IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
483 Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos.
La comitiva apostólica encabezada por Jesús…
Siguen caminando entre montes muy escabrosos.
Por unas veredas por donde no pasan ciertamente, carros;
sólo transeúntes a pie.
O personas montadas en fuertes asnos de montaña, más altos y robustos
que los habituales burritos de las zonas menos accidentadas.
En Samaria hay diferencias respecto a las costumbres de los otros lugares,
tanto en el vestido como en muchas otras cosas.
Y una es la abundancia de perros, no común en otros lugares;
algo característico, al igual que la presencia de puercos en la Decápolis.
Muchos perros, porque Samaria tiene muchos pastores…
Y hay también muchos lobos en estos montes tan agrestes.
Muchos también, porque en Samaria los pastores trabajan generalmente solos…
Al máximo con un muchacho, apacentando el rebaño propio.
Mientras que en otras partes por lo general, un grupo de pastores custodia rebaños compuestos por
numerosas cabezas, propiedad de algún rico.
Bueno de hecho aquí, cada pastor tiene su perro o más de uno,
según el número de ovejas de su rebaño.
Otra característica son precisamente estos asnos casi tan altos como un caballo.
Robustos, capaces de escalar estos montes con cargas pesadas en la albarda.
A menudo cargados de gruesa leña que se encuentra en estos magníficos montes,
cubiertos de bosques seculares.
Otra particularidad:
La soltura de comportamiento de los habitantes, los cuales no son unos “pecadores”
como los juzgaban judíos y galileos.
Sino que son abiertos, francos y están exentos de beaterías extremas;
exentos de todas esas historias que tienen los otros.
Y son hospitalarios.
Esta constatación hace considerar que en la parábola del buen samaritano,
no hubiera sólo intención consciente de hacer resaltar lo bueno y malo hay en todas partes,
en todos los lugares y razas.
Que entre los heréticos también puede haber rectos de corazón, sino también justamente,
es una real descripción de las costumbres samaritanas hacia quien necesitaba ayuda.
Se habrán detenido en el Pentateuco…
Pues hablan de él y no de otra cosa.
Pero practican al menos hacia el prójimo, con más rectitud que los otros.
con sus seiscientas trece cláusulas de preceptos, etc. etc.
Los apóstoles hablan con el Maestro y a pesar de ser incorregiblemente israelitas,
deben reconocer y alabar el espíritu que han encontrado en los habitantes de Siquem.
Que se comprende por las conversaciones intercambiadas…
Y han invitado a Jesús a detenerse, para estar con ellos.
Pedro dice:
– ¿Has oído, no?
¿Cómo han dicho claramente que conocen el odio judío?
Han dicho: “Hacia Ti y contra Ti;
hay más odio que contra todos nosotros juntos, los samaritanos de ahora y del pasado.
Te odian sin límite”.
Simón agrega:
– ¿Y aquel viejo?
¡Qué acertadamente lo ha dicho!:
“En el fondo es natural que sea así, porque Tú no eres un hombre
sino que eres el Cristo, el Salvador del mundo.
Y por eso eres el Hijo de Dios, porque sólo un Dios puede salvar al mundo corrompido.
Por eso, no teniendo Tú límites como Dios, no teniendo límites tu poder ni tu santidad ni tu amor,
como tampoco tendrá límites tu victoria sobre el Mal,
es natural que el Mal y el Odio -una cosa sola con el Mal- no tengan límites contra Ti”.
¡Verdaderamente ha hablado con acierto!
¡Y este razonamiento explica muchas cosas!
Tomás concluye:
– ¿Qué explica, según tú?
Yo…
yo digo que explica sólo que son unos estúpidos.
Mateo:
– No.
La estupidez podría ser incluso una justificación.
Pero no son estúpidos.
– Ebrios entonces.
Ebrios de odio – replica Tomás.
Tadeo objeta:
– Tampoco.
El enajenamiento cede cuando estalla.
Este odio no cede.
Santiago de Zebedeo:
– ¡Sí, porque más estallado que así!…
¡Hace tanto tiempo que ha estallado…
Que ya habría tenido que caer!
Tranquilo, como si la meta del odio no fuera su suplicio…
Jesús dice:
– Amigos, la malignidad no ha tocado todavía la meta.
Pedro dice:
– ¿No?
¡¿Pero si no nos dejan en paz nunca?!
Judas explica:
– Maestro…
Éstos todavía no se convencen de que es verdad lo que he dicho.
Pero lo es.
¡Vaya que si lo es!
Y digo también que si hubiera sido por vosotros, habríais caído todos en la trampa,
como cayó Juan Bautista.
Pero no lo lograrán, porque yo vigilo…
Jesús lo mira.
Es imposible no mirarlo sin cuestionar con incrédulo asombro,
si la conducta de Judas durante los últimos días, obedece a un retorno bueno y real,
al camino del bien y del amor, hacia su Maestro…
Obedece a una liberación de las fuerzas humanas y extrahumanas que lo sujetaban…
O si se trata de un trabajo más refinado de preparación al golpe final…
de una servidumbre mayor a los enemigos de Cristo y a Satanás.
Porque Judas es un ser tan especial, que no es descifrable…
Sólo con el carisma perfecto del Discernimiento del Espíritu Santo,
es posible contemplarlo en toda su pavorosa realidad, porque Sólo Dios puede entenderlo.
Y Dios Jesús, corre un velo de misericordia y de prudencia sobre todas las acciones
y sobre la personalidad de su apóstol…
Un velo que se rasgará, iluminando completamente muchos porqués, ahora misteriosos,
sólo cuando se abran los libros de los Cielos.
Los apóstoles están tan preocupados,
por la idea de que el odio de los enemigos no ha alcanzado todavía su culmen,
que guardan silencio durante un tiempo.
Luego Tomás se dirige otra vez al Zelote,
diciendo:
– Entonces…
Si no están ebrios ni son estúpidos, si su odio explica muchas cosas, pero no ésta;
¿Qué explica entonces?
¿Qué son?
No lo has dicho…
Zelote responde contundente:
– ¿Que qué son?
Posesos.
Son eso mismo que dicen de Él.
Esto explica su ensañamiento, que no conoce interrupción.
Es más, que crece cada vez más cuanto más evidente se hace su poder.
Acertado lo que ha dicho ese samaritano.
En Él, Hijo del Padre y de María, Hombre y Dios, está la infinitud de Dios.
E infinito es el Odio que a esta Infinitud perfecta se opone,

¿Cuáles son los dardos de fuego del Maligno?: Duda, Odio, Miedo, Desesperación, Desaliento, Desconfianza y Malicia…
aunque en su no tener límite, el Odio no es perfecto,
porque sólo Dios es perfecto en sus acciones.
Pero, si el Odio pudiera tocar el abismo de la perfección, bajaría a tocarlo.
Es más, se arrojaría a tocarlo…
Para resurgir luego, por la misma vehemencia de a la caída en el abismo de Infierno,
contra el Cristo;
para herirlo con todas las armas arrancadas al Abismo Infernal.
Juan dice:
– El firmamento, regido por Dios, tiene un solo Sol:
Que surge, resplandece, desaparece y deja el sitio al sol más pequeño que es la Luna.
Y ésta, después de haber alumbrado a su vez, se pone para ceder el sitio al Sol.
Los astros enseñan mucho a los hombres, porque se sujetan a la voluntad del Creador.
Pero los hombres no.
Y un ejemplo es éste:
este querer oponerse al Maestro.
¿Qué sucedería si la Luna en una aurora dijera:
“No quiero desaparecer, vuelvo por el camino recorrido”?
Sin duda, chocaría violentamente contra el Sol;
con horror y daño de toda la Creación.
Esto es lo que quieren hacer ellos;
creyendo que pueden hacer pedazos al Sol…