Decenas de vehículos militares han sido enviados a Shenzhen en medio de una escalada de tensión por las protestas antigubernamentales en la región administrativa china.
Imagen Iustrativa/ Escenificación de una operación militar del Ejército de Liberación Popular chino en Taiwán, en agosto de 2016. Tyrone Siu / Reuters
Un convoy militar de la Policía Armada del Ejército Popular chino ha sido avistado en la ciudad de Shenzhen, fronteriza con Hong Kong, en medio de las actuales protestas generalizadas en esa región administrativa china.
Imágenes publicadas por medios estatales del país asiático muestran decenas de vehículos militares, entre ellos de transporte blindado de personal, transitando por autopistas y concentrándose en diversas zonas de la ciudad.
De acuerdo con el diario Global Times, la aglomeración se realizaría en anticipación a un aparente ejercicio a gran escala, análogo a los realizados en esa misma urbe una semana atrás como ensayo de dispersión de protestas violentas.
El medio destaca que las funciones de la Policía Armada Popular incluyen el manejo de rebeliones, incidentes violentos, disturbios ilegales graves y ataques terroristas.
Añade que las armas principales de los vehículos militares avistados parecen haber sido retiradas de sus torretas.
A finales de julio, el Ministerio de Defensa de China indicó que el Ejército Popular de Liberación podría ser desplegado en Hong Kong si el Gobierno local lo solicita con el fin de mantener el orden público en la región.
“Infringen la ley en nombre de la libertad”
Las protestas en Hong Kong fueron iniciadas a principios del pasado junio a raíz de un proyecto de ley que permitiría la extradición de sospechosos desde el territorio autónomo a la China continental para ser juzgados.
A pesar de que este polémico proyecto de ley fue retrasado por tiempo indefinido el pasado 15 de junio, los manifestantes continúan echándose a la calle.
Desde la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao, por su parte, afirmaron que estos actos de protesta presentan “signos de terrorismo”.
Según Reuters, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, declaró este martes que tales actividades “infringen la ley en nombre de la libertad” y dañan el estado de derecho de la región,
Y estimó que la recuperación de Hong Kong tras estas protestas podría llevar mucho tiempo.
El banco central de China debilita el yuan a un nuevo mínimo desde 2008
La moneda china está siendo artificialmente devaluada desde inicio de mes en relación con el dólar estadounidense.
El Banco Popular de China ha disminuido en 115 puntos básicos el tipo de cambio de referencia del renminbi —la divisa china—, colocándolo este martes en los 7,0326 yuanes por dólar por primera vez desde el 25 de marzo de 2008.
Según informa Reuters, el cambio debilita en 0,16 % al yuan desde la última sesión, aunque la moneda permanece ligeramente más fuerte que las estimaciones de especialistas, luego de que la entidad reguladora hundiera por cuatro sesiones consecutivas desde el inicio de agosto.
El banco central chino permite que el tipo de cambio al contado se ubique en un rango del 2 % alrededor de este punto de referencia diario dentro de la China continental.
La diferencia entre este tipo de cambio y el que se utiliza en el extranjero sirve para determinar si la divisa está siendo deliberadamente manipulada.
Para Washington, este es el caso con el yuan: el presidente de EE.UU., Donald Trump, acusó al Gobierno chino de “manipulación monetaria” y de cometer con estas depreciaciones una “importante violación” que con el tiempo debilitará a su propio país.
China, por su parte, podría esperar beneficios para sus exportaciones con estas movidas monetarias.
Previamente se reportó una caída de casi 400 puntos en el promedio industrial Dow Jones ante temores de un agudizamiento de la guerra comercial luego de que Trump decidiera extender los aranceles a casi todas las importaciones chinas.
Diez semanas de protestas masivas: ¿Qué está pasando en Hong Kong y por qué este territorio puede perder su posición económica?
A pesar de que el proyecto de la ley de extradición que provocó las manifestaciones fue suspendido, la tensión no cesa en el territorio y el Gobierno chino podría emplear al Ejército para mantener el orden público.
Manifestantes antigubernamentales durante un enfrentamiento con la Policía en el barrio de Wan Chai el 11 de agosto del 2019. Thomas Peter / Reuters
Durante los últimos dos meses, centenares de miles de personas en Hong Kong han participado en multitudinarias manifestaciones antigubernamentales que se han convertido en las mayores protestas en la historia de China.
Desde el pasado lunes, la confrontación en esa región administrativa especial china alcanzó un nuevo nivel después de que la huelga general y las acciones de los manifestantes paralizaran el metro y el aeropuerto, mientras los enfrentamientos con la Policía se vuelven cada vez más violentos.
“Un país, dos sistemas”
Colonia británica desde 1841, Hong Kong fue transferido por el Reino Unido a China el 1 de julio de 1997 conforme a la declaración conjunta firmada por los primeros ministros de ambos países, Zhao Ziyang y Margaret Thatcher, 13 años antes.
Ese documento, que establece una suerte de constitución, la Ley Básica, limita enormemente la soberanía de Pekín sobre el territorio.Por ejemplo, la estructura política de la ciudad presupone la separación de poderes y su autonomía de la China continental, además de garantizar libertades civiles como los derechos de libre expresión, asamblea y manifestación.
Al mismo tiempo, la estructura política del territorio cuenta con un elemento poco parecido a lo que se observa habitualmente en las democracias representativas,
puesto que el jefe ejecutivo y la mitad de los parlamentarios de la región son elegidos por un comité electoral compuesto por 1.200 personas nombradas por varios grupos profesionales y económicos locales.
Este sistema electoral ha sido criticado por la desproporción con la que están asignados los votos —el sector de la agricultura y la pesca tiene derecho a 60 votos pese a representar solo el 0,1% de la economía de Hong Kong,
mientras que el sector financiero y de seguridad tiene asignados 47 votos—, y además muchos consideran que favorece a los partidarios de un mayor acercamiento con China.
En esta atmosfera, la idea de la independencia y el ejemplo de Singapur inspiran a algunos sectores de la sociedad hongkonesa.
La ley de extradición, detonadora de las protestas
El motivo que hizo estallar las multitudinarias protestas fue el proyecto de la ley de extradición a China, propuesto en febrero por las autoridades locales en respuesta al caso de Chan Tong-kai,
un residente de Taiwán que se fugó a Hong Kong después de matar a su novia embarazada el año pasado en Taipéi.
De acuerdo con la legislación vigente, las autoridades de Hong Kong no pueden extraditar a los sospechosos de crímenes a China continental, Taiwán y Macao, sino que solo puede extraditarlos a 20 países con los que Hong Kong tiene acuerdos bilaterales.
El borrador inicial de la ley de extradición comprendía una amplia gama de delitos por los que se abriría la posibilidad de extradición.
Varios de estos delitos, como la evasión fiscal, expondrían a una gran parte de empresas y ciudadanos de Hong Kong a penas significativamente más estrictas fuera del territorio de la región.
Posteriormente se redujo la lista de delitos por los que un sospechoso podía ser extraditado, pero se mantuvieron algunos como el fraude, la corrupción y el contrabando, lo que motivó que una parte del sector empresarial siguiera oponiéndose a la ley.
Por otro lado, pese a que la ley excluye la posibilidad de extradición por razones políticas, los opositores han señalado que el texto de la ley contiene diversas lagunas que, según afirman, posibilitarían ese escenario.Reaccionando a las marchas multitudinarias, que empezaron en marzo y culminaron en una manifestación de hasta un millón de personas a principios de junio,
la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, anunció el 15 de ese mismo mes el retraso indefinido del proyecto.
La suspensión no tiene efecto
No obstante, ni la suspensión de la ley ni las posteriores garantías de Lam de que el proyecto estaba muerto consiguieron reducir las tensiones.
Muestra de ello fue la protesta que tuvo lugar el 1 de julio, que reunió a unos 550.000 manifestantes y terminó con la irrupción en el edificio del Consejo Legislativo de centenares de protestantes que pintaron el escudo del territorio y exhibieron la bandera de la época colonial.
Desde entonces, los enfrentamientos se han hecho más violentos.
El 21 de julio un grupo de hombres vestidos de blanco —a diferencia de los manifestantes, que suelen distinguirse con ropa de color negro— atacaron con palos a los activistas antigubernamentales en la estación de metro de Yuen Long, dejando 45 heridos.
Los manifestantes respondieron con la intensificación de enfrentamientos con las fuerzas del orden y el 5 de agosto iniciaron una huelga general.
Como resultado de esas acciones, gran parte de la red de metro se vio paralizada y el aeropuerto internacional canceló más de 200 vuelos.
El fin de la semana pasada, se registraron numerosos enfrentamientos violentos entre protestantes —armados con ladrillos y bombas de gasolina— y la Policía que dejaron decenas de heridos.
Además, la irrupción de cerca de 5.000 manifestantes en el aeropuerto provocó el paro total de la infraestructura.
La reacción de las autoridades
Además de satisfacer la demanda de los manifestantes y aplazar la ley de extradición, en repetidas ocasiones Lam advirtió contra la escalada de los disturbios.
Así, el 5 de agosto resaltó que ese tipo de acciones amenaza la posición especial del territorio dentro de China.
“Hong Kong ha sido la ciudad más segura del mundo, pero una serie de actos violentos la han puesto en una situación peligrosa“, dijo.
Además, Lam aseguró que “estas acciones desafían [el principio de] ‘un país, dos sistemas’ y amenazan la prosperidad y estabilidad” del territorio. Asimismo, advirtió que los manifestantes “están tratando de destruir Hong Kong”.
Por su parte Pekín, a pesar de evitar participar activamente en los sucesos, sugiere que puede emplear a sus Fuerzas Armadas para mantener el orden público si las autoridades locales lo solicitan.
“El comportamiento de algunos manifestantes radicales desafía la autoridad del Gobierno central, tocando el principio de un país, dos sistemas”, declaró el 24 de julio el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Wu Qian, que defendió que esa actitud “no puede ser tolerada”.
Días después, el comandante de la Guarnición de Hong Kong, Chen Daoxiang, calificó las protestas de “absolutamente inadmisibles” y declaró que habían “amenazado seriamente la vida y la seguridad” de los habitantes de la ciudad.
Por su parte, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao, Yang Guang, consideró este lunes que las acciones de los participantes de las protestas presentan “signos de terrorismo” y resaltó que la ciudad vive “un momento crítico”.
Esta no es la primera vez que la sociedad hongkonesa se manifiesta por sus derechos:
Manifestaciones masivas en 2003 tuvieron como resultado la abolición de un proyecto de ley que pretendía prohibir la actividad de las organizaciones políticas críticas con el Gobierno central.
Sin embargo, protestas del mismo tipo en 2014 no tuvieron el mismo éxito y acabaron con varios manifestantes en prisión.
Pérdidas inevitables
Las prolongadas tensiones ya han tenido efectos negativos sobre la economía, y estos podrían ser aún más acentuados, advierten varios empresarios locales citados por Nikkei.
La industria probablemente más afectada fue el turismo, ya que el número de personas que visitaron Hong Kong a principios de agosto fue un 31% más bajo frente a cifras del año anterior, declaró el secretario de comercio y desarrollo económico del territorio, Edward Yau Tang-wah.
“Nos preocupa el efecto que esta incertidumbre política pueda tener en nuestros resultados, especialmente dada la proporción de nuestros ingresos que se obtienen en Hong Kong”, cita el diario al hotelero Clement Kwok King-man.
No obstante, los enfrentamientos violentos tienen efectos sobre un abanico más amplio de actividades económicas, ya que afectan “el deseo de salir y consumir”, opina el director ejecutivo del metro local (MTR), Jacob Kam Chak-pui.
“La economía en general se ha visto afectada. Estoy seguro de que tendrá un impacto en nosotros”, aseveró el empresario.
Paradójicamente, la derrota de los manifestantes puede tener como consecuencia pérdidas económicas aún más grandes en el sector financiero, ya que el capital chino que actualmente utiliza el territorio especial como zona ‘offshore’ enviará al extranjero los fondos que hasta ahora mantiene en Hong Kong.
“Es obvio que muchas compañías, incluyendo las compañías ‘offshore’, tienen miedo de las inspecciones de China“, dijo a RT el experto Alexéi Máslov, resaltando que el efecto negativo es irreversible:
“Hong Kong ya no es un refugio seguro para las inversiones y empresas extranjeras. Las pérdidas de imagen son tan grandes que es poco probable que Hong Kong se recupere en las próximas décadas”.
El analista económico Narek Avakián también opina que la fuga de capitales desde el territorio registrada a partir de marzo está vinculada con el intento de Pekín de fortalecer su control sobre Hong Kong.
“Es probable que las autoridades chinas estén intentando aumentar la transparencia del sector financiero del país y reducir la escala del sistema bancario paralelo. […]
La escala de estos problemas en China es realmente muy grande: la banca paralela alcanza decenas de billones de yuanes“, advirtió.