26.- CORREO EPISTOLAR
Tito Petronio a Marco Aurelio Petronio:
Salve.
Eladio es de mi absoluta confianza envíame con él tu respuesta a esta carta. Cuando me vine para Anzio te dejé sobre una buena pista y lleno de esperanza. Espero que ya hayas calmado tu pasión en brazos de Alexandra, ¡Mi carísimo Marco Aurelio! Que la rubia Afrodita te guíe y que tú seas el spintria (Tiberio llamaba así a los maestros en la lujuria) de esa alba Alexandra que escapa del amor.
Recuerda que el mármol aún el más precioso, no es nada por sí mismo y no adquiere valor hasta que la mano del escultor lo transforma en una obra maestra.
No basta amar. Es necesario saber amar y saber enseñar a amar. La plebe y los animales experimentan placer; pero el hombre verdadero se distingue por su aptitud para hacer de ese placer un arte lleno de nobleza apreciándolo como un don divino.
Y no solo experimentarlo, sino saber compartirlo. Así pues, sé tú el escultor de Alexandra y desea no solo su cuerpo, sino también su corazón. Y ámala.
Con frecuencia pienso en la vanidad, la incertidumbre y el fastidio de nuestra vida. Y me pregunto si no has tomado tú la mejor parte y si la guerra y el amor no son las dos cosas por las cuales vale la pena haber nacido. En la guerra tú has sido afortunado y has sido un valiente guerrero. Y en el amor, conoces la dicha y la agonía…
Si sientes curiosidad por saber lo que ocurre en la corte de Nerón, te diré:
aún lloramos a la pequeña Claudia Augusta. Cantamos himnos de nuestra composición y nuestro dolor aún no se calma. Y podemos exhibirlo en todas las actitudes que enseña la escultura. Todos los augustanos están aquí, incluyendo las quinientas burras de cuya leche se sirve Popea para sus baños.
¡Ay Querido! Nos estamos modernizando tanto en el teatro, que ahora hacemos las cosas con el mayor realismo y Enobarbo se encarga de que las emociones sean siempre más trepidantes en unos escenarios también cada vez más insólitos.
Nos hemos salido del anfiteatro e ignoro que siga la próxima vez. Pienso que nosotros moriremos como bufones o comediantes. Nerón representó una comedia de Afranio el dramaturgo titulada “El Incendio” y entregó a los actores al pillaje de una casa que se incendió a propósito.
A Barba de Bronce esto le produjo un placer enajenante y creció su inspiración y su deleite por la actuación. Esto se tradujo en generosos regalos para todos nosotros, en nombramientos para muchos otros y en que al verlo tan feliz, por fin puedo estar un poco más tranquilo respecto a seguir manteniendo nuestras cabezas en su lugar. Porque otros no han sido tan afortunados:
Salvidieno Orfito, el pobre ni siquiera sospecha que su muerte haya sido decretada ¿Y sabes por qué? ¡Porque alquiló a unos diputados tres habitaciones de su casa cerca del Foro! A Casio Longino, por haber conservado entre sus antiguos retratos de familia, el de Cayo Casio, uno de los asesinos de César ¡Y está ciego! Pero eso no le importa a Nerón, cuando tiene sed de destruir…
¡Sólo por eso no hay salvación para ellos! ¡Pero éste es nuestro mundo!
Vamos a tener una lidia de gladiadores. El actor Dato representó a Edipo y le pedí que me contestara como judío que es, (su verdadero nombre es Nazario), si los cristianos y los judíos son una misma cosa.
Me contestó que los judíos tienen una religión eterna, pero que los cristianos forman una nueva secta que se ha formado recientemente en Judea. Que en tiempos de Tiberio los sacerdotes de Jerusalén, crucificaron a cierto Hombre cuyos prosélitos aumentan diariamente y a quién los cristianos adoran como Dios.
Parece que se niegan a reconocer a otros dioses y especialmente a los nuestros. No se me ocurre que daño les puede suceder si también los adoraran… en fin…
Tigelino me demuestra abiertamente su envidia y su odio… Y yo ni siquiera puedo considerarlo mi adversario. Solo me aventaja en dos cosas: tiene más apego que yo a la vida y al mismo tiempo es un canalla supremo. Y esto lo une más a Nerón.
Ellos acabarán por entenderse perfectamente, junto con Haloto que está lleno de violencia y es el hombre más cruel que el mundo haya conocido jamás. Este trío es el castigo de la humanidad. ¿Cuándo? No lo sé. En realidad poco importa la fecha, pero llegará.
Mientras tanto yo me estoy divirtiendo como nunca. La vida sería muy aburrida si no fuera por nuestro Augusto Mono. Yo comparo la adquisición de sus favores a una carrera en el circo, con la cual la victoria solo halaga el amor propio.
En este aspecto a veces creo que me parezco un poco a Prócoro Quironio. Cuando éste ya no te sirva, mándamelo. Le he tomado gusto a su conversación cínica y sugestiva. Presenta mis saludos a tu divina cristiana… Y dime cómo te encuentras de salud. Háblame de tu amor. Dime cómo estás y cómo te sientes. Adiós.
Marco Aurelio estaba muy deprimido cuando recibió esta carta y la contestó inmediatamente.
Marco Aurelio Petronio a Tito Petronio:
Salve.
No se ha sabido nada de Alexandra. Si no fuese por la esperanza de encontrarla pronto, no recibirías esta carta. Quise comprobar que Prócoro no me engañaba. Me envolví en un capote militar y lo seguí a él y a Dionisio, el esclavo que mandé con él.
Atestigüé la entrega y me regresé, porque sentí el impulso de ir hacia ellos y prometer recompensa a quién entregase a Alexandra. Pero tuve miedo de malograr el trabajo de Prócoro y contra mi voluntad mejor me retiré. Prócoro ha venido varias veces, pero dice que no ha podido encontrarla.
Los cristianos se aman y se ayudan tanto, que va a tardar un poco dar con su paradero. Pero es mejor ir con paso seguro para no cometer errores. En cuanto suceda algo interesante te lo comunicaré. Adiós.
Marco Aurelio, además de sentirse herido en su orgullo; no logra comprender la oposición y la resistencia de Alejandra. Su misma fuga es un enigma que le tortura el cerebro y no encuentra respuesta.
Sabe que Actea ha dicho la verdad y que ella no era indiferente a su amor. Es más, ella aseguró que lo amaba. Entonces ¿Por qué había huido?
Lo único que logra entender es que entre Alexandra y él hay un abismo que los separa y que tiene que ver, con el mundo romano que él conoce y el mundo cristiano en el que ella se desenvuelve.
Pensar en esto lo llena de desaliento y lo único que le queda es renunciar a ella. Y esta idea lo desquicia, porque contra sí mismo y con inmenso dolor, ve que ya no puede vivir sin ella. Y pensar que era correspondido y que ella podía colmar sus más fervientes anhelos, hace que se apodere de él una angustia cruel.
Y mientras su corazón desborda una inmensa ternura que lo envuelve como una poderosa ola y le hace exclamar en medio de las lágrimas:
– ¿Dónde estás amada mía? ¿Por qué te fuiste y me abandonaste con tanta crueldad?…
Se siente verdaderamente enfermo y desgraciado. Anhela su amor tanto… Que hay instantes en que desearía matarla, para así acabar con su sufrimiento. Pero luego se dice a sí mismo, que si le dieran a elegir entre ser esclavo de Alexandra y no volver a verla jamás; preferiría ser su esclavo.
En estas alternativas de tortura, cavilación, incertidumbre y sufrimiento, está perdiendo la salud y su varonil hermosura…
Después de largas semanas de expectativa, un día llegó Prócoro y se presentó ante Marco Aurelio con el semblante muy contrariado.
El joven tribuno se puso pálido y saltando de su asiento, preguntó:
– ¿Qué pasó? ¿No está Alexandra entre los cristianos?
El griego contestó:
– Sí está, señor. Pero también está Mauro y yo no me puedo acercar a donde está ella.
– ¿De qué estás hablando y quién es Mauro?
Prócoro no supo cómo contestar y Marco Aurelio perdió la paciencia. Enojado, repitió la pregunta.
El griego contestó levantando su mano:
– Según parece señor, has olvidado al hombre con el que viajé a Roma. Y en cuya defensa perdí estos dedos, mutilación por la que no puedo escribir. Los ladrones que le arrebataron a su mujer y a su hijo, le hirieron con un puñal. Yo le dejé agonizante en una fonda y le había llorado por muerto. Más ¡Ay! Ahora estoy convencido de que está vivo y en Roma pertenece a la comunidad cristiana.
Marco Aurelio no entiende nada.
Lo único que le queda claro es que Mauro es el obstáculo que lo separa de Alexandra. Y por lo mismo, controlando su ira dijo:
– Si todo sucedió como dices, él debiera estar agradecido y ayudarte ahora.
Prócoro respondió:
– ¡Ah, noble tribuno! Ni los dioses suelen ser agradecidos. Pero por desgracia es un viejo senil y está confundido, porque según supe por sus correligionarios, me acusa de ser cómplice de los ladrones. Y me considera el causante de sus infortunios. ¡Así me paga la pérdida de mis dedos!
– ¡Bribón! Estoy seguro de que las cosas pasaron como Mauro las refiere.
– Entonces sabes más que él mismo, señor. Porque él solo tiene sospechas. Lo cual no le impide vengarse de mí cruelmente. Y ya lo hubiera hecho si conociera mi nombre. En el lugar donde nos encontramos no se fijó en mí. Pero yo lo reconocí de inmediato. Y ahora debo tener más cuidado con lo que hago. Cuando pregunté por él a conocidos suyos, me declararon que era el hombre que había sido traicionado por su compañero de viaje y por eso me enteré de semejante historia.
El tribuno contestó fastidiado:
– ¿Y qué me importa a mí todo eso? Dime que noticias me tienes.
Prócoro replicó:
– Cierto es señor, que a ti no te importa, pero a mí me va en ello la vida. Y en el deseo de que mi sabiduría sobreviva, prefiero renunciar a la recompensa que me has ofrecido, antes que exponerme por el simple lucro.
Entonces Marco Aurelio se le acercó y con mal reprimida cólera, le dijo:
– ¿Quién te ha dicho a ti que la muerte te va a llegar por medio de Mauro, antes que por mis propias manos? ¿Qué sabes tú perro, si dispongo de tu vida y se me antoja enterrarte en mi propio jardín?
Y Prócoro que es un cobarde, miró a Marco Aurelio y comprendió al instante que no es una broma. Una sola imprudencia más y estará perdido…
Y entonces exclamó:
– ¡La buscaré, señor y la encontraré! ¡Te lo prometo!
Hubo un largo silencio.
Y cuando el griego comprendió que la cólera del patricio disminuía, dijo:
– Un tiempo dudaste de la existencia de Félix y te convenciste de que te dije la verdad. Ahora tienes sospechas de que miento acerca de Mauro. ¡Ah! Si ésta fuese una mentira, yo podría mezclarme entre los cristianos sin peligro y si él me hubiese reconocido, no estaría yo hoy aquí. Y entonces ¿Quién te ayudaría a encontrar a la doncella?
Marco Aurelio le ordenó que le dijera detalladamente todo lo que había hecho, en qué había empleado el tiempo y lo que había descubierto.
Pero Prócoro no tenía mucho que contar. Había montado vigilancia y no había rastros de Alexandra.
Y solamente agregó:
– Hay un hombre. Un sacerdote al que ellos llaman Pontífice, que se llama Pedro y que fue discípulo directo de Cristo y ahora es su apóstol. Los cristianos le guardan una gran veneración. Van a tener una reunión muy importante y yo buscaré la forma de asistir y ver si puedo llevarte sin peligro. Es casi seguro que ella también asistirá y nosotros podremos verla.
Los cristianos son personas pacíficas y ordenadas. ¡Y me sorprendí mucho, porque todas las acusaciones que les hacen son calumnias! Ellos no hacen nada de lo que la gente cree. No son licenciosos y todos son muy virtuosos. Su religión no incita al crimen y por el contrario, manda perdonar y amar a los enemigos.
Marco Aurelio recordó lo que Fabiola le había dicho en la casa de Actea.
Y por lo general, le complacieron bastante los informes de Prócoro. Aun cuando los sentimientos que Alexandra le inspira son bastante tormentosos, sintió alivio al oír que la religión que ella profesa no es criminal, ni repulsiva.
Pero al mismo tiempo intuyó que es precisamente el amor reverencial a este Cristo desconocido y misterioso, el que ha levantado una muralla entre él y Alexandra. Y empezó a tener prevenciones contra esa nueva religión.
Pero a Prócoro lo que le interesa es huir de Mauro. De lo que narró a Marco Aurelio la verdad es que fue él, el que traicionó a Mauro. Le robó todo. Lo vendió a unos traficantes y le privó de su familia, vendiéndolos como esclavos. Apuñaló a Mauro y le dejó medio muerto en el campo, creyendo que no sobreviviría al asalto.
Lo que nunca esperó fue que pudiera curarse de sus heridas y llegara hasta Roma. Ahora tiene miedo de encontrarlo de nuevo. Sin embargo más terror le infunde Marco Aurelio… Y comprendió que la persecución y venganza de un poderoso patricio que tiene otro aliado más grande todavía: Petronio, no le deja ninguna alternativa.
Todas estas consideraciones le impulsan a jurar:
– Por Zeus te prometo, ¡Oh, señor! Que iré a averiguar más lo más pronto posible.
Más tarde…
Casi al mismo tiempo que el griego se fue, llegó un correo con una carta de Petronio y Marco Aurelio se metió en la biblioteca a leerla.
Después de romper el sello, extendió la vitela:
Tito Petronio a Marco Aurelio Petronio:
Salve.
Tu caso es muy malo, ‘carísimo’. Con bastante claridad veo que Eros ha perturbado tu cerebro y no piensas en otra cosa, más que en el amor. Por tu contestación a mi carta veo que sigues obsesionado con Alexandra. ¡Por Zeus! Encuéntrala pronto o perderás la razón.
Y por favor ten presente esto: Bernabé, el esclavo de Alexandra es un hombre de una fuerza poco común y por lo mismo será mejor que te lleves a Atlante, cuando decidas rescatarla. No esperes que los cristianos te la entreguen fácilmente. Atlante será un auxiliar muy útil para enfrentarte con Bernabé, cuando trate de defenderla.
No te dejes saquear por Prócoro, pero tampoco economices tratándose de Atlante. De todos los consejos que mi cariño puede darte, éste es el mejor.
Aquí ya dejaron de decir que la Infanta pereció por causa de un maleficio. Desde que nos trasladamos a Nápoles, nos han atacado los remordimientos por los recuerdos de Agripina. Pero ¿Sabes hasta donde ha llegado Enobarbo? Pues a esto: Aún el asesinato de su madre se ha convertido tan solo en un tema para versos y un motivo para escenas trágico bufas.
Antes tenía verdaderos remordimientos y le temía como el cobarde que es. Pero ahora se siente intocable.
Y como ningún dios se prepara a tomar venganza, finge remordimientos para hacer escenas de teatro y ver cómo reaccionan los demás. También representó personajes de tragedia y exigió que las máscaras de los dioses, los héroes y las heroínas, se parecieran a él y a Agripina.
Luego cantó: Panacea en el Parto; Orestes asesino de su madre; Edipo Ciego y Hércules Furioso. Estas son las novedades de nuestro regio histrión.
A veces me parece que de verdad odia a Roma. Busca los aplausos, la admiración y la aprobación de los griegos. Y a cada momento dice:
– ¡Mira lo que son los griegos!
Y su proverbio favorito que repite siempre es: ‘La música no es nada, si se la mantiene oculta.’
En su greco-manía, la plebe aullaba cada vez más y nuestro histrión estaba eufórico. Cierto es que los aullidos y los aplausos se traducen en distribuciones al pueblo de provisiones y regalos: pájaros exóticos por millares. Manjares, bonos pagaderos en trigo, trajes, oro, plata, piedras preciosas, perlas, cuadros, esclavos, fieras domesticadas, naves, islas, tierras, casa, banquetes, billetes de lotería y una nueva exhibición del Bufón Imperial.
Y no deben extrañar los aplausos, pues semejante espectáculo no habrá sido visto nunca antes. Para Nerón lo más importante es su canto y la acogida que le hace el público como artista. Cree que su voz es un don de los dioses y no pierde oportunidad para mostrarla.
Sin embargo tiene dudas de lo que dirá el pueblo romano a causa de su prolongada ausencia por la falta de los acostumbrados juegos y las distribuciones de cereales. Y aun así, vamos a Benevento a la chapucera exhibición que Haloto tiene preparada a nuestra llegada. Y de allí seguiremos hasta Grecia.
Por lo que a mí respecta, pienso que cuando un hombre se halla entre locos, loco se vuelve él también y encuentra cierto encanto en las extravagancias de los insanos. Grecia y el viaje de mil buques, es una especie de entrada triunfal de Baco, entre ninfas y bacantes. ¿Y creerás que yo que tengo buen sentido, me he dejado arrastrar por sus fantasías? Y lo hago porque al menos son grandiosas y exentas de vulgaridad.
Pero Barba de Bronce no logrará sus planes, porque en su fabuloso reino poético de oriental poderío, no ha dejado sitio para la traición, la vileza y la muerte. Y porque entre sus actitudes de poeta, se advierte al detestable cómico, al torpe auriga y al frívolo tirano.
Entretanto estamos matando a todo aquel que en una forma u otra nos causa desagrado. El pobre Salvidieno Orfito ya es solo una sombra. Se abrió las venas hace unos días. El viejo Trhaseas está sentenciado, porque tiene la osadía de ser honrado y tener cara de pedagogo.
Tigelino todavía no alcanza la suficiente autoridad, para condenarme a mí. Me necesitan todavía para el éxito de la expedición a Acaya. Mientras llega para mí ese fatídico momento, he decidido que Nerón no tendrá mi vaso mirrino: ese que tú conoces y que tanto admiras. Si estás cerca de mí te lo daré, pero si estás lejos lo haré pedazos.
Cuídate y llévate a Atlante, de otra forma perderás otra vez a Alexandra. Cuando Prócoro Quironio ya no te sea útil, envíamelo. Cuando encuentres a tu amada, házmelo saber. Adiós.
Lo que Petronio no dijo a Marco Aurelio, fue que Eros también lo había herido profundamente y que al terminar de escribir la carta que el tribuno acaba de leer, compuso unos versos para Aurora en un poema que trató de ocultar, como lo haría un tímido adolescente.
Pero Aurora lo encontrará después, al limpiar la biblioteca y ordenar las cosas de la mesa del escritor, tareas que no permite que nadie más haga. Ella lo adora en silencio y admira su trabajo, atesorando todas y cada una de las palabras que él escribe.
Y cuando lea el pequeño pedazo de pergamino, su corazón estallará llenándola de una alegría tan inmensa que la hará llorar de felicidad…
El orgulloso augustano se niega a reconocer su amor por una esclava y trata de luchar contra su corazón. Está empleando todos los medios para mantener la distancia entre los dos, pero es una batalla que ya tiene perdida, porque finalmente se ha rendido al avasallador sentimiento que lo invade, pues escribió:
Ofrenda a Aurora
En mi mente deifico la figura
De tu porte radiante de belleza
Porque tienes del alba la pureza
Y de flor en capullo la frescura.
Nunca pudo jamás con su hermosura
Competir a tus dones la realeza
De la grácil Helena que grandeza
Y atractivos aunaba en su estructura.
Yo te ofrezco de mi alma la ternura
La ilusión de mi ser, si lo prefieres.
Puedo darte también si acaso quieres
De mi vida la negra desventura.
En mi mente ha quedado bien grabada
La silueta de tu alma y compendiada
De tu faz la exquisita lozanía
Y contento he mirado virgen bella
Que refulges lo mismo que una estrella
En el cielo sutil del alma mía.
El caudal de mi amor será muy tuyo
Incluyendo con él, mi grande orgullo
Que jamás he querido quebrantar
Y anhelante le ofrezco a tu belleza
Todo el ser que me dio naturaleza
Porque quiero saber lo que es amar.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
25.- LA EUCARISTÍA
En la Puerta del Cielo hay un ambiente de fiesta que se puede percibir en todos los rincones del magnífico palacio que es el centro que reune a los cristianos de Roma. Alexandra, Bernabé y Margarita, escuchan atentos la Homilía que Pedro predica en la Misa que celebra junto con otros sacerdotes…
La voz del apóstol Pedro resuena triunfal:
“Jesús tuvo su trono terreno de Rey sobre la Cruz. Y sobre su cabeza gloriosa, fue escrita la causa de su muerte y su Insignia: “Jesucristo, Rey de los Judíos”
Los cristianos llevan el signo de Cristo humildemente esculpido también en la cima, como conviene a los hijos de estirpe real y súbdita del Reino Celestial. ¿En qué consiste el signo de la Cruz y donde está puesto? Está escrito con caracteres invisibles a los ojos humanos, en la frente y en la mano.
Y son los hombres mismos con sus obras y durante la jornada terrenal, los que graban este signo que los hace dignos de ser salvados a la Vida. No es un signo material y no tiene nada que ver con el mundo material. Esplende con la luz gloriosa de Cristo en los espíritus vivos, en los que sirven a Dios y obedecen la Ley.
El solo estar convencidos del deber de dar toda gloria y obediencia, lo graba en el alma haciéndola irradiar una luz más brillante que el sol y una cruz esplendorosa. Tanto más esplendorosa, cuanto más unidos están a Cristo. Esto explica porque los que se entregan a Dios de una manera total, se ven envueltos en las venganzas de Satanás y sus vidas se trastornan con un huracán de sufrimientos. Son las lámparas que no se pueden ocultar.
Los que llegan a ver el mundo espiritual tal como es, contemplan con asombro como estas almas parecen luciérnagas en una noche muy oscura. Y para el cristiano, el más triste y desolador espectáculo es despertarse en medio de una gran ciudad y comprobar con consternación que la oscuridad es total y que no hay luciérnagas alrededor.
