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86.- LA BACANAL

Nerón le dio a Haloto, el anillo de oro con el nombramiento más alto en el Orden Ecuestre: un poder que Haloto está dispuesto a ejercer hasta su máxima expresión sobre todo el imperio romano.

Al día siguiente en las escalinatas del Foro, se encuentra con el Prefecto de los pretorianos.

Se saludan mutuamente y conversan…

Haloto dice:

–           Los cristianos creen en la resurrección que tendrán después de la muerte, ¿No es verdad?

Tigelino confirmó:

–           Esa creencia es la columna vertebral de su superstición, pues adoran a un judío resucitado…

Haloto preguntó:

–           ¿Qué más sabes de sus absurdas creencias?

–           Piensan que también ellos van a resucitar, con una vida inmortal…

–           Estoy enterado de cómo se esfuerzan por recuperar los cuerpos de los ajusticiados. Aunque solo sean los restos que dejan las fieras, los conservan por ese mito absurdo de su propia resurrección.

–           Por sus sortilegios se consideran superiores a los mismos dioses. Y se atreven a manifestarlo con su desprecio, llamándolos Demonios sometidos a su propio Dios…

–           Ya comencé los arrestos y los juicios individuales. Voy a hacer efectivo el Edicto contra ellos en todo el Imperio. Si no se retractan de sus creencias, los ajusticiaremos en medio del tormento.

–           Pero ni aun así se quebrantan en su resistencia.

haloto

Haloto levantó su puño cerrado y mostrando el anillo que le entregara Nerón,

Dijo:

–           Si hubiese tenido este anillo antes… Muchas cosas hubieran sucedido de manera diferente. La perra cristiana que mandó ejecutar Narciso, tampoco se doblegó y dejó un alboroto tremendo en el tribunal.

–           Debemos hacer algo y pronto… No podemos seguir permitiendo que nos derroten así.

–           Tampoco podemos hacer nada contra su afirmación de que vivirán eternamente…

–           Por eso nos han resistido con tanta obstinación. Pero, ¿Cómo podríamos arrancar eso de sus mentes? ¡Contra la promesa de una vida eterna, no veo cómo podemos destruirlos…!

–           Pero yo les tengo una sorpresa…

Tigelino lo miró con malicia,

Y replicó:

–          Ya les aplicamos todos los tormentos y no se retractan… ¿Qué otra cosa faltaría según tú, que pueda considerarse una sorpresa?

Una diabólica sonrisa se dibujó en los labios del augustano…

Y Haloto dijo:

–          Me gustaría saber cómo le harán para resucitar, después del ensayo de mi último suplicio… Ni siquiera imaginas lo que les tengo preparado…

El Prefecto lo miró con extrañeza,

Y preguntó:

–          Debe ser algo extraordinario, para que te regodees como el gato que está a punto de devorar a su presa. ¿Qué estás planeando ahora?

–          Acompáñame mañana a Ostia. Acaba de llegar un barco con un  cargamento muy especial…

–          ¿De qué se trata?

–          Si te lo digo ahora dejará de ser sorpresa.

forum

Y sus voces se alejan mientras entran al edificio del Forum…

Una semana más tarde, la víspera de la partida de Nerón a Acaya, Haloto ofreció otro convite en el palacio imperial en Anzio…

Con el ánimo de encantar siempre más al César, hubo los acostumbrados torneos de sutilezas en una comedia teatral…

Acompañados de cantos, danza, flores, música y espectáculos de magia, ejecutados por los sacerdotes y las sacerdotisas del culto de Isis.

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En esta bacanal, las bacantes y las ménades, adoraron en el altar de Baco y después que arrojaron el incienso,  ejecutaron una danza ritual muy elaborada y espectacular

Pero después de la lucha entre dos gladiadores, sucedió algo diferente…

Los esclavos servían solamente tentempiés variados y vino…

Extrañamente faltaban los manjares principales y las mesas se veían anormales, casi vacías…

Cuando Nerón manifestó su extrañeza, Tigelino le contestó que le habían preparado una suculenta sorpresa de despedida…

Que le mostrarían cuando terminase la función de teatro musical preparado en su honor.

Después que los bailarines se retiraron, Haloto dio una señal y enseguida entraron una gran cantidad de esclavos y dispusieron varias mesas largas y lechos-asientos a su alrededor…

Luego entraron otros músicos y bailarines ejecutando una danza muy erótica.

Y Haloto, que también es augur de Baco ofreció incienso y libaciones sobre un pebetero ante un altar de Dionisio…

Enseguida se traslada al otro extremo de la mesa imperial y hace lo mismo ante un altar dedicado a Apolo…

Y como augur y sacerdote de su culto declara que todo el banquete, será un ritual en su honor incluido el ‘sacrificio especial’ de ese día…

Nerón soltó una risa irónica…

Y dijo:

–           ¿Acaso vas a ofrecer una hecatombe de toros blancos?

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Haloto respondió:

–           Será algo mucho mejor, majestad…

Luego que termina la ceremonia del ofrecimiento, hace otra señal y entran los esclavos trayendo un desfile de suculentos manjares preparados en una especie de barbacoa muy diferente a lo habitual…

También les sirven filetes poco cocinados y adornados con ensaladas de frutas y verduras que los hacen lucir muy apetitosos.

Haloto hace una libación con otro ofrecimiento a los dioses…

Y luego invita a todos los comensales a que disfruten de lo que los esclavos han puesto en platos muy adornados frente a ellos.

Cuando Nerón lo prueba, lo degusta con deleite,

Y elogia su fascinante sabor:

–           Vaya. Realmente has preparado una delicia desconocida…

Casi todos los augustanos también lo hacen y se unen con entusiasmo ponderando su exquisitez.

Sólo Séneca, Lucano, Marcial y uno que otro, no se apresuran…

Maximiliano guarda una especial reserva y da un trago a su vaso con vino…

Porque conociendo al par de brutales compañeros de juergas del emperador, no está confiado en absoluto sobre el desarrollo de este convite en especial…

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Haloto lo mira de una manera muy peculiar…

Y luego pregunta al César:

–       ¿Te gustó divinidad?

Nerón saborea con deleite.

Y contestó complacido:

–        Es una carne exquisita. ¿Sacrificaste jabalíes?

–        No es jabalí; sin embargo tiene su sabrosura aumentada. No es ternera, si bien  es todavía más tierna y delicada. Tampoco es faisán, aunque pareciera todavía  más exquisita y suave…

Su sabor y su consumo, es una delicia cocinada de manera exclusiva para los dioses y aunque está reservada para las ceremonias solemnes y mistéricas; he querido agasajarte con ello en este día, víspera en que emprenderás tu viaje a Acaya…

El César lo mira interrogante y gratamente sorprendido. Pero no contesta nada.

Haloto hace un gesto ceremonial grandilocuente,

Y declara:

–       Soy pontificex maximus y el divino Apolo ha accedido a favorecerte, para que el triunfo te acompañe hasta tu regreso.

Y ha condescendido a  compartir contigo una exquisitez gastronómica que nunca se sirve fuera del templo…

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–        Entonces demos las gracias al divino Apolo.

–       Y es a él a quién sacrificamos la carne que acaban de servirnos y también la que degustarán las ménades, junto con nuestros invitados que han llegado directamente desde Cartago…

Nerón amplía su sonrisa y casi todos los augustanos elogian el gusto exquisito de los manjares que les acaban de servir…

Tigelino interviene, mirando fijamente a Maximiliano con una sonrisa enigmática…

Y dice:

–         Es una verdadera pena que no le hayas otorgado antes el anillo equestre a Haloto. Hubiéramos celebrado nuestra fiesta taurina, con un banquete muy similar al de hoy…

Nerón se quedó perplejo, mirando con extrañeza a su nuevo favorito.

Y cuestionó:

–           ¿Cuál hubiera sido la diferencia?

Tigelino muy feliz con la nueva preponderancia que ha alcanzado sobre su enemigo mortal,

Agrega mirándolo con odio:

–           Como ya te habrás dado cuenta, Petronio… El poder y los placeres inmediatos, superan al goce que pueda proporcionar cualquier deleite intelectual.

Al cuerpo no le gusta esperar… Lo material y tangible siempre será preponderante…

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Maximiliano masculló:

–         Sólo los animales ponen el instinto sobre todo  lo demás.

Nerón afirmó:

–        Los placeres raros, son los que más deleitan…

Haloto sonrió con malignidad.

Y añadió:

–          Pero no todos tienen el privilegio para degustar los manjares de los dioses y disfrutarlos tan frescos, que más no se puede…  Exactamente tal y como sucederá ahora…

Tigelino levantó su vaso con vino en dirección a Nerón…

Y dijo:

–        Tu triunfo  en Acaya todo lo amerita y hace que la ocasión sea muy propicia… ¡Salve majestad! Porque está asegurado el éxito de tu empresa y en Acaya te favorecerá grandemente el divino Apolo…

Haloto confirmó:

–       De eso es de lo que nos estamos asegurando ahora, ofreciendo a los dioses el sacrificio que más les agrada…

–       Pero Petronio está muy callado…

–      ¿Tú no vas a probar nuestras exquisiteces?

Maximiliano dijo con cautela:

–     Mi apetito no es voraz… Me gusta saborear el aperitivo primero. Y para eso, nada como un excelente vino.

Y volviéndose hacia Nerón agregó levantando su vaso:

–      Yo también brindo por tu triunfo, majestad…

Y le dio un gran trago.

El sonido de la música impidió que hubiera una respuesta y…
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Con una entrada muy teatral, acompañada por músicos y danzantes. Un grupo de  guerreros africanos gigantescos y algunas mujeres que tienen también un físico notablemente grande y que llegaran en el barco que inspeccionara Haloto…

Fueron instalados en el área del Gran Triclinio que habían destinado para ellos y que hasta ese momento había estado vacía…

Hubo enseguida una danza báquica con ninfas y faunos a los que se les agregaron las ménades.

Todos los asistentes al banquete los miraron con curiosidad. Pero su asombro fue mayúsculo, cuando regresaron los esclavos conduciendo parihuelas con personas desnudas,  aderezadas como si fueran lechones y completamente vivos…

Tanto las mujeres como los hombres, son colocados sobre las largas mesas que están frente a los africanos.

Haloto mira con enorme satisfacción el asombro pintado en todas las caras de los invitados al banquete…

Luego hizo una señal al mayordomo encargado de la sección donde estaban sentados los africanos.

Y el esclavo, armado con un filoso cuchillo de carnicero, abrió en canal a un hombre que había sido colocado a un lado de la muralla, sobre una tina que recogía los líquidos.

La sangre brotó salpicando a todos los que estaban cerca.

Él hizo caso omiso y con movimientos expertos, cortó de las vísceras del infortunado, el corazón y el hígado…

Luego los llevó ceremoniosamente, sobre un platón de oro decorado con diversas frutas y verduras hasta la mesa del augustano.

Y éste, arrojó el corazón sobre el pebetero que ardía frente a la estatua de Apolo.

Luego cortando un pedazo del hígado con su puñal, lo ingirió con inmenso placer.

Enseguida Haloto le dio un sorbo a su copa de vino,

Y dijo:

–      No hay nada más delicioso que el hígado de un enemigo aderezado y fresco. De esta manera nos apropiamos de su valor y de todas las cualidades admirables que pudiera tener. En el templo siempre tenemos los mejores manjares…

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Tigelino declaró:

–        Es una manera excelente para deshacernos de quienes no nos agradan…

–       O de quien se niega a satisfacer nuestros requerimientos…

Haloto cortó otro pedazo y agregó:

–        Y cuando una mujer se atreve a despreciarnos. La forma de hacerla absolutamente nuestra, pues así tampoco podrá gozar con otro…  es degustando el aroma fresco y consumiendo sus partes nobles.

