P201 EL DAÑO CONTRA DIOS
Todos vosotros fuisteis creados por Mi Amor y vuestra alma se alimenta de Mi Amor
Hijitos Míos, Mi Amor inunda todo, Mi Amor está con vosotros, Mi Amor está en todo lo creado. Satanás se ha encargado de ir destruyendo todo aquello en la Creación, que está marcado con Mi Amor.
Mis pequeños, Mi Amor está en vosotros, pero son muy pocas las almas que se dan cuenta de ello. Son muy pocas las almas que realmente Me cuidan en su corazón, muy pocas las almas que multiplican el Amor que Yo he puesto en vosotros. ¿Acaso no os dais cuenta Mis pequeños, que estáis en la Tierra para servirMe, para transmitir Mi Vida Espiritual a vuestros hermanos?
Satanás, el Príncipe de este Mundo, trata de destruir todo aquello que es Mío; primeramente a vosotros, que sois Míos. Vuestros Primeros Padres fueron los reyes de la Creación, se les dio un regalo inmenso, grandísimo y Satanás los engañó e hizo que cayeran.
Mis pequeños, vosotros tenéis la Gracia de la Redención, tenéis esa Bendición grande que Mi Hijo realizó por vosotros. Me obedeció, Él también dio un “Fiat”, aceptó la Misión que Yo Le pedí que llevara a cabo para vuestra salvación y vosotros, habéis tenido esa Gracia inmensa de la Redención.
Tenéis por parte de Mi Hijo, el Conocimiento de las Sagradas Escrituras. Tenéis por parte de Mi Hijo, el Amor que derramó por vosotros. Tenéis de parte de Mi Hijo, el Ejemplo que Él os dio cuando Él convivió entre los hombres y preparó a los hombres para que recibieran el Conocimiento Divino.
Sí, Mis pequeños. Mi Hijo, Dios, vino a la Tierra para serviros, para traeros la Gracia, la Redención, el Conocimiento para vuestra salvación y ¿Qué habéis hecho con todo lo que Yo Le di para que vosotros conocierais? Habéis desperdiciado los Tesoros del Cielo.
La humanidad está así, porque le ha dado la espalda a todo lo que Mi Hijo trajo para todos vosotros. Sois muy pocos los que realmente, abristeis vuestro corazón para vivir el Cielo en la Tierra. Por eso os he dicho, que el Resto Fiel es muy pequeño. MUY PEQUEÑO, Mis pequeños.
¿Cuántos realmente de vosotros, habéis aceptado en vuestro corazón, las Enseñanzas del Cielo? Como decía el Apóstol: vosotros, los que estáis en el Mundo, pero que NO pertenecéis al Mundo. ¿Cuántos conocéis así? ¿Verdad que son pocos, Mis pequeños? Sois pocos los que estáis Conmigo. Agradezco que estéis reunidos Conmigo, viviendo las Enseñanzas del Cielo, viviendo el Amor Divino.
Cuando Yo permití que Mi Hijo Naciera en una Familia, es para que os dierais cuenta la unión que debéis tener todos vosotros. Así como SoMos Uno en Nuestra Santísima Trinidad, en esa Familia que se dio para que Naciera vuestro Salvador, también era para que vosotros vierais esa unión de Amor.
¿Qué ha pasado, ahora, en estos Tiempos? Si Yo os pedí unión, Satanás ha causado la desunión. ¿Para qué? Para que vosotros NO os unáis a orar, NO os unáis a luchar, NO os unáis como verdaderos hermanos para ayudaros los unos a los otros. Sois conscientes en que NO sois perfectos. Sois conscientes en que necesitáis de vuestros hermanos, para complementaros. Sois conscientes en que sois débiles en ciertas partes de vosotros: en vuestros pensamientos, en vuestras decisiones, en vuestras capacidades físicas o intelectuales.
Cada hermano vuestro, es muy bueno en alguna cualidad, otros, en otra. Y así, cada uno de vosotros vais formando un rompecabezas, para ser la unidad pudiéramos decir, perfecta para vosotros, para que os podáis desarrollar perfectamente en este Mundo. Os necesitáis los unos a los otros para subsistir. Uno sólo de vosotros, viviendo aislado del Mundo, es más difícil que podáis sobrevivir, que si os unís entre varios, uniendo vuestras capacidades y dones con que he dotado a cada uno de vosotros.
Satanás se ha aprovechado de esta situación, para que al desuniros, vosotros NO os unáis para destruir su poder contra vosotros. Para destruir su Maldad con la que os ha atacado desde que fue corrido del Cielo.
Ahora os teméis los unos a los otros, NO os unís para convivir y compartir de lo que tenéis. Eso lo ha logrado Satanás y vosotros estáis muy desprotegidos. Pero lo peor de todo, es que no solamente os habéis separado vosotros de vuestros hermanos, OS HABÉIS SEPARADO DE MÍ.
Ya se os había profetizado muchísimos años antes, que llegaría el momento de la Gran Apostasía, que os ibais a separar de Mí, de Mi Amor, de Mis Leyes, de Mis Evangelios, de la Sabiduría Divina que se os dejó para que crecierais y fuerais verdaderos hijos Míos. ¿Os dais cuenta ahora, cómo Satanás os ha destrozado en cuerpo y en alma? No estáis unidos porque NO os amáis. No estáis unidos porque NO queréis compartir de lo que tenéis. No estáis unidos porque hay inseguridad de trato entre vosotros.
Por eso ésta Purificación que voy a permitir, os va a unir. Ciertamente habrá dolor, pero ése dolor, se convertirá en amor. Porque en el Desastre o uniréis, Mis pequeños. Utilizaréis los dones y capacidades que os he dado a cada uno de vosotros, para que al uniros, os compartáis de ellos y podáis salir adelante los pocos que quedaréis.
Un Nuevo Mundo se abrirá ante vuestros ojos, purificados estaréis los que gozaréis de este Nuevo Mundo, grandes Bendiciones caerán sobre vosotros. AgradecedMe ya desde ahora, lo que voy a hacer con este Nuevo Pueblo de Dios. Os uniréis nuevamente en Mí, en Mi Amor, en Mis Leyes, una nueva generación empezará a brotar de vosotros y gozaréis lo que haré con vosotros; el pasado os servirá de lección, empezaréis a gozar vuestro futuro.
Hijitos Míos, a vuestros Primeros Padres les pedí cuidar de la Creación. Es vuestra casa, la Naturaleza os cuida y vosotros la descuidasteis. Ahora, la Naturaleza se va contra el hombre, porque NO la cuidó como debiera.
La misma Tierra, sufrirá sus Dolores de Parto. La habéis herido, la habéis contaminado, la habéis descuidado y RUGIRÁ, a través de sus volcanes, quemando todo a su paso.
La Tribulación viene, Mis pequeños. La Tierra temblará por todos lados, como un animal herido. La descuidasteis y NO la habéis curado. Los gobernantes de las naciones, dieron permisos para que algunos se enriqueciera; siendo ellos también, copartícipes de ése plan malévolo.
La Tierra se volverá sobre aquellos que la han dañado, todo será purificado. Los ríos contaminados están, en lugar de hacer que las fábricas desecharan todo aquello inservible, lo arrojaron a los ríos, que os da vida a vosotros y a vuestros cultivos. Todo así, ha quedado contaminado.
Estáis sufriendo a nivel mundial, de enfermedades que antes no teníais en tal cantidad. Satanás, se burla de vosotros, os ha llevado hacia el mal, hacia la enfermedad, hacia las epidemias. A través de la maldad de los científicos se han afectado los cultivos y también a los ganados. No tenéis ahora, alimentos saludables.
Los aires, contaminados están. Vuestro cuerpo sufre todo eso, con lo que vosotros habéis dañado vuestro alrededor. Las grandes fábricas en mayor grado, han contaminado y vosotros mismos en vuestros hogares, también contamináis.
Se han creado nuevos microbios y bacterias, que están produciendo enfermedades incontrolables. Los microbios y virus, han mutado y los científicos no encuentran rápidamente la cura.
Todo es un Caos, porque no supisteis hacer bien las cosas; porque NO seguisteis con Mis Órdenes, correctamente. Cuando les pedí a vuestros Primeros Padres de cuidar todo lo creado, la Orden también era para vosotros. Si ellos fueron los reyes de la Creación, vosotros sois sus descendientes y debisteis haber cuidado lo que le pedí a vuestros Padres.
Sufriréis también, por todo este ambiente que habéis contaminado. El cerebro ha sido atacado y las enfermedades mentales van afectando a muchos de vuestros hermanos, que junto con las drogas creadas por Satanás y aconsejando a los científicos, va destruyendo hasta a los pequeñitos. Hacia donde volteéis Mis pequeños, todo ha sido afectado por Satanás. No tenéis ya, salud de cuerpo NI de alma.
Satanás os va a seguir atacando, peores drogas se están inventando. No hay seguridad en vuestro alrededor. Hace años os dije que la Maldad caminaría por vuestras calles y ya nadie la podría detener… Y ahora lo estáis viendo, lo estáis viviendo, lo estáis padeciendo.
Para eso es la Purificación que se avecina, Mis pequeños. NO puedo permitir que Satanás termine con esta generación. Tengo que Rescatar a aquellos que han estado Conmigo, aquellos que Me han buscado. Aquellos que han mantenido Mis Leyes, Mis Mandamientos, Mi Amor en la Tierra son pocos, pero los tengo que proteger y empezar una Nueva Generación.
Todos aquellos que se han dejado contaminar por Satanás, serán eliminados. Pero como os he dicho, NO quiero su condenación eterna. Y dependen ellos, de vuestras oraciones para salvarlos. Os tenéis que unir como hermanos, Mis pequeños. Saber que todos vosotros habéis sido atacados fuertemente por Satanás.
TENÉIS UN ENEMIGO EN COMÚN TODOS VOSOTROS Y OS DEBÉIS PROTEGER CONTRA ÉL…
Ahora os dais cuenta de su poderío, millones y millones que sois vosotros y a TODOS os ha afectado en mayor o menor grado. Esto NO lo habéis meditado, lo estáis viendo y viviendo a vuestro alrededor y NO hacéis NADA para evitarlo. Se os ha pedido que viváis con los Sacramentos, en estado de Gracia, rezando el Santo Rosario, haciendo todo lo posible, a través de la Oración, el Sacrificio, el Ayuno, para vencer a Satanás.
Estáis en un grave peligro, Mis pequeños. Se os ha venido avisando desde muchos años atrás y NO habéis querido entender. Por eso tengo que detener todo esto ya, Mis pequeños. Salvar a los Míos y vosotros, salvad a vuestros hermanos.
Os he explicado ya varias veces, que el Dolor es purificador. Nunca quise Mis pequeños, que vosotros sufrierais y a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María, os mandaba decir que enmendarais el camino, para que no sufrierais, lo que en breve vais a sufrir.
¿Acaso un padre o una madre, se alegran al ver a los hijos sufriendo? NO Mis pequeños, cuando un hijo se enferma, los papás sufren y a veces, hasta más que los pequeños, porque ellos NO se dan cuenta. Yo también sufro Mis pequeños, al veros sufrir y muchos de vosotros, NO entendéis esto que os explico, que el Dolor es Purificador.
Vosotros Me dañáis mucho.
VUESTROS PECADOS HAN DAÑADO GRAVEMENTE A MI CORAZÓN SACRATÍSIMO, INMACULADO Y eso, NO lo veis vosotros. NO os ponéis a meditar, cómo todos los pecados del Mundo llegan a Mí… Y YO SUFRO…
Ninguno de vosotros sois santos, como para NO pecar. Pecados grandes, pecados pequeños, Me llegan en millones, a diario, a Mi Corazón Sacratísimo y eso vosotros NO lo meditáis, nada más os quejáis de lo que os sucede.
Pedís, pero NO volteáis a verMe a Mí, vuestro Padre, vuestro Creador y Mi Hijo vuestro Salvador. Además de que NO tratáis de hacer obras buenas, para que Mi Corazón NO sufra. Muchos de vosotros, además de vuestros pecados Me blasfemáis, porque no conseguís lo que vosotros queréis. Y con exigencia, ni siquiera pidiéndoMelo de corazón. Actuáis muchos de vosotros, con gran injusticia hacia Mí.
Soy vuestro Dios y merezco el mayor respeto que le podáis dar a alguien. Yo os creé, Yo os di el Don de la vida, para que vosotros vinierais a servirMe a la Tierra y con esto, Yo os iba a dar un lugar mucho más alto en el Reino de los Cielos a vuestro regreso.
Pero desperdiciáis todo ello cuando os ponéis en Mi contra y Me blasfemáis, cuando NO aceptáis las pruebas que Yo permito que tengáis para purificaros y para llevaros a altos niveles en el Cielo. No sois sabios, desperdiciáis mucho, sois muy tontos, Mis pequeños. Yo, pudiéndoos dar grandes cosas, vosotros NO las aprovecháis, os dejáis influir fuertemente por Satanás y él os separa de Mí.
Os aconseja mal, hace que vosotros Me deis la espalda y en lugar de recibir Mis Bendiciones y ayudaros a salir adelante, sobre todo para que NO os vayáis a perder eternamente, vais con aquél que os va a hacer pecar, para llevaros a la Condenación Eterna.
Ojalá pudierais vosotros discernir todo lo que os digo y os lo anuncio así francamente, Mis pequeños, para que entendáis. Estáis a momentos de la Gran Purificación y lo que quiero de vosotros Mis pequeños, es que os mantengáis en estado de Gracia, Orando y Agradeciendo.
Reparando por tantos pecados que cometisteis durante vuestra vida, contra Mi Sacratísimo Corazón. Ojalá entendáis Mis pequeños, porque os quiero de regreso en el Reino de los Cielos. Porque el Pecado ha velado vuestra mente, vuestros ojos, vuestro corazón.
Yo NO creé las cosas como ahora las veis. TODO lo que Yo creé, es hermosísimo. Vosotros estáis viendo lo que está a vuestro alrededor, con una afectación por el Pecado. Es como cuando vosotros os ponéis lentes obscuros; todo cambia de color, todo lo veis diferente. Ciertamente os protege del sol, pero la realidad es otra, NO estáis viendo las cosas a vuestro alrededor, con el color real que tienen.
Y esto es lo que pasa con el Pecado. El Pecado Original, os puso un velo frente a vuestros ojos, a vuestra mente. Vosotros no recibís Mis Bendiciones como debieran llegar. Todo lo que recibís, NO lleva la calidad que debéis vosotros recibir y sobre todo, GOZAR.
Ciertamente veis cosas bellas, porque Yo creo todas las cosas bellas y os consiento. Pero la realidad, es otra. El Pecado, todo lo afectó, empezando con la Muerte. Adán y Eva vuestros Primeros Padres NO iban a morir, porque Yo Soy Vida y Yo creé todo con Vida.
El Pecado, atrajo la muerte y la enfermedad al Mundo. Y por eso veis a vuestro alrededor, que todo lo que está vivo, llega a enfermarse y a morir, especialmente vosotros. Veis un día una flor muy bella, pasan unos cuantos días y esa flor se va cerrando y se va marchitando y eso NO debiera haber sucedido, Mis pequeños.
Todo aquello que Yo creé en la Naturaleza, iba a ser perenne. Vosotros ibais a gozar de todo lo creado y en un estado bellísimo, pero el Pecado todo lo echó a perder.
Y vosotros estáis padeciendo todo esto también, porque el Pecado está en el Mundo. Pero lo peor de todo, es que vosotros NO habéis hecho gran cosa para erradicar el Pecado del Mundo, empezando por el pecado que tenéis en vuestro corazón.
Vosotros podéis ver a las almas que se han acercado a Mí profundamente, es la vida de los santos y tenéis muchos ejemplos como ésas personas. Ésas almas bellas tienen una belleza muy particular, porque están Conmigo y el estar Conmigo les confiere una belleza profunda. Transmiten Vida y a pesar de que sean ancianas, tienen Vida.
Vosotros debéis ser igual, Mis pequeños. Debéis conservarMe en vuestro corazón, para que mantengáis esa Vida que os va a dar siempre una lozanía espiritual muy bella. Mi Hija, la Siempre Virgen María, es bellísima. Pero es bellísima porque en Su Corazón sabe amar, Me ama a Mí vuestro Dios. Y al amarMe con todo Su Corazón, ese Amor sale a través de Ella, precisamente confiréndole esa belleza tan particular que tiene Mi Hija, la Siempre Virgen María.
Manteneos pues Mis pequeños Conmigo, en Mi Amor y vosotros también gozaréis de esa belleza que tienen las almas santas. Porque un distintivo que tienen las almas que Me pertenecen, es que primeramente están llenas de Mi Paz y segundo, son almas alegres.
Un alma que está Conmigo, debe estar llena de Paz, porque Yo Soy la Paz. Mi Hijo os enseñó a que cuando estuvierais con otra persona, le dijerais así: ‘la Paz esté Contigo’ porque la Paz Somos Nosotros, Paz interior, Paz que produce esa alma. Y esa Paz, va a producir también alegría, porque NO PODÉIS ESTAR TRISTES cuando se Me tiene en vuestro corazón.
La Paz y la alegría son un distintivo de los verdaderos cristianos. Un distintivo de aquellos que realmente Me están llevando a sus hermanos. Cuando se da en una persona, que Me lleve con esa Paz y ese Amor, va a llevar esa Paz a donde se encuentre. Hay mucha Tribulación alrededor vuestro, hay mucha Maldad y vosotros debéis estar llenos de Paz y alegría.
Muchos problemas os aquejan, porque Satanás os ha llevado a una tribulación mundana. Vosotros NO tenéis Paz, porque NO Me buscáis, NO Me queréis tener en vuestro corazón. Os habéis dejado embaucar por Satanás y él os lleva a buscar muchas cosas que a veces, hasta son imposibles a vuestras capacidades y eso, os lleva a que NO tengáis Paz en vuestro corazón.
Yo Soy Sencillo, Yo no os pido cosas imposibles. Yo os pido que tengáis la Paz y todos vosotros la podéis tener si estáis viviendo de acuerdo a Mi Voluntad. Si tenéis la Paz, inmediatamente tendréis la alegría, porque no tendréis preocupaciones, aun para cubrir ciertas cosas que a vuestras capacidades, ya sean emocionales, ya sean económicas, ya sean espirituales, se os van a hacer imposibles de obtener; porque satanás, os lleva a crear un imposible que os va a quitar la Paz.
Si vosotros os dais cuenta, a vuestro alrededor lo que ha hecho Satanás, es quitaros la Paz. Tenéis miedo de salir de vuestros hogares, porque creéis que alguien os va a atacar. Tenéis miedo de tantas cosas a vuestro alrededor y vosotros NO estáis a gusto y ya no tenéis esa Paz. Meditad eso Mis pequeños y veréis que es verdad.
Satanás os ha quitado la Paz y ya vosotros, no camináis contentos, ya no camináis seguros a donde vais. Y al no tener esa Paz, estáis llenos de preocupaciones y eso os quita la alegría. Un hijo Mío siempre es alegre, porque es humilde, porque está lleno de Mi Amor.
Os pido pues Mis pequeños, que os acerquéis a Mi Corazón Sacratísimo, para que sintáis siempre la seguridad que Yo os doy en vuestro cuidado, tanto físico como espiritual. No perdáis nunca Mis pequeños, la Paz y la alegría de vuestro corazón, porque Yo estoy con vosotros.
Hijitos, se os ha dicho muchas veces y está en las Sagradas Escrituras: sed como niños. El niño pequeño cuando escucha un trueno teme, no sabe qué es y corre a los brazos del papá o la mamá. Va creciendo y cosas que no comprende, se las pregunta al papá o a la mamá.
El niño pequeño tiene plena confianza en sus padres, porque conocen intuitivamente, sabe que lo pueden proteger los padres. Los niños pequeños confían en que tendrán alimento, NO se lo cuestionan, simplemente ellos saben que sus padres les van a proveer de lo que necesitan.
El niño pequeño, ama y no está preguntándose si es bueno, si es malo el papá o la mamá. Porque ciertamente todos tenéis defectos, pero el niño pequeño no los conoce, simplemente ama. Por eso os he pedido tanto que seáis como niños y que vengáis a Nosotros, a Mí, vuestro Dios, como Padre y a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Madre.
Seguís siendo pequeños, porque no conocéis todo a pesar de que algunos de vosotros ya peinéis canas, tenéis vuestro cabello blanco, habéis vivido mucho tiempo y creéis saber mucho.
No, pequeños, no sabéis mucho. Verdaderamente muchos de vosotros, habéis perdido la Sabiduría, porque os habéis adentrado tanto en el Mundo, que pertenecéis al Mundo y habéis perdido la Sabiduría Divina. Conocéis ciertamente las cosas del Mundo, pero las cosas del Mundo os separan de Mí. NO tenéis las Virtudes Divinas, vivís para el Mundo que en la mayoría de los casos, vivís en vicios satánicos, en maldad satánica.