Esta es la más aterradora de las soledades. Todas las almas-víctimas llega un momento en que tienen que enfrentarse a esta pavorosa experiencia, que nos enseña que solo la voluntad firme, puede obstaculizar que esta luz se apague e impide que regresen al espantoso cementerio del que han salido.
También Hace que con más resolución se fijen con todas sus potencias en Dios. Ellas con su confesión de Fe o su negación de Dios. Un ‘sí’ o un ‘no’, marcan la diferencia entre mantener esta luz o perderla para siempre. Esto es lo que llaman nuestra necedad, nuestra obstinación y nuestra locura, los muertos espirituales.
Cuando se conoce lo que es la Verdadera Vida, la vida terrenal adquiere su verdadero significado y la muerte del cuerpo no es nada. A lo que se tiene verdadero terror, es a la muerte espiritual.
NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE.
SOLO EL AMOR PUEDE ALIMENTAR EL AMOR. El hombre necesita del Pan Vivo bajado del Cielo, para alimentar el hambre del corazón. Por eso Jesús se ha entregado en el Don Inestimable de la Eucaristía. Él se ha hecho presente en Ella para ser el alimento de nuestra vida espiritual y formar en el alma una verdadera capacidad de amor y ser Él en nosotros, con nosotros y por medio de nosotros.
Jesús Eucarístico es el Pan Vivo bajado del Cielo. El Alimento que hay que comer para no tener más hambre. El Agua que hay que beber para no tener más sed. Él libera de la esclavitud física, moral y espiritual. Y ayuda a regenerarnos en la verdadera dignidad de hijos de Dios, que resplandece en el que de Él se alimenta.
Por eso la Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, de nuestra Oración, de nuestro culto y de nuestras reuniones. Porque conocemos y poseemos el Amor de Fusión y el de Coparticipación. Somos almas Eucarísticas.

(Milagro Eucarístico en la Misa celebrada por el Obispo Claudio Gatti en la Fiesta de Pentecostés del año 2000, en la Iglesia de Madre de la Eucaristía en Roma, Italia)
Eucaristía quiere decir tener a Dios en sí con su Divinidad y su Humanidad. Por eso cuanto más nos nutrimos de Él, más llegamos a ser hostias con Él. ¿Qué amor puede ser más grande que aquel que sabe amar sabiéndose odiado? Jesús nos ha amado así. Su Amor más que humano y plenamente Divino, se manifestó en la Ultima Cena.
Antes de ser clavadas y traspasadas, sus manos lavaron los pies de los apóstoles, también el de aquel al que hubiera querido lavarle el corazón. Y han despedazado el Pan. Y se despedazó su Corazón con aquel Pan, en el cual al darlo, se dio Él Mismo.
Porque sabía que estaba próximo su retorno al Cielo y NO quería dejarnos solos. Porque sabía cómo el hombre es fácil para olvidar y quería vernos reunidos como hermanos alrededor de su Mesa, para decirnos uno al otro: ¡Seamos de Jesús!
“ESTE ES MI CUERPO…”
En las Bodas de Cana se realizó el primer milagro del Hombre-Dios y cambió el agua en vino. En este hecho se encuentra el germen del último milagro del Hombre-Dios:
La Eucaristía.
La Humanidad de Cristo, destinada a morir y padecer, era en un todo semejante los hombres. Después que fue destruida la Víctima por el Sacrificio, se produjo el primer milagro de Jesús-Dios-Hombre, cuando emergió su Cuerpo Glorificado con la Resurrección.
Jesús está en el Cielo, igual que como quiso estar en la Tierra. Es Él, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, con su Divinidad, su alma, su Cuerpo y su Sangre. Infinito cual su Naturaleza Divina le corresponde. Contenido en un fragmento de Pan como su Amor y su Regia Voluntad lo quiso. Jesús trasmutó su cadáver en Viviente Eterno y dio a sus apóstoles el poder para transubstanciar las Especies del Pan y del Vino, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
El Pan que los ángeles desean y por el cual suspiran.
En la Eucaristía, el Cordero que ya se inmolaba se dio en Alimento Perpetuo a los hombres a fin de que su Sangre circulase en ellos para hacerles santos. Y la Carne Inmaculada fortificase su debilidad, mientras Dios Único y Trino habitan en ellos. Jesús dio la Eucaristía para que el hombre bebiese su propia Fuerza y fuese tan fuerte como Él y así ayudar al hombre a ser feliz, con su Felicidad que es Eterna.
El Pan Eucarístico hace los mártires. De los hombres que antes de ser cristianos eran miedosos, débiles y viciosos; este Pan los convierte en héroes.
En la Mesa Eucarística están: la Sangre de Cristo que nos purifica y el Cuerpo de Cristo que nos santifica. La Sangre, de los pecadores hace justos. El Cuerpo, de los justos hace santos. Y el que se alimenta de Dios…
Jesús desciende a nosotros y se ha hecho nuestra comida, porque nosotros sin Él, morimos. Él es el Alimento para el espíritu y para el pensamiento. El espíritu se nutre de la Carne de Dios y el pensamiento se nutre de la Palabra, que es el Pensamiento de Dios.
Amar a Jesús Eucarístico es hacer que se produzca en nosotros el milagro de la Encarnación Mística, para vivir en el Corazón de Dios y que Él viva en nosotros, en el éxtasis del Amor de Fusión. Por eso la Eucaristía es Vida.
El alma que se nutre de Dios, vive en Dios y su vida permanece más allá del tránsito que es la muerte del cuerpo. Es por esto que la principal preocupación de Satanás, es mantener al hombre apartado de la Eucaristía.
El Amor que llevó a Jesús a la Cruz, es el mismo que lo mantiene Prisionero en el Misterio Eucarístico. Su amor por los hombres es Infinito y supera la maldad e ingratitud humanas.
El Pan Eucarístico debe ser adorado como el Arca que contiene a Dios. Dios obedece al mandato de sus sacerdotes y desciende para hacerse Sangre para lavar el corazón y Carne para nutrir el espíritu.
A este abismo de humildad se ha sometido Dios, por Amor, para vivir en medio de los hombres y NO dejarnos solos, aunque esto represente el quedar a merced de su Enemigo.
El amor por la Eucaristía es el que hace que dé frutos el Océano de Potencia que es la Sangre de Jesús para las infinitas necesidades de las almas. Infundida con amor infinito produce milagros de Redención en donde encuentra amor, pero se vuelve condena sobre aquel que responde con Ira y con Odio al Sacrificio de un Dios.
Porque la Sangre de Jesús que fue reclamada con ira sobre sí mismos; por los enemigos y acusadores de Jesús cuando iban a crucificarlo, no ha perdido su doble cualidad de Perdón y de Condena.
Y la Sangre de Jesús es la mejor defensa en la terrible lucha entre lo divino y lo demoníaco.
Cristo ha vencido al Mundo, a la Muerte y al Demonio, al precio infinito de sus Sangre y Él la da como el Arma más potentísima contra Lucifer y hay que venerarla con Adoración.
Cuando la Sangre de Jesús es amada, venerada, invocada y creída, mucho del mal que emana del Infierno es conjurado. Porque la Sangre de Jesús es Salvación.
Esta Sangre ha bañado al Mundo redimiéndolo de las garras de Satanás y por eso no hay disculpa para los hombres que quieren seguir siendo malos, simplemente porque quieren serlo. La Gracia ha dado los medios para que el hombre ya no sea esclavo.
Salvación o Condena… la respuesta la da cada alma en particular con la aplicación de la voluntad…
María fue el alma eucarística perfecta: sabía retener a Dios con un amor ardiente, una pureza súper angélica y una adoración continua. Ella vivía en Dios, con Dios y para Dios.
Pedirle su ayuda para ser como Ella, es la única manera de obtener de la Eucaristía, todos los beneficios que ésta aporta. Porque el Cuerpo y la Sangre de Jesús fueron formados con el cuerpo y la sangre de su Madre Santísima.
Y Ella, la Purísima, ayuda a que las almas puedan desprenderse de la humanidad, para que el espíritu sea el vencedor.
El sacerdote eleva el cáliz, ofreciéndolo por las necesidades del mundo. Y lo eleva colmado de la Sangre de Jesús y de las oraciones de los santos de la tierra, de sus padecimientos de amor para honrar a Dios.
Porque toda santidad se alcanza a fuerza de sufrimientos y lucha contra las pasiones y tentaciones, contra los escarnios, las persecuciones, las enfermedades. He aquí el calvario de los santos.
María es la única que ayuda a defendernos de las asechanzas y las venganzas de Satanás. Y Ella también, a través de la Eucaristía por la unión que mantiene con Dios, nos llena de sus gracias para mantenernos fieles a Dios.
Pedro ha terminado.
Pero el Sacramento del Sacerdocio con el que fueron ungidos y llenados plenamente por el Espíritu Santo, los ha abastecido con el carisma Sacerdotal que los convierte en estupendos Profetas y Apóstoles…
Los Instrumentos Perfectos y dóciles para que la Trinidad Santísima pueda manifestarse entre los hombres y sean magníficos canales para que la Voluntad Divina sea mostrada con todo su esplendor.
Lautaro, un sacerdote casi tan anciano como Pedro y que en la santa Misa de este día ha estado a su derecha, se adelanta y cuando comienza a hablar casi todos los cristianos presentes, con los dones concedidos por el Espíritu Santo, reconocen la inconfundible Personalidad del Padre Celestial:
Hijitos Míos, Mi Hijo Unigénito antes de padecer por vosotros, se me ofreció a Sí mismo en la Ultima Cena en la cual les dejaba desde ese momento y para siempre, Su Cuerpo y Su Sangre como Compañía y como Alimento para vuestras almas hasta el Fin del Mundo.
Vuestras humanas capacidades no se dan cuenta de lo EXCELSO DE ÉSTE REGALO. Lo excelso de esta donación es un grandísimo acto de humildad y de Amor hacia vosotros.
Los apóstoles y la gente de ése tiempo pudieron seguir y contemplar con sus sentidos humanos, la vida de Mi Hijo sobre la Tierra.
A vosotros os toca el premio de poder compartir y poderse saciar con el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre Divinos, de Mi Hijo Jesucristo.
Si vosotros os dierais plena cuenta de tan grandísimo Don del Cielo, os postrarías con la frente al suelo y agradeceríais en forma tal, que os sentiríais indignos de tan grande favor.
Si pudiérais ver Mi Majestuosidad y Poder que existe en ése “pedacito de pan” y al que vosotros ya véis como algo simple, os turbaríais y es más, NO os acercaríais a tomarlo, porque vuestra misma alma se sentiría indigna de recibir a Su Rey, a Su Creador en TODA su Potencia y Majestad.
Por eso Mi Hijo quiso dejar en manos de vuestra Fe y de vuestro amor todo Nuestro Ser, en ése pequeñito pedacito de pan y que con la humildad de todo un Dios, se dona a quién quiera recibirlo, día a día. Nuevamente es Nuestro Amor el que se da a sus creaturas…
Pequeños Míos de Mi Corazón. Tanto es Nuestro Amor hacia vosotros, que recurrimos a inventar actos de amor –grandes milagros– pero los hacemos ver a veces pequeños, para NO asustar a vuestra débil humanidad.
Tomad hijos Míos, tomad el Cuerpo Glorioso, Santísimo, de Mi Hijo Jesucristo para fortaleceros en vuestras almas.
Así como vuestro cuerpo necesita alimento para crecer y dar fruto, así vuestra alma debe tomar el Alimento por excelencia, que es la Sagrada Eucaristía, para también crecer y dar fruto.
No desaprovechéis hijos Míos, éste Regalo TAN GRANDE del Cielo, tan grande que hasta los mismos ángeles se quedaron estupefactos ante la Humildad y Poder de Mi Hijo, al crear la Sagrada Eucaristía.
Ellos Me pueden ver directamente a los ojos puesto que ya viven en Mi Gloria, vosotros podéis vernos con vuestros ojos del alma, al tomar éste Sacratísimo Alimento del Cielo.
Hijitos, cuánto os amo. Permaneced en Mí Amor y vivid Mi Vida en vuestra vida a través del Alimento Celestial, el Cuerpo y Sangre Divinos de Mi Hijo Jesucristo
Lautaro calla de repente… Inclina su rostro y parece abstraído en una celestial revelación, porque mueve la cabeza asintiendo…
Entonces Ramón que estaba del lado derecho de Pedro, se levanta y comienza lo que parece será la conclusión de la Homilía de esta mañana dominical.
Ahora es Jesús el que está hablando…
Hijitos y hermanos Míos. Ahora estoy aquí y podéis tenerMe y tomarMe en la Sagrada Eucaristía y así poder llevar a vuestro Dios VIVO Y REAL dentro de vuestro corazón, a donde quiera que vayáis.
Mi Presencia real y verdadera, aceptada NO con vuestra mente sino con vuestro corazón; os hará más llevadera y sobre todo más agradable vuestra vida, vuestra Misión sobre la Tierra.
YO sé que venir a visitarme ES una fiesta grandísima de vuestro corazón.
Soy la Alegría de la Familia al poder acercarse a convivir en una forma real y verdadera con Mi presencia VIVA con vosotros.
Yo sé que SOY el Deseo más grande de vuestro corazón y de vuestra alma de venir al menos cada Domingo, para Agradecerme, para contarme vuestras alegrías y necesidades, para acompañarMe a Mí vuestro Dios y Señor, el Amor por excelencia; para compartir éstos momentos Divinos en los cuáles se une el Cielo con la Tierra.
Es tanto y tan grande lo que se vive en una Misa, que sé que estáis asombrados al poder ver la Magnificencia que rodea un altar, una capilla, una Iglesia, al estarse celebrando una Misa. El Cielo entero se encuentra entre vosotros. Los ángeles rodean el altar y custodian cada lugar interna y externamente de la Capilla o Iglesia en donde se está celebrando Mi Sacrificio Perpetuo.
Los Santos del Cielo se sientan y os acompañan en los mismos lugares en los que todos vosotros estáis. Las Iglesias se llenan de Cielo, ¡Es la Fiesta preferida del Cielo!
Es la fiesta Perenne de Mí Corazón. Es la Fiesta que recuerda Mí Donación Total por vosotros, es la Fiesta que recuerda vuestra salvación y vuestra recuperación en todas las Gracias para vuestra salvación.
Es la Fiesta en la que se derraman TODAS las Gracias y Bendiciones, que Mi Padre concede no sólo a los que están asistiendo a la Santa Misa, sino a todo el Mundo.
Son Gracias que se derraman de conversión, de salvación, de santificación para el Cielo, Purgatorio y Tierra.
La Santa Misa es la Fiesta que reúne a toda la Creación. Que reúne a todas las almas creadas de todos los tiempos, pasados, actuales y futuros.
En la Santa Misa se derrama TODO EL PODER DIVINO, es el Nuevo Paraíso para aquellos que viven en Mi Gracia, en estado limpio de su alma. En aquellos que realmente Me buscan para amarMe y para vivirMe en ellos,
es el Alimento Supremo para vuestro crecimiento espiritual. “Quién NO coma Mí Cuerpo, NI beba Mí Sangre, NO tendrá parte Conmigo en el Paraíso”, así os lo dije y así es.
Pero también necesito de vosotros, que asistáis cuando menos los Domingos a Mi Santísima Celebración de la Misa, para que personalmente y como invitados de Mí Corazón, vengan a compartir Conmigo Mi Vida y la puedan compartir por manos de Mi Madre Santísima y del Señor San José, a Mi Padre Celestial para el derrame de Gracias, Bendiciones y agradecimientos para vosotros mismos, para vuestras familias, para el Mundo Entero, para el Purgatorio y para el Cielo.
Recordad que en cada Misa, el Cielo entero convive con vosotros, está junto a vosotros. Presentaos por favor de una manera digna, tanto de alma como de cuerpo. Sabiendo que ES el mismo Padre el que está recibiendo TODA vuestra vida junto con la Mía, en ésos momentos…
Vivid conmigo éstos momentos celestiales que se viven en cada Misa, junto con todo el Cielo. Son grandes momentos, los cuáles veréis cuando estéis conmigo y comprenderéis.
Entonces veréis cuánto dejasteis de aprovechar en cada Misa o cuánto ganasteis en cada una de ellas.
No hay Celebración más grande en el Cielo o en la Tierra que la Santa Misa, NO la desaprovechéis hijos Míos.
Mi Presencia cada vez se hace más patente entre vosotros, porque el Mal cada vez se hace más descarado y Yo, vuestro Dios y Redentor, conociendo la forma de ser de cada uno de vosotros como hombres, Me hago patente en infinidad de formas para deciros “Aquí estoy, voy con vosotros, comprendo vuestro dolor, lo comparto, lo alivio y os apoyo en vuestra misión terrena”.
Yo estoy REALMENTE Presente en la Sagrada Eucaristía, Yo vivo REALMENTE tanto en el Tabernáculo, como en vuestro corazón; pero si no creéis en Mi Presencia Divina y Real, aún viéndoMe en el Tabernáculo o expuesto en el Santísimo, menos creeréis que vivo realmente en vuestro corazón, donde no Me queréis ver ni sentir.
Yo nunca Me olvido de Mi creatura. Nunca Me olvido de vuestra donación hecha a Mi Padre en el Cielo antes de que os constituyerais con un cuerpo para bajar a servirLe. Mi Padre os cuida, Yo os cuido, Mi Santo Espíritu también os cuida. Nunca estáis apartados de Nuestro Pensamiento, cosa que sí sucede con vuestra alma cuando ya se encarna.
Mientras vivís en el Cielo, antes de bajar a vuestra misión, antes de ser escogidos por vuestro Dios en vuestra total libertad, sí atendéis constantemente al Pensamiento de Mi Padre; pero tan pronto se os dá la oportunidad de encarnaros, la naturaleza humana ya afectada por el pecado, os impulsa hacia las cosas del mundo, hacia las bajezas del Mal.
Nosotros, en Nuestra Sabiduría Divina comprendeMos eso y por ello nunca Nos apartamos del alma que se donó en libertad y en amor a Nosotros, para bajar a servirNos.
Desde que tomáis cuerpo humano, Mi Santo Espíritu habla en vosotros, NO importa a que raza o grupo humano o religión vayáis a pertenecer, El habita en cada uno de vosotros desde el momento mismo de vuestra concepción y El es el que irá indicando las verdades del Cielo en vuestro corazón durante toda vuestra vida terrena.
La Oración, la cuál existe en TODOS los grupos humanos, es una indicación divina que os da Mi Santo Espíritu, para llevaros a la perfección en el Amor. La finalidad primordial del alma es la de producir AMOR y la finalidad del Amor es la de provocar que se viva la vida del Cielo en la Tierra.
Ésta, al haber sido afectada por el Pecado Original por el amor que deberéis generar, le devolverá al Mundo entero su calidad Divina.
Pero es y será sólo a través del Amor que libremente y con deseos de agradarNos, lo que podrá lograr ésa restauración de la vida terrena a vida divina.
La Oración os lo repito, todos vosotros la podéis y debéis producir, no importa el grupo humano al que pertenezcáis. Sin ella no podréis acrecentar la Fe que os he regalado en el Bautismo y sin éstas dos ayudas, Fe y Oración, nunca Me encontraréis.
Ahora, los que habéis nacido y crecido en el grupo humano que aceptó Mis Leyes y Decretos, los habéis llevado a cabo con amor y respeto, los practicáis en el amor y con libre voluntad, tenéis la Gracia Divina de tomar Mi Cuerpo Divino en la Sagrada Eucaristía.
Para TODOS los hombres fue la Salvación y la Redención y para todos dejé Mi Herencia, Mi Cuerpo y Sangre Divinos; pero NO todos los hombres lo han aceptado y solo vosotros Mis hijos amados, tenéis y aceptáis el Misterio de la Transubstanciación del Pan y del Vino que Me ofrecen Mis sacerdotes en la Sagrada Liturgia de la Santa Misa.
Todos aquellos Mis pequeños, que habéis acogido ésta verdad ahora podéis tenerMe, además de en la Oración, en Mi Real Presencia en el Pan y en el Vino consagrados. No todos los grupos humanos pueden gozar de éste regalo infinito de Nuestro Amor y el Alimento que os doy.
Es Alimento Celestial el cuál podéis tomar estando aún estando ahora en la Tierra y que seguiréis tomando cuando regreséis a vuestra Casa Eterna, aquí en Mi Cielo.
Si el alma crece con la práctica de la Oración, con la recepción de Mi Cuerpo Divino, vuestra alma alcanza niveles espirituales inconmensurables ya que os estáis alimentando de la Sustancia Real y Divina ¡DE VUESTRO DIOS!
Hijitos Míos, que vuestra Oración asidua os lleve a crecer en la perfección del Amor, al aprovechar el Alimento por excelencia para vuestra alma, Mi Pan de vida, el Pan del Cielo, dejado para todos vosotros por Mi Santo Sacrificio de Amor.
Y así, al tenerMe perfectamente en la Sagrada Eucaristía, lo tenéis todo; porque Nos tenéis en Nuestra Santísima Trinidad y al tenerNos plenamente, NO necesitáis NADA más. Tomad primero de Mi Cuerpo y él os dará verdadera Vida y vuestro fruto será abundante, aquí en la Tierra y acá en el Cielo.
Que la Santísima Trinidad que os habita, dé los frutos terrenos a través de vuestra donación a Nuestra Voluntad, para bien de vuestro Dios y de vuestros hermanos.
Yo os Bendigo en el Nombre de Mi Padre y de vuestro Padre, en Mi Nombre y en el del Santo Espíritu de Amor, quién os guía a la perfección en el Amor.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
F58 LA NUEVA FAMILIA
Hijitos Míos, Soy como el río caudaloso, que lleva sus aguas limpias, cristalinas, por su caudal. Todo está en orden, todo sigue como debe ser, no se sale de su caudal.
Mis pequeños, estabais llamados a ello, a tomar de estas aguas límpidas que os iban a purificar, os iban a hacer crecer y os iban a llevar hacia la perfección. Pero éstas aguas después se corrompieron, porque no las protegisteis. Cruzasteis por ellas y lo que eran aguas límpidas por no respetarlas, se volvieron lodosas.
Estáis ahora en ésos momentos. No estáis tomando lo que Yo os daba: pureza cristalina. Ahora aún estáis tomando lo que vosotros mismos revolvisteis por descuidados: el Mundo. Descuidasteis lo que Yo os di en la Iglesia, descuidasteis Leyes y Mandamientos…, Se os daba todo.
Mis pequeños, cerrasteis vuestros ojos, tapasteis vuestros oídos, manejasteis a voluntad vuestro corazón, desperdiciasteis el Amor Puro y Santo, habéis hecho un torbellino de todo aquello que antes estaba correctamente en su lugar.
Ahora vuestro mundo se desarrolla así, en turbulencia. Nadie sabe nada, ahora todo está revuelto. Antes todo estaba en su lugar, tenía un orden perfecto…, El mismo hombre que fue creado con perfección, prefirió la basura. Prefirió éste torbellino, que todo lo envuelve, que todo lo distorsiona, que todo lo lleva a la Maldad.
Mis pequeños, estáis en ésos momentos de Tribulación en donde nada tiene pies ni cabeza. Vosotros mismos no sabéis hacia dónde dirigiros, NO hay reflexión en vuestra vida, NO hay santidad, NO hay vida real, ¿Qué estáis haciendo Mis pequeños, con lo que Yo os di? Os encomendé perfección y Me entregáis Mundo.
¿Qué tenéis en vuestro corazón?… Cuando Mi Corazón debiera estar dentro del vuestro.
¡Oh!, ¡Mis pequeños! ¡Oh!, ¡Mis pequeños!, Cómo Sufro al veros y no queréis reaccionar. Por un lado y por otro os Aviso. Por un lado y por otro os trato de encaminar y llevaros de la mano. Busco que estéis Conmigo, pero Me soltáis y escogéis vosotros mismos vuestro camino.
Camino errado que os lleva al sufrimiento, a distraeros, a distraer vuestra alma, a distraer Mi tiempo, a destruir lo que era perfecto.
¡Oh!, Mis pequeños. Debo de retomar vuestro camino, debo de llevaros nuevamente a ésos caminos de perfección y santidad y NO queréis. NO QUERÉIS, Mis pequeños, ¡Qué tercos sois!, NO queréis tomar Mi Mano, NO queréis volver a Mis Leyes, NO queréis retomar Mi camino. ¿Hacia dónde queréis ir, Mis pequeños?
¡Oh!, ¡Cuánta Maldad encierra vuestro corazón!, Cuánta maldad envuelve a vuestra mente, vuestras acciones son negativas, pocos son los que se mantienen a la orilla. Pero aún así, a ratos coquetean con el Mal, luego se regresan hacia el Bien, porque no están en perfección.
Y ciertamente ven el mal tras de la cerca y los atrae el Mal y NO reconocen Mi Bien y NO se quieren soltar totalmente a Mi Bien y apartarse del Mal.
Mis pequeños, lo único que estáis haciendo es atraeros más mal y Yo os digo que debéis decir “SÍ” a lo que es bueno y “NO” a lo que es malo. NO estéis coqueteando, sois TIBIOS para Mi Gracia. Con esto estáis acelerando el Tiempo para que caiga sobre vosotros:
TODA ÉSA BÁRBARA CRUELDAD QUE EL DEMONIO YA EMPEZÓ A DERRAMAR SOBRE VUESTRAS CABEZAS….
Por la Maldad NO vivís, NO gozáis y os atraéis mal sobre mal.
Ved Mis pequeños vuestro interior, ¿Acaso estoy Yo realmente ahí, como Dueño y Señor de vuestro corazón, en vuestros intereses, en vuestra familia, en todo lo que hacéis? ¡NO!, Mis pequeños, NO estoy Yo. Me buscáis solamente cuando Me necesitáis y Me necesitáis para obtener vuestros mezquinos intereses,
¿Dónde está vuestro dios?, Yo NO Soy vuestro Dios de ésos momentos, Soy el Verdadero Dios de vuestros intereses, pero Me habéis hecho a un lado. Ciertamente os da vergüenza hablar de Mí, estar Conmigo, llevarMe a vuestros hermanos.
Ciertamente YA NO valgo lo que debiera valer Yo, vuestro Dios y Creador de vuestra vida. La Maldad, anida ya en vuestro corazón: tibieza, lujuria, mezquindad, ¿A dónde queréis llegar?
Entended ya Mis pequeños. ENTENDED QUE ESTÁIS EN LAS MANOS DEL ENEMIGO, quién NO os va a cuidar, quién NO os va a proteger, quién NO velará vuestro sueño, quién NO velará por vuestros intereses.
Que os coquetea, os gana y ya que os tiene en su mano, desenvaina la espada de destrucción sobre vuestro ser y sobre los vuestros.
Yo como Padre amoroso sigo impidiendo que esto se realice en totalidad, pero eso vosotros NO lo queréis ver. No queréis ver que Yo estoy apartándoos de ése mal para que NO os destruya, para que NO actúe en totalidad en vuestra vida y ni eso agradecéis.
¡Cuánta Maldad!, ¡Cuánta distracción del hombre!, ¡Cuánta necedad del género humano!
Tendré que soltar un poco la Mano, para que empecéis a sentir la Maldad de Satanás, a ver si reaccionáis. Vosotros estáis atrayendo el Mal a vuestra vida.
SOIS VOSOTROS, NO YO, QUIENES OS ATRAÉIS EL MAL. El Mal os rodea y vosotros os estáis soltando al Mal.
Entended, Mis pequeños. Entended esto que ya estaba escrito en las Escrituras. Se os ha profetizado cientos de veces y ¿Qué hacéis?:
¡OLVIDÁSTEIS QUE LA ORACIÓN PUEDE CAMBIAR PROFECÍAS!
NEGÁIS TODO ESTE CUIDADO QUE YO TENGO POR VOSOTROS.
No le hacéis caso, os sentís seguros con vuestras capacidades, con vuestro propio empeño en crecimiento, ¡Sois tontos, estáis ciegos, estáis sordos!.
La Gracia, Mi Gracia que os podía proteger, de hacer crecer, no la queréis ya. La Maldad, la Crueldad la aceptáis. La Maldad, os destruirá.
Entended ya, Mis pequeños, NADIE os va a amar como os amo Yo. Nadie os va a proteger como os protejo Yo. Nadie os cuidará como os cuido Yo. Yo Soy vuestro Dios.
¡Oh!, Humanidad perversa, que adoráis ahora a ídolos falsos y os habéis alejado de vuestro Dios. ¡Oh!, Humanidad perversa, que habéis hecho ídolos de vosotros mismos, llenándoos de Maldad y de Soberbia, ¡Oh!, Humanidad perversa, que enseñáis ahora vuestras leyes y vuestros principios erróneos a vuestros hijos y los apartáis de Mí, de Mi Amor, de Mis Leyes de Mi Vida, de Mi Sabiduría y de Mi Amor.
¡Oh!, Humanidad Perversa, ¡Qué ciegos estáis!, Por lo que os habéis atraído por vuestra separación de Mí, de vuestro Dios. Me habéis dado la espalda y queréis bienestar, cuando lo que habéis atraído a vuestra vida no os lo va a dar. La única Paz, el único Amor, la única Vida Real que vuestra alma añora, solamente puede venir de Mí, de vuestro Dios.
Habéis permitido que el Error se diseminara a vuestro alrededor. Le disteis alas, le disteis poder y ahora él se cobrará haciéndoos el mal, a cambio del bien que le disteis. Así es de traicionero el Mal. Satanás os paga el bien con mal. Fuisteis sus instrumentos y él os castigará por ello.
¡Qué tontos sois, Mis pequeños!, Quisisteis buscar un bien a vuestro pecado y a vuestro libertinaje apoyándoos en el Mal y el Mal solamente os puede dar mal, nunca os dará bien.
Ved a vuestro alrededor. Ved realmente si con el mal que buscasteis os estáis atrayendo algún bien. NO, Mis pequeños, dejasteis cundir el Mal y estáis en una degradación total.
Igual es el bien que creéis haber ganado al haberos apartado de Mis Leyes y de Mi Amor. Buscasteis vuestras propias leyes, buscasteis vuestro propio amor, leyes y amores humanos que NO son perfectos. Vuestra lógica humana errónea, destruida por el pecado, no puede llevaros a un bien.
Entendedlo, el bien que busquéis tiene que ser Mío porque Soy Perfecto, porque Yo os he dado la perfección, porque conozco la perfección, porque Yo Soy la Perfección, Soy vuestro Dios. Si Me seguís a Mí, tendréis perfección en todo.
Pero permitisteis en vuestra vida vivir al que NO es perfecto, al que negó la perfección, al que negó el Amor, ¿Qué os puede dar él?, ¡NO! Mis pequeños, habéis dejado que os guiara el Traicionero y ahora estáis viendo a vuestro alrededor lo que el Traicionero, lo que el Malvado, os da por seguirlo.
¿Acaso os sentís a gusto con vuestra vida actual, con lo que os rodea, con los problemas que tenéis en lo particular, sociales y mundiales?. ¿Eso es lo que queréis por vida para vosotros y para vuestros hijos?
Atrajisteis el Mal y NO QUERÉIS LUCHAR CONTRA ÉL porque no dejáis que Yo viva en vuestro corazón, que os guíe y que os llene de Mi Vida.
Maldad pura es lo que os rodea ya. Si NO buscáis la Bondad Pura, NO podréis salir adelante Mis pequeños. Hasta que veáis ésta realidad, hasta que la humildad os haga arrodillaros, hasta que entendáis que solamente Yo puedo vencer toda ésa Maldad suelta ya.
SI NO RECAPACITÁIS, la Maldad os va a hacer destruir vuestra libertad, os va a encaminar hacia el Mal, SERÉIS ESCLAVOS de ésa Maldad, si NO reaccionáis a tiempo. Segundos os quedan ya Mis pequeños, antes de que ésa Maldad os cubra completamente.
Ciertamente Yo estaré ahí, esperando vuestro arrepentimiento. Nunca Me separaré de vosotros, porque Soy vuestro Dios. Pero Sufro, sufro al veros destruidos y por vuestra tontería, por vuestra necedad. Habéis cerrado vuestro corazón al Verdadero Amor y vuestra mente a la Verdadera Sabiduría.
Arrepentíos Mis pequeños, todavía os puedo rescatar. Todavía os puedo levantar, todavía os puedo llevar hacia la Luz, todavía os puedo hacer sentir el Verdadero Amor. No se ha perdido todo, Yo puedo rescataros. OS PUEDO HACER RENACER, a pesar de que estéis ya en las cenizas.
Levantad vuestro rostro, pedid con el corazón Mi ayuda, implorad por vuestro perdón. Aquí estoy Yo Mis pequeños esperando, esperando vuestra respuesta, entendedlo ya.
Yo vuestro Dios y como Padre amorosísimo, siempre os estoy cuidando. Agradeced de corazón por todos Mis cuidados, por toda Mi protección porque no estáis completamente en manos de Satanás. Él no tiene libertad absoluta, Yo limito su poder destructivo…
Pero él quiere destruir lo que estáis viendo, todo lo físico, lo material, la Creación que podéis ver y tocar y también lo espiritual.
Él quisiera destruir todo, porque Yo Creé todo por amor a vosotros. Él os tiene una gran Envidia, porque vosotros vivís en el Amor y fuisteis creados para vivirlo. Él despreció el Amor y todo aquello que se llame Amor, está invadido de Mi Amor, está protegido por Mi Amor.
Todo lo que sea creado en el Amor, él lo quiere destruir. La soberbia lo hizo separarse de Mi Amor y ésa es vuestra protección, Mis pequeños: el Amor. Envolved todo en Mi Amor, para que quede protegido.
Cuidad Mi Amor, cuidad todo lo que os rodea con Mi Amor. Agradeced por vosotros mismos y por vuestros hermanos, ésos cuidados que Yo tengo para protegeros. Sois ésos niños distraídos que no os dais cuenta de cómo el Padre os va quitando de vuestro camino las piedras, los obstáculos, todo aquello que os pueda hacer caer y dañaros.
Yo siempre voy delante de vosotros y os trato de proteger como un padre haría, pero llevado más perfectamente en vuestro interior y en vuestro exterior.
Ved todo esto Mis pequeños, lo que hago por cada uno de vosotros. Agradeced de corazón, pedidMe más. Sed sencillos pero sed amorosos, con eso atraeréis Mi Amor hacia vosotros y hacia los vuestros.
El Amor vivido y aceptado en vuestro corazón os hace crecer, os da vida, hace que vosotros estéis junto a Mí, vuestro Dios y así ser satisfechos con Mis Bondades. ¡Cuánto Bien tengo para vosotros!. Si vosotros no Me buscáis, os estáis perdiendo de Mis riquezas porque no queréis conocerMe, ni vivir lo que tengo para vosotros.
Los que estéis Conmigo, pedid para vosotros y para los vuestros; para levantar a vuestros hermanos, aunque ellos al principio no quieran. Muchos, muchos de vuestros hermanos NO han sabido reconocer en su vida, que las bendiciones que les rodean, son Mías.
Hacedles ver todas éstas bendiciones. Tan pronto ellos las reconozcan y las agradezcan, recibirán más. Yo quiero atraer a todas las almas hacia Mí, son vuestros hermanos y quiero unir a todas las almas en una sola. VENID, venid todos a Mí Mis pequeños y os uniremos en un solo ser y entonces sabréis quien es vuestro Dios y gozaréis de Mis bondades.
Hijitos Míos, se puede caer en el error, ya sea por necedad o por negligencia. La necedad os lleva también a la traición; por la soberbia, por la maldad que hay en vuestro corazón.
En lo espiritual y en lo humano tenéis Leyes que cumplir, podéis ser dirigentes y no hacer caso a las Leyes. Pero LOS MANDAMIENTOS, MI LEY DIVINA, os van a llevar al perfeccionamiento de vuestro ser. Si vosotros por negligencia, NO las queréis seguir, fallaréis.
Ahora, ¿Qué será peor? ¿Aquéllos que conociendo la Ley, la traicionan? O ¿Aquéllos que NO la quieren conocer y quieren vivir según lo que ellos quieran hacer en su necedad? Los dos caerán. El resultado será nefasto en los dos casos, los dos casos NO están aceptando las Leyes.
Meditad bien esto, Mis pequeños. El fin es destructivo en ambos casos. NO será bueno para vuestro desarrollo espiritual, hablando de lo que a Mi Me interesa: vuestra alma.
MUCHOS de vuestros hermanos NO han sido educados bajo Mis Leyes, bajo Mi Amor. Pero ellos ya almas adultas, por Negligencia NO buscan el bien que ya se os ha dado.
Sufrirán por su Negligencia y se estarán perdiendo de innumerables bendiciones que podrían tener por estar bajo Mis Leyes de Amor y de perfección.
Aquellos que fueron educados bajo Mis Leyes, bajo Mi Amor y LO TRAICIONAN Y NO QUIEREN SEGUIRLOS, quizá causen un mal mayor, ya que conocen y niegan… Y a veces hasta atacan. Como os dije, en ambas situaciones ésa terquedad os llevará hacia ése Obscurecimiento del alma y dará malos frutos: actuarán en el mal, vivirán en el mal y darán mal ejemplo.
Sabéis cómo trabaja Satanás y ésta época que os ha tocado vivir, ESTÁ LLENA DE LA MALDAD DE SATANÁS:
Ahora sus Mentiras son más refinadas. Y si no estáis realmente dejándoos guiar por la Luz del Espíritu Santo que vive en vuestro interior, Satanás con sus Mentiras, os hará perder posiblemente el Reino de los Cielos y una Eternidad de Salvación.
Mis pequeños, mucha Maldad os está rodeando y vosotros deberéis tener una vida fuerte en lo espiritual, para poder vencer toda ésa Maldad que os está rodeando y que habéis aceptado ya en vuestra vida. Un modo de vida incorrecto, pero ya prácticamente aceptado por todos.
Desgraciadamente estáis viviendo una vida de error y Mi Santo espíritu os debe llevar a la vida correcta, la vida que se vive en la Gracia y de acuerdo a las Enseñanzas que Yo vuestro Dios, os he dado y que tenéis en las Sagradas Escrituras. Pero que NO buscáis, porque ya se os hacen obsoletas estas Enseñanzas, que os llevan precisamente a la perfección.
Vosotros mismos os debéis dar cuenta del estado de vida que estáis llevando. ¿Vuestra vida está de acuerdo al Evangelio que se os ha enseñado? o ¿Estáis haciendo vuestra propia vida de acuerdo a lo que vuestra carnalidad y vuestros deseos pecaminosos permiten y buscan?
Mis pequeños, ser un verdadero hijo Mío un hijo de Dios, ES DIFÍCIL. Porque os tenéis que vencer a vosotros mismos y debéis llevar la frente en alto ante vuestros hermanos que están viviendo en el error.
Y llevar la frente en alto quiere decir que Me estáis llevando a Mí, que estáis siendo ejemplo de todas las Enseñanzas que se os han dado, de una vida de ejemplo, de Gracia, de amor, de Virtudes. Pero ciertamente, esto ya se os hace muy difícil y no queréis llevarlo, para que no seáis señalados ante vuestros hermanos.
Pero recordad una cosa: ciertamente no seréis señalados aquí, pero seréis señalados en vuestro Juicio, porque no quisisteis vivir de acuerdo a lo que se os enseñó. Y por NO querer ser señalados en la Tierra, sufriréis más en vuestro Juicio, ante todas las almas que os estarán viendo…
Y vuestro dolor será mucho más grande, porque será un dolor espiritual el que os estará señalando y el que estaréis vosotros sufriendo.
En las Escrituras se os ha dicho que aquél que Me niegue en la Tierra, será negado en el Reino de los Cielos. Si vosotros Me estáis negando, si vosotros estáis prefiriendo llevar una vida de acuerdo a lo que Satanás os está enseñando, recordad pues estas palabras: “seréis negados en el Reino de los Cielos”
Porque si permitisteis que sus palabras entraran en vosotros y vosotros las vivierais, esto quiere decir que todo lo Mío lo sacasteis de vuestro corazón y preferisteis ésa Maldad a todo lo bueno que debierais vivir para ser llamados hijos de Dios.
Entonces seréis llamados hijos de Satanás. Y un hijo de Satanás NO puede vivir en el Reino de los Cielos.
Tened cuidado Mis pequeños, porque si NO sois buen ejemplo aquí en la Tierra, entonces se os negará la entrada en el Reino de los Cielos.
Hijitos Míos, gran alegría tendréis vosotros los que con Fe y con amor Me habéis seguido, a pesar de que pudisteis haber desviado vuestro camino y no lo hicisteis. Tuvisteis también las oportunidades que tuvieron TODOS vuestros hermanos, de llevar un camino de error, de maldad, de pecado y escogisteis el buen camino.
Ciertamente habréis caído muchas veces a lo largo de vuestra vida, pero os levantasteis, siempre buscando Mi Presencia en vuestra vida, siempre buscando la perfección, siempre buscando el bien que dar a vuestros hermanos. Siempre buscando el quitar los errores que a lo largo de vuestra vida vais tomando aquí y allá, creyendo que es lo correcto; pero que gracias a Mi Santo Espíritu, os vais dando cuenta de que no era el camino que debíais seguir.
Os alegraréis inmensamente Mis pequeños, cuando os deis cuenta de lo que es el Verdadero Amor que vosotros seguisteis y que os llenará plenamente. Esto es lo que os he dicho que viviréis en los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas.
El Verdadero Amor de vuestro Dios en vuestros corazones, en el corazón de vuestros hermanos, en la Nueva Familia que se dará en ése Tiempo y viviréis así, como verdaderos hermanos que estarán llenos todos de Mi Amor.
Alegraos Mis pequeños, de que vuestro regalo pronto llegará. Que está ya a las puertas, que solamente faltan unos breves pasos que dar, para que se manifieste este Regalo tan grande que se os dará.
Aguantad Mis pequeños un poco más, así como Mi Hijo tuvo que aguantar ésos últimos pasos antes de ser Crucificado y darse por todos vosotros. También deberéis pasar momentos difíciles y luego, la belleza Divina, el Regalo Celestial que Yo os daré.
Confiad Mis pequeños como habéis confiado toda vuestra vida, que falta ya poco y que se os dará lo que tanto os he prometido.
Hijitos Míos, también os podríais preguntar cómo será ésa Tribulación que tendréis y que de hecho ya estáis teniendo alrededor del Mundo. Yo como Padre vuestro, os di los Diez Mandamientos.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS ES UNA FORMA DE VIDA...
Los Diez Mandamientos os están previniendo en lo que podéis caer, en lo que podéis fallar.
Si vosotros los tomáis para protegeros contra todos ésos ataques de Satanás, os estaréis cuidando de caer en los pecados a donde os quiera llevar Satanás. Esa es la mayor Tribulación que pueda tener un hijo Mío, cualquiera de vosotros, Mis pequeños.
Si vosotros repasáis cada uno de los Mandamientos que Yo os di, os daréis cuenta que sois débiles y que podéis caer fácilmente en cualquiera o en muchos de ellos.
Con ellos os estoy recordando vuestra debilidad, os estoy dando a entender que debéis estar siempre buscándoMe, buscando Mi Gracia, buscando Fuerza en los Sacramentos, en las Virtudes, en el Amor.
Podéis caer fácilmente y de hecho caéis en ellos por vuestra falta de espiritualidad, porque buscáis más lo del Mundo y NO aquello que os puede hacer crecer espiritualmente.
Recordad que para Mí, ES TRIBULACIÓN EL ESTADO DE VUESTRA ALMA
NO lo que sucede a nivel físico y material que os rodea, porque así lo veis vosotros. Veis lo que se está acabando de lo de vuestro Mundo, pero no os dais cuenta de lo que se está acabando en vuestro interior, que es vuestra alma.
Porque vosotros vais a perder vuestro cuerpo, ciertamente lo vais a tener que dejar aquí y que polvo se volverá. Pero lo que sigue Vital y Eterno es vuestra Alma…
Y estar en pecado grave, eso es Tribulación. Porque eso es lo que os llevará a la Muerte Eterna si vosotros os mantenéis en ésa tribulación, que es el pecado mortal. El pecado que sí os lleva a la Muerte y a la separación total de Mí, vuestro Dios.
Vosotros y Yo vuestro Dios, hablamos con dos diferentes conceptos, porque vosotros le dais mucho valor a lo material y sufrís por lo que os falta en lo material. Pero os vuelvo a repetir: lo que vale en vosotros son los actos espirituales, porque ésos se quedan en vuestra alma y que de ellos vais a tener que darMe cuentas ya que vuestro Juicio particular va a ser sobre vuestra espiritualidad y NO sobre vuestro cuerpo.
Mucho os he hablado de esto Mis pequeños, pero se os olvida fácilmente. Por eso os pido nuevamente, que en estos Tiempos de Tribulación espiritual, Satanás va a tratar de destruir fuertemente los valores de vuestra alma, los valores espirituales que os pueden dar Vida Eterna.
Él tratará de destruir ésa espiritualidad, para que viváis con él eternamente en los Infiernos, junto con su Maldad. Llevándoos al error, en donde están cayendo infinidad de almas. porque estáis viendo solamente lo superficial, lo carnal, lo mundano y NO lo que vale realmente en vosotros, que es vuestra alma.
No confundáis pues los conceptos. El concepto correcto es el Mío Mis pequeños, que es la salvación de vuestra alma, la que vivirá o morirá eternamente.
Hijitos Míos, NO despreciéis lo que Yo permita en vuestra vida. Sabéis que nada se da por casualidad, porque Yo estoy guiando la vida de cada uno de vosotros.
Muchos de vuestros hermanos hablan y hasta creen que se viene a gozar en la Tierra y que hay que hacer lo que vuestras pasiones y sentidos desean y NO ES ASÍ, Mis pequeños.
Vinisteis a dejar una estela de Amor, vinisteis a ser otros Cristos, vinisteis por la salvación de las almas de vuestros hermanos. Vinisteis a trabajar para destruir el Reino de Maldad que Satanás ya había implantado aquí sobre la Tierra.
Y que Mi Amor que os vino a enseñar Mi Hijo, debía ir destruyendo todo lo malo, para que se implantara Mi Amor a través de cada uno de vosotros.
Cuando vosotros traéis ideas de ésa índole, como en la que creéis que debéis darle gusto a vuestros sentidos, estáis viviendo precisamente en el error a donde os ha llevado Satanás. Porque él quiere que vosotros viváis en los sentidos y Mi Hijo os vino a dar toda una Evangelización espiritual. ¿Veis que son dos cosas muy diferentes, Mis pequeños?
Satanás llevándoos solamente hacia la carne. Mi Hijo llevándoos hacia vuestro espíritu, hacia el crecimiento de vuestra alma. En sentido espiritual, un crecimiento sano y santo. Mientras que Satanás os quiere destruir, llevándoos solamente a una vida carnal y destruyendo vuestra espiritualidad.
Tarde o temprano tendréis que dejar vuestro cuerpo aquí, vuestra carne. Y ¿Qué quedará después de ello?: vuestra alma y lo que conlleva vuestra alma, que van a ser todos los actos espirituales buenos y malos, que vosotros hicisteis a lo largo de vuestra vida.
Entonces sí debéis darle alimento espiritual a vuestra alma. Y con esto os daréis cuenta que os estaba engañando Satanás, que NO os dejaba ver que tenéis un alma espiritual y que la tenéis que alimentar con alimento espiritual.
Tened cuidado Mis pequeños, si creéis todavía que debéis darle gozo al máximo a vuestro cuerpo y que NO os importa vuestra alma, porque la realidad es otra…
Y OS VAIS A TENER QUE ENFRENTAR A ELLA MUY PRONTO.
Cuidaos de esto, Mis pequeños. NO despreciéis toda la bondad que se os ha dado y que es Bondad Divina, son Leyes Divinas y tendréis que dar cuenta de ello, Mis pequeños. Meditadlo, os amo.
Ayudádme todos, hijitos Míos, a construir el Reino del Amor y sabed que Yo estaré con vosotros por toda la Eternidad.
Yo NO os estoy castigando. Es vuestra necedad y soberbia que el mismo Maligno suscita en vosotros, quien os castiga.
Reflexionad y aceptad que Mí Santo Espíritu de Amor os guíe hacia la Verdad y a la Luz Verdadera de Mí Camino al Reino Celestial.
Escoged, Mi Paraíso o vuestro mundo actual. En vosotros está la decisión. De Mí sólo puede salir Bien, Paz, Verdad y Amor.
Os Bendigo entrañablemente hijitos Míos de Mi Sacratísimo Corazón. Yo os Bendigo con el Amor Verdadero que sólo Yo, Vuestro Padre, en Sus Tres Divinas Personas, os puede dar. Os amo y Bendigo en Mí Santo Nombre en el de Mí Hijo Jesucristo y en el del Paráclito de Amor. Recibid todo el Amor de Mí Hija la Siempre Virgen María
24.- EL PESCADO Y SU SIGNIFICADO
Pasaron muchos días después de aquella entrevista y Prócoro no dio señales de vida. Marco Aurelio desde que supo por Actea que Alexandra le amaba, está más que obsesionado con encontrarla.
Ni pensar en pedir la ayuda del César, quién cada vez está más preocupado por la salud de la Infanta Augusta. Porque no han servido de nada: ni los sacrificios en los templos, ni las plegarias a los dioses, ni las ofrendas, ni la ciencia de los médicos, ni todas las artes de los encantamientos a que ha recurrido como un recurso extremo.
Después de una semana, la niña falleció.
El duelo se hizo en la corte y en Roma entera. El César está loco de pena. Encerrado en sus habitaciones, durante dos días, no probó alimento y canceló todas las audiencias.
Ese fallecimiento alarmó a Petronio.
En Roma todo el mundo sabe que Nerón lo ha atribuido a un maleficio. Los médicos apoyaron esa afirmación, para justificar la inutilidad de sus esfuerzos y su fracaso para curarla.
Los sacerdotes cuyos sacrificios fueron impotentes hicieron lo mismo y también los hechiceros que temen por sus vidas.
Petronio se felicita ahora de que Alexandra haya huido, porque no le desea ningún mal a Publio ni a Fabiola. Y para él y Marco Aurelio desea todo el bien posible.
Así pues, cuando quitaron el ciprés que había sido colocado en el Palatino en señal de duelo, acudió a la recepción destinada a los senadores, para juzgar por sí mismo la situación con el César y con el propósito de neutralizar las posibles consecuencias.
Conociendo bien a Nerón pensó que aunque no le importan los hechizos, aparentará ahora creer en ellos para aumentar las proporciones de su dolor y poder tomar venganza sobre la cabeza de alguien…
De esta forma retirará de sí la sospecha de que los dioses le están castigando por sus crímenes.
Petronio sabe que César es incapaz de amar a nadie, ni aún a su propia hija y también esto forma parte del teatro en que ha convertido su vida, para conseguir sus fines perversos.
Y Petronio no se equivocó.
Nerón escucha las palabras de consuelo que todos le dirigen, mientras en su interior piensa: ‘¿Qué impresión estará dando mi dolor a los demás?’ y de acuerdo a su percepción, aumenta o disminuye determinados gestos y actitudes.
Cuando vio a Petronio dio un salto, exclamó con voz trágica y de tal forma, que todos pudieron oírle:
– ¡Ay! ¡Tú eres el causante de su muerte! ¡Ay! ¡Por tu consejo el mal espíritu atravesó estos muros! Sí, el mal espíritu que con una mirada arrancó del pecho su vida. ¡Mísero de mí! ¡Ojala mis ojos no hubiesen visto la luz de Helios! ¡Mísero de mí! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! –y levantando más y más la voz, llegó a gritar con un clamor desesperado.
Pero Petronio hizo algo insólito:
Extendió la mano y se apoderó del pañuelo de seda que Nerón llevaba siempre alrededor del cuello. Y colocándolo en la boca del emperador, dijo con voz solemne:
– Señor, Roma y el mundo se hallan transidos de dolor, pero tú debes conservar para nosotros esa voz.
Todos los presentes quedaron atónitos.
El mismo Nerón quedó perplejo por un instante.
Solo Petronio permaneció imperturbable; sabe muy bien lo que está haciendo…
Recordó que Terpnum y Menecrato tienen órdenes precisas de cerrar la boca del emperador, cada vez que éste levante demasiado la voz y la ponga en peligro de perjudicarla.
Petronio continuó con el mismo aire grave y apesadumbrado:
– ¡Oh, César! ¡Hemos sufrido una terrible pérdida! ¡No nos quites lo que es tan valioso como un tesoro!
Un estremecimiento se percibió en el semblante de Nerón…
Después de un momento brotaron lágrimas de sus ojos y luego, súbitamente apoyó las manos en los hombros de Petronio, dejando caer la cabeza sobre su pecho.
Y empezó a repetir entre sollozos:
– ¡Sólo tú entre todos has pensado en esto! ¡Oh! ¡Solo tú, Petronio! ¡Solo tú!
Tigelino se puso verde de envidia.
Y Petronio contestó:
– Trasládate a Anzio. Allí vino al mundo ella y allí te llenó de alegría. Allí has de encontrar el consuelo y el indispensable descanso. Que refresque la brisa del mar tu divina garganta y tu pecho aspire las emanaciones salinas. Nosotros tus devotos te seguiremos a donde vayas. Cuando hayamos mitigado tu dolor con la amistad, tú nos confortarás con el canto.
Nerón contestó con acento trágico:
– ¡Cierto! Escribiré un himno en honor de ella y también le compondré la música.
– Y enseguida irás en busca del cálido sol de Baias.
– Y luego en demanda de olvido a Grecia.
– Sí. A la tierra clásica de la Poesía y del canto.
Y gradualmente el estado sombrío de su ánimo se fue modificando y se entabló una conversación llena de melancolía y de planes para el futuro.
Se planeó un viaje de exhibiciones artísticas y hasta de recepciones que habrían de prepararse con motivo de la visita del rey Tirídates.
Pero Tigelino se esforzó por traer de nuevo a discusión el tema del maleficio.
Y Petronio, seguro ya de su triunfo, aceptó el reto sin ninguna vacilación:
– Tigelino ¿Crees tú que los encantamientos pueden hacer daño a los dioses?
El Prefecto de los Pretorianos dijo con arrogancia:
– El mismo César es quién ha hecho alusión a ellos.
– El dolor era quién hablaba entonces, no César. ¿Pero tú qué opinas en este punto? –insistió Petronio.
– Los dioses son demasiado poderosos para estar sujetos a maleficios.
– Entonces ¿Pretendes tú negar la divinidad del César y de su familia?
Marcial el poeta exclamó:
– ¡Peractum est! (Se acabó. ¡Asunto concluido!) – repitiendo así el grito que el pueblo siempre profería cuando un gladiador recibía un golpe decisivo y aplastante.
Tigelino se mordió su propia cólera.
Desde hace tiempo existe entre él y Petronio, una declarada rivalidad en lo tocante a Nerón.
Tigelino tiene esta superioridad: que en su presencia, Nerón se comporta sin ninguna ceremonia. En tanto que Petronio siempre lo ha vencido, cuando están de por medio la superioridad de su refinamiento, su inteligencia, su ingenio y su cultura.
Tigelino es el compinche perfecto para las bajezas de Nerón. Petronio es el Árbitro de la Elegancia y su asesor artístico.
Y así ha sucedido una vez más.
Tigelino permaneció silencioso y se limitó a grabar en su memoria los nombres de los senadores y patricios que al retirarse Petronio de la sala, le rodearon al instante previendo que después del incidente ocurrido, seguramente seguirá siendo el primer favorito del César.
Al salir Petronio de Palacio, hizo que le llevaran a la casa de Marco Aurelio y le refirió la escena que sucedió con César y Tigelino.
Concluyó diciendo:
– No solo he apartado el peligro de la cabeza de Publio y Fabiola, sino de las nuestras y hasta de la de Alexandra a quién ya no han de buscar por esta razón. He inducido a Barba de Bronce a que haga un viaje a Anzio y ese viaje lo hará pronto.
Además, piensa hacer teatro en Nápoles y está soñando con Grecia, donde pretende hacer presentaciones para cantar en las principales ciudades y regresar con una entrada triunfal en Roma, trayendo todas las coronas que los griegos le han de otorgar.
Lo mejor de todo esto es que durante todo ese tiempo podremos buscar a Alexandra sin que nadie nos estorbe y ponerla luego en un sitio secreto y seguro. ¿Y nuestro filósofo? ¿No ha regresado?…
Marco Aurelio respondió:
– Tu filósofo es un pillo. No. No ha vuelto más y no creo que lo haga.
Petronio objetó:
– Pero yo tengo un mejor concepto. No de su honradez, sino de su ingenio. Ya le hizo una vez una sangría a tu bolsa y volverá. Aun cuando solo sea para hacerle una segunda.
– Será mejor que lo piense dos veces, no sea que le haga yo la sangría en su propio cuerpo.
– Sé prudente. Ten paciencia. Hasta que no estés plenamente convencido de su impostura, no le des más dinero. Prométele eso sí, una buena recompensa si te trae noticias verdaderas. Cuando las tengas comunícamelas, pues debo partir para Anzio.
– Así lo haré.
– Y si una de estas mañanas al despertar decides que no vale la pena seguir atormentado y sufriendo tanto por ella, vente conmigo a Anzio. Allí hay bastantes mujeres y diversión.
Marco Aurelio no respondió. Empezó a pasear agitado por la habitación…
Petronio lo observó unos momentos y por fin dijo:
– Dime la verdad. ¿Sigues tan preocupado como al principio por Alexandra?
Marco se detuvo y miró a Petronio como si lo viera por primera vez…
Y fue evidente su esfuerzo por reprimir un estallido. Lo miró con desamparo, dolor, cólera y un invencible anhelo… Y brotaron de sus ojos gruesas lágrimas.
Esto fue para Petronio una respuesta mucho más elocuente, que las más patéticas frases.
Y dijo:
– No es Atlas quién lleva el mundo sobre los hombros, sino la mujer. Y ésta a veces juega con él, como con una pelota.
– Es verdad. –contestó Marco Aurelio.
Y empezaban a despedirse, cuando un esclavo anunció que Prócoro Quironio esperaba en la antecámara y pedía ser admitido a la presencia del amo.
Marco Aurelio ordenó que lo pasaran inmediatamente.
Y Petronio exclamó:
– ¡Por Zeus! Conserva tu sangre fría o Prócoro será quien te mande y no tú a él.
El griego entró haciendo una reverencia:
– ¡Salve noble Marco Aurelio! ¡Salve a ti, señor!
Petronio contestó:
– ¡Salve legislador del saber!
Marco Aurelio preguntó con calma:
– ¿Qué me traes ahora?
Prócoro declaró:
– La primera vez te traje la esperanza. Hoy te traigo la seguridad de que será encontrada tu doncella.
– ¿Quieres decir que no la has encontrado aún?
– Así es, señor. Ya he descubierto lo que significa el signo que le viste hacer. Sé quiénes son los que se la llevaron. Y cuál es el Dios entre cuyos adoradores hay que buscarla. ¿Estás perfectamente seguro señor, de que fue un pescado lo que ella trazó en la arena?
Marco Aurelio afirmó contundente:
– Sí. Ya te dije que sí.
Y Prócoro respondió lacónico:
– Entonces Alexandra es cristiana. Y son los cristianos quienes te la han arrebatado.
Petronio intervino:
– Escucha Prócoro. Mi sobrino te ha reservado una suma considerable de oro para el caso de que encuentres a la joven. Pero también te destina una suma no menos considerable de azotes, para el caso de que lo estés engañando. Si es lo primero, podrás comprar no uno, sino hasta tres esclavos escribientes. En lo segundo, ni todas las filosofías juntas, te servirán de ungüento.
Prócoro insistió angustiado:
– La doncella es cristiana, señor.
Marco Aurelio gritó:
– ¡Basta, Prócoro! Tú no eres un necio. Ella no puede pertenecer a las filas de esos oscuros adeptos que se dice que son enemigos de la raza humana. De los envenenadores de pozos y fuentes; de los adoradores de una cabeza de asno. De esas infames gentes sacrificadoras de infantes, practicantes de hechicerías y de rituales perversos.
Prócoro abrió los brazos en un ademán, como significando que él no tiene la culpa.
Y enseguida pidió:
– Señor, pronuncia en griego la siguiente frase: “Jesucristo Hijo de Dios, Salvador.”
Marco Aurelio dijo:
– Iesous Christos Theo Uios Soter. Bien. Ya la he pronunciado ¿Y qué con eso?
– Ahora toma la primera letra de cada una de esas palabras y forma con ellas una sola palabra.
Ahora fue Petronio el que exclamó con admiración:
– ICHTHUS. ¡Pescado!
Entonces Prócoro, muy ufano declaró:
– ¡Eso! Y he aquí porqué el pescado es la contraseña de los cristianos.
Siguió un largo silencio.
Pero eran tan sorprendentes las palabras del griego, que los dos no podían asimilar sus noticias…
Finalmente Petronio dijo:
– Yo no puedo creer que Alexandra sea culpable de los crímenes que cometen los cristianos. ¡Qué locura! Tú Marco Aurelio, estuviste en esa casa por algún tiempo; yo solo unas horas. Pero conozco bastante a los Quintiliano y podría decir lo mismo de Alexandra, para poder declarar que eso es una monstruosidad. Si un pescado es el símbolo de los cristianos y si ellos son cristianos; entonces es evidente que los cristianos NO SON lo que hasta ahora hemos creído que son.
Prócoro replicó:
– Tú hablas con la sabiduría de Sócrates, señor. ¿Quién ha examinado jamás a un cristiano? ¿Quién ha estudiado su Religión? Hace tres años conocí a un hombre llamado Mauro de quién se decía que era cristiano, a pesar de que pude convencerme de que era un hombre virtuoso y bueno.
Petronio lo miró con suspicacia:
– ¿No habrá sido ese hombre virtuoso y bueno, el que te ha hecho conocer lo que significa el pescado?
– Desgraciadamente señor, en una fonda del camino alguien dio una puñalada a ese pobre hombre. Su esposa y sus hijos fueron arrebatados por unos mercaderes de esclavos. Yo perdí en la defensa de todos ellos, los dos dedos que me faltan. Y como parece ser que entre los cristianos abundan los milagros, espero que pronto vuelvan a salirme dedos nuevos en la mano.
Marco Aurelio preguntó:
– ¿Cómo es eso? ¿Acaso te has hecho cristiano?
– Desde ayer, señor. Desde ayer. El pescado me hizo cristiano. Ved que poder tiene. Por algunos días seré el más celoso prosélito de todos ellos, hasta que logre saber en dónde se esconde la doncella. Las investigaciones me imponen gastos considerables. Hace poco vi a un viejo en una fuente. Estaba sacando agua con un cubo y llorando. Tuve un presentimiento y dibujé un pescado con el dedo a la vista del viejo y él me lo dijo: ‘Mi esperanza también se halla cifrada en Cristo’.
Entonces empecé a sonsacarlo con habilidad y me lo reveló todo. Su amo es un liberto y un mercader de mármoles. Tiene un hijo que es esclavo por deudas y está siendo tratado cruelmente. El hombre quiere rescatarlo, trató de hacerlo. Pero el mercader se quedó con el dinero de la deuda, del rescate y el esclavo. Y ya no pudo hacer nada.
Petronio sentenció:
– La justicia no es más que una mercancía pública. Y el caballero que preside el tribunal ratifica las transacciones.
Prócoro continuó:
– Eres un hombre sabio, señor. Mientras me decía esto, el viejo volvió a llorar y yo mezclé mis lágrimas con las suyas. Empecé a lamentarme porque le dije que acababa de llegar de Nápoles, que no conocía a nadie de la hermandad y no sabía en donde se reunían.
Él se sorprendió de que los hermanos de Grecia no me hayan dado cartas para los hermanos de Roma. Pero yo le dije que me habían asaltado en el camino y él prometió relacionarme con los dirigentes de aquí. Cuando escuché esto me llené de júbilo y le di al viejo la suma necesaria para el rescate de su hijo, con la esperanza de que el noble Marco Aurelio me devolviese doblada esa cantidad…
Petronio interrumpió:
– Prócoro. En tu narración la mentira flota sobre la superficie de la verdad, como el aceite sobre el agua. Tú nos has traído noticias importantes, no puedo negarlo. Pero no las mezcles con tus falsedades ¿Cómo se llama el viejo con el que hablaste?
– Félix. Me recordó a Mauro, aquel a quién defendí de los asesinos.
– Creo que es verdad que has visto a ese hombre, pero no le has dado ningún dinero. No le has dado absolutamente nada.
– Pero le ayudé a subir el cubo con el agua y le hablé de su hijo, con la más cordial simpatía. Sí, señor. ¿Qué puede sustraerse a la penetración de Petronio? Es verdad, no le he dado dinero. Pero ese acto es indispensable y útil porque con eso nos ganaríamos la voluntad de los cristianos. Me ganaría su confianza y me abrirían las puertas para introducirme entre ellos.
Petronio respondió:
– Eso es verdad. Y es tu deber hacerlo así.
– Por eso he venido a procurarme los medios para ello.
Petronio se volteó hacia Marco Aurelio:
– Puedes ordenar que le entreguen el dinero. – y lo miró significativamente.
Marco comprendió y le dijo a Prócoro:
– Te daré un joven que irá contigo, llevando la suma necesaria. Dirás a Félix que ese joven es tu esclavo y entregarás al viejo en presencia de él, el dinero. Y puesto que me has traído noticias importantes, recibirás para ti una suma igual. Espera en el atrium. Luego iré a darte lo que necesitas.
Prócoro exclamó entusiasmado:
– ¡Tú eres un verdadero príncipe! ¡Qué la paz sea con vosotros! Así se despiden los cristianos. Yo me compraré una esclava, quiero decir un esclavo… A los pescados se les atrapa con un anzuelo. Y a los cristianos con un pescado…
HERMANO EN CRISTO JESUS: