P202 UN CORAZÓN NUEVO
Amado Pueblo Mío:
YO LES BUSCO COMO EL PASTOR A SUS OVEJAS.
VIVAN EN LA ESPERA DE MI LLEGADA…
Este instante de crecimiento espiritual en donde se acercan más a Mí, es claro para quienes tengan la consciencia de que ante un gran mal que se acerca, Yo les preparo para que sean uno con la Voluntad Divina que ha creado todo y resistan con convicción espiritual.
YO ME ANUNCIÉ PARA QUE SE MANTENGAN PREPARADOS
Y ME ESPEREN CON ESPÍRITU GENEROSO Y LIMPIOS DE CORAZÓN…
YO ME ANUNCIÉ PARA MI SEGUNDA VENIDA…
Mis hijos se confunden solos, Yo les manifesté que NO llegaré sin que antes venga la Apostasía y se manifieste el hombre de Pecado, el hijo de la Perdición. ¿Por qué se dejan engañar?
Esperan con ansias lo que NO proviene de Mi Voluntad, sino de la voluntad de los hombres. Llegaré cuando menos lo esperen porque primero escucharán de rumores de guerras y la Guerra se concretará cuando cada Nación se levante contra cada Nación y cuando las pestes y el hambre sean mayores que las de este instante.
Escucharán de tratados de paz, pero esta paz NO SE DARÁ, debido a la Traición.
La Confusión se encuentra a la vista de todos Mis hijos.
Estos padecerán hasta que la testarudez humana caiga; algunos no deciden convertirse, estos son los verdugos de sus hermanos.
La Iniquidad reinará por la Tierra, los corazones débiles serán aliados del Mal y presa del Demonio, para que se cumpla lo que está escrito.
Amado Pueblo Mío, ora por España, será tomada por sorpresa y los que no Me aman flagelarán a Mi Pueblo, vaciarán Mis Templos y arremeterán contra los Míos sin temor, sino con gran maldad.
Amado Pueblo Mío, oren por Estados Unidos, es fuertemente estremecida. La sociedad entra en caos, la sangre será derramada.
Amado Pueblo Mío, oren por Perú y Chile, estos pueblos amados son estremecidos, padecen fuertemente.
Amado Pueblo Mío, son el Cuerpo Místico de Mi Iglesia, NO miren como bueno lo que NO ES bueno.
El agua turbia si no es observada con detenimiento puede pasar por agua pura, por ello deben agudizar el ojo y alertar los sentidos para que todo el cuerpo se mantenga en constante alerta.
Oren por Estados Unidos, la injusticia será vivida en esa Nación. Las luchas raciales volverán, el desorden será como peste que contagia.
Oren hijos, oren, el Volcán Etna va a sorprender.
Oren hijos, oren, la Tierra continúa estremeciéndose.
Llegan remotos actos humanos que hicieron a Mi Pueblo temblar, discriminaciones humanas se suscitarán a gran escala.
Mi Pueblo ha sido inundado de frases, adorando a Satanás, solicitando la toma de la Tierra y de Mis criaturas, mediante la música estridente de grupos de rock pesado y otras tendencias musicales, en donde las criaturas humanas penetran en estados descontrolados y se entregan al Mal, el que les posesiona.
Grupos musicales toman los gestos satánicos para inundar a Mis hijos con signos propios de los seguidores de Satanás.
Pueblo Mío, ¡DESPIERTA!, la música no es lo que parece ser. Escudriñen los signos, los gestos, las palabras con que quienes presentan la música a Mi Pueblo, les engañan para distraerles del verdadero camino y sumarles a las filas de Satanás.
NO LLAMEN A SATANÁS, con este acto le abren la puerta para que entre en sus vidas.
NO se permitan ser parte de la presa que el Demonio ha encomendado a algunas criaturas para desvirtuar el sentido de la vida y la fidelidad a Mí. No sigan ídolos humanos bajo ningún aspecto.
TENGAN CUIDADO DE QUIENES DIGAN: “yo soy el cristo”…
LLEGARÁN MUCHOS EN MI NOMBRE
SIENDO ENGAÑADORES DE LA HUMANIDAD.
Amado Pueblo Mío, deben unirse a Mi Obrar y Actuar, deben despreciar la injusticia y ser amantes de la paz. No prefieran a los que se vanaglorian, únanse a los humildes y sencillos de corazón, en ellos deposito Mi Palabra.
No crean poseer toda la Verdad, no sean impetuosos, sean pacíficos. Algunos de Mis hijos NO miran la Oscuridad porque viven en ella, por eso rechazan la Luz, porque NO la conocen.
Amado Pueblo Mío:
Mi Ángel de Paz llega a auxiliarles y llega en busca de las criaturas limpias de corazón, para llamarles…
Mi Ángel de Paz llega a abrir los corazones oprimidos, a ablandar los corazones de piedra, a auxiliar al que desea salvarse…
Continuarán elevando los sentidos espirituales con la práctica del sentido del Tacto Espiritual.
Oren para que Mis Enseñanzas no caigan en terreno árido. Este sentido es necesario que lo lleven a la praxis.
El vivir del hombre se asemeja a un círculo que se mantiene en continuo movimiento. Desde dentro de ese círculo se mantienen los sentidos como emanaciones que el hombre emite hacia su entorno, como luces hacia sus hermanos.
El corazón, así como en el cuerpo se mantiene latiendo, así los sentimientos buenos o malos se transparentan en cada uno de ustedes.
EL SENTIDO DEL TACTO ESPIRITUAL LO MIRARÁN EN LOS AFECTOS
Estos los condicionan a lo que reciben de los hermanos, del entorno y de lo que esperan de la vida. Para ser correctos, los afectos tienen que nacer de un corazón nuevo y ese corazón nuevo lo reciben cuando se entregan a Mí, en la Conversión.
Hijos, cada uno de ustedes debe impedirse juzgar al prójimo con la auto-justicia propia fundida en la perversión, ya que el hombre normalmente tiende a la mentira y desprecia la verdad, arrastrando los afectos por sobre la conducta.
En este Instante, la Humanidad ha sepultado el afecto. Sus semejantes son estorbo o bendición, claramente dos caminos: nuevamente el Bien o el Mal, el Amor o el Odio, la Alegría o la Tensión, el Aburrimiento o la Acción.
Es esta la razón por la que les llamo a renovarse por dentro con espíritu generoso, para que me soliciten que les santifique el obrar y actuar en cada instante, ante el deseo ardiente de VIVIR EN MI VOLUNTAD.
La voluntad humana equivoca cuanto desea. Por esta causa, ante la Desobediencia del hombre, los afectos han logrado cegar al hombre, enmudecerle, llevarle a la sordera y han creado una parálisis espiritual.
Hijos Míos, si cada uno NO permite que el entendimiento humano sea iluminado por Mi Espíritu, NO reconocerán NI comprenderán las verdaderas delicias de Mi Reino.
Amados, necesitan salir de la Negación por la cual NO ME ENTIENDEN, NO ME CONOCEN Y NO ME AMAN.
NO pueden caminar negándose a entender Mi Palabra con ese: “NO entiendo, NO comprendo la Palabra Divina”. Esto se debe a que para que el ciego espiritual vea, necesita tener el poder sanador de Mi Palabra, SEGUIR MI LEY.
Y llegar a Mí sin esperar encontrar la misma concepción que poseen sobre lo creado o las disposiciones de Mi Casa.
Los afectos del hombre se encuentran en lo bajo del mundo. Han fabricado su propio esquema de cómo es Mi Obrar y Mi Actuar y se han atascado en lo inmediato, en lo visible a sus ojos, despreciando lo de Mi Casa.
La transformación de Mis hijos llega a través del ConocerMe para que Yo les TransforMe y Me deseen conocer en Espíritu y Verdad. Todo alcanza la belleza esperada si sus afectos se mantienen arriba junto a Mí.
El sabio es benévolo, pacífico, misericordioso y – algo importante -, NO JUZGA.
Amado Pueblo Mío:
CONTINÚEN PURIFICANDO EL SENTIDO DEL TACTO, atendiendo a que el tacto físico corresponde a los afectos en el corazón del hombre que NO desespera, sino espera sin decaer.
Asocian el tacto con el sentir por medio de la percepción concreta de algo y esto no es correcto.
El tacto espiritual lleva a Mis hijos a vivir en la Esperanza de la Salvación, mirando la meta del encuentro final en un éxtasis de amor, que la criatura humana Me ofrece constantemente en la lucha de cada instante.
Mi Pueblo desea lo indebido y por ello se corrompe y NO mantiene la Esperanza ni la Fe en Mi Palabra.
Amados hijos, continúen despertando el Don del Tacto.
Con la consciencia clara y sumergida en la Esperanza, Mi Pueblo camina dentro de la Obediencia.
PRIMER DÍA DE LA CUARTA SEMANA:
Ofrezco el Don del tacto en este día a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima.
Les ofrezco este Don del tacto en este instante para la Gloria Divina y por el bien de las almas.
En cada acto presente, mis afectos se mantendrán atentos, alertas, para no acumular lo que el sentido del tacto apetece y lleva al pecado, ofendiendo a los Sacratísimos Corazones.
Dame la fuerza para liberar mi sentido del tacto y llevarlo a obrar y actuar en lo concerniente al bien de mi alma y de mi hermano.
Clamo a Ti, Madre Santísima, para que me tomes como Tu discípulo(a), guíes mi vida y mi senda sea dirigida al encuentro con Tu Hijo.
AL DESPERTAR OFREZCO:
Tengo afectos para el bien. Desde este instante, ofrezco mi esfuerzo constante para que este Don sea llevado a ser más espiritual, priorizando el Deseo Divino de mi salvación personal.
Propongo librar mis afectos de las ocasiones de pecado, buscando en todo el propósito Divino, recordando sólo el bien que me brindó cada hermano y en la Creación, la grandeza del Padre Eterno.
No deseo pecar más con el sentido del tacto, lo entrego a los Sagrados Corazones para que, siendo criatura Tuya, mi Señor, me levantes del pecado.
No deseo que lo que soy, continúe provocando malos afectos ni desestime yo las Bondades Divinas que me llevan a permanecer en estado de Gracia.
Sagrados Corazones, sean sostén de mis afectos para queme lleve a retener solo el bien.
Detengo mi libre albedrío y le sujeto de inmediato y lo entrego a los Sagrados Corazones, para que me libren de las ocasiones de culpa, y así moldeen este sentido para que lleve mis afectos únicamente a lo que es para bien de mi alma y para que yo haga el bien a mis hermanos.
Este sentido del tacto apetezca el Agua Purificadora del Amor proveniente de los Sagrados Corazones. Amén.
MEDIODÍA:
Repaso con nuestra Madre los esfuerzos de la mañana y anoto las debilidades.
ANTES DE DORMIR:
Gracias doy a los Sagrados Corazones de Jesús y María Santísima, a quienes ruego me socorran en este propósito para ser mejor hijo de Dios.
Padre Nuestro, Tres Avemarías y Gloria.
HIJOS, VENGAN A MÍ Y ENTRÉGUENME SU VIDA.
No olviden, hijos Míos, que el Tacto apetece de los sentimientos atrayentes, pero NO todo lo que es apetecible al tacto, es lo debido.
El oro brilla, pero el oro NO es la felicidad del hombre.
Les Bendigo.
Su Jesús.
Comentario del Instrumento
Hermanos (as):
El Cielo nos desea adultos en el espíritu. Tanto que se dirige a un Pueblo que avanza y no se estanca, a un Pueblo que se mantiene en alerta para que no le encuentre dormido. EN ESTE INSTANTE, ES MUY IMPORTANTE CRECER,
ADQUIRIR CONOCIMIENTO, PERO NO PARA QUEDARSE CON EL CONOCIMIENTO SINO PARA LLEVARLO A LA PRAXIS.
Leemos en los Mensajes la palabra “alma” y somos invitados a salvar el alma, ese cuerpo interior que ilumina todo nuestro cuerpo físico, que sostiene todo nuestro cuerpo físico. Y que cuando abandona esta casa del cuerpo, la criatura humana perece. En ocasiones nos afanamos en otros menesteres y el hombre no se conoce por dentro, sino se conforma con un leve barniz.
Esta explicitación es tan profunda y a la vez tan entendible por todos, que solo Dios en Su Sabiduría logra esto.
Necesitamos continuar siendo fieles y para esto, lo que necesitamos conocer NO tiene que ser únicamente por medio de la inteligencia, sino tenemos que permitir que los sentidos espirituales se hagan presentes, para que la Luz Divina descienda y comprendamos a la Manera Divina, no a la limitada manera humana. Amén.
60.- RESPUESTA DE DIOS EN EL TULLIANUM
El Anfiteatro ha sido terminado y todo está listo para que comiencen ‘Los Ludus Matutinus’ (Juegos de la mañana)
Pero esta vez, a consecuencia del increíble número de víctimas, parece que continuarán muchas semanas más que lo acostumbrado y lo programado para esta ocasión en particular.
Ya no hay en donde poner tantos cristianos.
Las prisiones están atestadas y la fiebre hace estragos en ellas. Muchos están muriendo y las fosas comunes empiezan a llenarse de cadáveres.
Todas estas noticias llegan a oídos de Marco Aurelio, extinguiendo hasta los últimos restos de su esperanza.
Ya no abriga el propósito de sobrevivir a su esposa y ha resuelto morir junto con ella.
En esta hora tremenda, lo único que lo sostiene, es la Gracia de Dios.
Por motivos diferentes, Petronio y todos sus amigos piensan lo mismo y creen que cualquier día se abrirá para él, la Mansión de las Tinieblas.
Dos días antes del inicio de los Juegos, Marco Aurelio fue como siempre a acompañar a Alexandra, para verla aunque solo sea a través de la pequeña abertura por la cual le pasan los alimentos.
Ella, después de saludarlo, en un dulce coloquio lo instó a que fuera al Tullianum y él protestó:
– Pero mi amor ¿Por qué quieres que vaya a ese pútrido calabozo?
Ella le contestó con dulzura:
– Anoche mi ángel me dijo que te dijera que vayas ahí. Dios te tiene una respuesta.
Marco Aurelio no dice una palabra más.
Va al lugar mencionado y es testigo de las condiciones infrahumanas en que viven los cristianos, en las terribles cárceles romanas.
En una edificación que parece un pozo circular de escasos cinco metros de ancho y otros tantos de alto que no tiene ventanas, una puerta de hierro estrecha y pequeña, parece embutida en un murallón que tiene casi un metro de espesor.
En el centro del techo hay un agujero circular como de noventa centímetros de diámetro y que sirve tanto para la ventilación, como para evacuar las inmundicias de la celda que hay arriba.
En el pavimento de tierra batida hay otro agujero del que exhala un hedor que indica el paso de una cloaca que desemboca en el río.
El sitio es malsano, húmedo y pestilente… Los muros resuman agua y el suelo está impregnado de materias pútridas.
En este horrendo lugar en el que reina una densa penumbra que apenas permite entrever lo más preciso, hay dos personas…
Una de ellas se encuentra tendida en el suelo húmedo, junto a la pared y encadenado a un pie, sin que haga ningún movimiento.
La otra está sentada cerca de ella, con la cabeza entre las manos.
En la celda de arriba se oye un murmullo en el que se mezclan voces de hombres y de mujeres, de niños y de ancianos. Voces frescas de jovencitos, junto con otras, fuertes de adultos.
De vez en cuando entonan himnos melancólicos o triunfantes, que aún dentro de su suave melodía, muestran una gran paz.
Las voces resuenan contra los gruesos muros, como en una sala de conciertos.
Y el Himno se levanta armonioso:
Condúcenos hasta tus frescas aguas
Llévanos a tus huertos floridos
Da tu Paz a los mártires que esperan,
Que esperan en Ti, Señor Jesús.
Sobre tu promesa santa
Hemos fundamentado nuestra Fe.
Porque hemos esperado en Ti
No nos defraudes, Jesús, Salvador.
Marchamos gozosos al Martirio
Para así seguirte hasta el bello Paraíso.
Por aquella Patria lo dejamos todo
Y a otro no queremos sino a Ti.
En Dios solo descansa el alma mía
De ÉL viene mi salvación
Él es mi Roca salvadora,
Mi Fortaleza. No he de vacilar.
En Dios está mi gloria y salvación
La Roca de mi Fuerza.
Levanto mis ojos a los montes
¿De dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor
Que hizo el Cielo y la Tierra.
No permitirá que tropiece tu pie
Tu Guardián no duerme
Jamás lo rinde el sueño ni reposa
El Guardián de Israel.
Ten piedad de nosotros, Jesús
Ten piedad, mi Salvador
Porque estamos hartos de injurias
Y nuestra alma está saturada
Del sarcasmo de los insolentes.
El Señor es tu Guardián
Es tu sombra protectora
Que te preserva de todo mal
Y protege tu vida.
A Ti levanto mis ojos
A Ti que moras en el Cielo…
Y al apagarse lentamente esta última estrofa, aparece una luz en el agujero…
Un brazo que lleva una lamparita suspendida y una figura se asoma.
Entonces se hace visible el rostro de un hombre que al mirar observa que el hombre tendido en el suelo, no se mueve.
Y que el otro que está con la cabeza entre las manos, está tan sumergido en la Oración que no ve la luz.
Entonces lo llama:
– ¡Lautaro! ¡Lautaro! ¡Es la Hora!
El que estaba sentado se pone de pie y arrastrando su larga cadena se coloca bajo la claraboya.
– La paz sea contigo, Alejandro.
– Y también contigo, Lautaro.
– ¿Tienes todo?
– Sí. Todo. Priscila se aventuró a venir vestida de hombre. Se ha cortado los cabellos, para parecer un fosor…
Y nos ha traído todo lo necesario para celebrar el ‘Misterio’. ¿Qué hace Ramón?
– Ya no se lamenta. No sé si duerme o ya expiró. Quisiera comprobarlo, para recitarle las preces de los mártires.
– Te bajaré la lámpara para que puedas verlo. Será un gozo para él asistir al Misterio.
Atándole un cordón de los que se usan para ceñir la cintura, bajan el farolillo hasta las manos de Lautaro.
Es un anciano de rostro afilado y austero. Palidísimo y de escasos cabellos blancos. Tiene unos ojos bondadosos y espléndidos en su expresión.
Dentro de su miseria de encadenado en aquel fétido cubil, posee una dignidad de rey.
Desata el farolillo del cordón y va hacia el compañero. Se inclina sobre él. Lo observa detenidamente y lo toca.
Y después de poner la lámpara en el suelo, abre los brazos, en un ademán prolongado de conmiseración y ora en silencio por un minuto.
Luego pliega las manos ya casi rígidas del cadáver y se las cruza sobre el pecho.
Pobres manos heladas y esqueléticas de un hombre anciano también, muerto de inanición.
Se vuelve hacia quién espera junto al orificio y dice:
– ¡Ramón ha muerto! ¡Gloria al mártir de la pútrida fosa!
– ¡Gloria! ¡Gloria! ¡Gloria! ¡Para el fiel de Cristo! –responden en la celda de arriba.
– Bajad lo necesario para celebración del Misterio. No falta el altar.
Sus manos entrelazadas ya no podrán servir de sostén, pero sí su pecho inmóvil que hasta el último momento palpitó por nuestro Señor Jesús.
Bajan una bolsa de preciosa tela y Lautaro extrae de ella un pequeño lienzo, un pan ancho y delgado, un ánfora y un cáliz pequeño.
Dispone todo sobre el pecho del muerto, celebra y consagra, recitando las oraciones de memoria, a las cuales responden los de arriba.
Una vez realizada la consagración, Lautaro vuelve a verter en el ánfora el vino del cáliz.
Introduce nuevamente las Sagradas Especies en la bolsa y lo lleva todo a donde espera el cordón colgante, para subir de nuevo la bolsa a la celda de arriba.
Al tiempo que ésta asciende izada con precaución, Lautaro absuelve a su compañero de Fe con el Sacramento de la Reconciliación.
Y mientras los cristianos comulgan, vuelve a entonarse dulce y suave, el canto modulado en su mayor parte, por un coro de niños.
Cuando cesa el canto, Lautaro habla así:
“Hermanos, comprendo que ha llegado la hora del Circo y de la Victoria Eterna. Ésta ya llegó para Ramón. Para vosotros lo será mañana. Manteneos fuertes, hermanos. El tormento será de un instante; más la bienaventuranza no conocerá término.
Con nosotros está Jesús que no os abandonará, aún cuando las Especies se hayan consumido en nosotros. Él NO abandona a sus confesores, sino que permanece con ellos para recibir sin demora sus almas, lavadas con el amor y con la sangre.
¡Adelante! Rogad en el trance de la muerte por vuestros verdugos y por vuestro sacerdote. El Señor por mi mano os imparte la última absolución. No abriguéis ningún temor. Vuestras almas están ahora más blancas que un copo de nieve desprendido del cielo.”
Varias voces dicen:
– ¡Lautaro! ¡Adiós! ¡Asístenos tú santo, con tu Oración! ¡Le diremos a Jesús que venga por ti! Te precedemos para prepararte el camino. Ruega por nosotros…
Los cristianos turnándose, se asoman al agujero. Saludan, son saludados y van desapareciendo.
Por último, izan de nuevo el farolillo, tornando más densa la oscuridad de aquel antro, en el que uno muere lentamente, junto al otro que ya murió; en medio del hedor y del rumor profundo, en las aguas subterráneas.
Arriba vuelven a resonar los cantos lentos y suaves, acompañados ahora por el anciano de venerable aspecto, el valiente sacerdote Lautaro…
Marco Aurelio, que ha asistido a toda la celebración. En un rincón se ha arrodillado y lágrimas silenciosas se deslizan por sus mejillas, mientras ora con la cabeza inclinada y los ojos cerrados.
De pronto siente un toque muy delicado posarse sobre su hombro.
Es una mano pequeña.
Y al levantar el rostro, ve frente a sí a un niño muy hermoso que le mira con dulzura y le ofrece las Sagradas Especies: un pedazo de Pan y el ánfora…
Mientras le dice:
– No llores. Jesús te ama muchísimo y a ella también. ¿No tienes Fe?
Marco Aurelio lo mira asombrado y le pregunta:
– ¿Quién eres?
– Mi nombre es Cástulo. Si amas a Jesús, debes confiar en Él. Dice Antonio el diácono que comulgues y también le lleves la Comunión a tu esposa.
¿Acaso no sabes que esto es lo que nos hace fuertes y entonces Satanás no puede hacernos ningún daño?…
¡Oh! ¡Jesús es tan Bueno! Después que ella haya bebido, traes el ánfora y se la das a Priscila. Mira, es ella. –y señala a la joven que está recargada en el murallón.
Y el niño lo mira con una increíble sonrisa llena de confianza y alegría.
Marco Aurelio se levanta. Y sin decir nada, totalmente pasmado regresa a la celda de Alexandra.
Donde los dos comulgan y oran con absoluta adoración y recogimiento.
Luego, el joven tribuno regresa a devolver el ánfora.
Su rostro está totalmente transformado.
Es la primera vez que recibe la Comunión y su cara es radiante: llena de alegría y de una absoluta paz.
Se acerca a Cástulo, con ternura y agradecimiento le acaricia el rostro…
Y le dice:
– ¡Gracias! ¡Muchas gracias!…
Cástulo lo mira con sus enormes y radiantes ojos azules, sonríe y dice con su vocecita firme:
– Mañana estaré con Jesús y le pediré a Dios que se realice lo que más quieres.
– Gracias Cástulo. Yo me llamo Marco Aurelio. Y estoy listo para hacer la Voluntad del Padre. Dios te bendiga por tu caridad. Y ruega por mí, para que yo también sea valiente como tú.
El pequeño patricio se encoge de hombros, como diciendo que no es para tanto.
Y se aleja corriendo alegre como si no le importara el lugar en donde están.
Marco Aurelio regresa con Alexandra. Bernabé también ha regresado de la celebración.
Y entre los tres conversan de lo sucedido en la Misa, la muerte de Ramón y la exhortación de Lautaro, la conversación con Cástulo y lo que significó para Marco Aurelio el recibir la Primera Comunión…
– ¡Esta Paz! –exclama extasiado- ¡Esta paz!… ¡La Presencia del Señor es gloriosa! En estos momentos me siento tan bien, que no me importaría morir. Y me siento dispuesto a todo. ¡Es absolutamente maravilloso!
Alexandra le dice:
– Mi amor, necesitas descansar. Llevas varios días sin dormir y sin comer bien. Vete a casa y descansa.
Nosotros estaremos bien. El Creador del Universo, vela sobre nosotros…
Y saca sus manos por entre la pequeña abertura para acariciarlo…
Él se las toma y las besa.
Luego con voz resignada, dice:
– Tienes razón carísima. Tenemos que estar listos para mañana. No les daré el gusto a nuestros enemigos de vernos vencidos. ¡Mañana temprano regresaré!
Y despidiéndose también de Bernabé, se retiró hacia la casa de Petronio.
En el camino se dijo a sí mismo con renovada fortaleza:
– Creo en la Bondad de Dios, así tenga que verla entre las fauces de un león. Y si Tú lo quieres Señor Jesús, también toma mi vida, porque soy completamente tuyo, Dios mío… ¡Hágase tu Voluntad!
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
59.- ORACIÓN: DIÁLOGO CON DIOS
En la Puerta del Cielo, la argentina voz de Diana resuena en las murallas del salón, donde los catecúmenos escuchan atentos la lección de ese día:
“Para una clara comunicación con Dios y que nos garantice una respuesta, es necesario reunir los elementos indispensables:
La primera condición para la Oración, es la Gracia.
LA GRACIA.
El Pecado es la barrera con la que Satanás aparta al hombre de Dios y le impide que goce de Él. El arrepentimiento sincero nos lava y purifica junto con la Sangre preciosa y Divina. Y dispone nuestra alma para recibir el Perdón de Dios y junto con él, su Misericordia que nos devuelve la Gracia.
Poseer en el alma la Luz, la Fuerza, la Sabiduría de Dios que comunica esa semejanza intelectual con Él y es el signo inconfundible de la Filiación con Él. La Gracia es el Don sublime que hace que Dios habite en el alma y que el alma esté ‘viva’.
Es entonces también cuando las oraciones son ‘vivas’ y la Gracia crece, florece, tiene raíces profundas y se eleva como árbol de Vida Eterna. La Gracia es la Vida del espíritu y el alma lavada con la Sangre de Jesús ha sido perdonada y ésta, al abandonarse al Amor, es como un águila que se eleva, porque el secreto de la Fortaleza y de la formación espiritual, es la meditación amorosa.
Cuando se aprende a orar con la meditación de la Oración Mental y se avanza hasta llegar a la plena comunicación del Amor con la profecía, el alma ya no tiene obstáculos en el conocimiento de Dios.
Porque la Oración es la comunicación del alma con Dios, de la que se sale vigorizado y con el deseo de pertenecerle más. Y dispuestos a entregarnos más plenamente. Es un don de intercambio: Dios lo concede al Hombre y el hombre lo da a Dios.
Por medio de la Oración, Dios se va revelando como Es. Y el alma aprende a conocerlo y a amarlo siempre más.
“Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”
Jesús sabía que en esta imitación está la clave de la felicidad en la tierra y en el Cielo. Los hombres tenemos las ruinas que tenemos, porque no somos mansos ni somos humildes. Ni en las familias, ni en las ocupaciones, ni en el vasto ámbito de las naciones. Soberbia e ira dominan a los hombres y generan todos los delitos.
La Presencia de Dios es un acto de su Bondad. El deseo de amor de un Dios de estar con su creatura y cuando la creatura no lo traiciona, Dios no se aleja. En ciertos casos y por especiales respuestas del alma, esta comunicación se vuelve muy sensible.
Pero hay del alma que gozando de la Presencia de Dios, cae en el pecado de soberbia, porque la perdería súbitamente, pues Dios no está en donde hay soberbia. Entre más grande es la humildad de la creatura, más a ella desciende Dios. María tuvo a Dios en sí, no solo espiritualmente; sino como Carne Viva, porque alcanzó el vértice de la humildad santa.
La humildad en la Oración es indispensable si se quiere obtener algo. Dios mira con amor al hijo que inclina ante su Grandeza y Majestad, reconociendo Quién es Él y al mismo tiempo consciente de su propia miseria y debilidad. El alma ‘viva’, ‘ve’ al Dios Vivo.
Y entre más lo conoce más lo ama y más anonadada se siente ante su Infinita Bondad. Y un profundo agradecimiento inunda el corazón, al esperar la respuesta de la única pregunta que los labios formulan cada vez con más frecuencia y ante TODAS las circunstancias:
‘Padre ¿Qué quieres que haga?’
LA OBEDIENCIA.
Es la prueba de la humildad y la Fe. Son el escollo donde la soberbia se cae y se hunde. La Obediencia es la piedra donde el orgullo se estrella, porque rinde a los pies del Omnipotente el juicio del hombre, para abrazar solamente la Voluntad Divina. Al obedecer a Dios se contempla la gloria de Dios y se presencian los milagros más increíbles. La docilidad interior es indispensable y no hay sumisión verdadera, hasta que no hay alegría en su cumplimiento.
Esto es el cimiento de muchas virtudes y el recipiente de muchas gracias. El Espíritu Santo la busca para comunicarle sus santas inspiraciones, porque solo el que la tiene, lo escucha y las practica. El alma dócil, escala el Cielo sin comprenderlo y asciende sin sentirlo, a la sombra y en comunicación con el Paráclito, que la lleva por los caminos del espíritu, con una obediencia ciega.
Es la virtud que se deja moldear suavemente, como el barro en manos del Divino Alfarero. Es el tesoro de las gracias. Jesús y María, fueron obedientes por excelencia. Este es el secreto de la Oración de Poder.
La perfección de la obediencia consiste en seguir prontamente las inspiraciones del Espíritu Santo y practicarlas. Cada vez que se escucha esa voz interior que no hace ruido, hay que atenderla. El alma sabe distinguir perfectamente cuando habla. La obediencia del espíritu es mortificación y humillación. Al obedecer la Voluntad de Dios, se perfeccionan las virtudes internas.
La Obediencia interna perfecta clava las almas en la Cruz y hace que vivan crucificadas: Es la Renuncia Total de la Voluntad, que se inmola por amor a Dios y sacrifica el cuerpo, los sentidos, los afectos y todos los movimientos del espíritu, para obedecer solamente las inspiraciones del Espíritu Santo.
Esta es la obediencia ciega, pronta y amorosa, que encuentra la verdadera e incomparable felicidad, en el absoluto despojo de sí misma. La sumisión no es real, hasta que no se disfruta adaptándose y alabándolo, en todas las circunstancias.
LA CARIDAD.
El Espíritu santo se comunica por medio de ella, porque es la Esencia misma de Dios y la vida del alma. La Caridad sobrenaturaliza todas las virtudes y las acciones del hombre. Y es el pulso que late en el espíritu y le da vitalidad. El Dolor es el trono de la Caridad y su perfección está en la Inmolación. Dios se da y las almas se dan.
Dios se crucificó por los hombres y ellas se crucifican con Él. Esta Caridad es la que une al Cielo con la Tierra y la Oración alcanza dimensiones cósmicas, porque la Caridad es el Amor comunicativo.
El Dolor divinizado por Jesús, es el que conquista al Amor. Por esto, los más sacrificados son los que más aman. Sin la Caridad no hay Fusión. La Caridad sabe amar y perdonar a los enemigos.
La última oración del mártir, debe ser siempre por los verdugos, para que alcancen la salvación.
La última de los santos, por sus opresores, para que lleguen a la Caridad.
LA GENEROSIDAD.
El que cierra su oído al clamor del pobre, él también gritará y no será escuchado. La dureza de corazón en el desprendimiento y la generosidad, cierran las puertas de los Cielos para la Oración.
Dios no tolera la avaricia, tanto material como espiritual. Los avaros son soberbios y envidiosos. La dureza de corazón es refractaria al amor divino y a la Bondad. La vida del que la lleva consigo es muy triste y desgraciada, porque carece del pronto placer de hacer el bien.
Son corazones fríos e infelices que se mantienen alejados de la Caridad, llevando una existencia vana y culpable. Son corazones metalizados que lo único que desean es atesorar. Insaciables y desenfrenados no corresponden a las inspiraciones divinas y mueren ciegos y sordos a su pecado.
La santidad no está en las visiones, éxtasis y revelaciones. La santidad consiste en la pureza y el sacrificio generoso y constante de una voluntad abandonada totalmente en la Voluntad de Dios.
Hay que conformarse siempre con lo que el Espíritu Santo quiere dar y así NO nos equivocamos. Considerándonos siempre indignos de sus dones.
LA PUREZA.
La Pureza es el reflejo de Dios. Y donde está la Pureza está la santidad. Es solo en las almas puras en donde se encuentra la Luz del Espíritu Santo. La inocencia consiste en la limpieza total del alma. Los limpios de corazón sienten el contacto divino y son los que escuchan la Voz de Dios.
Lo entienden, lo aman, lo consuelan y se gozan con sus ternuras y sus sonrisas.
El vicio que más aleja de Dios, es la impureza; porque a través de la impureza entra la Incredulidad, que ofusca los corazones, quita la esperanza y destruye la Caridad.
Ninguna alma que no es pura puede conocer a Dios y mucho menos amarlo, porque el Espíritu Santo, abomina la impureza.
La Lujuria es el vicio con cual Satanás está llenando los Infiernos.
Y por eso promueve la sensualidad que hace su nido en los corazones soberbios, para que no puedan acoger a Dios. El cuerpo es el Templo vivo del Espíritu Santo y tiene que tener una pureza total, el que quiera acogerlo y poseerlo.
EL PERDON.
Los que perdonan son la réplica más acabada de Dios, porque Él perdona y sigue perdonando. Cuando el hombre aprende a amar y a perdonar, comienza a hacerse espiritual.
Todo se le perdonará a quién haya perdonado todo.
El que perdona atrae el Corazón de Dios y no hay hombre que no necesite ser perdonado por Él. Dios es un Dios de Amor y no puede vivir en un corazón que odia.
Jesús bajó a la Tierra a enseñar al hombre a amar y a perdonar. El corazón que se crucifica, no guarda rencor y sabe amar de verdad. El Odio es Pecado y el pecado cierra las puertas del Cielo a la Oración y hace que no suba.
Y Dios no puede escuchar a un corazón que no perdona. Porque nadie puede ser perdonado si no se arrepiente y no perdona. El Perdón es la venganza de Dios y también es la venganza de los que aprenden a amar como Él enseñó.
LA SINCERIDAD.
Este es otro requisito indispensable en la verdadera Oración. Los hipócritas ostentan apariencias de piedad y en el interior de sus familias son culpables ante Dios y ante el prójimo.
Buscan la estima y los honores mundanos. Quieren decir a los demás: ‘Pueden confiar en mí. Vean que soy un santo. Lo comprueba mi forma de orar’ Semejante actitud es una blasfemia. Los soberbios, los falsos y los mentirosos, oran así.
La verdadera oración brota del corazón a los labios y surge en el trabajo, en los negocios, en el descanso, en la fatiga, en el dolor y en la alegría, porque sale con todo el ser, al impulso del corazón que ama a Dios y se revela en todas sus acciones.
El alma recuerda que es la creatura y con amor reverencial se pone en la Presencia de su Creador que se le revela en todo y en todas las circunstancias. La ternura amorosa del Padre se encuentra a cada paso del día. Y se acaban las coincidencias.
EL ABANDONO.
La Oración sostiene al alma en la prueba y la provee de una fuerza nueva en la inteligencia y en el corazón. Es la fuerza que no viene de un estudio humano, sino de un completo abandono en Dios.
Los que dan más, son los que más se olvidan de sí mismos. Es cosa muy penosa y difícil, pero indispensable si se quiere avanzar por este camino.
Pablo lo practicó y nos lo enseñó con su ejemplo: “Ahora voy a Jerusalén atado por el Espíritu, sin saber lo que me sucederá allá. Solamente que en cada ciudad el Espíritu Santo me da a conocer que me esperan prisiones y tribulaciones… pero de ninguna manera me preocupo por mi vida, con tal de terminar mi misión y cumplir el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de anunciar el Evangelio de la Gracia de Dios” Ciertamente el abandono de Pablo, brilla esplendorosamente en este abandono en Dios.
Porque olvidarse de sí mismo es olvidar no solo el pasado, sino la personalidad limitada. Olvidarnos totalmente quienes somos en nuestra existencia terrenal. Como si ya hubiésemos sido muertos y enterrados en una tumba. Totalmente desaparecidos para el mundo. Y pensar solamente en lo que Dios quiere de nosotros, viviendo para hacer exclusivamente su Voluntad.
Cuando el hombre muere su espíritu deja todo lo terrenal y queda solo frente a Dios, con su alma muerta o viva, según su voluntad lo determinó en la prueba terrenal.
Al quedar frente al Misterio que es Dios, el Mundo a su vez muere para él y debe vivir su vida eterna de acuerdo a su propia autosentencia. Cuando en la existencia terrena encontramos a Dios y no desdeñamos su llamado sucede lo mismo.
La vida deja de pertenecernos y en una prueba muy dolorosa, aprendemos a vivir exclusivamente para Dios. Uniéndonos de tal manera con Él, que se experimenta en la Tierra el Paraíso y ya no hay nada que temer. NADA.
La luz de Dios resplandece cuando el alma se sumerge en el mar de la Oración y la Caridad.
LA CONFIANZA.
Dios Padre conoce las necesidades del hombre, pero a Él le agrada la confianza del alma que se le acerca como un niño a contarle sus confidencias, para enriquecer una relación de amor, que es el verdadero objetivo de la Oración y que al exponerle sus necesidades, le pide ayuda.
Confiar lo más íntimo y que causa rubor y vergüenza. Confiarle ‘Todo’ Al que lo es TODO, es increíblemente productivo.
Porque Dios no se escandaliza ni murmura, ni mucho menos falta a la caridad. Él sabe comprender y aconsejar.
ÉL NOS AMA MUCHÍSIMO. Y su Amor está presente en todas nuestras súplicas y elimina los obstáculos para nuestra santificación.
Perdonar para ser perdonados. El perdón de Dios trae la Paz. Estar vigilantes teniendo cuidado y Oración, para ser fuertes y tener la ayuda de Dios, aunada a una voluntad firme de no pecar.
Después de una grande confianza en la Justicia del Padre y en su Amor. Porque todo cambia en nuestro interior, después de sumergirnos en la Oración.
El Gozo inefable de hablar con Dios, hace que el dolor sea soportable y el corazón se alimenta con la fuerza de un león para enfrentarse al Mundo y a todo, después de habernos unido completamente al Padre en la soledad y en la Oración.
LA ORACIÓN LO ES TODO. Es un diálogo franco, animado, lleno de confianza, recogido, sereno, claro, íntimo.
La Oración confiada puede cambiar el castigo en bendición.
La plegaria dirigida la Padre para que en su misericordia ayude, toca el Corazón de Dios y agiliza su intervención.
La súplica ardiente hace que Satanás no pueda objetar nada a la intervención Divina. Y esperar contra toda esperanza. ORANDO SIEMPRE CONFIADAMENTE.
Cuando se tiene una Fe Perfecta y una Confianza Perfecta, nacida de la oración y de la Bondad del Señor, se podrán obtener los más portentosos milagros.
PORQUE LA FE, LA ORACIÓN Y LA CONFIANZA, SON LA LLAVE DE LOS MILAGROS.
EL AMOR.
Hay que recordar que una verdadera palpitación de amor, que salga como nube de incienso de las llamas de nuestro corazón enamorado de Dios, tiene para Él un valor infinitamente más grande, que miles de ceremonias hechas con corazón tibio o frío.
Hay que atraer su Misericordia con nuestro amor. Ella es grande y activa con quién lo ama. El Cordero se ha Inmolado por nosotros y nos cubre como una ola que pasa y lava nuestras almas, dejándolas sin mancha.
Y SU AMOR CONTESTA NUESTRAS ORACIONES INMEDIATAMENTE.
LA ENTREGA.
DIOS LLAMA Y PASA. Puede que mañana NO esté el corazón dispuesto y TAMPOCO encontremos la invitación de Dios.
Dios es tan exigente, como es infinitamente generoso en premiar. El que quiere ser discípulo es necesario que abrace la Cruz y lo siga.
La vida del cristiano no es una vida tapizada de pétalos. Es absoluta en sus exigencias.
Es como las rosas: son preciosas, fragantes, perfumadas, pero duran poco y lo que queda son solo espinas.
A través de la Oración, los consuelos de Dios son maravillosos y nos fortalecen siempre, hasta llegar al final del camino. Pero la Cruz es dolor y espinas. Y NO HAY OTRO CAMINO.
Muchas raíces están trabadas en el ser humano. Hay que separarlas o cortarlas. Solo con la libertad espiritual se viene al servicio de Dios. NADA DEBE IMPEDIR LA ENTREGA.
Cuando el alma se entrega a Dios con todas las poderosas energías de su ser y doblega su temperamento, dirigiéndolas hacia la perfección. El apasionado y poderoso absolutismo, se arrojan sin titubeos por este camino.
Se aprovecha la experiencia en el mal, para ser poderosos en el Bien y se emplean los mismos sistemas que se empleaban para entregarse toda al pecado… Ahora se entrega toda a Dios.
Es entonces cuando se pone en práctica el Mandamiento más importante: Amar a Dios sobre todas las cosas, con todas las potencias del ser y al prójimo como a nosotros mismos.
Nadie que haya puesto la mano en el arado para arar los campos de los corazones y esparcir la semilla de la Doctrina de Dios, puede volverse atrás para mirar lo que ha dejado y lo ha perdido.
Lo que podría haber tenido si hubiera seguido por otro camino menos extraordinario que el de ser elegidos. Quién obra así no está adaptado al Reino de Dios. Hay que valorarnos, decidirnos y luego entregarnos.
Entregarnos sin reservas, sin miedos, sin reticencias. EN LA ENTREGA TOTAL PARA UN AMOR TOTAL.
LA PREPARACIÓN.
El alma debe ser pobre con la Pobreza de espíritu. Desnuda, pobre y vacía. Que viva solo de Él, por Él y para Él.
Hambrienta: Solo Él calma la sed de Justicia del alma hambrienta de lo sobrenatural con la posesión y la comunicación de la misma Divinidad.
Sedienta: El Hambre de Dios solo puede ser calmada bebiendo de la Fuente del Agua Viva de Jesús. El Espíritu Santo es el Único Consolador.
El Dolor es el compañero indispensable de la Oración.
En él se encuentra su completo desarrollo y se fortalece ejercitando el sacrificio, la mortificación y la Penitencia. La Oración es la Fuente de la Gracia, ella llega hasta el Corazón de Dios y escala alturas inconcebibles al entendimiento humano.
En todos los tiempos y las ocasiones se puede orar. El alma puede hacerlo saltando todos los obstáculos y NO conoce las limitaciones.
Aún en medio de la más ruidosa reunión y sin que los demás lo adviertan, al realizar todas las tareas cotidianas, continúa con sus coloquios con el Dios que habita en su interior.
La Oración es la voz armoniosa del alma pura que atraviesa los Cielos y llega hasta el Trono de Dios. En ella va la amorosa flecha que traspasa el Corazón del Amado. Esta Oración nunca regresa vacía, sino llena de gracias y favores.
El secreto del alma que no quiere perder a su amor, es permanecer siempre fija con todas sus potencias en Dios, a través de la Oración.
LA FE.
Es la luz oscura que arrastra al hombre hacia su Dios, por medio de la humildad. Es indispensable para la salvación y es la prueba que Dios exige al entendimiento humano y la orgullosa inteligencia del hombre.
La Fe es luz para los humildes y tinieblas para los soberbios. La Fe desata las manos del Omnipotente y aplaca la Justicia Divina.
La Fe arranca gracias al Eterno. Es un lazo de luz que une la Tierra con el Cielo y un lazo de unión que pone en comunicación al alma con Dios.
LA Fe es el fundamento de la perfección.
LA INFANCIA ESPIRITUAL.
Jesús dijo: Yo os lo aseguro, el que no recibe el Reino de Dios como niño, no entrará en él.
El niño es humilde, confiado, acepta ‘que no sabe’ con simplicidad. Los niños son amables, curiosos y reciben con admiración y llaneza, todas las enseñanzas.
Observarlos como aman y creen en Dios, por la inocencia que los caracteriza, es una lección de sabiduría.
Hacen lo que se les enseña y no se ensoberbecen por lo que hacen. Aprenden y practican lo que aprenden.
Los niños, cuando cometen una pequeña falta ¡Con cuanta humildad la confiesan! No buscan excusas.
Saben que Dios lo sabe. Creen. Les apena haber causado un dolor a Dios. Arrepentidos, piden perdón de su falta y ofrecen sinceramente, no volver a faltar. Aman con sencillez y siempre son sinceros.
Todas las cualidades de los niños son indispensables para la Oración auténtica, porque la característica principal del alma orante, debe ser siempre la docilidad interior y la Obediencia total.
Dios No desperdicia sus Palabras, en donde no hay intención de obedecerlas.
Cuando el alma sabe alcanzar la amorosa ciencia de saber permanecer fija en Dios, unida a Dios con todas sus potencias; todos los actos que produce son actos de amor y raptada por el amor, alcanza la santidad, casi sin darse cuenta.
Y aunque esté durmiendo sigue amando, porque la carne se adormece y se despierta con el nombre santo en los labios y con el pensamiento puesto en Él, ¡Maravilloso connubio del alma con Dios!
Ni el más apasionado amor humano da la embriaguez que se experimenta, cuando el alma está verdaderamente enamorada de Dios.
El que ha probado los dos amores sabe que no existe paralelo. Es como comparar el licor más barato, con el más exquisito de los vinos. El deleite es diferente, aunque la embriaguez sea parecida. Y cuando se conoce lo excelente, no es posible conformarse con menos.
Para conocer este éxtasis, no debe haber nada que se interponga entre el alma y Dios para formar con Él una unidad perfecta.
Para llegar a tener el corazón vacío de humanos intereses, hay que pasar por un crisol amarguísimo, pero la recompensa vale por todos los sacrificios y todas las renuncias. Lo que vale la pena siempre tiene un precio alto. Y Dios lo vale TODO.
Y cuando el alma se enamora de Él, es verdaderamente imposible vivir sin Él.
Cuando Él se convierte en la razón de vivir, la vida se convierte en una apasionada y maravillosa aventura, en la que el alma se la pasa entre el Cielo y el Infierno.
Satanás es el villano que trata de ponerle fin a la más increíble historia de Amor.
Los que NO saben defenderlo… LO PIERDEN.
EL PROBLEMA DE LAS ORACIONES NO CONTESTADAS.
Es necesario acercarse a Dios con los labios y el alma encendidos de verdadera caridad. Entonces los obstáculos que Satanás interpone para impedir el auxilio divino, son anulados, porque Dios es el Vencedor Eterno.
Por eso es necesario reunir los requisitos para que la Oración pueda ser efectiva. Esta es una verdad dolorosa y aterradora. El hombre mismo es el que da las armas al Maligno, para impedir la intervención de Dios.
La Oración Poderosa necesita de la Justicia. Las plegarias no son atendidas principalmente por dos motivos: la injusticia y el amor.
LA INJUSTICIA.
Dios no escucha nuestra oración si tenemos afectos desordenados que están desplazando a Dios del primer lugar en nuestro corazón. Tampoco si somos injustos y duros de corazón con los pobres, con los servidores y los familiares.
EL AMOR.
Dios nos ama con un Amor Infinito y Eterno. Siempre, cuando nosotros iniciamos nuestra oración, la Gracia del Señor desciende sobre nosotros.
El Eterno nos atiende al instante cuando con un corazón humilde, amoroso, confiado, con sacrificio y constancia, le imploramos piedad, pan, consuelo, ciencia, dirección, ayuda, protección y fortaleza. Todo esto y más, da Dios con su Infinito Amor, cuando nos volvemos a Él.
Y si no siempre somos atendidos porque Él se niega a acceder a nuestra petición, no debemos pensar que nuestra Oración vaya a quedar sin respuesta.
A cambio de algo negado por una inteligencia que todo lo conoce, recibimos otros dones de los que no nos damos cuenta inmediatamente, ni los agradecemos.
Más tarde o más temprano debemos mostrar nuestro agradecimiento y reconocimiento a esta Bondad infinitamente Inteligente, que cuida de nosotros.
Porque Él, que todo lo sabe; NO CONCEDE aquello que nos proporcionaría la felicidad de un instante y dolor para el resto de nuestra vida terrena y que puede ser causa de pena en la otra vida, por el mal uso que se puede dar a la dádiva divina.
El Amor de Dios siempre nos protege, hasta de nosotros mismos.
LA ORACIÓN HECHA CON FE VERDADERA Y AMOR VERDADERO, SIEMPRE OBTIENE.
CUANDO UNA ORACIÓN QUEDA SIN RESPUESTA, hay que revisar que no esté viciada en la petición o en la Fe. A veces Dios explica por qué no la concede. Sí es en la Fe, ni siquiera ha llegado al Cielo.
Dios quiere que todos sus hijos sean tan suyos que todas sus santas demandas está dispuesto a atenderlas continuamente.
No siempre concederá las cosas solicitadas, pero sustituirá el don negado por otros cien consuelos más grandes todavía, porque Él arde con el deseo de hacernos felices, de poder estrecharnos contra su Corazón y enjugarnos el llanto. Él es el Único que da bien, paz y amor verdadero y eterno.
Si somos cristianos inmaduros, constantemente pediremos cosas que NO nos convienen.
Conforme vayamos creciendo espiritualmente, también aprenderemos a Orar.
Afortunadamente para nosotros, Jesús es un Maestro con mucha paciencia y le encanta enseñarnos cuando hay buena voluntad.
Invocar la protección de María Santísima y la Sangre de Jesús antes de ponernos a orar, elimina TODAS las interferencias con las que Satanás trata de obstaculizar nuestra oración y las respuestas de Dios, cuyo amor quisiera entretenerse en amorosos coloquios, con todos sus hijos.
SOLO EL PECADO APARTA DE DIOS Y HACE NULAS LAS ORACIONES.
HERMANO EN CRISTO JESUS: