Hijitos Míos, Mis pequeños, hoy os quiero recordar lo que ya Mi Hijo Jesucristo y Yo misma os hemos dicho muchas veces, que NO estáis aquí en la Tierra por casualidad o por obligación.
Vuestra estancia sobre la Tierra, vuestro paso por ésta Tierra, tiene para cada uno de vosotros una misión y una razón muy grandes: la de ser Corredentores...
Y este acto tan grande y de tanta responsabilidad se desarrolló como un acto vuestro en TOTAL LIBERTAD y de TOTAL DONACION a la Voluntad de vuestro Dios.
Vuestro paso sobre la Tierra debe ser éso, sólo Tránsito. Sólo un momento, sólo el tiempo necesario para cumplir con la tarea que vosotros, con amor y libertad, aceptasteis de vuestro Dios. Él siempre respeta la libertad de las almas, nunca impone algo; porque si así lo hiciera, estaría actuando en contra de Sus Enseñanzas.
Por ello debéis estar seguros que vuestra donación fue libre y espontánea y vuestro Padre os lo agradece compartiéndoos también, el título de CORREDENTORES, al ayudar a Su Hijo Jesucristo en la salvación de vuestros propios hermanos.
Yo, como Virgen y Madre, también comparto el título de CORREDENTORA por haber sido escogida por la Santísima Trinidad para traer al Mundo a Mi Dios Salvador y que de Mí se Encarnara. Que tomara de Mi Carne Virginal, libre de todo mal, libre de toda culpa, libre de toda corrupción que el pecado causó a la Obra de Creación de Nuestro Padre Dios.
Y por el hecho de que Mi Carne y todo Mi Ser se mantuvieron Puros y Virginales, fui elevada al Cielo en Cuerpo y Alma al llegar el Final momento de Mi Misión sobre la Tierra.
Sí, Mi Misión sobre la Tierra terminó; pero Mi Misión como Madre de todos vosotros, NO. Esta sigue y sigo viendo por la salvación de cada uno de vosotros.
También a cada uno de vosotros os acompaño durante toda vuestra vida, Me queráis o NO, Me aceptéis o NO, Me busquéis o NO.
Mi Hijo sobre la Cruz, Me dió la tarea de ver por todos vosotros, TODOS VOSOTROS, sin distinción de raza, credo, creencia, etc.
Para todos vosotros Bajó, para todos vosotros Predicó, por todos vosotros Sufrió y Murió, para todos vosotros Resucitó y para todos vosotros Soy Vuestra Madre porque así Él Me lo pidió.
Yo Soy la Madre de todo el Género Humano…
Y una madre siempre buscará y velará por todos sus hijos, sean buenos o malos, favorables a la Fé de vuestro Dios o contrarios a ella… Y así como El os quiere a todos…
Yo como Madre, NO puedo ser contraria al Amor y a los deseos de Mi Hijo. El Amor de Mi Dios está en Mi y éste Amor actúa perfectamente en Esta, Su Sierva Fiel.
Por favor Mis pequeños, tratad de entender bien lo que vuestro Dios os concedió a cada uno de vosotros. Este paso, éste momento de la Eternidad que se os ha dado para servirLe en la Salvación y Redención del género humano, se os pagará en forma tremenda. (Lo único que tenemos que hacer ES: santificar nuestros sufrimientos al entregarlos…)

ESTAMOS ACOMPAÑANDO A NUESTRO REDENTOR EN EL FRENTE DE LA BATALLA POR LA SALVACIÓN…MARÍA ES LA COMANDANTE… COMO GRUPO DE ÉLITE, PODEMOS HACER QUE LUCIFER CONOZCA EL SABOR DE LA DERROTA… ¿QUIÉN SE ATREVE?
A vista de la Eternidad, el momento que tomará vuestra estancia sobre la Tierra es pequeñísimo, es casi imperceptible a ojos humanos, pero NO para Nuestro Dios. Es vuestra Donación Libre y Amorosa… ES vuestro amor infinito por El, lo que a vuestro Dios le interesa.
El deseo de bajar libremente a servirLe en la salvación de vuestros hermanos y el deseo de traer Su Amor a la Tierra para poderla levantar del mal en el que se encuentra, vuestro Dios os lo paga por toda la Eternidad.
SÍ, es un momento insignificante vuestra estancia sobre la Tierra y será pagado con un Gozo Extremo. Con un gozo total para vuestra alma por toda la Eternidad. Si pensarais como comerciantes, como administradores de un bien, os daríais cuenta de que la proporción del pago que se os dará a la tarea que realizaréis, es infinitamente desproporcionada.
Vuestro Dios os paga por vuestro trabajo sobre la Tierra en forma DESCOMUNAL y ése pago irá también, en proporción a lo que hagáis por El, durante vuestro paso terreno. Si mucho disteis, Infinitamente más se os multiplicará en el Reino de los Cielos.
Vuestro Dios, Nuestro Padre, es un “mal comerciante”, que os paga muchísimo más de lo que vuestro trabajo vale. Porque “vuestro trabajo” está lleno de pecados, de errores, de caídas, de traiciones; pero también de valor, de Fé y de AMOR… Y por ése Amor y por ser vuestro Padre, El os dá ése Premio Descomunal.
Esto es lo que a El le interesa más de vuestro paso sobre la Tierra: Cuánto amasteis y cuánto de Su Amor dejasteis en el corazón de vuestros hermanos.
Es el Amor el que va a producir el cambio sobre la Tierra y el que va a daros el Premio Eterno. NO bajáis a la Tierra a apoderaros de ella ni a buscar sólo sus bienes, a tratar de poseer más.
Bajáis a servir a vuestro Dios con los Bienes que El os concedió, responsabilizándoos de repartir lo que de El traéis del Cielo. Como Su Amor, Sus Virtudes, Sus Bendiciones, Su Ejemplo y sobre todo, el Honor de haber sido escogidos para ser Corredentores junto con Su Hijo y de ser ejemplo fiel de Sus Enseñanzas.
Pocos, MUY POCOS de vosotros os dais realmente cuenta de tal Honor, el de ser siervos fieles de vuestro Dios, como Yo lo Soy. SÍ, la Tarea que El os pide se os parece difícil a ratos, pero El siempre está atento a vuestras necesidades; además de que Yo vuestra Madre, constantemente estoy Intercediendo por vosotros, para obtener de Nuestro Dios lo que necesitáis en todo momento.
El nunca os pide más allá de lo que os pidió antes de que bajarais a servirLe. El os dotó de todo lo necesario para que pudiérais cumplir satisfactoriamente con vuestra Misión.
Y se os debe de hacer más fácil si os mantenéis en constante comunicación interior con Su Voluntad… Pero éso es algo que pronto se os olvida y que desecháis de vosotros.
No evitéis ni despreciéis la Oración Profunda, la Oración Interior, porque es la que os dá la comunicación segura y constante con vuestro Creador. Si os apartáis de la Gracia, de la Pureza de vuestro corazón y de la Oración, os sucede como a aquél que es dejado en medio de un bosque, en la total obscuridad. Se pierde y sigue luces débiles que lo pueden llevar por caminos de peligro o de muerte.
Os pido Mis pequeños, que viváis siempre con el corazón en la mano. Y con esto os quiero decir que la Caridad para con vuestro prójimo, siempre esté abierta, que sea abundante, que ayudéis siempre de corazón y NO por obligación.
Mi Hijo se dio en totalidad. Los bienes materiales los tuvo, porque había muchos hombres ricos que Le ayudaban en Su Misión. Pero así como lo recibía, Él también lo daba a los pobres; ahí estaba ayudando económicamente a los necesitados, pero también se daba plenamente en lo espiritual.
Y se acercaban a Él los necesitados NO solamente de curación corporal, sino de curación espiritual. Se donaba plenamente… Así, en lo económico y en lo espiritual.
Cuando vosotros tenéis mucho de lo económico, difícilmente soltáis de lo vuestro; porque lo creéis de vuestra propiedad, sin que os deis cuenta plenamente, de que lo que tenéis en lo material NO ha sido de casualidad que lo tengáis, sino que Nuestro Padre y Nuestro Dios lo ha permitido en vuestra vida…
Y ha confiado en vuestro corazón, para que compartáis de éstos bienes materiales con vuestros hermanos. Pero pocos, MUY POCOS hermanos vuestros que tienen riquezas, entienden esto…
Y es por eso que Mi Hijo les decía que era más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja a que un rico se salvara, porque estáis buscando mantener ésa riqueza que NO es vuestra.
Y entended bien esto Mis pequeños, porque si de alguna forma u otra os habéis hecho de ésas riquezas, es gracias a los dones que recibisteis del Cielo y NO los agradecéis. Y se os ha dicho que mientras más deis más recibiréis, pero como vivís en las cosas del Mundo, en lo material, poco o nada entendéis de éstas Palabras Divinas.
Porque Mi Hijo os ha dicho que cuando tenéis bienes dados del Cielo, NO los aprovecháis plenamente, NI crecéis con lo que tenéis en la Tierra, que pertenecen al Príncipe de éste mundo y con ellos os engaña para que NO crezcáis espiritualmente.
Al repartir de vuestros bienes estáis actuando en Caridad y también se os ha dicho que cuando vosotros dais limosna, vuestros pecados quedan perdonados. Ciertamente, NO los que os llevan a la muerte. Hablando de pecado, es todo aquello en lo que vosotros erráis.
Son vuestros defectos cuando vosotros dais limosna, vuestros pecados quedan perdonados, ciertamente, no los que os llevan a la muerte.
Y caéis en ellos y a veces tontamente, porque NO estáis viviendo una vida espiritual que os da fuerza para que vosotros luchéis contra vosotros mismos, contra vuestras pasiones, contra vuestros deseos nefastos. Contra vuestra alma que le impiden crecer espiritualmente, pero que vosotros al caer continuamente en ésos mismos deseos, en ésas mismas faltas, desperdiciáis vuestro tiempo Y NO VIVÍS más plenamente en lo espiritual, que en lo del mundo.
Podríais ya ser tan grandes, Mis pequeños. Podríais ya tener dones inmensos, inconmensurables, si hubierais ya entendido esto, de vivir más para vuestro Dios, para Mi Dios, en lugar de buscar acrecentar vuestros bienes terrenos.
NO estáis buscando estar ya desde ahora que vivís en la Tierra, en los terrenos Divinos, que es el Reino de los Cielos. NO estáis comprando vuestro lugar en el Reino de los Cielos con vuestras buenas acciones, con vuestra vida de ejemplo, con la Vida de Mi Hijo en vosotros.
Llegáis ante Nuestro Dios cuando bien o mal, cumplís vuestra misión. Cuando Él os manda llamar, que es el fin de vuestra existencia sobre la Tierra y el principio de vuestra existencia en el Reino de vuestro Dios, que ojalá todos vosotros buscarais esto y que no perdierais vuestra alma eternamente.
Pero cuando os presentáis ante Mi Hijo, para vuestro Juicio Personal, es cuando os dais cuenta de todo el tiempo perdido, de todas las oportunidades que tuvisteis de hacer tanto bien con aquello que aparentemente es muerto:
Que son los bienes de este mundo, que es el dinero de este mundo, que ciertamente él os puede llevar a alcanzar la Gloria cuando actuáis en Caridad y que también a condenaros, cuando entráis en avaricia o usando ésos bienes para vuestra destrucción espiritual y para la de otros.
Aquí es donde os dais cuenta, Mis pequeños, cómo un bien material que se os otorga, de acuerdo a vuestro actuar os puede dar salvación eterna u os puede dar condenación eterna.
Meditad esto, Mis pequeños para que empecéis una nueva vida en vosotros; lo que os quede de vida NO importa, pero es una nueva oportunidad que Nuestro Dios os concede, para que podáis comprar como os dije el Reino de los Cielos con vuestro actuar, según la Voluntad de Nuestro Dios y viviendo en ése Amor que vosotros os debéis tener los unos a los otros, como Mi Hijo os enseñó, ayudándoos tanto en lo material, como en lo espiritual.
¡Vuestra misión es grande, como vuestro premio lo será si la termináis triunfantes! Dejad que Yo os guíe como Madre vuestra que Soy, para poder llevaros a feliz término de vuestra misión y así Me dejéis con una gran alegría, la de haberos ayudado a obtener una gran Gloria por toda la Eternidad.
Os amo infinitamente, Mis pequeños y os bendigo en Nombre de Nuestro Padre Dios, en Nombre de Mi Hijo Redentor, en Nombre de Mi Esposo-Amor y en Mi Nombre de Virgen y Madre de Mi Dios y vuestra.
Mí Dios y Señor, Padre de todo lo creado, os bendiga; que Mí Hijo, bendición de Mí Dios y Señor, a Mí Corazón y a Mí Vientre Virginal, os bendiga y que Mí Esposo, el Santo Espíritu del Amor, la Sabiduría, la Palabra, el Amor, también os bendiga y recibíd, también de Mí, Vuestra Madre Celestial, Mis Bendiciones y Mí Ternura y preparád vuestra voluntad a una libre donación para ser guiados al triunfo de la Verdad y del Amor.