En el atrium de la rica villa enclavada entre los viñedos y los olivares, el imponente funcionario miró a la joven con una apasionada súplica,
Y dijo:
– Por favor Sarah, piénsalo y no me rechaces más. Te estoy ofreciendo ser la reina de mi corazón, de mi hogar y de mi vida. Serás la esposa del Procurador y tus deseos serán órdenes en toda Sicilia.
La joven lo miró con sus grandes ojos castaños y levantando sus dos manos tratando de evitar que se acerque más a ella,
Le contestó:
– Santino, por favor entiende. Yo soy una virgen consagrada a mi Señor Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Y no puedo desposarme contigo, pues ya estoy casada con Dios.
Santino cerró los puños con exasperación.
Y exclamó:
– ¡Te prohíbo que lo vuelvas a nombrar! Ya no voy a suplicarte… No estoy dispuesto a seguir soportando tu desprecio hacia mí…
Ni tampoco tu aberración por ese estúpido culto por un judío ajusticiado por las leyes de Roma.
– Si eso es un ultimátum…
– ¡Lo es! Hasta hoy he sido tu más ferviente enamorado, pero si persistes en tu abominable rechazo, conocerás mi implacable ira…
Sarah se irguió aún más en su esbelta figura y levantando su rostro con una grave dignidad,
Declaró:
– Puedes hacer lo que quieras. Yo no puedo impedir nada de lo que digas; pues tambien reconozco en ti a la máxima autoridad romana.
Pero que te quede bien claro esto: Soy una virgen consagrada a mi Señor Jesucristo y… ¡No voy a casarme contigo!
Santino se volvió hacia el capitán de la guardia de los pretorianos que siempre le acompaña escoltándolo a todas partes,
Y le ordenó:
– ¡Llama a la decuria y arréstala!
Sarah dio un paso al frente y dijo al oficial con profunda gravedad:
– No hay necesidad de cadenas. Yo te acompañaré a donde me lleves…
Santino la miró furioso y dijo al soldado:
– Llévala con Afrodisia… Durante un mes servirá de entretenimiento a todo el que quiera solazarse con ella…
El oficial lo miró con la boca abierta, pero se rehízo rápidamente,
Y haciendo una reverencia dijo:
– Será como lo has dicho.
Ni un solo músculo en la cara de Sarah delató el impacto que acaba de recibir.
Y mentalmente oró, entregándose mansamente en las manos de sus captores.
Santino le dijo brutalmente:
– Despreciaste mi amor por tu abominable superstición…
Cuando tu virginidad haya sido disfrutada por la lujuria salvaje de todos lo que te apetezcan; vendrás suplicante a mis brazos, anhelando lo que ahora rechazas…
La madre de Sarah fue notificada,
Y la pobre mujer solo murmuró:
– Os la lleváis… Déjenme prepararle su equipaje…
Santino replicó tajante:
– No lo necesitará…
Sarah lo miró en silencio, con una compasión que exacerbó aún más la ira del Procónsul…
Y pidió con dulzura:
– ¿Puedo despedirme de mis padres?
– ¡Hazlo ya! Porque no volverás… A menos que recapacites…
La implícita amenaza retumbó como un trueno.
Y en los minutos que le fueron concedidos a solas con ellos, los padres la abrazaron con amor y la bendijeron.
Su padre le dijo:
– Hija mía, no claudiques. Estás preparada para dar el testimonio más glorioso, adelante con valor.
El Buen Pastor está velando por sus ovejas… Volveremos a vernos en el Cielo.
Y su madre al besarla en la frente, le dijo:
– Dios está contigo pequeña. Sé una guerrera invencible y no tengas miedo de nada. Estaremos orando por ti…
Y en medio de la decuria comandada por el oficial de los pretorianos que la mira con una admiración que no intenta ocultar, Sarah es conducida a la casa de la hetaira más famosa de la isla…
Sarah (La Princesa) creció en el seno de una de las familias más nobles e ilustres de Sicilia.
Sus padres cristianos desde su más tierna juventud, la consagraron a Dios en cuanto supieron que una nueva perla de amor había llegado al mundo y que viviría para dar gloria a Dios, la Santísima Trinidad, el Creador.
