Si hijos Míos, Yo estoy con vosotros, Yo Soy vuestro Dios, escucho vuestras plegarias, escucho vuestra Oración.
Sé cómo está el Mundo, vosotros os dais cuenta sólo de una pequeña parte de ello. Es como el iceberg, vosotros veis solamente la parte de hasta arriba, la que sobresale en el mar… Pero bajo el mar hay una pirámide inmensa de Error.
Si hijitos Míos, Mi Corazón también está triste por todo lo que pasa entre vosotros. Creed que estoy al tanto de ello. Os cuido, os protejo, os guío, Yo Soy el Buen Pastor y Yo mantengo Mis ovejas Conmigo. Estáis en Mi Redil, NO os preocupéis.
Los momentos son difíciles, se volverán más difíciles. Pero vuestra Oración es la que mantiene la salvación de muchas almas. Yo NO desoigo a las almas que oran por sus hermanos. Las que oran en Mi Corazón, porque buscan que Yo esté en el corazón de todos.
Muchos NO se acuerdan de Mí, NO Me buscan, NO Me desean, NO Me quieren… Pero por vuestra Oración y por la de muchos como vosotros, que sois Núcleos de Salvación para muchas almas alrededor del Mundo, Yo con ella estoy salvando a muchas almas.
Seguid Mis pequeños, seguid con vuestro Dios y llevadMe almas a Mi Corazón, traédMelas muy cerca, MUY CERCA de Mí, para que Yo las Purifique con Mi Sangre Preciosa.
Mi Madre Santísima está buscando muchas almas en la Tierra, está abriendo corazones, éste es Su Tiempo, éste es el Tiempo de La Madre Preciosa que está buscando la Salvación de Sus hijos.
Ella también junto con vosotros, está actuando fuertemente. Pocas son las que se condenarán gracias a vosotros Mis pequeños, pero aún por aquellas, ORAD.
ORAD, orad, para que su Pecado NO sea tan grave y el Castigo tan penoso.
Yo Soy vuestro Dios y Mi Misericordia es Infinita; Yo Estoy con vosotros, Mis pequeños, entrad en Mí Corazón y permaneced en Él.
Yo Os Bendigo y Bendigo a los vuestros, Mi Paz quede con vosotros.
Hijitos Míos Mis pequeños. Mi Maternidad fue un acto amorosísimo de Nuestro Dios para con todos vosotros. Fui el Instrumento sencillo para que con él hiciera grandes obras. ¡Mi Dios tomando a Su pequeña esclava para la Redención del género humano! ¡Cuánta dicha, cuánto Amor!
La Inmensidad de Nuestro Dios haciéndose pequeñito, para entrar en Mi Vientre Virginal y así comenzar Su Vida de Amor en la Tierra.
Misterio insondable del Amor de Nuestro Padre. Derramamiento Excelso de Amor para con todos vosotros.
En todos y en cada uno de vosotros pensó vuestro Dios vuestro Creador, al enviar a Su Unico Hijo a la Tierra para la Redención. A cada uno de vosotros vio, amó y deseó su salvación con el envío de Su Hijo Jesucristo a la Tierra.
Cada uno de vosotros ha sido formado, ha sido tomado a Su Servicio, ha sido guiado para ser Corredentor junto con Su Hijo Jesucristo.
Cada uno de vosotros vale muchísimo. Dios mismo ha puesto toda Su atención y Su Amor al crearos, al daros el Don de la vida, al confiaros una misión de amor para la salvación de todas las almas, pasadas presentes y futuras.
Cada uno de vosotros ha sido Llamado y Preparado para ser Presencia de Mi Hijo en la Tierra.
¡Meditad éste honor tan grande! ¡Cada uno de vosotros Ser Presencia Viva de Dios en la Tierra!
Tenéis todo para ello. Tenéis un alma que es la misma esencia y vida de Dios. Tenéis el donde la vida como lo tuvo Mi Hijo Jesucristo. Tenéis Sus Enseñanzas de Vida, las cuáles al tomarlas, al vivirlas y al transmitirlas, estaréis prolongando la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra.
Hijitos Míos, daos cuenta de la misión tan sublime que tenéis sobre la Tierra, ¡LA DE SER OTROS CRISTOS! Ser vida, al ser salvación de almas y cuerpos para con vuestros hermanos. Todos vosotros bajasteis para ello.
En todos vosotros ha puesto Su Confianza vuestro Padre y Yo, vuestra Madre Santísima, se Me ha dado la Gracia de teneros como Mis hijos y al ser Madre, Soy Guía, Maestra, Protectora e Intercesora, para obteneros de vuestro Padre Celestial, todo lo que necesitáis y necesitaréis de acuerdo a vuestra misión y a vuestra donación.
Si os donáis a la perfección, vuestro Padre podrá hacer con vosotros lo que Conmigo hizo, grandes obras. Pero cuánta infidelidad existe ahora para con vuestro Dios, cuánto rechazo al abandono a Su Voluntad, cuándo olvido para realizar vuestra misión, cuánta falta de agradecimiento a tantos dones recibidos a vosotros mismos y para vuestra familia.
Ya se os ha dicho antes, valéis muchísimo para vuestro Dios y le habéis costado mucho dolor, lágrimas, sacrificios, blasfemias, traiciones, en la Vida de Mi Hijo Jesucristo.
Él se dio por cada uno de vosotros para libraros de las Garras del Mal. Ha invertido muchísimo en cada uno de vosotros porque os ama y lo seguirá haciendo porque os quiere regalar Su Reino por toda la Eternidad.
El Mal conoce vuestra valía y os ataca tanto porque os envidia, porque él negó y atacó a la Gracia de Dios y como nunca la va a poder recuperar, NO desea que vosotros la ganéis y así os ha atacado desde vuestros Primeros Padres… Y lo seguirá haciendo hasta el Final, porque estaréis tomando el lugar celestial que él y sus ángeles malos despreciaron.
Hijitos Míos, daos ya perfecta cuenta de lo que valéis espiritualmente y NO os dejéis confundir con las Asechanzas del Mal, en las que él os hace fincar vuestras esperanzas e ideales, en vuestra apariencia exterior y en la materialidad de la Tierra.
¿Cuántas veces NO habéis constatado y vivido éste hecho?
Hermanos vuestros actuales y pasados de apariencia hermosa, que al paso de su vida pierden ésa hermosura, ¿En dónde quedó su valor exterior? ¿Para qué les sirvió ésa hermosura exterior?
Bien sabéis cómo muchos de ellos le han sacado un provecho material y pecaminoso a su exterior, llevando a la perdición eterna a la verdadera hermosura de su alma, esencia divina de vuestro Dios y Creador.
Desperdiciáis mucho tiempo en adornar y consentir a la envoltura que cubre a vuestra alma olvidándoos de cuidar, alimentar, hacer trabajar los dones recibidos en vuestra alma. No es vuestra hermosura exterior lo que os va a dar la Vida Eterna. Y sí os puede servir como LASTRE para perderla.
¿De qué hubiera servido que Mi Jesús hubiera sido un hombre hermosísimo y que hubiera venido a la Tierra a que fuera admirado por Su belleza exterior?…
La Belleza que El tenía se la daba la Belleza de Su Ser Divino interior. Su Santidad Excelsa traspasaba Su cuerpo. Su Divinidad era apreciada a pesar de Su cuerpo “normal”.
Conocéis la vida de santos y santas en quienes se traslucía la Presencia de Mi Hijo en ellos, habían permitido Su Nacimiento en ellos. Era Su Vida en ellos y llegaron a ser lo que son; por haberLe permitido a Mi Hijo, vivir plenamente en ellos…
Y son reconocidos por vosotros en su santidad y en su valía, por sus hechos y NO por su apariencia “hermosa y vanidosa”.
El valor de vosotros está EN vosotros, no fuera de vosotros. Ya Mi Hijo os lo dijo: “El Reino de Dios – Mi Presencia Viva- está en vosotros”.
Al permitirLe vivir y actuar en vosotros, estaréis haciendo Su Voluntad… Y así, cumpliendo perfectamente la misión por la que vinisteis a la Tierra.
DEBÉIS RECAPACITAR perfectamente sobre vuestra vida y MEDITAR en qué habéis usado el tiempo que os concedió vuestro Dios para servirLe.
Para que reflexionéis el momento y el estado actual de vuestra alma, ante la Presencia Divina de vuestro Dios y Creador… Y para que actuéis como los verdaderos hijos de Dios deben actuar.
Dejaos guiar por Mi Corazón de Madre, Esposa e Hija de Nuestro Dios. Por Su Gracia Yo Me dí en totalidad y Le serví con una total entrega de amor. Vuestro Dios NO se merece las sobras de vuestro tiempo. Estáis usando Su Tiempo y sólo os acordáis de El, generalmente en vuestras necesidades y desdichas.
El Tiempo Le pertenece y se os concedió para la salvación de vuestros hermanos y para dejaros hacer y dejar TRANSLUCIR a Mi Hijo en vosotros. Os ha prestado un tiempo para ayudaros a alcanzar más Gloria en Su Reino al terminar satisfactoriamente vuestra misión en la tierra.
Os ha prestado Su tiempo para que Le ayudarais a llevar Su Reino por toda la Tierra y así prepararos a que se haga La Voluntad de Dios en ella cómo en el Cielo y preparar con ello Su Segunda Venida.
Tenéis una misión sublime cada uno de vosotros. Por favor hijitos Míos, NO desperdiciéis el Tiempo de Dios que os ha encomendado para servirLe. Retomad vuestro tiempo pasado y desperdiciado y presentadlo a vuestro Padre, uniéndolo al Tiempo que vivió Mi Jesús en la Tierra…
Y así REPARAD el desperdicio que habéis tenido con el Tiempo de Dios y Ofrecedlo por la conversión y santificación de todas las almas y de Todos los Tiempos.
De cada segundo de vuestra existencia, de cada segundo que vuestro Padre os concedió, por vuestra libre petición, para servirLe en la Tierra, se os tomará cuentas. Pero Su Misericordia es muy grande y en un INSTANTE podréis reparar lo que NO habéis hecho en años, de la forma como os lo acabo de explicar.
Es el TIEMPO DE DIOS bien usado, el que alcanza la salvación de las almas.
Yo como Madre vuestra, Hija de Dios Padre, Esposa del Santo Espíritu de Amor y Madre del Salvador. Yo como Sierva del Señor, ME DI totalmente a Su Voluntad. Al Ofrecerme totalmente, al Darme totalmente a Nuestro Dios, Yo quedé como Su Esclava. Quedé a Su disposición, para que Él hiciera en Mí, lo que quisiera.
Mis pequeños, vosotros conocéis Mi Vida. Conocéis como actué, lo que he hecho por Nuestro Dios y por vosotros.
Cuando un padre o una madre enseñan a los hijos y ven en los hijos que ésas enseñanzas buenas dan fruto; ellos se contentan, ellos se sienten a gusto. Porque sus enseñanzas han dado resultado, sus enseñanzas están PATENTES en ése ser que Nuestro Padre Dios os dio para cuidar.
Así también pasa Conmigo, Mis pequeños. Soy vuestra Madre Yo os voy guiando, os voy llevando a ésa vida interior con Mi Hijo, os voy llevando a ésa espiritualidad santa a la que habéis sido llamados. Cuando veo que Mis hijos han aceptado ésas enseñanzas, las Viven y las Transmiten,
Yo, como Madre vuestra espiritual, Me siento contenta de la Obra que voy haciendo en vuestro corazón… Y así, con orgullo puedo presentaros ante Mi Padre, orgullosa de la Obra que estoy haciendo en vosotros.
Mi mérito fue el SOLTARME totalmente a Su Voluntad y así debe de ser con vosotros, Mis pequeños.
Cuando os soltáis totalmente a Su Voluntad y a Mi Voluntad… Que Mi Voluntad, ES la Voluntad de Dios Padre en Su Santísima Trinidad, vosotros empezáis a crecer en sabiduría. Porque ya aceptar la Voluntad del Padre en vosotros, es un acto grande de sabiduría.
El saber que la Sabiduría Divina, la Sabiduría Eterna, la Sabiduría Santísima, va a hacer Presencia Viva en vuestro ser; por ése acto en el cual vosotros os donáis totalmente a Nuestro Padre y que os va a acercando más a la santidad, hacia la perfección; quiere decir que la HUMILDAD ya habita en vuestro corazón…
Y estáis aceptando que necesitáis el Consejo Santo que venga de Nosotros para vuestro crecimiento.
Mis pequeños, manteneos así en Humildad. Atentos a la Gracia de Nuestro Dios, apartados del conocimiento humano que es limitado, es pobre y pecaminoso en su mayoría.
Manteneos buscando los bienes del Cielo, que os harán verdaderos hijos de Dios. Así como Mi Padre humildemente Me llama Su Hija; NO os imagináis Mis pequeños, el Gozo que tiene Mi Corazón cuando lo escucho, ¡Ser llamados hijos de Dios es lo más grande que puede tener el alma!
Porque ser hijos de Dios, implica grandes cosas, grandes Bendiciones, grandes Gracias, una gran santidad… Y ahí es a donde os quiero llevar Mis pequeños, a ser santos, como Mi Hijo es Santo.
Manteneos cerca de Mi Corazón Mis pequeños. Para que Yo pueda seguir haciendo grandes obras en vosotros y lleguéis a ése momento grande, de ser llamados verdaderamente hijos de Dios.
Se os ha venido preparando desde hace tiempo, con Mis Apariciones alrededor del Mundo. Nuestro Padre, Nuestro Dios, Mi Padre y Señor, Me ha permitido que en éste tiempo Yo os visite en la Tierra…
Soy vuestra Madre y llevo la Palabra de Mi Hijo, la Palabra de Nuestro Dios, a TODOS los países y regiones de la Tierra, para un cambio de corazón.
Ciertamente, algunos de vosotros habéis cambiado, habéis retomado nuevamente el camino correcto, el Camino del Bien. Pero cuántos todavía viven en el camino equivocado, van caminando hacia su propia Destrucción… Y muchas veces, llevando también de la mano a muchos otros a su destrucción eterna.
No os imagináis Mis pequeños, cuánto Dolor Nos causa en los Cielos, ver las almas que se están perdiendo, aún a pesar de todos los esfuerzos que hace el Cielo para que vosotros enmendéis vuestro camino.
Es un dolor inmenso, Mis pequeños, que vosotros NO podéis entender.
EL DOLOR DE TODO UN DIOS de ver a la creatura que Él ha pensado de siempre…
Y ésta creatura NO LO QUIERA.
Ésta alma Lo rechace y prefiera estar eternamente fuera de Su Gracia y de Su Amor.
Cuántas Bendiciones desperdiciáis, cuántas oportunidades de vida eterna NO queréis NI buscáis.
Mi Hijo os vino a dar Su Corazón, traía Su Corazón en Su Mano. Él se dio por Amor a todos vosotros, sufrió por todos vosotros, os amó hasta el final…
Y os sigue amando y vosotros NO respondéis.
Tendréis todavía oportunidades, muy pocas ya Mis pequeños, de enmendar el Camino. Orad unos por otros, sed verdaderos hermanos, unos para con los otros. Intercediendo por aquellos que vosotros sabéis que están en caminos equivocados.
Vuestra Oración profunda, unida al Conocimiento que Nosotros tenemos de las almas, podrá lograr que algunas de ellas se puedan salvar. Desgraciadamente, sólo serán algunas de ellas, porque muchas están tan metidas en el Mal, que NO desean saber nada de lo que proviene de vuestro Dios.
Estas almas atacan al Amor, NO quieren vivir en el Amor, buscan la Maldad, se llenan de ella y destruyen los planes de Dios aquí en la Tierra. ¡Cuánta Maldad ha sembrado Satanás!
Vosotros, los que estáis Conmigo, que estáis con vuestro Dios, que estáis para los planes del Cielo y de vuestra salvación, podéis entender más o menos esto que os digo…
Porque vosotros ya tenéis el Amor de vuestro Dios en vuestro corazón y también sentís Dolor por aquellos hermanos vuestros que están haciendo el Mal entre vosotros.
Ciertamente, NO comprendéis cómo es que un alma se pueda llenar de tanta Maldad, cuando Mi Hijo se ha dado por vosotros.
No os imagináis cómo es que un alma escoja el Mal, cuando, viviendo en el Mal NO estáis a gusto. Os sentís perseguidos y atacados. Es una incongruencia Mis pequeños, buscáis el Bien y hacéis el Mal.
No hay más Amor que el de vuestro Dios y Mi Hijo, que es Dios. Os lo vino a dar Personalmente a todos vosotros, aquí en la Tierra. Y aún a pesar de que lo visteis, lo vivisteis, lo tenéis escrito, NO basáis vuestra vida en ésas Enseñanzas que os están asegurando un futuro bello, un futuro promisorio, un futuro eterno, lleno del Amor de Nuestro Dios.
Seguiré insistiendo Mis pequeños, en tratar de salvar a vuestros hermanos que van por caminos de mal, que se han descarriado, que se han llenado de maldad.
Yo Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y busco a las almas descarriadas, como Mi Hijo buscó a aquellas almas enfermas, aquellas almas muertas en el pecado.
Vosotros los que tenéis Vida, Vida de Dios en vuestro corazón, compartid Conmigo ésta tarea que tenemos para con Nuestro Dios, que es la de la salvación de todas las almas.
Sois Mis hijos Somos Familia, unámonos Mis pequeños, para que la Familia crezca. Para que se acerquen aquellas almas que están desviadas y están llenas de Odios, de Temores, de Envidias, de Maldad.
Soy vuestra Madre y os amo Mis pequeños, dadMe ése gusto, del que os unáis Conmigo y Le llevemos a Nuestro Padre Dios almas salvadas para darle alegría, para regresarle aunque sea algo de Su Amor.
Hijitos Míos, Yo vuestra Madre Santísima, Madre de todo el género humano os cuido, os protejo, os guío. Mi Dios y Señor Me ha permitido éste Tiempo para ayudarLe en la salvación de todos vosotros. ¡Qué mejor que una madre para ver por los hijos!
Una madre vela constantemente por el bienestar de los hijos. Una madre nunca va a poder olvidar al hijo de sus entrañas, aunque en algún momento cometa el error de despreciarlo o hasta separarlo de Sí. Una madre, al haber llevado en su vientre a ése nuevo ser, va a crear lazos invisibles que durarán por siempre.
Yo, vuestra Madre santísima adquirí ésos lazos invisibles, espirituales, que Me ligan íntimamente con cada uno de vosotros en el Gólgota, cuando Mi Hijo Me dejó en herencia a toda la humanidad.
Sabéis que los tiempos actuales son difíciles. Muchos de vosotros os habéis apartado del Redil y también véis como la Fé se derrumba en muchos corazones. Las Iglesias cada vez se quedan más vacías.
Mis hijos poco van a recibir a Mi Hijo en la Eucaristía y muchos de los que lo reciben se acercan en pecado mortal, debido a que os falta educación religiosa y NO siguen los preceptos dados por Mi Iglesia para recibirla, sino siguen sólo gustos personales: “hoy la quiero recibir, porque siento bonito”.
La Maldad va creciendo y ya NO se le puede contener. La moralidad en la juventud deja mucho que desear. La vida espiritual cada vez es más escasa y por ello el Demonio adquiere mucha fuerza, la cuál ya no podéis contener; porque ya NO os unís con Fé y con Amor para obtener las Gracias y Bendiciones que Mi Hijo os puede dar por medio de Mi Intercesión de Madre.
Vuestro Mundo va en declive moral y espiritual. Las leyes de la Naturaleza se han alterado porque el Maligno las está manipulando en vuestra contra, porque le habéis dado libertad de actuación al NO impedírselo por medio de vuestra Oración.
Las familias cada vez se vuelven más hostiles entre sus miembros. Se busca sólo lo material y máxime si hay herencia de por medio, se vuelven fieras rabiosas con tal de quedarse con los bienes del difunto ser.
Ya NO se respeta el don de la vida en ninguna forma, NI en lo humano ni en lo espiritual.
La Iglesia está siendo ultrajada por miembros adversos a ella y desde su interior se están traicionando las Enseñanzas de Mi Hijo.
Ya NO se vive vida de amor entre vosotros, el Demonio ha desatado su furia transmitiendo el error y con ello habéis perdido la confianza entre unos y otros. ¡Os comportáis como extraños!
Yo como Madre, velo porque se haga en la Tierra lo que Mi hijo os enseñó y porque se que ése Bien que recibisteis es el que os va a ayudar a regresar al Hogar Divino.
Una madre siempre vela por los hijos y trata de corregirlos de sus errores. Sí Mis pequeños, veo mucho error en vuestros corazones, Error que ya NO queréis confesar NI apartaros de él. El Error en el que vivís, si NO lucháis por apartarlo de vuestro corazón, como veneno os llevará a la muerte.
Yo os vengo a recordar lo que Mi Hijo os enseñó y os vengo a prevenir de los males que se pueden venir a toda la Tierra si persistís en vuestro Error. Mi deber de Madre es el de abrir vuestro corazón y el de llevaros a vivir en el Corazón de Mi Hijo, Fuente de toda Verdad, Sabiduría y Amor; solos no podréis hacerlo, ya que el camino se os ha vuelto obscuro y zigzagueante.
Vais solos y caéis, os levantáis y os volvéis a golpear. Ya NO alcanzáis a ver los obstáculos del camino que os pone el Maligno, porque queréis pasar por éste Mundo a solas, sin ayuda Nuestra.
Si NO confiáis en Nosotros, vuestras caídas serán fuertes y dolorosas. Aquél que toma Mi Mano NO encuentra gran dificultad para hallar el Camino de regreso a vuestro Hogar Eterno.
Yo Soy la Madre de la Compasión y del Perdón, de la Misericordia y de la Paz, venid Conmigo a saborear del alimento de Vida y de la Paz Eterna.
Yo Soy la Madre del Buen Pastor y os puedo dirigir a los pastizales en donde Mi Hijo habita.
Yo voy ayudando a Mi Hijo a juntar el Rebaño y a conducirlo a lugares seguros en donde el Mal NO los toque. Yo Soy la Madre del Amor y de él mismo estoy llena.
Yo quiero la salvación de todos vosotros y como Madre valiente os defenderé de la bestia que os quiere arrancar de Mi regazo. Confiad en Mí Mis pequeños y venid a Mi Corazón de Madre. Yo os ayudaré en vuestra salvación eterna.
Orad, hijitos Míos. Orad mucho y entregaos perfectamente a vuestro Padre, quién os ama con un amor tan grande que NO podéis ni imaginar y por ello os da tantas oportunidades para vuestra salvación.
Reflexionad en éste tiempo de Gracia, por todos sus Favores concedidos y agradecédLe de corazón todo lo que os ha dado. Y también, pedídLe de corazón perdón por todo el tiempo desperdiciado y las faltas cometidas a Su Amor Infinito y Misericordioso.
Venid hijitos Míos, acercaos al pesebre y adorad a Mi Pequeñito, a vuestro Dios hecho hombre y agradecédLe Su Presencia entre vosotros, que se dio y se quedó para vuestro cuidado, para vuestro crecimiento y para salvación de cada uno de vosotros.
Que el Amor Infinito del Padre, de Mi Hijo y del Espíritu Santo quede con cada uno de vosotros y Mi Amor de Madre os proteja y Me permita llevaros de regreso a la Casa Celestial
Yo os Bendigo en Nombre de Nuestro Padre, en el de Mi Hijo y en el del Amor de Mi Santo Esposo, el Espíritu Santo.