Cuando sois pequeños y necesitáis algo, acudís a vuestros padres o a vuestros hermanos mayores para que os saquen de problemas. Con Nosotros Mis pequeños, tenéis todo. Yo, vuestro Dios y Mi Hija, la Siempre Virgen María, podeMos proveeros de todo, siempre y cuando tengáis esa Fe y esa Sabiduría Santa que os podeMos regalar si vosotros Nos las pedís.
Tenéis todo, tenéis los regalos del Cielo aun viviendo en la Tierra, pero no tenéis confianza en llegar a Mí, vuestro Dios y a Mi Hija, la Siempre Virgen María, vuestra Madre; para que con humildad, con sencillez de niños, Nos pidáis lo que necesitéis.
Cuando vosotros sois humildes y sencillos, podéis alcanzar fácilmente la Sabiduría Divina, porque os reconocéis que sois pequeños, que no conocéis lo necesario para que podáis vosotros, vencer a Satanás, porque estáis viviendo en el Mundo y el Príncipe de este Mundo, es él.
Podéis caminar por el Mundo sin caer, cuando vosotros pedís Nuestra ayuda, pedís Nuestra protección, pedís vida espiritual en el Amor.
Si vosotros os queréis mantener en esa soberbia a donde os lleva Satanás, estad seguros que posiblemente os condenaréis Mis pequeños, porque no sabréis cómo salir de los problemas a donde Satanás os lleva y que vosotros no tenéis las capacidades Divinas que os podeMos dar para salir adelante de esos problemas.
Os vuelvo a repetir, sed sencillos, sed como niños y con seguridad, ganaréis así el Reino de los Cielo.
Os Bendigo Mis pequeños, seguid adelante el tiempo es breve ya, para que todo cambie. El Nuevo Reino vendrá sobre vosotros y gozaréis el gran regalo que tengo preparado para las almas que son el Rebaño Pequeño que he escogido.
Confiad en Mí, hijitos Míos. Yo no Me separaré de vosotros en ningún momento. Os daré fuerza física y espiritual para vencer en ésta Prueba. Prueba que os hará alcanzar vida de Amor en ésta nueva Era de Mi Santo Espíritu por venir.
Confiad, que Yo estoy a vuestro lado, para guiaros y en vuestro corazón para amaros y daros fuerza. Fuerza que ha de vencer a las fuerzas del Mal.
Yo os Bendigo en Mi Santísimo Nombre de Eterno Dios de Amor, en el de Mi Hijo Jesucristo, donación perfecta en el Amor, en el de Mi Santo Espíritu, Voz y Guía del Amor y en el de Mi Santísima Hija, la Siempre Virgen María, donación perfecta al Amor.
R90 COMANDANTE SUPREMA
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Los Tiempos para quitaros ya ésta esclavitud de Satanás, se acercan. Se acerca el tiempo en que aplastaré su cabeza, se acerca el tiempo de vuestra liberación. Se acerca el tiempo en que os sentiréis nuevamente hijos de Dios, como fueron consentidos vuestros Primeros Padres, Adán y Eva.
Ciertamente sois hijos de Dios, pero no con ésa libertad, con ésas Potencias con que había dotado a vuestros Primeros Padres. Iréis recuperando ésas Potencias Mis pequeños y es cuando conoceréis lo que la palabra “hijos”, “hijos de todo un Dios” serán.
Ésa frase Mis pequeños, de ser “hijos de Dios”, es maravillosa. No la entendéis todavía, porque las Potencias quedaron truncas con el Pecado Original. Yo os estoy tomando Mis pequeños, os tomo de la Mano para que vosotros empecéis a caminar por ése camino bello, santo que quiere Nuestro Padre Dios de cada uno de vosotros. Pero vosotros también tenéis que poner de vuestra parte, nada se da por obligación.
Vosotros cuando vais a la escuela, ciertamente estáis obligados a aprender, porque será para vuestro bien. Pero el Amor NO se obliga Mis pequeños. El Amor tiene que salir de lo más profundo de vuestro ser. Vosotros amáis aquél que os hace el bien y quién mejor que os puede hacer el Bien, que Nuestro Dios y Señor.
Debéis agradecer en todo momento Mis pequeños, que os haya concedido el Don de la vida, porque es una Gracia muy especial que le concede a algunas almas y vosotros tenéis ése don de la vida que NO habéis aprendido a aprovechar bien, como debierais.
Yo vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María, la Madre del Salvador, ¡Cuánta Gracia!, ¡Cuánta Gloria!, ¡Cuánta alegría!, ¡Cuánto Amor derramado sobre Mí! La Humilde Esclava del Señor, ¡Tantas Bendiciones que derramaba sobre la humanidad a través de Mí, la Sierva, la Esclava del Señor!
Yo Instrumento Fiel del Señor, que a través de Mí se Encarnaría el Salvador, el Dios Prometido, la Vida que tenía que llegar cuando las Tinieblas estuvieran cubriendo y obscureciendo los corazones de los hombres. Yo venía a traerles la Luz, en Mí se dió la Luz, acepté la Luz, acepté ésa Vida, acepté ése Amor.
Mis pequeños gran necesidad en los corazones había, como ahora se necesita. Los tiempos obscuros de antes, son los tiempos obscuros de ahora, pero ahora se le rechaza a la Presencia Viva del Salvador que estuvo entre los hombres. Estoy aquí nuevamente entre vosotros para traer ésa Luz, para traer ésa vida, para hacer que los corazones se vuelvan al Amor Verdadero de Nuestro Dios.
¡Cuánta necesidad tiene el hombre y no se da cuenta de ello! Deambula en la obscuridad creyéndose mejor que su Dios y cuántas caídas tiene. NO se da cuenta que necesita una guía. Yo he venido a Ser ésa Guía, éste es el Tiempo que el Padre Me ha dado para Ser nuevamente Guía entre los hombres y preparar el Camino para la llegada de Mi Hijo a Reinar entre vosotros.
Mis pequeños, aceptad en vuestro corazón la Luz que os trajo Mi Hijo, Sus enseñanzas, Su Vida, Su ternura, Su ejemplo, ése Amor que tanto necesita el hombre. Se ha traicionado al Amor. Entrad en Mi Corazón, Mis pequeños, para que entendáis lo que significa ésta traición al Amor de Dios.
Es un pecado grave, muy grave que debéis reparar con vuestro Amor. Daos, daos Mis pequeños, como Yo me dí Al que Nos Creó, Al que es todo Amor, AL que Nos dió a Su Hijo, que pasó por Mi Vientre y que Yo le entregué a todos vosotros. Dejad que Él Viva plenamente en vosotros, que se encarne en vosotros y que a través de vosotros, Él Repare el daño que se ha hecho a Su Santísimo Corazón.
Mis pequeños, seguid confiando plenamente en Mí, Yo NO os voy a dar la espalda en éstos momentos tan difíciles para vosotros, porque sé que sois pequeños y que necesitáis de alguien mayor que vosotros para entender éstas situaciones que vais a padecer.
Necesitáis que éstas sean explicadas por una Madre, por una Madre que sabe qué es lo que va a suceder, pero que lo hará con todo Amor, con toda delicadeza. Y sobre todo, para que vosotros lo podáis entender, lo apreciéis y lo agradezcáis. Mi Hijo Jesucristo, os dio Vida en la Gracia con Su Muerte, os dio Vida en la Gracia con Su Resurrección, os dio Vida en la Gracia con los Sacramentos y las Enseñanzas que os ha dejado,
la Iglesia es depositaria de todas éstas Verdades y éstos Tesoros… Y a Mí, Mi Hijo Me pidió que las cuidara y cuidara de todos vosotros, para que pudierais con ellas y con Nuestros cuidados amorosos, alcanzar la Vida eterna. Muchos hermanos vuestros, se han separado de éstas Verdades, de éste Tesoro inmenso que tenéis en la Iglesia. Satanás, se ha aprovechado de las almas buenas, de las almas ingenuas y las ha tratado de llevar hacia el error, hacia la maldad.
Pero éste es el tiempo ya Mis pequeños, de la Gran Purificación en donde Yo, vuestra Madre Santísima, estoy Comandando los Ejércitos Celestiales para que Satanás no se salga con la suya y Nos siga quitando almas; muchas de ellas buenas, que buscaban el bien, que buscaban un acercamiento profundo hacia las Verdades de la Fe y por el mal ejemplo de muchos ministros de Nuestra Iglesia, se apartaron de Ella.
Sois Mis hijos, Mis pequeños, estáis a Mi cuidado porque así Me lo pidió Mi Hijo en la Cruz. Satanás tiembla, porque sabe que en el momento en que Nuestro Padre Dios, dé la orden de ataque, él perderá. Su Soberbia es grande, su Maldad inmensa, pero le tiene miedo a ésta Creatura; a ésta Pequeñita Sierva del Señor, que Soy Yo, vuestra Madre Santísima.
Y esto os lo digo Mis pequeños, para que con humildad os acerquéis a Mí. Con confianza total acudáis a Mí vuestra Madre, para que os proteja en éstos Tiempos de Gran Tribulación y para que Yo pueda obtener para todos vosotros, todas las Gracias, Bendiciones, todo el Amor de Nuestro Dios a través Mío.
Se Me ha dado ésa Gracia, por la Santísima Trinidad de Nuestro Dios y Yo, con gusto y con Amor de Madre, os Protejo y os quiero Guiar hacia la Verdad Absoluta, que solamente proviene de Nuestro Dios y Señor. Es una Gracia muy grande que Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad, Me ha concedido y Yo Soy también Sierva de todos vosotros Mis pequeños. Os quiero servir a todos, ganando para vosotros vuestra salvación eterna.
Haceos pequeñitos, haceos humildes, veos como realmente sois, NECESITADOS de una ayuda grande. Porque solos NO podréis combatir la Maldad de Satanás. Os repito que él Me teme. Teme a Mi Humildad, teme a Mi Donación absoluta, al Amor de los Amores que es la Santísima Trinidad de Nuestro Dios y él no puede hacer nada contra el Amor.
DejadMe pues Mis pequeños, que Yo os enseñe a amar, como Yo amo a Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad. Y así, Satanás NO PODRÁ HACER NADA CONTRA VOSOTROS, porque aquella alma que está inmersa en el Amor de Nuestro Dios, queda protegida totalmente contra los ataques de Satanás. Su Maldad choca, NO penetra vuestro corazón.
Llenaos pues Mis pequeños, del Amor de Nuestro Dios y dejadMe que Yo vuestra Madre Santísima, os guíe hacia la plenitud de vuestro ser. Eso es lo que os vino a Enseñar Mi Hijo Jesucristo y Yo como una Madre hace, guía a sus pequeños a un crecimiento absoluto y así va a ser vuestro crecimiento Conmigo, Mis pequeños. En cuerpo y alma, porque seréis transfigurados por la Luz de Mi Esposo el Santo Espíritu de Amor y Yo os prepararé para ello, Mis pequeños.
Venid a Mí confiados, para que seáis transformados con Mi ayuda, por Mi Esposo el Santo Espíritu de Amor y así quedéis preparados para el Nuevo Mundo que vendrá sobre las almas escogidas de Nuestro Dios y Señor. Sois Pueblo escogido por Nuestro Dios, para mostrar Sus Bendiciones, Su Amor. Y para que seáis guías en lo futuro, de lo que un pueblo escogido por Dios, debe ser. Pueblo Atribulado, pueblo Sufriente, pueblo Fiel.
SERÉIS PURIFICADOS, será eliminada la Maldad que os ha venido atacando desde tiempo atrás. Satanás será vencido, NO sufriréis más y el amor que tenéis en vuestro corazón, se potencializará. Seréis Pueblo ejemplo ante el Mundo de cómo se Le debe amar a Nuestro Dios y a Mí, vuestra Madre.
Nuestro Padre, Nuestro Dios, es Sabio y os ha escogido para el Bien del Mundo. Mientras Satanás ha llevado al Mundo a las Tinieblas, a lo material y ha ido eliminando lo espiritual. Vosotros os mantenéis fieles. Lo espiritual es lo más valioso del alma y en vosotros, eso os salvará de todos los ataques que habéis tenido y tendréis de Satanás.
Os han tratado de quitar la Fe y el amor hacia Nosotros, pero su tiempo terminó. Vuestro amor, la unión que tendréis, los vencerá. Sois un pueblo que al sufrir, se une. Y ésa unión os dará una fuerza tremenda contra las fuerzas de Satanás. Manteneos como hermanos, porque lo sois ante los Ojos de Nuestro Dios.
Manteneos unidos en la Santísima Trinidad de Nuestro Dios. Manteneos bajo Mi Amparo, bajo Mi Manto, que Yo os llevaré por caminos seguros y sobre todo, de Triunfo contra las fuerzas de Satanás y NO TEMÁIS Mis pequeños, la Maldad será vencida, el amor que habéis anidado en vuestro corazón, dará mucho fruto.
Sois un pueblo fiel, seréis un pueblo santo. Seréis ejemplo para las naciones de cómo se debe mantener la Fe y el Amor en Quien os ha escogido para ser el pueblo ejemplo de todas las naciones. Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María de Guadalupe. Estoy con vosotros y venceremos, Mis pequeños. Gracias por vuestro amor y sobre todo, por permanecer fieles a Mí, vuestra Madre Santísima de Guadalupe.
CON VUESTRO FIAT, NUESTRO PADRE Y NUESTRO DIOS ÚNICO Y TRINO
ACEPTARÁ VUESTRA DONACIÓN
Y PODRÉIS REALIZAR LA MISIÓN ÚNICA Y SUBLIME QUE TENÉIS CADA UNO DE VOSOTROS
EN ESTE IMPORTANTÍSIMO MOMENTO DE LA HISTORIA…
Y DEBÉIS HACER COMO YO, VUESTRA MADRE Y MAESTRA:
OBEDIENCIA Y SUMISIÓN ABSOLUTA, SIN CUESTIONAR JAMÁS LA VOLUNTAD DIVINA
TODO SERÁ PREMIADO A VUESTRO REGRESO AL HOGAR PATERNO
Desde muy temprana edad Yo conocía Mi Sublime misión, misión concebida por Dios Padre para llevar a cabo la obra de la Redención y Salvación del género humano. La sublimidad de ésta misión sólo la podía llevar alguien en quién viviera la Presencia Real de Dios mismo.
Fui creada para tal propósito. TODAS las Virtudes y Gracias de Dios estaban contenidas en Mí, para llevar al Rey de Reyes en Mi Seno Virginal. Ninguna otra creatura podía llevar a cabo tan sublime misión.
Era Dios mismo en Mí, quien se movía en Mí. Reinaba en Mí y Se iba a Encarnar en Mí. Pureza Santísima, Vida Santísima era lo que se debía poseer para albergar al Santo de los Santos y todo eso lo puso Dios Padre en Su Humilde Servidora. Mancha de pecado nunca hubo en Mí, puesto que fui liberada de él.
La Nación escogida debía dar a Luz al Salvador y Yo era en ése momento de la historia, la mujer escogida para tan Grandiosa Obra. Pero Mi corazón, Mi Alma, Mi Ser nunca se movió a la soberbia, al contrario. Mí Corazón y Mi alma postrados estaban día y noche esperando el momento Divino de la Encarnación del Verbo. Nada Se Me escondió en el conocimiento de Mi Misión. Todo se Me fue revelado y conocía los pormenores de ésta obra Santísima de Dios Padre.
Mí vida transcurría como el de una simple y sencilla mujer ofrecida al Templo por sus padres para el servicio sacerdotal. Mí alma volaba continuamente al encuentro del Ser Amado. Mí alma estaba unida plenamente a la Voluntad del Padre. La Nueva Eva había sido concebida, la Nueva Eva que iba a permitir la entrada de la Verdadera Vida al Mundo, la vida del Verdadero y Santo Amor.
Mi Alma así unida a Mi Dios Me instruía, Me alimentaba, Me comunicaba Su Voluntad. Su Vida era Mi Vida, pero todo esto Yo lo llevaba con el mayor recato posible. La Humildad era Mi Corona, y la sigue siendo. Divina y Santa Humildad la que Mi Dios puso en Su Sierva y que por ella todo se logró.
Mi Vida seguía transcurriendo en la Sumisión a la Voluntad de Dios. Mi alegría era extrema, Se Me conocía en el Templo por llevar siempre esa alegría en el corazón. Santa era mi alegría puesto que Santo era Mi designio de Dios. Tanta amabilidad, tanta donación de Gracias, tantos dones y virtudes para ésta Su Humilde Sierva, no Me podían tener en otra forma. ¡Santa alegría de Dios!
De tenerlo a Él, primero en Mi Corazón y saber que pronto lo iba a tener en Mi Seno Virginal. Por fin llega el Santo Día de la Encarnación de Mi Dios y Señor. Tenía 16 años. Mi vida transcurría en la Oración y el Sacrificio de Mi Vida al Señor. Fui preservada del Mundo desde Muy Pequeña para que Mi ambiente que Me rodeara Me hablara sólo de Dios.
La Venida del Espíritu Santo a Mi Ser fue algo maravilloso, excelso, como sólo Dios sabe hacer Sus cosas. Vida en Mi Vida, Amor en Mi Amor, el Cielo entero en Su Humilde Esclava. Cuánto amor de un Dios para con Su Creatura, cuánta delicadeza en Su Petición. Cuánta ternura del Espíritu al Poseerme en pleno.
Dicha celestial, éxtasis eterno de amor. Abrazos angelicales. La Sublimidad del Amor ahora en Mí, Su Sierva. El Cielo entero, por fin en la Tierra. El Hijo de Dios ahora hecho Hombre, en la miseria de su Esclava. ¡Oh, Mi Dios y Señor, Bendito Seas por Siempre, porque has visto en Mí el depósito de Tú Amor! ¡Cuánta alegría! ¡Cuánta Paz! ¡Cuánto Amor!
Extasis pleno de Amor, sólo soportable por Mi Cuerpo por NO haber sido tocada por el Pecado Original. Cuerpo y alma unidos en un éxtasis infinito, éxtasis sublime, éxtasis del Fruto de Dios en Mí, ¡Oh, Mis hijos! El recordar éstos momentos tan sublimes sólo Me permiten nuevamente postrarme y alabar a Nuestro Dios por tan grandiosos portentos de su Amor hacia Mí y hacia vosotros.
La Salvación del género humano, por fin se realizaba. Las palabras de DIOS en los Profetas, por fin se Encarnaba. El Amor por fin llegaba a la Tierra a erradicar el Pecado y el Mal. La Luz por fin llegaba a la Tierra a alumbrar el Verdadero Camino. Mi Hijo, el Hijo de Mis Entrañas, Mi Dios Verdadero en todo Mi Ser.
¡Cuánto amor de Dios para con sus creaturas! La Humildad de Nuestro Dios, ¡De todo un Dios! Hijitos Míos, la Santa Humildad es la llave de entrada al Corazón de Mi Jesús y de Mi Dios. ¡Cultivadla!
Mis días posteriores a la Encarnación transcurrían en un verdadero Cielo. El Templo me cantaba sus alegrías, la Naturaleza entera se postraba ante Mí por llevar en Mi Seno Virginal al Creador Divino. Animales, plantas, astros, todos me cantaban sus alegrías y todas estas cosas las guardaba en Mi Corazón y agradecía a Mi Dios lo que había hecho con Su Sierva.
¡Cuántas enseñanzas recibí de Mi Dios en Mi Vientre! Cuánta dulzura, cuánto amor. Me guiaba, Me enseñaba, me instruía en Sus Misterios, pero Mi exterior nada decía. La Santa Humildad sólo comparte con su Creador para NO envilecer en lo más mínimo la obra Divina de Dios en Su Creatura.
Hijitos Míos, ahora comparto éstos momentos santos de Mi Vida sobre la Tierra para guiarlos, ahora Yo como Vuestra Madre y Maestra, por el Camino santo de la Luz Divina. Ciertamente que NO es fácil el Camino, pero al estar lleno de Luz Divina y alegría Santa, vuestro camino se hace transitable a pesar de que esté lleno de rocas y espinas.
Nadie puede tratar de llegar al Reino de Dios sin que se tropiece en el Mundo, puesto que el Mundo está corrompido y ataca a todo lo que es de Dios. Pero las rocas y espinas que os hagan caer y sufrir, son las Pruebas que os van a hacer crecer y santificaros en el Infinito amor de Mi Dios y Señor.
Aceptad pues las Pruebas, aceptad pues las caídas y dolores de las cuáles ni Yo estuve exenta. El Dolor fue compañero de Mi Vida, pero todo él fue unido a la Salvación que Mi Hijo os había traído.
Por eso Soy Corredentora junto con Él, porque los Dos sufrimos el sufrimiento santo de la Redención del género humano. VOSOTROS TAMBIÉN SOIS CORREDENTORES ¡La Gracia y la misión más sublime otorgada por Dios nuestro Padre!
Aceptad vuestra vida, aceptad las amarguras de vuestro corazón, agradecedlas así como debéis agradecer las alegrías y regalos de la Bondad y Misericordia de Vuestro Dios.
La Providencia de Nuestro Dios es Sabia y nos dá todo lo que el alma necesita para unirse a la Obra Redentora de Mi Jesús en cada uno de vosotros. Venid todos vosotros a Mi Seno Virginal donde os puedo purificar con la Presencia de Mi Hijo en Mí y tomad de Mí, Vuestra Madre Celestial, todos los dones y virtudes, Gracias y Bendiciones con que fui dotada por la Santísima Trinidad para que se realizara en Mí el inicio de la obra Santísima de la Redención.
Yo Vuestra Madre, oro por cada uno de vosotros estéis en donde estéis, hagáis lo que hagáis, viváis en la Luz Verdadera que Mi Hijo os mostró o NO. Yo Soy la Madre del Consuelo, Soy la Madre del Amor, Soy la Madre de todo ser creado por Mi Dios a imagen y semejanza de Él.
Venid a Mí, para que os lleve a Mi Hijo y seáis purificados en Su Santísimo Amor. Venid a Mí para que se logre en vosotros también, la Encarnación. La Donación de Salvación abarca a todos los tiempos y siempre se vive en un continuo presente. La actualidad de las Palabras de Mi Hijo son de Verdad.
Venid hijitos Míos, venid al regazo de Vuestra Madre Celestial para consentiros, mimaros y amaros como a Mi Hijo. Os Bendigo, Mis pequeños, os llevo en Mi Corazón y NO os soltéis de Mi Mano, que Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Yo os bendigo en Nombre de Nuestro Padre Dios, en Nombre de Mi Hijo, Verbo y Redentor, en Nombre de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor y en Mi Nombre de Virgen y Madre, ejemplo de Virtud y de Amor.
40.- EL PODER FRENTE AL PODER
Pedro sale de la Puerta del Cielo, acompañado de algunos obispos, sacerdotes y un pequeño grupo de personas.
Van a Roma a visitar algunas comunidades cristianas. Al llegar a la Vía Apia, se topó con la comitiva de Nerón que se dirige a Anzio.
Tuvo que esperar a que el paso del cortejo despeje la vía que ha sido desbordada con un auténtico desfile.
Para apreciarlo mejor se suben sobre unos enormes peñascos que están a la orilla del bosque, a la vera del camino.
Pasó un destacamento de caballería númida, perteneciente a la guardia pretoriana.
Llevan uniformes amarillos, fajas rojas y enormes aretes, que dan reflejos dorados a sus caras negras.
Las puntas de sus lanzas destellan al sol.
Sigue otro destacamento de infantería, que se van colocando a lo largo del camino, para formar una valla que impide el acceso a la vía.
Vienen enseguida, innumerables carros custodiados por pequeños destacamentos de infantería y caballería pretoriana.
En uno van los instrumentos musicales del césar y sus cortesanos. Arpas. Laúdes griegos, hebreos y egipcios. Liras, formingas, cítaras, flautas largas, címbalos y torcidos cuernos de búfalo.
Al contemplar aquellos instrumentos que dan al sol sus reflejos dorados por el oro, plata, bronce y piedras preciosas que los adornan; parecería que Apolo y Baco, acaban de emprender la marcha en un viaje por el mundo.
Después de los instrumentos siguen los carros de los danzantes, los músicos, los acróbatas y los actores.
Ambos sexos, forman grupos artísticos y llevan palmas en las manos.
Siguen multitud de esclavos destinados no al servicio, sino a la ostentación. Y niños vestidos con trajes de cupidos, que también son un adorno para la comitiva imperial.
Enseguida, otra cohorte especial de pretorianos: La Falange de Alejandro Magno.
Hombres de gigantesca estatura, de ojos azules, caras barbadas, cabellos muy rubios o rojos.
Parecen verdaderas máquinas militares, con sus pesadas armas. Y la tierra se cimbra ante su potente y mesurado paso.
Entre el ejército imperial, destacan las águilas romanas, que anuncian a la nación más poderosa del mundo…
A continuación aparecen los conductores de los encadenados leones y tigres de Nerón, que a veces le gusta uncirlos a sus carros.
Las cadenas están entrelazadas con guirnaldas y aun así parece que las fieras son llevadas entre flores. Son fieras domesticadas por hábiles domadores.
Miran a la muchedumbre con ojos brillantes y somnolientos; por momentos alzan sus gigantescas cabezas y aspiran dilatando ruidosamente sus narices, con potentes resoplidos.
Se relamen con sus ásperas lenguas los hocicos y bostezan abriendo sus poderosas fauces.
Otra cohorte de pretorianos, una multitud de esclavos y luego el César, cuya presencia fue recibida con aclamaciones.
Viene sentado en un carro que tiran seis hermosos corceles blancos, con herraduras de doradas. El carro tiene la forma de una tienda abierta a los costados, para poder apreciar mejor la figura del emperador que va solo; acompañado por dos enanos arlequines.
Viste una túnica blanca, bordada con hilos de plata y perlas. Una toga de color amatista, la cual da tintes azulados a su rostro de piel muy blanca. Sobre su cabeza luce una corona de laurel y su cuerpo obeso hace que su cara ancha, aumente el volumen de su papada y también hace que su boca parezca estar más cerca de su nariz.
Trae protegido su corto y grueso cuello, con un pañuelo de seda que ajusta constantemente, con una mano blanca y gorda, cubierta de vello rojo. La expresión de su semblante tiene un aire de aburrimiento y contrariedad.
En conjunto, su persona es a la vez terrible y vulgar.
Mientras avanzan, vuelve a uno y a otro lado la cabeza, escuchando los gritos de la multitud que le aplaude.
– ¡Salve, divino César!
– ¡Salve, conquistador!
– ¡Salve, incomparable!
– ¡Salve hijo de Apolo!
Estas aclamaciones le hacen sonreír.
Pero hay otras que son francamente ofensivas:
– ¡Enobarbo, Enobarbo! ¡Matricida!
– ¡Orestes! ¡Alcmeon! ¿Dónde está Octavia?
– ¡Asesino! ¡Entrega la púrpura!
– ¿Dónde está tu barba llameante?
– ¿Temes acaso que se incendie Roma?
Y los que gritan así, no saben que en esa burla sangrienta, se encierra una tremenda profecía.
A Popea que viene inmediatamente detrás de él, le gritan:
– ¡Flava coma! (Pelirrubia, epíteto aplicado a las prostitutas)
Al experto oído del César llegan estos insultos y levanta su cristal pulimentado para ver si con sus ojos miopes, alcanza a descubrir a sus autores…
Mientras hace esto; su mirada se cruza con la de Pedro.
Han llegado al Arco de Augusto y la comitiva imperial se detiene un poco, antes de seguir avanzando.
Y estos dos hombres se contemplan mutuamente…
Y a ninguno de los integrantes de aquel brillante séquito, ni de la inmensa multitud, se les ocurrió pensar que en aquel momento, se encuentran frente a frente, los dos poderes más grandes de la Tierra…
Uno de ellos, pronto se desvanecerá, como un sueño fatídico de horror y de sangre.
El otro empezará la Conquista y la posesión Eterna, fundando su Sede en la ciudad desde la cual irradiará su poder y su Luz, los cuales envolverán a todo el mundo.
La comitiva reanuda su marcha y Nerón desaparece de la vista de Pedro.
Detrás viene el carro de Popea, la emperatriz aborrecida por el pueblo.
Vestida como Nerón, con traje de color amatista; inmóvil, indiferente, pensativa; parece una hermosa y maligna divinidad.
Detrás de ella vienen los augustanos.
En primer lugar, Petronio con Aurora, Marco Aurelio y su séquito personal.
La muchedumbre lo recibe con aclamaciones y aplausos, pues es un personaje lleno de simpatía para el pueblo y éste lo ama.
Al parecer, Petronio es muy conocido y el pueblo lo ama por su munificencia.
Y su popularidad se ha extendido y ha aumentado, desde la vez que habló ante el César, para oponerse a la sentencia de muerte dictada contra la ‘familia’, (incluidos sirvientes, libertos y esclavos) del prefecto Albino Floro, sin distinción de edad, ni de sexo. Porque uno de ellos asesinó a ese monstruo de crueldad, cegado por la desesperación.
Petronio protestó por aquel bárbaro sacrificio, diciendo: ‘A tal señor, tal criado’.
Y el pueblo, que se había indignado ante aquella matanza, desde aquel día, amó más a Petronio.
Éste a su vez, no hace mucho caso de tales manifestaciones. Recuerda que el pueblo también había amado a Británico, envenenado por Nerón. Y piensa que la gente es hipócrita y voluble.
Y como el escéptico ‘Árbitro de la Elegancia’, es también supersticioso, considera el favor popular como el peor de los presagios.
Tigelino va en un carro tirado por yeguas adornadas con plumas blancas y rojas. A él y a Haloto, los recibieron con abucheos.
Entre otros, la multitud recibió a Vitelio con risas. A Trhaseas, con aplausos. Y a los demás, con indiferencia.
A Amino Rebio, con silbidos.
A Vespasiano y a sus hijos, con aplausos.
A Séneca, a Nerva, a Plinio, a Lucano y a Marcial, con admiración y aplausos…
A las mujeres célebres por su riqueza, su hermosura y sus vicios, con admiración.
Los ojos de la multitud pasan de los grandes personajes a los arneses; a las extrañas indumentarias de los sirvientes que vienen de todas las regiones del imperio.
En aquella procesión de orgullo, ostentación y grandeza; todo está hecho para deslumbrar, con el poder y la magnificencia, de la Roma Invencible, ante quién se inclina el mundo…
Y la comitiva prosigue su marcha, perdiéndose entre nubes de polvo.
Pedro reflexiona en la inmensidad y el poderío de aquella metrópoli, a la cual ha venido a anunciar el Evangelio.
Nunca había contemplado el portentoso dominio de Roma como ahora que los acaba de ver, personificados en Nerón, en sus legiones y en su imperio.
Concentrados en aquella ciudad enorme, depravada, depredadora, rapaz, desenfrenada e inabordable en su poder terrenal.
Y en aquel César desquiciado por su megalomanía. Convertido en parricida, matricida, fratricida, uxoricida.
Que arrastra tras de sí un séquito de sangrientos espectros, aún más grande que el número de los integrantes del séquito imperial.
Ese libertino. Ese bufón. Es a la vez el comandante de un poco más de treinta legiones y mediante ellas, Amo del Mundo.
Esos cortesanos cubiertos de oro y escarlata. Llenos de las incertidumbres del mañana, temblorosos por su propia integridad, pero más poderosos que reyes.
Al contemplar a Nerón y su séquito imperial; Pedro pensó que en realidad estaba viendo reunido en todo su esplendor, el Infernal Reino de Iniquidad de Satanás que ostenta el dominio de la tierra, que con mano de hierro tiene sometida a todas las naciones.
Y Roma, el corazón del imperio, debe ser conquistada para Cristo.
El Apóstol oró… y entregó a Dios aquella ciudad; aquel imperio y a todos sus habitantes.
Solo Dios sabe cómo algún día Roma será el Corazón de la Cristiandad…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
39.- UNA TRAMPA MORTAL
Al día siguiente de la Fiesta Flotante, Nerón decidió irse a Anzio y declaró que al tercer día se iría sin falta.
Y dio a los augustanos la lista de los invitados.
Petronio está por ir a la casa de Marco Aurelio, cuando le avisan que llegó un cisio y una invitación.
Al leerla frunció el ceño con preocupación y luego dijo a Aurora que se arregle, porque van a ir juntos a un evento muy importante.
En realidad lo único que ella hizo, fue cambiar su túnica por una de gran gala y adornarse con joyas más apropiadas, pues como todo en la casa de Petronio, siempre está preciosa y engalanada como una gran señora.
Cuando llegan a la casa de su sobrino, pocos minutos después llega el carruaje adornado y con la novia.
Marco Aurelio está más elegante que nunca… Y espera a la entrada de la casa, bajo un arco adornado con mirtos y rosas blancas.
Ayudan a bajar a Actea que trae un hermoso vestido color malva y luce llena de joyas en las que resplandecen amatistas y diamantes.
Luego sigue la novia. Alexandra trae un vestido adornado con una greca recamada con hilos de plata y perlas. Blanco sobre blanco. Sus joyas hacen juego con una diadema cuajada de zafiros y esmeraldas, que realzan aún más su deslumbrante belleza.
Un finísimo velo blanco, bordado en plata y que parece de seda, le pende de la cabeza hasta los pies. Realmente parece una reina.
Marco Aurelio la admira embelesado. Avanza hasta situarse frente a ella y le da la mano.
El cortejo entra en la casa, que ha sido adornada espléndidamente. Adelante los novios. Le siguen Actea y unas doncellas. Enseguida Petronio y Aurora.
Completan el cortejo nupcial, Pedro y Bernabé, Mauro y otros cristianos.
La ceremonia es más bien íntima, porque los invitados no son muchos.
Hay música, cantos, danzas, ceremonia de saludos y aspersiones. Se paran frente al Lararium.
Los dos se dan la mano y dicen la frase ritual: “Donde estés tú Cayo, allí estoy yo, Caya.”
Luego continúan caminando alrededor del atrium y recorren los nichos de los antepasados de Marco Aurelio.
Siguen pasando bajo arcos adornados a lo largo de toda la casa. Marco Aurelio preside como si fuera un sacerdote.
En el umbral ofrecen dones: una roca y un huso que les da Actea.
En el jardín posterior están todos los siervos, que les dan la bienvenida y se inclinan ante ella, en señal de sumisión.
Llegan hasta el triclinium y empieza el banquete.
Alexandra sonríe a su esposo, que le habla y que la mira con amor.
Exquisitas viandas son servidas y escanciados finos licores. Los sirvientes se esmeran en que todos estén cómodos y bien atendidos. Los novios están radiantes.
Marco Aurelio les platica el incidente que tuvo con sus esclavos el día de su regreso a su casa y finaliza diciendo:
– Ahora todos son libres. Y algo me ha llamado la atención: el perdón que les otorgué no solo NO los volvió insolentes, sino que ni siquiera perturbó la disciplina.
Y he comprobado una cosa: Que jamás el terror les hizo prestar el servicio más esmerado que ha seguido a la gratitud. Ahora no solo me sirven bien, sino que parecen rivalizar entre ellos para ver quién adivina primero mis deseos.
Actea y Pedro platican animadamente.
Petronio, contra su costumbre está callado y pensativo…
Marco Aurelio lo nota y le dice:
– ¿No estás feliz por mi boda? ¿Por qué estás tan preocupado?…
Petronio lo observa con una mirada inescrutable…
– Te lo diré más tarde. –contesta dándole un trago a su copa de vino.
Hacia el atardecer, los músicos descansan un rato.
Y Marco Aurelio le pide a Petronio que le diga el motivo de su preocupación.
Agrega:
– Puedes hablar con libertad. Todas las personas presentes aquí, son de mi absoluta confianza.
Petronio le alarga la lista de los invitados al viaje a Anzio…
Y dice:
– Partiremos mañana muy temprano.
Marco Aurelio se la devuelve diciendo:
– Mi nombre figura en ella y también el tuyo. Hoy la trajeron también aquí.
– Si yo no estuviera entre los invitados, eso significaría que llegó mi hora de morir. Pero parece que aún le soy útil a Nerón. Apenas acabamos de llegar a Roma y ya nos vemos obligados a irnos de nuevo, ahora hacia Anzio.
Actea interviene:
– Pero es necesario ir. Esa no es una invitación. Es una orden.
Marco Aurelio pregunta con un tono casi desafiante:
– ¿Y qué pasaría si alguien se negase a obedecer?
Actea concluye lacónica:
– Se le invitaría a hacer un viaje notablemente más largo y del cual NO hay regreso.
Marco Aurelio lleva sus manos hacia su cabeza, con un gesto de desesperación…
Se siente totalmente derrotado y dice:
– Tendré que ir a Anzio… ¡Ahora! –Suspira con impotencia- ¡Considerad que tiempos vivimos y cuán viles esclavos somos!
Petronio interviene:
– ¿Hasta ahora te das cuenta? Yo he dicho en el Palatino que estás enfermo, imposibilitado para salir de casa y sin embargo te están convocando. Esto prueba que en el Palacio alguien no da crédito a mis palabras y está tomando participación directa para solicitarte.
A Nerón le importa muy poco, puesto que solo eres un soldado sin nociones de poesía o de música y con quién a lo sumo, hablaría de las carreras en el circo. Lo más probable es que sea Popea la que ha puesto allí tu nombre. Y eso significa…
Petronio calla con un silencio más que significativo.
Pero Marco Aurelio comprende…
Él para ella, ahora es un capricho y persiste en hacer su conquista.
Moviendo la cabeza de un lado para otro, piensa: “¡Vaya, vaya! ¡Intrépida la Augusta!”…
Actea declara:
– Significa que Alexandra está en peligro. Popea es maligna y vengativa.
Marco Aurelio dice preocupado:
– Yo no puedo arriesgarla.
Pedro aconseja con calma:
– Ve a ese viaje. No desafíes al César y NO te preocupes por Alexandra. La llevaremos a casa de Acacio, el obispo. Tú NO temas al César, pues en verdad te digo que no ha de caer un solo cabello de tu cabeza.
Marco Aurelio contesta con ansiedad:
– En Anzio yo tengo una casa de campo. Está muy cerca de la de Nerón. Yo quiero terminar mi instrucción.
Pedro, esa casa está a tu disposición. Ya NO podré ir a la escuela de Apolonio, ni a la Puerta del Cielo. Enviaré la mayor parte de mi ‘familia’ para allá y yo quiero recibir el Bautismo. ¿Cómo le hago?
– Hay unos obispos que viajarán a Grecia y a Cartago. Te enviaré a Acacio y a Lucano el médico, para que prosigan con tu enseñanza. Todo estará bien. Ya lo verás…
Marco Aurelio mira a Alexandra con absoluto desconsuelo…
Y dice casi con ganas de llorar:
– ¡Ay, amor mío! Entonces… -Y luego se vuelve hacia Bernabé:
– Guárdala como la luz de tus ojos, pues ella es mi domina igual que la tuya.
luego toma la mano de su esposa. La besa y le dice:
– Reina mía, necesito protegerte. Volveré. Volveré para ti, te lo prometo.
Enseguida, llama a Demetrio el mayordomo y le indica:
– Enviarás a las prisiones rurales, una orden de indulto general. Que caigan los grilletes a los pies de los presos. Les darás suficiente alimento y cuando estén listos, reintégralos al servicio. Hoy es para mí un día de felicidad. Y quiero que vibre la alegría en nuestra casa.
Los llevarás luego al Pretor y les darás a ellos, lo mismo que has recibido. Les dirás también, que es el Regalo de mi esposa y la reina de esta casa.
Más tarde la fiesta termina y los invitados se retiran.
Alexandra y Marco Aurelio se reúnen unos minutos en la biblioteca, para despedirse en la intimidad.
Y cuando salen, la novia aún con su vestido nupcial, se retira en otro carruaje con Pedro, Isabel y Mauro.
Actea regresa al Palatino.
Marco Aurelio, con Petronio y Aurora, se quedan solos en la biblioteca.
Petronio comenta:
– Barba de Bronce está ronco y maldice a Roma. Está desesperado y reniega de todo lo que le rodea. Ayer se empecinó en igualar a Paris como danzante y se puso a bailar las aventuras de Leda. Durante el baile sudó y luego se resfrió.
¿Puedes imaginar a nuestro Arlequín imperial tratando de ser cisne, con su gran abdomen y sus piernas delgadas y tambaleantes? ¡Y ahora quiere representar en Anzio semejante pantomima!
Marco Aurelio exclama:
– Ya con haber cantado en público, escandalizó a mucha gente. ¡Pensar que ahora tenemos que aguantar a un César romano actuando como mimo!
– Querido mío. Roma todo lo soporta. Ya verás como el Senado también aplaudirá al ‘Padre de la Patria’.
– Y veremos a la plebe engreída, al ver al César convertido en bufón. Petronio dime tú mismo, ¿Acaso es posible llegar a un mayor envilecimiento?
– Como tú vives en otro mundo, con Alexandra y los cristianos, es evidente que no sabes la última noticia: Nerón se vistió de novia y se unió públicamente en matrimonio con Pitágoras. Esto parecería rebasar los límites de la locura ¿Verdad?
Pues bien. Llamó a los flamines (sacerdotes), quienes celebraron la ceremonia con toda la solemnidad y Nerón la presidió. Soy de mucho aguante y estuve presente en ella. Sin embargo pensé que si los dioses existiesen, algo debiera suceder. Pues lo que no prohíben las leyes, lo prohíbe la honestidad.
Pero no, nada sucedió. El César no cree en los dioses; se siente totalmente impune y… pareciera que tiene razón.
Marco Aurelio dijo con una sonrisa llena de ironía:
– De manera que Nerón es entonces y en la misma persona: sumo sacerdote, dios y ateo.
Petronio soltó la carcajada y dijo riendo:
– ¡Vaya! Es verdad. No había pensado en eso. Pero es una combinación como no se ha visto otra igual en el mundo.
Siguió un largo momento de silencio.
Luego Petronio agregó:
– ¿Sabes que es lo más gracioso? Este sumo sacerdote que no cree en los dioses. Y este dios que los desdeña; siendo ateo, les teme.
Marco Aurelio confirmó:
– Y prueba de ello es lo que sucedió en el Templo de Vesta.
Y Petronio exclamó con asombro:
– ¡Y aun así profanó a Rubria!
– Por eso la invitó a la ‘Fiesta Flotante’ y cambió su lugar por el mío…
Éste último comentario, provocó un silencio lleno de remembranzas…
Y los dos llegaron a la misma conclusión.
Luego, el tribuno agregó en voz alta:
– Es audaz la Augusta.
Petronio responde sumamente preocupado:
– Lo es realmente. Porque ello puede ser causa de su propia ruina. Sin embargo, espero que Afrodita le inspire cuanto antes otro amor. Pero entre tanto, puesto que la emperatriz te desea, debes actuar con la mayor cautela.
Barba de bronce ha empezado a cansarse de ella: prefiere a Esporo o a Pitágoras. Pero por consideración a sí mismo, bien podría descargar sobre otros, la más terrible de las venganzas.
Marco Aurelio mueve la cabeza con asombro y concluye:
– Cuando estábamos bajo aquellos árboles, yo no supe quién me hablaba. Pero tú alcanzaste a escuchar nuestra conversación. Yo le dije que amaba a otra y por eso no le podía corresponder.
– Si hubieras herido su vanidad, no habría salvación para ti. ¡Por Zeus! Si llegas a ofender a Popea, te puede estar reservada una muerte terrible.
En otro tiempo me era más fácil conversar contigo y convencerte. En esta emergencia ¿Qué puede haber de malo en que le sigas ligeramente el juego a la Augusta?
¿Acaso esta aventura podría ocasionarte alguna clase de pérdida o privarte de seguir amando a Alexandra? Ten presente además, que Popea la vio en el Palatino y ya sabe por quién la rechazaste. Va a ser capaz de buscarla hasta por debajo de las piedras y serás el causante no solo de tu propia destrucción, sino también de la ruina de Alexandra. ¿Entiendes la gravedad de la situación?
Marco Aurelio reflexiona… Comprende… Intenta decir algo…
Está paralizado por el asombro, pero de su boca no sale un sonido…
Luego palidece y se toma la cabeza entre las manos.
Enseguida dice con angustia:
– Si acepto a Popea, Nerón me condenará. Si la rechazo, Popea nos arruinará. ¡Oh!…
Está cazado en una trampa mortal.
Y NO hay salida…
Siguió un silencio muy denso que fue interrumpido por Petronio:
– ¿Sabes por qué estoy doblemente preocupado? Temo que lo de Popea no sea solo un capricho pasajero. Verás… Hace tiempo que Nerón no le hace caso. El secreto mejor guardado del emperador es éste: mandó castrar a Esporo y está intentando cambiarlo en mujer…
Cuando se harta de sus libertinajes, se entrega a su liberto Doríforo, a quién sirve de mujer, tal como Esporo le sirve a él mismo. Y en estos casos imita la voz y los gemidos de una doncella que sufre la violencia de una violación… Es su última fantasía.
Y ahora lo de Rubria… Ese sacrilegio, Vesta lo vengará. Todos esos excesos le van a cobrar factura.
Marco Aurelio exclama asqueado:
– ¡Qué sociedad!
Petronio sentencia:
– A tal sociedad, tal César.
– Me iré contigo para que mañana salgamos juntos.
– ¡Vámonos! –confirma Petronio.
Y Marco Aurelio prepara todo para irse con él.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
38.- EL VERDADERO CULTO A DIOS
En la Iglesia de la santa Cruz, que es el salón porticado en el jardín de la Puerta del Cielo, Pablo de Tarso está hablando a una multitud de cristianos, de todas las edades:
“Así pues hermanos míos, os ruego encarecidamente por la misericordia que Dios les ha manifestado, los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva. Ofreced vuestros cuerpos como una ostia o víctima viva, santa y agradable a Dios. Porque en esto consiste el Verdadero Culto.
No se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino más bien renovad vuestros espíritus y dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir cual es la Voluntad de Dios a fin de acertar que es lo bueno, lo más agradable, lo perfecto, que Dios quiere de vosotros.
SACRIFICIO VIVIENTE = CULTO VERDADERO.
Los sacrificios eran la base y la forma de la religión antigua. Todo se impetraba y todo se expiaba mediante sacrificios. Con el sacrificio se intentaba honrar a Dios o aplacarlo, agradecerle por una victoria o sanación.
Era la época del sacrificio material, porque no había otro rito, ni otro modo manifiesto, para honrar al eterno y conseguir su ayuda.
La Ley de los libros mosaicos, dice como las hostias de los sacrificios y las oblaciones de flor de harina, aceite, incienso, deben tener sal, pero no levadura, ni miel. Y deben ser tostadas y trituradas, antes de ser ofrecidas y siempre rociadas de aceite unidas al incienso.
La Ley también dice que de aquellos que pertenecían a la estirpe de Aarón, la estirpe sacerdotal; estaban excluidos del sacerdocio, los que tenían cualquier defecto físico o enfermedad incurable.
Cuerpo perfecto de construcción y de salud, debía ser el oficiante delante del Creador del hombre.
El Altísimo que había dado al hombre perfección de miembros, de sentidos, de sentimientos y para el Cual, el ver la enfermedad y la deformidad que eran el testimonio de la Rebelión del Hombre y del desprecio de Satanás a la obra más preciosa para Dios y por lo mismo también eran desprecio a Dios.
La Benignidad de Dios había indicado la forma de expiar los pecados. Todos menos uno: el Pecado Original. Éste solo podía ser lavado por una Víctima Perfecta y no existía en la Tierra. El hombre no había sido instruido por el Verbo Encarnado y faltaba la Víctima Santa para el Sacrificio Perpetuo y Perfecto.
Sintiendo la necesidad de adorar al Dios Verdadero, le hacía oferta de los dones que Él Mismo había dado al hombre. Recogía los animales y los frutos de la tierra y los consumía en el fuego para que realmente fueran sacrificados.
Pero ¿Eran Sacrificio Viviente? NO.
Eran sacrificios de animales y productos vegetales. Ya muertos los primeros y arrancados de la tierra que los nutría, los segundos.
No eran víctimas ‘vivas’ consumiéndose a sí mismas, para honrar a Dios. Y muy relativo era el sacrificio, aunque fuesen animales de mucho valor material.
En las religiones idolátricas Satanás enseñó a los hombres a adorarlo con sacrificios humanos.
Para el Dios Verdadero se le daba honor y reparación, con la inmolación de los animales que substituían sobre el altar, al verdadero Culpable. Sacrificio relativo e imperfecto.
Antes del Cristo Cordero, Inmolado para expiar las culpas humanas y aplacar la Ira Divina, nunca un hombre había sido sacrificado al Dios Verdadero, para darle honor y reparación perfecta.
Para que el espíritu del hombre fuese recreado en Gracia y reintegrado a su dignidad de hijo de Dios y coheredero del Cielo, para que la Justicia Divina fuera aplacada y el Mal Vencido, se necesitaba una Víctima Perfecta.
Una Víctima Única que siendo Dios como el Dios Ofendido, pagase de Dios a Dios, el rescate del Hombre, como Hombre Santísimo y expiase por el hombre pecador.
Sólo el Hombre-Dios podía aplacar a Dios y redimir al hombre, siendo Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
Y EL VERBO SE HIZO CARNE.
Jesús se hizo Hombre y Jesús fue Inmolado. Pero su sacrificio no fue consumado sobre su carne muerta, sino en un Cuerpo Vivo, sobre el cual fueron arrojados todos los tormentos y expiadas todas las culpas, por las cuales el Inocente fuera gravado, para consumirlas todas.
SACRIFICIO TOTAL.
Del espíritu del Cristo, probado por el Abandono del Padre, para reparar la Culpa de Adán, culpable de haber abandonado a Dios y a su Ley.
Del Intelecto Perfecto del Hijo del Hombre, para redimir la soberbia de Adán. De la Carne Inocente del Cordero de Dios, para reparar la Lujuria de Adán.
Y para que el mundo siempre pecador, tuviese siempre una víctima perfecta, adelantó la Inmolación del Cristo y Pontífice Eterno, constituyendo el Sacrificio Perpetuo: el Eucarístico.
En el cual está todavía y siempre, Cristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Y es consumado y ofrecido en todos los altares de la Tierra…
SACRIFICIO PERPETUO Y SACRIFICIO VIVIENTE El Nuevo Sacrificio de la Religión Perfecta.
Pero al sacrificio viviente que se consuma sobre los altares, el hombre debe unir su propio e individual sacrificio. Sacrificio que incluye la parte carnal, moral y espiritual.
Enfermedades, pobreza, trabajo extenuante, por la parte material.
Injusticias, calumnias, incomprensiones, por la parte moral.
Persecuciones por parte de los hombres o abandono de Dios para probar la fidelidad de su siervo, por la parte espiritual.
Y todavía más: fidelidad a la Ley conservando castos, justos y amorosos, los cuerpos, los pensamientos, los sentimientos y los espíritus. Porque esto, más que los ritos exteriores, es lo que constituye el verdadero Culto A Dios.
No la forma solamente, sino la sustancia del Culto a Dios. Y la sustancia es dada del renovarse. La sustancia del culto a Dios es dada por un continuo, fatigoso y a veces muy doloroso ascenso hacia la perfección, para hacer la voluntad de Dios y poder llegar a ser santos y subir a la morada del Padre en la Eternidad.
Esta renovación, esta transformación, este ascenso a la Perfección, se hace con la voluntad humana unida al Espíritu del Hijo, dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo, de tal forma que con todos sus dones activos, se va haciendo todo lo que Dios propone hacer, en el modo como Dios lo propone, en la medida en que Dios lo señala.
Un continuo renovarse, espiritual y moralmente, para hacerse una humanidad nueva, alcanzando la Fusión Total con Dios, hasta poder decir: “A fin de vivir para Dios, estoy crucificado con Cristo. Y ahora no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí.”
La Palabra de Dios es levadura que hace fermentar la harina pura, la Harina de Hostias, para que esa harina con su perfección, sea levadura en la Gran Masa.
Cuando el ama de casa quiere hacer su pan, no toma la harina impura llena de salvado. Sino toma la harina más pura, la baña de agua y la pone a fermentar para que la levadura la levante y la convierta en un delicioso pan.
Es necesario que las hostias, en un espiritual sacrificio, vengan y se pongan a sí mismas sobre el Altar del Sacrificio.
Dios les pide expiación, reparación, perfección de Caridad, a las víctimas que son las columnas de la Iglesia que sostienen el Templo de Dios y que son las estrellas que señalan el Camino que termina en el Corazón de Cristo.
Soldados del Dios Verdadero. Atletas de la Religión Santa. Sacerdotes y víctimas del tiempo nuevo, que deben salarse con la sal de la voluntad heroica, la cual tuesta y cauteriza, pero fortifica las partes débiles. Ellas deben tostarse y triturarse en el Fuego de la Caridad y en la muela de la mortificación, para convertirse en Harina de Hostias.
‘Flor de Harina’ rociándose con la santa unción de las virtudes y olorosas por el abundante incienso de la Adoración, ofreciéndose, inmolándose, diciendo las perpetuas palabras de Cristo:
“Aquí estoy Padre, para hacer tu Voluntad y no la mía.”
La infamia de la Tierra es tanta, que sube con fuerza sacrílega hasta los Cielos con la fetidez del Infierno. Hay que purificar la Inmensa Catedral del Creador, para que Dios pueda todavía mirarla con Piedad que salva. Y es una bendición ser elegidos.
Es un privilegio de Dios, esta función de hostias, ‘redentores’, continuadores, completadores de la Pasión de Cristo.
Porque: LAS ALMAS-HOSTIAS-VICTIMAS, VIVEN LA CRUCIFIXIÓN TOTAL.
El alma que se ofrece a sí misma en una oblación perfecta y crucifica su voluntad, para hacer exclusivamente la Voluntad de Dios. Y decide amar lo que Dios Ama y hacer lo que Dios hizo:
VIVIR MURIENDO Y MORIR AMANDO.
Obedeciendo con una obediencia perfecta. IMITANDO A JESÚS EN TODO. Él Mismo personalmente, enseña a caminar paso a paso, siguiendo sus huellas ensangrentadas, por el Camino de la Cruz…
LA CRUCIFIXIÓN MORAL.
ES PRECISO MATAR EL ‘YO’ Y RENUNCIAR A TODO.
Se crucifican los afectos, aún los más legítimos y se abraza totalmente ‘la locura de la Cruz’. Se mata el respeto humano aceptando el desprecio del mundo.
Y deja de interesar la etiqueta que con burlas y escarnios, se debe soportar: ‘locos y endemoniados’.
Lo único que importa es lo que se es a los ojos de Dios. Y Él es el que, al cáliz de la amargura que el mundo hace tan cruel, le infunde su divina dulzura. Recordar al Maestro al que juzgaron igual, es el pensamiento que fortalece y ayuda.
El alma se vuelve profeta y apóstol y corre la misma suerte. El amor por su Dios le aporta: la PERSECUCIÓN.
LA CRUCIFIXIÓN FÍSICA
En enfermedades permitidas por Dios, el cuerpo se destruye en lenta agonía que sirve para expiación y redención.
Se crucifica la carne con todas sus apetencias y naturales inclinaciones. Se doblegan todos los instintos en una sumisión absoluta al espíritu. Con la ayuda de Jesús, que vive en el interior, el alma logra el total dominio y se obliga a vivir los mandamientos del Evangelio. La carne gime, pero el espíritu triunfa.
En una crucifixión auténtica, el cuerpo sufre los dolores físicos que sufrió Jesús, en la medida en que Él Mismo con ternura paternal, va imprimiendo su semejanza en el alma que ha sellado como suya y conforme el alma lo va soportando…
Y su semejanza de ‘Redentor’ va siendo grabada con divina precisión.
Las manos y los pies duelen y los clavos se sienten; al igual que las espinas y los azotes de la flagelación. Hay un dolor soportable, junto con un gozo muy intenso.
Cuando se ha avanzado tanto que Jesús deja que se experimente su dolorosísima agonía, la Misericordia Divina ayuda a nuestra debilidad y hace que sea posible amar el Dolor y el Sufrimiento.
En casos excepcionales, esta crucifixión sale al exterior y los estigmas se vuelven visibles.
Por lo general, las almas víctimas no quieren que nadie sepa su secreto y pasan inadvertidas en medio del mundo, llevando silenciosamente su martirio interior.
Las almas hostias mueren sobre la Cruz, con el martirio del Amor Total.
A esta crucifixión completa contribuyen:
LOS HOMBRES.
Que dominados por el mundo no pueden comprender al que vive estas realidades espirituales.
La incomprensión y la soledad se vuelven compañeras inseparables del alma- víctima.
Lo único que la sostiene y la compensa de todas sus amarguras: es Dios y su amor.
SATANAS.
Que en una permisión divina, fustiga con todo su odio y su furia al que se ha convertido en su mortal enemigo.
En esta batalla, Satanás utiliza a los hombres dominados por él y los convierte en flagelos humanos.
El hombre es el más cruel enemigo del hombre. Y los primeros enemigos son los propios familiares, las batallas de las víctimas se desarrollan entre el Paraíso y el Infierno.
El alma se debate en un mar que le lleva oleadas de dolor, de amargura, de angustia, en la oscuridad y la incertidumbre. De las que solo es rescatada, por la Infinita Bondad de Dios, que vuelve a llenarla de paz y alegría. Con sus lágrimas y oraciones obtienen gracias de Dios y Él las conforta para que esperen más bendiciones.
Es la Hora de Satanás. Y las víctimas llevan al culmen su sacrificio hasta el tormento de la Hora Nona. Y si es necesario derraman también su sangre en un martirio cruento. Y permanecen fieles en aquel océano de desolación.
Y dicen junto con Él:
¡Dios mío!… ¡Dios mío!… Llenando de plegarias el Cielo, hasta que el Padre Celestial sienta fundirse en Piedad su Indignación y su Justicia sea aplacada. Una vez más.
Los pecadores muertos a la Gracia no son felices. Parece que lo sean, pero no es así. Y aunque los momentos de ebriedad por los placeres, no los dejan comprender su estado; no faltan nunca las horas en las que un reclamo de la vida, les hace sentir su condición de separados de Dios.
Y es entonces la Desolación. Aquella tortura que Dios hace gustar a sus predilectos, para que sean como su Verbo: ‘salvadores’
En la hora crucial, el tormento de los tormentos: LA AUSENCIA DE DIOS.
Dios prepara a su atleta espiritual y en cierta manera lo prueba contra Sí Mismo.
El alma prueba su fidelidad en lo que pareciera el Abandono del que es su propia vida. ¡El Abandono de Dios! ES EL HORROR MÁS GRANDE DE LA MUERTE.
Y si es horrorosa para aquellos para quienes es únicamente ‘prueba’, es demoledor para las almas víctimas, para las que se convierte en una desgarradora realidad.
Porque ellas deben abrevar este cáliz, para perpetuar la Obra Redentora y salvar a los hombres que perecen en la desesperación.
Cuando esto sucede, Satanás ataca con peor ferocidad y atroz tormento. El alma libra un mortal combate en el que habrá un solo vencedor. El Espíritu Santo es la única y suficiente Fuerza que sostiene la voluntad para que sobrevenga la victoria.
Y el dolor es compensado con las gracias sobrenaturales, con las cuales Dios consuela a su amada. El alma de las víctimas que perseveran, jamás se pierde.
Son los verdaderos adoradores en espíritu y en verdad. Son las esposas-reinas del Esposo-Rey. Las que conocen sus secretos y guardan una intimidad y una unión tan completa, que el Amado les imprime su Imagen en una semejanza perfecta.
Y el alma sabe que Dios está encima de ella, Invisible pero Presente. Está protegida, por más que se crea sola, cuando le tocan las desolaciones. El amor nunca falta sobre las agonías y los sacrificios, de quienes trabajan por la Gloria de Dios y la Redención de las almas.
EL CRISTIANO VERDADERO, SIEMPRE ES UN ALMA VICTIMA.
Todos los cristiano auténticos, son hostias-vivientes.
Liberados de la esclavitud del pecado; sostenidos por la Gracia, ya no deben conocer la muerte del espíritu, si voluntariamente no se hacen siervos de la Culpa.
Y Dios le ha dado alas a los espíritus liberándolos de las cadenas para que volasen muy alto al encuentro de Aquel que siguieron conquistados por Jesucristo y por su Doctrina.
Los predestinados a la Gloria son los que no permanecieron sordos a su llamada, ni se detuvieron para seguirlo. Y con heroísmo emprendieron el camino de la perfección.
No desfallecieron o desconsolaron, ni cuando el amor de predilección del Señor, fue una secuela de pruebas y de penas. Y no se creyeron menos amados por ello. Al contrario, supieron convertir las aparentes derrotas, en aplastantes victorias…
Pablo calla…
Un gran silencio se extiende por todo el lugar.
Todos los cristianos meditan en sus palabras. Y se podría oír el zumbido de una mosca.
De pronto, Pablo siente un ligero tirón a su túnica por detrás y voltea.
Hay dos niños y los reconoce: son Cástulo y Fabio.
Pablo se inclina y mira de cerca la hermosa carita llena de inocencia y gravedad.
Los grandes ojos azules de uno y castaños del otro. Los cabellos rizados y oscuros.
Y la túnica blanca con una franja roja en los bordes.
Los dos niños están tomados de la mano. Tienen alrededor de seis años.
Los grandes y hermosos ojos azules de Cástulo parecen hacerse más grandes cuando miran a Pablo con mucha seriedad y con su vocecilla infantil, pregunta:
– ¿Eso que dijiste es solo para los grandes?
Pablo parece reflexionar y responde con gravedad como si estuviera con un adulto:
– No. Pero ¿Has comprendido de lo que hablé?
– Sí. –Resuena la vocecita decidida- Fabio y yo queremos ser hostias.
– Veamos… ¿Qué entendiste de lo que dije?
– Que Dios me quiere tanto, que quiso morir por mí. Y que si yo lo amo a Él, también debo morir por Él.
Que no tengo por qué preocuparme, porque Satanás estará muy enojado… Pero si me hace la guerra le va a ir muy mal, porque Dios me protegerá siempre y me va a llevar al Cielo.
– Es un compromiso muy serio. ¿Comprendes que si lo haces, Dios te lo tomará y tú deberás cumplir?
Cástulo parece elevarse y dice muy firme:
– Sí.
Fabio confirma a su vez:
– Yo quiero ser hostia.
Cástulo insiste:
– Yo amo a Jesús y quiero ser hostia. ¿Dime cómo lo hago?
– Pues, deberán decírselo a Jesús… Vamos a orar.
Y Pablo se arrodilla frente a la Cruz, junto con los dos niños que oran en voz alta…
Y cada uno hace su ofrenda viviente…
En todas las caras se dibuja una sonrisa.
Cástulo resumió en unas cuantas frases, la enseñanza de ese día.
Y todos recordaron porqué Jesús ama tanto a los niños.
Diana también recordó su propia ofrenda cuando era niña…
Con aquellos ejemplos ¿Quién puede mostrarse cobarde?
HERMANO EN CRISTO JESUS: