432a Con los campesinos de Yocaná, cerca de Sefori.
Los apóstoles comentan…
Bartolomé:
– ¡Cuánta gente!
Tomás:
– ¡Han venido todos, incluso los niños!…
Andrés:
– El Maestro estará contento…
Tadeo exclama:
– ¡Ah, ahí está el Maestro!
Vamos a acercarnos.
Se unen al Maestro, que camina con dificultad por el prado.
Porque va apretujado entre los muchos que le rodean.
Cuando los apóstoles logran llegar hasta Él.
Jesús pregunta:
– ¿Judas sigue todavía ausente?
– Sí, Maestro.
Pero si quieres lo llamamos…
– No hace falta.
Mi Voz lo alcanza en el lugar donde esté.
Y su conciencia, libre, le habla con su propia voz.
No es necesario añadir vuestras voces…
Para forzar una voluntad.
Venid, sentémonos aquí con estos hermanos nuestros.
Y perdonad si no he podido compartir con vosotros el pan,
en un ágape de amor.
Mientras se acercan al lugar designado,
todos recuerdan al soberbio apóstol rebelde.
Pues es de sobra conocidos su desprecio y su repudio
hacia éstos ínfimos de la sociedad judía: los siervos hebreos.
La SOBERBIA es el principal signo de la posesión demoníaca perfecta y NO PUEDE reverenciar a Dios, porque Satanás lo odia y a sus instrumentos, es lo que les trasmite…
Actitud que se agudizó el año pasado, en la anterior visita
cuando verificaron el castigo, en las tierras de Doras…
Pero ahora comparten el gozo de tener la Presencia del Dios Vivo.
¡Y eso es lo único que importa!
Se sientan en círculo con Jesús en el centro.
Quien quiere alrededor de Él a todos los niños.
Los cuales, se pegan a Él mimosos y con confianza.
Una mujer grita:
– ¡Bendícelos, Señor!
Que vean lo que nosotros anhelamos ver.
¡La libertad de amarte!
Un anciano gime:
– Sí.
Nos quitan incluso esa libertad.
No quieren ver grabadas tus palabras en nuestro espíritu.
Ahora nos impiden vernos.
Y te prohíben a Ti venir…
¡Ya no oiremos palabras santas!
Un hombre joven, se lamenta:
– Abandonados así, nos volveremos pecadores.
Tú nos enseñabas el perdón…
Nos dabas tanto amor, que podíamos soportar la malevolencia del patrón…
Pero ahora…
Jesús dice:
– No lloréis.
No os dejaré sin mi palabra.
Volveré, mientras pueda…
Varios dicen:
– No, Maestro y Señor.
– Él es malo.
– Y también sus amigos.
– Podrían dañarte…
Y por causa nuestra.
– Nosotros hacemos el sacrificio de perderte;
pero no nos des el dolor de decir:
“Por nosotros lo prendieron”».
– Sí, sálvate, Maestro.
Jesús dice:
– No temáis.
Se lee en Jeremías (Jeremías 36)
cómo él mismo dijo a su secretario Baruc que escribiera lo que el Señor le dictaba.
Y que fuera a leer el escrito recibido a los que estaban reunidos en la casa del Señor;
leerlo en vez del profeta, que estaba preso y no podía ir.
Así voy a hacer Yo.
Muchos y fieles Baruc tengo entre mis apóstoles y discípulos.
Ellos vendrán a deciros la palabra del Señor…
Y no perecerán vuestras almas.
Y Yo no seré prendido por causa vuestra;
porque el Dios altísimo me ocultará a sus ojos…
Hasta que llegue la hora en que el Rey de Israel deba ser mostrado a las turbas,
para que el mundo entero lo conozca.
Y no temáis tampoco perder las palabras que hay en vosotros.
También en Jeremías se lee que, aun después de que Yoyaquim, rey de Judá
– el cual esperaba destruir las palabras eternas y veraces quemando el rollo –
destruyera el volumen.
El dictado de Dios permaneció,
porque el Señor mandó al profeta:
“Toma otro volumen
y escribe en él todas las cosas que había en el volumen quemado por el rey”.
Y Jeremías dio un volumen a Baruc…
Un volumen sin escritura.
Y dictó nuevamente a su secretario las palabras eternas…
Además de otras más como complemento de las primeras,
porque el Señor remedia los estropicios humanos
cuando el remedio es un bien para las almas.
Y no permite que el odio anule lo que es obra de amor.
Ahora bien, aunque a Mí,
comparándome a un volumen lleno de verdades santas, me destruyeran…
¿Creéis que el Señor os dejaría perecer sin la ayuda de otros volúmenes?
En ellos estarán mis palabras y las de mis testigos,
que narrarán lo que Yo no voy a poder decir
por estar prisionero de la Violencia y ser destruido por ella.
¿Y creéis que lo que está impreso en el libro de vuestros corazones,
podrá borrarse por el paso del tiempo sobre las palabras?
No.
El ángel del Señor os las repetirá…
Y las mantendrá frescas en vuestros espíritus deseosos de Sabiduría.
Y no sólo eso, sino que os las explicará…
Y seréis sabios en la palabra de vuestro Maestro.
Vosotros selláis el amor a Mí con el dolor.
¿Puede acaso, perecer lo que resiste incluso la persecución?
No puede perecer.
Yo os lo digo.
El don de Dios no se cancela.
El pecado es lo único que lo anula.
Pero vosotros, ciertamente no queréis pecar…
¿No es verdad, amigos míos? Muchos contestan:
– No, Señor.
– Significaría perderte también en la otra vida.
– Pero nos harán pecar.
– Nos ha impuesto que no salgamos ya más de las tierras el Sábado…
– Y ya no volverá a haber Pascua para nosotros.
Así que pecaremos…
Jesús afirma:
– No.
No pecaréis vosotros.
Pecará él.
Sólo él.
Él, que hace violencia al derecho de Dios y de los hijos de Dios,
de abrazarse y amarse en dulce coloquio de amor y enseñanza en el día del Señor.
– Pero él hace reparación con muchos ayunos y dádivas.
Nosotros no podemos…
Porque ya es demasiado poca la comida,
en proporción al esfuerzo que hacemos…
Y no tenemos qué ofrecer…
Somos pobres…
– Ofrecéis aquello que Dios aprecia:
Vuestro corazón.
Dice Isaías (58, 3 – 7) hablando en nombre de Dios a los falsos penitentes:
“En el día de vuestro ayuno aparece vuestra voluntad y oprimís a vuestros deudores.
Ayunáis para reñir, discutir y perversamente, pelear.
Dejad de ayunar como hasta hoy, para hacer oír en las alturas vuestros clamores.
¿Es éste, acaso, el ayuno que Yo deseo?
¿Que el hombre se limite a afligir durante un día su alma,
y castigue su cuerpo y duerma sobre la ceniza?
¿Vas a llamar a esto ayuno y día grato al Señor?
El ayuno que prefiero es otro.
Rompe las cadenas del pecado, disuelve las obligaciones que abruman;
da libertad a quien está oprimido, quita todo yugo.
Comparte tu pan con quien tiene hambre, acoge a los pobres y a los peregrinos,
viste a los desnudos y no desprecies a tu prójimo”
Pero Yocaná no hace esto.
Vosotros, por el trabajo que le hacéis y que lo hace rico, sois sus acreedores.
Y os trata peor que a deudores morosos.
Alzando la voz para amenazaros y la mano para golpearos.
No es misericordioso con vosotros y os desprecia por ser siervos.
Pero el siervo es tan hombre como el patrón.
Y si tiene el deber de servir,
tiene también el derecho a recibir lo necesario para un hombre;
tanto materialmente como en el espíritu.
No se honra el Sábado, aunque se pase en la sinagoga;
si ese mismo día el que lo practica pone cadenas
y da a sus hermanos áloe como bebida.
Celebrad vuestros sábados razonando entre vosotros acerca del Señor.
Y el Señor estará en medio de vosotros…
Perdonad y el Señor os glorificará.
Yo soy el buen Pastor y tengo piedad de todas las ovejas.
Pero sin duda, amo con especial amor,
a las que han recibido golpes de los pastores ídolos,
para que se alejen de mis caminos.
Para éstas, más que para ninguna otra, he venido.
Porque el Padre mío y vuestro me ha ordenado:
“Apacienta estas ovejas destinadas al matadero,
matadas sin piedad por sus amos, que las han vendido diciendo:
`¡Nos hemos enriquecido!’,
Y de las que no han tenido compasión los pastores”.
Pues bien, apacentaré el rebaño destinado al matadero,
¡Oh pobres del rebaño!
Y abandonaré a sus iniquidades a los que os afligen
y afligen al Padre, que en sus hijos sufre.
Extenderé la mano hacia los pequeños de entre los hijos de Dios
y los atraeré hacia Mí para que tengan mi gloria.
Lo promete el Señor por la boca de los profetas
que celebran mi piedad y mi poder como Pastor.
Y os lo prometo Yo directamente a vosotros que me amáis.
Cuidaré de mi Rebaño.
A quienes acusen a las ovejas buenas de enturbiar el agua
y de deteriorar los pastos por venir a Mí, les diré:
“Retiraos.
Vosotros sois los que hacéis que falte el manantial y se agoste el pasto de mis hijos.
Pero Yo los he llevado a otros pastos y los seguiré llevando.
A los pastos que sacian el espíritu.
Os dejaré a vosotros el pasto para vuestros gruesos vientres,
dejaré el manantial amargo que habéis hecho manar vosotros.
Y Yo me iré con éstos, separando las verdaderas de las falsas ovejas de Dios;
ya nada atormentará a mis corderos,
sino que exultarán eternamente en los pastos del Cielo”.
¡Perseverad, hijos amados!
Tened todavía un poco de paciencia, de la misma forma que la tengo Yo.
Sed fieles, haciendo lo que os permite el patrón injusto.
Y Dios juzgará que habéis hecho todo y por todo os premiará.
No odiéis, aunque todo se conjure para enseñaros a odiar.
Tened fe en Dios.
Ya visteis que Jonás fue liberado de su padecimiento y Yabés fue conducido al amor.
Como con el anciano y el niño,
lo mismo el Señor hará con vosotros:
en esta vida, parcialmente y en la otra, totalmente.
Lo único que os puedo dar son monedas,
para hacer menos dura vuestra condición material.
Os las doy.
Dáselas, Mateo.
Que se las repartan.
Son muchas, pero en todo caso pocas para vosotros que sois tantos…
Y que estáis tan necesitados.
No tengo otras cosas…
Otras cosas materiales.
Pero tengo mi amor, mi potencia de ser Hijo del Padre,
para pedir para vosotros los infinitos tesoros sobrenaturales
como consuelo de vuestros llantos y luz de vuestras brumas.
¡Oh, triste vida que Dios puede hacer luminosa!
¡Él sólo!
¡Sólo Él!…
Y digo: “Padre, te pido por éstos.
No te pido por los felices y ricos del mundo,
sino por estos que lo único que tienen es a Ti y a Mí.
Haz que asciendan tanto en los caminos del espíritu,
que encuentren toda consolación en nuestro Amor.
Y démonos a ellos con el amor, con todo nuestro amor infinito;
para cubrir de paz, serenidad y coraje sobrenaturales,
sus jornadas, sus ocupaciones,
de forma que, comoenajenados del mundo por el amor nuestro,
puedan resistir su calvario…
Y después de la muerte, tenerte a Ti, a Nosotros, beatitud infinita”.
Jesús, mientras oraba, ha ido poniéndose de pie
y librándose poco a poco de los niñitos que se habían dormido sobre Él.
En su Oración, su aspecto es majestuoso y dulce.
Ahora baja de nuevo los ojos,
diciendo:
– Me marcho.
Es la hora, para que podáis volver a vuestras casas a tiempo.
Nos veremos todavía otra vez.
Y traeré a Margziam.
Pero, cuando ya no pueda volver…
Mi Espíritu estará siempre con vosotros.
Y estos apóstoles míos os amarán como Yo os he amado.
Deposite el Señor sobre vosotros su bendición.
Poneos en camino.
Y se inclina a acariciar a los niñitos, que duermen.
Y no opone resistencia a las expresiones de afecto de esta pobre turba,
que no sabe separarse de Él…
Pero al final, cada uno se pone en camino por su parte,
de forma que los dos grupos se separan mientras la Luna desciende.
Ramas encendidas deben dar algo de luz al camino.
Y el humo acre de las ramas aún ligeramente húmedas,
es una buena justificación del brillo de los ojos…
Judas los está esperando apoyado en un tronco.
Jesús lo mira y no dice nada.
Ni siquiera cuando Judas dice:
– «Estoy mejor».
Siguen caminando durante la noche, como mejor pueden…
Luego con el alba, más ágilmente.
A la vista de un cuadrivio,
Jesús se detiene y dice:
– Separémonos.
Conmigo vienen Tomás, Simón Zelote y mis hermanos.
Los otros irán al lago, a esperarme.
Judas dice:
– Gracias, Maestro…
No me atrevía a pedírtelo.
Pero Tú me lo has facilitado.
Estoy verdaderamente cansado.
Sí lo permites, me detengo en Tiberíades…
Santiago de Zebedeo no se puede contener,
agregando:
– En casa de un amigo.
Judas abre muchísimo los ojos…
Pero se limita a esto.
Jesús se apresura a decir:
– Me basta con que el sábado vayas a Cafarnaúm con los compañeros.
Cada jueves de 11:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. del viernes es la Hora de Getsemaní. Las siguientes oraciones se deben decir durante ese tiempo:
O cuando se use para tomar fortalezas satánicas, liberación o cualquier otro ataque devastador contra las Huestes del Maligno,
podemos rezarlo cómo deseemos, a la hora que lo necesitemos y con el OBJETIVO que queramos alcanzar.
El Infierno entero SE ESTREMECE cuando tomamos la ofensiva y huyen como cucarachas en un barco que se hunde…
¡Sin saber cómo ESCONDERSE de nuestro ataque devastador!
Vamos a tomar el flagelo nuclear como ejemplo para enseñaros…
Armadura continua y en toda circunstancia:
“Sangre Preciosa de mi Señor Jesucristo, cúbreme y protégeme de todo mal… Amén
Señor yo me uno a la Iglesia Triunfante y Purgante, además de la militante que esté orando en la Tierra para… que cubiertos con tu Sangre Preciosa, te entregamos a TODOS los participantes que nos flagelan con el Peligro Nuclear. Amén
El jueves de cada semana, el Padre Eterno pide que nos unamos a Jesús en su pasión entre las horas 11:00 P.M. y hasta mañana a las 3.00 a.m, Meditando en los Misterios Dolorosos de Jesús.
Para acompañar a Jesús en su Dolor Infinito
La Coronilla de la Misericordia es para apaciguar la Cólera de Dios.
El Rosario al Padre Eterno es para consolarlo y para luchar contra el Anticristo
Escuches la Oración que te presento, a través del Inmaculado Corazón de María Santísima y
por la Sangre Preciosa de Jesús ..
En esta Hora de Getsemaní, como almas víctimas nos unimos a los Sufrimientos Redentores de nuestro Salvador para…
Interceder por todos los involucrados en manejar el Gran Flagelo del la Energía Nuclear, te los entregamos ABBA para que con la Agonía de Jesús en Huerto de Getsemaní…
Sean Bendecidos por Tí y con su arrepentimiento, alcancen tu Misericordia y tu Salvación…
.”Y hágase tu Voluntad en la Tierra, en todo el Universo y en TODA la Creación, como en el Cielo- Amén
Las Oraciones en Latín son más letales para el Maligno, que todas sus bombas nucleares juntas…
Los Guerreros Celestiales….
NO TIENEN NADA QUE TEMER AL ANTICRISTO.
