CUMPLIMIENTO
POR FAVOR USEN EL CARISMA DE DISCERNIMIENTO
(El que usó Jesús en el Banquete de Simón)
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Empleados de la planta nuclear de Zaporozhie instan a Kiev a cesar los ataques: “de lo contrario será irreparable”
Antiguos y actuales empleados de la central nuclear de Zaporozhie, ubicada en la ciudad de Energodar, se han dirigido a las autoridades de Ucrania para pedir el cese de los ataques contra la planta.
Vlad Lávrik, exempleado de la central, denunció que los militares ucranianos han atacado “la instalación de almacenamiento de residuos nucleares gastados” y el “interruptor” de la planta, así como un pueblo vacacional en un feriado.
En este contexto, pidió a los soldados ucranianos “pensar” antes de disparar hacia Energodar.
Por su parte, otro extrabajador de Zaporozhie instó a las autoridades de Kiev a “parar este alboroto”, “quitar las armas” y “no provocar una crisis mundial”. “Paren, de lo contrario será irreparable“, concluyó.
“Hago un llamamiento a los que toman las decisiones desde el otro lado de Dnepr: por favor, paren. Sus acciones son tan imprudentes y peligrosas que podrían llevar a una catástrofe internacional”, afirmó a su vez un empleado actual de la planta.
Paralelamente, Vladímir Martinyuk, exempleado de la central nuclear, explicó que todos los proyectiles que caen incluso a 20-30 kilómetros de la instalación son peligrosos, ya que la ciudad y la planta están construidas sobre arena.
“La arena puede moverse por las vibraciones, y la seguridad de la central nuclear depende del desplazamiento de esa arena. Y cualquier hostilidad abierta […] puede llevar a una tragedia”, dijo.
En agosto se intensificaron los ataques contra la planta nuclear de Zaporozhie. En particular, este lunes las autoridades locales denunciaron que Ucrania “disparó masivamente proyectiles de artillería” hacia Energodar, provocando explosiones cerca de la central.
El Ministerio de Defensa ruso denunció este jueves que los objetivos de los bombardeos a la planta por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania son crear una zona de exclusión de hasta 30 kilómetros y acusar a Rusia de terrorismo nuclear.
Zaporozhie es la mayor central nuclear de Europa que cuenta con seis unidades de potencia. La primera de ellas comenzó a funcionar en diciembre de 1984, mientras que la sexta, en octubre de 1995. Actualmente, la provincia homónima se encuentra bajo el control parcial de las fuerzas rusas.
Refuerzan la defensa de la planta nuclear de Zaporozhie ante una posible provocación de Kiev
¿Cuál es la instalación más peligrosa de la planta nuclear de Zaporozhie, que de ser atacada resultaría en una catástrofe?

La instalación más peligrosa de la central nuclear de Zaporozhie es la de almacenamiento de combustible nuclear gastado, que de ser atacada con misiles resultaría en una catástrofe que afectaría al menos a nueve países,
además de Ucrania, declaró a RT el exjefe de Inspección de Seguridad Radiológica de Gosatomnadzor de la Unión Soviética, Vladímir Kuznetsov.
“Mucho no me quedó claro en el momento en que se puso en funcionamiento este espacio”, indicó el exfuncionario soviético.
“¿Por qué no se montó un techo que cubriera todo el espacio de almacenamiento con los contenedores en los cuales se encuentra el combustible nuclear gastado?”, cuestionó.
En caso de un ataque ucraniano con lanzacohetes múltiples contra ese depósito de combustible, que llegaría a almacenar alrededor de 380 contenedores al final de su vida útil, y que actualmente está lleno en un tercio, si el misil golpea el contenedor, este “será destruido por completo”, señaló.
Entonces, debido a que los lanzacohetes múltiples se lanzan en rondas de hasta 16 cohetes, no solo uno sino un grupo de contenedores de combustible nuclear gastado resultarían dañados, lo cual provocaría la liberación de radiactividad al medio ambiente, además de un incendio, advirtió Kuznetsov.
“A dónde enviará el viento los productos de este fuego, solo Dios lo sabe”, señaló el especialista.
“Si hay una destrucción en un grupo de los contenedores, de 20 a 30 de ellos, la radiactividad afectará a unos nueve países:
se trata de Turquía, Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia, la República Checa, Polonia, varios países bálticos y, por supuesto, el territorio de Ucrania occidental”, agregó.
La situación en la central nuclear continúa agravándose desde el viernes 5 de agosto, cuando las autoridades de la ciudad de Energodar denunciaron ataques a la planta atribuyéndolos a las fuerzas ucranianas.
Al día siguiente, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, declaró que la institución se encontraba “extremadamente preocupada” por las acciones bélicas cerca de la central, advirtiendo que el riesgo de una catástrofe nuclear es “muy real”.
No obstante, el pasado jueves las fuerzas ucranianas atacaron nuevamente las instalaciones.
En este contexto, Rusia convocó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la situación, durante la cual Grossi propuso que una misión de expertos inspeccione las instalaciones.
Asimismo, instó tanto a las autoridades rusas como ucranianas a cooperar para que el personal convocado tenga acceso a la central.
Por su parte, el miembro del consejo principal de la Administración Militar-Cívica de la provincia de Zaporozhie, Vladímir Rógov, denunció el lunes un posible bloqueo a la misión de la OIEA por parte de la ONU.
Además, denunció el martes que militares ucranianos lanzan ataques contra puntos débiles de la planta, incluido el sistema de enfriamiento, lo que podría causar “una catástrofe peor que la de Chernóbil” en 1986.
El pasado domingo, la Unión Europea instó a Rusia a retirar inmediatamente sus fuerzas militares de la central y de toda Ucrania, al tiempo que acusó a Moscú de impedir que “se cumpla la seguridad nuclear y radiológica” en la planta.
Por su parte, desde la Cancillería rusa desmintieron las acusaciones de Bruselas y reiteraron que los ataques contra la planta nuclear los llevan a cabo formaciones ucranianas “bajo las órdenes de Kiev”.
El nuevo acuerdo nuclear con Irán estipularía una multa para EE.UU. si vuelve a retirarse unilateralmente

El nuevo acuerdo nuclear con Irán estipula una multa para EE.UU. si vuelve a retirarse unilateralmente del pacto como lo hizo en 2018, informó este viernes Al Jazeera, citando fuentes anónimas.
La propuesta europea de renovación del pacto nuclear incluye cuatro fases y dos plazos de 60 días cada uno, detallaron.
Asimismo, los informantes señalaron que, desde el primer día de la aplicación del acuerdo, Teherán comenzará a reducir gradualmente su programa nuclear, al tiempo que serán levantadas las sanciones contra 17 bancos y 150 entidades económicas iraníes.
De este modo, 120 días después de la firma, la República Islámica obtendrá la oportunidad de vender 2,5 millones de barriles de petróleo al día.
Entre otras cosas, unos 7.000 millones de dólares de fondos iraníes retenidos en Corea del Sur se liberarán cuando se firme el nuevo tratado, según los reportes.
En 2015, Irán, el grupo P5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania) y la UE firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés),
que fijó el levantamiento de una serie de sanciones contra la República Islámica a cambio de su compromiso de no desarrollar ni adquirir armas nucleares.
Sin embargo, en 2018 Washington se retiró unilateralmente del acuerdo, reintrodujo las sanciones contra Teherán e impuso nuevas medidas restrictivas adicionales.
Irán, en respuesta, suspendió gradualmente sus obligaciones estipuladas en el pacto.
Desde abril de 2021, las partes restantes del acuerdo llevan a cabo negociaciones en Viena sobre la reanudación del JCPOA, lo que supondría la reincorporación de EE.UU. La última sesión de negociaciones celebrada en Doha (Catar) a finales de junio terminó sin avances significativos.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, manifestó recientemente el apoyo de Moscú a la postura de Irán sobre la reanudación del acuerdo nuclear.
“Este plan debe renovarse únicamente tal y como lo aprobó el Consejo de Seguridad de la ONU, sin adiciones, sin ningún tipo de exenciones”, declaró.
Refuerzan la defensa de la planta nuclear de Zaporozhie ante una posible provocación de Kiev
Los intentos de Occidente de aislar a Rusia se debilitan

Los países occidentales en ocasiones prefieren evitar promover algunas medidas específicas contra Rusia por temor a no contar con un apoyo adecuado,
ya que el aumento de abstenciones de votación en la ONU sugiere una creciente falta de voluntad para oponerse públicamente a Moscú, declaran diplomáticos y expertos citados por Reuters.
Un ejemplo de esta tendencia es el abandono de la UE de su idea de nombrar a un experto de la ONU para investigar supuestas violaciones de derechos humanos en Rusia, por temor a que casi la mitad de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos se oponga.
Además, la incapacidad de la ONU de poner fin al conflicto obliga a los países occidentales reconocer que no tiene capacidad suficiente para intimidar a Moscú.
“A medida que el conflicto se prolonga, se ha vuelto más difícil encontrar formas significativas de penalizar a Rusia“, señaló el director de la ONU en el grupo independiente International Crisis Group.
Por su parte, Olaf Wientzek, director de la fundación alemana Konrad Adenauer en Ginebra, indicó que “los países se preguntan si es realmente tan sensato estar entre los que se oponen a Rusia“.
Según algunos expertos, varios países del Medio Oriente, América Latina, África y Asia están cansados de que el conflicto ucraniano todavía atraiga tanta atención, mientras sus problemas se desvanecen en el fondo.
La crisis alimentaria y energética, causada por las sanciones occidentales, también se suma a la preocupación mundial.
Otro de los temas que preocupa al mundo es el suministro de armas occidentales a Ucrania y la falta de conversaciones reales para poner fin al conflicto.
“Lo más desconcertante para nosotros es la idea de que, en esencia, se alienta a que un conflicto como este continúe indefinidamente“, destacó un alto diplomático africano que prefirió permanecer en el anonimato.
Rusia es “una potencia global”
La misión rusa ante las Naciones Unidas, por su parte, dijo que los Estados occidentales “saben muy bien que es imposible aislar” a su país, “ya que es una potencia global“.
Rusia tiene el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que le permite bloquear los intentos occidentales de introducir sanciones contra Moscú o excluirla del este órgano internacional.
A pesar de los éxitos de la coalición liderada por Washington de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, los datos muestran que 82 de las 193 naciones de la ONU votaron en contra o se abstuvieron.
Aislar a Rusia es altamente improbable y “no hay apetito por más acciones a menos que se crucen las líneas rojas“, declaró un diplomático asiático que prefirió hablar bajo condición de anonimato.
Algunos funcionarios han sugerido que esas líneas rojas podrían ser un ataque con armas nucleares o químicas, muertes de civiles a gran escala o la adhesión del territorio ucraniano a Rusia.
Rusia explica el objetivo de los bombardeos ucranianos a la central nuclear de Zaporozhie
El objetivo principal de los bombardeos de las Fuerzas Armadas de Ucrania en torno a la central nuclear de Zaporozhie sería la creación de una zona de exclusión de hasta 30 km y acusar a Rusia de terrorismo nuclear, denunció el Ministerio de Defensa ruso.
“La parte ucraniana, junto con sus patrocinadores de Estados Unidos, está tratando de jugar la carta, causando, en su opinión, un accidente menor en la planta nuclear y por lo tanto,
interrumpir el funcionamiento normal y seguro de la central nuclear, culpando a Rusia de ello”, afirmó el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kiríllov.
Los datos preliminares del ministerio revelan que los militares ucranianos planean orquestar una nueva provocación durante la visita del secretario general de la ONU, António Guterres, a Odesa del 17 al 19 de agosto para influir en la comunidad internacional y conseguir decisiones beneficiosas para Kiev.
Según advierten los expertos de la cartera rusa, en caso de producirse un accidente en la central nuclear de Zaporozhie, las sustancias radiactivas llegarían hasta Polonia, Alemania, Eslovaquia, Rumania y Moldavia.
Asimismo, la emergencia causaría una migración masiva de población y agravaría aun más la crisis energética en Europa.
El ministerio ruso enfatiza el riesgo de que se produzca una catástrofe tecnológica global, que en términos de contaminación radiactiva sería similar a la de los desastres de las centrales de Chernóbil y Fukushima.
Como resultado del accidente en Chernóbil, el territorio de más de 20 países europeos fue contaminado por isótopos radiactivos.
Alrededor de 4.000 personas murieron a causa de la exposición directa a la radiación, se registraron decenas de miles de casos de deformidades genéticas en recién nacidos y cientos de miles de enfermedades oncológicas.
En el caso de Fukushima, hasta 500.000 personas fueron evacuadas por la fuerza y los efectos del vertido de agua radiactiva en el océano se sentirán durante décadas.
“Parece que el mundo lo ha olvidado”, lamentó el Ministerio de Defensa ruso. Desde el pasado 18 de julio, la central nuclear de Zaporozhie es objeto de bombardeos sistemáticos por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El jefe de la administración de la región ucraniana de Zaporizhie, Yevgeny Balitsky, dijo este jueves en el canal de televisión Rossiya-24 que los bombardeos de los nacionalistas ucranianos contra la ciudad de Energodar, donde se encuentra la central nuclear, no cesan.
Y que las autoridades de la región ven una amenaza de daños en los sistemas de enfriamiento de los reactores de la planta.
“El sistema de enfriamiento es el tipo de sistema que garantiza que la planta nuclear funcione de manera confiable. Así, en ausencia de enfriamiento, incluso por un pequeño período de tiempo, lo que sucedió en Chernóbil podría repetirse”, advirtió.
Además, afirmó que los europeos deberían saber a quién suministran unas armas que luego son usadas para disparan contra instalaciones atómicas, lo cual representa un peligro no solo para Ucrania y Rusia, sino para todo el mundo.
Balitsky agregó que se está llevando a cabo un trabajo sistémico para capturar a posibles saboteadores.
La parte rusa ha ofrecido proporcionar al Organismo Internacional de Energía Atómica imágenes que confirman su no participación en los ataques.
En caso de continuar el desarrollo negativo de la situación, la planta podría detener su funcionamiento por completo.
El politólogo Eduardo Luque Guerrero opina que los riesgos de los incesantes ataques ucranianos contra la central nuclear de Zaporozhie son evidentemente altísimos,
ya que el régimen de Kiev está perdiendo en el conflicto con Rusia y está tan desesperado que está dispuesto incluso a provocar una catástrofe nuclear en la zona.
“Podemos vivir sin Coca-Cola”: El embajador ruso en EE.UU. asegura que Moscú solo necesita que se reconozcan sus intereses nacionales
El embajador de Rusia en EE.UU., Anatoli Antónov, ha reflexionado sobre las relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca en una entrevista concedida al canal de televisión ruso Rossiya 24.
El jefe de la diplomacia rusa en Washington abordó temas relacionados con el ámbito energético y la seguridad nuclear, así como los intentos de Washington de sofocar a la economía rusa y aislar al país del resto del mundo, entre otras cuestiones.
En la entrevista, Antónov quizo destacar la disposición de Rusia a mantener un diálogo con el país norteamericano, a pesar de que Occidente se esfuerza constantemente por dejar a Moscú sin el apoyo de otras naciones.
“[EE.UU.] no piensa detenerse y hace todo lo posible para formar un frente de aliados y de gobiernos que, por algunas razones, se obligan a sí mismos a ceder ante EE.UU.”, afirma el embajador.
“La presión crece en todas las direcciones:
la Casa Blanca dirige a sus enviados a países asiáticos, africanos y latinoamericanos con el objetivo de convencer a las autoridades de que cesen su cooperación con Rusia”, explica.
No habrá vencedores en una guerra nuclear
Antónov también recordó que el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas firmado entre Rusia y EE.UU. expira en 2026, por lo que las dos potencias nucleares deben llevar a cabo negociaciones sobre una base de igualdad para decidir sobre el futuro de este pacto, esencial para la paz mundial.
“Hoy en día, el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas es el patrón oro del control de armamento que debemos mantener“, recalca el alto diplomático.
“Me gustaría recordar las palabras de Vladímir Putin y Joe Biden pronunciadas en Ginebra:
Nunca debería iniciarse una guerra nuclear, no puede haber vencedores en semejante conflicto”, citó Antónov a los presidentes ruso y estadounidense.
El embajador subraya que sus colegas en Moscú afirman estar dispuestos a mantener negociaciones directas sobre el Tratado y que solo “hace falta aclarar si Washington tiene la misma voluntad”.
“El objetivo es privar a Rusia de ingresos”
En relación a las sanciones que Washington ha ido introduciendo contra los combustibles rusos, el alto diplomático sostiene que al “dividir los mercados energéticos en buenos y malos”, la Casa Blanca desestabiliza el sector, hace subir los precios y contribuye al aumento de la inflación.
“El objetivo es privar a Rusia de ingresos. No suministraremos recursos a precios no rentables y con pérdidas”, asegura Antónov,
no sin advertir que, como resultado de estas políticas de EE.UU. y de sus aliados que buscan limitar el precio del petróleo ruso, se producirá una redistribución de los flujos de mercancías “no a favor de los países occidentales”.
“No suplicaremos a nadie”
El alto diplomático señaló que el Kremlin no exige nada imposible al Gobierno estadounidense y que se conforma con que se respeten sus intereses nacionales.
En este contexto, Antónov insinuó que la retirada de una serie de marcas occidentales del mercado ruso no puede influir en las decisiones que tome el Kremlin.
“En general, no necesitamos mucho de Estados Unidos. Necesitamos que reconozca nuestros intereses nacionales, que nos respete y que esté dispuesto a dialogar con nosotros en condiciones de igualdad y respeto mutuo”, manifestó el diplomático ruso.
“No suplicaremos a nadie. Por supuesto, podemos vivir sin Coca-Cola, nuestros refrescos son mucho más sabrosos“, señaló Antónov.
La Embajada rusa en EE.UU. advierte que la confrontación híbrida de Washington contra Moscú puede llevar al “choque directo” entre potencias nucleares

Los pasos dados por Washington en el marco de su confrontación híbrida contra Moscú en el marco del actual conflicto en Ucrania podrían desembocar en “una escalada impredecible” y en “un choque militar directo” entre potencias nucleares, advirtieron este lunes desde la Embajada de Rusia en EE.UU.
En un comentario publicado en su cuenta de Telegram, la representación diplomática rusa enfatiza que la Casa Blanca incrementa los riesgos de un conflicto nuclear al actuar “sin tener en cuenta la seguridad y los intereses de otros países”.
En este sentido, recuerdan que Washington desmanteló de forma “deliberada” el sistema de control de armas y de no proliferación, al abandonAR unilateralmente el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) y denunciar el Tratado de Cielos Abiertos.
Estas decisiones “han asestado un golpe importante a los regímenes de transparencia y de control de misiles nucleares“, subrayan desde la Embajada.
Asimismo, instan a la actual Administración a examinar su propia política nuclear, en vez de lanzar acusaciones “infundadas” contra países con una visión del mundo que no coincide con la suya.
En respuesta a las insinuaciones de Washington acerca de que las acciones de Rusia no se corresponden al estatus de una potencia nuclear “responsable”, la institución reiteró que Moscú sigue cumpliendo “de buena fe” sus compromisos, al tiempo que hace “todos los esfuerzos” para reducir los riesgos en este ámbito.
En particular, se refirió a la declaración conjunta promovida por Moscú en el Consejo de Seguridad en la que Rusia, Francia, EE.UU., China y el Reino Unido reafirmaron la inadmisibilidad de una guerra nuclear.
Además, mencionó que EE.UU. y Rusia prolongaron por un plazo máximo de cinco años el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (también conocido como START III) y reiniciaron el diálogo sobre la estabilidad estratégica,
que funcionó con éxito hasta que fue puesto en pausa por Washington tras el inicio del operativo militar ruso en Ucrania.
En su intervención durante la 10.ª conferencia del Tratado de No Proliferación Nuclear, el secretario general de la ONU, António Guterres,
alertó el pasado 1 de agosto que “la humanidad está a solo un malentendido, un error de cálculo, de la aniquilación nuclear”.