Hijitos Míos, hoy os quiero hablar de la Muerte.
La Muerte, para unos es el momento más deseado de sus vidas, para otros, el más temido. ¿En qué consiste la diferencia? Hijos Míos, la Muerte es el momento deseado de Mí Corazón. Es el momento en el cuál vuestras almas regresan a Su Creador después de un largo viaje.
Es el momento del coloquio Divino entre Vuestro Dios con Su creatura. Es el momento del intercambio amoroso de las almas con Su Dios; es el pase a una nueva vida.
Vosotros, vuestras almas, Me pidieron el Don de la vida para servirMe en la Tierra, para llevar Mí Amor, Mí Compasión a los necesitados, Mí Ternura a los afligidos, Mí Redención a los pecadores.
Vosotros hicisteis un pacto de amor y donación de vuestra voluntad aquí en el Cielo, para bajar a la Tierra y poder ayudarMe en la salvación de las almas. Hicisteis un pacto de amor para procurarMe felicidad al hacer Mí Voluntad.
¿Cómo no voy Yo a resistir abrazaros y buscaros cuando vosotros retornáis a Mí Reino, después de una larga o corta travesía por la Tierra? ¿Cómo no voy Yo a hacer fiesta con los Míos, por vuestro retorno a la Casa Celestial? ¿Cómo no voy Yo a gozar de vuestro regreso triunfal después de que habéis dejado Mí Presencia y Mí Amor entre vuestros semejantes?
Sí, hijitos Míos, la muerte es alegría en el Cielo, es alegría en Mí Corazón, es el momento de la eterna unión; es el principio de una nueva vida probada en el Amor, después de la donación y triunfo de vuestra alma a Su Dios, es la coronación a vuestras almas por Su Dios por haberos donado para llevar Su Santo Nombre y Amor a los vuestros.
Esto, hijitos Míos, es en realidad la Muerte, vuestra muerte. La cuál NO es fin, sino principio. Principio de Gloria, Principio de Mí Amor a vosotros para un gozo eterno. Es el regreso e intercambio de experiencias de Vuestro Dios con vosotros.
Es el recuerdo de Mí Presencia en vosotros, de Mis Cuidados amorosos mientras cumplíais vuestra misión, vuestra donación. Es el recordar vivencias y de aceptar errores. Es momento de purificación gloriosa ante un Dios que os ama por sobre todas las cosas.
Es el momento de enfrentarse a la Verdad de Mí Corazón, pero es el momento del enfrentamiento con Mí Misericordia, con Mí Amor. Si vuestra alma llega a Mí, deseosa de unión, a pesar de vuestras faltas, deberéis estar seguros de que Yo seré para vosotros Amor Total.
No encontraréis al Juez que muchos temen y que os imagináis, sino encontraréis al Padre compasivo, al Padre que entiende perfectamente vuestra pequeñez y que sabrá disculpar todas vuestras faltas.
Si es vuestra humildad y arrepentimiento los que se presenten ante Mí, Yo os abrazaré y enjugaré vuestras lágrimas de dolor por haberMe contristado.
Si es vuestro pequeño amor el que viene ante Mí a dar cuentas al Amor, Yo lo colmaré y lo engrandeceré y será vuestro triunfo eterno ante vuestros hermanos en Mí Reino Celestial.
¡Cómo deseo el encuentro final! ¡El encuentro del Principio! Mí Corazón se llena de alegría infinita al ver a las almas que retornan y Yo, como si no supiera nada de vuestras vidas y de vuestra misión en la Tierra, Me gusta escucharos.
Me gusta compartir de vuestra vida pasada, Me gusta vivir con vosotros vuestra vida. El encuentro final ¡Qué alegría! Deberéis desear y pedirMe éste encuentro final, porque debéis estar seguros que Mí Gozo es grande al teneros nuevamente ante Mí.
Y porque deseo nuevamente fundiros a Mí Ser y así, Yo compartir con vosotros Mis Gozos y Gloria por toda la Eternidad.
Hijitos Míos, NO TEMÁIS éstos momentos de gran Gloria y Amor de Mí Corazón. Si vosotros tenéis plena Fé y Confianza en Mí Amor, NO temáis. Yo conozco perfectamente vuestra pequeñez, vuestros defectos y vuestros pecados.
Yo os conozco mejor que vosotros mismos puesto que Yo os creé y os acompañé desde el primer momento de vuestra existencia. Yo os he amado desde siempre.
Y Mí Amor hacia vosotros, cuando con vuestra libre voluntad, Me pedís bajara al Mundo a servirMe, sabiendo los peligros existentes allá. Por eso mismo el regreso es gratísimo a Mí Corazón. Mí Corazón es extremadamente sensible a las muestras de amor que Me proporcionan las almas al donárseme en vuestra libre voluntad.
Debéis estar gozosos con vuestra Muerte, porque Me dáis también a Mí, gran gozo y ésta alegría que Me dáis, NO la podréis comprender sino hasta que estéis Conmigo. No temáis hijitos Míos, a la unión definitiva, deseádla.
Un Padre que os ama con un amor que NO puede llegar a medir vuestra pequeña mente humana, os está esperando. ¡Me dáis tanto gozo, os lo aseguro! Tened confianza y venid a Mí arrepentidos y Yo sabré reconfortaros, pero venid.
Que vuestros últimos momentos en la Tierra sean de alegría y cantos jubilosos hacia Vuestro Padre, hacia Vuestro Dios. Para que cuando cerréis vuestros ojos, se abran acá en Mí Reino y que vuestro gozo y vuestros cantos se unan a los de Mis Ángeles y Mis Santos.
Los que han de temer su muerte son aquellos que durante su vida se dedicaron a blasfemar Mí Nombre, a atacar Mí Doctrina, a tratar de evitar la veneración y el amor a Mí Santísima Hija, la Siempre Virgen María.
Para ellos sí seré Juez Riguroso, ya que todo lo que tuvísteis en la Tierra, todo lo obtuvisteis de Mí. Vuestra vida, vuestro bienestar, vuestra salud, vuestros hijos, vuestros dones y capacidades y todo, os lo dí a pesar de vuestras blasfemias y negaciones.
A pesar de vuestra falta de amor hacia vuestros semejantes, a pesar de haber hecho lo posible por tratar de destruir la Obra de Mí Hijo sobre la Tierra, por haber tratado de destruir Mí Iglesia.
Para aquellos sí seré Juez Severo y NO Padre Amoroso. Porque Me tuvieron y Me despreciaron, porque los consentí por ser Mis hijos “problema” y NO quisieron escuchar la voz amorosa de Su padre para volverlos al buen camino.
Estos SÍ han de temer el momento del Encuentro, porque su Vida Eterna será de Llanto y Dolor. Llanto y dolor que primero Me infringieron a Mí vuestro Dios. Y a pesar de Mí Dolor Infinito, vuestra condenación de dará.
Porque ¡Cuánta mediocridad veo en vuestra espiritualidad, en vuestra donación, en el seguimiento de vuestra misión!
Os mandé a Mi Hijo, para que vierais en Él, cómo a pesar de ser tan atacado por ser Mi Hijo, vuestro Salvador; Él se mantenía en obediencia a lo que Yo Le pedí, por vuestra salvación.
Su Oración era ininterrumpida, Él Me tenía continuamente, en su Mente y en Su Corazón. Nuestra comunicación era total, absoluta. NO había momentos de separación, era una Vida continua espiritual para Conmigo.
Es la única forma Mis pequeños, en que os podéis mantener seguros en la Tierra. Porque Satanás siempre está al acecho de vuestra alma. En el momento en el que vosotros os distraéis con las cosas del Mundo, ya que ésas distracciones os las pone Satanás porque os conoce perfectamente a cada uno de vosotros.
Si NO estáis Conmigo caéis y se aprovecha Satanás. Os desvía y vosotros perdéis ésa comunicación íntima, con la cual Yo os estoy dando Vida.
Ya os he hablado de esto, Mis pequeños, que si por un momento, en una fracción de segundo, vosotros no estuvierais en Mi Pensamiento, moriríais de inmediato. Porque vosotros vivís porque estáis en Mí, Yo os doy la vida.
Cuando quiero que regreséis, os mando llamar y vuestro cuerpo deja de existir. Vuestra alma regresa a Mí, ya sea para que gocéis eternamente Conmigo o para que recibáis vuestro castigo a vuestras malas obras, ya sea en el Purgatorio o quizá hasta os podáis condenar eternamente.
Entended Mis pequeños, que aun a pesar de que Soy un Juez Severo, Juzgo con gran Misericordia. Si vosotros actuarais como jueces y juzgarais a vuestros hermanos, aun sabiendo de la actuación de toda su vida y esto es, que vosotros tomarais Mi lugar por un momento… Vuestros juicios NO serían misericordiosos.
Ciertamente, juzgaríais por el Bien y por el mal que han hecho las almas. Pero la Misericordia, que es Mi Amor Infinito, Inmenso, Inconmensurable sobre vosotros, os da muchas oportunidades de salvación y voy tomando todos ésos momentos a lo largo de vuestra existencia, que os pueden salvar a pesar de vuestra mala vida.
Y eso NO lo haríais vosotros, os dejaríais llevar quizá, por una mala actuación de vuestros hermanos y los condenaríais sin darles oportunidad a ésas almas, NI tomar en cuenta actos buenos de su existencia.
Con esto os quiero dar a entender que Yo NO Soy un Juez severo, Soy Justo, más no severo. Vuestro actuar, vuestro juicio sí sería severo, porque NO tenéis Mi Misericordia y Mi Amor Infinito sobre vosotros, a quienes tanto amo.
Por eso os repito, que vuestro amor y vuestra forma de ser espiritual es muy mediocre. Y así os la pasáis prácticamente toda vuestra existencia, en una mediocridad espiritual en donde NO dais vosotros vuestro máximo. Me dais, prácticamente, lo mínimo necesario para que Yo no esté molesto con vosotros. Pero NO sois hijos sobresalientes en Mi Amor, en buenas obras, con quienes Yo pueda “presumir” en el Reino de los Cielos.
Hay almas que sobresalen, porque se han volcado totalmente a Mi Amor. Han tomado de Mi Hijo Jesucristo, Sus Enseñanzas, Su Vida, Su Ejemplo y han tratado de ser otros Cristos.
Es muy importante lo que os voy a decir: para llegar a ser otros Cristos, deberéis luchar contra vuestro propio ser. Es una lucha continua contra vosotros mismos, contra vuestras pasiones, contra vuestros pecados, contra vuestra negligencia, contra vuestra mediocridad.
Es apartar todo aquello que NO os sirve verdaderamente para que lleguéis a ser santos, como os quiero ver. Y ésa lucha es continua contra vosotros mismos, para hacerle lugar a la Presencia de Mi Hijo en vosotros.
Y esto os lo he repetido muchas veces, que tenéis que ser otros Cristos en este tiempo. Y ciertamente que NO podréis ser otros Cristos, viviendo en la mediocridad espiritual en la que vivís, prácticamente todos vosotros.
Tenéis que dar más, Mis pequeños. Yo os voy a dar el Reino de los Cielos, es un lugar inimaginable para vosotros. Es un regalo inmenso para las almas que han luchado para vivir como Yo os quiero ver a cada uno de vosotros: santos, perfectos, hermosos.
Porque así es vuestra alma: hermosa, bellísima cuando ésta es santa. Y ésa es vuestra obligación, ser santos, como Yo vuestro Padre, Soy Santo.
Apartaos, pues, de la mediocridad, Mis pequeños, porque os puedo vomitar. Sed fríos o calientes, pero NO mediocres.
Luchad contra vosotros mismos, para que Mi Hijo, el Santo de los Santos, tome vuestro lugar y gozaréis inmensamente, que Él tome vuestro lugar y se os llame ser otro Cristo aquí en la Tierra.
Recordad las Bienaventuranzas. Los que estáis Conmigo, estáis viendo la impunidad de aquellos que obran en el Mal. Vosotros buscáis la Justicia, buscáis el bienestar de los pueblos, de las familias, de la sociedad, aún de vuestra propia familia.
Quisierais el cambio y de hecho, os he pedido que se realice ya ése cambio, que Me lo pidáis de corazón, que venga desde lo más profundo de vuestro corazón. Que insistáis, como la viuda insistía en las Sagradas Escrituras, para que le hicieran justicia y así debéis estarMe insistiendo.
Yo os podría dar todo de una manera muy fácil, pero ¿Dónde queda el mérito de vosotros, vuestra presencia en la Tierra, vuestra Oración, vuestra Intercesión, vuestra Donación?
El hecho de haberos dado la vida, éste Don tan grande, es que vosotros fuerais corredentores con Mi Hijo Jesucristo. Es una gran tarea, es una Bendición muy grande para las almas. NO alcanzáis vosotros, los que tenéis vida, a daros cuenta de ésta Gracia tan grande que es el Don de la vida.
Venir a servirMe a la Tierra, es el deseo de miles y millones de almas. Y vosotros, tenéis ésa Gracia. Pero muchos de vosotros lo tomáis como una carga, como algo que no debió haber aparecido en vuestra vida. Los que estáis Conmigo, empezáis ya a vislumbrar lo que es ésta Gracia tan grande.
Los que estáis llenos de soberbia y de maldad, NO alcanzáis a daros cuenta de éste Regalo tan grande. Servir a vuestro Dios, es un regalo inmenso que los ángeles gozan y vosotros NO os queréis dar cuenta de ello.
Vuestro estado espiritual cambia de nivel al final de vuestra existencia. Crecéis y aumentáis de gozo por el bien que hicisteis aquí en la Tierra o desperdiciaréis. Y sufriréis vuestro estado espiritual si NO actuasteis en el Bien.
En estos momentos Me quiero centrar a que entendáis ésta Gracia tan grande del Don de la vida: vinisteis a la Tierra a servirMe. ESTÁIS EN EL CAMPO DE BATALLA, si os mantenéis en Mí, lográis el equivalente a una medalla de honor. Crecéis en Gracia, aumentáis en vida espiritual y en gozo celestial.
Y así las almas se van acercando más a Mí. Y al subir de nivel, porque de hecho existen niveles de Gozo en el Cielo, de Castigo en el Purgatorio y en el Infierno. Vosotros debéis meditar esto, Mis pequeños.
Y luchar por tener un lugar más cercano a Mí en el Reino de los Cielos, porque es natural que si os acercáis más a la Fuente de Vida, a la Fuente de Gracias, que Soy Yo, más gozo tendréis.
No desperdiciéis ya vuestros momentos de vida aquí en la Tierra, aprovechadlos, para que podáis crecer espiritualmente, viviendo en el Amor y trabajando arduamente por Mi Reino y todo lo que ello conlleva.
En vuestro Juicio, estará presente Satanás. Pondrá ante Mi Presencia, todas vuestras maldades, todos los actos malos que cometisteis, contra la Pureza, contra vuestra santidad, contra vuestra alma y especialmente, todo aquello que Me ofendió.
Por otro lado, también estará Presente el Cielo de parte vuestra. También veréis todo lo bueno que hicisteis a lo largo de vuestra vida.
Ciertamente, habréis olvidado muchas cosas pero en ése momento conoceréis TODO, lo bueno y lo malo. Vuestras intenciones, ya que muchas veces aparentáis hacer el Bien, pero vuestra intención es mala. O podrá vuestra obra aparecer como mala, pero vuestra intención era buena y eso solamente lo sabré Yo, vuestro Dios.
Nada se esconderá en ése momento de vuestro Juicio, lo veréis todo tal como es.
Os he dicho varias veces, que a lo largo de vuestra vida os detengáis un momento y os veáis en ésa situación futura y real que sucederá en vuestra vida y que afectará vuestro futuro eterno.
Cuando os he dicho que hagáis en vida, todo esto, es para que en honestidad de corazón os deis cuenta con la ayuda de Mi Santo Espíritu, cuál es vuestra realidad espiritual ante Mí y así vosotros podáis enmendar vuestra vida. Si estáis mal ante Mis Ojos. O que prosigáis perfeccionándoos en el Bien, si es que estáis bien ante Mis Ojos.
Se os ha explicado que hay niveles en el Cielo, en el Purgatorio, en el Infierno. Pero hablando de vuestra salvación, Yo os quisiera salvar a todos. Y mientras más amor vosotros produzcáis en la Tierra, alcanzaréis inmediatamente niveles más altos…
Porque Yo quiero que estéis Conmigo muy cerca de Mi Corazón, tan pronto como seáis purificados y podáis pasar al Reino de los cielos. Ciertamente, este tiempo también será de muchos mártires; pero por la donación fraterna de ayudaros los unos a los otros.
Con los Desastres que tendréis en la Tierra seréis purificados, pero la Purificación irá en vías del Amor Mis pequeños. Os dije que es cuando más amor se producirá en la Tierra, porque os ayudaréis a sobrevivir unos a otros.
Yo os puse el Ejemplo, Me di por vosotros. Toda Mi Vida fue de Donación para vuestro crecimiento espiritual por Mi Ejemplo, por Mis Enseñanzas, por Mi Donación total. Y así seréis vosotros, serán momentos en que os daréis por vuestro prójimo. También seréis Cristos en ésos momentos, dándoos por el hermano necesitado.
Dentro de la Prueba, dentro de la Tribulación, se darán momento de amor, de ayuda, de donación por el hermano necesitado y qué mejor que eso para vuestra alma, ver al hermano necesitado y que vosotros os podáis dar por ellos.
Eso producirá mucho amor. Los que NO están Conmigo, ciertamente solo verán Tribulación, pero los que están crecidos en amor verán amor sobre amor. Verán fraternidad, verán donación, verán salvación.
Sobre todo para aquellos que han tenido una vida de Error, se les dará la oportunidad de ofrecerse por el hermano y ese momento, quizá el último de su vida; por su donación por ayudar al hermano necesitado y que ellos puedan perder la vida, ése sacrificio de amor les dará la Vida Eterna.
Soy un Dios Amoroso, Soy un Dios de Bien, Soy un Dios Misericordioso que quiere perdonar los pecados a los hombres y quiere exaltar la virtud en todo momento, para ganaros vuestra salvación eterna. Ved, cómo os pongo todas las oportunidades para vuestra salvación eterna.
No Soy el Dios Castigador que os estoy observando, para que tan pronto cometáis un pecado, os quite la vida y os condene.
Soy Dios de Vida, NO de Muerte. Soy Luz, NO Tinieblas. Confiad en Mí plenamente Mis pequeños, los que DUDÁIS de Mi Amor y de Mi Presencia Divina ante vosotros. Se os darán muchas oportunidades de arrepentimiento y salvación a través de la Tribulación que viviréis.
AgradecedMe Mis pequeños, que permita estos próximos Acontecimientos de esta forma, en donde las fuerzas de la Naturaleza, manipuladas por el Mal para vuestra Destrucción, os acarrearán Vida y Salvación eterna.
Os lo repito: tanto en el Cielo, como en el Purgatorio y en el Infierno, hay niveles y estos se os van dando de acuerdo a vuestra actuación en la Tierra. Si mucho disteis, mucho recibiréis. Si poco distéis, poco recibiréis.
Esto os lo digo para las almas que irán al Reino de los Cielos, que ciertamente primero pasarán una purificación en el Purgatorio, en donde también hay niveles.
Lo importante Mis pequeños y por eso os pido tanta Oración, es para que las almas se salven. Os he prometido la salvación de todos los vuestros; porque ciertamente vosotros tendréis más responsabilidad. Os he pedido más y os he de pedir todavía más, para los momentos que vendrán.
Recordad que en el Reino de los Cielos, todo es alegría. NO importa que estéis en el nivel uno o más arriba, seréis colmados de Felicidad. Y ahí, estéis en el nivel que estéis, NO envidiaréis los otros niveles, porque estaréis plenamente colmados con Mi Felicidad, con Mi Presencia en vosotros.
Cuando Yo os doy una misión y la cumplís con todo el amor que puede dar vuestro corazón, aunque sea una misión pequeñita, podéis llegar a un nivel muy alto; porque disteis todo lo que pudisteis para llevar a cabo esa misión, lo más perfectamente posible.
Volteando hacia el pasado, podéis recordar las misiones de almas reconocidas en la historia y en la Iglesia, que ciertamente llevaron una misión fuerte, difícil; pero contaban Conmigo y están en un nivel alto en el Reino de los Cielos.
Pero también hay almas que vosotros NO conocéis, almas sencillas que se les dio una misión pequeñita. Almas desconocidas para vosotros, pero NO para Mí y que están también en niveles altos, porque ésa misión la realizaron con mucho amor, con mucho ofrecimiento, con todo su corazón, unido a Mi Corazón.
Yo Soy el que juzgaré al final de vuestra misión, al final de vuestra vida sobre la Tierra.
Lo importante Mis pequeños, es que pongáis todo el empeño posible. Todo el amor posible en vuestra misión, para que seáis recompensados con un nivel alto, que esto quiere decir muy cerca de Mi Corazón.
Orad también por las almas que están en el Cielo, las almas que ya se salvaron, que están gozando Conmigo.
Para que puedan seguir subiendo de nivel y estén más unidas a Mi Corazón.

Señor te entrego TODO por las almas de mis hermanitos en el CÍRCULO DE LA PERFECCIÓN… Que los del Cielo estén más cerca de tu Corazón, los del Purgatorio sanen y lleguen pronto a las Puertas de tu Reino. Y los del Infierno disminuyan el nivel de su tormento. Amén
Gracias, Mis pequeños. Actuando así seréis dignos hijos del Rey.
Os amo, Mis pequeños príncipes. Mí Hija, la Siempre Virgen María, os lleva en Su Corazón y os protege bajo Su manto.
Yo os Bendigo ahora y por siempre, en MÍ Santo Nombre, en el de Mí Hijo,
Salvador vuestro y en el del Espírítu de Amor y Vivificador.