Archivos diarios: 3/01/22

439 PARÁBOLA DE LOS PÁJAROS

439 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

 que tienden una trampa.

Jesús está en Bethania.

Toda fértil y florida en este hermoso mes de Nisán, sereno, puro,

como si la creación hubiera sido lavada de toda suciedad.

Pero las turbas, que sin duda lo han buscado en Jerusalén

y que no quieren marcharse sin antes escucharlo,

para poderse llevar en su corazón su palabra, le dan alcance.

Es tanta gente, que Jesús ordena reunirla para poder adoctrinarla.

Y los Doce con los setenta y dos, que han vuelto a formar ese número,

con los nuevos discípulos que se han agregado a ellos en estos últimos tiempos

se diseminan por todas partes para llevar a cabo la orden recibida.

Entretanto Jesús en el jardín de Lázaro, se despide de las mujeres,

especialmente de su Madre,

que por orden suya vuelven a Galilea acompañadas por Simón de Alfeo, Jairo, Alfeo de Sara,

Margziam, el marido de Susana y Zebedeo.

Hay saludos y lágrimas.

No faltan tampoco muchos deseos de no obedecer.

Deseos que nacen también del amor al Maestro.

Pero más fuerte aún es la fuerza del amor perfecto;

perfecto, por ser enteramente sobrenatural, hacia el Verbo Santísimo.

Y esta fuerza hace que obedezcan aceptando la dolorosa separación.

La que menos habla es María, la Madre de Jesús.

Pero su mirada dice más que todas las otras juntas.

Jesús, que lee su mirada, la tranquiliza, la consuela, la sacia de caricias,

si es que una madre puede ser saciada.

Y especialmente esta Madre toda amor y congoja, por el Hijo perseguido.

Finalmente las mujeres se marchan.

Y se vuelven una y otra vez saludando al Maestro, saludando a los hijos,

y a las afortunadas  discípulas judías, que todavía se quedan con el Maestro.

Simón Zelote. observa:

–               Han sufrido por marcharse…

Jesús dice:

–                Pero convenía que se marcharan, Simón.

–               ¿Prevés días tristes?

–               Turbulentos, por lo menos.

Las mujeres no pueden soportar las fatigas como nosotros.

Además, ahora que tengo un número casi igual de judías y galileas,

conviene que estén separadas.

Me tendrán por turnos.

Y por turnos tendrán la alegría de servirme;…

Y Yo el consuelo de su afecto santo.

La gente, mientras tanto, va aumentando

El huerto que hay entre la casa de Lázaro y la que era del Zelote, hormiguea de gente.

Hay personas de todas las castas y condiciones.

Y no faltan fariseos de Judea, miembros del Sanedrín y mujeres veladas.

De la casa de Lázaro salen en grupo;

bien juntos alrededor de una litera en que aquél es transportado,

los miembros del  Sanedrín que el sábado pascual estaban de visita en casa de Lázaro

en Jerusalén y otros más.

Lázaro al pasar, dedica a Jesús un gesto y una sonrisa feliz.

Jesús se lo devuelve mientras se pone al final del pequeño cortejo,

para ir al lugar donde ya espera la gente.

Los apóstoles vienen a Él.

Y Judas Iscariote, al que desde hace algunos días se le ve jubiloso, en una fase felicísima,

lanza en todas las direcciones las miradas de sus ojos negrísimos y centelleantes.

Y anuncia al oído de Jesús los descubrimientos que va haciendo.

–              ¡Mira, hay también sacerdotes!..

¡Mira, mira, está también Simón el del Sanedrín!

Y Elquías. ¡Mira qué mentiroso!

Hace sólo unos pocos meses decía cosas infernales de Lázaro…

Y ahora lo reverencia como si fuera un dios…

Y allí están Doro el Anciano y Trisón. ¿Ves que saluda a José?

También el escriba Samuel con Saulo…

¡Y el hijo de Gamaliel!

Allí hay un grupo de los de Herodes…

Y aquel grupo de mujeres tan veladas son, sin lugar a dudas, las romanas;

están apartadas, pero

¿Ves cómo observan a dónde te diriges para poder cambiar de sitio y oírte?

Reconozco sus figuras, a pesar de los mantos. ¿Ves?

Dos altas, una más bien ancha que alta, las otras de media estatura,

pero en la justa proporción. ¿Voy a saludarlas?

–             No.

Vienen como desconocidas,

como personas anónimas que desean la palabra del Rabí.

Debemos considerarlas como tales.

–             Como quieras, Maestro.

Lo decía por…

Recordarle a Claudia la promesa…

–             No hay necesidad.

Y aunque la hubiera, no nos volveremos nunca pedigüeños, Judas.

¿No es verdad?

El heroísmo de la fe debe formarse en medio de las dificultades.

–          Pero era por… por Ti, Maestro.

–           Y por tu perenne idea de un triunfo humano.

Judas, no te crees ficciones, sobre mi modo de actuar futuro, ni sobre las promesas recibidas.

Tú crees en lo que te dices tú solo.

Pero nada podrá cambiar el pensamiento de Dios,

que es que Yo sea Redentor y Rey de un reino espiritual.

Judas no replica.

Jesús está en su sitio, con los apóstoles en círculo en torno a Él.

Casi a sus pies está Lázaro en su triclinio; poco más lejos de Él, las discípulas judías,

O sea, las hermanas de Lázaro, Elisa, Anastática, Juana de Cusa con los pequeños,

Analía, Sara, Marcela, Nique.

Las romanas, las mujeres a las que Judas ha señalado como tales, están más atrás, casi en el fondo,

mezcladas entre un montón de gente poblana.

Los miembros del Sanedrín, fariseos, escribas, sacerdotes, están – es inevitable – en primera fila; 

pero Jesús les ruega que dejen paso a tres camillas con enfermos,

a los cuales hace algunas preguntas, aunque sin curarlos enseguida.

Jesús, para tomar la idea de su discurso, centra la atención de los presentes,

en el gran número de pájaros que tienen  sus nidos en las frondas del jardín de Lázaro

y del huerto en que está reunido el auditorio.

Jesús dice:

–             Observad.

Hay pájaros autóctonos y exóticos, de todas las razas y dimensiones

Y, cuando desciendan las sombras, en  su lugar, aparecerán las aves nocturnas,

que también son numerosas aquí, a pesar de que, sólo por el hecho de no verlas,

es casi posible olvidarlas.

¿Por qué hay tantas aves del aire aquí?

Porque encuentran de qué vivir felices:

sol, paz, abundante comida, lugares de amparo seguros, frescas aguas.

Y se congregan, viniendo de oriente y occidente, de mediodía y septentrión, si son migratorias…

O permaneciendo fieles a este lugar, si son autóctonas.

¿Qué pensar?

¿Qué las aves del aire superan en sabiduría a los hijos del hombre?

¡Cuántos de estos pájaros son hijos de pájaros ya muertos, pero que el año pasado,

o más lejos en el tiempo, nidificaron aquí y encontraron el bienestar!

Ellos se lo han dicho a sus hijos antes de morir

Han indicado este lugar.

Y éstos, los hijos, han venido obedientes.

Y el Padre que está en los Cielos, el Padre de todos los hombres,

¿No ha dicho a sus  santos sus verdades?

¿No ha dado todas las indicaciones posibles para el bienestar de sus hijos?

Todas las indicaciones: las que tienen por objeto el bien de la carne

y las que tienen por objeto el bien del espíritu.

¿Pero qué observamos?

Vemos que lo que fue enseñado para la carne:

desde las túnicas de pieles que Él hizo a Adán y Eva,

despojados ya ante sus propios ojos del vestido  de la inocencia que el pecado había desgarrado,

hasta los últimos descubrimientos que el hombre, por la luz de Dios, ha hecho

se recuerda, transmite y enseña;

mientras que lo otro, lo que fue enseñado, mandado, indicado para el espíritu,

no se conserva, no se enseña, no se practica.

Muchos del Templo cuchichean.

Pero Jesús los calma con un gesto.

–           El Padre, de una bondad que el hombre ni con mucho puede pensar,

manda a su Siervo a recordar su enseñanza,

a reunir a las aves en los lugares de salvación, a darles exacto conocimiento

de aquello que es útil y santo,

a fundar el Reino en  que toda angélica ave, todo espíritu,

encontrará gracia y paz, sabiduría y salvación.

Y en verdad, en verdad os digo que, de la misma forma que los pájaros nacidos en este lugar

en primavera dirán a otros de otros lugares:

“Venid con nosotros,

que hay un lugar bueno donde exultaréis con la paz y la abundancia

del Señor”, siendo así que se verá para el nuevo año

nuevos pájaros que afluirán aquí; del mismo modo, de todas las partes del mundo,

como dicen los profetas, veremos afluir gran número de espíritus  a la Doctrina venida de Dios,

al Salvador fundador del Reino de Dios.

Pero entre las aves diurnas están mezcladas en este lugar pájaros nocturnos, rapaces,

que alteran el orden, capaces de sembrar terror y muerte entre los pajaritos buenos.

Éstas son las aves que desde hace años, desde una serie de generaciones,

son lo que son y nada las puede desanidar,

porque sus obras se hacen en las tinieblas y en lugares impenetrables para el hombre.

Éstas, con su cruel mirada, con su vuelo mudo,

con su  voracidad, con su crueldad,

trabajan en las tinieblas, y siembran, ellas inmundas, inmundicia y dolor.

¿A quién podremos compararlas?

A cuantos en Israel no quieren aceptar la Luz que ha venido a iluminar las tinieblas,

la Palabra que ha venido a  adoctrinar, la Justicia que ha venido a santificar.

Para ellos he venido inútilmente.

Es más, para ellos soy motivo de pecado,

porque me persiguen a Mí y persiguen a mis fieles.

¿Qué diré entonces?

Una cosa que ya he dicho otras veces:

“Muchos vendrán de oriente y occidente

y se sentarán con Abraham y Jacob en el Reino de los Cielos.

Pero los hijos de este reino serán arrojados a las tinieblas exteriores”.

Uno de los miembros del Sanedrín que están en contra,

grita:

–             ¿Los hijos de Dios a las tinieblas?

¡Blasfemas!

Es la primera salpicadura de la baba de los reptiles que han estado demasiado tiempo callados.   

Y que no pueden seguir callados, porque se ahogarían en su propio veneno.

–              No los hijos de Dios – responde Jesús.

–              ¡Lo has dicho Tú!

Has dicho: “Los hijos de este reino serán arrojados a las tinieblas exteriores”.

–               Y lo repito.

Los hijos de este reino.

Del reino donde señorean la carne, la sangre, la avaricia, el hurto, la lujuria, el delito.

Pero éste no es mi Reino, que es Reino de la Luz.

Éste, el vuestro, es el reino de las tinieblas.

Al Reino de la Luz vendrán de oriente y occidente, mediodía y septentrión,

los espíritus rectos, incluso los que por ahora son paganos, idólatras, despreciables para Israel.

Y vivirán en santa comunión con Dios, habiendo acogido dentro de ellos la luz de Dios,

en espera de ascender a la  verdadera Jerusalén, donde ya no habrá lágrimas ni dolor.

y sobre todo, donde no hay mentiras.

La mentira que ahora gobierna  el mundo de las tinieblas y satura a los hijos de ese mundo

hasta el punto de que en ellos no cabe ni una pizca de luz divina.

¡Oh!

¡Que vengan los hijos nuevos a ocupar el lugar de los hijos apóstatas!

¡Vengan!

¡Cualquiera fuere su procedencia, Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos!

Muchos enemigos gritan:

–                ¡Has hablado para insultarnos!

—               He hablado para decir la verdad.

–                 Tu poder está en la lengua; con ella Tú, serpiente nueva,

seduces a las multitudes y las perviertes.

–                 Mi poder está en la potencia que me viene de ser uno con mi Padre.

Los sacerdotes gritan:

–               ¡Blasfemo!

Jesús responde:

–                ¡Salvador!…

Tú, que yaces a mis pies, ¿Qué mal padeces?

–                De niño tuve rota la columna.

Y desde hace treinta años estoy echado sobre la espalda.

–               ¡Levántate y anda!

Y tú, mujer, ¿Qué mal padeces?

Señalando a un joven de al menos  dieciséis años, que está junto a ella,

responde:

–               Mis piernas penden inertes, desde que este que me lleva con mi marido vio la luz

–              También tú levántate y alaba al Señor.

Y ese niño ¿Por qué no va solo?

–               Porque nació idiota, sordo, ciego, mudo.

Un amasijo de carne que respira – dicen los que están con el desdichado.

–                En el nombre de Dios, recibe inteligencia, palabra, vista y oído.

¡Lo quiero!

Y, realizado el tercer milagro, se vuelve a los enemigos,

y dice:

–              ¿Qué decís ahora?

–               Milagros de dudoso valor.

Si lo puedes todo, ¿Por qué no curas a tu amigo y defensor?

–               La voluntad de Dios es otra.

–               ¡Ja! ¡Ja! ¡Ya! ¡Dios!

¡Cómoda disculpa!

Si te trajéramos nosotros un enfermo o mejor dos, ¿Los curas?

–              Sí.

Si lo merecen.

–              Espéranos entonces

Y se marchan raudos sonriendo maliciosamente.

Muchos advierten:

–                ¡Ten cuidado, Maestro!

¡Te están tendiendo alguna trampa!

Jesús hace un gesto como queriendo decir:

« ¡Bah, dejadlos!»

Nación Apóstol: Yugoslavia

FONDO CRITO RESUCITADO

PROFECÍAS Y REVELACIONES

Marzo 16 de 2017 8: 15 A.M.

Llamado URGENTE de JESÚS el Buen Pastor

A LAS NACIONES ELEGIDAS

Ovejas de mi rebaño, paz a vosotras

Se acerca la Purificación de mis Doce Naciones Elegidas*.

Rebaño mío que habitáis en ellas,

orad para que vuestras naciones soporten la Prueba

y puedan mañana SER LUZ para las otras naciones.

Está llegando la hora en que pasaré por el Horno de la Purificación

a mis Naciones Elegidas.

Colombia y México

Brillarán como crisoles

y darán testimonio de Mí, al mundo entero.

Mis amadas naciones,

serán misioneras que irradiarán rayos de Fe,

esperanza, amor, caridad, misericordia y ante todo

EJEMPLO que llevará a la conversión a otras naciones.

Mis Doce Naciones…

vosotras representáis mis Doce Tribus de Israel,

en las cuales mi Nombre será glorificado.

Daréis testimonio de Mí y seréis faros

que iluminaréis la oscuridad espiritual

en que yace la inmensa mayoría de las naciones.

PREPARAOS MIS AMADAS

Porque vuestro Amado viene a visitaros;

Vengo a limpiaros de toda mancha de pecado

y a colocaros nuevas vestiduras, para que podáis ser dignas de Mi.

Amadas mías,

mi Espíritu derramaré sobre vosotras

y vuestros hijos serán mi Heredad.

Vuestra tierra bendeciré y seréis bendición

para los que os bendigan

y maldición para los que os maldigan.

De vuestra tierra brotarán manantiales de Agua Viva,

que calmarán la sed espiritual de muchos.

Sois amadas mías, mis predilectas

y os llevo grabadas en las palmas de mis manos.

Mucho antes de que existierais,

YA OS HABÍA ELEGIDO,

COMO LUZ DE LAS NACIONES

Mi amada Colombia, mi amada México,

vosotras sabéis cuánto os amo

y cuánto sufro por el comportamiento de vuestros hijos.

Por vuestra tierra camina la Maldad y el Pecado;

es por eso que vengo a limpiaros de toda cizaña y de toda mancha,

para que podáis lucir mis nuevas vestiduras.

A VOSOTRAS

OS PURIFICARÉ DOBLEMENTE

Porque os necesito transparentes

para que podáis llevar a cabo mis Designios.

Donde abunda el pecado, también florece la gracia

y a vosotras os tengo reservadas

para que en mi Nombre llevéis a cabo grandes misiones.

¡Oh mis Naciones Elegidas,

vuestra tierra moveré de oriente a occidente y de norte a sur!

Todo en vosotras será movido,

todo lo removeré para volverlo a organizar.

Vuestras entrañas abriré

y toda la maldad y el pecado que os tenía manchadas y sucias,

DESAPARECERÁ

Los árboles podaré y los malos con sus frutos arrancaré;

lo mismo haré con la cizaña,

para que nunca más vuelva a crecer.

NO TEMÁIS mis amadas, sólo vengo a podar

y arrancar de vosotras la mala hierba y la cizaña

que ha crecido y está echando raíces.

POR AMOR A VOSOTRAS

Y A VUESTROS HIJOS FIELES

NO SERÉIS DESTRUIDAS. 

Sólo limpiaré en vuestras provincias aquellos lugares

donde la maldad y el pecado se han acrecentado

NO TOCARÉ

LAS VIVIENDAS DE MI PUEBLO FIEL

ES UNA PROMESA

Vengo en busca de mis doncellas,

estad preparadas amadas mías con vuestras lámparas encendidas,

porque vendré como Ladrón en la Noche.

Mirad que os aviso con anticipación

para que nada os coja por sorpresa.

El banquete está listo y la mesa servida

y espera por el Novio y sus doncellas.

No temáis mis amadas naciones, no os acongojéis;

por el contrario, saltad de gozo y alegría,

porque vosotras sois mis elegidas.

Las que elegí entre muchas naciones,

para llevar a cabo mi Plan de Salvación

para estos Últimos Tiempos.

Se acerca pues mis amadas naciones

el tiempo de vuestra Purificación.

Haced mis hijos fieles, los que habitáis en ellas,

Oración, Ayuno y Penitencia;

PARA QUE SU PURIFICACIÓN Y SACRIFICIO

SEAN OFRENDA DE AMOR 

y el Santo Nombre de Dios sea glorificado.

Y por su Gracia, mañana,

puedan llevar a cabo su Santa Voluntad.

*NACIONES ELEGIDAS 

según la Misión Asignada:

Colombia, México, Argentina, Costa Rica,

Portugal, España.  Francia, Italia

Polonia, Yugoslavia, Irlanda, Nigeria.

Estas son las Doce Tribus de Israel,

de estos Últimos Tiempos.

Vuestro Amado, Jesús el Buen Pastor

Dad a conocer mis mensajes, Rebaño mío

http://www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensajesrecientes.html

Cuando le mencionamos a Jesús que Yugoslavia ya no existe,

el Señor nos dijo que con esta palabra estaba comprendida

TODA la región de los Balcanes,

porque comparten historia, cultura, religión y un mismo sentir…

Especificando: 

TODOS ESTOS PAÍSES

Los países de la Región de los Balcanes, 

Hungría, Moldavia, UCRANIA Turquía,

Serbia, Rumanía, Montenegro, Macedonia, 

Grecia, Eslovenia, Croacia, Dalmacia,

Istria, Albania, Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, Albania;

con la Península Balcánica en sus totalidad, incluída toda Italia…     USEN EL CARISMA DE DISCERNIMIENTO

LOS PUÑALES PARTIDOS

18 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Al día siguiente, entre varias colinas está enclavado el pequeño valle

con muchos arroyuelos que forman en el centro un pequeño río, bordeado de sauces.

Es el amanecer de un hermoso día de verano,

musicalizado por los pajarillos que cantan entre el ramaje de los árboles…

Y sumado al coro melancólico de las tórtolas silvestres, que hacen más alegre la frescura del ambiente.

Apenas iluminan los primeros albores y el lugar está desierto.

Hay bosques de olivos, arbustos de acacias, lentisco, pitas y muchos árboles frutales.

En un camino sombreado, Jesús va caminando solo en el fresco valle,

inundado por el canto de los pájaros entre los árboles y el rumor del pequeño torrente,

que refleja el verde esmeralda de la vegetación en esta fresca mañana veraniega.

Jesús atraviesa un puentecito primitivo:

Un tronco colocado por encima del torrente, sin protecciones laterales 

y continúa por la otra orilla, hasta llegar a los muros que rodean Jerusalén.

Va aumentando la gente con un común destino,

hasta que se arremolinan en las puertas todavía cerradas.

Los mercaderes de hortalizas u otros alimentos, para entrar en la ciudad.

Están muchos ciudadanos esperando que se abran las puertas de la ciudad.

Con un concierto vocal muy clamoroso:

Hay un gran rebuznar de asnos y coces entre ellos.

Tampoco bromean los propietarios de los mismos.

Están furiosos y también participan intercambiando insultos.

Un bastón pasa volando no solo sobre los lomos de los asnos,

sino sobre las cabezas de las personas.

Dos se pelean seriamente por causa del burro de uno, aprovechador de su vecino..

que se ha servido de la magnífica cesta de lechugas del otro burro, comiéndose una buena cantidad.

Y empieza la trifulca…

Tal vez es sólo un pretexto para desfogarse de un viejo resentimiento.

Porque la discusión llega a tal punto… 

QUE SALEN A RELUCIR DOS PUÑALES

MUY PUNTIAGUDOS

Y resplandecen a la luz del sol.

Hay muchos gritos, pero nadie interviene para separar a los rijosos.

Jesús, que caminaba pensativo, oye el alboroto…

Levanta la cabeza.

Ve lo que está sucediendo…

Y a paso veloz, se dirige hacia ellos.

Ordenando:

–      ¡Deténganse en el Nombre de Dios!

Uno le contesta:

–      ¡No!

¡Quiero acabar con este maldito perro!

Y el otro:

–      También yo.

Voy a adornar tu túnica con tus entrañas.

Los dos giran alrededor de Jesús pegándole;

insultándolo para que se quite de en medio; tratando de herirse sin conseguirlo.

Porque Jesús con movimientos habilísimos de su manto…

desvía los golpes e impide que se atinen.

Su manto está rasgado…

Y la gente le grita:

–       ¡Quítate Nazareno o te tocará a Ti también!

Pero Él no se quita…

Y trata de hacer que se calmen, llamándolos a que piensen en Dios.

¡Todo es inútil!

La ira los ha enloquecido a los dos.

Jesús grita:

–           ¡Por última vez os ordeno que desistáis!

Los dos le contestan al mismo tiempo:

–           ¡No!

¡Quítate!

–            ¡Sigue tu camino, perro Nazareno!

Entonces el tiempo parece detenerse…

Jesús extiende las manos con su mirada relampagueante de poder.

No dice una sola palabra.

Pero las dagas caen por tierra hechas pedazos…

como si fueran de cristal y una fuerza las hubiera golpeado.

Los dos luchadores miran asombrados, los mangos inútiles…

que les han quedado entre los dedos.

El estupor apaga la ira.

La multitud grita admirada.

Jesús pregunta enojado:

–      ¿Y ahora?…

¿Dónde está vuestra fuerza?

Los soldados que estaban de guardia en la Puerta de los Peces y un tribuno,

que habían acudido al oír los gritos; miran estupefactos.

El oficial se acerca a tomar un pedazo de las dagas…

y lo prueba en la uña…

Examinando con cuidado el material de que están hechas y su filo.

Luego levanta su cara, completamente asombrado.

Es el rostro muy joven de  Publio Quintiliano.

(Fue el primer militar que se convirtió en cristiano y su historia…

está, en el Libro Enfrentando a Nerón)

Jesús repite:

–           ¿Y ahora?

¿Dónde está vuestra fuerza?

¿En qué basáis vuestro derecho?

¿En esos trozos de metal que ahora son fragmentos entre el polvo?

 ¿En esos trozos de metal que no tenían más fuerza que la del pecado de ira contra un hermano

y que os despojaba de toda bendición divina y por tanto, de toda fuerza?

¡Oh…, míseros quienes se fundan en medios humanos para vencer,

sin saber que no es la violencia, sino la santidad, lo que nos hace vencedores en la Tierra!

¡Y no sólo en ella, pues efectivamente, Dios está con los justos!

Oíd, todos vosotros de Israel y también vosotros, soldados de Roma:

la Palabra de Dios habla para todos los hijos del hombre…

Y no será el Hijo del hombre quien se la niegue a los gentiles.

El segundo de los preceptos del Señor es Precepto de Amor hacia el Prójimo.

Dios es bueno y quiere benevolencia en sus hijos.

Quien no es benévolo con su prójimo, no puede llamarse hijo de Dios

ni puede tener a Dios consigo.

El hombre no es un animal sin razón que se lanza y muerde por derecho a la presa.

El hombre tiene una razón y un alma:

por la razón debe saberse guiar como hombre, por el alma debe saber hacer esto santamente.

Quien no lo hace así, se pone por debajo de los animales…

se rebaja al abrazo con los demonios…

porque endemonia su alma con el pecado de ira.

Amad. No os digo más que eso.

Amad a vuestro prójimo como desea el Señor Dios de Israel.

No seáis siempre de la sangre de Caín.

Y, ¿Por qué lo sois?:

vosotros, que podríais ser ya homicidas, por pocas monedas;

otros, por unos pocos palmos de tierra, por un puesto mejor, por una mujer.

¿Qué son estas cosas?

¿Son cosas eternas? No.

Duran mucho menos que la vida…

la cual, a su vez, dura un instante de eternidad.

¿Y qué perdéis si las seguís?:

La paz eterna prometida a los justos,

la que el Mesías os traerá junto con su Reino.

Venid por el camino de la Verdad, seguid la Voz de Dios.

Amaos. Sed honestos.

Sed continentes. Sed humildes y justos.

Marchaos y meditad.

Cuatro individuos preguntan:

–         ¿Quién eres Tú…?

—          ¿Qué dices semejantes palabras…

y reduces a pedazos las espadas con tu voluntad?

–          Sólo uno hace estas cosas: el Mesías.

–          Ni siquiera Juan el Bautista es superior a Él.

–          ¿Eres Tú el Mesías?

Jesús responde solemne:

–           Lo soy.

–          ¿Tú?

–          ¿Eres Tú el que cura a los enfermos y predica a Dios en Galilea?

–           Soy Yo.

–           Mi anciana madre está muriéndose. ¡Sálvala!

–           Y yo, ¿Ves?

Estoy perdiendo las fuerzas a causa de los dolores.

–          Tengo hijos todavía pequeños. ¡Cúrame!

–           Ve a tu casa.

Tu madre esta noche te preparará la cena.

Y tú, queda curado.

¡Lo quiero!

La muchedumbre grita.

Luego dicen:

–            ¡Tu Nombre!…  ¡Tu Nombre!

–            ¿Quién eres?

Jesús responde:

–            ¡Jesús de Nazaret!

Se levanta un clamor general:

            ¡Jesús!…  ¡Jesús!

¡Hosanna!…. ¡Hosanna!.

La multitud está alborozada.

Los asnos pueden hacer lo que quieran, que ya nadie se preocupa de ellos. 

Veloz como una centella, corre el rumor por la ciudad.

Algunas madres acuden desde la ciudad y levantan a sus pequeñuelos.

Jesús bendice y sonríe…

Tratando de abrirse paso en el círculo de personas que lo aclaman;

para entrar en la ciudad e ir a donde El quiere.

Pero la multitud no está dispuesta a ello.

Y gritan:

–             ¡Quédate con nosotros!

–             ¡En Judea!

–             ¡En Judea!

–             ¡También nosotros somos hijos de Abraham!

Judas con posesión diabólica perfecta… ¡Este actor, se le parece mucho en la fisonomía, al verdadero Judas…!

Judas llega presuroso:

 –        ¡Maestro!

Maestro, has llegado antes que yo…

¿Qué sucede?

Judas es zaforím…

(Escriba y sacerdote, discípulo de Sadoc…

Todavía no entra al lugar Santísimo a ofrecer sacrificios, porque

sólo tiene 22 años y necesita cumplir los 25, para recibir el permiso para hacerlo…

Pertenece por tanto al sacerdocio del Templo,)

Lo reconocen como tal y…

La gente le informa:

–       ¡El Rabí ha hecho milagros!

–             No en Galilea; aquí…

Y es aquí donde lo queremos con nosotros.

Judas está emocionado:

–             ¿Lo ves, Maestro?

Todo Israel te ama.

Es justo que también estés aquí.

¿Por qué lo rehúyes?

Jesús dice:

–       No lo rehúyo, Judas.

He venido adrede solo…

Para que la rudeza de los discípulos galileos, no hiriese la finura judía.

Quiero reunir a todas las ovejas de Israel bajo el cetro de Dios.

–        Por eso te dije: “Tómame contigo”.

Yo soy judío y sé cómo tratar a los judíos.

¿Te vas a quedar, entonces, en Jerusalén?

–       Pocos días.

Para esperar a un discípulo que también es judío.

Después iré por la Judea…

–      ¡Yo iré contigo!

Te acompañaré.

¿Piensas ir a mi pueblo?

Te llevaré a mi casa.

¿Vas a venir, Maestro?

–       Iré…

¿Sabes algo del Bautista, tú que eres judío…

y vives en contacto con la gente de alta categoría?

–      Sé que todavía está prisionero.

Pero lo quieren liberar porque la multitud, si no le devuelven a su profeta…

amenaza una sedición.

¿Lo conoces?

–       Lo conozco.

–      ¿Lo amas?

¿Qué piensas de él?

–        Pienso que no ha habido ninguno que asemeje a Elías, más que él.

–        ¿Le consideras verdaderamente el Precursor?

–        Lo es.

Es la estrella de la mañana que anuncia al Sol.

Bienaventurados los que se han preparado para el Sol, a través de su predicación.

–          Juan es muy severo

–          No más para los demás que para sí mismo.

–          Es verdad.

Pero es difícil seguirlo en su penitencia.

Tú eres más bueno y es fácil amarte.

–        Y sin embargo…

–        ¿Y, sin embargo, Maestro?…

–        Y, sin embargo… 

De la misma forma que a él se le odia por su austeridad, …

A Mí me odiarán por mi bondad;

porque la una y la otra predican a Dios.

Y Dios les resulta antipático a los malos.

Está signado que así sea.

De la misma forma que él me precede en la predicación; 

así me precederá en la muerte.

Pero, ¡Ay de los asesinos de la Penitencia y de la Bondad!

–        ¿Por qué siempre estas tristes previsiones, Maestro?

La multitud te ama, ¿No lo ves?…

–        Porque es seguro.

La multitud humilde, sí, me ama.

Pero la multitud no es toda humilde, ni de humildes.

Pero, la mía no es tristeza;

es tranquila visión del futuro y adhesión a la voluntad del Padre;

que me ha mandado para esto.

Y para esto Yo he venido.

Ya hemos llegado al Templo.

Voy al Bel Nidrás a amaestrar a las multitudes.

Si quieres, quédate.

–        Voy contigo.

Sólo tengo una finalidad: servirte y hacerte triunfar.

Entran en el Templo y todo termina.