La Apostasía
Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, hoy os quiero hablar de un tema que Me molesta mucho, la Apostasía.
La apostasía se da en vosotros porque no tenéis una profunda Fé ni un amor verdadero por Mí, vuestro Dios.
La apostasía es un mal de todos los tiempos, es una falta muy grave a Mi Amor.
Es una traición al amor y cuidado que Yo os he dado desde antes de vuestra concepción.
Os he concedido el don de la vida, os he dado dones y virtudes, os he dado la vida del Espíritu.
Os voy cuidando día a día desde vuestra concepción.
Os voy consintiendo y velando en vuestro crecimiento físico y espiritual.
Os doy todo lo necesario para que deis fruto de vida espiritual a vuestros hermanos
y para que ellos al veros, seáis ejemplo digno de Mi Amor; pero muchos de vosotros
¿Qué hacéis en cambio?
Despreciáis Mis cuidados, abandonáis Mis Preceptos y Leyes…
Y preferís seguir ideologías que os hacen más fácil el camino, que no exigen mucha entrega
y que velan por vuestro bienestar económico y social para que “no tropecéis en el camino”.
¿Qué os dijo MI Hijo Jesucristo?
“El que quiera venir en pos de Mí, que tome su cruz y Me siga”
Y os dijo después: “El Camino del Reino es como una puerta angosta
y el camino pedregoso y lleno de dificultades”.
Yo nunca os prometí regalos y que vuestro caminar sobre la Tierra iba a ser fácil y sin obstáculos;
Yo os advertí dificultades, pero abandonados en Mí, vuestro caminar sería más llevadero
y al final del camino encontraríais Mi Reino, el abrazo Paternal, la vida Eterna que os llenaría de regalos celestiales.
Yo os estoy prometiendo el gozo después de vuestra misión…
Y VOSOTROS ESTÁIS BUSCANDO
EL GOZO
DURANTE VUESTRA MISIÓN
Para hacer más llevadera vuestra vida,
pero os la pasáis viendo por vuestros intereses mundanos y no por Mis intereses celestiales.
Preferís veros a vosotros mismos, excluyéndoMe de vuestra vida, parcialmente, a conveniencia.
Si alguna de las Leyes o Preceptos que os dí afecta a vuestra comodidad,
simplemente la apartáis de vuestra vida y seguís adelante
sin ni siquiera tratar de preguntarMe si Me afecta o no.
Si el camino se os empieza a hacer muy pedregoso con vuestra cruz diaria,
como lo es la escasez económica
y os invitan a uniros a otros grupos religiosos en donde os respaldan económicamente,
simplemente y sin pensar en Mis Intereses
ni en el crecimiento espiritual que podríais obtener por la prueba que se os dá,
os cambiáis, os apartáis de Mis Verdades y por comodidad os vais con ellos,
APOSTATANDO DE MÍ
Lo que es más deplorable: cuando os cambiáis a otros grupos religiosos,
no es que estéis buscando acrecentar vuestro conocimiento y vuestro amor por Mí, vuestro Dios,
sino el de asegurar o acrecentar vuestros bolsillos o peor tantito,
el de darle culto a un semejante vuestro,
culto divino que sólo se Me debe a Mí, vuestro Dios y Creador.
Ya os habéis vuelto un pueblo comodino.
Ya no aceptáis las pruebas heroicas en la Fé,
que os darán la corona del triunfo en el Reino de los Cielos.
Ya no aceptáis vuestra cruz de cada día como ofrecimiento a la de Mi Hijo,
para la salvación de vosotros y de todos vuestros hermanos.
YA OS HABÉIS ACOBARDADO
Y OS HABÉIS HECHO UN MUNDO

En el Purgatorio sufrimos el Getsemaní y el Calvario SIN PALIATIVOS, TAL COMO LO SUFRIÓ JESÚS, por nuestra NEGATIVA TERRENAL a cooperar en La Redención
DE BIENESTAR HUMANO
Y lo que afecte u os reproche vuestro mal proceder espiritual, fácilmente lo elimináis de vuestras vidas,
ya sea apartándoos de la Iglesia o de Su culto
ó cambiándoos a otros grupos en donde no se “exige” lo que realmente os “pide” vuestro Dios.
Yo nunca exijo a un alma más allá de lo que pueda dar.
Yo no os voy a poner o a permitir una prueba material o espiritual, más allá de lo que podáis soportar
y menos si contáis con Mis Fuerzas y no con las vuestras.
¿Cuándo vais a entender que no estáis solos en el mundo?
¿Cuándo vais a entender que un alma se acrisola en la prueba y en la batalla diaria
y que el éxito, al vencerla, os dará Mi Reino Eterno,
que sobrepasa por muchísimo lo que humanamente podríais conseguir en vuestro mundo?
¿Cuándo vais a entender que los míos, los que se mantengan en Mí,
A PESAR DE LAS DIFICULTADES
QUE SE OS PRESENTEN

En la Tierra el Amor de Jesús DOSIFICA nuestro calvario, Nos da el HEROÍSMO para el martirio. Y ÉL ES EL CIRENEO que nos ayuda a recorrer el Camino Y subir a la Cruz…
EN VUESTRO CAMINAR,
Serán los que gocen de Mis Delicias Eternas?
Mi Hijo Jesucristo os lo dijo muy claro:
“Aquél que Me negare en la Tierra, negado será en el Cielo,
aquél que Me aceptare en la Tierra, aceptado será en el Cielo”.
Queréis haceros vida fácil en la Tierra y no aceptar las ocasiones difíciles que se os presentan,
que son ocasiones de santificación
y preferís los bienes efímeros de la Tierra los cuáles, en una gran mayoría, son causa de condenación.
APOSTATÁIS DE MÍ
POR VUESTRA CONVENIENCIA
LA TIBIEZA EN VUESTROS CORAZONES
OS LLEVAN A ELLO

En el INFIERNO, EL REINO DEL ODIO están peor, los demonios desquitan su ODIO se sufre el Calvario de Jesús con TODO el RIGOR de la JUSTICIA DIVINA
Me buscáis cuando os conviene y Me rechazáis cuando vuestra vida, vuestra cruz, se os pone un poco difícil;
y os dice Mi Hijo: “Y, porque no sois fríos ni calientes, os vomitaré de Mi boca”, o sea,
OS GANARÉIS LA CONDENACIÓN ETERNA
El Maligno quiere destruir completamente Mi Obra de la Creación
y os pone más piedras en el camino de las que normalmente trae cada alma en su misión terrenal,
pero cuando os acercáis a Mí, pedís Mi ayuda espiritual,
sabiendo con certeza que Yo NUNCA voy a desoír las peticiones de un corazón humilde y sincero.
Y que buscáis en vuestra oración bienes espirituales y no materiales
estad seguros que los obtendréis.
Estáis muy acostumbrados a pedir cosas materiales, porque desconfiáis de las palabras de Mi Hijo:
“Buscad primero el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”.
Pedís, pedís sin obtener, porque estáis pidiendo lo que no es bueno para vosotros.
Pedís comodidades materiales, temporales y NO PEDÍS bendiciones espirituales eternas,

Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
las cuáles llevan por añadidura las temporales.
No sabéis pedir y os preocupáis sólo de lo que os trae bienestar mundano.
No sois previsores, no llenáis vuestros graneros con alimento y vida espiritual eterna.
Os dejáis engañar por las preocupaciones del mundo, con las que el Maligno os asedia día a día
y os hace desconfiar de Mi Providencia Divina, de Mi Providencia Paternal.
Queréis prescindir de Mí, de Mi Vida Espiritual y queréis asegurar vuestro futuro material
POR LA FALTA DE FÉ EN MÍ
VUESTRO PADRE
APOSTATÁIS APARTANDOOS DE MÍ
TRAICIONÁNDOME
¿De qué os servirán los bienes materiales si han sido obtenidos con vuestro mal proceder
y con vuestra traición a vuestro Dios?

15. y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego. Apocalipsis 20
¿De qué os servirá ganar el mundo, con sus comodidades
y las facilidades que el Mal os propone a través de ésos grupos que os engañan, si perdéis el Cielo?
¿De qué os sirve desperdiciar las oportunidades de santificación en la prueba,
si con vuestro mal proceder vais a ganar la condenación?
Aquél que ha nacido bajo cierta ideología y la sigue con verdadero corazón,
actúa con la verdad inculcada y buscando siempre la caridad hacia los demás,
puede ganar el Reino de los cielos;
pero aquél que naciendo en la Verdad y habiendo sido enseñado en las Verdades de Mi Espíritu,
escoge cambiarse por conveniencias mundanas, recibirá Mi desprecio eterno.
Hijitos Míos, entended bien una cosa,
la Vida de Mi Hijo Jesucristo en la Tierra no fue fácil, ni sigue siendo fácil para los que Lo siguen,
PORQUE EL MUNDO PERTENECE AL MALIGNO
y Mi Hijo lo vino a vencer y lo logró.
El mundo os predica placer, falsedades y traiciones con tal de obtener lo que uno quiera.
El mundo os dice mata, destruye si quieres avanzar.
Mi Hijo os dijo: “Sed mansos y humildes”,
“Tomas vuestra cruz y ofrecedla Conmigo”.
Yo os vuelvo a preguntar, ¿Sois del mundo, o estáis contra él?
Mi Hijo lo venció y os dá Su Vida y Sus Méritos a los que en El confían.
Confiad hijitos Míos,
confiad en la prueba y no os apartéis nunca de Mí,
QUE YO ESTARÉ CON VOSOTROS ETERNAMENTE
Y aunque Me traicionéis, Yo esperaré vuestro arrepentimiento
para regresaros al Redil de Mi Hijo,
confiad, os amo infinitamente.
Vencer en la prueba os dará vida eterna.
Abril 03 de 2008
Hijitos Míos, ME DUELE hablar de esto, pero os tengo que hablar de la apostasía.
¡Cuánto dolor causa a Mi Corazón, Mis pequeños, cuando Yo, vuestro Dios, os he dado todo,
os he creado y os he amado desde antes de vuestra creación!
Os conozco, os llevo, os permito la vida, os voy cuidando y así vais creciendo,
recibiendo alimento Mío en todos sentidos, en lo físico, en lo espiritual
Y lo menos que un padre o una madre quieren recibir del hijo, es un agradecimiento,
pero desde lo más profundo de su corazón y
¿Qué es lo que Yo estoy recibiendo de muchos de Mis hijos?
El darMe la espalda, negarMe, irse por caminos diversos, filosofías extrañas
O peor aún, doctrinas que aparentemente hablan de Mí, vuestro Dios, pero con otras finalidades,
de conveniencia y conveniencia humana, ni siquiera para crecimiento espiritual.
Estas son las almas que apostatan, almas que Me dan la espalda,

En el momento de la unión del óvulo con el espermatozoide, el alma y el espíritu santo, forman una fusion completa… Y COMIENZA EL MILAGRO DE LA VIDA “
almas que no están viendo todo lo que se les dio ya desde antes de que fueran aquí en la Tierra,
son almas que no Me quieren llevar en su corazón, almas que no quieren tener compromisos,
ALMAS QUE PREFIEREN LA VIDA FÁCIL
Y prefieren la vida, más la material que la espiritual.
La apostasía, que ya se os venía anunciando desde muy antiguo, la estáis viviendo, Mis pequeños
y es por falta de amor a Mí, vuestro Dios.
Son almas débiles, espiritualmente hablando, almas que no recibieron de sus padres un ejemplo vívido en su hogar.
La vivencia es importantísima, el ejemplo de los padres hacia los hijos es importantísimo,
pero como no lo han vivido, su Fe es débil ó casi nula
y como se vive más en base a la materialidad,
al momento en que se ataca lo espiritual, simplemente, la dejan con facilidad,
porque esa espiritualidad no ha echado raíces en su corazón ni en todo su ser

Porque el Espíritu de Dios NO NOS HACE COBARDES, al contrario, NOS DA PODER para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir, una buena vida cristiana, 2Tim 1-7
y así, ya ni siquiera hablemos de una tempestad,
cuando viene un mal temporal, inmediatamente, se hacen a un lado.
Hay almas que ciertamente, han obtenido algo de educación espiritual de sus padres,
pero como sus mismos padres han tenido después problemas y viene división, abandono, divorcio,
lo que se les dio no hace gran mella en su corazón,
Cuando empezaba a arraigarse Mi Vida y Mis Enseñanzas en ellos,
viene el rompimiento de sus padres y ahí se queda, abandonada, toda esa espiritualidad
o la poca espiritualidad que hayan recibido y tampoco servirá para mucho en su futuro.
Peor, LA PEOR APOSTASÍA, es la de aquellos que, habiendo tenido todo, habiendo crecido en un hogar Cristiano,
habiendo tenido el ejemplo de los padres, habiendo tenido una vida en Mí
y habiendo recurrido varias veces o muchas a los Sacramentos,
en un determinado momento de su vida, Me hacen a un lado.

¿Sabes por qué Job recuperó todo lo que había perdido? Porque él perdió TODO, menos la FE, perdió todo, menos la CONFIANZA en Dios!
¡Cuánto dolor tengo en Mi Corazón, Mis pequeños!,
Por todas esas almas que apostatan, que Me niegan, que no quieren saber de Mí,
que no Me agradecen, que simplemente, se olvidan.
Poneos en Mi lugar, Mis pequeños, vosotros, los que sois padres o madres
o los que, aún siendo solteros, habéis tenido la experiencia de un hogar y sabéis lo que es el Amor y el agradecimiento,
SENTID MI DOLOR
LA TRAICIÓN DE CADA ALMA
A LA QUE SE LE HA DADO ¡TODO!
Que ha habido donación fuerte, sacrificio de los mismos padres,
quizá hasta dejar el bocado para dejárselo al hijo,
llegar a altas horas de la noche por haber trabajado un poco más, para poder ahorrar para un regalito para el hijo.
Tantas y tantas cosas que los padres hacen para los hijos y luego viene la paga,
¿Qué sea negada, o traicionada?
Traicionar al Amor, negar al Amor, olvidar al Amor, si vosotros sufrís,
imaginad la sensibilidad de Mi Amor, COMO SUFRE…
Ver la APOSTASÍA MUNDIAL, es un dolor muy grande para Mi Corazón de Padre amorosísimo,
de Padre que os ha consentido, de Padre que os ha dado todo para que podáis crecer,
en lo humano y en lo espiritual y ¿así Me pagáis?
Vosotros mismos os estáis atrayendo el mal, a vuestra vida y a vuestro mundo,
estáis impidiendo, al dar vuestra espalda, con vuestra traición, el querer recibir Mis Bendiciones.
Al darMe la espalda, vosotros mismos Me queréis decir con ello que no queréis nada de Mí
y no os dais cuenta de que sin Mí, PADECERÉIS GRANDEMENTE.
Ha sido tal el Engaño de Satanás en vuestra vida, que creéis que sois autosuficientes y pronto veréis que no lo sois.
Ya estáis viendo los Dolores del Parto, los iréis sintiendo poco a poco
Y ESTE PARTO
VA A SER EL NUEVO NACIMIENTO ESPIRITUAL
PARA TODA LA TIERRA
LO NECESITÁIS
Necesitáis ver vuestra maldad,
necesitáis recapacitar vuestro mal proceder,
necesitáis ver la realidad de vuestra vida espiritual y humana.
Y todo esto que se vendrá, será para ello, Mis pequeños,
para que os deis cuenta de vuestras fallas y que venga un arrepentimiento de corazón,
solamente así, podréis valorar todo lo que Yo os di y que vosotros negasteis o traicionasteis,
porque estáis traicionando al Amor,
porque no estáis queriendo ver todo lo que Yo os he dado en Mi Providencia Divina.
Os sentís mejores que Yo, vuestro Dios,
vuestra soberbia os ha cegado,
habéis permitido a Satanás que tome las riendas de vuestra vida
y estáis viendo ya cómo os está conduciendo
y ciertamente no os está llevando a una vida bella, de paz, de armonía, de Amor,
de crecimiento espiritual, de bellezas espirituales, de hermandad, de paz entre los pueblos, de ayuda mutua, o
¿Acaso es así, Mis pequeños?
No os engañéis, Satanás no os va dar las cosas buenas que Yo os doy,
él os está llevando hacia esa destrucción en todos sentidos.
Abrid los ojos y daos cuenta de ésta realidad,
os dejasteis llevar por Aquél que simplemente quiere vuestra destrucción,
PARA VENGARSE DE MÍ VUESTRO DIOS
para destruir Mi máxima obra de la Creación, que sois vosotros.
Regresad al Amor, pero al Verdadero Amor, al Amor Santo, al Amor de Donación,
al Amor de perfección, al Amor de gozo,
a ése Amor que os hace ser verdaderos hijos Míos, ejemplo vivo de Mi Hijo, Cristo, en vosotros.
Satanás no quiere que lo seáis, que seáis esos Cristos que tanto necesito sobre la Tierra en estos tiempos y en lo futuro.
Abrid vuestros ojos, abrid vuestra mente y vuestro corazón,
para que Mi Santo Espíritu os lleve por esos caminos seguros y santos, que ya habéis olvidado y despreciado de vuestra vida.
Ya estáis en los momentos decisivos de la Purificación,
solo las almas humildes, sencillas, sabias, son las que van a poder mantenerse, para pasar a esos tiempos bellos.
Si os mantenéis en vuestra soberbia, fallaréis y os dolerá mucho, Mis pequeños.
Es oportunidad de una vez en la vida, ó estáis Conmigo ó estáis contra Mí,
es una decisión definitiva, los Cielos ó el Infierno.
Os quiero a todos vosotros Conmigo,
pero vosotros Me negáis vuestro amor y vuestra fidelidad.
Sigo insistiendo a las almas para que oren por todos vosotros, por todos aquellos que han apostatado.
Humildad, humildad, Mis pequeños, pedídMela, para que no caigáis en la tentación de Satanás.
Os amo, Mis pequeños y os seguiré buscando para ganar vuestra salvación eterna.
Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, vuestro Salvador y en el del Espíritu Santo, fuente de Toda Verdad.
465 Dolorosa Despedida
464 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
397 Despedida de los fieles de Yuttá
Jesús habla en una tranquila mañana a la gente de Yuttá.
Verdaderamente se puede decir que toda Yuttá está a sus pies.
Incluso los pastores, normalmente diseminados arriba en los montes
están allí. con sus ovejas, a los márgenes de la multitud.
También están allí los que se desplazan a los campos, a los bosques, a los mercados;
y los ancianos caducos;
y alrededor de Jesús, pegados a Él, los joviales pequeñuelos y las jovencitas.
Las recién casadas y las que darán pronto a luz una criatura;
las que ya la lactan: y toda Yuttá.
El espolón montano que se alarga hacia el sur
es el anfiteatro que acoge a esta serena reunión de gente.
Sentados en 1a hierba, a caballo del murete de piedra seca,
con el vasto horizonte alrededor,
el cielo ilimitado encima, el torrente abajo, que ríe y brilla bajo el sol matutino,
la belleza de los montes herbosos, boscosos, que se alzan por todas partes,
los de Yuttá escuchan la palabra del Maestro erguido, apoyado en un altísimo nogal,
vestido de blanco lino, contra el oscuro tronco, sonriente el rostro,
encendidos los ojos por la alegría de ser amado y los cabellos
por el sol de oriente que lo acaricia.
En medio de un silencio reverente, atento, roto sólo por los cantos
de los pájaros y el sonido del torrente de allá abajo,
sus palabras caen lentas en los corazones y su voz perfecta llena
de musicalidad cruza por el aire tranquilo.
Está repitiendo una vez más, la necesidad de obedecer al Decálogo,
perfeccionado en su aplicación en los corazones por su doctrina de amor
«para edificar en los espíritus la morada donde el Señor vivirá,
hasta el día en que aquellos que hayan vivido fieles a la Ley
vayan a vivir en Él al Reino de los Cielos»
Y prosigue:
– Porque es así.
La inhabitación de Dios en los hombres y de los hombres en Dios,
se lleva a cabo con la obediencia a su Ley,
que empieza con un precepto de amor
y que es toda ella amor;
desde el primero al último precepto del Decálogo.
Ésta es la verdadera casa que Dios quiere, donde Dios habita;
y el premio del Cielo, premio por la obediencia a la Ley,
es 1a verdadera Casa en que habitaréis con Dios, eternamente.
Porque – tened presente el capítulo 66°- de Isaías
– Dios no tiene morada en la Tierra, que es escabel;
sólo escabel para su inmensidad;
Dios tiene por trono el cielo, que es en todo caso pequeño,
una nada, para contener al Infinito,
pero lo tiene en el corazón de los hombres.
Sólo la perfectísima bondad del Padre de todo amor,
puede conceder a sus hijos recibirlo;
y el hecho de poder estar el Dios Uno y Trino, el purísimo triniforme Espíritu,
en el corazón de los hombres es ya un infinito misterio que cada vez más se perfecciona.
¡Oh, ¿Cuándo, cuándo, Padre santo, me vas a otorgar hacer, de estos que te aman,
no sólo, no ya sólo un templo a nuestro Espíritu,
sino, por tu perfección de amor y de perdón, un tabernáculo.
Y hacer de cada uno de los corazones fieles, el arca donde esté el verdadero Pan del Cielo,
como estuvo en el seno de la Bendita entre todas las mujeres?!
Amadísimos discípulos de Yuttá, que me fue preparada por un justo,
tened presente al Profeta y lo que dice – y es el Señor el que habla –
cuando se dirige a aquellos que edifican vacíos templos de piedra, en que no hay justicia y amor.
Y no saben edificar en sí mismos el trono de su Señor con la obediencia a sus preceptos.
Dice el Profeta: “¿Qué es esta casa que me vais a edificar?
¿Qué es este lugar para mi descanso?”.
Y quiere decir: “¿Creéis que me tenéis, por edificarme unas pobres paredes?
¿Creéis que me dais alegría con unas prácticas falsas,
que no se manifiestan en una santidad de vida?”.
No. A Dios no se le tiene por una serie de exterioridades que ocultan úlceras y vacío,
cual manto de oro arrojado sobre un leproso o sobre una estatua de arcilla
que por dentro está vacía, sin la vida del alma.
Y dice el Señor, confesando – Él, que es el Amo del mundo –
su pobreza de Rey con demasiado pocos súbditos,
de Padre de demasiados hijos fugitivos de su casa:
“¿A quién volveré mi mirada, sino al pobre, al contrito de corazón trémulo ante mis palabras?”.
¿A qué se debe su temblor?
¿Es sólo por temor a Dios?
No. Tiembla por profundo respeto, por auténtico amor.
Por humildad de súbdito, de hijo, que dice, que reconoce que el Señor es el Todo y él la nada.
Y vibra de emoción sintiéndose amado, perdonado, asistido por el Todo.
¡Oh, no busquéis a Dios donde están los soberbios!
Allí no esta: No lo busquéis donde están los duros de corazón.
Allí no está.
No le busquéis donde están los impenitentes.
Allí no está.
Él está en los sencillos, en los puros, en los misericordiosos,
en los pobres de espíritu, en los mansos;
en los que lloran sin imprecar,
en los buscadores de justicia, en los perseguidos, en los pacíficos.
Allí está Dios.
Y está en los que se arrepienten y quieren perdón y piden expiar.
Y no ofrecen todos éstos, el sacrificio de un buey o de una oveja,
la oblación de esto o de aquello, para ser aplaudidos,
por terror supersticioso a un castigo, por la soberbia de aparecer perfectos.
Sino que hacen el sacrificio del propio corazón contrito y humillado, si son pecadores:
del propio corazón obediente hasta el heroísmo, si son justos.
Éstas son las cosas gratas al Señor; éstos son los ofrecimientos
por los cuales Él se dona con sus inefables tesoros de amor
Y de delicias sobrenaturales.
A los otros no se dona.
Los otros tienen ya sus pobres delicias en las abominaciones.
Y es inútil que Dios los llame a sus caminos, dado que ellos ya han elegido su propio camino.
A éstos les enviará sólo abandono, miedo, castigo,
porque no han respondido al Señor, no han obedecido,
han hecho el mal ante los ojos de Dios, con burla y malvada elección.
Mas vosotros, vosotros, mis amados de Yuttá,
vosotros que vibráis de amor en el conocimiento de Dios,
vosotros que por mi causa sois escarnecidos corno necios por los poderosos.
Y seguís amándome a pesar de las burlas;
vosotros que sois rechazados y lo seréis cada vez más,
por causa de mi Nombre y de Mí.
Y repudiados como hijos bastardos de Israel, como hijos bastardos de Dios,
mientras que precisamente en vosotros y en quienes son como vosotros
está injertado el sarmiento de la Vid eterna,
de Aquel que tiene sus raíces en el Padre, y por tanto sois parte de Dios,
de Dios, y de su savia vivís, vosotros a quienes quisieran convencer de error,
y ante cuyos ojos,
los vuestros, sencillos pero iluminados por la Gracia,
querrían justificarse para no aparecer como sacrílegos y malhechores,
vosotros a quienes se dice:
“Muestre el Señor su gloria y lo reconoceremos por vuestra misma alegría”,
sólo vosotros tendréis la alegría.
Ellos quedarán confundidos.
-¡Oh, ya oigo, tras la confusión que los aplastará, pero sin hacerlos mejores;
ya oigo las víboras, que no cesan de ser nocivas
hasta cuando se les aplasta su execrable cabeza.
Y muerden y matan aunque estén partidas en dos,
aunque sobresalga sólo su cabeza infernal…
debajo de una aplastante manifestación de Dios;
ya las oigo gritar:
“¿Cómo va a haber dado a luz el Señor de repente a su nuevo pueblo,
si nosotros, a quienes lleva desde hace mucho tiempo en su seno,
todavía no hemos nacido a la Luz?
¿Puede, acaso, una dar a luz,
sin que el grito de los dolores del parto llene toda la casa?
¿Ha podido el Señor dar alguna vez a luz antes del tiempo?
¿Puede, acaso, dar a luz la Tierra en un solo día?
¿Puede, acaso, ser dado a luz un pueblo todo junto?”.
Yo respondo…
Y acordaos de esta respuesta;
para dársela a los que os persigan con burla:
“Jamás podrían nacer a la Luz los que son fruto muerto en el seno de Dios,
fruto que se ha secado porque se ha separado de la matriz
y ha quedado inerte, como cosa mala oculta en el seno
en vez de embrión que se completa.
Y para expulsar del seno el fruto muerto y tener hijos,
de forma que no muera su Nombre en la Tierra,
Dios se ha hecho fecundo en nuevos hijos, signados con su Tau.
Y en el secreto, en el silencio;
de forma que Satanás y los diablos que sirven a Lucifer no pudieran perjudicar,
con anticipación debida a ardor de amor, ha dado a luz a su Hijo varón,
y con Él da al mismo tiempo a Luz a su nuevo pueblo,
porque el Señor lo puede todo”.
¡Oh! Él lo dice por boca del profeta Isaías:
“¿Acaso NO voy a poder dar a Luz YO, que hago dar a luz a los otros?
¿Voy a ser estéril Yo, que a los demás concedo la fecundidad?”.
¡Alegraos con la Jerusalén de los Cielos,
exultad con ella, todos vosotros, los que amáis al Señor!
Alegraos con ella con verdadera alegría,
vosotros que esperáis, vosotros que sufrís!
¡Volved, volved a mis palabras!
Palabras salidas del Verbo de Dios.
Palabras pronunciadas por el portavoz de Dios, Isaías, su profeta.
¡Venid, volved a la Fuente, palabras eternas, para ser esparcidas sobre esta era de Dios,
sobre este rebaño, sobre esta prole! ¡Oh, venid!
¡Ésta es una de las horas, una de las asambleas, para las que fuisteis dadas,
vosotras proféticas palabras, sonido de amor, voces veraces!
Ved, ya vuelven, ya vuelven a quien las inspirara.
Y Yo, en nombre del Padre, de mi Ser y del Espíritu,
las digo a estos a quienes Dios ama,
a los elegidos de entre el rebaño de Dios, que debía estar formado sólo por corderos,
pero que se ha degenerado con carneros e incluso con otros animales más inmundos.
Mamaréis y os hartaréis en los pechos de la Consolación divina y
extraeréis abundantes delicias de la múltiple gloria de Dios.
Ved, os dice el Señor:
Derramaré sobre vosotros como un río de paz.
Y os veréis inundados mucho más que por la gloria de las naciones,
porque os inundará la gloria del Cielo cual torrente desbordante.
De ella os alimentaréis…
Y seréis llevados en brazos y acariciados encima de sus rodillas.
Sí, como una madre acaricia a su niño…
como Yo acaricio a este pequeñuelo al que puse mi nombre—
Y realmente Jesús toma al pequeño Iesaí de los brazos de su madre,
que está casi a sus pies, entre sus tres hijos.
Así os he de consolar Yo a vosotros, que me amáis y seguiréis amándome,
y pronto seréis consolados para siempre en mi Reino.
Esto lo veréis, vosotros los libres de todo miedo por ser fieles a Mí.
Y vuestro corazón exultará y vuestros huesos reverdecerán como la hierba,
cuando el Señor venga en el fuego, en una carroza semejante a un torbellino,
a guiar hacia el fuego del amor y de la justicia.
Y a castigar o a glorificar, separando a los corderos de los lobos, es decir,
de aquellos que creían santificarse y hacerse puros…
y sin embargo, se hacían idólatras.
El Señor, que ahora se marcha, vendrá.
¡Bienaventurados aquellos a los que encuentre perseverantes hasta el final!
Este es mi adiós… y con él mi bendición.
Arrodillaos para que os fortalezca con ella.
El Señor os bendiga y os guarde; os muestre su Rostro…
y tenga misericordia de vosotros; os dé su paz el Señor.
Podéis marcharos.
Dejad que me despida de los buenos de entre los buenos de Yuttá.
La gente se marcha, aunque con pocas ganas.
Y, cuando un niño dice:
– Señor, deja que te bese la mano…
Y consintiéndolo Jesús, es el primero en hacerlo;
entonces todos quieren dar un beso en la carne santa del Cordero de Dios.
E incluso quien ya se estaba encaminando hacia el pueblo regresa:
y besos de niños en la cara, de ancianos en las manos,
de mujeres en los pies desnudos que pisan la hierba,
caen junto con lágrimas y palabras de adiós y bendición.
Jesús, paciente, los acoge y dedica a todos un saludo especial.
En fin, todos han sido complacidos…
Se queda la familia de la casa hospitalaria…
y se arriman a Jesús.
Sara dice:
– ¿Realmente no vas a volver?
– No, mujer. Nunca.
Pero no nos separaremos.
Mi amor estará siempre contigo, con vosotros.
Y el vuestro conmigo.
Sé que no me olvidaréis.
De todas formas os digo: no acojáis la Mentira…
ni siquiera en las horas más tremendas, que vendrán…
No la acojáis ni siquiera como huésped que va de paso o como invasor inesperado…
La mujer le da a Iesaí y Jesús se sienta en la hierba con el pequeño en sus piernas.
Y bajando su cara hacia los delicados cabellos del niño, habla.
Dice:
– Recordad siempre que Yo soy el Cordero…
del que Isaac os enamoró, antes incluso de que me conocierais.
Y que un cordero es siempre inocente, como este niño pequeño,
aunque lo cubran de piel de lobo para hacerlo pasar por un malhechor.
Recordad que Yo soy más inocente aún que este niño…,
que – ¡dichoso él! – por su inocencia y niñez;
no podrá comprender la calumnia contra su Señor
por parte de los hombres.
Y por este motivo no sufrirá turbación…
Él seguirá queriéndome así… como ahora…
Tened su mismo corazón, tenedlo para el Cordero, el Amigo, el Inocente,
el Salvador, que os ama y bendice de forma muy especial.
¡Adiós, María! Ven a darme un beso…
¡Adiós, Emmanuel! Ven tú también…
¡Adiós, Iesaí, corderito del Cordero!…
Sed buenos… Amadme…
– ¿Estás llorando, Señor?
Pregunta asombrada la niña María…
viendo brillar una lágrima entre los cabellos de Iesaí.
El marido de Sara pregunta:
– ¿Llora?
La mujer pregunta:
– ¡Estás llorando, Maestro!
¿Por qué?
– No os aflijáis por mi llanto.
Es amor y bendición…
¡Adiós, Sara! ¡Adiós, hombre!
Venid, como los otros, a besar a vuestro Amigo que se marcha…
Y tras recibir en sus manos el beso de los dos esposos;
pone de nuevo al pequeño en los brazos de su madre;
luego, sin demora, empieza la bajada por la misma vereda usada para venir.
Las voces de adiós de los que se quedan le siguen:
profunda, la del hombre; conmovida, la de la mujer; gorjeantes, las de los niños…
hasta el pie del collado.
Luego es sólo el torrente, remontado hacia el norte, el que saluda todavía al Maestro,
que para siempre deja la tierra de Yuttá.