F87 EL CREDO 616 min read

 

PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATOS
Yo, vuestro Dios y Señor, el Rey del Universo, ahora, hago un llamado a todos aquellos que son cabezas de pueblo, a todos aquellos que tienen el poder de mandar sobre sus conciudadanos, aquellos reyes, presidentes, jefes de pueblos, que deben de regir a sus pueblos en justicia, en amor, en respeto.

Os digo, en el Nombre de Mi Hijo, así como Él le respondió a Poncio Pilato “tú no seríais quien eres, si el poder no se te hubiera dado de lo Alto”.

Ahora os lo digo a vosotros, vosotros presidentes, reyes, gobiernos de la Tierra no serías lo que sois si el poder no lo hubierais recibido de Mí. Vuestro compromiso es grande, líderes del mundo, vuestra responsabilidad ante Mí, es inmensa, porque vosotros habéis recibido ése poder para mandar y si lo usáis para mal, si lo usáis para destrucción, grave pecado cometéis ante Mis Ojos y gran dolor recibiréis por vuestro actuar.

La justicia que claman los que están siendo gobernados por vosotros llegará a Mis Oídos y vosotros recibiréis lo que merecéis. No os habéis dejado guiar por la Luz Divina del Espíritu Santo…La Única Luz que os iba a dar tanto a vosotros, como a vuestros gobernados, el camino recto, seguro, para convivir ante los hombres y poder llegar ante Mí… Y de ésta forma, poder unir los Cielos con la Tierra, por la virtud a la que debierais haber llegado como pueblos de Dios.

Os habéis vuelto pueblos rebeldes, como el antiguo pueblo de Israel. Y vosotros gobernantes, por NO haber guiado a vuestro pueblo según Mis Designios y sí de acuerdo a vuestros designios o por designios satánicos, recibiréis el pago a vuestro error, a vuestra maldad.

Se os ha dado un poder que habéis desperdiciado, que lo pusisteis a órdenes de falsos ídolos y NO acudisteis a Mí vuestro Dios, para buscar guía segura para atraerlos a Mí.

 Habéis destruido moralidad y espiritualidad, porque vosotros mismos no fuisteis ejemplo entre los pueblos, habéis llevado a vuestros gobernados a la guerra y a la destrucción, al hambre, a la peste, a la miseria, porque vosotros mismos no acudisteis a Mí, para vivir en virtud, en justicia, en equidad. La maldad se apoderó de vuestro corazón y vosotros mismos NO quisisteis apartaros de ella, vuestra maldad será juzgada y las almas de aquellos a los cuales afectasteis, que matasteis, porque NO les quisisteis tender la mano, con el poder que Yo os concedí. Están clamando justicia, ésa justicia os aplastará y os matará eternamente, conoceréis el Averno, al cual llevasteis en vida a muchos de vuestros gobernados.

Mi Justicia está pronta por caer sobre la Tierra, es cuando vosotros mismos pediréis, como se dice en las Escrituras, que las montañas os cubran, para que no veáis Mi Justicia, pero NO podréis apartaros de ella.

Os la habéis ganado porque no escuchasteis a tiempo Mi llamado, hicisteis a un lado todo lo que se os pidió, preferisteis actuar en el mal, en la injusticia, en el pecado. Buscasteis vuestros propios intereses y no los de vuestro pueblo.

Intereses que eran los Míos, para hacer de éste pueblo la Tierra entera, un pueblo en el cual se viviera los Mandamientos que Yo os di y el Amor que Mi Hijo os enseñó. Reparad el daño si podéis, PORQUE EL TIEMPO SE ACABÓ. Arrepentios, arrepentios, Yo, vuestro Dios, el Rey del Universo os lo pide.

Hijitos Míos, en Poncio Pilato Yo representaba a todos los gobiernos de la Tierra, cuando él se siente poderoso, que él se siente que puede mover las leyes porque él es el dueño de ellas, que tiene el poder para gobernar… Yo le respondo que ése poder, ése gobierno sobre su gente, lo recibió de lo Alto, lo recibió de Mi Padre,

 Y ahora lo vuelvo a repetir para todos los gobernantes de la Tierra, el gobierno que tenéis, el don de gobernar y el puesto que tenéis lo habéis recibido de Mi Padre, pero debéis de actuar en justicia y siempre guiados por la Luz del Espíritu Santo.

Cuando vosotros, gobernantes de las naciones, actuáis con injusticia, viendo vuestros propios intereses, llenándoos de los recursos de vuestros hermanos, olvidando sus necesidades, olvidando su bienestar, vosotros estáis actuando en injusticia, en  maldad y así, por ésta misma injusticia y maldad se os juzgará.Cada alma que NO haya recibido justicia de vosotros, os acusará en vuestro juicio. Vosotros  estaréis ante miles y millones de vuestros conciudadanos que os señalarán vuestro mal proceder, porque actuasteis injustamente cuando, el don que se os dio, era Divino.

No vivís según lo que se os da, un poder, un poder Divino, con el cual debéis de ayudar a vuestros hermanos y siempre basados en el Amor. Cuando no hubo Amor en vuestro corazón y hubo maldad para con vuestros hermanos, por ello seréis  juzgados.

Poncio Pilato Me preguntó: “¿Y qué es la verdad?”

Hijitos Míos, todos vosotros creéis tener la verdad y ésta dependerá de vuestra cultura, de vuestros principios, de vuestra propia historia, de vuestra propia experiencia, etc., en pocas palabras si os dais cuenta, estáis hablando de miles o millones de diferentes “verdades”, que solamente los beneficiarán a ellos mismos o a minorías que los sigan.  Pongamos unos ejemplos: Si hubierais nacido en los pueblos de Sodoma y Gomorra, donde prácticamente se vivía en todos los pecados más graves, los niños ahí nacidos podían considerar todo ello como normal y natural y por consiguiente, su verdad sería comportarse como lo que vivía.

Otro ejemplo: Si a través de engaños o de curiosidad os interesarais en estudiar ciencias ocultas, gnósticas, satánicas, de hechicería, etc., al cabo de un tiempo vuestro pensar y vuestro actuar seria el aprendido ahí y vuestra “verdad” sería muy diferente a la de la mayoría de vuestros hermanos.

Otro ejemplo: Si vuestra mentalidad fuera la de los líderes opresores que ahora gobiernan a vuestro mundo y estudiarais de acuerdo con su forma de gobierno y su forma de denigrar al ser humano, buscando una supuesta igualdad económica y social, vuestra “verdad”, también seria muy diferente a la de aquellos hermanos vuestros oprimidos.

Y así os puedo seguir dando infinidad de ejemplos en donde podréis ver como la “verdad” humana fácilmente puede ser manipulada según vuestras conveniencias. Por eso la pregunta de Poncio Pilato: “¿Y qué es la verdad?”, porque él en su tiempo, también vivía  con multitud de maneras de pensar, tanto locales como extranjeras.

Mis pequeños, la verdadera Verdad, valga la redundancia, es aquella que no tiene opositores, puesto que de ella, de una forma u otra todos se benefician.

Es aquélla a la que buscan los hombres virtuosos y con la cual crecen más y se perfeccionan.

Es aquella con la cual se van a guiar durante su vida y les evitará muchos problemas y caídas.Es aquella con la cual traeréis paz y amor, primeramente a vuestro corazón y posteriormente a vuestro prójimo.

Es aquella que traerá paz a todos los pueblos y naciones, borrando las fronteras y reuniéndoos a todos vosotros como un solo pueblo y Yo como vuestro Pastor.

La verdadera Verdad sólo puede venir de Mi, vuestro Dios y Yo os la vine a compartir a la Tierra para que todos vosotros la recibierais y la siguierais.

Ciertamente Mi Verdad sí tiene opositores, uno sólo, Satanás con sus secuaces. Pero si realmente estudiáis su forma de ataque, hasta ellos mismos se benefician de Mi Verdad. Sí, es paradójico, pero para poder engañaros mejortoman una buena parte de Mis Verdades e introducen su Mentira en puntos y momentos estratégicos; para que aquellos que NO están protegidos por el Don del Discernimiento, puedan caer fácilmente en su Engaño.Mis Verdades son las únicas que os pueden llevar a la perfección como ser humanos y como seres espirituales, tal y como Yo Soy. Soy el Dios-Hombre, perfecto como Dios y perfecto como Hombre y todos vosotros, por Mi donación a todos vosotros, estáis invitados a ello también…

Lo cual os va a llevar a vuestra santificación, que es el poder ser otros Cristos para el bien de vuestros hermanos. Observad que os dije: el poder ser otros Cristos para el bien de vuestros hermanos y no os dije, para vuestro propio bien.

Y os digo esto porque Yo, Cristo Jesús, vine a darMe a todos vosotros, NO vine para ser alabado y que se Me hiciera un altar y todos Me alabaran y Me rindieran culto. Mi Misión fue de servicio y por el servicio que os di, Mi Padre Me glorificó y Yo os salvé, os santifico si seguís Mis pasos.

Os vuelvo a remarcar, la única y verdadera  Verdad sólo puede venir de Mi y fue para toda la Humanidad y de todos los tiempos. NO se la vine a dar a unas minorías que creyéndose los escogidos, cada uno con sus ideas, se sintieran mejores que los demás. Eso es soberbia y mentira y en ellas NO puede desarrollarse la Verdad.

La Verdad es transparente y todos vosotros la podéis apreciar y gozar. El error crece en lo oculto y en la obscuridad y os lleva tarde o temprano a la Destrucción, tened cuidado con lo que os traten de tentar.

Y dicen las Escrituras: «Los cristianos se distinguían por su hermandad, estaban todos unidos, vendían sus propiedades y el dinero lo ponían a disposición de los apóstoles, quienes lo repartían según la necesitaran todos, vivían felices ayudándose mutuamente y se diferenciaban de la demás gente.»

Estos fueron los frutos inmediatos de Mis Enseñanzas sobre la Tierra.Después de Mi Muerte y Resurrección, mandé a Mis Apóstoles y Discípulos a enseñar a todas las Naciones y así se lograron crear las primeras comunidades Cristianas, las cuáles vivían como lo que Yo deseo que seáis, como verdaderas hermanos.

La distinción ante los demás NO sólo la daba el hecho de ser cristianos, sino el hecho de comportarse como las almas se comportan el Cielo como hermanos, pero hermanos verdaderos; cuidando de los bienes que se tienen en común, que su Padre les ha permitido compartir, que es fruto de su trabajo.

Esta frase que os dí al principio, encierra todos los frutos de Mi Evangelización. Dice, además de vivir como hermanos, «estaban unidos».

Os he explicado en uno de los últimos Mensajes lo que significa la unión. Esta os dará la fuerza para vencer todos los ataques del Mal mientras estéis de misión sobre la Tierra. Os dará alimento espiritual a través de la oración de comunidad y divinizará vuestros actos al realizarlos unidos a Mis Méritos con lo cuál viviréis Conmigo en Mi Santísima Trinidad. En la unidad se encuentra la ayuda necesaria para sobrellevar y aún vencer, las dificultades que se os presenten. Las primeros cristianos lo sabían y aprovechaban ésta Gracia perfectamente. Cuando se les presentaba algún problema entre comunidades, se unían a orar para que el Espíritu Santo los guiara.

Se unían en un solo corazón y en un solo deseo ante Mi Presencia, pidiendo por Mi Intercesión, la ayuda del Espíritu Santo, para que los condujera por los caminos perfectos de la predicación y de la solución a !os problemas que se les presentaban,

¡Confiaban perfectamente en su Jesús, en su Dios! Cosa que ahora muy raramente veo entre vosotros, Mis hijos actuales. Si se os presenta algún «problema», que realmente son situaciones en las que pongo a prueba al alma para probar su Fé en Mí; en vez de acudir a Mí primero, lo tratáis de resolver con vuestras propias fuerzas.

Si no podéis, pedís ayuda a algún amigo o conocido vuestro de los que «todo lo pueden», porque tienen algún puesto alto en alguna institución o gobierno.

Si por ahí tampoco podéis aún resolver vuestro problema, acudís a brujos o adivinadoras; haciendo cada vez más grave vuestro problema… Y como por ahí tampoco vais a resolver vuestro problema, algunos ya al final se acuerdan de Mí, de su Jesús, de su Dios.

Pero ved como en la gran mayoría de vosotros y aún de los que Me consideran su Dios, no vengo a ser el primero en quién confiáis, sino que acudís a Mí ya que agotasteis vuestros «recursos humanos» y os sentís desesperados. Cuando todo se podía haber resuelto, como Me gusta que sea, a través de la confianza en Mí, vuestro Dios, a través de la oración y en la vivencia real y sincera de Mis Enseñanzas y de Mis Leyes.

Las comunidades actuales son pequeñas y aisladas, por eso vuestro Mundo ahora se revuelca en el lodo y vive en las Tinieblas del Mal, porque NO hay suficiente Oración.

Si vosotros todos o en una gran mayoría, os unierais a orar, como en los principios de la cristiandad, ¡Fácilmente venceríais al Mal y a sus secuaces!

Os atacan y se aprovechan de vosotros porque, a pesar de que os unís a orar, NO lo hacéis de corazón y con la total confianza de que vuestra oración va a ser escuchada por Mí… Y mantenéis la duda sobre la posibilidad de que Yo sí pueda resolver vuestros problemas personales o de comunidad.

¡Cuánta Fe os hace falta, Mis pequeños!

¡Con cuánto fervor y amor se reunían en las primeras comunidades!Se reunían sin que nadie, ni nada los presionara. Se reunían porque el común Amor que los unía: el Mío; se manifestaba ahí, en cada corazón.

Se reunían a tomar de Mi Alimento ávidamente. Alimento de Palabra y alimento Celestial, Mi Cuerpo y Sangre Divinos.

En toda reunión Yo Me Manifestaba a través de Mi Santo Espíritu y salían fortalecidos en cuerpo y alma. Posteriormente, si había algún enfermo de cuerpo o de alma, Mis Apóstoles les imponían las manos para ayudarles a recuperar su salud.

LOS MILAGROS Y LA FE, SEGÚN EL EVANGELIO DE SAN MARCOS 16,20

¡Todo lo Podéis cuando estáis en Mí!

La salud de vuestro Mundo, la salud de vuestra alma, la salud de vuestro cuerpo, TODO está bajo Mi Poder y Yo lo puedo todo, en aquellos que Me piden con verdadera confianza y con verdadera Fé.

Siguiendo con la frase del principio: «Y todos vendían sus propiedades y el dinero lo ponían a disposición de los Apóstoles». Aquí lo más bello a destacar, es el valor del desprendimiento de las cosas del Mundo, buscando las riquezas del Cielo.

No hay riqueza más grande que tenerMe en vuestro corazón. Corazón que Me posee verdaderamente, ya no necesita buscar nada de éste Mundo, ya que ha encontrado por fin, el verdadero Bien.Al poner el dinero para ser administrado por los Apóstoles, ellos lo hacían siempre bajo la guía del Espíritu Santo. Primero a las viudas desamparadas, luego, a los enfermos, a los que no podían trabajar por estar lisiados, etc.

En el mero principio, ellos llevaban, tanto el rito espiritual como la administración de los bienes económicos, pero pronto se dieron cuenta de que son dos cosas muy diferentes y muy opuestas por lo que, con la ayuda del Espíritu Santo, eligieron a hombres justos para llevar los dineros y a otros para llevar y propagar Mi Palabra.

De aquí se formaron escalafones y se dieron los primeros pasos para establecer las reglas y leyes de Mi incipiente Iglesia.

Cuando doy el poder de mando a alguien, como en el caso de los Apóstoles, en un principio y posteriormente a otros, éste es siempre para servir a los demás y NO para ser servido aprovechándose del liderazgo.Esto se los hice notar cuando Poncio Pilatos Me dijo: ¿Sabías que yo tengo el poder para dejarte en libertad? Y Yo le contesté: «No tendrías poder si no se te hubiera dado de lo alto».

Esto lo dije y lo digo actualmente, para todos aquellos que se les ha permitido ser jefes o autoridades sobre sus hermanos, el puesto que les concedo es para servir, para ver las necesidades de sus hermanos y para administrar los bienes y el dinero que pertenecen a todos.

Los bienes, tanto espirituales como materiales, os pertenecen a todos. Todos sois Mis hijos, porque Soy vuestro Dios y todos sois Mis hermanos al ser Yo, vuestro hermano mayor, Jesucristo.

Buscad el vivir siempre bajo la Verdad que sólo se puede dar al vivir bajo Mi Amparo y Mi Guía, bajo el Amparo de vuestro Dios en Su Santísima Trinidad.“Y todos vivían Felices, ayudándose mutuamente”. La vida en Mi Vida, produce esta alegría sobrenatural. Es una alegría celestial, a pesar de aún estar viviendo sobre la Tierra.

Al actuar con caridad verdadera con todos vuestros hermanos, Me estáis dejando en cada corazón y ése es el mayor regalo que le podéis dar a un alma, dejarMe actuar y vivir en las otras almas.

Recordad el pasaje en el cual San Pedro le dice a un lisiado, que le pedía una monedita, a la entrada del Templo: “No tengo DINERO que darte, pero te puedo dar lo que nos legó Jesucristo, el AMOR y con él se puede todo, y tomándolo de la mano, lo sanó”.

Con Fé y con Amor podréis salvar a todas las almas, podréis salvar al Mundo entero.

Yo os Bendigo en el Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre y en el Nombre de Mi Santo Espíritu.

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