Si mi hijo me hubiera hecho caso, esa perra cristiana hubiera terminado en nuestra mesa. ¡Por supuesto después de haberla ofrecido a nuestros dioses! ¡Estas menudencias son tan exquisitamente deliciosas!…

El silencio que siguió a esta declaración es absoluto y nadie se atreve a romperlo.

Maximiliano está tan impactado que por primera vez, se queda sin palabras…

La absoluta maldad de esta barbarie, supera cualquier cosa que haya experimentado antes.

Nerón arruga la frente y levanta sus labios hasta la nariz como siempre que está demasiado turbado.

Pero tampoco expresó desaprobación y esto fue interpretado como su aprobación tácita, hacia todo lo que está sucediendo.

Haloto miró hacia Maximiliano y le dijo:

–        Querido Petronio, levanta la carne que te fue servida, para que sepas lo que es…

El augustano está demasiado asombrado para reaccionar y con gesto maquinal levanta un pedazo de filete  que deja al descubierto una mano humana perfectamente cocinada…

Tigelino agregó con los dientes apretados:

–         Claro que hubiera lucido mejor, si fuera la mano de la cautiva que Marco Aurelio rescató…

A Maximiliano le fue imposible ocultar su aversión y levantó sus ojos asombrados hacia el Prefecto que le mira con burla…

Haloto se jactó con maligna crueldad mirando fijamente  hacia el Augustano que ha caído de la gracia imperial.

Y le dijo:

–         Las extremidades son las más deliciosas. ¿O prefieres un pedazo de muslo?

Maximiliano dijo con voz ahogada:

–          No debería asombrarme, pues ¿Qué más se puede  esperar de la barbarie de un carnicero como tú? Esto es un asesinato incalificable…

Tigelino replicó:

–         Las leyes no prohíben los sacrificios a los dioses…

Maximiliano contestó:

–         Lo que no prohíben las leyes, lo prohíbe la honestidad…

Y hubiera proseguido en una disputa que hubiera hecho que la provocación del Prefecto consiguiera su objetivo…. Pero…

Una exclamación de Séneca salvó a Petronio.

Pues dijo:

–        ¡Mirad lo que esos africanos están haciendo!

Efectivamente, a todas las crueldades que ya existían, Haloto le añadió otra más…

Y el grupo de africanos enormes y todas las ménades, están devorando lentamente pedazo a pedazo, a personas vivas y aderezadas con salsas y ensaladas, según lo que requiere su gusto.

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Todos están tomando vino y conversando tranquilamente…

Como si lo que están tragando fuera un pedazo de queso o aceitunas.

Los cristianos, sumergidos en la Oración en el Espíritu, parecen no darse cuenta de que son los manjares en este banquete bestial…

Ellos sonríen igual que sus verdugos, pero por diferentes motivos: los primeros por ver acercarse al Dios que los ha amado desde el principio.

Y los segundos, por ver satisfecho su sanguinario salvajismo.

Y este fue el último despliegue de brutalidad antes del soñado viaje a Acaya.

Como el emperador guardó silencio dando con esto un implícito permiso, nadie más objetó. Y el banquete prosiguió como si nada extraordinario hubiese sucedido.

La mayoría de los invitados del César continuaron consumiendo su ración de carne humana, que fue un extraño deleite a sus desordenados instintos y los predispuso a un nuevo nivel en lo que a gozo se refiere…

Y la bacanal siguió adelante con los excesos de la orgía acostumbrada…

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De esta manera, fue presentado el nuevo intendente del César.

Este hombre sanguinario que pronto hizo pesar su poderosa mano de hierro a todos los romanos y especialmente a los cristianos.

Como el pueblo ya está harto de sangre, por un tiempo fueron suspendidos los juegos del circo y se limitaron a las sentencias individuales.

Pero diariamente los tribunales están llenos y los verdugos no descansan en aquel descomunal baño de sangre y de crueldad….

Antes de embarcar, Nerón llamó a sus arquitectos e ingenieros responsables y les encargó de manera muy específica lo que anhelaba en su Domus Áurea.

Les especificó:

–          No regresaré hasta que hayáis concluido el proyecto. Daos prisa porque si no, os entregaré en manos de Haloto y ya sabéis lo que os espera…

Sus aterrorizados interlocutores, después de haber presenciado lo que sucedió en las Bacanales, no tienen el menor deseo de enfrentar la ira del nuevo favorito del emperador.

Y le hacen elocuentes muestras de fidelidad y jurandole que acelerarán todos los trabajos…

Nerón declaró:

–          Volveré en triunfo y quiero estar alojado como un hombre… Disfrutad mi satisfacción o mi ira. Vosotros elegís….

Los ingenieros le aseguraron que el proyecto estaría listo lo más pronto posible.

Y mientras el César se embarcaba en su soñada gira artística, las construcciones de los proyectos imperiales, ocuparon prioridad sobre todas las agendas del gobierno.

Los arquitectos extendieron su casa desde el Palatino hasta el Esquilino, donde había estado la Domus Transitoria que había sido destruida por el fuego.

Y a este edificio le llamó Domus Áurea, de cuya extensión y magnificencia bastará decir que en el vestíbulo se veía una estatua colosal de Nerón, de cuarenta metros de alto. Estaba rodeada por pórticos de tres filas de columnas y mil pasos de longitud.

Que había en ella un lago imitando el mar, rodeado de edificios que aparentaban ser una gran ciudad. Y que se veían explanadas, campos de trigo, viñedos, bosques poblados por multitud de rebaños y fieras.

El interior era dorado por todas partes y estaba adornado con pedrería, nácar y perlas. El techo de los comedores estaba decorado con tablillas de marfil movibles, que dejaban escapar por algunas aberturas perfumes y flores.

De estas salas, la más hermosa era redonda y giraba día y noche, imitando el movimiento circular del mundo.

Los baños estaban  alimentados por las aguas del mar y las de Albula.

barco del imperio romano

La semana siguiente, el barco imperial surcaba las aguas del mar Mediterráneo llevando entre sus maderos el dolor,  los sueños, las alegrías y las esperanzas de muchos hombres…

Maximiliano comprende ahora totalmente a Marco Aurelio en todas sus reacciones y se siente atrapado en una trampa mortal.

Con los nuevos conocimientos adquiridos, sufre mucho al comprender la ignominia de su vida pagana y sabe que no puede escapar de la corte de Nerón, más que cuando éste haga efectiva su sentencia de muerte.

Hasta ahora nadie ha descubierto su nueva condición de cristiano y tiene la certeza de que cuando suceda, le espera una suerte peor que la de los cristianos que viera en la última bacanal.

Pero Jesús lo fortalece en su ánimo, en todas sus oraciones; sobre todo con la armadura espiritual que le enseñara San Miguel Arcángel…

Por todo esto, Maximiliano decidió ya no jugar con su destino y se concentró solamente en los proyectos artísticos propios del emperador, haciendo caso omiso a las provocaciones de sus eternos enemigos…
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Los Juegos Olímpicos

En el viaje artístico de Nerón a Grecia, su sueño largamente acariciado, el emperador llevó a su séquito especial de ‘aplaudidores’ pagados que le aseguran la embriaguez del aplauso y de la gloria.

Le encanta demostrar lo que considera su ‘talento divino’ y celebró todos  los Juegos Helénicos en todas partes por donde va pasando.

Los Juegos Píticos, también llamados Délficos, eran competiciones atléticas y musicales celebradas en honor a Apolo, cuyo objetivo era conmemorar la victoria del dios sobre la serpiente Pitón.

Durante las primeras jornadas se vivía una recreación de la lucha entre el dios y Pitón.

Y una procesión de sacerdotes, theoroi y participantes, se dirigía hasta el altar de Apolo para celebrar una hecatombe.

El sacrificio ofrecido después era consumido en un banquete inaugural, en el que participaba todo el pueblo.

Templo de Zeus en Olimpia

En las competiciones atléticas. La mayoría de estos eventos eran similares a los de Olimpia.

Incluían carreras, lucha libre, boxeo, el pancracio y el pentatlón (lanzamiento de disco, jabalina, salto de longitud, lucha y carrera a pie).

Había carreras de caballos que incluían una modalidad para carros tirados por cuatro caballos y más tarde también por dos.

En el año 67 el emperador Nerón tomó parte en las pruebas musicales con composiciones propias.

Y naturalmente fue proclamado vencedor.

El drama y la prosa se incorporaron gracias a la visita de nuestro imperial competidor, pues Nerón participó activamente en todo y con ansia por ganar…

Según la mitología, Zeus señaló con un rayo el lugar donde debía ser honrado y la forma en que quería que esto se hiciera.

Allí se levantó un altar y una pira en la que se incineraban las ofrendas para el dios.

Por medio de una carrera se establecía qué atleta tenía el honor de encenderla y así se originaron los Juegos Olímpicos.

Los campeones olímpicos, gozaban de gran prestigio en la antigua Grecia. En sus ciudades natales se hacían bustos de ellos y se les componían poemas.

Cuando volvían vencedores se les recibía de modo triunfal, como a héroes con un desfile por las calles.

Llegaban a adquirir una dimensión casi divina y algunos incluso se convirtieron en personajes míticos, venerados después de muertos.

La mayoría competían desnudos, untados con aceite de oliva y depilados, como una manera de mostrar con orgullo su excelente forma física…

El esfuerzo era tanto que a veces los atletas dañaban su salud o llegaban a morir de agotamiento.

Aunque el deporte preferido era la competición quíntuple que constaba de lucha, carrera, lanzamiento de jabalina, salto de longitud y lanzamiento de disco.

También había carreras de carros y el deporte más violento de todos: el pancracio, mezcla de boxeo y lucha libre en el que todo estaba permitido excepto romper los dedos, sacar los ojos o morder.

El vencedor recibía una palma y una corona de laurel. Estas eran cortadas por el joven que representaba a Apolo en la ceremonia que recreaba su lucha con Pitón.

Estaba prohibido a los participantes el consumo de bebidas alcohólicas durante todo el tiempo de duración de los juegos…

También se prohibía la entrada a las mujeres, que solo podían acudir a las competiciones hípicas si eran propietarias de alguno de los animales.

Pero en esta ocasión se hizo una excepción a causa de la presencia de Popea Sabina, la divina augusta…

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En cuanto Nerón desembarcó en Casíope, cantó delante del altar de Júpiter Casio y a partir de ese momento se presentó en todos los espectáculos y concursos.

Desde que era muy joven le apasionaron las carreras de caballos y aprendió a guiar carros tomando parte personalmente en los espectáculos de Roma, en el Circo Máximo.

Cuando llegó a Olimpia, en el hipódromo aprovechó la oportunidad para desplegar sus habilidades como auriga  y condujo su carro de diez caballos con pasión…

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Las infracciones eran severamente castigadas. Salir antes de tiempo significaba recibir latigazos por parte del mastigóforo o azotador, situado junto al juez…

Pero ahora con la visita de Nerón, se pasaron por alto casi todas las reglas y  se reunieron en un mismo año todos  los espectáculos ordinarios que se daban en épocas muy diferentes.

El emperador está tan orgulloso de su habilidad, que la mostró también en Acaya.

Las ciudades donde se celebraban concursos de música, le mandaron las coronas de los vencedores y tanto le gustó este homenaje, que los diputados que venían a presentárselas, no solamente eran los primeros en ser recibidos en las audiencias; sino que los admitía en sus comidas particulares.

Como algunos le rogaron que cantase en la mesa, prodigándole toda clase de elogios, exclamó: ‘Solamente los griegos saben escuchar y son dignos de mi voz.’

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, CONÓCELA

87.- LA BACANAL

Nerón le dio a Haloto, el anillo de oro con el nombramiento más alto en el Orden Ecuestre; un poder que Haloto está dispuesto a ejercer hasta su máxima expresión sobre todo el imperio romano.  Al día siguiente en las escalinatas del Foro, se encuentra con el Prefecto de los pretorianos. Se saludan mutuamente y conversan…

Haloto dice:

–           Los cristianos creen en la resurrección que tendrán después de la muerte, ¿No es verdad?

Tigelino confirmó:

–           Esa creencia es la columna vertebral de su superstición, pues adoran a un judío resucitado…

Haloto preguntó:

–           ¿Qué más sabes de sus absurdas creencias?

–           Piensan que también ellos van a resucitar, con una vida inmortal…

–           Estoy enterado de cómo se esfuerzan por recuperar los cuerpos de los ajusticiados. Aunque solo sean los restos que dejan las fieras; los conservan por ese mito absurdo de su propia resurrección.

–           Por sus sortilegios se consideran superiores a los mismos dioses. Y se atreven a manifestarlo con su desprecio, llamándolos demonios sometidos a su propio Dios…

–           Ya comencé los arrestos y los juicios individuales. Voy a hacer efectivo el Edicto contra ellos en todo el imperio. Si no se retractan de sus creencias, los ajusticiaremos en medio del tormento.

–           Pero ni aun así se quebrantan en su resistencia.

Haloto levantó su puño cerrado y mostrando el anillo que le entregara Nerón dijo:

–           Si hubiese tenido este anillo antes… Muchas cosas hubieran sucedido de manera diferente. La perra cristiana que mandó ejecutar Narciso, tampoco se doblegó y dejó un alboroto tremendo en el tribunal.

–           Debemos hacer algo y pronto… No podemos seguir permitiendo que nos derroten así.

–           Tampoco podemos hacer nada contra su afirmación de que vivirán eternamente…

–           Por eso nos han resistido con tanta obstinación. Pero cómo podríamos arrancar eso de sus mentes. Contra la promesa de una vida eterna, no veo cómo podemos destruirlos…

–           Pero yo les tengo una sorpresa…

Tigelino lo miró con malicia y replicó:

–          Ya les aplicamos todos los tormentos y no se retractan… ¿Qué otra cosa faltaría según tú, que pueda considerarse una sorpresa?

Una diabólica sonrisa se dibujó en los labios del augustano y dijo:

–          Me gustaría saber cómo le harán para resucitar, después del ensayo de mi último suplicio… Ni siquiera imaginas lo que les tengo preparado…

El Prefecto lo miró con extrañeza y preguntó:

–          Debe ser algo extraordinario, para que te regodees como el gato que está a punto de devorar a su presa. ¿Qué estás planeando ahora?

–          Acompáñame mañana a Ostia. Acaba de llegar un barco con un  cargamento muy especial…

–          ¿De qué se trata?

–          Si te lo digo ahora dejará de ser sorpresa.

Y sus voces se alejan mientras entran al edificio del Forum…

Una semana más tarde, la víspera de la partida de Nerón a Acaya, Haloto ofreció otro convite en el palacio imperial en Anzio… Con el ánimo de encantar siempre más al César, hubo los acostumbrados torneos de sutilezas en una comedia teatral, acompañados de cantos, danza, flores, música y espectáculos de magia, ejecutados por los sacerdotes y las sacerdotisas del culto de Isis.

En esta bacanal, las bacantes y las ménades, adoraron en el altar de Baco y después que arrojaron el incienso,  ejecutaron una danza ritual muy elaborada y espectacular. Pero después de la lucha entre dos gladiadores, sucedió algo diferente…

Los esclavos servían solamente tentempiés variados y vino…  Extrañamente faltaban los manjares principales y las mesas se veían anormales, casi vacías…

Cuando Nerón manifestó su extrañeza, Tigelino le contestó  que le habían preparado una suculenta sorpresa de despedida… Que le mostrarían cuando terminase la función de teatro musical preparado en su honor.

Después que los bailarines se retiraron, Haloto dio una señal y enseguida entraron una gran cantidad de esclavos y dispusieron varias mesas largas y lechos-asientos a su alrededor…

Luego entraron otros músicos y bailarines ejecutando una danza muy erótica y Haloto, que también es augur de Baco ofreció incienso y libaciones sobre un pebetero ante un altar de Dionisio… Enseguida se traslada al otro extremo de la mesa imperial y hace lo mismo ante un altar dedicado a Apolo…

Y como augur y sacerdote de su culto declara que todo el banquete, será un ritual en su honor incluido el ‘sacrificio especial’ de ese día…

Nerón soltó una risa irónica y dijo:

–           ¿Acaso vas a ofrecer una hecatombe de toros blancos?

Haloto respondió:

–           Será algo mucho mejor, majestad…

Luego que termina la ceremonia del ofrecimiento, hace otra señal y entran los esclavos trayendo un desfile de suculentos manjares preparados en una especie de barbacoa muy diferente a lo habitual… También les sirven filetes poco cocinados y adornados con ensaladas de frutas y verduras que los hacen lucir muy apetitosos.

Haloto hace una libación con otro ofrecimiento a los dioses y luego invita a todos los comensales a que disfruten de lo que los esclavos han puesto en platos muy adornados frente a ellos.

Cuando Nerón lo prueba, lo degusta con deleite y elogia su fascinante sabor:

–           Vaya. Realmente has preparado una delicia desconocida…

Casi todos los augustanos también lo hacen y se unen con entusiasmo ponderando su exquisitez.

Sólo Séneca, Lucano, Marcial y uno que otro, no se apresuran…

Maximiliano guarda una especial reserva y da un trago a su vaso con vino… Porque conociendo al par de brutales compañeros de juergas del emperador, no está confiado en absoluto sobre el desarrollo de este convite en especial…

Haloto lo mira de una manera muy peculiar y luego pregunta al César:

–                     ¿Te gustó divinidad?

Nerón saborea con deleite y contestó complacido:

–                     Es una carne exquisita. ¿Sacrificaste jabalíes?

–           No es jabalí; sin embargo tiene su sabrosura aumentada. No es ternera, si bien  es todavía más tierna y delicada. Tampoco es faisán, aunque pareciera todavía  más exquisita y suave… Su sabor y su consumo, es una delicia cocinada de manera exclusiva para los dioses y aunque está reservada para las ceremonias solemnes y mistéricas; he querido agasajarte con ello en este día, víspera en que emprenderás tu viaje a Acaya…

El César lo mira interrogante y gratamente sorprendido. Pero no contesta nada.

Haloto hace un gesto ceremonial grandilocuente y declara:

–           Soy pontificex maximus y el divino Apolo ha accedido a favorecerte, para que el triunfo te acompañe hasta tu regreso. Y ha condescendido a  compartir contigo una exquisitez gastronómica que nunca se sirve fuera del templo…

–                     Entonces demos las gracias al divino Apolo.

–                     Y es a él a quién sacrificamos la carne que acaban de servirnos y también la que degustarán las ménades, junto con nuestros invitados que han llegado directamente desde Cartago…

Nerón amplía su sonrisa y casi todos los augustanos elogian el gusto exquisito de los manjares que les acaban de servir…

Tigelino interviene mirando fijamente a Maximiliano con una sonrisa enigmática:

–                     Es una verdadera pena que no le hayas otorgado antes el anillo equestre a Haloto. Hubiéramos celebrado nuestra fiesta taurina, con un banquete muy similar al de hoy…

Nerón se quedó perplejo, mirando con extrañeza a su nuevo favorito. Y cuestionó:

–           ¿Cuál hubiera sido la diferencia?

Tigelino muy feliz con la nueva preponderancia que ha alcanzado sobre su enemigo mortal  agrega mirándolo con odio:

–                     Como ya te habrás dado cuenta, Petronio… El poder y los placeres inmediatos, superan al goce que pueda proporcionar cualquier deleite intelectual. Al cuerpo no le gusta esperar… Lo material y tangible siempre será preponderante…

Maximiliano masculló:

–                     Sólo los animales ponen el instinto sobre todo  lo demás.

Nerón afirmó:

–                     Los placeres raros, son los que más deleitan…

Haloto sonrió con malignidad y añadió:

–          Pero no todos tienen el privilegio para degustar los manjares de los dioses y disfrutarlos tan frescos, que más no se puede…  Exactamente tal y como sucederá ahora…

Tigelino levantó su vaso con vino en dirección a Nerón y dijo:

–                     Tu triunfo  en Acaya todo lo amerita y hace que la ocasión sea muy propicia… ¡Salve majestad! Porque está asegurado el éxito de tu empresa y en Acaya te favorecerá grandemente el divino Apolo…

Haloto confirmó:

–                     De eso es de lo que nos estamos asegurando ahora, ofreciendo a los dioses el sacrificio que más les agrada…

–                     Pero Petronio está muy callado… ¿Tú no vas a probar nuestras exquisiteces?

Maximiliano dijo con cautela:

–                     Mi apetito no es voraz… Me gusta saborear el aperitivo primero y para eso, nada como un excelente vino. –Y volviéndose hacia Nerón agregó levantando su vaso- Yo también brindo por tu triunfo, majestad…

Y le dio un gran trago. El sonido de la música impidió que hubiera una respuesta y…

Con una entrada muy teatral, acompañada por músicos y danzantes; un grupo de  guerreros africanos gigantescos y algunas mujeres que tienen también un físico notablemente grande y que llegaran en el barco que inspeccionara Haloto; fueron instalados en el área del Gran Triclinio que habían destinado para ellos y que hasta ese momento había estado vacía…

Hubo enseguida una danza báquica con ninfas y faunos a los que se les agregaron las ménades.

Todos los asistentes al banquete los miraron con curiosidad, pero su asombro fue mayúsculo, cuando regresaron los esclavos conduciendo parihuelas con personas desnudas,  aderezadas como si fueran lechones y completamente vivos…

Tanto las mujeres como los hombres, son colocados sobre las largas mesas que están frente a los africanos…

Haloto mira con enorme satisfacción el asombro pintado en todas las caras de los invitados al banquete… Luego hizo una señal al mayordomo encargado de la sección donde estaban sentados los africanos…

Y el esclavo, armado con un filoso cuchillo de carnicero; abrió en canal a un hombre que había sido colocado a un lado de la muralla, sobre una tina que recogía los líquidos.   La sangre brotó salpicando a todos los que estaban cerca.

Él hizo caso omiso y con movimientos expertos, cortó de las vísceras del infortunado el corazón y el hígado…Luego los llevó ceremoniosamente, sobre un platón de oro decorado con diversas frutas y verduras hasta la mesa del augustano. Y éste, arrojó el corazón sobre el pebetero que ardía frente a la estatua de Apolo. Luego cortando un pedazo del hígado con su puñal, lo ingirió con inmenso placer.

Enseguida Haloto le dio un sorbo a su copa de vino y dijo:

–                     No hay nada más delicioso que el hígado de un enemigo aderezado y fresco… De esta manera nos apropiamos de su valor y de todas las cualidades admirables que pudiera tener… En el templo siempre tenemos los mejores manjares…

Tigelino declaró:

–                     Es una manera excelente para deshacernos de quienes no nos agradan…

–                     O de quien se niega a satisfacer nuestros requerimientos…

Haloto cortó otro pedazo y agregó:

–                     Y cuando una mujer se atreve a despreciarnos… La forma de hacerla absolutamente nuestra, pues así tampoco podrá gozar con otro…  es degustando el aroma fresco y consumiendo sus partes nobles… Si mi hijo me hubiera hecho caso, esa perra cristiana hubiera terminado en nuestra mesa… ¡Por supuesto después de haberla ofrecido a nuestros dioses…! ¡Estas menudencias son tan exquisitamente deliciosas!…

El silencio que siguió a esta declaración es absoluto y nadie se atreve a romperlo.

Maximiliano está tan impactado que por primera vez, se queda sin palabras… La absoluta maldad de esta barbarie, supera cualquier cosa que haya experimentado antes.

Nerón arruga la frente y levanta sus labios hasta la nariz como siempre que está demasiado turbado. Pero tampoco expresó desaprobación y esto fue interpretado como su aprobación tácita hacia todo lo que está sucediendo.

Haloto miró hacia Maximiliano y le dijo:

–                     Querido Petronio, levanta la carne que te fue servida, para que sepas lo que es…

El augustano está demasiado asombrado para reaccionar y con gesto maquinal levanta un pedazo de filete  que deja al descubierto una mano humana perfectamente cocinada…

Tigelino agregó con los dientes apretados:

–                     Claro que hubiera lucido mejor, si fuera la mano de la cautiva que Marco Aurelio rescató…

A Maximiliano le fue imposible ocultar su aversión y levantó sus ojos asombrados hacia el Prefecto que le mira con burla…

Haloto se jactó con maligna crueldad mirando fijamente  hacia el Augustano que ha caído de la gracia imperial y le dijo:

–                     Las extremidades son las más deliciosas. ¿O prefieres un pedazo de muslo?

Maximiliano dijo con voz ahogada:

–                     No debería asombrarme, pues ¿Qué más se puede  esperar de la barbarie de un carnicero como tú? Esto es un asesinato incalificable…

Tigelino replicó:

–                     Las leyes no prohíben los sacrificios a los dioses…

Maximiliano contestó:

–                     Lo que no prohíben las leyes, lo prohíbe la honestidad…

Y hubiera proseguido en una disputa que hubiera hecho que la provocación del Prefecto consiguiera su objetivo…. Pero…

Una exclamación de Séneca salvó a Petronio, pues dijo:

–                     ¡Mirad lo que esos africanos están haciendo!

Efectivamente, a todas las crueldades que ya existían, Haloto le añadió otra más… Y el grupo de africanos enormes y todas las ménades, están devorando lentamente pedazo a pedazo; a personas vivas y aderezadas con salsas y ensaladas, según lo que requiere su gusto.

Todos están tomando vino y conversando tranquilamente… Como si lo que están tragando fuera un pedazo de queso o aceitunas.

Los cristianos, sumergidos en la Oración en el Espíritu;  parecen no darse cuenta de que son los manjares en este banquete bestial…  Ellos sonríen igual que sus verdugos, pero por diferentes motivos: los primeros por ver acercarse al Dios que los ha amado desde el principio y los segundos, por ver satisfecho su sanguinario salvajismo.

Y este fue el último despliegue de brutalidad antes del soñado viaje a Acaya.

Como el emperador guardó silencio dando con esto un implícito permiso, nadie más objetó. Y el banquete prosiguió como si nada extraordinario hubiese sucedido.

La mayoría de los invitados del César continuaron consumiendo su ración de carne humana, que fue un extraño deleite a sus desordenados instintos y los predispuso a un nuevo nivel en lo que a gozo se refiere…

Y la bacanal siguió adelante con los excesos de la orgía acostumbrada…

De esta manera, fue presentado el nuevo intendente del César. Este hombre sanguinario que pronto hizo pesar su poderosa mano de hierro a todos los romanos y especialmente a los cristianos.

Como el pueblo ya está harto de sangre, por un tiempo fueron suspendidos los juegos del circo y se limitaron a las sentencias individuales. Pero diariamente los tribunales están llenos y los verdugos nos descansan en aquel descomunal baño de sangre y de crueldad….

Antes de embarcar, Nerón llamó a sus arquitectos e ingenieros responsables y les encargó de manera muy específica lo que anhelaba en su Domus Áurea. Les especificó:

–          No regresaré hasta que hayáis concluido el proyecto. Daos prisa porque si no, os entregaré en manos de Haloto y ya sabéis lo que os espera…

Sus aterrorizados interlocutores, después de haber presenciado lo que sucedió en las Bacanales, no tienen el menor deseo de enfrentar la ira del nuevo favorito del emperador y le hacen elocuentes muestras de fidelidad y le juran que acelerarán todos los trabajos…

Nerón declaró:

–          Volveré en triunfo y quiero estar alojado como un hombre… Disfrutad mi satisfacción o mi ira. Vosotros elegís….

Los ingenieros le aseguraron que el proyecto estaría listo lo más pronto posible y mientras el César se embarcaba en su soñada gira artística, las construcciones de los proyectos imperiales, ocuparon prioridad sobre todas las agendas del gobierno.

Los arquitectos extendieron su casa desde el Palatino hasta el Esquilino, donde había estado la Domus Transitoria que había sido destruida por el fuego.

Y a este edificio le llamó Domus Áurea, de cuya extensión y magnificencia bastará decir que en el vestíbulo se veía una estatua colosal de Nerón, de cuarenta metros de alto. Estaba rodeada por pórticos de tres filas de columnas y mil pasos de longitud.

Que había en ella un lago imitando el mar, rodeado de edificios que aparentaban ser una gran ciudad. Y que se veían explanadas, campos de trigo, viñedos, bosques poblados por multitud de rebaños y fieras. El interior era dorado por todas partes y estaba adornado con pedrería, nácar y perlas. El techo de los comedores estaba decorado con tablillas de marfil movibles, que dejaban escapar por algunas aberturas perfumes y flores.

De estas salas, la más hermosa era redonda y giraba día y noche, imitando el movimiento circular del mundo.

Los baños estaban  alimentados por las aguas del mar y las de Albula.

La semana siguiente, el barco imperial surcaba las aguas del mar Mediterráneo llevando entre sus maderos el dolor,  los sueños, las alegrías y las esperanzas de muchos hombres…

Maximiliano comprende ahora totalmente a Marco Aurelio en todas sus reacciones y se siente atrapado en una trampa mortal. Con los nuevos conocimientos adquiridos, sufre mucho al comprender la ignominia de su vida pagana y sabe que no puede escapar de la corte de Nerón, más que cuando éste haga efectiva su sentencia de muerte.

Hasta ahora nadie ha descubierto su nueva condición de cristiano y tiene la certeza de que cuando suceda, le espera una suerte peor que la de los cristianos que viera en la última bacanal. Pero Jesús lo fortalece en su ánimo, en todas sus oraciones; sobre todo con la armadura espiritual que le enseñara San Miguel Arcángel… Por todo esto, Maximiliano decidió ya no jugar con su destino y se concentró solamente en los proyectos artísticos propios del emperador, haciendo caso omiso a las provocaciones de sus eternos enemigos…

Los Juegos Olímpicos

En el viaje artístico de Nerón a Grecia, su sueño largamente acariciado, el emperador llevó a su séquito especial de ‘aplaudidores’ pagados que le aseguran la embriaguez del aplauso y de la gloria. Le encanta demostrar lo que considera su ‘talento divino’ y celebró todos  los Juegos Helénicos en todas partes por donde va pasando.

Los Juegos Píticos, también llamados Délficos, eran competiciones atléticas y musicales celebradas en honor a Apolo, cuyo objetivo era conmemorar la victoria del dios sobre la serpiente Pitón.

Durante las primeras jornadas se vivía una recreación de la lucha entre el dios y Pitón y una procesión de sacerdotes, theoroi y participantes; se dirigía hasta el altar de Apolo para celebrar una hecatombe.

El sacrificio ofrecido después era consumido en un banquete inaugural, en el que participaba todo el pueblo.

Templo de Zeus en Olimpia

En las competiciones atléticas. La mayoría de estos eventos eran similares a los de Olimpia. Incluían carreras, lucha libre, boxeo, el pancracio y el pentatlón (lanzamiento de disco, jabalina, salto de longitud, lucha y carrera a pie).  Había carreras de caballos que incluían una modalidad para carros tirados por cuatro caballos y más tarde también por dos.

En el año 67 el emperador Nerón tomó parte en las pruebas musicales con composiciones propias, y naturalmente fue proclamado vencedor.

El drama y la prosa se incorporaron gracias a la visita de nuestro imperial competidor, pues Nerón participó activamente en todo y con ansia por ganar…

Según la mitología, Zeus señaló con un rayo el lugar donde debía ser honrado y la forma en que quería que esto se hiciera. Allí se levantó un altar y una pira en la que se incineraban las ofrendas para el dios.

Por medio de una carrera se establecía qué atleta tenía el honor de encenderla y así se originaron los Juegos Olímpicos.

Los campeones olímpicos, gozaban de gran prestigio en la antigua Grecia. En sus ciudades natales se hacían bustos de ellos y se les componían poemas. Cuando volvían vencedores se les recibía de modo triunfal, como a héroes con un desfile por las calles. Llegaban a adquirir una dimensión casi divina y algunos incluso se convirtieron en personajes míticos, venerados después de muertos.

La mayoría competían desnudos, untados con aceite de oliva y depilados, como una manera de mostrar con orgullo su excelente forma física… El esfuerzo era tanto que a veces los atletas dañaban su salud o llegaban a morir de agotamiento.

Aunque el deporte preferido era la competición quíntuple que constaba de lucha, carrera, lanzamiento de jabalina, salto de longitud y lanzamiento de disco. También había carreras de carros y el deporte más violento de todos: el pancracio, mezcla de boxeo y lucha libre en el que todo estaba permitido excepto romper los dedos, sacar los ojos o morder.

El vencedor recibía una palma y una corona de laurel. Estas eran cortadas por el joven que representaba a Apolo en la ceremonia que recreaba su lucha con Pitón.

Estaba prohibido a los participantes el consumo de bebidas alcohólicas durante todo el tiempo de duración de los juegos… También se prohibía la entrada a las mujeres, que solo podían acudir a las competiciones hípicas si eran propietarias de alguno de los animales. Pero en esta ocasión se hizo una excepción a causa de la presencia de Popea Sabina, la divina augusta…

En cuanto Nerón desembarcó en Casíope, cantó delante del altar de Júpiter Casio y a partir de ese momento se presentó en todos los espectáculos y concursos.

Desde que era muy joven le apasionaron las carreras de caballos y aprendió a guiar carros tomando parte personalmente en los espectáculos de Roma, en el Circo Máximo. Cuando llegó a Olimpia, en el hipódromo aprovechó la oportunidad para desplegar sus habilidades como auriga  y condujo su carro de diez caballos con pasión…

Las infracciones eran severamente castigadas. Salir antes de tiempo significaba recibir latigazos por parte del mastigóforo o azotador, situado junto al juez…  Pero ahora con la visita de Nerón, se pasaron por alto casi todas las reglas y  se reunieron en un mismo año todos  los espectáculos ordinarios que se daban en épocas muy diferentes.

El emperador está tan orgulloso de su habilidad, que la mostró también en Acaya.  Las ciudades donde se celebraban concursos de música, le mandaron las coronas de los vencedores y tanto le gustó este homenaje, que los diputados que venían a presentárselas, no solamente eran los primeros en ser recibidos en las audiencias; sino que los admitía en sus comidas particulares.

Como algunos le rogaron que cantase en la mesa, prodigándole toda clase de elogios, exclamó: ‘Solamente los griegos saben escuchar y son dignos de mi voz.’

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA