras de la noche, su vestimenta de esclavo y hay poca luz dentro de la prisión
¿Quién se imaginaría que un patricio, nieto de un senador e hijo de un cónsul, pueda andar revuelto entre los esclavos, conduciendo cadáveres y expuesto a los miasmas de los calabozos y las fosas pútridas?
Y empezó para el tribuno una faena a la cual solo se ven obligados algunos hombres… ya sea por su esclavitud o por su pobreza extrema.
Por la noche se vistió con alegría su traje de sepulturero. Se cubrió la cabeza con un paño empapado en trementina.
Y con el corazón palpitante de ansiedad de dirigió junto con los demás, al Esquilino.
La guardia pretoriana revisó sus pases a la luz de la linterna.
Y los dejaron pasar.
Después de atravesar las enormes puertas de hierro…
Marco Aurelio se encontró en un amplio sótano abovedado, al cual siguen muchos más…
Unos cirios que dan muy poca luz, alumbran el interior de cada uno.
Algunos presos duermen pegados junto a las murallas.
Otros están sentados en el suelo, con los codos apoyados sobre las rodillas, orando o meditando.
Algunas madres acunan a sus hijos dormidos, otros beben agua de pequeñas ánforas.
En los ángulos, hay enfermos que son atendidos por los más sanos.
El pensar que Alexandra está en medio de tanta miseria y sufrimiento, le oprimió el corazón…
Y aumenta su deseo de encontrarla pronto.
En ese momento oye al encargado de las fosas pútridas…
Que dice:
– ¿Cuántos cadáveres tenéis hoy?
El encargado de la prisión contestó:
– Como una docena. Pero habrá más antes del amanecer, pues algunos están agonizando junto a las murallas.
Se escuchan entonces las voces de dos carceleros:
– Estoy harto de custodiar a estos perros.
– Mi trabajo no es mejor que el tuyo.
Y se queja de que algunas mujeres no se quieren separar de sus hijos muertos y han tratado de ocultarlos.
Este diálogo le recordó a Marco Aurelio la urgencia de encontrar a Alexandra.
Los sótanos están comunicados por pasadizos hechos recientemente…
Y los fosores solo pueden pasar cuando hay muertos que transportar.
Al tribuno se le encoge el corazón al pensar que puede perder el privilegio tan penosamente alcanzado…
Pero felizmente su jefe vino en su auxilio:
– La infección se propaga más por medio de los cadáveres.
Es necesario sacar los muertos inmediatamente si no queréis morir junto con los presos.
El Decurión responde:
– Somos solo diez guardias para todos los sótanos y es necesario que durmamos.
– Dejaré aquí cinco de mis hombres, quienes recorrerán los sótanos durante la noche, para que recojan a todos los que vayan muriendo.
– Si haces eso, beberemos juntos mañana.
Sólo que es necesario someter todo cadáver a la prueba:
Hemos recibido la orden de atravesarles el cuello, antes de mandarlos a las fosas pútridas. El centurión encargado, supervisa.
– Muy bien. Entonces mañana beberemos juntos.
Y enseguida escoge cinco hombres, Marco Aurelio entre ellos.
Y les dice:
– Ya oyeron. Antes de sacar el cadáver, le avisan al centurión de los pretorianos.
Y se lleva a los demás, para que saquen los cadáveres que ya están listos para ser retirados.
Marco Aurelio respira aliviado.
Ahora por lo menos está seguro de que podrá encontrarla.
Examinó cuidadosamente el primer sótano.
Vio a los que junto a las paredes duermen envueltos en sus mantos.
Y algunos enfermos graves que son velados con mucho amor…
Pero Alexandra no está aquí. Ni en el segundo. Ni en el tercero…
Los guardianes instalados en los corredores también duermen.
El único sonido que se escucha es el murmullo de los que están despiertos y hablan en voz baja.
Marco Aurelio llega al cuarto sótano que parece ser el más pequeño y levantando la linterna, se estremece de alegría.
Porque cerca de una abertura enrejada que hay en la muralla, le pareció ver la gigantesca silueta de Bernabé…
Se acerca con cuidado y le dice:
– La paz sea contigo. ¿Eres tú, Bernabé?
El gigante se sorprende…
Volviendo la cabeza, pregunta:
– Y también contigo. ¿Quién eres?
Marco Aurelio a su vez, cuestiona:
– ¿No me conoces, hermano mío?
– ¿Cómo quieres que lo haga, si apenas te veo?
Pero Marco Aurelio ve a Alexandra recostada cerca de la pared y envuelta en un manto.
Y sin decir nada más, se arrodilla junto a ella.
Entonces Bernabé lo reconoció…
– ¡Alabado sea Jesucristo! Eres tú…
Marco Aurelio contesta con voz trémula:
– Eternamente lo sea…
Marco Aurelio la contempla por un laguísimo momento…
Y las lágrimas se deslizan por sus pálidas mejillas.
A pesar de la oscuridad distingue su rostro, iluminado por la luz de la luna que se filtra a través de la pequeña abertura.
La ve tan pálida, que parece de alabastro.
Su amor se desborda, pero no se atreve a tocarla.
Siente tanta piedad, respeto, adoración…
Que sin poder contenerse, inclina su cara hasta el suelo…
Y luego acerca sus labios a la cabeza de la que para él, es lo más amado en el mundo.
Bernabé contempla largo tiempo al tribuno en silencio…
Y finalmente tirando de su túnica.
Le preguntó:
– ¿Vienes a salvarla?
El joven militar se levanta.
Y controlando sus emociones dijo al fin:
– Indícame los medios.
– Creí que tú los habías encontrado. Solamente uno me ha venido a la cabeza.
Y al decir esto mira el enrejado que hay en la muralla, en la abertura por la cual le vio Marco Aurelio.
Y agregó:
– Por allí. Pero habrá soldados afuera…
– Un centenar de pretorianos.
– ¿Entonces no podríamos pasar?
– ¡NO!
El Parto se llevó la mano a la frente con desaliento…
Y preguntó:
– ¿Cómo llegaste hasta aquí?
– Tengo un pase de entrada como fosor de las fosas pútridas…
Se para en seco.
Una idea como un relámpago ilumina su semblante…
Y dice con precipitación:
– ¡Ya sé!… Me quedo en su lugar. Que ella tome mi pase. Puedo darle mi traje.
Entre los esclavos hay muchachos jóvenes. Los pretorianos no se fijarían en el cambio.
Y una vez que ella se encuentre en la casa de Petronio, ella estará a salvo.
Pero Bernabé NO comparte su entusiasmo…
Deja caer la cabeza sobre el pecho.
Y dice con consternación:
– Ella no consentirá, porque te ama. Y además está enferma e imposibilitada para levantarse.
Si ni tú, ni el noble Petronio habéis podido sacarla de la prisión. ¿Quién podría?
– Solamente Dios.
– Cristo hubiera podido salvar a todos los cristianos.
Y el parto con sencillez, agregó:
– Pero si NO lo ha hecho y seguimos aquí… Es porque ha llegado la hora del Martirio y de la Muerte.
Marco Aurelio se arrodilla nuevamente junto a su joven esposa.
Alexandra abre los ojos y pone su mano ardiente por la fiebre, en el brazo de él.
Mientras le dice con infinita ternura:
– Te veo, Marco Aurelio. Sabía que vendrías.
El tomó su mano y llevándola a los labios, murmuró:
– He venido… ¡Alexandra adorada! –y no dijo más porque siente su corazón acongojado…
Y NO quiere aumentarle sus penas.
– Marco, estoy enferma y voy a morir. En la cárcel o en la arena… ¡He orado tanto al Señor, pidiéndole que me dejara verte por última vez!…
¡Y has venido, amor mío!… Jesús escuchó mi plegaria.
Marco Aurelio fue incapaz de contestarle y solo estrechó a la joven contra su corazón…
Ella continuó:
– Yo te vi a través de la ventana del Tullianum. ¡Y supe que sentías lo mismo que yo!
Porque estamos unidos en el mismo anhelo.
¡Bendito sea Dios que nos ha permitido despedirnos!…
Me voy con Él, al Cielo Marco. Pero te amo y te amaré eternamente.
El tribuno consiguió dominarse.
Ahogó heroicamente su inmenso dolor y lo entregó a Jesús.
Inmediatamente sintió la Paz que le ayudó a hablar con serenidad…
Y firmeza:
– ¡No, Alexandra mía! ¡Tú no morirás!
Jesús me preguntó que si confiaba en Él… Y yo confío en Él. Yo tengo Fe y le estoy pidiendo a Dios un milagro.
Ya agoté todos los recursos humanos. Y es Nerón el que te mantiene aquí.
Pero yo creo que nuestro Dios es Todopoderoso y el poder del emperador, es polvo junto a Él.
¡Si tú supieras las cosas que hemos visto últimamente!…
Alexandra lo interrumpió:
– ¡Oh, Marco! El mismo Cristo le dijo al Padre: ‘Aparta de mis labios este amarguísimo cáliz, pero NO se haga mi voluntad, sino la tuya…’
Y lo apuró. Cristo murió en la Cruz y millares de confesores están muriendo ahora por Él
¿Por qué tendría que exceptuarme a mí? ¿Quién soy yo, Marco?
Al propio Pedro le he oído decir que él también morirá martirizado…
Y cuando pedimos el Bautismo, sabemos que estamos pidiendo el Martirio.
Cuando los pretorianos nos arrestaron, tuve miedo a la tortura y a la muerte. Pero ya NO les temo. Mira qué terrible prisión es ésta. También es dulce sufrir por Jesús.
El Dolor es temporal, pero yo voy al Cielo. Piensa que aunque el César reina aquí y es malo y cruel con nosotros; allá Reina el Redentor Bueno y Misericordioso. Allá NO hay sufrimiento, ni tortura, ni muerte.
Tú me amas como yo te amo. Piensa cuán feliz voy a ser, ¡Oh, mi adorado Marco!
En la Casa de nuestro Padre, en donde yo te estaré esperando. Piensa que allá estaremos juntos y felices por toda la Eternidad.
Se detiene para tomar aliento y tomando en sus manos el rostro de él, le besa dulcemente en los labios.
Y en aquellas manos varoniles tan fuertes…
Y ¡Tan amadas!…
Suspira profundamente y dice:
– ¿Marco Aurelio?
– Dime, amor mío…
– No llores por mí. Ten esto presente: esto NO se acaba aquí. Es muy poco el tiempo que hemos vivido y NI siquiera hemos podido hacerlo juntos. Pero Dios nos unió.
Aunque NO hemos consumado nuestro matrimonio, somos una sola alma. Y le diré a Jesús que aún cuando mi muerte te causó mucho dolor, tú NO blasfemaste contra Él, NI te alejaste de Él.
Veré con alegría que tú acataste su Voluntad y seguiste amándolo cada día más. Porque nos uniremos con Él en la eternidad… y Él me dejará venir por ti… Porque le amarás ¿No es así?
Y sufrirás con paciencia mi ausencia. ¡Te amo tanto y deseo estar contigo en el Cielo! –le faltó de nuevo el aliento y luego dijo en voz baja- ¡Prométeme esto, Marco!
Marco Aurelio la abrazó temblando…
Y llorando silenciosamente.
Luego dijo con voz clara y firme:
– ¡Claro que te lo prometo, amor mío!
El rostro de Alexandra se volvió radiante…
Y murmuró con deleite, en su voz vibrante de felicidad:
– ¡Soy tu esposa!
Y los dos al mismo tiempo, empezaron a orar el ‘Pater Noster’…
Por espacio de tres noches, nada turbó la paz de los amantes esposos.
Cuando terminaba la faena diaria de la cárcel, la cual consistía en separar a los enfermos graves…
Marco aurelio oraba por ellos y los confortaba.
Y una vez que los guardias se iban a dormir en los corredores, el joven tribuno entraba en el sótano de Alexandra y permanecía con ella hasta rayar el alba.
Ella apoyaba su cabeza en el pecho de Marco Aurelio y ambos hablaban en voz baja: del amor y de la muerte.
Él le contó los prodigios que hizo el Señor en las mazmorras de Calígula, la noche del banquete truncado.
La valentía de Margarita y su martirio…
También lo sucedido con Prócoro en los jardines imperiales: su acusación al César y su martirio.
En pensamientos y palabras. En deseos y esperanzas…
Sin darse cuenta ellos mismos, se fueron desprendiendo más y más de la Existencia.
Y parecían dos navegantes que partían en un viaje hacia el infinito, pues sus almas gemelas se unieron en tal forma tan íntima y espiritualmente, por aquel amor recíproco que se tenían a través de Dios…
Hasta que ese amor humano divinizado, maduró y se convirtió e un amor perfecto.
Tan fuerte y tan grande, que los llena de plenitud y de una dicha incomparable.
Y los dejó listos para emprender el vuelo hacia lo eterno…
Solo por momentos hay en el corazón de Marco Aurelio oleadas de Dolor que lo sumergen como torbellinos…
Pero ora y los entrega a Jesús.
Y enseguida vuelve aquella Paz inalterable…
También hay relámpagos de esperanza que le hacen vislumbrar aquel milagro tan anhelado…
Llamaradas de confianza nacidas de su amor y de su Fe en el Dios Crucificado.
Sus almas se han desprendido de las vanidades del mundo y de todo lo terrenal…
Y aceptan apaciblemente la Voluntad de Dios, en todo lo que el destino les tenga reservado.
En la mañana, cuando sale de la prisión y regresa a la casa de Petronio, le parece estar soñando…
Todo se ha vuelto tan extraño y distante, que es como si él mismo ya no perteneciese a este Mundo.
La tortura ha dejado de ser terrible…
Su espíritu se ha fortalecido. Y ahora comprende por qué los mártires soportan todo con ese heroísmo extraordinario.
Él mismo siente esa fortaleza y la alegría de tener a Dios consigo…
Pablo les envía la Eucaristía.
¡Cómo anhelan los cristianos esa Sagrada Comunión!
En ella está el secreto de su heroísmo…
Y en Marco Aurelio le ayuda a llevar su martirio moral y espiritual, con más entereza cada día.
Todas las prioridades de su vida han cambiado.
A los dos amantes esposos, les parece que la eternidad ha comenzado a recibirlos.
Bajo el imperio del terror y de la muerte. En medio de la amargura y del sufrimiento.
En el fondo de aquel sombrío calabozo, se ha abierto el Cielo para ambos; pues ella ha tomado a su esposo de la mano y le ha llevado como un ángel salvador, hacia la Fuente de la Vida.
Aprendió, con la sabiduría y los dones del Espíritu Santo, a conocer y a amar a Dios como jamás lo creyó posible.
Y su Fe y su amor crecieron en una forma impresionante.
Al ser sostenidos solamente POR EL PODER DE DIOS.
Y ambos dicen con Adoración: “HÁGASE TU VOLUNTAD” con un ímpetu nacido desde lo más profundo de su corazón…
En el crisol de esta prueba tan dolorosísima, ahora ambos anhelan ardientemente el Cielo.
Por su parte, Petronio ha observado que su sobrino pasa las noches fuera de casa.
Y pensó que tal vez ha ideado un nuevo plan para liberar a Alexandra, de la cárcel del Esquilino.
Pero se abstiene de preguntarle por temor de arruinarle sus proyectos.
Aunque no logra adivinar como podría ser esto posible.
Porque este escéptico de tan exquisito buen gusto, con los últimos acontecimientos ya no sabe qué pensar…
Su fracaso en el intento de liberar a la joven de la prisión Mamertina, le quitó seguridad en sí mismo y en su buena estrella.
Duda mucho de que tengan éxito las nuevas tentativas de Marco Aurelio.
La prisión del Esquilino no es tan terrible como el viejo Tullianum, cercano al capitolio.
Pero está cien veces mejor custodiada.
Petronio comprende que Alexandra ha sido conducida allí, sólo para que no muera y escape del Anfiteatro.
Petronio piensa con una gran preocupación:
– Es evidente que tanto el César como Tigelino, la han reservado para un espectáculo especial, más horrendo que los anteriores.
Y Marco Aurelio tiene ahora más probabilidades de perderse a él mismo en su nuevo proyecto, que de salvar a Alexandra.
Y al mismo tiempo, este gran augustano está estupefacto, porque nota ahora en el semblante de su sobrino, una Paz y una Alegría que NO había tenido nunca.
Piensa que tal vez verdaderamente el tribuno ha encontrado el medio para rescatar a su esposa.
Y se siente mortificado de que el joven no le haya confiado nada.
Al cuarto día, incapaz de contenerse por más tiempo,
le dijo:
– Ahora tienes otro aspecto. No trates de ocultarme tus secretos pues bien sabes que tengo voluntad y medios para apoyarte. ¿Has dispuesto algo?
Marco lo mira con una expresión indefinible..
Y luego declara:
– Sí. Pero tú no puedes ayudarme. Después de que ella muera, confesaré públicamente que soy cristiano y me reuniré con ella.
– ¿Entonces ya no abrigas ninguna esperanza?
– Por el contrario. Las abrigo todas. Cristo nos unirá eternamente y ya no volveremos a separarnos jamás.
Petronio empezó a pasearse por el atrium.
Y en su semblante se reflejan la desilusión y la impaciencia…
Finalmente dijo:
– Tu Cristo no hace falta para eso. El Thanatos (La muerte) nuestro, te puede prestar el mismo servicio.
Marco Aurelio sonrió con cierta tristeza…
Y con resignada fortaleza, dijo:
– No querido mío. Tú no puedes comprender… Si alguna vez te decidieras a ser cristiano, entonces tal vez…
Pero ahora… Ni puedo explicártelo, ni tú podrías entenderlo. Perdóname, necesito ir a ver a Alexandra.
Y salió.
Dejando a Petronio más confundido que nunca.
Se dirigió apresuradamente a recoger su pase.
Pero lo esperaba una contrariedad.
El encargado se lo negó, diciendo:
– Lo siento. He hecho por ti cuanto me ha sido posible, pero ya no puedo seguir arriesgando mi vida.
Han reforzado la guardia con oficiales. Los calabozos están llenos de soldados. Si llegan a reconocerte, mis hijos y yo estamos perdidos.
Marco Aurelio comprende que es inútil insistir.
No obstante abriga la esperanza de que los soldados que antes le han visto entrar, le admitan sin presentar el pase. Llegada la noche se disfrazó como de costumbre y fue a la prisión.
Pero aquel día los pases fueron examinados con mayor cuidado.
Y lo peor…
Julio Vindex, soldado muy estricto y que pertenecía a la guardia personal del César, lo reconoció…
Pero se movió a compasión por el infortunio del augustano.
Y en lugar de golpear con su lanza el escudo, para dar la alarma.
Condujo aparte al tribuno y le dijo:
– Señor, regresa a tu casa. Sé quién eres y no quiero tu ruina, por eso guardaré silencio.
No puedo dejarte pasar. Regresa por donde has venido y quieran los dioses suavizar tu dolor.
Y Marco Aurelio emprendió el regreso con un nuevo dolor en el corazón…
Al día siguiente el cónsul Lucio Calpurnio Víndex, junto con el senador Flavio Escevino, visitaron a Petronio.
El cónsul estuvo conversando con él, acerca de los aciagos tiempos que están viviendo y del César.
Vindex se expresó con tan abierta franqueza, que Petronio se mostró cauteloso y prudente, aún cuando lo considera un buen amigo.
Éste se quejó de estar llevando una existencia llena de locura e injusticia.
Teme que todo aquello termine en una tragedia peor que el Incendio de Roma, ya que los mismos augustanos están descontentos y asustados con todo lo que ha sucedido, con el asunto de los cristianos.
Que Vinicio, el Segundo Prefecto de los Pretorianos, no está de acuerdo con las infames órdenes de Tigelino.
Y que todos los parientes de Séneca están muy consternados por la conducta del César con su antiguo maestro, así como con el mismo Lucano.
Finalmente aludió al descontento que hay entre el pueblo y aún entre los mismos pretorianos, cuya lealtad en su mayoría, se está ganando el mismo Vinicio.
Petronio le preguntó:
– ¿Por qué me estás diciendo todo esto?
Calpurnio contestó:
– En interés del César. Tengo un sobrino entre los pretorianos que también se llama como yo y por él, sé lo que pasa en el campamento.
El disgusto aumenta también allí. Calígula enloqueció y tú sabes lo que le pasó con Casio Queroneo. Él fue el que liberó al mundo de un monstruo.
– ¿Lo que estás tratando de decirme es que aunque no apruebas a Casio Queroneo, necesitamos más hombres como él?
En lugar de contestar, Calpurnio cambió el tema y empezó a elogiar a Pisón.
Exaltando su familia, su nobleza de espíritu, todas las cualidades de su carácter, su intelecto, su ecuanimidad y su simpatía.
Y agregó:
– El César no tiene descendencia y todos creen que Pisón será su sucesor y además, le miran con agrado. Fenio Rufo, le ama. Hay muchos que le son adictos y morirían por él. Puedo proporcionarte todos los nombres.
– No es conveniente que lo hagas.
– Muchos simpatizan con los cristianos y están en contra de la Persecución que se les hace a esos infortunados.
Esto debiera ser para ti una cualidad que te predispusiera en su favor, pues a ti también te importa que se acabe esta locura.
– No a mí, sino a Marco Aurelio.
Por consideración a él, quisiera yo salvar a cierta doncella.
Pero no puedo, pues ya he perdido el favor de Enobarbo.
Calpurnio se extrañó:
– ¿Cómo puedes decir eso? ¿Acaso no has notado que el César te busca nuevamente y empieza a conversar contigo otra vez?
Petronio respondió:
– Te diré por qué. Se está preparando para la expedición a Acaya, donde piensa cantar en griego sus himnos.
El senador:
– Arde en deseos de emprender el viaje, pero en realidad les teme a los griegos.
Calpurnio:
– Piensa que allá le espera el más grande triunfo o el peor de los fracasos.
El senador Escevino exclamó:
– ¡Por supuesto! Necesita un buen consejo y él sabe que nadie puede dárselo mejor que tú.
– Eres su director artístico. Esa es la razón por la que estás empezando a recuperar su favor.
Petronio replicó sereno:
– Lucano podría ocupar mi lugar.
Los dos opinaron:
– Barba de Bronce aborrece a Lucano. Está lleno de envidia hacia él.
– En lo íntimo de su ser ya tiene decretada su sentencia de muerte.
Y Calpurnio agregó:
– El poeta ya está condenado, solo está buscando el pretexto.
Petronio se defendió:
– ¡Por Zeus! Es muy posible que yo pudiera tener otro medio para recuperar pronto su favor.
– ¿Cuál?
– Repitiendo a Barba de Bronce todo cuanto acabas de decirme.
Calpurnio palideció y exclamó alarmado:
– ¡Yo no he dicho nada!
Petronio puso una mano en el hombro del cónsul,
Y dijo:
– Tú has llamado loco al César. Has previsto la sucesión de Pisón y has dicho: ‘Lucano comprende la necesidad de apresurar las cosas’ ¿Qué cosas quieres tú apresurar, caro amigo?
Calpurnio se puso todavía más pálido…
Y por un instante los dos se miraron a los ojos.
Luego exclamó:
– ¡Tú no lo repetirás!
– ¡Por Zeus! No lo repetiré, es verdad. ¡Qué bien me conoces!
No puedo repetir lo que no he oído y por otra parte ¡Tampoco quiero oír! ¿Me entiendes?
La vida es demasiado corta para que en ella encuentre tiempo, para iniciar empresa alguna que valga la pena.
Lo único que te pido es que saliendo de aquí visites a Tigelino y converses con él un tiempo igual al que has utilizado para hablar conmigo, acerca del tema que mejor te plazca.
– ¿Por qué?
– Si alguna vez Tigelino me llega a decir: ‘Calpurnio estuvo contigo’
Yo quiero poder contestarle, ‘También estuvo contigo ese mismo día.’
Calpurnio al escuchar estas palabras, rompió su bastón de marfil que traía en la mano.
Comprendió la sabiduría y la astucia que encerraban…
Y dijo:
– ¡Reniego de ese bastón! Iré a ver a Tigelino hoy mismo y después iré a la fiesta del César. Supongo que también irás tú…
Petronio lo miró sin contestar.
Y el otro se despidió:
– En todo caso, adiós.
Escevino se despidió diciendo:
– Volveremos a vernos hasta que nos encontremos en el Anfiteatro.
Y Calpurnio:
– En donde se presentarán pasado mañana, los últimos cristianos. ¡Hasta entonces!
Los dos distinguidos visitantes se fueron muy apresurados.
Cuando Petronio se quedó solo…
Se repitió en voz alta:
– ¡Pasado mañana!… ¡No hay tiempo que perder!
Y decidió intentar el último recurso…
En el Banquete, el César habló con Petronio de Acaya y de las ciudades que visitarán en su gira artística.
Los que le preocupan más son los atenienses…
Y Petronio se dio cuenta de que les teme.
Nerón tiene un verdadero pánico escénico y dijo:
– Creo que no he vivido hasta ahora y me imagino que voy a nacer solamente en Grecia.
Petronio le contestó:
– Allá vas a nacer a una nueva gloria y a la inmortalidad.
– Confío en que esto sea cierto y que Apolo no se muestre envidioso. Si de allí regreso triunfante, le he de ofrecer una hecatombe, como antes no la haya tenido ningún otro Dios.
El barco ya está listo en Nápoles. Quisiera partir mañana mismo, si fuera posible.
Al oír esto, Petronio se levantó. Y mirando fijamente a Nerón,
Dijo:
– ¡Oh, divinidad! Permíteme celebrar entonces una fiesta nupcial, a la que te he de invitar a ti, antes que a todos los demás.
– ¿Una fiesta nupcial? ¿Qué fiesta nupcial?
– La de mi sobrino Marco Aurelio con aquel rehén tuyo: la hija del rey Artabán. Ella está actualmente en una prisión pero por su calidad de rehén, no puede estar sujeta a encarcelamiento.
Además, tú mismo dispusiste que Marco Aurelio se uniese a ella en matrimonio y siendo tus sentencias inmutables como las de Zeus, tú has de ordenar que salga de la prisión y yo la entregaré a tu elegido.
La sangre fría y la tranquila seguridad en sí mismo, con que Petronio habló, dejó perplejo a Nerón.
Y bajando los ojos dijo:
– Ya sé. He pensado en ella y en aquel gigante que mató a Atlante.
Petronio contestó con firme tranquilidad:
– En ese caso ambos están salvados.
Pero Tigelino intervino rápidamente en ayuda del César diciendo:
– Ella está en prisión por voluntad del César. Y tú mismo has dicho ¡Oh, Petronio! Que sus sentencias son inmutables.
Todos los presentes conocen la historia de Marco Aurelio y de Alexandra. Y saben exactamente de qué se trata.
Así pues, se hizo un profundo silencio, esperando el resultado final de esta conversación.
Petronio replicó enfático:
– Ella está en una prisión contra la voluntad del César y a causa de un error tuyo, nacido de tu ignorancia de la Ley de las Naciones.
Tú eres un necio, Tigelino. Pero aún así, no serás tan tonto como para afirmar que ella incendió a Roma. Esa acusación nadie te la aceptará.
Pero Nerón ya se recuperó de la sorpresa.
Y entrecerrando sus ojos miopes con una cruel malicia, dijo:
– Petronio tiene razón.
Tigelino lo miró sorprendido…
– Petronio tiene razón. – repitió.
Y agregó sentenciando:
– Mañana serán abiertas para esa joven, las puertas de la prisión.
Y en cuanto a la fiesta nupcial, hablaremos de ella al día siguiente de nuestra fiesta en el Anfiteatro.
Petronio suspiró…
Y pensó:
– He perdido nuevamente.
Y al llegar a su casa se sintió tan deprimido y tan seguro de que ya llegó el fin para Alexandra…
Que mandó al Anfiteatro a uno de sus libertos, para negociar con el jefe del spolarium, la entrega del cadáver de la joven.
Para poder después entregárselo a Marco Aurelio…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
75.- LA ÚLTIMA LLAMADA…
Prócoro vaga por los jardines sin saber qué hacer, ni a donde ir. Se siente impotente, débil, viejo y enfermo.
Tropieza con despojos humanos parcialmente quemados. Contra antorchas todavía encendidas, de las cuales brotan chispas.
Como animal acorralado mira hacia todos lados, con ojos extraviados.
Los jardines están casi totalmente en tinieblas.
Sólo la luna ilumina y vuelve más macabros los cadáveres carbonizados.
Finalmente regresa a la fuente, al lado donde estuviera el poste que fuera el patíbulo de Mauro.
Y allí se arrodilla llorando con profundo dolor.
Entonces siente que una mano le toca el hombro y al volverse ve a un desconocido,
Al que le pregunta aterrorizado:
– ¿Quién eres tú?
El bondadoso anciano le contesta:
– Pablo de Tarso.
El griego sollozando dice:
– ¡Oh! ¡Eres tú!… ¡Estoy condenado! ¿Qué deseas?
El apóstol le contesta con inmensa compasión:
– Salvarte.
Prócoro se apoyó contra un árbol…
Y dijo completamente desconsolado:
– Para mí ya no hay salvación.
– ¿Acaso no has oído sobre el ladrón crucificado del que Jesús tuvo compasión?
Prócoro gritó llorando:
– ¡Pero tú no sabes lo que yo hice!…
– Fui testigo de tus sufrimientos. Y escuché la declaración de la verdad.
– ¡Oh, Dios!…
– Y si un siervo de Cristo, en la hora del martirio y de la muerte ha perdonado tus agravios,
¿Por qué no habrá de perdonarlos el Mismo Cristo?
Prócoro se tomó la cabeza con las manos, en un ademán desesperado…
Y exclamó:
– ¡Oh! ¡Si Él quisiera perdonarme!
¡Perdón para mí!… ¡Perdón…! –y su llanto aumentó.
– Nuestro Dios es un Dios de Amor y Misericordia. Su Infinita Bondad supera con su Gracia nuestros errores, cuando tenemos arrepentimiento.
Prócoro repitió asombrado y con inmenso dolor:
– ¿Perdón para mí?
– Apóyate en mí y acompáñame.
Pablo lo lleva consigo hasta una banca de mármol.
Y se sientan envueltos por el silencio de la noche y el rumor del agua de la fuente.
El Apóstol repite:
– Nuestro Dios es un Dios de Misericordia. Si te pusieras a la orilla del mar a echar guijarros, ¿Podrías llegar a colmar sus profundidades?
Pues en verdad te digo que la Misericordia de Dios es como el océano y en su Sangre Preciosísima se lavan nuestras culpas.
Los delitos y los pecados de los hombres, Él los hunde como guijarros en el Mar de su Misericordia. Cristo es nuestro Salvador.
Tú has sufrido y te arrepentiste al pie del patíbulo de Mauro.
Cristo ha sido testigo de tu abatimiento.
Y sin pensar en lo que te pudiera suceder, declaraste la verdad y Cristo no ha olvidado tus palabras.
Lo importante es el arrepentimiento. Cuando éste es verdadero, Dios perdona.
Yo soy el hombre que aborrecía a Jesús y persiguió a sus seguidores.
Yo también fui verdugo de los cristianos. A Jesús no le conocía y tampoco le amaba.
Yo no creía en Él, hasta el día que se me manifestó en el Camino de Damasco, cuando iba decidido a destruir a sus elegidos.
Desde ese bendito día, Él ha sido para mí la Misericordia. Ahora te está llamando a ti.
Sí le odiaste, cuando Él te amaba. Si le perseguiste en los que Él amaba.
Si le destruiste en sus confesores, Él te amaba y te sigue amando.
Más ahora, porque con tu arrepentimiento, Él quiere perdonarte y salvarte.
Un inmenso dolor laceró hasta lo más profundo del alma y el corazón de Prócoro y al mismo tiempo renació la esperanza.
¡ÉL PODÍA SER PERDONADO!
Él, que se siente culpable de la muerte de todos y cada uno de aquellos benditos mártires, que por una venganza estúpida, había crecido como una avalancha…
¡Destruyendo la vida de tantos millares de inocentes!
Y un sollozo que parece ahogarlo, agita el pecho de aquel infortunado ser humano…
Que fue el instrumento perfecto para detonar la venganza de Satanás: el Verdadero Verdugo y Destructor de la Iglesia.
Pero Pablo sí pudo llegar a aquella alma.
El arrepentimiento con sus lágrimas humildes, es el primer lavado de las almas.
Pablo vio el dolor lacerante de aquel miserable y recordó su propia y dolorosísima experiencia…
Después de un largo momento, dijo:
– Cristo me acercó a ti. Él me ha ordenado que agrupe a las almas en nombre del Amor y yo estoy siempre a su servicio.
Tú te consideras condenado, más yo te digo: cree en Él y te salvarás.
Tú piensas que él te odia por tu gran pecado y por todos los demás pecados que ahora te abruman, pero yo te repito que en Él no hay otra cosa,
Más que Amor para ti EL TE AMA TAL COMO ERES EN ESTE MOMENTO.
Antes de que yo le poseyera, en mí solo había maldad, la cual vivía en mi corazón y me impulsaba en mis obras.
Ahora Jesucristo es para mí, todo. Y sólo en Él, está el refugio y el consuelo.
Él solo ve tu pesar por el daño que has causado y tu aflicción inconsciente aunque tú no lo sepas, por el daño a tu propia alma.
Haz a un lado tus temores y levanta tu cara.
Si tú lo quieres, Jesucristo te perdona y te eleva hasta Sí.
Prócoro se ha llenado de esperanza….
Y exclama:
– ¡Sí! Si lo quiero. ¡Quiero su Perdón!…Quiero su perdón… –y llora como un niño.
Pablo lo toma de la mano y lo conduce hasta la fuente, cuyos plateados raudales brillan con sus reflejos a la luz de la luna, que como una pequeña cuña, apenas ilumina aquel lugar.
Reina el silencio y los jardines están vacíos.
Prócoro se arrodilla sin dejar de llorar, junto al lugar donde estuvo el poste donde Mauro fue martirizado.
Mientras tanto Pablo ora en silencio, con sus manos levantadas hacia el cielo estrellado.
Y luego con el rostro radiante y como obedeciendo a una orden recibida, se dirige a la fuente.
Bendice el agua y con el hueco de sus manos, toma un poco y la derrama sobre el viejo que llora inconsolable.
Y dice con voz solemne:
– ¡Prócoro, yo te bautizo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! Amén.
El griego levanta los brazos.
Continúa arrodillado y ora por largo rato, en silencio y con el rostro bañado por sus lágrimas…
Enseguida Pablo saca de entre sus ropas, una bolsa de precioso paño que contiene el Pan consagrado.
Y partiendo un pedazo ora, la da al griego…
Y pronuncia las palabras de la Comunión:
– Este es el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Dios que se hizo Hombre y murió para salvarte… Convirtiéndose en Alimento para sus confesores…
Prócoro levanta su cara bañada en llanto…
Y recibiéndola en la boca contesta:
– Bendito sea su Santo Nombre. Yo lo recibo… Amén
A continuación se postra con el rostro en tierra y ora en silencio.
Pasa el tiempo y se escucha el canto de los gallos.
Entonces Prócoro pregunta con voz trémula:
– ¿Qué debo hacer antes de morir?
Pablo le contesta contundente:
– Ten Fe y atestigua la Verdad.
El griego le toma la mano al apóstol y se la besa.
Luego se levanta y los dos salen juntos. En el camino se separan y se van por diferentes rumbos.
Cuando Prócoro llega a su casa, antes de entrar, los pretorianos lo arrestan y lo llevan al palacio de Tiberio.
El César se retiró a descansar, pero Tigelino lo está esperando…
Y al verlo sentenció:
– Has cometido un crimen de lesa majestad. De esta traición, no podrás escapar al castigo.
Pero si declaras mañana en el Anfiteatro, que estabas borracho y trastornado.
Y que los autores de la conflagración fueron los cristianos…
Tu castigo se limitará a los azotes y al destierro. –concluye Tigelino con aire engañoso.
Prócoro contestó con serenidad:
– No puedo hacer eso.
Tigelino se acercó a él con paso lento y su voz es contenida,
Y aterradora:
– ¿Cómo? ¡Maldito perro griego!
¿Dices que no puedes hacerlo? ¡Entonces no estabas borracho!… Y parece que no comprendes el castigo que te espera. ¡Mira!
Y señala en el extremo del atrium a cuatro fornidos esclavos que junto con los verdugos, lo esperan con los instrumentos del tormento en las manos.
Pero Prócoro contesta:
– ¡No puedo!
La Ira se apodera de Tigelino, pero se contiene.
Y dice con una amenaza mortal:
– Te llevaré a los calabozos de Calígula.
¿Recuerdas los tormentos de los primeros cristianos? Yo personalmente vigilaré tu tortura…
El viejo palidece, pero contesta con firmeza:
– Yo también soy cristiano y Jesús es Mi Señor y Mi Dios.
Tigelino lo mira con asombro y exclama:
– ¡Perro nauseabundo! ¡Te has vuelto loco de verdad!
Y totalmente furioso, le toma de la barba con una mano y le amenaza:
– ¡Te retractarás! ¡Te juro por Júpiter, que te retractarás! – y le arrojó al piso.
Prócoro contestó desde el piso:
– ¡No puedo!
Totalmente lívido, temblando de rabia…
Tigelino ordenó a sus esbirros:
– ¡Llevadle al tormento!
Ante esta sentencia, los tracios se apoderan del viejo y le arrastran hasta los sótanos del Palacio….
Después de haberlo atormentado,
Tigelino vuelve a preguntarle:
– ¿Te retractarás?
Prócoro insistió:
– ¡No puedo!
Tigelino ordena suspender el tormento.
Impotente, se pasea de un lado a otro de la estancia, con el rostro descompuesto por la Ira.
Y luego, con el semblante iluminado por una nueva idea y una diabólica sonrisa, ordenó:
– ¡Arrancadle la lengua!
Y el tormento continuó…
Al principio, Haloto anunció que el César no asistiría.
Pero luego, Nerón cambia de opinión ante los persuasivos argumentos del favorito.
Tigelino le manifestó:
– Divinidad, después de lo ocurrido en los jardines, es más imperioso tu deber de presentarte ante el pueblo.
Te aseguro que esta vez, el esclavo crucificado no te insultará.
Entonces se promueve otro banquete en los jardines imperiales.
Al día siguiente está atestada la casa de Tiberio.
Los augustanos, senadores y los de la Orden Ecuestre, asisten todos. No solo por el espectáculo ofrecido, sino porque están deseosos de mostrar su adhesión al César.
Porque el protagonista es Prócoro, de quién está hablando Roma entera…
Y se rumora que después de la espectacular acusación del griego, se había apoderado de Nerón tal frenesí, que no había dormido…
Y que es atormentado por visiones pavorosas y por eso ha anunciado su viaje a Acaya.
Pero otros afirman lo contrario y que ahora está decidido a desplegar mayor crueldad contra los cristianos.
Otros auguran que la acusación lanzada por Prócoro a la cara del César, podrá tener las más desastrosas consecuencias.
Y hay quienes también por humanidad, ruegan a Tigelino, que ponga fin a las persecuciones.
Cornelio Flavio le dice:
– Ved las repercusiones. Habéis querido desviar la cólera del pueblo y convencerle de que estabais castigando a los culpables. Y el resultado ha sido contraproducente.
Valerio Mesala confirmó:
– ¡Cierto! Todos dicen ahora que los cristianos son inocentes.
Nerva agregó:
– Y si a eso llamáis habilidad, Prócoro tuvo razón cuando afirmó que el cerebro de todos vosotros, cabía en la cáscara de una nuez.
Quinto Pomponio añadió:
– Lo mejor es terminar con todo esto.
Si dejáis en paz a los cristianos. Todo esto terminará por olvidarse.
Tigelino se volvió hacia ellos y dijo:
– Cornelio Flavio, entre el pueblo se rumora también, que tu hija Priscilla ha sustraído a sus esclavos cristianos, a la justicia del César. Y lo mismo cuentan de tu esposa, Mesala.
Flavio replicó lleno de alarma:
– ¡Eso no es cierto!
Valerio exclamó, no menos sobresaltado:
– Vuestras mujeres divorciadas quieren perder a mi esposa.
Pero otros hablan de Prócoro Quironio.
Marcial preguntó:
– ¿Qué le sucedió? Él fue quien entregó a los cristianos en poder de Tigelino.
Lucano agregó:
– De mendigo pasó a ser un hombre opulento.
Hubiera podido terminar sus días en la mayor tranquilidad.
Trhaseas exclamó:
– ¡Es un hombre desconcertante!
Vitelio dijo:
– También pudo contar con unos espléndidos funerales. ¡Pero no!
Plinio movió la cabeza y dijo:
– ¡De repente abandona todo y decide perderse!
Haloto declaró:
– ¡Definitivamente se ha vuelto loco!…
Tigelino respondió:
– No está loco. Se convirtió en cristiano.
Plinio exclamó:
– ¡Imposible!
Séneca sentenció:
– ¡Os lo he dicho ya! Exterminad a los cristianos si queréis.
Pero creedme: No podréis vencer a su Dios.
Trhaseas se impacientó:
– ¡Después de lo que hemos visto!… ¡Por Cástor!
¿Acaso no comprendéis? Mirad lo que está sucediendo…
Marcial aconsejó:
– Yo no he incendiado a Roma. Pero si el César lo permitiese ofrecería inmediatamente una hecatombe a esa Divinidad, para desagraviarlo.
Séneca añadió:
– ¡Y todos deberíais hacer lo mismo! ¡Hemos visto su Poder! ¡Con ese Dios, no se juega!
Y Petronio concluyó:
– Tigelino rió el otro día, cuando aseguré que estaban armándose.
Y ahora os afirmo: ¡Están triunfando!
Varias voces preguntaron al mismo tiempo:
– ¡Qué!
– ¿Cómo es eso?
– ¿Por qué dices eso?
Petronio confirmó:
– ¡Por Zeus! ¡Así es!
Porque si un hombre como Prócoro no ha sido capaz de resistirles… ¿Quién lo hará?
Si pensáis que después de cada uno de estos espectáculos, no aumentará el número de cristianos, mejor buscad otro oficio.
Acaso entonces logréis informaros mejor de lo que piensa el pueblo y de lo que está pasando en la ciudad…
Varios exclaman al mismo tiempo:
– ¡Por Pólux!
– ¡Este Dios es Increíble!
– ¡Muy poderoso entre los cristianos!
– ¡Y también nos lo ha demostrado a nosotros!
– ¡Están triunfando!
– ¡Petronio dice la verdad!
Y preguntan:
– ¿Y qué opinas tú en conclusión?
Entonces Valerio Mesala se acercó a Petronio,
Y le preguntó:
– Sí. Dinos lo que piensas.
Petronio respondió:
– Concluyo por donde habéis empezado vosotros. Creo que ya se ha derramado demasiada sangre.
Tigelino lo miró burlón y con una ironía cruel, le dijo:
– ¡Eh!… ¡Todavía falta otra poca!…
Petronio le contestó con desdén:
– Si tu cabeza no basta. Veo que en tu bastón hay más.
El Prefecto de los pretorianos miró con asombro su bastón de marfil y efectivamente, está manchado con la sangre del griego.
Pero la llegada del César interrumpió esta conversación.
Y encabezó la comitiva en compañía de Pitágoras.
Van hacia donde acondicionaron un escenario, para ver el espectáculo.
Inmediatamente después da principio la representación de un drama al cual casi nadie presta atención porque el ánimo de los concurrentes, está expectante con Prócoro.
El público, familiarizado ya con la sangre y la tortura, se muestra fastidiado.
Y empieza a silbar y a gritar frases poco halagadoras para la corte.
La obra se acelera y al fin llega el momento culminante:
Los esclavos llevan una cruz de madera tan baja, que un oso parado sobre sus patas traseras puede alcanzar fácilmente el pecho y la cabeza del ajusticiado.
Enseguida dos hombres arrastran a Prócoro, ya que no puede caminar, pues en la tortura le quebraron las piernas…
Y lo enclavaron en la Cruz con rapidez.
Y solo hasta que la cruz quedó colocada en su sitio, fue que todos pudieron ver al augustano caído en desgracia…
Pero muy poco queda reconocible en aquel hombre torturado, del antiguo Prócoro.
Su rostro está más blanco que la cera y su barba cana se ve ensangrentada, después que le arrancaran la lengua.
Aquel cuerpo delgado es un amasijo tumefacto, que por entre los desgarros de las costillas, muestra como respiran sus pulmones.
Lo que está a la vista de todos, es el cuerpo desnudo de un anciano decrépito y agonizante.
La mirada del griego había sido muy desconfiada.
En su rostro vigilante y receloso se veían siempre reflejadas, la incertidumbre y la alarma.
Y ahora…
Es un rostro luminoso como el de otros cristianos, que fueron sacrificados en el Circo…
Se han acondicionado dos vallados alrededor del escenario, que desde distintas direcciones confluyen al sitio en donde está el patíbulo del augustano en desgracia.
A través de ellos, primero sueltan un león y un minuto después a un tigre.
Son fieras que llevan varios días sin comer y las cuales husmean el aire por el olor de la sangre.
Pero de pronto y de manera inexplicable…
Los dos se dirigen hacia el ajusticiado y se echan a un lado de la cruz, como si fueran una inesperada guardia real.
Inmediatamente son soltados otro par de fieras.
Un león Blanco que después de una escena similar.
Levanta su impresionante cabeza y… ¡Bosteza!…
Luego se echa del otro lado de la cruz aumentando el inusitado cortejo.
Y con la impresionante pantera,
lo único que pasó fue que aumentó el número de fieras convertidas en mansos guardias.
El público contempla impactado la increíble escena.
Muchos miran con la boca abierta por el asombro más absoluto, sin poder comprender lo que está sucediendo.
Entre ellos el mismo emperador.
Por último sueltan un oso que llega hasta el patíbulo de Prócoro y mueve de un lado a otro la cabeza sin levantarla del suelo, como si buscara algo.
Y husmea el aire por el olor de la sangre…
Es evidente que está muy hambriento y cuando ve la cruz y la presa que le espera en ella, se aproxima.
Se alza sobre sus patas traseras…
Y de repente se echa a los pies de la cruz, como un perro a los pies de su amo.
Séneca exclamó:
– ¡Si después de esto, NO admitís que este Dios NO PUEDE SER VENCIDO!
Nada os convencerá…
Cornelio Flavio:
– ¡Después de lo que hemos visto!…
Marcial:
– ¡Por Cástor!
Babilo el astrólogo:
– ¡Esto es imposible!
Valerio Mesala:
– ¿Acaso no comprendéis?
Petronio:
– ¡Vaya que están triunfando!
Lucano:
– Mirad lo que está sucediendo…
Pitágoras:
– ¡Este Dios es…!
Plinio:
– ¡Indescriptible!
Marco Aurelio está dichosísimo.
Pues todos estos acontecimientos, están renovando su esperanza…
¡Jesús es el Dios de los Milagros!
Unos esclavos azuzaron al oso con sus gritos y una vara larga.
El animal se levantó enfurecido y se paró frente a ellos.
Abrió sus enormes fauces y lanzó un rugido aterrador. Por un momento pareció que se arrojaría sobre ellos…
Parado sobre sus patas traseras, miró desafiante a todos…
Lanzó otro rugido impresionante y volviéndose a poner en cuatro patas…
Regresó lentamente hacia la cruz, donde volvió a acomodarse como si la custodiara.
Tigelino se muerde los labios, furioso.
En Haloto puede más su crueldad que su asombro…
Y piensa desesperado en el imprevisible desarrollo de una representación que NO estaba planeada para esto…
El ánimo de los presentes se divide, aunque todos están pasmados por igual…
Ver a las impresionantes fieras, comportarse como si fueran animales amaestrados es algo difícil de asimilar…
Nerón está paralizado por el asombro, pero NO está dispuesto a doblegarse…
Y todavía falta el desenlace de este drama tan singular…
En el semblante de Prócoro hay una expresión llena de paz y alegría.
Sus ojos miran hacia el cielo y su cara está luminosa y radiante, porque sus ojos están mirando a un heraldo celestial…
Que desciende y…
La multitud asombrada guarda silencio y una sonrisa se dibuja en el rostro del mártir.
Luego abre su boca ensangrentada…
Y todos pueden ver una oquedad sanguinolenta y sin lengua…
Y una Voz retumbante y poderosa, que nadie reconoció como la suya…
Declaró:
– El Señor Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Resucitó.
Y Él vendrá con toda su Majestad como Rey Vencedor
Y como Sol de Justicia para TODAS las Naciones de la Tierra.
Y Juzgará a los vivos y a los muertos.
Esperadle…
¡Bienaventurados los que estén PREPARADOS..!
ÉSTA ES:
LA ÚLTIMA LLAMADA…
De los ojos de Prócoro se deslizan lágrimas de felicidad y de agradecimiento.
Corren por sus pálidas mejillas y se mezclan con la sangre de su barba.
Luego su cuerpo se estremece visiblemente con un estertor final…
Y expiró.
Nerón se levanta colérico y se retira sin decir una sola palabra, acompañado de Pitágoras.
Todos los augustanos se quedan paralizados por unos momentos…
Y luego se apresuran a seguir a su emperador.
Tigelino ordena la distribución de premios entre los del pueblo.
Y finalmente los arqueros mataron a las fieras,
porque nadie se pudo acercar a retirar el cuerpo del griego, ya que los animales NO se movieron de allí…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
R93 EL ÚLTIMO DÍA
27 de Noviembre de 2016
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María.
Recordad el pasaje en las Escrituras, cuando estábamos en las Bodas de Caná, Mi Hijo y Yo. Yo le dije a los sirvientes “hagan lo que Mi Hijo les diga”, ahora estáis en otros momentos de la humanidad. Ahora es Mi Esposo el Espíritu Santo el que está entre vosotros y ahora os pido a todos vosotros: hagan lo que Mi Esposo quiere, para todos vosotros.
Ciertamente Él viene a purificar la Tierra entera. Con Su Amor Divino os viene a purificar, Mis pequeños. Cuando se habla de una purificación, cuando se habla de una reprensión del Cielo hacia todos vosotros, esto se hace a través de un acto amoroso.
Porque si vosotros sois sencillos y humildes, aceptáis de corazón que se os reprenda, porque sabéis que ésa reprensión, os va a servir para mejorar. No así los que son soberbios. Ellos al contrario, se enojan y responden con grosería, hasta con maldad, ‘¿Por qué se les trata así?…’ según ellos.
Mis pequeños, los padres amonestan a los hijos cuando van por mal camino. Lo hacen para ayudarles, para que evitarles tener un accidente grave y que puedan hasta perder la vida o los deje lisiados.
Ahora, Mi Esposo, El Santo Espíritu de Amor, os viene a reprender, pero amorosamente, Mis pequeños. Algunos de vosotros entenderéis esto como un ataque, un ataque personal y malo de vuestro Dios y no es así, Mis pequeños.
Si hacéis un examen de conciencia, honesto y verdadero, veréis que cada uno de vosotros os merecéis ésa reprimenda, porque os habéis alejado de las Leyes de Nuestro Dios, os habéis alejado especialmente de Su Amor y de la Caridad que debéis tener hacia vuestros hermanos.
Habéis fallado en múltiples ocasiones y traéis una carga, a veces tremenda de faltas pasadas que NO habéis confesado, NI habéis buscado a algún sacerdote que os las perdone. Estáis tan alejados de la Iglesia, de ésa Institución Divina que os dejó Mi Hijo y ya NO buscáis el Alimento Divino que tenéis, que es el Cuerpo de Mi Hijo y Su Sangre Preciosa.
Sí, Mis pequeños, habéis fallado demasiado y ¿Aún así creéis que no os merecéis un castigo? No Mis pequeños, NO seáis soberbios. El Regalo que os va a dar Nuestro Padre Dios, es inconmensurable, es grandísimo y debéis estar PREPARADOS vosotros, en lo espiritual y aún en lo físico…
Para recibir éste Regalo tan grande que Él os quiere dar y que vosotros gozaréis infinitamente. Porque cuando Nuestro Dios regala algo a Sus creaturas, sobrepasa toda imaginación. Y eso es lo que ahora vais a tener, Mis pequeños: regalos que sobrepasan vuestra imaginación.
Así pues, os repito, aceptad con humildad lo que Él PERMITA en vuestra vida. Cada uno de vosotros habéis pecado y ciertamente, en diferente forma y en diferente nivel de maldad. Cada uno recibiréis, según vuestros pecados, según vuestras faltas, según vuestro olvido a estar bajo las Leyes y bajo el Amor de Nuestro Dios.
Sabiendo esto, cada uno de vosotros en vuestro corazón, arrepentíos ya. Para que vuestra Penitencia NO sea tan grave. Aún podéis disminuir la intensidad de vuestro sufrimiento particular y el Sufrimiento Mundial que tendrán todos los pueblos de la Tierra.
Arrepentíos, pedid perdón a Nuestro Dios que es todo Bondad y Misericordia sobre cada uno de vosotros. Arrepentíos y sobre todo, haced un cambio de vida total, para que Nuestro Buen Dios se apiade de vuestra maldad, de vuestro orgullo, de vuestros errores.
Estoy con vosotros, Mis pequeños, Yo intercedo continuamente, para que ésta Penitencia NO sea tan grave sobre vosotros, pero ayudadMe también con el cambio de vida que debéis hacer.
Y manteneos así, dejando atrás vuestros pecados y tratando de mejorar vuestra vida y sobre todo, el crecimiento de vuestra alma para llevarla a su santificación.
Os lo pido de Corazón.
Gracias, Mis pequeños.
http://diospadresemanifiesta.com/
NOVIEMBRE 16 2016 2:05 P.M.
Hijitos de mi Corazón, la Paz de Mi Señor este con vosotros y Mi Manto maternal os tenga siempre cubiertos.
Pequeñitos, cuidado con las vacunas que van a ser distribuidas por las organizaciones y fundaciones al servicio de la élite Illuminattis, porque estas vacunas son letales y buscan disminuir gran parte de la población mundial.
Los laboratorios que trabajan para estas entidades, están produciendo millones de estas vacunas, las cuales van a ser enviadas y distribuidas en la población de los países en vías de desarrollo y en el África.
Todo este plan macabro se llevará a cabo con la complacencia de los gobiernos de estas naciones.
Millones de estas vacunas, producen la muerte instantánea. Otras, producen enfermedades, especialmente cáncer. Y otras tantas, producen deformaciones y malformaciones en los fetos de las mujeres en cinta.
Estas vacunas letales ya están almacenadas y listas para su distribución. Para cada enfermedad del cuerpo humano hay una vacuna, que al ser inyectada en las poblaciones de estos países, causará la muerte a millones de personas.
Tened mucho cuidado con las vacunas para controlar los virus y epidemias, especialmente el de la gripe. Porque a través de ésta, buscan disminuir gran parte de la población mundial.
Toda una confabulación se viene planeando y en ella van a estar involucrados: los laboratorios, farmacéuticas, hospitales, clínicas, organizaciones de la salud al servicio de los estados, organizaciones privadas que prestan servicios a la salud y organizaciones no gubernamentales.
En el Tiempo del último reinado de mi Adversario, enfermarse es correr el riesgo de morir; consultar por alguna enfermedad o dolencia, será abrir la posibilidad de no volver a salir con vida.
La población infantil y los adultos mayores, serán las principales víctimas de esta escalada de muerte que llevarán a cabo los hijos de la Oscuridad en el Tiempo de mi Adversario.
Hijitos, os anuncio pues esto antes de que suceda para que estéis alerta y vigilantes y nada os coja por sorpresa. Os digo, NO TEMÁIS; acordaos que el Cielo NO os abandonará.
Tened presente los mensajes de supervivencia que os estamos dando a través de nuestros Instrumentos y poned en práctica el mensaje dado a Mary Jane Even, donde os envío la medicina natural, para que podáis sanaros en aquellos días, sin tener que recurrir a la droga química que será letal para vuestra vida.
Id pues desde ahora poniendo en práctica estos mensajes de supervivencia y conseguid las plantas medicinales que os envié, para que podáis contrarrestar mañana las epidemias y virus que os vendrán, creadas muchas por la Maldad de los hombres.
Almacenad estas plantas medicinales en un lugar seco con su respectivo nombre y beneficio, para que cuando llegue el momento las utilicéis para vuestro beneficio y el de vuestros hermanos.
Que la Paz de Mi Señor, permanezca en vosotros y mi Protección Maternal os acompañe siempre.
Os ama vuestra Madre, María Auxiliadora del Pueblo de Dios.
Dad a conocer hijitos mis mensajes a toda la humanidad
http://www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensajesrecientes.html
17 DE NOVIEMBRE DEL 2016
Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:
Mi Corazón les alberga a todos para que en él permanezcan dentro del Amor Verdadero.
No se alejen del sendero por donde les pido transitar, permítanme interceder ante Mi Hijo, manténganse de Mi Mano.
Cada uno de los Míos es custodiado por sus compañeros de camino: los Ángeles, y alertados cuando se encuentran en peligro de caer en actos indebidos.
Hijos, es necesario para el avance espiritual personal y luego comunitario, el que cada uno de Mis hijos se decida a mirarse interiormente, por más doloroso que sea el encontrarse con la realidad del cómo obran y actúan.
Ustedes son capaces de mirarse interiormente para que corrijan cuanto deben corregir en la vida, sobre todo lo que se refiere al ‘yo humano’ y al trato con sus semejantes.
El hombre NO actuaría tan reiteradamente dentro del Mal, si dejara de mirar el mal que juzga aparentemente en el hermano y se mirara definitivamente a la luz de la Verdad.
Cuando el hombre se mira interiormente en espíritu y verdad, encuentra a Mi Hijo en lo profundo de su interior, esperándoles para brindarles una consciencia más profunda del Amor Divino y del Deber del hombre como hijo de Dios.
Hijos Míos, en este instante en donde sobreabundan las corrientes ideológicas equivocadas, ustedes son llamados a prestar atención ante la confusión en que viven.
Lo que les ofrecen las nuevas corrientes ideológicas espirituales, para que encuentren a Mi Hijo mediante prácticas de concentración o relajación, sin tener en cuenta el estado del alma, es algo totalmente equivocado.
Ustedes tienen que seguir a Mi Hijo y encontrar en Él lo que el mundo jamás les dará.
En este Instante en que gran parte de la Iglesia de Mi Hijo permanece inundada por la Masonería y los Illuminatis, Mi Corazón se duele ante la incompatibilidad de estas sociedades secretas con la religión que Mi Hijo instituyó.
Altos cargos en la Iglesia de Mi Hijo se encuentran en el poder masónico, desatando una gran confusión ante la aceptación de normas contrarias a la Ley de Dios. Estas prácticas han atraído el Humo de Satanás hacia la Iglesia de Mi Hijo, tomando poder para ocultar su verdadero propósito.
Hijos Míos, deben conocer La Sagrada Escritura para que reconozcan la diferencia entre el Verdadero Camino hacia Mi Hijo y los diversos caminos equivocados que se les llevan a la adoración del cuerpo, de la Creación y de Satanás.
NO olviden que en este Instante el Demonio ha accionado todos sus Tentáculos para arremeter contra ustedes, sin que lo perciban.
La fetidez del Enemigo del alma recorre las calles de las ciudades, esparciendo el Odio y la Confusión en la Humanidad que camina desorientada, escuchando diversas voces, sumiéndose instante a instante en el Error, en la Negación y actuando fuera de Los Mandamientos.
El Mal ha invadido a la Humanidad, ha alcanzado niveles de poder impensables, dentro de la religión de los pueblos: poder económico, social, político y moral, se ha posesionado de la tibieza del Mis hijos.
Y les lleva bajo el aspecto de la fraternidad, a NO ser verdaderos cristianos NI verdaderos hijos de Dios.
Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, DEBEN PREPARARSE PARA QUE NO SEAN ENGAÑADOS y les lleven hacia el Mal. Conozcan a Mi Hijo, conozcan la Voluntad Divina para Su Pueblo, no pueden creer que son salvos si su obrar y actuar no son acordes a la Ley de Dios, a los Sacramentos y demás obras de Misericordia.
El cambio en ustedes inicia por el reconocimiento del obrar y actuar personal. Si este reconocimiento no se efectúa, caminarán arrastrando las cadenas que les atan al mal.
No encuentro un hombre nuevo sin que se haya reconocido a sí mismo pecador, sin que se reconozca soberbio, sin que se reconozca débil y solicite el Auxilio Divino.
Dispónganse a ser criaturas nuevas, renovadas por el Amor Divino.
Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, la Humanidad se niega a reencontrarse con Mi Hijo, la comodidad que les brinda el mal les aleja del misterio de la Cruz.
Desprecian el don de la vista al negar que el mal vive en la Humanidad en este instante. No actúan bien, no se comprometen con un cambio definitivo hacia el buen obrar, se mofan de quienes se esfuerzan por vivir dentro de la obediencia a la Palabra Divina.
La fetidez del pecado de la Humanidad, ha logrado que la Tierra se derrumbe en varios lugares del Mundo. Ésta no desea continuar soportando sobre sí, el continuo Pecado del hombre.
La debilidad ante el pecado se muestra una vez más en la historia humana, el alejamiento de la Ley de Dios da muestras de la Tibieza espiritual de un gran número de criaturas humanas.
Las fechas sobre El Aviso, El Milagro, El Castigo, sobre catástrofes, sobre Los Días de Oscuridad y sobre La Segunda Venida de Mi Hijo, corren como el viento por todo el mundo.
Hombre de Dios, ¡Prepárate como si tu día fuese el último que vives!
No sean como los hipócritas que esperan con antelación a ser examinados para pedir perdón y así eximirse de la pena de sus pecados, olvidan que Dios conoce el más pequeño de sus pensamientos, obras y actos.
Mi Hijo llegará sin avisar, así tomará a Su Pueblo y le permitirá que se examinen a sí mismos.
Deben ser conscientes de la urgencia de este Instante y NO ser como los insensatos que niegan los Signos de este instante, para engañar a los ingenuos.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente” (mt. 22,37), y “…al Prójimo como a ti mismo” (mt. 22,39),
La salvación de las almas continúa con los mismos requisitos. Sin cambios en la Ley, sin cambios en la sustancia de la Doctrina, sin cambios en la Palabra Divina.
Amados, RECIBAN A MI HIJO DIGNAMENTE PREPARADOS.
Les llamamos a un cambio interior, esto es: a ser receptivos a la iluminación del Espíritu Santo, para que NO solo vean las cosas por fuera sino la esencia. En ese mirar la esencia, el alma busca a Dios, con un movimiento continuo hacia lo superior.
Amados Míos, el Instante corre a gran velocidad. Ciertamente les he de manifestar que la Tierra gira a mayor velocidad. En cuanto el instante es más corto, las semanas pasan rápidamente sin que lo perciban. De ahí la urgencia del cambio interior, los acontecimientos se acercan a toda velocidad.
El Mal causa estragos en las casas de formación religiosa. El Mal dispersa la mente del hombre. El Mal destruye los hogares. El Mal acelera la Guerra en su totalidad. El Mal aleja al hombre de Dios, al ofrecerle al hombre toda posibilidad de Pecado, para que viva en una Mentira constante.
El hombre viste como las mujeres, siendo esto un signo más del Instante en que viven. Así vivían en tiempos de Sodoma y Gomorra, en la depravación.
Las mujeres buscan el placer de la carne, se ofrecen sin pudor.
Culpan al Mal, por ello les menciono el mal. ES el Mal. Y es que NO es el mal como tal, sino la entrega del hombre a todo lo que NO es debido.
Y la lejanía que el hombre ha tomado de la Ley de Dios, lo que le ha abierto la puerta al Demonio para que destroce al hombre… y el hombre destroce la Creación. Hijos esto ya ha ocurrido, en este Instante el hombre recibe el producto de su locura.
Todo cuanto sucede ha sido gestado por las hordas del Demonio, que intuyendo el examen personal de las almas, acelera su ataque para ganar almas para él.
Amados, ciertamente el Aviso se encuentra a las puertas de la Humanidad, por ello arrepiéntanse. NO den lugar a perder el alma.
Oren hijos Míos, oren, mirarán en lo alto el Fuego que rodea a la Tierra.
Oren hijos Míos, oren por Estados Unidos, el poder de los poderosos económicamente hace sorprender a la nación. Las revueltas raciales no se hacen esperar. Este suelo se estremece.
Oren hijos, por Rusia, el lobo se esconde detrás de la piel de una oveja.
Oren hijos Míos, oren por Dinamarca, será estremecida.
Oren hijos Míos, por Italia, será sorprendida por el Terrorismo.
Esta generación será Testigo de las Palabras de Mi Hijo en el Monte de los Olivos.
Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, este Instante no debe ser tomado a la ligera, sino con consciencia de cuánto vale la Vida Eterna. Y asemejándose a Mi Hijo, miren a lo alto, miren a lo alto, se sorprenderán.
El esfuerzo es doble, el que desee servir a Mi Hijo debe servir con lealtad. El tibio es vomitado por la boca de Dios. Únanse, auxíliense, sean testimonios vivos del Amor de Mi Hijo.
Les bendigo en Mi Corazón Inmaculado.
Mamá María.
Comentario del Instrumento
Hermanos (as):
Actualmente la Humanidad se mantiene en una espera o en una negación sobre lo venidero.
La gran Misericordia Divina es la mejor demostración de ese Amor que solo la Trinidad Sacrosanta puede sentir por Su Pueblo, al permanecer nosotros en la tierra que se nos dio como heredad y que el hombre está destruyendo.
Nuestra Madre nos conduce hacia la Vida Eterna, Ella habla a Sus hijos con la Verdad, a sabiendas que nuestro Señor Jesucristo da a Sus hijos las arras y más para que no vivamos únicamente de lo inmediato, sino que vivamos de las potencias del alma.
Solo con una humanidad espiritualizada y consciente de que cada acto no repercute solo a nivel personal, porque no somos criaturas aisladas, sino que repercute en toda la Creación de Dios, tenemos que decidirnos por un cambio, siendo mejores seres humanos, hermanos y mejores hijos de Dios. Amén.
74.- EL INCENDIARIO
Cuando regresó el buen tiempo, se anunció que los Juegos proseguirán.
El día del espectáculo, millares de espectadores llenaron el Circo desde muy temprano.
El César llegó pronto acompañado por sus cortesanos y las vestales.
Para el inicio fue anunciado un combate entre cristianos, a los cuales ataviaron como gladiadores y provistos de toda clase de armas que usan los verdaderos gladiadores, tanto para atacar como para defenderse.
Pero sucedió algo inesperado para los asistentes:
Los cristianos arrojaron al suelo de la arena, escudos, redes, tridentes y espadas. Se arrodillaron a orar y a cantar sus himnos.
Y los del público se indignaron.
Entonces el César ordenó que soltaran los perros molosios y éstos los destrozaron muy rápido.
Cuando los despojos que quedaron, fueron retirados de la arena y los animales saciados, también fueron sacados.
El espectáculo tomó una faceta diferente.
Fue una serie de cuadros mitológicos, idea del propio César.
Y así la concurrencia pudo ver a Hércules cumpliendo con los Doce Trabajos y ardiendo con la túnica de Neso.
Marco Aurelio se estremeció ante el pensamiento de que hubiesen dado el papel de Hércules a Bernabé.
Pero fue evidente que lo tienen reservado para algo más impactante y aún no ha llegado el turno al fiel servidor de Alexandra, porque el que arde en la pira es otro cristiano, desconocido para el joven tribuno.
A Prócoro, el César no le perdonó la asistencia y tuvo que ver a varios conocidos suyos en la siguiente representación.
El anciano que diera a Prócoro el significado del signo del pescado y que le puso sobre la pista de Alexandra, representó a Dédalo y su hijo desempeñó el papel de Ícaro.
Ambos fueron levantados por un ingenioso mecanismo y enseguida lanzados a la arena hasta una gran altura.
El joven cayó tan cerca del pódium del César, que la sangre salpicó no solo los adornos exteriores, sino también la púrpura que cubre el frontis del palco imperial.
Prócoro cerró los ojos y no vio la caída. Pero oyó el sordo golpe del cuerpo al rebotar en el suelo y cuando abrió los ojos, vio que la sangre le había salpicado sus finas vestiduras.
Y estuvo a punto de desmayarse otra vez.
Los cuadros cambian rápidamente: las sacerdotisas de Cibeles, Las Danaides, Dirce, Pasifae, etc.
Son jovencitas muy tiernas todavía y la gente aplaude al verlas partidas por la mitad, destrozadas y descuartizadas por las bestias desbocadas.
La plebe aplaude delirante las nuevas ideas de Nerón, quién se siente muy ufano y feliz, con las aclamaciones que recibe.
Y se recrea en su ingenio y su crueldad, disfrutando aquellas escenas sangrientas y las postreras convulsiones de sus víctimas.
Luego se suceden otros cuadros, tomados de la historia de la ciudad.
Después del martirio de las vírgenes, representaron el espectáculo de Muscio Escévola cuya mano atada a un trípode sobre una hoguera todos vieron achicharrarse…
Pero Sergio permaneció sin dar un solo gemido, con el rostro levantado al cielo y extasiado en la Oración… No se dio cuenta cuando lo degollaron.
Luego arrastraron su cadáver al Spolarium y se dio la señal para el intermedio.
Y empezó el banquete. Bebidas refrescantes, carnes, dulces, vino, queso, aceitunas, pan y fruta.
El pueblo devora y aclama la munificencia del César. Satisfecha el hambre y la sed, dio principio la distribución de billetes de lotería.
Y empezó una verdadera batalla campal.
Entre la plebe se amontonan, se dan golpes y pisotones. Saltan sobre las graderías, se lanzan objetos, hay gritos, maldiciones, insultos y blasfemias.
Lo cual se explica: porque el que resulte ser uno de los afortunados ganadores de un número privilegiado, pronto se convertirá en dueño de una casa con jardín, de un esclavo, de un espléndido y valioso traje, de una joya…
O de una fiera que se puede vender al Anfiteatro y se convierte así en un premio en efectivo.
A veces es tal el motín, que se hace necesaria la intervención de los pretorianos.
Y sucede que tienen que sacar a personas con las piernas o los brazos fracturados.
Y hasta hay quién ha llegado a morir, aplastado en medio de estos tumultos.
Nerón se divierte mucho con estas trifulcas.
Cuando comenzó el intermedio, también él pasó a un salón, donde le esperaba un espléndido banquete y lo disfrutó acompañado de sus cortesanos favoritos.
Mientras tanto una multitud de esclavos, empezó a cavar hoyos en hileras a corta distancia unos de otros, en la mitad de la extensión de la arena.
Y los dispusieron de tal forma, que la última quedó a unos cuantos pasos del pódium imperial.
En la otra mitad de la arena se dispuso que unos grupos de cristianos, fueran arrojados a los leones.
Los preparativos al nuevo suplicio se hacen con gran celeridad.
Terminado el intermedio, se abrieron todas las puertas.
Y hacen entrar a empellones y golpes de flagelo, a otros grupos de cristianos desnudos llevando cruces.
Tanto éstas como las víctimas, están adornados con flores.
Los verdugos extienden a las víctimas y empiezan a clavar manos y pies.
Se oye el resonar de los martillos, que repercuten por todo el Anfiteatro.
Taladrando los maderos, los oídos y los corazones.
Como éste es un martirio lento, en el que la muerte puede durar días, Nerón decretó que les quebrasen las piernas.
Entre las víctimas se encuentra Lautaro.
Los leones no lo mataron la primera vez, así que éste es su segundo martirio: la Crucifixión.
Cuando supo el suplicio que los esperaba, había dicho a los cristianos:
– ¡Demos gracias a nuestro Redentor, que nos ha concedido el privilegio de compartir sus tormentos de una manera total!
¡Alabemos al Padre que con esto nos convierte en sus verdaderos hijos!…
Y mientras los verdugos continúan clavando a sus indefensas víctimas, nuevamente el canto brota de aquellas criaturas martirizadas.
Todos escuchan asombrados el himno que se levanta jubiloso:
¡Aleluya!
Aclamen al Señor, Tierra entera
Sirvan a Jesús con alegría
Lleguen a Él sus cantos de gozo.
Sepan que Jesús es Dios Todopoderoso
Él nos creó. A ÉL pertenecemos.
Somos su pueblo y ovejas de su aprisco.
Entren por sus puertas dando gracias
Avancen por sus atrios entre himnos
Denle gracias y bendigan el Nombre de Jesús.
Porque el señor es Bondadoso
Su amor dura por siempre
Y su fidelidad por todas las generaciones.
Mi alma suspira y se consume
Por estar en los atrios del Señor
Mi corazón y mi carne lanzan gritos
Con anhelo de ver al Dios Viviente.
Felices los que habitan en tu casa
Y te alaban sin cesar
Dichosos los que en Ti encuentran sus fuerzas
Y les gusta subir hasta tu Templo.
Dios es nuestra defensa y fortaleza
Él da Perdón y Gloria
¡Jesús, oh, Dios de los Cielos
Feliz el que en Ti pone su confianza!
Las risas y los gritos de la multitud se fueron callando al escuchar aquel coro insólito que los deja desconcertados y perplejos.
Ellos han venido para contemplar las agonías de una muerte en medio de un suplicio atroz.
Y lo único que se oye además de los martillazos, es aquel himno glorioso…
Cuando todas las cruces han sido levantadas, el canto termina y solo queda un gran silencio.
La gente no sabe cómo reaccionar ante lo que está presenciando.
Hasta el mismo César está un poco descontrolado y juguetea nervioso con su collar de rubíes, mientras su semblante no logra ocultar un aire de inquietud…
El crucificado que está frente a él, es Lautaro, que lo mira fija y severamente…
Mientras dice con voz fuerte y sonora:
– Yo veo los Cielos abiertos, pero también está abierto el profundo Abismo Infernal…
Al que serás arrojado por tu maldad. ¡Oh, Perverso! ¡Ay de ti!…
¡Arrepiéntete de tus crímenes! ¡Matricida! ¡Ay de ti!…
El César se estremeció.
Los augustanos, al escuchar esta injuria lanzada al rostro del ‘divino’ Amo del Mundo, en presencia de millares de espectadores, contuvieron el aliento…
Y el público se paralizó.
Para desgracia de Nerón, Lautaro NO había terminado…
Y su voz aumentó su potencia:
– ¡Ay de ti! ¡Asesino de tu padre, de tu esposa, de tu hermano!
¡Ay de ti, Anticristo! ¡El Abismo y los Infiernos están ya abiertos bajo tus pies! ¡Arrepiéntete!…
Y enseguida pronuncia la tremenda profecía:
¡Ay de ti, porque morirás temblando de terror, por no poder escoger tu propia muerte.
Pues tu propio pueblo te sentenciará con el suplicio de los parricidas y serás condenado por toda la eternidad!…
¡Ay de ti, genocida cruel! ¡Asesino perverso! ¡Has colmado la medida y también para ti ha llegado la hora de tu horrendo castigo!
¡Satanás te espera y pagarás tus crímenes y tu maldad contra los inocentes!
Ya está sobre tu cabeza la espada de la Justicia Divina…
¡Perderás tu imperio más pronto de lo que imaginas!…
Una flecha silva en el aire y se clava en el pecho de Lautaro.
Uno de los arqueros del emperador obedeció la orden de Tigelino, para callar la voz del sacerdote cristiano.
Lautaro dice:
– Señor Jesús… Recibe mi espíritu… te…
Su cabeza cae sobre su pecho y el mártir expira…
Nerón se ha puesto de pie, temblando de indignación.
Hace una señal a Tigelino…
Las fieras son soltadas y empieza una nueva carnicería.
Después de un largo silencio en el Pódium, que nadie se atreve a romper…
Prócoro dice al César:
– Señor. El mar es hermoso y apacible. Vámonos a Acaya. Allí te aguarda la gloria de Apolo.
Las coronas y los triunfos te están esperando. El pueblo te adorará y los dioses te glorificarán como su igual…
Mientras que aquí, ¡Oh, señor!… –sus palabras se vuelven ininteligibles, porque un violento temblor lo invade y le impide continuar.
El emperador contestó:
– Partiremos cuando hayan terminado los Juegos.
Sé que aún hay muchos que piensan que los cristianos son víctimas inocentes y lo dicen.
No puedo alejarme porque después todo mundo repetirá eso. ¿Qué es lo que temes?
Nerón dijo estas palabras frunciendo el ceño y mirando fijamente al griego.
Pero su sangre fría es solo aparente. También a él le infundieron pavor las palabras de Lautaro.
Y al regresar al Palatino, las recordará con vergüenza, con rabia y con miedo.
Babilo que es muy supersticioso y que ha escuchado este diálogo, miró a su alrededor…
Y dijo con voz misteriosa:
– Divinidad, escucha las palabras de este viejo. Hay algo peligroso en esos cristianos.
Sus sacerdotes también son augures y ….
La Deidad que adoran les da una muerte extraordinaria, pero puede ser también una deidad vengativa y…
Nerón replicó al punto:
– No he sido yo quién dispuso los Juegos, sino Tigelino.
Al escuchar la respuesta de Nerón,
Tigelino dijo desafiante:
– ¡Ciertamente! Yo fui. Y también Haloto. Y me río de todos los dioses cristianos.
Babilo es una vejiga llena de supersticiones y este valiente griego, es capaz de morirse de miedo ante una gallina que erice las plumas en defensa de sus polluelos.
Nerón replicó con sequedad:
– Así es en efecto. Pero de ahora en adelante, ordena que les corten la lengua a esos cristianos.
Haloto confirmó:
– El fuego les pondrá restricción, ¡Oh, divinidad!
Prócoro gimió:
– ¡Ay de mí!
Pero el César, a quien la insolente confianza de Tigelino le ha dado nuevos bríos, empezó a reír…
Y dijo señalando al viejo griego:
– ¡Mirad a este descendiente de Aquiles!
Y verdaderamente el aspecto de Prócoro es lamentable.
Sus escasos cabellos se han vuelto completamente blancos. La expresión de su cara es de terror.
Ha perdido el control y está como aturdido y fuera de sí.
Se queda sin contestar a las preguntas que le hacen.
Luego se encoleriza y se vuelve tan insolente, que los augustanos dejan de lanzarle puyas.
Finalmente grita desesperado:
– ¡Haced de mí lo que queráis, pero yo no iré más a los Juegos!
Nerón lo miró un instante…
Y volviéndose hacia Tigelino, le ordenó:
– Cuida de que este estoico, se halle cerca de mí en los jardines. Deseo ver qué impresión causan nuestras antorchas, en su ánimo.
Prócoro se llenó de terror ante la amenaza que palpita en la voz del emperador.
Y dijo con un hilo de voz:
– ¡Oh, señor! No podré observar nada, porque de noche no veo.
Nerón replicó con una sonrisa mordaz:
– No te preocupes. Estará la noche tan clara, como el día.
Y volviéndose hacia los augustanos empezó a hablar de las carreras que piensa organizar cuando terminen los Juegos.
Petronio se acercó a Prócoro y dándole un golpecito en el hombro, con su bastoncito de marfil…
Le preguntó:
– ¿Recuerdas que te dije que no resistirías?
En lugar de contestar, el griego miró al astrólogo…
Y alargando su mano temblorosa hacia un vaso de vino,
Le dijo:
– Quiero beber.
Pero no pudo llevarlo a los labios.
Entonces Babilo le tomó el vaso y mientras lo ayuda a que pueda beber…
Le pregunta al griego con curiosidad y temor:
– ¿Acaso te están persiguiendo las Furias?
Prócoro dijo temblando:
– No. Pero tengo delante de mí a la Noche.
– ¿Qué dices? ¿De qué noche estás hablando?
– De unas Tinieblas impenetrables que me envuelven, me arrastran y me llenan de pavor.
– No te entiendo.
– Jamás pensé que serían castigados con tanta crueldad…
– ¿Lo sientes por ellos?
– ¿Por qué derramar tanta sangre? ¿Acaso no oíste lo que dijo ése desde la Cruz? ¡Ay de nosotros!…
Babilo contestó en voz baja.
– Sí, lo oí. ¡Pero ellos son incendiarios!
– ¡No es verdad!
– Y enemigos de la raza humana.
– ¡No es verdad!
– Y envenenadores del agua.
– ¡No es verdad!
– Y asesinos de infantes.
– ¡No es verdad!
Babilo lo miró con asombro y exclamó:
– ¿Cómo? ¡Tú mismo lo dijiste delante de todos! Los acusaste y los entregaste en manos de Tigelino.
– Por eso es que ahora la noche me rodea y la muerte viene hacia mí.
¡MENTÍ! Por momentos creo que en realidad ya he muerto… Y también vosotros moriréis.
– ¡No! Son ellos los que están muriendo. Nosotros estamos vivos. Pero dime ¿Qué es lo que ven al morir?
– Ven a Cristo y ven el Cielo donde Él Reina.
– Su Dios. ¿Cómo es su Dios?
Prócoro, en vez de contestar…
Le pregunta a su vez:
– ¿Oíste las palabras del César? ¿Qué clase de antorchas van a arder en los jardines?
– Esas antorchas se preparan envolviendo a las víctimas en ‘túnicas dolorosas’ empapadas en pez y atándolas a los postes a los cuales les prenden fuego.
¡Son antorchas humanas! Quiera el Dios de los cristianos no mandar nuevas desventuras sobre la ciudad.
– ¡Oh, no! Es una pena terrible.
– Oye. ¿Pero en dónde estabas tú?… Hicieron eso el primer día de los Juegos.
– Estuve enfermo. Prefiero presenciar ese castigo, pues en él parece que no hay tanta sangre.
Y Prócoro se estremece con violencia al recordar…
Mientras tanto, los demás augustanos también hablan de los cristianos…
Haloto dijo:
– Son tantos, que bien podrían promover una guerra civil, si se llegaran a armar… Pero mueren como ovejas.
Tigelino replicó mordaz:
– ¡Que intenten morir de otra manera!
Petronio replicó:
– Os estáis engañando a vosotros mismos. Ellos están armados.
Haloto y Tigelino dijeron al mismo tiempo:
– ¡Qué locura!
– ¿De qué?
Petronio contestó:
– De Paciencia.
Lucano preguntó:
– ¿Es una nueva clase se arma?
Petronio los miró a todos y sentenció:
– Ciertamente. Más ¿Podéis decir vosotros, que los cristianos mueren como vulgares delincuentes?
¡NO! Mueren como si los criminales no fueran ellos, sino quienes los han condenado a muerte.
Es decir: nosotros y todo el pueblo romano.
Tigelino respondió con desprecio.
– ¡Qué desvarío!
Petronio le replicó:
– ¡Hic Abdera! (El más tonto de los tontos)
Pero muchos, sorprendidos ante la justicia de esta observación, se miraron unos a otros con asombro…
– ¡Es verdad! ¡Petronio lo ha precisado perfectamente!
Trhaseas dijo:
– ¡Hay algo tan maravilloso en su muerte! Todo es tan original…
Babilo exclamó:
– ¡Os digo que ven a su Divinidad!
Entonces algunos augustanos se volvieron hacia Prócoro…
Y le dijeron:
– ¡Eh viejo, tú que los conoces bien!
– Dinos ¿Qué es lo que ven?…
El griego derramó el vino en su túnica, pues el vaso se le soltó.
Y respondió azorado:
– ¡La Resurrección!
Y comenzó a temblar de tal manera, que todos los que le rodean, soltaron la carcajada…
No había oscurecido aun cuando la gente empezó a acudir a los jardines.
Después de que terminó el espectáculo del Circo, el César llegó hasta la Gran Fuente que está en la entrada de los jardines…
Bajó de su carro con Tigelino de un lado y Prócoro del otro.
Y haciendo una señal a toda su comitiva, se mezcló entre la multitud.
Fue acogido con aplausos y aclamaciones.
Los pretorianos lo rodearon inmediatamente, formando en torno a él un círculo que se llenó de animación, con sus cortesanos y con el pueblo.
El César decidió hacer su recorrido a pie y avanzó hacia donde ya habían empezado a arder, las antorchas humanas de ese día.
Deteniéndose delante de cada una de ellas, empezó a hacer algunas observaciones acerca de las víctimas.
Y a burlarse del griego en cuyo semblante se refleja una desesperación sin límites.
Por último se detuvo frente a un poste decorado con hiedras, mirtos, rosas rojas y blancas.
Las llamaradas envuelven a la víctima y ondean con el suave viento de la noche…
Luego, éste se hace más fuerte y deja al descubierto a un hombre de barba entrecana.
Al verlo, Prócoro lanza una exclamación de sorpresa…
Cae al suelo y se retuerce como una serpiente herida y luego se hace un ovillo.
Finalmente escapa de su boca un grito desgarrador, que está lleno de terror y angustia…
Las palabras brotan incontenibles:
– ¡Mauro! ¡Mauro!…
El hombre parece como si despertase de un ensueño…
Es Mauro el médico.
Quién al oírle le mira con infinita compasión, desde lo alto del mástil flameante.
Frente a él está su verdugo: el hombre que le traicionó, le robó a su familia y le entregó en manos de sus asesinos.
Y al que después de haberle perdonado todo esto, también lo entregó en manos de sus perseguidores.
La víctima arde en aquel poste embetunado.
El culpable de todos sus agravios y su verdugo, está a sus pies, llamándolo…
Prócoro volvió a gritar:
– ¡Mauro! En el Nombre de Jesús, por favor te lo suplico: ¡Perdóname!
Se hizo el silencio alrededor.
Y un estremecimiento recorrió a todos los espectadores de esta dramática escena.
Y todos los ojos se clavan expectantes en el mártir.
Mauro movió su cabeza asintiendo…
Y dijo con voz resonante y fuerte:
– Sí, Nicias. Yo te perdono… y te bendigo…
Y ruego a Dios que Él también te perdone… y te bendiga… Y te lleve a la Luz…
‘Pater Noster’…
Mauro regresa a su éxtasis, mientras repite la Oración Sublime…
Y su rostro vuelto hacia el cielo se vuelve radiante, con una luz más luminosa que la del fuego que lo rodea…
Y las llamaradas lo envuelven nuevamente, escondiéndolo a las miradas fascinadas…
Prócoro cayó con el rostro en tierra y lloró con un llanto inconsolable.
Después de unos momentos se levantó y su semblante se ha transformado.
Alza su mano derecha y grita con una voz tan potente…
Que casi todos los reunidos en aquel parque lo escuchan:
– ¡Pueblo Romano! ¡Os juro por mi muerte!…
¡Que están pereciendo aquí, víctimas inocentes!
¡AHÍ TENÉIS AL INCENDIARIO!
Y señaló a Nerón…
Sobrevino un silencio sepulcral y los cortesanos quedaron paralizados.
Prócoro siguió parado, firme y acusador…
Todos los ojos se clavaron en el augustano erguido, con el brazo extendido y tembloroso.
Y el dedo señalando al César…
Inmediatamente se sucedió un tumulto.
El pueblo con el ímpetu de un huracán, se precipitó hacia el viejo queriéndolo tocar…
Y se oyeron distintos gritos simultáneos:
– ¡Arréstenlo!
– ¡Ay de nosotros!
– ¡El Dios de los cristianos se vengará!
– ¡Matricida!
– ¡Asesino!
– ¡Incendiario!
– ¡Que los dioses te castiguen!
Todo esto entre una tempestad de silbidos, gritos y maldiciones.
Y airadas injurias repetidas y dirigidas al César.
Inmediatamente los pretorianos se apretuaron, formando una valla protectora alrededor de Nerón.
Mientras la multitud se precipitó sobre los demás integrantes del séquito imperial…
El desorden creció y todos corrieron hacia diferentes lados.
Algunos de los postes que ya se habían quemado por completo, empezaron a caer esparciendo chispas alrededor.
Y aumentando más la confusión…
Un turbión del pueblo arrastró a Prócoro hasta el fondo del jardín.
Los postes consumidos siguieron cayendo en medio de humo, chispas y olor a madera y a carne quemados.
Hasta que todo quedó sumido en la oscuridad.
La multitud alarmada, intranquila y sombría, empezó a retirarse.
Y la noticia corrió como reguero de pólvora, retorcida y exagerada…
Decían algunos que el César se había desmayado.
Otros, que había confirmado la acusación del griego, cayendo en contradicciones y confesando todo.
Otros más, que cayó gravemente enfermo.
Y otros, que lo habían sacado custodiado de los jardines, en carro y que estaba como muerto.
Y aquí y allá, empezó a haber voces de simpatía a favor de los cristianos:
– Si no fueron ellos los incendiarios de Roma,
– ¿Por qué desplegaron en su contra, tanta injusticia y tanta crueldad?
– ¿Por qué hacerlos víctimas de tan horrendas torturas y derramar tanta sangre?
– ¿No se encargarán los dioses de vengar a los inocentes?
– ¡Y cómo apaciguar la justa cólera del Dios de los cristianos!…
La compasión se desbordó hacia los niños que todos vieron morir con tan bárbara ferocidad.
Y esta compasión se transformó en ultrajes al César, a Haloto y a Tigelino….
Los más crueles agentes de Nerón.
Y también se desató otra ola de interrogantes:
– ¿Quién es esa Divinidad que les da esa fortaleza tan increíble?
– ¿Cómo es ese Dios, que los hace enfrentar los tormentos de la forma que lo hacen?
– Y ¿Cómo le hacen para morir así?
– ¿De dónde sacan esa serenidad y esa alegría?
Y volvieron a sus casas sumergidos en una profunda reflexión…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
R92 CIUDADANOS DEL CIELO
¡Cuánto Amor os tiene preparado Nuestro Dios! No temáis a que Él tome vuestra voluntad
Hijitos Míos, al dar Yo Mi “Fiat” a Mi Señor y decirLe “Soy la Esclava del Señor, hágase en Mí, Su Santa Voluntad”. Es precisamente eso Mis pequeños, ya es la Vida de Mi Señor, de vuestro Dios en vosotros.
En el “fiat”, en el hágase, es Su total Voluntad en uno. Se vuelve uno esclavo del Señor, Él Vive en uno, la voluntad propia debe desaparecer y entra la Voluntad Divina en la persona.
Ese es un honor inmenso que concede Nuestro Dios a las almas escogidas, a las almas amantes del Amor de Nuestro Dios. Es el olvido pleno de uno, es la Voluntad de Dios, para hacer Su Voluntad en la Tierra.
Se vuelve uno intermediario. Se vuelve uno, la Persona Divina del Señor ante los demás y con ello, todas Sus Virtudes, todo Su Amor, Sus Dones, Sus Bellezas.
El alma, al momento en que se esclaviza al Señor, NO sufre, es todo lo contrario, Mis pequeños. Se llena de un Gozo inmenso, inconmensurable. El alma explota de gusto, se vive un éxtasis amoroso, se vive un Amor intenso, Infinito. Quiere uno permanecer postrado en alegría, en amor.
Adorando y agradeciendo a Nuestro Dios por Sus Bienes, por Su Amor. Y sobre todo, por haberlo escogido a uno que es nada. Nada, Mis pequeños.
El “fiat”, es una grandeza Divina. En el “fiat”, uno entrega su nada a Nuestro Dios y es recompensado con la Totalidad Divina en uno. Se esclaviza uno al Amor, se llena uno del Señor. Goza uno mares de bellezas, bellezas inconmensurables, que uno NO puede entender, pero que las goza inmensamente.
Es el vivir un éxtasis perpetuo, uno no desea salir de ése éxtasis. Y de hecho permanece, entra en una comunicación Divina y se abren Potencias desconocidas, pero muy bellas. Uno no comprende, pero goza. Alaba a su Señor, que Vive en uno.
Las alabanzas son pequeñitas a la Omnipotencia del Señor en uno. Luz Inmensa, Luz Bellísima, que lo llena todo, que le da vida a todo, que lo goza todo.
Vive uno para su Dios, porque Él, está Viviendo en uno y le da vida a uno. Agradece Sus Potencias, agradece Sus Delicadezas. ¡Cuánto Amor!, Mis pequeños.
Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y os pido, Mis pequeños, que os deis a Mi Señor para que podáis gozar de estos Bienes que os pertenecen, porque sois Sus hijos. Cuando os dais a Él, Él responde con Sus Magnificencias.
Soltaos plenamente a Él, Mis pequeños. SOLTAOS para que gocéis los regalos que tiene para cada uno de vosotros. Es una vida de éxtasis, estáis en la Tierra y estáis en el Cielo. ¡Cuánto Amor, Mis pequeños!
¡Cuánto Amor os tiene preparado Nuestro Dios! No temáis a que Él tome vuestra voluntad y vosotros os desprendáis de todo. Vosotros daréis vuestra nada, os repito y Él, os llenará de Su Totalidad.
DAOS, Mis pequeños, daos. Os está esperando, está esperando vuestra respuesta. Está esperando vuestra Donación, está esperando vuestro “Fiat”, para que os regale todos Sus Bienes.
Venid a Mí, para que Yo os presente ante el Padre. Si teméis o dudáis, venid a Mí y os acompañaré. Venid y tomad lo que el Padre os ofrece y seréis renovados. Seréis renovados en el Amor, el Amor os llenará, os transformará, el Amor Vivirá en vosotros.
No os quedéis con nada, TODO Le pertenece a Él. Desapareced ante Él, daos con plena confianza, Él es Todo Amor, Es Todo Amor.
Soy vuestra Madre Santísima, la Reina del Cielo. La Reina de los corazones que Me han permitido Vivir perfectamente en ellos.
Soy vuestra Madre que os ha de guiar por el camino del Bien, por el camino del Amor, por el camino de la Perfección. Les quiero hablar sobre la docilidad, que es una virtud muy grande para los que quieren ser perfectamente hijos de Dios.
Nuestro Padre Dios como sabéis, nos llenó de virtudes, de dones, Me colmó de todo Su Amor en la perfección y lo más perfecto que Me concedió, fue la humildad y con ella Yo acepté todo lo que Él Me daba y lo que Me pedía. Con docilidad, con la humildad se acepta todo.
Con la docilidad se vive todo. Deberéis de aprender a ser dóciles para que podáis vivir la Vida de Dios en vuestro corazón, en vuestros actos, en todo lo que Él pida a vuestra alma para el bien de vuestros hermanos.
Sin la docilidad NO podrías multiplicar los dones que Dios os ha otorgado. Con la docilidad podéis multiplicar la vida en Gracia tanto en vosotros, como en vuestros hermanos. Con la docilidad podréis ganar el Cielo grandemente.
Pedidla Hijitos Míos, pedidla sin temor, porque muchas veces sentís el peso de la responsabilidad ante la tarea impuesta, -aquí no existen imposiciones-, cuando sale del Corazón de vuestro Dios, Él os pide, NO impone y vosotros aceptáis por Amor y actuáis con docilidad.
La docilidad lleva ya intrínseca la Gracia de la facilidad en la actuación del Bien pedido por vuestro Dios. Si actuáis en la docilidad se os abrirán puertas difíciles que a ojos humanos serían imposibles por abrir.
En la docilidad veis la Mano de Dios en vuestra vida y todo se facilita porque es vuestro Dios el que actuará a través vuestro, al actuar en la docilidad tendréis un verdadero cambio de actitud en vuestra vida, al vivir la docilidad, estaréis viviendo como verdaderos Hijos de Dios, obedientes, amorosos y sobretodo, pagando a vuestro Dios con la misma moneda del Amor, Él, salvando vuestra alma y vosotros, salvando almas para Él.
En la docilidad, Él puede actuar perfectamente y se puede hacer Su Divina Voluntad en los corazones, en la docilidad veis grandes cambios en vuestro ser y en el de los demÁs, porque es el Amor el que se infunde en vosotros y es Amor el que vosotros infundís en los demÁs.
La docilidad es actuar en el Bien Supremo, en el Bien Divino, en el Bien Omnipotente. Acudid a MÍ, Hijitos MÍos, para que os enseñe a pedir, para que os enseñe a caminar, para que os enseñe a hablar, para que os enseñe a vivir segÚn nuestro Padre Dios quiere que vivamos.
Pedid este Don Supremo del alma, virtud excelsa del espíritu, unida a la humildad vence el Corazón de vuestro Dios, a Él le podréis pedir lo que sea y lo obtendréis si pedís con humildad y actuáis con docilidad, porque nunca pediréis para vosotros, sino lo que recibiréis será para el bien de vuestros hermanos.
Seréis intermediarios de los dones, de las gracias para vuestros hermanos.
Porque todo logro, todo triunfo, todo el éxito obtenido en alguna tarea realizada, siempre exige trabajo, con sacrificio de alguna forma.
Mis pequeños, Mis hijitos, Yo vuestra Madre Santísima, os veo, os escucho, Me llega vuestro clamor a Mi Corazón Santísimo. Os acompaño en vuestras penas, os acompaño en vuestro dolor y no solo éso, sino que lo comparto con vosotros, porque lo comprendo.
Mi Vida fue de sacrificio continuo, de donación plena a Nuestro Dios.
Desde muy pequeña fui entregada al Templo para ser preparada y para poder servir a Nuestro Dios por siempre. Mi Primer gran Dolor fue cuando se Me dijo que tenía que apartarMe del Templo, para contraer nupcias con el señor San José.
Y aunque Yo ya Me había comprometido a vivir soltera y virgen toda Mi Vida en el Templo, cumplí con las órdenes dadas por el Sumo Sacerdote.
Fue un dolor indecible, porque Yo había sacrificado Mi Vida entera a Dios para que llegara pronto el Salvador Anunciado.
En la Anunciación se Me indicó Mi Misión y lo grande que iba a ser ello, pero también se Me indicó que el Dolor iba a acompañar Mis días de Gloria.
Sí, Mis pequeños, fue una santa Gloria lo que llenó Mi Vida a partir de ése momento, ¡Servir a Mi Dios qué alegría, qué honor, qué dulzura de Mi Creador! Fijarse en la pequeñez de Su esclava, ¡Todo un Dios, Inmenso, Inconmensurable, Omnipotente y se estaba abajando en Mí Su Servidora, qué Belleza de Mi Dios!
Sí, Mis pequeños, todo lo que viene de Nuestro Dios es bellísimo y siempre tiende a darnos lo que nuestra alma necesita. O sea, un gozo extremo; pero para llegar a obtener ése gozo máximo, se necesita el sacrificio.
Así como Yo tuve que cumplir la Misión de Madre de Nuestro Salvador y actué como Corredentora, por este hecho. También tuve, que padecer de muchos dolores. Vosotros mismos, también sois corredentores, porque estáis en la Tierra para servir a Nuestro Dios.
Entended y gozad como Yo Misma gocé, ¡Qué honor estar sirviendo a Nuestro Padre!
Como os dije al principio, todo triunfo, todo logro, todo beneplácito en vuestra vida, exige un sacrificio. NO importa su magnitud, pero todo va a requerir mayor o menor sacrificio o donación de vosotros mismos.
El conseguir un trabajo, el completar una carrera, el llevar el pan a la familia, el tener un bebé, el vivir como verdadero cristiano, etc., Todo exige un sacrificio. Y el ganar la Gloria Eterna, lo exige en mayor grado.
Conozco perfectamente las pruebas que estáis pasando cada uno de vosotros en éstos tiempos actuales y todo se irá acrecentando, porque el Enemigo Infernal lo está causando.
Su tiempo ya está llegando a su fin, por ello está usando de todo su poder para tratar de desestabilizaros en todos sentidos. No quiere irse solo al Infierno, a donde pertenece. Se quiere llevar a cuantas almas pueda para Burlarse del Amor de Nuestro Dios.
Sí, Mis pequeños. Las pruebas siempre han existido y todas las almas que han bajado a la Tierra las han sufrido, pero el Amor, la Fortaleza, la Guía Amorosa de Nuestro Dios y Mía, siempre os han acompañado.
Nunca dejamos a un alma sola. Nunca abandonamos a un alma a sus propias fuerzas.
Nunca Nos olvidamos de las almas que llegan a la Tierra a servir a Nuestro Dios. Muchos de vosotros así lo sentís a veces, creéis y decís: Dios me ha abandonado, ya no me quiere ó Me deja sólo en mis problemas.
¡No, Mis pequeños!, éso NUNCA lo vamos a hacer, ni vuestro Padre, ni Yo, vuestra Madre. Conocemos vuestra pequeñez, conocemos vuestra fragilidad, conocemos todo vuestro actuar y por eso os estamos continuamente protegiendo.
¡NO dudéis nunca, ni por un momento, que vuestro Dios NO esté con vosotros!NO os imagináis lo que cada uno de vosotros vale para El. Sois Sus perlas preciosas, sois Su tesoro máximo, sois Su Vida Misma.
Cada uno de vosotros representa para Nuestro Dios un tesoro grandísimo. El ha puesto en cada uno de vosotros Sus Dones, Sus Bendiciones, Su Propia Vida y El se goza mucho cuando respondéis como lo que debéis ser, ¡hijos de Dios!
Pero entended Mis pequeños, lo que esto significa. Fuisteis creados por Su Amor, fuisteis investidos con Su Gloria, se os compartió de Sus Capacidades, sois una extensión de Dios en una palabra.
Pero debéis comportaros con la dignidad real con la que fuisteis pensados.
Dios, Nuestro Padre Nos creó grandes y perfectos, Vuestra alma y la Mía pertenecen a Su Esencia, pero también se nos dió la libertad de actuación, el libre albedrío y ahí es donde se debe de dar el primer sacrificio.
Vencer en uno mismo la maldad, para mantenerse en la dignidad otorgada.
No quiere decir que con el sacrificio vais a ganar el Reino de los Cielos y el regalo que ahí se osdará, ¡NO, Mis pequeños!, vosotros ya sois parte del Cielo y ya tenéis un gran regalo en él, el sacrificio Y los méritos que hagáis son para evitar perderlo. Entended bien esto.
Un hijo no deja de ser hijo de sus padres nunca y la casa en donde nacisteis y crecisteis, siempre va a ser vuestra casa. Es la persona la que se va apartando de su casa, de sus padres al preferir otras cosas. Le va dando la espalda a sus creencias, a sus padres, a la forma de vida que tuvo en su hogar.
El alma es la que prefiere mostrar otra cara, rechazando lo que recibió de Su Padre. Lleva otra forma de actuar de la que el Amor exige, porque se empieza a llenar de las cosas del mundo. Cosas que pertenecen al Enemigo, cosas que van contra la santa forma de vivir y de transmitir de los hijos de Dios.
Hay almas que sufren mucho, porque se han apartado mucho del buen camino.
Y también hay otras que también sufren mucho, pero éstas son muy buenas y su sufrimiento es debido a que ellas mismas se han donado con una gracia especial, a sufrir a veces grandes dolores; para acompañar más íntimamente a Mi Jesús, en la salvación de todas las almas tercas, sin corazón y sin sentimientos para con Nuestro Dios.
Sí, el dolor y el sacrificio en el Mundo existen, pero ni estáis abandonados ni carecéis de capacidades para vencerlos y ésto lo lograréis si os mantenéis unidos al Corazón de Mi Hijo y al Mío.
Luchad y no osdeis por vencidos en la tarea que se os ha encomendado, NO estáis solos, os vuelvo a repetir. Todo gran triunfo ha requerido de un gran sacrificio y estáis a punto de lograr vuestro Triunfo, ¡NO os desaniméis!
Orad intensamente y con gran Fé, vuestro Dios os ama infinitamente y os quiere de regreso a la Casa paterna. Venid a Mi Corazón de Madre y contadMe
vuestras angustias y Yo enjugaré vuestras lágrimas y os aconsejaré.
Os amo y os quiero llevar triunfantes al Corazón de Nuestro Dios. La cobardía no debe existir nunca en los hijos de Dios. Luchad, tomando fuerzas de Nosotros y venceréis.
Recordad lo que ya Mi Hijo Jesucristo y Yo misma os hemos dicho muchas veces, que NO estáis aquí en la Tierra por casualidad o por obligación.
Vuestra estancia sobre la Tierra, vuestro paso por ésta Tierra, tiene para cada uno de vosotros una misión y una razón muy grandes, la de ser corredentores y este acto tan grande y de tanta responsabilidad se desarrolló como un acto vuestro en TOTAL LIBERTAD y de TOTAL DONACION a la voluntad de vuestro Dios.
Vuestro paso sobre la Tierra debe ser éso, sólo tránsito, sólo un momento, sólo el tiempo necesario para cumplir con la tarea que vosotros, con amor y libertad, aceptasteis de vuestro Dios. Él siempre respeta la libertad de las almas, nunca impone algo.
Porque si así lo hiciera, estaría actuando en contra de Sus Enseñanzas, por ello debéis estar seguros que vuestra donación fue libre y espontánea y vuestro Padre os lo agradece compartiéndoos también, el título de corredentores, al ayudar a Su Hijo Jesucristo en la salvación de vuestros propios hermanos.
Yo, como Virgen y Madre, también comparto el título de Corredentora por haber sido escogida por la Santísima Trinidad para traer al Mundo a Mi Dios Salvador y que de Mí se encarnara, que tomara de Mi Carne Virginal, libre de todo mal, libre de toda culpa, libre de toda corrupción que el pecado causó a la Obra de Creación de Nuestro Padre Dios.
Y por el hecho de que Mi Carne y todo Mi Ser se mantuvieron Puros y Virginales, fui elevada al Cielo en Cuerpo y Alma al llegar el final momento de Mi Misión sobre la Tierra.
Sí, Mi Misión sobre la Tierra terminó, pero Mi Misión como Madre de todos vosotros, NO. Esta sigue y sigo viendo por la salvación de cada uno de vosotros.
Si a Mi Hijo lo acompañé, durante toda Su Vida hasta el momento de Su Muerte, también a cada uno de vosotros os acompaño durante toda vuestra vida. Me queráis o no, Me aceptéis o no, Me busquéis o no.
Mi Hijo, sobre la Cruz Me dió la tarea de ver por todos vosotros, TODOS VOSOTROS, sin distinción de raza, credo, creencia, etc.
Para todos vosotros bajó, para todos vosotros predicó, por todos vosotros sufrió y murió. Para todos vosotros resucitó y para todos vosotros Soy Vuestra Madre porque así Él Me lo pidió.Yo Soy la Madre de todo el género humano y una madre siempre buscará y velará por todos sus hijos, sean buenos ó malos, favorables a la Fé de vuestro Dios o contrarios a ella. Y así como El os quiere a todos, Yo como Madre, no puedo ser contraria al Amor y a los deseos de Mi Hijo.
El Amor de Mi Dios está en Mi y éste Amor actúa perfectamente en Esta, Su Sierva Fiel.
Por favor Mis pequeños, tratad de entender bien lo que vuestro Dios os concedió a cada uno de vosotros. Este paso, éste momento de la Eternidad que se os ha dado para servirLe en la salvación y Redención del género humano, se os pagará en forma tremenda.
A vista de la Eternidad, el momento que tomará vuestra estancia sobre la Tierra es pequeñísimo, es casi imperceptible a ojos humanos, pero no para Nuestro Dios. Es vuestra donación libre y amorosa, es vuestro amor infinito por El, lo que a vuestro Dios le interesa.
El deseo de bajar libremente a servirLe en la salvación de vuestros hermanos y el deseo de traer Su Amor a la Tierra para poderla levantar del mal en el que se encuentra, vuestro Dios os lo paga por toda la Eternidad.
Sí, es un momento insignificante vuestra estancia sobre la Tierra y será pagado con un gozo extremo, con un gozo total para vuestra alma por toda la Eternidad.
Si pensarais como comerciantes, como administradores de un bien, os daríais cuenta de que la proporción del pago que se os dará a la tarea que realizaréis, es infinitamente desproporcionada.
Vuestro Dios os paga por vuestro trabajo sobre la Tierra en forma descomunal y ése pago irá también, en proporción a lo que hagáis por El durante vuestro paso terreno. Si mucho disteis, infinitamente más se os multiplicará en el Reino de los Cielos.
Vuestro Dios, Nuestro Padre, es un “mal comerciante” que os paga muchísimo más de lo que vuestro trabajo vale. Porque “vuestro trabajo” está lleno de pecados, de errores, de caídas, de traiciones; pero también, de valor, de Fé y de AMOR. Y por ése Amor y por ser vuestro Padre, El os dá ése premio descomunal.
Esto es lo que a El le interesa más de vuestro paso sobre la Tierra: Cuánto amasteis y cuánto de Su Amor dejasteis en el corazón de vuestros hermanos.
Es el Amor el que va a producir el cambio sobre la Tierra y el que va a daros el premio eterno. No bajáis a la Tierra a apoderaros de ella ni a buscar sólo sus bienes, a tratar de poseer más.
Bajáis a servir a vuestro Dios con los Bienes que El os concedió, responsabilizándoos de repartir lo que de El traéis del Cielo: como Su Amor, Sus Virtudes, Sus Bendiciones, Su Ejemplo… Y sobre todo, el honor de haber sido escogidos para ser corredentores junto con Su Hijo y de ser ejemplo fiel de Sus Enseñanzas.
Pocos, muy pocos de vosotros os dais realmente cuenta de tal honor, el de ser siervos fieles de vuestro Dios, como Yo lo Soy.
Sí, la tarea que El os pide se os pace difícil a ratos, pero El siempre está atento a vuestras necesidades. Además de que Yo vuestra Madre, constantemente estoy intercediendo por vosotros, para obtener de Nuestro Dios lo que necesitáis en todo momento.
El nunca os pide más allá de lo que os pidió antes de que bajarais a servirLe. El os dotó de todo lo necesario para que pudiérais cumplir satisfactoriamente con vuestra misión y se os debe de hacer más fácil si os mantenéis en constante comunicación interior con Su Voluntad.
Pero éso es algo que pronto se os olvida y que desecháis de vosotros.
No evitéis ni despreciéis la Oración profunda, la oración interior, porque es la que os dá la comunicación segura y constante con vuestro Creador.
Si os apartáis de la Gracia, de la pureza de vuestro corazón y de la Oración, os sucede como a aquél que es dejado en medio de un bosque, en la total obscuridad. Se pierde y sigue luces débiles que lo pueden llevar por caminos de peligro o de muerte.
¡Vuestra misión es grande, como vuestro Premio lo será, si la termináis Triunfantes!
Dejad que Yo os guíe como Madre vuestra que Soy, para poder llevaros a feliz término de vuestra misión y así Me dejéis con una gran alegría, la de haberos ayudado a obtener una gran Gloria por toda la Eternidad.
Y, recordad, que con el dolor y el sacrificio aceptados y ofrecidos junto con los de Mi Hijo, vais a lograr vuestra máxima presea, ¡el Reino Eterno!
Mis pequeños, uníos más a Mi Corazón, que Yo os llevaré al de Mi Hijo.
El Bien Supremo de vuestro Dios os cubra, os guíe y os haga amar más a vuestros Dios, porque de Él habéis obtenido todo y a Él le agradeceréis por toda la Eternidad, por el regalo que os dará por vuestra misión bien realizada en la Tierra.
Mi Corazón quede con vosotros y con los vuestros. Acudid a MÍ, vuestra Madre, siempre que necesitéis y Yo estaré pronta a ayudaros. Mi Paz quede con vosotros.
Os amo infinitamente, Mis pequeños y os bendigo en Nombre de Nuestro Padre Dios, en Nombre de Mi Hijo Redentor, en Nombre de Mi Esposo-Amor y en Mi Nombre de Virgen y Madre de Mi Dios y vuestra.
OFRENDA DE LOS SENTIDOS
PURIFICACION DE LOS SENTIDOS DEL HOMBRE
ORACIÓN DADA POR LA SANTÍSIMA VIRGEN
08 DE AGOSTO 2012
“Oh Padre, oh Hijo, oh Espíritu Santo
dador de Vida, de Misericordia, de Perdón y de Justicia:
mantenme atado a Tu Amor Infinito
para que cuanto deslumbre mi vida, sea opacado por Ti.
Consagro mis pensamientos, mis sentidos, todo mi ser
a Tu Poder, a Tu Misericordia Infinita y a Tu Justicia Divina.
Consciente soy de que constantemente me alejo de Tu Amor
y permito que la vanidad y los sueños
falseen esa fe de la que no doy testimonio.Ven Espíritu Divino, ven con Tu Poder,
renueva todo mi ser y haz que como creatura nueva en Ti,
mi mente y mi pensamiento sean renovados
y mi corazón lata constantemente por mantenerme
siendo uno solo Contigo, Oh Santísima Trinidad.
Perdona las continuas ofensas y apelando a tu Divina Misericordia,
me entrego a la vez a Tu Divina Justicia.
Renuévame por dentro y para que así sea fiel testimonio
de Tu Amor, de Tu Bondad, de Tu Omnipotencia
y te amé por sobre todo”. Amén.“LOS SENTIDOS FÍSICOS DEL HOMBRE TIENEN QUE LLEGAR A COMPENETRARSE CON EL ESPÍRITU.”
1° SEMANA
EL SENTIDO DE LA VISTAMENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
12 DE SEPTIEMBRE DEL 2016
Pueblo Mío, es imprescindible que cada uno de mis hijos inicie un periodo de enmienda espiritual y física.
Los sentidos físicos del hombre tienen que llegar a compenetrarse con el espíritu. Iniciarán con el sentido de la vista por una semana. Cada instante se dedicarán a limpiar el sentido de la vista, hasta que esta sea entregada para agradar a Nuestra Voluntad y el mayor bien del alma.
PRIMER DÍA:
Ofrezco el Don de la vista en este día a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima, les ofrezco este Don de la vista en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente de mi mirada,
dame la fuerza para mirar únicamente lo que sea para el bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo,
guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo vista, y con esta miro el bien y el mal desde este instante,
ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual,
priorizando el deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mi vista de las ocasiones de pecado,
buscando en todo cuanto miro, el propósito Divino,
encontrando el bien en cada hermano y en cada cosa creada por el Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido de la vista, la entrego a los Sagrados Corazones
para que, siendo criatura Tuya mi Señor, me levantes del pecado.
No deseo que la vista llegue a provocarme malos pensamientos
ni desestime yo las bondades Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones sean sostén de mi pensamiento para que este sujete mi vista y ella mire el bien
y las cualidades que cada criatura humana posee y se ocultan a mí en su obrar y actuar.
Posea la valentía para oponerme con fuerza y no permitir que mi vista sea utilizada por el mal.
Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones,
y así moldeen mi vista para que se aleje de las pequeñeces humanas.
Mi vista se limpie en el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones.
Amén.MEDIODÍA:
Repaso con Nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.
ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito, para ser mejor hijo de Dios.Padre Nuestro, Tres Ave Marías y Gloria.
Su Jesús.
2° SEMANA
EL SENTIDO DEL OÍDOAl escuchar que les llamo a no pecar, tienen que saber que Mi deseo es guiarles para que limpien la memoria… Y encuentren libertad.
Pueblo Mío, es imprescindible que cada uno de mis hijos continúe Purificando el sentido del Oído. Los sentidos físicos del hombre tienen que llegar a compenetrarse con el espíritu.
Continuarán con el sentido del oído, con el sentido de la audición, por una semana.
Cada instante se dedicarán a limpiar el sentido del oído, hasta que este sea entregado para agradar a Nuestra Voluntad y para mayor bien del alma.PRIMER DÍA DE LA SEGUNDA SEMANA:
Ofrezco el Don de la audición, en este día, a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima.
Les ofrezco este Don de la audición en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente, mi memoria y mi pensamiento se mantendrán atentos, alertas,
para no acumular lo que mi oído escucha y lleva a retener el pecado,
ofendiendo a los Sacratísimos Corazones.
Dame la fuerza para escuchar únicamente lo que sea para el bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti, Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo,
guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo oídos y con estos escucho el bien y el mal.
Desde este instante ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual,
priorizando el deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mi oído de las ocasiones de pecado,
buscando en todo cuanto oigo, el propósito Divino,
recordando el bien que me brindó cada hermano
y escuchando en la Creación la grandeza del Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido del oído,
lo entrego a los Sagrados Corazones para que, siendo criatura Tuya, mi Señor,
me levantes del pecado.
No deseo que lo que he escuchado continúe provocando malos pensamientos ni desestime yo las bondades Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones, sean sostén de mi memoria y mi pensamiento
para que mi oído me lleve a retener solo el bien. Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones,
para que me libren de las ocasiones de culpa,
y así moldeen mi oído para que lleve a mi memoria únicamente lo que es para bien de mi alma y para que yo haga el bien a mis hermanos.
Mis oídos se limpien en el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones.
Amén.
MEDIODÍA:
Repaso con nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.
ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito, para ser mejor hijo de Dios.Padre Nuestro, Tres Ave Marías y Gloria.
Hijos, vengan a Mí, y entréguenme su vida.
Les bendigo.
Les amo, Su Jesús.3° SEMANA
EL SENTIDO DEL GUSTOAmado Pueblo Mío:
Continúen purificando el sentido del gusto. No olviden que el gusto NO solo hace referencia a lo que entra por la boca del hombre, sino también a lo que entra a la mente, a la razón y al pensamiento.
PRIMER DÍA DE LA TERCERA SEMANA:
Ofrezco el Don del gusto, en este día, a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima.
Les ofrezco este Don del gusto en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente, mi mente, memoria y mi pensamiento se mantendrán atentos, alertas,
para no acumular lo que el sentido del gusto apetece y lleva al pecado,
ofendiendo a los Sacratísimos Corazones.
Dame la fuerza para liberar mi sentido del gusto y llevarlo a obrar y actuar en lo concerniente al bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti, Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo,
guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo mente y pensamiento, tengo razón para el bien y el mal.
Desde este instante ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual,
priorizando el deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mi razón y mi apetencia de las ocasiones de pecado,
buscando en todo, el propósito Divino,
recordando sólo el bien que me brindó cada hermano
y en la Creación la grandeza del Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido del gusto,
lo entrego a los Sagrados Corazones para que, siendo criatura Tuya, mi Señor,
me levantes del pecado.No deseo que lo que soy continúe provocando malos pensamientos ni desestime yo las bondades
Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones, sean sostén de mi mente, memoria y mi pensamiento
para que mi razón me lleve a retener solo el bien.
Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones,
para que me libren de las ocasiones de culpa,
y así moldeen este sentido para que lleve a mi memoria únicamente lo que es para bien de mi alma y
para que yo haga el bien a mis hermanos.
Este sentido del gusto apetezca el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones.
Amén.MEDIODÍA:
Repaso con nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.
ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito, para ser mejor hijo de Dios.Padre Nuestro, Tres Ave Marías y Gloria.
Hijos, vengan a Mí, y entréguenme su vida.
Les bendigo.
Les amo, Su Jesús.
4° SEMANA
EL SENTIDO DEL OLFATOAmado Pueblo Mío:
Continúen purificando el Sentido del Olfato, atendiendo a que el olfato físico es el que proporciona el desarrollo de la consciencia en el hombre que no desespera, sino espera sin decaer.
Asocian el olfato con el paladar y esto NO es correcto.
El Olfato Espiritual lleva a Mis hijos a vivir en la Esperanza de la Salvación, mirando la meta del encuentro final en un éxtasis de amor, que la criatura humana Me ofrece constantemente en la lucha de cada instante.
Mi Pueblo desea lo indebido y por ello se corrompe y NO mantiene la Esperanza ni la Fe en Mi Palabra.
Amados hijos, continúen despertando el Don del olfato. Con la conciencia clara y sumergida en la Esperanza, Mi Pueblo camina dentro de la obediencia.
PRIMER DÍA DE LA CUARTA SEMANA:Ofrezco el Don del olfato en este día a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima.
Les ofrezco este Don del olfato en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente, mi mente, mi memoria y mi pensamiento se mantendrán atentos, alertas,
para no acumular lo que el sentido del olfato apetece y lleva al pecado, ofendiendo a los Sacratísimos Corazones.
Dame la fuerza para liberar mi sentido del olfato y llevarlo a obrar y actuar en lo concerniente al bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti, Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo(a), guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.
AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo mente y pensamiento, tengo razón para el bien y el mal.
Desde este instante ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual, priorizando el Deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mi razón y mi apetencia de las ocasiones de pecado, buscando en todo, el propósito Divino, recordando sólo el bien que me brindó cada hermano y en la Creación, la grandeza del Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido del olfato, lo entrego a los Sagrados Corazones para que, siendo criatura Tuya, mi Señor, me levantes del pecado. No deseo que lo que soy, continúe provocando malos pensamientos ni desestime yo las bondades
Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones, sean sostén de mi mente, mi memoria y mi pensamiento para que mi razón me lleve a retener solo el bien. Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones, para que me libren de las ocasiones de culpa, y así moldeen este sentido para que lleve a mi memoria únicamente lo que es para bien de mi alma y para que yo haga el bien a mis hermanos.
Este sentido del olfato apetezca el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones. Amén.
MEDIODÍA:
Repaso con nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito para ser mejor hijo de Dios.
Padre Nuestro, Tres Avemarías y Gloria.
HIJOS, VENGAN A MÍ Y ENTRÉGUENME SU VIDA.
No olviden, hijos Míos, que el olfato apetece de los aromas atrayentes, pero NO todo lo que es apetecible al Olfato, es lo debido. El oro brilla, pero el oro no es la felicidad del hombre.
Les amo, Su Jesús.
5° SEMANA
EL SENTIDO DEL TACTOContinuarán elevando los sentidos espirituales con la práctica del sentido del Tacto Espiritual.
El vivir del hombre se asemeja a un círculo que se mantiene en continuo movimiento. Desde dentro de ese círculo se mantienen los sentidos como emanaciones que el hombre emite hacia su entorno, como luces hacia sus hermanos. El corazón, así como en el cuerpo se mantiene latiendo, así los sentimientos buenos o malos se transparentan en cada uno de ustedes.
EL SENTIDO DEL TACTO ESPIRITUAL LO MIRARÁN EN LOS AFECTOS,
Estos los condicionan a lo que reciben de los hermanos, del entorno y de lo que esperan de la vida. Para ser correctos, los afectos tienen que nacer de un corazón nuevo y ese corazón nuevo lo reciben cuando se entregan a Mí, en la Conversión.Hijos, cada uno de ustedes debe impedirse juzgar al prójimo con la auto-justicia propia fundida en la perversión, ya que el hombre normalmente tiende a la mentira y desprecia la verdad, arrastrando los afectos por sobre la conducta.
En este instante, la Humanidad ha sepultado el afecto, sus semejantes son estorbo o bendición, claramente dos caminos: nuevamente el bien o el mal, el amor o el odio, la alegría o la tensión, el aburrimiento o la acción.
Es esta la razón por la que les llamo a renovarse por dentro con espíritu generoso, para que me soliciten que les santifique el obrar y actuar en cada instante, ante el deseo ardiente de vivir en Mi Voluntad.
La voluntad humana equivoca cuanto desea, por esta causa, ante la desobediencia del hombre, los afectos han logrado cegar al hombre, enmudecerle, llevarle a la sordera y han creado una parálisis espiritual.
Hijos Míos, si cada uno NO permite que el entendimiento humano sea iluminado por Mi Espíritu, NO reconocerán ni comprenderán las verdaderas delicias de Mi Reino.
Los afectos del hombre se encuentran en lo bajo del mundo. Han fabricado su propio esquema de cómo es Mi Obrar y Mi Actuar y se han atascado en lo inmediato, en lo visible a sus ojos, despreciando lo de Mi Casa. La transformación de Mis hijos llega a través del conocerMe para que Yo les transforme y Me deseen Conocer en Espíritu y Verdad. Todo alcanza la belleza esperada si sus afectos se mantienen arriba junto a Mí.
EL SABIO ES BENÉVOLO, PACÍFICO, MISERICORDIOSO
Y – ALGO IMPORTANTE -, NO JUZGA.
CONTINÚEN PURIFICANDO EL SENTIDO DEL TACTO Atendiendo a que el tacto físico corresponde a los afectos en el corazón del hombre que no desespera sino espera sin decaer.
Asocian el tacto con el sentir por medio de la percepción concreta de algo y esto NO es correcto.
El Tacto Espiritual lleva a Mis hijos a vivir en la Esperanza de la Salvación, mirando la meta del encuentro final en un éxtasis de amor, que la criatura humana Me ofrece constantemente en la lucha de cada instante.
Mi Pueblo desea lo indebido y por ello se corrompe y no mantiene la Esperanza ni la Fe en Mi Palabra.
Amados hijos, continúen despertando el Don del tacto. Con la consciencia clara y sumergida en la Esperanza, Mi Pueblo camina dentro de la obediencia.PRIMER DÍA DE LA QUINTA SEMANA:
Ofrezco el Don del tacto en este día a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima.
Les ofrezco este Don del tacto en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente, mis afectos se mantendrán atentos, alertas, para no acumular lo que el sentido del tacto apetece y lleva al pecado, ofendiendo a los Sacratísimos Corazones.
Dame la fuerza para liberar mi sentido del tacto y llevarlo a obrar y actuar en lo concerniente al bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti, Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo(a), guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo afectos para el bien. Desde este instante, ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual, priorizando el Deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mis afectos de las ocasiones de pecado, buscando en todo el propósito Divino, recordando sólo el bien que me brindó cada hermano y en la Creación, la grandeza del Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido del tacto, lo entrego a los Sagrados Corazones para que, siendo criatura Tuya, mi Señor, me levantes del pecado.
No deseo que lo que soy, continúe provocando malos afectos ni desestime yo las Bondades Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones, sean sostén de mis afectos para queme lleve a retener solo el bien.
Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones, para que me libren de las ocasiones de culpa, y así moldeen este sentido para que lleve mis afectos únicamente a lo que es para bien de mi alma y para que yo haga el bien a mis hermanos.
Este sentido del tacto apetezca el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones.
Amén.
MEDIODÍA:
Repaso con nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.
ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito para ser mejor hijo de Dios.Padre Nuestro, Tres Avemarías y Gloria.
HIJOS, VENGAN A MÍ Y ENTRÉGUENME SU VIDA.
No olviden, hijos Míos, que el tacto apetece de los sentimientos atrayentes, pero no todo lo que es apetecible al tacto, es lo debido. El oro brilla pero el oro no es la felicidad del hombre.
CONSAGRACION
Consagración a los Sagrados Corazones
CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Sagrado Corazón de mi adorado Jesús,
manantial de misericordia infinita,
recibe en este día la entrega total de mi ser.
Toma mi vida, la ofrezco a Ti
Sea Tu Corazón Sacrosanto, manantial de gracias,
no sólo para mí, sino para toda la humanidad,
la cual en este momento junto a mí, entrego a Tu protección.
Te entrego mi corazón, para que éste te ame sólo a Ti,
Te entrego mi vista para que yo mire Tu Amor por doquier,
Te entrego mis oídos para que éstos escuchen Tu latir,
Te entrego mi pensamiento para que éste;
resguardado por Ti, sea constantemente himno de adoración,
Te entrego mis manos y mis pies para que sean a Tu semejanza,
Bendición para mis hermanos y hermanas.
Sagrado Corazón de mi adorado Jesús,
hoy te acepto como mi refugio en todo momento de angustia y tribulación,
te acepto como protector y custodio de mi vida sobre todo en los momentos de tentación.
Sagrado Corazón de mi adorado Jesús,
desde hoy me entrego totalmente a Ti.
Te ruego me ampares en esta vida para que nada ni nadie me separe de ti.
Manantial infinito de misericordia, toma posesión de mi ser,
yo a cambio prometo amarte y hago propósito de no ofenderte jamás.
Acoge te ruego, esta mi Consagración a Ti,
y guárdame desde este momento como posesión Tuya. Amén
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Yo………… me entrego, Madre, a Tu protección y a Tu guía;
no deseo caminar solo en medio de la tempestad de este mundo.
Ante Ti me presento, Madre del Divino Amor, con mis manos vacías,
pero con mi corazón colmado de amor y esperanza en Tu intercesión.
Te ruego me enseñes a amar a la Santísima Trinidad con Tu mismo Amor,
para no ser indiferente a Sus llamados ni indiferente a la humanidad.
Toma mi mente, mi pensamiento, mi consciente e inconsciente,
mi corazón, mis deseos, mis expectativas, y unifica mi ser en la Voluntad Trinitaria,
como lo hiciste Tú, para que la Palabra de Tu Hijo no caiga en terreno árido.
Madre, unido(a) a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo: sangrante
y despreciado en este instante de oscuridad,
elevo a Ti mi voz suplicante para que la discordia entre los hombres
y los pueblos sea aniquilada por Tu Amor Materno.
SOLEMNEMENTE TE CONSAGRO HOY, MADRE SANTÍSIMA,
TODA MI VIDA DESDE MI NACIMIENTO.
CON PLENO USO DE MI LIBERTAD, RECHAZO AL DEMONIO Y SUS MAQUINACIONES
Y ME ENTREGO A TU INMACULADO CORAZÓN.
TÓMAME DE TU MANO DESDE ESTE INSTANTE
Y A LA HORA DE MI MUERTE,
PRESÉNTAME ANTE TU DIVINO HIJO.
Permite Madre de Bondad, que esta mi consagración,
sea llevada en manos de los Ángeles a cada corazón
para que se repita al infinito en cada criatura humana. Amén.