52 EL LLAMADO DE MATEO
52 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Está haciendo mucho calor. El mercado ha terminado y en la plaza vacía, hay unos cuantos ociosos y unos niños que juegan.
Jesús, en medio de sus apóstoles, llega del lago a la plaza.
Acaricia a los niños que corren a su encuentro y le platican sus confidencias. Una niña muestra un golpe que le sangra en la frente y de ello acusa al hermanito.
Jesús dice:
– ¿Por qué has herido así a tu hermanita? ¡No está bien!
El niño se mortifica y contesta:
– No lo hice a propósito. Quería tumbar aquellos higos y tomé un bastón. Era muy pesado y se me cayó sobre ella. Cogía higos también para ella.
Jesús le pregunta:
– ¿Es verdad, Juana?
Entre hipos la niña contesta:
– Es verdad.
– Entonces puedes ver que tu hermano no te quiso hacer daño.
Quería hacerte feliz. Ahora, al punto haced las paces y daos un beso. Los buenos hermanitos y también los buenos niños, jamás deben saber lo que es el rencor. ¡Ea, pues!
Los dos niños se besan con lágrimas.
Los dos lloran juntos. Ella porque le duele el golpe. Y él porque le pesa haber causado ese dolor.
Jesús sonríe al ver ese beso lleno de lagrimones.
Y dice:
– ¡Y ahora, porque veo que sois buenos, Yo os cortaré los higos!
Como es muy alto extiende el brazo y sin esfuerzo alguno, los corta y se los da.
Acude una mujer:
– Juana. Tobías. ¿Para qué molestáis al Maestro? ¡Oh, Señor! Perdona…
Jesús dice:
– Mujer. Se trataba de hacer las paces.
Y las hice con el objeto mismo que provocó la guerra: los higos. A los niños les gustan los higos dulces y a Mí… me gustan los corazones dulces e inocentes. Me quitan mucha amargura.
La mujer señala a unos fariseos:
– Maestro, son los señores esos, los que no te aman.
Pero nosotros, el pueblo; te queremos mucho. Ellos son pocos. Y nosotros muchos…
– Lo sé, mujer. Gracias por tu consuelo. La paz sea contigo.
¡Adiós, Juana! ¡Adiós, Tobías! Sed buenos. No se porten mal. Y ya no se peleen. ¿Lo recordarán?
Los dos niños responden juntos:
– Sí.
– Sí, Jesús.
Jesús sonriente, al empezar a caminar, dice a sus discípulos:
– Ahora que con la ayuda de los higos, los cielos se han despejado de las nubes que había. Vámonos a… ¿A dónde queréis ir?
Ellos no saben y mencionan diferentes lugares.
Pero Jesús mueve la cabeza sonriendo.
Pedro dice:
– Yo renuncio. A menos que Tú no lo digas… hoy tengo ideas negras.
Tú no viste; pero cuando desembarcamos, estaba ahí Elí, el fariseo. ¡Más verde que lo acostumbrado! ¡Y nos miraba en una forma, que…!
Jesús dice:
– ¡Dejadlo que mire!
Judas exclama:
– ¡Eh! No hay remedio. ¡Pero te aseguro Maestro, que para hacer las paces con ese, no bastan los higos!
– ¿Qué fue lo que dije a la mamá de Tobías? ‘He hecho las paces con el objeto mismo de la guerra’
Y trataré de hacer las paces al volver a ver a los principales de Cafarnaúm, que según ellos les he ofendido. De este modo se contentarán. Probablemente no lo lograré; porque falta en ellos la voluntad de hacer las paces.
Cuando llegan a la plaza, Jesús va directo al banco de la alcabala,…
Y donde Mateo está haciendo sus cuentas y verificando el dinero que subdivide en categorías y lo pone en bolsitas de diversos colores.
Luego las coloca en una caja fuerte de hierro, que dos esclavos transportan a otro lugar.
Apenas si levanta la cabeza para ver al que se había retrasado en pagar.
Mientras tanto, Pedro jala de una manga a Jesús:
– No tenemos nada que pagar, Maestro. ¿Qué haces?
Jesús no le hace caso.
Mira atentamente a Mateo, que se ha puesto de pie al punto, en actitud reverente.
Le da una segunda mirada que traspasa.
No es la del Juez severo de otras veces.
Es una mirada de llamamiento, de amor, que lo envuelve totalmente.
Mateo se sonroja completamente. No sabe qué hacer, ni qué decir.
Majestuosamente, Jesús ordena:
– Mateo, hijo de Alfeo, ha llegado la hora. ¡Ven!… ¡Sígueme!
Totalmente asombrado, Mateo responde:
– ¿Yo?… ¡Maestro! ¡Señor! ¿Pero sabes quién soy? Lo digo por Ti. No por mí…
– Ven y sígueme; Mateo, hijo de Alfeo. –repite Jesús con voz más dulce.
– ¡Oh! ¿Cómo es posible que yo haya alcanzado favor ante Dios?… ¿Yo?… ¿Yo?…
– Mateo, hijo de Alfeo. He leído en tu corazón. Ven. Sígueme.
La tercera invitación es una caricia….
– ¡Oh! ¡Al punto, Señor!
Y Mateo, con lágrimas en los ojos…
Sale por detrás del banco sin preocuparse siquiera por recoger las monedas esparcidas sobre él. No pide la caja fuerte, ni le importa nada más.
Camina hacia el Maestro diciendo:
– ¿A dónde vamos, Señor? ¿A dónde me llevas?
– A tu casa. ¿Quieres dar hospedaje al Hijo del Hombre?
– ¡Oh! Pero…pero… ¿Qué dirán los que te odian?
– Yo escucho lo que se dice en los Cielos y es: ‘¡Gloria a Dios por un pecador que se salva!
Y el Padre dice: ‘Para siempre la Misericordia se levantará en los Cielos y se derramará sobre la Tierra. Porque con un Amor Eterno. Con un Amor Perfecto, te amo. Y por eso, también contigo uso de Misericordia…”
Ven. Y que al venir a tí; además de santificar tu corazón; santifique también tu casa…’
– La tengo ya purificada por una esperanza que tenía en el alma. ¡Pero cómo podía creer que se convertiría en realidad! ¡Oh! ¡Yo con tus santos!…
Y mira a los discípulos.
– Sí. Con mis amigos. Venid. Os uno y sed hermanos.
Los discípulos están tan estupefactos, que no saben qué decir.
Detrás de Jesús y de Mateo, caminan por la plaza que está completamente desierta.
Siguen por una calle estrecha que arde bajo un sol abrasador. No hay ser viviente alguno en las calles. Tan solo polvo y sol.
Entran en una casa muy hermosa, con un portón que se abre hacia fuera.
Un hermoso atrio está lleno de sombra y frescura. Llegan a un pórtico ancho que hay en el jardín.
Y Mateo dice:
– ¡Entra, Maestro mío! –luego ordena a los siervos- ¡Traed agua y de beber!
Los criados obedecen al instante.
Mateo sale a dar órdenes, mientras Jesús y los suyos se refrescan.
Regresa y dice:
– Ahora, ven, Maestro. La sala está fresca.
Ahora vendrán mis amigos. ¡Oh! ¡Quiero hacer una gran fiesta! Es mi regeneración. ¡Es tan maravilloso!… ¡Esta es la verdadera circuncisión! Me has circundado el corazón con tu amor. ¡Maestro, será la última fiesta!
Ya no habrá más fiestas para el publicano Mateo. No más fiestas mundanas. Sólo la fiesta interna de haber sido redimido y de servirte a Ti. De ser amado por Ti.
¡Cuánto he llorado! No sabía cómo hacer… Quería ir…pero… ¿Cómo ir a Ti? A Ti, Santo… ¿Con mi alma sucia?
Jesús declara:
– Tú la lavabas con el arrepentimiento y la caridad. Para Mí y para el prójimo.
Jesús se vuelve hacia sus discípulos y llama…
– Pedro; ven aquí.
Pedro que todavía no ha hablado, pues sigue tan asombrado, da un paso adelante.
Los dos hombres, casi de la misma edad; de estatura baja y robustos; están frente a frente.
Y Jesús ante ellos, los mira con una gran sonrisa.
Luego dice:
– Pedro. Me has preguntado muchas veces quién era el desconocido de las bolsas que llevaba Santiago. Míralo. Lo tienes enfrente.
Pedro exclama:
– ¿Quién? ¡Este, lad…! ¡Oh, perdona Mateo! Pero…
¡Quién lo hubiera pensado! Y exactamente tú. Nuestra desesperación por la usura, ¿Qué fueses capaz de arrancarte cada semana, un pedazo de corazón, al dar ese rico óbolo?
Mateo apenado, inclina la cabeza y dice:
– Lo sé. Injustamente os tasé.
Pero mirad. Me arrodillo ante todos vosotros y os digo: ¡No me arrojéis! Él me ha acogido. No seáis más severos que Él.
Pedro, que está junto a Mateo; lo levanta de un golpe.
En peso, ruda, pero cariñosamente.
Y dice:
– ¡Ea! ¡Ea! ¡Ni a mí, ni a todos los demás!
A Él, pídele perdón. A nosotros… ¡Ea! Todos hemos sido ladrones, igual que tú… ¡Oh! ¡Lo dije! ¡Maldita lengua! Pero soy así.
Lo que pienso, lo digo. Lo que tengo en el corazón; lo tengo en los labios… Y besa a Mateo en las mejillas.
Los otros también lo hacen con más o menos cariño.
Andrés lo hace con reserva, debido a su timidez.
Judas de Keriot se muestra frío. Parece como si abrazara a un montón de serpientes, pues apenas si lo toca.
Se oye un rumor en la entrada y Mateo sale.
Entonces Judas de Keriot se acerca a Jesús.
Está escandalizado y dice:
– Pero, Maestro. Me parece que esto no es prudente. Ya te empezaron a acusar los fariseos de aquí.
Y Tú… ¡Un publicano entre los tuyos! ¡Primero una prostituta y luego un publicano! ¿Acaso has determinado arruinarte? Si es así… ¡Dilo, que…!
Pedro interviene irónico:
– Que nosotros desfilamos. ¿Es así?
Judas le contesta con altanería:
– ¿Y quién está hablando contigo?
– Sé que no estás hablando conmigo.
Pero yo por el contrario; hablo con tu alma de refinado señorito. Con tu purísima alma. Con tu sabia alma. Sé que tú, miembro del Templo; sientes el hedor del pecado en nosotros; pobres, que no pertenecemos al Templo.
Sé que tú, judío perfecto; amalgama de fariseo, saduceo y herodiano. Medio escriba y migaja de esenio. ¿Quieres otras palabras nobles?…
Te sientes mal entre nosotros. Como una alosa cualquiera en una red de pescados sin valor. Pero ¿Qué quieres qué hagamos? Él nos tomó y nosotros nos quedamos.
Si te sientes mal, vete tú. Respiraremos mejor todos. También Él.
Cómo puedes ver; está descontento de mí y de ti. De mí; porque falto a la paciencia y también a la caridad. Pero más de ti; que no entiendes nada.
Con todo tu tejido de nobles atributos y que no tienes ni caridad, ni humildad, ni respeto. No tienes nada, muchacho.
Solo un gran humillo… y quiera Dios que ese humo, no sea nocivo.
Jesús, de pie. Disgustado, con los brazos cruzados, la boca cerrada y los ojos duros; ha dejado que hable Pedro.
Después le dice:
– ¿Ya terminaste, Pedro? ¿También tú has purificado tu corazón de la levadura que había dentro?
Has hecho bien. Hoy es Pascua de Ácimos para un hijo de Abraham. El llamado del Mesías es como la sangre del cordero sobre vuestras almas.
Y donde está, no bajará más la culpa. No bajará si el que la recibe le es fiel. Mi llamado es liberación. Y se le festeja con diversas clases de levadura.
A Judas, no le dice nada.
Pedro, mortificado; guarda silencio.
Y Jesús agrega:
– Mateo regresa con amigos.
No les enseñemos otra cosa que no sea virtud. Quien no pueda soportar esto, váyase. No seáis iguales a los fariseos: que oprimen con preceptos y son los primeros en no observarlos.
Mateo vuelve a entrar con dos romanos y empieza el banquete.
Jesús está en medio, entre Pedro y Mateo.
Hablan de muchas cosas. Y Jesús, con paciencia explica a Ticio y a Cayo, lo que desean. Hay muchas quejas contra los fariseos que los desprecian…
Y Jesús responde a todas sus inquietudes.
Dice:
– Pues bien. Venid a quien no os desprecia. Y luego obrad en tal forma, que al menos los buenos, no os puedan despreciar.
Cayo dice:
– Tú eres bueno; pero eres solo.
Jesús objeta, señalando a sus discípulos:
– No. Estos son como Yo.
Y además, está el Padre, que ama a quien se arrepiente y quiere volver a su amistad.
Si al hombre le faltase todo, pero tuviese al Padre, ¿No sería la alegría del hombre la más completa?
De esta forma se va desarrollando la conversación.
Y el banquete ha llegado a los postres; cuando un criado hace señas al dueño de la casa y luego le dice algo en voz baja.
Entonces Mateo dice a Jesús:
– Maestro. Elí, Simón y Joaquín, piden permiso para entrar y hablarte. ¿Quieres verlos?
Jesús contesta:
– ¡Claro que sí!
– Pero… mis amigos son gentiles.
– Y ellos vienen a ver exactamente esto.
Que los vean. De nada serviría esconderlo. No serviría para el bien, porque la malicia aumentará el hecho, hasta llegar a decir que también había prostitutas. Que entren.
Mateo inclina la cabeza.
Los tres fariseos entran.
Miran alrededor con una sonrisa proterva y están a punto de hablar.
Pero Jesús, que se ha levantado y va a su encuentro junto con Mateo.
Mientras pone una mano en la espalda de Mateo, les dice:
– ¡Oh! ¡Hijos verdaderos de Israel! Os saludo y os doy una gran noticia, que ciertamente alegrará vuestros corazones perfectos de israelitas.
Los cuales quieren como él, que todos los corazones observen la Ley, para dar Gloria a Dios. Pues bien; Mateo, hijo de Alfeo; desde hoy no es más el pecador; el escándalo de Cafarnaúm.
Una oveja roñosa de Israel ha sido curada. ¡Alegraos!
Después se curarán otras ovejas pecadoras en vuestra ciudad; de cuya santidad os interesáis mucho y también serán gratas y santas ante…? ¡Eh Señor. Mateo deja todo para servir a Dios.
¡Dad el beso de paz al israelita extraviado que torna al seno de Abraham!
El fariseo Simón, dice con desprecio y sarcasmo:
– ¿Y torna con los publicanos en estrepitoso banquete?
¡Oh! ¡De verdad que se trata de una conversión favorable! Elí. Mira. Ahí está ese Josías, el procurador de mujeres.
Elí responde:
– También está Simón; hijo de Isaac el adúltero.
– Y aquel es Azharías: el cantinero en cuyo casino, los romanos y los judíos juegan a los dados; pelean, se emborrachan y van en busca de mujeres.
El fariseo Joaquín, dice:
– Pero, Maestro. ¿Sabes al menos quienes son esos?
Jesús contesta amable:
– Lo sé.
Elí dice:
– ¿Y vosotros? Vosotros de Cafarnaúm. Vosotros, discípulos. ¿Por qué lo habéis tolerado?
¡Me admiras, Simón de Jonás!
Pedro se queda callado.
Simón inquiere, escandalizado:
– ¡Tú, Felipe, que aquí todos conocen!
¡Tú, verdadero israelita! ¿Cómo es posible que tú hayas permitido que tu Maestro comparta la comida con publicanos y pecadores?
Felipe los mira sin turbarse, pero también guarda silencio.
Joaquín:
– ¡Ya no hay más vergüenza en Israel!
Los tres están escandalizadísimos.
Y lo manifiestan con una andanada de frases condenatorias.
Jesús interviene:
– Dejad en paz a mis discípulos. Solamente Yo lo quise.
Simón dice con sarcasmo:
– ¡Eh! ¡Bien! Se comprende.
¡Cuando se quiere hacer santos a otros y uno no lo es; se cae pronto en errores que son imperdonables!
– ¡Y cuando de educa a los discípulos en la falta de respeto!
¡Todavía me está quemando la risa irreverente que me hizo ese judío del Templo! ¡A mí! ¡A Elí el fariseo! No se puede hacer otra cosa que faltar al respeto a la Ley.
Se enseña lo que se sabe.
Jesús responde con firmeza:
– Te equivocas Elí. Os equivocáis todos.
Se enseña lo que se sabe, es verdad. Y Yo que sé la Ley, la enseño a quien no la sabe: a los pecadores. Vosotros… os conozco dueños de vuestra alma.
Los pecadores no lo son. Busco y busco su alma. Se las vuelvo a dar, para que a su vez me la traigan. Tal como está: enferma, herida, sucia.
Y Yo la curo y la limpio. Para esto he venido. Los pecadores son los que tienen necesidad del Salvador. Y vengo a salvarlos. Comprendedme. No me odiéis sin razón.
Jesús es dulce, persuasivo, humilde.
Pero ellos son como tres cardos espinosos. Y salen muy enojados.
Judas de Keriot murmura impotente:
– Se fueron. Ahora nos criticarán por todas partes.
Jesús dice:
– ¡Dejad que lo hagan!
Procura solo que el Padre, no tenga nada que criticarte. No te apenes, Mateo. Ni vosotros, amigos suyos. La conciencia nos dice: ‘No hagáis el Mal.’ Y eso es más que suficiente.
Y Jesús vuelve a sentarse en su lugar…
57.- EL QUE ESTÁ DESTINADO A LA CARCEL…
Al separarse de César, Petronio ordenó que lo condujesen a su casa de las Carenas la cual, rodeada por jardines que ocupan una extensión enorme, había escapado de ser arrasada por el fuego.
Por esta causa, otros augustanos que perdieron sus propiedades y dentro de ellas considerables riquezas y numerosas obras de arte, alaban la buena suerte de Petronio.
Él había sido considerado un hijo predilecto de la fortuna, mientras gozó del favor del César. Pero eso ya se había terminado…
Dentro de su litera, reflexiona con ironía:
– ¡Por Zeus! ¡Y pensar que tuve en mis manos él haber sido prefecto en lugar de Tigelino! Lo hubiera entregado como incendiario al populacho, brindando protección al inocente. Hubiera reconstruido Roma… Yo debí haber asumido ese puesto. Y si la tarea hubiera sido abrumadora, me quedaba el recurso de transferir a Marco Aurelio el mando; a lo cual Nerón ni siquiera se hubiera opuesto.
Y aunque mi sobrino hubiese bautizado a todo el imperio, incluido el mismo César ¿En qué me habría perjudicado? Nerón piadoso y lleno de virtud. ¡Oh! Ese sí que hubiera sido todo un espectáculo… -y comenzó a reír ante esa perspectiva.
Luego agregó con amarga decisión- él ‘hubiera’ NO existe. El momento pasó y no lo hice. En este mundo hay cosas bellas, pero la mayor parte de los hombres son tan viles, que la vida no merece apenarse por ella. Quién ha sabido vivir, debe saber morir. Aun perteneciendo a la corte, he sido más independiente de lo que yo mismo esperaba.
Todos pensarán que estoy temblando de miedo, pero no es así. Sabía que este momento tarde o temprano llegaría. La muerte piensa en nosotros, sin necesidad de que le ayudemos. Sería una maravilla que en realidad existan los Campos Elíseos y en ellos se pasearan las sombras de los humanos.
Aurora y yo estaríamos juntos y vagaríamos por el Prado de Asfódelos. Tal vez en aquella sociedad, todos serían más decentes. ¡Estoy harto de todos estos bufones y charlatanes de los que me he rodeado hasta hoy!
Y observó con asombro, la enorme distancia que en su interior mantiene con todas aquellas gentes a las que ha conocido y valorado oportunamente y a las que desprecia más que nunca.
Meditó en su situación personal y comprendió que su ruina es definitiva, aunque no tan inmediata.
Nerón había pronunciado unas cuantas y muy selectas frases acerca de la amistad y la clemencia, para disfrazar ¿Qué?…
– Jugará conmigo como el gato con el ratón, antes de engullírselo. Tendrá que buscar pretextos. Y mientras los encuentra, bien puede pasar mucho tiempo. Ahora lo importante, es que celebrará con cristianos los próximos juegos.
Y solo después de que éstos se hayan terminado, pensará en mí. Y siendo así, no tengo porqué tomarme ninguna molestia. No voy a hacer un solo cambio en mi sistema de vida. Un peligro más inmediato es el que amenaza la vida de Marco Aurelio. ¡Tengo que salvarlo de alguna manera!
Ordenó a los cuatro fornidos bitinios que aceleren el paso y su litera avanzó con premura a través de los escombros, piedras y montones de cenizas, de que está lleno el barrio de las Carenas, hasta llegar a su palacio particular.
Al entrar, el mayordomo le avisa que Marco Aurelio le espera en la biblioteca.
Rápido se dirigió hacia allí y sus primeras palabras a su sobrino fueron:
– ¿Has visto hoy a Alexandra?
– Sí. En la mañana la dejé en la casa de Calixto el cantero. He venido a despedirme. Hoy nos vamos a Sicilia.
– ¡Magnífico! ¡Es una excelente noticia! ¡Bien! Escucha lo que voy a decirte y no pierdas tiempo en hacer preguntas. Esta mañana se ha resuelto en casa del César, culpar a los cristianos del incendio de Roma. Les amenazan la persecución, las torturas y el exterminio.
Y éstas pueden empezar hoy mismo. Toma a Alexandra y huyan inmediatamente. Pasa los Alpes y llega hasta África si es posible. Y apresúrate, porque el Transtíber está más cerca del Palatino que esta casa.
Marco Aurelio es demasiado soldado para perder el tiempo en averiguaciones inútiles.
Escuchó a Petronio, frunció el entrecejo y se dibujó en su rostro una expresión anhelante, terrible y luego impávida.
Su primer impulso ante el peligro, es defenderse y dar batalla, pero…
– Voy. –se limitó a decir.
– Una cosa más. Lleva una bolsa de oro, armas y un puñado de tus cristianos. ¡Y en caso necesario, arrebata a Alexandra de manos de tus enemigos!
Marco Aurelio se encuentra ya en la puerta del atrium,
Cuando Petronio exclamó:
– ¡Espera! ¡Dionisio, vete con él! –Ordenó al esclavo portero-Te acompañará para que me mandes con él las noticias pertinentes.
Al quedar solo, Petronio empezó a pasearse entre las columnas del atrium y la extensa galería que va hasta el jardín del fondo, con las manos entrelazadas en la espalda y su concentrada expresión pensativa. Nadie se atrevió a molestarlo.
Está muy preocupado y tiene la esperanza de que nadie en el Palatino sepa en donde encontrar a Marco Aurelio y a Alexandra.
Tal y como están las cosas, espera que ellos se pongan a salvo antes de que lleguen los pretorianos. Pues sabe que Tigelino es como un león voraz y su crueldad debe haber extendido sus redes por toda la ciudad, para cazar el mayor número posible de cristianos.
– Aun cuando manden una decuria en busca de Alexandra, ese gigante parto les romperá los huesos. Ojala Marco Aurelio llegue a tiempo.
Y esta idea le tranquilizó. Pues lo desea con ferviente anhelo y es su última esperanza.
Es verdad que resistir a los pretorianos es casi lo mismo que declararle la guerra al César.
Petronio también sabe que sustraer a Marco Aurelio a la venganza de Nerón, le reportará que esa venganza caiga sobre su propia cabeza. Más es lo que menos le importa.
Al contrario, le complace la idea de trastornar los planes de Nerón y de Tigelino.
Y resolvió no omitir en esta empresa, ni hombres, ni recursos. Puesto que en Anzio los amigos de Marco Aurelio habían convertido a la mayor parte de sus esclavos, sabe que al empeñarse en la defensa de los cristianos, puede contar con el celo y la abnegación de todos ellos.
La llegada de Aurora, interrumpe el curso de sus meditaciones y al verla se desvanecieron inmediatamente todas sus preocupaciones.
Olvidó al César, la desgracia en la que ha caído, la degradación de los augustanos, la persecución que amenaza a los confesores de Cristo. Y olvidó también a Marco Aurelio y a Alexandra, para concentrar su pensamiento solo en Aurora, a quién mira con ojos de verdadero enamorado y amante.
Deleitándose con su hermosura perfecta y llena de gracia. Está ataviada con un vestido de gasa transparente que deja traslucir las formas de todo su cuerpo y está bella como una diosa.
Radiante y sonriente, sintiéndose admirada y deseada por Petronio, amándole a su vez con todo su ser y anhelando siempre sus caricias. Al estar frente a él, se cubrió de rubor su bello rostro, cual si en realidad fuera una inocente virgen.
Petronio extendió los brazos en una muda invitación y preguntó:
– ¿Qué sucede, carísima?
Aurora inclinó su áurea cabeza y contestó:
– Artemio ha venido con sus coristas y pregunta si deseas oírle.
– Que espere. Nos cantarán durante la comida el himno a Apolo. ¡Por Zeus! Cuando te veo frente a mí, me parece tener delante a Venus Afrodita, velada por un cendal etéreo.
– ¡Oh, mi amado señor!
– Ven aquí, Aurora. Estréchame en tus brazos y bésame. ¿Me amas?
– Tanto como no lo podéis imaginar.
Y oprimiendo con los suyos los labios de Petronio, en un apasionado beso; se estrechó entre sus brazos temblando de felicidad.
Después de deleitarse mutuamente, gozándose en su amor por un largo rato…
Petronio dijo:
– ¿Y si fuera necesario que nos separásemos?
Aurora se alarmó, se estremeció y preguntó:
– Señor. ¿Qué dices?
– Nada temas. Te hago esta pregunta, porque es posible que deba emprender un largo, muy largo viaje…
– Llévame contigo a donde sea. No me importa. Yo no puedo vivir sin ti. Así fuese hasta la misma muerte, ¡Por favor te lo suplico, señor! ¡No me separes nunca de ti! ¡Qué me importa nada en la vida si no te tengo!…
La siempre tímida Aurora ha dicho todo esto con un tono tan apasionado…
Que Petronio, asombrado y conmovido, cambia rápidamente de tema y dice:
– Dime ¿Hay asfódelos en los prados del jardín?
– Los cipreses y el pasto, se pusieron amarillos por el fuego. Los mirtos se han deshojado y todo el jardín parece como si hubiera muerto.
– Roma entera está así. Y pronto se convertirá en un cementerio… ¿Sabes que Nerón ha promulgado un Edicto contra los cristianos y ya comenzó la Persecución?
– ¿Por qué castigar a los cristianos, señor? Son buenos y pacíficos.
– Por esa misma razón. Quieren exterminarlos…
– Vámonos al mar. Tus hermosos ojos no gustan del espectáculo de la sangre.
– Así es. Pero mientras es necesario reconfortarme. Ven conmigo. Me daré un baño con agua de rosas y me ungirás. Y luego, después de… (Hace un gesto pícaro y tierno.)¡Nos tomaremos un refrigerio porque tendremos mucha sed!…
¡Por Venus! ¡Nunca me has parecido más hermosa! Voy a ordenar que hagan para ti, un baño en forma de concha. Tú en ella te verás como una preciosísima perla. ¡Ven diosa mía de cabellos de oro!…
Dos horas después ambos amantes, coronados de rosas y con los ojos nublados por el placer, descansan en el triclinium, gozando de deliciosas viandas y exquisitos licores, servidos en la más preciosa vajilla que el arte puede ofrecer.
Escuchan el himno a Apolo cantado al son de las arpas y los coros de Artemio.
Ellos son felices, disfrutando del amor, de la vida y sus deleites.
Pero antes de que termine el himno, Héctor el mayordomo, entró en el triclinium.
Su voz está temblorosa por la alarma al anunciar:
– Amo, un centurión con un destacamento de pretorianos, está esperando en la puerta y por orden del César desea verte.
Al punto se suspendieron el canto y los sones de los laúdes. Y el temor se apoderó de todos los presentes, porque el César para sus comunicaciones con personas amigas, no acostumbra servirse de los pretorianos. Y la presencia de ellos no augura nada bueno.
Petronio es el único que no demuestra ninguna emoción…
Pero con el tono desdeñoso de un hombre al que fastidian visitas inoportunas, dijo:
– Bien podrían dejarme comer en paz. Tráelo aquí.
Héctor desapareció detrás de la cortina y un momento después se oyeron los pesados pasos militares.
Y se presentó Marcelo, centurión a quién Petronio conoce.
El militar lo saludó:
– Salve, noble señor. Te traigo una carta del César.
Petronio extendió su blanca mano, la tomó y la leyó.
Luego la pasó a Aurora con ademán tranquilo diciendo:
– Esta noche se propone dar lectura a un nuevo libro de su troyada y me invita a que lo escuche.
El centurión dice:
– Solo he recibido la orden de entregarte la carta.
Petronio sonríe y confirma:
– Sí. No hay respuesta. Pero Marcelo, bien puedes descansar un momento en nuestra compañía y escanciar una copa de vino.
– Gracias te doy, noble señor. Una copa de vino beberé gustoso a tu salud. Pero descansar no me es posible, porque estoy de servicio.
– ¿Por qué te dieron la carta a ti y no me la enviaron con un esclavo?
– No lo sé, señor. Tal vez porque yo debía venir en esta dirección en desempeño de otro encargo.
– Lo imagino… Contra los cristianos. ¿No es así?
– Así es, señor.
– ¿Desde cuándo empezó la Persecución?
– Antes del mediodía fueron enviados algunos destacamentos al Transtíber.
Y dicho esto, el centurión bebió un poco de vino en honor de Marte, luego bebió el resto hasta vaciar la copa…
Y dijo:
– Que los dioses te concedan cuanto deseas, señor.
– Llévate la copa en recuerdo mío. –dijo Petronio.
Luego hizo un ademán a Artemio para que siguiera la música.
El soldado hizo un saludo militar y se retiró admirando el precioso obsequio.
Se vuelven a escuchar los acordes de las arpas y Petronio piensa:
– Barba de Bronce empieza a jugar conmigo y con Marco Aurelio. ¡Adivino su plan! Ha querido aterrorizarme enviándome su carta por medio de un centurión. Le preguntarán a éste luego, como la recibí ¡No! ¡No! ¡No te divertirás gran cosa, cruel y perverso poeta! ¡Sé que no olvidarás la injuria!
Sé que mi destrucción se aproxima. Pero si crees que voy a mirarte con ojos temerosos y suplicantes, ¡Te equivocas! Si piensas que vas a leer el terror en mi semblante, ¡Buen chasco te vas a llevar!
La voz de Aurora interrumpe su monólogo interior, al preguntarle con preocupación:
– El César te ha invitado, señor. ¿Irás?
– Mi salud está muy buena y hasta puedo escuchar sus versos. Con mayor razón debo ir, puesto que Marco Aurelio no puede.
Y efectivamente, terminada la comida y el paseo habitual, se arregló. Una hora después, hermoso como un dios, se hizo conducir al Palatino.
Ya es tarde. La noche está tranquila y tibia. La luna brilla en su esplendorosa claridad.
En las calles y entre las ruinas, pululan numerosos grupos de personas, ebrios por el vino y cubiertos de guirnaldas. Llevando en sus manos ramos de mirto y laurel, tomados de los jardines del César.
La abundancia de trigo y la proximidad de los grandes juegos, regocija los corazones de todos. Gritos, danzas y alegría, exteriorizados a la luz de la luna.
Los esclavos se ven en la necesidad de gritar:
– Abran paso a la litera del noble Petronio.
Y entonces los grupos se apartan, aclamando a su vez y aplaudiendo al favorito popular.
Mientras tanto Petronio va dentro de su litera pensando en Marco Aurelio y extrañado por no haber tenido noticias de él.
Petronio es epicúreo y egoísta, pero desde su viaje a Anzio y su contacto con los cristianos; así como sus breves conversaciones con el obispo Acacio, sin que él mismo se diera cuenta, ha ocurrido en él un cambio fundamental.
Ahora se preocupa por otras personas.
Marco Aurelio es su sobrino preferido, porque desde su niñez amó mucho a su hermano, el padre del joven tribuno.
Se ha involucrado tanto en su vida y en sus asuntos, que ahora lo ve como si fuera su propio hijo y su interés es parte de una gran tragedia. Espera con todo su corazón que Marco Aurelio se haya adelantado a los pretorianos y alcanzaran a huir.
Hubiese deseado tener toda la certidumbre de esto, para saber qué contestar a las preguntas que puedan presentarse y para las cuales le hubiese gustado estar preparado.
Llegó por fin al Palatino y se bajó de la litera.
Cuando llegó al atrium, éste estaba lleno de augustanos.
Los amigos de la víspera se sorprendieron al verlo y comprendieron que también él había recibido invitación.
Se hicieron a un lado y Petronio pasó por en medio de ellos, hermoso, despreocupado y sonriente. Tan lleno de confianza y seguridad en sí mismo como si en sus manos estuviese el distribuir favores a su alrededor.
Algunos al verlo así, se sintieron alarmados en su interior, temiendo haberle manifestado indiferencia demasiado pronto.
El César fingió no verlo y no contestó su saludo aparentando estar muy concentrado en una conversación…
Pero Tigelino se le acercó y dijo:
– Buenas noches, Arbiter Elegantiarum. ¿Todavía persistes en afirmar que no fueron los cristianos quienes incendiaron Roma?
Petronio se encogió de hombros y golpeando ligeramente con su bastoncillo a Tigelino en la espalda, recordándole su condición de liberto, le dijo:
– Tú sabes tan bien como yo, qué pensar sobre ese punto.
Tigelino entrecerró los ojos y dijo:
– Y no me atrevo a competir contigo en sabiduría.
– Haces muy bien. Porque si de tal competencia fueras capaz, cuando el César nos lea de nuevo su libro en la Troyada, tal vez puedas rebuznar una opinión que no sea como tú, necia y obtusa.
Tigelino se mordió los labios…
Ciertamente no le había gustado para nada la idea del César, de leer aquella noche un nuevo poema de su libro, porque eso le obliga a entrar en un terreno donde le es imposible rivalizar con Petronio.
Y durante la lectura, Nerón acostumbrado por el hábito, volvió constantemente sus ojos hacia Petronio; para observar la impresión que le causan los versos que va leyendo, buscando inconscientemente su aprobación.
Petronio escucha, alza las cejas, asiente en ocasiones y en otras concentra su atención, como para asegurarse de no perder ni una sílaba. Luego alaba, critica, propone correcciones o insinúa que se dé mayor énfasis a algunos versos.
El mismo Nerón comprende que las exageradas adulaciones de los demás, no significan para ellos más que la conservación de sus propias personas y que solo Petronio es lo bastante auténtico para ocuparse de la poesía, por la poesía misma.
Que solamente él le comprende y que si la elogia, es porque sus versos merecen ser elogiados.
Y sin darse cuenta, gradualmente se ve enfrascado en una discusión con él. Discusión que por momentos reviste carácter de disputa.
Y cuando Petronio le manifestó sus dudas, acerca de la propiedad de cierta expresión,
el César dijo:
– Ya verás en el último libro, porqué la he usado.
Petronio pensó:
– ‘¡Ah! Esto significa que viviremos hasta que termine el último libro.’
Y más de alguno de los presentes al escuchar aquella observación, se dijo en su interior:
– ¡Ay de mí si Petronio llega a disponer del tiempo suficiente! Es capaz de recuperar el favor del César y derribar aún al mismo Tigelino.
Y empezaron a acercársele nuevamente…
Pero el fin de la velada fue menos afortunado para el escritor.
Porque el César en el momento en que Petronio se despidió, le preguntó de súbito guiñando los ojos y con expresión a la vez festiva y maliciosa en su semblante:
– ¿Por qué no te acompañó Marco Aurelio?
Si Petronio hubiera estado seguro de que Marco Aurelio y Alexandra estaban a salvo y lejos de la ciudad, él hubiera respondido: ‘De acuerdo al permiso que le otorgaste, se ha casado y se ha ido de viaje’
Pero notando la extraña sonrisa de Nerón, contestó:
– Tu invitación divinidad, no le encontró en casa.
Nerón dijo con una velada ironía:
– Di a Marco Aurelio que me será grato verle. Y agrégale de mi parte que no falte a los juegos en que aparecerán los cristianos.
Estas palabras alarmaron a Petronio y más el tono con el que fueron dichas…
Pero haciendo uso de su ejercitado autodominio, inclinó la cabeza y dijo:
– Se lo diré. Y allí estaremos los dos.
Así pues, cuando llegó a su litera, ordenó que lo llevasen a su casa con la mayor rapidez posible.
Extrañamente, en las calles parece haber más gente que cuando fue al Palatino.
Las turbas están ahora presas de una gran excitación y se oyen a la distancia unos gritos que de momento Petronio no comprende, pero que van creciendo y generalizándose hasta convertirse en un solo alarido salvaje.
Y lo deja helado y paralizado al oírlo cercano y repetitivo:
– ¡¡¡Los cristianos a los leones!!!
Las ricas literas de los cortesanos van circulando entre la rugiente plebe.
Sin poder evitarlo, Petronio exclama con enojo y desprecio:
– ¡Vil manada de fieras! ¡Asco de sociedad! ¡Pueblo digno de tu César! Roma gobierna al mundo y al mismo tiempo es la lepra del mundo…
Petronio comprende que solamente los cristianos traen consigo bases nuevas y prodigiosas para la vida.
Pero… piensa con tristeza que con el exterminio del Edicto de Nerón, pronto no quedará ni rastro de los confesores de Cristo y ¿Qué sucederá entonces?
La llegada a su casa interrumpió sus cavilaciones y la puerta fue abierta al punto por el vigilante guardián.
Petronio le preguntó:
– ¿Ya regresó el noble Marco Aurelio?
Dionisio le contestó:
– Sí amo. Hace unos momentos.
Petronio pensó:
– Entonces no la salvó. – y corrió hacia el atrium.
Marco Aurelio está sentado en un escabel.
Tiene la cabeza entre las manos, inclinada hasta las rodillas. Pero al escuchar el ruido de pasos, alzó su rostro demudado en el cual sus ojos muestran un brillo febril.
Petronio preguntó:
– ¿Llegaste tarde?
Marco Aurelio contestó desolado:
– Sí. Antes del mediodía la capturaron.
Hubo un largo silencio…
Luego, el augustano le volvió apreguntar:
– ¿La has visto?
– Sí.
– ¿En dónde está?
– En la cárcel Mamertina.
Petronio se estremeció y miró interrogante a Marco Aurelio…
Éste comprendió y dijo:
– No. No la han arrojado al Tullianum (calabozo que hizo construir Servio Tulio y que está en el sótano, con solo una pequeña abertura hacia el techo), ni tampoco a la prisión del centro.
He pagado al guardia para que le dé su propio aposento. Bernabé está en el umbral de la puerta, con la orden de custodiarla.
– ¿Y por qué Bernabé no la defendió?
– La arrestaron con cincuenta pretorianos y además, Lino se lo prohibió.
– ¿Qué vas a hacer?
– Salvarla o morir con ella. Yo también soy cristiano.
Marco Aurelio habla con calma, pero hay en su voz un dolor lacerante y Petronio siente en el pecho un estremecimiento de compasión.
– Comprendo. Pero ¿Cómo esperas salvarla?
– He pagado gruesas sumas a los guardias. Primero para que la defiendan de cualquier ultraje y también para que no impidan su fuga.
– ¿Y cuándo se va a verificar ésta?
– Me dijeron que no me la pueden entregar inmediatamente, por miedo a la responsabilidad. Pero cuando la cárcel se encuentre llena y se vuelva confusa la cuenta de los presos, la entregarán.
– ¡Pero ése es un recurso desesperado!
– ¡Sálvala tú y sálvame!… Tú eres amigo del César. Él mismo me la dio… ¡Ve a su casa y sálvanos!
Petronio en lugar de contestar, llama a un esclavo y ordena que traigan dos mantos oscuros y dos espadas.
Y volviéndose a Marco Aurelio, le dice:
– En el camino te contaré… Ahora ponte ese manto y toma una espada. Vamos a la cárcel. Allí pagaremos a los guardias lo que sea necesario para que nos entreguen a Alexandra inmediatamente. Después será demasiado tarde…
El joven se sorprendió. Pero solo dijo:
– Vamos.
Cuando estuvieron en la calle, Petronio dijo:
– Ahora escúchame. No he querido perder tiempo explicándote antes. Estoy en desgracia desde hoy. Mi propia vida pende de un cabello, por eso no puedo intentar nada con el César pues en todo lo que intente, Nerón hará exactamente lo contrario de lo que yo le pida… Por eso te aconsejé que huyeras con Alexandra.
Además al escapar tú, la cólera del César caerá sobre mi cabeza. En la actualidad estaría más dispuesto contigo y en tu favor, que en el mío. Así que no cuentes con eso en absoluto. ¡Sácala de la prisión y huye con ella, más allá de los confines del imperio si es preciso! No queda ningún otro recurso…
Si en esto no tienes éxito, ya pensaremos en otra cosa. Mientras tanto debes saber que Alexandra está en la cárcel NO tan solo porque cree en Cristo: la cólera de Popea te persigue a ella y a ti. Ofendiste a la Augusta al rechazar sus requerimientos ¿Recuerdas?…
Popea sabe que la despreciaste por Alexandra a quién aborreció desde la primera vez que la vio. Y aún más, ya había intentado perderla, cuando la acusó de que por maleficios suyos murió la Infanta. Es la mano de Popea la que está detrás de todo esto…
Y si no, ¿Cómo explicas que haya sido precisamente Alexandra la primera víctima de la Persecución actual? Fueron a arrestarla con media centuria y antes de generalizar las órdenes contra todos los demás cristianos.
¿Quién ha podido señalarla y ubicarla tan rápido? Lo más seguro es que la han espiado desde hace tiempo… Sé que estoy torturándote y destruyendo tu esperanza.
Pero te digo esto deliberadamente por si no logras rescatarla, antes de que lleguen a sospechar que éste será tu intento… Porque de ser así, ¡Ambos están irremediablemente perdidos!…
Marco Aurelio murmuró:
– Sí. Comprendo…
Ya es de madrugada y las calles están desiertas.
Pero son interrumpidos por un gladiador borracho que se acerca tambaleante a Petronio.
Le pone su mano en el hombro y le lanza al rostro su aliento alcohólico, al gritarle con voz ronca:
– ¡A los leones con los cristianos!
Petronio lo miró y dijo con voz pausada:
– Mirmidón. Escucha un buen consejo: sigue tu camino.
El hombre tomó entonces a Petronio del brazo, con la otra mano y dijo:
– Si no quieres que te rompa el pescuezo, grita conmigo: ¡Los cristianos a los leones!
Pero estos ya eran demasiados gritos para los nervios de Petronio. Desde que salió del Palatino, le han perseguido como una pesadilla y le taladran los oídos.
Así pues cuando vio levantado sobre él, el puño del gladiador, se le agotó la paciencia y dijo:
– Amigo, hueles mucho a vino y me estás estorbando el paso.
Y al decir esto introdujo en el pecho del imprudente, hasta la empuñadura; la espada corta con la que se armara al salir de casa.
El hombre se desplomó sobre sí mismo con un quejido ronco…
Mientras, Petronio enfunda su espada y continúa como si nada hubiese ocurrido:
– Hoy el César me dijo: ‘Di a Marco Aurelio de mi parte, que no falte a los juegos en los que van a participar los cristianos’ ¿Entiendes lo que significa esto?…
Quieren hacer de tu dolor un espectáculo. Es algo que ya decidieron.
Y ese tal vez es el motivo por el cual NO estamos tú y yo en prisión. ¡Si no podemos liberarla ahora, ya no sé qué decirte! Pudiera ser que Actea quiera ayudarnos… Pero contra Popea, esto no servirá de gran cosa.
Estamos cara a cara frente al César, ¿Te das cuenta?…
De esta manera continúan conversando…
Desde las Carenas hasta el fórum, no hay mucha distancia, así que llegan pronto.
Ya es casi el alba y las murallas del castillo empiezan a emerger de entre las sombras.
De repente, al torcer hacia la cárcel Mamertina, Petronio se detiene en seco y exclama:
– ¡Pretorianos! ¡Es demasiado tarde!
Y la cárcel está rodeada por una doble fila de soldados.
Los primeros destellos de la mañana refulgen en sus yelmos y en la punta de sus jabalinas.
Marco Aurelio palidece y dice:
– Sigamos.
Y llegan hasta la línea. Dotado de una memoria extraordinaria, Petronio reconoce al jefe de una cohorte de pretorianos y le hace señas para que se acerque.
El hombre lo saluda militarmente y Petronio le pregunta:
– ¿Qué es esto Silvano? ¿Habéis recibido órdenes de vigilar la prisión?
– Sí, noble Petronio. El prefecto teme que se hagan tentativas para salvar a los incendiarios.
Marco Aurelio preguntó:
– ¿También tenéis orden para no permitir la entrada?
– No, señor. Los presos pueden ser visitados por sus conocidos. Porque de esa forma lograremos capturar a un mayor número de cristianos.
– Entonces déjame entrar.-y estrechando la mano a Petronio, agregó- Ve a ver a Actea. Iré pronto a conocer su respuesta.
Petronio contestó:
– Sí. En la casa, te esperaré.
Marco Aurelio corrió hacia el interior.
Y en ese momento, debajo de la tierra y a través del aire que rodea las imponentes murallas, se escuchó un cántico.
El himno, confuso y velado al principio, fue oyéndose cada vez más fuerte y melodioso.
Voces de hombres mujeres y niños, se confunden en un coro armonioso y magistral.
Toda la prisión parece vibrar ante a los ecos de aquel cántico…
Pero no son voces de pesar, ni de desesperación, por el contrario, palpita en ellas una alegría triunfal.
Los soldados se miran atónitos.
Petronio escucha asombrado aquellas estrofas y su oído experto capta una esencia extraordinaria y desconocida a la que parece hacerle un marco perfecto, la maravillosa aurora que deja ver en el firmamento los primeros resplandores matinales oro, rosa y flama que matizan el horizonte, al despuntar el sol.
El patricio se quedó inmóvil al escuchar estos versos:
¡Aleluya!
Amo al señor porque escucha. Mi voz suplicante
Y el clamor de mi Plegaria.
Porque inclinó su oído hacia mí, el día que lo invoco.
Lo invocaré mientras viva.
Cuando me aferraban los lazos de la Muerte
Las redes del sepulcro me envolvieron
Cuando caí en la angustia y la tristeza:
Invoqué el Nombre del Señor:
¡Oh, Jesús salva mi alma!
Tierno y Justo es el Señor
Lleno de compasión nuestro Dios.
Jesús protege a los sencillos.
Yo estaba postrado y me salvó
Alma mía, recobra la calma
Pues el Señor ha sido bueno contigo.
Ha librado mi alma de la muerte
Mis ojos de las lágrimas
Y mis pies de tropezar.
Caminaré en la Presencia del señor
En la tierra que habitan los vivientes.
He tenido Fe, aun cuando dije
¡Qué desdichado soy!
He dicho en mi congoja:
‘Es vano confiar en el hombre’
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación
Invocando el Nombre del Señor:
¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!
Santo y Bendito es el Nombre de Jesús.
Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo su Pueblo.
Es muy penoso para el Señor, ver la muerte de sus fieles.
Yo Señor soy tu siervo
En verdad tu siervo, hijo de tu esclava:
Jesús, Tú rompiste mis cadenas.
Me ofreceré en sacrificio de acción de gracias
E invocaré el Santísimo Nombre de Jesús.
Sí. Cumpliré mis votos al Señor
Y en presencia de todos su Pueblo
En los atrios de la Casa del Señor
En medio de ti, Jerusalén.
¡Aleluya!
Alaben al señor todas las Naciones
Y festéjenlo todos los pueblos
Porque grande es su Amor hacia nosotros
Su fidelidad permanece para siempre.
En Jesús puse toda mi esperanza
Él se inclinó hacia mí
Y escuchó mi clamor, Jesús
Escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa fatal
Del fango cenagoso
Asentó mis pies sobre la roca
Mis pasos consolidó
Puso en mi boca un canto nuevo
Una alabanza a nuestro Dios
Muchos verán y en Él creerán…
Y en Jesús confiarán.
El canto suave al principio ha ido in crescendo hasta ser una explosión de júbilo triunfante.
Luego vuelve a ser suave y muy dulce, para volver a resonar con un triunfo total. Es un himno de gloria absoluto.
Petronio empieza a caminar muy pensativo. Recordando cada verso y su entonación perfecta.
Lo más increíble es que ¡Los cantores están en la prisión, a la espera del martirio!
Esto es demasiado para todo lo que le ha sucedido en los últimos días…
Y el refinado y elegante patricio camina con paso decidido hacia el Palatino, pero nada en su rostro revela el impacto que acaba de recibir…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
56.- LA CALUMNIA
Con esta consideración, Petronio emprendió el juego más peligroso que hubiera hecho en toda su vida.
Y empezó a hablar con aparente y fría indiferencia. La que adoptaba cuando solía criticar o ridiculizar los planes de César o de los augustanos.
– ¡Habéis encontrado las víctimas! Es cierto. Podréis mandarlos a la Arena o hacerlos vestir las ‘túnicas dolorosas’ (túnica azufrada de los criminales, antes de prenderles fuego) También es cierto. Pero ¡Escuchad!
Tenéis poder, autoridad y pretorianos. Entregad los cristianos al populacho. Condenadles a todas las torturas que os plazcan. Todos sabemos que NO FUERON ELLOS los que incendiaron Roma.
¡Bah! ¿Para qué toda esta comedia detestable? ¡Sed dioses y reyes en realidad, ya que podéis permitíroslo! ¡Bah! ¡Engañad al pueblo! ¡Pero no os engañéis vosotros mismos!
En cuanto a ti, ¡Oh, César! Que acabas de amenazarnos con el juicio de las generaciones futuras, piensa que ese juicio te ha de alcanzar a ti también.
¡Por la divina Atenea Nerón! ¡Nerón, señor del Mundo! Nerón dios, incendió Roma, porque es tan poderoso en la tierra, como Zeus en el Olimpo. ¡Nerón poeta amó tanto la poesía, que a ese amor sacrificó hasta la propia patria!
Desde el principio del mundo nadie ha realizado un hecho semejante. Nadie ha osado ni siquiera intentarlo. ¡Te imploro en nombre de las Musas que no renuncies a semejante gloria, porque los cantos que a ti se dediquen resonarán a través de los siglos!
¿Qué será Príamo a tu lado? ¿Qué Agamenón y Aquiles? ¡Qué los mismos dioses! No es necesario que declaremos que el incendio de Roma fue bueno. ¡Fue colosal y extraordinario y eso basta!
Y te digo además que el pueblo no ha de alzar una mano contra ti. No es cierto eso que te cuentan. Ten valor. Guárdate de llevar a cabo actos indignos de ti, pues lo único que podría amenazarte sería que las edades futuras declarasen: “Nerón incendió Roma. Pero César tímido y pusilánime poeta, negó después por cobardía un hecho tan colosal; culpando a personas inocentes.”
Las palabras de Petronio produjeron en el ánimo de Nerón una profunda impresión.
Pero Petronio no se hace ilusiones. Aunque acaba de recurrir a una medida extrema que sabe es un arma de dos filos: por un lado puede salvar a los cristianos y por el otro, es más fácil que se vuelva contra él y sea la causa de su propia destrucción.
Sin embargo no ha tenido ni un momento de vacilación, porque también se trata de Marco Aurelio, a quién ama como un hijo y del peligro, con el cual se complace en luchar.
Se prepara para lo peor. Piensa:
– Los dados han sido lanzados. Y vamos a ver ahora el resultado de la jugada y hasta qué punto, el temor por su propia vida se sobrepone a su amor por la gloria.
En el silencio reinante, Popea y todos los presentes, miran al César expectantes.
Nerón levantó los labios hasta la nariz, como es su costumbre cuando está perplejo. Por último, se pintó en su rostro, una expresión de inquietud y desagrado.
Tigelino al notarlo, exclamó:
– ¡Señor! Permíteme retirarme, porque cuando hay gentes que desean exponer tu persona a la destrucción, llamándote al mismo tiempo César cobarde, poeta insignificante, incendiario y comediante, ¡Mis oídos no pueden soportar tales expresiones!
Petronio se dijo interiormente:
– He perdido.
Pero volviéndose hacia Tigelino, lo midió con una mirada en la cual se advierte su absoluto desprecio de gran patricio culto y refinado, por aquel malhechor protervo y ruin.
Y le dijo:
– Tigelino. Fue a ti a quién llamé comediante, pues no eres otra cosa en este mismo instante.
Tigelino mostró su rabia y lo miró con odio.
Luego dijo:
– ¿Acaso porque no he querido seguir escuchando tus insultos?
– Eres un histrión, porque estás fingiendo un amor sin límites hacia el César, tú que hace apenas unos momentos, le amenazaste con los pretorianos. Amenaza que todos comprendimos tan bien como él.
Tigelino, que no había pensado que Petronio fuera lo suficientemente audaz para hablarle así, se puso pálido, se sintió perdido y enmudeció.
Sin embargo, ésta fue la última victoria de Petronio sobre su eterno rival, porque intervino Popea:
– Señor, ¿Cómo puedes permitir que siquiera pase por la cabeza de alguien un pensamiento semejante? Y todavía más, que haya alguien que se atreva a manifestarlo así en tu presencia.
Vitelio exclamó:
– ¡Castiga al insolente!
Nerón alzó de nuevo los labios hacia la nariz y volviendo hacia Petronio sus ojos miopes y vidriosos dijo:
– ¿Es ésta la manera como correspondes a la confianza que te he brindado?
Petronio replicó:
– Si estoy en un error, demuéstramelo. Te estoy diciendo la verdad. Pero sabes que mis palabras las dicta solamente el afecto que te tengo.
Haloto repitió:
– ¡Castiga al insolente!
– ¡Castígalo! –exclamaron muchas voces a la vez.
Y en el atrium se notó un movimiento y un sordo murmullo.
Empezaron a retirarse de Petronio, hasta dejarlo totalmente solo.
El mismo Plinio, su constante compañero en la corte, se apartó de él. Y también Marcial, que hasta entonces había sido su mejor amigo.
Pero Petronio no perdió su displicente sonrisa y reunió los pliegues de su toga, aguardando la sentencia del César.
Nerón dijo después de una larga pausa:
– Me pedís que le castigue. Pero es mi amigo y compañero. Y aún cuando me ha herido hondamente, sepa él que para los amigos este corazón no encierra más que indulgencia.
Petronio pensó:
– He perdido y estoy perdido. Acaba de dictar mi sentencia de muerte.
El César se levantó y se dio por terminada la reunión.
Petronio volvió a su casa.
Nerón y Tigelino pasaron al atrium de Popea, en donde los esperaban las personas con quienes el Prefecto había hablado ya.
Estos eran dos rabinos del Transtíber. Mitrados y revestidos con sus ropajes más solemnes. Su ayudante, un joven copista y además Prócoro Quironio.
A la vista del César, todos palidecieron por la emoción y le hicieron profundas reverencias.
Luego uno de ellos, dirigiéndose a Nerón, dijo:
– ! ¡Salve, oh soberano de la tierra y protector del Pueblo Elegido! César, león entre los hombres cuyo reino es como la luz del sol.
– ¿Rehusáis acaso llamarme dios? –preguntó Nerón.
Los sacerdotes palidecieron aún más.
El más anciano de ellos respondió:
– El predecesor de tu padre, Cayo César, era severo. Sin embargo nuestros enviados no lo llamaron dios, prefiriendo la muerte a la trasgresión de la Ley.
– ¿Y Calígula no ordenó que fueran arrojados a las fieras?
– No, señor. Cayo César temió a la cólera de Jehová.
Y al decir estas palabras levantaron la cabeza y miraron a Nerón con más entereza.
El César preguntó:
– ¿Acusáis a los cristianos de haber incendiado a Roma?
Un rabino contestó:
– Nosotros señor, los acusamos tan solo de esto: Desde hace tiempo han amenazado la destrucción del mundo por medio del fuego.
Y el otro agregó:
– Lo demás te lo dirá este hombre cuyos labios no se han manchado con la mentira, porque por sus venas corre la sangre del Pueblo Elegido.
Nerón se dirigió entonces a Prócoro:
– ¿Quién eres tú?
Prócoro hizo una reverencia y dijo con voz meliflua:
– Un hombre que te rinde sus homenajes ¡Oh, grande como Alejandro Magno! Y además un pobre estoico.
– Aborrezco a los estoicos. Sus discursos me aburren y me es repulsivo su desprecio por el arte y su voluntaria suciedad e inmundicia.
– ¡Oh, señor! Séneca tu maestro tiene mil cofres de madera. Si tú lo deseas yo podré tener el doble. Soy estoico por necesidad. Adorna ¡Oh, radioso! Mi estoicismo con una guirnalda de rosas, ponle delante un cántaro de vino y te cantará Anacreonte con tal entonación, que será capaz de ensordecer al último epicúreo.
Nerón se sintió muy halagado con el epíteto ‘radioso’ y dijo sonriendo:
– Estoy satisfecho contigo.
Tigelino exclamó:
– ¡Este hombre vale lo que pesa en oro!
Prócoro replicó:
– Pues junta a mí peso tu liberalidad. Pues de otra manera el viento puede llevarse toda mi recompensa.
Nerón observó:
– Ciertamente, él no es más pesado que Vitelio.
– ¡Oh, Apolo! El del arco de plata. Mi ingenio no es de plomo.
– Veo que tu fe no te impide llamarme dios.
– ¡Oh, Inmortal! Ahora mi fe está puesta en ti. Los cristianos blasfeman contra esa fe, por eso los aborrezco. Porque son enemigos de la raza humana y tus propios enemigos.
– ¿Qué sabes tú de los cristianos?
– ¿Me permites llorar? ¡Oh, divinidad!
– No. El llanto me fastidia.
– Tienes toda la razón, porque los ojos que te han visto a ti, deben quedar para siempre libres de las lágrimas. ¡Oh, señor, defiéndeme contra mis enemigos!
Popea intervino con impaciencia:
– ¡Háblanos de los cristianos!
El griego contestó:
– Se hará como tú ordenes. ¡Oh, Isis! Desde mi juventud me consagré a la filosofía y al descubrimiento de la verdad. Busqué ésta entre los antiguos divinos sabios, en la Academia de Atenas y en el Templo de Serapis en Alejandría. Cuando oí hablar de la existencia de los cristianos, creí que éstos formaban una escuela en la cual, yo podría encontrar acaso, unos pocos granos de verdad.
Y para desgracia mía, conocí a los integrantes de esa secta. El primer cristiano que mi mala suerte me puso por delante, me llevó a su grupo. Pero no me gustó nada de lo que enseñan. Y mejor los dejé. El segundo con el que me topé, fue un médico de Nápoles llamado Mauro.
Ellos adoran a un cierto Chrestos, quién prometió aniquilar a todos los hombres y destruir todas las ciudades de la tierra, dejándolos a ellos a salvo, si le ayudan a exterminar a los hijos de Deucalión.
Por esta razón, ¡Oh, domina! Ellos aborrecen a los hombres y envenenan las fuentes. En sus asambleas llueven maldiciones sobre Roma y sobre todos los templos en donde se rinde culto a nuestros dioses.
Chrestos fue crucificado, pero antes prometió que cuando Roma hubiera sido destruida por el fuego, él volvería y entregaría a los cristianos el dominio del mundo…
Tigelino explicó:
– Ahora comprenderá el pueblo… Porqué Roma fue destruida.
Prócoro continuó:
– Muchos lo comprenden ya, ¡Oh, señor! Porque yo recorro los campamentos con mis enseñanzas. Pero si me escucháis hasta el final, llegaréis a conocer las razones que justifican mi venganza.
Mauro el médico, no me reveló al principio que su religión enseñaba el Odio a la humanidad. Por el contrario. Me dijo que Chrestos era el Amor. Mi sensible corazón no pudo resistir una verdad semejante y le creí. Yo compartí con él hasta el último mendrugo, hasta la última moneda de cobre y…
¿Sabéis señora como correspondió a mi afecto? En el camino de Nápoles a Roma me hirió con el puñal y vendió a un mercader de esclavos a mi mujer y a mis hijos. ¡Oh! ¡Si Eurípides conociera mi historia!
Popea dijo compasiva:
– ¡Pobre hombre!
Prócoro contestó adulador:
– Quién ha visto el rostro de Venus Afrodita no es pobre ¡Oh, domina! Y yo lo estoy viendo en este momento. Como les decía, vine a Roma para buscar a los jefes de los cristianos, para obtener justicia contra Mauro. Pensé que le obligarían a devolverme a mi mujer.
Conocí a su Pontífice Supremo, se llama Pedro. Y a otro que se llama Pablo y a otros muchos que sé donde vivían antes del incendio y donde se reúnen actualmente. Puedo señalar una casa en el Monte Vaticano y otro lugar que está fuera de la Puerta Nomentana, en donde celebran sus infames ceremonias.
He visto al apóstol Pedro y también como Mauro mataba a los niños, a fin de que el apóstol Pedro pudiera tener sangre con qué celebrar sus ceremonias. Y con esa sangre inocente, rocía la cabeza de los presentes.
Y también vi a Alexandra, la hija adoptiva de los Quintiliano, quién se jactaba de que no pudiendo aportar sangre de un infante, ofrecía en cambio la muerte de uno; porque había hechizado a la pequeña Augusta Claudia, tu hija ¡Oh, Ciro! Y la tuya ¡Oh, Isis!
Popea preguntó:
– ¿Has oído César?
Nerón exclamó:
– ¡Oh! ¿Es posible?
Prócoro prosiguió:
– Yo hubiera podido olvidar los agravios hechos a mi persona. Pero cuando conocí el inferido a vosotros, quise matarle. Desgraciadamente me lo impidió el noble Marco Aurelio, pues está perdidamente enamorado de ella.
– ¿Marco Aurelio? ¿Pero acaso no huyó de él esa joven?
– Ciertamente. Pero él la buscó, pues no puede vivir sin ella. Por una miserable recompensa, le ayudé a encontrarla. Y yo fui quién le señaló la casa donde ella vivía en el Transtíber, entre los cristianos.
Allí fuimos juntos y con nosotros tu gladiador Atlante, a quién el noble Marco Aurelio alquiló para que lo protegiera. Pero Bernabé, el esclavo de Alexandra, aplastó a Atlante, como si fuera una alimaña. Porque es un hombre con una fuerza terrible…
¡Oh, señor! Publio y Fabiola le amaban por eso.
Nerón exclamó:
– ¡Por Hércules! ¡El mortal que ha aplastado a Atlante, merece una estatua en el Forum! Pero tú viejo o estás equivocado o nos engañas. Porque Marco Aurelio mató a Atlante con un puñal.
Prócoro replicó:
– Así es como las gentes calumnian a los dioses. ¡Oh, señor! Yo vi como se rompían las costillas de Atlante en los brazos de Bernabé, quién se precipitó enseguida sobre Marco Aurelio.
Y lo hubiera matado también, si no hubiera intervenido Alexandra. Marco Aurelio estuvo largo tiempo enfermo después de aquel suceso. Pero ellos le curaron con la esperanza de que a influjos del amor, llegara a hacerse cristiano. Y en efecto, Marco Aurelio es cristiano en la actualidad.
Nerón preguntó asombrado:
– ¿Marco Aurelio?
– Sí.
Al escuchar esto, Tigelino preguntó anhelante:
– ¿Y acaso también Petronio?
Prócoro se retorció como un gusano y se frotó las manos diciendo:
– Admiro tu penetración, ¡Oh, señor! Así es. Es muy probable que Petronio también sea cristiano.
Nerón exclamó extrañado:
– ¡¿Petronio cristiano?! ¿Petronio enemigo de la vida y sus goces? ¡No digas necedades! Es un completo disparate. No intentes persuadirme de eso, porque entonces no te podré creer nada de lo que me has dicho.
– Pero el noble Marco Aurelio sí se hizo cristiano… Eso te lo puedo jurar por los resplandores que irradia tu persona. Yo lo serví fielmente y en recompensa, por insinuación del médico Mauro, me hizo azotar a pesar de ser viejo y estar enfermo. Y he jurado por las parcas que no olvidaría esa injuria.
Véngala tú, ¡Oh, señor! Y yo te entregaré a los cristianos. Yo sé quienes son y donde puedes encontrarlos. En mis desgracias siempre he buscado consuelo en la filosofía, hasta hoy. Pero de aquí en adelante lo he de hallar en los favores que desciendan sobre mí. ¡Soy viejo y no he conocido las dulzuras de la vida! Permite que empiece a disfrutarlas gracias a ti.
Nerón dijo con ironía:
– Según eso, tú anhelas ser estoico frente a un plato bien colmado.
– Quien te presta un buen servicio, merece que le colmen muy bien el plato.
Los ojos de Popea relampaguearon con odio antes de decir:
– No te equivocas, filósofo. Lo que quieres, lo tendrás.
Está deseosa de vengarse de Marco Aurelio, al que ya considera uno de sus enemigos.
En Anzio su pasión por él, solo había sido un capricho pasajero, nacido de un momento de celos, de ira y vanidad herida.
Pero la frialdad y la indiferencia del joven tribuno, hirieron profundamente su orgullo y llenó su corazón de despecho y encono.
El solo hecho de que Marco Aurelio se haya atrevido a preferir a otra mujer es tan intolerable, que se convirtió a sus ojos en un delito que clama venganza. ¡Y está dispuesta a destruirlos a los dos!
En cuanto a Alexandra, la odió desde que la viera por primera vez. Y se sintió profundamente alarmada por su belleza espectacular.
Bien puede Petronio decir lo que quiera acerca de que no tiene formas, cuando habla de ella al César. Pero que no trate de engañarla a ella. La había examinado con ojo crítico…
Y desde la primera mirada comprendió que Alexandra no solo podía rivalizar con ella, sino que ¡Puede llegar a eclipsarla!
¡Y eso no va a permitirlo jamás! Por eso ha jurado su perdición.
Por todo esto dijo al César:
– Señor, ¡Venga a nuestra hija!
Prócoro exclamó
– ¡Apresuraos! ¡Apresuraos! De otra manera, Marco Aurelio podrá ocultarla. Yo puedo señalar la casa a la que fue después del incendio.
Tigelino dijo:
– Te daré una decuria e irás al instante.
El griego gimió:
– ¡Oh, señor! Tú no has visto a Atlante en brazos de Bernabé. Si me das media centuria, iré a mostrar la casa. Pero solo desde cierta distancia. Más si no os apoderáis de Marco Aurelio, estoy perdido.
Tigelino miró a Nerón y dijo:
– Divinidad, ¿No será oportuno acabar de una vez con el tío y con el sobrino?
Nerón meditó un momento y luego replicó:
– No. Todavía no. Aunque intentáramos persuadirlo, el pueblo no nos creería. Y jamás aceptará que Petronio, Marco Aurelio y los Quintiliano, prendieron fuego a Roma.
Sus casas eran demasiado hermosas. Más tarde les llegará su turno. Ahorita son otras las víctimas que necesitamos.
Prócoro Quironio dijo angustiado:
– ¡Oh, señor! Entonces protégeme con una custodia de soldados.
Nerón ordenó:
– Atiende a eso Tigelino.
Entonces el prefecto dijo al griego:
– Mientras tanto te hospedarás en mi casa.
La más intensa alegría se pintó en el semblante de Prócoro y exclamó con voz ronca:
– ¡Os los entregaré a todos! Pero Apresuraos. ¡Pronto! Apresuraos…
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
P159 FALSA RELIGIOSIDAD
Amado Pueblo Mío:
Hijos Míos, reciban Mi Bendición.
Mi Amor y Misericordia no disminuyen ante los desprecios que el hombre profiere en mi contra.
Les llamo al Arrepentimiento y a la Conversión. Mi Amor y Mi Misericordia no disminuyen, a la vez Mi Justicia se mantiene presente.
Amado Pueblo Mío:
Ustedes tienen el conocimiento de cuanto ocurrirá en este Instante, lo han conocido en la Sagrada Escritura. Los hombres se sublevarán contra Mi Amor y saldrán a burlarse de Mí y de todo lo que les recuerde el Amor de Nuestra Trinidad, sobre todo de la Redención del género humano.
Y esta sublevación se da en este Instante. Por tanto, este es el Instante del que La Sagrada Escritura les habla.
Han olvidado el padecer de aquellos hijos desobedientes que, por su total libre albedrío, se entregaron al castigo de sus pecados. Castigo, fruto de sus constantes pecados, ignorando las Advertencias de Nuestra Trinidad.
La concupiscencia reina. Todo cuanto afirma la Sagrada Escritura y Mi Madre les ha prevenido en sus llamados, es ignorado y despreciado para que Mi Pueblo no tema.
Esto no es Mi Voluntad. Si bien es cierto, no todos los que dicen expandir Mi Palabra son verdaderos. A Mis Instrumentos se les critica duramente cuando Yo o Mi Madre les alertamos y les explicitamos cuanto viven y vivirán en Expiación.
Con el Diluvio pereció el hombre… Y con un nuevo Diluvio de Fuego perecerán los impíos.
Esta generación tendría que mantenerse unida a Mí, para que los errores de la anterior generación no se repitieran. Esto no ha sucedido así.
Los errores, ofensas y pecados anteriores se han multiplicado por doquier.Las ofensas son mayores, como mayores las invenciones del Pecado.
El Demonio demuestra su astucia en este Instante, más que en otros anteriores…
Este Instante lo mantiene Satanás como su meta, como el Instante Final, para esparcir su Maldad y hacerla crecer en los hombres.
Gran cantidad de Mis hijos dicen amarme y lo fingen, persiguiendo a escondidas a Mis hijos fieles. sembrando discordia para que la unidad no logre acercar a Mi Pueblo en un solo consenso pacificador.
El demoledor de la Humanidad encuentra terreno preparado para ser bien recibido: el pecado ha aumentado y el poder del Mal sobre el hombre, llega hasta donde el mismo hombre con su libre albedrío le permita llegar, ante una Gracia disminuida por la constante negación del hombre a la Salvación.
En lo íntimo de su ser, cada uno de Mis hijos mantiene el reconocimiento de que Yo Soy La Verdad, pero se niega a ReconocerMe.
Yo no mando a que el hombre actúe fuera de sus posibilidades. No les llamo a que sean como NO pueden ser. Quienes no obran con rectitud, no es porque no puedan obrar con rectitud; sino porque el mundo y la carne se han enquistado en ellos y le son más fuertes que la propia voluntad y los buenos propósitos.
Amado Pueblo Mío, es urgente que tomen con gran seriedad mis Llamados y los de Mi Madre.
El Instante no es Instante… Cuanto tiene que cumplirse, les ha sido revelado a ustedes y se está cumpliendo. ¡DESPIERTEN! No sean de los que caminan como si la Maldad no contribuyera en el padecer de esta generación que SUFRE, que PADECE y PADECERÁ lo impensable.
En este Instante, los intereses de los dirigentes de las potencias se encuentran centrados en sus propios y personales intereses. Por tanto, el PADECER del hombre será continuo, hasta que el Anticristo sea derrotado.
Mi Pueblo debe prepararse espiritualmente…
Ascender y mantenerse unido a mi Santo Espíritu para que no yerre.
El pensamiento del hombre no se ha expandido, sino se ha limitado espiritualmente… Y se ha limitado más en este Instante, para que no reaccione ante Mis Llamados y continúe entregándose al Mal.
El que Yo les llame a trascender, a ser mayormente espirituales aplicando Mis Enseñanzas y Mandatos en todas sus obras y actos, es calificado como “salido de los límites” en los cuales Yo Me puedo dirigir a Mi Pueblo.
Y por ello los que creen ser doctos, los califican de seguidores de la llamada Nueva Era.
Sí, hijos, deseo que cumplan con mis pedidos. Deseo un hombre nuevo, renovado, pensante y Conocedor de Mí a plenitud.
Abierto a escuchar mi Santo Espíritu, ya que la santidad no la reservé para unos, sino la mantengo a disposición de TODO Mi Pueblo.
Hijos, las nuevas corrientes ideológicas desean limitarles, con la finalidad de que se mantengan en las trampas que Satanás coloca ante ustedes; impidiéndoles con definiciones incorrectas de una falsa religiosidad, ser más espirituales y menos mundanos.
El hombre espiritual no es el que se mantiene lejos del mundo, sino el que NO ES MUNDANO… Y su vida es un testimonio de Mi Amor presente en el cumplir con cuanto Nuestra Voluntad Divina les ha ordenado.
Ustedes reciben mayor dirección de nuestra Casa, por la cercanía de grandes Acontecimientos…
Pero no se fíen de quienes NO les reafirman la Sagrada Escritura,
Pues no existe ningún hombre sobre la Tierra que posea la Verdad de Nuestra Trinidad. El hombre NO logra alcanzar la Verdad absoluta, ya que esta se encuentra por sobre el espíritu humano.
Pueblo Mío, ¡Tantas falsedades que les comunican a ustedes! El poder mundial se encuentra sobre los hombros de grandes contendientes contra Nuestra Verdad.
Ese poder ESCONDE a la Humanidad lo venidero, lo que se encuentra en el Universo y llegará a impactar la Tierra.
Gran parte de la ciencia se encuentra amordazada voluntariamente y al servicio de los poderosos. El poder humano sobre el hombre es más importante para quienes gobiernan las grandes potencias, que la misma seguridad de la vida humana en todo el planeta.
Niegan el Legado amoroso de Mi Madre y las Advertencias Mías para que la Humanidad no entre en pánico… Y por ende, esconden al hombre la Salvación del alma, impidiéndole ser mayormente espiritual.
Saturan al hombre con la ciencia mal empleada y empecinada en una tecnología, que hace del hombre un juguete bajo la Dictadura de Satanás.
Para crear en los hombres una falsa regeneración espiritual y un crecimiento del Mal, con el propósito de que el hombre sea el que rompa la unidad con Nuestra Casa y con sus hermanos, mirando a todo el que esté a su lado como un enemigo.
Amado Pueblo Mío:
¡DESPIERTEN, ANTES DE QUE SEA TARDE!…
Oren, hijos Míos, oren por Estados Unidos, la tecnología mal empleada ha invadido los hogares, les ha llevado a sentir una primacía sobre la Humanidad.
En este instante, Mi Corazón se oprime ante esta nación que PADECERÁ por el estremecerse de la tierra.
Las ofensas contra Nuestra Trinidad son incontables. El Demonio toma control en esa nación.
El Terror se ha fabricado en su propio suelo y Mis hijos padecerán a la luz del día.
La Naturaleza le flagela. La política de esta nación será noticia.
Oren, hijos Míos, oren, el Comunismo avanza solapado en su falsedad. Lo que ha parecido bueno no lo es; al contrario, se ha vestido de cordero para invadir otros territorios y ganar poder.
Oren hijos, por Alemania, llorará ante el Terror.
Oren por Rusia, la Naturaleza le flagela.
Oren hijos Míos, en la Gran Reunión del Mundo reina el pecado en todas sus formas. El Dolor se asoma con fuerza.
Oren hijos Míos, los Vientos azotan inesperadamente. Las Aguas sorprenden al hombre.
Los Mares NO SON lo mismo que en el pasado, emergen criaturas marinas deformes.
Oren, la Tierra se Estremece. Oren por Chile, Japón… Oren por la Costa Oeste de Estados Unidos. Oren por La India.
Amado Pueblo Mío, del Cielo verán asomarse lo que al hombre le hará estremecer. El Fuego se acerca sin que la Humanidad esté enterada. EL EGOÍSMO LO PERMITIRÁ…
Sean mensajeros de Paz, sean Unidad. Yo protejo a Mi Pueblo: a ustedes, hijos míos. Les Amo y les Protejo, me mantengo Custodiándoles… Soy Rey y Señor.
Les amo con Amor Eterno. Les bendigo desde Mi Sagrado Corazón. Les amo. Su Jesús.
Comentario del instrumento
Hermanos (as):
Cristo nos llama a reflexionar sobre la realidad en la que vive la Humanidad. El hombre cree poseer control de su vida, su familia, su trabajo y demás aspectos que le conciernen directamente.
En este Llamado, Cristo deja claro que en el mundo hay un poder que posee el control de todo el acontecer de la Humanidad. Las directrices son emanadas desde la cúpula del Poder Mundial. Y la Humanidad bajo el control de otros medios, ejecuta los deseos de ese Poder Mundial oculto para la mayoría, pero presente en todos los ámbitos: sociales, políticos, económicos, religiosos, morales, educativos, en organizaciones de salud, etc.
Cristo es claro y contundente: el hombre no discierne… Sino únicamente sigue lo que le dicen o lo que le llama la atención, sin meditar sin discernir, pues no ha sido enseñado a utilizar estas gracias espirituales que le ahorrarían tanto padecer.
La tecnología no es utilizada en su totalidad para el Mal… Sino es precisamente la ciencia mal empleada, la que llega a las masas… La que se elabora con el fin de individualizar al hombre, para que no conviva en fraternidad. Poco a poco la Humanidad ha sido cegada por todos los medios posibles, como parte del Plan que ha trazado ese poder oculto que dispone del hombre a su antojo.
Continuamos mirando con mayor énfasis la lucha del Mal contra el Bien… Y en este Instante se mira como un acto un tanto cultural… O parte de la moda que lleva al hombre a responder sin ni siquiera pensar, si responde a la conciencia o no.
Se ha creado un olvido planeado, que lleva al hombre a ser INDIFERENTE a lo que es la Salvación del alma. Y a negar y no mirar el Mal, hasta que el hombre se vuelve escéptico a la realidad de ser hijo de Dios.
Diariamente podemos informarnos de cuanto sucede en el mundo: matanzas, terrorismo, fraude, inocentes muriendo de hambre, droga, abortos, terremotos, volcanes activos en mayor medida que en el pasado, el mar comportándose de forma inusual, deformación de la Palabra Divina, oposición contra Dios y Sus fieles, elaboración de estatuas de Satanás, etc.
Y ¿Cómo reacciona la Humanidad?: Con indiferencia. El Mal es común para el hombre y cuanto sucede, si no le atañe directamente, ni lo mira como tal.
¿La estrategia?: Anular la conciencia humana para que se disponga a aceptar el dominio del Mal y luego se disponga a seguir al Anticristo.
La Humanidad vive en medio de la IRA. Y esta no nacería en el hombre, si el hombre no despreciara la Paz. Así consecutivamente con todo: de un bien imperfecto nace el Mal.
Cristo me ha mencionado en reiteradas ocasiones, que los buenos deseos que se quedan en buenos deseos, sin pasar a ser obras para el bien común, son un bien imperfecto; porque no se concretan, se quedan en las buenas intenciones, no ejecutadas en la realidad.
En este Instante, Cristo nos alerta sobre los peligros no solo correspondientes a la falta de conciencia y de discernimiento en el hombre; sino a los grandes peligros para toda la Humanidad provenientes del espacio, de los cuales no se informa.
Así opera el poder que carcome a la sociedad, a la mente, al corazón del hombre, a la conciencia. Es el poder que va a tomar por sorpresa al hombre: EL DESPIADADO ANTICRISTO, que se está reflejando en actos de hombres contra hombres.
Hermanos, NO seamos Indiferentes. Es el Instante de reconciliarse con el Creador y recuperar esa herencia de salvación que Cristo nos legó. Sabemos que no somos ni seremos abandonados, la Trinidad Sacrosanta mantiene Su Mirada sobre Su Pueblo, sobre todos nosotros Sus hijos. Adoremos a Dios, en espíritu y verdad, y digámosle: ¡ABBA PADRE! Amén.
N132 SUFRIMIENTO REDENTOR
Hijitos Míos, las necesidades espirituales de la humanidad son inmensas. Sí, Mis pequeños, os lo tengo que decir así; porque os habéis apartado mucho del bien que debéis hacer y no habéis tomado del bien que debéis tomar de Mí. Yo Soy un Torrente de Bendiciones, de Gracias, de dones.
Os doy tanto, Mis pequeños. Os puedo dar lo que no os imagináis siquiera, pero debéis venir a Mí, con Fe, con confianza y sobre todo, con deseo de ayudar a vuestros hermanos ayudándoos vosotros mismos. Primeramente, porque si vosotros no estáis Conmigo, si no consentís en llenaros de Mi Vida, de Mi Amor, de todo lo que Yo os puedo dar; entonces vosotros no podréis dar a vuestros hermanos.
Cuando vosotros obtenéis algo y con ello os va bien. Anunciáis a todos los que podéis, que obtuvisteis algo muy bueno y les aconsejáis también el obtenerlo.
Si no os acercáis a Mí, Yo no puedo derramar Mis Bendiciones, materiales y espirituales sobre vosotros. Aunque ciertamente Me tenéis todos los días proveyéndoos de lo necesario para que nada os falte. Pero si estuvierais Conmigo, serían abundantes estas Gracias y Bendiciones que derramo sobre aquellas almas que ya están Conmigo, que Me buscan, que Me desean; pero sobre todo, que Me aman de corazón.
Estáis perdiendo muchísimo Mis pequeños, cuando no estáis Conmigo. No os imagináis lo que podéis hacer con Mis Bendiciones. Vosotros os acostumbráis a hacer lo menos posible y creéis que ya con ello cumplís.
Ved la Vida de Mi Hijo, se dio en totalidad por la Obra que Yo le pedí. Prácticamente no tenía momentos de descanso. Se daba, se daba perfectamente por Sus hermanos… Y hasta se dio en la Cruz, por la salvación de todos vosotros.
Vosotros solamente queréis recibir migajas de Mí, no porque Yo os quiera dar solamente eso, sino porque vosotros no tenéis el suficiente deseo de tomar más de Mí. Os digo nuevamente: Yo Soy como una Fuente abundante y aquél que quiera tener mucho más, que venga…
Aunque ciertamente todo esto crea un compromiso Conmigo, con vuestro Dios. Pero ¡Qué bello compromiso tendréis Conmigo! Porque lo único que os pido, es lo que os dijo Mi Hijo: que os amarais los unos a los otros. Ese es el compromiso grande que tenéis Conmigo y con vuestros hermanos… ¿O acaso eso se os hace también difícil?
Queréis tomar mucho de lo Mío, pero como niños traviesos y desentendidos; no queréis tomar ningún tipo de compromiso para que Yo no os tome cuentas de las Bendiciones que recibís de Mí… A ver qué hicisteis con lo que Yo os doy, si lo estáis usando correctamente o lo estáis usando para el Mal.
Por eso Mis pequeños, os pido de corazón vengáis a Mí. Ved la situación mundial, faltan tantos valores; pero sobre todo, Amor. Si no actuáis en el amor; vosotros los que estáis Conmigo, ¿Entonces qué esperáis de éste Mundo? O estáis esperando que otro sea el que trabaje y vosotros gocéis; como niños chiquitos, sin preocupaciones, sin compromisos de ninguna especie…
NO, Mis pequeños, Yo os he dado mucho porque os amo. Debéis redituar también con vuestra actuación, en vuestro libre albedrío, lo que Yo os he dado, dándolo a vuestros hermanos.
Una gran cantidad de vuestros hermanos están muy alejados de Mí y por eso os pido tanto, TANTO que oréis por ellos.
Vosotros allá en la Tierra, no alcanzáis a ver o siquiera vislumbrar la problemática mundial. Veis algo, nada más. Pero es muchísimo más grave de lo que imagináis. Por eso la Oración que debéis hacer, la debéis hacer unidos en Mí, en la Comunión de los Santos.
Yo, tomando vuestras oraciones y vuestras donaciones, puedo ir ayudando a infinidad de hermanos vuestros. CreédMe Mis pequeños. HacedMe caso en lo que os pido. Muchas almas dependen de vosotros para su Salvación Eterna, o ¿Qué acaso podéis ver morir a alguien frente a vosotros y no hacer nada por tratar de evitarlo?
Al no orar por vuestros hermanos, está pasando eso. Están muriendo ante vuestros ojos y no hacéis nada para evitarlo.
TraedMe almas, Mis pequeños. Os lo pido nuevamente: traedMe almas para que no sean engañadas, para que puedan salvarse. Hijitos Míos, la unión de todos los credos, la dispersión de creencias; todo lo que tenéis ahora y que cada quien va haciendo su propia creencia, va a terminar.
Pero para ello Mis pequeños, necesitaréis la Efusión del Espíritu Santo. Vendrá la unión de todos en un solo credo, un solo Pastor: Mi Hijo, Jesucristo. Se tiene que unir nuevamente Mi Cuerpo Místico.
Estáis ahora tan dispersos tan separados unos de otros… Pero sobre todo, no cumpliendo las Leyes y Preceptos que os he dado.
Veis luchas fraternas y muchas de ellas, luchando por principios ideológicos. Si vivierais realmente en el Amor, porque todos debéis vivir en el Amor y para el Amor… Pero si dejarais aparte todo aquello que os separa, que hace que os destruyáis los unos a los otros y vivierais realmente el amor…
Pero el amor que sale de lo más profundo de vuestro corazón. Tendríais ya un mundo diferente.
Lucháis y matáis porque no respetáis la vida de vuestros hermanos, ahí estáis demostrando primeramente, que no estáis cumpliendo con Mis Leyes y Preceptos. Es el Amor el que tiene que venir a unir, pero desgraciadamente tendréis que sufrir antes, para entender que verdaderamente era el Amor el que os iba a unir los unos con los otros.
Un solo pensamiento debe surgir de la mente de todos Mis hijos y es el buscar el bien del hermano. Porque cuando vosotros dais un bien, recibiréis un bien; si no inmediatamente, tarde o temprano lo recibiréis. Pero si constantemente estáis todos actuando en el Bien, continuamente estaréis rehaciendo vuestra vida en la de los vuestros, porque vuestros actos se multiplican en el bien que hacéis.
Vuestro corazón está destruido por el Odio, por la Maldad, por tantas y tantas cosas negativas que habéis dejado entrar a vuestro corazón.
Ciertamente Satanás se ha encargado de ello. De ir destruyendo vuestros principios… Pero lo peor de todo es que habéis aceptado estos principios como modo de vida, cuando os debierais haber llenado de Mi Amor. Y así actuando en el Amor, todos estaríais viviendo en paz y creciendo a niveles altísimos…
Porque cuando vivís en paz y en armonía Conmigo, Yo Me derramo infinitamente sobre estas almas que están buscando Mi Paz, la están viviendo y la están compartiendo. Al vivir en paz y en armonía, lo demás se da por añadidura, porque habéis buscado primero Mi Reino en vuestro corazón y como añadidura tenéis avances increíbles…
Que así los veréis cuando los tengáis. Avances de todo tipo para vuestro mundo, para vuestra forma de vida, porque son los Regalos que Yo le doy al hombre cuando está Conmigo. Yo os quiero consentir, os quiero llevar hacia un Bien inmenso y si estáis Conmigo vais a tener esos regalos.
El Mundo se está convulsionando, porque es el preámbulo del gran cambio. Se necesita ya este cambio, Mis pequeños, porque no podéis seguir así como estáis. Abristeis las Puertas del Mal, éste creció y os está acabando… Pero Yo vengo a protegeros. Vosotros, manteneos en Oración y en vida de Ejemplo para que podáis junto Conmigo, lograr este Cambio que tanto necesitáis todos vosotros.
Abrid vuestro corazón a Mi Amor y llenaos de él, para que podáis darlo a vuestros hermanos en abundancia. Porque os he dicho también, que mientras más deis, más recibiréis, pero poco dais. Os da vergüenza a muchos de vosotros hablar de Mi Nombre, de Mi Santo Nombre y de todas las cosas bellas que se os han dado para vuestro crecimiento espiritual.
Preferís hablar de cosas del Mundo que son efímeras, sin importancia… Y no hablar de lo que sí os a va a dar Vida Eterna, que es lo Mío.
Es el Amor el que se va a mantener por todos los siglos y no lo estáis buscando. Estáis buscando sólo lo efímero; lo del mundo, que os crea confusión y problemas varios, porque estáis muy apegados a ellos y sentís que si no tenéis lo del mundo, sus valores, no sois nada y os aferráis a ello y sufrís por ello.
¿Cuántas veces os tengo que repetir lo mismo, Mis pequeños? Que os llenéis de lo Mío y lo Mío es el Amor y con ello aseguraréis la Vida Eterna y dejaréis estela aquí en la Tierra ayudando a vuestros hermanos.
Si os aferráis a las cosas del mundo, posiblemente no tengáis una vida eterna Conmigo y peor aún, no dejaréis ejemplo a seguir por parte de vuestros hermanos, porque no habrá nada bueno en vuestra vida Terrena que pueda servir para el bienestar de vuestros hermanos.
Meditad esto, Mis pequeños y no olvidéis que el Tiempo está ya sobre vosotros.
Hijitos Míos, estáis viendo ahora cómo la Maldad en algunos lados, se va incrementando. Pero por otro lado, la Bondad también. Os he dicho que estos son los Tiempos de la separación del trigo y la cizaña.
Aquel que ha vivido en el Mal tomará estos momentos, que se darán en la Historia de la Humanidad, para avivar ése mal que tiene en su corazón y así oponerse claramente a todo el Amor que Yo os he dado.
Pero por otro lado, también aquellos que han tratado de vivir en el Bien, tendrán la oportunidad con los Acontecimientos que se darán; de que ése Bien, que tienen en su corazón se incremente y eso les ayudará precisamente, a obtener Mis Bendiciones y los regalos que Yo les daré a éstas almas escogidas.
Os he pedido a vosotros los que estáis viviendo en el Bien, que oréis por vuestros hermanos que viven en el Mal, para que sean tocados por Mi Gracia y se arrepientan de vivir en el Mal. Pero además con el ejemplo que deis, muchas de estas almas que viven en el error, regresarán a Mí.
Por eso os he pedido que os llenéis de Mí, porque estos serán momentos para los verdaderos hijos Míos. Ya os lo dijo Mi Hijo Jesucristo: ¿Qué tiene de importante o valedero dar un bien a aquel que Me hizo también un bien? Vosotros en estos tiempos, recibiréis muchos males… Pero como hijos Míos, regresaréis bienes por los males con que os atacarán.
Y así, estas almas que han vivido en el Mal y que por el mal que ellos producen reciben otro mal, al veros quedarán desconcertadas. Y ése desconcierto será el momento de su salvación, porque conocerán el Bien que muchos de vosotros produciréis… al recibir el Mal con que os tratarán.
Por eso es tan importante vuestra presencia en este tiempo… En este tiempo de cambio, pero llenos de Mí y de Mi Amor. No temáis Mis pequeños, a lo que pueda suceder a vuestra vida, eso lo controlo Yo.
Si vuestra vida fuera tomada por algún ataque que os hagan estas almas que viven en el error, vosotros manteneos en el Bien. Porque ese ejemplo, posiblemente a vuestros mismos verdugos los lleve a su salvación eterna. Por eso os he dicho que no le temáis al Dolor. Porque el Dolor unido al de Mi Hijo, será salvífico.
Hijitos, os he dado el libre albedrío, pero es evidente que no lo habéis sabido utilizar. Cuando a un niño le dais algo de valor o algo que pueda ser peligroso para su edad, debéis cuidarle para que no se haga daño él mismo o que pueda hacer algún daño a los demás.
El libre albedrio es un arma de dos filos. Mi lo utilizáis para el bien, os ganáis Mis Bendiciones, os ganáis Mi Beneplácito y así os voy Yo cuidando y os voy dando más de lo bueno que habéis aceptado para vuestra vida. Pero también podéis usar vuestro libre albedrío para el Mal y con ello estáis arriesgando vuestra salvación eterna.
Pero aunque respeto el libre albedrío no por ello Me aparto de las almas que están viviendo en el Mal, al contrario; las busco afanosamente, para tratar de lograr su arrepentimiento de corazón y con ello su salvación eterna.
Si actuáis en el Mal, estáis dándole cabida en vuestro corazón a Mi Enemigo y de esta forma atacará a través de vosotros. Seréis sus instrumentos.
Yo siempre os busco para que os deis cuenta de vuestro error y cuando así sea, en humildad os arrodillaréis, pondréis vuestro libre albedrío a Mis Pies y Me diréis: “Padre, no puedo yo solo, ayúdame, dame Sabiduría Santa, aquí te dejo mi libre albedrío sólo Tú me puedes ayudar”
Yo deseo escuchar ésas palabras de parte de cada uno de vosotros. Pero debéis venir en humildad y dejaros mover libremente por la Sabiduría Divina.
Yo vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, poseo el Conocimiento total de todo lo creado, visible e invisible. Y esto es algo que por Fe, debierais aceptar… Y con la inteligencia que tenéis, debierais entender vuestra pequeñez.
Y vuestra pequeñez, comparada con Mis Capacidades Infinitas, debiera doblegaros inmediatamente ante Mí; sabiendo que al presentarMe vuestra nada, Yo en Mi Omnipotencia Infinita, os colmaré de cosas que ni siquiera imagináis que puedan existir.
Porque vuestras capacidades ni siquiera alcanzan a vislumbrar tanta Omnipotencia de parte Mía y a eso os estoy invitando, Mis pequeños. A que pongáis a Mis pies vuestra nada, para que Yo os colme con Mi Potencia Infinita y así podáis gozar mucho más.
Fuisteis creados para que gozarais de Mis Bienes y no conocéis prácticamente nada de Mis Bienes, de Mi Omnipotencia. Haced la prueba, Mis pequeños. Venid a Mí humildemente. EntregadMe con humildad, vuestra NADA y dejadMe que os consienta; para que os pueda dar los regalos que os tengo prometidos que son infinitos, Mis pequeños; son infinitos.
¿De qué lado de la balanza está actualmente vuestra vida? Mi Santo Espíritu que habita en cada uno de vosotros, os da la respuesta. Vosotros conocéis perfectamente de qué lado estáis, porque Él Es Juez de Amor que vive en vuestro interior y que os está indicando vuestro proceder, bueno o malo. Y siempre buscando el Bien para vuestra salvación eterna.
Ahora, el bien que producís ¿Hacia dónde se está dirigiendo? ¿Estáis buscando solamente vuestro propio bien? O ¿Realmente la estáis canalizando para la salvación de vuestros hermanos?
Ciertamente podéis hacer oración contemplativa, que eso os ayudará a vosotros, a vuestra santidad, pero debéis dar fruto. En esa oración contemplativa, podéis dar fruto para las almas que están necesitadas de salir del Purgatorio o un mayor crecimiento espiritual para las almas del Cielo. (El Círculo de la Perfección)
Sí, Mis pequeños, muchos de vosotros oiréis raro esto que os digo: las almas que están en el Reino de los Cielos todavía pueden estar incrementándose con Mis Bienes y gozando mucho más, gracias a vuestra oración.
De esta forma, vosotros les pagáis a vuestros benefactores por el Bien que os hicieron aquí en la Tierra. Todo es Amor, Mis pequeños; todo en Mí, es vida de Amor. Un agradecimiento de corazón hace que ésas almas, ya sean de vuestros padres, de amistades o de alguien a quien quisisteis mucho; pueda incrementar su gozo en el Reino de los Cielos, si vosotros pedís por ésas almas.
Pero también debéis pedir por las que están Purificándose, para que no pasen mucho tiempo en su dolor, en el Purgatorio.
De esta forma, aunque seáis almas contemplativas, vuestra oración está haciendo mucho. Pero principalmente, dirigid vuestra oración a las almas militantes, las que están en la Tierra; porque ahí el ataque es mucho más fuerte por las Fuerzas de Satanás.
Muchas almas se pierden por los errores que ha esparcido Satanás por todo el mundo y vuestras oraciones las protegen. No despreciéis el poder de la oración, que es poderosísimo y debéis proteger a vuestros hermanos y aún a vosotros mismos, con la oración; que es una protección para vuestra alma y también una ayuda para vuestro crecimiento espiritual.
Pedid que Mi Amor de Padre, de Creador, os cubra siempre y os proteja a vosotros y a los vuestros, al mundo entero; para que las Fuerzas de Satanás queden limitadas o nulificadas. Y no puedan hacer la Maldad que Satanás quiere hacer, porque no os protegéis con el Amor.
Yo le quité el Amor, porque se puso en contra de Mi Amor y su Maldad no puede hacer nada contra Mi Amor. Por eso os pido os protejáis continuamente con Mi Amor y protejáis a los vuestros y al mundo entero. Os repito, porque esto es muy importante que lo entendáis y que lo hagáis, para protegeros todos, todos vosotros contra las Fuerzas de Satanás.
Es algo sencillo, pero poderosísimo. Yo Soy un Dios Sencillo, Yo no os pido cosas que no podáis llevar a cabo y precisamente en Mi Sencillez, es como vosotros obtenéis grandes cosas de Mí.
Acudid a Nuestra Fuente de Vida y Amor que os puede proveer de todo lo que podáis necesitar para ése cambio en vuestras vidas y en vuestro corazón. El Amor todo lo puede, acudid a Él y no quedaréis defraudados.
Os amo con el Amor que Me concedió Dios Padre y con el Amor que Nos une el Espíritu Santo y os bendigo con el Santo Deseo de que ésta Bendición sea la chispa que encienda vuestra luz interior para producir vuestro verdadero y eterno cambio.
Yo os amo infinitamente y os bendigo, en el Nombre de Mí Padre Eterno, en Mí Nombre, Vuestro Salvador Glorioso y en el del Amor Derramado y Purificador del Espíritu Santo.
A38 IGLESIA ULTRAJADA
Hijitos Míos, con múltiples ejemplos os he dicho y ejemplificado, que todo lo que hagáis por los demás, tarde o temprano se os regresará. Que la situación del mundo, de la sociedad, de vuestra familia está así como está ahora; porque vosotros mismos lleváis eso dentro de vuestro corazón y porque no estáis dando lo que debierais dar; que es amor, respeto y ayuda a los demás.
Si no estáis actuando con un corazón bondadoso, con un corazón respetuoso, ¿Qué esperáis entonces recibir de vuestros hermanos? Yo os he dicho que debéis perdonar a aquel que os hace daño.
Pero si vosotros actuáis en represalia, entonces no estaréis respondiendo en el Amor. Y así, el ataque seguirá continuo; odiáis, atacáis y recibís lo mismo. Debéis contraatacar al Mal con el Bien.
Por eso Mi Hijo os dijo que aquel que actúa produciendo mal por mal ó bien por bien, pero no perdonando a aquel del cual vosotros estáis recibiendo un mal, no es de Cristianos. El Cristiano Mi seguidor, el seguidor de la Doctrina que os dio Mi Hijo, es aquel que sabe perdonar al hermano del cual recibió un mal.
Alrededor del mundo estáis viendo como estáis actuando en ésa maldad, ya sea actuándola o aún deseándola; entonces, ¿Qué esperáis, Mis pequeños? Veis el mal y se os va enseñando, a través de los medios de comunicación que debéis ser vengativos, que debéis seguir viviendo en ése mal, en lugar de vivir como Yo os enseñé.
Ahora os pregunto, ¿De qué sirvió la Evangelización de Mi Hijo sobre la Tierra, si estáis siguiendo evangelización satánica? NO estáis siguiendo lo que se os ha dado del Cielo y estáis aceptando todo lo que Satanás os enseña a través de todo lo que estáis viendo en vuestra vida.
¿Estáis Conmigo? O ¿Estáis contra Mí? Recordad que los afectados sois vosotros mismos.
Decís que Yo Soy el que os está enviando el mal y no es así, Mis pequeños. El Mal existe alrededor de vosotros. El mal existe en vosotros y si vosotros mismos no lo detenéis, no le ponéis un “hasta aquí”; entonces ése mal os seguirá ahogando, os seguirá atacando, os seguirá llevando al mundo entero hacia la Confusión, hacia el Abismo, hacia la Destrucción, hacia la Muerte.
Vosotros, cuando os volcáis hacia el Bien, cuando vuestra alma entiende la lección y entonces empezáis a obrar en el bien, todo cambia. Hay almas que esto lo han experimentado, se han hecho fuertes con Mi Gracia y con Mi ayuda. Y han puesto un “hasta aquí”, a su vida de vicio, a su vida de maldad, a su vida de error y con Mi Gracia, con Mi Fuerza, en el Amor, han recibido las Bendiciones.
Y están ahora viviendo como debéis vivir todos vosotros, en paz, en armonía, llevando amor hacia los vuestros y recibiendo en ésa forma lo mismo de vuestros hermanos. Si vosotros amáis, recibiréis amor. Ciertamente, el demonio ataca, pero lo haréis a un lado precisamente actuando en el amor, dando amor a aquél que os dé odio.
A aquél que os reciba con ataque, siempre respondedle respetuosos, siempre amorosos. Y así, vosotros mismos eliminaréis el odio, la maldad, el terror de la Tierra actuando en el Amor.
Recordad que Yo Soy el Amor y el Amor es poderosísimo. Es una Fuerza que no se puede detener, que no tiene un fin. El Amor es Infinito, porque eso es lo que Soy Yo, vuestro Dios y si estáis Conmigo, recibís la Fuerza Infinita del Amor para vencer toda maldad y todo ataque con el cual os quiera dañar Satanás.
Recordad esto, Mis pequeños y que de ahora en adelante todo ataque del Mal lo recibáis vosotros con bien y actuéis siempre así, como se os enseñó. Recordad también como Mi Hijo Vivió para vosotros y que murió por vosotros, para enseñaros que el Amor siempre vivirá entre vosotros, para vosotros y ES el que os va a resucitar y os dará la Vida Eterna.
Al aconsejaros ser como niños, en cierta forma os estoy pidiendo vivir en la humildad, vivir en el reconocimiento de que sois pequeñitos y que necesitáis en todo momento de Mi ayuda. Ayuda Divina, ayuda Sabia, ayuda Santa.
Vivís en un mundo en el cual Satanás es el Príncipe de él, es quién ha echado a perder la Creación y vosotros estáis para restituir todo lo caído. Él tiene sabiduría de Arcángel.
Recordad que él fue uno de los Arcángeles, el más poderoso, el bello en un Principio y cayó por soberbia. Creó maldad en su corazón y todo lo bello que tenía quedó a un lado. Se puso en Mi contra y perdió, perdió la Santidad.
Ése es el punto, Mis pequeños, la Santidad. La Santidad es por la que todos vosotros debéis luchar, no se nace con la santidad. Yo os creé en un Principio bellos, santos, pero se perdió todo ello por el pecado. Cuando recibís el Bautismo se os da la Gracia para ir recuperando ésa santidad.
Sí, con el Bautismo quedáis limpios, se os da la semillita de la santidad; pero vosotros con vuestro actuar, con vuestro pensar, debéis ir alcanzando la santidad para vosotros mismos y la debéis transmitir a vuestros hermanos.
Tenéis ésa obligación Mis pequeños, de ser santos para poder recuperar el Reino de los Cielos para Mi Creación, Yo he puesto Mi confianza en vosotros. Sí, ciertamente os he dado una tarea grande, difícil y por eso, al ser como niños y no confiar en vuestras propias fuerzas, inmediatamente debéis acudir a Mí, eso es Sabiduría.
Al acudir a Mí, Yo os puedo proveer de todo lo necesario para que podáis adquirir nuevamente la santidad y podáis hacer santos nuevamente, a todos los que os rodean. Sin Mí, no podéis adquirir la Santidad.
Sed pues pequeñitos, humildes, sencillos y en todo momento; que os sepáis necesitados de Mi ayuda, de Mi guía, de Mi Sabiduría, de Mi Amor, para que podáis crecer y llegar nuevamente a ésos niveles de Santidad en los cuales fuisteis creados en el Principio de los Tiempos.
Amad, amad fuertemente a todos aquellos que han caído en el pecado. Levantadlos, ya sea directa o indirectamente. Directamente con vuestra ayuda, indirectamente con vuestra oración. Pero vuestra misión pequeños, os repito nuevamente, es la Santidad.
Tenéis todo lo necesario y todo lo que os falte, lo adquiriréis con la humildad, con ser pequeñitos en acudir a Mí en todo momento, para que Yo os alimente y ése alimento dé fruto y el fruto lo deis a vuestros hermanos.
Porque cuando vosotros estáis ante una calamidad, ante una tormenta, ante una inundación, vosotros buscáis un refugio. Un refugio seguro que os pueda proteger contra las calamidades, contra la lluvia tempestuosa, contra todo aquello que os afecte en cuerpo o en alma; pero instintivamente, vosotros corréis a buscar el refugio.
Mis pequeños, Yo os he dado a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Refugio, como Madre, como Protectora, como Guía, como Maestra. Os he dado a Mi Hija, que es Mi Madre, que es Mi Esposa, para que vosotros corráis hacia Ella; para que os proteja contra toda calamidad, contra todo ataque del Mal, contra todo aquello que sobrepase a vuestras fuerzas; vuestras pequeñas fuerzas humanas y espirituales.
Mis pequeños, si realmente lo vemos palpablemente y en la realidad, vosotros contáis con todo tipo de protección. Protección infinitamente superior a la que podáis imaginar, pero os falta Fe, os falta confianza para acudir a toda la protección que Yo os envío, ya sea directamente ó a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María.
Cuando una familia es atacada por algún animal, por algún ladrón, por alguien que os quiera hacer daño; si no está el padre en ése momento, la madre se pone al frente y protege. Protege con todas sus fuerzas y aún a costa de su propia vida.
La fuerza que adquiere la Madre para proteger a los hijos es inmensa, es una fuerza en el Amor.
Mi Hija es todo Amor y os está protegiendo continuamente, os deis cuenta ó no os deis cuenta. Queráis o no queráis aceptar Su Presencia entre vosotros, se os haya o no se os haya enseñado. Su Presencia en vuestra vida es una realidad que todos vosotros, almas que estáis sobre la Tierra, tenéis.
Mi Hija la Siempre Virgen María, ha sido encomendada a ello. Católicos o no Católicos, estáis siendo protegidos con Su Fuerza y con Su Amor.
Os pido Mis pequeños, un gran respeto y un gran amor hacia Ella, porque de Ella recibís grandiosidades; de Ella recibís Mis Bendiciones por Su intercesión, por Su Amor hacia vosotros. Amadla, como Yo la amo.
Respetadla, como Yo La respeto y tomad Su Mano, como Yo tomé Su Mano cuando era pequeñito.
Ella es todo Amor y Ella os va siempre a llevar por el camino perfecto, para que Me encontréis a Mí, vuestro Dios. Su Amor es inmenso hacia Mí y hacia vosotros.
Gracias todos vosotros, los que La amáis. Y vosotros los que no La amáis, aprended a amarla, porque Ella os ama infinitamente.
Hijitos Míos, ¿Ni aún viendo lo que estáis viendo a vuestro alrededor, os arrodilláis? Por muchos años os he estado advirtiendo de todas estas situaciones que se os iban a venir… Esto es parte de vuestra purificación, es el sufrimiento que debéis padecer para purificar vuestra alma de todos los pecados, de toda la maldad que la humanidad ha cometido contra Mi Sacratísimo Corazón, contra Mi Amor, contra Mis Leyes.
Os vuelvo a recordar Mis pequeños, que esto es solamente el Principio; muchos de vuestros hermanos están sufriendo ya dolores indecibles, pérdidas materiales y aún de seres queridos. Todavía faltan LOS MOMENTOS ÁLGIDOS de la Gran Tribulación Mundial, de gran dolor, de grandes penas que podéis aminorar con vuestra conversión, con vuestro arrepentimiento, con regresar a Mí vuestro Dios, arrepentidos de vuestros pecado y con un firme propósito de mejora.
Por muchos años os he advertido todo esto, Satanás está manipulando las fuerzas de la Naturaleza en vuestra contra y vosotros lo tomáis como algo natural, cuando estáis viendo que dichas destrucciones mundiales se salen de la normalidad. ¿Por qué no entendéis, Mis pequeños? ¿Por qué no entendéis que es vuestro pecado y vuestro abandono a Mis Leyes, a Mis Decretos, a Mis Mandatos, lo que os causa todo esto?
Os repito, todavía faltan momentos muy difíciles en donde se escucharán vuestras lágrimas y no sollozos; sino gritos desesperados, porque perderéis lo que tanto habéis buscado, que es lo material. No buscasteis lo espiritual, que era lo que os iba a defender de éstos ataques de Satanás.
Así como él afecta la Naturaleza en vuestra contra, Yo vuestro Dios, os la he dado para que os alimentara y os protegiera. Ahí veis la diferencia, cuando la Naturaleza se pone en vuestra contra y es destructiva y mala para todos vosotros. En cambio, cuando estáis Conmigo y alegráis Mi Corazón, la Naturaleza os provee de todo, os cuida, os alimenta, os protege.
Ved la Diferencia Mis pequeños, para que realmente os deis cuenta quién está en vuestra contra… Y NO Soy Yo vuestro Dios, para que no blasfeméis Mi Santo Nombre con lo que está pasando y Me echéis la culpa por vuestros descuidos, por vuestras obligaciones que Me debéis a Mí, vuestro Dios y Creador.
Todo se irá incrementando, todo será cada vez más destructivo contra vosotros, Mis pequeños. Ya sabéis cómo poder detener todo esto o aminorarlo. Si os volvéis a Mí, Yo tendré Misericordia sobre vosotros; si Me seguís rechazando, estáis rechazando también Mi protección y Satanás libremente podrá destrozaros.
Vosotros escogéis, sois libres, os he dado la libertad. Si queréis seguir sufriendo, vosotros escogeréis servir a Satanás. Si queréis protección, cariño, Amor de parte Mía; deberéis volver a Mis Leyes, a Mis Preceptos, a Mi Amor. Vosotros escogéis.
¡Oh! ¡Necedad humana, no aprendéis vosotros, Mis pequeños! En la antigüedad, el hombre Me retó construyendo la Torre de Babel, creyendo que con eso se iban a salvar de otro Diluvio. Vuestra necedad hace que caigáis en errores graves.
No entendéis que a Mí Me ganáis cuando estáis Conmigo, cumpliendo con vuestras obligaciones que tenéis ante Mí, como Dios y Creador. Yo Soy sencillo, Soy un Dios de Amor, Yo no impongo, Yo aconsejo, os guío y os doy libertad.
Si estáis Conmigo, si venís a Mí alegres, contentos, serviciales, Yo os lleno de Bendiciones porque Mi Amor os cubre, os llena. Porque Yo Me lleno de alegría hacia las almas que están cumpliendo con lo que Yo les mando.
No imagináis Mis pequeños, cómo gozo al ver las almas buenas, las almas dadivosas con sus hermanos. Las almas que han entendido que debéis vivir en el amor, como verdaderos hermanos, hijos de una Familia Celestial.
Cuando os comportáis con benevolencia hacia vuestro prójimo, les deseáis lo mejor y les buscáis lo mejor para su vida y para su crecimiento espiritual. Entonces Yo Me derramo en Bendiciones, os consiento, os doy siempre más.
Pero aquellos necios que buscan solamente protegerse de Mi Ira Divina, no están viendo Mi Corazón, no están viendo Mi Amor; no lo buscan y ven en Mí solamente un Dios de terror, un Dios vengativo, un Dios destructivo.
¡No, Mis pequeños! Yo no Soy más ése Dios del Antiguo Testamento que Me presenté así ante toda ésa gente de corazón duro, corazón malo, corazón egoísta, corazón destructivo y por eso os envié a Mi Hijo; para que Me conocierais en Persona a Mi Verdadero Ser, que Soy Amor.
Mi Hijo, le dijo a la gente de ése tiempo, “el que Me ve a Mí, ve al Padre” y ése Soy Yo: Dios de Misericordia, Dios de Perdón, Dios de Amor, Dios Benevolente. Que os aliento para que os arrepintáis de vuestra mala vida y al hacerlo, os acerquéis a Mí y recibáis todas las Bendiciones que cada alma debe recibir, para que deis mucho fruto y para que podáis volver a vuestro lugar en el Reino de los Cielos.
Esta gente necia ha hecho sus torres de Babel que ciertamente ya no son sobre la tierra, son debajo de la tierra…
¡Qué necedad!, ¡Qué necedad! No necesitáis esconderos, no necesitáis luchar contra Mí.
Aquél que Me busca en el Amor, Me encuentra y se llena de paz. Todos estos hermanos vuestros que Me retan, haciendo todas estas Torres de Babel subterráneas, no confían en Mi Amor, no están llenos de Mi Amor. Creen poderse zafar de Mí, de Mi Ira Divina, de Mi Justa Justicia.
Ciertamente, son hermanos vuestros que no solamente os están haciendo daño a vosotros, son jefes de pueblos y naciones que se han aprovechado de sus pueblos, de su gente. Se han llenado de vuestras riquezas y así como se quedarán enterradas ésas riquezas, quedarán sepultados ellos mismos, han construido sus propias tumbas.
¡Pobres hermanos vuestros, necios, tontos, que no quisieron aprender a amar! Vivieron en las tinieblas, porque se volvieron instrumentos de Satanás y las Tinieblas los recibirán.
Mientras que vosotros que habéis escogido la Luz, Luz tendréis. Mi Luz os dará una Verdadera Vida en el tiempo por venir, después de que paséis la Gran Tribulación. Lo que ha sido obscuro, no podrá estar ante la Luz, Mi Luz limpiará el Universo entero. Vosotros, los que hayáis escogido vivir en la Luz, grandes gozos tendréis, porque Yo estaré con vosotros.
Una nueva generación de hijos Míos, llenos de Mi Luz, llenará la Tierra y el Universo entero. Conviviréis los unos con los otros, Mi Santo Nombre se alabará por todo el Universo; vuestros corazones gozosos estarán, porque Yo estaré con vosotros.
Llenaos desde ahora Mis pequeños, de éste Gozo Divino, porque vosotros sabéis que estáis Conmigo y Yo estoy con vosotros. Os bendigo Mis pequeños y tened confianza en Mí vuestro Dios, en todo lo que vaya a acaecer en vuestra vida, en el tiempo que viene. Y tomad ésta prueba como purificación de vuestros pecados y de vuestra vida de error, para que podáis ganar éste nuevo Tiempo por venir.
Hijitos Míos, éstos momentos que estáis pasando y los que han de pasar, son de Reparación y tomadlo así Mis pequeños. NO OS LO ENVÍO YO. Lo permito y lo limito, porque Satanás quisiera destruiros con todos éstos ataques de la Naturaleza que él mismo está manipulando; por eso estáis viendo, que se salen de total normalidad.
CONTROLO LOS ACONTECIMIENTOS PROVOCADOS POR NUESTRO ENEMIGO
Porque aunque él No quiera servirMe, sus ataques y su Odio me ayudarán a Renovar Toda mi Creación. A vosotros os convertirá en los más formidables Guerreros Celestiales con los que se haya enfrentado jamás, que le Darán la Magnífica Lección que su Soberbia Necesita y a mis hijitos incrédulos… También.
Pero de cualquier manera Mis pequeños, lo permito para vuestro bien. Mucho mal Me habéis causado, mucho dolor habéis causado a Mi Tiernísimo y Amorosísimo Corazón.
Muchos pecados habéis cometido como humanidad y en lo personal Mis pequeños; ésta es vuestra oportunidad de reparar, tanto por vuestros hermanos como por vosotros mismos.
Ya os había dicho, Mis pequeños, que éstos desastres que se están dando y se darán, son para hermanaros. Para que vosotros os ayudéis los unos a los otros. Poco harán los gobiernos por ayudaros, la ayuda vendrá de unos a otros entre hermanos y esto hará que vuestro corazón se llene de amor.
Tuvisteis mucho cuando estabais en calma, cuando no había nada en vuestra contra. Os aprovechabais los unos de los otros, no había amor entre hermanos; es más, os atacabais para quitaros los bienes, para aprovecharos de vuestros hermanos.
Os había dicho que esto iba a suceder para que fuerais perdiendo todo aquello en lo cual vosotros mismos perdíais el tiempo, que era el llenaros de bienes que solamente os iban a evitar subir rápidamente al Reino de los Cielos, que iban a ser lastre.
Y lo estáis viendo ahora, cómo en segundos se pierden los bienes materiales y queda lo espiritual, la ayuda entre hermanos. Eso es más valioso, Mis pequeños, porque eso es lo que va a ayudaros a entrar al Reino de los Cielos, el amor que produzcáis por vuestros hermanos necesitados.
Mis pequeños, todo esto va ayudar para la Segunda Venida de Mi Hijo sobre la Tierra. Esto que estáis viendo, estos desastres se volverán alegría, porque produciréis amor. Y cuando la Tierra se llene de amor por causa de un mal, con el que Satanás os quiso destruir y que Yo lo vuelvo en un Bien, preparará vuestro corazón para recibir a Mi Hijo en Su Segunda Venida.
Así que alegraos Mis pequeños, porque lo que estáis viendo como mal, será un instrumento de bien. Satanás nunca gana, Yo vuelvo bueno, lo malo que él quiera producir contra vosotros. Alegraos pues, porque el tiempo de Gran Alegría se acerca. el tiempo en que Mi Hijo vendrá a Reinar entre vosotros, se acerca.
Así que seguid produciendo todo el amor que podáis en estos tiempos de Tribulación. El amor vencerá y esto es seguro Mis pequeños, porque Yo Soy vuestro Dios y Satanás no puede contra Mi Amor. No puede contra todo lo bello que Yo he puesto en vuestro corazón.
Porque cuando vosotros os movéis en el amor, os estáis moviendo de acuerdo a Mi Voluntad y Satanás no puede contra Mi Voluntad. Así que tened esto en vuestra mente y en vuestro corazón: alegraos, porque el tiempo está próximo de vuestra Gran Liberación.
Soy vuestro Dios y ¡Ay! de aquellos que han buscado la maldad atacando Mi Amor, atacando Mis Leyes, atacando lo que viene de Mí, porque a muchos de vosotros, más os valiera no haber nacido.
Atacasteis lo que a Mí Me dolía tanto, atacasteis a los pequeños, atacasteis a los débiles, a los pobres, a los que buscaban lo Mío y Mi Bien. Buscasteis la maldad y la Maldad os aplastará. Os creísteis grandes entre los hombres, os sentisteis poderosos, queríais que os reverenciaran vuestros hermanos y lo lograsteis.
¡Pobres de vosotros! Mucho dolor tendréis en el Reino del Castigo que no se terminará nunca para vosotros. Maldad buscasteis y quisisteis con ella destrozar a vuestros hermanos. Ellos oraban por vosotros y vosotros no quisisteis reaccionar, vosotros mismos buscasteis vuestra destrucción y lo lograsteis.
Satanás estaba con vosotros, le escuchasteis a él y os llevó a vuestra destrucción eterna. Quisisteis destruir lo más grande que os dejé en la Tierra, Mi Iglesia, Mi Palabra, el Alimento Divino, del cual os debíais alimentar todos vosotros, para que crecierais a niveles altísimos de espiritualidad.
Quisisteis destruir lo Divino, ¡Qué tontos sois, Mis pequeños!, ¡Qué tontos!, en lugar de aprovechar el Alimento Divino, lo pisoteasteis, lo ultrajasteis, ¡Pobres almas sacrílegas! Mi Sangre, que pisoteasteis, ¡Os condenará!
Mi Iglesia, el regalo más grande, también ultrajada. En ella, traiciones, maldad, asesinatos, muerte, Yo no puse la Iglesia entre vosotros para que la tratarais así, era ejemplo para todos vosotros y la utilizasteis como arma de escándalo, para que muchos perdieran la Fe.
¡Ay! de vosotros, altos prelados de Mi Iglesia, que utilizasteis los puestos altos, no para dar buen ejemplo y enseñanza, sino para ser causa de escándalo y de destrucción espiritual a las ovejas que debierais guiar y ayudar a crecer.
En lugar de buscar el bien, os aprovechabais de vuestro puesto, para aprovecharos de los inocentes, de los pequeños, de los indefensos, a lo largo del tiempo desde que ésta fue fundada por Mi Hijo. Ciertamente, Satanás siempre quiso destruir Mi Iglesia e introdujo personajes destructivos, como los que tenéis ahora.
Pero la Promesa de Mi Hijo, es que ésta va a perdurar hasta el fin del Mundo, más ¡Pobres de aquellos que la ultrajaron! Son ésas almas que más les valiera no haber nacido porque su mal ejemplo, destruyó la espiritualidad de muchas buenas almas. Ningún alma mala quedará impune.
Conozco vuestros corazones, conozco vuestras acciones. Y aunque os escondáis en las profundidades, Mi Justicia Divina os alcanzará.
Mucha maldad se ha desatado y en eso la gran mayoría de la humanidad ha contribuido a que ella creciera. Y en lugar de orar, de respetar Mis Leyes, de producir amor; preferisteis darle gozo a vuestro cuerpo, a vuestras pasiones y hacer a un lado Mi Amor. Ahora estáis viendo las consecuencias y aún así no os arrepentís.
Muchas oportunidades le he dado al género humano para que repare y reconstruya; pero no, se han desviado como el pueblo antiguo. Pueblo escogido de Mi Corazón y que Me traicionó, como ahora lo estáis haciendo la gran mayoría de vosotros; por no decir todos, en mayor o en menor grado,
Por eso, aceptad como penitencia lo que estáis padeciendo y padeceréis. Os lo merecéis y vosotros mismos lo sabéis.
Llorad vuestros pecados, llorad vuestra maldad, arrodillaos. Y quizá, eso os ayude a que Yo tenga Misericordia de vosotros y disminuya los dolores que os merecéis. Prácticamente nadie puede elevar sus ojos hacia Mí y verMe con mirada pura, santa, sin pecado, sin falta grave,
Sois pecadores y la gran mayoría de vosotros no habéis buscado la santidad de vida que os haría bellos ante Mis Ojos, agradables a Mi Mirada.
Os amo, Mis pequeños, os amo demasiado… Pero mucho mal Me habéis causado y ésta es la hora de Mi Justa Justicia.
Llorad vuestros pecados y haced penitencia, para que obtengáis Mi Misericordia.
Reflexionad y aceptad que Mí Santo Espíritu de Amor os guíe hacia la Verdad y a la Luz Verdadera de Mí Camino al Reino Celestial.
Os amo y bendigo, en VUESTRO ARREPENTIMIENTO Y AL RECIBIROS COMO AL HIJO PRÓDIGO en Mí Santo Nombre en el de Mí Hijo Jesucristo y en el del Paráclito de Amor. Recibid todo el Amor de Mí Hija la Siempre Virgen María.
P52 JUSTICIA CON MISERICORDIA
MI MISERICORDIA ES GRANDE PERO MI SEVERIDAD TAMBIÉN LO ES
19.02.1993
Paz Mi bienamada. ¿Eres tú una Conmigo?
Haz mi espíritu uno con Tu Espíritu. Sólo Tú puedes hacerlo, Señor
Me alegra ver que estás consciente de tu nada y que sin Mí tú no puedes hacer nada. Apóyate en Mí y Yo atraeré tu alma a Mí. El Amor está cerca de ti y Mi Espíritu está sobre ti.
Permíteme ahora que continúe el Mensaje de ayer
Escúchame: Diles que la Misericordia y la Cólera Me pertenecen por igual a Mí, Quien soy Poderoso para perdonar y para derramar Ira.
Mi Misericordia es grande, pero Mi Severidad también lo es. (Dios me pidió que escribiera el pasaje de Eclesiástico 16: 11-13)
- Aunque fuera uno solo el de dura cerviz, sería asombroso que quedara impune. Pues misericordia e ira están con El, tan poderoso en perdón como pródigo en ira.
- Tan grande como su misericordia es su severidad, según sus obras juzga al hombre.
- No escapará el pecador con su rapiña, ni quedará fallida la paciencia del piadoso.
¿Ves, hija? Pronto voy a revelar Mi Justicia también.
Mi Plan tiene un tiempo determinado. Mis llamados Misericordiosos tienen también un tiempo determinado.
Una vez que este tiempo de Misericordia se termine, mostraré a todos; buenos y malos, que Mi Severidad es tan grande como Mi Misericordia, que Mi Ira es tan potente como Mi Perdón.
Todas las cosas predichas por Mí, van a pasar rápidamente ahora. Nada puede ser quitado de ellas.
Te he hablado de la Apostasía. La Apostasía que ató 1 las manos de Mis mejores amigos, desarmándolos a causa de su velocidad y su medida.
¿No he dicho acaso que los cardenales se opondrán a los cardenales, cómo los obispos irán contra los obispos y que muchos andan por el camino de la perdición?
En su batalla sin fin, han debilitado Mi Iglesia.
Hoy día este espíritu de Rebelión crece dentro de Mi Lugar Sagrado.
¿Recuerdas la visión que te di de víboras arrastrándose sobre los Santos Sacramentos del Altar?
¿No te he revelado cuántos de ellos se oponen a Mi Papa?2
¿Y cómo lo hacen a un lado? 3
Yo te he dado ya cuenta detallada de la Rebelión dentro de Mi Iglesia. 4
Mi fiel amiga, permíteme terminar aquí. Continuaremos más tarde. Permanece junto a Mí y compláceme.
1 Significa que están imposibilitados 2 El Papa Juan Pablo II 3 En el mensaje anterior 4 En los Mensajes de 12 de septiembre de 1990, 2 de junio de 1991, 6 de junio de 1991, 16 de julio de 1991, 16 de julio de 1991
DÍA DE LA DIVINA MISERICORDIA
27 DE ABRIL DEL 2014
Amado Pueblo Mío:
En este día en que mi Iglesia conmemora la Fiesta de mi Misericordia, las Puertas de mi Corazón Misericordioso permanecen abiertas a la espera de los que deseen acercarse a recibir las gracias especiales que de mi voluntad se desprenden.
Mi Misericordia no se cierra jamás cuando una criatura Mía viene con corazón contrito y humillado y con firme propósito de enmienda ante MÍ.
Por más de dos mil años he permanecido acudiendo a la humanidad, llamando con insistencia y sin descanso…
Buscan Mi Presencia en el mundo y sus deleites; no la encontrarán ahí.
Buscan Mi Presencia en las cosas simples que dan felicidad y aliento por unos minutos; no la encontrarán ahí.
Amada Mía, ¿Sabes cómo me buscan las criaturas humanas?
Creo que lo que miran sus ojos, eso les da seguridad; a Ti no te miran.
Yo llamo a los pequeños y sencillos, a los fuertes, a los poderosos del mundo, A TODOS LLAMO PARA PERDONARLES, AUN A LOS MÁS CULPABLES.
Yo no necesito de los hombres, Mi Gloria y Mi Reino no pueden ser reducidos por ninguna criatura. Pero si no es por medio de la Cruz, no se llega hasta Mí,
Y LOS HOMBRES LE TEMEN A MI CRUZ Y LA DESPRECIAN.
Cada uno lleva una cruz personal, si la deja en el camino y continúa sin ella, es señal de que no desea caminar a Mi lado. (Al abandonar la Cruz de Jesús, tomamos la Cruz del Mundo y el Sufrimiento es mucho más grande)
Amada, ¿Sabes si todas las criaturas humanas Me aman?
Desearía responderte afirmativamente, Señor; pero no todos te aman.
YO COMO REY, LES PREGUNTO A MIS HIJOS:
¿QUÉ LES HE HECHO PARA QUE NO ME AMEN?
Conozco la respuesta: los padres en el hogar no hablan de Mí.
EN MIS TEMPLOS SE ESCUCHA SÓLO DE MI MISERICORDIA Y EL HOMBRE CRECE PENSANDO QUE SOY UN DIOS SORDO Y MUDO
Por lo que se entregan al placer sin reparos, ofendiéndome sin medida, despreciando Mi Misericordia;
PORQUE NO DESEAN ENMENDARSE
Y en la otra vida sufrirán el poder de Mi Justicia Divina, pero antes sufrirán el haberme despreciado.
Esperaban en este instante un llamado de total complacencia…
PERO MI MISERICORDIA ES TAN INFINITA
QUE EN ELLA SE ENCIERRA EL LLEVARLES POR EL SENDERO DE LA VERDAD.
QUIEN NO CARGUE SU CRUZ Y ME SIGA, NO TRANSITA MI MISMO CAMINO.
Es un día de gozo y luego, ¿Qué será?…
Todos llegarán a su Monte Calvario y algunos levantarán la Cruz.
Otros la habrán dejado en el camino, inclusive los que me sirven en el Altar.
Amada, ¿Será la humanidad consciente de la Redención?
Señor Mío y Dios Mío… ¡Cómo herirte más con una respuesta!
Miro a la Tierra y Ella misma agoniza; miro al hombre cómo agoniza; miro a Mi Iglesia y la miro agonizante.
Tantos de Mis hijos han dejado Mi Cruz en el camino para entregarse a lo fácil, a los que no me aman y desean oscurecer Mis Leyes y Preceptos.
Lo que Mi Iglesia sufre, NO ES más de lo que padecí Yo
Y NO ES MÁS QUE MI SUFRIMIENTO…
Tantas criaturas cerca de Mi Iglesia por apariencia… Me hacen sufrir más.
Tantas malas interpretaciones a lo que no es para interpretar, sino para obedecer… Me hace sufrir más.
¡Cuántos denigran a Mi Iglesia…! Y Me hacen sufrir más.
¡Cuántos la azotarán hasta dividirla…! Eso me hace sufrir.
MI IGLESIA TRIUNFARÁ, AL FINAL TRIUNFARÁ;
ANTES DE ELLO HABRÁ DIVISIÓN Y ME HARÁN SUFRIR,
YA QUE MIS MÁS GRANDES ENEMIGOS ESTARÁN DENTRO DE ELLA.
Una separación será necesaria para que miren en su conciencia el mal y a la vez el bien que deben seguir…
Llamo a Mi Pueblo a ser firme y a no separarse, LAS PRUEBAS PROVIENEN DE LOS HOMBRES y del mal que ha tomado las almas, dándoles un dios que no soy Yo, que les complacerá con las más bajas bestialidades.
La misma Naturaleza se muestra agotada y se pone en contra del hombre.
Yo busco reposo en los Míos, en Mis fieles, en los que permanecen llevando Mi Cruz y NO se separan de Ella.
Mi Misericordia busca al hombre, le llama, le suplica…
Pero éste sale a Mi encuentro con el mal. Prepara guerras que emergerán en instantes, los Pueblos se debaten en encarnizadas luchas que se esparcen por todo el mundo.
Los antiguos sufrimientos de las generaciones pasadas no serán otra cosa que el preludio de lo que vendrá…
MI JUSTICIA NO ESPERA MÁS,
Necesito buscar al hombre que se me oculta.
EL HOMBRE NO DESEA MI MISERICORDIA QUE LE BUSCA INCESANTEMENTE
Y YO NO DESEO PERDER A MIS CREATURAS;
ASÍ QUE VENGO CON MI JUSTICIA A RESCATAR ALMAS.
El hombre es obstinado y cuando llego frente a él y miro su debilidad y su resistencia a Mí, miro que es necesario tocarle,
SÍ,
tocarle en aquello que necesita para subsistir, hasta que bajo un castigo, regrese a Mis Brazos.
No así los que se hayan amparado bajo el total dominio del Mal;
éstos reniegan contra Mí y se sumergen más en el fango, alejándose de Mí.
PERO YO VENGO A RESCATAR A LOS MÍOS. Amada, ¿Sabes cómo sufro?
Sí, mi amado, lo sé…
Me duelo por la humanidad sufriente QUE NO ME PERMITE INTERVENIR,
ha colocado una barrera entre ellos y Yo.
Mi Cruz la miro a un lado de algunos que no la aceptan,
MIS LEGIONES LA RECOGEN Y LA BESAN,
Caminan al lado del hombre, esperando el instante en que éstos recapaciten, retornen y la tomen.
Pero el mundo ofrece distracciones y acalla los lamentos con bebidas que embriagan y canciones que nublan la mente
Y DOBLEGAN EL ESPÍRITU HACIA EL MAL, ACTUANDO EN MI CONTRA.
YO encontraré los medios para establecer nuevamente Mi Reino en medio de las criaturas.
MI MISERICORDIA NO ENCONTRARÁ DETENTES, SINO SE DERRAMARÁ SOBRE TODOS MIS HIJOS CON REGOCIJO
Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO Y YO SERÉ SU REY
Oren amados Míos, Mi Misericordia solicita oración por Japón, se estremecerá la tierra.
Oren en Mi Misericordia por Chile.
Oren en Mi Misericordia por Estados Unidos, padecerá por la Naturaleza.
EL QUE ACUDE A MI MISERICORDIA, ENCUENTRA EL GOZO POR ADELANTADO
Les Bendigo.
Su Jesús
16 DE MARZO DEL 2014
Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado, les bendigo.
He venido hacia ustedes a traerles mi palabra y mi amor…
¿Adónde caminas, humanidad?
¿Hacia dónde caminas, sola y abandonada; sin el Amor de Mi Hijo y despreciando el Amor de esta Madre? ¿Por qué no atienden Mis Llamados?
¿Será hasta que, totalmente socavados por las mismas manos de Satanás, se arrastren por tierra y puedan levantar la mirada hacia el Cielo?
Amados hijos, a ustedes llamo. A ustedes, que dicen amarme; a los que sienten amarme, a los que se entregan constantemente a Mi Hijo y a Mí. A ustedes clamo para que despierten en este instante y no esperen otro.
La humanidad sucumbe. En un abrir y cerrar de ojos ante las manos de aquellos que utilizando el poder que se les ha dado a través de ustedes mismos, surcan los límites que aún el hombre ni siquiera puede imaginar.
El sufrimiento para la humanidad está YA en las puertas y todo aquel que se proclame hijo Mío, debe ser obediente a los Llamados de Mi Hijo y a Mis Llamados.
Sufro, sí. Sufro como Madre de la Humanidad. Sufro por los que me aman y sufro por aquellos que no me aman.
TODOS SON MIS HIJOS Y POR TODOS INTERCEDO CONSTANTEMENTE.
Amadísimos Míos, se acerca la Gran Oscuridad a la Tierra y el hombre en su ignorancia dirá que los fenómenos de la Naturaleza están haciendo gala, pero no es así.
Es al contrario; la Naturaleza cierne su implacable poder, sobre todas las Naciones de la Tierra.
La purificación no se hace esperar y…
¡AY DE AQUELLOS DE MIS HIJOS QUE ESPEREN EL ÚLTIMO INSTANTE PARA CONVERTIRSE!
Porque todo se dará sin dar previo aviso, llegará sin ser esperado y aquellos que esperen el último instante, no lo tendrán.
Porque ante la dureza de la Purificación, el clamar misericordia será olvidado por el hombre; que ya será sumamente temeroso ante lo que mira.
Hijos, el Cielo arderá al igual la Tierra y junto con el Cielo arderán pareciendo uno sólo.
Y sólo aquellos que se han consagrado a Mi Corazón Inmaculado y que viven entregados a la voluntad divina; sólo ellos serán luces que continuarán por Voluntad Trinitaria aquí en la tierra, para guiar al resto santo.
Amado Pueblo Mío, ¿Hacia dónde te diriges? ¿Al despeñadero…, Sumido en lo mundano y pecaminoso?
Yo les alerto, les prevengo como madre amorosa y desprecian mis llamados.
¡Ay de aquellos que nieguen la Palabra de Mi Hijo!…
¡Ay de aquellos que nieguen Mi Palabra!…
¡Ay de aquellos que tratando de desvanecer esta Verdad que les transmito, injurien y calumnien a Mis verdaderos instrumentos!
Oren amados Míos, oren por España; el agua le purificará.
Oren hijos Míos, oren por Medio Oriente; el dolor causará estragos, LA GUERRA NO SE HACE ESPERAR.
Hijos míos, a quienes recibí al pie de la cruz de mi hijo; por ustedes vengo a ofrecerles mi intercesión; porque no deseo que ninguno de mis hijos se pierda.
¡Oh Gigante, que has tomado en tus manos el destino de la humanidad; soplarás y derribarás a Mis hijos, a aquellos que aún permanecen tibios!
¡Oh Gigante, que te has levantado y has nacido de la mala voluntad del hombre!
¡Oh energía nuclear, flagelo de los Pueblos y de la humanidad; cómo padecerán Mis Hijos por tu causa!(1)
Llamo a todo aquel, que de una u otra forma, ha sido partícipe en la creación de este gran monstruo, de este flagelo; de este pecado tan grande, como es la energía nuclear.
Les llamo a los partícipes de ello a doblar rodillas y a mirar hacia lo alto. Arrepiéntanse, ya que ustedes mismos no tienen noción de la devastación que causarán, del dolor y los estragos que causarán hacia todo el género humano.
¡Oh hombre de ciencia que te has separado del verdadero camino; ¿Cómo has osado utilizar el bien que Dios te ha provisto para masacrar a millones de inocentes?
Oren, Pueblo Mío. Oren por las grandes Naciones para que la Mano de Mi Hijo logre ablandar los corazones de los gobernantes y estos cambien de parecer.
MANTÉNGANSE ALERTA. NO DESCUIDEN NI UN INSTANTE EN EL EXISTIR DE SUS VIDAS,
YA QUE EL ENEMIGO DEL HOMBRE SATANÁS; SE HA LANZADO Y SE LANZARÁ AÚN MÁS SIN PIEDAD,
CONTRA EL PUEBLO DE MI HIJO.
ACUDAN A MÍ, Yo les mantendré bajo Mi Regazo. Mi Manto será salvación para ustedes y Mi Vientre es Sagrario en donde permanecen todos aquellos que fielmente se han entregado a Mi Hijo.
NO TEMAN A MI HIJO,
Teman al hombre despiadado e inconsciente, teman al hombre de poder que no esperará para demostrar su fuerza ante toda la humanidad.
NO TEMAN A MI HIJO, acérquense a Él, entréguense a Él y penetren en mi Vientre Materno,
Que éste como Sagrario de cada uno de ustedes, sólo espera que por propia voluntad se adentren para resguardarles.
Aquel que clama, no será jamás abandonado.
Mis legiones descenderán para proteger al pueblo fiel.
Bendigo una vez más este lugar que me acunó, bendigo a cada uno de ustedes y desde aquí, bendigo a toda la humanidad.
Continúen obedeciendo y preparándose, que la carne es débil y no deben permitirle que se separe de Mi Hijo.
Aquí permanezco ante cada uno de ustedes…
Elegidos míos, amados míos; sean conscientes de que el tiempo es un instante y que Mi Hijo es el Dueño de todo cuanto existe.
No declinen, caminen firmes y presurosos, sin obviar ninguno de Mis Clamores dirigidos hacia ustedes.
Les bendigo, permanezco frente a ustedes, tan sólo denme la mano.
Intercedo ante Mi Hijo en este instante por ustedes, a quienes he traído dentro de Mi Corazón, a este Mi Lugar.
(1) PROFECÍAS SOBRE LA ENERGÍA ATÓMICA…
http://www.revelacionesmarianas.com/luz_de_maria.htm
ABRIL 14 DE 2014 – 8:10 A.M.
LLAMADO URGENTE DE MARÍA ROSA MÍSTICA A LOS HIJOS DE DIOS
Hijitos de mi Corazón, que la paz de Dios esté con vosotros.
Los virus que los científicos al servicio de mi adversario están creando en los laboratorios, muy pronto se esparcirán en el aire y traerán grandes pandemias que diezmarán la población mundial.
Las naciones tercermundistas, llamadas así por los reyes de este mundo, serán diezmadas en su población y después de la guerra serán sometidas por el Nuevo Orden Mundial.
Todas sus riquezas naturales pasarán a las naciones cuyos reyes le sirven a mi Adversario.
Vosotros los hijos del continente de la esperanza, seréis sometidos por la gran Babilonia de estos últimos tiempos. Vuestras tierras serán usurpadas, confiscadas y pasarán a formar parte de su territorio. Los habitantes que queden en estas naciones serán sometidos y esclavizados como en el tiempo del rey Nabucodonosor.
La Gran Guerra será aprovechada para traer el caos a las naciones y diezmar gran parte de la humanidad.
Hijitos, acordaos de las medicinas naturales y recomendaciones que os enviamos a través de nuestro instrumento Mary Jane Even, tenedlas muy presentes para cuando se desate la pandemia, porque salvarán muchas vidas.
Ya todo está listo y planeado por los reyes de este mundo para dar comienzo al reinado de esclavitud y muerte con el cual comenzará el tiempo final de mi Adversario.
Hijitos, una gran computadora llamada la Bestia está procesando información de toda la humanidad; todo esto tiene como fin dar comienzo a la implantación del Microchip, el cual dividirá a los habitantes de la tierra.
Unos pocos permanecerán firmes y fieles a Dios, la inmensa mayoría le guardará fidelidad al príncipe de este mundo y se dejará marcar con el sello de la bestia para conservar y disfrutar de sus bienes materiales.
Su soberbia, ambición y negación de Dios, les hará perder el alma; gozarán tres años y medio que es el tiempo del último reinado de mi adversario; al pasar este tiempo la justicia divina los borrará de la faz de la tierra y serán paja que arderá eternamente.
Preparaos hijitos para la llegada del Microchip, la marca de la bestia; ya sabéis que este es el sello con el cual mi adversario marcará su rebaño.
Por ningún motivo os dejéis marcar vosotros; más vale morir que perder el alma.
El cielo no os abandonará, el maná de cada día mi Padre os enviará; sólo tened fe y confianza en el Señor; permaneced unidos en la oración y en el amor y nada os hará falta.
Vuestra Madre os guiará y mostrará el camino a seguir cada día. No temáis mis hijitos, mi Padre en vuestro paso por la eternidad, va a instruir a muchos instrumentos para que al regresar a este mundo os guíen en los días de la Gran Tribulación.
En cada uno de mis cenáculos habrá un instrumento que recibirá instrucciones con el rezo de mi Santo Rosario y yo, vuestra Madre os guiaré en medio de la oscuridad de aquellos días.
Mi Santo Rosario es la brújula que os guiará a las puertas de la Nueva Creación.
Confiad y orad intensamente desde ahora para que os vayáis preparando para esos días donde sólo la oración preferiblemente en cadena, será vuestra fortaleza y protección.
El que se aparte de Dios y de la oración, perecerá; el que salga a la calle sin la Armadura Espiritual puesta, correrá el riesgo de ser atacado por las fuerzas del Mal y su vida estará en peligro.
Todo aquel que se enfrente a estas fuerzas espirituales malignas sin contar con la protección del cielo, será derrotado y podrá perder su alma.
Acatad pues hijitos estas instrucciones para que no tengáis de qué lamentaros.
Vuestra Madre que os ama, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
ABRIL 3 DE 2014 – 2:30 P.M.
LLAMADO URGENTE DE MARÍA SANTIFICADORA AL PUEBLO DE DIOS
Hijitos, que la paz de Dios y el amor de esta Madre, permanezca siempre con vosotros.
Los emisarios del mal aquí en la tierra muy pronto desencadenarán el Armagedón. La guerra dará comienzo a la gran batalla espiritual y el pueblo de Dios, será purificado.
En medio de la Purificación mi Padre os enviará el Aviso, para que podáis resistir los tres años y medio del reinado del Anticristo.
No temáis hijitos, yo vuestra Madre, cuidaré del rebaño de mi Hijo para que ninguna oveja se me pierda. No os entristezcáis mis niños. Los días serán de prueba, pero si vosotros acudís a mi protección maternal, nada os pasará; porque yo os protegeré e intercederé ante mi Padre, para que esos días os sean más llevaderos.
Tened puesta la Armadura Espiritual y cubríos con el poder de la Sangre de mi Hijo, para que podáis sobrellevar los días de purificación y podáis enfrentar las fuerzas del mal que buscan haceros perder.
Hijitos, mi Adversario os está dividiendo y confundiendo con sus mentiras; creando dudas en la mente de mis niños para que se aparten del camino de la salvación. Está atacando la Devoción a la Preciosísima Sangre de mi Hijo y la Armadura Espiritual; haciéndole pensar a mis hijitos que estas devociones no vienen de parte de Dios. ¡Cuidado hijitos os dejáis engañar!
Acordaos lo que dice la Palabra de Dios: Surgirán falsos mesías y falsos profetas y harán grandes señales y prodigios y engañarán a muchos, incluso a muchos de los elegidos. (Mateo 24, 24).
No prestéis pues atención a esas mentiras, ni os dejéis confundir; porque todo esto hace parte del plan de mi Adversario y sus agentes terrenales, para dividir al pueblo de Dios y hacer perder aquellas ovejas cuya fe no es firme.
Mi adversario detesta la Armadura Espiritual porque sabe que es la coraza protectora del pueblo de Dios y ataca la Devoción a la Preciosísima Sangre de mi Hijo; porque la Sangre de mi Hijo lo derrotará nuevamente en estos últimos tiempos y os dará la libertad.
Tened esto muy presente y por ningún motivo pongáis en duda el poder que Dios os da a través de la Armadura y Sangre de su Hijo.
Leed a Mateo 24, donde mi Hijo le habla a sus discípulos sobre este Fin de los Tiempos; leed la Palabra de Dios para que permanezcáis firmes en la fe y mi adversario no pueda inyectaros el dardo venenoso de la duda, que tanto daño y confusión está creando en el rebaño de mi Hijo.
No juzguéis, ni condenéis a vuestros hermanos; porque bien sabéis que son ataques de mi Adversario, el cual está atacando a todos aquellos instrumentos del Señor a los cuales se les ha encomendado misiones.
Sed humildes y no os ataquéis los unos a los otros; porque eso es lo que quiere mi Adversario; comportaos como verdaderos hijos de Dios y tendedle la mano a vuestros hermanos que han sido atacados en la fe, para que puedan volver a levantarse y continuar con la misión que se les ha encomendado.
Ánimo mis niños, porque bien sabéis que mi Adversario es astuto y conoce vuestras debilidades; por eso debéis de estar atentos y vigilantes, orando a todo instante, para que los dardos incendiarios del Maligno no puedan haceros daño.
Acordaos de lo que dice la Santa Palabra de Dios: muchos últimos serán primeros y muchos primeros serán últimos (Mateo 19, 30). Permaneced en el amor de Dios y acatad las instrucciones que os estamos enviando a través de nuestros mensajeros.
Comparad los mensajes con la Palabra de Dios y así sabréis cuáles son del Cielo y cuáles son de mi Adversario.
Hijitos, mucho cuidado, porque la Nueva Era es la piel de oveja de mi Adversario con la cual se está cubriendo para engañaros. Todo mensaje que hable de energías o fuerzas cósmicas, no viene del cielo.
¡Cuidado con la Angelología, porque muchos se están perdiendo por abrirle la puerta a ángeles que no son del cielo! Hay miríadas de Arcángeles y Ángeles en el cielo; pero tened en cuenta, que sólo os hemos dado a conocer a los Arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael…
Por lo tanto, no invoquéis a otros Arcángeles y Ángeles de luz; porque son de la Nueva Era al servicio de mi Adversario. ¡Despertad pues mis niños, que los hijos de la oscuridad, no sigan siendo más listos que los hijos de la luz!
Vuestra Madre que os ama. María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
MARZO 19 DE 2014 – 8:10 A.M.
LLAMADO DE JESÚS EL BUEN PASTOR A SU REBAÑO
Paz a vosotras, ovejas de mi grey.
Se está acercando la noche de mi justicia y ya no habrá marcha atrás; el acortamiento de los días cada vez es más notorio; la duración del tiempo está llegando a su límite y la inmensa mayoría de la humanidad parece que no ve estas señales.
El tiempo se está acortando como está escrito y la humanidad continúa en su cotidianidad; muchos siguen adormecidos y no van a poder despertar.
El Gran conflicto Bélico entre las Naciones está tocando a la puerta. En cualquier momento se desatará.
El Jinete de la Muerte y de la Hambruna se aproxima y viene a descargar su copa de dolor sobre los habitantes de la tierra.
Días aciagos para la humanidad están por comenzar y no tienen reversa; la humanidad conocerá la justicia de mi Padre y sabrá que Dios es misericordioso y justo y da a cada cual según sus obras.
La paz de los hombres está por romperse y traerá nefastas consecuencias para la creación y la humanidad; la soberbia, el ansia de poder y expansionismo de los reyes de este mundo serán los causantes de esta tragedia que enlutará la tierra y sus habitantes; dejando huellas imborrables de dolor, hambruna, pestes y muerte por toda la creación.
Será el hombre con su tecnología de muerte quien desatará la justicia divina. Su tecnología de destrucción se esparcirá por toda la creación y nadie estará seguro en ningún lugar. El gran conflicto bélico será aprovechado para disminuir la población mundial; el cielo de muchas naciones será fumigado con la muerte silenciosa y habrá dolor y llanto por doquier. ¡Pobre humanidad, no sabe lo que les espera!
La Guerra todo lo desestabilizará y el caos y la anarquía se apoderará de las naciones. El Dragón rojo del comunismo esparcirá su doctrina de dominio, persecución y muerte, sobre los habitantes de la tierra y junto con mi Adversario someterá a mi pueblo.
Rebaño mío, orad en cadena a nivel mundial, sólo la oración, el ayuno y la penitencia que hagáis, mitigará el curso de los acontecimientos que están por suceder.
Dedicad más tiempo a la oración, porque los días de la gran purificación están comenzando y sólo el poder de la oración podrá salvaros de la desolación y muerte que se aproximan.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
MARZO 25 DE 2014 – 8:45 A.M.
LLAMADO DE JESÚS DE LA MISERICORDIA A LA HUMANIDAD
Paz a vosotros, Rebaño mío.
La barca de mi misericordia ya está lista para partir y muchos no van a alcanzarla, porque como las doncellas necias dejaron todo para lo último y se están quedando sin boleto. El último llamado será mi aviso, por eso preparaos para que no os lamentéis cuando llegue la hora de dejar este puerto, porque ya no habrá marcha atrás.
Las tinieblas y la tempestad se aproximan y rayos de justicia caerán sobre la creación y sus criaturas; muchos insensatos van a perecer por no haberse acogido a mis llamados.
La tormenta está próxima, apresuraos y comprad el boleto de la misericordia, para que podáis entrar en la barca y presentaros ante el Capitán que ya se dispone a partir.
No deis más largas, ya no hay tiempo y es vuestra salvación la que está en juego; en cualquier momento se desatará la tempestad y todo se convulsionará y los que no estéis en la barca, pereceréis.
El jinete de mi justicia ya cabalga por la tierra y todo aquel que no tenga el salvoconducto de mi misericordia, será apartado de mí y se perderá eternamente. ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque la copa que viene a descargar mi jinete justiciero es de llanto, dolor, peste, guerra, hambruna y muerte…
Y ningún mortal podrá resistirla si está apartado de mí.
Rebaño mío, permaneced en la fe, que vuestra casa esté levantada sobre la firme roca, porque vienen grandes tempestades y todo se moverá; sólo permanecerán incólumes las bases de aquellas casas que estén afianzadas sobre la roca que soy yo y que tengan sus cerrojos reforzados con la oración.
El día de la gran poda está cerca y mis segadores ya están listos para recoger la cosecha; la cizaña será separada del trigo, será almacenada y puesta a secar para luego tirarla al fuego donde arderá eternamente.
Os hago un llamado a vosotros los que cosecháis la cizaña y os alimentáis del pecado; limpiad vuestros sembrados de toda cizaña y suciedad, antes de que empiece la poda para que podáis dar una buena cosecha y ésta sea del agrado del dueño de la mies y no tenga que rechazarla y tirarla al fuego.
¡Oh obreros ingratos que cosecháis la cizaña y recogéis por fruto la mala cosecha; vosotros los que sembráis lluvias y recogéis tempestad!
Venid y bañaros en la piscina del amor y la misericordia para que seáis aseados de toda mancha y podáis lucir el traje apropiado, porque el banquete está listo y el Rey de Reyes os está esperando en vuestro paso por la eternidad.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Salvador, Jesús de la Misericordia.
Dad a conocer mis mensajes, a toda la humanidad.
http://mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensajesrecientes.html
Jueves 20 de marzo de 2012 a las 21:42 hrs
Mi muy querida bienamada hija, el mundo está al borde de muchas guerras y estas tendrán muchas repercusiones en la velocidad en la que la Iglesia explotará.
Será durante unas negociaciones finales de paz – que tendrán lugar después de mucha carnicería y destrucción – que mucha gente se sentirá indefensa, sola, aterrada y sin ningún verdadero liderazgo.
Será a causa de los débiles lazos en el mundo político que el mundo estará en su máxima vulnerabilidad. Debido a esto, se levantará un temible ejército, de un tipo el cual jamás habrá sido visto antes.
A medida que el mundo se fragmente, también lo harán muchas iglesias.
Entonces, cuando todo parezca sin esperanza, un grupo unificado constituido por líderes políticos y líderes de Iglesias Cristianas; será creado bajo una organización mundial de la cual brotará una nueva abominación, una Única Nueva Religión Mundial.
Todos estos acontecimientos tendrán lugar por etapas.
Vuestro deber Mis queridos seguidores, es hacia Mí, tal y como Yo os guío. Porque solo hay un camino de paz y seguridad y ese es a través de Mí, Jesucristo.
Os guiaré a través de las espinas, el dolor y el horror de la Abominación del desconsuelo. Vosotros estaréis a salvo cuando vayáis sujetados a Mí.
Sé fuerte Mi querida hija, durante estas difíciles pruebas. Porque será a través de tu fuerza y tu coraje, que Yo seré capaz de mostrar el Camino de la Verdad. Cuando el mundo esté al revés a causa de la perversidad traída por el amor al poder y la corrupción, la cual dará lugar a estas guerras y después a la Gran Guerra.
Moveos deprisa y aseguraos que dedicáis vuestras vidas a la oración y para la protección de Mi Iglesia en la Tierra.
Mis Dones os protegerán a cada uno de vosotros y Yo siempre responderé a aquellos que me busquéis en este tiempo de gran agitación que se aproxima.
Cuando estos acontecimientos se desenvuelvan, Mi ejército en la Tierra aumentará.
Aquellos que se oponen a esta Misión me seguirán; porque para entonces ya no serán capaces de seguir negando la Verdad; cuando encuentren que ellos también sufrirán la persecución que afrontarán los Cristianos por todas partes.
Cuando tengan que sufrir el Reino del Dragón.
Su única esperanza será la de seguirMe, a su Jesús en esa etapa; ya que solo a través de Mí, serán ellos capaces de llegar al Reino de Mi Padre.
Vuestro Jesús
Lunes 13 de enero de 2014 a las 16:56 hrs.
Yo Soy Dios Padre. Yo Soy Quien Soy. Yo Soy vuestro Creador, el Alfa y la Omega.
Mi Queridísima hija, escúchame cuando te anuncio que Mi Intervención para evitar la destrucción de la raza humana está a punto de tener lugar.
CUANDO NO OÍS LA MALDAD, ESO NO SIGNIFICA QUE NO EXISTA.
Hay un acto perverso que está siendo planeado para incitar la Guerra, con el único objetivo que es destruir a cuanta más gente sea posible.
La capacidad del hombre de promulgar actos malignos contra Mis hijos, nunca ha sido tan grande.
La habilidad del hombre de producir tecnología nunca ha sido tan grande.
Pero se está abusando de este conocimiento a gran escala y los planes para controlar cada parte de vuestras vidas están en un estado avanzado.
Ellos, Mis enemigos; quieren controlar lo que coméis, bebéis y todo lo que hacéis por promover la Verdad, así como os la he dado.
Hasta el día que ellos controlen totalmente, vuestras finanzas y vuestra salud, no descansarán.
Mientras estos planes se van volviendo evidentes, ellos también se apoderarán de todas las religiones.
Debido a que tanta gente no cree en Mi Existencia, habrá poca oposición a sus retorcidos planes para arrebatarme las almas.
Cuando el hombre cree que puede desafiar a Dios, entonces realmente no sabe Quién Soy Yo.
Si no sabe Quién Soy Yo, entonces no sabe nada. Su corazón se ha endurecido, su intelecto nublado y su alma se ha hecho de plomo.
Aquel que se aparte a sí mismo de Mí, está perdido. Aquel que lucha contra Mí, con la intención de robar las almas de Mis hijos, está muerto para Mí y su destino condenado.
Yo intervendré ahora para detener esta terrible, perversa atrocidad que está a punto de ser perpetrada. Entonces, cuando Yo haya terminado, abriré vuestros ojos, moveré vuestros corazones* y os llenaré de asombro.
Pronto revelaré la Verdad; porque muchos de vosotros ya no creéis más en ella.
Yo Soy todo lo que es, y lo que será. Yo Soy vuestro Padre, Toda-Sabiduría, Toda-Visión, Todo-Amor Y Toda-Misericordia.
Yo Vengo a reunir a todos los creyentes. Mi Hora está pronta, al igual que la Misericordia de Mi Hijo está ya casi sobre vosotros.
Vuestro Bienamado Padre
Dios el Altísimo
* moveré vuestros corazones = conmover / tocar el alma
P28.- LA CLAVE DEL PERDÓN
Posted on 12/06/2013 by Y María del Getsemaní
(HABLA DIOS PADRE)
El Bien y el mal, Pequeña, son desapasionados (*). Es decir, quienes hacen el bien, lo hacen porque es lo que tienen en su corazón: Van por el mundo sembrando el bien, esparciendo el bien, dejando estelas de bienestar por todas partes.
Desgraciadamente en quienes no Me tienen en su almita,
Lo que no está lleno de Mí, está lleno por Satanás
y ellos de idéntica manera, van haciendo el Mal en todas sus múltiples formas y diversidad.
Cuando Mis Niños ENTIENDEN que el Mal no va contra uno en particular, sino que es lo que el Maligno hace,
entonces dejan de sentirse mal porque saben que se expusieron a la víbora y ésta muerde.
Cuando vosotros creéis que es personal (el mal que recibís) os llenáis de malestar
Y si no Me pedís que os lo saque del alma, (entregando a Jesús lo que sentimos)
como un veneno va recorriendo vuestro sistema circulatorio hasta que llega a vuestro corazón y lo envilece.
Aun así se puede sacar, pero debéis orar por ello y no daros nunca la oportunidad de elaborar ideas o fantasías como decís, en torno al mal.
El veneno, como el mal pensamiento, hay que quitarlo de tajo y no permitir que eche raíces en vosotros.
Si os quedáis con el veneno os volvéis como la serpiente que os envenenó y ESO ES LO QUE PRETENDE,
no es tanto hacerlos un daño físico o material, sino envenenaros, envileceros. ¿Lo podéis comprender?
Si vosotros no comprendéis esto, es fácil que os llenéis de odio y desconfianza por el mal que se esparce a vuestro entorno y derredor.
Con las calamidades que se os avecinan y con lo que ocurrirá en y con vuestras sociedades,
si no tenéis muy claro qué es el mal y cómo es eso. Lo que hace,
y lo tomáis personal,
os llenaréis de odio, de deseo de venganza y así es como el Maligno habrá ganado la batalla sobre vuestras almas.
Esto que os revelo es IMPORTANTÍSIMO.*1
Vosotros ya no sois parvulitos (**),
ya habéis estado en el mundo, ya os habéis caído y os habéis vuelto a levantar. Así que sabéis de qué Os hablo…
Porque éste atacará con más fuerza, así que
Os dejo advertido lo que habréis de hacer para que el Diablo no gane vuestras almas.
Siempre contáis con el auxilio del Cielo, pero deberéis solicitarlo.
Dicen que “Dios hace caer la lluvia y brillar el sol sobre buenos y malos”, que así sea vuestro corazón: Dad bendiciones, no os olvidéis de bendecir a todo y a todos los que os rodean,
dad la bendición a vuestros niños y si la serpiente os muerde, recurrid al Cielo para que os extraigamos el veneno en ese mismo instante.
No podéis esperar a “que ya pasará”, como decís.
NO PASARÁ, sino que se incrementará y en estos tiempos, más que en otros anteriores,
vosotros no sabéis a qué hora os tocará ser llamados a cuentas.
Guardad esta lección de amor en vuestras libretas o aparatos
y cuando os sintáis que sois víctimas de una maldad, de una injusticia, de un robo, de un acto que os dañe: Leed esto, recordad y pedid;
que sin esto, difícilmente lograreis seguir avante por el camino recto del Bien.
Esto os lo doy porque ya sois más grandecitos Mis Pequeños,
y podéis con esta herramienta que del Cielo Os Traigo para vuestro Bien y Salvación.
No dejéis de leer los Mensajes del Cielo porque es como Os vamos preparando y alertando.
Os Bendigo y Os amo, Mis Niños amados
Vuestro Padre Dios
(*) desapasionado, da. (Del part. de desapasionar). 1. adj. Falto de pasión, imparcial.
(**) párvulo, la. (Del lat. parvŭlus, dim. de parvus, pequeño).1. adj. Dicho de un niño: De muy corta edad. 2. adj. niño. U. m. c. s. 3. adj. Inocente, que sabe poco o es fácil de engañar. 4. adj. Humilde, cuitado.
HDDH
(Junio 07)
Año del Señor 2013
Y María del Getsemaní
1) Si vemos al prójimo que nos daña como un ser humano malvado que nos está lastimando y lo juzgamos; no lo podemos amar y perdonar.
Si vemos al ‘huésped que lo domina’ y valoramos su desgracia entendiendo que actúa así porque no tiene a Dios; comprendiendo el odio que Satanás nos tiene a ambos…
No solo podemos perdonarlo; también podemos amarlo compadeciendo su tragedia y la amargura que impulsa el odio con qué nos quiere destruir.
20.- LA TRAGEDIA DE JONÁS
Jesús camina al lado de Jonathás por un borde verde y lleno de sombra. Detrás vienen los discípulos.
Pedro se adelanta y pregunta a Jonathás:
– ¿Pero no es más corto el camino que va de Cesárea a Filipo? Hemos tomado éste y ¿Cuándo llegaremos? Tú con tu patrona, fuiste por aquel…
Jonathás explica:
– Con una enferma me atreví a todo. Pero recuerda que yo soy uno de la corte de Antipas. Y Filipo desde aquel incesto, no ve con buenos ojos a los de la corte de Herodes. No tengo miedo por mí. Pero no quiero que vosotros y particularmente el Maestro, tengáis molestias y os crean enemigos. La Palabra también es necesaria en la Tetrarquía de Filipo, así como en la Antipas. ¿Y si os odian, como podréis ir? Cuando regreséis podréis tomar aquel camino si os gusta…
Jesús dice:
– Alabo tu prudencia, Jonatás. Al regreso pienso pasar por tierras fenicias.
Pedro pregunta:
– ¿Crees que Filipo se vengaría con un siervo, del mal que le hizo su hermano?
Jonathás contesta:
– Sí, Pedro. Los dos son iguales. Los dominan todos los instintos más bajos y no hacen distinción. Créeme, parecen animales y no humanos.
– Y sin embargo a Él pariente de Juan, lo deberían de estimar. Juan habló a su favor, al hablar en Nombre de Dios.
– No os preguntaría siquiera de donde venís o quienes sois, si os viese conmigo. Si me reconociese o algún enemigo de la casa de Antipas, me señalase con el dedo, como procurador de ella, al punto seríais encarcelados. ¡Sí supieseis que fango hay detrás de los vestidos de púrpura! Ventas, injurias, delaciones, lujuria y robos: son el alimento de sus almas. ¡Bueno! Digamos así. Porque creo que ni alma tienen. ¿Lo veis? Juan tuvo un buen fin. Pero ¿Por qué fue liberado Juan? Por una venganza entre dos oficiales de la corte. Uno, para quitar de en medio al otro, a quien favorecía tanto Antipas, que tenía a Juan bajo su custodia… Por una suma, de noche abrió la cárcel… Drogó a su rival y a la mañana siguiente, el miserable perdió la cabeza en lugar del Bautista, que había escapado. Es una vergüenza. Te lo digo yo.
– ¿Y tú patrón aguanta? ¡Me parece un buen hombre!
– Lo es. Pero no puede obrar de otro modo. Su padre y su abuelo pertenecieron a la corte de Herodes el Grande. Y el hijo ha tenido que hacerlo por fuerza. No aprueba. Por eso mantiene lejos de esa corte de vicio a su mujer.
– ¿Y no podría decir: ‘Me causas asco’ e irse?
– Podría. Pero aunque es bueno, no es capaz de más. Eso significaría su muerte segura. Y ¿Quién quiere morir por honradez de espíritu llevada hasta su punto más sublime? Sólo un santo como el Bautista. Pero nosotros…
Jesús interviene:
– Dentro de poco tiempo, en muchos puntos de la tierra conocida, plantados como flores en un prado abrileño; habrá santos que serán felices de morir por esta honradez a la Gracia y por amor a Dios.
Pedro exclama:
– ¿De veras? ¡Oh! ¡Me gustaría saludar a esos santos y decirles: ‘Rogad por el pobre Simón de Jonás!
Jesús lo mira atentamente y sonríe.
Pedro le pregunta:
– ¿Por qué me miras así?
– Porque tú los verás cómo su ayudante. Y también los verás cuando a ti te asistan.
– Señor, ¿Qué quieres decir?
– Para llegar a ser la Piedra consagrada del Sacrificio, sobre la que se celebrará y edificará mi Testimonio.
– No entiendo.
– ¡Entenderás! – y volviéndose a todos, agrega- en verdad os digo que probaréis uno u otro suplicio. Por ahora es el de la renuncia a las comodidades, a los afectos, a los intereses. Después vendrá algo mucho más vasto que os ceñirá las frentes con una corona inmortal. Sed fieles. Todos vosotros lo seréis y obtendréis la gloria.
– ¿El Sanedrín o los judíos van a matarnos, porque te amamos?
– Jerusalén lava los umbrales de su Templo, con la sangre de sus profetas y de sus santos. Pero también el mundo espera ser lavado… Hay muchos templos de dioses horribles que serán en el porvenir, Templos del Dios Verdadero. Y la lepra del paganismo se lavará con el agua lustral, hecha con la sangre de los mártires.
Pedro se arroja a los pies de Jesús, exclamando angustiado:
– ¡Oh! ¡Dios Altísimo, Señor y Maestro! ¡Yo no soy digno de tanto! ¡Soy débil! ¡Tengo miedo al dolor! ¡Oh, Señor! Dame la fuerza. No me gustaría, Maestro avergonzarte con mi villanía.
– Levántate, Pedro mío. No tengas miedo. Todavía tienes mucho que caminar. Y vendrá la hora cuando lo único que querrás, será terminar el último trabajo y entonces todo tendrás del Cielo y de ti mismo. Yo te estaré contemplando admirado.
– Tú lo dices y yo lo creo. ¡Pero soy un hombre tan pobre!
De esta manera siguen caminando y pasan por los bosques de Líbano.
Pedro comenta:
– Estos lugares son muy hermosos.
Simón dice:
– Y no hace tanto calor.
Mateo añade:
– Con estos árboles, el sol molesta poco.
Juan pregunta:
– ¿De aquí fue donde llevaron los cedros del Templo?
Jonathás contesta:
– De aquí. Estos bosques son los que proporcionan la mejor madera. El patrón de Daniel y de Benjamín, tiene grandes bosques y muchísimo ganado. Los parten allí mismo y luego los transportan al valle por pasillos o sobre los hombros. El trabajo es difícil, cuando tienen que emplearse enteros, como sucedió en el Templo. Pero paga bien y tiene muchos trabajadores. Es un hombre bueno. No como aquel feroz de Doras. ¡Pobre Jonás!
Pedro dice:
– Pero, ¿Cómo es posible que sus siervos sean como esclavos? Yo le aconsejé: ‘Déjalo ahí plantado y vente con nosotros. Simón de Jonás siempre tendrá para ti un pan.’ Y me dijo. ‘No puedo si no me rescato’ ¿Qué historia es esa?
– Doras no es el único en obrar del modo siguiente: cuando ve que un siervo es bueno, lo lleva con astucia sutil hasta que lo convierte en su esclavo. Lo carga con deudas inmensas que no son verdaderas. Y cuando el pobre no puede pagar y la suma es crecida, le dice: ‘Eres mi esclavo por deudas’
Varios exclaman al mismo tiempo:
– ¡Oh!
– ¡Qué vergüenza!
– ¡Y es Fariseo!
– Sí. Jonás mientras tuvo ahorros, pudo pagar. Luego, en un año cayó granizo. En otro, sequía. El grano y la vid dieron poco. Y Doras multiplicó el daño por diez. Y después, otros diez más. Luego Jonás se enfermó por el mucho trabajo. Doras le prestó dinero para que se curara, pero quiso el doce por ciento y como Jonás no lo tenía, lo añadió a lo demás y pronto hubo una deuda tan grande, que lo convirtió en esclavo. Y nunca lo dejará que se vaya. Siempre encontrará pretextos, otras razones y otras deudas…
Jonatás está muy triste al pensar en su amigo.
Jesús dice:
– ¿Y tú patrón no podría…?
– Qué. ¿Hacer que lo trate como un hombre? Pero, ¿Quién se mete con los Fariseos? Doras es uno de los más poderosos. Creo que es pariente de Caifás el Sumo Pontífice. Una vez que Jonás fue apaleado casi hasta matarlo y yo lo supe; lloré tanto que Cusa me dijo: ‘¡Lo rescato para darte gusto!’ pero Doras se rió en su cara y no aceptó nada.
¡Eh! Ese desgraciado tiene los campos más ricos de Israel. Pero te juro que están abonados con la sangre y las lágrimas de sus siervos.
Jesús mira a Zelote y éste a Él. Ambos están afligidos.
Jesús pregunta:
– ¿Y el de Daniel es bueno?
– Por lo menos es humano. Exige pero no oprime. Y como los pastores son honrados, los trata con amor. Son los jefes del pastizal. A mí me conoce y me respeta porque soy siervo de Cusa y piensa que podría serle de alguna utilidad. Pero, ¿Por qué Señor es el hombre así de egoísta?
– Porque el Amor fue estrangulado en el Paraíso Terrenal. Pero Yo he venido a aflojar esa soga y a poner de nuevo vida en el amor.
– Ya hemos llegado a las posesiones de Eliseo. Los pastizales todavía están lejos. Pero a esta hora, las ovejas están encerradas en los rediles, por el sol. Voy a ver si están.
Y Jonathás parte a la carrera.
Después de algún tiempo, regresa con dos fuertes pastores, que literalmente se precipitan por la pendiente, al ver a Jesús. Cuando llegan junto a Él…
Jesús los saluda diciendo:
– La paz sea con vosotros.
Ellos dicen emocionados:
– ¡Oh! ¡Oh! ¡Nuestro Niño de Belén!
– Paz de Dios que has venido a nosotros, Bendito seas.
Y los dos se postran a sus pies. Como lo harían en el altar del Templo. Y lo adoran. Jesús dice:
– Levantaos. Os doy la bendición y soy feliz de hacerlo para que venga con alegría sobre quien es digno de ella.
– ¡Oh! ¿Dignos nosotros?
– Sí. Vosotros, siempre fieles.
– ¿Y quién no lo habría sido? ¿Quién puede borrar esa hora? ¿Quién podría mentir diciendo: ‘No es verdad lo que vimos?’ ¿Quién podría olvidar que Tú nos sonreíste por meses, cuando tú batías las manitas al sonido de nuestras flautas? ¡Y has venido hasta aquí para ver a estos pobres pastores!
Jesús sonríe y dice:
– A mis amigos. Ahora estoy contento. Os he encontrado a todos y no os perderé más. ¿Podéis dar hospedaje al Hijo del Hombre y a sus amigos? Hablaremos de Dios.
Ellos lo reciben con alegría y amor. Y los llevan a todos a una habitación cerca del redil.
Una semana después…
Cuando regresan, en Cesárea Marítima se encuentran con el pastor José, que le entrega tres pequeños rollos de pergamino y que Jesús desenvuelve y lee. Primero en voz baja y luego en alta:
“A mi amado Hijo, paz y bendición. Llegó a casa Isaac el pastor y me trajo de Bethania, estas dos cartas que te remito. Y me dijo Lázaro que condesciendas a su súplica. Amado Jesús, mi bendito Hijo y Señor; yo también tengo que pedirte dos cosas. Una, que me prometiste llamarme a mí, tu pobre mamá, para que la instruyas en la Palabra. La segunda que te pido, es que no vengas a Nazareth, sin avisarme’
Jesús de pronto deja de leer y va hacia donde están Santiago y Tadeo, los abraza estrechamente y dice: ‘la última luna llena Alfeo regresó al Seno de Abraham. Y el duelo de la ciudad fue grande.’
Los dos hermanos, lloran sobre el pecho de Jesús, que continúa: ‘a última hora te llamaba y te quiso tener. Pero estabas lejos. Y esto sirvió para consolar a María, que vio en ello el perdón de Dios. Y también debe servir para tranquilizar a los sobrinos.’
Jesús dice:
– ¿Oís? Ella lo dice. Y Ella sabe lo que dice.
Santiago suplica:
– Dame la carta.
– No. Te haría daño.
– ¿Por qué? ¿Qué cosa más penosa puede decir, que la muerte de un papá?
Judas Tadeo suspira diciendo:
– Que nos ha maldecido.
Jesús advierte:
– No. Ni esto.
Tadeo dice:
– Tú lo dices para no afligirnos. Pero así es.
– Lee entonces.
Y Tadeo lee:
‘Jesús, te ruego y también María, que no vengas a Nazareth, hasta que el duelo haya terminado. El amor que tenían los nazarenos por Alfeo, los hace injustos contra Ti y tu Madre llora por eso. El buen amigo Alfeo de Sara, me consuela y calma al pueblo. Ha causado mucho rumor lo que contaron Aser e Ismael, de la mujer de Cusa. Pero por ahora Nazareth es un mar agitado por vientos contrarios. Te bendigo Hijo mío y te pido paz y bendición en mi alma. Paz a los sobrinos. Tu Mamá.’
Los apóstoles comentan y consuelan a los dos hermanos que lloran.
Pedro pregunta:
– Y ¿Éstas no las lees?
Jesús asiente con la cabeza. Y tomando las cartas, llama a Simón Zelote. Leen juntos en un rincón. Discuten entre sí. Zelote trata de persuadir a Jesús, pero no lo consigue…
Y Jesús con los rollos en la mano, dice:
– Oíd, amigos. Todos somos una familia y no hay secretos entre nosotros. Oíd lo que escribe Lázaro de Betania:
“Al Señor Jesús, paz y bendición. Y paz y salud al amigo Simón.
Recibí tu carta y cual siervo tuyo he puesto todo mi empeño; mi grano de arena con todos los medios disponibles, para contentarte y tener la honra de no ser un siervo inútil. Fui a la casa de Doras, a su castillo en Judea; a rogarle que vendiese al siervo Jonás, como Tú deseas. Confieso que si Simón, amigo fiel. No me hubiera dicho que me lo pedía por Ti, no habría visto la cara de ese burlón, cruel y nefasto chacal. Por Ti, Maestro mío y amigo, me siento capaz de enfrentar aún a Mammón, porque pienso que quien trabaja por Ti, te tiene cerca y por lo mismo está protegido. Y ciertamente no me ha faltado la ayuda, porque contra toda previsión, gané.
La discusión fue dura e indignas las repulsas. Tres veces tuve que inclinarme ante ese poderoso carnicero. Luego me dijo que esperara varios días. Al final he aquí la carta que me envió y digna de esa serpiente. Yo casi me atrevía a decirte: ‘Deja tu propósito, porque él no es digno de Ti’ pero no hubo otro modo y acepté en tu Nombre y firmé. Si hice mal, repréndeme. Pero créeme, busqué el mejor medio para servirte y que tenía a la mano. Ayer vino un discípulo tuyo judío, diciendo que venía en tu Nombre a saber si había noticias que llevarte. Se llama Judas de Keriot. Pero preferí esperar a Isaac, para darle la carta. Me extrañó que hubieses mandado a otro, sabiendo que cada Sábado, viene Isaac a mi casa, para descansar. Tengo otra cosa que añadir. Tan solo te ruego al besar tus santos pies, que los dirijas a la casa de tu siervo y amigo Lázaro, como me prometiste. A Simón, salud. A Ti, Maestro y amigo, da el beso de paz y te suplica lo bendigas. Lázaro.”
Jesús lee la otra carta:
“A Lázaro, salud.
He decidido que por la doble suma tendrás a Jonás. Estas son las condiciones y no cambiaré ninguna por ningún motivo. Quiero que antes, Jonás termine las cosechas del año, hasta el final de la luna Tisri. Quiero que venga personalmente Jesús de Nazareth, al que ruego que entre bajo mi techo para conocerlo. Quiero pago inmediato, después de haber hecho el contrato normal. Adiós. Doras.”
Pedro grita:
– ¡Qué peste! Pero, ¿Quién es el que paga? Quién sabe cuánto es lo que pide y nosotros… ¡Estamos siempre sin un céntimo!
Jesús declara:
– Paga Simón, para tenerme contento a Mí y al pobre Jonás. No adquiere sino una piltrafa humana que para nada le servirá; pero conquista un gran mérito en el Cielo.
Todos miran sorprendidos a Zelote y exclaman:
– ¡Tú! ¡Oh! ¡Ah!
Jesús confiesa:
– Es él. Es justo que sea conocido.
Pedro cuestiona:
– También sería justo que se supiese porqué Judas de Keriot, fue a la casa de Lázaro. ¿Quién lo envió? ¿Tú?
Jesús no responde a Pedro. Está muy serio y pensativo…
Luego dice:
– Vámonos a descansar. Prepararé la respuesta para Lázaro. ¿Está Isaac todavía en Nazareth?
José responde:
– Me está esperando.
Jesús dice:
– Iremos todos. Quiero hacer esto, mientras no está Judas.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA
17.- LA LEVADURA DE PEDRO
Tres días después…
Está haciendo mucho calor. El mercado ha terminado y en la plaza vacía, hay unos cuantos ociosos y unos niños que juegan. Jesús, en medio de sus apóstoles, llega del lago a la plaza. Acaricia a los niños que corren a su encuentro y le platican sus confidencias. Una niña muestra un golpe que le sangra en la frente y de ello acusa al hermanito.
Jesús dice:
– ¿Por qué has herido así a tu hermanita? ¡No está bien!
El niño se mortifica y contesta:
– No lo hice a propósito. Quería tumbar aquellos higos y tomé un bastón. Era muy pesado y se me cayó sobre ella. Cogía higos también para ella.
Jesús le pregunta:
– ¿Es verdad, Juana?
Entre hipos la niña contesta:
– Es verdad.
– Entonces puedes ver que tu hermano no te quiso hacer daño. Quería hacerte feliz. Ahora, al punto haced las paces y daos un beso. Los buenos hermanitos y también los buenos niños, jamás deben saber lo que es el rencor. ¡Ea, pues!
Los dos niños se besan con lágrimas. Los dos lloran juntos. Ella porque le duele el golpe. Y él porque le pesa haber causado ese dolor.
Jesús sonríe al ver ese beso lleno de lagrimones. Y dice:
– ¡Y ahora, porque veo que sois buenos, Yo os cortaré los higos!
Como es muy alto extiende el brazo y sin esfuerzo alguno, los corta y se los da. Acude una mujer:
– Juana. Tobías. ¿Para qué molestáis al Maestro? ¡Oh, Señor! Perdona…
Jesús dice:
– Mujer. Se trataba de hacer las paces. Y las hice con el objeto mismo que provocó la guerra: los higos. A los niños les gustan los higos dulces y a Mí… me gustan los corazones dulces e inocentes. Me quitan mucha amargura.
La mujer señala a unos fariseos:
– Maestro, son los señores esos, los que no te aman. Pero nosotros, el pueblo; te queremos mucho. Ellos son pocos. Y nosotros muchos…
– Lo sé, mujer. Gracias por tu consuelo. La paz sea contigo. ¡Adiós, Juana! ¡Adiós, Tobías! Sed buenos. No se porten mal. Y ya no se peleen. ¿Lo recordarán?
Los dos niños responden juntos:
– Sí.
– Sí, Jesús.
Jesús sonriente, al empezar a caminar dice a sus discípulos:
– Ahora que con la ayuda de los higos, los cielos se han despejado de las nubes que había. Vámonos a… ¿A dónde queréis ir?
Ellos no saben y mencionan diferentes lugares. Pero Jesús mueve la cabeza sonriendo.
Pedro dice:
– Yo renuncio. A menos que Tú no lo digas… hoy tengo ideas negras. Tú no viste; pero cuando desembarcamos, estaba ahí Elí, el fariseo. ¡Más verde que lo acostumbrado! ¡Y nos miraba en una forma, que…!
Jesús dice:
– ¡Dejadlo que mire!
Judas exclama:
– ¡Eh! No hay remedio. ¡Pero te aseguro Maestro, que para hacer las paces con ese, no bastan los higos!
– ¿Qué fue lo que dije a la mamá de Tobías? ‘He hecho las paces con el objeto mismo de la guerra’ Y trataré de hacer las paces al volver a ver a los principales de Cafarnaúm, que según ellos les he ofendido. De este modo se contentarán. Probablemente no lo lograré; porque falta en ellos la voluntad de hacer las paces.
Cuando llegan a la plaza, Jesús va directo al banco de la alcabala, donde Mateo está haciendo sus cuentas y verificando el dinero que subdivide en categorías y lo pone en bolsitas de diversos colores. Luego las coloca en una caja fuerte de hierro, que dos esclavos transportan a otro lugar.
Apenas si levanta la cabeza para ver al que se había retrasado en pagar.
Mientras tanto, Pedro jala de una manga a Jesús:
– No tenemos nada que pagar, Maestro. ¿Qué haces?
Jesús no le hace caso. Mira atentamente a Mateo, que se ha puesto de pie al punto, en actitud reverente.
Le da una segunda mirada que traspasa. No es la del Juez severo de otras veces. Es una mirada de llamamiento, de amor, que lo envuelve totalmente.
Mateo se sonroja completamente. No sabe qué hacer, ni qué decir.
Majestuosamente, Jesús ordena:
– Mateo, hijo de Alfeo, ha llegado la hora. ¡Ven!… ¡Sígueme!
Totalmente asombrado, Mateo responde:
– ¿Yo?… ¡Maestro! ¡Señor! ¿Pero sabes quién soy? Lo digo por Ti. No por mí…
– Ven y sígueme; Mateo, hijo de Alfeo. –repite Jesús con voz más dulce.
– ¡Oh! ¿Cómo es posible que yo haya alcanzado favor ante Dios?… ¿Yo?… ¿Yo?…
– Mateo, hijo de Alfeo. He leído en tu corazón. Ven. Sígueme.
La tercera invitación es una caricia.
– ¡Oh! ¡Al punto, Señor!
Y Mateo, con lágrimas en los ojos; sale por detrás del banco sin preocuparse siquiera por recoger las monedas esparcidas sobre él. No pide la caja fuerte, ni le importa nada más.
Camina hacia el Maestro diciendo:
– ¿A dónde vamos, Señor? ¿A dónde me llevas?
– A tu casa. ¿Quieres dar hospedaje al Hijo del Hombre?
– ¡Oh! Pero…pero… ¿Qué dirán los que te odian?
– Yo escucho lo que se dice en los Cielos y es: ‘¡Gloria a Dios por un pecador que se salva! Y el Padre dice: ‘Para siempre la Misericordia se levantará en los Cielos y se derramará sobre la Tierra. Porque con un Amor Eterno. Con un Amor Perfecto, te amo. Y por eso, también contigo uso de Misericordia… Ven. Y que al venir a ti; además de santificar tu corazón; santifique también tu casa…’
– La tengo ya purificada por una esperanza que tenía en el alma. ¡Pero cómo podía creer que se convertiría en realidad! ¡Oh! ¡Yo con tus santos!…
Y mira a los discípulos.
– Sí. Con mis amigos. Venid. Os uno y sed hermanos.
Los discípulos están tan estupefactos, que no saben qué decir. Detrás de Jesús y de Mateo, caminan por la plaza que está completamente desierta. Siguen por una calle estrecha que arde bajo un sol abrasador. No hay ser viviente alguno en las calles. Tan solo polvo y sol.
Entran en una casa muy hermosa, con un portón que se abre hacia fuera. Un hermoso atrio está lleno de sombra y frescura. Llegan a un pórtico ancho que hay en el jardín.
Y Mateo dice:
– ¡Entra, Maestro mío! –luego ordena a los siervos- ¡Traed agua y de beber!
Los criados obedecen al instante. Mateo sale a dar órdenes, mientras Jesús y los suyos se refrescan.
Regresa y dice:
– Ahora, ven, Maestro. La sala está fresca. Ahora vendrán mis amigos. ¡Oh! ¡Quiero hacer una gran fiesta! Es mi regeneración. ¡Es tan maravilloso!… ¡Esta es la verdadera circuncisión! Me has circundado el corazón con tu amor. ¡Maestro, será la última fiesta! Ya no habrá más fiestas para el publicano Mateo. No más fiestas mundanas. Sólo la fiesta interna de haber sido redimido y de servirte a Ti. De ser amado por Ti. ¡Cuánto he llorado! No sabía cómo hacer… Quería ir…pero… ¿Cómo ir a Ti? A Ti, Santo… ¿Con mi alma sucia?
– Tú la lavabas con el arrepentimiento y la caridad. Para Mí y para el prójimo. Pedro; ven aquí.
Pedro que todavía no ha hablado, pues sigue tan asombrado; da un paso adelante. Los dos hombres, casi de la misma edad; de estatura baja y robustos; están frente a frente. Y Jesús ante ellos, los mira con una gran sonrisa.
Luego dice:
– Pedro. Me has preguntado muchas veces quién era el desconocido de las bolsas que llevaba Santiago. Míralo. Lo tienes enfrente.
Pedro exclama:
– ¿Quién? ¡Este, lad…! ¡Oh, perdona Mateo! Pero… ¡Quién lo hubiera pensado! Y exactamente tú. Nuestra desesperación por la usura, ¿Qué fueses capaz de arrancarte cada semana, un pedazo de corazón, al dar ese rico óbolo?
Mateo apenado, inclina la cabeza y dice:
– Lo sé. Injustamente os tasé. Pero mirad. Me arrodillo ante todos vosotros y os digo: ¡No me arrojéis! Él me ha acogido. No seáis más severos que Él.
Pedro, que está junto a Mateo; lo levanta de un golpe. En peso, ruda, pero cariñosamente.
Y dice:
– ¡Ea! ¡Ea! ¡Ni a mí, ni a todos los demás! A Él, pídele perdón. A nosotros… ¡Ea! Todos hemos sido ladrones, igual que tú… ¡Oh! ¡Lo dije! ¡Maldita lengua! Pero soy así. Lo que pienso, lo digo. Lo que tengo en el corazón; lo tengo en los labios. –y besa a Mateo en las mejillas.
Los otros también lo hacen con más o menos cariño.
Andrés lo hace con reserva, debido a su timidez.
Judas de Keriot se muestra frío. Parece como si abrazara a un montón de serpientes, pues apenas si lo toca.
Se oye un rumor en la entrada y Mateo sale.
Entonces Judas de Keriot se acerca a Jesús. Está escandalizado y dice:
– Pero, Maestro. Me parece que esto no es prudente. Ya te empezaron a acusar los fariseos de aquí. Y Tú… ¡Un publicano entre los tuyos! ¡Primero una prostituta y luego un publicano! ¿Acaso has determinado arruinarte? Si es así… ¡Dilo, que…!
Pedro interviene irónico:
– Que nosotros desfilamos. ¿Es así?
Judas le contesta con altanería:
– ¿Y quién está hablando contigo?
– Sé que no estás hablando conmigo. Pero yo por el contrario; hablo con tu alma de refinado señorito. Con tu purísima alma. Con tu sabia alma. Sé que tú, miembro del Templo; sientes el hedor del pecado en nosotros; pobres, que no pertenecemos al Templo. Sé que tú, judío perfecto; amalgama de fariseo, saduceo y herodiano. Medio escriba y migaja de esenio. ¿Quieres otras palabras nobles?… Te sientes mal entre nosotros. Como una alosa cualquiera en una red de pescados sin valor. Pero ¿Qué quieres qué hagamos? Él nos tomó y nosotros nos quedamos.
Si te sientes mal, vete tú. Respiraremos mejor todos. También Él. Cómo puedes ver; está descontento de mí y de ti. De mí; porque falto a la paciencia y también a la caridad. Pero más de ti; que no entiendes nada. Con todo tu tejido de nobles atributos y que no tienes ni caridad, ni humildad, ni respeto. No tienes nada, muchacho. Solo un gran humillo… y quiera Dios que ese humo, no sea nocivo.
Jesús, de pie. Disgustado, con los brazos cruzados, la boca cerrada y los ojos duros; ha dejado que hable Pedro.
Después le dice:
– ¿Ya terminaste, Pedro? ¿También tú has purificado tu corazón de la levadura que había dentro? Has hecho bien. Hoy es Pascua de Ácimos para un hijo de Abraham. El llamado del Mesías es como la sangre del cordero sobre vuestras almas. Y donde está, no bajará más la culpa. No bajará si el que la recibe le es fiel. Mi llamado es liberación. Y se le festeja con diversas clases de levadura.
A Judas, no le dice nada.
Pedro, mortificado; guarda silencio.
Y Jesús agrega:
– Mateo regresa con amigos. No les enseñemos otra cosa que no sea virtud. Quien no pueda soportar esto, váyase. No seáis iguales a los fariseos: que oprimen con preceptos y son los primeros en no observarlos.
Mateo vuelve a entrar con dos romanos y empieza el banquete.
Jesús está en medio, entre Pedro y Mateo. Hablan de muchas cosas. Y Jesús, con paciencia explica a Ticio y a Cayo, lo que desean. Hay muchas quejas contra los fariseos que los desprecian…
Y Jesús responde a todas sus inquietudes. Dice:
– Pues bien. Venid a quien no os desprecia. Y luego obrad en tal forma, que al menos los buenos, no os puedan despreciar.
Cayo dice:
– Tú eres bueno; pero eres solo.
Jesús objeta, señalando a sus discípulos:
– No. Estos son como Yo. Y además, está el Padre, que ama a quien se arrepiente y quiere volver a su amistad. Si al hombre le faltase todo, pero tuviese al Padre, ¿No sería la alegría del hombre la más completa?
De esta forma se va desarrollando la conversación. Y el banquete ha llegado a los postres; cuando un criado hace señas al dueño de la casa y luego le dice algo en voz baja.
Entonces Mateo dice a Jesús:
– Maestro. Elí, Simón y Joaquín, piden permiso para entrar y hablarte. ¿Quieres verlos?
– ¡Claro que sí!
– Pero… mis amigos son gentiles.
– Y ellos vienen a ver exactamente esto. Dejemos que los vean. De nada serviría esconderlo. No serviría para el bien, porque la malicia aumentará el hecho, hasta llegar a decir que también había prostitutas. Que entren.
Mateo inclina la cabeza.
Los tres fariseos entran.
Miran alrededor con una sonrisa proterva y están a punto de hablar.
Pero Jesús, que se ha levantado y va a su encuentro junto con Mateo. Mientras pone una mano en la espalda de Mateo, les dice:
– ¡Oh! ¡Hijos verdaderos de Israel! Os saludo y os doy una gran noticia, que ciertamente alegrará vuestros corazones perfectos de israelitas. Los cuales quieren como él, que todos los corazones observen la Ley, para dar Gloria a Dios. Pues bien; Mateo, hijo de Alfeo; desde hoy no es más el pecador; el escándalo de Cafarnaúm. Una oveja roñosa de Israel ha sido curada. ¡Alegraos! Después se curarán otras ovejas pecadoras en vuestra ciudad; de cuya santidad os interesáis mucho y también serán gratas y santas ante el Señor. Mateo deja todo para servir a Dios. ¡Dad el beso de paz al israelita extraviado que torna al seno de Abraham!
El fariseo Simón, dice con desprecio y sarcasmo:
– ¿Y torna con los publicanos en estrepitoso banquete? ¡Oh! ¡De verdad que se trata de una conversión favorable! Elí. Mira. Ahí está ese Josías, el procurador de mujeres.
Elí responde:
– También está Simón; hijo de Isaac el adúltero.
– Y aquel es Azharías: el cantinero en cuyo casino; los romanos y los judíos juegan a los dados; pelean, se emborrachan y van en busca de mujeres.
El fariseo Joaquín, dice:
– Pero, Maestro. ¿Sabes al menos quienes son esos?
Jesús contesta amable:
– Lo sé.
Elí dice:
– ¿Y vosotros? Vosotros de Cafarnaúm. Vosotros, discípulos. ¿Por qué lo habéis tolerado? ¡Me admiras, Simón de Jonás!
Pedro se queda callado.
Simón inquiere, escandalizado:
– ¡Tú, Felipe, que aquí todos conocen! ¡Tú, verdadero israelita! ¿Cómo es posible que tú hayas permitido que tu Maestro comparta la comida con publicanos y pecadores?
Felipe los mira sin turbarse , pero también guarda silencio.
Joaquín:
– ¡Ya no hay más vergüenza en Israel!
Los tres están escandalizadísimos. Y lo manifiestan con una andanada de frases condenatorias.
Y Jesús interviene:
– Dejad en paz a mis discípulos. Solamente Yo lo quise.
Simón dice con sarcasmo:
– ¡Eh! ¡Bien! Se comprende. ¡Cuando se quiere hacer santos a otros y uno no lo es; se cae pronto en errores que son imperdonables!
– ¡Y cuando de educa a los discípulos en la falta de respeto! ¡Todavía me está quemando la risa irreverente que me hizo ese judío del Templo! ¡A mí! ¡A Elí el fariseo! No se puede hacer otra cosa que faltar al respeto a la Ley. Se enseña lo que se sabe.
Jesús responde con firmeza:
– Te equivocas Elí. Os equivocáis todos. Se enseña lo que se sabe, es verdad. Y Yo que sé la Ley, la enseño a quien no la sabe: a los pecadores. Vosotros… os conozco dueños de vuestra alma. Los pecadores no lo son. Busco y busco su alma. Se las vuelvo a dar, para que a su vez me la traigan. Tal como está: enferma, herida, sucia. Y Yo la curo y la limpio. Para esto he venido. Los pecadores son los que tienen necesidad del Salvador. Y vengo a salvarlos. Comprendedme. No me odiéis sin razón.
Jesús es dulce, persuasivo, humilde.
Pero ellos son como tres cardos espinosos. Y salen muy enojados.
Judas de Keriot murmura impotente:
– Se fueron. Ahora nos criticarán por todas partes.
Jesús dice:
– ¡Dejad que lo hagan! Procura solo que el Padre, no tenga nada que criticarte. No te apenes, Mateo. Ni vosotros, amigos suyos. La conciencia nos dice: ‘No hagáis el Mal.’ Y eso es más que suficiente.
Y Jesús vuelve a sentarse en su lugar…
HERMANO EN CRISTO JESUS: