Archivos diarios: 8/11/16

26.- CORREO EPISTOLAR

Tito Petronio     a     Marco Aurelio Petronio:

Salve.

Eladio es de mi absoluta confianza envíame con él tu respuesta a esta carta. Cuando me vine para Anzio te dejé sobre una buena pista y lleno de esperanza. Espero que ya hayas calmado tu pasión en brazos de Alexandra, ¡Mi carísimo Marco Aurelio! Que la rubia Afrodita te guíe y que tú seas el spintria (Tiberio llamaba así a los maestros en la lujuria) de esa alba Alexandra que escapa del amor.

Recuerda que el mármol aún el más precioso, no es nada por sí mismo y no adquiere valor hasta que la mano del escultor lo transforma en una obra maestra.

No basta amar. Es necesario saber amar y saber enseñar a amar. La plebe y los animales experimentan placer; pero el hombre verdadero se distingue por su aptitud para hacer de ese placer un arte lleno de nobleza apreciándolo como un don divino.

Y no solo experimentarlo, sino saber compartirlo. Así pues, sé tú el escultor de Alexandra y desea no solo su cuerpo, sino también su corazón. Y ámala.

Con frecuencia pienso en la vanidad,  la incertidumbre y el fastidio de nuestra vida. Y me pregunto si no has tomado tú la mejor parte y si la guerra y el amor no son las dos cosas por las cuales vale la pena haber nacido. En la guerra tú has sido afortunado y has sido un valiente guerrero. Y en el amor, conoces la dicha y la agonía…

Si sientes curiosidad por saber lo que ocurre en la corte de Nerón, te diré:

aún lloramos a la pequeña Claudia Augusta. Cantamos himnos de nuestra composición y nuestro dolor aún no se calma. Y podemos exhibirlo en todas las actitudes que enseña la escultura. Todos los augustanos están aquí, incluyendo las quinientas burras de cuya leche se sirve Popea para sus baños.

¡Ay Querido! Nos estamos modernizando tanto en el teatro, que ahora hacemos las cosas con el mayor realismo y Enobarbo se encarga de que las emociones sean siempre  más trepidantes en unos escenarios también cada vez más insólitos.

Nos hemos salido del anfiteatro e ignoro que siga la próxima vez. Pienso que nosotros moriremos como bufones o comediantes. Nerón representó una comedia de Afranio el dramaturgo titulada “El Incendio” y entregó a los actores al pillaje de una casa que se incendió a propósito.

A Barba de Bronce esto le produjo un placer enajenante y creció su inspiración y su deleite por la actuación. Esto se tradujo en generosos regalos para todos nosotros, en nombramientos  para muchos otros y en que al verlo tan feliz, por fin puedo estar un poco más tranquilo respecto a seguir manteniendo nuestras cabezas en su lugar. Porque otros no han sido tan afortunados:

Salvidieno Orfito, el pobre ni siquiera sospecha que su muerte haya sido decretada ¿Y sabes por qué? ¡Porque alquiló a unos diputados tres habitaciones de su casa cerca del Foro! A Casio Longino, por haber conservado entre sus antiguos retratos de familia, el de Cayo Casio, uno de los asesinos de César ¡Y está ciego! Pero eso no le importa a Nerón, cuando tiene sed de destruir…

¡Sólo por eso no hay salvación para ellos! ¡Pero éste es nuestro mundo!

Vamos a tener una lidia de gladiadores. El actor Dato representó a Edipo y le pedí que me contestara como judío que es, (su verdadero nombre es Nazario), si los cristianos y los judíos son una misma cosa.

Me contestó que los judíos tienen una religión eterna, pero que los cristianos forman una nueva secta que se ha formado recientemente en Judea. Que en tiempos de Tiberio los sacerdotes de Jerusalén, crucificaron a cierto Hombre cuyos prosélitos aumentan diariamente y a quién los cristianos adoran como Dios.

Parece que se niegan a reconocer a otros dioses y especialmente a los nuestros. No se me ocurre que daño les puede suceder si también los adoraran… en fin…

Tigelino me demuestra abiertamente su envidia y su odio… Y yo ni siquiera puedo considerarlo mi adversario. Solo me aventaja en dos cosas: tiene más apego que yo a la vida y al mismo tiempo es un canalla supremo. Y esto lo une más a Nerón.

Ellos acabarán por entenderse perfectamente, junto con Haloto que está lleno de violencia y es el hombre más cruel que el mundo haya conocido jamás. Este trío es el castigo de la humanidad. ¿Cuándo? No lo sé. En realidad poco importa la fecha, pero llegará.

 Mientras tanto yo me estoy divirtiendo como nunca. La vida sería muy aburrida si no fuera por nuestro Augusto Mono. Yo comparo la adquisición de sus favores a una carrera en el circo, con la cual la victoria solo halaga el amor propio.

En este aspecto a veces creo que me parezco un poco a Prócoro Quironio. Cuando éste ya no te sirva, mándamelo. Le he tomado gusto a su conversación cínica y sugestiva. Presenta mis saludos a tu divina cristiana… Y dime cómo te encuentras de salud. Háblame de tu amor. Dime cómo estás y cómo te sientes. Adiós.

Marco Aurelio estaba muy deprimido cuando recibió esta carta y la contestó inmediatamente.

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Marco Aurelio Petronio     a     Tito Petronio:

Salve.

No se ha sabido nada de Alexandra. Si no fuese por la esperanza de encontrarla pronto, no recibirías esta carta. Quise comprobar que Prócoro no me engañaba. Me envolví en un capote militar y lo seguí a él y a Dionisio, el esclavo que mandé con él.

Atestigüé la entrega y me regresé, porque sentí el impulso de ir hacia ellos y prometer recompensa a quién entregase a Alexandra. Pero tuve miedo de malograr el trabajo de Prócoro y contra mi voluntad mejor me retiré. Prócoro ha venido varias veces, pero dice que no ha podido encontrarla.

Los cristianos se aman y se ayudan tanto, que va a tardar un poco dar con su paradero. Pero es mejor ir con paso seguro para no cometer errores. En cuanto suceda algo interesante te lo comunicaré. Adiós.

Marco Aurelio, además de sentirse herido en su orgullo; no logra comprender la oposición y la resistencia de Alejandra. Su misma fuga es un enigma que le tortura el cerebro y no encuentra respuesta.

Sabe que Actea ha dicho la verdad y que ella no era indiferente a su amor. Es más, ella aseguró que lo amaba. Entonces ¿Por qué había huido?

Lo único que logra entender es que entre Alexandra y él hay un abismo que los separa y que tiene que ver, con el mundo romano que él conoce y el mundo cristiano en el que ella se desenvuelve.

Pensar en esto lo llena de desaliento y lo único que le queda es renunciar a ella. Y esta idea lo desquicia, porque contra sí mismo y con inmenso dolor, ve que ya no puede vivir sin ella. Y pensar que era correspondido y que ella podía colmar sus más fervientes anhelos, hace que se apodere de él una angustia cruel.

Y mientras su corazón desborda una inmensa ternura que lo envuelve como una poderosa ola y le hace exclamar en medio de las lágrimas:

–      ¿Dónde estás amada mía? ¿Por qué te fuiste y me abandonaste con tanta crueldad?…

Se siente verdaderamente enfermo y desgraciado. Anhela su amor tanto… Que hay instantes en que desearía matarla, para así acabar con su sufrimiento. Pero luego se dice a sí mismo, que si le dieran a elegir entre ser esclavo de Alexandra y no volver a verla jamás; preferiría ser su esclavo.

En estas alternativas de tortura, cavilación, incertidumbre y sufrimiento, está perdiendo la salud y su varonil hermosura…

Después de largas semanas de expectativa, un día llegó Prócoro y se presentó ante Marco Aurelio con el semblante muy contrariado.

El joven tribuno se puso pálido y saltando de su asiento, preguntó:

–           ¿Qué pasó? ¿No está Alexandra entre los cristianos?

El griego contestó:

–          Sí está, señor. Pero también está Mauro y yo no me puedo acercar a donde está ella.

–           ¿De qué estás hablando y quién es Mauro?

Prócoro no supo cómo contestar y Marco Aurelio perdió la paciencia. Enojado, repitió la pregunta.

El griego contestó levantando su mano:

–           Según parece señor, has olvidado al hombre con el que viajé a Roma. Y en cuya defensa perdí estos dedos, mutilación por la que no puedo escribir. Los ladrones que le arrebataron a su mujer y a su hijo, le hirieron con un puñal. Yo le dejé agonizante en una fonda y le había llorado por muerto. Más ¡Ay! Ahora estoy convencido de que está vivo y en Roma pertenece a la comunidad cristiana.

Marco Aurelio no entiende nada.

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Lo único que le queda claro es que Mauro es el obstáculo que lo separa de Alexandra. Y por lo mismo, controlando su ira dijo:

–           Si todo sucedió como dices, él debiera estar agradecido y ayudarte ahora.

Prócoro respondió:

–          ¡Ah, noble tribuno! Ni los dioses suelen ser agradecidos. Pero por desgracia es un viejo senil y está confundido, porque según supe por sus correligionarios, me acusa de ser cómplice de los ladrones. Y me considera el causante de sus infortunios. ¡Así me paga la pérdida de mis dedos!

–           ¡Bribón! Estoy seguro de que las cosas pasaron como Mauro las refiere.

–          Entonces sabes más que él mismo, señor. Porque él solo tiene sospechas. Lo cual no le impide vengarse de mí cruelmente. Y ya lo hubiera hecho si conociera mi nombre. En el lugar donde nos encontramos no se fijó en mí. Pero yo lo reconocí de inmediato. Y ahora debo tener más cuidado con lo que hago. Cuando pregunté por él a conocidos suyos, me declararon que era el hombre que había sido traicionado por su compañero de viaje y por eso me enteré de semejante historia.

El tribuno contestó fastidiado:

–           ¿Y qué me importa a mí todo eso? Dime que noticias me tienes.

Prócoro replicó:

–          Cierto es señor, que a ti no te importa, pero a mí me va en ello la vida. Y en el deseo de que mi sabiduría sobreviva, prefiero renunciar a la recompensa que me has ofrecido, antes que exponerme por el simple lucro.

Entonces Marco Aurelio se le acercó y con mal reprimida cólera, le dijo:

–         ¿Quién te ha dicho a ti que la muerte te va a llegar por medio de Mauro, antes que por mis  propias manos? ¿Qué sabes tú perro, si dispongo de tu vida y se me antoja enterrarte en mi propio jardín?

Y Prócoro que es un cobarde, miró a Marco Aurelio y comprendió al instante que no es una broma. Una sola imprudencia más y estará perdido…

Y entonces exclamó:

–           ¡La buscaré, señor y la encontraré! ¡Te lo prometo!

Hubo un largo silencio.

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Y cuando el griego comprendió que la cólera del patricio disminuía, dijo:

–           Un tiempo dudaste de la existencia de Félix y te convenciste de que te dije la verdad. Ahora tienes sospechas de que miento acerca de Mauro. ¡Ah! Si ésta fuese una mentira, yo podría mezclarme entre los cristianos sin peligro y si él me hubiese reconocido, no estaría yo hoy aquí. Y entonces ¿Quién te ayudaría a encontrar a la doncella?

            Marco Aurelio le ordenó que le dijera detalladamente todo lo que había hecho, en qué había empleado el tiempo y lo que había descubierto.

Pero Prócoro no tenía mucho que contar. Había montado vigilancia y no había rastros de Alexandra.

Y solamente agregó:

–           Hay un hombre. Un sacerdote al que ellos llaman Pontífice, que se llama Pedro y que fue discípulo directo de Cristo y ahora es su apóstol. Los cristianos le guardan una gran veneración. Van a tener una reunión muy importante y yo buscaré la forma de asistir y ver si puedo llevarte sin peligro. Es casi seguro que ella también asistirá y nosotros podremos verla.

Los cristianos son personas pacíficas y ordenadas. ¡Y me sorprendí mucho, porque todas las acusaciones que les hacen son calumnias! Ellos no hacen nada de lo que la gente cree. No son licenciosos y todos son muy virtuosos. Su religión no incita al crimen y por el contrario, manda perdonar y amar a los enemigos.

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Marco Aurelio recordó lo que Fabiola le había dicho en la casa de Actea.

Y por lo general, le complacieron bastante los informes de Prócoro. Aun cuando los sentimientos que Alexandra le inspira son bastante tormentosos, sintió alivio al oír que la religión que ella profesa no es criminal, ni repulsiva.

Pero al mismo tiempo intuyó que es precisamente el amor reverencial a este Cristo desconocido y misterioso, el que ha levantado una muralla entre él y Alexandra. Y empezó a tener prevenciones contra esa nueva religión.

Pero a Prócoro lo que le interesa es huir de Mauro. De lo que narró a Marco Aurelio la verdad es que fue él, el que traicionó a Mauro. Le robó todo. Lo vendió a unos traficantes y le privó de su familia, vendiéndolos como esclavos. Apuñaló a Mauro y le dejó medio muerto en el campo, creyendo que no sobreviviría al asalto.

Lo que nunca esperó fue que pudiera curarse de sus heridas y llegara hasta Roma. Ahora tiene miedo de encontrarlo de nuevo. Sin embargo más terror le infunde Marco Aurelio…  Y comprendió que la persecución y venganza de un poderoso patricio que tiene otro aliado más grande todavía: Petronio, no le deja ninguna alternativa.

Todas estas consideraciones le impulsan a jurar:

–           Por Zeus te prometo, ¡Oh, señor! Que iré a averiguar más lo más pronto posible.

Más tarde…

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Casi al mismo tiempo que el griego se fue, llegó un correo con una carta de Petronio y Marco Aurelio se metió en la biblioteca a leerla.

Después de romper el sello, extendió la  vitela:

Tito Petronio               a          Marco Aurelio Petronio:

Salve.

Tu caso es muy malo, ‘carísimo’. Con bastante claridad veo que Eros ha perturbado tu cerebro y no piensas en otra cosa, más que en el amor. Por tu contestación a mi carta veo que sigues obsesionado con Alexandra. ¡Por Zeus! Encuéntrala pronto o perderás la razón.

Y por favor ten presente esto: Bernabé, el esclavo de Alexandra es un hombre de una fuerza poco común y por lo mismo será mejor que te lleves a Atlante, cuando decidas rescatarla. No esperes que los cristianos te la entreguen fácilmente. Atlante será un auxiliar muy útil para enfrentarte con Bernabé, cuando trate de defenderla.

No te dejes saquear por Prócoro, pero tampoco economices tratándose de Atlante. De todos los consejos que mi cariño puede darte, éste es el mejor.

Aquí ya dejaron de decir que la Infanta pereció por causa de un maleficio. Desde que nos trasladamos a Nápoles, nos han atacado los remordimientos por los recuerdos de Agripina. Pero ¿Sabes hasta donde ha llegado Enobarbo? Pues a esto: Aún el asesinato de su madre se ha convertido tan solo en un tema para versos y un motivo para escenas trágico bufas.

Antes tenía verdaderos remordimientos y le temía como el cobarde que es. Pero ahora se siente intocable.

Y como ningún dios se prepara  a tomar venganza, finge remordimientos para hacer escenas de teatro y ver cómo reaccionan los demás. También representó personajes de tragedia y exigió que las máscaras de los dioses, los héroes y las heroínas, se parecieran a él y a Agripina.

 Luego cantó: Panacea en el Parto; Orestes asesino de su madre; Edipo Ciego y Hércules Furioso. Estas son las novedades de nuestro regio histrión.

A veces me parece que de verdad odia a Roma. Busca los aplausos, la admiración y la aprobación de los griegos. Y a cada momento dice:

–      ¡Mira lo que son los griegos!

Y su proverbio favorito que repite siempre es: ‘La música no es nada, si se la mantiene oculta.’

En su greco-manía, la plebe aullaba cada vez más y nuestro histrión estaba eufórico. Cierto es que los aullidos y los aplausos se traducen en distribuciones al pueblo de provisiones y regalos: pájaros exóticos por millares. Manjares, bonos pagaderos en trigo, trajes, oro, plata, piedras preciosas, perlas, cuadros, esclavos, fieras domesticadas, naves, islas, tierras, casa, banquetes, billetes de lotería y una nueva exhibición  del Bufón Imperial.

Y no deben extrañar los aplausos, pues semejante espectáculo no habrá sido visto nunca antes. Para Nerón lo más importante es su canto y la acogida que le hace el público como artista. Cree que su voz es un don de los dioses y no pierde oportunidad para mostrarla.

Sin  embargo tiene dudas de lo que dirá el pueblo romano a causa de su prolongada ausencia por la falta de los acostumbrados juegos y las distribuciones de cereales. Y aun así, vamos a Benevento a la chapucera exhibición que Haloto tiene preparada a nuestra llegada. Y de allí seguiremos hasta Grecia.

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Por lo que a mí respecta, pienso que cuando un hombre se halla entre locos, loco se vuelve él también y encuentra cierto encanto en las extravagancias de los insanos. Grecia y el viaje de mil buques, es una especie de entrada triunfal de Baco, entre ninfas y bacantes. ¿Y creerás que yo que tengo buen sentido, me he dejado arrastrar por sus fantasías? Y lo hago porque al menos son grandiosas y exentas de vulgaridad.

Pero Barba de Bronce no logrará sus planes, porque en su fabuloso reino poético de oriental poderío, no ha dejado sitio para la traición, la vileza y la muerte. Y porque entre sus actitudes de poeta, se advierte al detestable cómico, al torpe auriga y al frívolo tirano.

Entretanto estamos matando a todo aquel que en una forma u otra nos causa desagrado. El pobre Salvidieno Orfito ya es solo una sombra. Se abrió las venas hace unos días. El viejo Trhaseas está sentenciado, porque tiene la osadía de ser honrado y tener cara de pedagogo.

Tigelino todavía no alcanza la suficiente autoridad, para condenarme a mí. Me necesitan todavía para el éxito de la expedición a Acaya. Mientras llega para mí ese fatídico momento, he decidido que Nerón no tendrá mi vaso mirrino: ese que tú conoces y que tanto admiras. Si estás cerca de mí te lo daré, pero si estás lejos lo haré pedazos.

Cuídate y llévate a Atlante, de otra forma perderás otra vez a Alexandra. Cuando Prócoro Quironio ya no te sea útil, envíamelo. Cuando encuentres a tu amada, házmelo saber. Adiós.

Lo que Petronio no dijo a Marco Aurelio, fue que Eros también lo había herido profundamente y que al terminar de escribir la carta que el tribuno acaba de leer, compuso unos versos para Aurora en un poema que trató de ocultar, como lo haría un tímido adolescente.

Pero Aurora lo encontrará después, al limpiar la biblioteca y ordenar las cosas de la mesa del escritor, tareas que no permite que nadie más haga. Ella lo adora en silencio y admira su trabajo, atesorando todas y cada una de las palabras que él escribe.

Y cuando lea el pequeño pedazo de pergamino, su corazón estallará llenándola de una alegría tan inmensa  que la hará llorar de felicidad…

El orgulloso augustano se niega a reconocer su amor por una esclava y trata de luchar contra su corazón. Está empleando todos los medios para mantener la distancia entre los dos, pero es una batalla que ya tiene perdida, porque finalmente se ha rendido al avasallador  sentimiento que lo invade, pues escribió:

Ofrenda a Aurora

En mi mente deifico la figura

De tu porte radiante de belleza

Porque tienes del alba la pureza

Y de flor en capullo la frescura.

Nunca pudo jamás con su hermosura

Competir a tus dones la realeza

De la grácil Helena que grandeza

Y atractivos aunaba en su estructura.

Yo te ofrezco de mi alma la ternura

La ilusión de mi ser, si lo prefieres.

Puedo darte también si acaso quieres

De mi vida la negra desventura.

En mi mente ha quedado bien grabada

La silueta de tu alma y compendiada

De tu faz la exquisita lozanía

Y contento he mirado virgen bella

Que refulges lo mismo que una estrella

En el cielo sutil del alma mía.

El caudal de mi amor será muy tuyo

Incluyendo con él, mi grande orgullo

Que jamás he querido quebrantar

Y anhelante le ofrezco a tu belleza

Todo el ser que me dio naturaleza

Porque quiero saber lo que es amar.

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA

25.- LA EUCARISTÍA

jardin romano

En la Puerta del Cielo hay un ambiente de fiesta que se puede percibir en todos los rincones del magnífico palacio que es el centro que reune a los cristianos de Roma. Alexandra, Bernabé y Margarita, escuchan atentos la Homilía que Pedro predica en la Misa que celebra junto con otros sacerdotes…

La voz del apóstol Pedro resuena triunfal:

“Jesús tuvo su trono terreno de Rey sobre la Cruz. Y sobre su cabeza gloriosa, fue escrita la causa de su muerte y su Insignia: Jesucristo, Rey de los Judíos”

Los cristianos llevan el signo de Cristo humildemente esculpido también en la cima, como conviene a los hijos de estirpe real y súbdita del Reino Celestial. ¿En qué consiste el signo de la Cruz y donde está puesto? Está escrito con caracteres invisibles a los ojos humanos, en la frente y en la mano.

Y son los hombres mismos con sus obras y durante la jornada terrenal, los que graban este signo que los hace dignos de ser salvados a la Vida. No es un signo material y no tiene nada que ver con el mundo material. Esplende con la luz gloriosa de Cristo en los espíritus vivos, en los que sirven a Dios y obedecen la Ley.

cruz luminosa

El solo estar convencidos del deber de dar toda gloria y obediencia, lo graba en el alma haciéndola  irradiar una luz más brillante que el sol y una cruz esplendorosa. Tanto más esplendorosa, cuanto más unidos están a Cristo. Esto explica porque los que se entregan a Dios de una manera total, se ven envueltos en las venganzas de Satanás y sus vidas se trastornan con un huracán de sufrimientos. Son las lámparas que no se pueden ocultar.

Los que llegan a ver el mundo espiritual tal como es, contemplan con asombro como estas almas parecen luciérnagas en una noche muy oscura. Y para el cristiano, el más triste y desolador espectáculo es despertarse en medio de una gran ciudad y comprobar con consternación que la oscuridad es total y que no hay luciérnagas alrededor.

Esta es la más aterradora de las soledades. Todas las almas-víctimas llega un momento en que tienen que enfrentarse a esta pavorosa experiencia, que nos enseña que solo la voluntad firme, puede obstaculizar que esta luz se apague e impide que regresen al espantoso cementerio del que han salido.

También Hace que con más resolución se fijen con todas sus potencias en Dios. Ellas con su confesión de Fe o su negación de Dios. Un ‘sí’ o un ‘no’, marcan la diferencia entre mantener esta luz o perderla para siempre. Esto es lo que llaman nuestra necedad, nuestra obstinación y nuestra locura, los muertos espirituales.

Cuando se conoce lo que es la Verdadera Vida, la vida terrenal adquiere su verdadero significado y la muerte del cuerpo no es nada. A lo que se tiene verdadero terror, es a la muerte espiritual.

NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE.

SOLO EL AMOR PUEDE ALIMENTAR EL AMOR. El hombre necesita del Pan Vivo bajado del Cielo, para alimentar el hambre del corazón. Por eso Jesús se ha entregado en el Don Inestimable de la Eucaristía. Él se ha hecho presente en Ella para ser el alimento de nuestra vida espiritual y formar en el alma una verdadera capacidad de amor y ser Él en nosotros, con nosotros y por medio de nosotros.

Jesús Eucarístico es el Pan Vivo bajado del Cielo. El Alimento que hay que comer para no tener más hambre. El Agua que hay que beber para no tener más sed. Él libera de la esclavitud física, moral y espiritual. Y ayuda a regenerarnos en la verdadera dignidad de hijos de Dios, que resplandece en el que de Él se alimenta.

Por eso la Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, de nuestra Oración, de nuestro culto y de nuestras reuniones. Porque conocemos y poseemos el Amor de Fusión y el de Coparticipación. Somos almas Eucarísticas.

(Milagro Eucarístico en la Misa celebrada por el Obispo Claudio Gatti en la Fiesta de Pentecostés del año 2000, en la Iglesia de Madre de la Eucaristía en Roma, Italia)

Eucaristía quiere decir tener a Dios en sí con su Divinidad y su Humanidad. Por eso cuanto más nos nutrimos de Él, más llegamos a ser hostias con Él. ¿Qué amor puede ser más grande que aquel que sabe amar sabiéndose odiado? Jesús nos ha amado así. Su Amor más que humano y plenamente Divino, se manifestó en la Ultima Cena.

Antes de ser clavadas y traspasadas, sus manos lavaron los pies de los apóstoles, también el de aquel al que hubiera querido lavarle el corazón. Y han despedazado el Pan. Y se despedazó su Corazón con aquel Pan, en el cual al darlo, se dio Él Mismo.

Porque sabía que estaba próximo su retorno al Cielo y NO quería dejarnos solos. Porque sabía cómo el hombre es fácil para olvidar y quería vernos reunidos como hermanos alrededor de su Mesa, para decirnos uno al otro: ¡Seamos de Jesús!

“ESTE ES MI CUERPO…”

En las Bodas de Cana se realizó el primer milagro del Hombre-Dios y cambió el agua en vino. En este hecho se encuentra el germen del último milagro del Hombre-Dios:

La Eucaristía. 

La Humanidad de Cristo, destinada a morir y padecer, era en un todo semejante los hombres. Después que fue destruida la Víctima por el Sacrificio, se produjo el primer milagro de Jesús-Dios-Hombre, cuando emergió su Cuerpo Glorificado con la Resurrección.

Jesús está en el Cielo, igual que como quiso estar en la Tierra. Es Él, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, con su Divinidad, su alma, su Cuerpo y su Sangre. Infinito cual su Naturaleza Divina le corresponde. Contenido en un fragmento de Pan como su Amor y su Regia Voluntad lo quiso. Jesús trasmutó su cadáver en Viviente Eterno y dio a sus apóstoles el poder para transubstanciar las Especies del Pan y del Vino, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El Pan que los ángeles desean y por el cual suspiran.

En la Eucaristía, el Cordero que ya se inmolaba se dio en Alimento Perpetuo a los hombres a fin de que su Sangre circulase en ellos para hacerles santos. Y la Carne Inmaculada fortificase su debilidad, mientras Dios Único y Trino habitan en ellos. Jesús dio la Eucaristía para que el hombre bebiese su propia Fuerza y fuese tan fuerte como Él y así ayudar al hombre a ser feliz, con su Felicidad que es Eterna.

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El Pan Eucarístico hace los mártires. De los hombres que antes de ser cristianos eran miedosos, débiles y viciosos; este Pan los convierte en héroes.

En la Mesa Eucarística están: la Sangre de Cristo que nos purifica y el Cuerpo de Cristo que nos santifica. La Sangre, de los pecadores hace justos. El Cuerpo, de los justos hace santos.  Y el que se alimenta de Dios… 

Jesús desciende a nosotros y se ha hecho nuestra comida, porque nosotros sin Él, morimos. Él es el Alimento para el espíritu y para el pensamiento. El espíritu se nutre de la Carne de Dios y el pensamiento se nutre de la Palabra, que es el Pensamiento de Dios.

Amar a Jesús Eucarístico es hacer que se produzca en nosotros el milagro de la Encarnación Mística, para vivir en el Corazón de Dios y que Él viva en nosotros, en el éxtasis del Amor de Fusión. Por eso la Eucaristía es Vida.

El alma que se nutre de Dios, vive en Dios y su vida permanece más allá del tránsito que es la muerte del cuerpo. Es por esto que la principal preocupación de Satanás, es mantener al hombre apartado de la Eucaristía.

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El Amor que llevó a Jesús a la Cruz, es el mismo que lo mantiene Prisionero en el Misterio Eucarístico. Su amor por los hombres es Infinito y supera la maldad e ingratitud humanas.

El Pan Eucarístico debe ser adorado como el Arca que contiene a Dios. Dios obedece al mandato de sus sacerdotes y desciende para hacerse Sangre para lavar el corazón y Carne para nutrir el espíritu.

A este abismo de humildad se ha sometido Dios, por Amor, para vivir en medio de los hombres y NO dejarnos solos, aunque esto represente el quedar a merced de su Enemigo.

“ESTA ES MI SANGRE…”

El amor por la Eucaristía es el que hace que dé frutos el Océano de Potencia que es la Sangre de Jesús para las infinitas necesidades de las almas. Infundida con amor infinito produce milagros de Redención en donde encuentra amor, pero se vuelve condena sobre aquel que responde con Ira y con Odio al Sacrificio de un Dios.

Porque la Sangre de Jesús que fue reclamada con ira sobre sí mismos; por los enemigos y acusadores de Jesús cuando iban a crucificarlo, no ha perdido su doble cualidad de Perdón y de Condena.

Y la Sangre de Jesús es la mejor defensa en la terrible lucha entre lo divino y lo demoníaco.

Cristo ha vencido al Mundo, a la Muerte y al Demonio, al precio infinito de sus Sangre y Él la da como el Arma más potentísima contra Lucifer y hay que venerarla con Adoración.

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Cuando la Sangre de Jesús es amada, venerada, invocada y creída, mucho del mal que emana del Infierno es conjurado. Porque la Sangre de Jesús es Salvación.

Esta Sangre ha bañado al Mundo redimiéndolo de las garras de Satanás y por eso no hay disculpa para los hombres que quieren seguir siendo malos, simplemente porque quieren serlo. La Gracia ha dado los medios para que el hombre ya no sea esclavo.

Salvación o Condena… la respuesta la da cada alma en particular con la aplicación de la voluntad…

María fue el alma eucarística perfecta: sabía retener a Dios con un amor ardiente, una pureza súper angélica y una adoración continua. Ella vivía en Dios, con Dios y para Dios.

Pedirle su ayuda para ser como Ella, es la única manera de obtener de la Eucaristía, todos los beneficios que ésta aporta. Porque el Cuerpo y la Sangre de Jesús fueron formados con el cuerpo y la sangre de su Madre Santísima.

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Y Ella, la Purísima, ayuda a que las almas puedan desprenderse de la humanidad, para que el espíritu sea el vencedor.

El sacerdote eleva el cáliz, ofreciéndolo por las necesidades del mundo. Y lo eleva colmado de la Sangre de Jesús y de las oraciones de los santos de la tierra, de sus padecimientos de amor para honrar a Dios.

Porque toda santidad se alcanza a fuerza de sufrimientos y lucha contra las pasiones y tentaciones, contra los escarnios, las persecuciones, las enfermedades. He aquí el calvario de los santos.

María es la única que ayuda a defendernos de las asechanzas y las venganzas de Satanás. Y Ella también, a través de la Eucaristía por la unión que mantiene con Dios, nos llena de sus gracias para mantenernos fieles a Dios.

Pedro ha terminado.

Pero el Sacramento del Sacerdocio con el que fueron ungidos y llenados plenamente por el Espíritu Santo, los ha abastecido con el carisma Sacerdotal que los convierte en estupendos Profetas y Apóstoles…

Los Instrumentos Perfectos y dóciles para que la Trinidad Santísima pueda manifestarse entre los hombres y sean magníficos canales para que la Voluntad Divina sea mostrada con todo su esplendor. 

padre espiritu-santoLautaro, un sacerdote casi tan anciano como Pedro y que en la santa Misa de este día ha estado a su derecha, se adelanta y cuando comienza a hablar casi todos los cristianos presentes, con los dones concedidos por el Espíritu Santo, reconocen la inconfundible Personalidad del Padre Celestial:

Hijitos Míos, Mi Hijo Unigénito antes de padecer por vosotros, se me ofreció a Sí mismo en la Ultima Cena en la cual les dejaba desde ese momento y para siempre, Su Cuerpo y Su Sangre como Compañía y como Ali­mento para vuestras almas hasta el Fin del Mundo.

Vuestras humanas capacidades no se dan cuenta de lo EXCELSO DE ÉSTE REGALO. Lo excelso de esta donación es un grandísimo acto de humildad y de Amor hacia vosotros.

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Los apóstoles y la gente de ése tiempo pudieron seguir y contemplar con sus sentidos humanos, la vida de Mi Hijo sobre la Tierra.

A vosotros os toca el premio de poder compartir y poderse saciar con el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre Divinos, de Mi Hijo Jesucristo.

Si vosotros os dierais plena cuenta de tan grandísimo Don del Cielo, os postrarías con la frente al suelo y agradeceríais en forma tal, que os sentiríais indignos de tan grande favor.

Si pudiérais ver Mi Majestuosidad y Poder que existe en ése “pedacito de pan” y al que vosotros ya véis como algo simple, os turbaríais y es más, NO os acercaríais a tomarlo, porque vuestra misma alma se sentiría indigna de recibir a Su Rey, a Su Creador en TODA su Potencia y Majestad.

eucaristia00Por eso Mi Hijo quiso dejar en manos de vuestra Fe y de vuestro amor todo Nuestro Ser, en ése pequeñito pedacito de pan y que con la humildad de todo un Dios, se dona a quién quiera recibirlo, día a día. Nuevamente es Nuestro Amor el que se da a sus creaturas…

Pequeños Míos de Mi Corazón. Tanto es Nuestro Amor hacia vosotros, que recurrimos a in­ventar actos de amor –grandes milagros– pero los hacemos ver a veces pe­queños, para NO asustar a vuestra débil humanidad.

Tomad hijos Míos, tomad el Cuerpo Glorioso, Santísimo, de Mi Hijo Je­sucristo para fortaleceros en vuestras almas.

Así como vuestro cuerpo ne­cesita alimento para crecer y dar fruto, así vuestra alma debe tomar el Alimento por excelencia, que es la Sagrada Eucaristía, para también cre­cer y dar fruto.

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No desaprovechéis hijos Míos, éste Regalo TAN GRANDE del Cielo, tan grande que hasta los mismos ángeles se quedaron estupefactos ante la Hu­mildad y Poder de Mi Hijo, al crear la Sagrada Eucaristía.

Ellos Me pueden ver directamente a los ojos puesto que ya viven en Mi Gloria, voso­tros podéis vernos con vuestros ojos del alma, al tomar éste Sacratísimo Alimento del Cielo.

Hijitos, cuánto os amo. Permaneced en Mí Amor y vivid Mi Vida en vues­tra vida a través del Alimento Celestial, el Cuerpo y Sangre Divinos de Mi Hijo Jesucristo

Lautaro calla de repente… Inclina su rostro y parece abstraído en una celestial revelación, porque mueve la cabeza asintiendo…

Entonces Ramón que estaba del lado derecho de Pedro, se levanta y comienza lo que parece será la conclusión de la Homilía de esta mañana dominical.

Ahora es Jesús el que está hablando…

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Hijitos y hermanos Míos. Ahora estoy aquí y podéis tenerMe y tomarMe en la Sagrada Eucaristía y así poder llevar a vuestro Dios VIVO Y REAL dentro de vuestro corazón, a donde quiera que vayáis.

Mi Presencia real y verdadera, aceptada NO con vuestra mente sino con vuestro corazón; os hará más llevadera y sobre todo más agradable vuestra vida, vuestra Misión sobre la Tierra.
YO sé que venir a visitarme ES una fiesta grandísima de vuestro corazón.
Soy la Alegría de la Familia al poder acercarse a convivir en una forma real y verdadera con Mi presencia VIVA con vosotros.

Yo sé que SOY el Deseo más grande de vuestro corazón y de vuestra alma de venir al menos cada Domingo, para Agradecerme, para contarme vuestras alegrías y necesidades, para acompañarMe a Mí vuestro Dios y Señor, el Amor por excelencia; para compartir éstos momentos Divinos en los cuáles se une el Cielo con la Tierra.

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Es tanto y tan grande lo que se vive en una Misa, que sé que estáis asombrados al poder ver la Magnificencia que rodea un altar, una capilla, una Iglesia, al estarse celebrando una Misa. El Cielo entero se encuentra entre vosotros. Los ángeles rodean el altar y custodian cada lugar interna y externamente de la Capilla o Iglesia en donde se está celebrando Mi Sacrificio Perpetuo.

Los Santos del Cielo se sientan y os acompañan en los mismos lugares en los que todos vosotros estáis. Las Iglesias se llenan de Cielo, ¡Es la Fiesta preferida del Cielo!

Es la fiesta Perenne de Mí Corazón. Es la Fiesta que recuerda Mí Donación Total por vosotros, es la Fiesta que recuerda vuestra salvación y vuestra recuperación en todas las Gracias para vuestra salvación.

Es la Fiesta en la que se derraman TODAS las Gracias y Bendiciones, que Mi Padre concede no sólo a los que están asistiendo a la Santa Misa, sino a todo el Mundo.

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Son Gracias que se derraman de conversión, de salvación, de santificación para el Cielo, Purgatorio y Tierra.
La Santa Misa es la Fiesta que reúne a toda la Creación. Que reúne a todas las almas creadas de todos los tiempos, pasados, actuales y futuros.

En la Santa Misa se derrama TODO EL PODER DIVINO, es el Nuevo Paraíso para aquellos que viven en Mi Gracia, en estado limpio de su alma. En aquellos que realmente Me buscan para amarMe y para vivirMe en ellos,
es el Alimento Supremo para vuestro crecimiento espiritual. “Quién NO coma Mí Cuerpo, NI beba Mí Sangre, NO tendrá parte Conmigo en el Paraíso”, así os lo dije y así es.

Pero también necesito de vosotros, que asistáis cuando menos los Domingos a Mi Santísima Celebración de la Misa, para que personalmente y como invitados de Mí Corazón, vengan a compartir Conmigo Mi Vida y la puedan compartir por manos de Mi Madre Santísima y del Señor San José, a Mi Padre Celestial para el derrame de Gracias,  Bendiciones y agradecimientos para vosotros mismos, para vuestras familias, para el Mundo Entero, para el Purgatorio y para el Cielo.

sacerdote Recordad que en cada Misa, el Cielo entero convive con vosotros, está junto a vosotros. Presentaos por favor de una manera digna, tanto de alma como de cuerpo. Sabiendo que ES el mismo Padre el que está recibiendo TODA vuestra vida junto con la Mía, en ésos momentos…

Vivid conmigo éstos momentos celestiales que se viven en cada Misa, junto con todo el Cielo. Son grandes momentos, los cuáles veréis cuando estéis conmigo y comprenderéis.

Entonces veréis cuánto dejasteis de aprovechar en cada Misa o cuánto ganasteis en cada una de ellas.
No hay Celebración más grande en el Cielo o en la Tierra que la Santa Misa, NO la desaprovechéis hijos Míos.

Mi Presencia cada vez se hace más patente entre vosotros, porque el Mal cada vez se hace más descarado y Yo, vuestro Dios y Redentor, conociendo la forma de ser de cada uno de vosotros como hombres, Me hago patente en infinidad de formas para deciros “Aquí estoy, voy con vosotros, comprendo vuestro dolor, lo comparto, lo alivio y os apoyo en vuestra misión terrena”.

Yo estoy REALMENTE Presente en la Sagrada Eucaristía, Yo vivo REALMENTE tanto en el Tabernáculo, como en vuestro corazón; pero si no creéis en Mi Presencia Divina y Real, aún viéndoMe en el Tabernáculo o expuesto en el Santísimo, menos creeréis que vivo realmente en vuestro corazón, donde no Me queréis ver ni sentir.

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Yo nunca Me olvido de Mi creatura. Nunca Me olvido de vuestra donación hecha a Mi Padre en el Cielo antes de que os constituyerais con un cuerpo para bajar a servirLe. Mi Padre os cuida, Yo os cuido, Mi Santo Espíritu también os cuida. Nunca estáis apartados de Nuestro Pensamiento, cosa que sí sucede con vuestra alma cuando ya se encarna.

Mientras vivís en el Cielo, antes de bajar a vuestra misión, antes de ser escogidos por vuestro Dios en vuestra total libertad, sí atendéis constantemente al Pensamiento de Mi Padre; pero tan pronto se os dá la oportunidad de encarnaros, la naturaleza humana ya afectada por el pecado, os impulsa hacia las cosas del mundo, hacia las bajezas del Mal.

Nosotros, en Nuestra Sabiduría Divina comprendeMos eso y por ello nunca Nos apartamos del alma que se donó en libertad y en amor a Nosotros, para bajar a servirNos.

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Desde que tomáis cuerpo humano, Mi Santo Espíritu habla en vosotros, NO importa a que raza o grupo humano o religión vayáis a pertenecer, El habita en cada uno de vosotros desde el momento mismo de vuestra concepción y El es el que irá indicando las verdades del Cielo en vuestro corazón durante toda vuestra vida terrena.
La Oración, la cuál existe en TODOS los grupos humanos, es una indicación divina que os da Mi Santo Espíritu, para llevaros a la perfección en el Amor. La finalidad primordial del alma es la de producir AMOR y la finalidad del Amor es la de provocar que se viva la vida del Cielo en la Tierra.

Ésta, al haber sido afectada por el Pecado Original por el amor que deberéis generar, le devolverá al Mundo entero su calidad Divina.

Pero es y será sólo a través del Amor que libremente y con deseos de agradarNos, lo que podrá lograr ésa restauración de la vida terrena a vida divina.

CONECTADOS AL ESP SANTO

La Oración os lo repito, todos vosotros la podéis y debéis producir, no importa el grupo humano al que pertenezcáis. Sin ella no podréis acrecentar la Fe que os he regalado en el Bautismo y sin éstas dos ayudas, Fe y Oración, nunca Me encontraréis.  

Ahora, los que habéis nacido y crecido en el grupo humano que aceptó Mis Leyes y Decretos, los habéis llevado a cabo con amor y respeto, los practicáis en el amor y con libre voluntad, tenéis la Gracia Divina de tomar Mi Cuerpo Divino en la Sagrada Eucaristía.

Para TODOS los hombres fue la Salvación y la Redención y para todos dejé Mi Herencia, Mi Cuerpo y Sangre Divinos; pero NO todos los hombres lo han aceptado y solo vosotros Mis hijos amados, tenéis y aceptáis el Misterio de la Transubstanciación del Pan y del Vino que Me ofrecen Mis sacerdotes en la Sagrada Liturgia de la Santa Misa.

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Todos aquellos Mis pequeños, que habéis acogido ésta verdad ahora podéis tenerMe, además de en la Oración, en Mi Real Presencia en el Pan y en el Vino consagrados. No todos los grupos humanos pueden gozar de éste regalo infinito de Nuestro Amor y el Alimento que os doy.

Es Alimento Celestial el cuál podéis tomar estando aún estando ahora en la Tierra y que seguiréis tomando cuando regreséis a vuestra Casa Eterna, aquí en Mi Cielo.

Si el alma crece con la práctica de la Oración, con la recepción de Mi Cuerpo Divino, vuestra alma alcanza niveles espirituales inconmensurables ya que os estáis alimentando de la Sustancia Real y Divina ¡DE VUESTRO DIOS!

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Hijitos Míos, que vuestra Oración asidua os lleve a crecer en la perfección del Amor, al aprovechar el Alimento por excelencia para vuestra alma, Mi Pan de vida, el Pan del Cielo, dejado para todos vosotros por Mi Santo Sacrificio de Amor.

Y así, al tenerMe perfectamente en la Sagrada Eucaristía, lo tenéis todo; porque Nos tenéis en Nuestra Santísima Trinidad y al tenerNos plenamente, NO necesitáis NADA más. Tomad primero de Mi Cuerpo y él os dará verdadera Vida y vuestro fruto será abundante, aquí en la Tierra y acá en el Cielo.

Que la Santísima Trinidad que os habita, dé los frutos terrenos a través de vuestra donación a Nuestra Voluntad, para bien de vuestro Dios y de vuestros hermanos.

Yo os Bendigo en el Nombre de Mi Padre y de vuestro Padre, en Mi Nombre y en el del Santo Espíritu de Amor, quién os guía a la perfección en el Amor.

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HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA

24.- EL PESCADO Y SU SIGNIFICADO

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Pasaron muchos días después de aquella entrevista y Prócoro no dio señales de vida. Marco Aurelio desde que supo por Actea que Alexandra le amaba, está más que obsesionado con encontrarla.

Ni pensar en pedir la ayuda del César, quién cada vez está más preocupado por la salud de la Infanta Augusta. Porque no han servido de nada: ni los sacrificios en los templos, ni las plegarias a los dioses, ni las ofrendas, ni la ciencia de los médicos, ni todas las artes de los encantamientos a que ha recurrido como un recurso extremo.

Después de una semana, la niña falleció.

El duelo se hizo en la corte y en Roma entera. El César está loco de pena. Encerrado en sus habitaciones, durante dos días, no probó alimento y canceló todas las audiencias.

Ese fallecimiento alarmó a Petronio.

En Roma todo el mundo sabe que Nerón lo ha atribuido a un maleficio. Los médicos apoyaron esa afirmación, para justificar la inutilidad de sus esfuerzos y su fracaso para curarla.

Los sacerdotes cuyos sacrificios fueron impotentes hicieron lo mismo y también los hechiceros que temen por sus vidas.

Petronio se felicita ahora de que Alexandra haya huido, porque no le desea ningún mal a Publio ni a Fabiola. Y para él y Marco Aurelio desea todo el bien posible.

senadoAsí pues, cuando quitaron el ciprés que había sido colocado en el Palatino en señal de duelo, acudió a la recepción destinada a los senadores,  para juzgar por sí mismo la situación con el César y con el propósito de neutralizar las posibles consecuencias.

Conociendo bien a Nerón pensó que aunque no le importan los hechizos, aparentará ahora creer en ellos para aumentar las proporciones de su dolor y poder tomar venganza sobre la cabeza de alguien…

De esta forma retirará de sí la sospecha de que los dioses le están castigando por sus crímenes.

Petronio sabe que César es incapaz de amar a nadie, ni aún a su propia hija y también esto forma parte del teatro en que ha convertido su vida, para conseguir sus fines perversos.

Y Petronio no se equivocó.

Nerón escucha las palabras de consuelo que todos le dirigen, mientras en su interior piensa: ‘¿Qué impresión estará dando mi dolor a los demás?’ y de acuerdo a su percepción, aumenta o disminuye determinados gestos y actitudes.

Cuando vio a Petronio dio un salto, exclamó con voz trágica y de tal forma, que todos pudieron oírle:

–           ¡Ay! ¡Tú eres el causante de su muerte! ¡Ay! ¡Por tu consejo el mal espíritu atravesó estos muros! Sí, el mal espíritu que con una mirada arrancó del pecho su vida. ¡Mísero de mí! ¡Ojala mis ojos no hubiesen visto la luz de Helios! ¡Mísero de mí! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! –y levantando más y más la voz, llegó a gritar con un clamor desesperado.

Pero Petronio hizo algo insólito:

Extendió la mano y se apoderó del pañuelo de seda que Nerón llevaba siempre alrededor del cuello. Y colocándolo en la boca del emperador, dijo con voz solemne:

–           Señor, Roma y el mundo se hallan transidos de dolor, pero tú debes conservar para nosotros esa voz.

Todos los presentes quedaron atónitos.

El mismo Nerón quedó perplejo por un instante.

Solo Petronio permaneció imperturbable; sabe muy bien lo que está haciendo…

Recordó que Terpnum y Menecrato tienen órdenes precisas de cerrar la boca del emperador, cada vez que éste levante demasiado la voz y la ponga en peligro de perjudicarla.

Petronio continuó con el mismo aire grave y apesadumbrado:

–           ¡Oh, César! ¡Hemos sufrido una terrible pérdida! ¡No nos quites lo que es tan valioso como un tesoro!

Un estremecimiento se percibió en el semblante de Nerón…

Después de un momento brotaron lágrimas de sus ojos y luego, súbitamente apoyó las manos en los hombros de Petronio, dejando caer la cabeza sobre su pecho.

Y empezó a repetir entre sollozos:

–           ¡Sólo tú entre todos has pensado en esto! ¡Oh! ¡Solo tú, Petronio! ¡Solo tú!

Tigelino se puso verde de envidia.

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Y Petronio contestó:

–          Trasládate a Anzio. Allí vino al mundo ella y allí te llenó de alegría. Allí has de encontrar el consuelo y el indispensable descanso. Que refresque la brisa del mar tu divina garganta y tu pecho aspire las emanaciones salinas. Nosotros tus devotos te seguiremos a donde vayas. Cuando hayamos mitigado tu dolor con la amistad, tú nos confortarás con el canto.

Nerón contestó con acento trágico:

–           ¡Cierto! Escribiré un himno en honor de ella y también le compondré la música.

–           Y enseguida irás en busca del cálido sol de Baias.

–           Y luego en demanda de olvido a Grecia.

–           Sí. A la tierra clásica de la Poesía y del canto.

Y gradualmente el estado sombrío de su ánimo se fue modificando y se entabló una conversación llena de melancolía y de planes para el futuro.

Se planeó un viaje de exhibiciones artísticas y hasta de recepciones que habrían de prepararse con motivo de la visita del rey Tirídates.

Pero Tigelino se esforzó por traer de nuevo a discusión el tema del maleficio.

Y Petronio, seguro ya de su triunfo, aceptó el reto sin ninguna vacilación:

–           Tigelino ¿Crees tú que los encantamientos pueden hacer daño a los dioses?

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El Prefecto de los Pretorianos dijo con arrogancia:

–           El mismo César es quién ha hecho alusión a ellos.

–          El dolor era quién hablaba entonces, no César. ¿Pero tú qué opinas en este punto? –insistió Petronio.

–           Los dioses son demasiado poderosos  para estar sujetos a maleficios.

–           Entonces ¿Pretendes tú negar la divinidad del César y de su familia?

Marcial el poeta exclamó:

–          ¡Peractum est! (Se acabó. ¡Asunto concluido!) – repitiendo así el grito que el pueblo siempre profería cuando un gladiador recibía un golpe decisivo y aplastante.

Tigelino se mordió su propia cólera.

Desde hace tiempo existe entre él y Petronio, una declarada rivalidad en lo tocante a Nerón.

Tigelino tiene esta superioridad: que en su presencia, Nerón se comporta sin ninguna ceremonia. En tanto que Petronio siempre lo ha vencido, cuando están de por medio la superioridad de su refinamiento, su inteligencia, su ingenio y su cultura.

Tigelino es el compinche perfecto para las bajezas de Nerón. Petronio es el Árbitro de la Elegancia y su asesor artístico.

Y así ha sucedido una vez más.

Tigelino permaneció silencioso y se limitó a grabar en su memoria los nombres de los senadores y patricios que al retirarse Petronio de la sala, le rodearon al instante previendo que después del incidente ocurrido, seguramente seguirá siendo el primer favorito del César.

Al salir Petronio de Palacio, hizo que le llevaran a la casa de Marco Aurelio y le refirió la escena que sucedió con César y Tigelino.

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Concluyó diciendo:

–           No solo he apartado el peligro de la cabeza de Publio y Fabiola, sino de las nuestras y hasta de la de Alexandra a quién ya no han de buscar por esta razón. He inducido a Barba de Bronce a que haga un viaje a Anzio y ese viaje lo hará pronto.

Además, piensa hacer teatro en Nápoles y está soñando con Grecia, donde pretende hacer presentaciones para cantar en las principales ciudades y regresar con una entrada triunfal en Roma, trayendo todas las coronas que los griegos le han de otorgar.

Lo mejor de todo esto es que durante todo ese tiempo podremos buscar a Alexandra sin que nadie nos estorbe y ponerla luego en un sitio secreto y seguro. ¿Y nuestro filósofo? ¿No ha regresado?…

Marco Aurelio respondió:

–          Tu filósofo es un pillo. No. No ha vuelto más y no creo que lo haga.

Petronio objetó:

–          Pero yo tengo un mejor concepto. No de su honradez, sino de su ingenio. Ya le hizo una vez una sangría a tu bolsa y volverá. Aun cuando solo sea para hacerle una segunda.

–          Será mejor que lo piense dos veces, no sea que le haga yo la sangría en su propio cuerpo.

–         Sé prudente. Ten paciencia. Hasta que no estés plenamente convencido de su impostura, no le des más dinero. Prométele eso sí, una buena recompensa si te trae noticias verdaderas. Cuando las tengas comunícamelas, pues debo partir para Anzio.

–         Así lo haré.

–        Y si una de estas mañanas al despertar decides que no vale la pena seguir atormentado y sufriendo tanto por ella, vente conmigo a Anzio. Allí hay bastantes mujeres y diversión.

Marco Aurelio no respondió.  Empezó a pasear agitado por la habitación…

Petronio lo observó unos momentos y por fin dijo:

–           Dime la verdad. ¿Sigues tan preocupado como al principio por Alexandra?

Marco se detuvo y miró a Petronio como si lo viera por primera vez…

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Y fue evidente su esfuerzo por reprimir un estallido. Lo miró con desamparo, dolor, cólera y  un invencible anhelo… Y brotaron de sus ojos gruesas lágrimas.

Esto fue para Petronio una respuesta mucho más elocuente, que las más patéticas frases.

Y dijo:

–           No es Atlas quién lleva el mundo sobre los hombros, sino la mujer. Y ésta a veces juega con él, como con una pelota.

–           Es verdad. –contestó Marco Aurelio.

Y empezaban a despedirse, cuando un esclavo anunció que Prócoro Quironio esperaba en la antecámara y pedía ser admitido a la presencia del amo.

Marco Aurelio ordenó que lo pasaran inmediatamente.

Y Petronio exclamó:

–         ¡Por Zeus! Conserva tu sangre fría o Prócoro será quien te mande y no tú a él.

El griego entró haciendo una reverencia:

–           ¡Salve noble Marco Aurelio! ¡Salve a ti, señor!

Petronio contestó:

–           ¡Salve legislador del saber!

Marco Aurelio preguntó con calma:

–           ¿Qué me traes ahora?

Prócoro declaró:

–          La primera vez te traje la esperanza. Hoy te traigo la seguridad de que será encontrada tu doncella.

–           ¿Quieres decir que no la has encontrado aún?

–          Así es, señor. Ya he descubierto lo que significa el signo que le viste hacer. Sé quiénes son los que se la llevaron. Y cuál es el Dios entre cuyos adoradores hay que buscarla. ¿Estás perfectamente seguro señor, de que fue un pescado lo que ella trazó en la arena?

Marco Aurelio afirmó contundente:

–           Sí. Ya te dije que sí.

Y Prócoro respondió lacónico:

–          Entonces Alexandra es cristiana. Y son los cristianos  quienes te la han arrebatado.

Petronio intervino:

–         Escucha Prócoro. Mi sobrino te ha reservado una suma considerable de oro para el caso de que encuentres a la joven. Pero también te destina una suma no menos considerable de azotes, para el caso de que lo estés engañando. Si es lo primero, podrás comprar no uno, sino hasta tres esclavos escribientes. En lo segundo, ni todas las filosofías juntas, te servirán de ungüento.

Prócoro insistió angustiado:

–           La doncella es cristiana, señor.

Marco Aurelio gritó:

–          ¡Basta, Prócoro! Tú no eres un necio. Ella no puede pertenecer a las filas de esos oscuros adeptos que se dice que son enemigos de la raza humana. De los envenenadores de pozos y fuentes; de los adoradores de una cabeza de asno. De esas infames gentes sacrificadoras de infantes, practicantes de hechicerías y de rituales perversos.

Prócoro abrió los brazos en un ademán, como significando que él no tiene la culpa.

Y enseguida pidió:

–           Señor, pronuncia en griego la siguiente frase: “Jesucristo Hijo de Dios, Salvador.”

Marco Aurelio dijo:

–         Iesous Christos Theo Uios Soter.  Bien. Ya la he pronunciado ¿Y qué con eso?

–           Ahora toma la primera letra de cada una de esas palabras y forma con ellas una sola palabra.

Ahora fue Petronio el que exclamó con admiración:

–           ICHTHUS. ¡Pescado!

39177150_obwsdifmvcckwnhEntonces Prócoro, muy ufano declaró:

–           ¡Eso! Y he aquí porqué el pescado es la contraseña de los cristianos.

Siguió un largo silencio.

Pero eran tan sorprendentes las palabras del griego, que los dos no podían asimilar sus noticias…

Finalmente Petronio dijo:

–           Yo no puedo creer que Alexandra sea culpable de los crímenes que cometen los cristianos. ¡Qué locura! Tú Marco Aurelio, estuviste en esa casa por algún tiempo; yo solo unas horas. Pero conozco bastante a los Quintiliano y podría decir lo mismo de Alexandra, para poder declarar que eso es una monstruosidad. Si un pescado es el símbolo de los cristianos y si ellos son cristianos; entonces es evidente que los cristianos NO SON lo que hasta ahora hemos creído que son.

Prócoro replicó:

–           Tú hablas con la sabiduría de Sócrates, señor. ¿Quién ha examinado jamás a un cristiano? ¿Quién ha estudiado su Religión? Hace tres años conocí a un hombre llamado Mauro de quién se decía que era cristiano, a pesar de que pude convencerme de que era un hombre virtuoso y bueno.

Petronio lo miró con suspicacia:

–           ¿No habrá sido ese hombre virtuoso y bueno, el que te ha hecho conocer lo que significa el pescado?

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–           Desgraciadamente señor, en una fonda del camino alguien dio una puñalada a ese pobre hombre. Su esposa y sus hijos fueron arrebatados por unos mercaderes de esclavos. Yo perdí en la defensa de todos ellos, los dos dedos que me faltan. Y como parece ser que entre los cristianos abundan los milagros, espero que pronto vuelvan a salirme dedos nuevos en la mano.

Marco Aurelio preguntó:

–           ¿Cómo es eso? ¿Acaso te has hecho cristiano?

–           Desde ayer, señor. Desde ayer. El pescado me hizo cristiano. Ved que poder tiene. Por algunos días seré el más celoso prosélito de todos ellos, hasta que logre saber en dónde se esconde la doncella. Las investigaciones me imponen gastos considerables. Hace poco vi a un viejo en una fuente. Estaba sacando agua con un cubo y llorando. Tuve un presentimiento y dibujé un pescado con el dedo a la vista del viejo y él me lo dijo: ‘Mi esperanza también se halla cifrada en Cristo’.

Entonces empecé a sonsacarlo con habilidad y me lo reveló todo. Su amo es un liberto y un mercader de mármoles. Tiene un hijo que es esclavo por deudas y está siendo tratado cruelmente. El hombre quiere rescatarlo, trató de hacerlo. Pero el mercader se quedó con el dinero de la deuda, del rescate y el esclavo. Y ya no pudo hacer nada.

Petronio sentenció:

–           La justicia no es más que una mercancía pública. Y el caballero que preside el tribunal ratifica las transacciones.

Prócoro continuó:

–           Eres un hombre sabio, señor. Mientras me decía esto, el viejo volvió a llorar y yo mezclé mis lágrimas con las suyas. Empecé a lamentarme porque le dije que acababa de llegar de Nápoles, que no conocía a nadie de la hermandad y no sabía en donde se reunían.

Él se sorprendió de que los hermanos de Grecia no me hayan dado cartas para los hermanos de Roma. Pero yo le dije que me habían asaltado en el camino y él prometió relacionarme con los dirigentes de aquí. Cuando escuché esto me llené de júbilo y le di al viejo la suma necesaria para el rescate de su hijo, con la esperanza de que el noble Marco Aurelio me devolviese doblada esa cantidad…

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Petronio interrumpió:

–           Prócoro. En tu narración la mentira flota sobre la superficie de la verdad, como el aceite sobre el agua. Tú nos has traído noticias importantes, no puedo negarlo. Pero no las mezcles con tus falsedades ¿Cómo se llama el viejo con el que hablaste?

–           Félix. Me recordó a Mauro, aquel a quién defendí de los asesinos.

–           Creo que es verdad que has visto a ese hombre, pero no le has dado ningún dinero. No le has dado absolutamente nada.

–           Pero le ayudé a subir el cubo con el agua y le hablé de su hijo, con la más cordial simpatía. Sí, señor. ¿Qué puede sustraerse a la penetración de Petronio? Es verdad, no le he dado dinero. Pero ese acto es indispensable y útil porque con eso nos ganaríamos la voluntad de los cristianos. Me ganaría su confianza y me abrirían las puertas para introducirme entre ellos.

Petronio respondió:

–           Eso es verdad. Y es tu deber hacerlo así.

–           Por eso he venido a procurarme los medios para ello.

Petronio se volteó hacia Marco Aurelio:

–           Puedes ordenar que le entreguen el dinero. – y lo miró significativamente.

Marco comprendió y le dijo a Prócoro:

–           Te daré un joven que irá contigo, llevando la suma necesaria. Dirás a Félix que ese joven es tu esclavo y entregarás al viejo en presencia de él, el dinero. Y puesto que me has traído noticias importantes, recibirás para ti una suma igual. Espera en el atrium. Luego iré a darte lo que necesitas.

Prócoro exclamó entusiasmado:

–           ¡Tú eres un verdadero príncipe! ¡Qué la paz sea con vosotros! Así se despiden los cristianos. Yo me compraré una esclava, quiero decir un esclavo… A los pescados se les atrapa con un anzuelo. Y a los cristianos con un pescado…

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HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA