781 El Cubil de los Lobos4 min read

IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

535d Judas de Keriot llamado a informar a casa de Caifás.

Un silencio cargado de terror cunde por toda la sala.

Los sinedristas incluso se han separado de Judas…

Pero luego Doras, Nahúm y otros…

Le dicen:

–            Repite el mismo juramento como confirmación, de que nos servirás solo a nosotros…

Judas protesta:

–            ¡Ah!…

¡Eso no, malditos!

¡Eso no!

Os juro que no os he traicionado y que no os denunciaré al Maestro…

Y ya cometí un pecado.

Pero mi destino no lo uno al vuestro…

A vosotros que el día de mañana aprovechando mi juramento, me podríais imponer cualquier cosa…

Hasta un crimen

¡No!

Denunciadme como sacrílego al Sanedrín.

Denunciadme como asesino a los romanos.

No me defenderé.

Dejaré que me maten.

Y tendré una buena suerte, pero no juro más.

Yo ya no juro…

Nunca más juro…

Con esfuerzos violentos, se libera de quien lo tiene sujeto.

Sale corriendo…

Y huye gritando:

–            ¡Tened en cuenta que Roma os sigue los pasos!…

¡Qué Roma ama al Maestro!…

Un fuerte portazo que hace retumbar la casa…

Es la señal de que Judas ha abandonado la Cueva de los Lobos…

Los sinedristas se miran mutuamente…

Todos están lívidos.

La rabia y tal vez el miedo…

Los ha puesto pálidos.

Y como no pueden vomitar su ira y su miedo contra nadie…

Se trenzan entre sí…

Y se enzarzan entre ellos…

Todos tratan de cargarle al otro la responsabilidad de los pasos dados;

de lo sucedido…

Y de las consecuencias que pueden tener.

Unos reprochan en un sentido, otros en otro;

Quien reprocha en una forma.

Quién en otra.

Quién por lo que pasó.

Quién por lo que está por venir…

Quién grita:

–             ¡Fuiste tú el que quisiste seducir a Judas!

–              Habéis hecho mal en tratarlo de esa forma.

–              ¡Os habéis descubierto!

–              Vamos detrás de él…

–               Con dinero…

–               Con excusas…

Elquías, que es el más recriminado y al que más culpan…

Chilla:

–              ¡Ah! ¡Eso no!

¡Eso sí que no!

Dejadme a mí.

Dejad esto de mi cuenta y deberéis reconocer mi acierto.

Y veréis que tengo sagacidad.

Judas sin dinero, se pone manso como un cordero.

Y añade con su sonrisa viperina:

–               Se mantendrá en su postura hoy, mañana;

quizás un mes mantendrá su palabra…

Pero después…

Es demasiado vicioso para poder vivir en la pobreza que le da el Rabí.

Y vendrá a nosotros…

¡Ja, ja, ja!

¡Dejádmelo a mí!

¡Dejadlo de mi cuenta!

Yo sé cómo…

Sadoc advierte:

–           Bueno.

Mientras tanto…

¿Has oído?

¡Los romanos nos espían!

Los romanos lo aman.

Y es verdad.

Esta mañana, como ayer y anteayer, lo esperaron en el Patio de los Gentiles.

Siempre están allí, las mujeres de la torre Antonia…

Vienen hasta de Cesárea para escucharlo.

Doro dice con desprecio:

–              ¡Caprichos de mujeres!

No me preocupan.

Él es hermoso.

Habla bien.

Ellas enloquecen por los charlatanes demagogos y filósofos.

Para ellas el Galileo es uno de ellos;

nada más.

Y Joaquín:

–             Les sirve para distraerse en sus ratos de ocio.

¡Hay que tener paciencia si queremos lograr algo!

Doras confirma:

–             Paciencia y astucia.

¡También valor…

Pero no lo tenéis!

Queréis hacer algo pero sin mostraros.

Ya os he dicho lo que haría yo, pero no aceptáis…

Caifás contesta:

–            Tengo miedo al pueblo.

Lo ama demasiado.

Amor aquí, amor allá.

¿Quién se atreverá a tocarlo?

Si lo arrojamos, nos arrojarán también.

Es necesario…

Simón Boeto lo interrumpe:

–            Es menester no dejar pasar más la ocasión.

¡Cuántas hemos perdido!

A la primera que se nos presente, hay que presionar a los titubeantes entre nosotros.

Convencerlos aún, a los que de nosotros están inciertos.

Y luego ver lo que haremos con los romanos…

Elquías dice:

–           Eso se dice en un instante.

¿Pero cuándo y dónde tuvimos ocasión de hacerlo?

Él no peca.

No aspira al poder.

No…

Caifás concluye:

–            Si no hay ocasión, se crea…

Si no hay motivo, se inventa.

Ahora vámonos.

Entretanto mañana lo vigilaremos…

El Templo es nuestro.

Afuera manda Roma…

Afuera está el pueblo para defenderlo.

Pero adentro del Templo…  

Deja un comentario

Descubre más desde cronicadeunatraicion

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo