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DILUVIO DE FUEGO 1

CUMPLIMIENTO

Se derrama una tercera colada de lava tras el derrumbe del flanco norte del volcán Cumbre Vieja, en La Palma

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La erupción ha arrasado 497 hectáreas, ha destruido 1.186 edificaciones y ha inutilizado 38,3 kilómetros de vías.

Una tercera colada de lava descendió la tarde de este sábado por el flanco norte del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, en España.

El espectacular río ardiente fue filmado por el geólogo Raúl Pérez, del Instituto Geológico y Minero de España.

Según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán), el río de lava «está generando una tremenda destrucción a su paso» y dificulta el movimiento de sus equipos en la zona.

Sin embargo, el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, subrayó que todavía hay que evaluar los daños y llamó a «la tranquilidad», recoge el canal Antena 3.

De acuerdo a los últimos datos, la erupción del Cumbre Vieja, que dura ya tres semanas desde que empezara el 19 de septiembre, ha arrasado 497 hectáreas, ha destruido 1.186 edificaciones y ha inutilizado 38,3 kilómetros de vías.

Los ríos de lava del volcán Cumbre Vieja continúan ganándole terreno al mar en la isla española de La Palma

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En España, la lava del volcán Cumbre Vieja, que en la isla canaria de La Palma ha arrasado hasta el momento con más de 400 hectáreas y afectado a más de 1.000 edificaciones,
en su mayoría viviendas, continúa ganándole terreno al mar al entrar en contacto con el agua.
Los reportes indican que su cono principal se ha desprendido parcialmente, transformando la morfología de la montaña y determinando desde el sábado pasado más de 115 terremotos en la zona sur de la isla.

Espectaculares imágenes del terreno creado por el volcán de La Palma y la caída de una colada sobre las plataneras

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La erupción se mantiene después de 20 días y la lava ya ha arrasado más de 430 hectáreas.
Espectaculares imágenes del terreno creado por el volcán  de La Palma y la caída de una colada sobre las plataneras

Desde que comenzó la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla española de La Palma, el pasado 19 de septiembre, la tragedia para parte de la población palmera

convive con espectaculares imágenes de este fenómeno de la naturaleza. Algunas de las más impactantes son las obtenidas por drones.

Así, este jueves el Instituto de Ciencias Marinas de la Naturaleza ofrecía una panorámica obtenida con uno de estos aparatos que permite observar desde el

crecimiento del delta formado por la lava que se precipita a las aguas oceánicas hasta toda la trayectoria de la colada desde su origen, la boca volcánica.

También el Instituto Geológico y Minero de España, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e

Innovación de España, ha captado imágenes de esa isla baja o fajana que sigue ganándole terreno a las aguas atlánticas y que poco a poco comienza a enfriarse y solidificarse.

Desde que la primera colada encontrara el mar, nueve días después del comienzo de la erupción, la superficie formada supera ya las 38 hectáreas. El video del CSIC ha alcanzado en tan solo dos días mas de 128.000 reproducciones.

Los expertos continúan pendientes de la evolución de las emisiones de lava del volcán, a veinte días del inicio de la actividad, después de que este jueves una

segunda colada, surgida de un ramal de la principal, haya caído sobre el delta lávico provocado por la erupción el volcán Teneguía ocurrida en el año 1949, entre Los Guirres y El Charcón.

Ese nuevo ramal ha arrasado con depósitos y algunas edificaciones, así como con algunas superficies de cultivo de plátanos.

De hecho, también este evento ha sido recogido en una grabación del Instituto Geológico y Minero de España, en la que se puede observar la caída de esta colada sobre las plataneras de Las Hoyas.

 En las últimas horas se ha producido un empeoramiento de la calidad del aire en la zona aledaña a la erupción, con vientos débiles que dificultan la dispersión de
contaminantes, en concreto el dióxido de azufre (SO2) expulsado por las bocas eruptivas y por la lava que entra en contacto con las aguas marinas.

La dirección del viento dirige el penacho de cenizas y gases hacia el este, lo que ha impactado directamente en la operatividad del aeropuerto de La Palma.

La situación podría mantenerse hasta el sábado, según los expertos del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).

La superficie arrasada por la lava ya supera las 431 hectáreas, manteniendo sepultados más de 26 kilómetros de carreteras,

infraestructuras y más de 1.000 edificaciones. Continúan evacuadas de la zona afectada alrededor de 6.000 personas.

Los expertos no descartan la aparición de nuevas bocas eruptivas en el volcán de La Palma

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Las coladas de lava expulsadas por el volcán Cumbre Vieja ya han cubierto una superficie de más de 413 hectáreas en la isla canaria.
Los expertos no descartan la aparición de nuevas bocas eruptivas en el volcán de La Palma

17 días después de que comenzara la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma, los expertos no descartan la aparición de nuevas bocas eruptivas.

Actualmente se observan varios centros activos en el interior del cráter principal y otros dos en el noroeste del lateral del cono.

El derrumbe parcial del lado norte del cono del volcán el domingo ha ocasionado que la emisión de lava sea más fluida.

Hasta el momento, la superficie total afectada por las coladas de lava supera las 413 hectáreas, con un perímetro de 36,3 kilómetros y una anchura de 1.250 metros en su parte más gruesa,

según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional de España, que recaba datos del Gobierno de Canarias y el Instituto Geográfico Nacional.

Además, la isla baja o fajana formada por la lava que ha llegado al océano alcanza ya una extensión de 32,7 hectáreas,

mientras su tamaño continúa aumentando por la constante llegada del fluido incandescente.

La columna de gases y cenizas que expulsa continuamente el volcán alcanzó ayer una altura de 4.500 metros.

A pesar de ello, los expertos prevén condiciones meteorológicas favorables para la calidad del aire y para la navegación aérea.

Lo que sí se ha producido en las últimas horas es un ligero aumento de la sismicidad: en las últimas 24 horas se han registrado en la zona decenas de sismos, el más potente de ellos de magnitud 3,9.

En estas casi dos semanas y media, la erupción del Cumbre Vieja ha destruido más de mil edificaciones y provocado la evacuación de alrededor de 6.000 personas.

Para paliar los cuantiosos daños materiales, el Gobierno de España ha declarado a La Palma como zona catastrófica y ha aprobado un paquete de medidas entre las que destaca una partida presupuestaria de 230 millones de euros.

 El volcán de la isla española de La Palma continúa arrojando ríos de lava

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El Instituto Volcanológico de Canarias comunicó sobre el notable incremento de la actividad efusiva.
VIDEO: El volcán de la isla española de La Palma continúa arrojando ríos de lava

Continua la actividad volcánica del Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma, que entró en erupción el 19 de septiembre.

El Instituto Volcanológico de Canarias comunicó la noche del pasado domingo sobre el notable incremento de la actividad efusiva en la erupción.

Entre tanto, el 1 de octubre se abrió una nueva boca eruptiva en la base noroeste del volcán, generando dos nuevas coladas de lava que descienden hacia el oeste.

Identifican el esqueleto de un soldado romano de alto rango que participó en el rescate de civiles tras la erupción del Vesubio

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Varias elementos lo distinguían de otras osamentas desenterradas por los arqueólogos, en particular un cinturón de cuero y una espada con empuñadura de marfil.
Identifican el esqueleto de un soldado romano de alto rango que participó en el rescate de civiles tras la erupción del Vesubio

Tanto Pompeya como Herculano, situadas al sur de la actual ciudad italiana Nápoles, fueron arrasados ​​por la violenta erupción del Vesubio en el 79 d.C.,

cubriendo personas y casas con lava, barro y ceniza, preservándolas hasta que fueron descubiertas por los arqueólogos.

A principios la década de 1980, los investigadores encontraron en Herculano alrededor de trescientos esqueletos,

entre ellos el de un hombre que fue identificado en un primer momento como un soldado ordinario.

Sin embargo, los investigadores han llegado ahora a la conclusión de que el esqueleto de 2.000 años de antigüedad pertenecía a un oficial de alto rango

de la flota romana enviada en una misión de rescate para evacuar a los habitantes de ambas ciudades, condenadas por el desastre natural, reseña ANSA.

Cuando el esqueleto fue descubierto hace 30 años, varias elementos lo distinguían de otros cientos desenterrados por los arqueólogos, en particular un cinturón de cuero

y una espada con empuñadura de marfil, una daga decorada y una bolsa llena de monedas.

Aún así, el esqueleto fue puesto en exhibición permanente e identificado como un soldado genérico.

Un análisis profundo de los materiales reveló que el cinturón estuvo decorado en su día con las imágenes de un león y de un querubín hechos de plata y oro.

La vaina de la espada también llevaba una imagen decorativa de un escudo ovalado.

«Todas estas pistas sugieren que no era un simple soldado, sino que, con toda probabilidad, era un oficial de alto rango, incluso un pretoriano«,

explicó a NBC News Francesco Sirano, director del sitio arqueológico de Herculano, en referencia a las unidades de élite que servían como escolta personal de los emperadores romanos.

Según el experto, «los pretorianos llevaban escudos ovalados» y «las monedas que llevaba consigo eran casualmente la misma cantidad del salario mensual de un pretoriano».

Cualquiera que fuera el rango del oficial, Sirano señaló que no hay duda de que fue parte de la misión de rescate lanzada por la flota romana tras la erupción del Vesubio.

Corrientes de lava del volcán Pacaya en Guatemala afectan a siete comunidades y queman plantaciones de café y aguacate

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Aparte del desastre natural volcánico, se suman otras situaciones como los incendios forestales y la entrada de las temporadas de lluvia.
Corrientes de lava del volcán Pacaya en Guatemala afectan a siete comunidades y queman plantaciones de café y aguacate

La elevada actividad que mantiene el volcán Pacaya, en Guatemala, ha provocado que al menos siete comunidades cercanas se vean afectadas directamente por las distintas ramificaciones de corrientes de lava que alcanzan los 4 kilómetros.

De acuerdo al más reciente informe del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanologia, Meteorologia e Hidrología (Insivumeh) de Guatemala,

publicado en Twitter, el Pacaya se mantiene con alta actividad, originada principalmente por la efusión de lava a través  de fisuras que forman un flujo de lava de 3.700 metros de longitud total.

La lava, sostiene el reporte, ha quemado plantaciones de café, aguacate y otros tipos de vegetación.

En este momento se mueve en varias direcciones hacia las comunidades La Breña, La Finca, Campo Alegre, Finca El Gringo, El Patrocinio, El Rodeo y Buena Vista.

Los poblados más amenazados son El Patrocinio, El Rodeo y Buena Vista.

En el caso de la aldea El Patrocinio, el flujo de lava está a una distancia de 390 metros de las primeras casas y avanza; mientras que el otro frente activo se encuentra a 385

metros de la aldea El Rodeo, flujo obstruye el camino entre esa comunidad y la aldea Buena Vista.

No se descarta que aparezcan nuevos flujos de lava y columnas eruptivas mayores en los próximos días, pues el nivel de actividad volcánica es elevado y se mantiene con vibración interna asociada al ascenso de magma y flujo de lava.

Además, las cenizas volcánicas también afectan a otras poblaciones.

Otros dos volcanes con actividad preocupante

El Insivumeh advierte también sobre la actividad volcánica en el volcán de Fuego y el volcán Santiaguito.

Sobre el primero indica que registra explosiones «débiles, moderadas y algunas fuertes»; mientras que el Santiaguito presenta «explosiones débiles y moderadas».

Ambos lanzan ceniza gris que se esparce hacia otras localidades, entre ellas, El Porvenir, Alotenango, San Marcos, Loma Linda y Palajunoj.

Aparte del desastre natural originado por la actividad volcánica, se suman otras situaciones como los incendios forestales en las aldeas

Los Tujes, San Andrés Sajcabaja y Quiché; así como la entrada de las temporadas de lluvia y de lahares, que comienzan a provocar avalanchas en diversas barrancas y crecidas de ríos.

El Insivumeh advierte que las recientes lluvias pudieran provocar flujo de sedimento y agua en las laderas de los volcanes (lahares) hacia la tarde y noche, por lo que

decretó a los tres volcanes como zonas peligrosas para la actividad turística. Además, recomienda no ascender ni acampar en las mesetas de estos montes, debido a la caída de balísticos volcánicos (piedras expulsadas desde los cráteres).

Del mismo modo, advierte a las autoridades aeronáuticas tomar las previsiones pertinentes y sugiere a las autoridades locales mantener las labores correspondientes

para resguardar la vida de pobladores en las cercanías de los volcanes, sobre todo en las aldeas adyacentes al Pacaya.

Encuentran neuronas «perfectamente conservadas» en un cerebro vitrificado por la erupción del Vesubio

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Las células nerviosas parecen haber quedado intactas por cerca de 2.000 años gracias a que las altas temperaturas y el rápido enfriamiento convirtieron en vidrio los tejidos humanos.
Encuentran neuronas "perfectamente conservadas" en un cerebro vitrificado por la erupción del Vesubio

Un equipo de investigadores italianos ha descubierto neuronas «perfectamente conservadas» en el cerebro vitrificado de una de las víctimas que pereció debido

al calor extremo de la potente erupción del monte Vesubio hace casi 2.000 años, según anunció esta semana una de las universidades que participó en el estudio.

A principios de este año, los científicos dieron a conocer que habían encontrado tejido cerebral que curiosamente se convirtió en un material vítreo negro

a causa de las temperaturas abrasadoras de la lava y ceniza que emergía del volcán en el año 79.

Ahora, un análisis más minucioso ha encontrado en los restos la presencia de neuronas cerebrales que parecen intactas a pesar del paso del tie

Utilizando técnicas de microscopía electrónica de barrido y herramientas de procesamiento de imágenes, se hallaron una serie de estructuras que tienen la forma de neuronas y axones de un cerebro y parte de la médula espinal de una persona.

«El descubrimiento de tejido cerebral en restos humanos antiguos es un evento inusual, pero lo que es extremadamente raro es la preservación integral de las

estructuras neuronales de un sistema nervioso central desde hace 2.000 años», comentó Pier Paolo Petrone, autor principal del estudio y antropólogo forense de la Universidad Federico II de Nápoles.

Según los autores de la investigación, publicada en la revista PLOS ONE, la conservación fue posible gracias a que el tejido humano quedó convertido en vidrio.

«El proceso de vitrificación inducido por la erupción congeló las estructuras celulares del sistema nervioso central de esta víctima, preservándolas intactas hasta el día de hoy», agregó Petrone.

Además de las células nerviosas, los científicos también han podido encontrar otros elementos biológicos como proteínas de tejido cerebral, que demuestran que los restos no son solo una simple roca.

Los investigadores determinaron que para que el tejido cerebral quede vitrificado, debe haberse quemado rápidamente a una temperatura muy alta de unos 520° Celsius y luego enfriado rápidamente.

La erupción del Vesubio fue una de las más potentes de la historia humana, que diezmó las ciudades cercanas de Pompeya y Herculano.

Muchas de las víctimas fueron cubiertas por la ceniza volcánica, mientras que otras fueron incineradas por el abrasador calor volcánico

Continúa la erupción volcánica y se registra un nuevo sismo en la isla española de La Palma

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Hasta el momento, unos 6.000 vecinos ya han sido evacuados.
VIDEO: Continúa la erupción volcánica y se registra un nuevo sismo en la isla española de La Palma

En la isla española de La Palma, en el archipiélago de Canarias, continúa la erupción del volcán Cumbre Vieja, que comenzó la tarde del pasado domingo.

Desde entonces ocho bocas del volcán, situado al sur de la isla, no paran de expulsar lava.

Hasta el momento, unos 6.000 vecinos han sido evacuados en toda la isla debido a la erupción, la primera que se registra desde 1971, informan medios locales.

Se calcula que los ríos ardientes ya se han tragado más de un centenar de viviendas y otras infraestructuras, como alojamientos rurales, además de numerosas zonas de

cultivo agrícola, sector que es el sustento principal de una buena parte de los habitantes de la zona.

Entre las localidades más afectadas por la erupción se encuentran El Paso, Tamanca, Alcalá, El Paraíso, Todoque, Las Manchas y Tazacorte.

Por su parte, el Instituto Geográfico Nacional ha registrado la noche de este lunes un nuevo sismo de magnitud 3,8, con epicentro en el municipio de Tazacorte.

El presidente del gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, afirmó este lunes que debido a la emergencia de protección civil, la región ha sido declarada zona catastrófica. 

Torres mantuvo reuniones con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien está en La Palma desde el domingo.

«Ahora mismo lo más importante es asegurar la seguridad» porque «el volcán sigue actuando», alertó Sánchez.

El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) señaló que «es imposible predecir con exactitud cuánto durará la erupción«.

Reabren la Casa de los Amantes en Pompeya 40 años después de que la destruyera un terremoto

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Los trabajos costaron más de 110 millones de dólares y permitieron realizar hallazgos significativos y sorprendentes.
Reabren la Casa de los Amantes en Pompeya 40 años después de que la destruyera un terremoto (FOTOS)

La Casa de los Amantes, uno de los lugares más espectaculares del sitio arqueológico de Pompeya (Campania, Italia), reabrió sus puertas el pasado 18 de febrero tras 40 años cerrada, reporta la agencia AFP.

Ese edificio construido en el siglo I a.C., el único de la zona que conservó el segundo piso durante la erupción del volcán Vesubio en el año 79, vuelve a ser seguro para los visitantes, quienes podrán admirar partes que anteriormente estaban ocultas.

El inmueble está decorado con frescos que representan escenas de la vida y paisajes idílicos con moluscos y peces.

Su nombre proviene de la inscripción en latín escrita en su entrada: ‘Los amantes son como abejas, pasan una vida dulce como la miel. Quería que fuera así’.

