EL SACRIFICIO16 min read


13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Juan 16, 13

23 de agosto de 2021

Habla Dios Espíritu Santo

La Tierra es un altar.

UN ENORME ALTAR.

Fue creada para ser un Altar de Alabanza  Perpetua a su Creador.

Pero el hombre con su Pecado, la ha convertido en un Altar de Expiación.

La Tierra debe como todos los demás astros del Universo,

cantar los Salmos a su Creador.

También la Tierra canta el Salmo de las Esferas,

como el Cielo con los vientos, con las aguas, con las voces de las plantas y de los animales.

Sobre el Templo de la Tierra solo falta el hombre, que tiene una misión

que debiera ser algo más que un deber, una alegría: AMAR A DIOS.

Dar inteligente y voluntariamente, Culto de Amor a Dios,

correspondiéndole por el Amor que Él ha dado al hombre,

dándole la vida y dándole el Cielo, después de la Vida.

Y la Tierra está llena de Pecado y por eso debe ser Altar de Expiación Perpetua,

De Sacrificio Perpetuo, sobre el cual ardan las hostias que sufren: los inocentes y los santos.

Las almas víctimas que se unen a la Gran Víctima y se inmolan por todos.

Y de esta manera se convierte la injusticia en Redención.

El sudor y el trabajo fertilizan los campos.

El sacrificio de  las víctimas, fertiliza los corazones y los prepara para la salvación.

SER CRISTIANO  =    INMOLACIÓN.

Debemos vivir en el Amor

y alcanzar en la Escuela del Sufrimiento,

la cima del Sacrificio y la caridad:

ALMAS VÍCTIMAS CRUCIFICADOS POR EL AMOR

EL MARTIRIO

Con el ‘callar, aceptar, sufrir y ofrecer’, se vence a Satanás.

Con esto se da muerte al ‘yo’, a la propia voluntad.

El ‘yo’ es orgullo y a Satanás no hay nada que lo irrite más, que un acto de humildad.

Y LA VERGÜENZA DE SER VENCIDO

POR UN HOMBRE INFERIOR A ÉL POR NATURALEZA;

LO EXASPERA Y LO HIERE

Vivir para los hombres o para Dios.

La diferencia la establece la medida del sacrificio de nuestro egoísmo.

La vida cristiana es un perpetuo heroísmo.

Porque es una lucha contra el Mundo, el demonio y la Carne.

La libertad que Dios nos concede, no nos permite ser hipócritas:

O CON JESÚS O CONTRA ÉL.

Tu corazón se volcará a lo que le dediques: tiempo, dinero. energía.

Si somos de Dios no podemos pactar alianzas con el Enemigo.

El que quiere servir a dos amos, con alguno queda mal.

Y al que se acerca a Satanás, éste lo arrebata sin contemplaciones.

Judas quiso adorar en dos altares y es muy conocido en donde terminó.

El sacrificio que Dios quiere,

es el espíritu compungido, obediente, amoroso;

porque puede también realizar un sacrificio de Alabanzas,

de alegría, de amor y no solo de expiación.

CUANDO LE SACRIFICAMOS NUESTRA VOLUNTAD

A SU VOLUNTAD,

HAY QUE INVOCAR LAS LÁGRIMAS DE MARÍA,

QUE NOS VIGORIZAN

E INFUNDEN VALOR,

PARA UN MAYOR SACRIFICIO.

El Crecimiento en el Amor aumenta el hambre de sacrificio…

Y el sacrificio más tremendo, se vuelve soportable, cuando se sabe su utilidad.

Entonces sobre las lágrimas florece una sonrisa…

Y sobre la angustia, una seguridad.

El hombre espiritual deja de ser esclavo de los sentidos

y siempre tiene en los labios con amorosa resignación, estas palabras:

“No lo que yo quiero, Padre mío.

Hágase tu Voluntad.”

¡Padre, SI QUIERES aparta de Mí éste Cáliz! Pero NO SE HAGA MI VOLUNTAD, sino la Tuya!

EL SACRIFICIO ES AMOR

OFRENDADO AL AMOR.

La Perfección está compuesta del fruto de incontables sacrificios.

EL SACRIFICIO Y LA PENITENCIA,

SON EL CAMINO DE LA SALVACIÓN.

Para ser verdadero cristiano se debe amar.

y reparar por los que han esterilizado el amor en su corazones.

La forma más elevada del amor es el sacrificio que imita al Amor Supremo:

EL AMOR REDENTOR. 

Jesús como Rey del espíritu,

solo ofreció privaciones, sacrificios y dolores,

que le serán cambiados en gloria,

al que persevere hasta el fín y no claudique del Camino del Calvario,

Esa cruz me pertenece Señor, ¡Crucifícame Jesús, porque te adoro sobre todas las cosas! Y ayúdame a Amar, haciendo Tu Voluntad y NO la mía…´´

que está sembrado de Dolor y de lágrimas.

NO HAY RESURRECCIÓN SIN CRUCIFIXIÓN.

La victoria está en el sacrificio.

EL SACRIFICIO ES OFRENDA DE AMOR

OFRECIDA AL PADRE.

Los dones vienen de Dios. El amor es mérito del hombre.

El sacrificio es amor.

Es el que hace esplendoroso el altar del corazón.

El holocausto voluntario perfuma

como el Incienso más agradable y es más precioso para Dios,

que el perfume de todas las flores de la Tierra.

En el Purgatorio estamos SOLOS y se sufre LA SENTENCIA EN LA CRUZ DE NUESTROS PROPIOS PECADOS, que merecemos… PROPORCIONADA POR LA JUSTICIA DIVINA

Cada renuncia va envuelta con el oro de la Caridad que la ofrece a Dios

EN UN CULTO VERDADERO

para que tome valor de Redención

y así la Tierra se salvará con el sacrificio.

El Sacrificio es el que ABRE los oídos del espíritu

y es la sangre que lava la lengua que habla de Dios.

Jesús es el Verbo del Padre y su Palabra es lo más sagrado,

porque es la que da la Vida Eterna.

NO PUEDE ser Profeta de Jesús,

el que NO se crucifica totalmente con Él

y convierte su vida en un sacrificio continuo.

Las almas víctimas están totalmente FUSIONADAS con Dios,

Juan 14, 11

e igual que Jesús está en el Padre y es uno con Él; 

las almas que se inmolan ven realizarse el Misterio

de que Dios las trabaje para que sean espejos purísimos

en donde se reproduzca la imagen de Jesús Crucificado,

tal y como Él está en la Cruz:

coronadas, azotadas, clavadas, desoladas, traspasadas y desamparadas.

En cada uno de estos aspectos se convierten en un retrato viviente,

para que el Padre se complazca en ellas

y derrame gracias sobre los pecadores.

Como Iglesia, tenemos el deber sagrado de morir por Dios,

abandonadas y crucificadas.

En el altar de la Tierra no fue consumada más

que la Carne y la Sangre del Hombre-Dios.

En el altar del Cielo son ofrecidas las Hostias vivientes

como oblación de suavísimo olor ardiente

sobre el altar del sacrificio de un corazón enamorado de Dios,

constituyendo con esto: el Verdadero Culto a Dios.

LA PENITENCIA

Cuando Dios creó al hombre, se hizo un Templo perfecto para Sí Mismo

y puso en él sólo una necesidad: la del Amor.

Amor de hijos hacia su Padre. Amor de súbditos para su Rey.

Y amor de creaturas para su Creador.

Y si el ácido de la Culpa no hubiese corroído las raíces del amor;

éste habría crecido potente en nosotros como un gozo;

como una necesidad que produce alivio cuando se realiza, igual que lo es el respirar.

Y el amar se hubiera efectuado sin fatiga,

porque el amor es la respiración y la sangre que hace vital al espíritu.

Peor que la ruina y la destrucción que hacen las bombas nucleares en el mundo material;

más nefasta fue la Culpa.

Pues trastornó la Obra Maestra de la Creación

y desbarató, en la raíz del hombre; aquel conjunto perfecto,

de carne dócil al espíritu

y aquel armónico contorno que pusiera Dios alrededor de su hijo;

para que fuera un rey feliz.

Desaparecido el amor del hombre para con Dios;

desapareció el Amor de la Tierra para con el hombre.

Se desencadenó la ferocidad entre los seres inferiores;

entre éstos y el hombre y…

¡El Horror de los horrores!..

¡ENTRE LOS MISMOS HOMBRES!

La sangre hirvió a causa del Odio,

y se derramó contaminando el altar de la Tierra

Y DE LA SEMILLA DE LA CULPA

NACIÓ UNA PLANTA DE AMARGO FRUTO

Y DE PUNZANTES RAMAS:

EL DOLOR.

El Pecado evolucionó en perversión y ferocidad;

haciendo que el Dolor se hiciera más vasto y complicado.

Jesús, el Dios-Hombre. Vino a santificar el Dolor,

sufriéndolo por nosotros.

ALMAS VÍCTIMAS Y CORREDENTORAS

Y fundiendo el suyo que es Infinito, con el nuestro; para darle mérito.

Dos son las necesidades primordiales del hombre:

EL AMOR Y EL DOLOR  

¡Satanás también PERVIRTIÓ ESTO!

O ¿Cómo explican el éxito de 50 sombras de Gray?)

El Amor que nos impide cometer el mal.

Y el Dolor que lo repara.

Esta es la ciencia que se debe aprender:

SABER AMAR Y SABER SUFRIR

El que aprende a dominar el arte de sufrir se convierte en penitente.

SOLO LA PENITENCIA Y EL AMOR

PESAN A LOS OJOS DE DIOS;

Cuando nos crucificamos y Dios nos convierte en corredentores, somos pararrayos de la Justicia Divina… Y TENEMOS EL PALIATIVO DEL CIELO. EL SUFRIMIENTO SE TORNA GOZO

PARA DETENER LOS ACONTECIMIENTOS Y DESVIARLOS….

PENITENCIA

Su nombre causa horror,

pero sus efectos dan frutos preciosos en el campo de las virtudes,

porque surge de la humildad y es el FUEGO,

que conserva, desarrolla y fortalece las virtudes.

De ella nace el propio desprecio.

Se desprende el ansia de padecer…

Y se fortalece el hambre de crucifixión.

La Penitencia atrae a Dios y sirve para expiar y merecer,

porque es el arrepentimiento activo.

LA EXPIACIÓN POR EL DOLOR DADO A DIOS.

Y UN DOLOR REPARADOR

A TRAVÉS DE UN CASTIGO INFLIGIDO

CON OBJETO DE DESAGRAVIARLO.

La Penitencia da luz y agilidad de espíritu,

porque doma la carnalidad y es el arma más poderosa contra los vicios.

Porque ataca directamente todos los pecados capitales

e impide que el alma se hunda en la molicie.

La Penitencia nos arranca del fango,

y nos dispara en el vuelo hacia el encuentro del Amor.

La Penitencia es un secreto entre el alma y Dios,

consumado por amor a Él, a los hermanos y hacia nosotros mismos,

para que el espíritu vuelva a ser rey.

Es la muralla que protege la castidad.

Desarma la Justicia de Dios y la convierte en Gracias.

Purifica las almas; apaga el fuego del Purgatorio;

En el INFIERNO, EL REINO DEL ODIO están peor, los demonios desquitan su Odio y se sufre el Calvario de Jesús,  CON TODO EL RIGOR DE LA JUSTICIA DIVINA

eleva el alma de la Tierra

Y ES LA COOPERACIÓN A LA REDENCIÓN:

PORQUE LA PENITENCIA Y EL SACRIFICIO,

ARRANCAN LAS ALMAS A SATANÁS.

La penitencia es la humillación que le infiltra el hombre a sus bajezas y miserias:

ES TRABAJAR PARA DERRIBAR EL “YO”

Se debe pedir a Dios, a través de una vida de Penitencia

que nos lave de tanta humanidad

y que nuestro corazón arda, por el celo de Dios y de las almas.

Y que nos convierta en carbones encendidos por la Caridad.

Y si no sabemos imponernos penitencias,

hay que aceptar aquella de la vida que no es plena,

¡Aceptemos la TRIBULACIÓN, COMO CRISOL! ¡Y demos gracias enmedio de las lágrimas!

diciendo:

‘Si esta pena viene de Dios, hágase señor tu Voluntad.’

Si viene de un pobre hermano cautivo:

‘Padre, yo te la ofrezco para que tú lo perdones y él se redima.’

Cuando se hace así,

todo es puro y entonces se alcanza la pureza del Corazón

que lo convierte en Trono de Dios.

Y aún el más perfecto de los penitentes,

arrastra en su sacrificio escorias de imperfecciones humanas,

de Odios, de Egoísmos…

Y Jesús enseñó que por más que ayunemos con la boca;

si después no se ayuna con el corazón

dejando de perjudicar con las obras, con las palabras,

y hasta con el pensamiento, al prójimo;

le resulta detestable nuestro ayuno, que da muerte a nuestra alma.

Porque las prácticas sin la caridad,

sólo pavimentan el camino para el infierno…

La Penitencia que le agrada a Dios, sólo la conoce Dios.

Es mejor pasar por inmortificados a los ojos del mundo…

y de esta manera la practicamos con la pureza de corazón necesaria.

“Bienaventurados los limpios de corazón…”

8. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5

La Penitencia abre los ojos del espíritu.

Los ojos del espíritu ‘ven’ las sublimes visiones

y ellas anulan la sensibilidad corporal.

ES LO QUE NOS AYUDA A SOPORTAR

LOS HORRENDOS SUPLICIOS SONRIENDO.

EL ÉXTASIS

ANULA LA SENSIBILIDAD DOLORÍFICA.

Cuando alcanzamos la perfección en el amor,

podemos ver con su perfección,

la Perfección de Dios sin velos y con una verdadera anulación,

lo material desaparece.

La alegría de la visión, suprime la miseria de la carne sensible al sufrimiento.

SIGLO XXI, y Odio de ISIS

Y empezamos a gozar del Paraíso.

La Penitencia no mata más que lo que va a morir.

No debe haber temor por el cuerpo al que se debe amar poquísimo:

sólo como se ama y se cuida un vestido,

que tarde o temprano se vuelve inservible.

Los cilicios y las disciplinas no son las que matan.

Los penitentes no mueren de esto.

Mueren por la Caridad que los consume

y que arde en ellos como un horno.

Porque la hoguera del amor consume más de lo que destruye la austeridad.

La Penitencia purifica el cuerpo y el alma.

El ayuno corporal, purifica los sentidos

y es una reparación por los que aman la carne, como la cosa más preciosa

y solamente buscan la felicidad en los placeres sensuales y materiales.

El ayuno es una tremenda fuerza de oposición

contra los males con los que Satanás inunda las almas;

porque no solo de pan vive el hombre.

La Penitencia se ejerce con el control de las pasiones

y la mortificación de los sentidos,

controlando la lengua y guardando silencio exterior e interior.

Huyendo de la murmuración y el descontento;

de los chismes y la fácil tentación del juicio y la condena.

La Penitencia es sufrimiento para el cuerpo y luz para el espíritu.

Fortifica la debilidad y alcanza las gracias de Dios.

Con la Penitencia se preparan los caminos

y caen las cadenas de la esclavitud y el Pecado.

La Penitencia nos ayuda a vencer las tentaciones

1. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

y a vencer a Satanás en los corazones que se desea redimir.

PORQUE CIERTOS DEMONIOS SE VENCEN

SÓLO CON LA ORACIÓN Y LA MORTIFICACIÓN

CON LA PENITENCIA SE ENCIENDE EL AMOR

EN LOS CORAZONES APAGADOS

Los hombres no saben cuántas lágrimas; cuantos dolores; cuantas penitencias;

cuantos sacrificios; son el precio de su existencia.

Creen tener la vida por la madre que los ha engendrado

y por el padre que les ha dado el pan. 

Esto es verdad, si se calcula con la medida de los brutos,

que así tienen la vida.

Pero la Verdadera Vida para darles tiempo para convertirse,

ES OBRA DE LAS ALMAS VÍCTIMAS

Cuando nos crucificamos y Dios nos convierte en corredentores, somos pararrayos de la Justicia Divina… Y nuestra intercesión, ES PODEROSÍSIMA…

Muchos no mueren eternamente por estos héroes, para ellos desconocidos,

que metiéndose entre los hombres y Dios,

con los brazos levantados trasfieren hacia sí mismos;

como si fueran un pararrayos,

los castigos divinos.

Y les trasfunden un poco de la sangre espiritual, que es sangre de Gracia,

que circula en le Gran Cuerpo Místico,

A LOS QUE SE ESTÁN DESVANECIDOS

POR LAS ENFERMEDADES MORALES.

Pero todo esto lo hacen a través del tamiz de su yo sacrificado

y es como se filtra este bien a los malvados.

La Tierra tiene mucha necesidad de Penitencia,

para que los débiles puedan tener fuerzas para resistir a Satanás.

Y aún el más perfecto de los penitentes,

arrastra en su sacrificio escorias de imperfecciones humanas, de odios, de egoísmos…

la Penitencia; al tener subyugado al pólipo que lo humano, lleva adherido en su fondo;

confiere luz y agilidad al espíritu.

La penitencia nos arranca de la carnalidad

y nos lanza como bólidos al encuentro del Amor.

La Penitencia debe siempre precederlo todo

porque es la que amerita las alegrías.

Toda visión nace de una precedente penitencia

Y CADA PENITENCIA ABRE EL CAMINO,

PARA LA MÁS ALTA CONTEMPLACIÓN.

Sacrificio. Sacrificio. Sacrificio.

Debe ser nuestra vida, nuestra fuerza, nuestra gloria.

En la Tierra el Amor de Jesús DOSIFICA nuestro calvario, Y ÉL ES EL CIRENEO que nos ayuda a recorrer el Camino…

Sólo cuando las almas se adormecen en Dios,

ES CUANDO DEJAN DE SER HOSTIAS,

PARA CONVERTIRSE EN DIOSES.

SU VIDA ES UN TOTAL

SACERDOCIO.

El Pensamiento del Crucificado,

¡Qué ligeras hace todas las penitencias del cuerpo y los dolores internos!

A Dios se le encuentra en la Cruz

y la misión es ser un reflejo de Jesús Crucificado.

LAS ALMAS VÍCTIMAS SON

LOS GIGANTES DEL AMOR.

Expían por amor de los hermanos,

Los pequeños “Cristos”, las ALMAS VÍCTIMAS Y CORREDENTORAS

y esto es amor del prójimo llevado hasta el Heroísmo.

Se ofrece al Dios Ofendido al que le brinda consuelo por la ofensa recibida

y esto es Amor de Dios llevado hasta el Heroísmo.

El Amor es el Sacrificador Eterno.

El que inmoló al Dios hecho Carne y…

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