Ésta hora de intercesión la ofrecemos por TODAS las almas que están siendo llamadas a Tu Presencia por las huestes homicidas del Anticristo…
Y por TODOS los gobernantes responsables de sus países y de las vidas de sus súbditos sojuzgados por ellos, así cómo las de los que sus decisiones
afectan en sus vidas, en sus muertes y en sus destinos, como hermanos creados por el Altísimo.
Nos entregamos junto a todos ellos, cubiertos y consagrados con la Sangre Preciosa de Jesús. Amén
De rodillas ante el Crucifijo Agonizante:
ROSARIUM Signum Crucis
Per signum Crucis de inimicis nostris libera nos, Deus noster. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.
Ave María purísima, sin pecado concebida (3v)
OFRENDA…
Yo… (nombre y apellido) Yo, Humanidad. Yo, género Humano. Yo, Germen de Adán. Yo, creatura junto con la Creación.
Yo, Polvo de la Tierra…
Me uno en Oración al Corazón Inmaculado de nuestra Señora, Madre y Reina María Santísima; al Sacratísimo Corazón de Jesús; a Sn José, Padre de Nuestro Señor Jesús y Padre nuestro.
A la Milicia Celestial de Arcángeles y ángeles, dirigidas por San Miguel Arcángel; para repeler toda la maldad de los demonios, sus agentes terrenales y huestes del Mal.
A las benditas almas del Purgatorio, para implorar por todas sus intenciones y las de los consagrados recluidos allí.
El polvo de la tierra implora a Jesús, María y José:
‘salvad las almas y llevadlas a la gloria del Cielo. La Victoria es de nuestro Dios, escrito está.
Yo me Uno con todos los ángeles y santos del Cielo, las pobres almas del Purgatorio y todos los justos de la Tierra; con todas las Misas y oraciones de Alabanza a Dios Uno y Trino que se hayan orado o que se vayan a orar.
Todas las lágrimas, gozos, sacrificios y sufrimientos de cada alma, que alguna vez haya vivido o que vaya a vivir, en la Tierra o en el Universo.
Lo uno todo al Corazón Adolorido de María Santísima a los pies de la Cruz y ofrezco con él a toda la Creación y el Sufrimiento de la Creación a Jesús, por la Conversión de los Pecadores.
Por el Círculo Dorado de la Perfección, la liberación de las almas del Purgatorio, la santificación de los sacerdotes y religiosos,
los Deseos de los Dos Corazones de Jesús y de María, la paz en el Mundo, la regeneración de la Creación, el Universo…
Y mis intenciones…(mencionarlas aquí)
Señor, te entregamos a todos los Reyes de este Mundo, cubiertos con la Sangre de Jesús…
“Oh bienaventurado Ángel de mi Guarda; os confío el cuidado de mi cuerpo, alma y espíritu; combatid conmigo toda fuerza del Mal.
En la batalla espiritual contra el enemigo de mi alma no me desamparéis; de día y de noche permaneced a mi lado; libra mi cuerpo de venganzas, accidentes, violencia, etc.
Protege mi mente, sentidos, pensamientos y potencias de todo dardo incendiario y guarda mi espíritu de caer en pecado. Tómame de la mano y alláname el camino que me lleva a la Gloria de Dios”. Amén.
ARMADURA ESPIRITUAL
Señor Jesús, Yo… (nombre y apellidos) te consagro mi mente con sus potencias, sentidos, pensamientos, memoria, consciente, inconsciente y subconsciente, a tu gloriosa sangre derramada por ti, a mi favor.
Me sello y protejo con tu sangre redentora de todo falso pensamiento, de toda sugestión negativa, de toda falsa imaginación, de todo temor, de todo engaño.
Que tu sangre redentora, Señor Jesús, me limpie, purifique, descontamine y libere y me conceda la gracia de poder tener dominio propio en mi integridad física, psíquica, biológica y espiritual. Amén.
Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo en mi cuerpo, mente, y espíritu (3 veces esta jaculatoria cuando sintáis ataques fuertes del enemigo).
Sangre Preciosísima de mi Señor Jesucristo, cúbrenos y protégenos de todo mal. Fluye sobre nuestro corazón, para que estemos unidos en Dios como uno solo. Amén
REGINA COELI
Alégrate, Reina del Cielo; aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en Tu Seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo,
concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la Vida Eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
I SANTO ROSARIO
A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Misterios Dolorosos.
En cada Misterio:
Te entrego ABBA a todos los Reyes de la Tierra cubiertos con la Sangre de Jesús,
para que Tú te hagas cargo de sus demoníacos planes de reducir la población mundial
con el uso de la Energía Nuclear… Amén
Te entregamos también cubiertas con la Sangre Preciosa de Jesús, a TODAS las almas que están siendo llamadas a Tu Presencia,
para que alcancen tu Misericordia y tu Salvación.. Amén
II CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Se reza con el rosario común de diez cuentas
Al Salvador misericordioso.
Oh Querido Jesús, te suplico que derrames Tu Misericordia sobre las almas perdidas. Perdónales su rechazo a Ti y utiliza mi oración y sufrimiento para que puedas, a través de Tu Misericordia, derramar sobre ellos las Gracias que necesitan para santificar sus almas.
Te pido el Don de la clemencia por sus almas. Te pido que abras sus corazones para que vayan a Ti y Te pidan que les llenes con el Espíritu Santo, para que ellos puedan aceptar la Verdad de Tu Amor y vivir Contigo y con toda la familia de Dios para siempre. Amén.
“Oh Padre Eterno, os ofrezco la Preciosa Sangre que mana del Costado de vuestro Divino Hijo Jesús, unido a las Misas celebradas hoy alrededor del mundo,
por todas las santas almas del Purgatorio y por la liberación de las que están en el Umbral. Amén”.
ORACIÓN DE LA MISERICORDIA DIVINA
¡Oh Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh Dios!
Y clama con la potente voz de la desdicha.¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh Señor!,
Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti,
Te lo imploramos:
Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte.
Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza como hijos Tuyos, aguardemos la última Venida (día que Tú solo sabes).
Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.
Expiraste Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo.
¡Oh! Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de Sangre.
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ven Espíritu Santo…
Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Amén
AVE MARIA,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Symbolum Apostolorum
CREDO
in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae. Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum, qui conceptus est de Spiritu Sancto,
natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus,
descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos.
Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem, vitam aeternam. Amen.
Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo.
Y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
LAS CINCO DECENAS
cuenta grande
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero”
Cuenta pequeña se replica 10 veces:
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.”
Jaculatorias
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti“
Rezadas las cinco decenas 3 v.:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Misericordia Señor! Ten piedad de nosotros y del mundo entero.”
“Jesús, confío en ti.”
Oración final
Eterno Dios, en quién la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, Míranos compasivamente y aumenta tu misericordia en nosotros.
Que en los momentos difíciles, no nos desesperemos, ni nos desalentemos, pero con gran confianza, nos sometamos a tu Santa Voluntad, que es el amor y la misericordia en sí misma. Amén.
Lléname ahora, Oh Señor, con el don del Espíritu Santo para llevar Tu Santísima Palabra a los pecadores que debo ayudar a salvar en Tu nombre.
Ayúdame a cubrirles, a través de mis oraciones, con Tu Preciosa Sangre, para que así ellos puedan ser atraídos a Tu Sagrado Corazón.
Dame el don del Espíritu Santo para que así estas pobres almas puedan deleitarse en Tu Nuevo Paraíso.
Jesús toma mi dolor, sáname y toma mi cruz”. Amén
Soy alma víctima corredentora y estoy crucificada con Cristo. Señor…
ROSARIO DE LAS LLAGAS DE JESÚS
Se reza con un rosario común
– Oh! Jesús, Redentor Divino, sé misericordioso con nosotros y con el mundo entero.
– Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
– Perdón y misericordia, Jesús mío cúbrenos de los peligros con tu preciosa Sangre.
– Eterno Padre, ten misericordia de nosotros por la Sangre de Jesucristo, tu único Hijo.
En las cuentas del Padrenuestro se dice:
Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas.
Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de tus Santas Llagas, perdona nuestras ofensas a la Santísima Trinidad.
En las cuentas del Avemaría se dice:
Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de tus Santas Llagas.
Jaculatoria:
Oh sangre y agua que brotásteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, yo confío en ti.
Al terminar el rosario se dice tres veces:
Preciosísima Sangre de mi Señor Jesucristo, sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Amén (3v)
“Sacratísimo Corazón de Jesús,
verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, Yo consagro mi cuerpo y mi alma para que sea enteramente uno con Tu Corazón que está siendo sacrificado en todos los altares del mundo.
Y dando alabanza al Padre, rogando por la venida de su Reino, recibe este humilde ofrecimiento de mi ser.
Haz de mi como Tú quieras para la Gloria del Padre y la salvación de las almas. Santísima Madre de Dios, nunca dejes que me separe de tu Divino Hijo.
Defiéndeme y protégeme como hijo(a) tuyo (a). Amén”.
Consagración como Almas Víctimas y Corredentoras:
CORONILLA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Mi amada Madre de la Salvación, por favor obtén para todas las almas, el Don de la Salvación Eterna a través de la Misericordia de tu Hijo, Jesucristo.
Mediante tu intercesión, te suplico que tú ores para liberar a todas las almas que están en esclavitud por Satanás.
Por favor, pide a tu Hijo muestre Misericordia y perdón para aquellas almas que Lo rechazan, que Lo lastiman con su indiferencia y que adoran la doctrina falsa y dioses falsos.
Y que también son engañados por la Bestia.
Te imploramos Madre querida, que pidas por las Gracias para abrir los corazones de las almas que más necesitan de tu ayuda. Amén.
Corazón de María, Modelo sublime de todas las almas hostias, apelando a la Divina Misericordia,
Yo… (nombre y apellido)
Te entrego todos mis sufrimientos para que sean benditos al unirlos a los de Jesús.
Y amparado (a) por tu ternura maternal, también te entrego todo el sufrimiento que nuestros pecados han atraído sobre el mundo entero,
para expiación de nuestros pecados y salvación de todas las almas.
En las cuentas grandes:
Corazón ardiente, Corazón herido en la cruz, Corazón que sangra en la Hostia:
Me ofrezco con todo mi ser, para sufrir contigo y en ti.
Y para consolar al Corazón de Jesús en el sufrimiento de mis hermanos.
En las cuentas pequeñas:
Corazón Inmaculado de María, holocausto perfecto del Divino Amor.
Haz que me hieran las heridas de tu Hijo, que me embriague de su Cruz y de su Sangre y sea crucificado en su Amor.
Jaculatoria:
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad, medianero de todas las gracias, refugio de los perseguidos, esperanza de los pecadores, alegría de los que lloran, fortaleza de los cristianos y alivio de los que sufren;
yo confío en ti.
Al final de la coronilla, repetir 3 veces:
Madre del Corazón doloroso, termina en mi cuerpo lo que falta a la pasión de tu Hijo. Amén
Jesús toma mi dolor, sáname y toma mi cruz”.
Santo Rosario a la Preciosísima Sangre/Letanías
En el Rosario, una inclinación de cabeza es suficiente; pero en la Adoración, la frente toca el suelo, si el devoto puede convenientemente hacerlo.
Y si quieren convertir los tremendos rugidos del León Rugiente,
O los DESLUMBRANTES gruñidos del Dragón de Siete Cabezas…
en PATÉTICOS maullidos lastimerosde gato callejero,
¡ÓRENLO POSTRADOS ASÍ….!
Son sólo veinte minutos…
Cuando le encuentren el gusto de orar así…
¡Sin cojín, es posición de francotirador de misiles espirituales…!
Orando así, Satanás NO PUEDE hacer absolutamente NADA, para estorbarnos y para contraatacar…
¡Lo dejamos paralizado!…
1 – EL ROSARIO
Este fue enseñado a Bernabé después de haber presenciado toda la Pasión de Nuestro Señor, desde Getsemaní hasta la Resurrección.
Jesús se le apareció y le entregó un Rosario para honrar a Su Preciosa Sangre.
Este rosario estaba confeccionado como los demás rosarios, excepto que en vez de diez cuentas, tenía doce cuentas rojas y las cuentas que las separaban eran blancas.
El rosario consiste en cinco misterios relacionados con las Cinco Llagas de Cristo.
SANTO ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE CRISTO
Con el rosario de doce cuentas…
En la Cruz:
– En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
– Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el fuego de Tu amor. Envía Tu Espíritu y todo será creado. Y renovarás la faz de la tierra.
OFRENDA:
Yo me Uno con todos los ángeles y santos del Cielo, las pobres almas del Purgatorio y todos los justos de la Tierra; con todas las Misas y oraciones de Alabanza a Dios Uno y Trino que se hayan orado o que se vayan a orar.
Todas las lágrimas, gozos, sacrificios y sufrimientos de cada alma, que alguna vez haya vivido o que vaya a vivir, en la Tierra o en el Universo.
Lo uno todo al Corazón Adolorido de María Santísima a los pies de la Cruz y ofrezco con él a toda la Creación y el Sufrimiento de la Creación a Jesús, por la Conversión de los Pecadores.
Por el Círculo Dorado de la Perfección, la liberación de las almas del Purgatorio, la santificación de los sacerdotes y religiosos, los Deseos de los Dos Corazones de Jesús y de María, la paz en el Mundo y en el Universo…
Y mis intenciones…(mencionarlas aquí)
“Por las almas de los que están siendo llamados a Tu Presencia, para que alcancen tu Misericordia y tu salvación.
Y por los Reyes de este Mundo y sus planes demoníacos contra la Humanidad, para DESTRUIR tu Creación y desesperarnos con el uso de la energía nuclear…
para que NO LOGREN sus objetivos y SÏ realicen los Tuyos…”
Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre, y gocemos de la dulzura del Bien y de Sus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.
CREDO
in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae. Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum, qui conceptus est de Spiritu Sancto,
natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus,
descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos.
Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem, vitam aeternam. Amen.
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
4.- ¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3V)
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amén.
SALVE SAN JOSÉ
Amadísimo Patriarca, humilde y santo padre de Jesús y padre nuestro, derrama sobre la humanidad los rayos de La Llama de la Humildad de tu Justo y Casto Corazón, para cegar la soberbia de Satanás.
Que con su Luz nos reconozcamos muy pecadores y con tu ayuda nos convirtamos de corazón a la Santísima Trinidad.
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
En las tres cuentas rojas:
AVE MARIA,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen. (3 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti“
“Jesús, confío en ti.”
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
PRIMER MISTERIO:
La Mano derecha de Nuestro Señor Jesús, es clavada.
Oración:
¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano derecha,
y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve a los pecadores del mundo entero y convierta muchas almas! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3V)
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ave María,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
En las 12 cuentas rojas:
L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!(12 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti“
“Jesús, confío en ti.”
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
SEGUNDO MISTERIO:
La Mano izquierda de Nuestro Señor Jesús es clavada.
Oración:
¡Por la Preciosa Llaga de Tu Mano izquierda, y por el dolor causado por el clavo que la atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, salve almas del purgatorio y proteja a los moribundos de los ataques de los espíritus infernales! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3V)
PATER NOSTER,
es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
AVE MARIA,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
En las 12 cuentas rojas:
L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!(12 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros.
Yo confío en ti
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
TERCER MISTERIO:
El pie derecho de Nuestro Señor Jesús es clavado.
Oración:
¡Por la Preciosa Llaga de Tu Pie derecho y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella, cubra los cimientos de la Iglesia Católica contra los planes del reino oculto y los hombres malignos! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!(3V)
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ave María.,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
En las 12 cuentas rojas:
L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!(12 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros.
Yo confío en ti
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
CUARTO MISTERIO:
El Pie izquierdo de Nuestro Señor Jesús es clavado.
Oración:
¡Por la Preciosa Llaga de Tu Pie izquierdo, y por el dolor causado por el clavo que lo atravesó, la Preciosa Sangre que brota de ella nos proteja en todos nuestros caminos de los planes y ataques de los espíritus malignos y sus agentes! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús!(3V)
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ave María.,
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
En las 12 cuentas rojas:
L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!(12 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti““Jesús, confío en ti.”
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
QUINTO MISTERIO:
El Sagrado Costado de Nuestro Señor Jesús es traspasado.
Oración:
¡Por la Preciosa Llaga de Tu Sagrado Costado, y por el dolor causado por la lanza que lo traspasó, la Preciosa Sangre y Agua que brotan de ella, sane a los enfermos, resucite a los muertos, solucione nuestros problemas presentes, y nos enseñe el camino hacia Nuestro Dios para la Gloria eterna! Amén
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (3V)
PATER NOSTER,
qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ave María.
gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei et Mater Nostra, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
En las 12 cuentas rojas:
L: ¡Sangre Preciosa de Jesucristo!
R: ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!(12 veces)
GLORIA
Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen
Jaculatoria
“Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti“
“Jesús, confío en ti.”
En la cuenta blanca(inclinando la cabeza)
¡Que la Preciosa Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la tierra, nos cubra ahora y siempre! Amén.
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! ( 3 veces )
Dios te salve
María Santísima, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad… Madre y Reina de toda la Humanidad… Tú que nos alcanzas los dones que nos salvarán…
SALVE, Regina, mater misericordiae, vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus exsules filii Hevae.
Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte.
Et Iesus, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria. Amen.
Oremos
Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, te honramos, te alabamos y te adoramos por Tu obra de eterna alianza que trae paz a la humanidad.
Sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Consuela al Padre Todopoderoso en Su trono y lava los pecados del mundo entero.
Que todos te reverencien, oh Preciosa Sangre, ten misericordia. Amén.
Sacratísimo Corazón de Jesús, Ten misericordia de nosotros
Inmaculado Corazón de María, Ruega por nosotros
San José, esposo de María, Ruega por nosotros
Santos Pedro y Pablo, Rueguen por nosotros
San Juan al pie de la Cruz, Ruega por nosotros
Santa María Magdalena, Ruega por nosotros
Todos los guerreros de oración e intercesores del Cielo, Rueguen por nosotros
Todos los grandes Santos de Nuestro Señor, Rueguen por nosotros
Todas las huestes celestiales Legión Angélica de María, Rueguen por nosotros
LETANÍAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO
Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros!
Cristo ten piedad de nosotros – Cristo ten piedad de nosotros!
Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros!
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros!
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros!
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros!
L: ¡OH PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESUCRISTO, SANGRE DE SALVACIÓN!
R: SÁLVANOS A NOSOTROS Y AL MUNDO ENTERO!
Océano de la Sangre de Jesucristo, ¡Libéranos!
Sangre de Jesucristo llena de santidad y compasión, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, nuestra fortaleza y poder, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, alianza eterna, ¡Libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, armadura de Dios, ¡Libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina caridad, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, flagelo de los demonios, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, auxilio de los que están atados, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sagrado Vino, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder de los cristianos, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, defensora de la fortaleza católica ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, verdadera fe cristiana, ¡libéranos!
SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO, SANGRE SANADORA, ¡SÁLVANOS!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre ungidora, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fortaleza de los hijos de Dios, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, comandante de los guerreros cristianos, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre de Resurrección ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, bebida de los Ángeles del Cielo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, consuelo de Dios Padre, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, poder del Espíritu Santo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, circuncisión de los gentiles, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, paz del mundo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, luz del Cielo y de la tierra, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arcoiris en el Cielo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, esperanza de los niños inocentes, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Palabra de Dios en nuestros corazones, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arma celestial, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Sabiduría, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, cimiento del mundo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Misericordia del Padre, ¡sálvanos!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Lava los pecados del mundo!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Purifica el mundo!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Enséñanos y ayúdanos a consolar a Jesús!
ORACIÓN
Oh Sangre Preciosa, salvación nuestra, creemos, esperamos y confiamos en Ti. Libera a todos los que están en las manos de los espíritus infernales, te suplicamos.
Protege a los moribundos de las obras de los espíritus malignos y acógelos en la gloria eterna. Ten misericordia del mundo entero,
y fortalécenos para adorar y consolar al Sagrado Corazón de Jesús. Te adoramos, oh Preciosa Sangre de misericordia. Amén
¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (tres veces)
CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO
(Rezar diariamente meditando)
Consciente de mi nada y de Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura.
Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de satanás.
En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero,
oh queridísimo Jesús, a Tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación.
¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!
He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre.
Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden.
¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos,
¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén
Bajo Tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen siempre gloriosa y bendita!
La Corredentora con cada uno de los pequeños Cristos y corredentores…
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí, no apartes.
Ven conmigo a Todas partes y solo@ nunca me dejes.
Ya que me proteges tanto, como verdadera Madre,
Haz que me Bendiga el Padre +
el Hijo +
y el Espíritu Santo +
Amén.
Mediten y revisen la Oración, que acabamos de Hacer y ¡Dénle las condolencias a Satanás!
Porque así es como TRIUNFAMOS los Guerreros Celestiales…
¿Cuántas almas creen que le acabamos de ARREBATAR con esta jornada de Oración…?
El aturdimiento de los apóstoles es interrumpido por Simón Zelote,
al responder:
– No habría arco si no hubiera base en el camino oscuro.
Ésta es matriz de aquél, que sobre ella se yergue y sube a ese azul que anhelas.
No pienses que las piedras hincadas en el suelo, que soportan el peso y no gozan de rayos ni vuelos.
Ignoran la existencia de éstos, pues de vez en cuando una golondrina desciende con su piada hasta el barro y acaricia la base del arco…
Y desciende también un rayo de sol, o de estrella, para expresar la gran belleza del firmamento.
De la misma forma, en los siglos pasados, de vez en cuando, ha descendido una palabra celeste portadora de promesa…
Un rayo celeste de sabiduría para acariciar las piedras que estaban oprimidas por el enojo divino.
Porque las piedras eran necesarias.
Y no son ni fueron, ni serán jamás inútiles.
Sobre ellas, lentamente, se ha elevado el tiempo y la perfección del conocimiento humano hasta alcanzar la libertad del tiempo presente y la sabiduría del conocimiento sobrehumano.
Veo escrita en tu rostro la objeción:
Es la misma que todos hemos puesto antes de saber comprender que ésta es la Nueva Doctrina…
La Buena Nueva que ahora se predica a los que, por un proceso de retrogradación, en vez de hacerse adultos,
paralelamente a la ascensión de las piedras del saber, se han ido entenebreciendo cada vez más, cual muro que se hunde en un abismo ciego.
Para curarnos de esta enfermedad de oscurecimiento sobrenatural, tenemos que liberar valientemente la piedra basilar de todas las otras que están encima.
No tengáis miedo de demoler ese alto muro que – a pesar de serlo – no porta la savia pura del manantial eterno. a la base, que no debe ser cambiada porque es de Dios y es inmóvil
De todas formas, antes de desechar las piedras, probadlas una a una con el sonido de la Palabra de Dios, porque no todas son desechables e inútiles.
Si su sonido no desentona, conservadlas. Construid de nuevo con ellas.
Mas si es el sonido desacorde de la voz humana o lacerante de la voz satánica…
Y no podéis equivocaros porque si es voz de Dios es sonido de amor, si es voz humana es sonido del sentido, si es satánica es voz de odio… ROMPEDLAS.
Y digo “rompedlas”, porque es un acto de caridad el no dejar tras uno mismo semillas u objetos portadores de mal, que puedan seducir al viandante e inducirle a usarlos en perjuicio propio.
Romped literalmente toda cosa no buena que haya sido vuestra, en obras, escritos, enseñanzas o actos.
Es mejor quedarse con poco, elevarse apenas un codo, pero con buenas piedras, que no varios metros con piedras malas.
Los rayos y las golondrinas descienden también hasta las albarradas que apenas sobresalen del suelo.
Y las humildes florecillas de los lindazos con facilidad llegan a acariciar las piedras bajas.
Mientras que las soberbias piedras que, inútiles y ásperas, quieren elevarse, no reciben sino azote de espinos y adhesiva ponzoña.
Demoled para construir, para subir, probando la calidad de vuestras viejas piedras con la voz de Dios.
Esteban dice:
– Hablas bien.
¡Pero, subir!… ¿Cómo? Te hemos dicho que somos incluso menos que los niños.
¿Quién nos ayudará a subir a la enhiesta columna? Probaremos las piedras con el sonido de Dios, romperemos las menos buenas…
Pero, ¿Cómo podremos subir? ¿Sólo el hecho de pensarlo ya da vértigo!
Juan, que ha estado escuchando con la cabeza agachada, sonriendo para sí…
Levanta su rostro luminoso y toma la palabra:
– ¡Hermanos!
Da vértigo el solo hecho de pensar en subir. Cierto. Pero ¿Quién ha dicho que debemos afrontar la altura directamente?
Esto no sólo los niños, sino ni siquiera los adultos pueden hacerlo; sólo los ángeles pueden lanzarse a los cielos, pues están libres de todo peso material.
Y de entre los hombres, sólo los héroes de la santidad pueden hacerlo.
Hoy todavía, en este mundo decaído, entre nosotros vive uno que sabe ser héroe de santidad como los antiguos –ornato de Israel -,
cuando los Patriarcas eran amigos de Dios y la palabra del Código era la única, la que toda criatura recta obedecía.
Juan, el Precursor, enseña cómo afrontar la altura directamente. Juan es un hombre. Pero la Gracia que el Fuego de Dios le ha comunicado, purificándolo desde el vientre de su madre…
De la misma forma que el Serafín purificó el labio del Profeta, para que pudiera preceder al Mesías sin dejar hedor de culpa original por el camino regio del Cristo, ha dado a Juan alas de ángel.
Luego la penitencia las ha hecho crecer, aboliendo al mismo tiempo el peso de humanidad que su naturaleza, propia de los nacidos de mujer, todavía poseía.
Por lo cual, Juan, desde su gruta donde predica la penitencia y desde su cuerpo donde arde el espíritu desposado con la Gracia..
Se lanza, puede lanzarse a sí mismo, al ápice del arco, por encima del cual está Dios, el altísimo Señor Dios nuestro.
Y puede, dominando los siglos pasados, el tiempo presente y el futuro, anunciar con voz de profeta y con ojo de águila capaz de clavar la mirada en el Sol eterno y reconocerlo:
“Éste es el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo”
Y morir tras este canto suyo sublime que será repetido no sólo durante el transcurso del tiempo limitado;
sino también durante el tiempo sin fin, en la Jerusalén sempiterna y para siempre beata; para aclamar a la Segunda Persona,
para invocarla por las miserias humanas, para cantar sus alabanzas entre los fulgores eternos.
Pero el Cordero de Dios, el dulcísimo Cordero que ha dejado su luminosa morada del Cielo en que es Fuego de Dios en abrazo de fuego…
¡Oh, eterna generación del Padre que concibe con el pensamiento ilimitado y santísimo a su Verbo!
¡Y lo atrae hacia Sí produciendo una fusión de amor de que procede el Espíritu de Amor, en que se centran la Potencia y la Sabiduría!
El Cordero de Dios que ha dejado su purísima, incorpórea forma para encerrar dentro de carne mortal su pureza infinita, su santidad, su Naturaleza Divina.
Sabe que no estamos todavía purificados por la Gracia…
Y que no podríamos, – como esa águila que es Juan –lanzarnos a las alturas, a ese ápice en que Dios Uno y Trino se encuentra.
Nosotros somos los pajarillos de tejados y caminos.
Golondrinas que tocan el cielo, pero se alimentan de insectos; calandrias que quieren cantar para imitar a los ángeles y que,
¡Ay! respecto al canto de los ángeles, el suyo no es sino desentonado runrún de cigarra estival.
Esto lo sabe el dulce Cordero de Dios, venido para quitar los pecados del mundo.
Porque, a pesar de no ser ya el Espíritu infinito del Cielo por haberse confinado a Sí Mismo dentro de una carne mortal, su infinitud NO ha quedado disminuida.
Y todo lo sabe, siendo siempre – como lo es – infinita su sabiduría.
Así pues, Él nos enseña su camino, el camino del amor.
Él es el amor que por misericordia hacia nosotros se hace carne.
Y es así que este Amor misericordioso nos crea un camino por el que pueden subir también los pequeñuelos;
y Él mismo – no por propia necesidad sino para enseñárnoslo – es el primero en recorrerlo.
Él no tendría tan siquiera necesidad de abrir las alas para fundirse de nuevo con el Padre.
Su espíritu, os lo juro, está encerrado aquí, dentro de esta mísera tierra, pero está siempre con el Padre, porque Dios todo lo puede..
Y Él es Dios.
Camina dejando tras sí el perfume de su santidad, Y fuego de su amor.
Observad su camino: a pesar de llegar al ápice el arco, ¡Cuán sosegado y seguro es!
No es una recta sino una espiral.
Es más largo, sí; pero precisamente su sacrificio de amor se revela en esta distancia, demorándose por amor a nosotros los débiles,
más largo, pero más adecuado a nuestra miseria.
La subida hacia el Amor, hacia Dios, es simple; como simple es el Amor.
Pero, al mismo tiempo,es profunda, porque Dios es un Abismo – inalcanzable, yo diría si Él no se rebajase y nos diera la posibilidad de alcanzarlo,
para sentir el beso de las almas que lo aman.
Mientras está hablando, Juan llora, aunque su boca sonríe, envuelto en el éxtasis de la revelación que está haciendo de Dios.
Largo es el sencillo camino del Amor, porque Dios es Profundidad sin fondo, en que uno podría adentrarse cuanto quisiera…
Mas la Profundidad admirable llama a la profundidad miserable.
Llama con sus luces y dice: “¡Venid a mí!”
¡Oh, invitación de Dios!
¡Oh, invitación de Padre! ¡Escuchad! ¡Escuchad!
Del Cielo nos llegan palabras suavísimas de ese Cielo que está abierto porque Cristo ha abierto de par en par sus puertas y ha puesto ante ellas,
para que así las mantengan, a los ángeles de la Misericordia y el Perdón,
a fin de que, en espera de la Gracia, de él broten al menos las luces, perfumes, cantos y quietud, capaces de seducir santamente a los corazones humanos, y sobre éstos se depositen.
Habla la voz de Dios y la voz dice:
“¿Vuestra puericia?… ¡Pero si es vuestra mejor moneda!
Yo quisiera que os hicierais enteramente niños para que poseyerais la humildad, sinceridad y amor de los pequeñuelos, su confidente amor para con su padre.
¿Vuestra incapacidad?… ¡Pero si es mi gloria!
¡Venid! Ni siquiera os pido que seáis vosotros mismos quienes comprobéis el sonido de las piedras buenas o malas.
¡Dádmelas a mí! Yo las elegiré, vosotros os reconstruiréis.
¿La subida hacia la perfección?… ¡Oh, no, hijos míos!
Poned vuestra mano en la de mi Hijo y Hermano vuestro. Ahora, así, y subid a su lado…”.
¡Subir! ¡Ir a ti, eterno Amor! ¡Adquirir tu semejanza, o sea, el amor!…
¡Amar! ¡Éste es el secreto!… ¡Amar! ¡Darse…!
¡Amar! ¡Abolirse…! ¡Amar! Fundirse…
¿La carne?: nada; ¿el dolor?: nada; ¿el tiempo?: nada. Nada es el pecado mismo, si lo disuelvo en tu fuego, ¡Oh, Dios! Sólo es el Amor.
¡El Amor! El Amor que nos ha dado el Dios Encarnado nos otorgará todo perdón.
Pues bien, amar es un acto que nadie sabe hacer mejor que los niños y nadie es más amado que un niño.
¡Oh, tú, a quien no conozco, pero que quieres conocer el Bien para distinguirlo del Mal, para poseer el azul del cielo, el sol celeste, todo aquello que signifique contento sobrenatural…
Ama y lo tendrás. Ama a Cristo.
Morirás en la vida, pero resucitarás en el espíritu.
Con un nuevo espíritu, sin necesidad ya de usar piedras, serás eternamente un fuego que no muere.
La llama sube, no necesita ni peldaños ni alas para subir.
Libera tu ‘yo’ de toda construcción, pon en el Amor, y resplandecerás.
Deja que ello sea sin restricciones, más, atiza la llama echándole como pasto todo tu pasado de pasiones y conocimientos:
quedará consumido lo menos bueno, puro se hará el metal ya de por sí noble.
Arrójate, hermano, al amor activo y gozoso de la Trinidad:
Comprenderás lo que ahora te parece incomprensible porque comprenderás a Dios, que es el Comprensible,
pero sólo para quienes se dan sin medida a su fuego sacrificador…
Quedarás finalmente fijo en Dios, en un abrazo de llama…
Y rogarás por mí, el niño de Cristo que ha osado hablarte del Amor.
Se han quedado todos de piedra:
Apóstoles, discípulos, fieles…
El interlocutor está pálido.
San Esteban, el primer Mártir
Juan, por el contrario, está de color púrpura, no tanto por el esfuerzo cuanto por el amor.
Entonces Esteban grita:
– ¡Bendito tú!
Dime: ¿Quién eres?
Y Juan, por su parte – con un gesto que me recuerda mucho a Virgen en el acto de la Anunciación inclinándose como adorando a Aquel a quien nombra,
en tono bajo, dice:
– Soy Juan.
Estás viendo al menor de los siervos del Señor.
– Pero, ¿Quién ha sido tu maestro antes?
– Nadie aparte de Dios.
He recibido la leche espiritual de manos de Juan, el presantificado de Dios;
me alimento del pan de Cristo, Verbo de Dios; bebo el fuego de Dios que me viene del Cielo
¡Gloria al Señor!
– Pues yo ya no me separo de vosotros.
¡Ni de ti, ni de éste, ni ninguno de vosotros! Recibidme.
– Cuando… Bueno, aquí entre nosotros el jefe es Pedro
Y Juan toma a Pedro, que está atónito…
Y lo proclama así “el primero”.
Pedro reacciona y se pone en el lugar que le corresponde,
diciendo:
– Hijo, puesto que se trata de una gran misión, es necesaria una severa reflexión.
Éste es nuestro ángel. Él enciende; pero es necesario saber si la llama va a poder durar en nosotros.
Lapidación de Esteban
Mídete a ti mismo, luego ven al Señor. Nosotros te abriremos nuestro corazón como hermano nuestro queridísimo.
Por el momento, si quieres conocer mejor nuestra vida, quédate; las greyes de Cristo pueden crecer sin medida,
para ser separados – perfectos e imperfectos – los verdaderos corderos de los falsos carneros.
Y con esto termina la primera manifestación apostólica.
Nerón, cuando asesinó a Séneca esperaba apoderarse de la fortuna estimada en trescientos millones de sestercios y descubrió que ésta no llegaba ni a la décima parte de esa cantidad.
Con la sentencia de Petronio, se encontró con que lo único que quedaba era su palacio en Roma y la quinta de Cumas; que ya no le pertenecían a él, pues estaban legalizadas a nombre de otro dueño.
Estos dos fiascos le hicieron decretar que en los testamentos se presentarían en blanco las dos primeras páginas.
Que solamente se escribiría en ellas el nombre del testador y que el que escribiese el testamento de otro, no podría asignarse ningún legado.
Empobrecido y exhausto de recursos hasta el punto de demorar la paga de los soldados y las pensiones de los veteranos, recurrió a las rapiñas y a las falsas acusaciones.
Se apoderó de los bienes y las fortunas que le apetecían con el argumento de que ‘habían sido ingratos con el Príncipe.’
Un día que cantaba en el teatro, vio a una matrona adornada con la prohibida púrpura, la señaló a sus agentes y haciéndola sacar inmediatamente, le confiscó el traje y los bienes.
Y ya no confirió ningún cargo sin añadir:
– ¿Sabes lo que necesito?
Obremos de tal forma que nadie tenga nada.
Concluyó por despojar a la mayor parte de los templos y fundió todas las estatuas de oro y de plata.
Después de la muerte de Popea quiso casarse con Antonia la hija de Claudio.
Como ella se rehusó, también la acusó de conspiración e hizo que la mataran.
No hubo lazo que no rompiera con el crimen.
Y mientras tanto su red de espías, seguían llenando los tribunales con cristianos.
Pedro fue arrestado por los pretorianos y lo llevaron a la cárcel mamertina, en el calaozo del Tullianum.
Los cristianos lo recibieron con gran reverencia y amor.
Algunos presos que habían sido torturados y que no eran cristianos, le pidieron que los ayudase.
Pedro oró y los sanó el Señor.
El hijo de un verdugo que estaba sordo y mudo, también fue sanado.
Entonces un centurión se acercó…
Y le dijo:
– Mi nombre es Flavio.
Tengo un compañero de guerra al que quiero mucho.
En Germania recibió un fuerte golpe en la nuca y está paralizado del cuello hacia abajo.
¿Podrías rogar a tu Dios para que lo cure?
Pedro le contestó:
– Flavio, ¿Crees que nuestro Señor Jesucristo pueda sanarlo?
– Sí creo. Creo que Él es Dios y si Él quiere, puede compadecerse de un pagano…
– Flavio, en el Nombre de Jesucristo, hágase como lo pides.
Y dile a tu amigo que busque la Luz de la Verdad.
Por la tarde de ese mismo día, llegó el otro soldado completamente sano a darle las gracias.
Flavio dice llorando:
– Cuando seas sentenciado, yo voy a tener que matarte.
Pedro lo mira sonriendo con amor,
Y lo exhorta:
– Cumple tu deber hijo mío.
Y alégrate. No me darás la muerte. Lo que vas a hacer es abrirme las Puertas del Cielo.
El soldado sanado declara:
– Anciano, yo soy Leoncio y te doy las gracias a ti y a tu Dios.
Flavio pregunta:
– Dime cómo podemos agradecerle y adorarlo.
– Él Mismo los guiará. Venid…
Y Pedro les habla del alma y del Cielo…
Durante todo el tiempo que estuvo en prisión, continuó evangelizando también a sus carceleros,
realizando milagros a todos los que se lo pedían y bautizando sin cesar a los conversos…
Y los rumores de lo sucedido, traspasaron las murallas de la prisión y se expandieron por todos lados.
Entonces Pablo también fue llevado a la cárcel Mamertina.
Y cuando Nerón fue notificado de que los líderes de la Iglesia Perseguida habían sido capturados, decidió divertirse un poco…
Recordó algo que le había platicado Popea cuando era prosélita de la religión hebrea.
Y en complot con Tigelino, urdió un plan…
Para ver lo que haría el Dios de los cristianos, al verse enfrentado con su Padre.
La primera vez que se menciona a Simón el Mago es en el Nuevo Testamento, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, donde dice que él era un hombre experto en las artes mágicas con las cuales,
“tenía deslumbrados a los samaritanos y pretendía ser un gran personaje” (Hechos 8, 9).
Y cuando Felipe, uno de los primeros diáconos, llevó el evangelio a esta zona.
Por la gracia de Dios, mucha gente creyó y fue bautizada, incluyendo a Simón el Mago.
Al poco tiempo Pedro y Juan visitaron Samaria, para llevar el sacramento de la confirmación a los nuevos conversos.
El poder de este sacramento, impresionó a Simón el Mago y le ofreció dinero a los apóstoles, a cambio de que le dieran ese poder.
Los apóstoles se rehusaron a perpetrar ese sacrilegio y la Iglesia hoy llama a ese pecado Simonía,.
Simón, luego de ser rechazado por los Apóstoles, abandonó la Iglesia Católica y se volvió hacia el gnosticismo, una herejía cristiana temprana, que rechaza la autoridad de los Apóstoles,
en favor del conocimiento secreto que los cristianos afirmaban recibir directamente de Dios.
Al parecer volvió a su magia demoníaca y su conflicto llegó a su punto más alto en Roma; donde tenía muy impresionada a la gente con sus artes mágicas.
Y por sus prodigios era tenido entre los judíos como un gran personaje que ‘Tenía consigo la Fuerza de Dios’.
De acuerdo al plan preconcebido por el César, mandó sacar de la cárcel a Pedro y a Pablo.
Y ante una gran muchedumbre reunida en la plaza del Fórum,
Decidió enfrentarlos con Simón el Mago que capitaneaba a los judíos, acérrimos enemigos de los cristianos.
Cuando todos estuvieron frente al César,
éste les dijo, señalando a Simón:
– Este hombre es sincero y vosotros, los embaucadores.
Y ahora lo veremos.
Acto seguido Simón el Mago, coronado de laurel por Nerón mismo, subió hasta lo más alto del Capitolio,
¡Y empezó a volar!
Pedro al ver aquello, dijo a Pablo:
– Satanás se disfraza de ángel de Luz…
Pablo le replicó:
– A mí me corresponde orar…
Y a ti, dar las órdenes debidas.
Pablo se arrodilló y se sumergió en la Oración en el Espíritu.
Pedro levantó la voz y dijo con autoridad:
– Espíritus de Satanás que lleváis a este hombre por el aire.
En El Nombre Santísimo de Jesús yo os mando que no lo sostengáis más.
Y que lo bajéis sin dañarlo, hasta el suelo.
Los Demonios se encolerizaron tanto, queobedecieron la orden a medias.
Ante el asombro general, Simón aterrizó bastante maltrecho; porque lo soltaron desde una altura considerable y cayó, rompiéndose las piernas.
Pero Pedro oró y Dios hizo el milagro.
Y Simón quedó tan avergonzado, que huyó a esconderse por un año, antes de animarse a comparecer ante el público otra vez.
Nerón se enfureció aún más, al ver el inesperado resultado de su maquinación.
Y antes de retirarse, ordenó que los llevaran al tribunal.
El Prefecto Agripa dijo a Pedro, al tenerlos frente a sí:
– Así que tú eres el hombre que en tus reuniones aprovechas tu influencia e impides que las mujeres se casen.
Pedro le contestó:
– Yo soy fiel discípulo de mi Señor Jesucristo.
El Crucificado que Resucitó y Vive y Reina por siempre, a la diestra de Dios Padre.
– Le seguirás hasta el final.
También tú morirás en la Cruz.
Y a Pablo por ser ciudadano romano, lo condenó a ser decapitado.
Al anciano apóstol se le aplicaron los azotes prescritos por la ley.
Y al día siguiente fue conducido fuera de las puertas de la ciudad.
Hacia el Monte Vaticano, en donde debía cumplirse la sentencia y ser crucificado.
A causa de su avanzada edad, no se le exigió que cargara con la cruz.
Cuando llegaron al sitio designado, Pedro contempló toda la Ciudad Eterna, extendida a sus pies…
Y levantando la mano derecha, bendijo:
“Aquí donde Nerón gobierna hoy, Cristo gobernará por siempre.”
¡URBI ET ORBI! (a la ciudad y al mundo)
Y su sonrisa se hizo más luminosa y su rostro se volvió radiante, cuando Jesús le permitió extender su mirada a través de los siglos.
Y vio el mismo lugar de su martirio, convertido en una inmensa Basílica, con la grandiosa plaza con su nombre, perpetuado por su donación y entrega a su misión.
Desde la cual, casi dos mil años después estaría llena de millares de personas, escuchando reverentes a otro Pontífice Mártir y Santo:
San Juan Pablo II.
La Plaza de San Pedro es una de las plazas más bonitas y grandes del mundo. Se encuentra situada en El Vaticano, a los pies de la Basílica de San Pedro.
Las dimensiones de la plaza son espectaculares: 320 metros de longitud y 240 metros de anchura.
En las liturgias y acontecimientos más destacados la Plaza de San Pedro ha llegado a albergar más de 300.000 personas.
Su sucesor 264, quién desde el Vaticano llevaría el mensaje del Evangelio a todas las naciones de la Tierra.
Y desde la Basílica de San Pedro, levantando su blanca mano, bendeciría lleno de bondad y de amor, infinidad de veces…
A través del Pontificado más largo de la Historia de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana:
Un papa profundamente mariano: “TOTUS TUUS”
¡URBI ET ORBI!
Flavio, el jefe de los verdugos le indicó a Pedro que debía extenderse sobre la cruz.
Y Pedro le dijo:
– Cuando crucificaron a mi Señor pusieron su cuerpo sobre la Cruz, con los pies abajo y la cabeza en lo alto, porque mi Señor descendió desde el Cielo a la Tierra.
Os ruego que al clavarme lo hagáis de tal forma que mis pies queden en lo alto y mi cabeza en la parte inferior del madero.
Porque además de que no soy digno de ser crucificado como Él, yo voy a subir de la Tierra al Cielo.
Accedieron a su petición y lo colocaron sobre la Cruz de manera,
que sus pies quedaron clavados separadamente en los extremos del travesaño horizontal superior y las manos en la parte baja del fuste, cerca del suelo.
Cuando Pedro estaba ya crucificado, Dios abrió los ojos espirituales de los espectadores.
Y vieron al apóstol rodeado de ángeles que tenían en sus manos coronas de rosas y de lirios.
Y a Jesucristo colocado a su vera, mostrándole un Libro abierto…
Pedro lo leyó: “Apocalipsis”
Y dijo en voz alta:
– Gracias Dios Mío.
Y se sumergió en la Oración en el espíritu.
Pedro admiró por largas horas, todos los sucesos que le fueron mostrados en la Ciudad del Vaticano.
Y finalmente, con voz llena de júbilo y de adoración,
Exclamó:
– ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!… –antes de expirar.
Las llaves del Cielo que Jesús le entregara y que habían estado en sus manos, las había entregado a Lino, en la Misa cuando le nombró su sucesor.
En esa misma tarde, otro destacamento de pretorianos condujo a Pablo de Tarso a lo largo de la Vía Ostiense.
Pasaron por la Puerta Trigémina, hasta un lugar llamado Aqua Salviae.
Mientras avanzan, él mira hacia los Montes Albanos con la magnífica sensación de haber terminado su larga y fatigosa jornada apostólica.
Contempla ya los Cielos abiertos para recibirle y su alma está llena de júbilo,
Por el inminente encuentro con el Dios por el que ha luchado y sufrido tanto,
Para darlo a conocer y a amar.
Cuando llegaron al sitio designado para el suplicio, se volvió hacia el Oriente y oró.
Luego, se despidió de los cristianos.
El verdugo le dijo:
– Prepara tu cuello.
Pablo se arrodilló y dijo:
– ¡Oh, Señor mío Jesucristo, en tus manos encomiendo mi espíritu!
Y ofreció su cuello al verdugo.
Éste levantó la espada y descargó el golpe…
Con el rostro radiante, Pablo de tarso fue decapitado.
En el mismo instante en que se desprendió su cabeza del tronco,
Exclamó:
– ¡Jesús!…
Su sangre bañó la lóriga de su verdugo, brilló una luz intensísima.
Y quedó el aire perfumado con una fragancia maravillosa…
La Iglesia Cristiana ha sido confirmada con la sangre de sus Dos Columnas Primarias:
San Pedro y San Pablo Apóstoles…
Su ornamento final lo pondrá su último sucesor y papa mártir…
Y los cristianos que confesarán su glorioso testimonio en la Tercera Gran Persecución realizada en el imperio de terror del Anticristo…