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177 PARÁBOLA DE LOS TEMPLOS

rza la177 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

La fe y el alma, explicadas a los paganos con la parábola de los templos

En la paz del sábado, Jesús está descansando junto a un campo de lino todo florecido, propiedad de Lázaro.

Parece que estuviera sumergido en el alto lino. Sentado en un caballón, se absorbe en sus pensamientos.

Con Él no hay sino alguna silenciosa mariposa o alguna rumorosa lagartija, que lo mira con sus ojitos de azabache, levantando su cabecita triangular de garganta clara y palpitante.

Nada más.

En la tarde caliente, calla hasta el más mínimo soplo de viento por entre los altos tallos.

De lejos en el jardín de Lázaro, llega la canción de una mujer y con ella los alegres gritos de Margziam, que está jugando con alguien.

Casi no hay viento  y se escuchan una, dos, tres voces gritando…

llamándolo:

–     ¡Maestro! 

 –    ¡Jesús!

Jesús sale bruscamente de su ensimismamiento, se sacude y se levanta.

Aunque el lino está ya crecido y es muy alto. 

Jesús es más alto y parte de su figura emerge, en el mar verde y azul del lino.

 Simón Zelote grita:  

–    ¡Ahí está, Juan! 

Y Juan, a su vez:

–     ¡Madre, el Maestro está aquí, en el lino!

Mientras Jesús se acerca al sendero que conduce a la casa, llega María.  

Jesús pregunta: 

–     ¿Qué quieres, Mamá?

María responde: 

–     Hijo mío, han llegado unos gentiles, con algunas mujeres.

Dicen que han sabido por Juana que estabas aquí… Y que durante todos estos días te han esperado junto a la Torre Antonia…

–     ¡Ah, ya sé!

Muy bien. Voy al momento. ¿En dónde están?

–   En el jardín de la casa de Lázaro.

A él lo quieren los romanos. Les dijo que entrasen con sus carros, para no escandalizar a nadie.

–     Está bien, Madre.

Son soldados y damas romanas, lo sé.

–   ¿Y para qué te quieren?

–     Lo que muchos en Israel no quieren: Luz.

–     ¿Cómo creen en ti?

¿Qué te creen: Dios, quizás?

–     A su manera, sí.

Para ellos  más que para nosotros, es fácil aceptar la idea de la encarnación de un dios en carne mortal.

–     Entonces ya creen en tu fe…

–     Todavía no, Mamá.

Primero debo demoler la suya. Por el momento soy para ellos un hombre sabio, un filósofo, como ellos dicen.

De todas formas, tanto ese deseo de conocer doctrinas filosóficas,

como su tendencia a creer posible la encarnación de un dios, me ayudan mucho a conducirlos a la verdadera Fe.

Créeme que son más simples en su modo de pensar que muchos de Israel.

–     Pero, ¿Serán sinceros?

Se dice que Juan el Bautista…

–     No.

Si de ellos hubiera dependido. Juan estaría libre y seguro.

Dejan tranquilos a todos, con tal de que no sean rebeldes.

Es más, te diré que con ellos el hecho de ser profeta, usan la palabra “filósofo”

porque la altura propia de la sabiduría sobrenatural, es igualmente filosofía para ellos.

Es una garantía de que te respetarán. No estés preocupada, Mamá, que el mal no me vendrá por esa vía…

–     Pero los fariseos..

Si llegan a saberlo, ¿Que dirán de Lázaro?

Tú… eres Tú y debes manifestar la Palabra al mundo.

¡Pero Lázaro… ya de por sí lo ofenden mucho…!

–     Pero es intocable.

Saben que Roma lo protege.

–     Te dejo, Hijo mío.

Aquí está Maximino que te llevará adonde los gentiles.

Y María que había caminado al lado de Jesús durante todo este tiempo,

ahora se retira ligera. y se encamina hacia la casa de Simón Zelote.

Jesús por su parte, entra por una puertecita de hierro abierta en el muro que rodea el jardín,

en una parte alejada, en que ya no es jardín sino un enorme huerto,

cerca del lugar que en un futuro no muy lejano, será enterrado Lázaro.

Ahora está allí Lázaro sólo y nadie más. 

Y dice: 

–     Maestro, he tomado la iniciativa de acogerlos en mi casa…

–     Has hecho bien.

¿Dónde están?

–     Allá, a la sombra de aquellos bojes y laureles.

Como puedes observar, están a no menos de quinientos pasos de la casa.

–     Bien, bien, bueno…

¡La Luz descienda sobre todos vosotros!

El tribuno Publio Quintilisno está vestido de paisano, 

y saluda:

–     ¡Salve, Maestro! 

Las damas se ponen en pie para saludar a Jesús (son Plautina. Valeria y Lidia. Y otra, anciana.

Están todas vestidas con mucha sencillez y nada de sus acostumbrados lujos. 

Plautina dice: 

–     Hemos venido porque queríamos oírte hablar.  

Publio agrega:

–    No has venido nunca.

Estaba de guardia cuando llegaste, pero no te he visto nunca.  

Jesús inquiere:  

–     Yo tampoco he visto nunca en la Puerta de los Peces a un soldado amigo mío.

Se llama Alejandro…

–     ¿Alejandro?

No sé exactamente si es él, pero sé que hace un tiempo tuvimos que quitar, para calmar a los judíos, a un soldado acusado de… haber hablado de Tí

Ahora está en Antioquía.

Quizás vuelva. ¡Caray, qué molestos son esos… los que quieren mandar incluso ahora, que están sometidos!

Y no hay más remedio que moverse con maña para no provocar cosas graves…

Nos hacen la vida difícil, créelo…

Sin embargo, Tú eres bueno y sabio. ¿Nos hablas?

Quizás pronto tenga que irme de Palestina, quisiera llevarme conmigo algo tuyo que recordar.  

Jesús, sonriendo dice: 

–     Os hablaré, sí.

No decepciono nunca a nadie. ¿Qué es lo que queréis saber?

Y Publio Quintiliano asiste a su primera lección que lo convertirá en el cristiano…

Que formará una familia cristiana y que dará testimonio con su sangre; ante la ferocidad de Nerón…

El tribuno imperial mira a las damas con ademán interrogativo…  

Valeria dice: 

–     Lo que Tú quieras, Maestro.

Plautina se pone de nuevo en pie y dice:

–     He pensado mucho…

Debería conocer muchas cosas… todo, para poder juzgar.

No obstante, si se puede preguntar, yo querría saber cómo se construye una fe, la tuya por ejemplo.

Y sobre un terreno que dices que está privado de verdadera fe.

Dices que nuestras creencias son vanas. Si es así nos quedamos vacíos. ¿Cómo se puede… tener?

–     Tomaré como ejemplo una cosa que vosotros tenéis: los templos.

Vuestros edificios sagrados, verdaderamente bonitos, cuya única imperfección es el hecho de estar dedicados a la Nada

y os pueden enseñar cómo se puede alcanzar una fe y dónde colocarla.

Observad: ¿Dónde los construís?, ¿Qué lugar se prefiere para construirlos?, ¿Cómo los construís?

El lugar, generalmente, es espacioso, abierto, elevado; para este fin incluso se derriba lo que estorba o aprisiona.

Y si no es un lugar elevado, se construye sobre un estereóbato más elevado del común de tres gradas,

que se usa para los templos que ya de por sí se alzan en un elevación natural.

Están rodeados de muros sagrados, por lo general, y formados por columnatas y pórticos.

Dentro están los árboles consagrados a los dioses, hay fuentes y altares, estatuas y estelas.

Generalmente les precede el propileo, pasado el cual se yergue el altar en que se elevan las preces al numen;

frente a éste, está el lugar del sacrificio, porque el sacrificio precede a la oración.

Muchas veces, especialmente en los templos más grandiosos,

el peristilo los rodea con una guirnalda de preciosos mármoles.

En su interior está el vestíbulo anterior, externo o interno respecto al peristilo, la celda del numen, el vestíbulo posterior…

Mármoles, estatuas, frontones, acroteras, tímpanos, perfectamente acicalados, de gran valor, perfectamente decorados,

hacen del templo un edificio nobilísimo para todos, incluso para el ojo más inculto. ¿No es así?

Plautina confirma con tono de alabanza: 

–     Así es, Maestro.

Los has visto y estudiado muy bien.

Quintiliano exclama: 

–     ¡Pero si nos consta que no ha salido nunca de Palestina!

–     Nunca he salido para ir a Roma o a Atenas.

Pero no ignoro la arquitectura de Grecia ni la de Roma. En el genio del hombre que decoró el Partenón Yo estaba presente…

Porque Yo estoy dondequiera que haya vida y manifestación de vida.

Dondequiera que un sabio piense, un escultor esculpa, un poeta componga,

una madre cante curvada hacia una cuna, un hombre trabaje los surcos, un médico luche contra las enfermedades…

Un ser vivo respire, un animal viva, un árbol vegete, allí estoy Yo, junto a Aquel de quien procedo.

En el estruendo del terremoto o el fragor de los rayos, en la luz de las estrellas o en el curso de las mareas, en el vuelo del águila y en el zumbido del mosquito,

Yo estoy presente con el Creador altísimo.

Quintiliano pregunta:

–     ¿Entonces… Tú… Tú sabes todo?

¿Conoces tanto el pensamiento como las obras humanas?

–     Yo sé.

Los romanos se miran estupefactos.

Se produce un largo silencio.

Luego, tímidamente,

Valeria solicita:

–     Expón tu pensamiento Maestro, para que sepamos qué debemos hacer.

–     Sí.

La Fe se construye como se construyen esos templos de que os sentís tan orgullosos: 

Se hace espacio al templo, se libera la zona de alrededor, se eleva el templo.  

Plautina pregunta: 

–     Pero, ¿Y el templo para colocar la fe, esta deidad verdadera, dónde está?

–     Plautina, la Fe no es deidad; es una virtud.

En la Fe verdadera no hay deidades; sólo hay un único y verdadero Dios.

–     ¿Entonces… Él está allá arriba, solo, en su Olimpo?

¿Y qué hace si está solo?

–     Se basta a Sí Mismo, aunque se ocupa de todas las cosas de la Creación.

He dicho que hasta en el zumbido del mosquito Dios está presente. No se aburre, no lo pongas en duda.

No es un pobre hombre, dueño de un inmenso imperio en que se siente odiado y vive temblando.

Él es el Amor y vive amando. Su Vida es Amor continuo. Se basta a Sí Mismo porque es infinito y potentísimo; es la Perfección.

Y tantas son las cosas creadas, las cuales viven porque Él continuamente lo quiere, que no tiene tiempo de aburrirse.

El aburrimiento es fruto del ocio y del vicio.

En el Cielo del verdadero Dios, no hay ocio ni vicio.

Pronto tendrá, además de los ángeles que ahora le sirven, un pueblo de justos que en Él exultarán.

Y este pueblo irá creciendo cada vez más por los que en el futuro creerán en el verdadero Dios.  

Lidia pregunta: 

–     ¿Los ángeles son los genios? 

–     No.

Son seres espirituales, como lo es Dios, que los ha creado.

–     ¿Y los genios qué son entonces?

–     Como vosotros los imagináis son una falsedad.

Como los imagináis vosotros no existen.

Lo que sucede es que, por esa instintiva necesidad del hombre de buscar la verdad,

también vosotros habéis sentido que el hombre no es sólo carne y que una realidad inmortal está unida a su cuerpo perecedero.

El hombre busca la verdad aguijoneado por el alma, que vive y está presente también en los paganos,

aunque atribulada porque en ellos su deseo está ahogado,

porque se siente hambrienta en su nostalgia del Dios verdadero, que sólo ella recuerda,

en ese cuerpo en que vive, gobernado por una mente pagana.

Y también las ciudades y las naciones posean una realidad inmortal.

Por eso creéis, sentís la necesidad de creer, en los “genios”;

y os dais el genio individual, el de la familia, el de la ciudad, el de las naciones.

Así, tenéis el “genio de Roma”, el “genio del emperador”… y los adoráis como divinidades menores.

Entrad en la verdadera Fe: conoceréis a vuestro ángel, seréis amigos de él y lo veneraréis,

aunque sin adorarlo, porque sólo a Dios se le adora.

Publio Quintiliano pregunta: 

–     Has dicho:

“Aguijón del alma, viva y presente también en los paganos, atribulada en ellos porque su deseo está frustrado”.

Pero, ¿De quién procede el alma?

–  De Dios.

Él es el Creador.

–     ¿Pero no nacemos de mujer, por unión con el hombre?

Nuestros dioses también han sido engendrados de la misma manera.

–     Vuestros dioses no son reales:

Son los fantasmas de vuestro pensamiento, que tiene necesidad de creer.

En efecto, esta necesidad es más imperiosa que la de respirar.

Aun quien dice que no cree, CREE, en algo cree; el simple hecho de decir “no creo en Dios” presupone otra fe,

puede ser fe en sí mismo, en su propia, soberbia mente.

Creer, se cree siempre.

Es como el pensamiento.

Si decís “no quiero pensar” o “no creo en Dios”, con el simple hecho de decir estas dos frases,

manifestáis vuestro pensamiento de no querer pensar, o de no querer creer en Aquel que sabéis que existe.

Y acerca del hombre, para ser exactos en la expresión del concepto, debéis decir:

“El hombre es engendrado, como todos los animales, por unión de macho y hembra, de varón y mujer.

Pero el alma o sea, lo que diferencia al animal-hombre del animal-bruto, viene de Dios,

que la crea cada vez que un hombre es concebido en un seno.

Y la inserta en esa carne que si no, sería solamente animal”.

Quintiliano observa con tono irónico; 

–     ¿Y nosotros, que somos paganos, la tenemos? Según lo que dicen tus connacionales no lo parece…

En el momento de la unión del óvulo con el espermatozoide, el Alma y el Espíritu Santo, forman una fusion completa… Y comienza el MILAGRO de la Vida…

–     Todo nacido de mujer la tiene. 

Plautina pregunta: 

–     Pero Tú dices que el pecado la mata.

¿Cómo es que entonces en nosotros, pecadores, está viva?

–     Vosotros no pecáis en la fe, pues creéis que estáis en la Verdad.

Cuando conozcáis la Verdad, si persistís en el error, cometeréis pecado.

De la misma forma, muchas cosas que para los israelitas son pecado, para vosotros no lo son,

porque ninguna ley divina os lo prohíbe.

Existe pecado cuando uno, a sabiendas, se rebela contra el mandato de Dios y dice:

“Sé que lo que hago está mal, pero lo quiero hacer de todas formas”.

Dios es justo. No puede castigar a quien hace el mal creyendo que está haciendo el bien.

El Día del Juicio ante el Tribunal de Cristo, seremos recompensados. O nuestras obras serán quemadas como la paja. Tal vez recibamos alguna recompensa, QUIZÁS NINGUNA.

Castiga a quien habiendo tenido cómo conocer el Bien y el Mal, elige este último y en él persiste.

–     ¿Entonces el alma está en nosotros, viva y presente?

–     Sí.

–     ¿Atribulada?

¿Pero estás seguro de que se acuerda de Dios? No nos acordamos del seno que nos crió, no podríamos describirlo internamente.

El alma, si no he entendido mal, es engendrada espiritualmente por Dios.

¿Podrá acordarse de esto último, si el cuerpo no recuerda su larga permanencia en el seno materno?

–     El alma no es animal, Plautina; el embrión, sí.

El alma es, a semejanza de Dios, eterna y espiritual;

eterna desde el momento en que es creada; sin embargo, Dios es el perfectísimo Eterno y por tanto, no tiene principio en el tiempo, como tampoco tendrá fin.

El alma, lúcida, inteligente, espiritual, obra de Dios, recuerda

Y SUFRE, sufre porque desea a Dios, al verdadero Dios de que procede…

Y tiene hambre de Dios: por eso aguijonea al cuerpo, torpe en lo que se refiere a tratar de acercarse a Dios.

–     Entonces, ¿Tenemos un alma exactamente igual que la de los israelitas que llamáis “justos”?.

–     No, Plautina.

Cambia según a lo que te refieras.

Si te refieres al origen y naturaleza, es exactamente igual que la de nuestros santos.

Si te refieres a la formación, entonces te digo que es distinta.

Si te refieres a la perfección que alcanza antes de la muerte, entonces la diversidad puede ser absoluta.

No obstante, esto no sucede sólo con vosotros, paganos: un hijo de este pueblo puede también ser absolutamente distinto de un santo en la vida futura.

El alma sufre tres fases:

La primera es de creación; la segunda, de nueva creación; la tercera, de perfección.

La primera es común a todos los hombres.

La segunda es propia de los justos que con su voluntad llevan a su alma hacia un renacimiento más lleno, uniendo sus buenas acciones a la bondad de la obra de Dios 

edifican, por tanto, un alma que ya es espiritualmente más perfecta que la primera: son así, eslabón entre la primera y la tercera.

Ésta, la tercera, es propia de los beatos o santos si lo preferís,

los cuales han superado en miles de grados a su alma inicial, adecuada sólo al hombre.

Y han hecho de ella una cosa que puede descansar en Dios.

–     ¿Y cuál es el modo de dar espacio, libertad y elevación al alma

–     Derribando las cosas inútiles que tenéis en vuestro yo:  liberándolo de todas las ideas erradas;.

Construyendo, con los fragmentos resultantes de la demolición, la elevación para el templo soberano.

Se ha de conducir al alma cada vez más arriba subiendo los tres peldaños.

¡Oh, a vosotros, romanos, os gustan los símbolos! Ved los tres peldaños a la luz del símbolo. Os pueden decir sus nombres:

Penitencia, Paciencia, Constancia.

O: Humildad, Pureza, Justicia.

O: Sabiduría, Generosidad, Misericordia.

Virtudes teologales : FE; ESPERANZA y CARIDAD

O en fin, el trinomio espléndido: Fe, Esperanza, Caridad.

Fijaos qué simbolizan los muros que, ornamentados y al mismo tiempo resistentes, rodean el área del templo.

Es necesario saber circundar al alma, reina del cuerpo, templo del Espíritu eterno, con una barrera que la defienda, sin quitarle la luz.

Y no agobiarla con la visión de cosas inmundas.

Sea muralla segura y cincelada con el deseo del amor para, quitando las esquirlas de lo que es inferior, la carne y la sangre,

formar lo superior, el espíritu.

Cincelar con la voluntad: eliminar aristas, desportilladuras, manchas, vetas de debilidad, del mármol de nuestro yo,  para que sea perfecto en torno al alma.

A1 mismo tiempo, hacer de la muralla que habrá de proteger al templo, misericordioso refugio para los desdichados que no conocen lo que es Caridad.

¿Y los pórticos?: la expansión del amor, la piedad, el deseo de que otros vayan a Dios; son semejantes a amorosos brazos que se extienden para amparar la cuna de un huérfano.

En el interior del recinto están, como ofrenda al Creador, los más bellos y olorosos árboles.

Sembrad en el terreno que antes estaba desnudo.

Cultivad luego estos árboles, que son las virtudes de todo tipo, segundo círculo protector, vivo y florido, en torno al sagrario.

Y entre los árboles, entre las virtudes, las fuentes que son también amor, purificación, antes de acercarse al propileo,

junto al cual, antes de subir al altar, se debe cumplir el sacrificio de la carnalidad, vaciarse de toda lujuria.

Luego, continuar más adentro, hasta el altar, para depositar la ofrenda…

Y seguir, atravesando el vestíbulo, hasta la celda de Dios. ¿Qué será esta morada?:

Copiosidad de riquezas espirituales, porque nunca es demasiado como marco para Dios.

¿Habéis comprendido esto? Me habéis pedido que os explique cómo se construye la Fe.

Os he dicho: “Según el método con que se elevan los templos”.

Como podéis observar, es así. ¿Alguna otra cosa más?

–     No, Maestro.

Creo que Flavia ha escrito lo que has dicho

Claudia lo quiere saber. ¿Has escrito?

Mientras pasa las tablas enceradas, la mujer dice: 

–     Fielmente. 

Plautina dice:

–     Las tendremos para poderlo leer otras veces.

–     Es cera.

Se borra. Escribidlo en vuestros corazones y no se borrará.

–     Maestro, están ocupados por una serie de templos inútiles, contra los cuales, sí lanzamos tu Palabra para demolerlos..

Plautina lanza un ptofundo suspiro,

y agrega:

–     Pero es un trabajo largo…

Acuérdate de nosotros en tu Cielo…

–     Marchaos con la seguridad de que lo haré.

La historia del Tribuno Imperial Publio Quintilianos está relatada en el libro Enfrentando a Nerón

Os dejo. Sabed que vuestra visita me ha sido grata. Adiós,

Publio Quintiliano. Acuérdate de Jesús de Nazaret.

Las damas se despiden y son las primeras en marcharse;

luego pensativo, se marcha Quintiliano.

Jesús los mira mientras se van en compañía de Maximino, que los acompaña hasta sus carros.  

Y sonrie con un amor infinito…

Pues está lanzando su mirada a través del tiempo y …

Lázaro pregunta: 

–    ¿Por qué sonríes, Maestro? 

–    Estoy viendo a los futuros vencedores de mi Iglesia Niña…

¡Me siento muy feliz!

Y vuelve a abstraerse en algo que lo hace mover la cabeza…

Lázaro vuelve a preguntar:

–    ¿Qué piensas, Maestro? 

–     Que hay muchos infelices en el mundo.

Lázaro ve alejarse a los romanos y piensa en las palabras de Jesús…

Luego dice:

–     Y yo soy uno de ellos.

–     ¿Por qué, amigo mío?

–     Porque todos vienen a Tí, pero María no.

Será que su miseria es mayor, ¿No?

Jesús lo mira y sonríe.

–     ¡Sonríes otra vez!

¿No te duele que María sea inconvertible y que yo sufra!

Marta no ha dejado de llorar desde la tarde del lunes. ¿Quién era aquella mujer?

¿Sabes que durante todo el día tuvimos la esperanza de que fuera ella?

–     Sonrío porque eres un niño impaciente…

Y porque pienso que malgastáis energías y lágrimas; si hubiera sido ella, habría ido inmediatamente a decíroslo

–     ¿Entonces?…

No era ella!».

–     ¡Lázaro! 

–    Tienes razón.

¡Paciencia!, ¡Más paciencia!… Mira, Maestro, las joyas que me diste para venderlas: aquí está el dinero que me han dado por ellas, para los pobres.

Eran muy bonitas. de mujer–     ¡Eran de “esa” mujer.

–     Lo había imaginado.

¡Ah, si hubieran sido de María…! ¡Pero ella… pero ella!… ¡Mi Señor, pierdo la esperanza!…

Jesús lo abraza y guarda silencio durante unos momentos.

Luego dice:

–     Te ruego que no hables a nadie de esas joyas.

Esa mujer debe desaparecer de admiraciones y apetitos, como una nube trasportada por el viento sin que quede rastro de ella en el cielo.

–     Puedes estar tranquilo, Maestro…

A cambio tráeme a María, a nuestra pobre María…

–     La paz descienda sobre ti, Lázaro.

Haré lo que he prometido.  

151 EL DIOS INMANENTE

151 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

Estamos de nuevo en la cocina de la casa de Pedro.

La cena debe haber sido abundante, como se deduce de los platos  con los restos de pescado y carne, de quesos, de diversos tipos de fruta seca y pasas.

De bollos de miel amontonados sobre una especie de aparador y de las ánforas y copas que están todavía encima de la mesa.

La mujer de Pedro trabajó con mucho esmero y amor para que su marido se sintiera feliz y satisfecho.

Y todo se refleja en el banquete servido al colegio apostólico. 

Ahora, cansada pero contenta, está en su rincon mientras escucha lo que dice su marido y los demás.

Está mirando a su Simón con gran amor y admiración, pues para ella es un gran hombre, al que ahora lo escucha expresarse muy diferente, cuando le oye hablar con palabras nuevas.

Con esa boca que antes no hablaba sino de barcas, redes, pescado y dinero, parpadea incluso como deslumbrada por una luz demasiado intensa. 

Pedro esta noche, sea por la alegría de tener a su mesa a Jesús y haber disfrutado las exquisiteces que su Porfiria les preparó,

está verdaderamente inspirado:

Se revela en él, el futuro Pedro predicando a las muchedumbres en Roma.

No sé qué observación de uno de los compañeros ha originado la respuesta escultórica de Pedro,

que dice:

–     Les sucederá como a los constructores de la torre de Babel.

Su misma soberbia provocará la destrucción de sus teorías y morirán aplastados.

Andrés objeta a su hermano:

–     Pero Dios es Misericordia.

Impedirá que se derrumben para darles tiempo de arrepentirse.

–     ¡Que te crees tú eso!

Coronarán su soberbia con la calumnia y la persecución. Ya lo veo venir. Nos perseguirán, cual testigos odiosos, para disgregarnos.

Y, por su ataque insidioso contra la Verdad, Dios tomará venganza y perecerán. 

Tomás pregunta:

–     ¿Tendremos la fuerza suficiente para resistir?

Pedro señala a Jesús y dice:

–     Por mí mismo no la tendría, pero confío en Él.

Jesús está escuchando y guarda silencio, con la cabeza un poco inclinada como para tener escondida la expresión de su rostro.  

Mateo dice:

–     Yo pienso que Dios no nos someterá a pruebas superiores a nuestras fuerzas.

Santiago de Alfeo concluye:

–     O que, cuando menos, aumentará las fuerzas proporcionalmente a la magnitud de las pruebas.   

Simón Zelote agrega:

–     Ya lo está haciendo.

Yo era rico y poderoso. Si Dios no me hubiera querido conservar para un fin suyo, yo me habría hundido en la desesperación cuando estaba leproso y me perseguían.

Me habría ensañado conmigo mismo… Y sin embargo, en medio del abatimiento completo en que me encontraba, recibí de lo alto una riqueza nueva que nunca antes había poseído,

la riqueza de una persuasión: “Dios existe”. Antes… Dios… Sí… era creyente, era un fiel israelita… pero era una fe de formalismos.

Y me parecía que el premio a esta fe fuera siempre inferior a mis virtudes.

Me permitía polemizar con Dios porque me sentía todavía algo sobre la faz de la tierra. Simón Pedro tiene razón.

Yo también estaba construyendo una torre de Babel con las autoalabanzas y las satisfacciones a mi yo.

Cuando se me vino todo encima y quedé, como un gusano, aplastado por el peso de toda esta inutilidad humana, dejé de polemizar con Dios…

Para pasar a hacerlo conmigo mismo, con mi loco yo-mismo…

Y acabé de demolerlo. Y, a medida que lo hacía, abriendo paso a lo que yo creo que es el Dios inmanente en nuestro ser de terrestres, obtenía una fuerza, una riqueza, nueva:

La certeza de que no estaba solo y de que Dios velaba por el hombre vencido por el hombre y por el mal. 

Judas cuestiona un poco severamente:

–     ¿Para ti qué es Dios?

¿Esto que has dicho: “el Dios inmanente en nuestro ser de terrestres”? ¿Qué quieres decir con eso?

No te comprendo… Y además me parece una herejía.

A Dios lo conocemos a través de la Ley y los Profetas. Y no hay otro Dios.    

Zelote responde:

–     Si aquí estuviera Juan, te lo diría mejor que yo.

De todas formas, te lo diré como sé. Es verdad que a Dios lo conocemos a través de la Ley y los Profetas.

Pero, ¿En qué lo conocemos?, ¿Cómo?…

Tadeo interviene inmediatamente:

–     Poco y mal.

Los Profetas que nos lo describieron… lo conocían.

Pero nosotros tenemos de Él la idea confusa filtrada a través de todo un montón de estorbos acumulados por las sectas… 

Judas objeta indignado:

–     ¿Sectas?

¿Qué palabras son ésas? Nosotros no tenemos sectas. Nosotros somos los hijos de la Ley… Todos.   

Tadeo lo rebate:

–     Los hijos de las leyes.

No de la Ley. Hay una ligera diferencia del singular al plural.

Pero en realidad ello significa que ya no somos hijos de lo que Dios nos ha dado sino de lo que nosotros hemos creado.

Judas de Keriot confirma:

–     Las leyes han nacido de la Ley.  

Tadeo replica:

–     También las enfermedades nacen de nuestro cuerpo.

Y no me vas a decir ahora que son cosas buenas. Y bueno, dejadme saber lo que es el Dios inmanente de Simón Zelote.

Judas no puede replicar a esta observación de Judas de Alfeo…

Simón Zelote dice:

–    Nuestros sentidos necesitan siempre un término para aferrar una idea.

Cada uno de nosotros – me refiero a nosotros creyentes – cree, claro está, por la misma fe, en el Altísimo, Señor y Creador, eterno Dios que está en el Cielo.

Pero todos necesitamos algo más que esta fe desnuda, virgen incorpórea, adecuada y suficiente para los ángeles, que ven y aman a Dios espiritualmente,

compartiendo con Él la naturaleza espiritual y teniendo la capacidad de ver a Dios.

Nosotros necesitamos crearnos una “figura” de Dios, figura que está hecha de las cualidades esenciales que ponemos en Dios para dar un nombre a su perfección absoluta, infinita. CIELO

Cuanto más se concentra el alma más alcanza la exactitud en el conocimiento de Dios. Pues bien, lo que yo digo es esto: el Dios inmanente.

No soy un filósofo. Quizás haya aplicado mal la palabra.

Lo que quiero decir en definitiva, es que para mí el Dios inmanente es el hecho de sentir, de percibir, a Dios en nuestro espíritu.

Y sentirlo y percibirlo no ya como una idea abstracta, sino como real Presencia que da fortaleza y paz nuevas.  

Judas de Keriot, con un tinte de ironía,

cuestiona:

–     De acuerdo.

Pero, en definitiva, ¿Cómo lo sentías? ¿Qué diferencia hay entre sentir por fe y sentir por inmanencia? –

Pedro interviene:

–     Dios es seguridad, muchacho.

Cuando lo sientes como dice Simón, con esa palabra cuyo espíritu comprendo aunque no la entienda como tal palabra.

Y créeme, nuestro mal consiste en entender sólo la letra y no el espíritu de las palabras de Dios.

Quiere decir que logras aferrar no sólo el concepto de la majestad terrible, sino de la paternidad dulcísima de Dios.

Quiere decir que sientes que, aunque todo el mundo te juzgara y condenara injustamente.

Uno sólo, El, el Eterno, que te es padre, no te juzga sino que te absuelve y te consuela.

Quiere decir que sientes que, aunque todo el mundo te odiase, sentirías en ti la Presencia de un Amor más grande que todo el mundo.

Quiere decir que, segregado de los demás, en una cárcel o en un desierto, sentirías siempre que Uno te habla y te dice: “Sé santo para ser como tu Padre”.

Quiere decir que por el amor verdadero a este Padre Dios – que por fin uno llega a sentir tal – se acepta, se obra, se toma o se deja, sin medidas humanas.

Pensando sólo en devolver amor por amor, en copiar lo más posible a Dios en las propias acciones.  

Judas sentencia:

–     ¡Eres soberbio!

¡Copiar a Dios! No te es concedido. 

Pedro replica:

–    No es soberbia.

El amor lleva a la obediencia.

Copiar a Dios me parece también una forma de obediencia porque Dios dice que nos ha hecho a su imagen y semejanza.

–     Nos ha hecho.

Nosotros no debemos ir más arriba.

–     ¡Mira chico, eres un desdichado si piensas así!

Olvidas que caímos y que Dios nos quiere volver a elevar a lo que éramos.

Jesús toma la palabra:

–     Más todavía, Pedro, Judas…

Y vosotros todos, más todavía.

La perfección de Adán era susceptible de aumento mediante el amor que le habría conducido a una imagen progresivamente más exacta de su Creador.

Adán, sin la mancha del pecado, habría sido un tersísimo espejo de Dios.

Por esto digo: “Sed perfectos como perfecto es el Padre que está en los Cielos”. Como el Padre, por tanto, como Dios.

Pedro ha hablado muy bien y Simón también.

Os ruego que recordéis las palabras de ambos y que las apliquéis a vuestras almas. 

Falta poco para que la mujer de Pedro se desmaye de la alegría,  al ver alabar de este modo a su marido.   

Llora en su velo, serena y dichosa.

Pedro se pone tan colorado, que da la impresión de que le esté viniendo un ataque apopléjico.

Permanece mudo durante unos momentos…

Y luego dice:

–     Bueno, pues entonces dame el premio.

La parábola de esta mañana…

También los otros se unen a Pedro diciendo:

–     Sí. Lo has prometido.

Las parábolas sirven para hacer comprender la comparación, pero nosotros comprendemos que su espíritu supera la comparación.

–     ¿Por qué les hablas en parábolas?

–     Porque a ellos no se les concede entender más de lo que explico.

A vosotros se os tiene que dar mucho más, porque vosotros mis apóstoles, debéis conocer el misterio.

Por tanto, se os concede entender los misterios del Reino de los Cielos.

Por esto os digo: “Preguntad, si no comprendéis el espíritu de la parábola”.

Vosotros dais todo, y todo se os debe dar, para que a vuestra vez podáis dar todo.

Vosotros dais todo a Dios: afectos, tiempo, intereses, libertad, vida.

Y Dios os da todo, para compensaros y haceros capaces de dar todo en nombre de Dios a quienes vienen después de vosotros.

De este modo, a quien ha dado le será dado y con abundancia.

Pero, a quien sólo ha dado parcialmente o no ha dado en absoluto, le será incluso quitado lo que tenga.

Les hablo en parábolas para que viendo vean sólo lo que les ilumina su voluntad de seguir a Dios; para que oyendo – con la misma voluntad de adhesión – oigan y comprendan.

¡Vosotros veis! Muchos oyen mi palabra, pocos se adhieren a Dios; es incompleta la buena voluntad de sus espíritus.

En ellos se cumple la profecía de Isaías:

“Oiréis con los oídos pero no comprenderéis, miraréis con los ojos pero no veréis”.

Porque este pueblo tiene un corazón insensible; sus oídos son duros y han cerrado los ojos para no oír y para no ver.

Para no comprender con el corazón y no convertirse para que los cure.

¡Pero, dichosos vosotros por vuestros ojos que ven, por vuestros oídos que oyen, por vuestra buena voluntad!

En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron y oír lo que vosotros oís pero no lo oyeron.  

131 EL DIOS DESCONOCIDO

131 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

Jesús, con la ayuda de un barquero que lo ha recibido en su pequeña barca, llega al espigón del jardín de Cusa.

Lo ve unjardinero y se apresura a abrirle la verja que intercepta a los extraños la entrada a la propiedad por la parte del lago.

Es una verja alta y resistente, oculta por un seto tupidísimo y también alto de laurel y boj por la parte externa, la que da al lago; de rosas de todos los colores por la parte interna, hacia la casa.

Los espléndidos rosales cubren de flores las frondas broncíneas de los laureles y bojes,

se insinúan entre el ramaje, se asoman al otro lado, por el que rebasan del todo la verde barrera, cuelgan sus florecidas ramas.

Solamente en un punto, a la altura del paseo, la verja se muestra desnuda y se abre para dar paso a quien viene del lago o a él va. 

Jesús saluda:

–     Paz a esta casa y a ti, Yoanás.

¿Dónde está la señora?

–     Allí, con sus amigas.

Voy a llamarla. Hace tres días que te están esperando, porque temían llegar con retraso.  

Jesús sonríe.

El sirviente va corriendo a llamar a Juana.

Mientras tanto, Jesús dirige sus pasos lentamente hacia el lugar señalado, admirando el espléndido jardín .

-Se podría decir la espléndida rosaleda, que Cusa ha dispuesto para su mujer.

Rosas de todos los olores, tamaños y formas, en esta ensenada del lago protegida, ríen ya, precoces y magníficas.

Hay también otras flores, pero todavía no se han abierto y su presencia es mínima, comparada con la abundancia de rosales.

Acude Juana.

Ni siquiera se detiene a posar en el suelo un cestillo que tenía lleno de rosas hasta la mitad, ni a dejar las tijeras con las que estaba cortando.

Corre así, ligera y graciosa con su rico vestido de sutil lana de un rosa tenuísimo, cuyos repliegues están sujetos por pequeños discos y fíbulas de filigrana de plata en que brillan pálidos granates.

Sobre sus cabellos negros y ondulados, tiene una diadema en forma de mitra, también de plata y granates, sujeta un velo de lino cendalí ligerísimo, rosa igualmente,

que cae hacia atrás dejando descubiertas las orejas menudas que soportan el peso de unos pendientes similares a la diadema,

y que deja ver también la cara risueña y el esbelto cuello, en cuya base brilla un collar del mismo trabajo que los otros ornatos preciosos.

Deja caer su cesto a los pies de Jesús y se arrodilla a besarle la túnica entre las rosas desparramadas.  

Jesús dice:

–     Paz a ti, Juana. Como ves, he venido. 

Juana responde:

–     Y yo me alegro de ello.

También mis amigas han venido. Pero ahora tengo la impresión de que he actuado mal haciéndolo.

¡Cómo vais a poder entenderos! ¡Son completamente paganas!

Juana esta un poco turbada.

Jesús sonríe.

Le pone una mano sobre la cabeza,

y dice:

–     No temas.

Nos entenderemos muy bien. Has actuado muy bien “haciéndolo”. El encuentro abundará en bienes, como tu jardín en rosas.

Recoge ahora estas pobres flores que has dejado caer y vamos a donde tus amigas.

–     ¡Rosas hay muchas!

Lo hacía por pasar el tiempo y también porque esas amigas son muy… voluptuosas… Les gustan las

flores como si fueran… no sé…

–     ¡A mí también me gustan!

Fíjate, ya hemos encontrado un tema para entenderme con ellas. ¡Venga, recojamos estas espléndidas rosas!

Jesús se agacha para dar ejemplo. 

–     ¡Tú no, Tú no, Señor!

Si es tu deseo… Mira… ya está.

Caminan hasta una pequeña pérgola hecha de un trenzado multicolor de rosas.

A la entrada hay tres romanas, mirando de hito en hito; son Plautina, Valeria y Lidia.

La primera y la última permanecen quietas, pero Valeria se echa a correr y llegando a la altura de Jesús,

se inclina y dice:

–     ¡Salve, Salvador de mi pequeña Fausta! 

Jesús contesta sonriendo:

–     ¡Paz y luz a ti y a tus amigas!

Las amigas se inclinan sin decir nada.

A Plautina la conocemos ya.

Es alta, majestuosa; sus ojos negros son espléndidos, un poco imperiosos; su nariz, bajo una frente lisa y blanquísima, es recta, perfecta; boca bien dibujada, aunque un poco túmida…

El mentón, redondeado y marcado: me recuerda a ciertas bellísimas estatuas de emperatrices romanas.

Gruesos anillos lucen en sus preciosas manos; anchos brazaletes ciñen sus brazos, en las muñecas y por encima de los codos, brazos verdaderamente estatuarios,

que bajo la corta manga drapeada, aparecen blanco-rosados, lisos, perfectos.

Lidia, por el contrario, es rubia, más delgada y joven.

Su belleza no es majestuosa como la de Plautina, pero tiene toda la gracia de una juventud femenil aún un poco inmadura.

Bueno, dado que estamos en tema pagano, podría decir que si Plautina parece la estatua de una emperatriz,

Lidia podría ser una Diana o una ninfa de gentil y púdico aspecto.

Valeria, ahora que ha superado la desesperación de cuando la vimos en Cesárea,

se presenta en su belleza de joven madre, de formas llenas aunque todavía muy juveniles.

De mirada serena, propia de una madre que se siente feliz de poder amantar a su hijo y verlo crecer alimentado con su leche.

De tez rosada y pelo castaño, tiene una sonrisa plácida y muy dulce.

Me da la impresión de que son damas de rango inferior al de Plautina, a la que, incluso con la mirada, veneran como a una reina. 

Jesús dice:

–     ¿Estabais recogiendo flores?

Seguid, seguid. Podemos hablar mientras cogéis estas maravillosas obras del Creador que son las flores,

Mientras las colocáis en estas copas preciosas con la habilidad de que Roma es maestra, para alargarles la vida – ¡Ay, demasiado breve! -…

Si admiramos este capullo, que apenas si abre la sonrisa de sus pétalos amarillo-rosas,

¿Cómo podremos no lamentar el verlo morir?

¡Ah, cuán asombrados se quedarían los hebreos si me oyeran decir esto!…

Y es que también en esta criatura, en la flor, sentimos un algo que tiene vida.

Y nos duele presenciar su fin.

Pero la planta es más sabia que nosotros:

Sabe que en el lugar en que se ha producido cada una de las heridas de un tallo cortado, nacerá un rebrote que dará origen a una nueva rosa.

Así pues, nuestra mente debe aprehender esta enseñanza y hacer del amor un poco sensual hacia la flor, estímulo para un pensamiento más alto. 

Plautina ha escuchado atenta.

Y seducida por el pensamiento elegante del Maestro hebreo,

pregunta:

–     ¿Cuál, Maestro?

–     Éste: que de la misma forma que la planta,

mientras su raíz reciba alimento del suelo,  no muere porque se le mueran algunos tallos,

Así la humanidad tampoco muere porque un ser se cierre al vivir terreno, sino que siempre germinan nuevas flores.

Además, mientras que la flor -y éste es un pensamiento más alto aún, que nos mueve a bendecir al Creador – una vez muerta no revive –

lo cual es motivo de tristeza.

El hombre cuando duerme el último sueño no está muerto,

sino que posee una vida aún más fúlgida, pues recibe, en lo que constituye su parte mejor, de su Creador que lo formó, eterna vida y esplendor.

Por eso, Valeria, aunque tu hija hubiera muerto, no habrías perdido su caricia:

Tu criatura – separada, pero no olvidada de tu amor – siempre habría besado tu alma.

¿Te das cuenta de que es dulce creer en la vida eterna?

¿Dónde está ahora tu hijita?

–     Tapada en aquella cuna.

Nunca me habría separado de ella, porque el amor por mi marido y mi hija eran los dos motivos de mi vida;

pero ahora, que sé lo que es verla morir, no la dejo ni por un instante.

Jesús se dirige hacia un asiento sobre el que ha sido colocada una especie de cunita de madera.

Levanta la rica colcha que por entero la cubre, para mirar a la pequeñuela durmiente,

la cual, dulcemente se despierta al llegarle aire más puro.

Sus ojillos se abren sorprendidos.

Una sonrisa angélica despega su boca, mientras sus manitas, antes cerradas, se abren ávidas de aferrar los ondeantes cabellos de Jesús. 

Un gorjeo de gorrioncillo signa el discurrir de un contenido en su pensamiento; en fin emite como un trino, la grande y universal palabra:

–     ¡Mamá!

Jesús dice:

–     Tómala, tómala.

Apartándose, para permitir que Valeria se incline hacia la cuna. 

Valeria dice:

–     ¡Te va a molestar!…

Voy a llamar a una esclava para que le dé un paseo por el jardín.

–     ¿Molestarme?

¡No! Nunca me molestan los niños. Son siempre mis amigos.

Plautina observa con qué sonrisas, Jesús provoca a la niña para que se ría…

Y pregunta:

–     ¿Tienes hijos, o sobrinos, Maestro?

–     No tengo ni hijos ni sobrinos.

Pero amo a los niños, al igual que aprecio las flores, porque son puros y sin malicia.

Trae, mujer, déjame a tu pequeñuela, que me resulta muy dulce apretar contra mi corazón a un angelito.

Y se sienta con la niñita.

Ella lo observa y despeina la barba de Jesús.  lLuego encuentra más interés en las franjas del manto y en el cordón de la túnica, a los cuales dedica un largo y misterioso discurso. 

Plautina dice:

–     Nuestra buena y sabia amiga,,,

Una de las pocas que no se desdeña de tratar con nosotras y que, al mismo tiempo, no se corrompe con nosotras,

te habrá dicho que nuestro deseo era verte y oírte para juzgarte por lo que eres,

porque Roma no cree en fábulas…

¿Por qué sonríes, Maestro?

–     Después te lo digo.

Prosigue.

–     Porque Roma no cree en fábulas…

Y quiere juzgar con ciencia y con conciencia antes de condenar o exaltar.

Tu pueblo te exalta y te calumnia con igual medida.

Tus obras mueven a exaltarte…

Las palabras de muchos hebreos, a creerte poco menos que un delincuente.

Tus palabras son solemnes y sabias como las de un filósofo. Roma se siente muy atraída por las doctrinas filosóficas.

Aunque reconozco que nuestros actuales filósofos no poseen una doctrina satisfactoria, incluso porque su forma de vivir no está en consonancia con la doctrina.

–     No pueden vivir en consonancia con su doctrina.

–     Porque son paganos,

¿No es cierto?

–     No.

Porque son ateos.

–     ¿Ateos?

¡Pero si tienen sus dioses!..

–     Ya ni siquiera esos, mujer.

Te recuerdo a los antiguos filósofos, a los más grandes. También eran paganos…

Y a pesar de todo, ¡Fíjate qué noble fue su vida!:

A pesar de convivir con el error – porque el hombre gravita hacia el error -,

cuando se encontraron frente a los misterios más grandes, la vida y la muerte,

cuando fueron puestos ante el dilema honestidad o deshonestidad, virtud o vicio, heroísmo o cobardía.

Y vieron que si se volvían al mal sería en perjuicio de su patria y de los ciudadanos;

entonces, con voluntad de gigante, se deshicieron de los tentáculos de los nefastos pulpos…

Y libres y santos, supieron querer el Bien a costa de cualquier cosa, este Bien que no es sino Dios.

–     Se dice que eres Dios.

¿Es verdad?

–     Yo soy el Hijo del verdadero Dios, hecho Carne sin dejar de ser Dios.

–     Pero, ¿Qué es Dios?

A juzgar por ti, el mayor de los maestros.

–     Dios es mucho más que un maestro.

No rebajéis la idea sublime de la Divinidad encerrándola en los límites de la sabiduría.

–     La sabiduría es una divinidad.

Nosotros tenemos a Minerva, que es la diosa del saber.

–     También a Venus, diosa del placer.

¿Cómo podéis pensar que un dios, o sea, un ser superior a los mortales, tenga en grado perfecto todos los aspectos denigrantes de los mortales?

¿Cómo podéis pensar que un ser eterno tenga eternamente esos pequeños, mezquinos, humillantes placeres de quien tiene una hora de tiempo?

¿Y que a ello reduzca la finalidad de su vida?

¿No pensáis en lo sucio que es ese Cielo al que llamáis Olimpo, donde fermentan los más acerbos extractos de la humanidad?

Si miráis a vuestro Cielo, ¿Qué veis?:

Lujuria, delitos, odios, guerras, robos, crápula, celadas, venganzas.

¿Qué hacéis para celebrar las fiestas de vuestros dioses?: Orgías.

¿Qué culto les dais?

¿Dónde está la verdadera castidad de las consagradas a Vesta?

¿En qué código divino se basan vuestros pontífices para juzgar?

¿Qué palabras pueden leer vuestros augures en el vuelo de las aves o en el fragor del trueno?

¿Qué respuestas pueden dar a vuestros arúspices las sangrantes entrañas de los animales sacrificados?

Me acabas de decir hace un momento: “Roma no cree en historietas”.

Y entonces, ¿Por qué creéis que doce pobres hombres, haciendo dar una vuelta en torno a los campos a un cerdo, una oveja y un toro…

e inmolándolos después, pueden atraerse a Ceres. 

Si tenéis infinitas deidades, que se odian entre sí, y además vengativas, según creéis?

No. Dios es muy distinto de eso.  Es eterno, Único y espiritual.

–     Pero Tú dices ser Dios…

Y eres carne.

–     Hay un altar sin dios en la patria de los dioses.

22. Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que vosotros sois, por todos los conceptos, los más respetuosos de la divinidad. 23. Pues al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba grabada esta inscripción: «Al Dios desconocido.» Pues bien, lo que adoráis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar. HECHOS 17

La sabiduría humana lo ha dedicado al Dios Desconocido,

porque los sabios, los verdaderos filósofos, intuyeron que había algo más,

detrás del escenario historiado producido por esos eternos niños que son los hombres cuyos espíritus están fajados por el error.

Ahora bien, si esos sabios – que intuyeron que tras el engañoso escenario había algo más, algo verdaderamente sublime y divino que ha hecho todo cuanto existe;

de quien procede todo lo quede bueno hay en el mundo -,

Si esos sabios quisieron un altar para el Dios Desconocido, sentido por ellos como el verdadero Dios,

¿Cómo es que vosotros llamáis dioses a lo que no es dios, y afirmáis saber lo que en realidad no sabéis?

Sabed pues, lo que es Dios, para poderlo conocer y honrar.

‘Dios es Aquel que con su pensamiento ha hecho de la Nada el Todo.

¿Tiene poder persuasivo para vosotros la fábula de las piedras que se transforman en hombres?, ¿Os satisface?

En verdad, hay hombres más duros y malos que una piedra y piedras más útiles que ciertos hombres.

Valeria, ¿Qué te resulta más dulce, mirando a esta hijita tuya, pensar:

“Es un deseo de Dios hecho vida, creado y formado por Él, dotado por Él de una segunda vida imperecedera – de forma que seguiré teniendo a mi pequeña Fausta.

Y además para toda la eternidad, si creo en el Dios verdadero”,

En vez de decir: “Esta carne de rosa, estos cabellos más sutiles que hilo de araña, estas pupilas serenas proceden de una piedra”.

O pensar:

“Soy semejante en todo a la loba o a la yegua; me uno carnalmente como los animales, animalescamente engendro y crío;

esta hija mía es fruto de mi instinto animalesco y es un animal como yo…

Y mañana, muerta ella y muerta yo, seremos dos cadáveres que habrán de descomponerse y oler,

y que nunca jamás se habrán de volver a ver”?

Dime, tu corazón de madre, ¿Cuál de los dos razonamientos elegiría?

Valeria responde con firmeza:

–     Desde luego, el segundo no, Señor.

Si hubiera sabido que Fausta no podía corromperse para siempre, mi dolor frente a su agonía habría sido menos cruel,

porque habría pensado:

“He perdido una perla, pero sigue existiendo y la encontraré”

–     Tú lo has dicho.

Cuando he llegado aquí, vuestra amiga me ha manifestado su perplejidad ante vuestra gran pasión por las flores.

Y temía que Yo me pudiera incomodar por ello…

Pero la he tranquilizado diciéndole:

¡A mí también me gustan, así que nos entenderemos muy bien”. 

Es más, quisiera elevar vuestra estima de las flores como hago con Valeria respecto a su hija,

a quien – estoy seguro – otorgará aún mayores atenciones ahora que sabe que tiene alma,

que es un soplo de Dios que está dentro de la carne generada por su madre.

Un alma que no muere, y que su madre, si cree en el Dios verdadero, volverá a encontrar en el Cielo.

Pues de la misma forma ahora vosotras observad esta magnífica rosa:

la púrpura que embellece las vestiduras imperiales no es tan espléndida como este pétalo, que deleita no sólo los ojos, por su color,

sino también el tacto, por su suavidad, y el olfato por su perfume.

Observad también esa otra… y ésa… y esa otra…:

la primera es sangre emanada de un corazón; la segunda, nieve reciente; la tercera, pálido oro;

la última parece como si reflejase esta dulce cara infantil que me sonríe apoyada sobre mi pecho.

Se podría decir aún más: la primera se yergue rígida sobre un grueso tallo exento casi de espinas, rojizas sus hojas, como salpicadas de sangre.

La segunda tiene a lo largo del tallo raras espinas en forma de gancho y opacas y pálidas hojas.

La tercera es flexible como un junco, sus hojas son pequeñas y brillantes como si de cera verde se tratase.

La última, con tantas espinas como tiene, parece estar impidiendo cualquier tipo de asalto a su rósea corola:

parece una lima de agudísimas puntas.

Volved vuestro pensamiento hacia esta realidad, pensad: ¿Quién lo ha hecho?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?

¿Qué era este lugar en la noche de los tiempos?

No era nada. Era una agitación informe de elementos.

Dios dijo primero: “Quiero”,

Y los elementos se separaron para reunirse por familias.

Luego tronó otro “Quiero” y se dispusieron con orden: uno en otro, el agua entre las tierras.

Uno sobre otro e1 aire y la luz sobre el planeta ya ordenado.

Otro “Quiero”, y comenzaron a existir las plantas,

Y luego las estrellas, y los animales, luego el hombre.

Dios donó sin tacañería las flores y los astros, cual espléndidos juguetes, para gozo del hombre, su predilecto.

Y por último le otorgó la alegría de procrear, no algo que muriese, sino algo que sobreviviese a la muerte por el don de Dios que es el alma.

Estas rosas son expresión de otros tantos deseos del Padre:

su infinito poder se despliega en infinidad de bellezas.

El flujo de mi palabra encuentra impedimento al chocar contra el compacto bronce de vuestra creencia.

De todas formas, espero que, para ser éste nuestro primer encuentro, ya algo nos hayamos entendido.

Ahora es vuestra alma la que debe trabajar con cuanto os he dicho.

¿Tenéis alguna pregunta que hacer? Si es así, hacedlas…

Estoy aquí para aclarar las cosas.

La ignorancia no es motivo de vergüenza.

Lo es, sí, el persistir en la ignorancia cuando se tiene a alguien dispuesto a aclarar las dudas.

Dicho esto, Jesús, como si fuera el más experto de los papás, sale de la pequeña pérgola sujetando a la niñita, que está dando sus primeros pasitos… 

Y quiere ir hacia un surtidor que ondea bajo el sol.

Las damas permanecen en su sitio hablando entre sí en voz baja.

Juana, en pugna con dos deseos, está en el umbral de la pérgola…

Al final Lidia se decide – y tras ella las otras – y va a donde Jesús.

Que ríe porque la niñita pretende agarrar el espectro solar del agua y lo único que coge es luz.

Y no obstante, insiste.

Insiste con todo un piar de polluelo en sus labios de rosa. 

Plautina pregunta:

–     Maestro…

No he entendido por qué has dicho que nuestros maestros no pueden conducir formas de vida buenas, siendo ateos.

Creen en un Olimpo, pero creen.

Jesús explica:

–     Ese creer suyo no es sino una forma externa.

Mientras han creído verdaderamente, como los verdaderos sabios creyeron en aquel Desconocido de que os he hablado.CIELO

En aquel Dios que satisfacía su alma aunque no tuviera nombre, incluso sin conciencia de la voluntad:

mientras han dirigido su pensamiento a este Ente, muy superior…

Muy superior a los pobres dioses llenos de humanidad, de baja humanidad, que el paganismo se ha procurado.

Mientras han hecho esto, necesariamente han reflejado un poco de Dios:

El alma es espejo que refleja, eco que repite.

–     ¿Qué, Maestro?

–     A Dios.

–     ¡Gran palabra es ésa!

–     Es una gran verdad.

Valeria, seducida por el pensamiento de la inmortalidad,

pregunta:

–     Maestro, explícame dónde está el alma de mi hija.

Besaré ese lugar como a un sagrario; la adoraré, dado que es soplo de Dios.  

Jesús explica:

–     ¡El alma!

Es como esta luz que tu Faustita quiere coger y no puede, porque es incorpórea.

Pero que está ahí, como podemos ver Yo, tú y tus amigas.

De la misma forma, el alma es visible en todo aquello que diferencia al hombre del animal.

Cuando tu hijita te diga sus primeros pensamientos, piensa que esa inteligencia es su alma que se revela.

Cuando te quiera, no ya con su instinto sino con su razón, piensa que ese amor es su alma.

Cuando crezca a tu lado hermosa, no tanto de cuerpo cuanto de virtud, piensa que esa belleza es su alma.

Y no adores al alma, sino a Dios, que es el Creador del alma.

A Dios, que de toda alma buena quiere hacerse un trono.

–     ¿Donde está esta cosa sublime?:

¿En el corazón?, ¿En el cerebro

–     Está en el todo que es el hombre.

Os contiene y está en vosotros contenida.

Cuando os deja, sois cadáveres; cuando cae muerta por un delito del hombre contra sí mismo; (con el pecado mortal)

Sois réprobos, estáis separados para siempre de Dios. 

Plautina interviene:

–     ¿Entonces admites que el filósofo que dijo que éramos inmortales, a pesar de ser pagano, tenía razón? 

–     No es que lo admita.

Voy más allá. Digo que es un artículo de Fe.

La inmortalidad del alma, o sea, la inmortalidad de la parte superior del hombre, es el misterio más cierto y consolador del acto de creer.

Es el que nos asegura de dónde venimos, a dónde vamos, de quién somos.

Y disuelve en nosotros la amargura de cualquier tipo de separación.

Plautina piensa profundamente.

Jesús la observa, pero guarda silencio.

Y al final pregunta:

–     ¿Tú tienes alma?

Jesús responde:

–     Sí, ciertamente.

–     Pero, ¿Eres, o no, Dios?

–     Soy Dios, ya te lo he dicho.

Pero ahora he tomado naturaleza de hombre. 

Y, ¿Sabes por qué?

Porque sólo con este sacrificio mío podía resolver los puntos que para vuestra razón son inalcanzables.

Y tras ser abatido el error, liberando el pensamiento, liberar también al alma de una esclavitud que por ahora no te puedo explicar.

Por ello he introducido la Sabiduría en un cuerpo, la Santidad en un cuerpo:

Yo esparzo por la tierra como una semilla la Sabiduría, como polen al viento.

La Santidad se desparramará por el mundo en la hora de la Gracia, como si fuera quebrada la preciosa ánfora que la contenía.

Y santificará a los hombres.

Entonces el Dios Desconocido será conocido.

–     Pero si ya eres conocido…

El que pone en duda tu poder y sabiduría es malo o falso.

–     Soy conocido, pero es como si fuera sólo un amanecer…  

Con el Bautismo de fuego, del Espíritu Santo

 La meridiana habrá plena cognición de Mí. 

–     ¿Cómo será tu mediodía?

¿Un triunfo? ¿Lo veré yo?

–     Verdaderamente será un triunfo.

Y tú lo presenciarás porque sientes náusea de lo que conoces y apetito de lo que desconoces…

Tu alma tiene hambre.

–     ¡Es verdad!

Es de verdad de lo que tengo hambre.

–     Yo soy la Verdad.

Yo soy el Camino, la verdad y la Vida

–     Date entonces a la hambrienta.

–     Basta con que vengas a mi mesa.

Mi palabra es pan hecho con verdad.

Lidia está muy asustada…

Y pregunta:

–     ¿Qué dirán nuestros dioses si los abandonamos?

¿No se vengarán de nosotros?

–     Mujer: ¿Has visto alguna vez una mañana neblinosa?

Los prados se pierden detrás del vapor que los oculta. Viene el sol y el vapor desaparece. Y los prados resplandecen más hermosos.

Pues vuestro dioses no son sino niebla del pobre pensamiento humano que, ignorando a Dios, pero al mismo tiempo necesitando creer…

El Señor es mi Luz y mi Salvación…

La Fe es el estado permanente y necesario del hombre, se ha creado este Olimpo, verdadera fábula sin fundamento alguno.

Vuestros dioses, de la misma forma, cuando salga el Sol, Dios verdadero; desaparecerán de vuestros corazones sin poder causar mal alguno, porque no tienen existencia.

–     Tendremos que escucharte todavía mucho.

Nos encontramos completamente ante lo desconocido. Todo lo que dices es nuevo.

–    ¿Te causa repulsión?

¿Te es imposible aceptarlo?

Plautina responde con seguridad:

–     No.

Me siento más orgullosa de lo poquísimo que ahora sé, y que César no sabe, que de mi nombre.

–     Pues persevera.

“Os dejo con mi paz».

Juana esta desolada.

–     ¿Pero, cómo?

¿No te quedas más tiempo, Señor? – 

–     No.

Tengo muchas cosas que hacer…

–     ¡Yo que quería manifestarte una cosa que me aflige!…

Jesús, que ya se estaba marchando tras el respetuoso saludo de las romanas,

se vuelve y dice:

–     Ven hasta la barca, así podrás hablarme de lo que te aflige.

Juana lo acompaña,

y dice:

–     Cusa me quiere mandar un tiempo a Jerusalén.

Esto me duele.

Lo hace porque no me quiere seguir viendo relegada, ahora que estoy curada…

–     Tú también te creas nieblas inútiles.

Jesús ya ha puesto un pie en la barca.

–     Si pensaras que así puedes recibirme en tu casa…

O seguirme con mayor facilidad, estarías contenta.

Y dirías: “La Bondad ha pensado en nosotros”.

–     ¡Es verdad, Señor!

No tenía esto en cuenta.

–     ¿Ves?

Obedece como una buena esposa.

La obediencia te aportará el premio de tenerMe para la próxima Pascua y el honor de ayudarme a evangelizar a tus amigas.

¡La paz sea siempre contigo!

La barca se separa del embarcadero y así todo termina.

117 ESTIRPE DE LOS CÉSARES

117 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

Jesús está en el centro de una plaza amplia, bastante bonita, que se prolonga en una calle muy ancha hasta la orilla del mar.

Una galera parece haber dejado hace poco el puerto y sale a mar abierto impulsada por el viento y los remos, mientras que otra está haciendo las maniobras para atracar,

como se deduce del hecho de que están plegando velas y de que los remos se mueven sólo por una banda para hacer virar a la nave en la posición conveniente.

El puerto, desde la plaza no se ve, pero debe estar cerca.

En los lados de la plaza hay series de casas grandes, con las típicas paredes exteriores casi exentas de puertas y no hay ningún establecimiento de comercio.

Pedro desaprueba:

–     ¿A dónde vamos ahora?

Has querido venir aquí en vez de ir al lado oriental; éste es un lugar de paganos, ¿Quién crees que te va a escuchar? 

Jesús indica:

–     Vamos allí, a aquel ángulo que se abre hacia el mar; allí voy a hablar.

–     A las olas.

–     También las olas han sido creadas por Dios.

Y van…

Ahora están justo en ese ángulo.

Ven el puerto, donde está entrando lentamente la galera vista antes.

Ahora la amarran en el lugar destinado a ella.

Algún marinero se da al ocio a lo largo de los espigones; algún vendedor de fruta se arriesga a ir hacia la nave romana a vender su mercancía; nada más.

Jesús, arrimado de espaldas a una pared, da verdaderamente la impresión de que estuviera hablando a las olas.

Los apóstoles, poco satisfechos de la situación, están en torno a Él, parte en pie, parte sentados en piedras colocadas acá o allá, con la intención de que sirvan de banquetas.

Y Jesús predica a las olas…

“Insensato el hombre que viéndose poderoso, sano, feliz, dice: “¿De qué tengo necesidad?, ¿De quién?

De nadie tengo necesidad. Nada me falta, me basto a mí mismo. Las leyes y decretos de Dios y de la moral, para mí, son nulos.

Mi ley consiste en hacer lo que está en mi mano, sin preocuparme de si beneficia o perjudica a los demás”.

Uno de los vendedores se vuelve al oír esa voz sonora y se acerca hacia Jesús,

que continúa diciendo:

–     Así hablan el hombre y la mujer que no tienen ni sabiduría ni fe.

Con ello muestran su mayor o menor poder, mas denuncian su parentesco con el Mal.

Algunos hombres bajan de la galera y de otras barcas,

y se dirigen hacia Jesús.

–     El hombre demuestra, no con las palabras sino con los hechos, que está emparentado con Dios y la virtud,

cuando considera que la vida es más mudable que las olas del mar, ahora calmas, mañana furiosas.

Del mismo modo, el bienestar y poder de hoy pueden ser mañana miseria e impotencia. ¿Qué hará entonces el hombre que no vive unido a Dios?

¿Cuántos de los que ahora están en esa galera un día vivían dichosos y gozaban de poder. Y ahora son esclavos y se los considera reos!

Reos: por tanto, doblemente esclavos de la ley humana, en vano burlada porque existe y castiga a sus transgresores.

Y de Satanás, quien para siempre se apodera de los culpables que no llegan a odiar su culpa.  

Un oficial romano se acerca diciendo:

–     ¡Hola, Maestro!

¿Cómo por aquí? ¿Sabes quién soy?

Jesús le responde:

–     Que Dios sea contigo, Publio Quintiliano.

¿Ves como he venido?

–     Y además al barrio romano.

Ya no tenía esperanzas de volver a verte. Me alegra poder escucharte. 

–     Yo también me alegro.

¿Hay muchos en los remos en esa galera?

–     Muchos.

La mayoría son prisioneros de guerra.  ¿Te interesan?

–     Quisiera acercarme a esa nave.

–     Ven. Abrid paso vosotros… 

Les ordena a los pocos que se habían acercado y que se apartan enseguida farfullando improperios.

–    Déjalos también a ellos.

Estoy acostumbrado a que me apretuje la gente.

–    Hasta aquí puedo, pero más no. Es una galera militar.

–    Me es suficiente. Que Dios te lo pague.

Jesús reanuda su discurso.

El romano, verdaderamente espléndido con su atavío que lleva, parece montar guardia a su lado.

    “Esclavos por un doloroso suceso, esclavos una sola vez, esclavos mientras dura la vida. Cada una de las lágrimas que cae sobre sus cadenas,

cada uno de los golpes descargados sobre sus carnes para huella escrita de un dolor, afloja los grilletes, orna lo que no muere,  abre finalmente para ellos la paz de Dios,

que es amigo de sus pobres hijos infelices, a los que dará copiosa alegría, puesto que aquí el dolor abundó…

En la obra muerta de la galera se ven hombres de la tripulación, que se han asomado y se han puesto a escuchar.

A los galeotes, naturalmente no se les ve, pero oyen por todos los agujeros de las cuadernas, la voz potente de Jesús, que se difunde por el aire calmo de esta hora de baja marea.

Publio Quintiliano se ha marchado requerido por un soldado. 

Jesús continúa:

–     Quiero decirles a estos desdichados amados de Dios, que se resignen en su dolor, que hagan de él llama que abra las cadenas de la galera y de la vida,

consumiendo en el deseo de Dios este pobre día que es la vida, día oscuro, borrascoso, colmado de miedo y de fatigas, para entrar en el día de Dios, luminoso, sereno, ya sin miedos ni decaimientos.

Basta con que sepáis, vosotros, mártires de una penosa suerte, ser buenos en vuestro sufrimiento. 

Basta con que aspiréis a Dios, para que entréis en la gran paz, en la infinita libertad del Paraíso.

En esto, vuelve Publio Quintiliano con otros soldados; tras él unos esclavos traen una litera para la que los soldados consiguen un sitio. 

Jesús hace una pausa y luego continúa:

–     ¿Quién es Dios?

Estoy hablando a gentiles que no saben quién es Dios, a hijos de pueblos sometidos que no saben Quién es Dios.

En vuestros bosques, vosotros galos, iberos, tracios, germanos, celtas, tenéis sólo una apariencia de Dios.

Ayúdame Señor Jesús a encontrarte, para conocerte y amarte como debo hacerlo en la eternidad

El alma ttiende a la adoración, espontáneamente, porque se acuerda del Cielo. Pero no sabéis encontrar al Dios verdadero que ha puesto uun alma en vuestros cuerpos,

un alma igual que la nuestra, israelitas, igual que la de los poderosos romanos que os han subyugado,

un alma que tiene los mismos deberes y derechos respecto al Bien y a la que el Bien, es decir, el Dios verdadero será fiel; sedlo igualmente vosotros respecto al Bien.

El dios, o los dioses, a los que hasta ahora habéis adorado, aprendiendo su nombre o sus nombres en las rodillas maternas;

el dios en que ahora quizás ya no pensáis porque no sentís que os consuele en nada vuestros sufrimientos,

o al que quizás incluso odiáis o maldecís en vuestras jornadas desesperadas, ése, no es el Dios verdadero.

El Dios verdadero es Amor y Piedad. ¿Acaso eran esto vuestros dioses? No. Más bien manifestaban dureza, crueldad, engaño, hipocresía, vicio, latrocinio…

y ahora os han dejado sin ese mínimo consuelo de la esperanza de ser amados y la certeza del descanso tras tanto sufrimiento.

Esto sucede porque vuestros dioses no existen. Sin embargo, Dios, el Dios verdadero que es Amor y Piedad, cuya segura existencia Yo os declaro,

es Aquel que ha hecho los cielos, los mares, montes, bosques, plantas, flores, animales… y al hombre;

es Aquel que inculca al hombre victorioso la piedad y amor que Él mismo es hacia los pobres de la tierra.

Y vosotros los poderosos, los dominadores, pensad que sois todos de una única planta. No os ensañéis con aquellos quienes la desventura ha puesto en vuestras manos;

sed humanos con los que por un delito están amarrados al banco de la galera. El hombre peca muchas veces. No hay ninguno exento de culpas más o menos celadas.

Si pensarais esto, ¡Cuán buenos seríais para con los hermanos que, menos afortunados que vosotros, han recibido castigo por culpas en que también vosotros habéis incurrido y que no os han sido castigadas!

La justicia humana adolece gravemente de exactitud cuando juzga. ¡Ay, si lo mismo fuera la justicia divina!

Hay reos que no parecen tales, hay inocentes a los que se juzga reos; no indaguemos por qué:

¡Sería acusación demasiado grave para el hombre injusto y lleno de odio hacia su semejante! Hay reos que efectivamente lo son,

pero que cometieron el delito movidos por fuerzas imperiosas que, en parte, aligeran la culpa.

Sed humanos, por tanto, vosotros que habéis sido colocados al frente de las galeras. Por encima de la justicia humana hay una Justicia divina que es mucho más alta:

la del Dios verdadero, la del Creador del rey y del esclavo, de la roca y del granito de arena. Él os mira, tanto a los que estáis en los remos como a quienes tenéis el encargo de regirlos

¡Ay de vosotros si arbitrariamente sois crueles!

Yo, Jesucristo, el Mesías del Dios verdadero, os aseguro que Él,

el día de vuestra muerte, os atará al banco de una galera eterna y pondrá en manos de los demonios el látigo ensangrentado

y seréis torturados y azotados como vosotros torturasteis; porque, si bien es ley humana el castigo del reo, es necesario no exceder la medida.

Sabed recordar esto. Quien hoy es poderoso mañana puede ser  un miserable; sólo Dios es eterno.

Quisiera cambiaros el corazón y, sobre todo, romper vuestras cadenas, devolveros la libertad y patria perdidas; pero,

hermanos galeotes que no veis mi rostro, hermanos galeotes cuyo corazón con todas sus heridas conozco, por la libertad y la patria terrenas que no os puedo dar,

¡Oh, pobres esclavos de los poderosos!, Os daré una libertad y una patria más altas. Por vosotros me he hecho prisionero, ausente estoy de mi patria,

Por vosotros me entregaré Yo mismo como rescate; para vosotros, sí, también para vosotros, que no sois oprobio de la Tierra como os llaman,

sino signo de vergüenza para el hombre que olvida la  medida del rigor de la guerra y de la justicia,

haré una nueva ley sobre la Tierra y una dulce morada en el Cielo.

Recordad mi Nombre, hijos de Dios que lloráis: es el nombre del Amigo. Repetidlo en medio de vuestros padecimientos.

Estad seguros de que si me amáis me tendréis, aunque no nos veamos jamás en esta Tierra.

Soy Jesucristo, el Salvador, el Amigo  vuestro.

En nombre del Dios verdadero os consuelo. La paz descienda pronto sobre vosotros.

La gente, en su mayoría romanos, se ha agolpado en torno a Jesús, cuyos conceptos nuevos han producido el asombro de todos. 

El oficial romano exclama:

–     ¡Por Júpiter, me has hecho pensar en cosas en las que nunca había pensado y que siento verdaderas!

Publio Quintiliano mira a Jesús, pensativo y cautivado al mismo tiempo.

Jesús responde: –

Así es, amigo. Si el hombre usara su pensamiento, no llegaría a la comisión del delito.

–     ¡Por Júpiter, por Júpiter, qué palabras!

¡Tengo que recordarlas! ¿Has dicho: “si el hombre usase su pensamiento…”

…    No llegaría a la comisión del delito.

–     ¡Pues claro!, ¡Es verdad!

¡Por Júpiter! ¿Sabes que eres grande?

–     Todo hombre que quisiera podría serlo como Yo, si fuera enteramente uno con Dios.

El romano continúa su serie de “¡por Júpiter!”, a cuál más exclamativo.

Jesús por su parte le dice:

–     ¿Podría dar a esos galeotes algo que los consolara?

Tengo dinero… Fruta, algo que los alivie; para que sepan que los amo.

–     Dámelo. Puedo hacerlo.

Además ahí hay una dama muy poderosa. Voy a preguntárselo.

Publio se acerca a la litera y habla muy cerca de las cortinas en las que ha sido abierto apenas un resquicio.

Vuelve.

–     Tengo plenos poderes para ello.

Me ocuparé yo mismo de la distribución, de forma que los esbirros no se aprovechen abusivamente.

Será la única vez que un soldado imperial ejercite la piedad con los esclavos de guerra.

–     La primera, no la única.

Llegará el día en que no habrá esclavos; pero ya antes mis discípulos habrán descendido a los galeotes y esclavos para llamarlos hermanos.

Otra serie de “¡Por Júpiter!” recorre el ambiente calmo; mientras, Publio espera a tener suficiente fruta y vino para los galeotes.

Luego, antes de subir a la galera,

le dice a Jesús al oído:

–     Ahí dentro está Claudia Prócula.

Quisiera oírte hablar en otra ocasión; ahora quiere preguntarte algo. Ve.

Jesús se acerca a la litera.

–     ¡Hola, Maestro!

La cortina apenas se abre un poco, dejando ver a una hermosa mujer de unos treinta años.

–     Descienda sobre ti el deseo de la sabiduría.

–     Has dicho que el alma tiene recuerdo del Cielo.

¿Es eterna, entonces, esa cosa que decís que poseemos?

–     Es eterna.

Por eso tiene recuerdo de Dios, del Dios que la ha creado.

–     ¿Qué es el alma?

–     El alma constituye la verdadera nobleza del hombre.

Tú eres gloriosa por ser de los Claudios; pues más lo es el hombre, por ser de Dios. Por tus venas corre la sangre de los Claudios; poderosa familia, pero que tuvo origen y tendrá fin.

Dentro del hombre, por razón del alma, fluye la sangre de Dios, porque el alma es la sangre espiritual – siendo Dios Espíritu purísimo – del

Creador del hombre: de Dios eterno, potente, santo. El hombre es, pues, eterno, potente, santo, por el alma que hay en él y que  vive mientras está unida a Dios.

–     Yo soy pagana, por tanto no tengo alma…

–     La tienes, aunque sumida en letargo; despiértala a la Verdad y a la Vida.

–     Adiós, Maestro.

–     Que la Justicia te conquiste. Adiós.

Jesús dice a sus disccípulos:

–     Como habéis podido ver, aquí también he tenido auditorio.

–     Sí, pero, menos los romanos,

¿Quién te habrá entendido? ¡Son bárbaros!

–     ¿Que quién?… Todos.

Llevan consigo la paz. Se acordarán de Mí mucho más que otros de Israel. Vamos a la casa que nos ofrece la comida.

Juan dice:

–     Maestro, la mujer ésa es la misma que me habló aquel día que curaste a aquel enfermo; la he reconocido.

–     Daos cuenta, pues, que también aquí había quien nos esperaba.

Pero… no os veo muy conformes. Mucho habré hecho el día que haya conseguido persuadiros de que he venido no sólo para los hebreos, sino para todos los pueblos.

Y de que os he preparado para todos ellos.

Una cosa os digo: de vuestro Maestro recordad todo; no hay hecho alguno, por insignificante que  fuere, que no esté llamado a ser para vosotros un día, regla en el apostolado.

Ninguno responde.

Jesús sonríe – no sin tristeza – compasivo.

P QUINTO MANDAMIENTO

¡NO MATARAS!

Octubre 19 2020

Habla Dios Padre

Hijitos Míos, os invito a discernir los tiempos actuales, para que no os dejéis engañar, para que veáis que Mis Palabras son Verdaderas

y que hay Amor en Mis Palabras y en Mis intenciones y no confiéis en Aquél que se opuso al Amor,

Satanás, quien se está apoderando fuertemente de éste mundo, de Mi Creación, de vuestras almas.

No permitáis que Satanás enlode vuestra alma y eche a perder vuestra misión aquí en la Tierra, que es inmensamente grande y bella.

Es una misión Divina, es una misión de salvación, es una misión de Amor.

¡Mis pequeños, quiero que REFLEXIONÉIS en algunos aspectos de un Precepto mío, que está siendo mancillado por toda la Humanidad…

¡EL QUINTO MANDAMIENTO:

“NO MATARÁS”! 

¡Caín, fue el primer asesino de la humanidad!

Y de ahí en adelante muchos, muchos hermanos vuestros han caído en lo mismo!

Falta de amor completamente para el hermano, no hay otra palabra, Mis pequeños, y estáis viviendo eso.

Son Leyes del Principio de los Tiempos y las queréis hacer a un lado por ser obsoletas.

¡Qué tontos sois, Mis pequeños!

Cuando os he dado Leyes para que os mantuvieras en el Amor y que todo fuera bello en el Amor.

Si no matáis de obra, matáis de palabra.

“La murmuración en el original significa hablar lepra, las palabras también MATAN.”

Guerras, destrucción, maldad, podredumbre en el corazón del hombre, crítica, envidia, falta de Amor.

No dejáis crecer a vuestros hermanos ni crecéis vosotros y no os queréis dar cuenta de ello; nuevamente, falta de Amor.

Si vivierais en el Amor Verdadero, buscaríais el crecimiento de vuestros hermanos, buscaríais el bien total sobre ellos.

Desearíais que ellos fueran mejores que vosotros, porque Me los ofreceríais como holocausto Divino,

Me los daríais como premio a vuestro esfuerzo y a vuestra humildad.

Pero no, queréis estar siempre sobre vuestros hermanos, no dejáis crecer a aquellos que tienen capacidades superiores a las vuestras.

Y si no podéis destruirlos con la lengua, matándolos con blasfemias, con mentira, los destruís quitándoles la vida.

Vida que solamente puedo tomar Yo, vuestro Dios.

¿Hay Amor en la destrucción?

Por eso estáis encadenados al mundo.

El fango de la maldad, el fango de la muerte espiritual os detiene, detiene vuestro crecimiento espiritual y no os deja crecer.

Y vosotros mismos no dejáis crecer a vuestros hermanos.

No hay humildad en los corazones, os creéis conquistadores y el conquistador destruye a todo aquel que puede estar sobre él mismo.

Y así el mundo se ha vuelto conquistador.

Yo os mando almas, almas que vayan renovando todo, que os vayan dando ésos secretos, ésa Sabiduría Santa para ser mejores.

Mando almas llenas de Amor a la Tierra y vosotros conquistadores, las destruís.

¿Dónde está el Amor?

Para el Quinto Mandamiento: “NO MATARÁS”, el Maligno os ha llevado a destruiros unos a otros de palabra y de obra.

De palabra, como ya antes os he explicado, con la crítica, afectando a la honra de vuestros semejantes.

Y de obra, al matarles cuerpo y alma.

Os habéis vuelto fraticidas, al matar a vuestros hermanos con el mal ejemplo, llevándolos a una vida sin Dios,

a una vida en el pecado, a una vida vacía en los vicios y en las drogas.

Matáis a vuestros hermanos al ser cómplices de aquellos que, convirtiéndose en instrumentos del Mal,

producen muerte moral y espiritual por medio de las revistas ó publicaciones inmorales y pornográficas.

O por medio de programas de televisión o de cine y vosotros permitís que vuestros hijos los vean.

Y por último, quizá sean los que menos hay que están pecando contra éste Mandamiento, sean los asesinos, que por asaltar, matan a sus hermanos.

Por ello os dijo Mi Hijo Jesucristo: “Temed más a aquél que pueda matar vuestra alma”.

Hijitos Míos, os di el Mandamiento de “NO MATARÁS” y os he hablado de que podéis matar el cuerpo y que podéis matar el alma.

En cualquiera de las dos opciones, es un pecado muy grande.

Estáis atentando contra vuestro hermano, estáis destruyendo su cuerpo o su alma o ambos.

No es lícito para vosotros atentar contra vuestro hermano.

Satanás os lleva a ello, y si os dais cuenta, se ha ido incrementando alrededor del Mundo,

porque sabe que esto Me molesta mucho, porque os lleva a ir en contra del Mandamiento  que os dio Mi Hijo, de

“AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO OS AMO”

que os amarais como hermanos, que os ayudarais como hermanos.

El ayudaros como hermanos, es el ayudaros a crecer en cuerpo y alma, como los padres también, lo deben hacer con sus hijos.

Cuando tenéis un hijo, lo ayudáis a crecer en cuerpo y alma.

Le dais vida con el alimento del cuerpo, le dais vida con las Enseñanzas espirituales que vosotros habéis aprendido de Mí,

a lo largo de vuestra existencia y a través de vuestros hermanos sacerdotes, vuestros padres, hermanos.

OS INVITO A REPASAR LOS MANDAMIENTOS QUE OS DI,

QUE LOS MEDITÉIS EN VUESTRO CORAZÓN,

A LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO,

PARA QUE VEÁIS LA REALIDAD

QUE ESTÁIS VIVIENDO A VUESTRO ALREDEDOR

.Hijitos Míos, ¿Qué es hacer Mi Voluntad?

Mis pequeños, vosotros habéis nacido cada uno en una familia,

ciertamente hay algunos que no han tenido ésa bendición, pero aquellos que habéis nacido en una familia,

tenéis las reglas de familia, la educación que vuestros padres os han dado, ellos han puesto sus reglas que todas debieran estar basadas en el Amor.

Pero en sí, la voluntad en una familia, primeramente la ponen los padres y ésta se derrama sobre los hijos.

Vosotros habéis absorbido la voluntad de vuestros padres, sus reglas, su educación, sus enseñanzas, eso va marcando vuestra vida.

Para mantener en paz, en armonía vuestro hogar, vosotros aceptasteis la voluntad de vuestros padres.

Cuando se rompe ésa armonía, ésa paz, es cuando queréis hacer vuestra voluntad e introducís dentro de vuestro hogar,

otras enseñanzas que son adversas a lo que vuestros padres quieren en él.

Vosotros, aunque habéis nacido en un hogar terreno, pertenecéis a Mi Familia, la Familia Celestial.

Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, os he dado también Mis Reglas, para que podáis seguir Mi Voluntad…

Y éstas están basadas en los Diez Mandamientos que le di a vuestro hermano Moisés.

 Luego Mi Hijo os dio las Enseñanzas que SE VIVEN en Mi Hogar.

Vosotros, al seguir éstas Reglas y Enseñanzas en el amor, estáis haciendo Mi Voluntad.

Si las siguierais y estuvierais amando, estaríais haciendo Mi Voluntad, porque Yo que Soy todo Amor,

Yo no os he impuesto algo que vaya en contra del Amor.

MIS REGLAS, MIS DECRETOS, LAS ENSEÑANZAS DE MI HIJO,

TODO ESTÁ ENVUELTO EN AMOR,

VUESTRO HOGAR CELESTIAL SE RIGE EN EL AMOR.

Ciertamente aquí en el Cielo ya no se vivirá según los Diez Mandamientos,

porque todo se rige en el Amor, en el respeto, en la virtud, el Amor lo abarca todo.

Si vosotros empezáis a vivir en el Amor, ya no necesitaréis los Diez Mandamientos, porque ellos os deben llevar hacia el Amor.

Todo lo que Yo os he dado es Amor, Mis pequeños.

Todo lo que os pido es Amor.

Si realmente en vuestro corazón pensarais en el Amor, vivierais en vuestra vida el Amor, transmitierais el Amor,

ya sería un Cielo tanto para vosotros, como para aquellos que os rodearan.

Eso es lo que necesito de cada uno de vosotros, que viváis el Amor para hacer Mi Voluntad.

Todos estáis llamados a ello, no es obligación, es una necesidad imperiosa para que podáis vivir Mi Hogar,

Mis Leyes y Decretos aquí en la Tierra, para que podáis regresar triunfantes y en familia aquí, a vuestra Familia Celestial.

Hijitos Míos, uno de los pecados más comunes en los que caéis fácilmente, es el pecado de la impureza.

Por el Pecado Original, todo quedó afectado y así vuestro cuerpo, al quedar afectado, tiende a la carne, a los pecados de la carne.

Vuestro cuerpo, así, como toda la Creación, quedó descontrolado.

Cuando vuestra alma está en Mí, y lucha por estar en Mí, controla al cuerpo y sus necesidades,

pero cuando vuestra alma no se encuentra en una estado de pureza, de paz, de amor, cuando NO SOY LO PRIMERO en vuestra vida…

PRIMER MANDAMIENTO

Y le dais primacía al cuerpo, éste os va a llevar a pasiones desordenadas.

Vosotros lucharéis toda vuestra existencia, contra las pasiones de vuestro cuerpo-

Y también, vosotros buscaréis que vuestra alma crezca a niveles de pureza y santidad.

La lucha es continua y Satanás lo sabe.

Y si vosotros os dais cuenta cómo os ataca Satanás, a vuestro alrededor, va a tratar de que vosotros caigáis en el pecado de la impureza.

Cuando el individuo cae en el pecado y se deja vencer por él, su vida espiritual también cae.

Son dos fuerzas extraordinarias, las potencias del cuerpo y las potencias del alma.

 Tenéis todas las armas necesarias para que vosotros podáis vencer a ésa decadencia espiritual, en la que estáis la gran mayoría de vosotros

y a donde os quiere llevar vuestro cuerpo, vuestra carne, a la que no le habéis dado una dirección correcta.

Cuando vosotros Me pedís ayuda y ponéis de vuestra parte, a través de la Oración, del Ayuno, de la Penitencia,

que es la forma de vencer la caída de la carne hacia el pecado,

Yo os ayudo, si queréis crecer en espiritualidad; pero si os dejáis vencer por esta caída natural, por el Pecado Original y vuestra carne os vence,

generalmente caeréis  también, fuertemente en lo espiritual y así, vuestro problema, se va acentuando.

Crece el pecado de la carne y por no estar buscando vuestro crecimiento espiritual, vais cayendo más profundo

“YO soy el rey y mi voluntad y mis deseos es lo ÚNICO QUE IMPORTA…”

y termináis a niveles muy bajos de espiritualidad y a pecados muy graves, que os apartan de Mí.

Satanás lo sabe y os va llevando poco a poco, a que perdáis la espiritualidad,

a través de que vosotros busquéis las desviaciones de la carne.

Ciertamente, vuestro cuerpo busca lo que necesita, pero vosotros lo debéis dominar y Yo os ayudo, cuando vosotros Me lo pedís.

Es una lucha continua, Yo estoy con vosotros, no os dejéis vencer por las tentaciones de Satanás

y no les toméis tanta importancia, porque cuanto más os preocupéis por ello, más fácil os vencerá Satanás.

LAS TENTACIONES SIEMPRE LAS TENDRÉIS

 Llegarán a vuestra vida; simplemente rechazadlas, no os preocupéis.

Poned vuestras preocupaciones en Mi Corazón y Yo os ayudaré a vencerlas.

Ya os dije antes, Satanás no es tan fuerte como lo imagináis,

LO PODÉIS VENCER FÁCILMENTE CON MI GRACIA,

NO OS SEPARÉIS NUNCA DE MÍ Y LO VENCERÉIS 

Vinisteis a la Tierra a sembrar el Bien, y no a enlodaros con el Mal, a donde él os quiere llevar.

Vosotros tenéis una misión bellísima, que es la de transmitir Mi Sabiduría, Mi Amor, Mi Paz,

Mis Palabras a vuestros hermanos para su crecimiento espiritual.

Satanás lo sabe y  no quiere que vosotros salvéis almas;

Pero si vosotros os empezáis a preocupar con sus ataques,

os pondréis nerviosos, os vais a desestabilizar y perderéis vosotros.

Manteneos siempre en la Paz que Yo os doy y la Paz viene con la Fe y con la Confianza hacia Mí y os llenaré de Mi Amor.

 Satanás no puede haceros nada si estáis llenos de Mi Amor.

Seguid adelante Mis pequeños, juntos lo vencereMos, dejad que Mi Sabiduría y Mi Amor crezca en vosotros,

Para el Mandamiento de “No matarás”

DEBÉIS CRECER GRANDEMENTE EN EL AMOR,

EN EL RESPETO AL DON DE LA VIDA

En el respeto a la vida hacia vuestros hermanos, a la ayuda que les debéis dar para su crecimiento espiritual y aún físico.

Todos vosotros tenéis una misión en la Tierra y todos vosotros os complementáis los unos a los otros, pero

¿Cuántas veces realmente ayudáis a vuestros hermanos?

 Se os hace más fácil eliminarlos de vuestra vida, ya sea a través de la crítica; ya sea del ataque verbal.

Y algunas veces, hasta asesinando o ignorándolos.

Os he dicho que Satanás es la Maldad Absoluta y si vosotros le hacéis caso,

estaréis en graves problemas en vuestro Juicio Final ante Mí, vuestro Padre, vuestro Dios.

Soy el Único que puede tomar la vida o que os la puede devolver.

Vosotros, no podéis tomar la vida de vuestros hermanos, ella Me pertenece a Mí. 

Yo os creé y Yo os puedo quitar vuestra vida humana y lo recalco así, humana,

PORQUE LA VIDA ESPIRITUAL NO MUERE,

MUERE EL ESTADO DE GRACIA DE VUESTRA ALMA

Pero vuestra alma, nunca muere. Y Satanás es lo que hace, os quita la vida de la Gracia.

Ciertamente, puede hacer que muráis de alguna forma en vuestro cuerpo,

ya sea a través de una enfermedad, ya sea por el ataque de un hermano vuestr o a través de un accidente.

Hay múltiples formas para que os pueda quitar la vida del cuerpo.

Y esto, en las Escrituras lo tenéis escrito: “no temáis tanto a aquél que pueda matar vuestro cuerpo, sino a aquél que mate vuestra alma”

Ya que la muerte del alma, es la pérdida de vuestro estado de Gracia, que

47. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, Marcos 9

AL CAER EN PECADO GRAVE,

VOSOTROS PERDÉIS LA VIDA DE LA GRACIA

Y EL DERECHO A REGRESAR AL REINO DE LOS CIELOS

SI NO OS ARREPENTÍS DE VUESTRO PECADO.

Como os dije observad, deteneos por un momento y ved cómo Satanás os está atacando de múltiples formas,

para que perdáis el estado de Gracia.

Ciertamente, estáis viendo  ataques y muertes por todos lados del Mundo y se van a ir incrementando.

Por eso, os pido que sigáis orando por aquellos que irán muriendo,

para que se puedan arrepentir a tiempo y que la humanidad regrese al estado de Gracia,

 Para que cuando mueran de cualquier forma, esté su alma preparada para regresar a Mí.

Vuestra alma tiene que estar, siempre, en estado de Gracia y no solamente para que podáis trascender al Reino de los Cielos,

sino para que vuestra alma dé mucho fruto.

No es lo mismo un alma enferma, un alma en pecado, un alma llena de maldad, porque le hizo caso a Satanás y de esta forma no da fruto.

A un alma que está en estado de Gracia, que esto quiere decir, que vive en Mi Amor, que dará fruto,

Que Me transmitirá, que ayudará a infinidad de almas en su conversión y en su salvación.

Estas almas, ciertamente, son muy atacadas por Satanás y mientras más os acerquéis a Mí y estéis en estado de Gracia,

Satanás querrá destruiros, querrá matar vuestra alma:

Manteneos en vida espiritual, para que deis mucho fruto.

No temáis a los acontecimientos de la Purificación que puedan matar vuestro cuerpo.

Tarde o temprano os tendréis que despojar de él y vuestra alma volará hacia Mí,

OS DEBE PREOCUPAR MÁS QUE CUANDO LLEGUÉIS A MÍ,

¿EN QUÉ ESTADO ESTARÁ VUESTRA ALMA,

EN VIDA O EN MUERTE?

Vosotros deberéis estar siempre pendientes del estado de vuestra alma, para que la muerte, cuando llegue a vosotros, os dé una bella sorpresa.

 La muerte, es solamente un estado del cuerpo:

en que vuestro cuerpo dejará de vivir, para dejarle una libertad total de vuestra alma.

 Y tomadlo así, Mis pequeños. Vuestro cuerpo, encarcela a vuestra alma, no le permite usar todas las potencias que el alma tiene.

Ya que vuestro cuerpo, ahora afectado por el Pecado Original, impide que vuestra alma utilice todas ésas potencias, con que Yo la he dotado.

Cuando la muerte llega a vosotros, es una alegría si estáis Conmigo.

Y en ése momento, sentiréis la libertad de vuestra alma y veréis las capacidades que tiene.

Y os alegraréis inmensamente de que vuestro cuerpo ya no os aprisiona.

No toméis a la muerte como algo nefasto en vuestra existencia, al contrario,

PEDIDLE A LA MUERTE QUE LLEGUE A VOSOTROS,

PARA QUE PODÁIS GOZAR LAS POTENCIAS DEL ALMA

Ayúdame Señor Jesús a encontrarte, para conocerte y amarte como debo hacerlo en la eternidad

 PERO VUESTRA ALMA

TIENE QUE ESTAR PREPARADA PARA ESTO

Y ella debe estar llena de Vida, en estado de Gracia, llena de Mi Amor…

Y así, podréis gozar inmensamente, el premio que os ganaréis por haberMe servido en la Tierra,

con la misión que Yo le encomiendo a cada uno de vosotros.

Respetad la vida de vuestros hermanos, respetad vuestra propia vida y esperad a que Yo vuestro Dios, que os creé.

Os dé la Gracia de regresar a Mí y os pueda liberar de la cárcel en que ahora estáis en vuestro cuerpo.

Dentro de un tiempo, a aquellas almas del Resto Fiel que queden, les permitiré que su cuerpo ya no sea ésa cárcel que ahora es.

CON SU TRANSFIGURACIÓN,

EL CUERPO TAMBIÉN TENDRÁ POTENCIAS INMENSAS

Que serán un regalo de parte Mía, por haberMe servido y por haber trascendido,

por haber permanecido en Mí, en Fe, en amor y por la transmisión de Mis Enseñanzas.

Los Tiempos que vendrán, serán un regalo inmenso para las almas fieles, para las almas que buscaron su santificación.

Vuestro cuerpo y vuestra alma, tendrán un cambio bellísimo, gozaréis y Me agradeceréis ése cambio,

vendrá vuestra transfiguración y tendréis una nueva vida.

Gozad ya, desde ahora, Mis pequeños, éstas Promesas que os hago y pedídMelas.

Respetad pues, la vida de vuestros hermanos, la vida del cuerpo y la vida del alma,

ayudadles a crecer y pedidMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que os ayude a crecer como lo que sois

y deberéis ser Mis verdaderos hijos en Cristo Jesús, vuestro Hermano, vuestro Dios, vuestro Salvador.

41 EL SOLDADO ALEJANDRO

View of the wall promenade surrounding the Old City , Jerusalem, Israel

86- 41 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Al día siguiente al amanecer; las filas de borriquillos se amontonan en la Puerta semicerrada.

Jesús está con Simón y con Juan. Algunos vendedores lo reconocen y se apiñan a su alrededor.

Un soldado de la guardia también corre hacia Él.

Y cuando se abre la Puerta, lo saluda:

–    Salve, Galileo. Di a estos rebeldillos que estén más tranquilos.

Se quejan de nosotros, pero no hacen otra cosa más que maldecir y desobedecer. Dicen que para ellos, todo es culto. ¿Qué religión tienen si se funda en la desobediencia?

Jesús contesta:

–    Compadécelos, soldado.

Son como quienes tienen a un huésped no grato en su casa y que es más fuerte. Por lo que no pueden vengarse más que con la lengua y el desprecio.

–    Bien. Pero nosotros debemos cumplir nuestro deber y entonces debemos castigarlos. Y de este modo nos hacemos los huéspedes no gratos.

–     Tienes razón. Debes cumplir con tu deber. Pero hazlo siempre como un humano. Piensa: ‘Si estuviese en su lugar, ¿Qué haría?’ Verás que entonces sentirás piedad por los sometidos.

–     Me gusta oírte hablar. No tienes desprecio, ni altanería.

Los otros palestinenses nos escupen por detrás. Nos insultan. Muestran el asco que sienten por nosotros.

A no ser que se trate de desplumarnos muy bien; ya sea por causa de una mujer o por compras. Entonces el oro de Roma no causa ningún asco.

–     El hombre, es hombre; soldado.

–     Sí. Y es más mentiroso que el mono.

No es agradable estar con quién parece una víbora al acecho. También nosotros tenemos casa, madre, esposa e hijos. Y la vida nos importa.

–     Mira. Si alguien se acordase de esto. No habría más odios. Tú lo has dicho: ¿Qué religión tienen?

Te respondo: una religión santa, que tiene como primer mandamiento el amor a Dios y al prójimo. Una religión que enseña obediencia a las leyes; aun cuando sean de países enemigos.

Jesús se vuelve hacia la multitud:

–     Porque oíd:

¡Oh! ¡Hermanos míos en Israel! Nada sucede sin que Dios lo permita. También las dominaciones: desgracia sin igual para un pueblo…

De las cuales casi siempre se puede decir – si el pueblo se examina con rectitud – que el propio pueblo las ha querido, con sus modos de vivir contrarios a Dios.

Acordaos de los Profetas. ¡Cuántas veces hablaron de esto! ¡Cuántas mostraron con los hechos pasados, presentes y futuros, que el dominador es el castigo, la vara del castigo en la espalda del hijo ingrato!

Y ¡cuántas veces enseñaron cómo dejar de padecerlo!: volviendo al Señor. No es ni la rebelión ni la guerra lo que sana heridas y lágrimas y rompe cadenas; es el vivir como justos.

Entonces Dios interviene. Y ¿qué pueden hacer las armas y las formaciones de soldados contra los fulgores de las cohortes angélicas luchando en favor de los buenos?

¿Padecemos opresión?

Merezcamos que esto termine, con una vida propia de hijos de Dios. No remachéis vuestras cadenas con nuevos pecados.

No permitáis que los gentiles os crean sin religión, o más paganos que ellos por vuestro modo de vivir. Sois el pueblo que ha recibido de Dios mismo la Ley. Observadla.

Haced que hasta los dominadores se inclinen ante vuestras cadenas diciendo:

“Son personas sometidas, pero más grandes que nosotros; su grandeza no está en el número, en el dinero, en las armas, en el poder, sino que viene de su procedencia de Dios.

Aquí brilla la divina paternidad de un Dios perfecto, santo, poderoso. Aquí se ve el signo de una verdadera Divinidad. Se trasluce en sus hijos”.

Haced que mediten en esto y accedan a la verdad del Dios verdadero abandonando el error.

Todos, incluso el más pobre, incluso el más ignorante del pueblo de Dios, pueden ser maestros para un gentil, maestros con su manera de vivir.

Y predicar a Dios a los paganos con las acciones de una vida santa.

Idos. La paz sea con vosotros.

Simón observa:

–    Tarda Judas, y también los pastores.

El soldado que lo ha escuchado atentamente,

Le pregunta:

–     ¿Esperas a alguien, galileo?

Jesús contesta:

–     A Algunos amigos.

–     Ven para que te refresques al ‘andrón’. El sol quema desde el amanecer. ¿Vas a la ciudad?

–     No. Regreso a Galilea.

–    ¿A pie?

–    Soy pobre. A pie.

–    ¿Tienes mujer?

–    Tengo una Madre.

–    También yo. Ven. Si no te causamos repugnancia, como a los demás.

–    Tan solo la culpa me la causa.

El soldado lo mira sorprendido y pensativo.

Luego dice:

–    Nosotros nunca tendremos nada contra Ti. Jamás se levantará la espada contra Ti. Tú eres Bueno. Pero los demás…

Jesús entra en el ‘andrón’. Juan va a la ciudad. Simón está sentado sobre una piedra que sirve de banca.

El soldado pregunta:

–    ¿Cómo te llamas?

–     Jesús.

–     ¡Ah! ¿Eres el que hace milagros en los enfermos?

Pensaba que fueses tan solo un mago, como los que tenemos nosotros. Pero un mago bueno. Porque hay ciertos tipos…Los nuestros no saben curar enfermos. ¿Cómo lo haces?

Jesús sonríe y calla.

El soldado continúa:

–   ¿Empleas fórmulas mágicas? ¿Tienes ungüentos de la médula de los muertos; polvo de serpientes; piedras fantásticas de las cuevas de los pitones?

–    Nada de esto. Tengo tan solo mi poder.

–    Entonces eres realmente santo.

Nosotros tenemos arúspices y vestales. Algunos de ellos hacen prodigios y dicen que son los más santos. ¿Qué piensas Tú? ¡Pues vemos que son peores que los demás!

–    Y si es así, ¿Por qué los veneráis?

–    Porque… porque es la religión de Roma.

Si un súbdito no respeta la religión de su estado, ¿Cómo puede respetar al César y a la Patria? ¿Y así, a otras tantas cosas?

Jesús mira atentamente al soldado…

Y le dice:

–    En verdad estás muy adelantado en el camino de la justicia.

Prosigue ¡Oh, soldado! Y llegarás a conocer lo que tu alma añora por tener, sin siquiera saber su nombre.

–    ¿El alma? ¿Qué es eso?

–    Cuando mueras, ¿A dónde irás?

–    Bueno… no sé. Si muero como héroe, iré a la Hoguera de los Héroes. Si llego a ser un pobre viejo, un nada: probablemente me secaré en mi cuartucho o al borde de un camino.

–    Esto por lo que se refiere al cuerpo. Pero, ¿A dónde irá el alma?

–    No sé si todos los hombres la tengan o tan sólo los que Júpiter destina a los Campos Elíseos, después de una vida portentosa, si es que antes no se los lleva al Olimpo, como hizo con Rómulo.

–    Todos los hombres tienen un alma.

Y esto es lo que distingue al hombre del animal. ¿Te gustaría ser semejante a un caballo? O ¿Un pez? ¿Carne que al morir no es más que un montón de podredumbre?

–           ¡Oh, no! ¡Soy un hombre y prefiero serlo!

–    Pues bien. Lo que hace que seas un hombre, es el alma. Sin ella no serías más que un animal que habla.

–   ¿Y dónde está? ¿Cómo es?

–   Existe dentro de ti. Viene de Quien creó el mundo y regresa a Él, después de la muerte del cuerpo.

–   Del Dios de Israel, según vosotros.

–   Del Dios Único, Eterno. Señor Supremo y Creador del Universo.

–   ¿Y también un pobre soldado como yo, tiene un alma que regresa a Dios?

–    También un pobre soldado. Y su alma podrá tener a Dios como Amigo suyo, si es buena siempre. O como a su Juez, si fuese mala.

Juan lo llama:

–    Maestro, ya llegó Judas, con los pastores y unas mujeres.

–    Me voy soldado. Sé bueno.

–   ¿No te volveré a ver? Quisiera saber…

–    Estaré en Galilea hasta Septiembre. Si puedes, ven.

En Cafarnaúm o en Nazareth, cualquiera te puede dar razón de Mí. En Cafarnaúm pregunta por Simón Pedro. En Nazareth, por María de José, es mi Madre.

Ven y te hablaré del Dios Verdadero.

–    Simón Pedro. María de José. Iré si puedo. Si regresas, acuérdate de Alejandro. Soy de la centuria de Jerusalén.

Judas y los pastores llegan al andrón y Jesús se despide:

–    Paz a todos vosotros y también a ti, Alejandro.

Jesús se aleja y Judas le explica:

–    Nos tardamos. Se nos juntaron estas mujeres.

Estaban en Getsemaní y querían verte. Tratamos de dejarlas, pero se nos pegaron más que las moscas. Quieren saber muchas cosas. ¿Curaste a la muchacha que tenía tisis?

–    Sí.

–    ¿Hablaste con el soldado?

–    Sí. Es un corazón honrado y busca la Verdad.

Judas suspira profundo…

Y Jesús le pregunta:

–    ¿Por qué suspiras, Judas?

–    Suspiro porque… Porque querría que los nuestros fuesen los que buscasen la Verdad. 

Por el contrario. O huyen de Ella, la escarnecen o permanecen indiferentes. Estoy muy desilusionado. Tengo deseos de no volver a poner un pie aquí.

Quisiera quedarme sólo para escucharte. Como discípulo no puedo hacer gran cosa.

–   ¿Y crees que Yo sí? No te desanimes, Judas.

Son las luchas del apostolado. Más derrotas que victorias. Acá son derrotas. Pero allá arriba son victorias. El Padre ve tu buena voluntad. Y aunque no lograses nada, lo mismo te bendice.

Judas le toma la mano y se la besa, mientras dice:

–    ¡Oh! ¡Tú eres bueno! ¿Llegaré a ser bueno alguna vez?

–    Sí. Si así lo quieres.

–    Creo haberlo sido en estos días.

He sufrido mucho para serlo. Porque tengo muchos deseos… pero lo fui, pensando sólo en Ti.

–    Entonces persevera. Me haces muy feliz.

Jesús se vuelve hacia los pastores:

–     Y vosotros, ¿Qué noticias me dais?

–     Elías te manda saludos y un poco de comida. Y dice que no lo olvides.

–     ¡Oh, Yo tengo en mi corazón a mis amigos!

Vamos hasta aquel pueblito que se ve inmerso en el verdor. Luego, al atardecer, continuaremos el camino.

Me siento contento de estar con vosotros, de ir a donde mi Madre. Y de haber hablado de la Verdad a un hombre honesto. Sí, me siento feliz.

Si supierais qué significa para mí llevar a cabo mi misión y ver que a ella se acercan los corazones, o sea, al Padre.

¡Ah, entonces sí que me seguiríais cada vez más con el espíritu!…

D102 UN VIAJE ATERRADOR 2

CUMPLIMIENTO

Una doctora ha acumulado 17 años de experiencias personales y muchas otras ligadas a la cercanía de la muerte y analiza la evidencia

Las unidades de paliativos o cuidados intensivos de los hospitales guardan una estrecha relación con la muerte, dando lugar a numerosas experiencias que se escapan a cualquier explicación racional.

Pacientes que intuyen el momento exacto en el que van a morir, otros que parecen decidir por sí mismos el día y la hora, adelantando o retrasando su muerte, sueños premonitorios de familiares o presentimientos de terceras personas que, sin ni siquiera saber que alguien está ingresado o ha sufrido un accidente, están seguros de que ha fallecido.

Sólo los profesionales sanitarios que trabajan de cerca con los pacientes terminales conocen de primera mano el alcance y variedad de estas extrañas experiencias.

La ciencia no ha podido ser capaz de ofrecer algún tipo de respuesta, por lo que se suelen describir como sucesos paranormales o sobrenaturales.

Una etiqueta “demasiado vaga para la magnitud de estas experiencias”, según explica la doctora británica Penny Sartori (www.drpennysartori.com), que lleva cerca de 20 años trabajando en la UCI.

Una carrera lo suficientemente sólida como para haber visto de todo, intuir patrones y elaborar hipótesis sobre estos fenómenos.

Tanto es así, que ha preparado una tesis doctoral sobre estas cuestiones, cuyas principales conclusiones adelantó en el libro “The Wisdom Of Near-Death Experiences” (La sabiduría de las experiencias cercanas a la muerte) (Watkins Publishing), que salió a la venta el 6 de febrero de 2014.

A lo largo de toda su carrera, Sartori se ha entrevistado con pacientes que han vivido experiencias cercanas a la muerte (ECM), así como con familiares que han vivido de cerca experiencias de muerte compartida (EMC).

La cantidad y la repetición de patrones, hacen que la doctora descarte la hipótesis de la casualidad o la imposibilidad de hallar un razonamiento lógico para este extendido fenómeno.
Su tesis principal se centra en que “nuestro cerebro es independiente de la conciencia. Es el medio para canalizarla, por lo que en realidad es físicamente ajena al cuerpo”.

Una idea que explicaría, añade, por qué “el alma y la conciencia pueden experimentarse al margen del cuerpo”, como en las ECM o en la meditación budista.

Los ejemplos de los que Sartori se vale en su libro son muy numerosos, pero todos suelen coincidir en quelos pacientes que viven estas ECM son siempre los que abrazan la muerte de la forma más tranquila y feliz, al igual que los familiares que presienten la muerte de sus seres queridos.

¿Por qué? Según las entrevistas que ha mantenido con estos últimos se debe a que están convencidos de que sólo se trata del fin de la vida terrenal.

Al margen de que se trate de personas creyentes, agnósticas o ateas, todas ellas tienen el sueño o la visión de cómo su familiar se va de este mundo guiado por alguien (cónyuges ya fallecidos, seres anónimos o ángeles) y lo hace con una clara sensación de “paz y amor”. 

Y aunque existan muchas ECM que revelen exactamente lo contrario, son muy pocos los que están dispuestos a compartirlo como el ejemplo que veremos a continuación.

Una enfermera de Michigan relata esta historia que le compartió un paciente al que ella cuidó hasta su muerte y a quien llama Alan.

Él estaba sucumbiendo al cáncer de vejiga que había hecho metástasis “en todas partes“.

En su lecho de muerte Alan de 77 años, un ex ingeniero que era dueño de su propia compañía, relató cómo él había tenido una experiencia cercana a la muerte veintidós años antes, durante una cirugía a corazón abierto.

La enfermera lo grabó en detalle, al punto que está escribiendo un libro, donde reúne las experiencias cercanas a la muerte que le han compartido, mientras cuidó de sus pacientes en la unidad de cuidados intensivos y otros en el asilo donde ahora trabaja. 

La historia de Alan, tuvo este evento crucial que le cambió drásticamente su vida:

A Alan le fue mostrado una parte del Infierno (Cómo lo estudiaremos en otro post) por el Arcángel Miguel, bajo la dirección de Jesús, que lo salvó después de muchísimas oraciones de intercesión por él.

Dios permitió todo lo sucedido para su conversión y para que diese testimonio a muchos más.

Su destino hubiera sido el Infierno si él hubiera muerto en ese momento particular, porque había sido frío, egoísta, un compañero grosero, sin ni siquiera amor hacia su esposa e hijos.

Un hombre que se preocupaba sólo por el dinero y su comodidad personal, que se rió de la idea de Dios cuando un anestesiólogo se ofreció a rezar con él.

Así de alejado estaba de todas las cosas espirituales que enseña la Iglesia.

EL JUICIO

Como Alan dijo:

Yo fui triturado, completamente aplastado por mi propia pecaminosidad. Vi a mi alma como Dios la ve y fue una experiencia horrorosa.

Mi alma estaba cubierta de agujeros y suciedad; una inmundicia que había acumulado y amontonado sobre mí mismo de muy buena gana. Tanto, que me había vuelto irreconocible.

Era como un cadáver en descomposición, cubierto de supuración, rancio, viviendo en suciedad; pero pesándome, gritando mi vergüenza ante mi Dios.

Yo quería correr, huir desesperadamente, pero no había ningún sitio donde ir. Parecía estar pegado al lugar y obligado a ver todo, sin excusa, sin alivio, sin lugar donde esconderme…

Y mi vergüenza creció más y más, al estar frente a Dios, ante tal Pureza incomprensible.

Todo el Conocimiento Total, lo asimilamos en un instante. Nada queda oculto, el Misterio se revela en toda su grandiosa infinitud y aumenta nuestra culpabilidad y nuestra responsabilidad de TODO cuanto hicimos.

Comprendí que nosotros dictamos nuestra propia sentencia.

El Juicio lo iba a dictar yo mismo; pero no se me permitió. Ni siquiera podía mirar a Jesús y me sentí aniquilado.

Lo siguiente que supe, fue que mis guías y yo estábamos de pie, en un valle completamente desolado y rodeado de enormes montañas negras, puntiagudas y estériles.

Su base era profunda, más profundo que el camino en que estábamos parados y que se extendía a profundidades que parecían no tener fin, ni fondo.

Caminamos por este mismo camino ancho y descendimos lentamente. Al principio el camino era suave, pero a medida que avanzamos se convirtió en empinado y resbaladizo.

Temí caer, porque en cada lado de la vía había horribles criaturas, arrastrándose en la oscuridad, gruñendo y maldiciéndome, extendiendo sus manos tratando de agarrar mis talones.

Cuanto más profundo fuimos, más pesado era el aire y más oscuro se puso el ambiente. A lo lejos, oí muy débilmente un terrible alboroto, peleando, discutiendo y gritando.

Yo no quería ir más lejos y pedí a mis ángeles que por favor me sacaran de allí.

Me dijeron:

–      ‘Tienes que ver lo que le espera a los pecadores que rechazan a Dios’.

Continuamos caminando más y más, hacia una inmensa, casi tangible y viva oscuridad.

Al final de nuestro descenso había una estructura enorme y formidable que parecía no terminar nunca, tanto en profundidad y altura.

El miedo que se apoderó de mí fue abrumador y yo quería huir, pero fui detenido firmemente por mis guías angélicos.

Las inmensas puertas estaban cerradas, aseguradas con enormes pernos negros en la parte exterior.

Miguel levantó la mano, los bloqueos se liberaron y las puertas se abrieron.

Inmediatamente un nauseabundo hedor llenó mi nariz, la quemaba y me daba náuseas. Parecía igual que la carne podrida en el calor de un sol de verano o la quema de alquitrán y azufre.

Era aterrador y yo estaba tan asustado que me aferré a mi ángel de la guarda.

Cuando las puertas se abrieron por completo, los sonidos que golpearon mis oídos me hicieron estremecer de pavor.

Fueron gritos guturales en un lenguaje tan absolutamente asqueroso, que nunca volvería a repetirlos a nadie.

La cacofonía de gritos, blasfemias, y llanto continuo saturaban el aire y reverberaban a través de mí, llenándome de un miedo intenso y un terror inenarrable.

Cuando entramos, mi mente se colmó de un conocimiento inmediato de cada una de las almas que vi encarceladas aquí.

Fui testigo en este lugar de un sufrimiento tan indescriptible, que las palabras no pueden reproducir todos los aspectos.

El hedor y el calor son completamente insoportables. A mi derecha vi unas paredes negras dentro de las que estaban tallados pequeños nichos que se extendían hasta alturas colosales en la piedra ennegrecida.

Había un innumerable número, miles y miles de ellos, cada uno era de estructura y tamaño similar. Eran de forma circular y cada uno contenía un alma que estaba encajada en él incapaz de moverse, incapaz de ajustarse a ninguna comodidad.

Sus rostros estaban vueltos hacia fuera, hacia el centro de esta mazmorra y ellos lloraban, gritaban y maldecían continuamente.

Ojos saltones con expresiones de tortura, odio y la desesperación tan insoportable, que me forzó a apartar la mirada.

Mi ángel dijo:

–      ¡Mira!” -y repitió- “¡Mira!”

La desesperación que llenaba a todos y cada uno de ellos era sin tregua.  

El conocimiento de cada acción que los llevó a este pozo de oscuridad, siempre se juzgaba ante sus almas en un flujo continuo de remembranza que sólo ellos podían ver.

Además del dolor y la desesperación, sufrían una soledad abrumadora y penetrante.

Tan intenso era su sufrimiento que ninguna palabra existe que pueda describir semejante horror.

Pude ver la causa de su tortura. Ya que sus vidas, continuamente pasaba ante ellos, se detenía en momentos específicos que mostraban un episodio en particular, un pecado en particular.

O una oportunidad de haber hecho el bien, en el que optaron por no hacer nada.

Ellos gritaban insultos contra Dios, maldiciendo los nombres de los padres, amantes, incluso a sus propios hijos.

Escenas repitiéndose una y otra vez, no sólo de sus propios pecados, sino cómo sus pecados afectaron a otras personas.

El daño que habían causado, cómo sus palabras destruyeron a otras personas.

Si otra alma terminaba en este Abismo debido a sus acciones, también eran responsables de esa alma a tal punto, que se intensificaban sus sufrimientos el doble o el triple.  

Demonios en las formas más espantosas, algunos medio animales, algunos de aspecto humanoide, se ponían junto a los rostros de ciertas almas gritándoles desde su hoyo en la pared.

Estos demonios agarraban los rostros de los torturados y las almas que sufrían y les abrían sus bocas con sus garras tan ampliamente, que les arrancaban la carne a lo largo de los lados de sus mejillas.

Los condenados se ponían blancos, como metal fundido, mientras gritaban con horror. Los demonios los empujaban más profundo en su tortura, mientras lanzaban insultos repugnantes contra ellos.

Pero un nicho estaba vacío y de pie delante de él había un horrible demonio que me señaló, maldiciendo y riéndose.

Y luego señaló con el nicho vacío. Supe de inmediato que ese estaba reservado para mí.

Una y otra vez, cada tortura era superior a la anterior en su brutalidad.

Clamé a mi ángel y traté de huir…

Pero me tranquilicé cuando él me aseguró que la misericordia de Dios no sólo había impedido que estuviera allí, sino también le ordenó protegerme contra cualquier ataque de cualquiera de las criaturas en este lugar.

Mientras permanecíamos en este Abismo, vi una pared desolada llena de celdas. En una celda en particular había un alma horrible, enferma, mirando desorbitadamente y completamente sucia.

Este hombre en particular, en la Tierra había manipulado, maltratado, y obligado a las mujeres a ejercer la prostitución.

Vi que era un cruel tirano, él daba drogas a las mujeres, las golpeaba con frecuencia, hasta que sus cuerpos y sus voluntades estaban completamente rotas.

En la Tierra era conocido por su crueldad y su codicia y estaba poseído de una lujuria insaciable.

Aquí en su prisión, se veía obligado a experimentar una y otra vez lo que él infligió a las mujeres que habían estado bajo su dominio, sólo que magnificado a un grado inimaginable.

Él era mutilado continuamente por las más horribles criaturas que sin piedad desgarraban su piel, le rasgaban parte de la entrepierna hasta la garganta, exponiéndolo al ridículo y a la más increíble humillación.

Una y otra vez, cada tortura era superior a la anterior en su brutalidad y crueldad…

Continuaba gritando sin cesar en busca de ayuda, dejaba escapar gritos guturales suplicando a sus torturadores, que sólo enfurecían acrecentando su odio y su crueldad hacia su víctima.

Al final de cada tortura, su cuerpo se reducía a meros retazos..

Su cuerpo, entonces volvía a la normalidad y sus torturas comenzaban de nuevo.

Explicarlo con palabras es casi imposible. Todas y cada una de estas almas en este lugar sabían exactamente por qué estaban allí. Veían muy claramente las decisiones en su vida que los encarceló.

Véanlo, Dios no nos puso en este Infierno, nosotros nos pusimos allí.

Cada alma en el Juicio ve con perfecta claridad su vida como Dios la ve y entonces se juzgan en su Luz. 

No hay refutación, no hay discusión con Dios, porque sus pecados claman su juicio ante la Pureza Absoluta”.

Nuestras acciones, nuestras palabras poco amables, nuestra crueldad, y en última instancia nuestro total rechazo de la Gracia de Dios, es lo que decide nuestro destino.

Se le da a cada alma, incluso hasta el último momento de nuestra vida, la elección de aceptar a Dios o rechazarlo.

Las almas en el Infierno son las que lo rechazan, rechazan su Amor, rechazan su Gracia y lo más importante, rechazan su Misericordia hasta el final.

Incluso después de que lo han visto, se lanzan en este Abismo; porque es peor quedarse de pie delante de Él, que estar en la Oscuridad.

Es absolutamente insoportable Verlo a Él en toda su grandiosa Majestad y mirar nuestra podredumbre y deslealtad.

A medida que continuamos más abajo hacia el centro del Infierno, el ruido y la confusión total proseguía en su escalada más profunda.

Y las torturas infligidas a las almas se volvieron más y más horripilantes.

¡Si tan solo supieran lo que les espera a los pederastas y a todos a los que el Señor ha dicho: “Más les valiera no haber nacido”!

¡Estarían clamando Misericordia desde este mismo momento!

Rápidamente bajamos hasta llegar a lo que parecía ser la parte inferior de una enorme fosa, que contenía una celda inmensa.

Sus puertas eran tan gruesas como altas y se abrieron a la orden de San Miguel.

Cuando se abrieron las puertas, un humo nauseabundo vomitado desde su centro envolvió todo lo que estaba a nuestro alrededor.

Mi ángel levantó su mano cuando nos acercamos a la celda, que estaba llena de una luz brillante.

En las paredes había lo que parecían ser serpientes y sabandijas de tamaño sobrenatural, y se deslizaban y se escabullían.

En el centro de este calabozo había un gran trono que parecía estar hecho de oro y monedas de plata.

Y aunque estaba sucio y manchado, se amontonaban en pilas que formaban una estructura básica de trono y era enorme.

En su base habían almas de seres humanos, algunos con piel, algunos sólo huesos, todos en diferentes grados de descomposición y cubiertos de gusanos.

Cuando los huesos estaban completamente desnudos y toda la carne había caído o había sido devorada por los gusanos, de inmediato se cubrían de piel y todo empezaba de nuevo: ardor, putrefacción, mordiscos.

Estas almas estaban completamente inmóviles bajo el peso de este enorme trono.

Detrás de mí, sentí una presencia aterradora. Una presencia tan completamente maligna y tan llena de odio que yo quería correr, pero estaba tan aterrorizado, que permanecí congelado en el lugar.

Sentí que se me acercaba, con su aliento caliente que fluía sobre la parte de atrás de mi cuello.

Tan completo era su odio hacia mí, que me pareció que el odio me pesaba y me hundía. Instintivamente supe quién era este y sabía que él estaba permanente en su estado.

No sólo no iba a alterar su destino, él nunca lo desearía, nunca.

Su condena se fijó para siempre y se cementó en oposición completa y total a Dios.

Él odiaba por completo todo lo que Dios Es, y por lo tanto odiaba infinitamente más allá de las palabras, todo lo que Dios ha creado.

En su reino maldito, él vomita todo su odio en todas y cada una de esas almas encarceladas en el Infierno.

Estas almas son bombardeados constantemente por él, y están constantemente recordando que podrían haber tenido el Cielo, pero que optaron por el Infierno.

Ellos recuerdan la Belleza de Dios, y ahora están separadas para siempre de ella.

Podrían haber tenido amor, paz y la completa felicidad. Y en su lugar lo han perdido por toda la Eternidad.

Hay un gran número de Niveles del Infierno y cada alma está condenada de acuerdo con sus crímenes.

Estas torturas continúan sin cesar y se repiten una y otra vez, llevadas a cabo por millones y millones de demonios dispuestos.

Alan hizo una pausa en el relato de su historia.

–    “Lo siento”, dijo a la enfermera, que está escribiendo un libro acerca de tales experiencias.

Se inclinó hacia delante y se ajustó en la cama.

Y Luego continuó:

Nada puede describir la Presencia del Maligno porque él no se parece a nada de este mundo. No puedo expresar lo suficiente su Odio.

Y su Odio, en ese momento fue dirigido completamente hacia mí.

Mi alma se llenó de una desesperación opresiva, abrumadora, cuando le oí burlarse de mí, no en voz alta; pero podía oír resonando sus palabras sucias dentro de mi mente.

Procedió a decirme por qué yo le pertenecía a él y comenzó a especificar todos los pecados que siempre había hecho.

En mi mente yo traté de tranquilizarme con lo que los ángeles me habían dicho antes, cuando otra acusación me fue arrojada, cada vez con mayor rapidez y fuerza.

Su voz astuta y vulgar me acusaba y me llenaba con tal desesperación, que le rogué a mis guías que me llevaran lejos.

Pero esto sólo intensificó su burla hacia mí y continuó su acusación, enumerando cada una de las razones por las que yo le pertenecía; una tras otra, después de otra más.

Entonces Miguel levantó la mano, lo que detuvo el ataque de Satanás sobre mí.

Y con una atronadora, majestuosa voz, Miguel gritó:

–    ¡¡¡Basta!!! ¡Todo ha sido perdonado!

Una luz brillante emanaba de mis guías, que se fue haciendo cada vez más y más brillante. Tanto, que yo veía a Satanás acobardado alejarse de él.

Él empezó a aullar, lanzando blasfemias contra nosotros con un rugido tan atronador, que las paredes de esta mazmorra deberían haber sido destrozadas.

Rápidamente y con fuerza salimos de ese pozo, a través del camino por el que habíamos venido y regresamos hasta llegar a las Puertas de ese horrible Lugar.

Cuando salimos, las puertas se cerraron y los enormes pernos se colocaron con fuerza en su posición anterior, encerrando a sus habitantes para siempre.

Volamos hacia arriba, disparados a una velocidad cada vez mayor y podía oír los gritos blasfemos de Satanás lentamente disminuyendo.

Luego en un instante, estuve fuera de ese horrible Lugar y de nuevo en la luz, lejos del calor y el hedor del Infierno.

Yo estaba tan agradecido de estar fuera de ese pozo negro de suciedad, que lloré.

Aferrado a mi ángel de la guarda, le di las gracias por sacarme de allí.

Llegamos a una parada y Miguel se volvió hacia mí y me dijo:

–      Sólo has visto una pequeña muestra de los horrores del Infierno. ¡No lo olvides!

Cuando mis guías desaparecieron, fuí lanzado de nuevo a través de un túnel muy estrecho. De repente me sentí invadido por un dolor insoportable.

Abrí los ojos y estaba tendido sobre mi espalda con un tubo en mi boca.

Médicos y enfermeras me rodeaban, me decían que iban a quitar mi tubo de respiración.

Sentí que mi cabeza me daba vueltas y mi pecho estaba con un intenso y opresivo dolor mientras intentaba respirar.

Yo estaba confundido y asustado y no podía mover los brazos o las piernas. En esta confusión, pensé que ya no me podía mover, porque tal vez me habían empujado hasta mi agujero en la pared del Infierno.

Me puse frenético y concentré todo mi esfuerzo en tratar de zafarme, de lo que estaba aprisionando mis brazos y piernas.

Entonces oí la voz de mi médico explicando de nuevo que me relajara, que la cirugía había terminado y que me iban a quitar mi tubo de respiración.

Fué cuando me di cuenta de que estaba en la Tierra, en el hospital y nunca estuve tan feliz de estar aquí y no en el Infierno.

A partir de aquel momento nada en mi vida fue lo mismo.

En cuanto tuve oportunidad, les pedí la asistencia de un sacerdote, que viniera tan pronto como fuera posible.

Estaba desesperado y le dije a las enfermeras que tenían que darse prisa y conseguirme un sacerdote.

Ningún sacerdote estaba disponible hasta el día siguiente y esa noche no dormí. 

Yo no me había confesado desde la escuela primaria y no había ido a Misa desde que estaba en la escuela secundaria.

Cuando el sacerdote llegó al día siguiente, le pedí que escuchara mi confesión; pero no sabía por dónde empezar; él con paciencia me ayudó, tomó tres horas, pero confesé todo.

Después de llegar del hospital, en mi casa me recuperé y cuando me fortalecí, me senté con mi mujer y me disculpé con ella por todo.

Luego hablé a cada uno de mis hijos todos mayores, algunos de ellos con sus propios hijos. Y me disculpé con ellos porque yo les había fallado por completo.

Al principio creyeron que me había vuelto loco, pero al final me perdonaron.

Estamos muy cerca ahora y he probado todos los días mostrarles cuánto los amo.

Le tomó a Regina mucho tiempo perdonarme, porque estaba muy molesta con nuestra vida de casados; tanto,  que no confiaba realmente que yo había cambiado.

Eventualmente, ella perdonó y hemos estado cincuenta años juntos. Sí, ella tomó a este viejo pecador y ¡Alabado sea Dios por eso!

Alan levantó la mano izquierda y giró su anillo de bodas con el pulgar, mientras agregó:

–    He pasado cada momento desde entonces, haciendo las paces con ella y con Jesús.

Rezo todo el tiempo, todo el día y voy todos los días a Misa y a Comunión.

Regina y yo estamos ahora mejor que nunca hemos estado y estamos luchando juntos, con este tipo de cáncer.

Ella está teniendo dificultades para aceptar esto, así que ha seguido mucho más que yo, esta enfermedad.

Yo sé hacia donde voy. Yo sé que me estoy muriendo. Añoro el día, lamento que no pueda compartir eso con Regina, pero yo digo que ya no puedo esperar.

¡Anhelo fervientemente el día que pueda reunirme con mi Señor, al que conocí de forma tan desastrosa la primera vez!

Él sonrió por encima a la enfermera.

Es toda una historia ¿No? No puedo decirle cuántas veces me he dicho esto. Y cada vez que lo pienso no puedo dejar de llorar, porque no puedo olvidar que fué increíble, lo que Dios hizo conmigo.

Casi terminé alojado en ese lugar espantoso, y con razón.

Pero Jesús, en un acto de increíble e inmerecida Misericordia cambió todo.

Sé que pase lo que pase, la gente necesita darse cuenta de que nada es imperdonable; porque Jesús es más grande que cualquier pecado.

Pero no puede perdonar si no estamos dispuestos a pedir perdón. 

Alan se acercó y le apretó la mano a su amiga enfermera, mientras enfatizaba:

TODO LO QUE TENEMOS QUE HACER ES AMAR 

SI TE GUSTA, SONRÍE, ES MUY SIMPLE 

DIFÍCIL ALGUNOS DÍAS, PERO SIMPLE

Dijo nuestra enfermera:

–     Alan siguió deteriorándose con el sangrado de la vejiga. Ni una sola vez lo oí quejarse. Una tarde de Abril llegué al trabajo y de inmediato fui a ver cómo estaba.

Estaba empapado en sudor y con un gris pálido enfermizo. Le limpié y le cambié de ropa en su cama y su bata. Cuando terminamos, él me miró y susurró:

–     Esto está a punto de terminar. Siento a Jesús que viene..

Me incliné y lo abracé, con el corazón roto porque mi amigo se estaba muriendo.

Alan me sonrió y dijo:

–     ‘Recuerda, es muy simple’.

Alan murió en paz a las tres de la mañana, rodeado de su esposa e hijos.

N250 ALMA CELESTIAL 2

Febrero 3 de 2019

Habla Dios Padre
Me duele mucho que la gente tenga miedo de venir a Mí, porque es falta de Fe, de Mi sólo puede salir Amor.

Soy fuente de vida, Soy fuente de Amor. A Mí se acercan los sedien­tos de Mí corazón. Las almas han sido creadas en un acto de amor excel­so de Mí Corazón. Todas Mis potencias son vuestras.

Sois Mis hijos, el Padre nunca defrauda a sus hijos, El se da por completo a aquellos a los que ama y que se dan en totalidad a Su Creador.

Yo vuestro Padre Celestial busco almas dadivosas, pocas son las que encuentro. ¿Porqué hijos míos no encuentro respuesta a mis lamentos? ¿Por qué vuestro cora­zón se cierra a la Gracia y al Amor?

De Mí proviene TODO, vosotros sin Mí no sois nada. Soy la Fuente de la Vida.TomadMe, tomad de Mí y repartid a todos vuestros hermanos. La Luz del mundo os llama a una entrega total.

Las Tinieblas cubren todo, la Gracia no se puede ya encontrar en los hombres. Habéis dejado que las Tinieblas omnibulen vuestras mentes. Habéis preferido la facilidad del Mal, al compromiso y felicidad del Bien.

Tengo que actuar pronto, para NO ver a Mis ovejas que se pierdan. Necesito de vuestras oraciones, de oraciones de corazón. De oraciones que salgan de corazones honestos en el amor.

De corazones que se muevan por el amor al ver el dolor de vuestros semejantes. Vivan reunidos a vuestra casa celestial. Yo vuestro Padre os alimentaré del alimento del Cielo, que NO tiene fin y da Vida Eterna.

Hijos Míos, cuanto os amo. No llenen sus vidas de pesadumbre y mie­do. Ya os lo he dicho antes, EN EL AMOR NO HAY TEMOR.

Vivan pues, buscando engrandecerse del Amor de Dios y es el mismo amor el que vencerá.

Así, cuando el Amor Verdadero llene sus corazones, NO habrá cabida para nada más. El Amor y único Amor Verdadero, Soy Yo, vuestro Dios, vuestro Creador, El que NO tiene principio ni fin.

El Único valor que existe. Sin Mí nada vale, porque Soy el AMOR.

¡Oh!, Humanidad entera, ¿Cuándo aprenderéis a verme a Mí, vuestro Dios, an­tes que a todo lo que os rodea?

Yo os he dado TODO, pero os dejáis lle­var por la materialidad porque vuestras almas faltas de Fe, NO saben apreciar la espiritualidad que Yo vuestro Dios, os he donado desde el momento de vuestra concepción.  Vivid la verdadera vida del espíritu, vi­vid la vida de Mi Eterno Hijo Jesús.

Sabiendo vuestra necesidad de uti­lizar vuestros sentidos para creer, por eso os envié a Mi Hijo, para que tuvierais en Él, el ejemplo a seguir y así NO tuvierais pretexto de que vuestro Padre NO se ocupa de vosotros.

¿Y qué hicisteis con Él? Las per­sonas de ése tiempo lo crucificaron,

Y ¿Qué hacen las personas de éste tiempo? Peor todavía,

LO DESPRECIAN, LO BLASFEMAN, LO NIEGAN, LO APARTAN DE SUS VIDAS. Ya se les mostró la Verdad y la rechazan, se quieren mantener en las Tinieblas del pecado. ¿Por qué, Hijos Míos, obráis así? ¿Qué más os puedo dar?

Os he dado TODO en Mi Hijo Jesús. Os daré a Mí Santo Espíritu de Amor, y ¿NI así creeréis?

NO Me ataquéis a Mí, atacad mejor vuestra debilidad, vuestra concupiscencia que os arrastra al Mal y a las Tinieblas.

Miraos, mirad vuestro interior, ¿Estoy Yo acaso como lo primero, como vuestro Rey y Padre en vuestro corazón; como vuestro principio y fin de vuestra existencia?

Si NO es así, Me estáis fallando. Habéis pactado un Pacto de Amor y servicio al principio de vuestra existencia. Os he conce­dido el Don de la vida, para que actuando en caridad hacia vuestro Dios y hacia vuestros hermanos, pudierais servirme en la salvación de las almas.

Y ¿Qué habéis hecho con vuestra promesa?

Habéis preferido el mundo y sus Tinieblas y Me habéis apartado de vuestras vidas. Y ¿Ahora que Soy para vosotros?

Algunos Me consideran un terrible Juez, otros Me consideran un Ser obsoleto cuyas leyes “antiguas” no pueden prevalecer más.

Para otros Soy una molestia en sus vidas, en donde quisieran actuar NO en libertad, sino en libertinaje; sin tener quién les pida cuentas de su actuación.Y para muy pocos Soy quién debo ser: el Amor, el respaldo total de sus vi­das, la Luz en el camino, la verdadera Vida y el Eterno Amor, el Padre que protege y levanta a sus hijos de las caídas por vuestra fragilidad.

Esto es lo que Soy y más, Soy vuestro Creador quién reclama cada alma, puesto que Sois parte de Mí, Y el Dueño reclama lo que le pertenece.

Vosotros Me pertenecéis por entero, pero respetando vuestra voluntad tan voluble, que hace que se Me niegue lo que es Mío.

Hijitos Míos, os pregunto:

¿CUÁL CONSIDERÁIS SEA LA MAYOR DESGRACIA QUE PUEDA TENER EL HOMBRE SOBRE LA TIERRA?

Algunos de vosotros me diríais, la pérdida de la salud. Otros, la pérdida de los bienes. Otros más diríais, la pérdida de los hijos o de algún ser querido; otros más hablarías de desastres naturales, guerras o pestes, etc.Todas éstas son pérdidas que os causan dolor de una forma u otra. Pero la mayor pérdida, el
MAYOR TESORO QUE EL HOMBRE PUEDA PERDER, ES SU ALMA.

A vuestra alma la podéis privar de vida y/o de acción. La priváis de vida cuando vuestra carnalidad la aprisiona a tal grado que hasta la puede matar eternamente.

La priváis de acción cuando vuestra carnalidad, distrayendo al alma en múltiples cosas de la Tierra, aunque no sean pecaminosas, NO le permiten a ésta desarrollarse y dar fruto.

Cuando vuestra carne NO deja actuar al alma se debilita, se vuelve estéril, pierde la razón para la que fue constituida.

Al alma que se le prive de su Alimento, como es Mi Palabra, Mi Sagrada Eucaristía y de la posibilidad de dar fruto, con lo aprendido de Mí a través de vuestros hermanos;Se le puede comparar con el pez que se le quite el agua para vivir o la tierra a la flor para crecer o el aire al ave para volar o al bebé la leche materna para alimentarse.

El alma que NO tiene vida espiritual, que NO se le permite desarrollarse en el ámbito de lo divino, pierde su razón de ser.

El alma que está privada de su acción por causa de la carnalidad del hombre, se vuelve como el bello pajarillo encerrado en una caja obscura, nadie lo puede apreciar.

Por vuestro pecado, por vuestras pasiones, por vuestra carnalidad, desaprovecháis el gran tesoro que os he dado.

Buscáis posesiones y riquezas. Buscáis el tener grandes poderes. Buscáis ser super-hombres, pero todo se queda a nivel humano.Por vuestra falta de sabiduría, porque NO la habéis pedido, NO os dais cuenta de que si os olvidarais más de lo mundano y recorrierais el velo de vuestra alma a lo divino,

OBTENDRÍAIS ESAS CAPACIDADES EN LO ESPIRITUAL.

Eso que buscáis en lo humano son potencias reales en lo divino, pero siempre basadas en la humildad y en el amor.

Os he dicho y sabéis, que vuestro cuerpo es efímero y limitado. Nace, crece, envejece y muere,

El alma NO, ella siempre existe. El alma viene al cuerpo y debe seguir un desarrollo paralelo, pero el cuerpo debe ser utilizado como instrumento de desarrollo para el alma.

CARISMAS DE SAN MARTIN DE PORRES

El cuerpo debe ser doblegado por las virtudes del alma y ésta debe proseguir su crecimiento hasta alcanzar una plenitud, en donde utilizará al cuerpo para dar fruto y así derramen los tesoros del alma sobre sus hermanos, a través de las acciones del cuerpo.

La mayoría de vosotros ni alimentáis, no hacéis crecer al alma además de no permitirle que se manifieste su fruto. Estáis aprisionando, con vuestro cuerpo, a vuestra alma.

El alma debe volar, debe ser libre, debe dar lo que es su esencia, que s Mi Presencia, el Amor, con todos sus frutos.

El alma aprisionada no crece, no cumple sus funciones y al no poderse transmitir a través del cuerpo, la persona, el ser, queda colocado en un nivel inferior porque no produce bien, que es la cualidad del alma.

Vuestra vida y verdadera vida, es la espiritual.NO me véis, pero sabéis que existo. NO me tocáis, pero tocáis todo lo que he creado. NO Me escucháis, pero escucháis todos los sonidos que he puesto en la Naturaleza.

¡SABEIS QUE EXISTO, PERO NO ME BUSCÁIS!

Yo Soy la Vida misma, nada puede ser creado si Yo no lo deseo. Todo lo que tenéis os lo he dado Yo, desde lo más pequeño a lo más grande, desde lo entendible a lo incomprensible, desde lo visible a lo invisible, desde lo cercano lo infinitamente inalcanzable.

TODO PROVIENE DE MÍ y todo lo podéis tener cuando permitís que vuestra alma crezca, cuando ponéis vuestro Cuerpo a las órdenes del alma y cuando os movéis a través de Mi Sabiduría Santa.

¡Tenéis un gran tesoro en vosotros y NO lo aprovecháis!VUESTRA ALMA OS PUEDE LLEVAR A LA ETERNIDAD

AÚN VIVIENDO EN EL TIEMPO.

Esto es, que cuando el alma se une a su Dios verdaderamente, Yo vuestro Dios puedo llevar al alma a conocer el pasado y el futuro,

la saco del tiempo y le doy conocimiento que está fuera de su tiempo.

Yo instruyo a Mis almas dóciles con conocimiento fuera del conocimiento humano.

LAS ALMAS QUE SE DONAN A MÍ,ADQUIEREN PODERES ESPIRITUALES

QUE EL CUERPO NO PUEDE TENER

Y así, por docilidad y amor, las almas que se Me han donado, pueden hacer milagros, pueden levitar, pueden lograr cosas que a ojos humanos son imposibles,

Por eso lo hacen NO por vanagloria, sino para darMe Gloria, a Mí, su Dios y su Señor.

El alma que aprende a vivir de su Dios, se vuelve instrumento fiel y su única razón de vivir es la de transmitir Mi Amor, Mis Enseñanzas,

LA MONJA VIAJERA. Sor María Jesús de Ágreda, la Dama Azul que evangelizó sin salir de su claustro en España a los indios apaches, navajos, comanches, xumanas., en Nuevo México. 

Instruyendo a Mis hijos a que conozcan una nueva vida y su real futuro, la Eternidad en el Reino de los Cielos.

Vosotros, como hijos Míos, como hijos de un Dios verdadero, fuisteis creados para tener  cosas maravillosas,

Fuisteis creados para gozar de la esencia de vuestro Dios y de Sus capacidades, NO para que fuerais dioses, sino para que gozarais de sus regalos infinitos y de sus cuidados.

El Padre comparte con los hijos de Sus riquezas; pero el hijo por su pequeñez, NO puede llegar a tener las capacidades del Padre.

Al hijo se le consiente y se le mima. Se le cuida y el padre se alegra con el amor, el respeto y el cariño con el que el hijo responde.El hijo se siente alagado por tener un padre y hasta presume por tenerlo, por ser “un gran padre”.

El hijo trata de emularlo para llegar a ser un hijo ejemplar de un padre ejemplar.

Yo esto es lo que deseo de vosotros, que seáis verdaderos hijos Míos, que estéis orgullosos de tener un Padre Dios y que tratéis de ser como Yo os enseñé a través de Mi Hijo Jesucristo.

Por supuesto que NO llegaréis a ser dioses nunca, pero sí podréis llegar a poseer Mi Amor si lo buscáis y si lo llegáis a poseer en verdad y de corazón,

Mis Potencias trabajarán a través vuestro.Y en lo futuro os conocerán por las grandes obras que haré porque fuisteis realmente hijos de Dios.

Hijitos Míos, así como buscáis la salud de vuestro cuerpo cuando las infecciones, las afecciones, todos aquellos ataques que vuestro cuerpo obtiene a través de los microorganismos;

TAMBIÉN HAY MICROBIOS QUE AFECTAN VUESTRA ALMA

 Y para ello debéis mantenerla en buen estado de salud. La salud de vuestra alma; el alma se contagia, así tan seguido como se contagia el cuerpo de las infecciones que lo rodean, muchos contagios tiene el alma.

Las enfermedades del alma NO solamente la van a atacar a ella, sino también repercuten en el cuerpo, por eso debéis de tratar de mantener esa salud en vuestra alma.

Y LA SALUD OS LA DA, LA VIDA EN LA GRACIA

¿Cuántas personas no conocéis que estando afectadas de su alma, no están también afectadas de su cuerpo?

Muchos de ellos al tener una buena confesión, al tener un perdón hacia sus hermanos también obtienen la curación del cuerpo.

Por eso es tan importante Mis pequeños, que os mantengáis en esa salud de vuestra alma, esa Vida Íntima con vuestro Dios os dará esa salud.

Como os digo,  al estar en estado de Gracia, al estar en íntima comunicación Conmigo, con vuestro Dios, Quien todo lo puede, Quien todo os da, que todo lo Santifica,  que todo lo hace bueno.Tratad de ayudar a vuestros hermanos que os rodean, que están padeciendo también problemas de cuerpo y alma.

Y así Mis pequeños, conociendo esto y ayudándolos a veces con una plática, con un consejo, con un apoyo, los podréis curar NO solamente del alma, sino también del cuerpo.

Hay tantas almas infectadas en el Mundo por el pecado. El pecado tiene muchas facetas y todas ellas os afectan, en mayor o en menor grado; pero el pecado siempre va a afectar a vuestra alma,

Y por eso debéis tener cuidado, poner todos vuestros sentidos, protegiéndoos de las acechanzas del Mal.

El Demonio es muy astuto y tratará de llevarlos a un aparente bien, porque todos ya están envueltos en ese aparente bien y NO es así Mis pequeños,  Debéis luchar contra corriente, debéis luchar contra lo que ya es normal para la mayoría y que es un pecado, que es una falta grave contra Mí, que es algo grave contra el Amor, contra la Fe, contra las Virtudes.

Manteneos siempre alertas, siempre con esa vida interior, con esa búsqueda de lo Divino, con esa búsqueda de lo Perfecto, en las Enseñanzas de Mi Hijo;

Luchad por manteneos siempre así en Vida, en Vida interior, para que la muerte o las infecciones que éstas causan, NO os acarreé esa separación con El Supremo Bien, que Soy Yo.

Ayudad a vuestros hermanos a recuperar la salud; hay tantos enfermos a vuestro alrededor.
Pedid, pedid la Gracia de poder encontrar la enfermedad en el corazón de los hombres para que podáis ayudarlos.

Hijitos Míos, la principal lucha a la cual estáis, en el mundo y a la cual primero debéis de vencer,ES VUESTRA LUCHA INTERIOR.

Sois vosotros mismos lo que primero tenéis esa gran lucha y esa es normal, es natural Mis pequeños; porque sois alma y sois cuerpo, debéis venceros a vosotros mismos.

Vuestro propio ser, ayudados con Mi Gracia, debe escoger entre lo bueno y lo malo y qué es lo que debe seguir.

Cuando el hombre lucha, va adquiriendo Gracia a Mis Ojos y se va llenando de Virtud para poder luchar y ayudar a otros.

Por eso Mis pequeños, debéis venceros a vosotros mismos de las cosas del Mundo;Debéis quitar de vosotros todo aquello que os separe de Mi Gracias, que os separe de aquello que solamente os hace daño, en donde perdéis el tiempo,

En donde NO vivís sino para vosotros o vivís para el Otro, engañados con un falso bien.

La oración íntima sirve principalmente para ello, para que os deis cuenta perfectamente en dónde está vuestro ser, en dónde está vuestra alma, qué posición está tomando el Mundo.

Cuando os conocéis perfectamente podéis vencer todo aquello que os afecta negativamente, pero para ello debéis actuar con humildad y con honestidad,

CONOCER VUESTRO SER, VUESTRA ALMAY así al conoceros perfectamente, ayudados por Mi Gracias, ya podréis tomar el Camino correcto, y al estar en él, también podréis encausar a vuestros hermanos por el Camino de la Verdad.

Pedid a Mi Madre que os guíe hasta Mi presencia, que os enseñe el camino a vuestro Padre, que os muestre Mi Amor en pleno y que con la ayuda de Mi Santo Espíritu de Amor, os dé todo lo necesario para volveros santos

Y Yo teneros conmigo por los siglos de los siglos.  ­

Yo Vuestro Padre de Amor, Vuestro Jesús, Vuestro Amor, os llama, os bendice, os necesita. Vosotros sin Mí no sois nada, pero vuestra nada Yo la necesito.
Os amo, hijitos Míos, entendedlo, OS AMO.

Yo os Bendigo en Mi Santísima Trinidad, en mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, en el de Mi Santo Espíritu de Amor y en el Nombre de Mi Hija Santísima, la Siempre Virgen María, Madre del Redentor y Madre vuestra por siempre.  

 

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N250 ALMA CELESTIAL 1

Febrero 2 de 2019 

Habla Dios Padre 
Imaginad un campo de cultivo extenso, muy grande, con un potencial de producción increíble.

Lo admiráis, os embelesáis con él, os imagináis los cultivos y las riquezas que obtendréis con él pero si no lo trabajáis, si no lo abonáis, si no lo regáis; todos ésos deseos, solo en sueños se quedarán.

Así es vuestra alma, NO tenéis ni idea de la grandiosidad de vuestra alma, de las potencias que posee, de los frutos que puede dar.

El alma, Mis pequeños, es celestial, está creada a imagen y semejanza Mía y es inmortal, por ella podréis vivir en Mí vuestro Dios, ella puede llegar a estar perfectamente en Mí, como Yo puedo estar perfectamente en ella.

Sin Mi nada es, Conmigo lo es todo, Mis potencias pueden darse en ella y ella puede gozar por ello, lo inimaginable. El alma fue creada para compartir Mi Gloria, Mi Amor y Mi Vida pero el Pecado Original detuvo todo éste proceso.

Mi Hijo bajó a la Tierra a rehabilitar lo caído y a poner a caminar nuevamente la maquinaria que os va llevando a recuperar lo perdido.

Vuestra alma es el campo de cultivo, es extenso, es muy grande, ¡Es inmortal!, por lo tanto, su potencial es inmenso, es increíble.

Las almas son bellísimas, su luz es inmensa y bella, cuando están Conmigo, cuando se encuentran en estado de Gracia, cuando están llenas de Mi Amor y lo transmiten.

El alma fue creada para producir grandes frutos, frutos de vida, que son las virtudes. El alma debe producir, está hecha para ello, NO es concebible pensar en un alma estéril.Yo NO creé al alma para ser solamente admirada y ser solamente servida, porque a diferencia del cuerpo; el alma, mientras más se da  para el bien de las otras almas, más luz produce, más bella se hace.

Al cuerpo lo endiosáis, lo cuidáis de que no sufra, ni se dañe para que no pierda su vitalidad y su hermosura; pero mucho tiempo perdéis en daros cuenta de que el cuerpo se acabará tarde ó temprano.

Mientras que el alma, irá poniéndose más bella y más agradable a Mis Ojos con el tiempo, si Conmigo estáis.

Al alma hay que trabajarla, como el campo de cultivo; hay que remover la tierra, esto es, quitar toda impureza y todo aquello que le impida dar buenos frutos.

Hay que abonar la tierra para que esté llena de nutrientes para que crezcan las plantitas, esto es, hay que darle al alma todo aquello que la haga sensible al amor.

LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Darle buenos sentimientos, buen ejemplo, buenas bases religiosas basadas en las Enseñanzas que os hemos dado.

Darle apoyo a las virtudes y dones que cada alma recibe en lo particular, para llevar a cabo su misión.

Enseñarle a orar, para que pueda tener la confianza y la seguridad de poder comunicarse Conmigo, con su Dios y Creador.

Hay que regar la tierra porque si, aunque tenga todo lo demás NO tiene el agua que le ayudará a darle vida a las plantitas que ahí se siembren, NO servirá para el fin que fue creada.

El alma, por más bella que pueda llegar a ser y con todo el potencial que tenga, si NO está en estado de Gracia, NO puede recibir Nuestra Vida, Nuestras Bendiciones en su máximo grado.NO puede ser canal de vida que utilizaremos para que por su medio otras almas obtengan Nuestras Bendiciones.

El estado de Gracia en el alma le asegurará a ésta, el poder recibir de continuo Nuestra Vida y así ésta brillará cada vez más ante las demás almas, porque así estará cumpliendo la misión por la que fue creada.

Mis pequeños, NO desperdiciéis el potencial que todos vosotros tenéis en vuestro interior, es vuestra alma la que vale y perdurará por siempre, cuidadla, abonadla, regadla para que sea fecunda a otras almas.

Porque mientras Yo os trato de dar la vida, vosotros vivís la muerte. Sí, Mis pequeños, suena raro esto, pero es la verdad,

Yo trato de derramar Mis Bendiciones, os trato de dar una vida más perfecta, una vida dentro de vuestra vida.Una vida que debéis llevar internamente y que se traduzca en actos de bondad y de amor, pero vosotros buscáis nada más la salud y la vida de vuestro cuerpo.

Buscáis la salud para no enfermaros, os llenáis de cosas externas, cuidados para vuestra piel, para vuestra envoltura; pero NO buscáis lo que verdaderamente os da vida, que es la vida que le deis al alma

Perdéis mucho tiempo en dar vida al exterior, pero no le dais vida al interior.

Os he dicho que vosotros dejaréis la envoltura, vuestro cuerpo, vuestro vehículo aquí en la Tierra, tarde ó temprano.

Y por más que hayáis vosotros perdido vuestro tiempo, invertido vuestro dinero en la salud de vuestro vehículo; al momento que Yo os pida cuentas y pida que vuestra alma se presente ante Mí, en ése momento vuestro cuerpo dejará de vivir.,,Y de nada sirvió Mis pequeños, que lo mantuvierais en buen estado, si vuestra alma NO está en buen estado.

Ciertamente debéis buscar la salud, para que vuestra alma pueda estar más tiempo sobre la Tierra en su posición de apóstol.

Sí, ésa es vuestra posición en la Tierra, ser apóstoles, llevar vida a vuestros hermanos, vuestro cuerpo tiene que estar saludable para estar al servicio de vuestra alma.

Y vosotros, una gran mayoría, ponéis todo vuestro entender y todo vuestro poder en mantener solamente salud en vuestro vehículo y NO en vuestra alma.

Por eso, muchos de vosotros tenéis un vehículo bien cuidado con un alma muerta ante vuestros hermanos. Estáis bonitos por fuera, pero internamente estáis sucios y feos.  Atended  más vuestro interior, Mis pequeños, os vuelvo a repetir;  porque vuestra alma es la que se va a presentar ante Mí y ¿En qué condiciones se va a presentar?

¿Estará bonita o estará fea ante Mí? ¿Vendrá llena de regalos espirituales o traerá las manos vacías? ¿Cómo estará vuestra alma para presentarse ante Mí y ante el Cielo entero?

Vosotros en vuestra soberbia, tratáis de estar agradables ante los ojos de los humanos, cuidáis lo humano; pero cuando os presentéis ante el mundo espiritual,

¿Cómo os estará vuestra alma?, ¿Cómo os presentaréis ante las bellezas de las almas?

Meditad esto Mis pequeños, porque NO sabéis ni el día ni la hora en que os presentaréis ante Mí, vuestro Dios, ¿Cómo estará vuestra alma?, meditadlo.Aunque sí, el cuerpo que os he dado es de suma importancia. Gracias a él, vuestra alma –espiritual-, puede moverse de un lugar a otro en éste mundo físico.

Sí Mis pequeños, vuestra alma, que es la que tiene la vida y le da vida al cuerpo, a pesar de tener potencias grandísimas, necesita en éste mundo físico de un cuerpo frágil, enfermizo, miserable, para poder ir de un lado a otro.

Ciertamente Mi Gracia fue perfecta y vuestros Primeros Padres poseían un cuerpo sin ningún tipo de imperfección.

Y sus carnes NO iban a sufrir enfermedad ni deterioro; pero el Pecado Original afectó todo lo creado y todo se corrompió.

Muchos de vosotros cuidáis mucho de vuestro cuerpo y eso es bueno, porque si NO está sano vuestra alma NO puede ir a misionar, llevando la Buena Nueva que os dejó Mi Hijo.  Vuestro cuerpo es simple vehículo del alma y digo simple, porque vuestras potencias espirituales e intelectuales, radican en el alma, NO en el cuerpo.

Ciertamente el hombre necesita de la unión del alma y del cuerpo para desarrollarse como ser humano, NO se le puede dividir.

Pero os vuelvo a repetir, sus potencias más importantes, radican en el alma y ello os lo dejé patente en las Sagradas Escrituras cuando se os dice que vuestra alma está hecha a imagen y semejanza Mía.

Ella es la que entra al cuerpo desde la concepción y ella saldrá del cuerpo y regresará a Mí, al terminar  su misión sobre la Tierra.

Os decía, que muchos de vosotros cuidáis mucho a vuestro cuerpo, al exterior, a vuestro vehículo. Algunos lo hacen en exceso a tal grado de que se os olvida de cuidar lo más valioso que tenéis y que es vuestra alma. Vuestra belleza real, la que se ve desde el Cielo, NO es la belleza del cuerpo, sino la del alma. El cuerpo es finito, el alma es infinita.

Cuando se realiza la concepción, por la fecundación humana, en ése preciso momento entra el alma a ésas primeras celulitas que ya unidas empiezan a formar vuestro ser: cuerpo y alma.

Pero además entra al mismo tiempo Mi Espíritu Santo quien os irá cuidando aconsejando y guiando toda vuestra vida.

Y así en lo futuro, ya crecido el cuerpo y listo para misionar, llevará siempre como huéspedes a Mi Espíritu Santo y a vuestra alma.

Y el cuerpo solo responderá a las órdenes que le dicte vuestra alma, guiadas por Mi Santo Espíritu y el resultado será el fruto que Me presentaréis al final de vuestra existencia.Imaginad que tenéis una casa muy bella, grande, elegante, bien pintada y muy bien arreglada por fuera y toda la gente que pasa la admira y quisiera tenerla en posesión,,,

Pero si vieran por dentro, ésta se encuentra despintada, sucia, mal cuidada y los huéspedes que la habitan se encuentran olvidados y mal alimentados, todo un desastre en el interior.

Este es el caso de una gran mayoría de vosotros, Mis pequeños. Cuidáis muy bien vuestro exterior, lo cuidáis tanto, lo perfumáis con aromas finos y caros, lo vestís con lo mejor; pero a Mi  Santo Espíritu y a vuestra alma, escasamente les hacéis caso.

No alimentáis vuestra alma, la tenéis olvidada, está débil y cae fácilmente en los combates espirituales.

Y Quien podría ayudaros con un buen consejo para vencer las tentaciones o ayudaros con un buen consejo para vencer las tentaciones o para vuestro desarrollo espiritual, tampoco le hacéis caso.Mi Santo Espíritu espera ser escuchado  y espera en vano que le escuchéis en vuestro interior, para que realmente llevéis a cabo una vida digna de hijos Míos en la Tierra.

Cómo presumís vuestro exterior, Mis pequeños, que hasta concursos hacéis para ver quién es más bello o bella,

Desperdiciáis Mi tiempo que os he concedido a cada uno para misionar en la Tierra, para ayudarMe en la conversión y salvación de vuestros hermanos.

Despreciáis a Mi Santo Espíritu que habita en vuestro interior y preferís hacer vuestra voluntad en todos los actos de vuestra vida, en lugar de escucharle a Él y así hacer Mi Voluntad, con lo que aseguraréis que vuestros actos todos serán perfectos y santos.

¿Os dais ahora plena cuenta de la realidad de vuestra existencia sobre la Tierra? Estáis desperdiciando el tiempo cuidando exageradamente lo que se va a destruir con la muerte.Y NO le estáis dando alimento Divino a vuestra alma para que cuando se separe de su vehículo, al llegar a Mí; venga fuerte, saludable y orgullosa por todas las obras buenas que realizó.

Para ayudarMe con la co-redención de todos vosotros al alimentar a vuestros hermanos con el verdadero alimento de Vida, que os dejó Mi Hijo y que os ayudará a vivir eternamente.

Cuidad de vuestro cuerpo, porque es vehículo del alma y, cuidadlo doblemente, porque es Templo de MI Santo Espíritu.

La salud de vuestro cuerpo y su buen cuidado deberá de estar al servicio de vuestra alma y ésta deberá estar dócil y humildemente donada a la Voluntad de Mi Santo Espíritu para que deis ejemplo santo y fruto abundante, entre los hombres.

Cuando el alma, huésped del cuerpo, se deja guiar por Mi Santo Espíritu, también huésped del cuerpo, vuestro cuerpo adquirirá una belleza sobrenatural porque la belleza interior que consiste en el AMAR, SERVIR Y ACTUAR en forma virtuosa,

En el Cielo, los hijos de Dios adquieren la BELLEZA DIVINA de su Padre, que es también un atributo divino.

Se revela hacia el exterior y aunque el cuerpo NO tenga rasgos bellos, Mi Amor puro y santo y Mi Vida en vosotros va a hacer que obtengan tal belleza sobrenatural.

En cambio, cuando cuidáis en exceso vuestro exterior, a pesar de que tengáis rasgos bellos, si vuestro interior es sucio, sin amor verdadero y sin virtudes, vuestro trato va a ser corriente, grosero, vil y sucio.

Y esto producirá una fealdad real que vosotros apreciáis externamente, lo cual provoca que os alejéis de ésa persona.

Cuando estáis Conmigo, fácilmente apreciáis la belleza interior, o sea, de las almas, de lo que realmente vale en vosotros,

Pero cuando no estáis Conmigo, os dejáis atraer sólo por el exterior bello y bien cuidado, pero que os acarreará problemas porque no viven en el verdadero Amor ni en la virtud.De polvo creé vuestro cuerpo y polvo se convertirá al finalizar vuestros días, en el suelo quedará y ahí habrá acabado su función,

en cambio el alma, hecha a Mi Imagen y Semejanza, vivirá eternamente y de acuerdo a vuestros méritos logrados, durante vuestra misión terrestre,

el estado de gozo eterno, variará, pero en mayor o menor grado vuestra alma gozará eternamente, si os dejasteis guiar por la Vida de Mi Santo Espíritu que habita en vosotros.

Os amo y os bendigo, Yo vuestro Padre y vuestro Dios. Os amo y os Bendigo en Mi Santísima Trinidad.

Yo os Bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, en el de Mi Santo Espíritu de Amor y en el Nombre de Mi Hija Santísima, la Siempre Virgen María, Madre del Redentor y Madre vuestra por siempre.

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N170 EL GRAN TESORO

abba- la-santa-faz-rostro-real-de-dios-padre-Hijitos Míos Mis pequeños, en las Escrituras se os enseña que el máximo Conocimiento, que es la Sabiduría, se le da a los pequeños y NO a los sabios y entendidos. Pero, ¿Por qué a los pequeños? Porque ellos aceptan lo que se les da, sin poner interrogantes.

El niño acepta de corazón, porque confía. Porque cuando se le da algo al niño, se siente amado y esa confianza hace que acepte la enseñanza y lo hace de corazón.

Cuando se da algo obligado o se utiliza el dolor o el castigo para la enseñanza, el niño lo rechaza y trata de olvidarlo. Porque ese conocimiento cuando lo vuelve a retomar, lo recordará con dolor y por el castigo que recibió, cuando le fue enseñado eso.

El niño que es amado y él se siente amado, va a recibir con agrado lo que se le enseñe y se va a quedar muy grabado en el corazón. Cuando vosotros enseñáis con alegría, con amor, con el ejemplo; ese niño crecerá alegre, contento, seguro, porque todo vino en el amor. Todo ese conocimiento se le dio en el amor y así vivirá siempre, en el amor.

Mi Hijo os Enseñó todo en el Amor. Entonces, ¿Por qué Le rechazáis?

Cuando vosotros leéis sobre Su Vida diaria, Su Vida en el Mundo, debierais gozar cada palabra, cada frase; porque todo os lo dio en Amor, para que vosotros aprendierais también, a amar perfectamente.

Para que vosotros gozarais el momento en que Él gozaba también, al Enseñar a los hombres de ese tiempo y de todos los tiempos, porque lo que enseñaba, iba envuelto de Amor.

Las Palabras en las Sagradas Escrituras, os deben llevar a una gran alegría, a llenaros de amor y a vivir plenamente agradecidos de todo lo que se os da.

Entended que sois muy pequeñitos. Y a pesar de que sois insignificantes NO solamente vosotros en lo individual, sino vuestro Mundo, en comparación al Universo entero, seguís siendo nada. Y aun así, Mi Hijo bajó a estar entre vosotros.

Yo vuestro Padre, en el Antiguo Testamento enviaba profetas, para también dejaros Sabiduría, para que la siguieran en aquél tiempo y también, en este tiempo.

Amaos los unos a los otros, es una Orden Divina, es un pedimento Divino, es una obligación entre todos vosotros. Si queréis paz a vuestro alrededor, paz en vuestros hogares, paz en la sociedad, paz en los gobiernos, paz en vosotros mismos.

 Si queréis vivir esa Paz, dejad que Mi Santo Espíritu entre en vosotros y os repito, pedidLe que saque de vosotros, todo aquello que os está quitando la Paz. De vosotros depende el cambio. Si os he pedido que seáis perfectos, como Yo Soy Perfecto, entonces deberéis dejar que Mi Santo Espíritu os transforme.

Vuestra transformación tiene que venir a través de Mi Santo Espíritu, NO la podréis lograr por vosotros mismos.

Hijitos Míos, vosotros os quejáis de los acontecimientos en vuestra vida y de los que suceden a vuestro alrededor. Ciertamente, fuisteis creados para vivir en Mi Amor, pero vosotros mismos os apartáis de Mí. El alma puede vivir llena de Mi Amor, aun a pesar de que todo lo que esté a su alrededor sea adverso a él. 

Y esto, ¿Cómo se logra, Mis pequeños? os preguntaréis: estando en Mí, dejando que Yo, vuestro Dios, haga Mi Voluntad en vosotros. ¿Acaso no os sentíais vosotros protegidos y hasta contentos, cuando vuestros padres os ayudaban a hacer cosas difíciles para vosotros,cuando erais pequeños, ya fueran de la escuela, ya fueran pequeños trabajos dentro del hogar o algo que vosotros necesitabais?

Cuando ellos salían a ayudaros, vosotros, os sentíais consentidos, protegidos, amados y por ello, vivíais en el amor.

Vais creciendo y vais escogiendo otros caminos, muy diferentes a aquellos que os van a llevar a Mi Amor, que es el Verdadero Amor. Y empezáis a hacer cosas que NO son buenas, que son desagradables a Mis Ojos.

Y en ese momento, vosotros os sentís abandonados, os sentís señalados en cierta forma, sentís Mi Repudio en vuestro interior, hacia el pecado cometido. Y eso lo permito, para que os deis cuenta que Yo estoy con vosotros y Conozco hasta lo más íntimo que hagáis, porque Vivo en vosotros, Soy vuestra vida interior.

Vosotros podéis escoger el vivir en la alegría como os dije, a pesar de las adversidades a vuestro alrededor, si hacéis el bien. Y aún a pesar de que sucedan cosas adversas, si Me las ofrecéis, estaréis haciendo el bien y estaréis contentos también.

Todo depende de vuestra actitud de vida. Si vuestra actitud es positiva y va de acuerdo a las Enseñanzas que os dejé, vosotros mismos estaréis haciendo vuestro propio ambiente de paz, de amor, de armonía.

Pero si lo que estáis haciendo, NO os va a traer paz primeramente a vosotros mismos, entonces NO viviréis felices, porque NO estaréis viviendo Mi Amor.

Entended que vosotros vivís también, de Mi Amor. Cuando vosotros os apartáis de Mí y queréis hacer vuestra propia vida con vuestras propias fuerzas, con lo que vosotros habéis escogido del Mundo para vivir y que NO siempre es lo correcto, entonces tendréis dificultades; una gran mayoría de las cosas que hacéis, os saldrán mal y es por vuestra culpa.

No Me echéis la culpa a Mí, Yo quiero que vosotros viváis en el Bien. Pero vosotros vais delineando vuestro futuro con vuestros actos y con vuestra cercanía a Mí, vuestro Dios. Si Me rechazáis de vuestra vida, estáis rechazando al Amor.

Estáis rechazando al que os puede dar alegría, paz, armonía en vuestra vida. ¿Cómo queréis tener alegría y amor, cuando Me estáis rechazando a Mí, que Soy la Fuente de ello y de muchísimas cosas más?

Entended esto Mis pequeños, para que Satanás NO os confunda y os lleve a rechazarMe y a maldecirMe. Porque desgraciadamente, muchos de vosotros habéis llegado a hacerlo, cuando Yo Soy Inocente de vuestros actos y de vuestros deseos.

Entended esto Mis pequeños, vosotros los que habéis sido fieles a Mí, a Mis Enseñanzas y las habéis transmitido, habéis sido Luz en el Mundo. Transmitisteis lo que dejasteis entrar a vuestro corazón, que fue Mi Luz, Mi Sabiduría, el trato amable y bello que Yo os dejé de Ejemplo.

Vosotros los que sois Luz, pertenecéis a la Luz y al final de vuestra misión en la Tierra, regresaréis al Reino de la Luz. Vosotros pertenecéis a Él, vosotros pertenecéis a la Luz. Vosotros dejasteis que la Luz de Mi Vida, entrara en vosotros y así renacierais a vuestra Verdadera Vida.

Os he dicho que Yo os doy libertad de actuación y así vive el hombre desde el principio, desde pequeños. En total libertad os voy dejando actuar, pero siempre cuidándoos de que NO os salgáis de donde pertenecéis. Llega el momento, en que debéis dar más de vosotros y de esta forma, seréis preparados para llevar a cabo la misión que os he de encomendar a cada quien.

El hombre tiene la libertad de tomar la decisión de servirMe o de rechazarMe. Pero Yo también tengo esas dos opciones, de abrir las Puertas del Reino de los Cielos a los que quisieron seguirMe o cerrarlas a los que NO quisieron seguirMe.

Recordad esto, Mis pequeños. Os he dado libertad, pero esa libertad tiene compromisos y también, tiene un premio o un castigo. Ciertamente, que Yo quiero que todos estéis Conmigo, que viváis transmitiendo vida de amor.

Cuando vosotros transmitís cosas bellas, cuando vivís en Mí y lo compartís con vuestros hermanos, vuestros hermanos están recibiendo esas cosas bellas, agradables para su vida, os dan las gracias, os dan alegrías, os llenan a vosotros también de cosas agradables, porque vosotros estáis dando cosas agradables.

A lo que voy Mis pequeños, es que viviendo en Mí, vosotros al dar cosas bellas vais a gozar, pero también seréis retribuidos con el agradecimiento y regalos de vuestros hermanos a los cuales ayudasteis de una u otra forma. ¿Acaso no os gusta vivir mejor así?

Que al contrario, estar peleando, estar sufriendo, estar afectando la vida de los demás, que os va a traer muchos problemas y conflictos en vuestra vida; en donde la paz, la alegría y el amor, NO existirán cuando vosotros escogéis ese camino errado, camino de grosería, de dolor, de maldad.

Si vivís en el bien y lo compartís, recibiréis también un bien. Pero si vosotros tratáis a vuestros hermanos con un mal, NO esperéis recibir un bien. Si os tratan mal, si NO desean vuestra presencia entre con ellos, entre los que vosotros convivís, NO recibiréis cosas buenas, porque vosotros NO las habéis dado.

Esa es la naturaleza humana, que siempre va a haber algún alma o varias, que estén enfermas de maldad y aún a pesar del bien que reciban, responderán con un mal. Yo ahora os hablo de la mayoría de aquellos hermanos vuestros que responden con el bien a un bien recibido.

Dad pues, buenas cosas a vuestros hermanos y recibiréis un bien, por eso os he dicho que vosotros mismos sois los que cambiaréis al Mundo. Sabéis que Yo NO os puedo obligar a vivir en el bien, tiene que salir desde lo más profundo de vuestro corazón.

Si queréis un bien a vuestro alrededor, en vuestra vida, en vuestro trabajo, en donde estéis; dad primeramente ese paso que vuestros hermanos necesitan ver en vosotros, producid el bien y recibiereis otro.

El amor que se debe difundir sobre toda la Tierra, debe salir primero de cada uno de vosotros. Empezad pues Mis pequeños a cambiar al Mundo, para que Mi Hijo pueda regresar entre vosotros. Y esto se dará cuando ya todos vosotros, viváis en el Verdadero Amor, que Mi Hijo Mismo os Enseñó.

A los primeros cristianos, se les reconocía por la alegría, por el amor, por el respeto que se tenían unos a otros y que lo tenían hacia las demás personas también, porque estaban llenas de Mi Amor, porque habían tomado Mis Palabras al pie de la letra.

Las comunidades que se formaban, eran comunidades de amor, convivían como verdaderos hermanos; pero hermanos en Mí, en Cristo Jesús y NO se aprovechaban los unos de los otros, eran guiados por Mi Santo Espíritu.

Ahora son tiempos de Confusión, de Maldad, porque NO habéis querido que se dé la Luz en el Mundo, porque vosotros mismos la habéis desechado de vuestro corazón. No queréis vivir en lo correcto porque le sacáis provecho a la maldad que está diseminada por todos lados.

Satanás se ha encargado de ir destruyendo los valores en los cuales debéis vivir. Ciertamente los conocéis, pero NO los tomáis como medio de vida, NO queréis luchar contra la Maldad que se ha impuesto entre vosotros. Algunos añoráis el bien en el cual vivíais o quisierais vivir; pero NO hacéis gran cosa en imponer con amor, lo bello que tenéis en vuestro corazón.

Esto os lo digo Mis pequeños, porque conozco vuestro corazón. Lo que estáis viviendo ahora, es un renacer a la Luz, es un renacer a las buenas costumbres, es un renacer a la vida en paz de los hombres. Queréis vivir en donde se viva la justicia, donde se viva el respeto entre unos y otros, en donde se viva el amor que debéis vivir, para vivir contentos.

Satanás os está atacando fuertemente, NO quiere que produzcáis amor, NO quiere que tengáis Paz interior. Porque un alma que tiene Paz interior, es muy poderosa. Porque al tener Paz, seguiréis buscando lo que os da esa paz y la Paz, solamente puede venir de Mí. O sea, que si tenéis Paz, produciréis cosas grandes que afectarán el reino de Satanás aquí en la Tierra.

Os he dicho Mis pequeños, que todos vosotros estáis llamados a ser santos. Todas las almas creadas deben regresar a Mí santificadas y puede decirse que es una obligación de todos vosotros.

Os he dicho que la santidad se logra llevando a cabo Mi Voluntad en vuestra vida. Es un trabajo de todos los días y más que nada, es un trabajo en el cual vosotros debéis detener vuestro propio “yo” ante los acontecimientos pecaminosos que os ponga Satanás en vuestra vida.

Satanás os va a poner tentaciones. La tentación en sí puede no ser mala, lo que hace mala a la tentación, es la aceptación de vosotros; que Me hagáis a un lado de vuestra vida, que Me saquéis de vuestro corazón, de vuestra mente y dejéis que eso que os está proponiendo Satanás, lo hagáis propio y con eso dañáis Mi Corazón Sacratísimo.

En las Sagradas Escrituras, se os dice que no es malo lo que entra en el hombre, sino lo que sale de él y es a lo que Me refiero, Mis pequeños. Pueden entrar muchas cosas a vosotros, pero ahí es donde entra vuestra capacidad de detener la maldad.

Vosotros podéis dejarla salir y entonces, NO solamente os afectaréis vosotros, sino que afectaréis a los que os escuchen u os vean. O podéis detener lo que Satanás os haya propuesto y de esta forma, es cuando os empezáis a fortalecer y vais alcanzando la santidad poco a poco.

Todos vosotros debéis detener la Maldad de Satanás y de esta forma lo iréis venciendo. Y esto ¿Por qué? Mis pequeños os preguntaréis; porque Mi Gracia está ya trabajando en vosotros. Porque Mi Gracia está actuando, porque vosotros Me habéis escogido a Mí y NO a Satanás.

Porque Mi Gracia ya os está transformando y os está llevando a la santidad, a la que Yo quiero que vosotros lleguéis.

Por eso os repito, la santidad se logra venciéndoos a vosotros mismos, dejando que Mi Gracia actúe en vosotros, a favor de vosotros y a favor de vuestros hermanos; porque NO daréis mal ejemplo, NO diréis cosas indebidas, NO haréis algo que los demás tomen y puedan caer en falta grave.

Venceos, Mis pequeños, tenéis Mi Gracia, podéis vencer a Satanás fácilmente. Sed almas sacramentales, almas que se estén alimentando constantemente de Mí y Yo haré Mi parte en vosotros. Poned de vuestra parte, Mis pequeños.

Y gozad desde ahora Mi Promesa de que vosotros llegaréis a la santidad; pero porque os estáis venciendo a vosotros mismos y NO estáis permitiendo que los ataques de Satanás, pasen a través de vosotros y vosotros los transmitáis a vuestros hermanos. Sois Míos, sed Míos en todo momento.

 Yo NO os creé para que vivierais aislados, os creé para que vosotros os compartierais los unos a los otros, de los dones, de las capacidades, carismas, sabiduría, inteligencia, conocimiento en general…

Y así, ayudándoos los unos a los otros, os dierais cuenta de que os necesitáis y de esta forma, NO por conveniencia sino por amor, os cuidaríais los unos a los otros.

Cada quien tiene las capacidades de hacer algo mejor que el hermano que está junto a vosotros y por eso os compartís y a la vez recibís.

Y especialmente en estos tiempos, en que la situación será difícil a vuestro alrededor, porque no todos pensarán como Yo os he ido educando.

Muchos os atacarán por la forma de pensar, porque estos hermanos vuestros se habrán dejado llevar por los consejos de Satanás, más liberales, pecaminosos, opuestos a todo lo que Yo os he enseñado.

Estar Conmigo exige un gran esfuerzo de parte vuestra, especialmente ahora. Lo estáis viendo a vuestro alrededor, cómo se ha vuelto más permisivo el hombre en hacer cosas a las cuales, Yo ya las había declarado como pecaminosas.

Ahora las están etiquetando como algo pasadero, algo con lo cual vosotros podéis y hasta debéis vivir. Ya el Pecado no es pecado, ya es permisible hacer ciertas cosas, que no solamente os van a afectar espiritualmente, sino que os llevan a una decadencia espiritual general.

Cuando los altos dirigentes en la Iglesia que Yo fundé, se permiten estos liberalismos, empieza la gente a confundirse y caen, porque es más fácil hacer el mal que luchar por mantenerse en el bien.

 Satanás es muy astuto, os conoce perfectamente, sabe cuáles son vuestras caídas naturales al pecado y os presenta el pecado en forma en que vosotros NO os asustéis y lo permitáis en vuestra vida, a pesar de que sabéis que está prohibido, que hay Leyes Divinas que NO permiten que se hagan esos actos que os llevan a una situación de pecado en el fondo.

Por eso os he dicho que el Resto Fiel es muy pequeño, porque son pocos, MUY POCOS los que realmente están tratando de mantenerse en la Pureza y buscando su santidad, a pesar de que el ambiente es contrario, es adverso a lo que quieren mantener en su alma.

Manteneos pues Mis pequeños en la lucha, en la lucha espiritual, evitando que el Pecado penetre en vosotros. NO dejéis que entre en vosotros y destruya vuestra mente y vuestro corazón.

Dejadlo fuera, luchad porque no entre en vosotros, Yo estaré a vuestro lado y os ayudaré para que Satanás NO pueda envolver a vuestra alma en el pecado y os lleve a la perdición eterna.

Ora, orad por vuestros hermanos que han dejado que la tentación entre en su alma y en su vida y están causando también mucho mal entre sus hermanos.

Sed pues vosotros, ejemplo fiel de que estáis cumpliendo con Mis Mandatos, con Mis Leyes. Y estáis viviendo o estáis tratando de vivir en Mi Amor.

Mi Amor purificará todo. Dejad pues que primeramente, os purifique a vosotros y Él Mismo, os dará la Fuerza para luchar contra los ataques de Satanás. Os he dicho que Satanás NO puede contra Mi Amor. Dejad pues, que Mi Amor penetre en todo vuestro ser y de esta forma, tendréis un Escudo Poderosísimo contra los ataques de Satanás.

Hijitos Míos, imaginad que vosotros tenéis un gran tesoro, una figura de porcelana hecha con una gran exquisitez, bellísima, frágil y que la cuidáis como lo que es, un gran tesoro. Ciertamente que querréis enseñarla a vuestras amistades…

Pero quizá la tengáis bajo un capelo o la tengáis protegida por cristales, para que no la toquen. Que solamente se vea a través de ellos, para evitar que se pueda romper alguna pequeña parte delicada de esa obra tan exquisita.

Mis pequeños, vosotros tenéis algo todavía más precioso que esa estatuilla de porcelana y es vuestra alma.

Vuestra alma es delicadísima, preciosa, llena de detalles bellos que Yo he puesto en ella. Vuestra alma NO la podéis enseñar a todos… NO os podéis abrir de par en par y platicarle a cualquiera esos detalles íntimos de vuestra alma.   

Porque quizá, algunos de ellos os puedan traicionar en un futuro, sabiendo lo que tenéis en vuestro corazón. Me refiero a esos detalles que por pudor espiritual, NO decís a cualquiera.

O también, aquellos momentos en que flaqueasteis, que pecasteis y que sabiendo esos detalles, aquellas personas a las cuales les abristeis vuestro corazón, os puedan atacar después y dar a conocer esas intimidades que solamente Yo, vuestro Dios y el alma, deben conocer.

Mis pequeños, vuestra alma es valiosísima. Vuestra alma como os dije, está llena de dones, de cualidades, de carismas. Está adornada con piedras preciosas, con colores bellísimos, algo que NO conocéis todavía y que se dará a conocer cuando lleguéis al Reino de los Cielos.

Porque así conoceréis a las almas allá arriba, al verlas adornadas con todas las bellas cosas que hicieron durante su misión aquí en la Tierra.

Cuando vosotros sois atacados por Satanás, si vosotros permitís el ataque, vuestra alma va perdiendo su brillo, va perdiendo su belleza. Se va carcomiendo por la Maldad que permitisteis entrar en vuestra alma y ese fulgor que Yo le di, lo va perdiendo cuando vais perdiendo la inocencia… Y vais permitiendo que la Maldad se vaya apoderando de todo vuestro ser.

Satanás conoce el valor de un alma y por eso trata de muchas formas a lo largo de vuestra existencia, que vosotros perdáis vuestra alma, para que NO entre al Reino de los Cielos.

Muchas tentaciones tenéis a lo largo de vuestra vida. Es un camino difícil el que tenéis que recorrer para terminar vuestra misión que le encomiendo a cada alma. Pero todo ese trabajo, todo ese caminar, os va llevando a crecer en valores muy altos…

O por lo contrario, a destruir vuestra alma y de esta forma, os condenéis eternamente.

Así como vosotros NO dejáis que toquen esa escultura de porcelana, por su delicadeza; así debierais vosotros evitar a todos aquellos que se acerquen a vosotros y que os puedan dañar en vuestra alma.

Si hay alguien que os va a llevar hacia el pecado, os va a alejar de Mis Leyes, os va a alejar del Amor que debéis producir, deberéis evitar a esas almas a que estén con vosotros. Porque ellas, en lugar de ayudaros a crecer ante Mis Ojos en el Bien, será todo lo contrario, os estarán llevando hacia el Mal.

Pedid el Espíritu de Discernimiento, si no lo tenéis todavía, para que podáis discernir si aquellas personas que se acercan a vosotros debéis mantenerlas en vuestra vida o las debéis evitar, para que no destruyan la delicadeza, la pureza, la santidad de vuestra alma. Pero orad por ellas, para que se puedan salvar.

Estad conscientes Mis pequeños, de que vosotros sois débiles y convenencieros. Porque se pueden acercar almas a vosotros, que NO son buenas para vuestro crecimiento espiritual, pero las aceptáis.

Puede ser por su belleza externa, puede ser por el dinero o los bienes que tengan… O por múltiples situaciones que vosotros tomáis como aceptables y por conveniencia, las consecuentáis. Y en lugar de llevaros hacia un Bien, os van a llevar hacia un Mal, porque estáis prefiriendo los bienes de este Mundo.

Estáis prefiriendo valores que os van a llevar a la condenación y NO estáis protegiendo a vuestra alma, con lo que estas almas os están dañando.

Os repito cuidad, cuidad vuestra alma, es preciosísima ante Mis Ojos. Yo la creé y lo que Yo creo, es perfecto. No dejéis que NADIE toque vuestra alma, que la eche a perder, que os destruya, que os pueda llevar a la Condenación.

Así como esa estatuilla es una obra perfecta, es una obra de arte… Vuestras almas, también lo son. No dejéis que Satanás la destruya, a través de los que se acerquen a vosotros o de lo que vosotros en lo personal, permitáis que entre y dañe vuestra alma.

Confiad en Mí, hijitos Míos. Yo NO Me separaré de vosotros en ningún momento. Os daré fuerza física y espiritual para vencer en ésta prueba.

Prueba que os hará alcanzar vida de Amor en ésta nueva era de Mi Santo Espíritu por venir. Confiad, que Yo estoy a vuestro lado, para guiaros y en vuestro corazón para amaros y daros fuerza, fuerza que ha de vencer a las fuerzas del mal.

Vuestra misión Mis pequeños, os lo he dicho, es la de producir Paz y Amor entre los hombres. Para eso se os dio el Don de la vida.

Yo iré preparando los corazones, a través de Mi Santo Espíritu. Para que vosotros con vuestro ejemplo, con vuestras palabras, con vuestras enseñanzas; podáis ir cambiando almas y a otras las iréis enseñando, como Mi Hijo lo hacía.

Os Bendigo Mis pequeños, para que Mi Paz, Mi Amor, la Luz del Santo Espíritu estén en vosotros… Y de esta forma os guieis en la Verdad, a pesar de que vivís ahora, en un Mundo de Error y de Maldad.

Yo os amo y os Bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Amor de Mi Santo Espíritu por venir.

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