N154 RIQUEZA ENSANGRENTADA
La Sangre de los Mártires transforma y renueva la Iglesia, os mejora a vosotros.
JV) Me deja ver primero Nuestro Dios, una Cruz dorada, con un fondo rojo obscuro, entonces Me dice Papá Dios:
Acostúmbrense hijos Míos, a que en cada lugar a donde vosotros lleguéis, bendecid el lugar. Recordad Mis pequeños, que Satanás es el Príncipe de este Mundo y todo lo ha contaminado.
Cuando vosotros lleguéis a un lugar sea cual fuere, bendecidlo como Mi Hijo os enseñó: ‘Que la Paz esté en este hogar o que la Paz esté en este lugar’
Para que en ése momento, se entronice Mi Presencia Divina y de esta forma, al estar Yo ahí Presente, todo será renovado, todo será purificado y todo dará el fruto que vosotros buscáis.
Mi Presencia elimina la Presencia de Satanás. Vosotros llevaréis Mi Presencia a todos lados a donde vayáis. Y así, vosotros lo iréis transmitiendo a vuestros hermanos y se irá recuperando el Mundo para Mí.
Le habéis permitido a Satanás tomar a vuestro Mundo, porque os falta Oración, porque os falta regresarMe a Mí, lo que Me pertenece. Yo creé todo lo visible e invisible. Todo lo que está a vuestro alrededor Me pertenece y en vuestros deseos, vosotros Me iréis regresando lo que Me pertenece y le iré quitando a Satanás, lo que Me ha ido arrebatando, porque vosotros NO cuidasteis lo que os pedí que cuidarais, que es la Creación.
Recordad pues Mis pequeños, esto que es muy importante. Porque así Mi Hijo se lo enseñó a los apóstoles y a la gente de ese tiempo, que Mi Presencia esté en todos los lugares a donde vayáis.
De esta forma, así como lo vayáis vosotros enseñando y todos lo vayáis haciendo, se irá recuperando el Mundo para Mí. Mi Paz, Mi Amor, llegará a todos lugares y decidlo así, Mis pequeños: que la Paz yel Amor de Nuestro Dios esté en este lugar y en los que en este lugar habiten. Todos lo repetiréis y todo se irá renovando por ese deseo de amor hacia Mí.
El Cielo es vastísimo. Yo creé infinidad de almas, todos pertenecéis al Cielo, de ahí salisteis y ¡Cómo quisiera que todas regresarais después de vuestra misión sobre la Tierra! La Maldad de Satanás Me quita a muchas almas y eso Me duele muchísimo, Mis pequeños. Y prácticamente, NO Reparáis por ello.
Vosotros Mis pequeños, los que estáis Conmigo, podéis hacer mucho. Y especialmente en estos tiempos que estáis viviendo y los que han de venir en breve. Podéis regesarMe muchas almas al Cielo. Vuestra Oración, vuestra donación, vuestra unión Conmigo, pueden lograr Milagros, pero vosotros debéis poner de vuestra parte.
Poneos en Mi lugar, Mis pequeños. Imaginad que vosotros creasteis a todos los hombres, a todo lo que veis y no os digo lo que no veis, porque no tenéis un parámetro para saber qué es lo que está creado y que no conocéis. Pero simplemente con lo que veis, que es inmenso, que es infinito.
Como os dije, imaginad que vosotros creasteis todo con delicadeza, con amor, pensando en qué es lo ibais a hacer y pensando en la creación de cada cosa. Y de repente, viene el Enemigo y os empieza a quitar todo lo que vosotros creasteis con amor y con delicadeza. Las almas creadas os empiezan a dar la espalda, ya no quieren saber de vosotros, ya no quieren saber nada de su creador.
Imaginad vosotros que hasta os empiezan a Traicionar y entre ellos discuten, se convencen unos a otros de ya NO regresar Conmigo. Vosotros, tomando Mi lugar, sentiríais muy doloroso todo esto.
Cuando vosotros tenéis familia y esa familia responde, gozáis su unión. Pero cuando la familia se desperdiga y no quieren saber de vosotros, que fuisteis sus padres, os duele en lo más profundo de vuestro corazón… Y eso es lo que Me pasa, Mis pequeños. Yo como Dios, como Creador, os creé a cada uno de vosotros con cuidado, con delicadeza, con Amor y ¿Cuántos quedáis ante Mí?
¿Cuántos Me seguís? ¿Cuántos, realmente, buscáis el agradarMe y el seguirMe? Eso es lo que os está pasando actualmente. Y necesariamente, tendrá que venir una división. Los que están Conmigo y los que están en contra Mía. Y ciertamente en medio, los TIBIOS.
Pero los tibios como os he explicado antes, es gente mala, es gente convenenciera, es gente a la que no se le puede tener seguridad, credibilidad, porque os pueden traicionar fácilmente.
Mi Corazón está muy Adolorido, porque después de todo lo que he hecho por vosotros y aun enviando a Mi Hijo por vuestra salvación, NO QUERÉIS ESTAR Conmigo. Me traicionáis y los que estáis Conmigo, NO hacéis lo suficiente para Reparar y para traerMe alegría.
Sois muy descuidados, seguís queriendo todo para vosotros y NO hay nada para Mí, prácticamente. Si NO os lo estoy recordando continuamente, Me falláis continuamente, os olvidáis de Mí, NO Me buscáis. ¡Qué ingratitud del hombre! ¡Qué ingratitud de corazón! Por eso tengo ya, que purificar a esta generación malvada, traicionera, convenenciera.
Aceptad Mis pequeños, lo que os voy a mandar para purificaros. NO veáis todo esto como negativo, ya que muchos de vosotros, sois tibios y necesitáis crecer espiritualmente. Os pido busquéis vuestro crecimiento espiritual de la mejor forma. No presumáis de los dones que os he dado a cada uno de vosotros. Cada uno de vosotros Me serviréis. Unos más, otros menos, pero Me serviréis para este Cambio.
Orad, orad mucho y reparad por vuestros pecados y por los de vuestros hermanos. El Tiempo es breve, preparaos ya. Soy vuestro Padre y Creador de todo lo que existe. Todo Me pertenece. Pero así como a algunas cosas, vosotros les dais buen uso, hay otras a las que les dais mal uso.
La humanidad se ha venido peleando por los bienes de este Mundo, por sus riquezas, por lo que vosotros consideráis que vale. Se le ha dado un valor muy alto a ciertas cosas y que no lo tienen. Pero el hombre, busca tener de todo aquello que os puede hacer valer ante el Mundo y acumuláis riquezas que ante Mis Ojos, no lo son.
En las Sagradas Escrituras, podéis encontrar lo que se habla acerca de las riquezas y que todo es vano. Perdéis el tiempo inútilmente, os llenáis de lo que vosotros llamáis bienes. Pero que en la realidad os causan muchos problemas, a tal grado que hasta guerras se han producido por arrebatarse los bienes que buscáis.
¡A cuánto error os ha llevado Satanás! Y no tenéis ése Discernimiento Santo, que lo da precisamente la vida en la Gracia y en el estudio de las Sagradas Escrituras.
Vosotros os llenáis de esos valores del Mundo y hacéis a un lado los bienes, que realmente os regresarán al Reino de los Cielos.NO os imagináis Mis pequeños, cuántas almas regresan a Mí con las manos vacías. Dejaron sus bienes inútiles en la Tierra. Pero tarde se dan cuenta de que lo que acumularon, de nada les servirá para llegar ante Mí.
Los bienes que debéis buscar o que debisteis más bien haber buscado, son los del alma. Los valores del alma, las Virtudes, el amor que lo hicisteis a un lado, especialmente aquellos que buscaban afanosamente, las riquezas del Mundo. Hicisteis muchos negocios que os llenaron de bienes del Mundo.
Riquezas a las cuales les disteis mucho valor. Pero ante Mis Ojos, no valen nada y ésas riquezas del Mundo, en lugar de engrandeceros ante Mis Ojos, es el lastre que os va a llevar a vuestra condenación eterna.
¡Cuántas riquezas no están ensangrentadas!, Que con tal de tenerlas, matasteis. ¡Cuánto pecado hay tras de muchas riquezas que se acumulan! ¡Cuánto mal se hace con ellas!
Por eso os dije que os iba a ir quitando lo que vosotros consideráis vuestras riquezas y lo que os causa un apego al Mundo. Y que así como os iba a ir quitando las riquezas del Mundo, os iba a ir llenando de los bienes del Cielo.
Ya os dais cuenta y lo estáis padeciendo, que los bienes del Mundo ya no os alcanzan para vivir. Este es el momento en que debéis reflexionar todo lo que os he dicho y pedidMe que os vaya llenando de los bienes del Cielo. Porque también tenéis en las Sagradas Escrituras, que buscarais primero el Reino de Dios, Mi Reino y que lo demás se os daría por añadidura.
El hombre, erróneamente se dejó aconsejar con las Mentiras de Satanás, él os llevó a buscar añadidura y os vaciasteis de los bienes del Reino. No tenéis en vuestro corazón, las riquezas de Mi Reino y seréis llevados a Juicio, se pondrá en la balanza lo bueno y lo malo. ¿Cuánto podréis poner en el lado que os va a ayudar a ganar el Reino de los Cielos?
¿Qué hicisteis con vuestra alma? ¿Cómo pusisteis a trabajar los bienes espirituales, de los cuales os debisteis haber llenado? Cuando estéis ante esa Balanza, os daréis cuenta de vuestro error. Prácticamente NO tendréis nada qué poner, porque os dedicasteis a buscar los bienes del Mundo.
Satanás, astutamente os llevó a eso, a desviaros a los bienes del Mundo y NO os llenasteis de los bienes del Cielo. Tomasteis caminos errados, desviasteis vuestra misión y en lugar de buscar Mi Amor y Sus Riquezas, Satanás os llevó por el camino erróneo y os llenasteis de Lastre que NO os dejaba volar hacia Mí.
Tuvisteis muchas oportunidades de enmendar el camino, pero el vicio, la egolatría de querer ser grandes ante los ojos de vuestros hermanos, por tener mucho de las riquezas del Mundo, NO os permitió razonar debidamente. Pero ya ante Mi Presencia, ya no podréis enmendar vuestros errores.
Recapacitad, arrepentíos y venid a Mí. Un arrepentimiento de corazón, como el del buen ladrón, os puede ayudar a regresar a Mí. Pero si os mantenéis en vuestra soberbia, si seguís defendiendo vuestros bienes del Mundo, acabaréis en el Lugar del Castigo, por necios y porque no hubo Sabiduría en vuestras acciones y pensamientos.
Venid a Mí, recapacitad, orad, para que Mi Santo Espíritu os dé la Luz que NO quisisteis tomar a lo largo de vuestra existencia. No perdáis estas últimas oportunidades que se os dan, para salvar vuestra vida espiritual.
Así como a un diamante cuando está en bruto, NO se le nota su belleza sino hasta que se le corta, resalta el brillante que debe ser. Así os he ido a vosotros, transformando. Os he tomado y os he ido puliendo. No os habéis dado cuenta de ello en totalidad, pero os he ido llevando paso a paso a todos vosotros, los que estáis Conmigo.
Que desde años para acá, cambiasteis vuestra vida y Me escogisteis. Me habéis buscado, habéis aprendido, os he enseñado, habéis cambiado, habéis reflexionado y habéis encontrado el camino correcto.
Algunos, se han ido. Otros han venido, otros han regresado. Pero las almas que se mantienen, empiezan a brillar. He ido eliminando todas las asperezas, toda esa roca que NO permitía que saliera el brillo de vuestra alma. Toda esa roca externa significa todo lo que es del Mundo, todo aquello a donde Satanás os llevó y que obscurecía la belleza de vuestro interior, que es el brillante que pronto ha de salir de cada uno de vosotros.
Seréis como esa oruga que se hace crisálida y de ahí saldrá, un tiempo después, la mariposa y volará. Y así como el brillante transmite colores bellísimos, fulgores de colores, que brillan y llaman vuestra atención: la mariposa también está llena de colores, muy diferente a la oruga que entró al capullo.
Habéis sido transformados, Mis pequeños y ya va a ser el Tiempo en que se os quitarán las últimas capas de roca que cubre la belleza del diamante, para llegar a ser el brillante que gozaréis vosotros y gozarán vuestros hermanos… O también, ya será el tiempo en que saldréis del capullo, de la transformación de la crisálida y volaréis hacia Mí.
Os habéis dejado mover por Mí, habéis aprendido lo que es el Amor, os he ido cuidando y transformando, para que seáis los hijos que Yo quiero que viváis en las Nuevas Tierras que os daré.
Ciertamente, todavía Mi Santo Espíritu dará los últimos toques para eliminar lo más posible, aquello que os detiene en la Tierra y que NO os deja volar hacia Mí. Pero para ello, vosotros debéis retomar y ofrecerMe vuestro “Fiat”, en total libertad y en un amor inmenso por agradarMe.
Como veis Mis pequeños, Yo no presiono, todo ha sido paulatino, en total libertad. NO os presioné para que os juntarais a orar, os llevé con delicadeza, para que naciera de vosotros el gusto en la reunión para estar Conmigo. Dejasteis las pláticas del Mundo y empezasteis las pláticas de Dios. Sois Míos, fuisteis creados para servirMe. Pero para servirMe en el Amor, en total libertad y amándoMe tiernamente.
Habéis respondido a Mi Llamado y Yo os cuidaré, como a la niña de Mis Ojos. Me pertenecéis, porque Yo, ya habito en vuestro interior. Ya NO queréis salir al Mundo, porque el mismo Mundo os rechaza. Ya no buscáis el Mundo, porque os parece vacío y vano. Estando Conmigo os sentís satisfechos, alegres y estando en el Mundo, sufrís.
¿Os dais cuenta, ahora, cómo os transformé? Sois Míos y gozaréis de lo Mío, todo lo Mío, todo lo Creado. Todas las bellezas que aún ahora NO comprendéis, serán vuestras. Me agradeceréis y Yo, contento estaré con vuestra alegría y vuestros agradecimientos.
Venid a Mí Mis pequeños, compartidMe vuestra alegría, agradecedMe de corazón que el Tiempo de ese gusto que os prometo, ya llega. Os amo, Mis pequeños, recibid Mis Bendiciones y agradezco vuestro Amor.
Sabéis Mis pequeños, que de todo mal que en cierta forma Satanás provoca y que Yo permito que se dé, siempre de ahí, surge un bien.
Veis la mortandad de tantos hijos Míos, que están defendiendo sus creencias. TODA ESA SANGRE, UNIDA a la de Mi Hijo purificará a muchas almas, tanto de la Tierra, como del Purgatorio.
Todo se va renovando, todo se va mejorando. La Sangre de los Mártires transforma y renueva la Iglesia. Os mejora a vosotros, porque veis el ejemplo santo de vuestros hermanos.
Os he dicho que si sois llamados al Martirio, Mi Hijo tomará vuestro lugar, sufriréis lo mínimo, si confiáis en Mi Voluntad. Pero gozaréis lo máximo en el Reino de los Cielos, porque hay un lugar especial reservado para los mártires que defendieron Mi Palabra, Mi Amor con su donación.
Vuestra cruz de cada día, ciertamente es un martirio. Y cuando vosotros lleváis a cabo vuestra misión diaria, con amor y ofreciéndoMe todos vuestros actos, con la mayor perfección posible, eso es un martirio. Especialmente cuando Satanás os ataca para que NO llevéis a cabo vuestra misión lo más perfectamente posible.
Vuestra cruz de cada día es vuestro diario quehacer. Ciertamente algunas cosas gozaréis en hacerlas, pero otras cosas que se salen de lo que vosotros estáis acostumbrados a llevar a cabo, que os causan problemas, dolores, preocupaciones, aún enfermedades; también Me las debéis ofrecer, para vuestra purificación y para la de vuestros hermanos.
Así como os doy cruz, también os doy gustos, NO soportaríais vivir en pura cruz de dolor. Voy mediando vuestra vida, os conozco perfectamente y nunca os voy a dar más allá de lo que podáis soportar, lo sabéis muy bien. Pero lo que NO todos quieren, es la aceptación de la cruz y tratan de evitarla a toda costa, reniegan de ella y blasfeman contra Mí, por lo que está llegando a su vida.
Muchas veces, vosotros os causáis ésa cruz y la hacéis más pesada, porque NO hacéis las cosas correctamente. No os basáis en las Virtudes y en el Amor y hacéis muchas cosas en la maldad y en los vicios. Y eso, va haciendo que vuestra cruz se vuelva más pesada, porque NO estáis actuando correctamente.
Cuando un alma se deja llevar por Mi Voluntad, su cruz no se hace tan pesada. En lugar de cruz se vuelve alegría, porque esa alma ofrece todo lo que hace y que lo hace bien.
La Vida de Mi Hijo, fue Cruz por un lado y grandes alegrías por otro. Cuando Él llevaba alegría a vuestros hermanos, cuando les recobraba la salud, cuando le daba vida nuevamente, a los muertos. Cuando curaba NO solamente dolores físicos, sino también espirituales. También bromeaba, también reía y todo eso Me lo ofrecía.
Os he dicho que vosotros debéis vivir en la alegría, porque el Amor os lleva a eso. También tendréis dolor en el amor, porque nunca podréis separar el dolor del amor y eso, también Me lo ofreceréis. Alegrías y tristezas son parte de vuestra vida y todo lo quiero compartir con vosotros, Mis pequeños.
No Me ofrezcáis solamente dolores, porque vuestra vida no es solamente dolor. DadMe también lo bueno que he permitido en vuestra vida o lo que os doy para que gocéis y descanséis de las maldades que os rodean.
Un alma agradecida y sabia, Me dará todo esto. Busco estar con vosotros en todo momento, NO Me apartéis de vuestra vida. Quiero continuidad en vuestra vida, NO vengáis a Mí, solamente en algunos momentos y Me olvidéis en otros. Quiero desde lo más sencillo, hasta lo más complicado.
DadMe todo, como Yo os he dado totalmente a Mi Hijo. Sois Mis hijos y también os quiero en totalidad. DadMe ese gusto, el mismo gusto que Mi Hijo Me dio en Obediencia y en Amor por vuestra salvación. Daos por completo a Mí, para que salvéis muchas almas por la Obediencia que como Mi Hijo tuvo hacia Mí, al aceptar Su Misión por vuestra salvación.
Os he dicho que todo será renovado y lo que veis ahora, ya NO lo volveréis a ver. Cuando os he prometido un Nuevo Mundo, es para que vosotros gocéis de cosas que NI os imagináis.
Es tener una nueva casa, es tener un nuevo futuro, es olvidar toda la maldad. Es una nueva renovación espiritual y física. Es recuperar las capacidades de vuestros Primeros Padres, es vivir enamorados de Mi Amor, es vivir como una Verdadera Familia.
Cuando os dije que la Purificación se tenía que dar y que NO os fijaras tanto en ella, sino que pusierais toda vuestra atención y vuestros deseos en el Regalo que os iba a dar después, es esto Mis pequeños. Es vivir prácticamente como se vive en el Cielo, aquí en la Tierra.
Ahora vivís rodeados de esa maldad de satanás. Y en cierta forma, os habéis acostumbrado a ella. Vivís en los temores, vivís en las intrigas, vivís en la maldad total entre vuestros hermanos. Y todo eso será eliminado.
Difícilmente os podéis imaginar lo que es el bienestar espiritual que tendréis, porque ya estáis tan contaminados con el mal que diseminó Satanás, que NO podéis vosotros imaginar un mundo que no tenga maldad. Nacisteis en ella, habéis vivido en ella, os habéis aprovechado de ella… Y por eso debéis ser purificados, porque estáis contaminados por esa Maldad, porque os aprovechasteis de ella durante vuestra vida.
El Nuevo Mundo es vida en Virtud, es vida en Amor, es vida en Paz, es vida en crecimiento, en todos sentidos. Vuestras capacidades intelectuales crecerán grandemente. Descubriréis nuevas cosas que Mi Santo Espíritu os infundirá y que os servirán para tener una vida más agradable, más placentera y sobre todo, respetando Mi Creación.
Cuidaréis de ella y ella, os respetará y os cuidará también a vosotros. Os he dicho que toda la Creación está viva y podréis vivir y sentir toda esa vida a vuestro alrededor. Vuestra misma mente será transformada, porque NO estáis capacitados ahora, para apreciar todas las bellezas que os rodean.
Creéis haber avanzado mucho desde que vuestros Primeros Padres cayeron y que perdieron todo. Pero no habéis avanzado gran cosa Mis pequeños, Satanás ha ido deteniendo vuestra recuperación, de las capacidades de vuestros Primeros Padres.
Os he dicho que NO hay evolución del hombre, sino recuperación de las capacidades que tenían vuestros Primeros Padres. No habéis avanzado gran cosa para recuperar lo que ellos tenían. Yo cuando creo algo, lo creo en perfección. Y ellos fueron creados en perfección y vosotros ahora distáis mucho de ello, pero mucho, Mis pequeños. No hay comparación de lo que ellos poseían antes del Pecado Original a lo que ahora vosotros poseéis.
Por eso, os he dicho que lo que ahora tendréis será como un parto, dolerá el proceso, pero en el alumbramiento, que va a ser la entrada al Nuevo Mundo que os daré, os hará olvidar el dolor pasado. Bellezas inimaginables conoceréis. No os podéis imaginar lo que Yo, como Dios, puedo proveer al hombre. Simplemente, dejaos mover por Mí y gozad lo que os daré. No elucubréis, porque NO os imagináis Mis Grandezas.
Ved el cielo en la noche, simplemente observad las grandezas del firmamento. NO tenéis capacidades para entender cómo está creado y está ahí, ante vuestros ojos. Cómo NO entra nada en caos y en Mi Poder, está todo ante vosotros, en orden.
Y así será con vosotros en este Cambio, entraréis nuevamente al Orden constituido al Principio de la Creación. Ahora estáis en Caos, tendréis que pasar estos momentos, como os dije, como el parto y volverá todo después, como al Principio. Confiad y agradeced desde ahora Mis pequeños, lo que gozaréis.
Yo os Bendigo ahora y por siempre, en Mí Santo Nombre, en el de Mí Hijo,
Salvador vuestro y en el del Espíritu de Amor y Vivificador. Mí Santa Hija, la Siempre Virgen Maria, os cuidará y os guiará para aplastar la cabeza de la serpiente del mal. Dejaos llevar por Sus Palabras de Amor y Salvación. Su ternura es excelsa. Hijitos Míos, ¡Cuánto os amo!
Os amo, Mis pequeños príncipes y os bendigo en Mí Santo Nombre, en el de Mí Hijo Jesús y en el del Espíritu Creador y Consolador.
72.- UN PLAN… ¿PERFECTO?
En la madrugada ya casi cerca del alba, Petronio y Marco Aurelio regresan a casa.
Durante el trayecto estuvieron silenciosos, pues se encontraron con las carretas que del Spolarium están conduciendo, los sangrientos despojos de los cristianos…
Cuando están en la biblioteca, Petronio dice a Marco Aurelio:
– ¿Has pensado en lo que te propuse?
– Sí.
– ¿Puedes creerme que para mí también esta cuestión, es ahora de vital importancia? Tenemos que liberarla a despecho del César y de Tigelino.
Es una batalla que debo ganar aunque me cueste la vida. Y lo que pasó hoy, me ha confirmado en mi propósito.
Marco Aurelio exclama emocionado:
– ¡Qué Cristo te lo pague con su Luz!
Petronio replica sin ocultar su preocupación:
– Mejor dile que nos ayude…
En ese momento entra el mayordomo y dice:
– Hay un joven que dice traer noticias de la amita.
Marco Aurelio responde anhelante:
– ¡Pásalo aquí!
Cuando lo llevan, el joven se descubre la cabeza.
Echa atrás la capucha de su capa, diciendo:
– ¿Está aquí el noble Marco Aurelio Petronio?
Éste exclama al reconocer al hijo de Isabel:
– ¡Oh, David! ¡Eres tú hermano mío! La paz sea contigo. ¿Qué deseas?
– Y también contigo, hermano. Vengo de la prisión y traigo noticias de Alexandra.
El tribuno puso una mano en el hombro del joven. Lo miró a los ojos sin poder hablar.
Pero David comprendió y dijo:
– Ella vive todavía. Bernabé me manda a decirte que en su delirio, ella ora y repite tu nombre.
Marco Aurelio exclamó:
– ¡Gracias a Dios! ¡Alabado sea Jesucristo!
David contestó:
– Por los siglos de los siglos. Amén. La enfermedad la salvó de la violación y de la muerte. A ella no se la pudieron llevar con los jóvenes destinados a la diversión del César.
Marco Aurelio y Petronio intercambian una mirada de mutua comprensión, al recordar los sucesos del frustrado banquete y el encuentro de Nerón con los jóvenes en el Circo. Y en las teas…
David continúa:
– Los verdugos temen al contagio. Bernabé y Mauro el médico, velan día y noche a su lado.
Petronio pregunta:
– ¿Tiene siempre los mismos guardianes?
– Sí. Y está en el aposento de ellos. Todos los presos que estaban en el calabozo inferior del tullianum, murieron de hambre o de fiebre, a causa del aire infectado.
– ¿Quién eres tú?
– Soy el hijo de la viuda donde se hospedó Marco Aurelio y recuperó su salud.
– Entonces también eres cristiano.
El joven contesta contundente:
– Sí. Soy cristiano.
– ¿Y cómo es que puedes entrar y salir libremente de la prisión?
David mira interrogante, primero al joven tribuno…
Éste afirma con la cabeza.
Y David contesta:
– Me tomaron para la faena de transportar cadáveres y acepté el oficio porque así puedo ayudar a mis hermanos y llevarles noticias del exterior.
Petronio miró con más atención el rostro bien parecido del joven. Sus enormes y bellos ojos azules y el rubio cabello abundante y ondulado.
– ¿De qué país eres?
– Soy Galileo de Palestina.
– ¿Nos ayudarías a liberar a Alexandra?
– Claro que sí. Aunque en ello me vaya la vida…
– Di a los guardias que la coloquen entre los muertos. Y sáquenla durante la noche. Cerca de las fosas pútridas habrá gente aguardando con una litera y se la entregarás a ellos.
– Hay un hombre encargado de quemar con hierro candente, los cuerpos que sacamos de la prisión, a fin de comprobar que sí son cadáveres…
Pero ese hombre puede ser sobornado y no quemará la cara de los muertos, ni tocará absolutamente el cuerpo.
Petronio aconsejó:
– Prométele todo el oro que sea necesario. Y busca auxiliares seguros.
– Así lo haré. En la prisión misma o en la ciudad, por dinero son capaces de todo.
Marco Aurelio pregunta:
– ¿Podría ir contigo como un asalariado?
Pero Petronio objetó con fuerza:
– ¡No! Eso no. Los pretorianos podrían reconocerte, aún con tu disfraz. Y entonces, todo estará perdido. Tú no debes ir a ningún lado.
Es necesario que tanto el César como Tigelino estén convencidos de que ella ha muerto, pues de otra manera ordenarán su persecución inmediata.
La única manera de alejar sus sospechas, es que después de que se la hayan llevado a los Montes Albanos o a Sicilia, nosotros permanezcamos aquí en Roma.
Un mes después te enfermarás tú y llamarás al médico de Nerón, que te prescribirá un viaje a las montañas y entonces tú y ella se reunirán de nuevo. Y luego…- se detiene unos momentos meditando…
Y luego agregó con un ademán:
– ¿Quién puede conocer el futuro? Pueden venir otros tiempos…
Marco Aurelio exclamó:
– ¡Petronio! ¡Tú estás hablando de Sicilia, mientras que ella está gravemente enferma y puede morir!
– Dejémosla al principio, cerca de Roma. Bastará el aire puro para que se restablezca.
Lo importante es que logremos sacarla de la prisión. ¿No tienes tú en las montañas algún administrador en el que puedas confiar?
– Tengo uno cerca de Tibur. Hay un hombre que me llevó en sus brazos cuando era niño y siempre me ha amado.
Petronio le pasó unas tablillas y dijo:
– Escríbele que venga mañana. Enviaré un correo al punto. -Y llamó al mayordomo, para darle las órdenes oportunas.
Marco Aurelio dijo:
– Quisiera que Bernabé la acompañase, así estaría yo más tranquilo.
Petronio objetó:
– ¡No! Que él salga como pueda, pero no al mismo tiempo que ella, porque lo seguirán y terminarán por encontrarla. ¿Acaso quieres perderte y perderla?
Os prohíbo que digáis a Bernabé, ni una palabra… ¡O no cuenten conmigo!
Marco Aurelio reconoció la cordura de estas palabras y guardó silencio.
David entonces, pidió permiso para retirarse y prometió volver al día siguiente.
El tribuno acompañó a David a la puerta y éste le dijo:
– Voy a sobornar a uno de mis compañeros con los que sacamos los cadáveres. No revelaré a nadie nuestro plan. Sólo al apóstol Pedro, cuando vaya a nuestra casa.
– Aquí puedes hablar libremente. Espérame… Iré contigo, hablaré personalmente con él y le pediré consejo.
Y ordenó que le trajeran un manto y una túnica de esclavo.
Se despidió de Petronio diciéndole a donde iba. Y los dos salieron juntos.
Petronio se quedó solo en la biblioteca y exhaló un profundo suspiro, mientras se decía a sí mismo:
– Y yo llegué a desear que ella muriera de la fiebre, porque era menos terrible para Marco Aurelio. Pero ahora, ¡Ah! ¡Enobarbo!… Tú has querido hacer de la angustia de un esposo, un espectáculo.
Y tú Augusta, has tenido envidia de la hermosura de la doncella y quisieras devorarla viva, como el odio que te devora a ti porque ha muerto tu pequeño Rufio Crispino. ¡Oh, dioses! y…
¡Tú Tigelino, anhelas destruirla por tu rivalidad conmigo y quieres vengar en ella, tu enojo contra mí! Pero… ¡Ya lo veremos! Os digo a todos que en lo que de mí dependa: ¡No ganaréis! ¡No! ¡NO!
Si ella no muere por esa fiebre, os la voy a arrancar de tal forma, como ni siquiera sospecháis. Y luego, cada que os encuentre me diré: “He aquí a estos imbéciles, a quienes ha burlado Tito Petronio Níger”
Y satisfecho con estos pensamientos, se dirigió al triclinium a comer con Aurora.
Afuera el viento arrastra pesadas nubes que se van agrupando. Y luego se desata una tempestad, en aquella tranquila tarde estival.
A intervalos retumban los truenos entre las siete colinas.
Cuando regresó Marco Aurelio, Petronio fue a su encuentro:
– ¿Qué pasó?
Marco Aurelio se arregló el cabello empapado por la lluvia y contestó:
– David habló con los guardias y ya hablé con Pedro, quién me ha mandado que ore y tenga Fe.
– Eso está muy bien. Si todo resulta como lo esperamos, la sacaremos mañana por la noche.
– Octavio debe estar aquí al rayar el alba, acompañado de algunos hombres.
Petronio concluye:
– El camino es corto. Ahora ve a descansar.
Pero el tribuno fue a su cubiculum solo para ponerse de rodillas y orar fervientemente.
Al amanecer, Octavio el administrador llegó trayendo consigo: mulas, una litera, un carro y cuatro hombres de confianza, elegidos entre sus esclavos de la Galia y quienes se han quedado en una posada del Transtíber.
Marco Aurelio, que ha velado toda la noche; fue al encuentro de Octavio.
Éste, al ver a su joven amo, lo saludó cariñosamente, diciendo:
– Amado mío, tú estás enfermo o los sufrimientos te están acabando. Estás tan demacrado que apenas si te puedo reconocer.
Marco Aurelio lo condujo por la galería y lo hizo partícipe de su secreto…
Octavio le escuchó con atención.
Su enjuto y atezado semblante, se llenó de una emoción que no intentó ocultar:
– ¡Entonces ella es cristiana! –exclamó con una interrogante implícita en su mirada anhelante.
Marco Aurelio contestó comprendiéndolo:
– Yo también soy cristiano.
El anciano exclamó sin reprimir las lágrimas:
– ¡Alabado sea Jesucristo!
Y orando en voz alta, agregó:
– Te doy gracias Señor, por haber dado la luz al alma que me es más cara en el mundo.
Y abrazando al joven tribuno, llorando de felicidad, lo besó en la frente.
Luego llegó David.
Después de los saludos, Octavio dijo a Petronio:
– ¿Y tú noble patricio, también eres cristiano?
Petronio contestó sonriente:
– Todavía no, Octavio. Pero lo estoy considerando…
Entonces David le dijo a Marco Aurelio:
– ¡Traigo buenas noticias! El Señor te manda decir a través de Mauro el médico, que Alexandra vivirá aun cuando tenga la misma fiebre, que en el Tullianum está matando a los prisioneros. Que recuerdes que Dios es el Dueño de nuestra vida y es el Único que marca el fin de la misma.
Lo de los guardias y el que supervisa los cuerpos, está arreglado. Artemio el ayudante, también aceptó. El único peligro es que ella pueda gemir o hablar, cuando pasemos junto a los pretorianos.
Pero está muy débil y no ha abierto los ojos en toda la mañana. Además, le llevé un narcótico que Mauro me dio.
Mientras David dice todo esto, Marco Aurelio se puso pálido…
Y Petronio preguntó:
– ¿Sacarán otros cuerpos de la prisión?
– Anoche murieron más de doce y antes de que termine el día, tendremos más cadáveres. Iremos con otros individuos; pero tenemos un plan para poder retrasarnos a cierta distancia y para que no se den cuenta, os la entregaremos.
Ustedes nos esperarán en un punto determinado.
David:
– ¡Quiera Dios que la noche esté lo suficientemente oscura!
Octavio dice:
– ¡Lo estará! Aunque no estuviera nublado, la luna está muy tierna y Dios nos ayudará.
Marco Aurelio cuestionó:
– ¿Iréis sin antorchas?
David contestó:
– Las antorchas sólo las llevan los que van adelante. Transportamos los cadáveres, después del anochecer.
Petronio interviene:
– Marco Aurelio y yo iremos con vosotros.
El tribuno exclama:
– ¡Sí! ¡Sí! Yo tengo que estar ahí. Yo mismo la trasladaré a la litera.
Octavio agrega:
– Yo la llevaré a Tibur y allí la cuidaré con mi vida.
Petronio confirma:
– Entonces hagámoslo.
Y cada quién se ocupa de lo suyo.
Octavio se fue a la posada a dar instrucciones a los suyos.
David guardó la bolsa con oro bajo su túnica y se fue a la prisión.
Y para Marco Aurelio comenzó un día de zozobra, angustia, sobreexcitación y esperanza…
Petronio dice esperanzado:
– El proyecto debe dar buenos resultados porque ha sido bien estructurado.
Es imposible inventar un procedimiento mejor. ¡Es un plan perfecto! ¿Qué podría fallar?
Tú deberás arrostrar un dolor profundo y vestir de luto. No abandones el Anfiteatro. Es necesario que te vean allí.
Todo está dispuesto de tal forma que no puede fracasar. Pero ¿Estás perfectamente seguro de tu administrador?
Marco Aurelio totalmente seguro, dijo por toda explicación:
– Es cristiano.
Petronio contestó reflexivo:
– Después de todo lo que he presenciado, lo que me extraña es que esta religión no se haya extendido a todo el imperio. Es mejor que descanses. Nos espera una jornada muy agitada.
Y los dos se retiran a descansar.
Más tarde se encuentran en el atrium.
Y dice Petronio:
– Fui a la casa de Tiberio. Fui expresamente a dejarme ver y jugué a los dados. Mañana piensan exhibir a los crucificados, aunque tal vez la lluvia lo impida. Pero tú no la verás en la Cruz. ¡La tendremos en Tíbur!
Vamos, come aunque solo sea un poco y luego nos iremos. Ya comenzó a llover y pronto será de noche. Tal vez esto sea favorable para nosotros.
– No puedo comer nada. Mejor vámonos. Es posible que a causa de la lluvia, transporten los cadáveres más temprano.
– Está bien. ¡Vámonos!
Y cubriéndose con sus mantos salen.
Petronio lleva su espada, para protegerse.
La ciudad está desierta en las calles a causa de la tempestad. Avanzan rápido y se reúnen con Octavio.
Buscaron refugio para protegerse del granizo, cuando la lluvia arrecia.
La temperatura bajó y comienza a hacer frío. Llegaron al lugar convenido y esperaron…
Después de un rato, la tormenta se calma y…
Octavio dice:
– Veo una luz a través de la neblina. Son tres antorchas…
Petronio y Marco Aurelio exclaman:
– ¡Ya vienen!
– ¡Son ellos!
La procesión se fue acercando…
Pasaron frente a ellos y siguieron su marcha.
No pueden creer lo que está sucediendo…
Lo que sucedió a continuación, fue como una bomba…
Finalmente oyeron la dolorida voz de David:
– Se la llevaron con Bernabé a la cárcel del Esquilino. La trasladaron al mediodía y cuando llegué, ya no estaban…
Cuando regresan a la casa, Petronio está tan triste que ni siquiera intenta consolar a su sobrino.
Comprende que liberar a Alexandra de los calabozos del Esquilino, en el Palacio de Tiberio; es prácticamente imposible.
Es evidente que la sacaron del Tullianum, porque no quieren que muera allí y pueda escapar a la suerte que le han preparado en el Anfiteatro.
Y ahora deben haber aumentado la vigilancia y la custodia sobre ella.
La venganza de Popea continúa implacable…
Desde lo íntimo de su corazón lo siente por los dos.
Todos sus esfuerzos han resultado infructuosos y el amargo sabor del fracaso lo invade con toda su plenitud. Es la primera vez que lo que más ha deseado, no alcanza el éxito.
Y en lo que él considera hasta hoy, que es el combate más importante de su vida, ha sido vencido.
Y se dijo a sí mismo:
– ‘La fortuna parece abandonarme’
Su ánimo está totalmente deprimido.
Y al mirar a su sobrino, se quedó desconcertado…
Éste está totalmente sereno y no entiende porqué…
¡Entonces recordó a Joshua cuando estaba siendo torturado en la parrilla!
A su vez, Marco Aurelio, que está lleno de Paz,
Dice firme y convencido:
– Jesús me la devolverá. Pase lo que pase… Él me la regresará… –y una sonrisa de esperanza ilumina su semblante.
Sobre Roma se escuchan los últimos retumbos de la tempestad.
Durante tres días, la lluvia azotó la ciudad sin interrupción. Hubo trombas y granizadas que interrumpieron los espectáculos programados.
El pueblo comenzó a alarmarse y empezaron los rumores. Temen por la próxima vendimia.
Un rayo fundió la estatua de Ceres en el Capitolio y se ordenó la ofrenda de sacrificios en el templo de Júpiter Capitolino.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
71.- LAS TEAS HUMANAS
Entre los jóvenes que iniciaron el espectáculo principal, que iban desnudos en las carretas y coronados con flores, están los cuarenta y cinco mártires del frustrado banquete del Palacio de Tiberio.
El césar ordenó que fuesen atados a los postes pequeños en el círculo que rodeaba el escenario. La mitad pereció con las fieras. Doce hombres y doce mujeres, fueron tomados en el primer martirio.
Los otros regresaron junto con otros supervivientes, poco heridos y algunos, prácticamente ilesos. Todos fueron incluidos para el espectáculo nocturno.
Nerón estuvo pendiente de ellos y se dio cuenta de que a Joshua las fieras ni siquiera se le acercaron. Es más, parecían huir de él. Como si una invisible presencia, las espantase…
A lo largo del camino del Circo al Palacio de Tiberio. En las vías principales y en todos los jardines imperiales y públicos, han sido colocados postes, como de cinco metros de altura y que ya están listos para ser utilizados.
El sol desciende hacia su ocaso y parece disolverse en los rojizos fulgores de la tarde. El espectáculo ha terminado.
La multitud sale del anfiteatro y se encaminan hacia los jardines. Solamente los augustanos se quedan en el Pódium, esperando a que el César regrese, después de haber cantado su Troyada.
Aun cuando los espectadores no le escatimaron los aplausos, Nerón no está satisfecho, ya que él esperaba un mayor entusiasmo, casi rayano en el frenesí.
Tigelino le hace notar que ya empezó a anochecer y que apenas hay tiempo para iniciar los Juegos Nocturnos.
El César hace un gesto de fastidio, pero luego asiente y les dice a todos:
– Tienes razón. ¡Vámonos!
Y salen hacia los jardines imperiales. Por las calles, puentes, plazas, por todas partes se oyen los gritos:
– ¡Semaxii! ¡Sarmentitii!
En Roma ya se ha presenciado antes el espectáculo de hombres quemados en postes, pero jamás se había contado para tal suplicio con tan enorme cantidad de víctimas.
El César y Tigelino, en su obsesión con exterminar a los cristianos, han decidido usarlos como antorchas para iluminar la noche. Pretextando que es preciso acabar con el contagio que diezma las prisiones y que desde allí se puede propagar por toda la ciudad.
Por eso ha dado la orden de vaciar todos los sótanos, dejando en ellos tan solo un centenar de personas destinadas al espectáculo final.
Por este motivo, por toda la ciudad se ven postes y agujeros alternados. Porque Nerón ha ordenado que por exceso de prisioneros, unos sean antorchas y otros serán crucificados.
Así que al salir a la calle se ven los postes revestidos de una capa de pez. Decorados con flores, mirtos y hiedras, parecen mástiles de buques o astas de banderas plantados en la tierra, junto a los agujeros donde estarán las cruces de los crucificados.
Conforme la noche avanza y empiezan a brillar las estrellas en el firmamento, los condenados son atados a los postes y cerca de cada uno de ellos, se para un esclavo antorcha en mano.
Y cuando se deja oír el toque de las trompetas que anuncia el inicio del espectáculo, se hace un silencio expectante. Luego, se oye el agudo sonido del cuerno y los esclavos prenden los postes.
La paja oculta bajo las flores arde al instante, soltando una llamarada, la cual empieza a ascender y con sus crepitantes lenguas, encienden las ‘Túnicas dolorosas’.
Y en ese momento los cristianos se convierten en teas vivas que se consumen con el fuego y son las antorchas que iluminan toda la ciudad de Roma.
Y sin embargo NO se escucha un solo lamento. NI un solo quejido.
De aquellas gargantas se eleva un canto y una plegaria:
“PATER NOSTER…”
Desde que sonaron las trompetas, también hace su presentación el César, dirigiendo una espléndida cuadriga, tirada por cuatro soberbios corceles blancos.
Viste de auriga, con el color de los rojos, que son sus favoritos. Le siguen otros carros, con todos sus cortesanos y sus músicos disfrazados de faunos y sátiros, tocando sus instrumentos musicales.
Hombres y mujeres ataviados lujosamente y muy alegres.
Alrededor de la cuadriga del emperador, corren hombres que blanden tirsos adornados con cintas. Y otros, tocando tamboriles o esparciendo flores a su paso.
Toda aquella colorida multitud avanza a los gritos de: ¡Evóe!
Y aquello fue un delirante desfile entre las hileras humeantes, de los cuerpos de los cristianos que iluminan la sanguinaria y despiadada fiesta de crueldad…
En el carro de Petronio, van Marco Aurelio y Séneca, inmediatamente después de la cuadriga de Nerón…
El César va acompañado de Tigelino y de Haloto, en cuya compañía se complace grandemente.
Y guiando los caballos avanza a trote lento, mirando los cuerpos que arden y oyendo los gritos de la multitud.
De pie sobre el espléndido carro dorado, escuchando los vítores y aclamaciones de la gente, iluminado por las antorchas humanas que arden sin lamentarse, llevando en la cabeza, la corona de laurel.
Con sus brazos desnudos asidos a las riendas, con una sonrisa sarcástica y sus salientes ojos azules entrecerrados.
Nerón, sostenido por su egolatría, se conduce como una deidad terrible, dominante y poderosa.
A veces se detiene cuando se encuentra con una víctima que por una oscura razón llama su atención, lo observa…
Asoma una maligna sonrisa de satisfacción en su rostro que se contrae con un gesto de placer indescriptible y diabólico.
Luego prosigue su marcha, seguido por su séquito excitado y turbulento.
De vez en cuando saluda al pueblo y recibe los homenajes a su divinidad y a su auto declarado e innegable talento, como el mejor histrión de su época.
Y también el mejor cantante y compositor que las musas hayan inspirado.
Y cuando más saborea su victoria…
Se topa cara a cara con Joshua, que lo mira sonriente desde su patíbulo flameante…
El joven parece el pistilo de un tulipán color naranja y dorado, por las llamas que lo rodean.
Y le dice con voz sonora y triunfante:
– ¡Te dije que el fuego purifica! ¡Gracias! ¡Porque tú eres el instrumento que me lleva a la verdadera Vida! ¡Emperador, abre los ojos y contempla la verdadera gloria!…
El mártir muestra su júbilo en un rostro resplandeciente.
¡Lo más sorprendente es que su magnífico cuerpo luce intacto!
Es una enorme antorcha fulgurante y asombrosa.
Las llamas hacen un marco glorioso a su imponente prestancia varonil…
Nerón se repone pronto del impacto y espolea sus caballos…
Sólo para encontrarse más adelante, con la majestuosa hermosura de Margarita.
También su cuerpo escultural, es lamido por las rojas lenguas de fuego.
Pero la blancura luminosa y alabastrina, se ha vuelto casi transparente y parece fundirse con el fuego que la cubre con un vestido resplandeciente…
Parece un sol refulgente y llameante.
La virgen lo ve desde su flamígero patíbulo.
El fuego parece como si la respetase.
Su negra cabellera ondea con el viento y sus ojos azules lo miran con severidad…
Mientras su voz resuena majestuosa:
– ¡Oh, César! Te lo dije y te lo repito. Satanás es un amo cruel y despiadado. ¡Anda! Sube tú a mi patíbulo, a ver si él te defiende, como mi Señor lo hace conmigo.
¡No eres más que un pobre hombre y tu poder no es más que polvo! Pronto iré al encuentro con mi Señor Jesucristo y mi muerte es gloriosa…
¿Y la tuya? ¿Cómo será la tuya emperador?…
Reflexiona… Cuándo tiemblas a cada paso que das y deben probar tus alimentos, porque ni siquiera puedes comer tranquilo.
¡Oh, César que confías en tu poder tan engañoso! ¡Y sólo eres la marioneta y el esclavo del Homicida por excelencia!…
Margarita lo mira con infinita piedad.
Nerón se queda petrificado y luego espolea con furia sus caballos, como si desease huir…
Da vuelta en una calle que también está llena de postes llameantes.
Y en el colmo de los colmos…
Esa noche, se topa con Oliver, que también es una antorcha viviente.
Como si una fuerza irresistible lo obligase detiene su carro y le es imposible apartar la mirada…
Que se cruza con la del valiente joven que le dice con firmeza:
– El poder siempre tiene un límite dado por Dios. Y esto es para recordarnos que solo somos hombres y necesitamos de Él.
Mira a tus dioses, emperador, ¿Te consuelan? ¿Te perdonan? ¿Te aman?…
Porque Jesús hace todo esto y mucho más…
Y una voz en el poste de enfrente, completa con majestad:
– Los tormentos que se sufren con amor y por amor a Dios nos glorifican.
Recuérdalo César y contempla con detenimiento a los que has querido destruir…
Nerón voltea y reconoce a Iván.
Pero antes de que pueda replicar nada…
Otra voz en el poste de al lado, lo remata:
– Reconoce, ¡Oh, emperador! Que tus dioses NO son dioses.
Eres un hombre aterrado aunque estés lleno de poder y de riqueza.
Nuestro Dios: Jesucristo. Es el Único Dios Verdadero. ¿Qué es tu fuego?…
¡¡¡Míranos!!! Nosotros vamos a la Vida y tú vas hacia el Infierno, donde te espera Satanás y la Muerte Eterna…
Daniel, el joven que tan gravemente hiriera la noche anterior, ha hablado fuerte y sonoro.
Luego eleva su hermosa voz, en un canto al que se unen los demás ajusticiados:
¡ALELUYA!
Los Cielos cantan las Obras del Señor
Y proclama el firmamento
Las Obras de sus Manos
¡Qué bueno es cantar a Dios!
¡Qué agradable y delicioso el alabarle!
Reconstruye el Señor Jerusalén
Reúne a los desterrados de su Pueblo
Sana los corazones destrozados
Y venda sus heridas.
Él cuenta las estrellas una a una
Y llama a cada una por su nombre
Grande es nuestro Dios, todo lo puede
Nadie puede medir su Inteligencia.
Tiende el Señor su Mano a los humildes
Pero humilla hasta el polvo a los impíos
Entonen a Jesús la acción de gracias
En honor a nuestro Dios toquen el arpa.
Porque Él viste los Cielos con sus nubes
Y prepara las lluvias de la Tierra
Hace brotar el pasto de los cerros
Y las plantas que al hombre dan sustento.
¡Glorifica al Señor Jerusalén y a
Jesús ríndele honores, Pueblo amado!
Los reyes de la Tierra y todas las naciones
Príncipes y gobernantes de la Tierra
Jóvenes y doncellas,
Los ancianos junto con los niños
Alaben el Santísimo Nombre de Jesús.
Solo su nombre es sublime
Su Majestad se eleva
Sobre la Tierra y el Cielo
Y ÉL ha dado a su Pueblo Gloria.
Esta es la alabanza de su Pueblo
De los hijos de Dios
Que el Padre ha elegido
¡Amén! ¡Aleluya!
Canten al Señor un canto nuevo
Alábenlo en la Asamblea de sus santos
Alégrese su Pueblo en su Creador
Que los hijos de Dios se alegren en su Rey
Porque Jesús ama a su Pueblo
Y viste de gloria a los humildes.
Alégrense los salvados en su gloria
Y griten de gozo en sus tronos…
¡Aleluya! ¡Grande es nuestro Dios!
¡Grande para siempre, mi Señor Jesús!
El canto resuena triunfal.
Nerón espolea sus caballos y sale disparado, dejando atrás a su séquito, tan estupefacto, como la multitud que lo rodea.
Petronio, los contempla asombrado… Pero hay en su mirada algo diferente…
Luego todos continúan la marcha, tratando de alcanzar a su emperador.
Y lo que había sido montado como un entretenimiento y diversión, para el pueblo romano y su César, se convirtió en un acontecimiento que va pasando de boca en boca…
Con un murmullo de admiración que hizo que muchos se detuvieran ante los postes donde flamean las teas humanas…
Y se preguntasen llenos de sorpresa:
– ¿Cómo es posible que fueran tantos los criminales?
– Y ¿Cómo entre ellos han sido ajusticiados, tiernos niños apenas capaces de caminar?
– ¿Y otros que ni siquiera han salido de la infancia estén en el suplicio, como incendiarios de Roma?
Y de la curiosidad pasan al asombro.
Y gradualmente se llenan de temor.
Miran a los mártires y no comprenden su forma de enfrentar tanto los tormentos, como la muerte misma.
¡Jamás habían presenciado algo semejante!…
Nerón regresó a su palacio y se refugió en sus habitaciones. Se cambió de ropa. Nunca se ponía las mismas vestiduras dos veces. También cambió su collar de rubíes por otro casi igual.
Se siente muy fastidiado…
Después de un rato, oyó llegar a su comitiva y se reunió con ellos, en el banquete de esa noche y que había tenido un preámbulo tan inesperado como desagradable.
El encuentro con los cristianos lo puso de mal humor.
Pero lo disimuló con rapidez y se puso a presidir los festejos que habían sido organizados, para cerrar los Juegos de ese día.
La música, las flores, las viandas, el vino, los perfumes, las danzas… Nada logra distraerlo.
Volvió a cantar su Troyada y a pesar de los atronadores aplausos y las aclamaciones, su ánimo no mejoró.
En vano resuenan ahora en sus oídos, verdaderos himnos de alabanzas.
En vano las vestales le besan su divina mano…
Y Rubria reclinándose en su pecho, le manifiesta una delirante admiración, mientras le contempla con embeleso.
Pitágoras y Esporo, no se cansan de alabarle su ‘genio’ de compositor.
Pero Nerón no está satisfecho y no disimula su fastidio.
Además, le sorprende perturbándole al mismo tiempo, el silencio obstinado que guarda Petronio.
Cualquier frase ingeniosa y lisonjera de sus labios, hubiera sido para él un gran consuelo.
Finalmente, incapaz de contenerse por más tiempo, el César lo llamó y lo invitó a que se sentara junto a él.
Luego, cuando Petronio tomó la copa que el emperador le alargó…
Le ordenó:
– ¡Habla!
El augustano contestó fríamente:
– Guardo silencio, porque no encuentro palabras. Te has excedido a ti mismo.
Nerón replicó impaciente:
– Así me pareció a mí también. Sin embargo esa gente…
– ¿Acaso esperas que esos ineptos sean capaces de comprender la poesía?
– Es que tampoco han sabido apreciar justamente mis méritos.
– Porque has elegido un mal momento…
– ¿Cómo?
– Cuando la ola de sangre obnubila el cerebro de los hombres, es imposible que no distraiga su atención.
Nerón apretó los puños y exclamó:
– ¡Ah! ¡Esos cristianos!… Incendiaron Roma y ahora me injurian en mi arte…
¿Qué nuevos castigos deberé inventar para ellos?
Petronio vio que sus palabras fueron contraproducentes al efecto que él pretendía. Así que para desviar la atención del César, se inclinó hacia él,
Y le dijo al oído:
– Tu canción es maravillosa, pero tengo que hacerte una observación: en el tercer verso de la cuarta estrofa, el metro deja algo que desear…
Nerón se ruborizó intensamente, como si lo hubieran sorprendido en un acto vergonzoso.
Se dibujó una expresión de temor en su mirada…
Y contestó en voz muy baja también:
– Tú lo ves todo. Ya lo sé. Voy a rehacer ese verso. Pero creo que nadie más lo notó. Y tú no lo digas a nadie, si en algo estimas la vida.
Petronio contestó con fingida indignación:
– Condéname a la pena capital. ! Oh, divinidad! Yo no te engaño y no le temo a la muerte.
– No te enfades. Bien sabes que te amo.
– Mala señal. –pensó Petronio.
– Mañana después de la fiesta, voy a encerrarme a pulir ese maldito verso. Porque tal vez aparte de ti; lo pudo haber notado Séneca, Paris o Lucano. Pero pienso librarme pronto de ellos.
Entonces mandó llamar a Séneca y declaró que lo mandaba con Cluvio Rufio y Atico Vestinio a recorrer Italia y las demás provincias, en busca de dinero para terminar la reconstrucción de la ciudad.
¡Y debía tomarlo de donde fuera y como fuese necesario!
Pero Séneca comprendió que el encargo de Nerón era solo una obra de rapiña, pillaje y sacrilegio.
Y se negó rotundamente a participar:
– Es necesario que me retire al campo, señor. A esperar allí la muerte, porque estoy viejo y mis nervios están muy enfermos.
Los nervios iberos de Séneca están más sanos y fuertes que los griegos de Prócoro.
Su salud en general, está un poco quebrantada y ya es solo una sombra, del hombre que un día fuera. Sus cabellos han encanecido por completo.
El mismo Nerón al mirarlo, reconoce que no tendría que esperar mucho tiempo la muerte de aquel hombre.
Y contestó:
– No quiero exponerte a las fatigas de un viaje tan extenso, pero el afecto que siento por ti, me hace retenerte a mi lado.
Así que en vez de ir al campo, te quedarás en tu casa y descansarás allí. Ya pensaré, a ver a quién mando.
Todos están encantados al ver que el César ha recuperado su buen humor y empieza a bromear como siempre.
Y mirando a su alrededor, se queda viendo a Prócoro Quironio…
Y éste se acercó diciendo:
– Aquí estoy. ¡Oh, radiante hijo de Apolo! Me sentía mal, pero tú canto me ha restablecido.
– Te voy a mandar a la Acaya. Tú sabrás hasta el último sestercio, cuanto hay en cada templo.
– ¡Mándame, divinidad! ¡Y los dioses te pagarán un tributo superior a cuanto hayas tenido hasta ahora!
– Bien quisiera. Pero no quisiera privarte de presenciar los próximos Juegos.
– ¡Oh!…-suspiró Prócoro
Los augustanos rieron y exclamaron:
– No señor.
– No prives a este valiente griego de admirar los juegos.
El griego suplicó:
– ¡Oh, hijo de Apolo! Estoy escribiendo un himno en tu honor y desearía pasar unos días en el Templo de las Musas, para implorarles su inspiración.
Nerón exclamó muy divertido:
– ¡Oh, no! Lo que quieres es escapar de los Juegos y no lo conseguirás.
– ¡Te juro, señor, que estoy escribiendo un himno! –dijo Prócoro angustiado.
– Entonces lo escribirás cuando puedas. Pide inspiración a Diana, después de todo, es hermana de Apolo.
Prócoro bajó la cabeza y miró con aire rencoroso a los presentes, que volvieron a reírse.
El César comentó:
– ¿Sabéis que de los cristianos destinados para el día de hoy, apenas se dispuso de la mitad?
Haloto, gran conocedor de todo lo referente al Anfiteatro, meditó un momento y dijo:
– Los espectáculos que se presentan sin armas y sin arte, duran más y son menos entretenidos.
– Ordenaré entonces que les den armas. –contestó Nerón.
Tigelino dijo:
– Eso podría provocar disturbios y al reprimirlos, te acusarán de que eres muy cruel.
– Los actos de un hombre pueden ser crueles, a pesar de que él mismo no sea cruel.
Haloto interviene rápido:
– ¡Oh, divinidad! Si esto va a prolongarse y para evitar disturbios, sería conveniente llevar a los cristianos a los tribunales.
Con el edicto que has decretado, por el hecho de confesarse cristianos, de negarse a sacrificar los dioses o a tu altar divino César, podrán ser sentenciados sumariamente.
Si se retractan de su Dios y su religión y aceptan sacrificar a nuestros dioses, otórgales tu perdón.
Y así ya nadie podrá acusarte de crueldad o de que no eres generoso.
Nerón se queda pensativo unos momentos…
Y luego, con su rostro iluminado con una gran sonrisa, dice:
– ¡Estupenda idea! Encárgate de trasmitirla al senado. Te firmaré el ordenamiento de esa nueva ley.
Tigelino muestra en su rostro una sonrisa de triunfo y mira a Petronio con maligna crueldad…
Antes de clavar la puntilla contra su enemigo mortal, en esta noche gloriosa…
Y dice al emperador:
– De esta manera, los nuevos cristianos que sean arrestados, aunque sean de familias patricias, podrán ser condenados por crimen de lesa majestad.
Nerón no puede ocultar su felicidad al declarar:
– Y todos los cristianos serán exterminados junto con su perniciosa religión, que está llena de criminales. –al ver su plan completamente redondeado con una nueva forma de lavarse las manos y poder desentenderse de tan enojoso asunto.
Sabedor del carácter cruel y sanguinario de Haloto, agregó:
– A partir de hoy, tú te encargarás del exterminio de los cristianos y de la aplicación de las leyes contra ellos.
Petronio y Marco Aurelio se miran fugazmente.
HERMANO EN CRISTO JESUS: