8-LA SINFONÍA DE LA CREACIÓN 2
¿Cómo estamos hechos?
La perfección de la obra regia de Dios en Adán y en la cual Dios puso su inteligencia creadora,
estaba en su espíritu.
El semen de Adán si Adán hubiese sabido permanecer Rey cual Dios lo hizo,
hubiera sido un semen de perpetua perfección.
El espíritu es el Tabernáculo de Dios.
El hombre fue creado para ser un templo viviente para que Dios lo habitase.
Para el espíritu no hay limitaciones, no hay obstáculos, no hay límites, no hay privaciones, no hay necesidades.
Él es poderoso, libre, instantáneo y como está formado de luz,
cuando se une a la Luz, está pleno de Sabiduría Divina.
(Esto explica porque a los incultos, Dios los convierte en doctos sin haber estudiado)
El altar del espíritu es el corazón.
Y el sagrario es el punto en el cual Dios puso en el hombre la necesidad de adoración.
Y esta adoración se alimenta de amor y de necesidad de amar.
Dios hizo este altar precioso y sagrado.
Lo hizo para estar formado del amor y de la unión con Él.
Y de la generosidad en el amor incorruptible a las acciones perjudiciales de los sentidos,
de las tentaciones, de las insidias, de las tres carcomas del alma.
Porque el amor generoso y la unión con Él;
hacen a las fibras del corazón incorruptible a las acciones disgregadoras que vienen del exterior.
Por eso el hombre ha hecho a este órgano, sede de los sentimientos y trono y asilo de las pasiones predominantes.
Y éstas se custodian con cada latido del corazón.
Y en el fondo la gema que esplende, amigable y santa…
O flameantemente engañosa y malvada:
su tesoro es el sentimiento que la domina.
El altar original perfumaba con su amor la santidad de Dios…
Y cantaba su armonía, amándolo y adorándolo sobre todas las cosas;
porque en todas las cosas estaba el sello innegable del Amor Divino;
que las había hecho perfectas y maravillosas para el gozo de su criatura.
El amor es el término de la perfección humana:
El amor es una fuerza absoluta y el alimento de la vida.
El amor es el culto de adoración a Dios, porque el que crece en el amor, crece en perfección.
El hombre está obligado a conocer a Dios por gratitud y por respeto a su propia inteligencia.
Y su propia naturaleza le exige la necesidad de amar,
porque aquel que ama es nacido de Dios y por la caridad es semejante a Dios.
El Sexto Día fue creado el hombre siguiendo el fin para el que fue creado:
amar y servir a su Señor durante la vida terrena.
Conocerlo en su Verdad y después gozar de Él para siempre, en la Vida Eterna.
Fue creado el único hombre del cual debía venir toda la Humanidad…
Y del cual fue tomada la mujer,

7. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. GÉNESIS 2, 7
compañera del hombre y para el hombre;
con el cual poblará la tierra, reinando sobre todas las criaturas inferiores.
Fue creado el Único Hombre.
Aquel que como padre habría trasmitido a sus descendientes todo cuanto había recibido:
vida, sentidos, aptitudes materiales;
así como inmunidad a todo sufrimiento.
razón, intelecto, ciencia, integridad, sabiduría, inmortalidad…
Y el Don de dones: la Gracia.
El hombre era un semidiós por la Gracia y por la Fe.
Cuando el hombre se despertó de su primer sueño y encontró a su lado a la compañera;
sintió que la felicidad que Dios le había dado era completa.
Era ya tan grande desde antes.
Todo en Adán y en torno a Adán;
fue hecho para que él gozase de una felicidad completa, sana, santa y la delicia;
o sea, el Edén,
no era solamente en torno, sino también adentro de Adán.
Lo circundaba un jardín pleno de bellezas vegetales, animales y minerales.
Pero dentro de él, un jardín pleno de bellezas espirituales, florecía con virtudes de todo género;
prontas a madurarse en frutos de santidad perfecta;
perteneciente a la ciencia apropiada a su estado…
Y que los hacía aptos, para la vida sobrenatural: la Gracia.
Como criatura física, gozaba de esto que veía:
la belleza de un mundo virgen, testimonio salido del querer de Dios.
Gozaba de esto que podía:
su señorío sobre las criaturas inferiores.
Todo había sido hecho por Dios, para el servicio del Hombre:
desde el sol hasta los insectos, para que todo le fuese una delicia.
Como criatura sobrenatural gozaba, -un éxtasis radiante y suavísimo-
de la compañía de la Esencia de Dios: el Amor.
De los raptos de amor entre el Infinito que se donaba…
Y la criatura que lo amaba adorándolo.
El Génesis encubre esta facultad y este comunicarse con Dios en la frase:
“Habiendo oído la Voz de Dios que se paseaba en el fresco de la brisa de la tarde.”
“Habiendo oído la Voz de Dios que se paseaba en el fresco de la brisa de la tarde.”
Por cuanto el Padre había dado a sus hijos una ciencia proporcionada a su estado;
aun así, Él Mismo los instruía.
Porque Infinito es el Amor de Dios…
Y después de haber dado, anhela nuevamente dar…
Y tanto más da, en cuanto más la criatura desea serle hija.
Dios se da siempre a aquel que a Él se le da generosamente.
Cuando el hombre se despertó y vio a la mujer,
su igual y su complemento;
sintió que su felicidad de criatura era total;
teniendo el todo humano en plenitud…
Y el todo sobrehumano, colmado por el amor dado al amor del hombre.
EL ALMA.
¿Cómo es?
¿Cuáles son sus atributos?
Los Progenitores, además de la Gracia Santificante y la Inocencia,
tuvieron en su creación otros dones de su Creador.
La Inmortalidad: atributo divino.
La Inmunidad: de todo dolor y miseria.
La Integridad: la perfecta sujeción de los sentidos a la razón.
La Razón:
Es más grande que el instinto.
La Ciencia:
ilumina el saber…
Y regula el amor, sujetándolo al orden hacia las criaturas y hacia Dios.
Adán estaba formado de carne más que de espíritu.
Pero no era carnal, en cuanto a que sobre la materia, señoreaban el espíritu y la razón.
Y el espíritu inocente y pleno de Gracia, tenía semejanza admirable con su Creador…
Y por lo tanto era inteligente y sabía comprender.
La Libertad: majestad dominante sobre el ‘yo’.
La inteligencia: perfecta e iluminada por la Caridad.
Plena de sabiduría y de ciencia divina.
Dios dio al hombre la inteligencia unida a la libertad de pensamiento.
¿Qué es el pensamiento?
Es el alma de la palabra.
La facultad de comprender y conocer, expresando las ideas y comunicarlas a los demás;
es una cualidad humana.
Los pensamientos brotan en la profundidad de la mente y esto es lo que distingue al hombre de los brutos;
en los cuales los movimientos mentales, se limitan a los más rudimentarios para vivir.
El hombre piensa…
Y del pensamiento nacen obras de arte, de genio, de belleza.
El hombre piensa…
Y en este su pensar, tiene un íntimo amigo que le sirve de compañía en su soledad.
El pensamiento del hombre viaja, espiritual como es, por todo el Universo.
Se sumerge en los recuerdos…
Y emerge en la previsión de los tiempos futuros.
Estudia, contempla y medita, las admirables obras de Dios en la Creación.
Reflexiona los misterios de los hombres.
Cada hombre es un misterio, encerrado en su vestidura mortal.
Luminoso u oscuro según sea su ánimo, santo o satánico.
Misterio solo conocido por Dios, para el que no hay nada oculto.
Y de la contemplación de las cosas y de los hombres, sube a la contemplación de Dios.
Como el águila que cada vez más alto asciende hacia el sol;
así el pensamiento humano puede elevarse y sumergirse en la luminosidad de Dios…
Después de haber meditado en la capacidad humana.
En la Inmensidad divina...
Después de haber reflexionado en la relatividad humana.
En la eternidad divina…
Después de haber contemplado la efímera temporalidad humana.
La Perfección…
Después de haber mirado sin soberbia que ciega, la imperfección humana.
La Mente:
Humana es perfecta e imperfectísima.
Iluminada por Dios es perfecta.
Sin Él cae en el error.
La Razón:
debe estar motivada por la bondad.
Solo así las acciones humanas obtienen frutos de santidad.
Y la razón si es humilde, cae de rodillas en obsequio del Dios Infinito e Incomprendible;
que solo se vuelve accesible a través de la FE.
Solo la fe ilumina la ciencia y la ayuda a comprender.
El conocimiento de la Esencia de Dios se encuentra en la sabiduría.
Y la sabiduría se encuentra en el luminoso y ardiente centro que es la Caridad.

“Debes vaciarte de aquello con lo que estás lleno, para que puedas ser llenado de aquello con lo que estás vacío…”
Porque fe es religión.
Y la religión permite a la criatura inteligente pero limitada,
comprender al Perfecto e Infinito.
La Memoria:
el hombre fue creado para amar y adorar a Dios.
Y sufre porque desea a Dios.
Y este sufrimiento lo provoca el vacío interior, que existe en el hombre que vive alejado de Él.
Porque hay en el hombre un ansia de creer, que es MÁS GRANDE que su necesidad de respirar.
Por eso tiene hambre de Dios.
Y experimenta una necesidad instintiva de buscar la Verdad;
que se convierte en un acicate doloroso;
porque el hombre se engaña voluntariamente en su deseo…
Se crea ídolos para aliviar su necesidad espiritual…
Y el alma recuerda a Dios con nostalgia, por el momento en que fue creada.
Instante fugaz frente a Él, pero que produce un sello indeleble en lo más íntimo de su ser.
Su recuerdo se vuelve borroso, porque el cuerpo que habita…
Y al que gobierna una mente pagana, llena de ídolos;
vive una vida que la enferma…
Y con su espíritu muerto, su sufrimiento aumenta.
Porque ella SABE que su cuerpo es perecedero y está unido a algo que es inmortal.
¡Satanás fué creado para servirnos y con engaños, ahora controla a sus esclavos…!
¡Con él, los patos le tiran a las escopetas!
¡Y los pobres ateos; sólo inclinan la cerviz…!
BONITO NEGOCIO…
Los herederos, ¡Le estamos leyendo la cartilla!
Y nos obedece… (por las buenas o por las malas)
PERO LO HACE
¡Porque ejercemos el cetro completo!:::
El hombre se pierde en marasmos filosóficos…
Y aún quién dice que no cree en nada, en alguna cosa cree.
El que afirma “No creo en Dios” presupone otra fe.
Tal vez en sí mismo o en su inteligencia soberbia.
Es como el pensamiento “no quiero pensar”,
por el hecho de expresarlo, está manifestando que está pensando.
La Voluntad:
de los atributos del alma, si la voluntad no es usada con sagacidad para manejar la inteligencia;
ésta se vuelve como las medicinas peligrosas:
en lugar de sanar matan.
La voluntad es la soberana del alma.
Dios la respeta y da las fuerzas necesarias, para ‘una buena voluntad’
con las virtudes que la hacen inclinarse hacia Él.
Pero “No querer ser esclavo del Mal”, debe salir del hombre.
La Libertad de Arbitrio:
el libre albedrío es el regalo más grande que Dios otorgó a la inteligencia humana.
Dios ama a los hombres y les concede la libertad de arbitrio,
para que por ella se perfeccionen en la virtud y se hagan más semejantes a Él.
Cuando el libre albedrío no está sostenido por el amor, la voluntad se debilita;
muere poco a poco, porque el libre albedrío se ha dejado seducir y se hace esclavo del Mal.
Dios lo hizo libre y el hombre lo convierte en esclavo de las pasiones.
El Demonio, el Mundo, la Carne,
en un libre albedrío desordenado,
conducen al Egoísmo desenfrenado que da la muerte al espíritu.
La inteligencia del egoísta queda obnubilada para Dios y sus verdades.
La soberbia ensombrece con su humo al egoísta y le ofusca la Verdad.
Comienza el proceso de los ‘¿Por qué?’…
De éstos se pasa a la DUDA.
A la separación no solo de Dios y la confianza en Él,
sino también de su justicia, del temor de Dios y de su castigo.
Este es el motivo por el cual se explica, porqué tan fácilmente se peca.
La mala voluntad en el pecar, es lo único que Dios, NO perdona.
Cuando el alma posee un libre albedrío que vive dentro del orden,
en obediencia hacia Dios y siendo heroicamente fiel al Bien;

Procura conformarte siempre y en todo a la Voluntad de Dios EN TODOS LOS ACONTECIMIENTOS y NO tengas miedo. Esta conformidad, es el camino seguro para llegar al cielo.
el hombre se eleva y el alma se deifica al tomar la semejanza con Dios.
Cuando es el Mal el que lo embrutece; esta semejanza es casi borrada totalmente…
Y la degradación espiritual es tal, que se hace semejante al Demonio.
Todo está en la voluntad con que se hace cada acción:
ya sea virtuosa o pecaminosa.
Porque ES la voluntad, la que da valor a nuestros actos.
QUERER ARREPENTIRSE.
QUERER CONVERTIRSE.
QUERER OBEDECER. QUERER VENCER.
QUERER PERDONAR.
QUERER AMAR.
QUERER SER FIEL.
QUERER TRIUNFAR SOBRE SÍ MISMOS Y SOBRE EL MAL.
QUERER SER HÉROES.
QUERER. QUERER. QUERER.
El que NO se quiere salvar teniendo los medios…
ES PORQUE
QUIERE CONDENARSE.
Hasta el último momento, Dios respeta el libre albedrío
y la voluntad, reina y soberana del alma.
También la voluntad es el factor fundamental en la RECREACIÓN DEL ALMA.
Toda la Creación natural y sobrenatural, es obra del amor.
Todas las providencias, las leyes físicas, morales, espirituales, son obras del Amor.
El Intelecto:
Es capaz de distinguir lo que está bien y lo que está mal.
Y amaestra sobre el cómo y el porqué, se puede y se debe querer hacer el bien y no querer hacer el mal.
La Conciencia:
su voz podría llamarse la Voz del Mismo Dios, hablando en el interior del hombre.
Es otra ayuda no-solo en empujar la voluntad a acciones buenas y en detener la misma, para acciones malvadas.
Sino en hacer que surja el arrepentimiento y empujar a la reparación de un mal cometido;
para que el hombre vuelva a encontrarse en Gracia de Dios, cuando la ha perdido pecando.
LA Intuición:
es una ayuda que Dios da a la inteligencia debilitada en la comprensión.
La lucidez de la inteligencia ayuda poderosamente a recibir y comprender las enseñanzas
que la Ciencia Eterna, en las lecciones que Dios quiere que sean guía y consuelo en la hora que vivimos,
para que el mundo no se embrutezca totalmente;
pues las palabras de la justicia no son más que sonidos que repercuten en las orejas…
Y a veces ni siquiera se perciben:
No se hacen alimento de Vida.
Dios crea las almas por amor.
Y para que ellas puedan alcanzarLe y poseerLe,
después de haberse esforzado en amarLe y conocerLe,
las ha llenado de dones.
Cuando una madre sabia y buena, AMA DESDE EL VIENTRE a su pequeño, sucede esto:
El alma viene de Dios,
y todas sus potencias físicas, morales y espirituales tienden hacia Él.
El alma originalmente dada al hombre se recrea y se supera en grados inimaginables;
a través de grandes sufrimientos y tribulaciones, haciéndola apta para reposar en Dios.
El espíritu vivo se funde en Dios…
Y el alma se convierte en Templo Viviente del Espíritu Santo,
porque Dios vive en ellas y las funde con Él.

12. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.
13. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Y es de suma importancia para el alma que quiere avanzar en la vía del Cielo,
ser robusta y tener todas sus potencias firmes en Dios.
Cuando esto sucede el alma está segura.
Cuando las potencias del espíritu están fijas en Él, ninguna fuerza la puede quitar de ahí.
El alma viva tiene tal repugnancia al mal, porque Jesús está en ella y el alma percibe lo que siente Él.
El mérito del alma es uno solo:
aquel de su buena voluntad de querer tenerlo a Él y aferrarse a Él.
Todo otro pensamiento sería soberbia y vanidad espiritual.

Jesús con el amor de fusión, nos une a Él para participarnos la Vida y al hacernos corredentores nos comunica su Semejanza y nuestra alma se deifica…
Las almas que están fijas en Dios, NO DEBEN TENER MIEDO A NADA.
Solo a pecar.
EL ESPÍRITU
El espíritu es un Templo.
El ángel custodio de cada criatura, adora en la misma, al Dios que la habita si está en Gracia del Señor.
El espíritu es un Rey.
La infinita misericordia del Dios Único y Trino, ha dado a nuestro espíritu,
todas las ayudas para permanecer dominador.
Los sentimientos pueden ser domados, entregándolos a Dios y pidiéndole que nos llene de su Amor.
Es el alma lo que da al hombre el derecho a decir: “Padre mío…”
Cuanto más el alma es hija de Dios, tanto más pronta se siente para seguir los consejos del Espíritu Santo.
El alma hija de Dios toma de su Padre esta característica divina:
la solicitud pronta y alegre de hacer todo aquello que es bien.
La medida de la filiación alcanzada, la da la prontitud con la que el alma secunda las divinas inspiraciones;
sin pararse a considerar lo que ellas puedan exigir de esfuerzo por parte de la criatura humana;
ni del peligro que hayan de suponer para el individuo carnal.
Y el alma espiritual es la que distingue al hombre de los animales,
y lo hace dios sobre todos los otros seres creados:
dios-rey que domina y somete;
comprende, instruye, provee…
Y lo hace dios por su origen y destino futuros.
Es el alma aquella que iluminada por su divino origen,

“Dios NO manda cosas imposibles; sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas. Y pedir lo que no puedas y te ayuda, para que puedas…”
sabe, quiere, puede con fuerza ya semidivina.
Fuerza que Dios potentemente sostiene y ayuda,
cuanto más el alma se eleva en la justicia
el hombre se diviniza con una vida de justicia.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATÓLICA, – CONÓCELA
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