08 DE FEBRERO 2017
1 Tesalonisenses 5:23: Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Al escuchar que les llamo a no pecar, tienen que saber que Mi deseo es guiarles para que limpien la memoria, y encuentren libertad… Los sentidos físicos del hombre tienen que llegar a compenetrarse con el espíritu. Nuestro Señor Jesucristo 18.09.2016
Hermanos:
Somos llamados a encauzar todo nuestro cuerpo físico y espiritual hacia la Comunión con la Trinidad Sacrosanta. Nuestro cuerpo espiritual no sólo está integrado o conformado por el espíritu y el alma, sino dentro de ese organismo espiritual reside nuestra mente, pensamiento, emociones, sentimientos, memoria, impulsos, personalidad y demás.
Tendemos con facilidad a admirar lo exterior pues es lo que está al alcance de nuestra vista, pero el llamado de Cristo a limpiar la memoria es BUSCARNOS A NOSOTROS MISMOS. En nuestro interior radica una infinita grandeza; esa grandeza es la verdad de nosotros mismos y en esa verdad encontramos a Dios en nuestra alma.
Nuestra memoria notifica a nuestra alma de cuanto obramos y actuamos, nuestra memoria es tan importante que ES una de las potencias del alma; la mantenemos casi cerrada, relegada, opacada, para ser utilizada lo menos posible.
Pero sin que el hombre lo perciba, cada instante la memoria se encuentra en continuo obrar y actuar, en movimiento pues cuando deseamos recordar, son las imágenes que se encuentran en la memoria las que hacen fluir los recuerdos y cuanto deseamos.
La criatura humana posee inteligencia, pero en este Instante el hombre se encuentra atado en cuanto al entendimiento. Sabiendo que el entendimiento es la capacidad de cada criatura para analizar, escudriñar y lograr debatir y defender lo que comprendió.
Sin embargo al poseer el hombre poco entendimiento, la inteligencia se atrofia, se limita, hasta que el hombre llega a NO vivir una vida interior, conoce al mundo y se satura de los conflictos del mundo. Pero en el interior se asemeja a lo más inferior, pues se incapacita hasta para mirar su propia brutalidad, porque se inhabilita hasta para sentir la Verdad de sí mismo.
Cristo me dice que el hombre no sabe lo que significa perder las potencias del alma, ya que esa pérdida implica la pérdida de la inmortalidad. Entendemos que las potencias del alma siempre estarán, pero el hombre al contaminarlas las incapacita para que actúen para el bien…
Por ello nos llama a limpiar la memoria para que nuestra alma se limpie de cuanto la memoria ha almacenado y le ensucia.
Nos ha solicitado que tenemos que conocernos por dentro. Nadie desea mirarse cómo es íntimamente, pero tenemos que hacerlo como primer paso para limpiar la memoria. Pues la memoria se encuentra íntimamente en el alma y por eso tenemos que mirarnos tal cual somos.
Pero NO pensando únicamente en nosotros como seres individuales, sino con la perspectiva de que formamos una comunidad y todos somos emanadores de esa sintonía que se transforma en una retroalimentación para todos.
Cristo me dice que la autoconciencia es muy importante porque la podemos divisar como parte de la personalidad del alma y de la personalidad de la criatura.
El alma debe conocerse y amarse a sí misma para que el hombre ame al prójimo y toda la Creación de Dios, pero el alma se encuentra buscándose a sí misma, ante la poco o nada voluntad que poseemos de darle esa información al alma, sobre el crecimiento espiritual al que nos llama el Cielo.
Para que logremos que la memoria vaya limpiándose, debemos desear y tener la intención de estabilizarla. A la memoria llega todo a través de los sentidos, cada sentido envía a la memoria información…Tanto, que con la memoria podemos traer hasta olores y sabores del pasado.
Cada sentido físico tiene un sentido espiritual y por ende si una es la memoria física, una también es la memoria espiritual que se unifican en el alma.
Entre cada sentido físico y espiritual existe casi que un afecto con la memoria central física y espiritual, guardan un sentimiento que les une. Cada sentido crea como un puente que le enlaza con la memoria.
La memoria trae a este instante las vivencias pasadas. Y construye las futuras y esto porque todo se transforma en información que llega del exterior y se guarda en el interior de la criatura mediante imágenes planas o con texturas u olores.
Dependiendo de cómo se ha guardado en la memoria esa información pasada, así actúa la criatura humana, porque todo va formando la personalidad.
Cada criatura humana va creando su propio mundo, con su propio universo desde pequeño, porque todo ha entrado al hombre a través de la psique. Hasta esa impronta Divina que lleva cada hombre es guardada de alguna forma en la memoria y dependiendo de cómo ha sido alentada en la vida, así cada ser humano acepta, capta o rechaza luego la espiritualidad. Por ello Cristo nos llama a reencontrarnos, pero en este instante por voluntad propia.
Por el desconocimiento de todo lo anterior no lograremos limpiar la memoria y todo ese universo interior que se ha ido formando a través de los años. Y si no existe una intención de recapitular todas esas imágenes que se encuentran en la memoria para ordenarlas en Dios, NO se da el perdón, NI la paciencia, NI la caridad, NI la esperanza, para con nosotros mismos y para con los hermanos.
Todo se ordena por la conciencia, mientras que el hombre ha permitido que su memoria sufra una metamorfosis, pues sin espiritualidad el hombre camina solo y limitado.
La memoria tiene que ser una autoconciencia para mantener al hombre vigilante y que NO pierda lo que es connatural con el hombre: la capacidad de amar y comprender, pero esto debe surgir en la voluntad de la criatura. De ahí que sea tan imprescindible la comunicación y el conocimiento que une todo lo que es creado por Dios: el amor.
Me dice Cristo: ¿Desean saber cómo limpiar la memoria y por ende todo lo que de ella se desprende? Tienen que querer el bien, la memoria se limpia en el bien, en el debido conocimiento de la verdad.
La memoria va reemplazando las imágenes indebidas por las debidas. Las dolorosas las reemplaza para una mayor comprensión del Amor de Dios para con la libre voluntad humana, así el hombre mirará y vivirá unido a lo único que es eterno: Dios.
Sólo así lo racional será perfecto.
Luz de María.