Poseedora de una extraordinaria belleza física y un corazón fuerte y valeroso; en cuanto empezó a tener uso de razón, la hermosa niña decidió ser una virgen consagrada.
Cuando cumplió 14 años, el Procurador Santino se enamoró perdidamente de ella, atraído por su singular belleza e indudable linaje y riqueza.
La asediaba constantemente, hasta que la joven virgen, obligada por el acoso de este hombre obsesionado por poseerla a costa de lo que sea, huyó a Roma.
Y durante más de tres años, Sarah estuvo evangelizando en la Puerta del Cielo…
Hasta que después del gran incendio y por el Edicto de Nerón, el apóstol Pedro le ordenó regresar a Sicilia para preservar su vida, pues aun no es la hora de su martirio…
Pero Santino no la había olvidado, al contrario; cuando tres meses después sus espías le confirmaron que Sarah había regresado, se apresuró a buscarla y fue a su casa…
Cuando estuvo frente a ella, su pasión por la virgen cristiana había llegado a tal punto, que se convirtió en una hoguera… al ver que el tiempo transcurrido había convertido el virginal botón en una rosa esplendorosa, que lo fascinó todavía más.
Y con apasionados argumentos ha tratado de convencerla para que acepte ser su esposa. Ha puesto todo lo que posee a los pies de Sarah…
Pero ella lo rechazó rotundamente una vez más y esto es demasiado para el orgullo del romano.
Ante la firmeza de la esquiva joven, el despecho de Santino tiene el objetivo de hacerle perder la fe y la pureza.
Por eso ha ordenado que la lleven a la casa la poderosa sacerdotisa del culto a Afrodita, cuyas cinco hijas también practican la prostitución sagrada en el templo del amor dedicado a la diosa griega…
En cuanto llegan a la lujosa mansión de Afrosisia, la mujer es puesta al tanto de las órdenes del Procurador y le entregan la carta enviada por él…
Ella la recibe y lee el pergamino enviado por Santino, en el cual le ordena que los más poderosos filtros amorosos le sean dados en el agua que beberá y en todas sus comidas…
Y durante un mes estará sometida absolutamente a todos los rituales de la diosa, hasta que le sean quebrantados la voluntad y el espíritu; haciendo que reniegue de todos los juramentos hechos en la despreciable secta cristiana.
Además, desea que todos sus sentidos sean despertados en tal forma, que vea en Santino a un dios amoroso que debe ser adorado con todo su ser…
Y confía en que la joven estará dispuesta a amarlo con una devoción adictiva…
Afrodisia dice que todas sus órdenes serán acatadas puntualmente y al final del proceso tendrá en la joven a una adoradora total de Afrodita, lista para satisfacer de una manera absoluta, todos los deseos masculinos.
Y pronta para acatar hasta sus más mínimos caprichos…
Antonio el capitán de los pretorianos promete regresar en dos semanas, para ver la evolución de la orden del Procurador e informar a éste de los avances y el resultado, en el proyecto de la doncella que le está siendo encomendada…
Sarah por su parte, en esta peligrosa situación; repite constantemente las palabras del Salmo 17 (La súplica del inocente)
Y se aferra a este versículo: “Señor Dios: defiéndeme como a las pupilas de tus ojos. A la sombra de tus alas escóndeme de los malvados que me atacan, de los enemigos mortales que me asaltan”.
Cuando entran en el santuario, llegan hasta un recinto que preside una enorme estatua de la diosa, en medio de un estanque con muchas esculturas de delfines y una gran variedad de animales vivos: palomas, cisnes…
Y enormes vieiras con magníficas y extraordinarias perlas.
Los bivalvos semejan perfectamente la vulva femenina.
Todo en este sitio, evoca el amor erótico y la lujuria en su más gráfica expresión.
La enorme estatua de Afrodita, magnifica la estupenda belleza de la diosa del amor.
El lugar está rodeado por un jardín con muchos árboles: granados, manzanos, naranjos, limas, arrayanes y guayabos.
También hay artísticos setos de rosales de variados colores y mirtos.
En las paredes y los pisos hay mosaicos y muchos frescos con diferentes representaciones de Afrodita…
Bajo uno de ellos está escrito un himno de Homero:
“Dichoso entre los hombres de la tierra el que ha contemplado estos misterios; pero el que no ha sido iniciado, el que de ellos no participa, no alcanza jamás una suerte como la de aquel, ni aun después de muerto, en la oscuridad tenebrosa”.
Precisamente al día siguiente comienzan las ceremonias de los Misterios Eleusinos que duran nueve días…
Y como es el tiempo de sembrar la cosecha, va a dar principio el festival religioso de la fertilidad.
Sarah es conducida a una habitación dentro del santuario,
Y Afrodisia le advierte:
– Al amanecer iniciaremos desde la playa, la procesión sagrada. Será mejor que seas dócil y te sometas a las órdenes que recibas…
De esta forma eliminaremos los problemas y conservarás tu vida. Si eres inteligente, harás lo que yo te diga y asi menguaremos la ira del Procurador…
La joven virgen le replica:
– Yo solamente adoro a Jesucristo, mi Señor y mi Dios. No puedo someterme a tus ritos paganos.
La diosa que adoras es un ángel caído que fue creado para servir a mi Señor Jesucristo. Yo soy un templo vivo del Espíritu Santo y desde ahora te advierto que no las seguiré.
Afrodisia la mira con ira, pero no la contradice,
Y solamente le indica:
– Enviaré tus alimentos. Mañana serás iniciada. No te resistas o te irá peor…
Sarah la miró en silencio. Sin desafiarla, pero sin sometimiento.
Thalía, una de las hijas de Afrodisia le llevó más tarde la comida y una jarra con agua.
Pero la virgen cristiana no tocó absolutamente nada de lo que le llevaron.
“Si es necesario moriré de hambre y de sed …” Se dijo a sí misma.
Mientras mira a la joven depositar sobre una mesa, una charola de cerámica decorada con sugestivas escenas eróticas y con los más apetitosos manjares.
Horas más tarde, fueron retirados todos los alimentos intactos, al igual que la jarra con agua.
Afrodisia mira admirada a la indómita jovencita y mientras el esclavo se lleva todo, no pronuncia una palabra.
Pero su pensamiento es: ‘El hambre y la sed te doblegarán’
Esa misma tarde, miles de adoradores de Afrodita y Ceres se reunieron para hacer el peregrinaje sagrado y tomar parte en las ceremonias secretas de los Misterios Eleusinos.
Sarah fue adornada muy especialmente y la llevaron hasta la playa.
La joven no protestó más…
Dejó hacer a sus captores, mientras permanecía sumergida profundamente en la Oración de Meditación.
Afrodisia dirigió todo. Durante las dos próximas jornadas, los iniciados paganos llamados mystes se purificaron bañándose en el mar y enseguida sacrificaron en la playa un lechón.
Luego se dirigieron con gran pompa al santuario con alegres cantos, transportando los hiera (vasos sagrados) y una estatua de la diosa.
Periódicamente los participantes emiten gritos de exaltación en determinados puntos del camino.
Al día siguiente dio comienzo el festival con una declaración formal en el ágora, con los pregoneros anunciando el evento e invitando a los iniciados a tomar parte en él.
Cuando la numerosa procesión llegó al templo, hicieron un descanso y dispusieron los preparativos para los nueve días siguientes con un ayuno completo.
En recuerdo del que Démeter hizo durante su duelo por Perséfone.
El rito tiene su raíz en el mito de Demeter y su hija Perséfone.
Cuando Hades raptó a Perséfone y la llevó consigo al inframundo,
Demeter recorrió el mundo en su busca y mientras tanto desatendió sus deberes.
Las cosechas no crecían y la vida se paralizó.
Los dioses estaban preocupados y Zeus testigo del rapto, decidió enviar a Hermes a rescatar a Perséfone.
Pero al despedirse de ella, Hades le dio a comer una granada que producía el efecto de hacerla regresar cada invierno.
El viaje de Perséfone al inframundo simboliza el ciclo de la vida, el tiempo que la semilla permanece enterrada en la tierra para después brotar y esto es la base del culto en Eleusis.
Terminada esa parte de la ceremonia, los iniciados beben una mezcla especial de agua de cebada y hierbas llamada Ciceón, la bebida de Demeter a la que se le atribuyen propiedades medicinales.
Pero que tambien contiene un poderoso alucinógeno, embriagante y afrodisíaco.
Al final de las celebraciones los participantes dedican servicios especiales en honor a los muertos, donde reciben mensajes de sus seres queridos… (Espiritismo)
Después de lo cual hacen un ejercicio que es para ellos tiempo de reflexión y meditación. Los únicos requisitos para convertirse en un iniciado es no ser culpable de ningún delito de sangre y hablar griego.
Pero los Misterios estan abiertos a hombres, mujeres e incluso los esclavos pueden ser admitidos.
Los conocimientos esotéricos tienen su culminación, cuando la estatua de la diosa cobra vida, se ilumina en forma sobrenatural y el iniciado es instruido en los más altos Misterios.
Recibe entonces unos libros sagrados, cifrados y relacionados con los ritos en una forma muy solemne.
El hierofante y dos sacerdotisas que representan papeles principales en el drama y en las ceremonias de iniciación, le ayudan a presidir todo el rito. Viste una larga capa púrpura con bordados de oro y una cinta dorada le ciñe la cabeza.
Antes de comenzar envió a sus heraldos a pedir que los extraños, los criminales y los impuros se alejen para no profanar los ritos de los Misterios Eleusinos.
El segundo sacerdote portador de la antorcha y otros oficiantes de menor rango que son los encargados de las revelaciones a los iniciados, antes de hacer la ceremonia de la libación le entregan a Afrodisia un lecito de oro que contiene el apetecido ciceón.
Muy solemne, la sacerdotisa se acerca a Sarah que desde un principio ha sido llevada para presenciar todo el ceremonial,
Y le dice:
– Porque te respeto, traigo esta bebida antes de hacer la libación. Si tu Dios es tan poderoso como dices, no tendrás miedo de tomarla.
La hermosa virgen la miró fijamente y una misteriosa luminosidad empezó a filtrarse por todos sus poros, revelando una Presencia que aumentó su hermosura de una manera prodigiosa.
Después de un momento que pareció demasiado largo, alargando el brazo derecho extendió la mano para recibir el vaso de oro que su ayudante le ofreció.
Afrodisia lo llenó hasta la mitad y Sarah lo levantó sosteniéndolo con sus dos manos, como hacen los sacerdotes católicos en el Ofertorio…
Y mentalmente oró: “Señor Jesucristo, Tú dijiste: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. (Marcos 16, 15-18)
Yo te adoro con todo mi ser y creo en Tu Palabra Santísima. Beberé esta pócima para tu honor y tu gloria. Amén
Entonces intervino el hierofante,
Y exclamó:
– Espera. Agreguémosle esto.
Y tomando con una taza, el líquido de una crátera que portaba el otro sacerdote, lo agregó al vaso que sostenía en su mano la joven cristiana.
Afrodisia lo miró asombrada, pero no se atrevió a protestar,
Y el hierofante agregó:
– La bebida de los dioses que solo tomamos los sacerdotes no le hará daño alguno, si como ella cree y se lo acaba de decir a ÉL, su Dios es tan poderoso.
Sarah lo miró con severidad y dijo:
– No es sorprendente que el Rey de la Mentira te haga tan poderoso, que puedes leer mi mente. Pero mi Señor Jesucristo es Creador y Dios del infeliz Querubín Rebelde al que perteneces.
La cantidad que acabas de vaciar en este vaso, sería mortal hasta para ti… Pero si piensas que por miedo me negaré a beberlo, ¡Mira! Este es el poder de mi Señor y mi Dios cuyo Santísimo Nombre es Jesús.
Acto seguido, la joven apura hasta la última gota de la mortal bebida…
Y devolviendo el vaso vacío a la joven que se lo había entregado,
le dice gentilmente:
– Gracias. Que pronto llegues a la Luz –y mirando a todos los que la rodean, agrega- Y a todos ustedes también.
Enseguida regresa a su actitud reservada, dejando asombrados a sus captores.
El hierofante hace una señal y el coro de hieródulos y los músicos, empiezan a cantar en una sugerente y bella danza ritual.
Durante los minutos siguientes Afrodisia está muy atenta, pero nada particular se manifiesta en la joven que nuevamente se ha sumergido y continúa abstraída en su Oración de Meditación.
HERMANO EN CRISTO JESUS: