Archivos diarios: 12/04/21

REINA DE LOS PROFETAS

LAS APARICIONES Y LAS REACCIONES DE SATANÁS

Rene Laurentín Explica por qué las Apariciones Marianas son Resistidas en la Iglesia

Hemos hablado de la contrariedad que causan las apariciones marianas en muchos ámbitos de la Iglesia;

pero el fenómeno es más de fondo.‍

Cuando en una parroquia sucede una aparición mariana, es profundamente traumático.

Y la primera reacción es negar su autenticidad, hasta ridiculizarla.

Piensa nomás en apariciones importantes como Lourdes o Guadalupe, todas se iniciaron con una resistencia de los curas.

Y ni que decir de las que vinieron luego del Concilio Vaticano II.

¿Por qué es esto?

¿Exceso de celo por separar la paja del trigo?

¿Temor de que alguien les diga que son demasiado crédulos?

¿Culpa reprimida por depositar toda la confianza en una religión, con una base enteramente sobrenatural?

Exceso de cientificismo?

¿O la herejía del minimismo mariano?

En este artículo tomamos los argumentos del Padre René Laurentín, el mayor mariólogo de la historia;

para explicar este fenómeno.

Y lo hacemos como un homenaje a su trabajo y a los frutos que dio para la iglesia.

QUIEN FUE EL PADRE RENÉ LAURENTÍN

El Padre René Laurentín, francés, murió a los 99 años.

El mayor mariólogo de todos los tiempos.

‍Vivió durante los 100 años de Fátima, una extraña coincidencia de un mariano 100 por ciento.

Sin embargo no estudió a fondo estas apariciones a pesar que fue llamado a hacerlo por la Iglesia portuguesa.

Pero él dijo que no porque había demasiadas pasiones políticas que, en su opinión, habrían obstaculizado su trabajo.

Pero fue el gran investigador de las apariciones de Lourdes, cuyos estudios pioneros sentaron la metodología para las investigaciones posteriores de todas las apariciones.

Y también fue el primero en aplicar la tecnología médica para investigar las apariciones de Medjugorje, de las que decía

“Estoy absolutamente seguro de que son verdad.

María no puede engañar a sus hijos que se pelan las rodillas en el Monte Kizevac”.

Además ha sido partidario de las apariciones de Salta, llegando incluso a destrabar el diferendo entre el Obispo de Salta.

Y los Servidores que apoyan las apariciones a María Livia, en uno de sus varios viajes a Argentina.

Fue consultor destacado del Concilio vaticano II.

‍No hay que olvidar que el capítulo final del documento conciliar Lumen Gentium fue prácticamente escrito por él.

Pero a pesar de ello, nunca se alineó con el espíritu del Concilio que sobrevoló después en la Iglesia.

Sino que denunció que los primeros diez años después de del Concilio la mariología sufrió un eclipse.

Que él sabiamente llamó “el invierno mariano” y cuyos argumentos veremos en este artículo.

Llegó a decir que si las apariciones de Lourdes hubieran sucedido hoy día, la Iglesia NO LAS APROBARÍA. 

‍Demostró con documentos en mano, que la devoción mariana se basa, no es un tipo de variación inaceptable de la genuina devoción cristiana…

Sino en un plan establecido desde el inicio por Dios, para guiarnos en la conversión.

Y dijo finalmente que el “invierno mariano” fue disuelto por el pueblo;

por el hecho de su devoción a las múltiples apariciones que luego envió el Cielo.

EL ‘CLAVO CALIENTE’ DE LAS APARICIONES MARIANAS PARA LA IGLESIA

Rene Laurentín dice que las apariciones parecen ser un tema clave en el cristianismo;

al punto que la Biblia se estructura sobre las apariciones mismas.

Dios habla y se aparece al patriarca Abraham, a Moisés y a los profetas.

A Jesucristo, a los apóstoles Pedro y Pablo… 

Y a otros cristianos en los Hechos de los Apóstoles.

En definitiva, de un extremo al otro de las Escrituras.

LAS APARICIONES DE CRISTO RESUCITADO

SON LA CULMINACIÓN Y EL CUMPLIMIENTO DEL EVANGELIO

Y, como enseña el apóstol Pablo (1 Cor 15), son el fundamento de la fe.

Las apariciones de la Virgen son el origen de muchos santuarios y peregrinaciones importantes.

(Guadalupe, Aparecida, La Salette, Lourdes, Fátima).

Y ocupan por diversas razones, una posición importante en la actualidad.

La literatura sobre las apariciones se ha incrementado en una escala sin precedentes, a partir del debate de los años 80.

Todo esto parece que les reserva un lugar de honor.

‍Pero aún permanecen en la Iglesia católica como un signo de contradicción (Lc 2,35).

“Cuando el niño aparece, el círculo de la familia aplaude con alegría”, escribió Víctor Hugo.

Cuando la Virgen se aparece, el círculo de la familia (la Iglesia) no aplaude;

sino que se ve perturbado e inquieto.

LAS APARICIONES SON PELIGROSAS Y DESCONFIABLES

En Lourdes, diez días después de la primera aparición, 21 de febrero de 1858;

la policía de la aldea coge a Bernadette Soubirous de la capa y la arrastra,

para presentarla al comisario de policía Jacomet para tempestuosos interrogatorios.

Y más tarde los del fiscal imperial Dutour y el juez Ribes.

‍El estado se movilizó para reprimir, del prefecto al ministro del emperador Napoleón III, que estaba de vacaciones en los Pirineos…

Y que se popularizó por poner fin a las barreras, los procesos y querellas administrativas, que se habían multiplicado durante el verano de 1858.

En Pontmain (1871) el General de Charrette amenazó a los niños con su sable.

En Fátima, a los jóvenes videntes se le ordenó que se retractaran.

Y fueron encarcelados después, para prevenir la aparición de 13 de agosto de 1917.

Y así sucesivamente, en una serie abundante de hechos.

‍En Lourdes, el 2 de marzo de 1858, durante su primera visita a la rectoría, Bernadette fue rechazada;

con uno de esos tonos de cólera que inflamaban al párroco Peyramale,

a pesar de que era un hombre de corazón, sobre todo atento a los pobres.

‍Los videntes Pontmain fueron amenazados por el obispo de condenación eterna.

Las apariciones por lo tanto, son el argumento teológico menos científicamente estudiado, el más oculto y controversial.

Hay buenas y serias razones por las cuales las apariciones desorientan y son combatidas.

Cuando una aparición reúne a las masas como en Fátima, Lourdes,

la administración civil se moviliza, es normal.

El hecho es que una reunión masiva y apasionada al parecer perturbe el orden público.

El “principio de precaución”, le invita a ponerles fin;

aunque se puede incluso convertirlo a nuestro favor y canalizarlo.

‍El Estado responde como la naturaleza, de acuerdo con la aguda observación de Jacques Monod,

premio Nobel de biología, en su famoso libro “El azar y la necesidad”.

Cuando un caso (una mutación biológica) hace su aparición en un género, intervienen los mecanismos de rechazo;

para reducir la necesidad, eliminándolo o asimilándolo al orden repetitivo establecido de generación en generación.

Este principio universal y también se lleva a cabo en la gestión administrativa y social.

‍Y las soluciones son similares:

La eliminación o integración.

Por lo tanto, Guadalupe, Lourdes y Fátima se han convertido, después de la marginación inicial y la represión, en instituciones nacionales;

tanto en términos de religión como seculares.

Cada vidente de las apariciones que se comunica con el más allá;

es inaccesible para los ordinarios medios sensoriales.

‍Son por lo tanto, para la investigación universitaria, desconocidos.

Y todavía, si se centra en ellas, para reportarlo y encuadrarlo en su nivel, de acuerdo con el método científico;

la sociología o en la medicina no tienen en cuenta las supuestas causas sobrenaturales: el Buen Dios o el diablo.

‍Algunos las definen cómo historias de las cuales es necesario establecer la génesis interna y específica, sobre el plano literario o semiótico:

Un estudio de una tradición folklórica o de una estructura en que se examinan las variantes; pero sobre todo, los estereotipos.

Para otros, un número mucho menor (médicos y psicólogos) estos fenómenos que sólo el vidente percibe,

son fenómenos psicológicos que deben ser considerados como alucinaciones, sueños o fantasías.

‍Hasta ahora se ha pasado por alto el hecho de que los estudios de encefalografía han excluido estas tres explicaciones para los éxtasis.

‍Sin embargo, otros definen las apariciones como un fenómeno antropológico y tratan de ponerlos en esta imagen humana;

sin detenerse en la referencia personal incluso trascendente, que constituye el elemento esencial para los videntes.

¿Si las apariciones ocupan un lugar en la historia, de unos cuatro mil años; tal vez el enfoque actual no debería ser simplista,

cuando no difamatorio, en la confrontación con los videntes y los grupos humanos que les prestan atención?

El problema es complicado.

‍La medicina se ha convertido en una ciencia en el siglo XVI, cuando fundó la “etiología”: el estudio de las causas;

excluyendo las causas sobrenaturales, divinas o diabólicas, extrañas a nuestro cosmos.

Por esta razón, la mayoría de los médicos (incluso cristianos) se niegan a reconocer no sólo un “milagro” (cosa que no es de gran importancia,

sino también el carácter “inexplicable” de una curación.

‍Un científico, de hecho por principios, no abdica de su papel frente a lo incomprensible:

La búsqueda sin descanso hasta que encuentra la explicación: no existe lo inexplicable, sino sólo inexplicado.

El recurso de un “deus ex machina” es la negación misma del método científico.

‍En este marco, continúa incómodamente el estudio de las supuestas curaciones milagrosas:

revisadas por comités científicos en Lourdes o Roma: en vista de las causas de canonización, que requieren un dictamen de los milagros.

‍A pesar que los exorcistas testimonian extrañas enfermedades inexplicables, dialogan con los médicos;

sin que el estudio de estos fenómenos haya sido tratado científicamente.

‍Las consultas de la Iglesia para dar a los “milagros”, un estatus científico

se enfrentaron a esta dificultad:

Y con la misma complejidad del término “milagro” que los Evangelios llaman “señal” y/o prodigio (“sêmeia kai terata “).

En el 1900 se resolvieron los problemas a partir de principios a priori:

“Nunca he encontrado el alma sobre mi bisturí ” (un cirujano en 1900),

o también:

“He estado en el Cielo y no he visto a Dios” (Gagarin).

La ciencia actual, que trata de la relatividad, las relaciones de incertidumbre, etc,

Ha pasado del racionalismo simplista y el “cientificismo”,  a la racionalidad más abierta a lo desconocido.

Sin renunciar a la razón y a la exigencia de no admitir nada que no esté fundado y verificado por la experiencia.

LAS APARICIONES NO SON VISTAS CON OJOS BENIGNOS EN LA IGLESIA

Paradójicamente la Iglesia, que es una de las instituciones más reservadas para lo religioso y lo espiritual, es familiar a esos criterios.

Ahora, en todos los niveles, la pastoral normalmente sofoca las apariciones, causando tensiones y conflictos a menudo duros.

Hoy en día son numerosos, en Dozulé y San Damiano, en Medjugorje, o Damas/Soufanieh;

que la Iglesia ortodoxa local aceptó primero y luego rechazó.‍

Esta oposición y reserva de la Iglesia se basan en fundamentos de irrefutabilidad;

de los cuales es necesario tener pleno conocimiento y plena conciencia.

Ante esta imponente constatación: las apariciones no tienen su lugar entre las diversas disciplinas académicas

que juegan un papel importante en la Iglesia.

Las apariciones posteriores al Evangelio, son ignoradas por la teología dogmática.

No son el objeto de la “fe divina” sino de “fe humana”, escribió el futuro Papa Benedicto XIV en el siglo XVIII.

Son extra y sub teológicas, entonces marginales.

Seamos realistas.

La teología fundamental, las ignora.

No se encuentran entre los “diez lugares teológicos” que son las fuentes de la fe, de acuerdo con Melchor Cano (siglo XVI).

Ni siquiera se menciona en uno de los “lugares anexos” como “la filosofía, el derecho, la historia,” considerados como herramientas.

El primer Código de Derecho Canónico (1917) trataba negativamente este ámbito:

prohibía cualquier publicación de apariciones que no sean reconocidas.

Y castigaba con la excomunión a los transgresores.

‍Estos dos cánones fueron suprimidos el 14 de octubre de 1966 y el nuevo código, simplemente no habla más que apariciones.

En resumen, ya no son prohibidas, pero se han convertido en un hecho no-canónico.

Han bajado en la escala de valores de la Iglesia.

Y a pesar del interés que les otorgan muchos pastores y creyentes que reconocen los frutos, no han encontrado su lugar.

Y nunca han suscitado investigación de un calibre digno de este nombre entre los grandes teólogos.

Esto se debe a algunas razones fundamentales.

De acuerdo con el análisis de Karl Rahner, la tradicional marginación de las apariciones,

no es un reflejo elemental ni un mecanismo simple de rechazo administrativo.

Es causada por razones oficiales y fundamentales:

en primer lugar, las palabras de Jesucristo al apóstol Tomás.

Este discípulo no aceptaba la resurrección de Cristo:

Hasta que no meta mi dedo en sus heridas, no lo creeré”.

Jesús aparece e irónicamente le invita a hacerlo…

Y concluye: “Bienaventurados los que creen sin haber visto” (Jn 20, 29)

Cristo no es garantía de los videntes, sino de los creyentes.

Es la última de las bienaventuranzas, al término del último Evangelio, el cristiano no ve, cree en la palabra de Dios.

Cualquier excepción parece deplorable, a pesar de que las apariciones tienen un lugar considerable en el Nuevo Testamento.

Esto motiva la legítima oposición de la Iglesia a la doctrina de los grandes místicos y a los impulsos de la imaginación; es necesaria la prudencia.

Pero la “prudencia” no significa “desconfianza” o “pusilanimidad”, “rechazo” o “tergiversación”.

En cualquier caso la Iglesia, que considera esencial el Evangelio y los sacramentos, hace una gran reserva sobre la clarividencia de la otra vida.

Opone la certeza divina, fundada en la Palabra y la luz divina;

a las apariciones, ya que estas son sólo manifestaciones ocasionales y discutibles del poder divino.

‍A pesar de estas deficiencias, las apariciones son de gran importancia.

De hecho en la Iglesia, en muchos niveles y a muchos títulos.

LA BIBLIA ES UN TEJIDO DE VISIONES Y APARICIONES

El Nuevo Testamento comienza con la aparición de un ángel al sacerdote Zacarías (Lc 1,5-23),

El mensaje del ángel Gabriel a la Virgen María (Lc 1,25-38) y la de un ángel del Señor a los pastores de Navidad (Lc 2,8-19).‍

La Transfiguración de Cristo es acompañada por la aparición de Moisés y Elías (Mt 17,3),

asiste un ángel a Jesús durante su agonía (Lc 22,43).

Hay más: las manifestaciones visuales de Cristo resucitado a los apóstoles, aunque muy similares a las otras, desde el punto de vista fenomenológico y psicológico.

Se consideran como el fundamento de la fe, de acuerdo con el apóstol Pablo (1 Cor 15,1-53).

Uno puede preguntarse si no existe un cierto forzamiento, como una falta de lógica;

entre la devaluación sistemática de las apariciones actuales y la valorización dogmática de Cristo resucitado.

Las apariciones de Cristo también marcan la historia de la Iglesia primitiva: de Esteban (Hechos 7,56)

A Pedro, Pablo y otros, según los Hechos de los Apóstoles.

‍Algunas apariciones de la Virgen han establecido santuarios y peregrinaciones importantes de la Iglesia Católica, con la excepción de Roma.

Guadalupe, en México (más de 10 millones de peregrinos al año),

Aparecida en Brasil, Lourdes (5 millones de peregrinos al año), Fátima, y así sucesivamente.

Sin embargo, las apariciones han continuado en la Iglesia durante los siglos hasta hoy;

con una multiplicación sin precedentes en los Últimos Tiempos.

Es más, en los tiempos modernos – algo nuevo –…

Muchas apariciones tienen un significado profético, histórico y culturalmente innegable, duradero y significativo.

Guadalupe es considerada por los historiadores independientes,

como el fundamento del cristianismo de la cultura y la civilización mestiza del Nuevo Mundo; 

el continente católico donde reside la mitad de los bautizados de la Iglesia Romana.

La Salette (1846) ha movilizado a grandes espíritus: 

Pío IX, apoyó el reconocimiento de esta aparición, el Papa León XIII reconoció y apoyó a Melanie en sus tribulaciones…

Y en su exilio.

Lo mismo que muchos obispos, santos hoy beatificados y canonizados:

(Don Bosco, San Aníbal Di Francia) y una serie de otras personalidades destacadas del siglo XX:

Arthur Rimbaud, León Bloy, Jacques Maritain, Paul Claudel y Louis Massignon.

‍Lourdes devolvió el valor a la prioridad de los pobres según el Evangelio,

en el momento en el cual la capacidad electoral y cívica se medida por los ingresos, de acuerdo con la artificial lema ” Arricchitevi” (Guizot).

‍Bernadette Soubirous pertenecía a la familia más pobre de la ciudad…

La policía había detenido a su padre por la única razón de que “su estado de miseria

le hacía “presunto culpable” del “robo” de harina, cometido en la panadería Maisongrosse.

Y luego Fátima profetizó en 1917 el fin del Comunismo y la Persecución.

‍Pío XII y Juan Pablo II han sido repetidamente objeto de este mensaje.

‍Ordenaron a todos los obispos a la vez, la consagración pedida por Lucía.

Y otros compromisos que han asumido sin precedentes, haciendo revelar (a través de terceros, es cierto)

la visión del sol en el jardín del Vaticano (Pío XII) y el “secreto Fátima” (Juan Pablo II).

‍Las apariciones han tenido fuerte impacto en la vida pública, en todos los niveles.

‍Lourdes ha determinado la ruta de la red ferroviaria del sur de Francia.

El gobierno marxista de Yugoslavia, radicalmente opuesto a la de las apariciones de Medjugorje, había proyectado la construcción de un aeropuerto cercano.

‍Lourdes es un geiser de creatividad, ha promovido a gran escala el viaje de pacientes con parálisis, dependientes de diálisis

o de los pulmones, ciegos, locos, etc, con enormes beneficios al ser humano,

por las atenciones médicas, movilizando todos los años miles de ambulancias, enfermeras, médicos.

‍Estas apariciones han adquirido también una marca científica.

‍El examen de los videntes, a través del uso del electroencefalograma, utilizado por primera vez en Europa en 1984

y luego en América del Norte y América del Sur, ha revolucionado el conocimiento de que había del éxtasis.

Laurentín lo aplicó por primera vez al estudio de los videntes de Medjugorje.

Esta nueva interacción entre la ciencia contemporánea y las apariciones,

invita a tomar más plenamente las apariciones como un fenómeno humano, no sólo médico.

Sino también psicológico, también relacionadas con el campo del psicoanálisis,

la sociología de la religión, la etnología y la historia de la mentalidad.

‍En el momento ningún fenómeno está siendo excluido de la consideración científica

y todos deben ser investigados del modo más completo que sea posible.

‍¿No sería lo mejor para resolver el contraste entre la importancia de las apariciones

generadoras de una amplia literatura) y su devaluación o exclusión que hemos observado?

Esta tendencia a evitarlas, debida a la ambigüedad del fenómeno, exige superación,

sobre todo de la oposición radical en ideología de la Iglesia y del cientificismo que ha quedado superado.

LO QUE ESTA EN LA BASE Y VELADO POR UN SECRETO IMPLÍCITO

A Satanás no le conviene ser exhibido y desenmascarado…  

Las nuevas apariciones que confirman a las de la Salette, Fátima y Akita: que denuncian sus actividades en el interior del Vaticano….

JAMÁS VAN A SER APROBADAS

Hemos hablado de las de la contrariedad que causan las apariciones marianas en muchos ámbitos de la Iglesia,

pero el fenómeno es más de fondo.‍

Seguramente muchos de nosotros hayamos pasado por episodios con algunos sacerdotes y laicos;

que menosprecian la religiosidad popular, atacando las devociones populares en las últimas décadas.

Que hoy por hoy, es lo que mueve al pueblo y no las homilías muy sesudas y con muchas citas bíblicas o el “trabajo social de base”.

‍Mientras que han sido pocos sacerdotes que las han defendido, especialmente lo han hecho los párrocos más de pueblo.

Para complementar lo dicho por Laurentín, traemos otra opinión coincidente.

El cardenal Carlo María Viganó, Nuncio en EE.UU., ha hablado sobre esto y ha defendido la religiosidad popular.

La afirmación conciliar de la centralidad de la liturgia y la celebración eucarística llevó a bastantes pastores a suprimir muchas de las prácticas populares.

Basándose en que la piedad popular se manifiesta, en diversas circunstancias, bajo formas diferentes de las previstas por los textos litúrgicos oficiales.

Un obispo americano incluso fue tan lejos como para prohibir la Exposición del Santísimo Sacramento.

La reforma hizo hincapié en la mayor importancia que la Sagrada Escritura tenía que tener en la celebración litúrgica.

Como consecuencia, hubo una evaluación negativa de la escasa presencia bíblica en las manifestaciones populares,

muchas de las cuales son pobres en la teología y en las citas bíblicas, pero rica en sentimentalismo.

‍Fuente: Foros de la virgen María.

205 EL CAMALEÓN

05 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

Jesús está en Jerusalén, cerca de la torre Antonia.

Todos los apóstoles, menos Judas de Keriot, están con Él. 

Bartolomé pregunta a sus compañeros:

–    ¿Qué habrá querido decir ese escriba con la frase:

“Un rebaño de terneros destinados a una vulgar carnicería?” 

Tomás responde:

–    Se habrá referido a algún negocio suyo.

–    No, nos señaló.

Lo ví bien.

La segunda frase confirmó la primera.

Pues sarcásticamente había dicho:

“Dentro de poco, el Cordero será trasquilado y luego, el degüello.”

Andrés confirma:

–   ¡Sí!

Yo también oí lo mismo.

Pedro dice:

–  ¡Ya!  ¡Bien!

Yo me muero de ansia por regresar y preguntar al escriba, si sabe algo de Judas de Keriot.

 

Santiago de Alfeo comenta:

–    ¿Y si no sabe nada?

Esta vez Judas no está con nosotros, porque de veras está enfermo.

Nosotros lo sabemos.  

Simón dice conciliador: 

–    Tal vez padeció mucho con el viaje.

Nosotros somos gente fuerte.

El está acostumbrado a vivir cómodamente aquí, entre el lujo y la riqueza del Templo.

Se cansa.

Pedro pregunta:

–    Así es como tú dices.

Pero ese escriba dijo:

‘En el grupo falta el camaleón’.

¿No es el camaleón el que cambia de color cada vez que se le antoja?

 

Zelote aconseja:

–     Es como tú dices, Simón.

Pero sin duda alguna se han referido a sus vestidos, siempre nuevos.

A él le gustan.

Está joven. Hay que comprenderlo.

Pedro concluye:

–    También esto es verdad.

Pero, ¡Qué frases tan curiosas!

Santiago de Zebedeo observa:

–     Parece siempre como si nos amenazaran…

Tadeo agrega:

–    La verdad es que nosotros sabemos que nos amenazan.

Y vemos amenazas también donde no hay.

Tomás concluye:

–    Y vemos faltas también donde no están.

Pedro agrega:

–     Bueno.

No por eso deja de haber sospecha.

Quién sabe cómo esté hoy, Judas.

Entretanto se la pasa bien en su paraíso, con sus angelitos cuidándolo.

También a mí me gustaría enfermarme, para tener todas esas comodidades…

Bartolomé responde:

–    Esperemos que pronto se alivie.

Es necesario terminar el viaje, porque los calores arrecian…

Andrés asegura:

–       ¡Oh! A Judas no le faltan cuidados.

Y luego, si le faltasen; ya pensaría el Maestro…

Santiago de Zebedeo dice:

–     Tenía mucha fiebre cuando lo dejamos.

Esa enfermedad le pegó tan de repente…

Mateo contesta:

–     Como siempre vienen.

Porque deben venir.

Pero yo no sé nada…

El Maestro no se preocupa por eso.

Si hubiese visto que era una cosa seria, no hubiera dejado el Palacio de Juana.

Realmente Jesús no está preocupado en absoluto.

Habla con Margziam y con Juan mientras camina y da limosnas.

Está explicando muchas cosas al niño, indicándole acá o allá, los diversos sitios del Templo.

Se dirige hacia el final de las murallas del ángulo nordeste,

donde hay mucha gente que está yendo a un lugar con muchas arquerías que precede a la puerta del Rebaño.

Va con Marziam, explicándole muchas cosas.

Atraviesan la Puerta del Rebaño y llegan al ángulo noreste del muro del Templo.

Hay un gran pórtico, en donde hay mucha gente.

Jesús explica:

–    Esta es la Probática.

La piscina de Betzaida.

Ahora tiene mucha agua, ¿Ves que tranquila está?

Dentro de poco verás que se mueve y que se levanta hasta llegar a aquella señal húmeda.

¿Lo ves?

Ahora baja el ángel del Señor, él da órdenes al agua de curar a quién se eche en ella.

¿Ves cuanta gente?

Pero mucho se distraen y no ven el primer movimiento…

Pero muchos se distraen y no ven el primer movimiento del agua.

O lo que pasa también es que los más fuertes sin caridad, impiden a los más débiles acercarse:

Jamás hay que distraerse ante los signos de Dios-

Es necesario tener el alma siempre vigilante, porque no se sabe nunca cuándo se manifiesta Dios…

O cuándo manda a su ángel.

Nunca ser egoístas, ni siquiera por la salud.

Muchas veces, por discutir por causa del derecho de precedencia o de la mayor o menor necesidad de unos u otros;

estos  desdichados pierden el beneficio de la venida angélica.

Margziam escucha muy atento.

Y mira el agua.

Luego pregunta:

–   ¿Se puede ver al Ángel?

Me gustaría.

–    Leví, un pastor de tu edad lo vio.

Mira bien y prepárate a alabarlo.

El niño se concentra en mirar el agua…

Y ya no se distrae.

Sus ojos van de la superficie del agua a la parte inmediatamente superior y viceversa.

Jesús mira al pequeño grupo de enfermos:

Ciegos, lisiados, paralíticos, que están esperando.

Los apóstoles también están atentos.

El sol juguetea con los rayos de luz sobre el agua e iluminan los cinco portales que rodean las piscinas.

 

Margziam grita:

–    ¡Mira!…

El agua sube, se mueve, resplandece…

¡Qué luz! ¡El Ángel!… –y el niño se arrodilla.

Efectivamente, mientras se mueve el líquido del estanque;

que parece crecer como por una masa de agua repentinamente introducida que lo hincha.

Y que lo eleva hacia el borde, el agua resplandece como espejo puesto al sol.

Un destello cegador por un instante.

Rápido, un cojo se hecha el agua.

Y poco después sale con la pierna curada; que antes estaba tullida con una gran cicatriz.

Los demás se lamentan y pelean con el sanado, diciendo que él no estaba imposibilitado para el trabajo.

Y se arma una riña.

Jesús mira a su alrededor…

Y ve a un paralítico en su camilla, que llora en silencio.

Se le acerca y lo acaricia.

 

Y le pregunta:

–    ¿Lloras?

El hombre se lamenta:

–     Sí.

Ninguno piensa nunca en mí.

Estoy aquí.

Todos se curan, menos yo.

Hace treinta y ocho años que estoy acostado sobre mi espalda

He consumido todo.

Han muerto los míos.

 Ahora soy gravoso a un pariente lejano que me trae aquí por la mañana y viene a recogerme por la tarde…

¡Pero, cuánto le pesa hacerlo!

¡Yo quisiera morirme!

–    No desfallezcas.

¡Con tanta paciencia y fe como has tenido!…

Dios te escuchará.

–    Eso espero…

Pero a uno le vienen momentos de depresión.

Tú eres bueno, pero los demás…

Yo me esfuerzo en arrastrarme con mis manos hasta allí, cuando el agua se mueve;

pero siempre otros se me adelantan y cerca del borde no se puede estar.

Me aplastarían.

Y aunque estuviese allí,

¿Quién me cuidaría?

Si te hubiese visto antes, te lo habría pedido

Los que se curan podrían,como agradecimiento a Dios;

estar aquí para socorrer a los pobres hermanos…

–     Sí, deberían hacerlo.

De todas formas, no guardes rencor.

Ni siquiera lo piensan; no es por maldad;

la alegría de verse curados es lo que los hace egoístas.

Perdónalos…

–    Tú eres bueno.

No actuarías así.

Me esfuerzo en arrastrarme con las manos hasta allí,

cuando se agitan las aguas de la piscina.

Pero siempre se me adelanta alguno.

Y en el borde no puedo estar, porque me pisotearían.

Además, aunque estuviera allí,

¿Quién me sumergiría en el agua?

Si te hubiera visto antes, te lo habría pedido…

–    ¡Grande es tu deseo de curarte!

¡Pues, levántate!

¡Toma tu camilla y anda!

Jesús se ha erguido al dar la orden.

Y parece como si al enderezarse, levantase también al paralítico.

porque éste se pone en pie…

Y da uno, dos, tres pasos, casi incrédulo, detrás de Jesús, que se está marchando.

Pero, puesto que realmente camina, el hombre emite un grito que hace que todos se vuelvan.

–    ¿Quién eres?

¡En nombre de Dios, dímelo!

¿Eres el Ángel del Señor?

–    Estoy por encima de los ángeles.

Mi nombre es Piedad.

Ve en paz.

Todos se aglomeran.

Quieren ver.

Quieren hablar.

Quieren ser cuados.

Pero acude enseguida la guardia del Templo que vigilaba también la piscina-

Y disuelven ese remolino vocinglero de gente, amenazando con castigarlos.

El paralítico toma sus angarillas:

dos barras con dos pares de ruedecitas y una tela rasgada clavada en las barras…

Y se marcha muy contento;

Y le dice a Jesús gritando:

–     ¡Te volveré a ver!

¡No olvidaré tu nombre ni tu rostro!

Jesús, mezclándose con la muchedumbre, se va en otra dirección, hacia las murallas.

Mas, no ha rebasado todavía la última arquería, cuando ya se han acercado a Él;

como impulsados por un viento furioso…

Un grupo de judíos de las castas sacerdotales.

Todos aunados en el deseo de decir insolencias a Jesús.

Buscan, miran, escrutan, pero no logran comprender bien de qué se trata.

Y Jesús se  mezcla entre la gente y se va en dirección contraria.   

Mientras los fariseos contrariados, siguiendo indicaciones de la guardia…

Asaltan al pobre infeliz que ha sido curado…

Y le recriminan:

–    ¿Por qué transportas esta camilla?

–    Es sábado.

–    te es lícito.

El hombre los mira y dice: 

–   –    Yo no sé nada.

Lo que sí sé; es que quien me curó me dijo:

‘Toma tu camilla y camina’

 

Y el interrogatorio es implacable:

–     Se tratará de un demonio.

–     Porque te ordenó que violases el sábado.

–    ¿Cómo era?

–    ¿Quién era?

–     ¿Judío?

–     ¿Galileo?

El hombre sanado responde:

–    No lo sé.

Estaba aquí.

Me vio llorar y se me acercó.

Me habló. Me curó.

Y se fue con un niño de la mano.

Tal vez era su hijo…

 

–   ¿Un niño?

–    Entonces no es Él.

–    ¿Cómo dijo que se llamaba?

–    ¿No se lo preguntaste?

–    ¡No mientas!

–    Me dijo que se llamaba Piedad.

–    Eres un pedazo de alcornoque.

–    Eso no es un nombre.

El hombre se encoge de hombros y se va.

Los otros dicen:

–    Ciertamente era Él.

–    Los escribas lo vieron en el Templo.

–    ¡Pero Él no tiene hijos!

–    Y sin embargo es Él.

–     Estaba con sus discípulos.

–    Pero no estaba Judas.

–    Es al que conocemos bien.

–     Los otros pueden ser gente de cualquier parte.

–     No.

Te digo que eran ellos.

–    Si les faltaba el Camaleón,

¿Cómo puedes estar tan seguro?

 

La discusión continúa.

Jesús vuelve a entrar al Templo por el otro lado.

Los apóstoles lo siguen.

Mira a su alrededor…

Y encuentra a Jonathán el mayordomo de Juana, uno de los pastores.

Jonathán le dice:

–     Judas se encuentra mejor, Maestro.

La fiebre ha bajado.

Tu Mamá dice que espera venir para el próximo sábado.

–    Gracias Jonathán.

Has sido puntual.

–    No muy puntual.

Maximino el de Lázaro me entretuvo.

Te anda buscando.

Fue al Pórtico de Salomón.

–     Voy a alcanzarlo.

Mi paz sea contigo.

Y dala a mi Madre, a las discípulas y también a Judas.

Jesús, rápido va al Pórtico de Salomón.

Y encuentra al mayordomo de Lázaro.

Maximino le dice:

–   Lázaro se enteró de que estabas aquí.

Te quiere ver para decirte una cosa importante.

¿Irás?

–    Sin duda alguna y pronto.

Dile que me espere dentro de esta semana.

Después de despedir a Maximino, se dirige al Atrio de los Hebreos,

diciendo:

–   Vamos a orar.

Pues por eso vinimos aquí.

Se encuentra al paralítico curado que también ha venido a dar gracias al Señor.

Cuando lo descubre entre la multitud, lo saluda con alegría.

Y le cuenta lo que pasó en la piscina, después de su partida.

Termina diciendo:

–     Luego, uno de los que estaban fuera de sí por verme sano;

me dijo que Tú Eres el Mesías.

¿Es verdad?

–     Lo Soy.

Tu deber para con Dios es emplear la salud en buenas obras.

Estás curado.

Vete y no peques más, no te vaya a castigar Dios más todavía..

Vete en paz. Adiós.

–    Yo soy viejo… no sé nada…

Pero quisiera seguirte, para servirte y para saber.

¿Me aceptas?

–    No rechazo a nadie.

De todas formas, piénsalo antes de venir.

Si te decides, ven.

–    ¿A dónde?

No sé a dónde vas…

—    Por el mundo.

todas partes encontrarás discípulos que te guiarán a Mí.

Que el Señor te ilumine para lo mejor.

Y Jesús se dirige a orar.

Mientras tanto, los fariseos que vieron al curado hablar con Jesús.

Lo detienen para preguntarle si Él fue, el que lo curó.

Y luego se acercan hasta la escalera;

por la que tiene que bajar para pasar a los otros patios… 

Y poder salir del Templo.

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