N179 EL TRANSPORTE19 min read

00dios-PADREHijitos Míos, el anonadamiento os va abrir las puertas de par en par para recibir Mis Gracias, para recibir Virtudes, para recibir Mi Amor. El anonadamiento se da en el alma humilde, el alma que se sabe necesitada de Mí, vuestro Dios.

Ved la vida de los santos, el anonadamiento era parte de sus vidas. A pesar de las grandes Bendiciones con las que ellos contaban, con que Yo les había alimentado su alma; ellos aún así se sentían pequeños, miserables. El alma se sabe pecadora…

Y el alma se sabe NO merecedora de los regalos. Y ése anonadamiento Me enamora, Me hace derramarMe más sobre ésas almas, porque es la humildad la que está trabajando para purificar a ésa alma que tanto Me ama.

Mis pequeños, por más que recibáis, por más que estéis al frente de vuestros hermanos con grandes dones, NUNCA crezcáis en soberbia; porque en ése momento vuestras Bendiciones, Gracias, dones, virtudes, se irán a los suelos; los perderéis.

soberbia

   Yo NO puedo trabajar en las almas soberbias; porque ésas almas se sienten que se merecen todo y por otro lado, NO se vuelven servidores, se sienten grandes antes sus hermanos.

Tened cuidado Mis pequeños, necesita de mucho cuidado el alma que recibe Mis Dones. Tiene que estar muy atenta a la Humildad y al Anonadamiento que da ésa humildad. Manteneos así, para que Yo Me siga enamorando de vuestra alma y podáis seguir recibiendo Mis grandes Bendiciones.

 Y seáis ése ejemplo que necesitan tanto vuestros hermanos en éstos tiempos, en los cuáles el Hedonismo ya es parte de la vida del hombre. Se sienten grandes, aún siendo miserables.
Porque es la Caridad la que os hace grandes. Cuando vivís en la caridad, haciendo el bien a vuestros hermanos, es cuando realmente vosotros os volvéis verdaderos Cristos.

NO os imagináis Mis pequeños, cuánta necesidad espiritual tiene ahorita el Mundo. NO os imagináis Mis pequeños, aún aquéllos que os rodean cuánto necesitan de Mí, cuánto necesitan de un cambio imperioso en su vida espiritual.

Cuántos de vuestros hermanos están vacíos. Viven la vida, pero NO tienen ningún respaldo espiritual, porque NO se la dieron sus padres.

Por eso os pido Mis pequeños, que cuando se acerquen a vosotros vuestros hermanos, NO importando quiénes sean, NO rechacéis a nadie, os lo pido. TODOS, todos necesitáis de ése crecimiento espiritual, de ése apoyo espiritual, de ésa vida espiritual, que solamente puede venir de Mí y que alimenta a las almas.

Posiblemente vendrán a vosotros hermanos vuestros que NO pertenecen a la Religión que os dejó Mi Hijo, a la doctrina Verdadera del Cristianismo.

Mis pequeños la necesidad espiritual existe en todos los seres sobre la Tierra, todos vuestros hermanos tienen un alma que necesita ser alimentada. Algunos se han alimentado bien y crecen bien en lo físico y en lo espiritual.

Otros se han alimentado mal, espiritualmente hablando y ésa mala alimentación espiritual también les afecta en lo físico.

El hombre NO se siente seguro, se siente vacío. NO puede caminar con pasos seguros en el Mundo, porque le falta el soporte espiritual.

El Demonio, Satanás, siempre estará atacando a las almas, ya lo sabéis. Y lo primero que os crea es MIEDO. Temor a vuestro alrededor, temor a vuestros hermanos, temor a cosas  os puedan suceder.

Os hace inseguros porque NO tenéis ése soporte en Mí que da el Amor, la Fe, la confianza verdadera de saberse protegidos por un Dios, por un Padre que solamente está buscando vuestro bien.

Dad pues a las almas la seguridad de que tienen un Padre que todo lo posee y que todo lo dona a las almas que lo buscan.

Llevadlos hacia ésa Fe Verdadera, hacia ése crecimiento en vida; para que puedan caminar por el mundo seguros de estar haciendo el bien y sobre todo, seguros de que tienen un Padre que vela por ellos y deben transmitir ellos las Verdades de Mi Hijo.

Dadles amor, porque todas las almas se alimentan de amor. Llevadlos a ésa seguridad fraterna, hacedles saber que sois Familia, que si ellos son los hijos pródigos, tienen en vosotros ése apoyo que los puede regresar nuevamente a la Casa, a la Casa Fraterna y luego, a la Casa Paterna.