Esta restauración comenzó en 2013, contó con la participación de arqueólogos,

arquitectos, ingenieros, geólogos y antropólogos, incluyó trabajos en la Casa de la Nave Europa y la Casa del Huerto y costó alrededor de 110 millones de dólares.

Durante las reparaciones se produjeron varios hallazgos significativos y sorprendentes, como la aparición de un fresco con gladiadores «extremadamente realista».

Asimismo, una inscripción descubierta hace dos años ofreció datos sobre la fecha precisa en que la erupción del Vesubio devastó Pompeya.

Los volcanes Etna y Estrómboli hacen erupción el mismo día, arrojando lava y largas columnas de ceniza

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Hasta el momento, las autoridades italianas no han reportado víctimas ni daños materiales tras la actividad registrada.
VIDEOS: Los volcanes Etna y Estrómboli hacen erupción el mismo día, arrojando lava y largas columnas de ceniza

Este miércoles, los volcanes Etna y Estrómboli, ambos ubicados en la isla italiana de Sicilia, sorprendieron a los habitantes de la zona al registrar un aumento en su actividad, arrojando largas columnas de ceniza, lava y flujo piroclástico.

De acuerdo a reportes, el Etna, considerado el volcán activo más alto de Europa, registró un nuevo episodio eruptivo a primeras horas de la mañana.

Comenzó alrededor de las 02:40, con la reanudación de la actividad, caracterizada por erupciones explosivas separadas por periodos de calma, y concluyó minutos después de las 07:00.

Durante este periodo, el volcán arrojó lava y largas columnas de ceniza que pudieron ser apreciadas a varios kilómetros de distancia.

Horas más tarde, a las 14:51, el volcán Estrómboli, ubicado a unos 65 kilómetros al norte del extremo noreste de Sicilia, produjo un flujo piroclástico que se extendió por

más de 1 kilómetro sobre el mar, y expulsó una nube de ceniza que alcanzó una altura de entre 1,5 y 2 kilómetros.

Fotógrafa capta la estela de un meteoro sobre un volcán en plena erupción

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El video fue filmado con el uso de la cámara rápida en el Lejano Oriente ruso.
Fotógrafa capta la estela de un meteoro sobre un volcán en plena erupción (VIDEO, FOTO)

La reconocida fotógrafa rusa Marina Lystseva ha logrado filmar el volcán Kliuchevskoi en plena erupción, situado en la península de Kamchatka, en el Lejano Oriente ruso, al igual que el paso de un meteoro.

La mujer, que pasó toda la noche captando las estrellas y el flujo de lava del volcán, consiguió registrar los fenómenos naturales gracias a la cámara rápida, técnica que permite ver un suceso a mayor velocidad de la real.

«Aparté la vista para ver las constelaciones a espaldas y en ese momento el cielo fulguró como si fuera un relampagueo. Inicialmente, pensé que se trataba de un

relámpago en una nube volcánica, pero luego me explicaron que fue una ráfaga de meteoro», comentó Marina en su perfil en Instagram, prometiendo que publicará más fotos al respecto.

El Kliuchevskoi es un volcán de 4.750 metros de altitud, cubierto de nieve, considerado el más activo de la cadena de volcanes a lo largo de la península de Kamchatka.

El volcán más grande de Europa ofrece un espectáculo de ‘fuegos artificiales’

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Situado a 3.300 metros sobre el nivel del mar, el Etna ha registrado frecuentes erupciones en los últimos meses.
FOTOS, VIDEO: El volcán más grande de Europa ofrece un espectáculo de 'fuegos artificiales'

El volcán activo más grande de Europa, el Etna, ubicado en la isla de Sicilia (Italia), presentó esta semana actividad, tal y como se aprecia en fotos y videos compartidos en las redes sociales.

La erupción más fuerte se registró en octubre del año pasado y vino precedida de actividad sísmica.

En la ladera del volcán se registró un sismo cuyo hipocentro se localizó a una profundidad de 9 kilómetros.

Situado a 3.300 metros sobre el nivel del mar, Etna es el volcán activo más alto de Europa y en los últimos meses ha tenido frecuentes erupciones.

El volcán Popocatépetl registra tres erupciones en una mañana en México

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La tercera provocó una columna de humo y ceniza de al menos un kilómetro.
FOTOS: El volcán Popocatépetl registra tres erupciones en una mañana en México

El volcán Popocatépetl, situado cerca de Ciudad de México, registró durante la mañana de este viernes tres explosiones con emisión de ceniza, informa el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

La primera erupción moderada se registró a las 04:58 y la segunda a las 05:07 horas. Según el organismo, desde el jueves se identificaron «215 exhalaciones acompañadas de gases volcánicos y en ocasiones de ceniza».

En las fotos, publicadas en las redes sociales, se puede ver una columna de humo y ceniza de al menos un kilómetro, que fue provocada por la tercera erupción a las 07:09.

El semáforo de alerta volcánica continúa en amarillo fase 2, por lo que el Cenapred recomendó no acercarse al volcán, y sobre todo al cráter.

Una enorme bola de fuego sobre los cielos de Alaska enciende las alarmas de alerta volcánica

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El paso del meteoro activó varios sistemas diseñados para detectar sonidos de baja frecuencia durante las erupciones volcánicas.
Una enorme bola de fuego sobre los cielos de Alaska enciende las alarmas de alerta volcánica

Un meteoro de gran tamaño iluminó en forma de bola los cielos del oeste de Alaska de fuego y activó varios sensores instalados para detectar la actividad volcánica, informó el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés).

Residentes locales reportaron el pasado 15 de octubre sobre el paso de un meteoro en varias zonas del estado estadounidense.

Un testigo lo describió como una «enorme bola de luz en el cielo», mientras que otro lo comparó a «fuegos artificiales» cuando se partió en cuatro.

Se cree que el objeto explotó en algún lugar sobre el este de la localidad de Kaltag, detallaron en un comunicado los expertos de la Unión Geofísica Estadounidense.

Durante el paso del objeto, seis alarmas de sensores que monitorean la actividad volcánica en la península de Kenai se activaron.

Estos sistemas están diseñados para analizar los cambios en la presión del aire y detectar sonidos de baja frecuencia durante las erupciones volcánicas.

Los especialistas del USGS señalaron que el evento también activó las alarmas del monte Spurr, un gran volcán de la zona que entró en erupción por última vez en 1992.

Sin embargo, dado que otros sistemas de monitoreo también se activaron, los especialistas rápidamente descartaron que hubiera una erupción en el volcánrecoge News Week.

Científicos del Observatorio de Volcanes de Alaska del USGS trabajaron con investigadores del Instituto Geofísico de Fairbanks de la Universidad de Alaska para

investigar la causa y que determinaron que el infrasonido, además de servir para detectar la actividad volcánica y explosiones, también es una buena herramienta

para medir la trayectoria de rocas espaciales que entran en la atmósfera de nuestro planeta.

«Normalmente no trabajo con meteoros, pero a menudo son muy buenas fuentes de infrasonidos para ayudar a comprender mejor el rendimiento de nuestras redes, y

creo que proporcionan información valiosa sobre los meteoros y los propios bólidos», comentó el científico David Fee.

Cómo el cambio climático podría afectar al géiser más famoso de Yellowstone

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Un reciente estudio reveló que una antigua sequía permitió crecer árboles sobre el montículo donde se encuentra el Old Faithful.
Cómo el cambio climático podría afectar al géiser más famoso de Yellowstone

Hace 800 años, Old Faithful, el géiser más famoso del Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU.), conocido por lanzar chorros de agua caliente a decenas de metros de altura

a intervalos regulares de alrededor de 90 minutos, dejó de hacer erupción durante décadas debido a una severa sequía que afectó a la zona.

Ahora, el calentamiento global podría ponerlo nuevamente en pausa.

Recientemente, un grupo de geólogos estadounidenses descubrió madera petrificada en el montículo del Old Faithful. Debido a que los árboles no pueden

sobrevivir a las ráfagas de agua alcalina arrojadas por el géiser, el descubrimiento sugiere que sus erupciones regulares se detuvieron en algún punto,

probablemente, hacia el final de la llamada Anomalía del Clima Medieval, una época en la que muchos lugares del mundo experimentaron prolongados períodos de clima

cálido y seco. Los resultados de la investigación fueron publicados este 7 de septiembre en la revista AGU.

«Sabemos que Yellowstone era más cálido y seco. La línea superior de árboles estaba más arriba en las laderas y hay evidencia de más incendios durante ese período»,

explicó Cathy Whitlock, paleoclimatóloga de la Universidad Estatal de Montana. Los flujos de las corrientes de agua también fueron menores y las sequías extremas en la región se prolongaron durante décadas, añadió.

«Encontramos coronas de raíces en lo alto del montículo, y eso significa que cuando los árboles crecieron, el montículo del Old Faithful tenía aproximadamente la misma

estructura que tiene hoy», indicó por su parte Shaul Hurwitz, hidrólogo investigador del Servicio Geológico de EE. UU. y autor del estudio.

Los resultados de la investigación sugieren que debido al cambio climático y a las sequías cada vez más comunes en el oeste del país norteamericano, el Old

Faithful podría erupcionar con menos frecuencia en el futuro e incluso podría detenerse por completo.

Un satélite de la NASA capta una trepidante imagen del Krakatoa en erupción

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El color del penacho que se eleva sobre el cráter indica que el volcán expele vapor de agua y de gas, principalmente.
FOTO: Un satélite de la NASA capta una trepidante imagen del Krakatoa en erupción

El satélite de observación terrestre estadounidense Landsat 8, dirigido por la NASA y el Servicio Geológico de EE.UU., captó este lunes una imagen del penacho blanco que

se eleva sobre el cráter del volcán Krakatoa, ubicado en el mar entre las islas indonesias de Java y Sumatra.

La imagen obtenida por el Landsat 8 muestra una densa humareda de color blanco sobre el volcán, lo que indica que expulsa vapor de agua y gas, principalmente, ya que la presencia de ceniza, teñiría la nube de color gris o café.

La última explosión de actividad del volcán indonesio, ocurrida el pasado 11 de abril, se tradujo en la emisión de lava y en una columna de cenizas de hasta 500 metros de altura.

El Centro de Vulcanología y Mitigación de Riesgos Geológicos de Indonesia emitió una alerta de Nivel 2 sobre una escala de cuatro, lo que indica

«una perturbación elevada o creciente con un mayor potencial de erupción«, «un período de tiempo incierto» o «una erupción en marcha, pero con peligro limitado».

El Krakatoa es uno de los volcanes más famosos del mundo. Su primera erupción descrita en fuentes históricas se remonta al año 416, cuando,

según el ‘Libro de los reyes’ javanés, «el mundo entero fue sacudido» y la isla formada por el volcán «se rompió en pedazos y se hundió en lo más profundo de la tierra», causando un fuerte tsunami.

La última serie de grandes erupciones fue registrada en los años 2018 y 2019. Entonces, el tsunami generado por la actividad del volcán provocó la muerte de 431 personas.

Imágenes por satélite del volcán obtenidas después de la erupción muestran una laguna en el lugar donde antes se erigía una montaña volcánica de 340 metros de altura.

Entra en erupción el legendario volcán Krakatoa en Indonesia

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Entre 2018 y 2019, una serie de explosiones destruyeron la montaña volcánica y causaron un fuerte tsunami que mató a cientos de personas.
VIDEOS: Entra en erupción el legendario volcán Krakatoa en Indonesia

El volcán Krakatoa, ubicado en el mar entre las islas indonesias de Java y Sumatra, entró en erupción la noche de este viernes, informa el servicio vulcanológico del país.

La erupción resultó en la emisión de lava y una columna de cenizas de hasta 500 metros de altura.

Según la prensa local, la madrugada del sábado tuvieron lugar fuertes explosiones que se oyeron hasta en la capital del país, Yakarta, situada a 145 kilómetros del volcán.

En la Red se han difundido varias imágenes presuntamente grabadas durante la erupción.

El Krakatoa es uno de los volcanes más famosos del mundo. Su primera erupción descrita en fuentes históricas se remonta al año 416,

cuando, según el ‘Libro de los reyes’ javanés, «el mundo entero fue sacudido enormemente» y la isla formada por el volcán «se rompió en pedazos y se hundió en lo más profundo de la tierra», causando un fuerte tsunami.

La erupción más conocida se documentó en 1883. Como consecuencia de esa explosión, el cono del volcán

—que hasta entonces se elevaba unos 2.000 metros sobre el nivel del mar— quedó casi completamente destruido.

El estallido, equivalente a hasta 200 megatoneladas de TNT, fue 10.000 veces más intenso que el de la bomba de Hiroshima y generó un tsunami de 30 metros.

Decenas de miles de habitantes de islas vecinas murieron en el desastre, y las partículas emitidas en la atmósfera hicieron que el planeta se enfriara 0,4 ºC.

Sus efectos se notaron en lugares tan alejados como Noruega, donde el cielo se tiñó de color rojizo, un fenómeno que Edvard Munch plasmó en su famoso cuadro ‘El grito’.

La última serie de grandes erupciones fue registrada en los años 2018 y 2019. Entonces, el tsunami generado por la actividad del volcán provocó la muerte de 431 personas.

Imágenes satelitales del volcán obtenidas después de la erupción muestran una laguna en el lugar donde antes se erigía una montaña volcánica de 340 metros de altura

Ingenieros españoles consiguen convertir el calor volcánico en energía eléctrica con un pequeño dispositivo

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Investigadores de la Universidad de Navarra pusieron a la prueba su tecnología de generación termoeléctrica en las islas Canarias.
Ingenieros españoles consiguen convertir el calor volcánico en energía eléctrica con un pequeño dispositivo

Un grupo de ingenieros de la Universidad Pública de Navarra (España) ha creado un generador termoeléctrico que consideran completamente respetuoso con el medioambiente.

El invento aprovecha el calor de los volcanes para extraer energía útil.

Uno de estos dispositivos, que mide un metro de alto, fue instalado a finales de agosto en el Parque Nacional de Timanfaya, en la isla canaria de Lanzarote,

sobre una vasta anomalía geotérmica donde las temperaturas alcanzan hasta 500º C a solo dos metros de profundidad (en el área elegida rondan los 170º C).

Un artículo publicado este octubre en la revista Energy Conversion and Management recoge las propiedades físicas del entorno y de la propia instalación, cifrando en 682 megavatios la potencia anual que genera.

Los inventores ya habían comprobado que se trataba de una tecnología completamente viable tras instalar en diciembre pasado en otra isla del archipiélago, Tenerife, un pequeño prototipo junto al volcán Teide.

El aparato demostró su eficiencia y proveyó una corriente de medio vatio que se pudo transmitir a más de 14 kilómetros, según reportó el equipo en otro artículo, publicado anteriormente.

Los dispositivos construidos en Navarra captan el flujo térmico proveniente del subsuelo para que atraviese varios módulos con intercambiadores de calor situados en la parte superior del generador.

Estos módulos incluyen materiales superconductores y funcionan a base de cambios de fases, transformando en voltaje la diferencia de temperatura entre ambos lados.

A diferencia de los sistemas de producción de energía eléctrica convencionales, esta novedosa tecnología es capaz de generarla sin disponer de ninguna parte móvil,

«lo que se traduce en un dispositivo mucho más compacto, totalmente silencioso, muy robusto y fiable», según explicó la universidad en un comunicado en septiembre.

Eso hace que el aparato no precise de mantenimiento. Así, el primer prototipo funcionó durante más de ocho meses sin recibir asistencia alguna.

La potencia generada en Timanfaya equivale al consumo medio de 200 hogares españoles, calcularon los autores.

También podría hacer completamente autónoma una estación de monitoreo vulcánico, algo que hace a esta tecnología muy útil para instalaciones situadas en remotos territorios con volcanes activos.

Descubren que los incas sacrificaban a niños cuidadosamente seleccionados para servir de ofrenda a sus dioses en volcanes

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Esos menores se caracterizaban por su belleza y pureza, y los científicos aseguran que tenían una posición privilegiada en la sociedad.
Descubren que los incas sacrificaban a niños cuidadosamente seleccionados para servir de ofrenda a sus dioses en volcanes

Un equipo internacional de arqueólogos ha develado algunos de los secretos de los sacrificios humanos que, hace más de 500 años, realizaban los incas en sus

ceremonias religiosas, según un nuevo estudio publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences.

Los investigadores determinaron que para los rituales del ‘Capacocha’, uno de los más importantes en el Imperio Inca, los sacerdotes ofrendaban a los volcanes

Ampato y Pichu-Pichu, en el departamento peruano de Arequipa, a niños y adolescentes bien desarrollados, que se caracterizaba por su belleza y pureza.

Con ese fin, a los menores ‘elegidos’ se los preparaba desde su nacimiento mediante una crianza y alimentación especial, y para el momento en que iban a ser entregados a los dioses debían consumir brebajes que los hacían entrar en trance.

Los incas creían que a las deidades les agradaría ese tipo de sacrificios humanos y a cambio les concederían bendiciones y prosperidad.

Edad y sexo de los ‘elegidos’

Los científicos estudiaron los restos de cinco personas, encontrados en áreas ceremoniales a más de 5.000 metros de altura, en las cumbres de

Ampato y Pichu-Pichu.

Los análisis de esos restos congelados y parcialmente momificados determinaron que correspondían a menores de entre tres y siete años de edad, en su mayoría niñas.

Además, se concluyó que las víctimas de esos sacrificios tuvieron antes posiciones privilegiadas y provenían de las clases sociales altas, puesto que estaban bien

alimentadas y tenían una tasa de crecimiento adecuada, en comparación con los menores de estratos sociales más bajos.

15 muertos, saqueos en una ciudad y miles de huidos tras la erupción del volcán Nyiragongo, uno de los más activos y peligrosos en África

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Este domingo, las autoridades informaron que el «flujo de lava ha perdido intensidad», pero advirtieron que el peligro aún persiste.
15 muertos, saqueos en una ciudad y miles de huidos tras la erupción del volcán Nyiragongo, uno de los más activos y peligrosos en África

Al menos 15 personas fallecieron en el este de la República Democrática del Congo mientras huían de la erupción del monte Nyiragongo, que comenzó este sábado, según informo el portavoz del Ejército congoleño, Guillaume Njike, recoge Reuters.

Nueve personas murieron en accidentes de tráfico mientras la población se evacuaba de la ciudad de Goma, situada a unos 20 kilómetros del Nyiragongo, y sus suburbios,

mientras que cuatro de las víctimas son presos que intentaron escapar de una prisión de Goma durante la erupción y otras dos fallecieron a causa de las quemaduras sufridas.

La erupción del Nyiragongo se produjo cuando se abrieron fracturas en un costado del volcán, uno de los más peligrosos de África, lo que provocó flujos de lava en varias direcciones.

Ante la situación el Gobierno activó el plan de evacuación para Goma, durante la cual se registraron saqueos en la ciudad.

El flujo de lava hacia Goma se detuvo a unos cientos de metros de los límites de la ciudad, pero llegó a la carretera principal de la ciudad, aislándola por el norte.

En los suburbios más de 500 hogares quedaron destruidos.

Un flujo de lava separado que se dirigía hacia el este sobre un terreno despoblado en dirección a Ruanda también se detuvo.

El domingo, el portavoz del Gobierno, Patrick Muyaya, señaló que, según los datos de monitoreo, el «flujo de lava ha perdido intensidad».

No obstante, las autoridades advirtieron que el peligro aún persiste y que la actividad sísmica en el área podría causar más flujos de lava.

La erupción provocó pánico entre los residentes locales, que comenzaron a abandonar sus hogares dirigiéndose hacia la cercana frontera con Ruanda.

La Federación Internacional de la Cruz Roja estimó que entre 3.000 y 5.000 personas huyeron el sábado al país vecino, algunas de las cuales ya comenzaron a regresar el domingo.

  • El Nyiragongo es un volcán de 3.470 metros de altura cuya lava superfluida puede alcanzar velocidades de hasta 96 kilómetros por hora al descender por las laderas
  • Su anterior erupción fue el 17 de enero de 2002. Entonces provocó la muerte de 250 personas y dejó a 120.000 sin hogar después de que la lava cubriera casi toda la parte oriental de Goma, incluida la mitad de la pista de aterrizaje del aeropuerto
  • Su erupción más mortífera fue en 1977, cuando murieron más de 600 personas
  • A los observadores del volcán les preocupa que la actividad del Nyiragongo en los últimos cinco años refleje la de los años anteriores a las erupciones de 1977 y 2002

287 EL REGRESO DE LOS 72

287 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

En el largo crepúsculo de un sereno día de Octubre, regresan los setenta y dos discípulos

con Elías, José y Leví.

Cansados, llenos de polvo…

¡Pero, qué dichosos!

Dichosos los tres pastores por poder ya servir libremente al Maestro;

dichosos también de estar -después de tantos años de separación- unidos a sus compañeros de antaño;

dichosos los setenta y dos, por haber desarrollado bien su primera misión:

los rostros resplandecen más que las lamparillas que iluminan las cabañas

construidas para este numeroso grupo de peregrinos.

En el centro está la cabaña de Jesús.

Dentro de ella, María con Margziam, que le ayuda a preparar la cena;

alrededor, las cabañas de los apóstoles.

En la de Santiago y Judas está María de Alfeo;

en la de Juan y Santiago, María Salomé con su marido;

en la que esta pegando a esta última, Susana con su marido,

que no es ni apóstol ni discípulo…

Oficial, pero que debe haber hecho valer su derecho de estar allí,

sobre la base de haber concedido a su mujer ser toda de Jesús.

Luego, alrededor, las de los discípulos, quién con familia, quién sin ella;

los que están solos -los más- se han agregado a uno o más compañeros.

Juan de Endor ha tomado consigo al solitario Hermasteo,

pero ha tratado de acercarse lo más posible a la cabaña de Jesús;

así es que Margziam va a menudo donde él, a llevar esto o aquello,

o a alegrarle con sus palabras de niño inteligente y feliz de estar con Jesús, María y Pedro,

y además en una fiesta.

Terminada la cena, Jesús se encamina hacia las laderas del monte de los Olivos.

Los discípulos le siguen en masa.

Aislados del runrún y la multitud, después de orar en común,

informan a Jesús más ampliamente de cuanto no han podido hacerlo antes

en medio de unos que iban y otros que venían.

Se revelan asombrados y contentos, mientras dicen:

–       ¿Sabes, Maestro, que por la fuerza de tu Nombre,

hemos dominado no sólo las enfermedades sino incluso a los demonios?

¡Qué cosa, Maestro!

¡Nosotros, nosotros, unos pobres hombres, por el simple hecho de que nos habías enviado Tú

podíamos liberar al hombre del espantoso poder de un demonio!…

y narran muchos casos, sucedidos en uno u otro lugar.

Sólo de uno dicen:

–       Sus familiares, para más exactitud su madre y unos vecinos,

lo trajeron a la fuerza a nuestra presencia.

Pero el demonio se burló de nosotros diciendo:

«He vuelto aquí por voluntad suya, después de que Jesús Nazareno me había expulsado,

y ya no me vuelvo a marchar de él, porque me ama más a mí que a vuestro Maestro

y me ha buscado de nuevo».

Y, de repente, con una fuerza irresistible, arrancó al hombre de las manos del que lo sujetaba

y lo arrojó por una escarpada.

Corrimos a ver si se había reventado

Qué va, hombre!

Corría como una joven gacela, profiriendo blasfemias y palabras burlescas

que ciertamente no eran de este mundo…

Sentimos compasión de la madre…

¡Pero él! ¡Pero él! ¿Pero puede hacer eso el demonio?

Jesús dice afligido:

–       Eso y más todavía.

–       Quizás si hubieras estado Tú…

–       No.

A ese hombre le había dicho: «Ve y no quieras volver a caer en tu pecado».

Ha querido.

Era consciente de querer el Mal y ha querido.

Está perdido.

El que sufre posesión por su primitiva ignorancia es distinto del que se deja poseer

sabiendo que, haciéndolo, se vende de nuevo al demonio.

No habléis de él.

Es un miembro amputado sin esperanza.

Es un voluntario del Mal.

Alabemos, más bien, al Señor por las victorias que os ha dado.

Yo sé el nombre del culpable y los nombres de los salvados.

Veía a Satanás caer del Cielo como un rayo por vuestro mérito unido a mi Nombre.

Porque he visto también vuestros sacrificios, vuestras oraciones,

el amor con que ibais a los desdichados para cumplir lo que Yo había indicado.

Habéis obrado con amor y Dios os ha bendecido.

Otros harán lo mismo que hacéis vosotros, pero sin amor,

y no obtendrán conversiones…

Mas no os alegréis por haber dominado a los espíritus,

alegraos porque vuestros nombres están escritos en el Cielo.

No los borréis jamás de allí…

–      Maestro,

¿Cuándo vendrán esos que no van a obtener conversiones?

¿Quizás cuando ya no estés con nosotros? 

–       No, Agapo.

En todo tiempo.

–        Es decir, ¿Incluso mientras nos adoctrinas y nos amas?

–        Sí.

Amaros, os amaré siempre, aunque estéis lejos de mí.

Mi amor llegará siempre a vosotros y lo sentiréis.

–        ¡Es verdad!

Yo lo sentí una tarde que estaba preocupado por no saber qué responder

a las preguntas de uno.

Ya estaba para marcharme avergonzado.

Pero me acordé de tus palabras:

«No temáis. En su momento se os darán las palabras que habréis de decir»,

te invoqué con mi espíritu.

Dije: «Sin duda Jesús me ama, así que pido el auxilio de su amor»

y me vino el amor…

Como un fuego, una luz… una fuerza…

El hombre estaba frente a mí, y me observaba y sonreía maliciosamente con ironía,

haciendo guiños a sus amigos;

se sentía seguro de vencer la disputa.

Abrí mi boca y fue como un torrente de palabras que salía con gozo de mi necia boca.

Maestro, ¿Viniste realmente o fue una ilusión?

No lo sé.

Sé que, al final, el hombre – y era un escriba- se ha arrojado a mi cuello diciéndome:

“Bienaventurado tú y quien te ha conducido a esta sabiduría».

Me pareció una persona deseosa de buscarte. ¿Vendrá?

–       La idea del hombre es lábil como palabra escrita en el agua,

su voluntad se mueve cual ala de golondrina que revolotea en busca de la última comida del día.

De todas formas, ora por él…

Y… sí, fui a ti.

Y como tú, me tuvieron también Matías y Timoneo, Juan de Endor, Simón, Samuel y Jonás.

Quién advirtió mi presencia, quién no la advirtió; pero he estado con vosotros,

y estaré con quien me sirva en amor y verdad, hasta el final de los siglos.

–       Maestro, no nos has dicho todavía si entre los presentes habrá personas sin amor…

–       No es necesario saberlo.

Sería falta de amor por mi parte, indisponeros hacia un compañero que no sabe amar.

–       ¿Pero hay?

Esto sí lo puedes decir…

–        Hay.

El amor es la cosa más sencilla, dulce e infrecuente que hay;

no siempre arraiga, aunque haya sido sembrado.

–        Pero, si no te amamos nosotros,

¿Quién te puede amar?

Casi hay indignación en los apóstoles y discípulos, que se alborotan, descontentos,

por la sospecha y el dolor.

Jesús baja los párpados.

Y con sus ojos cela también su mirada para que no señale a nadie.

Eso sí, hace su gesto de resignación, el gesto dulce y triste de sus manos,

que se abren con las palmas hacia arriba;

su gesto de resignada confesión, de resignada constatación,

y dice:

–        Así debería ser.

Pero no es así.

Muchos todavía no se conocen.

Pero Yo sí los conozco y siento compasión de ellos.

Pedro pregunta:

–        ¡Oh!

¡Maestro, Maestro!

¿No seré yo, eh? 

Mientras se pega literalmente a Jesús, aplastando al pobre Margziam entre sí y el Maestro.

Y echa sus brazos cortos y robustos a los hombros de Jesús.

Y lo agarra y lo menea, enloquecido por el terror de ser uno que no ama a Jesús.

Jesús abre sus ojos, luminosos a pesar de estar tristes.

Y mira el rostro interrogativo y aterrorizado de Pedro,

y le dice:

–        No, Simón de Jonás, tú no eres;

tú sabes amar y sabrás amar cada vez más;

tú eres mi Piedra, Simón de Jonás,

una buena piedra, sobre la cual apoyaré las cosas que más quiero.

y estoy seguro de que las sostendrás imperturbable.

–       ¿Y entonces?,

–       ¿Yo?,

–       ¿Yo?

Las preguntas se repiten de boca en boca, como el eco.

–        ¡Calma!

¡Calma! Estad tranquilos y esforzaos en poseer todos el amor.

–        Pero, de nosotros,

¿Quién sabe amar más?

Jesús extiende su mirada (una caricia sonriente) a todos…

luego baja su mirada y la posa en Margziam, que sigue apretado entre Él y Pedro,

y apartando un poco a Pedro y poniendo al niño de cara a la pequeña muchedumbre,

dice:

–        Éste es el que más sabe amar de vosotros.

El niño.

No os acongojéis, de todas formas,

los que tenéis ya barba en la cara e hilos canos en los cabellos.

Todo el que renace en Mí se hace «un niño».

¡Marchaos en paz!

Alabad a Dios, que os ha llamado,

porque verdaderamente veis con vuestros ojos los prodigios el Señor.

Bienaventurados los que vean lo que vosotros veis.

Porque os digo que muchos profetas y reyes anhelaron ver lo que vosotros veis y no lo vieron,

y muchos patriarcas habrían querido saber lo que vosotros sabéis y no lo supieron,

y muchos justos habrían querido escuchar lo que vosotros oís y no pudieron escucharlo.

Mas, de ahora en adelante, los que me amen sabrán todo.

–       ¿Y después, cuando te vayas, como dices?

–       Después hablaréis vosotros por mí.

Y luego…

¡Oh, las grandes formaciones, no por número sino por gracia,

de los que verán, sabrán y escucharán lo que vosotros ahora veis, sabéis y oís!

¡Oh, las grandes, amadas formaciones de mis «pequeños-grandes»!

¡Ojos eternos, mentes eternas, oídos eternos!

¿Cómo explicaros a vosotros que estáis en torno a mí lo que será este eterno vivir

-más que eterno, sin medida- de los que me amarán y por mí serán amados

Nacimiento del Estado de Israel 14 de mayo de 1948

hasta el punto de abolir el tiempo, y serán los «ciudadanos de Israel»

aunque vivan cuando ya Israel no sea sino un recuerdo de nación-,

los contemporáneos de Jesús vivo en Israel?

Estarán conmigo, en Mí,

hasta el punto de conocer lo que el tiempo ha borrado y la soberbia ha confundido.

¿Qué nombre les daré?

Vosotros apóstoles, vosotros discípulos, los creyentes serán llamados «cristianos».

¿Y éstos? ¿Qué nombre tendrán éstos?

Un nombre conocido solamente en el Cielo.

¿Qué premio tendrán ya en la Tierra? Mi beso, mi voz, el calor de mi carne.

Todo, todo, todo Yo mismo. Yo, ellos. Ellos, Yo.

20. y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. GÁLATAS 2

¡La comunión total…

Podéis iros.

Yo me quedo aquí a deleitar mi espíritu en la contemplación de mis futuros conocedores

y amantes absolutos.

La paz sea con vosotros.

286 CONVERSION Y ENTREGA ABSOLUTA

286 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Es la Fiesta de los Tabernáculos.

El famoso campo de los Galileos, es lo que significa la palabra usada por Jesús

para designar el lugar de encuentro con los setenta y dos discípulos enviados delante de El

es sino una parte del monte de los Olivos, más apartado hacia el camino de Betania

 Es también el lugar exacto en que también acamparon Joaquín y Ana con el entonces pequeño Alfeo,

junto a otras chozas de ramas, en los Tabernáculos que precedieron a la concepción de la Virgen.

La cima del monte de los Olivos es suave:

Todo es suave en ese monte: las subidas, los panoramas, la cima.

Espira realmente paz, vestido como está de olivos y silencio.

Ahora no, porque ahora es un verdadero hormigueo de gente aplicada a hacer las chozas.

Pero generalmente es un lugar de gran quietud, de meditación.

Hacia el norte, hay una leve depresión; luego una nueva cima,

aún menos cerrada que la del monte de los Olivos

Aquí, en esta explanada, acampan los galileos.

No sé si es por costumbre religiosa ya secular o si es por orden de los romanos,

con la finalidad de evitar choques con los judíos o con otros de otras regiones,

poco corteses con los galileos. 

Pero ya están ahí muchos galileos, entre los cuales Alfeo de Sara de Nazaret,

Judas, el anciano hacendado de la zona de Merón, al arquisinagogo Jairo

y otros venidos de Betsaida, Cafarnaúm y otras ciudades galileas.

Jesús señala el lugar que deberán ocupar para sus cabañas:

justo en las lindes orientales del campo de los Galileos.

Se ponen a construir las cabañas los apóstoles y algunos discípulos,

entre los cuales están el sacerdote Juan y el escriba Juan, el arquisinagogo Timoneo,

más Esteban, Hermasteo, José de Emaús, Abel de Belén de Galilea. 

En esto -mientras construyen las cabañas…

Jesús habla con unos niños de Cafarnaúm que se han ceñido en torno a Él y le están

preguntando un sinfín de cosas y confiándole otras tantas-,

por el camino que viene de Betania, aparece Lázaro, junto con el inseparable Maximino.

Jesús está vuelto de espaldas y no lo ve venir.

En cambio Judas sí lo ve y avisa al Maestro, el cual deja automáticamente a los niños

y, sonriendo, se dirige hacia su amigo.

Maximino se detiene para dejar plena libertad a los dos en el primer momento de su encuentro.

Lázaro recorre los últimos metros, caminando con más dificultad que nunca,

rápidamente en la medida de sus posibilidades,

con una sonrisa en la que tiemblan el sufrimiento en su boca y las lágrimas en sus ojos.

Jesús abre los brazos y Lázaro cae sobre su corazón prorrumpiendo en un fuerte llanto. 

Jesús le pregunta:

–       Pero hombre, amigo mío, ¿Lloras todavía?…

Y lo besa en la sien, porque es bastante más alto que Lázaro y le sobresale toda la cabeza.

Y parece todavía más alto, porque Lázaro está inclinado en su abrazo de amor y respeto).

Levanta por fin la cabeza Lázaro,

y dice:

–       Lloro, sí.

El año pasado te di las perlas de mi triste llanto… 

Justo es que recibas las perlas de mi llanto de alegría.

¡Maestro, Maestro mío!

Estimo que nada hay más humilde y santo que el llanto bueno…

Y es lo que te doy, para decirte «gracias» por mi María,

que ahora es enteramente una niña dichosa, serena, pura, buena…

¡Mucho más buena todavía que cuando era pequeña!

Yo, que en mi orgullo de israelita fiel a la Ley me sentía muy por encima de ella,

ahora me siento muy pequeño, muy nada, respecto a ella,

que ya no es una criatura sino una llama de fuego, una llama santificadora.

Yo… no llego a entender dónde halla esa sabiduría, esas palabras, esas obras que encuentra

y que edifican a toda la casa.

La miro como se mira un misterio.

¿Cómo, tanto fuego y tantas gemas podían ocultarse en tranquila convivencia

Señor, enciende mi corazón en el FUEGO de tu AMOR ARDIENTE y ayúdame a AMAR como Tú Quieres que lo haga...

bajo tanta podredumbre?

Ni yo ni Marta subimos hasta donde ella sube.

¿Cómo lo hace, si ha tenido rotas las alas por el vicio?

No entiendo…

–        Ni falta que hace que entiendas.

Con que entienda Yo.

Pero te digo que María tiene las energías de su ser orientadas hacia el Bien.

Ha encauzado su temperamento hacia la perfección.

Y dado que es un temperamento de poderoso absolutismo,

se lanza sin reservas por este camino.

Utiliza su experiencia del mal, para ser potente en el bien, como lo fue en el mal;

usando los mismos sistemas de darse enteramente, que tenía en el pecado,

ahora se da toda a Dios.

Ha comprendido la ley del 

«ama a Dios con todo tu ser, con tu cuerpo y con tu alma, con todas tus fuerzas».

Si Israel estuviera hecho de Marías, si el mundo estuviera hecho de Marías,

tendríamos en la tierra el Reino de Dios cual será en el altísimo Cielo.

–        Oh!…

¡Maestro, Maestro!

¡Y es María de Mágdala la que merece estas palabras!…

–        Es María de Lázaro,

la gran amiga hermana del gran amigo mío.

¿Cómo habéis sabido que estaba aquí, si todavía mi Madre no ha ido a Betania?

–        venido, forzando el camino,

el encargado de Agua Especiosa y me ha dicho que venías.

Todos los días he mandado aquí a uno de la servidumbre.

Hace poco ha vuelto diciendo: «Ha llegado. Está en el campo galileo».

Me he puesto en marcha inmediatamente…

–        Pero si estás mal…

–       ¡Muy mal, Maestro!

Estas piernas…

–        ¡Y has venido!

Habría ido Yo pronto…

–        Mi prisa por manifestarte mi alegría era demasiado angustiosa

Hace meses que lo tengo dentro. ¡Una carta!

¡Qué es una carta para decirte una cosa como ésta!

Ya no podía esperar más…

¿Vas a venir a Betania?

–       Ciertamente.

En cuanto termine la fiesta.

–        Te esperan con gran impaciencia…

La griega… ¡Qué mente!

Converso mucho con ella, ávida de saber de Dios.

Pero es muy culta…

Y yo, que no sé bien ciertas cosas, debo ceder;

haces falta Tú.

–        Iré.

Ahora vamos con Maximino;

luego, te ruego que te consideres mi invitado.

Mi Madre se alegrará al verte.

Y podrás descansar.

Dentro de poco vendrá con el niño.

Y Jesús llega donde Maximino, el cual se arrodilla para saludarlo…

238 EL SACRIFICIO PERFECTO

238 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

LAS ALMAS VÍCTIMAS Y CORREDENTORAS

Precisamente a orillas del profundo torrente, Jesús encuentra a Isaac con muchos discípulos, conocidos y desconocidos.

Entre los conocidos están: el arquisinagogo de Agua Especiosa, Timoneo;

José, el acusado de incesto, de Emaús;

el joven que no  fue a enterrar a su padre por seguir a Jesús;

Esteban el discípulo de Gamaliel.

El salvado Abel;

Abel el leproso, curado el año anterior cerca de Corazaín;

con su amigo Samuel; el barquero de Jericó, Salomón;

Son rostros conocidos de discípulos y hay además otros, conquistas de Isaac.

O de los mismos discípulos que siguen al núcleo principal, con la esperanza de encontrar a  Jesús.

El encuentro es afectuoso, alegre, reverente. 

Isaac está radiante por la alegría de ver al Maestro y de enseñarle su nuevo rebaño,

y como premio pide una palabra de Jesús para la turba que tiene consigo.  

Jesús pregunta.

–      ¿Conoces un lugar tranquilo donde nos podernos reunir

Isaac contesta:

–       En el extremo del golfo hay una playa desierta.

Allí hay unas casitas de pescadores, que en este período están deshabitadas,

porque son malsanas y porque, la época de la pesca de pescado para salazón ya ha terminado.

Y los pescadores van a la Siro-Fenicia a la pesca de la púrpura.

Muchos de ellos ya creen en ti, porque, han oído hablar en las ciudades portuarias y por contactos con los discípulos;

me han cedido las casitas para descansar nosotros.

Después de cada misión volvemos a ellas.

Porque en esta costa hay mucho que hacer; está completamente corrompida por muchas cosas.

Querría llegar hasta la Siro-Fenicia.

Podría hacerlo por mar, porque la costa está demasiado caldeada por el sol como para recorrerla a pie.

Pero soy pastor, no marinero.

Y de éstos no hay ninguno que sepa navegar.

Jesús, que está escuchando atentamente, con una leve sonrisa, un poco agachado.

¡Tan alto como es Él, teniendo de frente al pequeño pastor, que refiere todo como un soldado a su general!.

Jesús responde:

–     Dios te ayuda por tu humildad.

Si aquí me conocen es por ti, discípulo, no por los otros.

Vamos a preguntar a los del lago si se sienten en condiciones de navegar en el mar.

Y si podemos, iremos a Siro-Fenicia.

Y se vuelve, buscando a Pedro, Andrés, Santiago y Juan,

que conversan animadamente con algunos discípulos.

Mientras, Judas Iscariote está detrás congratulándose con Esteban, y Simón Zelote.

Bartolomé y Felipe están con las mujeres.

Los otros cuatro están con Jesús.

Los cuatro pescadores van enseguida.  

Jesús les pregunta:

–       ¿Seríais capaces de navegar en el mar? 

Los cuatro se miran, perplejos.

Pedro se remueve el pelo mientras piensa.

Luego pregunta:

–       Pero, ¿dónde?

¿Muy fuera de la costa?

Nosotros somos peces de agua dulce…

–      No.

Siguiendo la costa hasta Sidón.

–     ¡Hombre!, pues…

Creo que se puede.

y volviéndose hacia los otros tres:

¿Vosotros qué pensáis?

Santiago dice: 

–      Yo también creo que sí.

Sea mar o sea lago, será en todo caso lo mismo: agua.  

Juan añade:

–     Es más, será más bonito y más fácil.

–     La verdad es que no sé de dónde sacas eso – le responde su hermano.

Pedro responde bromeando:

–      De su amor por el mar.

Quien ama una cosa ve en ella todas las perfecciones.

Si amaras así a una mujer, serías un marido perfecto. 

Y Pedro da unos meneos afectuosos a Juan.  

Juan responde convencido:

–      No.

Lo digo porque en Ascalón vi que las maniobras eran iguales y la navegación muy suave.

Pedro exclama:

–      ¡Pues entonces, vamos! 

Santiago observa:

–      De todas formas sería siempre mejor llevar con nosotros a uno del lugar.

No conocemos este mar ni la profundidad de estas aguas  

Andrés añade:

–      ¡Bah!…

¡No me preocupa lo más mínimo!

¡Tenemos a Jesús con nosotros!

Antes no me sentía todavía seguro,

¡Pero después de que ha calmado el lago!…

Vamos, vamos con el Maestro a Sidón, que quizás hay alguna cosa buena que realizar –

–     Pues entonces iremos.

Procura las barcas para mañana.

Pídele a Judas de Simón la bolsa.

La alegría con qué manifiestan todos los discípulos esta decisión de Jesús es muy grande…

Y, mezclados juntos apóstoles y discípulos vuelven sobre sus pasos y se encaminan hacia la ciudad.

La rodean por su periferia hasta que llegan a la punta extrema de la bahía.

Punta que penetra en el mar como un brazo doblado.

Allí, unas pocas casuchas, esparcidas por la costa guijarrosa y breve,

representan el lugar más miserable de la ciudad.

El más deshabitado y menos  continuamente poblado.

Las pequeñas casas -cubos de muro desmoronado por la salobridad y los años- están, todas, cerradas.

Cuando los discípulos las abren, dejan ver su humeada miseria y su moblaje reducido verdaderamente a lo mínimo indispensable.  

Isaac, que se encarga del recibimiento de los huéspedes,.

dice:

–      Aquí están.

Son, si no bonitas, por lo menos muy cómodas y limpia.

Pedro con cierto retintín.

comenta:

–      ¡No, bonitas no, pobrecillas!

Agua Especiosa era un palacio comparada con éstas. 

¡Y había quien se quejaba!… 

–     Pero para nosotros son una suerte.

–     ¡Claro, claro!

Lo importante es tener un techo y amarse.

¡Ah… mira, aquí está nuestro Juan!

¿Cómo estás? ¿Dónde estabas?

Pero Juan de Endor, no sin sonreírle a Pedro.

Va inmediatamente a venerar a Jesús, que lo saluda con palabras muy buenas.  

Isaac dice:

–      No he querido que viniera porque no ha estado muy bien…

Prefiero que esté aquí.

Se desenvuelve muy bien con la gente de la ciudad y con quien le pide noticias acerca del Mesías…

En efecto, el hombre de Endor está mucho más delgado que antes.

Pero su rostro aparece sereno.

La delgadez le ennoblece los rasgos:

viéndolo, se piensa en uno ya afectado por el dúplice martirio de la carne y del espíritu.

Jesús lo observa y le pregunta:

–      ¿Estás enfermo, Juan?

–     No más de cuanto lo estaba antes de verte.

Esto respecto al cuerpo, porque, si me juzgo bien, estoy curándome de mis particulares heridas.

Jesús mira todavía un momento sus ojos serenos y sus sienes hundidas,

pero no dice nada más;

le pone, eso sí, una mano en el hombro.

Y entra con él en una de las casitas, a la que han traído unos cántaros de agua de mar para refrescar los pies cansados,

Junto con unas tinajas de agua fresca para la sed.

Fuera, sobre una tosca mesa colocada a la sombra de una… ilusión de pérgola de plantas trepadoras,

se preparan las cosas para comer.

Y es bonito, mientras el crepúsculo desciende y el mar musita las oraciones del atardecer;

con el frufrú de la resaca en la playita guijarrosa, ver la cena de Jesús con las mujeres y los apóstoles,

sentados en torno a la tosca mesota.

Mientras los demás,

quién sentado en el suelo, quién en taburetes o cestas puestas al revés,

hacen círculo alrededor de la mesa principal.

Pronto termina la cena.

Y más rápidamente todavía, quitan la mesa, los utensilios para los huéspedes más importantes eran muy pocos. 

El mar, en la noche aún sin luna, ha tomado un color negro-añil.

toda su grandeza se manifiesta en esta hora triste y solemne de las orillas marinas.

Jesús, altura blanca entre las sombras cada vez más oscuras,

se levanta de la mesa para ir al centro de una pequeña muchedumbre de discípulos,

mientras las mujeres se retiran.

Isaac y otro encienden sobre la arena unas pequeñas hogueras para que den luz y también para mantener a distancia,

las nubes de mosquitos que vienen de los esteros cercanos.  

Jesús saluda:

–     Paz a todos vosotros.

La misericordia de Dios nos reúne antes del tiempo establecido y alegra recíprocamente nuestros corazones.

He escudriñado todos vuestros corazones, moralmente buenos, como lo demuestra el hecho de estar aquí; 

esperándome, formándoos en Mí;

espiritualmente todavía imperfectos, como lo demuestran ciertas reacciones vuestras;

que manifiestan que perdura en vosotros el hombre viejo de Israel, con todos sus conceptos y prejuicios.

Y cómo todavía no ha salido de él, cual mariposa de su larva, el hombre nuevo, el hombre del Cristo,

el hombre que del Cristo tiene la grande, luminosa, misericordiosa mentalidad y la aún mayor caridad.

Pero, no os avergoncéis de que haya escudriñado vuestros corazones y leído todos sus secretos.

Un maestro debe conocer a sus discípulos para poderles corregir sus defectos.

Y, creedme, si es un buen maestro, no siente desagrado por los más defectuosos; 

sino que es precisamente a éstos a quienes más se dedica para mejorarlos.

Y sabéis que Yo soy un buen Maestro.

Vamos a examinar ahora juntos estas reacciones y prejuicios

vamos a tratar de considerar juntos el motivo de nuestra presencia aquí.

y, por la alegría que nos produce este estar unidos, sepamos bendecir al Señor;

que siempre, de un bien particular, obtiene un bien colectivo.

He oído de vuestros labios la admiración por Juan de Endor;

tanto más porque se profesa pecador convertido y apoya su tesis de predicación,

en medio de aquellos a quienes quiere conducir a Mí,

en estas dos características suyas, la vieja y la nueva.

Es verdad. Era un pecador.

Ahora es un discípulo.

Muchos de vosotros si han venido al Mesías ha sido gracias a él.

Ved, pues, cómo Dios crea el nuevo pueblo de Dios precisamente con aquellos medios que el hombre viejo de Israel despreciaría.

Ahora os voy a rogar que os abstengáis de juzgar con malsano juicio,

la presencia de una hermana que el viejo Israel no comprende como discípula.

He ordenado a las mujeres que se fueran a descansar

Pues bien, la razón de esta orden mía, que ciertamente ha apenado a las discípulas,

no era tanto la preocupación de que descansaran, cuanto la de poderos dar a vosotros  una santa valoración de una conversión.

Y la preocupación de impediros un pecado contra el amor y la justicia.

María de Mágdala, la gran pecadora de Israel, aquella que no tenía disculpa de su pecado, ha vuelto al Señor.

¿De quién podrá esperar ella fe y misericordia, sino de Dios y de los siervos de Dios?

Todo Israel, y con Israel los extranjeros que viven entre nosotros, aquellos que mucho la conocen…

Y severamente la juzgan, ahora que ya no es cómplice de sus excesos, critican y ridiculizan esta resurrección.

Resurrección. Es la palabra más exacta.

Resucitar un cuerpo no es el mayor milagro;

es un milagro siempre relativo, destinado a quedar un día anulado por la muerte.

Yo no doy inmortalidad al resucitado en cuerpo.

La CONVERSIÓN, es la RESURRECCIÓN ESPIRITUAL

Pero sí doy eternidad al resucitado en espíritu.

Además, mientras que, en el caso de un muerto en el cuerpo, el muerto no une su voluntad de resucitar a la mía; 

por tanto, no hay mérito por su parte.

En el resucitado en el espíritu está presente su voluntad.

Es más, es la primera presente.

Por tanto hay mérito del resucitado.

No os digo esto para justificarme.

Sólo a Dios debo rendir cuenta de mis acciones.  

Jesús con su gran humildad, como Mesías y como Hombre, puntualiza con esto que se considera además de Hijo; sólo un siervo de Dios… 

Pero como Dios Encarnado, no tiene porqué dar cuenta de sus actos; pues SIEMPRE es guiado por los otros Dos, (el Padre y el Paráclito) que habitan en ÉL…

Pero vosotros sois mis discípulos.

Y mis discípulos deben ser otros Jesús. (Otros Cristos)

En la Tierra el Amor de Jesús DOSIFICA nuestro calvario, Y ÉL ES EL CIRENEO que nos ayuda a recorrer el Camino…

No debe haber en ellos ningún desconocimiento, como tampoco ninguna de esas culpas inveteradas,

que hacen que muchos estén unidos a Dios sólo nominalmente.

Todo es susceptible de buenas acciones, hasta las cosas aparentemente menos apropiadas.

Cuando una materia se presenta ante la voluntad de Dios, aunque se trate de la más inerte, helada y repelente;,

puede transformarse en movimiento, llama y belleza pura.

Os propongo una comparación sacada del libro de los Macabeos.

Cuando el rey de Persia dejó partir a Nehemías para Jerusalén,

se quisieron ofrecer sacrificios en el Templo que había sido reconstruido y en el altar purificado.

Nehemías recordaba cómo, en el momento de la caída en manos de los persas,

los sacerdotes encargados del culto de Dios habían tomado el fuego del altar

y lo habían escondido en un lugar secreto, en el fondo de un valle, en un pozo profundo y seco,

Y que lo hicieron tan bien y tan secretamente,

que sólo ellos supieron dónde estaba el fuego sagrado.

Esto recordaba Nehemías.

Y recordándolo, llamó a los nietos de aquellos sacerdotes;

para que fueran al lugar indicado por los sacerdotes a sus hijos, antes de morir.

Éstos a su vez se lo habían indicado a sus hijos, transmitiendo de esta forma el secreto de padres a hijos.

Y trajeran el sagrado fuego para encender el fuego del sacrificio.

Pero, cuando bajaron los nietos al pozo secreto, no encontraron fuego sino densa agua.

Un lodo putrefacto, fétido, pesado, que se había filtrado allí,

procedente de todas las cloacas obturadas de la devastada Jerusalén.

Y se lo dijeron a Nehemías.

Mas éste ordenó que cogieran agua de aquella y que se la trajeran.

Habiendo ordenado que se pusiera la leña encima del altar, y encima de la leña los sacrificios; 

roció abundantemente todo, para que todo quedara asperjado con el agua legamosa.

Si el pueblo asombrado, miraba con respeto;

si los sacerdotes, escandalizados, ejecutaron con respeto,

fue sólo porque era Nehemías el que lo ordenaba.

Pero, ¡cuánta tristeza en sus corazones, cuánta desconfianza!

De la misma forma que había nubes en el cielo que ponían triste el día;

en los corazones la duda ponía melancólicos a los hombres.

Mas he aquí que el sol desgarró las nubes y descendió con sus rayos al altar.

Y la leña asperjada con el agua legamosa, se encendió con una gran llama que enseguida inflamó el sacrificio;

mientras los sacerdotes oraban con las oraciones que había compuesto Nehemías.

Y con los más bellos himnos de Israel, hasta que todo el sacrifico quedó consumido.

Entonces para persuadir a la multitud de que Dios tiene poder para realizar prodigios,

con las materias menos adecuadas si se usan con recto fin,

Nehemías ordenó que con el resto del agua se asperjara una serie de piedras grandes.

Y las piedras asperjadas prendieron fuego y en él se consumieron en la intensa luz que venía del altar.

Cada alma es un fuego sagrado, encendido por Dios en el altar del corazón; 

para que consuma el holocausto de la vida con amor al Creador de la vida.

Toda vida es holocausto, si se emplea bien;

cada día es un holocausto que ha de arder con santidad.

Pero llegan los depredadores, los opresores del hombre y de su alma.

El fuego cae en el pozo profundo.

No por santa necesidad, sino por nefasta necedad.

Y allí, sumergido en los desagües de todas las sentinas de los vicios, se transforma en lodo putrefacto y pesado,

hasta que no desciende a esa profundidad un sacerdote y devuelve a la luz del sol aquel lodo…

Y lo deposita sobre el holocausto de su propio sacrificio.

Porque habéis de saber que no basta el heroísmo de la persona que se convierte;

es necesario también el heroísmo de quien convierte.

Es más, éste debe preceder a aquél,

porque las almas se salvan con el sacrificio nuestro.

Almas víctimas y corredentoras; fusionadas con Cristo en la Cruz

Porque así se logra que el lodo se convierta en llama.

Y Dios juzgue perfecto y grato a su santidad;

el holocausto que se consume.

Es entonces cuando, no bastando para persuadir al mundo;

de que el lodo arrepentido, es más abrasador que el fuego común…

Aunque sea fuego consagrado, que sirve sólo para consumir leña y víctimas.

O sea, materias combustibles; 

Señor, enciende mi corazón en el FUEGO de tu AMOR ARDIENTE y ayúdame a AMAR como Tú Quieres que lo haga...

Este lodo arrepentido adquiere tal potencia;

que puede encender y devorar hasta las piedras, material incombustible.

¿Y no os preguntáis de qué le viene a este lodo esta propiedad?

¿No lo sabéis?

Os lo diré:

Es porque en el fuego del arrepentimiento ellos se funden en Dios,

Llama con llama;

llama que sube, llama que desciende;

llama que se ofrece amando, llama que se concede amando;

abrazo de dos que se aman, que se encuentran de nuevo,

que se unen y forman una cosa sola.

Y dado que la llama más fuerte es la de Dios,

ésta excede, rebosa, penetra, asume…

CORAZÓN ARDIENTE

Y la llama del lodo arrepentido deja de ser llama relativa de ser creado, para  ser llama infinita de Ser increado:

del Altísimo, el Potentísimo, el Infinito, de Dios.

Esto son los grandes pecadores verdaderamente convertidos, totalmente convertidos;

generosamente entregados a la conversión sin quedarse con nada del pasado;

consumiéndose primero ellos mismos, su parte más pesada, con la llama que se  levanta de su propio barro;

que ha acudido a la Gracia y que por ella ha sido tocado.

En verdad, en verdad os digo que muchas piedras de Israel recibirán el impacto del fuego de Dios;

por estos hornos de fuego que arderán cada vez más, hasta la consumición de la criatura humana.

Y que seguirán devorando con su fuego las piedras: 

las tibiezas, las incertidumbres, las timideces de la Tierra, desde su trono del Cielo,

verdaderos espejos sobrenaturales que recogen las Luces Unas y Trinas;

para hacerlas converger en la Humanidad y encenderla de Dios.

Os repito que no tenía necesidad de justificar mis actos;

pero he querido que entrarais en mi concepto y lo hicierais vuestro.

Para ahora y para otros casos futuros semejantes, cuando Yo ya no esté con vosotros.

Que nunca un concepto desviado;

una sospecha farisaica de contaminar a Dios llevándole un pecador arrepentido,

os detenga en esta obra, que es coronación perfecta de la misión a que os destino.

Tened siempre presente que no he venido a salvar a los santos, sino a los pecadores.

Y haced vosotros lo mismo, porque el discípulo no está por encima del Maestro.

Y si Yo no aborrezco el tomar de la mano los desechos de la Tierra que sienten necesidad del Cielo,

que la sienten por fin…

Y jubiloso, los conduzco a Dios porque ésta es mi misión…

Y cada conquista es una justificación de mi Encarnación humilladora del Infinito;

pues no lo aborrezcáis tampoco vosotros, hombres limitados,

que en mayor o menor grado habéis conocido todos, la imperfección;

hechos de la misma naturaleza que vuestros hermanos pecadores;

hombres que elijo como salvadores para que continúen mi obra por todos los siglos de la Tierra,

de forma que sea como si Yo siguiera viviendo en ella con secular existencia.

Y así será porque la unión de mis sacerdotes será como la parte vital en el gran cuerpo de mi Iglesia,

de que Yo seré el Espíritu animador;

Nuestro verdadero bautismo lleno de gloria y júbilo celestial, es cuando somos capaces de decir: «Crucifícame Señor, porque te adoro sobre todas las cosas…

Y hacia esta parte vital, convergerán las infinitas partículas de los creyentes;

para constituir un único Cuerpo que recibirá su nombre de mi Nombre.

Pero si faltara la vitalidad en la parte sacerdotal,

¿Podrían las infinitas partículas tener vida?

Verdad es que Yo, estando en el cuerpo, podría impulsar mi Vida hasta las partículas más lejanas,

sin hacer caso de las cisternas y canales obturados o inútiles, indóciles a su ministerio.

Porque la lluvia penetra hasta donde quiere.

Y las partículas buenas, capaces por sí mismas de querer la vida, vivirían igualmente mi Vida.

Pero, ¿Qué sería entonces el Cristianismo?

Cercanía de almas;

cercanas, pero separadas por canales y cisternas que ya no serían lazos de unión distribuidores de la sangre vital

Aquí está TODO EL PODER, que nos convierte en corredentores

proveniente de un único centro para cada una de las partículas;

serían, más bien, muros y precipicios de separación, y las partículas se mirarían, humanamente hostiles,

sobrenaturalmente afligidas, de una orilla a otra, diciendo en sus espíritus:

«¡Y éramos hermanos y tales nos sentimos todavía, a pesar de que nos hayan separado!».

Cercanía. No fusión.

No un organismo.

Y por encima de esta ruina, resplandecería doliente mi amor…

Y añado:

No penséis que esto vale sólo para los cismas religiosos. No.

Sirve también para todas las almas que quedan solas, 

porque los sacerdotes no quieren sostenerlas, ocuparse de ellas, amarlas,

contraviniendo con ello a su misión, que es la de decir y hacer lo que Yo digo y hago.

O sea: «Venid a mí todos vosotros, que os conduciré a Dios».

Idos en paz ahora y que Dios esté con vosotros.  

Los presentes, en conjunto, lentamente se marchan.

Cada uno hacia la casa que lo hospeda;

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223 PARÁBOLA DEL DRACMA PERDIDO

223 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Ya se ve Mágdala, que se extiende en el borde del lago.

De frente, el sol naciente; a sus espaldas, la montaña de Arbela, que la protege del viento.

Y el estrecho valle peñascoso y agreste, por el que desemboca un pequeño torrente en el lago;

que se adentra hacia el occidente, con sus paredes rocosas a pico,

llenas de una belleza seductora y severa.   

Desde la otra barca,

Juan grita: 

–     ¡Maestro!

Ahí está el valle de nuestro retiro…

Y se ilumina su rostro como si se hubiera encendido un sol en su interior.  

Jesús sonriente confirma: 

–     Nuestro valle.

Sí, lo has reconocido bien.

–     No se puede no recordar los lugares en que se ha conocido a Dios.

–     Entonces yo recordaré siempre este lago…

Porque aquí te he conocido.

¿Sabes, Marta, que aquí vi al Maestro una mañana?…  

Pedro está haciendo las maniobras para atracar…

Y recuerda:  

–     Sí…

Y por poco si no nos vamos todos al fondo.

Nosotros y vosotros.

Mujer, créeme, tus remadores no valían un comino. 

Magdalena confirma:

–     No valían nada ni los remadores ni quienes con ellos iban…

De todas formas fue el primer encuentro y eso vale mucho.

Luego te vi en el monte, después en Mágdala y a continuación en Cafarnaúm…

Muchos encuentros, muchas cadenas rotas…

Pero Cafarnaúm ha sido el lugar más hermoso porque allí me has liberado…  

La barca ha quedado quieta y dispuesta.

Todos se disponen a poner pie en tierra.

Ya han bajado los de la otra barca.

Entran en la ciudad.

La curiosidad simple o… no simple de los habitantes de Mágdala;

debe ser como una tortura para la Magdalena.

Pero ella la soporta heroicamente, siguiendo al Maestro, que va delante en medio de todos sus apóstoles;

mientras que las tres mujeres van detrás de ellos.

El cuchicheo es fuerte; no falta la ironía.

Todos los que aparentemente por temor a represalias, respetaban a María;

cuando era la poderosa dominadora de Mágdala;

ahora que la ven separada para siempre de sus amigos pudientes, humilde y casta;

se permiten manifestaciones de desprecio y epítetos poco lisonjeros.

Marta, que sufre tanto como ella por esto,

le pregunta:

–     ¿Quieres retirarte a casa?

María se niega: 

–     No.

No dejo al Maestro.

Y antes de que la casa no haya sido purificada de todo recuerdo del pasado, no lo invito a entrar.

–     ¡Pero estás sufriendo, hermana!…

–     Me lo merezco.

Y la verdad es que debe sufrir:

el sudor que aljofara su rostro y el rubor que la cubre incluso en el cuello, no se deben sólo al calor.

Cruzan toda Magdala y van a los barrios pobres;

a la casa en que se detuvieron la otra vez, con la mamá de Benjamín

La mujer se queda de piedra cuando levanta la cabeza del lavadero, para ver quién la saluda.

Y se encuentra de frente a Jesús y a la muy conocida señora de Mágdala.

Se asombra al ver que ésta ya no tiene apariencia pomposa, ni va cargada de joyas;

sino que tiene la cabeza cubierta con un velo ligero de lino y lleva un vestido sencillo de color oscuro con el cuello cerrado.

Estrecho, se ve claramente que no es suyo, a pesar del trabajo realizado para transformarlo.

Y va envuelta en un pesado manto que con ese calor debe ser un suplicio.   

Jesús dice: 

–     ¿Me permites estar en tu casa y hablar desde aquí, a los que me siguen?

0 sea, a toda Mágdala, porque toda la población se ha ido agregando al grupo apostólico

–     ¿Me lo preguntas, Señor?

¡Pero si mi casa es tuya!

La mujer se apresura para traer sillas y bancos, para las mujeres y los apóstoles.

Cuando pasa delante de la Magdalena hace una reverencia de esclava.

–     «Paz a ti, hermana»- responde ésta.

La sorpresa de la mujer es tal que deja caer el pequeño banco que trae; pero guarda silencio.

De todas formas, esta reacción hace reflexionar,

que María acostumbraba tratar a sus súbditos, en forma déspota y llena de soberbia.

Y se queda ya completamente pasmada,

cuando le pregunta cómo están sus hijos, dónde están, y si la pesca ha sido abundante. 

–     Están bien…

En la escuela o con mi madre.

Sólo el pequeño está aquí, durmiendo en la cuna.

La pesca es buena. Mi marido te llevará el diezmo…

–     Ya no es el caso.

Úsalo para tus niños.

María pregunta:

–     ¿Me dejas ver al pequeñín?

–     Ven….

La gente se ha ido aglomerando en la calle.

Jesús empieza a hablar:

Una mujer tenía diez dracmas en su bolsa.

Pero, con un movimiento, la bolsa cayó de su pecho, se abrió y las monedas rodaron por el suelo. 

Las recogió con la ayuda de las vecinas que estaban presentes;

las contó: eran nueve.

La décima no se encontraba.

Dado que se acercaba la noche y la luz empezaba a faltar,

la mujer encendió una lámpara, la puso en el suelo.

Y tomando una escoba, se puso a barrer atentamente para ver si había rodado lejos del lugar donde había caído.

Pero la dracma no aparecía.

Las amigas, cansadas de buscar, se marcharon.

La mujer corrió entonces el arquibanco, el bazar, el pesado baúl;

movió las ánforas y orzas que estaban en el nicho de la pared.

La dracma no aparecía.

Entonces se puso a gatas y buscó en el montón de la barredura que estaba puesto contra la puerta de la casa;

para ver si la dracma había rodado afuera y se había mezclado con los desperdicios de las verduras.

Y por fin encontró la dracma, toda sucia, casi sepultada por los desperdicios que le habían caído encima.

Llena de alegría, la mujer cogió la dracma, la lavó, la secó.

Ahora era más bonita que antes.

Gritó para llamar a las vecinas de nuevo,

que se habían ido después de haberla ayudado en los primeros momentos de la búsqueda.

Y se la enseñó diciendo: «¿Veis? Me aconsejabais que no me cansara más.

Pero he insistido y he encontrado la dracma perdida.

Alegraos pues conmigo, que no he perdido ninguno de mis bienes».

Pues vuestro Maestro y con Él sus apóstoles, hace como la mujer de la parábola.

Sabe que un movimiento puede hacer que caiga al suelo un tesoro.

Toda alma es un tesoro.

Y Satanás, envidioso de Dios, provoca los falsos movimientos para que caigan las pobres almas.

Hay quien en la caída se queda junto a la bolsa,

o sea, se aleja poco de la Ley de Dios;

que recoge las almas en la salvaguardia de los Mandamientos.

Hay quien se aleja más, o sea, se aleja más de Dios y de su Ley;

en fin, hay quien va rodando hasta caer en la barredura, en la inmundicia, en el barro…

Y ahí acabaría pereciendo, ardiendo en el fuego eterno;

de la misma forma que la basura se quema en los lugares apropiados.

El Maestro lo sabe y busca incansable las monedas perdidas.

Las busca por todas partes, con amor. Son sus tesoros.

Y no se cansa ni nace ascos de nada; antes al contrario, hurga, hurga, remueve, barre…

Hasta que encuentra.

Una vez que ha encontrado, lava con su -perdón al alma hallada.

Y convoca a los amigos: todo el Paraíso y todos los buenos de la tierra.

Y dice:

«Alegraos conmigo porque he encontrado lo que se había perdido.

Y es más hermoso que antes, porque mi perdón lo hace nuevo».

En verdad os digo que hay gran regocijo en el Cielo y exultan los ángeles de Dios y los buenos de la Tierra; 

por un pecador que se convierte.

En verdad os digo que no hay cosa más hermosa que las lágrimas del arrepentimiento.

En verdad os digo que los únicos que ni saben ni pueden exultar por esta conversión,

que es un triunfo de Dios:

son los demonios.

Y también os digo que el modo en que un hombre acoge la conversión de un pecador;

es la medida de su bondad y unión con Dios.

La paz sea con vosotros.

La gente comprende la lección y mira a la Magdalena,

que se había sentado en la puerta con el lactante en sus brazos.

Quizás para cubrir su azoramiento.

Y se van marchando lentamente….

De forma que quedan sólo la dueña de la casa y la madre, que había venido con los niños.

Falta Benjamín, porque está todavía en la escuela.

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219 LA TEMPESTAD

219 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Después de escudriñar el cielo con aire conocedor, 

Pedro dice: 

–     Quizás haya tormenta hoy, Maestro.

¿Ves allí aquellas franjas de plomo que asoman detrás del Hermón, cómo vienen hacia aquí?

¿Ves cómo se riza el lago?

Mira qué soplos de tramontana alternados con oleadas calientes de siroco.

Torbellino de viento: signo cierto de tempestad.  

Jesús pregunta: 

–     ¿Dentro de cuánto tiempo, Simón?

–     Antes del final de la hora prima.

Mira cómo se apresuran a regresar los pescadores.

Sienten el rumor del lago, que dentro de poco tendrá aspecto plomizo;

luego se pondrá como la pez y luego vendrá la furia.  

Tomás asombrado y con incredulidad, 

objeta: 

–     ¡Pero si parece muy tranquilo! 

–     Tú conoces el oro, yo el agua.

Sucederá como digo.

Además no es una tempestad repentina.

Se está preparando con signos claros.

El agua está tranquila en la superficie, sólo ese fruncido que parece una nadería.

¡Pero, si fueras en barca!

Sentirías como miles de avellanas golpear contra el casco y sacudir extrañamente la barca.

El agua hierve ya debajo.

Espera la señal del cielo y luego verás…

Deja que la tramontana se anude con el siroco.

Y luego…

¡Eh, mujeres!  ¡Retirad lo que habéis tendido y poned al resguardo vuestros animales’!

Dentro de poco van a llover piedras y baldes de agua.

Efectivamente, el cielo se va poniendo cada vez más verdoso, veteado de esquisto por la invasión continua,

de estratos de nubes que parecen eruptadas por el gran Hermón… 

Y que repelen la aurora hacia el lugar de donde ha venido, como si la hora retrocediera hacia la noche,

en vez de avanzar hacia el mediodía.

Sólo una lámina de sol, que pone una irreal pincelada de un amarillo-verde en la cima de una colina,

situada al suroeste de Cafarnaúm, se resiste a huir de detrás de la barricada de nubes de pez.

El lago ya ha pasado de azul a negro-azul y las primeras espumas ligeras, quebradas, de las cabrillas;

sobre esa agua oscura, parecen de un blanco irreal.

Ya no hay ninguna barca en el lago.

Los hombres se apresuran a sacar las barcas al guijarral de la orilla,

a poner en su sitio redes, cestas, velas y remos.

O si se trata de campesinos, a retirar los productos agrícolas, a asegurar estacas y junturas;

a encerrar en los establos a los animales.

Y las mujeres van de prisa a la fuente, antes de que empiece a llover.

O reagrupan a los niños que se habían levantado con el primer sol y los mueven hacia casa.

Cierran las puertas, diligentes como cluecas que perciben próximo el granizo.  

Jesús indica: 

–     Simón, ven conmigo.

Llama también al sirviente de Marta y a Santiago, mi hermano.

Coge una tela gruesa, gruesa y grande.

Hay dos mujeres en el camino.

Hay que salir a su encuentro.

Pedro lo mira con curiosidad, pero obedece sin perder tiempo.

Sólo cuando ya están en el camino, atravesando rápidamente el pueblo hacia el Sur,

Simón pregunta:

–     Pero, ¿Quiénes son?

–     Mi Madre y María de Mágdala.

La sorpresa es tal, que Pedro se detiene un momento como clavado en el suelo…

Y dice:

–     ¿Tú Madre y María de Magdala?

¿Juntas?

Luego reemprende el camino corriendo, porque Jesús no se ha parado, ni tampoco Santiago y el sirviente.

Pero vuelve a decir:

–     ¡Tú Madre y María de Mágdala!

¡Juntas!…

Pero, ¿Desde cuándo?

–     Desde cuando no es sino María de Jesús.

Date prisa Simón, que empiezan a caer las primeras gotas…

Y Pedro se esfuerza en seguir el paso de sus compañeros, todos más altos y ligeros que él.

El viento levanta ahora nubes de polvo del camino reseco.

Es un viento que por momentos se hace más fuerte.

Un viento que rompe el lago y lo levanta en crestas de olas;

que se estrellan con un primer estruendo, contra la playa.

Cuando es posible ver el lago, se le ve convertido en un enorme caldero, en pleno furor de ebullición.

Olas de al menos un metro de altas, lo recorren en todas las direcciones;

se entrechocan, crecen fundiéndose, se separan corriendo en direcciones opuestas;

en busca de otra ola con que chocarse:

todo un duelo de espuma, de crestas, de prominencias abultadas, de estruendos.

De bramidos, de embates contra las casas más cercanas a la orilla.

Cuando las casas impiden la vista, el lago hace constar su presencia con su fragor;

que supera al silbido del viento que comba los árboles, arranca hojas y hace caer frutos.

Y también al retumbo de los truenos largos, amenazadores;

precedidos de relámpagos cada vez más frecuentes y potentes.  

Pedro resopla jadeando: 

–     ¡A saber cuánto miedo tendrán esas mujeres! 

–     Mi Madre no.

No sé la otra.

Pero, lo que está claro es que si no nos damos prisa se van a calar.

Ya han dejado Cafarnaúm a unos cien metros, cuando entre nubes de polvo;

en medio del primer estruendo de un aguacero que cae oblicuo y violento, rayando el aire oscuro.

Y  que pronto es una verdadera catarata que se transforma en polvo, cegando, cortando la respiración…

Cuando se ve correr a una pareja de mujeres buscando amparo bajo algún árbol frondoso.  

Jesús grita: 

–     ¡Ahí están!

¡Corramos!

Pero Pedro, aunque su amor por María le ponga alas, con sus piernas cortas y ciertamente no de corredor;   

llega cuando Jesús y Santiago, ya protegieron a las mujeres bajo un enorme pedazo de vela.  

Pedro llega jadeando y dice. 

–     Aquí no se puede estar.

Hay peligro de rayos y dentro de poco el camino será un torrente.

Vamos, Maestro; al menos hasta la primera casa.

Y van andando con presteza, con las mujeres en el centro;

con el telón extendido apoyado sobre sus cabezas y espaldas.

La Magdalena, que lleva todavía el vestido de la noche del convite en casa de Simón el fariseo; 

pero ahora con un manto de María echado sobre los hombros…  

Escucha primera palabra que Jesús le dice: 

–     ¿Tienes miedo, María?

Ella, que se ha mantenido siempre con la cabeza inclinada

bajo el velo de su cabellera desordenada por la carrera;

se ruboriza, agacha aún más la cabeza…

y susurra:

–     No, Señor.

También la Virgen ha perdido las horquillas,

y parece una niña con las trenzas cayéndole sobre los hombros.

Sonríe a su Hijo, que está a su lado y le habla con esa sonrisa tan suya.

Santiago de Alfeo, dice a su tía: 

–     Estás muy mojada, María.

 Mientras toca el velo y el manto de la Virgen.  

Ella responde: 

–     No importa.

Y agrega con dulzura, mirando a la hermana de Lázaro: 

–      Ahora ya no nos mojamos.

¿Verdad, María?

Él nos ha salvado también de la lluvia. 

Comprensiva ante el pudor de la Magdalena..

Ésta asiente con la cabeza. 

Jesús le dice:  

–     Tu hermana se pondrá contenta al verte otra vez.

Está en Cafarnaúm. Te buscaba.

María levanta un momento la cabeza y fija sus espléndidos ojos en el rostro de Jesús;

que le habla con la misma naturalidad que usa con las otras discípulas. 

Pero no dice nada.

Siente un nudo en la garganta por demasiadas emociones.

Jesús termina:

–     Me alegro de haberla retenido.

Podréis marcharos después de que os bendiga.

La palabra se pierde en el estallido seco de un rayo que ha caído cerca.

La Magdalena reacciona con un gesto de miedo.

Se lleva las manos a la cara, se pliega… 

Y rompe a llorar.  

Pedro la conforta: 

–     ¡No tengas miedo, que ya ha pasado!

Además, con Jesús no se debe tener miedo nunca.

También Santiago, que está al lado de la Magdalena,

dice:

–     No llores.

Que ya están cerca las casas.  

Magdalena declara: 

–     No lloro de miedo…

Lloro porque me ha dicho que me va a bendecir…

Yo… yo…

Y ya no puede decir nada más.

La Virgen interviene para calmarla,

diciendo:

–     Tú, María…

Ya has superado tu tempestad.

No pienses más en ello.

Ahora todo es cielo sereno y paz.

¿No es verdad, Hijo mío?

Jesús confirma: 

–     Sí, Madre.

Es todo verdad.

Dentro de poco saldrá de nuevo el sol y todo se verá más hermoso, limpio, fresco, que ayer.

Pues igual será para ti, María.

La Madre interviene de nuevo, apretando la mano de la Magdalena:

–     Referiré a Marta tus palabras.

Me siento feliz de poderla ver enseguida y decirle cuán llena de buena voluntad está su María.

Pedro, chapoteando en el lodo y tomándose con paciencia el diluvio;

sale de debajo del toldo y avisa que irá hacia una casa a pedir cobijo. 

Jesús objeta: 

–     No, Simón.

Preferimos todos volver a nuestra casa.

¿No es verdad? 

Todos asienten y Pedro regresa al toldo.

Cafarnaúm es un desierto.

Se han adueñado de ella viento, lluvia, truenos, relámpagos…

Y ahora el granizo, que suena y rebota en terrazas y fachadas.

El lago está de una terribilidad imponente.

Las casas cercanas a él sufren las embestidas de las olas, pues la playita ya no existe.

Las barcas, aseguradas cerca de las casas, están tan llenas de agua, que parece hubieran naufragado.

Y cada nuevo golpe de mar aumenta el agua, haciendo que rebose la que ya tenían.

Entran corriendo en el huerto, que ahora es un enorme charco en que flotan detritos en el agua fangosa.

Del huerto van a la cocina, donde están todos reunidos.

El grito de Martha, cuando ve a su hermana de la mano de María, es agudo.

Se echa a su cuello, sin sentir cuánto se moja al hacerlo;

la besa, le dice:

–     ¡Mirí!

¡Mirí, tesoro mío!

Es el diminutivo afectuoso que usaban para la Magdalena cuando era pequeñita.

María llora, encorvada, con la cabeza apoyada en el hombro fraterno;

revistiendo el vestido oscuro de Martha con un tupido velo de oro;

la única cosa que resplandece en la oscura cocina…

En que sólo hay un fuego de hornija para romper las tinieblas;

que no es capaz de vencer por sí sola una lamparita encendida.

Los apóstoles se han quedado de piedra.

Y también el dueño de la casa y la dueña, que se han asomado al oír el grito de Marta;

pero éstos, pasado el primer momento de curiosidad comprensible, se retiran discretamente.

Sedada un poco la vehemencia de los abrazos, Marta se acuerda de Jesús, de María;

del hecho llamativo de que hayan llegado todos juntos.

Y pregunta a su hermana, a la Virgen, a Jesús,

¡A todos!

–     ¿Pero cómo es que venís todos juntos?

Jesús responde: 

–     Marta, la tormenta estaba llegando.

He salido, con Simón, Santiago y tu sirviente, al encuentro de las dos peregrinas.

Marta está tan atónita,

que no se detiene a pensar en el hecho de que Jesús haya salido con tanta seguridad

al encuentro de ellas…

Y no pregunta:

« ¿Pero lo sabías?».

Es Tomás quien se lo pregunta a Jesús.

Pero no obtiene respuesta, porque Marta le dice a su hermana:

–     ¿Pero cómo es que estabas con María?

La Magdalena agacha la cabeza.

La socorre la Virgen, tomándola de la mano,

y diciendo:

–     Vino a verme…

Como la peregrina que se dirige a donde le pueden indicar el camino que debe recorrer, para llegar a la meta.

Y me dijo: «Enséñame lo que debo hacer para ser de Jesús».

Dado que en ella hay voluntad verdadera y total; enseguida ha comprendido y captado esta sabiduría.

Y yo la he visto enseguida, preparada para tomarla de la mano, así.

Y traerla a tu Presencia, Hijo mío.

A tu presencia, Marta buena, a vuestra presencia, hermanos discípulos.

Y deciros a todos:

«He aquí a la discípula y hermana que no dará sino alegrías espirituales a su Señor y a sus hermanos».

Os pido a todos que me creáis y que la améis como Jesús y yo la amamos.

Entonces los apóstoles se acercan y saludan a la nueva hermana.

No se puede decir que no haya algo de curiosidad…

¡Pues claro! Todavía queda su humanidad…

Es el buen sentido de Pedro,

el que dice:

–    Todo bien, sí.

Vosotros le aseguráis ayuda y santa amistad;

pero habría que pensar en que esta Madre y esta hermana están caladas…

También nosotros, verdaderamente…

Pero para ellas es peor.

Su pelo chorrea agua como sauces después de un huracán;

sus vestidos están mojados y embarrados.

Vamos a hacer fuego, pidamos otros vestidos, preparemos comida caliente…

Todos colaboran.

Marta lleva a la habitación a las dos caladas viajeras.

Mientras tanto, avivan el fuego.

Tienden delante de la llama los mantos, los velos y vestidos empapados.

Marta, recuperada su energía de magnífica mujer de casa,

va y viene solícita, con baldes de agua caliente;

tazas de leche humeantes, vestidos prestados por la dueña de la casa…

Para socorrer a las dos Marías…

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215 REGRESANDO AL REDIL

215 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

235 Marta ha recibido de su hermana María la certidumbre de la conversión

Una clara aurora de verano que deshoja rosas en la seda crespa de1 lago.

Jesús está para subir a la barca, cuando he aquí que llega Marta con su sierva:

Martha dice:

–     ¡Maestro, escúchame por amor de Dios!

Jesús baja de nuevo a la orilla.

Y dice a los apóstoles:

–     Poneos en movimiento.

Esperadme cerca del torrente.

Entretanto, preparad todo para la misión hacia Magedán.

La Decápolis también espera la Palabra. Marchaos.

Y, mientras la barca zarpa y sale a zona abierta,

Jesús va andando al lado de Marta, a quien Marcela sigue  respetuosamente.

Se van alejando así del pueblo, caminando por la orilla:

primero una faja arenosa, aunque ya salpicada de matas silvestres;

enseguida, cubierta de vegetación.

No ya horizontal sino asumiendo la dirección vertical, acometiendo las pendientes que se reflejan en el lago.

Cuando llegan a un lugar solitario,

Jesús dice sonriendo:

–     ¿Qué me querías decir?

–     Maestro, esta noche…

Poco después de la segunda vigilia, María ha vuelto a casa.

¡Ah… se me olvidaba decirte que, mientras estábamos comiendo, a la hora sexta,

me había dicho: «¿Te importaría prestarme tu vestido y un manto?

Serán un poco cortos, pero si dejo suelta la túnica y llevo bajo el manto…».

Yo le dije: «Coge lo que quieras, hermana mía».

El corazón me latía fuerte, porque antes en el jardín yo había dicho, hablando con Marcela:

“Al atardecer tenemos que estar en Cafarnaúm; porque esta noche el Maestro va a hablar a la multitud».

Y había visto que María se sobresaltaba;

que cambiaba de color; no sabía ya estar quieta, iba y venía de un lado para otro…

Sola, como angustiada, en vilo, como una persona que estuviera para tomar una decisión…

Sin saber todavía qué aceptar y qué rechazar.

Después de la comida ha venido a mi habitación, ha tomado el vestido más oscuro que tenía, el más modesto.

Se lo ha probado y le ha pedido a la nodriza que bajase toda la bastilla, porque era demasiado corto.

Primero lo intentó ella, pero me confesó llorando:

«Ya no sé coser. Todo lo útil y bueno lo he olvidado…»,

Y me echó los brazos al cuello diciendo: «Reza por mí».

Salió de casa sola, hacia la hora del ocaso…

¡Cuánto oré para que no se encontrase con ninguno que le estorbara venir aquí!

¡Para que comprendiera tu Palabra, para que lograse definitivamente estrangular al monstruo que la esclaviza!…

Mira: me he puesto tu cinturón, bien ceñido debajo de los otros;

cuando sentía la opresión del cuero duro en mi cintura, que no está habituada a  cinturones tan recios…

Decía: «Él es más fuerte que todo».

Luego vinimos yo y Marcela. Con el carro es poco tiempo.

No sé si nos viste entre la gente…

Pero, ¡qué dolor, qué espina en el corazón, al no ver a María!

Pensaba: «Ha cambiado de idea. Se ha vuelto a casa. 0…

O ha huido porque no podía resistir mi imposición sobre ella, la que ella misma me había pedido».

Te escuchaba y lloraba bajo mi velo.

Tus palabras parecían exactamente para ella…

¡Y no las estaba oyendo!

Lo pensaba porque no la veía.

Volví a casa desconsolada.

Es verdad que te he desobedecido; porque me habías dicho: «Si viene, espérala en casa».

Pero considera el estado de mi corazón, Maestro.

¡Era mi hermana, que iba a Tí!

¿Podía faltar yo y no verla a tu lado?

Además… me habías dicho: «Estará quebrantada».

Quería estar al lado de ella antes, para apoyarla…

Estaba de rodillas, llorando y orando en mi habitación

Hhacía mucho que había terminado ya la segunda vigilia-

Y ella ha entrado tan suavemente, que no me he dado cuenta de su presencia,

sino cuando se ha arrojado a mí y me ha abrazado fuertemente diciéndome:

«Es verdad todo lo que dices, bendita hermana mía.

Y supera con mucho lo que tú dices, su misericordia es mucho mayor.

¡Oh, Marta mía, ya no es necesario que me tengas sujeta!

Ya no me verás ni cínica ni desesperada.

Ya no me oirás decir: `¡Para no pensar!’.

Ahora quiero pensar, sé en qué pensar:

En la Bondad hecha carne.

Tú rezabas, hermana mía, sin duda rezabas por mí.

Pues bien, tienes tu victoria ya en tu puño.

Tu María, que no quiere pecar más y que renace ahora.

Aquí está.

Mírala bien a la cara.

Porque es una María nueva.

Su cara ha sido lavada por el llanto de la esperanza y del arrepentimiento.

Puedes besarme, hermana mía pura.

Ya no hay señales de amores vergonzosos en mi rostro.

El ha dicho que ama mi alma.

Porque hablaba a mi alma y de mi alma.

La oveja extraviada era yo. Ha dicho…

Escucha, mira a ver si lo digo bien, tú que conoces el modo de hablar del Salvador…».

Y me ha repetido perfectamente tu parábola.

¡María es muy inteligente, mucho más que yo! Y sabe recordar.

Así, te he oído dos veces.

Y si en tu labio esas palabras eran santas y adorables,

en el suyo me eran santas, adorables, encantadoras;

porque me las decía un labio de hermana,

de mi hermana encontrada, que había vuelto al redil familiar.

Estábamos abrazadas las dos, sentadas en la estera, como cuando éramos niñas…

Y estábamos así en la habitación de nuestra madre.

O junto al telar donde ella tejía o bordaba sus espléndidas telas;

estábamos así, desaparecida ya la división del pecado.

Y me parecía como si nuestra madre estuviera también con su espíritu.

Llorábamos sin dolor; es más, con una gran paz. Nos besábamos felices…

Luego María, cansada por el camino recorrido a pie, por la emoción y muchas otras cosas,

se ha dormido entre mis brazos.

Con la ayuda de la nodriza la acostamos en mi cama…

Y la he dejado.

Luego he venido corriendo aquí…

Y Marta besa toda feliz, las manos de Jesús.

Jesús dice:

–     Yo también te digo lo mismo que te ha dicho María:

«Tienes tu victoria en tu puño».

Ve y sé feliz. Ve en paz.

Sigue una conducta llena de dulzura y de prudencia para con la renacida.

Adiós, Marta.

Comunícaselo a Lázaro, que está preocupado allá abajo.

–     Sí, Maestro.

Pero María ¿Cuándo va a venir con nosotras discípulas?

Jesús sonríe,

y dice:

–     El Creador hizo la creación en seis días y el séptimo descansó.

–     Entiendo.

Hay que tener paciencia.

–     Paciencia, sí.

No suspires.

Esta también es una virtud.

Paz a vosotras, mujeres.

Nos volveremos a ver pronto.

Y Jesús las deja y se dirige hacia el lugar en que la barca está esperando, en la orilla.

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213 PARÁBOLA DE LA OVEJA PERDIDA

213 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Jesús está hablando a la muchedumbre.

Desde encima del ribazo arbolado de un pequeño torrente;

está llamando a numerosa gente esparcida por un campo de trigo ya recogido;

que presenta el desolador aspecto propio de los rastrojos ahornagados.

Declina la tarde.

Es la hora del crepúsculo.

Pero la Luna está subiendo.

Es un bonito y claro atardecer de comienzos de verano.

Los rebaños vuelven a sus apriscos y el din-don de los cencerros, se mezcla con un intenso canto de grillos.

O cigarras, un intenso gri, gri, gri…

Jesús se inspira en las greyes que pasan.

Dice:

–     Vuestro Padre es como un pastor solícito.

¿Qué hace un pastor bueno?

Busca pastos buenos para sus ovejas, en que no haya ni cicuta ni otras plantas venenosas,

sino delicados tréboles, poleo aromático, achicorias amargas pero saludables.

Busca lugares donde, además del alimento, haya también un riachuelo fresco y puro.

Y sombra de árboles, y no reinen las áspides por entre la hierba de las glebas.

No pone especial preferencia en los pastos más pingües;

porque sabe que en ellos es fácil encontrar peligrosas culebras y hierbas nocivas; elige,

más bien, los pastos montanos, donde el rocío limpia y da frescura a la tierna hierba y el sol la limpia de reptiles,

donde el  aire se mueve y es bueno, no cargado y malsano como el de llanura.

El buen pastor observa a cada una de sus ovejas.

Si están enfermas, las cuida; si heridas, las cura.

Llama a la que es demasiado glotona y corre el peligro de enfermarse;

a la que enfermaría por estar demasiado expuesta a la humedad;

o demasiado al sol, le dice que vaya a otro lado.

Y si una está desganada y no come, busca para ella los tallitos acídulos y aromáticos

capaces de despertarle el apetito y se los ofrece con su propia mano, hablándole como a persona amiga.

Así hace el Padre bueno que está en los Cielos con sus hijos que viven errantes en la Tierra.

Su amor es el cayado que  los reúne; su voz, la guía; sus pastos, su Ley; su redil, el Cielo.

Pero, he aquí que una oveja lo abandona.

¡Cuánto la amaba!

Era joven, pura, cándida, como nube en cielo abrileño.

El pastor la miraba con mucho amor, pensando en el mucho bien que podía hacerle…

Y en el mucho amor que de ella podía recibir.

Y ella lo abandona…

Es que ha pasado, a lo largo del camino que bordea los pastos, un tentador.

No lleva pellico austero, sino un atavío de mil colores.

No lleva cinturón de piel de donde penden hacha y cuchillo,

sino cinturón de oro del que penden cascabeles argentinos,

melodiosos cual canto de ruiseñor.

Y ampollas de esencias embriagadoras…

No lleva tampoco bordón, como el pastor bueno, con que reunir y defender a las ovejas.

Y si no es suficiente el bordón, las defenderá solícito con el hacha y el cuchillo…

y hasta con la vida.

No, este tentador que pasa lleva en sus manos un turíbulo brillante de gemas,

que emana un humo que es hedor y perfume al mismo tiempo,

pero que enajena; de la misma forma que los tornasoles de las joyas -¡qué falsas!-deslumbran.

Pasa cantando mientras deja caer puñados de sal, de una sal que brilla en el camino oscuro…

Noventa y nueve ovejas miran, pero permanecen donde están;

la oveja número cien, la más joven y estimada, da un salto y desaparece en pos del tentador.

El pastor la llama, pero no vuelve.

Va más veloz que el viento para tratar de alcanzar al que ha pasado.

Para mantenerse durante la carrera, gusta aquella sal.

La sal le entra dentro, le produce un extraño delirio que la abrasa.

Por ello, desea las aguas profundas y verdes de una espesura tenebrosa;

donde, siguiendo al tentador, se hunde y penetra, sube y baja y cae… una, dos, tres veces.

Y una, dos, tres veces siente alrededor de su cuello el legamoso abrazo de los reptiles.

Queriendo beber, bebe aguas contaminadas;

queriendo nutrirse, come hierbas brillantes por las repugnantes babas que las cubren.

¿Qué hace entretanto el pastor bueno?

Deja cerradas en lugar seguro a las noventa y nueve fieles y se pone en camino. 

No se detiene hasta que no encuentra huellas de la oveja perdida.

Dado que ella no vuelve a él, a pesar de que confía al viento sus voces de reclamo, él va a ella.

La ve desde lejos, ebria, atrapada entre las roscas de los reptiles;

tan ebria que no siente siquiera la nostalgia del rostro que la ama;

antes bien, lo injuria.

De nuevo la ve, culpable de haber entrado como ladrona en morada ajena;

tan culpable que no se atreve ya a mirarlo…

Y, a pesar de todo, el pastor no se cansa…

Y continúa…

La busca; la busca, la sigue, la acosa.

Llorando ante las señales que va dejando la oveja perdida:

Mechones de lana, pedazos de alma; huellas de sangre, delitos diversos;

porquerías, pruebas de su lujuria..

Sigue y la alcanza.

¡Ah, te he encontrado, amada!

Te he alcanzado! 

¡Cuánto camino he recorrido por ti, para conducirte de nuevo al redil!

No agaches la frente humillada.

Tu pecado está sepultado en mi corazón.

Ninguno lo conocerá, excepto Yo, que te amo.

Te defenderé de las críticas de los demás, te cubriré con el escudo de mi propia persona;

contra las piedras de tus acusadores.

Ven.

¿Estás herida? ¡Enséñame tus heridas! Las conozco…

Pero quiero que me las muestres con la confidencia que tenías conmigo cuando eras pura y me mirabas a Mí,

pastor y dios tuyo, con mirada inocente…

Aquí están. Todas tienen un nombre.

¡Qué profundas son!

¿Quién te ha hecho estas heridas tan profundas en el fondo del corazón?

Lo sé: el Tentador.

No lleva ni bordón ni hacha;

pero con su mordisco envenenado hiere más a fondo. 

Y después de él hieren también las falsas gemas de su turíbulo, las que te han seducido con sus resplandores.

Y que en realidad eran piedras de azufre infernales, sacadas a la luz para abrasarte el corazón.

¡Mira cuántas heridas, cuántas vedijas arrancadas, cuánta sangre!

¡Cuántas zarzas!

¡Oh, pobre, pequeña alma ilusa! Dime:

¿Si te perdono, me amarás todavía? Dime: ¡Si tiendo a ti mis brazos, vendrás?

Dime: ¿Tienes sed del amor bueno?…

Pues entonces ven y renace.

Vuelve a los pastos santos.

Llora. Tu llanto con el mío lavarán las huellas de tu pecado.

Yo, para nutrirte -porque estás consumida por el mal que te ha abrasado;

me abro el pecho, me abro las venas,

y te digo:

«¡Nútrete! ¡Y vive!».

Ven, te tomaré en mis brazos.

Iremos más veloces a los pastos santos y seguros.

Olvidarás todo lo sucedido en esta hora desesperada.

Tus noventa y nueve hermanas, las buenas, se regocijarán al verte regresar.

Sí, porque te digo -oveja mía perdida que he venido a buscar desde muy lejos y he encontrado y rescatado:

que hacen más fiesta los buenos por uno que, habiéndose extraviado, regresa;

que no por noventa y nueve justos que jamás se han alejado del redil.

Jesús en todo este tiempo no se ha vuelto en ninguna ocasión a mirar al camino que tiene a sus espaldas,

a donde ha llegado, en la penumbra nocturna, María de Magdala…

Todavía elegantísima pero al menos vestida.

Y cubierta con un velo oscuro que amalgama rasgos y formas.

Y, cuando Jesús llega al punto: «Te he encontrado, amada», María introduce bajo el velo sus manos…

Y llora, con un llanto silencioso y continuo.

La gente no la ve, porque ella está a este lado del ribazo, que bordea el camino.

La ve sólo la Luna ya alta.

Y el espíritu de Jesús…

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207 UNA DULCE MUERTE

207 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA

Jesús, en compañía de Simón Zelote, llega al jardín de Lázaro en una bellísima mañana de verano.

Todavía no ha concluido la aurora, así que todo está fresco y risueño.

El  jardinero, que ha acudido a recibir al Maestro;

señala a Jesús el ruedo de un atavío  blanco que desaparece tras un seto,

y dice:

–     Lázaro va a la pérgola de los jazmines con unos rollos para leer.

Ahora lo llamo.

–     No, voy Yo, solo.

Jesús camina ligero a lo largo de un sendero limitado por setos florecidos.

La hierbecilla que hay al pie del seto amortigua el sonido de los pasos.

Jesús trata de poner el pie precisamente en la hierba, para llegar adonde Lázaro de improviso.

Lo sorprende de pie, erguido, con los rollos apoyados en una mesa de mármol, orando en voz alta.

Está diciendo:

–     No me niegues lo que te pido, Señor.

Haz crecer este hilo de esperanza que ha nacido en mi corazón.

Dame lo que con lágrimas, con las obras, con el perdón, con todo mi ser, te he pedido diez mil, cien mil veces.

Dámelo y tómate a cambio mi vida.

Dámelo en nombre de tu Jesús, que me ha prometido esta paz.

¿Puede, acaso, mentir?

¿Tendré que pensar que su pro-mesa fue sólo con palabras?

¿O que su poder es inferior al abismo de pecado que es mi hermana?

Respóndeme, Señor, que yo me resignaré por amor a ti…

Jesús dice: 

–     ¡Sí, te respondo! 

Lázaro se vuelve como movido por un resorte, 

y grita:

–     ¡Mi Señor!

¿Cuándo has venido

Y se inclina para besar la túnica de Jesús.

–     Hace algunos minutos.

–     ¿Solo?

–     Con Simón Zelote.

Pero aquí, donde estabas tú, he venido solo.

Sé que me debes decir una cosa importante.

Dímela, pues.

–     No.

Antes responde a las preguntas que dirijo a Dios.

Según tu respuesta te la diré.

–     Dime esta cosa importante tuya, dímela.

La puedes decir…

Y Jesús sonríe y lo invita a hablar abriendo los brazos.

–     ¡Dios altísimo!

¿Entonces es verdad?

¿Entonces sabes que es verdad!

Y Lázaro va a los brazos de Jesús, a confiarle su cosa importante.

–     María ha llamado a Marta a Mágdala.

Marta se ha puesto en camino afligida, con el temor de que hubiera ocurrido alguna grave desgracia…

Yo me he quedado aquí solo, con el mismo temor.

Pero Marta, con el sirviente que la ha acompañado, me ha mandado una carta que me ha llenado de esperanza.

Mira, la tengo aquí, en mi pecho; la tengo aquí porque me es más preciosa que un tesoro.

Son pocas palabras, pero las leo cada poco, para estar seguro de que verdaderamente han sido escritas.

Mira… 

Y Lázaro saca de entre su vestido un pequeño rollo atado con una cintita violeta.

Lo desenrolla.

Y dice: 

–      ¿Ves?

Lee, lee.

En voz alta.

Leída por Tí me parecerá aún más verdadero. 

Jesús lee:   

«Lázaro, hermano mío, paz y bendición.

He llegado pronto y bien.

Mi corazón ha dejado de palpitarme por miedo a nuevas desgracias,

porque he visto a María, a nuestra María, sana…

Y… sí, debo decirte que menos exaltada de aspecto que antes.

Ha llorado reclinada sobre mi pecho.

Un profundo llanto…

Y, luego, por la noche, en la habitación a que me había llevado, me preguntó muchas cosas.

Muchas, sobre el Maestro.

Por ahora sólo esto; pero yo, que veo el rostro de María además de oír sus palabras,

digo que en mi corazón ha nacido la esperanza.

Ora, hermano. Ten esperanza. ¡Ah, si fuera verdad!…

Me quedo todavía un tiempo porque percibo que quiere tenerme cerca,

como para sentirse defendida de la tentación.

Y para descubrir lo que nosotros ya conocemos: la bondad infinita de Jesús.

Le he hablado de aquella mujer que vino a Betania…

Veo que piensa, piensa, piensa… Haría falta que Jesús estuviera presente.

Ora. Ten esperanza. El Señor esté contigo»».

Jesús recoge el rollo y se lo devuelve a Lázaro.

Que dice: 

–     Maestro…

Jesús dice: 

–     Iré.

¿Tienes alguna forma de avisar a Marta de que dentro de no más de quince días venga a mi encuentro a Cafarnaúm?

–     Sí, puedo avisarla, Señor.

¿Y yo?

–     Tú te quedas aquí.

También a Marta la mandaré para acá.

–     ¿Por qué?

–     Porque el redimido tiene un profundo pudor.

Y nada produce más vergüenza que la mirada de un padre o de un hermano.

Yo también te digo: «Ora, ora, ora».

Lázaro llora en el pecho de Jesús…

Después ya calmado,

sigue hablando todavía de su angustia, sus desalientos… 

Y exclama:

–     Hace casi un año que mantengo la esperanza…

Que desespero…

¡Qué largo es el tiempo de la resurrección!

Jesús lo deja que hable, que hable, que hable…

Hasta que Lázaro se da cuenta de que está faltando a sus deberes de hospitalidad.

Y se levanta para llevar a Jesús a la casa.

En el trayecto, pasan al lado de un tupido seto de jazmines en flor

sobre cuyas corolas de forma de estrella zumban abejas de oro.

–     ¡Ah!…

Me olvidaba de decirte que el anciano patriarca que me mandaste,

ha vuelto al seno de Abraham.

Se lo encontró Maximino aquí, con la cabeza apoyada en este seto,

como si se hubiera quedado dormido…

Junto a las colmenas que cuidaba como si fueran casas, llenas de niños de oro.

Así llamaba a las abejas.

Daba la impresión de que las entendía, y de que ellas también lo entendieran.

Sobre el patriarca dormido en la paz de la buena conciencia;

cuando Maximino lo encontró,
estaba extendido un precioso velo de pequeños cuerpecitos de oro.

Todas las abejas posadas sobre su amigo.

No poco tuvieron que trabajar los sirvientes para separarlas de él.

Tan bueno como era, quizás sabía a miel…

Tan honesto era, que quizás para las abejas era como una corola pura…

Me ha dolido su muerte.

Hubiera querido tenerlo más tiempo en mi casa. Era un justo…

–     No te entristezca su ausencia.

Él está en paz.

Desde la paz ora por ti, que le has hecho dulces sus últimos días.

¿Dónde está sepultado?

–     En el fondo del huerto.

Sigue cerca de sus colmenas.

Ven conmigo que te guío…

Y se ponen a caminar, por un pequeño bosque de laurocerasos, hacia las colmenas, de las cuales proviene un runruneo laborioso…

Mas tarde, ese mismo día…

Es un Judas muy pálido este que baja del carro, con la Virgen y las discípulas:  las Marías, Juana y Elisa…

Judas convaleciente, vuelve adonde Jesús;

que está en el Getsemaní con María,

que lo ha cuidado.

Y con Juana, que insiste para que las mujeres y el convaleciente,

vuelvan en el carro a Galilea.

Jesús es también de esta opinión.

Y hace incluso montar en el carro al niño con ellas.

Sin embargo, Juana y Elisa se quedan en Jerusalén unos días,

para luego regresar respectivamente a Béter y a Betsur

Elisa decía:

–    Ahora tengo el valor de volver allí…

Porque mi vida ya no es una vida sin objetivo.

Ganaré para ti la estima de mis amigos.

Juana añadió:

–     también lo haré en mis tierras, mientras Cusa me deje aquí.

Será también servirte.

Aunque preferiría ir contigo.

Igualmente Judas decía:

–     No he añorado a mi madre ni siquiera en las horas peores de la enfermedad…

Porque tu Madre ha sido una verdadera madre para mí,

dulce y amorosa; no lo olvidaré nunca.

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193 DEBUT MISIONERO

193 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA 

El grupo apostólico va caminando por los senderos del bosque…

Y comentando del enorme cambio en Elisa, que ha accedido a ir con Juana de Cusa a su propiedad en Beter.

Después del regreso a Betsur y de haber dejado a Margziam con la Virgen y las discípulas en los jardines de rosales de Beter…

Hablan también de la bondad de Juana y de lo beneficioso que será para todas, disfrutar del agradable trabajo en los cultivos de los rosales, para la industria perfumera. 

Jesús avanza con los suyos a través de estos montes verdes, dando la espalda al oriente.

El lugar es muy montañoso y rico en vegetación, con bosques de árboles de piñones.

El olor de la resina, balsámico y vitalizador, se difunde por todo el espacio.

También hablan del nuevo rodeo que van a tener que dar, hacia las fértiles llanuras que preceden el litoral en las tierras filisteas. 

Y entonces tornan a la memoria nombres de glorias pasadas, que suscitan la narración de episodios acaecidos, preguntas, explicaciones y afable contraposición de opiniones.

Jesús dice. 

–     Cuando lleguemos a la cima de este monte, os enseñaré desde lo alto todas las zonas que os interesan;

de las que podréis extraer ideas para vuestros discursos al pueblo.  

 Andrés se queja: 

–     ¿Pero cómo haremos, Señor mío?…

Yo no soy capaz.

Pedro y Santiago se unen:

–    ¡Nosotros somos los menos agraciados del grupo!».

Tomás comenta:

–     ¡Oh!…

Si es por eso, no es que yo sea más capaz. 

Si se tratara de oro o plata, podría hablar, pero de estas cosas… 

Y Mateo:  

–     ¿Y yo?

¿Qué era yo?

Andrés replica: 

–     Tú no tienes miedo del público, sabes argumentar.   

–     Pero de otras cosas…

Pedro agrega: 

–     Sí, ya… pero…

Bueno… ya sabes lo que quiero decir, así que sea como si te lo hubiera dicho.

La cuestión es que vales más que nosotros.

Jesús dice: 

–     Amigos míos, no hace falta subir a lo sublime.

Decid simplemente lo que pensáis, con vuestra convicción.

Creedme que cuando uno está convencido siempre persuade.

Pero Judas de Keriot suplica:

–     Danos ideas Tú.

Danos muchas ideas. Una buena idea puede ser muy útil.

Estos lugares creo que no han oído nada de Tí, porque ninguno parece conocerte.

Pedro: 

–     Y porque aquí llega todavía… 

Mucho viento procedente del Moria…

Que causa esterilidad…

Judas replica con firmeza: 

–     Es porque no se ha sembrado:

Pero nosotros sembraremos…

Judas de Keriot, está contento por los primeros éxitos.

Ya han llegado a la cima del monte.

Un amplio panorama se descubre

Es hermoso contemplarlo estando a la sombra de los tupidos árboles que-coronan la cima:

Tan variado y luminoso:

Una imponente cordillera con sus series de montes entrecruzándose en todas las direcciones, como encrespadas olas petrificadas…

El inmenso océano al que barren vientos contrarios y laensenada en calma, donde todo se aplaca en una luminosidad sin límites…

Y en el lado opuesto, una vasta llanura en que se yergue como un faro, la entrada de un puerto.

Jesús extiende su brazo derecho y empieza a señalar.

Mientras dice:

–     Mirad.

Ahora vamos a Betginna.

Ese pueblo, donde nos detendremos, que se extiende sobre esa cresta casi queriendo acaparar todo el sol; 

es como el corazón de un verdadero nimbo radiado de lugares históricos.

Venid aquí.

Allí, a septentrión, está Yermot.

¿Os acordáis del pasaje de Josué?

La derrota de los reyes que quisieron asaltar el campamento israelita, fuerte tras la alianza con los gabaonitas.

Cerca está Betsemes, la ciudad sacerdotal de Judá, donde los filisteos restituyeron el Arca con los exvotos de oro,

que los adivinos y sacerdotes habían impuesto al pueblo,

para obtener la liberación de los castigos que atormentaban a los culpables filisteos.

Y allí, toda llena de sol, Sará, patria de Sansón.

Un poco más a al oriente, Timnata, donde él tomó esposa e hizo muchas proezas y también muchas estupidyeces.

Y allá, Azeca y Soko, que fue lugar de campamento filisteo. Más abajo está Zanoe, una de las ciudades de Judá.

Y aquí, volveos, aquí está el Valle del Terebinto, donde David luchó contra Goliat.

Allí está Maqueda, donde Josué derrotó a los amorreos.

Volveos hacia aquí. ¿Veis aquel monte solitario en medio de esa llanura que un tiempo fue de los filisteos?

Allí está Gat, patria de Goliat y lugar de refugio para David, con Akís, para que no le alcanzara la ira de Saúl.

Y donde el rey sabio se fingió demente, porque el mundo preserva a los locos de los sanos de mente.

Aquel horizonte abierto son las llanuras de la fertilísima tierra de los filisteos.

La atravesaremos, hasta Ramlé. Ahora vamos a Bet – Yinna.

Tú Felipe que miras con ojos suplicantes, irás con Andrés por el poblado.

Nosotros estaremos en la fuente de la plaza.

Tú, precisamente tú, Felipe, que me estás mirando con actitud implorante, irás con Andrés por el poblado.

Nosotros, mientras tanto, esperaremos junto a la fuente o en la plaza. 

Los dos apóstoles suplican:

–     ¡Señor, no nos mandes solos! 

–    ¡Ven Tú también!

–     Id, he dicho.

La obediencia os socorrerá más que mi muda presencia.

Así que Felipe y Andrés van, sin rumbo fijo, por el pueblo.

Llegan a una minúscula posada (más una caballeriza que una posada), donde hay unos intermediarios contratando corderos con unos pastores.

Entran y, cohibidos, se paran en medio de un patio rodeado de arcadas muy toscas.

Viene el posadero:

–     ¿Qué queréis?, ¿alojamiento?

Los dos apóstoles se consultan recíprocamente con la mirada (una mirada llena de apuro).

Es muy probable que de lo que habían pensado decir no les venga ni una sola palabra.

Contra toda previsión, es precisamente Andrés el primero que cobra fuerzas y responde:

–     Sí, alojamiento para nosotros y para el Rabí de Israel.

–     ¿Qué rabí?

¡Hay muchos rabíes! Todos muy señores. No vienen a los pueblos de pobres a traernos su sabiduría.

Somos los pobres los que tenemos que ir a ellos, ¡Y ya es un regalo, si nos toleran a su lado!

–     El Rabí de Israel es uno sólo.

Y viene precisamente a traer a los pobres la Buena Nueva;

cuanto más pobres y pecadores son, más los busca y se acerca a ellos – responde dulcemente Andrés.

–     ¡Entonces… no hará dinero!

–     No busca riquezas.

Es pobre y bueno. Cuando logra salvar a un alma, su jornada está cumplida – responde también esta vez Andrés.

–     ¡Hummm…!

Es la primera vez que oigo que un rabí es bueno y pobre.

Juan es pobre, pero es severo. Todos los demás son severos y ricos, insaciables como sanguijuelas.

¿Habéis oído? Venid aquí, vosotros que vais por todas partes.

Estos hombres dicen que hay un maestro pobre y bueno, que viene a buscar a los pobres y pecadores.

Uno de los tratantes dice:

–     ¡Ah!…

Debe ser ese que viste de blanco como un esenio.

Lo vi hace tiempo en Jericó.

Un pastor alto y musculosos añade: 

–     No. Ése está solo.

Debe ser aquel de que hablaba Toma porque así por azar, había estado hablando de él con unos pastores del Líbano.  

 Otro exclama:   

–     ¡Sí, vaya!

Y viene del Líbano hasta aquí… ¡Por tu cara bonita! 

Mientras el posadero habla y escucha la opinión de sus clientes, los dos apóstoles permanecen allí, en medio del patio, como dos postes.

Hasta que un hombre dice:

–     ¡Eh, vosotros, venid aquí’

¿Quién es? ¿De dónde viene este que decís?

Felipe contesta muy serio:  

–     Es Jesús de José, de Nazaret.  

Y permanece como quien espera que se burlen de él.

Andrés añade:

–     Es el Mesías anunciado.

Os conjuro, por vuestro bien: escuchadlo.

Habéis nombrado a Juan; pues bien, yo estaba con él y os puedo decir que él mismo, nos indicó a Jesús cuando pasaba, diciendo:

«He ahí al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo».

Cuando Jesús entró en el Jordán para ser bautizado, se abrieron los Cielos y una Voz gritó:

«Este es mi Hijo predilecto en quien tengo puestas mis complacencias»

Y el Amor de Dios descendió como una paloma y se colocó resplandeciente encima de su cabeza.

–     ¿Ves como es el Nazareno?

Pero, vamos a ver, vosotros que os llamáis amigos suyos, decidnos…

Andrés precisa: 

–     Amigos no.

Apóstoles, discípulos, enviados suyos para anunciaros su llegada; para que quien tenga necesidad desalvación vaya a Él.

–     Bien, de acuerdo…

Pero, decidnos si es realmente como lo describen algunos…

 O sea, un santo más santo que Juan el Bautista. 

O un demonio, como dicen otros.

Vosotros, que estáis con él, porque si sois discípulos estaréis juntos, ¿No?

–    Vamos a ver, hablad con sinceridad:

¿Es verdad que es lujurioso, comilón y bebedor?

¿Y que tiene simpatía por las meretrices y los publicanos?

¿Que es un nigromante y que por la noche invoca a los espíritus, para conocer los secretos de los corazones?

–     Pero, ¿ Por qué preguntas esto a estos hombres?

Pregunta más bien si es verdad que es bueno.

Si no, estos dos se van a sentir ofendidos y se van a marchar.

Y le van a contar al Rabí nuestras malas razones y nos va a maldecir.

¿Qué sabemos nosotros?…

¡Sea Dios o diablo, siempre será mejor tratarlo bien!…

Esta vez es Felipe el que habla:

–     Os podemos responder con sinceridad porque no hay nada torpe que ocultar.

Él, nuestro Maestro, es el Santo entre los santos.

Durante el día dedica su esfuerzo a adoctrinar;

incansable, va de un lugar a otro buscando los corazones.

Durante la noche ora por nosotros. 

No desprecia ni la mesa ni la amistad, pero no busca en ello ventaja propia.

Antes al contrario, lo hace para poderse acercar a aquellos a quienes de otra forma;

no sería posible acercarse.

No rechaza ni a publicanos ni a meretrices, pero sólo para redimirlos.

Señala su camino con curaciones y conversiones milagrosas.

le obedecen el viento y el mar.

Pero no tiene necesidad de nadie para obrar prodigios, ni de invocar espíritus para conocer los corazones.

El posadero pregunta: 

–     Y, ¿Con qué poder lo hace?…

Has dicho que el viento y el mar lo obedecen.

Pero si son cosas que no tienen razón.

¿Cómo puede mandar sobre ellos? 

–     Respóndeme a esto, hombre:

¿Tú qué crees, que sea más difícil:

Mandar sobre el viento y el mar o sobre la muerte?

–     ¡Por Yeohveh!

¡Sobre la muerte no se tiene poder!

Al mar se le puede echar aceite, se le puede hacer frente orientando adecuadamente las velas;

se puede, prudentemente, no ir a navegar.

Contra el viento se puede oponer los cierres de las puertas.

Pero sobre la muerte no se tiene poder:

No hay aceite que la aquiete, no hay vela que haga a nuestra navecilla tan rápida ,

que pueda distanciar a la muerte, no hay cierres contra ella;

cuando quiere venir pasa, a pesar de que estén echados los cerrojos.

¡No, no, nadie da órdenes a esta reina!

–     Pues, a pesar de todo, nuestro Maestro tiene poder sobre ella.

Y no sólo cuando está cercana, sino también cuando ya ha hecho presa.

Un joven de Naím estaba ya para ser introducido en la horrenda boca del sepulcro, cuando Él dijo:

«Te lo ordeno: Levántate!»

Y el joven volvió a la vida.

Naím no está en los confines del mundo.

Si vais, veréis.

–     ¿Así, sin más?

–    ¿En presencia de todos?

 

–     En el camino, en presencia de toda Naím.

E1 dueño de la posada y los huéspedes se miran en silencio…

 Luego el primero dice:

–     Pero, esas cosas las hará para sus amigos, ¿No?

Felipe dice con seguridad:

–     ¡No hombre, para todos los que creen en Él!

Y no sólo para ellos.

Créeme que es la Piedad en la tierra.

Nadie que va a Él vuelve de vacío.

Escuchad todos:

¿Entre vosotros no hay nadie que sufra o llore, por alguna enfermedad en la familia?

¿O por dudas, remordimientos, tentaciones o ignorancia?

Presentaos a Jesús, el Mesías de la Buena Nueva.

Él estará aquí hoy; mañana irá a otro lugar.

No desaprovechéis la Gracia del Señor ahora que pasa»

Felipe, que se ha ido sintiendo cada vez más cómodo, ha perdido la inseguridad.

El dueño de la posada se revuelve los cabellos, abre y cierra la boca, se manosea las franjas de la cintura…

Y al final, dice:

–     ¡Yo lo intento!…

Tengo una hija.

Hasta el pasado verano estaba bien.

Después todo cambió. Ahora es una lunática.

Está siempre en un rincón, como una fiera muda.

Su madre, con gran esfuerzo, apenas si logra vestirla y darle de comer.

Los médicos dicen que se le ha consumido el cerebro por exceso de sol; otros, que por un triste amor; el pueblo dice que está endemoniada.

¿Cómo es posible, si es una jovencita que no ha salido nunca de aquí?

¿Dónde se ha cogido este demonio?

¿Tu Maestro qué dice, que el demonio se puede apoderar de un inocente?

Felipe responde sin vacilar:

–     Sí, para atormentar a los familiares y hacer que se desesperen.

–     ¿Y… cura a los lunáticos?

¿Debo tener esperanza?

Andrés responde inmediatamente: 

–     Debes creer

Entonces les narra el milagro de los gerasenos…

y termina diciendo:

« ¿Si aquéllos – y eran una legión en corazones de pecadores – huyeron de ese modo…

Cuánto más lo hará ése, que ha entrado por la fuerza en un corazón fresco?

Te digo, hombre: para quien espera en Él, lo imposible se le hace tan fácil como respirar

Yo, que he visto las obras de mi Señor, doy testimonio de su potencia.

–     ¡Oh!…

¿Quién de vosotros va y lo llama?

–     Yo mismo.

Espérame, que vuelvo enseguida.

Y Andrés se marcha veloz.

Felipe se queda a hablar.

Cuando Andrés ve a Jesús parado en el zaguán de una casa, para evitar el sol implacable que llena la pequeña plaza del pueblo…

Corre hacia Él diciendo:

–     ¡Ven! ¡Ven, Maestro!

El posadero tiene una hija lunática.

Te implora que la cures.

–     ¿Pero me conocía?

–     No, Maestro.

Hemos tratado de darte a conocer…

–    Lo habéis conseguido.

Porque si uno llega ya a creer que puedo curar un mal que no tiene remedio;

es que ya está adelantado en la fe.

Y teníais miedo a no ser capaces de ello…

¿Qué habéis dicho?

–     Ni siquiera te lo sabría decir.

Hemos expresado lo que pensamos de ti y hemos hablado de tus obras.

Sobre todo, hemos dicho que eres Amor y Piedad.

¡Qué mal te conoce el mundo!

–     Pero vosotros me conocéis bien.

Es suficiente.

–     Llegan a la pequeña posada.

Todos los huéspedes están en la puerta, curiosos.

En medio, con Felipe, está el posadero, que sigue con sus monólogos.

Cuando ve a Jesús, corre a su encuentro:

–     ¡Maestro, Señor, Jesús…

Yo… yo creo tanto que Tú eres Tú.

Que sabes todo, que ves todo, que conoces todo, que todo lo puedes.

Tanto lo creo, que te digo:

Ten piedad de mi hija, aunque los pecados de mi corazón sean muchos;

Que no caiga sobre mi hija el castigo por haber sido inmoral en mi trabajo; juro que no volveré a ser avariento.

Tú ves mi corazón, lo que ha sido y lo que piensa ahora. Perdón. Piedad, Maestro.

y hablaré de ti a todos los que vengan aquí, a mi casa…

El hombre está de rodillas.

Jesús le dice:

–    Levántate y persevera en los sentimientos de ahora.

Llévame a donde tu hija.

–     Está en un establo, Señor.

Este calor bochornoso la pone más enferma todavía. No quiere salir.

–     Bien, no importa; voy Yo.   

No es el bochorno, es que el demonio me siente llegar.

Entran en un patio, luego en un establo oscuro.

Todos los demás van detrás.

La niña, despeinada, demacrada, se contorsiona en el rincón más oscuro.

Y en cuanto ve a Jesús,

grita:

–     ¡Atrás!

¡Atrás! No me hostigues.

Tú eres el Cristo del Señor; sobre mí descargas tu mano. Déjame tranquilo.

¿Por qué sigues siempre mis pasos?

Jesús toma la actitud majestuosa del Dios y Señor que Es,

y ordena: 

–     ¡Sal de ella!

¡Vete! ¡Lo quiero! ¡Devuelve a Dios tu presa y calla! 

Durante unos segundos espectantes…

Luego sigue un grito desgarrador, una sacudida, un cuerpo que se derrumba sobre la paja…

Pasa un pequeño lapso y luego un suspiro muy profundo…

Enseguida la jovencita se yergue con calma, tristeza, estupor…

Y se ruboriza violentamente…

Ya que ahora se avergüenza de estar sin velo y con un vestido roto, ante los ojos de muchos extraños…

Pregunta:

–     ¿Dónde estoy?

¡Por qué estoy aquí?, ¿Quiénes son éstos? 

Y grita: 

–     ¡¡¡Mamaaá!!!  

El padre exclama: 

–     ¡Oh, Señor eterno!

¡Está curada!…

Y aunque resulte extraño en el rubicundo y colorado hospedero, llora como un niño…

Se siente dichoso.

Llora. No sabe qué otra cosa hacer sino besar las manos de Jesús.

Entretanto, la madre también llora, circundada por la corona de sus hijitos, que miran asombrados. 

Y besa a esta primogénita suya que ha sido liberada del demonio.

Los presentes prorrumpen en un verdadero clamor…

 Otros acuden para ver el prodigio.

El patio está lleno.   

El hombre suplica:

–     Quédate, Señor.

Ven esta noche. Cobíjate bajo mi techo.

Jesús dice: 

–     Hombre, somos trece.

–     Aunque fuerais trescientos, sería como nada.

Sé lo que quieres decir, pero el Samuel avariento y deshonesto ha muerto, Señor.

Se ha marchado también mi demonio.

Ahora vive el nuevo Samuel. Seguirá siendo hospedero, pero santamente.

Ven, ven conmigo, que quiero honrarte como a un Rey, como a un Dios, como a quien Eres.

¡Oh, bendito el sol de hoy que te ha traído a mí!….