P OCASO DE LA HUMANIDAD16 min read

Noviembre 9 de 2020

Habla Nuestro Señor Jesucristo

Hijitos Míos, el mayor acto de Misericordia hecho por vosotros, como parte de vuestra purificación, es el Perdón, Mis pequeños.

Mi Padre ciertamente, aparta del Paraíso Terrenal a Adán y a Eva, su Pecado es grave;

pero los perdona y promete que a la descendencia de ellos los va a levantar con la Redención.

Cuando Pedro Me preguntó que cuántas veces tenía el hombre que perdonar y añadió: “¿Siete veces?”

“No”, le dije: “Hasta setenta veces siete”, refiriéndoMe a que debiera ser indefinido, que fuera siempre.

Si Mi Padre no os hubiera perdonado, ¡Imaginad en dónde estaríais ahora!, sufriendo por el pecado tan grave de vuestros Primeros Padres.

Al decir “indefinidamente” eso es lo que habéis venido teniendo a lo largo de la historia humana, Mis pequeños.

Primeramente, con el pueblo judío, ¡Cuántas veces no los perdoné!

A pesar de todas las tonterías que hacían, sus traiciones, sus olvidos, sus blasfemias, el olvidarse de Mí y llegar hasta a adorar ídolos.

Ciertamente, cuando Yo Me alejaba de ellos, entendían su error y pedían perdón, los perdonaba y seguían adelante.

Bajo Yo a la Tierra a darMe por los hombres, pero Me di para levantaros, para regresaros a la dignidad de hijos de Dios,

y este es un acto de Misericordia inmenso en donde se os concede el perdón de vuestros pecados.

¡Cuántas veces no tuve Yo que perdonar a lo largo de Mi Vida pública! A todos aquellos que Me atacaban, a aquellos que Me daban la espalda, a aquellos que Me blasfemaban.

Y  luego en Mi Pasión tan dolorosa, y no tanto por los dolores en Mi Cuerpo sino los dolores en Mi Espíritu, Espíritu Divino, delicado.

Y por ser tan delicado, cualquier pecado vuestro, aun los más pequeños que vosotros creéis que son pecados pequeños, son graves,

porque en Mi Divinidad todo se hace inmenso, precisamente por Mi Santidad, y sigo perdonando los pecados de los hombres.

Me sigo dando continuamente por vosotros, se sigue repitiendo Mi Vida, Mi Pasión, Mi Muerte, Mi Resurrección día a día Y OS SIGO PERDONANDO

Porque todos vosotros pecáis también, quizá hasta setenta veces siete al día en pensamientos, en palabras, en obras, en olvidos, en omisiones.

 No os dais cuenta de ello pero en vuestro juicio personal, cuando lleguéis ante Mí, os daréis cuenta de tantas ofensas que Me causasteis a lo largo de vuestra existencia.

Todas las veces que en humildad y aceptando vuestros errores, recurristeis al Sacramento de la Confesión, fueron perdonados vuestros pecados,

Mi Misericordia nuevamente actuando sobre vosotros para regresaros a la dignidad de hijos de Dios.

Hay un nuevo renacer del hombre, espiritualmente hablando, después de cada confesión,

y os sigo perdonando a lo largo de toda vuestra existencia, setenta veces siete, o sea, indefinidamente.

Soy vuestro Dios y os repito, es un acto de Misericordia inmenso el hecho que Yo os perdone y os devuelva nuevamente al estado de Gracia.

Y no Me canso de hacerlo Mis pequeños, porque os amo, ¡Os amamos en Nuestra Santísima Trinidad!

Y vosotros, ¿Qué hacéis? ¿Sabéis perdonar a vuestros hermanos en esa forma, como Yo os he enseñado, como os estoy explicando, como quiero que lo hagáis?

Perdonáis, ¿PERO CON RENCOR?, no habéis perdonado ahí, Mis pequeños.

Perdonáis, ¿PERO NUNCA OLVIDÁIS? No estáis perdonando de corazón.

Perdonáis, PERO NO TE VUELVO A HABLAR, ¿Acaso eso es un perdón absoluto?

¿Quiénes sois vosotros para juzgar en esa forma?

Ciertamente, la santidad a  la que quiero que lleguéis no la habéis buscado y os falta mucho para encontrarla, os falta misericordia para con vuestros hermanos.

Ciertamente, decís que os duele lo que os hicieron,

PERO MÁS OS VA A DOLER

EL TENER QUE PASAR MUCHO TIEMPO

En el Purgatorio tenemos que APRENDER a AMAR HASTA ALCANZAR LA SANTIDAD, completamente SOLOS, sin la ayuda Divina…

EN EL PURGATORIO

PARA QUE APRENDÁIS A PERDONAR Y A OLVIDAR

como Yo lo he hecho a lo largo de vuestra existencia y sin guardar ningún tipo de rencor ni apartarMe de vosotros ni apartar Mi Gracia de vosotros,

porque bien podría hacerlo, diciendo: “Me dañasteis y ya no os voy a cuidar, ya no os voy a regalar Mis Bendiciones, Mis cuidados, Mi Amor”.

Podría hacerlo, porque el daño que le hacéis a Mi Sacratísimo Corazón es inmenso, es grave, es muy doloroso, os lo merecéis.

Si Yo os pudiera hablar en la forma en que vosotros habláis, y sabéis que lo que Me hacéis es grave, es doloroso, pero no respondo como vosotros respondéis,

como Satanás actúa, porque él quiere que vosotros no lleguéis a altos grados de Virtud, que a eso os va a llevar precisamente a la santidad de vida, para que alcancéis rápidamente el Reino de los Cielos.

Mientras más defectuosos estéis en grados de Virtud, menos fácil os va a ser alcanzar el Reino de los Cielos.

En el Purgatorio sufrimos el Getsemaní y el Calvario SIN PALIATIVOS, TAL COMO LO SUFRIÓ JESÚS, por nuestra NEGATIVA TERRENAL a cooperar en La Redención

Son cosas en las que vosotros no pensáis, pero es una realidad, Mis pequeños.

Se os ha explicado que las almas que entran al Reino de los Cielos es porque ya aprendieron a amar como Yo os amo, en un grado absoluto, sin tener rencores, recelos ni envidias, odios,

PORQUE ENTONCES ESTARÍAN GUARDANDO

TODAS ESAS MALDADES EN SU CORAZÓN,

Y UN ALMA ASÍ, LLENA DE MALDADES,

RENCORES, DE RECUERDOS MALSANOS,

NO PUEDE ENTRAR AL REINO DE LOS CIELOS

PORQUE ESTÁ VIVIENDO TODAVÍA

COMO SATANÁS QUIERE QUE VIVA.

Debéis llegar a la plenitud de la Gracia, que esas fueron Mis Enseñanzas, y entonces alcanzaréis un alto grado en el Reino de los Cielos.

Ciertamente, el dolor que os causan vuestros hermanos, que ciertamente están tomados por Satanás, porque aquel que causa un dolor no está tomado por Nosotros,

porque no está produciendo Amor, está produciendo dolor; esos actos, esos ataques a vosotros os duelen y ¿Qué acaso los pecados que cometéis contra Mí no Me duelen?  En eso no pensáis tampoco.

Y cuando cometéis un pecado grave, un pecado que os separa totalmente de Nuestra Gracia, ¿Creéis que no Nos duele a Nuestra Santísima Trinidad?

Debéis pensar más Mis pequeños, en vuestra propia purificación, en vuestra santificación,

Y PARA ESO TENÉIS QUE OLVIDAROS DE VOSOTROS MISMOS

Debéis dejar que Yo tome vuestra vida y así os enseñe a vivir en la Virtud y en el Amor; que os enseñe a producir Amor y a olvidar el dolor que se os causa con los ataques que tenéis de Satanás.

Tenéis que aprender a vivir en la misericordia y no en la maldad a donde os lleva Satanás.

Debéis de dar ejemplo de vida espiritual en alto grado, y para eso debéis pedir ayuda a Nuestra Santísima Trinidad; para que se os llame hijos de Dios.

A esos estáis llamados, Mis pequeños, a que se os llame hijos de Dios.

 ¿Sentís en estos momentos que podéis ser llamados así? ¿Sabéis realmente amar a vuestros hermanos?

¿SABÉIS REALMENTE PERDONAR A VUESTROS HERMANOS?

¿SABÉIS REALMENTE OLVIDAR RENCORES?

¿Y RENCORES PASADOS DE AÑOS Y AÑOS ATRÁS?

ESO OS HACE MUCHO DAÑO

Dejad que Mi Santo Espíritu os lleve a la perfección santífica.

Debéis ser santos, Mis pequeños, debéis buscar la perfección, debéis vivir en el amor pleno que se os ha enseñado y que vosotros podéis obtener;

pero para eso debéis dejar que Nosotros, en Nuestra Divina Voluntad, vivaMos plenamente y actueMos plenamente en vosotros.

Vosotros, por vosotros mismos, no lograréis alcanzar la santidad a la que estáis llamados, empezando con el que no sabéis perdonar.

Os amaMos de una forma Infinita. Fuisteis creados por Nuestro Amor y os amaMos así, con un Amor inmenso, y quereMos vuestra perfección. 

Dejaos, pues, moldear por Nosotros para que alcancéis la perfección y os repito, para que seáis llamados hijos de Dios;

que seáis ejemplo entre vuestros hermanos, un ejemplo que puedan seguir ellos para que también alcancen su santificación.

Visión: Veo muchas cruces, muchas cruces sin personas en ellas; como la Cruz de Nuestro Señor, pero sin personas. Es un atardecer, casi oscureciendo:

Mis pequeños, es el Atardecer de la Humanidad, es su ocaso.

Yo estaba clavado en la Cruz y con Mi Muerte, los malvados creyeron que con eso terminaban conMigo, pero no pudieron.

Estoy en la Cruz, Muerto. He sido Ofrecido por Mi Padre, por la salvación de todos vosotros.

Se oscureció en aquel tiempo, pero Resucité y éste es el ocaso ahora de la humanidad. 

Vienen las Tinieblas, viene la aparente muerte de esta generación que, ciertamente en su mayoría, desaparecerá; pero resucitará como Yo Resucité

y vendrá una nueva Luz, una Luz que disipa las Tinieblas del Mal y dará una nueva vida a los escogidos.

Todo será un nuevo renacer después de haber pasado por los dolores de la Purificación.

Yo Me di por vosotros, tomé vuestros pecados. Yo fui Ofrecido como cordero en el sacrificio,

Mi Sangre os purificó y ha dado nueva vida a aquellos que han aceptado el seguirMe, el vivir en Mí, pero sobre todo, a aquellos que con Fe esperaron el momento profetizado de Mi Resurrección.

Nuevamente la Fe entra en juego, Mis pequeños.

Son un poco más de 2,000 años desde que os profeticé Mi Regreso.

Han pasado varias generaciones, algunas se han mantenido en Fe esperando lo Prometido, otros se han cansado de esperar porque su Fe ha sido débil.

Para aquellos que Me aman, para aquellos que Me buscan, para aquellos que quieren estar conMigo eternamente.

Ciertamente, han sido un poco más de 2,000 años de pruebas para así estar seguro de escoger a aquellos que permanecen en una Fe a prueba de todo.

Sois los escogidos para una nueva generación y sois premiados porque Me amáis, porque Me buscáis, porque crecéis con lo que Yo os he dado

Y porque habéis puesto en práctica Mis Enseñanzas, Mis pequeños, y habéis ayudado a vuestro prójimo a ser tocados también por Mi Amor. 

En eso se centra toda Mi Evangelización, en el Amor, pero hay muchos que buscan más que el Amor, que el verdadero Amor que Yo os traje a la Tierra; buscan vivir para el mundo, llenarse del mundo y hacen a un lado a sus hermanos.

Cuando os he pedido que os améis los unos a los otros, es el vivir como Yo os enseñé, ya que en ningún momento salieron de Mí Palabras o muestras en las cuales se viera que Yo odiara a aquellos que estaban junto a Mí

o que produjera revueltas, que peleara por cualquier cosa, que le faltara el respeto a los demás. 

Os di Ejemplo de lo que debe ser un seguidor Mío y no está fuera del alcance de vosotros, es el amor que os debéis tener los unos a los otros para mantener la armonía, la paz, el amor entre todos vosotros.

21. Porque habrá entonces una gran = tribulación, cual no la hubo = desde el principio del mundo = hasta el presente = ni volverá a haberla.
22. Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.

¿Qué habéis hecho, Mis pequeños? Habéis desperdiciado tanto y ahora os estáis ganando por ello un dolor inmenso, un dolor que Yo también tendré que soportar porque os amo. 

El dolor de Mi Pasión que Me llevó a la muerte, en donde ciertamente Yo Me ofrecía para la salvación de todos, resultó ser para la salvación de una minoría y todo por la dureza del corazón del hombre

Satanás Me ha quitado a muchos hermanos vuestros, los ha apartado del verdadero Amor y de la eterna Sabiduría.

Fuisteis creados para ser un ejemplo santo entre vuestros hermanos y ¿Qué habéis hecho con todo lo que Yo os dejé, Mis pequeños?

Habéis tirado a la basura el gran tesoro, más valioso que el oro y piedras preciosas por las cuales os peleáis.

Os he dejado Ejemplo y Palabras de Vida que os llevarán a un gozo eterno, y vosotros habéis preferido gemas que solamente brillan, pero no valen nada.

Satanás os ha cegado totalmente, ha puesto un velo de mentira alrededor vuestro, no os permite ver la Verdad que os traje ni crecer en la Sabiduría Divina que se os dio, y todo eso por vuestro error.

Vuestro desprecio os va a traer un dolor inmenso; pudisteis haber vivido sin ese dolor si hubierais, primeramente, agradecido Mi Donación por vosotros y luego seguido Mis Enseñanzas y Ejemplo. 

No es venganza, porque Yo no vivo así ni pago de esa forma a los que Me han hecho a un lado, es simplemente el apartar Mi Amor y Mis Bendiciones de vosotros porque no las apreciáis ni las deseáis.

Y de esa forma, quedáis totalmente a merced del Enemigo, Satanás, y él se encarga de daros el castigo que os merecéis. 

Él perdió todo, todo lo que tenía por un error también como el vuestro.

Y también vosotros perderéis todo y no por un error de una sola vez, como le pasó a él.

Sino porque muchas veces Me hicisteis a un lado, despreciasteis muchas veces toda Mi donación y Mi Sabiduría y en ningún momento recapacitasteis sobre vuestro error.

Ahora el Dolor lo tendréis vosotros, porque eso os lo ganasteis por falta de sabiduría.

Vosotros, Mis pequeños, los que estáis conMigo, los que sí habéis tomado en cuenta y agradecido todo lo que Yo os di y lo que he hecho por vosotros, muy pronto tendréis ya vuestro premio. 

Todavía tendréis que padecer vuestra purificación, como ya os he dicho, PERO SERÁ MUY SOPORTABLE Y BENÉFICA

Y Me la agradeceréis, para pasar limpios a los Nuevos Cielos y Nuevas Tierras creadas para vosotros, el Resto Fiel.

Manteneos siempre atentos, alertas a las señales que Yo os daré.

Y aprended a escuchar lo que internamente os diré, manteniéndoos en Oración profunda.

Reconoceréis Mi Voz, sabréis que Soy Yo, vuestro Dios, vuestro Salvador, el que os está hablando y que os indicaré caminos y lugares seguros a dónde ir.

Os he prometido que no seréis tocados por la Maldad de Satanás, pero os repito, tendréis que padecer algún tipo de sufrimiento que soportaréis con alegría, porque sabréis que eso os llevará a gozar del premio prometido.

Que todo esto que os digo, Mis pequeños, los que estáis conMigo, os traiga una alegría inmensa, pero también compartid Mi tristeza por tantas almas que se perderán,

que no supieron apreciar todo lo que se hizo por todos vosotros y que despreciaron tantos regalos que se os dieron para que gozarais vuestra vida sobre la Tierra, sirviéndoMe a Mí, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad.

Os bendigo, Mis pequeños, y os envío a Mi Santo Espíritu para que os dé la Luz de la Sabiduría, para que podáis tomar decisiones correctas en estos momentos que vendrán,

que para vosotros serán para bien, pero para muchos de vuestros hermanos, para su castigo.

Visión: Veo a Dios Nuestro Señor, del cuello para arriba. Él está viendo hacia arriba, trae la Corona de espinas puesta y dice: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

¡Cuánta maldad! ¡Cuánto desamor hay entre los hombres! ¡Cuánta mentira! ¡Cuánta falsedad!

La Verdad y la mentira han tenido su lucha continua desde la caída de vuestros Primeros Padres; a partir de ahí, Satanás ha llevado al hombre hacia el error, hacia la mentira, hacia la falsedad.

Desde ese tiempo estáis viendo cómo aparentemente, el Mal triunfa y el Bien sufre, por eso es la eterna lucha y el hombre, difícilmente, escoge la Verdad para vivir en ella.

Yo os vine a traer la Verdad que se vive en el Reino de los Cielos y Me costó la Vida, porque el hombre ha preferido a Satanás y Satanás os engaña de múltiples formas.

El vivir en la Verdad también os causa conflictos, pero producís luz, producís santidad, producís amor verdadero, producís vida santa, y los que están junto a vosotros se llenan de esa luz y de esas virtudes que emanan de la Verdad.

 Por eso, el Resto Fiel de estos tiempos es pequeño, porque Mi Padre ha escogido del rebaño por el cual sufrí, a los mejores para empezar un nuevo tiempo;

quienes vivirán en la Verdad que reina en los Cielos y que pocos tomaron aquí en la Tierra, para hacerla vida también.

Me di por vosotros y por eso Le pedí a Mi Padre: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen”, porque fueron movidos por la mentira de los fariseos, de los escribas.

Son tiempos ya de recolectar el trigo y la cizaña.

Tiempo se os dio para que buscarais la Verdad, la guardarais en vuestro corazón como el tesoro más preciado y la transmitierais; ése es el buen trigo que se ha escogido para iniciar los Nuevos Tiempos. 

La cizaña, que creció junto al trigo y la atacaba constantemente, será amarrada y echada al fuego, al Fuego Eterno, porque ese es su lugar,

Os alegraréis cuando seáis llevados por Mis Ángeles a lugares de protección para que la Maldad de Satanás no os tome ni os quiera destruir.

Hijitos y hermanos Míos, aprended y tratad de ser UNO Conmigo, como Nosotros somos UNO en Nuestra Santísima Trinidad.

Y al permitirNos vivir plenamente en vosotros, eduqueMos, prediqueMos, deMos buen ejemplo, vivaMos por la salvación de vuestros hermanos y muraMos por su salvación eterna.

Y así a vuestro regreso, sigamos unidos eternamente en un solo Amor.

Yo os bendigo en el Santo Nombre de Mí Padre, en el de Mí Amor Redentor y en el del Amor de Vida de Mí Santo Espíritu.

http://diospadresemanifiesta.com/

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: