IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
536b Llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos.
Avanzan rápido porque a pesar del sol, hay una brisa ligera que invita a caminar para entrar en calor.
Y han caminado un buen trecho cuando Nathanael, que tiene frío y lo expresa arrebujándose más que nunca en el manto…
Advierte que Jesús no trae el suyo y solamente lleva la túnica.
Extrañado pregunta:
– ¿Maestro, qué has hecho con tu manto?
Jesús responde:
– Lo dí a una leprosa.
Hemos curado y consolado a siete leprosos.
Zelote exclama:
– ¡Pero tendrás frío!
Toma el mío.
Me acostumbré al frío, en los gélidos sepulcros…
Cuando el viento helado del invierno soplaba.
– No Simón.
Mira, allá está Bethania.
Pronto estaremos en casa.
¡De veras que no tengo frío!
Tengo tanto gusto en el corazón, que me calienta más que un grueso manto.
Y no siento nada de frío.
Hoy he tenido mucho júbilo espiritual…
Que es más confortador que un manto abrigado.
¡Hemos curado y consolado a siete leprosos!
Tadeo dice:
– Hermano mío, nos das méritos que no tenemos.
Nosotros no los curamos.
Tú, no nosotros, has curado y consolado…
– Vosotros preparasteis su corazón para creer en el milagro.
Por tanto conmigo y como Yo, habéis ayudado a sanar y consolar.
¡Si supieseis cómo gozo y cuanto disfruto al asociaros a Mí, en todas mis cosas y en todas las Obras de Amor!
¿No recordáis las palabras de Juan de Zacarías, mi primo:
“Es necesario que Él crezca y que yo merme empequeñeciéndome”
Lo decía con toda razón porque cualquier hombre por grande que sea, digamos Moisés o Elías;
debe desaparecer como las estrellas ante los rayos del sol…
Desaparecer ante Aquel que viene de los Cielos y es más que cualquier hombre…
Desaparecer porque es Aquel que viene del Padre Santísimo.
También Yo, fundador de una sociedad que durará lo que duren los siglos y que será santa como lo es su Fundador y Cabeza.
De una sociedad que continuará representándoMe, hará mis veces y será una sola conmigo…
De la misma manera que los miembros y el cuerpo del hombre son una sola cosa con la cabeza que lo dirige,
que está en posición dominante respecto a aquéllos…
Debo decir:
“Es necesario que ese cuerpo brille y que Yo me ofusque.”
Vosotros seréis mis continuadores.
Dentro de poco no estaré más entre vosotros, aquí en la Tierra materialmente,
para dirigir a mis apóstoles, discípulos y seguidores, acá en la tierra…
Estaré espiritualmente con vosotros siempre…
Y vuestras almas sentirán mi Espíritu, recibirán mi Luz.
Vosotros tendréis que aparecer en primera línea, entretanto que Yo regresaré al lugar de donde he venido.
Por eso os vengo preparando gradualmente, para que seáis los primeros en salir.
Algunas veces me hacéis la observación de que ‘Antes nos mandabas’
Efectivamente os enviaba más…
Había necesidad de que fuerais conocidos.
Ahora que lo sois.
Ahora que para este pequeño lugar de la Tierra sois ya “los Apóstoles”
Yo os tengo siempre junto a Mí, participantes en todas mis acciones, de forma que el mundo diga:
“Los asocia a las obras que cumple, porque ellos se quedarán aquí después de Él para continuarle”.
“Los ha hecho socios en las obras que realiza, porque ellos se quedarán aquí…
Porque después de Él, seguirán siendo su continuación.”
Sí, es verdad amigos míos.
Debéis avanzar cada vez más.
Pasar adelante, poneros a la vista de todos…
Iluminaros, ser mi continuación, ser Yo.
Mientras Yo, como una madre que lentamente deja de sostener a su hijito que ha aprendido a caminar;
me retiro…
El traspaso de Mí a vosotros no debe ser violento…
Los pequeños de la grey, los humildes fieles podrían asustarse.
Sufrirían confusión y desorientamiento.
Yo los paso dulcemente, con toda suavidad de Mí a vosotros, para que no se sientan solos ni por un solo momento.
Y vosotros amadlos, mucho…
Amadlos muchísimo, como Yo los amo.
Amadlos en recuerdo mío, como Yo los he amado…
Jesús calla y se queda absorto…
Perdiéndose en un pensamiento íntimo suyo.
Y no sale de ese estado hasta cuando, llegando fuera de Bethania, ve a los otros apóstoles que han venido por el otro camino.