No despreciéis a nadie, Mis pequeños. Porque como os dijo Mi Hijo: en cada uno de ellos, aún en el más necesitado, deberéis ver el Rostro de Mi Hijo.

NO importa lo que necesiten DADLES, dadles Mis pequeños. Y así seréis ejemplo de una verdadera caridad en vuestro  corazón.
Por eso os quiero hacer un llamado hacia el respeto por las cosas consagradas, hacia las cosas Divinas, hacia todo lo que es Mío o viene de Mí.

Porque se os enseña durante vuestra vida a comportaros de acuerdo al lugar en donde estéis. En la escuela cuando sois pequeñitos, se os dice lo que debéis hacer y lo que NO debéis hacer y cuándo lo debéis hacer. Crecéis y empezáis a ir a reuniones fiestas de niños, luego fiestas de adolescentes y más tarde de adultos.

Se os va enseñando o vais aprendiendo, a veces con dolor o con vergüenzas lo que debéis hacer y lo que NO debéis hacer en cada situación de vuestra vida y cómo comportaros ante vuestros hermanos.

Yo os quiero pedir de todo Corazón, que aprendáis a respetar lo que es Mío. Ya sean artículos religiosos, venerarlos con todo vuestro corazón y con todo vuestro amor. En la estancia en Mi Casa la Iglesia, también deberéis comportaros con todo respeto, es Mi Casa. Si alguien va a vuestra casa aprende a respetar lo que tenéis, NO tocan cosas si NO se les permite.

Aquí mismo en Mi Casa Mis pequeños, debéis aprender a respetar Mis Leyes, las reglas que la misma Iglesia os da. Pero sobre todo, Mi Presencia Real, Viva entre vosotros. Estáis Conmigo en Mi Hogar, en Mi Casa de la Tierra y debéis comportaros a la altura.

Si venís a Mí a Mi Casa; debéis entrar en contacto íntimamente Conmigo, a eso venís, ¿O NO?

 Venís a visitarMe,  venís a buscarMe, Yo estoy Presente, vuestra Fe os lo dice, vuestro corazón recibe Mi Llamado, estáis Conmigo. Entonces por favor, entrad en vuestro corazón para que Me halléis ahí y podaMos compartir en ése diálogo Santo, entre vuestro Dios y el alma.

PedidMe, habladMe, compartidMe, llorad, Yo os escucharé. Tened el Respeto a Mi Presencia entre vosotros en la Sagrada Eucaristía. RecibidMe con todo el respeto y el amor debidos. Orad íntimamente, acompañadMe, escuchadMe… Yo también tengo necesidad del hombre.

 Necesito de vosotros, para que todo se vaya haciendo de acuerdo a Mi Voluntad en la Tierra. Vosotros sois Mis instrumentos, necesitáis la dirección de alguien que sabe, de la Sabiduría que Soy Yo.

Vosotros sois instrumentos de acción, Yo os pido tantas y tantas cosas, para que vayáis reformando a éste Mundo que tanto necesita.

Debéis aprender a entrar en vuestro corazón para escuchar Mi Voz, para escuchar Mis Mociones, para que vosotros podáis hacer lo que os pido y Mi Agradecimiento NO se dejará esperar, tendréis Bendiciones abundantes.

Pero os pido nuevamente Respetad. Respetad Mi recinto Santo, la Iglesia y haced que vuestros hermanos, vuestros hijos, vuestras amistades o aún los que NO creen, también RESPETEN como se respeta vuestro hogar.
El ganar la santidad es un trabajo diario, es un trabajo de todo momento, es un trabajo de cada segundo de vuestra vida.

Habéis sido llamados a la santidad y esto quiere decir: la perfección de espíritu.

Mis pequeños, la santidad os va a traer grandes bendiciones a vuestra vida y NO es necesario que lleguéis a la santidad para empezar a gozar de las Bendiciones que Yo le doy a las almas santas. En el trayecto hacia ésa santidad, EMPEZARÉIS a gozar de Mis Bendiciones, porque para ello el alma se va esforzando…

El alma va limitando todo aquello que pueda impedir el ganar ésta santidad. Y en ése anonadamiento, en ésta Negación a uno mismo, en ésa lucha contra todos los vicios y buscando la Virtud, la Verdad y el Amor, el alma Sufre…

Pero Yo la voy levantando, Yo le voy dando alimento. Yo le voy dando aliento para que siga adelante y va recibiendo Mis Bendiciones y Mis regalos espirituales. Y ésa alma al sentirlos, se va sintiendo apoyada y sigue adelante.

Mis pequeños, es necesario que sepáis que el Enemigo siempre os va a estar acechando para que NO alcancéis la santidad. Sobre todo cuando ya os impusisteis ése deseo en vuestro corazón, él tratará más fuerte de alejaros de la perfección, que es la santidad misma.

Luchad pues contra sus ataques. NO desfallezcáis, aunque caigáis y creáis que perdisteis lo que habíais ganado. NO será así, Mis pequeños. Satanás siempre tratará de haceros ver así… Que aunque luchasteis, caísteis. Pero el hombre es así Mis pequeños, cae en todo momento…

Satanás se Burla: Te hice caer’… Aunque nos sintamos el trapo más sucio y miserable, NO IMPORTA QUE LO HAGAMOS LLORANDO… Debemos responder: ¡Lárgate de Aquí! Él es Bueno y Justo y ME PERDONARÁ… Porque sabe lo que hay en mi corazón…

Pero el valor del santo es LEVANTARSE, seguir luchando, dejar la vida pasada, alimentarse de las caídas. Alimentarse de las derrotas, para NO volver a caer en lo mismo y que ellas sirvan como escalón para subir a un grado más de espiritualidad y de perfección.

Recordad que siempre Me tendréis a Mí, NO desfallezcáis. Os espero en la perfección Mis pequeños, que os llevará al Reino de los Cielos.
La sencillez es un fruto de la Humildad. Mis pequeños, aprended de Mi Hijo que siendo Dios, se mostró siempre sencillo ante todos los seres humanos con los que trató. Igual atendía al rico y poderoso; que al pobre, al desamparado, al enfermo, al desvalido.

CON TODOS tuvo ésa Caridad, respeto, Amor. Escuchaba con paciencia sus necesidades, sus ruegos. A todos atendía cuando se acercaban a Él así, humildes y necesitados.

Él, SIENDO DIOS, pudo haberse comportado de una manera altanera, orgullosa… Pero es precisamente la virtud, la humildad, lo que os lleva a vivir así y Mi Hijo siendo Dios os enseñó ésa necesidad que deben de tener las almas; la de vivir sencillos y sobre todo, sirviendo a sus hermanos.

Mis pequeños, Yo voy llenando a las almas de Gracia, de Bendiciones, de virtudes. Pero muchos caen, se empiezan a sentir mejores que sus hermanos, se vuelven intratables, casi como vosotros decís: se suben a su trono y esperan ser servidos por los que están a su alrededor.

Ése es el Error del poderoso, del rico, del famoso. La sencillez ya NO vive en su corazón. YA NO hay humildad, ya se sienten más que los demás y recordad lo que os dijo Mi Hijo: “que aquél que ha recibido más, se le pedirá más y debe ser servidor de los demás”, porque NO tienen lo que él ya ha recibido.

A vosotros mismos os caen mal aquéllos que se sienten grandes. Se vuelven groseros, se vuelven intratables. NO seáis así Mis pequeños, manteneos en la sencillez, que podáis tener ése trato agradable, trato amoroso. Tener la paciencia de escuchar a vuestros hermanos en sus necesidades y amadles…

Que NO se vea en vosotros como obligación el escucharles y de tratarles, sino que sea realmente amor por ayudarles; porque en ése momento sois Intercesores ante Mí y las Bendiciones que reciban vuestros hermanos, pasarán por vosotros.

Y un alma Soberbia NO PUEDE SER TRASMISORA de Mis Bendiciones, recordadlo.
Os obsesionáis con las cosas, les dais demasiada importancia a lo que tenéis, a lo que buscáis, a lo que hacéis y todo para el Mundo. Entended, Mis pequeños que el Mundo NO os va a recompensar como Yo os recompenso.

Si vosotros cultiváis la tierra, ciertamente la Tierra os va a recompensar porque la tratasteis bien. Si criáis animales para la alimentación y los cuidáis, también ellos responderán y tendréis alimento. Pero desgraciadamente, la gran mayoría de vosotros solamente os obsesionáis con el TENER…

Solamente queréis tener más de lo que os gusta y ésa obsesión solamente os lleva a vivir una vida enfermiza, vana, estéril, que NO os va a llevar a nada bueno. Os quita la paz y sobre todo os quita Mi Tiempo.

El Tiempo que Yo os he dado para servirMe, para trabajar para Mi Reino y para destruir el Mal.

Os obsesionáis con cosas, con personas. Os llenáis de pertenencias, aún con riquezas.  Y todo eso como os digo, os quitan la paz, solamente pensáis en ello. ¿Cuánto tiempo os van a durar y qué vais a hacer con lo que tenéis?

¿Cuántas veces os tengo que repetir Mis pequeños, que todo eso que tenéis del Mundo es vano y Aquí se quedará?

¿Por qué NO entendéis el pasaje de la Escritura en donde Yo le pedía al pueblo judío cuando estaban en el Desierto, que recogieran el maná solamente para ése día junto con las codornices que pasaban a través de él? Debéis pensar solamente para lo del día, que Yo proveeré.

 ]NO CONFÍAIS en Mi Providencia! ¡Atesoráis, guardáis en exceso y se echa a perder!

Entended que Yo, vuestro Padre y vuestro Dios estaré dándoos lo necesario para que vuestro cuerpo pueda estar sano porque así Me interesa, que esté sano. Para que vuestra alma pueda ir a donde Yo os pida. El cuerpo y sus necesidades están Conmigo…

Éste es solamente TRANSPORTE.

El transporte tiene que estar correcto, en buen estado. Para que él lleve lo más importante que poseéis, que es vuestra alma…

Y vuestra alma es la que lleva la misión que os hará grandes en el Reino de los Cielos.

Dais mucho tiempo a las cosas del mundo, al cuidado de vuestro cuerpo, a adornar vuestro alrededor y no le dais el tiempo suficiente ni la importancia necesaria a vuestra alma, que es la que se presentará ante Mí, al fin de vuestra existencia.

Deteneos aquí, Mis pequeños e imaginad que ya estáis ante Mí, ¿cómo está el estado de vuestra alma?, ¿qué Me podríais traer ya en éste momento?, ¿podríais estar orgullosos de traerMe cosas buenas con las cuales hacerMe feliz a Mí, vuestro Dios?

No Me presentéis vuestros bienes materiales, porque Yo Soy el Dueño de ellos. PresentadMe los bienes de vuestra alma, porque éstos son vuestros méritos. 

Eso es lo que Yo quiero, Mis pequeños, ver vuestros méritos, vuestro trabajo, lo que luchasteis para hacerMe feliz a Mí, a vuestro Dios y así Yo os pueda premiar.

Entended bien la lección, Mis pequeños, se os ha dado mucho, se os ha tratado de dar el conocimiento necesario para que caminéis de acuerdo a Mi Voluntad y no la vuestra, pero os seguís llenando de banalidades del mundo.

Nuevamente os pido, detened ya vuestro paso y haced ése recuento de vuestra vida, ¿Cómo está vuestra alma para presentarse ante Mí?

Y por eso os pregunto ¿Quiénes son realmente los triunfadores?

Y Yo os respondo, son todos aquellos que quieren triunfar en algo. Se imponen metas y hacen todo un plan de trabajo, un plan de vida para lograr ésa meta.

Ciertamente se sacrifica uno mucho para alcanzar ésa meta. Hay que trabajar, sufrir, dejar otras cosas para llegar a alcanzar ésa meta que uno se ha impuesto.

Pongamos por ejemplo, al que quiere ganar un maratón. Son muchas horas de trabajo, se tiene que levantar muy temprano. Correr, quizá varias horas al día, llevar una alimentación sana y desechar aquello que pueda ser grato al paladar, pero que NO ayuda.

Norma su vida de acuerdo a lo que necesitará. Tendrá sus horas de sueño necesarias para que se recupere el cuerpo… Dejar quizá fiestas, reuniones a las que quisiera atender; pero de acuerdo a las metas que se forjaron, tiene que hacerlas a un lado.

TODO, todo lo que penséis vosotros que pueda ser una meta en vuestra vida que sea buena, que queráis alcanzar; deberá llevar atrás trabajo y sacrificio.

Pero cuando llegáis al final de vuestra meta y alcanzáis el triunfo; todo ése trabajo, todo lo que desechasteis, que os gustaba, pero que no os iba a ayudar, realmente no lo extrañáis, porque adquiristeis, ganasteis lo que queríais, la corona del triunfo.

Si esto hacéis, Mis pequeños, para alcanzar premios humanos y lucháis por ellos, Yo os estoy dando el premio más grande que un alma pueda desear, el Reino de los Cielos.

Ciertamente se os habla de ello desde que sois pequeñitos y tanto se os ha dicho a lo largo de vuestra vida, que ya quizá ya NO le deis la importancia debida.

Pero Mis pequeños, os puedo asegurar que el Reino de los Cielos, sus riquezas, el gusto que obtendréis por alcanzarlo, es inconmensurable. NO os imagináis siquiera lo que es éste premio.

Ya San Pablo lo decía, “ni el ojo vio, ni el oído oyó lo que Dios tiene reservado para nosotros”. Es demasiado grande lo que se os dará por el trabajo que os impondréis en la Tierra y los sacrificios que haréis para ganarlo.

Forjáos metas altas, Mis pequeños y que ésta meta sea la de regresar a Mí con las manos llenas.

Vuestro triunfo consistirá en ello, EN TRAERME ALMAS. Haber luchado contra todos los males del Mundo o los aparentes bienes, que NO os dejasteis engañar por los Espejismos del Mundo. Los despreciasteis, NO los tomasteis porque vuestra meta era muy alta, que es vuestro Hogar Celestial.

Os aconsejo Mis pequeños, que os pongáis ésta meta alta en vuestra vida, el Reino en donde seréis tratados verdaderamente como lo que sois: hijos del Rey, hijos Míos, de vuestro Dios.

Luchad pues, para alcanzar la Corona del Triunfo y Yo Me encargaré de sobrepasar vuestras expectativas de Gozo.
Hijitos Míos, AHORA VOY A HABLAR  a todos aquellos que os habéis comportado como malos hijos durante vuestra vida. Que habéis despreciado Mis Leyes, Mis Decretos. Que habéis atacado a vuestros hermanos destruyéndolos corporalmente ó espiritualmente.

Os he dicho que el Padre que ama, atiende igual al bueno, que al malo. Que el sol lo hago salir Yo, vuestro Padre, para buenos y malos, la lluvia cae igual para buenos y malos. Con esto os quiero decir que Mis Bendiciones están continuamente cayendo sobre la Tierra para TODOS vosotros, Mis pequeños.

El bueno la recibe para bien, con ello se reconforta, crece, vive y da fruto abundante. En cambio el malo, NO recibe con beneplácito las Bendiciones que Yo envío a la Tierra. Aunque llueva continuamente Mi Bien sobre todos vosotros, NO se aprovecha en éstas almas.

Cuando os digo que todo Mi Bien cae para buenos y malos, el bueno las acepta, crece y las agradece. El malo sigue en su Maldad y aún a pesar del bien que recibe, se mantiene en su maldad.

¿Creéis, Mis pequeños, los que os portáis mal, que esto va a seguir así?… NO Mis pequeños, también un padre es Justo y da lo mejor a los hijos que se han portado bien y dará castigo a los que se han portado mal.

El hecho de que Mi Bondad se derrame sobre todos vosotros y os trate por igual, ES con la esperanza que el malo se dé cuenta que se le trata igual que al bueno, que con la inteligencia que le he concedido y que con un rayo de humildad que entre en su corazón, se dé cuenta del mal que hace y se arrepienta.

Ésa es Mi meta, Mis pequeños, ése es Mi deseo. Que el malo vea que se le trata con bien, para su arrepentimiento. Pero aquellos que creen que Me pueden hacer Tonto a Mí vuestro Dios, que se podrán seguir portando mal y recibiendo Bendiciones y éstas les durarán por siempre… NO Mis pequeños.

Yo os conozco perfectamente, conozco vuestro interior, conozco cada paso, cada palabra, cada pensamiento que habéis tenido durante vuestra vida…

Y estad seguros que recibiréis el Castigo o el premio de acuerdo a lo que hayáis hecho.

El tiempo de la cosecha está pronta, separaré el trigo de la cizaña. Los que quisieron mantenerse en el bien, obtendrán el Bien Eterno.

Aquellos que se entercaron en vivir en el Mal, a pesar del bien que recibían…

Y que NO quisieron arrepentirse, serán quemados en el Fuego Eterno.

ESTO ES JUSTICIA Mis pequeños, porque así como Mi Bondad se derramó sobre todos ellos, sobre todos vosotros durante vuestra estancia en la Tierra, para completar vuestra misión; también el Premio o el Castigo se dará de acuerdo a cómo el alma actuó.

Haced un examen de conciencia honesto y ved de qué lado estáis, Mis pequeños, ¿Sois trigo o sois cizaña?

Yo os Bendigo ahora y por siempre, en MÍ Santo Nombre, en el de Mí Hijo,  Salvador vuestro y en el del Espír1tu de Amor y Vivificador.

http://diospadresemanifiesta.com/

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