520 El Buen Pastor
520 IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
432a Con los campesinos de Yocaná, cerca de Sefori.
Los apóstoles comentan…
Bartolomé:
– ¡Cuánta gente!
Tomás:
– ¡Han venido todos, incluso los niños!…
Andrés:
– El Maestro estará contento…
Tadeo exclama:
– ¡Ah, ahí está el Maestro!
Vamos a acercarnos.
Se unen al Maestro, que camina con dificultad por el prado.
Porque va apretujado entre los muchos que le rodean.
Cuando los apóstoles logran llegar hasta Él.
Jesús pregunta:
– ¿Judas sigue todavía ausente?
– Sí, Maestro.
Pero si quieres lo llamamos…
– No hace falta.
Mi Voz lo alcanza en el lugar donde esté.
Y su conciencia, libre, le habla con su propia voz.
No es necesario añadir vuestras voces…
Para forzar una voluntad.
Venid, sentémonos aquí con estos hermanos nuestros.
Y perdonad si no he podido compartir con vosotros el pan,
en un ágape de amor.
Mientras se acercan al lugar designado,
todos recuerdan al soberbio apóstol rebelde.
Pues es de sobra conocidos su desprecio y su repudio
hacia éstos ínfimos de la sociedad judía: los siervos hebreos.

La SOBERBIA es el principal signo de la posesión demoníaca perfecta y NO PUEDE reverenciar a Dios, porque Satanás lo odia y a sus instrumentos, es lo que les trasmite…
Actitud que se agudizó el año pasado, en la anterior visita
cuando verificaron el castigo, en las tierras de Doras…
Pero ahora comparten el gozo de tener la Presencia del Dios Vivo.
¡Y eso es lo único que importa!
Se sientan en círculo con Jesús en el centro.
Quien quiere alrededor de Él a todos los niños.
Los cuales, se pegan a Él mimosos y con confianza.
Una mujer grita:
– ¡Bendícelos, Señor!
Que vean lo que nosotros anhelamos ver.
¡La libertad de amarte!
Un anciano gime:
– Sí.
Nos quitan incluso esa libertad.
No quieren ver grabadas tus palabras en nuestro espíritu.
Ahora nos impiden vernos.
Y te prohíben a Ti venir…
¡Ya no oiremos palabras santas!
Un hombre joven, se lamenta:
– Abandonados así, nos volveremos pecadores.
Tú nos enseñabas el perdón…
Nos dabas tanto amor, que podíamos soportar la malevolencia del patrón…
Pero ahora…
Jesús dice:
– No lloréis.
No os dejaré sin mi palabra.
Volveré, mientras pueda…
Varios dicen:
– No, Maestro y Señor.
– Él es malo.
– Y también sus amigos.
– Podrían dañarte…
Y por causa nuestra.
– Nosotros hacemos el sacrificio de perderte;
pero no nos des el dolor de decir:
“Por nosotros lo prendieron”».
– Sí, sálvate, Maestro.
Jesús dice:
– No temáis.
Se lee en Jeremías (Jeremías 36)
cómo él mismo dijo a su secretario Baruc que escribiera lo que el Señor le dictaba.
Y que fuera a leer el escrito recibido a los que estaban reunidos en la casa del Señor;
leerlo en vez del profeta, que estaba preso y no podía ir.
Así voy a hacer Yo.
Muchos y fieles Baruc tengo entre mis apóstoles y discípulos.
Ellos vendrán a deciros la palabra del Señor…
Y no perecerán vuestras almas.
Y Yo no seré prendido por causa vuestra;
porque el Dios altísimo me ocultará a sus ojos…
Hasta que llegue la hora en que el Rey de Israel deba ser mostrado a las turbas,
para que el mundo entero lo conozca.
Y no temáis tampoco perder las palabras que hay en vosotros.
También en Jeremías se lee que, aun después de que Yoyaquim, rey de Judá
– el cual esperaba destruir las palabras eternas y veraces quemando el rollo –
destruyera el volumen.
El dictado de Dios permaneció,
porque el Señor mandó al profeta:
“Toma otro volumen
y escribe en él todas las cosas que había en el volumen quemado por el rey”.
Y Jeremías dio un volumen a Baruc…
Un volumen sin escritura.
Y dictó nuevamente a su secretario las palabras eternas…
Además de otras más como complemento de las primeras,
porque el Señor remedia los estropicios humanos
cuando el remedio es un bien para las almas.
Y no permite que el odio anule lo que es obra de amor.
Ahora bien, aunque a Mí,
comparándome a un volumen lleno de verdades santas, me destruyeran…
¿Creéis que el Señor os dejaría perecer sin la ayuda de otros volúmenes?
En ellos estarán mis palabras y las de mis testigos,
que narrarán lo que Yo no voy a poder decir
por estar prisionero de la Violencia y ser destruido por ella.
¿Y creéis que lo que está impreso en el libro de vuestros corazones,
podrá borrarse por el paso del tiempo sobre las palabras?
No.
El ángel del Señor os las repetirá…
Y las mantendrá frescas en vuestros espíritus deseosos de Sabiduría.
Y no sólo eso, sino que os las explicará…
Y seréis sabios en la palabra de vuestro Maestro.
Vosotros selláis el amor a Mí con el dolor.
¿Puede acaso, perecer lo que resiste incluso la persecución?
No puede perecer.
Yo os lo digo.
El don de Dios no se cancela.
El pecado es lo único que lo anula.
Pero vosotros, ciertamente no queréis pecar…
¿No es verdad, amigos míos? Muchos contestan:
– No, Señor.
– Significaría perderte también en la otra vida.
– Pero nos harán pecar.
– Nos ha impuesto que no salgamos ya más de las tierras el Sábado…
– Y ya no volverá a haber Pascua para nosotros.
Así que pecaremos…
Jesús afirma:
– No.
No pecaréis vosotros.
Pecará él.
Sólo él.
Él, que hace violencia al derecho de Dios y de los hijos de Dios,
de abrazarse y amarse en dulce coloquio de amor y enseñanza en el día del Señor.
– Pero él hace reparación con muchos ayunos y dádivas.
Nosotros no podemos…
Porque ya es demasiado poca la comida,
en proporción al esfuerzo que hacemos…
Y no tenemos qué ofrecer…
Somos pobres…
– Ofrecéis aquello que Dios aprecia:
Vuestro corazón.
Dice Isaías (58, 3 – 7) hablando en nombre de Dios a los falsos penitentes:
“En el día de vuestro ayuno aparece vuestra voluntad y oprimís a vuestros deudores.
Ayunáis para reñir, discutir y perversamente, pelear.
Dejad de ayunar como hasta hoy, para hacer oír en las alturas vuestros clamores.
¿Es éste, acaso, el ayuno que Yo deseo?
¿Que el hombre se limite a afligir durante un día su alma,
y castigue su cuerpo y duerma sobre la ceniza?
¿Vas a llamar a esto ayuno y día grato al Señor?
El ayuno que prefiero es otro.
Rompe las cadenas del pecado, disuelve las obligaciones que abruman;
da libertad a quien está oprimido, quita todo yugo.
Comparte tu pan con quien tiene hambre, acoge a los pobres y a los peregrinos,
viste a los desnudos y no desprecies a tu prójimo”
Pero Yocaná no hace esto.
Vosotros, por el trabajo que le hacéis y que lo hace rico, sois sus acreedores.
Y os trata peor que a deudores morosos.
Alzando la voz para amenazaros y la mano para golpearos.
No es misericordioso con vosotros y os desprecia por ser siervos.
Pero el siervo es tan hombre como el patrón.
Y si tiene el deber de servir,
tiene también el derecho a recibir lo necesario para un hombre;
tanto materialmente como en el espíritu.
No se honra el Sábado, aunque se pase en la sinagoga;
si ese mismo día el que lo practica pone cadenas
y da a sus hermanos áloe como bebida.
Celebrad vuestros sábados razonando entre vosotros acerca del Señor.
Y el Señor estará en medio de vosotros…
Perdonad y el Señor os glorificará.
Yo soy el buen Pastor y tengo piedad de todas las ovejas.
Pero sin duda, amo con especial amor,
a las que han recibido golpes de los pastores ídolos,
para que se alejen de mis caminos.
Para éstas, más que para ninguna otra, he venido.
Porque el Padre mío y vuestro me ha ordenado:
“Apacienta estas ovejas destinadas al matadero,
matadas sin piedad por sus amos, que las han vendido diciendo:
`¡Nos hemos enriquecido!’,
Y de las que no han tenido compasión los pastores”.
Pues bien, apacentaré el rebaño destinado al matadero,
¡Oh pobres del rebaño!
Y abandonaré a sus iniquidades a los que os afligen
y afligen al Padre, que en sus hijos sufre.
Extenderé la mano hacia los pequeños de entre los hijos de Dios
y los atraeré hacia Mí para que tengan mi gloria.
Lo promete el Señor por la boca de los profetas
que celebran mi piedad y mi poder como Pastor.
Y os lo prometo Yo directamente a vosotros que me amáis.
Cuidaré de mi Rebaño.
A quienes acusen a las ovejas buenas de enturbiar el agua
y de deteriorar los pastos por venir a Mí, les diré:
“Retiraos.
Vosotros sois los que hacéis que falte el manantial y se agoste el pasto de mis hijos.
Pero Yo los he llevado a otros pastos y los seguiré llevando.
A los pastos que sacian el espíritu.
Os dejaré a vosotros el pasto para vuestros gruesos vientres,
dejaré el manantial amargo que habéis hecho manar vosotros.
Y Yo me iré con éstos, separando las verdaderas de las falsas ovejas de Dios;
ya nada atormentará a mis corderos,
sino que exultarán eternamente en los pastos del Cielo”.
¡Perseverad, hijos amados!
Tened todavía un poco de paciencia, de la misma forma que la tengo Yo.
Sed fieles, haciendo lo que os permite el patrón injusto.
Y Dios juzgará que habéis hecho todo y por todo os premiará.
No odiéis, aunque todo se conjure para enseñaros a odiar.
Tened fe en Dios.
Ya visteis que Jonás fue liberado de su padecimiento y Yabés fue conducido al amor.
Como con el anciano y el niño,
lo mismo el Señor hará con vosotros:
en esta vida, parcialmente y en la otra, totalmente.
Lo único que os puedo dar son monedas,
para hacer menos dura vuestra condición material.
Os las doy.
Dáselas, Mateo.
Que se las repartan.
Son muchas, pero en todo caso pocas para vosotros que sois tantos…
Y que estáis tan necesitados.
No tengo otras cosas…
Otras cosas materiales.
Pero tengo mi amor, mi potencia de ser Hijo del Padre,
para pedir para vosotros los infinitos tesoros sobrenaturales
como consuelo de vuestros llantos y luz de vuestras brumas.
¡Oh, triste vida que Dios puede hacer luminosa!
¡Él sólo!
¡Sólo Él!…
Y digo: “Padre, te pido por éstos.
No te pido por los felices y ricos del mundo,
sino por estos que lo único que tienen es a Ti y a Mí.
Haz que asciendan tanto en los caminos del espíritu,
que encuentren toda consolación en nuestro Amor.
Y démonos a ellos con el amor, con todo nuestro amor infinito;
para cubrir de paz, serenidad y coraje sobrenaturales,
sus jornadas, sus ocupaciones,
de forma que, como enajenados del mundo por el amor nuestro,
puedan resistir su calvario…
Y después de la muerte, tenerte a Ti, a Nosotros, beatitud infinita”.
Jesús, mientras oraba, ha ido poniéndose de pie
y librándose poco a poco de los niñitos que se habían dormido sobre Él.
En su Oración, su aspecto es majestuoso y dulce.
Ahora baja de nuevo los ojos,
diciendo:
– Me marcho.
Es la hora, para que podáis volver a vuestras casas a tiempo.
Nos veremos todavía otra vez.
Y traeré a Margziam.
Pero, cuando ya no pueda volver…
Mi Espíritu estará siempre con vosotros.
Y estos apóstoles míos os amarán como Yo os he amado.
Deposite el Señor sobre vosotros su bendición.
Poneos en camino.
Y se inclina a acariciar a los niñitos, que duermen.
Y no opone resistencia a las expresiones de afecto de esta pobre turba,
que no sabe separarse de Él…
Pero al final, cada uno se pone en camino por su parte,
de forma que los dos grupos se separan mientras la Luna desciende.
Ramas encendidas deben dar algo de luz al camino.
Y el humo acre de las ramas aún ligeramente húmedas,
es una buena justificación del brillo de los ojos…
Judas los está esperando apoyado en un tronco.
Jesús lo mira y no dice nada.
Ni siquiera cuando Judas dice:
– «Estoy mejor».
Siguen caminando durante la noche, como mejor pueden…
Luego con el alba, más ágilmente.
A la vista de un cuadrivio,
Jesús se detiene y dice:
– Separémonos.
Conmigo vienen Tomás, Simón Zelote y mis hermanos.
Los otros irán al lago, a esperarme.
Judas dice:
– Gracias, Maestro…
No me atrevía a pedírtelo.
Pero Tú me lo has facilitado.
Estoy verdaderamente cansado.
Sí lo permites, me detengo en Tiberíades…
Santiago de Zebedeo no se puede contener,
agregando:
– En casa de un amigo.
Judas abre muchísimo los ojos…
Pero se limita a esto.
Jesús se apresura a decir:
– Me basta con que el sábado vayas a Cafarnaúm con los compañeros.
Venid para que os bese a los que me dejáis.
Y con afecto, besa a los que se marchan,
dando a cada uno de ellos un consejo en voz baja…
Ninguno expresa objeción alguna.
Sólo Pedro, ya cuando se marcha, dice:
– Ven pronto, Maestro.
los demás apoyan:
– Sí, ven pronto.
Y Juan termina:
– Estará muy triste el lago sin Ti.
Jesús los bendice una vez más.
Y promete:
– ¡Pronto!
Todos se separan y se van…
512 El Hombre-Dios
512 IMITAR A JESÚS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
427 Bartolomé instruye a Áurea Gala.
Son tan precoces las albas estivas…
Que breve es el tiempo que media entre el ocaso de la Luna y la aparición del primer albor.
De manera que, a pesar de que hayan caminado ligeros;
la fase más oscura de la noche los sorprende todavía en las cercanías de Cesárea.
Y tampoco da suficiente luz una rama encendida de un arbusto espinoso.
Es necesario hacer un alto…
Incluso porque la jovencita, menos acostumbrada que ellos a caminar de noche;
tropieza a menudo en las piedras medio sepultadas en la arena, del camino.
Caminan rápido y todavía está oscuro en las cercanías de Cesárea.
Jesús dice:
– Es mejor detenernos un poco.
Castañeteando los dientes, mezclando hebreo y latín en un nuevo idioma, para hacerse entender…
La niña responde rápida:
– No, no.
Si puedo…
Vámonos lejos, lejos, lejos…
Podría venir…
Por aquí pasamos para ir a esa casa.
Jesús trata de tranquilizarla:
– Iremos detrás de aquellos árboles y nadie nos verá.
No tengas miedo.
Bartolomé, para darle ánimos,
dice:
– No tengas miedo.
A estas horas, ese romano está debajo de la mesa, borracho como una cuba,
convertido en una sopa de vino…
Pedro agrega:
– Y estás con nosotros.
¡Todos te queremos!
No permitiremos que te hagan daño.
¡Oh! ¡Somos doce hombres fuertes!…
Pedro, que apenas es un poco más alto que ella.
Él tan corpulento, cuánto grácil y delicada es ella.
Él quemado por el sol y ella blanca como alabastro.
¡Pobre florecita que fue criada para ser solamente estimulante, valiosa, admirada y más preciosa!
Entonces se escucha la voz llena de amor de Juan…
La jovencita, a la última luz de la improvisada antorcha;
Levanta sus maravillosos ojos azul verde como reflejo del mar,
con dos limpios iris aún brillantes por el llanto vertido con el terror de poco antes…
Es recelosa, pero, no obstante, de ellos se fía…
Juan le dice:
– Eres una hermanita nuestra.
Y los hermanos defienden a sus hermanas.
Y cruza con ellos el arroyo seco que está pasado el camino.
Para entrar en una propiedad que termina allí en un tupido huerto.
Es noche oscura.
Cuando llegan a la arboleda,
se sientan y aguardan.
Los hombres se dormirían gustosos…
Pero a ella cualquier ruido la hace gritar.
Y el galope de un caballo la hace agarrarse convulsa al cuello de Bartolomé;
que quizás por parecer el más anciano, atrae su confianza y confidencia.
Por tanto es imposible dormir.
Bartolomé le dice:
– No tengas miedo.
Cuando uno está con Jesús, nunca sucede una desgracia.
La niña contesta temblando:
– ¿Por qué?
Mientras sigue todavía asida al cuello de Bartolomé.
– Porque Jesús es Dios en la tierra.
Y Dios es más fuerte que los hombres.
– ¿Dios?
¿Qué cosa es Dios?
Bartolomé exclama:
– ¡Pobre criatura!
Pero, ¿Cómo te educaron?
¿No te enseñaron nada?…
La niña contesta:
– Sí.
A conservar blanco el cutis.
brillante la cabellera.
A obedecer a los patrones.
A decir siempre que sí…
Pero yo no podía decir sí al romano…
Era feo y me daba miedo.
¡Todo el día tenía miedo!
En su casa siempre había unos ojos…
Siempre allí…
Cuando en el baño, en los vestidores dónde uno se viste;
en el cubiculum…
Siempre estaban unos ojos…
Y esas manos… ¡Oh!
¡Y si alguien no decía sí, era apaleado!…
Y comienza a llorar.
Jesús dice:
– No lo serás más.
¡Ya no recibirás más palos!
Ya no está el romano.
Ni están sus manos…
Lo que hay es la paz…
Felipe comenta:
– ¡Es una crueldad!
Cómo a bestias y peor todavía…
Porque a una bestia le enseñas su oficio.
Y los otros comentan:
– ¡Pero qué horror!
¡Como a animales de valor, no más que como a animales!
Y peor todavía…
Porque un animal sabe al menos que le enseñan a arar.
O a llevar la montura y el bocado porque ésa es su función.
Pero a esta criatura la lanzaron sin saber…
Ella responde:
– Si hubiese sabido, me hubiera arrojado al mar.
Él decía: ‘Te haré feliz…’
Zelote dice:
– De hecho te hizo feliz.
De una manera que nunca imaginó.
Feliz en la tierra y feliz en el Cielo.
conocer a Jesús, es la felicidad.
Hay un silencio en el que todos y cada uno,
meditan en las crueldades y los horrores del mundo.
Luego en voz baja, la niña le pregunta a Bartolomé:
– ¿Me puedes decir que es Dios?
¿Y por qué Él es Dios?…
Después de una pausa agrega:
– ¿Porque es hermoso y bueno?…
Bartolomé se siente atolondrado.
Se toma de la barba con perplejidad.
Y dice lleno de incertidumbre:
– Dios…
¿Cómo haré para enseñarte a ti, que no tienes ninguna idea de religión en tu cabeza?
¿Qué estás vacía de toda idea religiosa?
– ¿Religiosa?
¿Qué es?
Esto provoca otra pregunta todavía más complicada, para el abrumado apóstol:
– ¿Qué cosa es religión?
Bartolomé decide pedir auxilio:
– ¡Oh, que esto no me lo esperaba!…
¡Altísima Sabiduría!
¡Me siento como uno que se está ahogando en un gran mar!
¿Cómo me las arreglo ante esta sima?
¿Qué puedo hacer ante el abismo?
Jesús aconseja:
– Lo que te parece difícil, es muy sencillo Bartolomé.
Es un abismo, sí.
Pero vacío…
Y puedes llenarlo con la Verdad.
Peor es cuando los abismos están llenos de fango, veneno, serpientes.
Habla con la sencillez con que hablarías a un niño pequeño.
Y ella te entenderá mejor, como no lo haría un adulto.
Bartolomé pregunta:
– ¡Maestro!
¿Pero no podrías hacerlo Tú?
– Podría.
Pero la niña aceptará más fácilmente las palabras de un semejante suyo:
que las mías que son de Dios.
Y por otra parte es que…
Os encontraréis en lo futuro ante estos abismos y los llenaréis de Mí.
Debéis pues aprender a hacerlo.
– Es verdad.
Voy a intentarlo.
Lo probaré…
Después de pensarlo un poco, Bartolomé pregunta:
– Oye niña, ¿Te acuerdas de tu mamá?
Ella sonríe y contesta:
– Si, señor.
hace siete años que…
Que las flores florecen sin ella.
Pero antes estaba con ella.
– Está bien.
¿La recuerdas?
¿La amas?
Ella solloza con un:
– ¡Oh!
Y da un pequeño grito.
El acceso de llanto unido a la exclamación lo dice todo.
– ¡Pobre criatura!
No llores.
¡Pobre niña!
Escucha:
Oye, el amor que tienes por tu mamita…
– Y por mi papá y por mis hermanos… -contesta sollozando.
– Sí.
Por tu familia…
El amor por tu familia.
Los pensamientos que guardas por ella.
El deseo que tienes de regresar a ella…
– ¡Nunca más los veré…!
¡Ya nunca…!
– Pero todo es algo que podría llamarse religión de la familia.
Las religiones, las ideas religiosas son el amor…
El pensamiento, el deseo de ir a donde está aquel o aquellos en quienes creemos;
a quienes amamos y anhelamos;
a quienes deseamos ver…
Ella señalando a Jesús,
pregunta:
– Si yo creo en ese Dios que está allí.
¿Tendré una religión?…
¡Es muy fácil!
Bartolomé está totalmente desorientado:
– ¡Bien!
¿Fácil qué cosa?…
¿Tener una religión o creer en ese Dios que está allí?
La niña dice convencida:
– En ambas cosas…
Porque fácilmente se cree en un Dios Bueno, como el que está allí.
El romano me nombraba muchos y juraba.
Decía:
‘¡Por la diosa Venus!
¡Por el dios Júpiter!
¡Por el dios Cupido!
Han de ser dioses malos, porque él hacía cosas malas cuando los invocaba.
Pedro comenta en voz baja:
– No es tan tonta la niña.
Ella dice:
– Pero yo no sé todavía que cosa es Dios.
Veo que es un hombre como tú…
Entonces es un Hombre- Dios.
¿Y cómo se hace para comprenderlo?
¿En qué aspecto es más fuerte que todos?
No tiene ni espada, ni siervos…
Bartolomé suplica:
– Maestro, ayúdame…
Jesús responde:
– No, Nathanael.
Enseñas muy bien.
– Lo dices porque eres bueno.
Busquemos otro modo de seguir adelante.
Se vuelve hacia la niña,
diciendo:
– Oye niña…
Oye niña, Dios no es hombre…
Él es como una luz, una mirada, un sonido tan grandes, que llenan el cielo y la tierra e iluminan todo.
Y todo lo ve, instruye todo y a todo da órdenes…
Y en todas las cosas manda…
– ¿También al romano?
Entonces no es un Dios bueno.
¡Tengo miedo!…
Bartolomé se apresura a aclarar:
– Dios es bueno y da órdenes buenas.
A los hombres les ha prohibido armar guerras, hacer esclavos;
arrebatar a las hijitas de sus madres y espantar a las niñas…
Pero los hombres no siempre escuchan las órdenes de Dios.
Ella dice:
– Pero tú, sí.
– Yo sí.
– Si es más fuerte que todos…
¿Por qué no se hace obedecer?
¿Y Cómo habla, si no es un hombre?
Bartolomé está perdido,
y exclama:
– ¡Dios…!
¡Oh, Maestro!…
Jesús dice:
– Sigue.
Sigue, Bartolomé.
Eres un maestro muy competente.
Sabes decir con gran simplicidad pensamientos muy profundos.
¿Y ahora ya no quieres seguir?…
¿Siendo un maestro tan sabio?
¿Y sabiendo decir con tanta sencillez los más altos pensamientos, tienes miedo?
¿No sabes que el Espíritu Santo está en los labios de los que enseñan la Justicia?
Bartolomé argumenta:
– Parece fácil cuando se te escucha.
Todas tus palabras están aquí dentro.
¡Pero sacarlas afuera cuando se debe hacer lo que Tú haces!…
¡Oh, miseria de nosotros los humanos!
¡Maestros inútiles!
¡Ay, míseros de nosotros, pobres hombres!
¡Qué maestros de tres al cuarto!
– El reconocer la nulidad propia,
predispone el corazón a la enseñanza del Espíritu Paráclito…
– Está bien, Maestro…
De todas formas vamos a intentar seguir adelante.
Se vuelve hacia ella, mirándola con ternura,
diciendo:
– Escucha, niña…
Dios es fuerte, fortísimo.
Más que César.
Más que todos los hombres juntos con sus ejércitos y sus máquinas de guerra…
Pero no es un amo despiadado que haga decir siempre que sí…
so pena del azote para quien no lo dice.
Dios es un Padre.
¿Te quería mucho tu padre?
– ¡Mucho!
Me puso por nombre Áurea Gala, porque el oro es precioso.
Y Galia es mi patria.
Y decía que me amaba más que el oro que en otro tiempo tuvo…
Y más que a la patria…
– ¿Te azotó tu padre?
Áurea Gala contesta:
– No. Jamás.
Cuando no me portaba bien, me decía:
‘Pobrecita hija mía’ y lloraba.
– ¡Eso!
Así hace Dios.
Es Padre, nos ama y llora si somos malos.
Pero no nos obliga a obedecerle.
Pero el que decide ser malo, un día será castigado con suplicios horrendos…
– ¡Oh, qué bueno!
El dueño que me arrebató de mi madre y me llevó a la isla.
Y también el romano, irán a los suplicios.
¿Y lo veré?…
Esto es demasiado para el pobre Nathanael,
que contesta:
– Tú verás de cerca a Dios, si crees en Él y eres buena.
Y para ser buena no debes odiar ni siquiera al romano.
– ¿No?
¿Y cómo lograrlo?
– Rogando por él.
– ¿Qué es rogar?
– Hablar con Dios diciéndole que lo amamos.
Y pidiéndole lo que necesitamos…
Ella llevada por su coraje, con salvaje vehemencia,
exclama apasionadamente:
– Pero, ¡Yo quiero que mis dueños tengan una mala muerte!
Bartolomé objeta:
– No.
No debes…
Jesús no te amará si dices así.
– ¿Por qué?
– Porque no se debe odiar a quien nos ha hecho el mal.
– Pero no puedo amarlos.
– Pero puedes por ahora no pensar en ellos.
Trata de olvidarlos…
Luego, cuando Dios te instruya más…
Rogarás por ellos.
Decíamos pues, que Dios es Poderoso, pero deja a sus hijos en libertad de obrar.
Ella pregunta:
– ¿Yo soy hija de Dios?…
¿Tengo dos padres?…
¿Cuántos hijos tiene Dios?…
Bartolomé contesta:
– Todos los hombres son hijos de Dios, porque han sido hechos por Él.
¿Ves las estrellas allá arriba?
Las ha hecho Él.
¿Y estos árboles?
Los ha hecho Él.
¿Y la tierra donde estamos sentados?
¿Y aquel pájaro que canta?
¿Y el mar con su grandeza?
¡TODO!
¡Y a todos los hombres!
Y los hombres son más hijos que todo, porque son hijos por una cosa que se llama alma…
Y que es luz, sonido, mirada, no grandes como su luz, su sonido, su mirada, que llenan el Cielo y la Tierra;
pero hermosos de todas formas.
Y que no mueren nunca, como tampoco muere Él.
Porque es una partecita de Dios que es inmortal como Él.
– ¿Dónde está el alma?
¿Tengo yo también un alma?
– Sí.
En tu corazón.
Y es la que te ha hecho comprender que el romano era malo.
Y ciertamente no te hará desear ser como él.
¿No es verdad?
– Sí…
Áurea reflexiona después del titubeante si…
Y luego con firmeza dice:
– ¡Sí!
Era como una voz de dentro y una necesidad de que alguien me auxiliara…
Y con otra voz aquí dentro – pero esta era mía – llamaba a mi mamá…
Porque no sabía que existía Dios, que existía Jesús…
Si lo hubiera sabido, le habría llamado a Él con aquella voz que tenía aquí dentro.
Jesús interviene:
– Has comprendido bien, niña.
Y crecerás en la Luz.
Yo te lo aseguro.
Cree en el Dios verdadero.
Escucha la voz de tu alma alma en la que no existe todavía una sabiduría adquirida,
pero en la que tampoco existe mala voluntad…
Y encontrarás en Dios a un Padre.
Y en la muerte, que es un paso de la tierra al Cielo para los que creen en el Dios Verdadero y son buenos…
Encontrarás un lugar en el Cielo cerca de tu Señor.
Como ella se ha arrodillado delante de Él,
Jesús le pone su mano sobre la cabeza.
Áurea dice:
– Cerca de Ti.
¡Qué bien se siente uno al estar contigo!
No te separes de mí, Jesús…
Ahora sé Quién Eres y por eso me arrodillo.
En Cesárea tuve miedo de hacerlo…
Me parecías sólo un hombre…
Ahora sé que Eres Dios escondido en un Hombre.
Y que para mí eres un Padre y un Protector…
Jesús agrega:
– Y Salvador, Áurea Gala.
Ella exclama jubilosa:
– Y Salvador.
¡Sí! Me salvaste…
– Y te salvaré más.
Tendrás un nombre nuevo…
– ¿Me quitas el nombre que me dio mi padre?
El amo en la isla me llamaba Aurea Quintilia, porque nos dividían por color y por número.
Porque yo era la quinta rubia así…
Pero ¿Por qué no me dejas el nombre que me dio mi padre?
– No te lo quito.
Llevarás, añadido a tu antiguo nombre, el nombre nuevo, eterno».
– ¿Cuál?
– Cristiana.
Porque Cristo te salvó…
Comienza a alborear.
Vámonos.
Jesús se vuelve hacia su más anciano apóstol,
y agrega:
– ¿Ves Nathanael qué es fácil hablar de Dios a los abismos vacíos?
Hablaste muy bien.
La niña se instruirá fácilmente.
Se formará rápidamente en la Verdad.
Y ordena con suavidad:
– Sigue adelante con mis hermanos Áurea…
La niña obedece pero con temor.
Preferiría quedarse con Bartolomé, el cual comprende todo…
El apóstol le dice:
– Voy enseguida.
Vete…
Obedece.
EL PURGATORIO
EL TERCER PURGATORIO
47. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la Gehenna Marcos 9 47
En el Infierno, los demonios torturan el cuerpo espiritual
en los miembros con los cuáles se pecó, porque los espíritus inmundos generados por el pecado;
están adheridos en el cuerpo espiritual al órgano del cuerpo físico, usado para cometer el pecado….
Y los pecados convertidos en vicios, terminan generando monstruos tan poderosos…
Que CASI igualan en poder y maldad, a los propios ángeles caídos.
Las consecuencias de esto a la hora de ser torturados en el Infierno, son tan gravísimas;
que son prácticamente inimaginables, para nuestro pobre intelecto humano;
pero TAN REALES, que hablaremos de ello en otro artículo posterior.
En el Tercer Purgatorio, en la zona más profunda que colinda con el Infierno,
están los que se han salvado, por la intercesión de los corredentores y prácticamente ha sido
sólo una gracia, el que hayan escapado de las garras de Satanás.
En esa zona, están los que menos saben amar, están intoxicados por el egoísmo y por el Odio….
Y algunos están gravados con tremendos vicios, por eso las oraciones no llegan allí.
Y las que se aplican por ellos, son gracia para otros, que también las necesitan y por las que nadie ora…
¿Por qué? Las Oraciones no llegan a ellos…
Los ángeles caídos fueron creados por Dios, habitan en el Infierno, el reino del Odio,

8. «Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno.
9. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida con un solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego. Mateo 18
donde su única diversión es torturar a las almas que se condenaron.
Los Pecados son ejecutados por los hombres, en rebeldía a Dios y s su Ley de Amor…
Y SON LOS QUE SE CONVIERTEN EN ESPÍRITUS INMUNDOS,.
Cómo están adheridos al alma, porque se sustentan de la maldad existente en el espíritu humano;
Si no han sido destruidos por el arrepentimiento y el Sacramento de la Confesión,
Acompañan al alma salvada hasta el Purgatorio, donde sólo pueden ser destruídos,
por el Fuego Purificador y Expiatorio en el Tercer Purgatorio.
Y éstos espíritus inmundos, hacen el mismo trabajo, que los demonios en el Infierno:
¡Torturando implacables a sus creadores!
La misericordia de Dios permite a estos aliados del infierno,
hacer el tratamiento que aplicamos en la lavandería, cuando usamos cloro,
Por eso no está errada la expresión:
“Que los corredentores también salvamos almas, del Purgatorio…”
Porque con el Rosario a la Preciosísima Sangre, podemos destruir a los espíritus inmundos y
Rescatar almas para elevarlas al siguiente nivel, del Tercer Purgatorio,
Donde ellos nos agradecen el haberlas librado de los tormentos infernales,
que ellos mismos se procuraron con su impenitencia…
Sólo cuando hemos atestiguado este tremendísimo nivel de Sufrimiento,
somos capaces de entender, compadecer y actuar para ejercer nuestra misión como salvadores…
REVELACIONES Y PROFECÍAS
SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Septiembre 27 de 2012 – 2:15 P.M.
Hermanos terrenales, yo vuestro hermano Miguel, en compañía de Gabriel, Rafael,
y mis otros hermanos, los Arcángeles y Ángeles del reino de mi Padre,
queremos que nos tengáis en cuenta;
nuestra misión es protegeros y llevaros seguros a la gloria de Dios.
Hermanos, estad preparados para la llegada del AVISO,
para que podáis resistir la Presencia de nuestro Padre y podáis al regresar hacer su santa voluntad.
Todas las almas que estén en la gracia de Dios,
se les encomendarán misiones que deberán cumplir en el tiempo del milagro;
misiones todas encaminadas a reunir el rebaño de mi Padre aquí en la Tierra
Todo mortal conocerá el estado de su alma
y tendrá una visión más clara de la existencia de Dios,
de la existencia del Cielo, Purgatorio e Infierno.
Aquellas almas que andan en este mundo en tinieblas o en tibieza espiritual,
su Paso por la Eternidad le servirá para darse cuenta del estado
en que se encuentran las almas condenadas y el estado en que yacen las almas en el Purgatorio.
Mi Padre quiere mostrarles la existencia del Más Allá,
para que tomen conciencia y se arrepientan de sus pecados
y sean hombres y mujeres nuevos cuando regresen a este plano terrenal.
Las almas que por falta de amor hacen el mal en este mundo,
pero que no están consagradas, ni le han vendido el alma al Príncipe de la Oscuridad,
mi Padre les dará una última oportunidad en el AVISO para que se conviertan.
Les mostrará el Averno y sentirán el fuego con que se queman las almas condenadas.
Y verán sus tormentos.
Su Paso por la Eternidad les mostrará todo el daño que han hecho,
será doloroso, pero necesario para su conversión.
Las almas consagradas al Príncipe de este Mundo
y que le han dicho no a la misericordia de Dios, ya no regresarán;
se perderán eternamente en las profundidades del Abismo.
Recapacitad pues hermanos y arrepentíos y convertíos de una vez,
porque el tiempo de misericordia está por cumplirse.
No os apartéis del amor de Dios y contad con nosotros.
Somos portadores de la voluntad del Padre,
nuestra misión es protegeros y llevaros seguros a la gloria de Dios.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, somos vuestros hermanos: Miguel, Gabriel, Rafael
Diciembre 23 de 2013 – 10:30 a.m.
Hoy vengo a deciros que está próximo el día en que rendiréis cuentas a mi Padre.
Alabad la gloria de Dios hermanos,
porque muy pronto todo mortal que tenga uso de razón
tendrá que rendirle cuentas a mi Padre, por su comportamiento en este mundo.
El Juicio que Dios os mostrará cuánto habéis amado y cuánto habéis dejado de amar.
¡Ay de aquellas almas que se van a presentar a mi Padre, sin haber perdonado;
porque padecerán el fuego purificador del Purgatorio
y sentirán el dolor que produce la falta de perdón!.
¡Ay de aquellas almas tibias, porque conocerán el Infierno,
el lugar donde irán a parar, si al regresar continúan con su tibieza espiritual!
Y, ¡Ay de aquellas que el juicio de Dios las sorprenderá en pecado mortal,
porque van a padecer el fuego de las almas condenadas
y van a sentir todo el dolor y la desesperación de estas pobres almas!.
¡Parad ya de ofender a Dios almas pecadoras, dejad vuestra rebeldía,
porque la Hora del Juicio se está acercando
y muchas de vosotras ya no regresaréis más a este mundo!.
¿Qué estáis esperando?,
Mirad que el tiempo cada vez es más corto y está llegando a su límite.
No dejéis para el último momento vuestra salvación,
recapacitad y enderezad vuestro camino,
para que mañana no tengáis que lamentaros por toda la Eternidad.
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Marzo 10 de 2010 12:45 p.m.
Hijos míos, mi Paz este vosotros.
Las almas de vuestros familiares difuntos y antepasados, necesitan de vuestras oraciones;
muchas almas penan en el Purgatorio porque no hay quien ore por ellas.
Generaciones enteras han pasado sin que nadie se acuerde de orar por ellas;
estas pobres almas necesitan oraciones, ayunos y obras de caridad
de vosotros los de aquí, para que puedan ser liberadas.
Acordados hijos míos, que yo vuestro Padre Celestial,
todo lo hago dependiendo de vuestras oraciones y suplicas,
pues respeto mucho vuestro libre albedrio.
De vuestras oraciones, ayunos, obras de caridad y suplicas, a favor de las almas,
depende la sanación de vuestro árbol genealógico.
Todas las bendiciones que tengo para vosotros y vuestras heredades
están interrumpidas por la falta de oración intergeneracional.
Acordaos: un árbol bueno da buenos frutos;
mas un árbol malo da frutos malos;
por eso debéis orar por vuestro árbol genealógico paterno y materno,
para que sean cortadas de raíz, todas las ataduras y maldiciones en las generaciones,
y así podáis vosotros y vuestras heredades vivir en bendición.
Septiembre 21 de 2011 1:30 p.m.
Mi pequeño Juicio os mostrará la gravedad del pecado
y la forma como afecta mi Creación;
todo pecado mortal os quemará el alma,
con el fuego con que son quemadas las almas que se condenan.
El Cielo y el Infierno se os mostrarán,
para que sepáis que son una realidad.
Allí se acordarán de todos sus caminos y de todos los hechos, con que se contaminaron
y sentirán asco de ustedes mismos, por todos los pecados cometidos.
MI PEQUEÑO JUICIO
NO SERÁ TAN DURO PARA MI PUEBLO FIEL
se os mostrarán los pecados que debéis de confesar
y especialmente vuestras omisiones y faltas de caridad para con vuestro Dios
y vuestros hermanos;
sentiréis dolor por haberme ofendido y será como un Purgatorio para vuestras almas;
os digo, que la suma de los pecados veniales no confesados,
se van volviendo en faltas graves que ofenden a mi Divinidad;
por eso mi Despertar de Conciencias es tan importante,
para que enderecéis vuestro caminar y retoméis la senda de vuestra salvación.
No olvidéis que sois miembros del Cuerpo de Cristo,
de este Cristo que se entregó por vosotros para la redención de vuestros pecados;
por eso cada vez que pecáis, mi Cuerpo sufre y mi Santo Espíritu se entristece.
¡Ay de aquellos que están en pecado mortal,
porque mi AVISO les va a ser sentir el peso de sus pecados
y sus almas sentirán el fuego de las tinieblas!. Todos
Aquellos que me han dado la espalda,
sus almas van a sentir el dolor de las almas que se condenan,
verán el Infierno y estarán en él, por el tiempo que dure mi pequeño Juicio.
Así se darán cuenta de la existencia del reino de las Tinieblas
y del amo que les espera, si continúan en su camino de perdición y pecado.
ABRIL 27 DE 2012 – 8:45 A.M.
Haced buenas confesiones de vida os lo pido hijos míos;
recibid con mayor frecuencia mi cuerpo y mi sangre,
PARA QUE CUANDO OS PRESENTÉIS
ESPIRITUALMENTE ANTE MÍ,

El Día del Juicio ante el Tribunal de Cristo, seremos recompensados. O nuestras obras serán quemadas como la paja. Tal vez recibamos alguna recompensa, QUIZÁS NINGUNA.
PODÁIS SER JUSTIFICADOS
Y NO TENGA VUESTRA ALMA QUE SUFRIR
LOS PADECIMIENTOS QUE SUFREN
LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Y LAS ALMAS QUE SE CONDENAN.
Porque bien sabéis que vuestra alma será llevada
al lugar que le corresponde según sus faltas.
Visitadme en el Sagrario,
porque estoy derramando abundantes bendiciones
a todos aquellos que se acerquen a platicar conmigo.
Estoy sanando corazones heridos y maltratados
y concediendo indulgencias plenarias que os servirán para borrar vuestras faltas
y limpiar vuestra alma.
Acordaos que estoy por partir
para que se cumpla todo lo que está escrito para estos Últimos Tiempos;
de nuevo nos volveremos a ver en mi nueva y celestial Jerusalén
donde estaré ya con vosotros hasta la consumación de los tiempos.
AGOSTO 02/2013 8:15 A.M.
Hijos míos de nuevo os digo, el día de mi llamado está muy cerca,
corred a poner en orden vuestras cuentas para que vuestro Paso por la Eternidad
sea de paz y de gozo y no una amarga y dura experiencia.
Muchas almas que ya han pagado sus deudas en este mundo,
cuando llegue mi AVISO, se quedarán conmigo en el Paraíso y no regresarán más.
Los que estén vestidos de blanco me verán y contemplarán la gloria de Dios;
los de traje gris y gris oscuro conocerán los diferentes estados del Purgatorio
y los que vienen sin el traje apropiado serán separados por mis Ángeles
y entregados a los carceleros para que los lleven al Lugar que les corresponde

En el INFIERNO, el Reino del ODIO están peor, los demonios desquitan su ODIO se sufre el Calvario de Jesús, con TODO el Rigor de la Justicia Divina..
en las profundidades del Abismo.
AGOSTO 02/2013 8:15 A.M.
La hora de la Gran Misericordia está próxima,
preparad vuestros corazones y limpiad vuestras moradas de toda mancha de pecado,
porque se acerca el día en que pasaréis por la Eternidad
y veréis el estado de vuestra alma.
La gloria de Dios espera por mis justos y purificados hijos;
el Purgatorio espera por mis hijos que aún tienen cuentas y deudas pendientes.
Y el Averno espera a todos aquellos que caminan por la senda del pecado,
quebrantando mis Preceptos y dándoMe la espalda y no la cara.
Mi Juicio Personal está muy cerca,
¿Qué esperáis insensatos para poner vuestras cuentas en orden y volver a Mí?.
Vuestra soberbia y vuestros pecados os tienen vendados
y no os dejan ver el grave estado de vuestras almas.
Una gran luz en el firmamento anunciará la llegada de mi AVISO.
Mi gloriosa Cruz será la señal que os anunciará
que vuestro Paso por la Eternidad ha llegado.
Por siete días con sus noches, mi gloriosa Cruz os acompañará;
muchos recibirán sanación y liberación,
otros se convertirán y los hombres de ciencia dirán que es un fenómeno celeste
y muchos creerán en sus palabras.
Se necesita Fe para comprender el misterio del amor de Dios;
se necesita Fe para comprender el plan que Dios tiene para salvar a la Humanidad.
NOVIEMBRE 29 DE 2013 – 8:15 A.M.
Me duele y entristece ver cómo muchos laicos y religiosas profanan mi Divinidad,
tomándome en la mano y otros dándome,
como si yo fuera un objeto material o un pedazo de pan;
no se dan cuenta que Soy Yo Vivo y Real
Quien se hace vida en vosotros, en la sencillez de una HOSTIA consagrada.
MIRAD CÓMO ME ULTRAJÁIS
¿Éste es el pago que recibo por mi Amor?.
Muchas almas están en las profundidades del Purgatorio y otras se han condenado
por esta vil profanación.
Noli Me Tangere, ¡No me toques!,
Porque vuestras manos no son dignas de recibirMe y de darMe,
este ministerio sagrado solo lo he conferido
a mis Sacerdotes, Obispos, Cardenales y el Papa,
Sólo manos consagradas por la Unción sacerdotal pueden tocarMe.
Haced buenas confesiones, mortificad vuestros sentidos y orad con el salmo 51,
que le di a mi siervo David antes de recibirMe;
si no participáis de mi Cena Pascual,
no podéis alimentaros de mi Cuerpo y de mi Sangre;
os digo esto, porque muchos llegan al final del Santo Sacrificio a recibirMe
como si fuera algo mundano lo que reciben.
Otros Me reciben en pecado mortal
no sabiendo que con esto se están bebiendo el cáliz de su propia condenación.
Debéis de confesaros mínimo cada mes,
pero si cometéis faltas graves debéis de hacerlo de inmediato;
muchos llevan meses sin confesarse, porque según ellos no tienen pecados;
os digo, que TODOS sois pecadores, solo Dios es Santo.
¡Oh qué engañados que estáis y qué falta de Evangelización en mi Iglesia!.
Os recuerdo las palabras de mi salmo 51 cuando dice:
en maldad yo fui formado y en pecado me concibió mi madre (Salmo 51, 7).
Qué tristeza siento al ver a muchos de mis hijos,
recibiendo mi Cuerpo y mi Sangre, sin haberse confesado primero.
La apostasía ha entrado a mi Casa,
muchas de mis Casas permanecen vacías y otras en museos se han convertido
y Yo, permanezco olvidado en el silencio de sus sagrarios.
¡Oh, qué ingratitud, la soledad y la tristeza me embargan!
¡Qué dolor siento al ver a la inmensa mayoría de la Humanidad tan perdida!.
Cuando lleguen los días de oscuridad, ya no vais a tener mis casas abiertas,
entonces, clamaréis: ¡Señor, Señor, dónde estáis, ven sálvanos!
y ya no habrá Quien os escuche.
http://www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensajesrecientes.html
UN EXORCISTA PRIVILEGIADO 3
Después de mi conversión, mi alma estaba sedienta de Dios
y lo buscaba en donde quiera que mi corazón lo presentía.
Cuando recién comenzaba a trabajar en el Ministerio de Sanación y Liberación,
una vez Jesús me dijo:
“Pronto aprenderás que Conmigo,
LAS BATALLAS SE GANAN. PERDIENDO…
Cuando estuve viviendo una temporada, en la casa solariega que tenía una de mis hermanas,
en una ranchería cercana al aeropuerto de Guadalajara en México;
Jesús estuvo muy activo…
Con el grupo de Oración de la Renovación Carismática y la dirección del sacerdote del pueblo,
el Señor realizó su ministerio con una libertad casi incomprensible;
Algo muy parecido a lo que le pasó al Padre Tardif en su ministerio renovado;
después de su sanación en el hospital y cuando regresó a su parroquia.
Cuando estaba estrenando los Carismas y estaba ejerciendo su sacerdocio,
como lo relata en su libro: “Jesús está Vivo”
Ahora que lo reflexiono…
Jesús me estaba dando un curso intensivo de Evangelización y Apostolado,
para que se acelerara mi crecimiento en los conocimientos que debía adquirir
en el ministerio al que había sido llamada.
O tal vez la sabiduría del cardenal, fue guiada para que solamente yo fuese supervisada…
En realidad no lo sé..
En fín, lo importante eran los frutos.
Y lo real era que había muchísimas conversiones.
Al sr. cura, le sobraba el trabajo, para pastorear las ovejitas que aumentaban su rebaño.
De hecho nacieron varias vocaciones religiosas y eso era el mayor desafío,
para los que detestaban la renovación carismática…
Pues Jesús seguía haciendo todo igual;
tal como lo hacia cuando caminaba, por los senderos del antiguo Israel.
Pues los milagros seguían remeciendo los corazones…
Jesús sanaba y seguía aumentando la demanda de los que solicitaban auxilio;
ya que vinieron muchas personas buscando alivio y sanación a múltiples dolencias;
inclusive de los estados vecinos a Jalisco.
Fue allí que se perfeccionó nuestro conocimiento sobre la influencia que nuestros pecados le proporcionan a Satanás.
Las cadenas para esclavizarnos, someternos y destruirnos, de diferentes maneras.
En las evangelizaciones, Jesús medicaba las almas y las instruía.
Luego mandábamos a los conversos a que se reconciliaran con los Sacramentos
y así aumentaba el Rebaño que el Sr. Cura pastoreaba en la parroquia.
Y nosotros siempre aprendíamos algo nuevo.
Las Oraciones de Liberación, las realizábamos;
siguiendo las instrucciones que nos daba Jesús;
con los diferentes Carismas en acción,
que el Espíritu Santo nos proporcionaba al grupo Juvenil de Oración,
y que constaba de alrededor de 3 adultos y siete jóvenes.
Jesús dirigía a través mío, lo que había qué hacer,
contando con la asistencia y la ayuda del Cielo entero.
PORQUE CADA EXORCISMO
ERA UN COMBATE,

“Ve y vence. Ve y conquista. Ve y nunca olvides que eres un guerrero de Dios. Habla con autoridad. Camina con seguridad. ERES HIJO DEL REY”
CUERPO A CUERPO
Satanás utilizaba todas las estratagemas para NO soltar a sus presas,
pero el Espíritu Santo nos ayudaba a bloquear sus argucias…
Y siempre lo vencíamos.
Una de sus tretas favoritas, era fingir que ya se habían ido…
Y se escondían.
Pero con los Carismas podíamos verlos,
y además conocíamos sus nombres.
Al nombrarlos adquiríamos un poder especial sobre ellos;
y les dábamos órdenes específicas, que NO podían ignorar.
Una cosa que me costaba mucho trabajo entender,
era por qué cada vez aumentaba la dificultad para vencerlo…
Y nuestros combates se habían vuelto, cada vez más arduos y difíciles.
En los últimos enfrentamientos,
NO vacilaba en recurrir a la agresión física, tratando de amedrentarnos.
NO nos obedecía…
Y hacía que las liberaciones fuesen largas,
y sumamente laboriosas.
Yo me había acostumbrado a que Dios debía ser Obedecido de inmediato;
y a que nuestros oponentes NO debían costarnos tanto trabajo…
Pero las últimas experiencias, parecían contradecir todo esto…
Yo acababa de sanar de una tremenda quemadura. en casi toda mi espalda, baja..
Y ya estaba otra vez teniendo un combate feroz,
donde mi Oponente parecía haberse fortalecido hasta un grado inimaginable.
Un día estábamos orando por un hombre que había venido desde Nayarit,
y pesaba más de 200 kg.
Él estaba recostado en la cama, mientras los demás orábamos por él.
Los Demonios nos ofrecían una resistencia brutal…
Y hacían gala de su rebeldía profiriendo blasfemias atroces.
Por más que los amenazaba, ellos se burlaban y mostraban su soberanía, sobre aquella alma,
encarándose directamente con Dios y retándolo con bestial crueldad,
Los espíritus inmundos, eran los más groseros…
El que los capitaneaba a todos, era siempre el demonio,
(ángel caído que dominaba, en oposición, al ángel de la guarda)
enumerando los diversos pecados que les permitían poseerlo.
Por eso se llama Diablo = acusador.
Se burlaban de Dios diciéndole los diversos motivos por los que el hombre poseso,
se negaba a amarlo.
Y NO le interesaba obedecer sus Mandamientos…
Entonces provocaba visiones, mostrando porqué le deleitaba tanto el pecado.
Y nosotros éramos testigos de la confrontación entre Dios y Satanás,
por el alma especifica, de este nayarita, por el que estábamos luchando,
¡En una forma real!
Cuando los espíritus inmundos, mostraban su soberanía absoluta…
Yo véia que esto, eran como puñaladas arteras,
remolineadas en el Corazón de Dios…
Y a continuación mostraban los espíritus inmundos, creados en sus pecados
y el motivo por el que ellos tenían la razón para poseerlo y atormentarlo…
Era un festín sanguinario y despiadado , de brutalidad y escarnio.
Al mismo tiempo que le recriminaban a Dios,
el que Él no tuviera una sola razón para intervenir e impedirles,
lo que ellos habían determinado hacerle, al sujeto de su posesión.
Esto para mí fue demasiado…
Y con impotencia creciente, pensaba en la forma de callarlos.
Lo único que había en la habitación además del Crucifijo,
era un cuadro de la Virgen de Guadalupe,
donde se miraban las rosas cayendo de la tilma de Juan Diego.De forma impulsiva les grité:
– ¡¡¡Ya basta!!!
Cómo NO quieren callarse;
en este momento les pongo en la boca una rosa del Tepeyac…
y convierto sus blasfemias en Bendiciones.
En el Nombre de Jesús lo digo + y en el Nombre de Jesús lo hago+ Amén
Después de esto hubo un silencio total…
Y seguimos con la Liberación.
Pero Satanás NO había terminado.
Aun no comprendo cómo pasó.
Pero de repente, uno de los jóvenes que estaban orando y participando en la batalla;
de pronto estaba debajo de la cama y empezó a ser aplastado,
por el enorme peso de nuestro rehén, que intentábamos liberar.
Le pedí ayuda a Mamá María y a nuestros ángeles de la guarda;
y de pronto…
Con una sola mano, porque con la otra sosteníamos los rosarios, el Agua Bendita…
Y yo, además la Biblia…
Levantamos la cama y alguien lo arrastró, sacándolo de la mortal trampa.
Entonces Satanás atrapó a otro de los jóvenes que orábamos…
Y sacándolo a la terraza de la recámara que estaba en el primer piso,
literalmente lo mandó volando a través del huerto, hasta el abrevadero de los caballos.

31. «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo;
32. pero yo he rogado por ti, para que tu Fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» Lucas 22
La mitad del grupo salió corriendo hasta la piscina,
donde los caballerangos ejercitaban a los corceles y que era donde Lucifer intentaba ahogarlo.
Yo también salí corriendo…
Y en el salón de juegos, que estaba donde empezaba la escalinata;
para bajar a la sala principal,
me topé con mi sobrinita de cinco años, que estaba desternillándose de risa.
Ante mi mirada interrogante,
me dijo:
– ¡Ay tía!…
¡Esto es más divertido que las caricaturas en la televisión!
¡Todos los diablos no pueden hablar.
Y se ven muy simpáticos, con una enorme rosa en la boca!…
Por un segundo me paralicé por la sorpresa…
Pero recordé la emergencia…
Y continué mi carrera hasta las caballerizas,
donde Satanás continuaba en sus intentos por ahogar a Octavio.
Cuando llegué a la piscina, me eché un clavado;
levanté la cabeza de Octavio fuera del agua.
Y abrazándolo, le grité muy enojada a Lucifer:
– ¡ALTO!
¿Quién te crees que eres para atacarnos así?
Lárgate de aquí.
Te aseguro que esta vez vas a lamentar el combatir con nosotros…
¡Porque todavía NO me conoces…!
¡Y me conocerás!…
¡Constatarás que de princesa, sólo tengo los genes!
Porque te juro que te voy a hacer llorar…
Sacamos a nuestro valiente hermanito del agua…
Y en el pasto que rodeaba la piscina…
Oré por Octavio mientras lo reanimaba…
Y Jesús lo volvió a la consciencia totalmente intacto.
Empapados pero felices, regresamos a continuar la Liberación.
Aunque sentía de forma maravillosa,
la Portentosa Presencia de mi Señor Único y Trino,
mi resolución no cambió un ápice y al contrario…
Cuando entramos nuevamente a la casa,
YO NO estaba dispuesta a soportarles más majaderías…
Y me sentía tan furiosa, que decidí mandar por la borda,
todos los buenos modales con que Jesús nos dirigía…
Mala decisión, porque no le pedí permiso....
¡Y SIMPLEMENTE LO HICE!
Entonces surgió la charra que siempre ha habitado en mí.
Y aquí emergió uno de mis mayores defectos:
Cuando estoy enojada, NO reflexiono,
ACTÚO.
Este altanero Arcángel le faltaba al respeto a Dios,
Blasfemaba lo que quería y escarnecía con enorme crueldad al Señor.
¡Esto me dolía tanto…!
Era UN VALENTÓN COBARDE, al que nadie le había puesto un alto…
Y por eso su Soberbia estaba tan inflada.
Mi sobrinita sin querer, me había dado un dato crucial:
“Todo lo que yo decía, se hacía¨
Entonces si mi palabra era tan importante…
Estuve deliberando en la forma de doblegar tan grande soberbia…
Pensé en los miedos que tenían supremacía en la sociedad a la que había pertenecido desde que nací…
Y que sometían la mayoría de sus comportamientos sociales…
Lo más importante eran las apariencias y el PRESTIGIO ante los demás.
Por eso prevalecían los modales elegantes…
Y todo mundo quería pertenecer a una élite en ascenso.
Entonces recordé el calendario, que estaba sobre una de las paredes en el cuarto de lavado..
y tenía una bella imagen del Carnaval..
.– ¡Vaya, vaya…!
(una idea PERVERSA empezó a germinar en mi cabeza)
Por eso en las visiones que teníamos sobre el Infierno,
Satanás siempre andaba elegantísimo y desplegando prepotencia y poder.
En un par de días más, empezaría la Cuaresma…
Lucifer está tan pagado de Sí mismo,
que TODO lo que se relaciona con él, debe ser impresionante…
Recordé sus desafíos, sus burlas, sus despliegues de poder…
Y sus manifestaciones llenas de deslumbrante magnificencia…
Y también CÓMO SE SIENTE INTOCABLE COMO UN DIOS.
Estaba tan enojada con él;
que decidí que era el momento de darle una Lección…
Y que NO la olvidara jamás…
CONCLUÍ…
Bueno, veamos que hace;
al proporcionarle una sopa de su mismo chocolate…
Y actué con la misma resolución que lo hacía;
cuando de sacudirme un poco el extremo rigor de mi madre se trataba:
“En casos de necesidad, es mejor pedir perdón que pedir permiso…”
Y esto era una emergencia.
Y cómo los jugadores en la mesa de pókar, cuando apuestan todo…
Ya me la estaba jugando por Jesús en el hombre por el que orábamos…
Habíamos recibido varios ataques, que hubieran podido tener un desenlace fatal…
Al menos con tres de los integrantes del equipo de Liberación.
Sólo me faltaba una cosa…
Uno de los miedos más grandes que los exorcistas tienen,
es que los espíritus del poseso puedan penetrar en ellos…
Y así convertirse en una víctima más;
torturada en venganza, por la Maldad de Satanás.
Pero ese Miedo
ES precisamente la TRAMPA Y EL PELIGRO.
Cuando tienes a Dios de tu lado, NO HAY porqué tener miedo.
Y cuando confías en Él,
ES CUANDO VES LOS MAYORES MILAGROS…
Yo le había entregado mi vida entera a Jesús.
Y después de 15 años de choques frontales con el Enemigo;
en los que más o menos había aprendido a conocerlo,
Una idea se había metido en mi mente y estaba cristalizándose más fuerte;
durante los últimos combates.
¿La Muerte?
¿Qué es la muerte para el que espera en Dios?
Sólo es el tránsito para el encuentro definitivo con el Amado.
Y decidí jugarme el todo, por el TODO.
Si moría, moriría sirviendo al Dios que adoro sobre todas las cosas.
Viéndolo de esta manera, tenía boleto express para reunirme con ÉL…
Todos estos pensamientos, fueron veloces mientras retornaba con nuestro ‘pacientito’…
Y mi corazón galopó de alegría…
Cuando íbamos a entrar a la habitación nuevamente, me detuve por un momento,
evalué la situación…
Y resolví acabar de una vez por todas con aquella batalla.
Llevábamos muchas horas luchando;
había atentado contra nuestras vidas dos veces.
Satanás seguía sintiéndose Intocable…
Y yo YA NO estaba dispuesta a prolongar aquello.
Así que agarré a toro por los cuernos
Y APOSTÉ MI TODO…
DECIDÍ SER LA GUERRERA SUICIDA,
DEL EJÉRCITO DE JESÚS…
Yo le gané a Satanás este privilegio…

Gracias Padre por cada marca y cada cicatríz que llevo en mi cuerpo y en mi alma, garantizando que la Lucha no ha sido fácil, pero Tú haz sido mi Fortaleza…
Ya NO iba a dar órdenes y esperar a que fuesen obedecidas…
Cuando entramos en la habitación donde yacía el que estaba siendo liberado,
me dirigí directamente hacia él…
Y poniendo mis manos sobre su cabeza,
DECLARÉ:
– “Amadísimo Padre Celestial,
Tú que Eres Infinitamente Bueno, Infinitamente Poderoso, Infinitamente Misericordioso,
escucha la Oración que te presento a través del Inmaculado Corazón de María Santísima
y por la Sangre Preciosísima de Jesús.
Te entrego mi cuerpo, mi alma, mi vida y mi espíritu, por mi hermanito,
(dije el nombre de nuestro enfermito)
Por favor PÁSAME A MÍ, TODO LO QUE HAY EN ÉL…

La vida es breve… Se vive una sola vez. Es necesario ser santos, NO A MEDIAS, sino totalmente, para gloria de la Inmaculada y la mayor gloria de Dios…
Y dale a él, todo lo que me has dado a mí:
Tu Perdón, tu salvación, tu sanación, tu Paz, tu Amor.
Y todas las Gracias que tu Espíritu Santo decida.
Soy Tuya mi Señor y deseo serlo siempre por toda la Eternidad.
Te consagro a… al Corazón Inmaculado de María santísima,
para que sea una ovejita del Rebaño de Jesús. Amén
Y los diablos que acaban de entrar en mí,
no saldrán hasta que yo lo ordene
y deberán hacer junto conmigo TODO lo que yo haga.
Me arrodillé ante la Virgen y recé el Angelus.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía, caer en la tentación…
También la honré con “Bendita sea tu Pureza…”
Cuando terminé, besé los piés de la Guadalupana…
Y les dije a mis nuevos huéspedes:
– ¡BIENVENIDOS!
¡ALABAREMOS AL DIOS ALTÍSIMO!
¡Y LO HARÁN CADA VEZ QUE YO LO HAGA!
¡ Y CON LA ALABANZA CON QUE YO LO HAGA!
Así que si quieren librarse de esto,
NO tienen otra alternativa que correr a postrarse a los Pies de Cristo Rey
y hacer lo que Él les mande.
Por lo pronto, vamos a cantar…
“Salve Reina de los Cielos y Señora de los ángeles,
Salve Raíz, Salve Puerta, que dió paso a nuestra Luz.
Alégrate Virgen Gloriosa, entre todas la más bella…“
Y el Salve Regina sonaba triunfal en todas las gargantas,
incluída la del hombre que había sido sanado y liberado…
Verificamos que la Liberación había sido completa y que nuestro rehén estaba totalmente intacto…
Y pudimos proclamar la victoria total en el Nombre de Jesucristo.
Todos nos consagramos nuevamente a los Sagrados Corazones y…
le dije a Lucifer:
– Lo siento amigo, acabas de perder.
Mi tiempo es demasiado valioso, para desperdiciarlo con tus argucias.
Ya NO quiero escuchar tus soberbios desplantes.
Y conmigo NO funcionan tus trucos.
Este rehén YA NO ES tuyo.
Por si no te diste cuenta, pasé sus espíritus inmundos y tus compinches a mi interior,
tanto si estaban dispuestos a hacerlo, como si no.
Yo NO dejo alternativas.
Acabo de liberarlo de sus pecados y de las cadenas con que lo controlabas.
¡ESTÁ LIBRE!
Creo que te metiste con el alma equivocada;
porque todavía tengo otra gran sorpresa para ti y para TODO tu séquito infernal:
– Esto es una guerra, NO un juego.
Y porque parece que ustedes olvidan con
Quién
se enfrentan;
es necesario darles un pequeño recordatorio.
Por esto, en el Nombre de Jesús yo los visto a todos ustedes;
con los mismos ropajes que ataviarán los participantes en el Carnaval de Río de Janeiro.
Los que han promovido el descaro y la indecencia en la mujer,
vestirán los más diminutos y actuales biquinis…
y NO me importa si son masculinos.
Los que alardean de su elegancia varonil,
llevarán los trajes carnavalescos de la Marcha del Orgullo Gay…
Y al que se atreva a protestar;
LE GARANTIZO MÁS CREATIVIDAD, con su atuendo personal.
¡Ustedes se lo Buscaron!
Y esto se aplica a todas las Jerarquías.
¿¿¿ E n t e n d i e r o n ???…
O ¿Se los explico con manzanas, palitos y bolitas?
¡Y NO se los podrán quitar,
HASTA QUE YO LO DECIDA! Amén
Ahora sí. ya tienen mi permiso para irse,
Y más les vale que lo hagan rápido, porque me tienen bastante fastidiada.
Y están en peligro de que decida agregarles, otro pequeño inconveniente para ustedes…
Había sido una jornada de más de doce horas,
plagada de fenómenos extraordinarios;
y que me dejaron a mí, totalmente exhausta.
Y todavía faltaban las Consecuencias de mi impulsivo arrebato…
Cuando terminamos, el grupo se disolvió…
Y yo me dormí como un bebé, después de haber sido bañado…
273 EL LASTRE DE LA RIQUEZA
273 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Es en la casa de Cafarnaúm, a la sombra de los árboles en el huerto umbrío,
temprano por la matutina.
Los apóstoles se fueron a predicar.
Jesús cura a unos enfermos, acompañado de Mannaém.
Que ya no lleva ni el precioso cinturón ni la lámina de oro en la frente:
sujeta su túnica un cordón de lana; una cinta de tela, como la prenda que cubre su cabeza.
Jesús tiene descubierta la cabeza, como siempre cuando está en casa.
Una vez que ha terminado de curar y de consolar a los enfermos,
sube con Manahén a la habitación alta.
Aunque parece que la canícula ha terminado, el sol todavía calienta implacable…
Se dirigen hacia la parte mas sombreada y fresca.
Y se sientan los dos en la pequeña terraza de la ventana que mira al mont
Mannaém dice:
– Dentro de poco empezará la vendimia.
Jesús le contesta:
– Sí.
Luego vendrá la Fiesta de los Tabernáculos…
Y el invierno estará a las puertas.
¿Cuándo piensas partir?
– ¡Mmm!…
De mi parte no me iría nunca…
Pero pienso en el Bautista.
Herodes es una persona débil.
Si se le sabe influir
Se le puede sugestionar para que haga el bien y si no se hace bueno;
por lo menos que no sea sanguinario.
Desgraciadamente son pocos los que le aconsejan bien.
¡Y esa mujer!… ¡Esa mujer!…
Yo quisiera estar aquí hasta que regresen tus apóstoles.
Aunque mi ascendencia ha disminuido, desde que saben que sigo los senderos del Bien.
Pero no me importa.
Quisiera tener la verdadera valentía, de saber abandonar todo para seguirte completamente,
como aquellos discípulos que estás esperando.
¿Lo lograré alguna vez?
Nosotros que no pertenecemos a la plebe, somos más obstinados para seguirte.
¿Por qué será?
– Porque los tentáculos de las míseras riquezas os retienen.
– Conozco a algunos que no son tan ricos, pero sí son doctos o están en camino de serlo.
– También están retenidos por los tentáculos de las míseras riquezas.
No se es rico sólo de dinero.
Existe también la riqueza del saber.
Pocos llegan a la confesión de Salomón: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”,
considerada de nuevo y ampliada -no tanto materialmente cuanto en profundidad-
en Qohélet.
¿Lo recuerdas?
La ciencia humana es vanidad, porque aumentar sólo el humano saber
“es afán y aflicción de espíritu.
Y quien multiplica la ciencia multiplica los afanes”.
En verdad te digo que es así.
Como también digo que no sería así, si la ciencia humana estuviera sostenida y refrenada
por la sabiduría sobrenatural y el santo amor a Dios.
El placer es vanidad, porque no dura;
arde y rápido se desvanece dejando tras sí ceniza y vacío.
Los bienes acumulados con distintas habilidades son vanidad, para el hombre que muere,
porque con los bienes no puede evitar la muerte, y los deja a otros.
La mujer, contemplada como hembra y como tal apetecida, es vanidad.
De lo cual se concluye que lo único que no es vanidad es el santo temor de Dios
y la obediencia a sus Mandamientos.
O sea, la sabiduría del hombre, que no es sólo carne,
sino que posee la segunda naturaleza: la espiritual.
Solo el que logra ver la vanidad de todo lo mundano,
logra liberarse de cualquier tentáculo de pobres posesiones
e ir libre al encuentro del Sol.
– ¡Quiero recordar estas palabras!
¡Cuánto me has dado en estos días
Ahora puedo ir entre la inmundicia de la corte, que les parece brillante solo a los necios.
Que parece poderosa y libre y es solo miseria, cárcel y oscuridad.
Me llevaré un tesoro que me permitirá vivir allí mejor, a la espera de lo superior.
Pero, ¿Llegaré alguna vez a esta meta sublime, que es pertenecerte totalmente?
– Lo lograrás.
– ¿Cuándo?
¿El año próximo?
¿Más adelante todavía?
¿O hasta que la ancianidad me haga prudente y sabio?
– Lo lograrás.
-Llegarás… alcanzando la madurez de espíritu….
Perfección de voluntad y a una decisión perfecta
En el término de unas cuantas horas.
Y al decir esto, Jesús sonríe de una manera enigmática.
Pues ha lanzado su mirada hacia el futuro y ve el heroísmo del que será capaz su discípulo.
Mannaém lo mira pensativo y escrutador…
Pero no pregunta nada más.
Después de un largo silencio que interrumpe Jesús,
al preguntar:
– ¿Has estado alguna vez con Lázaro de Bethania?
– No, Maestro.
Nos hemos encontrado algunas veces.
Puedo decir que no;
que si hubo algún encuentro, no puede llamarse amistad.
Ya sabes.
Yo con Herodes, Herodes contra él…
Por tanto…
– Ahora Lázaro te mirará más allá de estas cosas.
Te mirará en Dios…
Procura tratarlo como condiscípulo.
– Lo haré si Tú así lo quieres…
Se oyen voces llenas de alarma en el huerto, que buscan al Maestro.
Preguntan con angustia:
– ¡El Maestro!
– ¡El Maestro!
– ¿Está aquí?
Responde la voz cantarina de la dueña de la casa:
– Está en la habitación de arriba.
¿Quiénes sois?
¿Estáis enfermos?
— No. –
Somos discípulos de Juan.
– Y queremos ver a Jesús de Nazaret.
Jesús se asoma por la ventana,
y dice:
— Paz a vosotros…
Ellos levantan la cabeza y los reconoce,
invitándoles:
– ¡Oh!
¿Sois vosotros?
¡Venid! ¡Venid!
Sus pasos apresurados suben por la escalera.
Son los tres pastores: Juan, Matías y Simeón.
Jesús deja la habitación y va a su encuentro a la terraza.
Manahén lo sigue.
Se encuentran justamente en el punto en que la escalera termina en la soleada terraza.
Los tres se arrodillan y besan el suelo.
Mientras Jesús los saluda.
– La paz sea con vosotros…
Levantan la cabeza y muestran un rostro lleno de dolor.
Ni siquiera viendo a Jesús se sosiegan.
Su grito ahogado por el llanto:
– ¡Oh, Maestro!
Juan habla en nombre de los demás:
– Y ahora recógenos, Señor.
Y las lágrimas se deslizan por la cara del discípulo y de sus compañeros.
Jesús y Mannaém dan un solo grito:
– ¿¡Juan!?
– ¡Lo mataron…!
La noticia cae como un rayo que paraliza hasta el aire, en un silencio horrorizado.
Cuyo enorme fragor cubre todos los ruidos del mundo,
a pesar de que haya sido pronunciada en voz muy baja.
Petrifica a quien la dice y a quien la oye.
Y se produce un rato de silencio tan profundo…
Que parece extenderse en su profunda inmovilidad también en los animales,
las frondas y el aire,
Porque es como si la Tierra entera, para recoger esta palabra y sentir todo su horror,
suspendiera todo ruido propio.
Queda suspendido el zureo de las palomas, truncada la flauta de un mirlo,
enmudecido el coro de los pajarillos.
Y como si de golpe se le hubiera roto el artilugio, una cigarra detiene su chirrido al improviso,
mientras se detiene el viento que, haciendo frufrú de seda y crujido de palos,
acariciaba las pámpanas y las hojas.
Jesús palidece.
Sus ojos se agrandan.
Vidrian por el llanto que se asoma.
Abre los brazos.
Su voz es más profunda, por el esfuerzo que hace para que sea firme y tranquila.
Y dice:
– Paz al Mártir de la Justicia y a mi Precursor.
Cierra los ojos y los brazos sobre su pecho.
Su espíritu ora.
Entrando en contacto con el Espíritu de Dios y el de Juan Bautista.
Mannaém no dice nada, no hace ningún gesto, ni se atreve ni a moverse.
Al revés de Jesús, se pone colorado y la ira lo invade.
Se pone rígido y paralizado.
Toda su turbación se manifiesta en el movimiento mecánico de la mano derecha,
que sacude el cordón de la túnica y de la izquierda, que instintivamente busca el puñal
Pero no lo encuentra, porque se le olvidó que está desarmado.
Pues para poder ser discípulo del manso, es requisito para estar cerca del Mesías.
Y mueve la cabeza compadeciéndose de su fragilidad
y de sentirse tan impotente.
Jesús recupera la Majestad Divina que le es habitual.
Y tan solo le queda una profunda tristeza, dulcificada con paz.
Con voz serena dice:
– Venid.
Me lo contaréis.
De hoy en adelante me pertenecéis.
EVANGELIO DE SAN MARCOS
Capítulo 6
Muerte de Juan el Bautista
14. Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.»
15. Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.»
16. Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.»
17. Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado.
18. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.»
19. Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía,
20. pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
21. Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.
22. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.»
23. Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.»

18. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.» 19. Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, Marcos 6
24. Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»
25. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.»
26. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales.
27. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel
28. y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
29. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.
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208 UN SUEÑO REALIZADO
208 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
En un bello amanecer en el lago de Galilea,
Jesús está con todos los apóstoles y también con Judas de Keriot,
que ya está totalmente recuperado y con una cara más dulce.
Tal vez debido a la enfermedad y a los cuidados que recibió.
También está Margziam, un poco atemorizado porque es la primera vez que está en el agua.
Trata de disimular, pero a cada movimiento fuerte de la barca;
se agarra con un brazo del cuello de la oveja, que comparte su mismo miedo con él,
balando lastimosamente…
Y con el otro se agarra de lo que puede y cierra los ojos,
convencido de que ha llegado su última hora.
Pedro le da un cachetito y le dice:
– No tengas miedo.
Un discípulo jamás debe temer.
El niño dice que no con la cabeza, pero como el viento sopla más fuerte y el agua se mueve más;
conforme se van acercando a la desembocadura del río Jordán,
Margziam se asusta más.
Aprieta más fuerte los ojos y cuando una ola azota fuertemente,
sobre un costado de la nave, grita de miedo.
Algunos se ríen.
Otros se burlan de Pedro, porque quiso ser padre de uno que no sabe estar en la barca.
Y otros se burlan de Margziam, porque dijo que quería ir por tierras y mares, a predicar a Jesús.
Y ahora tiene miedo de navegar unos cuantos km. En el lago.
Pero Margziam se defiende diciendo:
– Cada quien tiene miedo de lo que no conoce.
Yo del agua y Judas de la muerte…
¡Y vaya que Judas debió haber tenido miedo de morir!
En lugar de reaccionar como acostumbra;
con un dejo de cansancio y tristeza,
dice:
– Dijiste bien.
Se tiene miedo de lo que no se conoce.
Pero ahora estamos por llegar a Betsaida y tú estás seguro de encontrar allí amor.
Andrés le pregunta sorprendido:
– ¿Desconfías de Dios?
Judas contesta:
– No.
En los días en que estuve enfermo, rodeado de tantas mujeres puras y buenas.
¡Me sentí tan pequeño en mi espíritu!
¡Cuánto he pensado!
Decía:
– “Si ellas todavía trabajan para ser mejores y para conquistar el Cielo.
¿Qué cosa debo hacer yo?…
Se vuelve hacia Jesús,
preguntando:
– ¿Llegaré alguna vez, Maestro?
Jesús dice:
– Con buena voluntad, todo se puede.
– Pero mi voluntad es muy imperfecta.
– El auxilio de Dios, pone en ella lo que le hace falta, para ser completa.
Tu actual humildad ha nacido de la enfermedad.
Piensa pues que el Buen Dios ha proveído mediante un incidente penoso,
para darte una cosa que antes no tenías.
– Es verdad, Maestro.
Pero, ¡Esas mujeres!
¡Qué perfectas discípulas!
No me refiero a tu Mamá.
Ella es cosa aparte y clara.
Me refiero a las demás.
¡Oh! ¡Verdaderamente se superaron!
He sido una de sus primeras pruebas en su futuro ministerio.
Créeme, Maestro.
Puedes apoyarte seguro en ellas.
Elisa y yo estuvimos bajo sus cuidados.
Elisa ha regresado a Betsur con el alma rehecha y yo…
espero rehacérmela ahora que tanto trabajaron…
Judas, todavía débil, llora.
Jesús, que está sentado a su lado, le pone una mano sobre la cabeza;
mientras hace un gesto a los demás para que guarden silencio.
Pero, la verdad es que Pedro y Andrés están muy ocupados,
con las últimas maniobras de atracada.
Y no hablan.
Simón Zelote, Mateo, Felipe y Margziam, no tienen ninguna intención de hacerlo.
Quién porque está distraído por el ansia de la llegada.
Quién porque es de por sí prudente.
La barca penetra en el río Jordán.
Poco después se detiene en el guijarral.
Los mozos bajan para asegurarla atándola con una soga a una peña.
Y para afianzar una tabla que sirva de puente.
Pedro entretanto, se pone de nuevo la túnica larga.
Y lo mismo hace Andrés.
Mientras, la otra barca ya ha hecho la misma maniobra y están bajando los otros apóstoles.
También Judas y Jesús bajan.
Pedro por su parte, está poniéndole su vestido nuevo al niño.
Y lo arregla para presentarlo en orden a su mujer…
Ya han bajado todos, con las ovejas incluidas.
Pedro dice:
– Y ahora pongámonos en marcha.
Está realmente emocionado.
Le da la mano al niño, que está también muy emocionado.
Tanto que se olvida de las ovejitas.
Juan se ocupa de ellas.
Margziam está tan angustiado;
que cuando Pedro lo toma de la mano;
no puede ocultar un destello de miedo.
Y estremeciéndose pregunta:
¿De veras me amará?
Pedro solicita con la mirada, la ayuda a Jesús.
Jesús sonríe…
y dice:
– No os preocupéis.
Pedro lo tranquiliza.
Aunque quizás el miedo se le ha contagiado,
porque dice a Jesús:
– Háblale Tú a Porfiria, Maestro.
Porque creo que no sabré expresarme bien.
Jesús sonríe.
Pero promete hacerlo.
Siguiendo por la arena a lo largo de la playa, pronto llegan a la casa de Pedro.
Encuentran a Porfiria ocupada en sus quehaceres domésticos.
Jesús se asoma a la puerta de la cocina, donde Porfiria está ordenando sus trastos.
Y en cuanto la mujer de Pedro se da cuenta.
Se alegra tanto y exclama:
– ¡Jesús! ¡Simón!
Y corre a postrarse primero ante Jesús…
Luego da la bienvenida a su marido.
Enseguida, levantando una cara que no es un dechado de belleza;
pero que está iluminada por una gran bondad,
– ¡Tanto que os he estado esperando!
¿Estáis todos bien?
Venid. Venid.
Estaréis muy cansados…
Jesús sonríe y dice:
– No.
Venimos de Nazareth, dónde nos detuvimos unos días.
Y de Caná, donde también estuvimos algunos días.
En Tiberíades estaban las barcas.
Puedes ver que no estamos cansados.
Judas se encuentra débil, porque estuvo enfermo.
Y también traíamos un niño con nosotros.
Porfiria exclama:
– ¡Oh!
¿Un niño?
¿Un discípulo pequeño?
– Un huérfano que recogimos en el camino.
Porfiria ve a Margziam, que está semiescondido detrás de Jesús…
Y se arrodilla extendiendo sus brazos hacia él.
Diciendo:
¡Ven tesoro para que te bese!
Margziam se deja abrazar y besar sin protestar.
Y mientras lo estrecha contra sí y la mejilla del niño está junto a la suya,
Porfiria dice:
– Y ahora os lo lleváis.
Tan pequeño y frágil que es!
Se cansará…
Una gran compasión irradia en su voz.
Jesús dice:
– En realidad, yo tenía pensado confiarlo a alguna discípula;
cuando nos vamos lejos de Galilea, del lago…
Porfiria lo interrumpe anhelante:
– ¿A mí no Señor?
Nunca tuve hijos.
Sobrinos sí y sé cómo tratar a los niños.
Soy la discípula que no sabe hablar.
Que no estoy muy sana para poder seguirte, como lo hacen las otras que…
Seré cobarde si quieres.
Pero entiendes entre qué tenazas me encuentro…
Mi madre es demasiado dominante…
¿Tenazas dije?… No.
Me encuentro en medio de dos sogas,
que me arrastran en direcciones contrarias.
Y no tengo el valor para romper una de ellas.
Déjame servirte aunque sea un poco, siendo la mamá-discípula de este niño.
Le enseñaré todo lo que las otras enseñan a tantos…
Jesús le pone la mano sobre la cabeza,
y dice:
– Hemos traído aquí al niño.
Porque aquí habría encontrado una madre y un padre.
¡Ea pues! Formemos una familia.
Y Jesús pone la mano de Margziam sobre la de Pedro,
que tiene los ojos anegados de lágrimas.
Y luego las une con la de Porfiria.
– Educadme santamente a este inocente..
Pedro se seca las lágrimas con el dorso de la mano.
Y Porfiria, que se ha quedado como estatua por la estupefacción.
Sacude su cabeza cómo si no pudiera asimilar, lo que está pasando…
Vuelve a arrodillarse…
Y dice:
– ¡Oh, Señor mío!
Me quitaste al esposo haciéndome casi viuda;
pero ahora me das un hijo…
Así pues devuelves todas las rosas a mi vida.
No sólo las que tomaste, sino las que nunca tuve
Amaré a este niño, mucho más que si hubiese salido de mis entrañas.
Porque Tú me lo has dado…
Y besa la orla del vestido de Jesús.
Luego abraza estrechamente a Margziam…
Y lo sienta sobre sus rodillas.
Es una mujer absolutamente felíz…
Jesús dice:
– Dejémosla expansionarse.
Quédate también tú Simón Pedro.
Nosotros vamos a la ciudad a predicar.
Vendremos al atardecer, a pedirte comida y descanso.
Y Jesús sale con los apóstoles, dejando tranquilos a los tres…
Juan dice:
– Mi Señor.
A Simón hoy se le ve muy feliz!
– ¿Tú también quieres un niño?
– No.
Sólo quisiera un par de alas para elevarme hasta las puertas del Cielo.
Y aprender el lenguaje de la Luz, para repetirlo a los hombres.
Y sonríe.
Acondicionan a las ovejitas en el fondo del huerto, junto al local de las redes.
Y les dan ramitas, hierba y agua del pozo.
Luego se marchan hacia el centro de la ciudad.
200 EL DIOS DEL SINAÍ
200 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Al amanecer del día siguiente, Jesús y los suyos dejan Ascalón y se dirigen hacia las colinas, dando la espalda al mar.
Los apóstoles, descansados y contentos, conversan alegremente.
Tomás dice:
– Estaba escrito que tenía que experimentar los apretones de los filisteos.
Se podría decir que el amor y el odio tienen las mismas manifestaciones.
Yo, que no había tenido que sufrir por el odio de los filisteos, por poco si me hieren por el amor..
Tadeo confirma:
– ¡Esos fanáticos del milagro!
Faltó poco para que los que estaban exaltados por el milagro nos apresaran;
para obligarnos a decirles dónde estaba el Maestro
Santiago de Alfeo:
– Y qué griterío, ¿Verdad Juan?
La ciudad hervía como un caldero.
Los que estaban enojados no querían admitir razones.
Y querían encontrar a los judíos para darles de palos.
Juan asiente con un gesto.
Zelote comenta:
– Los que recibieron el beneficio y sus amigos, querían persuadir a los primeros de que un Dios había pasado
Tomás agrega:
– ¡Había una confusión!
Tienen para discutir, por varios meses.
Lo malo está en que discuten más con los bastones, que con la lengua.
Y bien…
Juan observa:
– Pero no son malos.
Zelote responde:
– No.
Solamente están cegados por muchas cosas.
Jesús por un largo espacio de camino, no dice ni una palabra.
Hasta que llegan al crucero,
es cuando Él dice:
– Voy ahora a aquel pobladillo que está sobre el monte.
Vosotros continuaréis hasta Azoto.
Prestad atención:
Sed corteses, dulces, pacientes.
Aunque se burlen de vosotros, soportadlo en paz como ayer hizo Mateo y Dios os ayudará.
Id cerca del estanque que está en las cercanías y allí nos volveremos a encontrar.
Judas de Keriot exclama:
– Pero Señor…
¡Yo no permito que vayas solo!
Esa gente es violenta… es una imprudencia…
– No tengas miedo por Mí.
Vete, vete Judas.
Y tú sé prudente.
Hasta la vista.
La paz sea con vosotros.
Los doce se marchan, no demasiado entusiastas.
Jesús se queda mirándolos mientras se alejan…
Luego toma el sendero fresco y sombreado que lleva a la colina…
Un collado cubierto de bosques de olivos, nogales, higueras.
Y de viñedos bien cuidados que ya prometen pingüe cosecha.
En los rellanos hay pequeñas parcelas cultivadas con cereales,
mientras que en las zonas de pendiente pacen cabras en la hierba verde.
Jesús llega a las primeras casas del pueblo.
Estando ya para entrar en él, se topa con un extraño cortejo:
Mujeres gritando y clamor de hombres, alternándose en una verdadera composición fúnebre.
Todos haciendo una especie de danza en torno a un macho cabrío,
que camina con los ojos vendados y recibiendo golpes…
El animal va sangrando por las rodillas, por haber tropezado y caído sobre las piedras del sendero.
Los sigue otro grupo, también con su vocerío y sus gritos,
que se mueve danzando alrededor de un fetiche esculpido, verdaderamente muy feo;
manteniendo alzadas unas pátheras con brasas encendidas;
a las que alimentan echando encima resinas y sal, a cuyo contacto despiden olorosas volutas de humo.
Un tercer grupo rodea al que parece ser el sacerdote de aquel ritual,
ante el cual se inclinan alternadamente,
gritando:
– ¡Por tu fuerza! (hombres)
– ¡Tú solo puedes! (mujeres)
– ¡Súplica al Dios! (hombres)
– ¡Quita el sortilegio! (mujeres)
Luego todos gritan al mismo tiempo, con un alarido de aquelarre dirigido al ídolo,
que es una diosa de la fertilidad:
– ¡Da órdenes a la matriz!
– ¡Salva a la mujer!
– ¡Muerte a la maga!
– ¡Por tu fuerza!
– ¡Tú solo puedes!
– ¡Ordena al dios!
– ¡Por su poder!
– ¡Qué haga ver su poder!
– ¡Da órdenes al macho cabrío!
– ¡Que señale a la maga!
– ¡A la que odia la casa de Farah!
Jesús detiene a uno del último grupo,
y pregunta dulcemente:
– ¿Qué sucede?
Soy forastero…
Como la procesión se detiene para golpear al macho cabrío, echar resina a los braseros y tomar aliento;
el hombre explica:
– La esposa de Farah, el grande de Magdalgad, está muriendo de parto.
Una que la odia, le hizo un maleficio.
Las entrañas se le han anudado y el hijo no puede nacer.
Estamos buscando a la maga para matarla.
Sólo así la mujer de Farah se salvará.
Si no encontramos a la maga, sacrificaremos el macho cabrío;
para impetrar la misericordia de la diosa Isthar Matriz.
Dos hombres se han acercado al que habló…
Y Jesús les dice:
– Deteneos.
Soy capaz de curar a la mujer y de salvar al niño.
Decidlo al sacerdote.
Ellos preguntan:
– ¿Quién Eres?
– ¿Eres médico?
Jesús responde:
– Mucho más que eso…
Entonces los tres irrumpen entre la gente y van con su sacerdote idólatra.
Hablan con él.
Se corre la voz.
Y la procesión que ya había empezado a caminar, se detiene otra vez.
El sacerdote solemne, imponente con sus vestiduras multicolores, hace una seña a Jesús …
Y dice en tono imperativo:
– ¡Joven, ven aquí!
Jesús avanza entre la multitud y cuando llega frente a él,
añade:
– ¿Es verdad lo que dices?
Ten en cuenta que si lo que dices no se cumple…
Pensaremos que el espíritu de la maga se ha personificado en Tí y te mataremos en vez de a ella
Jesús responde con voz majestuosa:
– Es verdad.
Llevadme al punto a donde está la mujer y entretanto dadme al macho cabrío.
Lo necesito.
Desatadlo, quitadle la venda y traédmelo aquí.
Así lo hacen.
El pobre animal atolondrado, tambaleante y sangrando, es llevado ante Jesús.
Que lo acaricia sobre la negra cerviz.
Y luego dice:
– Ahora es necesario que me obedezcáis todos.
¿Lo haréis?
La turba grita:
– ¡Sí!
– Entonces vamos.
Dejad de gritar, dejad de quemar resina.
¡Lo ordeno!
Se ponen en marcha.
Entran en el pueblo.
Por la calle principal se dirigen hacia una casa construida en medio de un huerto.
Gritos y llantos se oyen por las ventanas y las puertas abiertas de par en par.
Lúgubre, destaca el atroz lamento de la mujer que no puede dar a luz a su hijo.
Corren a avisar a Farah…
El hombre viene despeinado y angustiado, con el rostro pálido como la cera.
Mujeres que lloran lo acompañan, junto con los inútiles sacerdotes,
que vienen quemando incienso y hojas en unas pátheras de cobre…
En el mismo ritual idolátrico que los demás…
El hombre grita llorando:
– ¡Sálvame a mi mujer!
Luego gritan sucesivamente, dos viejos angustiados y la turba.
– « ¡Salva a nuestra hija!»,
– ¡Salva a mi hija!»,
– ¡Sálvala, sálvala!»
Jesús responde majestuoso:
– La salvaré.
Y con ella a tu niño.
Porque es un niño muy hermoso, con los ojos color aceituna que está madurando…
y de cabellos negros, como éstos.
Y señala la cabellera de Farah.
El hombre pregunta:
– ¿Y cómo lo sabes?
¿Acaso ves también en las entrañas?
– Yo veo todo.
Y todo lo penetro.
Reconozco y puedo todo. Soy Dios.
Si hubiese mandado un rayo, hubiese hecho menos efecto.
Todos se arrojan al suelo como si estuvieran muertos.
Jesús manda:
– Levantaos y escuchad:
Soy el Dios Todopoderoso y no soporto a otros dioses delante de Mí…
Haced una hoguera y arrojad esa estatua.
La multitud se rebela.
Comienza a dudar del ‘Dios Misterioso’ que ordena que sea quemada la diosa.
Los más encolerizados son los sacerdotes y la sacerdotisa.
Pero Farah y su suegra, a quienes importa la vida de la mujer; se oponen a la multitud hostil.
Y como Farah es el grande el poblado; nadie se atreve a decir nada más.
Farah pregunta:
– ¿Cómo puedo creer que Tú eres Dios Todopoderoso?
Dame una señal y además, que se haga lo que quieres.
Jesús pregunta:
– Mira…
¿Ves las heridas de este macho cabrío?
Están abiertas, ¿Verdad?
Sangran… ¿No es así?
La bestia está casi por morir, ¿No es verdad?
Pues bien; Yo quiero que no sea así…
¡Mira!
El hombre se inclina, para ver…
Asombrado revisa al animal…
Y da un grito:
Y se arroja a los pies de Jesús suplicando:
– ¡Mi mujer!… ¡Mi mujer!…
Pero el sacerdote de la procesión objeta:
– ¡Ten miedo, Farah!
No conocemos quien sea Éste.
¡Ten miedo a la venganza de los dioses!
¡Isthar furiosa puede destruirte!
El hombre se encuentra en medio de tres temores:
los dioses… la mujer… la venganza de la diosa…
– ¿Quién Eres?
Jesús se yergue más majestuoso todavía….
La Presencia Divina, de la cual es Jesús el Instrumento Perfecto, pues no hay pecado en Él
y de esta forma ES EL VERDADERO TEMPLO VIVIENTE… Del Dios Verdadero.
CANALIZA y hace que se manifieste la portentosa Personalidad del Padre Celestial…
Y muy despacio, con voz fuerte y poderosa,
declara:
– Yo Soy el que Soy.
Yo Soy el Verbo del Padre, de Yeohveh de Israel.
Venido en Carne, Sangre, Alma y Divinidad a redimir al mundo…
Y a darle la Fe en el Dios verdadero, Uno y Trino que está en lo alto del Cielo.
En el Cielo y en la Tierra.
Cualquier poder me está sujeto.
Cualquier pensamiento me es conocido.
Los habitantes del Cielo me adoran.
Los del Infierno me temen.
Y los que creen en Mí, verán que se cumple cualquier prodigio
Vengo a ayudar a los hombres, a usar con ellos misericordia;
para que dejen el Error y vengan a la Verdad,
al único Dios de Moisés y los Profetas.
¿Puedes creer?
Farah exclama:
– ¡Creo!
– Jesucristo.
Señor Encarnado.
¡Éste ídolo a las llamas!
¡No soporto dioses falsos en mi Presencia!
Esos incensarios que se apaguen.
No existe más que mi Fuego que puede y quiere.
Obedeced o Yo reduciré a cenizas ese ídolo y me iré sin salvarla.
Jesús está parado. Bellísimo, Majestuoso y a la vez Terrible.
Con su vestido de lino muy blanco;
de cuya espalda pende el manto azul-rey, que le llega hasta los pies.
Ha levantado su brazo derecho en señal de poder y autoridad.
Su ademán imperativo y su mirada fulgurante.
Su rostro irradia una majestad que aterroriza.
La gente siente miedo de Él.
Ya nadie habla…
Y todos quedan paralizados y mudos.
Todos lo miran aterrados…
Y ningún sonido brota ya de sus gargantas.
En el silencio denso que se sigue…
Se oye el grito cada vez más débil y estrujante;
Cada vez más apagado, cada vez más desgarrador…
De la mujer, que está sufriendo.
Se tardan en obedecer…
Y el rostro de Jesús se hace cada vez más tremendo.
Nadie resiste esa mirada azul-zafiro centelleante de sus ojos,
que es como un fuego que quema materia y espíritu…
El rostro de Jesús cada vez se hace más irresistible para los que lo miran…
Por instantes parece que lo rodeara el fuego de la zarza ardiente que Moísés atestiguara…
Pues el Fuego del Espíritu Santo. el que MUEVE el Poder de la Trinidad Sacrosanta…
y OBRA los prodigios deseados por la Voluntad Divina…
Es verdaderamente un fuego que quema las cosas y las entrañas de los corazones.
Y no obstante, los carbones están apagados y las brasas también se ven apagadas.
Las pátheras de cobre son las primeras que manifiestan lo que sucede, al cumplimiento de su Voluntad.
Los que las sujetan. tienen que soltarlas, porque no resisten su ardor.
La Voluntad divina en el Poder y la fuerza que emana de este Dios Airado…
Empiezan a doblarse como si fueran de plastilina…
Ante una fuerza invisible y poderosa, que los retuerce.
Luego son los que llevan el ídolo, quienes tienen que posar en el suelo las andas procesionales,
que llevaban apoyadas por las barras, sobre los hombros.
Porque la madera se está carbonizando, como lamida por una misteriosa llama.
En cuanto las depositan en el suelo, las angarillas del ídolo comienzan a arder.
Y todos miran espantados como todo se empieza a desintegrar en cenizas…
Como si un fuego invisible lo consumiera
Finalmente, el mismo ídolo de piedra arde y se carboniza…
¡Y estalla en mil pedazos!…
Consumido por aquella misteriosa e invisible llama;
con la fuerza que lo desintegra completamente…
La gente huye aterrorizada…
Jesús se vuelve a Farah:
– ¿Puedes creer realmente en mi poder?
– ¡Creo!.
Creo. Tú Eres Dios.
Eres el Dios Jesús.
Jesús corrige:
– No.
De Yeové de Israel que ha venido en Carne, Sangre, Alma, Divinidad;
a redimir al Mundo y a darte Fe en el Dios Verdadero;
Uno y Trino; que está en los Cielos Altísimos.
He venido para decirles a los hombres, que si creen en el Dios verdadero;
poseerán la vida eterna en el Cielo;
al lado del Altísimo.
Que es el Creador de todos los hombres, los animales, las plantas, los planetas.
Vengo a dar ayuda y Misericordia a los hombres;
para que dejen el error y vengan a la Verdad.
Que es el Único Dios de Moisés y de los Profetas.
Soy el Dios Encarnado para Salvación de los hombres…
Soy el Salvador…
Por Mí su redención, porque moriré por amor al mundo.
Moriré para la salvación eterna de los hombres.
¿Puedes creer?
-¡Creo, creo!
¡Creo!
Y creo que si has destruido a la diosa, sin que ella pudiera oponerse;
también creo que puedes protegerme de la venganza de los dioses falsos que adoré hasta hoy…
Jesús no entra ni siquiera a la casa.
Extiende sus brazos en dirección a donde se oían los lamentos,
y grita:
– ¡Sal a la luz, para que conozcan la Luz Divina!
¡Y por orden de la Luz que es Dios!
Es un mandato sin réplica.
Un momento después se oye un grito de triunfo, envuelto en un gemido de alegría.
Enseguida, un imperceptible sonido del recién nacido;
que poco a poco va aumentando en fuerza y en claridad.
Jesús dice:
– Tu hijo llora al saludar la tierra.
Ve a donde él y dile ahora y después también;,
que la tierra no es patria; sino el Cielo.
La tierra es solo el lugar de paso que nos señala el camino para llegar a Dios.
Edúcalo y tú también edúcate para el Cielo.
Esa es la Verdad que te habla.
Señala los restos de las pátheras de cobre, arrugadas como hojas secas…
inservibles ya, tiradas por el suelo…
Y a la ceniza, que marca el lugar donde estaban las angarillas con el ídolo….
Esos, Son la mentira del Padre de la Mentira,
que ni ayuda, ni salva.
Adiós.
Y trata de irse.
Pero una mujer corre hacia Él, llevando a un niño muy vivaz,
y dice:
– Es un varón, Farah.
Muy hermoso. Robusto.
Con ojos morados como de aceituna que está madurando…
Tiene rizos, más negros y delicados que los de un cabritillo sagrado, destinado al sacrificio.
Ha sido una cosa inesperada, cuando ella estaba ya en la agonía…
Y agrega admirada mirando a Jesús:
La dichosa mamá ya está descansando.
No sufre más y está como si nada hubiera pasado.
Cuando ya estaba a punto de morir…
Y después de aquellas palabras…
Todo se calmó y el niño nació…
Jesús sonríe.
El hombre le presenta al recién nacido y Él lo toca en la cabeza con la punta de los dedos.
La gente, menos los sacerdotes que se han ido furiosos por la defección de Farah…
Se acerca curiosa para ver al niño.
Y para ver a Jesús.
Farah quiere darle cosas y dinero por el milagro.
Pero Jesús dice dulce y con firmeza:
– Nada.
El milagro se paga solo con fidelidad para con Dios que lo concedió.
Me quedo tan solo con este macho cabrío, como recuerdo de la ciudad.
Y se va con el animal que trota a su lado, como si fuese su dueño.
Sin heridas.
Balando de alegría de estar con uno que no lo golpea…
Bajan así los rellanos del monte y llegan a la vía principal que conduce a Azoto…
Cuando la tarde llega, cerca del estanque sombreado…
Jesús ve que vienen sus discípulos y de ambas partes hay admiración.
Ellos se admiran de que el Maestro venga con un macho cabrío…
Y Él, los ve con las caras tristes de quién no ha logrado nada…
Pedro informa desconsolado:
– Una desgracia, Maestro.
No nos golpearon, pero nos arrojaron de la ciudad.
Tadeo:
– Hemos vagado por la campiña.
Judas:
– Y pagando muy caro, conseguimos algo de comida.
Jesús trata de confortarlos:
– No importa.
También de Hebrón nos arrojaron el año pasado y hace poco nos hicieron honores.
No debéis desalentaros.
Simón y Judas preguntan simultáneamente:
– ¿Y Tú Maestro?
– ¿Y ese animal?
Jesús contesta:
– Fui a Magdalgad.
Reduje a cenizas a un ídolo y los incensarios dedicados a él.
Hice que naciera un niño.
Prediqué al Dios Verdadero con milagros…
Y me regalaron este macho cabrío, destinado al culto idolátrico.
¡Pobre animal era todo una llaga!
Juan dice:
– Pero ahora está bien y es un bello ejemplar.
– Un animal sagrado destinado al ídolo.
Sano…sí.
El primer milagro que hice para convencerlos de que Soy Poderoso…
Y no su pedazo de leño.
– ¿Y qué vas a hacer con él?
– Se lo llevo a Margziam…
Será feliz.
– ¿Te lo vas a llevar a hasta Beter?
– Claro.
Lo daremos a las mujeres y se lo llevarán a Galilea.
Los apóstoles están extrañados, apesadumbrados y desilusionados…
Apesadumbrados por no haberlo presenciado.
Y desilusionados de su incapacidad…
Jesús por el contrario está muy contento.
Y logra persuadirlos de que…
– Nada es inútil.
Ni siquiera la derrota, porque sirve para que seáis humildes.
El hablar sirve para dar a conocer un Nombre: el Mío…
Y dejar un recuerdo en los corazones.
Y es tan convincente y radiante su alegría.
que también ellos terminan por serenarse…
198 PREDICACIÓN CON ESTILO PROPIO
198 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Los apóstoles, obedientes a las órdenes recibidas; van llegando uno tras otro; en la puerta de la ciudad.
Jesús todavía no está.
Pero pronto aparece por una calle que sigue el trazado de la muralla.
Mateo dice al verlo:
– Debe haberle ido bien al Maestro…
¡Mirad cómo sonríe!
Van a su encuentro y todos se van juntos.
Salen por la puerta y toman la vía principal.
A ambos lados hay huertas del suburbio.
Jesús les pregunta:
– ¿Entonces?…
¿Cómo os ha ido? ¿Qué habéis hecho?
Bartolomé dice:
– Muy mal…
Judas de Keriot:
– Es que por poco nos apedrean.
Tuvimos que escapar.
Vámonos de esta ciudad de bárbaros.
Volvamos a donde nos estiman. Yo aquí ya no hablo más.
Judas está enojado:
– De hecho no quería ir.
Yo no quería hablar…
Pero luego me dejé convencer y Tú no me entretuviste.
Y Tú lo sabes todo…
Jesús lo mira sorprendido,
y pregunta:
– Pero, ¿Qué te pasó?
– Me fui con Mateo, Santiago y Andrés.
Hemos ido a la plaza de los Juicios, porque allí hay gente fina, que tiene tiempo que perder escuchando a una persona que hable.
Decidimos dejar que Mateo hablase, porque era el más idóneo para dirigirse a los publicanos y a sus clientes.
Entonces él empezó dirigiéndose a dos que estaban discutiendo por un campo, en una cuestión poco clara y muy embrollada, de una herencia.
Mateo les dijo:
“No odiéis por causa de cosas perecederas y que no podéis llevaros a la otra vida.
Amaos, para poder gozar de los bienes eternos que se obtienen, tan solo con sujetar las malas pasiones.
Y de este modo ser vencedores y poseedores del bien”
Así dijiste, ¿No es verdad?
Y continuó mientras otros se acercaron a oírlo:
“Abrid vuestros oídos a la Verdad, que enseña estas cosas al mundo, para que el mundo tenga paz.
Ya veis que se sufre por esto, por este excesivo interés por las cosas perecederas.
Mas la tierra no es todo, está también el Cielo.
Y en el Cielo está Dios; de la misma forma que ahora en la tierra, está el Mesías de Dios.
Que nos envía para anunciaros que ha llegado el tiempo de la Misericordia.
Y que ningún pecador puede decir: “No seré escuchado”.
Pues si uno tiene verdadero arrepentimiento; recibe el perdón, es escuchado y amado.
Y se le ofrece el Reino de Dios”.
A todo esto, ya había una gran muchedumbre reunida.
Había quien escuchaba con respeto y había quien interrumpía y molestaba a Mateo con preguntas.
Yo ya de hecho no respondo nunca, para no estropear el discurso.
Hablo y respondo en particular al final.
Que mantengan en la memoria lo que quieran decir y que guarden silencio.
¡Pero Mateo quería responder inmediatamente!…
Nos preguntaban también a nosotros.
Y estaban los fastidiosos que se burlaban con risitas sarcásticas y sonrisas maliciosas.
Pues decían:
– ¡Claro que viene de la guarida de Israel.
– Los judíos son una grama que se extiende a todas partes.
– ¡He aquí sus eternas fábulas!
– Ellos tienen como cómplice a Dios.
– ¡Oídlos!
– Está en el filo de la espada y en el veneno de su lengua.
– ¡Oíd! ¡Oíd!
– Ahora sacan a relucir a su Mesías.
– Otro frenético que nos atormentará como en siglos anteriores.
– ¡Que mueran Él y su raza!”
– ¡Ahí tenemos otra vez sus eternas patrañas!
– Dios es su protector.
– ¡Mira, mira, ahora sacan a colación a su Mesías!
– Algún otro exaltado que como de costumbre, nos va a atormentar.
– ¡Maldición a Él y a su raza!”.
Entonces perdí la paciencia e hice a un lado a Mateo; que continuaba hablándoles sonriente, como si nada;
Como si estuvieran brindándole honores.
Y empecé a hablar yo, tomando a Jeremías como base de mi discurso:
“He aquí que suben las aguas del Septentrión y se convertirán en un enorme caudal que inunda…
Hará estrépito como torrentes de agua. Y por su parte habrá armas y habrá soldados de la tierra y honderos celestiales.
Todo bajo las órdenes de los jefes del pueblo de Dios; para castigar vuestra terquedad.
En movimiento todos ellos por orden de los Jefes del Pueblo de Dios, los que se abatirán sobre vosotros como castigo de vuestra obstinación;
A su fragor perderéis toda fuerza. Caerán orgullosos corazones, brazos, cariños, ¡Todo!
¡Seréis exterminados, residuos de la isla del pecado!
¡Puerta del Infierno!
A su estruendo, el castigo de Dios caerá sobre vosotros, raza perversa.
¿Os habéis hecho orgullosos porque Herodes os ha reconstruido la ciudad?
Pero, ¡Seréis arrasados hasta que os hagáis calvos sin esperanza!
Seréis castigados en vuestras ciudades y poblados; en los valles y en las llanuras.
La profecía no ha muerto todavía…
Y ya no pude continuar… porque nos arrojaron.
Y ya no pude continuar…
Porque se nos hecharon encima y nos arrojaron.
Y solo por una caravana que iba pasando providencialmente por una calle, pudimos salvarnos.
Porque las piedras comenzaron a volar y dieron contra camellos y camelleros.
Se trabó una riña y pudimos huir.
Luego nos quedamos quietos en un patio de los suburbios, fuera de la ciudad.
¡Ah! Pero no vuelvo más por aquí…
Nathanael exclama:
– ¡Oye!…
Pero perdona… los ofendiste.
¡Ahora comprendo porqué llegaron a tan hostiles medios, para arrojarnos!
Se vuelve hacia Jesús,
y agrega:
– Escucha, Maestro.
Nosotros, Pedro, Felipe y yo, fuimos en dirección de la torre que da al mar.
Allí había marineros y dueños de naves que cargaban sus mercancías para Chipre, Grecia y hasta lugares más lejanos todavía.
Imprecaban contra el sol, el polvo, el cansancio, el trabajo…
Y proferían maldiciones contra su condición de filisteos.
Esclavos – decían – de los tiranos, pudiendo ser reyes.
Blasfemaban contra los profetas y el Templo.
Y contra todos nosotros.
Yo quería alejarme de allí, pero Simón no quiso.
Pedro dijo:
– “¡No’ ¡Todo lo contrario!
¡Son precisamente a estos pecadores a los que debemos acercarnos!
Y así tenemos que hacerlo nosotros”.
Felipe y yo dijimos:
– Habla tú, entonces”
– “¿Y si no sé hacerlo?” –contestó Simón Pedro.
– “Pues te ayudamos nosotros”
Entonces Simón se acercó sonriente hacia dos hombres que sudorosos…
Estaban sentados encima de una voluminosa paca que no lograban izar para cargarla en el barco.
y dijo:
– Está pesado, ¿No es verdad?…
Uno de ellos contestó:
– Más que pesado, es que estamos cansados.
Debemos terminar pronto la carga, porque el patrón lo ha ordenado.
Quiere zarpar en la hora de la bonanza; porque por la tarde el mar estará bravo.
Y para esa hora tenemos que haber pasado ya los escollos para no correr peligro”.
– ¿Escollos en el mar?
– Sí. Allí donde el agua está bullendo.
Son lugares peligrosos.
Los arrecifes…
– Corrientes… ¿No?
¡Entiendo! El viento del sur da vuelta por la punta y se encuentra con la corriente…
– ¿Eres marinero?
– Pescador de agua dulce.
Pero el agua siempre es agua y el viento, viento.
Es un trabajo hermoso, pero duro.
Yo también más de una vez he tragado agua y la carga se me ha ido al fondo varias veces.
Este oficio nuestro por una parte tiene sus atractivos, pero por otra es fastidioso. De todas formas en todo hay una parte agradable y otra desagradable…
Buena y mala; en ningún sitio todos son malos, como ninguna raza es toda cruel.
En todas las cosas hay siempre su lado bello y su lado feo.
Ningún lugar está hecho solo de malos… ni ninguna raza es toda cruel.
Con un poco de buena voluntad, se pone uno siempre de acuerdo y se encuentra que por todas partes, hay gente buena.
¡Ea! Os quiero ayudar.
Y Simón llamó a Felipe diciendo:
¡Se necesitan fuerzas! Coge tú de allí y yo de acá.
Y esta buena gente nos lleva allá a su nave, a las bodegas.
Los filisteos no querían… pero después consintieron.
Una vez en su sitio el fardo y otros que estaban en el puente…
Puesta en su lugar la carga; Simón se puso a alabar la nave, como solo él sabe hacerlo.
A la ciudad hermosa, vista desde el mar.
Y se interesó por la navegación marina y las ciudades de otras naciones.
Así que todos alrededor, empezaron a darle las gracias y a celebrarlo…
Por fin, uno pregunta:
“Pero, ¿Tú de dónde eres?, ¿Del país del Nilo?”.
“No, del mar de Galilea; pero como veis, no soy ningún tigre”.
– Es verdad. ¿Buscas trabajo?
– Sí.
El patrón dice:
– Yo te contrato, si quieres.
Veo que eres un marinero capaz.
– Yo al revés.
Te contrato a ti.
– ¿A mí?…
Pero, ¿No has dicho que andas en busca de trabajo?
– Es verdad.
Mi trabajo es llevar hombres al Mesías de Dios.
Tú eres un hombre fuerte y por lo tanto, un trabajo mío.
– Pero… ¡Yo soy filisteo!
– ¿Y qué?
¿Eso qué significa?
– Quiere decir que nos odiáis.
Nos perseguís desde tiempos remotos…
Lo han gritado siempre vuestros jefes…
– Los Profetas… ¿No es así?
Pero ahora los profetas son voces que no gritan más.
Ahora existe sólo el Único, Grande y Santo Jesús.
Él no grita… Sino que llama con voces de Amigo…
No trae desgracias, las elimina.
No odia y no quiere que se odie.
Antes al contrario, ama a todos y quiere que amemos, incluso a nuestros enemigos.
En su Reino no habrá vencidos y vencedores, libres y esclavos, amigos y enemigos.
No, no habrá estas distinciones que dañan, que provienen de la maldad humana.
Sólo habrá seguidores suyos.
Es decir, personas que viven en el amor, en la libertad; vencedores del peso y del dolor.
Os ruego que prestéis fe a mis palabras y que tengáis deseos del Mesías.
Las profecías están escritas sí; pero El es mayor que los Profetas.
Y para el que lo ama quedan anuladas las profecías.
¿Veis esta bonita ciudad vuestra?
Pues si llegaseis a amar al Señor nuestro, a Jesús, el Cristo de Dios…
Aún más hermosa la volveríais a ver en el Cielo”
Y así estuvo hablando Simón; bonachón e inspirado al mismo tiempo.
Todos le escuchaban con atención y respeto.
Sí, ¡Con respeto!…
Ya casi terminaba, cuando de una calle, salió un grupo de personas armadas con bastones y piedras.
Que gritaban y vociferaban.
Y cuando nos vieron, nos reconocieron como forasteros…
Y por el vestido… ¡Ahora entiendo!
Como forasteros de tu misma raza, Judas.
Y como a tales nos tomaron….
Y nos han creído gente de tu ralea.
Si no nos hubieran protegido los del navío; no lo estuviéramos contando.
Nos subieron en una lancha y nos llevaron por el mar.
Nos bajaron en la playa, en la zona cercana de los jardines del sur.
Y de allí nos venimos junto con los que cultivan las flores, para los ricos de acá.
Pero tú Judas; echaste a perder todo…
¿Es esa, una nueva manera de decir insolencias?
Judas responde con altivez:
– Es la verdad.
Nathanael replica severamente:
– Hay que saber decirla.
Tampoco Pedro dijo mentira alguna. ¡Pero supo hablar!
Pedro dice con sencillez:
– ¡Oh, yo!…
Traté de ponerme en el lugar del Maestro, pensando: ‘Él se portaría, así… muy dulce’. Entonces yo…
Judas dice muy digno:
– Yo prefiero los modales majestuosos.
Son más propios de reyes..
Simón Zelote lo reprende:
– Tu acostumbrada idea.
Estás equivocado Judas.
Hace un año que el Maestro te está corrigiendo este modo de pensar; pero no le haces caso.
Tú también estás obstinado en el error; como los filisteos contra los que arremetes.
Judas replica altanero:
– ¿Acaso alguna vez me ha corregido por esto?
Además, cada uno tiene su modo y lo usa.
Al oír estas palabras, Simón Zelote se estremece, (parábola del diente de león)
sobresaltado mira a Jesús…
El cual no dice nada…
Pero asiente a la mirada evocadora de Simón con una leve sonrisa.
P TIEMPOS PELIGROSOS
Habla Dios Espíritu Santo
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo
Visión: Veo Su Rostro grande y se acerca hacia nosotros.
Estando los tiempos como los estáis viviendo, son Mis momentos también, junto con Mi Esposa, la siempre Virgen María,
para ir guiando a las almas hacia su salvación.
Vosotros habéis hecho de vuestra vida un desastre.
La gran mayoría de vosotros os habéis apartado de las bondades del Amor,
de las Leyes, de la vida íntima que Nos deben a Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad.
Y esto teneMos que detenerlo ya
porque Satanás está llevando a muchas almas a la perdición eterna.
Tenéis que daros cuenta de tanto Amor que se ha derramado sobre vosotros.
Ciertamente tenéis el libre albedrío, pero habéis actuado erróneamente a lo largo de vuestra existencia.
Muchas almas Nos ha quitado el Malo, mucha maldad ha corrompido los corazones,
vosotros os habéis guiado por vuestra carnalidad y no por la espiritualidad
que debisteis haber tomado desde el principio de vuestra existencia.
Ciertamente, muchos de vosotros no tuvisteis guía paterna o materna
para que se os enseñaran las buenas obras, los buenos caminos, las buenas intenciones.
Y sobre todo el amor hacia Nosotros.
Y tampoco Me buscasteis en vuestro interior.
a pesar de que en momentos de vuestra existencia Yo os hacía ver en vuestro interior,
que vivíais en el error, que vivías dándoNos la espalda,
que no seguíais las Leyes dadas por el Padre y las Enseñanzas del Hijo,
pero Nuestro Amor es inmenso por vosotros y por eso son momentos en que Yo Me voy a manifestar más fuertemente
en la mente y en el corazón de los hombres
con la intención de salvaros, de recuperar vuestras almas,
DE LLEVAROS AL ARREPENTIMIENTO PROFUNDO
Para que podáis regresar al buen camino, pero también deberéis poner de vuestra parte.
Deberéis entrar en oración profunda, deberéis alejaros de todo aquello a donde Satanás os ha llevado
Y que os ha apartado de las Verdades de la Fe
y del Amor de Fusión y de Coparticipación, tanto a vosotros como a vuestros hermanos.
Poco a poco iréis sintiendo más fuertemente Mi Presencia en vosotros;
como una brújula que os guía hacia un punto fijo,
también estaré Yo guiándoos hacia un punto fijo, que es vuestra salvación eterna.
Entrad en Oración, pedid Mi Guía amorosa, pedidLe a Mi Esposa, la siempre Virgen María, que os cuide en todo momento,
acudid al Cielo a pedir ayuda, porque no estáis solos, tenéis todo a vuestro favor; sois almas creadas por vuestro Dios,
sois almas que lleváis una misión de Amor, sois almas que, terminando vuestra misión, deberéis regresar al Reino de los Cielos.
VUESTRO LUGAR ESTÁ EN EL REINO DE LOS CIELOS
NO EN EL INFIERNO A DONDE OS QUIERE LLEVAR EL ENEMIGO.
CENTRAOS PUES, YA, EN VUESTRA MISIÓN.
Muchas, muchas almas se siguen perdiendo porque no creéis en el Amor con el que Nosotros os consentimos.
Entended ya, que estáis en momentos difíciles de la Humanidad,

En la muerte física, el ESPÍRITU vuelve a Dios, el CUERPO regresa al polvo y el ALMA va al CIELO o al INFIERNO.
en momentos que, si no escogéis correctamente, os perderéis eternamente.
ORAD, ORAD, ORAD
Porque ¡Cuánta pena Me dais, Mis pequeños!
Vuestros valores están ofuscados y tergiversados por la Maldad de Satanás
que os ha llevado a buscar los bienes materiales, haciendo a un lado los espirituales.
Pasáis vuestra existencia, o una buena parte de ella, tratando de llenaros de valores materiales
para que vuestra economía sea alta y así, supuestamente, no sufráis.
Ciertamente, se os han dado los valores materiales para cubrir vuestras necesidades humanas,
pero Satanás os lleva por caminos equivocados y vosotros, queriendo tener siempre más de lo material,
os olvidáis del valor más grande que tenéis en vosotros, que es Mi Presencia Divina.
Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, Soy el Tesoro más grande que un alma puede desear,
no hay ningún otro valor más grande que la Presencia Divina de Nuestra Santísima Trinidad en vosotros.
Perfectamente sabéis que en algún tiempo dejaréis este mundo y os enfrentaréis a vuestra realidad espiritual.
Buscasteis afanosamente los bienes del mundo, quizá hasta cometisteis graves errores, graves pecados por obtener más de ellos
e hicisteis a un lado, durante tanto tiempo de vuestra existencia, los valores grandes del alma
y, sobre todo, Me hicisteis a un lado a Mí, vuestro Dios Espíritu Santo,
que habito en vuestro ser y que, si Me hubierais tenido en cuenta a lo largo de vuestra existencia,
os hubiera llevado por los caminos correctos en donde no os hubiera faltado lo material…
Y sobre todo lo espiritual, para que al final de vuestra existencia, en vuestro Juicio Particular,
pudierais llegar con las manos llenas a presentaros ante vuestro Dios,
con gran alegría de haber cumplido lo que se os pidió.
¿Ahora os dais cuenta, Mis pequeños, del gran error en el cual vivís?
¿Os dais cuenta que habéis desviado vuestro camino porque le hicisteis caso al Mundo, a Satanás?
¿Y Nos hicisteis a un lado, a Nuestra Santísima Trinidad, que os repito:
Somos el tesoro más grande que vuestra alma puede añorar?
¡Cuánto mal hace Satanás en las almas!
Y vosotros, por no tratar de tener una vida espiritual bien cimentada en lo Sacramental,
os desviáis fácilmente.
¡Cuánto desamor hacia Nosotros!
Y eso os lleva a una vida errónea,
porque si no Nos amáis a Nosotros, vuestro Dios, menos amaréis a vuestros hermanos.
Y por eso el mundo está tan caótico, porque ya no respetáis a vuestros hermanos que sí veis
Y no Nos respetáis a Nosotros, vuestro Dios, que no veis.
Vuestra situación humana es caótica e irá de mal en peor,
si no reconocéis vuestro error y cambiáis vuestro actuar.
Sabéis que Nosotros os vaMos guiando, os vaMos llevando por caminos correctos.
Se os avisa que vuestro actuar es incorrecto, pecaminoso, que os va llevando a un precipicio.
Y que estáis por caer y perderos eternamente,
Pero si reaccionáis, todo lo que se anuncia para vuestro bien SE PUEDE CANCELAR O AMINORAR,
pero depende de vosotros
Y esto es que entréis en razón, que entréis a vuestro corazón,
QUE PIDÁIS PERDON POR VUESTROS ERRORES
Y que encontréis el verdadero Tesoro que poseéis, pero que no lo habéis aprovechado.
Satanás os quiere destruir, os ha mentido a lo largo de vuestra existencia,
os ha llevado por caminos oscuros, por caminos que no os llevan a un bien eterno.
No habéis seguido la Luz, la Luz Verdadera que viene de Nosotros,
pero si reaccionáis y empezáis a tomar esa Luz como vuestra guía en vuestra vida,
disiparéis las tinieblas que os rodean, os ayudaréis a vosotros mismos y a vuestros hermanos que os rodean.
Entended, Mis pequeños, que lo menos que quereMos es vuestra destrucción eterna.
De una forma u otra os vaMos avisando alrededor del mundo de que vuestro actuar es erróneo.
Entended ya, Mis pequeños, antes de que sea demasiado tarde para vuestra salvación.
No confiéis en vosotros mismos, confiad en Nosotros y en Mí,
vuestro Dios, que habito en vuestro interior.
Entrad en vuestro corazón, buscadMe y Me encontraréis.
ESTÁIS A MOMENTOS DE GRANDES ACONTECIMIENTOS
TERRIBLES PARA ESTA HUMANIDAD
SI NO ENTENDÉIS,
ÉSTOS OS APLASTARÁN.
Os amo, Mis pequeños, y dejad que Mi Luz, que lleváis en vuestro interior,
os guíe por la rectitud Divina a la que debéis vosotros alcanzar y así ganar vuestra salvación eterna.
Visión: Veo a Nuestro Señor de frente.
Estira Su Brazo izquierdo, me enseña Su Corazón, un Corazón pequeño, no como otras veces que lo he visto más grande.
Arriba del Corazón veo una Cruz y de la Cruz bajan las cuentas del Santo Rosario hacia los lados…
Y me dice Nuestro Señor:
Ved, ved, Mis pequeños, éste es Mi Corazón amorosísimo por vosotros;
el Fuego que veis en el centro es lo ardiente de Mi Corazón por vuestra salvación.
Ciertamente, este Mi Corazón lo veis pequeño, más pequeño que el vuestro,
porque en Mi Humildad Divina Me quise hacer pequeño para llegar a vuestro corazón;
aun con este pequeño Corazón Me hago así, más pequeño que vosotros,
porque en ningún momento quise presentarMe ante la humanidad como alguien superior,
alguien dominante, alguien inalcanzable.
He venido para la salvación de todos, he venido para regresaros al Reino de los Cielos.
Ciertamente, veis Mi Corazón Pequeño, pero Mi Amor por vosotros es Infinito, Inmenso.
Y vosotros podéis llegar a tener también ese Amor Infinito cuando os unáis a Mí.
El Rosario que está sobre Mi Corazón significa la presencia de Mi Madre,
que sí, ciertamente Yo Me he dado por vosotros,
pero Ella Me ofreció a Mi Padre como Holocausto por vuestra salvación.
Ella es Intercesora ante Mí por la salvación de todos vosotros.
Os ha dado como arma tremenda, contra las potencias de Satanás,
el Santo Rosario.
El cual os recuerda también la pequeñez,
la humildad con la cual se le puede vencer fácilmente a Satanás.
Yo Me hice Pequeño, como os he mostrado con Mi Corazón Pequeño,
pero os dejé un gran Conocimiento de Mi Palabra que, llevándola a cabo,
podéis llegar a tener el Reino de los Cielos.

Con el Santo Rosario Meditamos TODA LA VIDA de Jesús y el Amor del Padre, que lo envió para salvarnos… LE ARREBATAMOS LAS ALMAS A SATANÁS Y VENCEMOS EN TODAS LAS BATALLAS
El Santo Rosario es un arma pequeña,
pero tremenda contra las fuerzas de Satanás.
Tantas veces se os ha dicho que seáis pequeños y podréis alcanzar el Reino de los Cielos.
La soberbia con la que se están presentando aquellos que os están aplastando,
que os están llevando a una vorágine de problemas sociales, económicos, espirituales, que parecen que no tienen solución,
se pueden resolver, nuevamente como os digo:
con la humildad, la sencillez y en el venir a Mí, vuestro Dios y Salvador,
llegando a través de Mi Madre, la Siempre Virgen María,

Con tu Rosario Madrecita, convertido en la Red Divina de la Salvación, te entrego con cada Ave María, LAS ALMAS DE…
a través del rezo del Santo Rosario.
Recordad, como os he dicho antes, todos los pecados son perdonables, menos aquél contra el Espíritu Santo,
Que es cuando no creéis que Yo os pueda perdonar vuestros pecados.
porque creéis que vuestros pecados son mayores que Mi Misericordia Infinita.
Ese es un pecado por falta de Fe,
porque no tenéis confianza en que Yo, vuestro Dios y Salvador, he vencido a Satanás y a todo lo que él produce.
Confiad, Mis pequeños, y venid a Mí.
A pesar de que los momentos que estáis viviendo son difíciles,
os debéis preparar como las vírgenes que esperaban a su amo.
Tened siempre vuestras lámparas encendidas, que esto es, vivir en estado de Gracia.
Sabéis que sucederán cosas muy fuertes en vuestro mundo, y aun en el Universo entero,
pero recordad que lo que importa en vosotros es el estado de vuestra alma,
CÓMO ESTARÉIS
EN EL MOMENTO EN QUE SE OS LLAME
A REGRESAR AL REINO DE LOS CIELOS.
Esa debe ser vuestra preocupación principal, Mis pequeños,
NO lo que perderéis, como así lo tomáis.
Seréis juzgados en Mi Amor, en el amor que tenéis hacia Mí,
en el amor que tenéis hacia vuestros hermanos,
en el amor que habéis dado a lo largo de vuestra existencia.
Mi Reino es de Amor, que es vuestro Hogar también.
Manteneos, pues, en una vida espiritual
y no os preocupéis de lo que pase en lo material a vuestro alrededor,
preocupaos por el estado de vuestra alma,

El Día del Juicio ante el Tribunal de Cristo, seremos recompensados. O nuestras obras serán quemadas como la paja. Tal vez recibamos alguna recompensa, QUIZÁS NINGUNA.
de cómo estará ésta cuando os presentéis de regreso ante Mí,
vuestro Dios, para juzgaros.
Muchas cosas grandes, bellas, podéis hacer por vuestros hermanos para salvarlos,
mucho amor todavía podéis dar a vuestro alrededor y este Amor debéis tomarlo de Mí,
COPIANDO LO QUE YO HICE POR TODOS VOSOTROS
CUANDO ESTUVE SOBRE LA TIERRA
Enseñándoos, guiándoos, fortificándoos, para cuando tuvierais estos momentos.
No temáis, Mis pequeños, Yo os puedo devolver la vida.
Vosotros creéis que perderéis la vida, pero recordad que si vivís en estado de Gracia, si estáis viviendo para servirMe,
Yo os voy a devolver vuestra vida y os la devolveré en el Reino de los Cielos.
El alma nunca muere, el alma permanece siempre,
pero esta alma que se os ha dado para servirMe,
ésta puede estar en falla grave y podríais perderos para siempre,
por toda la Eternidad;
pero si vuestra alma se gana el Reino de los Cielos, gozaréis inmensamente lo que hicisteis sobre la Tierra.
LlevadMe a los vuestros, no os preocupéis, como se os ha dicho en las Sagradas Escrituras,
por lo que puedan hacer con vuestro cuerpo o con vuestras propiedades, o con lo material que tengáis,
preocupaos por vuestra alma, por aquellos que os pueden llevar a la perdición, al pecado,
A LA DESTRUCCIÓN ESPIRITUAL DE VUESTRA ALMA
Os amo, Mis pequeños, manteneos siempre viendo Mi Corazón Pequeño, Humilde, Sencillo,
PERO INMENSAMENTE PODEROSO
Que os puede salvar eternamente.
Os bendecimos en Nuestro Santo Nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Que la Paz y el Amor estén siempre con vosotros y los vuestros
Y que la compañía y la veneración a Vuestra Madre Celestial os alcance la Vida Eterna.
P IDOLATRÍA Y CONDENACIÓN
Habla la Santísima Trinidad
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Dios y no hay otro Dios fuera de Mí.
Vosotros, a lo largo de vuestra existencia y a lo largo de los siglos, os habéis hecho de diferentes dioses, dioses que no os han dado lo que Yo os he dado: primeramente, la vida.
Sois muy mal agradecidos. Y esos dioses que habéis creado, algunos os destrozan totalmente porque Satanás está en ellos,
otros os desvían para que no Me deis a Mí el culto debido y el agradecimiento tan grande que Me debéis.
¿Acaso vuestros dioses os dieron el don de la vida?
¿Acaso los dioses que habéis creado a lo largo de vuestra existencia os dan el sustento que tenéis?
¿Acaso esos dioses en los que ahora creéis pueden controlar el día y la noche, los climas, la vida que os rodea?
¿Acaso esos dioses, en los que vosotros os basáis para vuestra existencia; os perdonan vuestros pecados, os han dado su sangre como Mi Hijo os la ha dado por vuestra Redención?
Habéis creado muchos dioses que, lejos de ser como Yo Soy, el Perfecto, el Santísimo, el Único;
están llenos de defectos porque son dioses creados por vosotros, por vuestros mismos defectos.
No podéis basaros en ellos porque no os van a responder como Yo os respondo que, a pesar de que Me tratáis mal, os sigo cuidando…
Y como os dije, los que vosotros habéis creado no responden con la Caridad con la que Yo os trato, aun a pesar de que Me traicionáis tantas veces a lo largo de vuestra existencia.
Esos dioses, en los que vosotros creéis, no os aconsejan para llevaros a la perfección y para que encaminéis vuestra vida por el camino que os llevará de regreso a vuestro Hogar Eterno.
VUESTRA MALDAD ES INMENSA
Y VUESTRA TONTERÍA MÁS,
PORQUE ESTÁIS BASANDO VUESTRA EXISTENCIA
EN UN IDEAL QUE HABÉIS CREADO
LLENO DE DEFECTOS Y DE MALDADES.
No Me conocéis porque no Me buscáis; si realmente Me conocierais en lo profundo, olvidaríais todo aquello que habéis creado y regresaríais a Mí.
Vuestras creencias humanas, llenas de defectos, no os ayudan a que vosotros crezcáis en Virtudes y sobre todo en amor.
No tenéis otro Dios como Yo que os ame tanto, que os perdone tanto, que a pesar de vuestras traiciones espero el momento para que regreséis a Mí.
Os he enviado a Mi Hijo para que os abriera nuevamente las Puertas del Cielo,
¿Acaso vuestros dioses tienen esa autoridad?
Os he enviado a Mi Santo Espíritu para que os haga entender que
YO SOY EL ÚNICO DIOS VERDADERO
Y aquél que no esté Conmigo y que está contra Mí no tendrá acceso al Reino de los Cielos,
Porque ahí entran las almas QUE SABEN AMAR, pero sobre todo que saben agradecerMe a Mí tanto Amor que os he dado.
Os habéis desviado demasiado y, el simple hecho de que hayáis creado un dios fuera de Mí, eso indica vuestra falta de Sabiduría, la cual no os dará ninguno de los dioses que habéis creado.
La Perfección que os lleva a la santidad solamente puede venir a través Mío.
Vuestros errores, vuestra traición os puede costar la Vida Eterna.
No hay ningún otro dios fuera de Mí que os quiera llevar hacia la Vida Eterna.
Vuestros dioses son tan frágiles como vosotros lo sois, no hay ningún otro dios que sea tan poderoso como Yo, vuestro Dios, y que haya creado todo lo que tenéis a vuestro alrededor.
¿Acaso vuestros dioses pueden darle vida a alguien que ha muerto?
¿Pueden hacer oír a aquel que ha perdido el oído o ayudaros a volver a ver cuando estáis ciegos?
Mi Hijo, vuestro Dios también, os ha mostrado lo que Yo, vuestro Padre y Creador, puedo hacer y aún más, Mis pequeños.
Sois Mis hijos y tenéis derecho a infinidad de regalos que provienen de Mí y ninguno de esos regalos tan grandes, tan poderosos, tan bellos, tan llenos de Amor,
Os los pueden dar cualquiera de vuestros dioses que habéis creado con mentiras, con errores o a través de la Maldad del mismo Satanás,
que os quiere desviar para que NO Me rindáis el culto que solamente a Mí debéis tener.
Habéis llegado ya a un límite insoportable, os habéis alejado de la Verdad, de la realidad que debéis vosotros vivir y seguir.
No estáis ya en condiciones, si seguís así, de alcanzar la perfección a la que estáis llamados.
Reaccionad, Mis pequeños, antes de que sea demasiado tarde.
Regresad a Mí, vuestro Dios, el Único Dios Verdadero que os va a dar la salvación eterna.
Meditad lo que os he dicho, os estáis dejando guiar por puras mentiras, por pura falsedad, por alucinaciones satánicas que os hacen creer que estáis siendo guiados por una realidad divina,
cuando realmente es una realidad satánica y llena de mentiras en lo que estáis basando vuestra existencia.
Meditad y preguntaos cuánto Amor, cuánto Verdadero Amor, Puro y Santo, os han dado esos dioses que habéis creado.
No hay Amor en ellos, os habéis creado esos dioses para que apoyen vuestros errores, vuestras falsedades…
Y estáis siguiendo una irrealidad que, os repito, en el mayor de los casos, es satánica.
Hijitos Míos, ciertamente Mi Donación fue dolorosa, ciertamente sufrí no solamente en cuerpo sino en espíritu.
Pero cuando todo se hace por Amor a los demás, ese dolor se vuelve gozo, Mis pequeños.
Cuántos hay que, ciertamente, son llamados al sufrimiento, a la donación, para defender Mi Santo Nombre…
Y algunos fallan, pero muchos toman ese sufrimiento también con amor, porque Yo estoy en ellos,.
Y así os lo he dicho, que si sois llamados al sufrimiento, a vuestra donación hacia Mí, Yo voy a tomar el dolor para que no sufráis,
pero quiero que vuestros hermanos vean vuestra donación y deis ejemplo de amor hacia Mí.
El sacrificio, como os he explicado, puede ser cruento o incruento, Yo tuve ambos.
Desde que fui concebido en el Vientre de Mi Madre María empezó Mi Sufrimiento, pero fue con un Amor inmenso por vosotros.
Todo el Poderío Divino que tengo lo hice pequeño, para entrar en el Vientre de Mi Madre y con humildad, acepté ese desarrollo humano que vosotros lleváis de nueve meses en el vientre materno.
Vosotros no podéis entender ahora lo que es esa donación, ese acto tan fuerte de humildad de haber detenido todo ese Poderío Divino y entrar en el Vientre de Mi Madre y hacerMe como vosotros.
Todo eso es Amor, Mis pequeños, todo el desarrollo de Mi Vida sobre la Tierra estuvo marcado con el Amor.
MI DONACIÓN FUE TOTAL.
Lo que no muchos de vosotros hacéis; a veces os detenéis ante el necesitado y no os dais en totalidad hacia ellos, ciertamente dais y os lo agradezco,
porque en esa forma estáis mostrando un corazón parecido al Mío, pero cuando os dais en totalidad, cuando veis primero al hermano antes que a vosotros mismos,
vuestro acto de amor vale mucho más y será grandemente recompensado en el Reino de los Cielos.
También os he dicho que, deis poco o deis mucho, vuestra recompensa se dará,
porque todo acto de amor, pequeño o grande, solamente puede salir de Mi Corazón Divino que vosotros le habéis hecho vivir en vuestro corazón.
A lo que voy, Mis pequeños, y os lo he pedido tantas veces, es que os vayáis asemejando a Mí, vuestro Dios, por eso Me hice Hombre, para que Me conocierais.
Ciertamente, como Dios, se pudo haber dado la Redención desde los Cielos sin que Yo tuviera que haber bajado a la Tierra a estar entre vosotros, pero
¿De dónde tomaríais vosotros el ejemplo a seguir si no Me hubierais conocido?
Por eso los grandes santos, y aun los pequeños, la gente buena, van tomando algo de Mi ejemplo sobre la Tierra, lo toman para sí mismos y lo dan a sus hermanos…
por eso era necesario que Yo conviviera entre vosotros para que vierais lo que todo un Dios, con gran humildad y Amor hacia vosotros, puede hacer por la salvación de todos vosotros.
No despreciéis nunca, Mis pequeños, una oportunidad para dar ejemplo a vuestros hermanos, y hacedlo siempre con humildad, con sencillez.
Y como dicen las Escrituras, prácticamente a escondidas, que no sepa vuestra mano izquierda lo que hace la derecha;
en el Cielo se sabe y se reconoce ese acto de amor.. Y será recompensado grandemente.
Son tiempos en que dejaréis amor entre los hombres, en que seréis esos Cristos para ayudar a hermanos vuestros a regresar a Mí.
En cada momento de Mi existencia, Yo iba dejando ejemplo para que los que Me veían lo siguieran.
Ahora no os dais cuenta de cuántos se convierten con el ejemplo y vosotros mismos, en algún momento, habéis dejado ejemplo de amor…entre vuestros hermanos habéis dejado una palabra venida de Mí que les cambió la vida a uno o a varios de vuestros semejantes.
Y de eso vosotros no os dais cuenta en la gran mayoría de los casos, pero en el Cielo se toma nota de cada uno de vuestros actos, buenos y malos.
Os pido, pues, que vuestros ejemplos cada vez sean mayores, que vayan llenos de Perfección Divina y de amor
para que podáis mover a muchos hermanos vuestros a la conversión, a la salvación eterna, al verMe a Mí en vuestros actos, en vuestras palabras, en vuestros hechos.
Mi Amor queda con vosotros, Mis pequeños.
Gracias por seguirMe, gracias por interceder por vuestros hermanos,
Yo os iré cuidando para que sigáis salvando muchas almas que tanto necesitan de Mi ejemplo a través de vosotros.
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo.
Estando los tiempos como los estáis viviendo, son Mis momentos también, junto con Mi Esposa, la siempre Virgen María, para ir guiando a las almas hacia su salvación.
Vosotros habéis hecho de vuestra vida un desastre.
La gran mayoría de vosotros os habéis apartado de las bondades del Amor, de las Leyes, de la vida íntima que Nos deben a Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad,
y esto teneMos que detenerlo ya porque Satanás está llevando a muchas almas a la perdición eterna.
Tenéis que daros cuenta de tanto Amor que se ha derramado sobre vosotros.
Ciertamente, tenéis el libre albedrío, pero habéis actuado erróneamente a lo largo de vuestra existencia.
Muchas almas Nos ha quitado el malo, mucha maldad ha corrompido los corazones,
vosotros os habéis guiado por vuestra carnalidad y no por la espiritualidad que debisteis haber tomado desde el principio de vuestra existencia.
Ciertamente, muchos de vosotros no tuvisteis guía paterna o materna para que se os enseñaran las buenas obras, los buenos caminos, las buenas intenciones,
Y SOBRE TODO EL AMOR HACIA NOSOTROS
Y tampoco Me buscasteis en vuestro interior, a pesar de que en momentos de vuestra existencia Yo os hacía ver en vuestro interior que vivíais en el error, que vivías dándoNos la espalda,
que no seguíais las Leyes dadas por el Padre y las Enseñanzas del Hijo,
pero Nuestro Amor es inmenso por vosotros y por eso son momentos en que Yo Me voy a manifestar más fuertemente en la mente y en el corazón de los hombres con la intención de salvaros,

23. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.» Juan 4
de recuperar vuestras almas, de llevaros al arrepentimiento profundo y que, de esta forma, podáis vosotros regresar al buen camino; pero también deberéis poner de vuestra parte.
Deberéis entrar en oración profunda, deberéis alejaros de todo aquello a donde Satanás os ha llevado y que os ha apartado de las Verdades de la Fe y del Amor profundo, tanto a vosotros como a vuestros hermanos.
Poco a poco iréis sintiendo más fuertemente Mi Presencia en vosotros; como una brújula que os guía hacia un punto fijo,
también estaré Yo guiándoos hacia un punto fijo, que es vuestra salvación eterna.
Entrad en oración, pedid Mi Guía amorosa, pedidLe a Mi Esposa, la siempre Virgen María, que os cuide en todo momento,
acudid al Cielo a pedir ayuda, porque no estáis solos, tenéis todo a vuestro favor; sois almas creadas por vuestro Dios,
sois almas que lleváis una misión de Amor, sois almas que, terminando vuestra misión, deberéis regresar al Reino de los Cielos.
Vuestro lugar está en el Reino de los Cielos no en el Infierno a donde os quiere llevar el enemigo. Centraos pues, ya, en vuestra misión.
Muchas, muchas almas se siguen perdiendo porque no creéis en el Amor con el que Nosotros os consentimos.
ENTENDED YA,
QUE ESTÁIS EN MOMENTOS DIFÍCILES DE LA HUMANIDAD,

21. Porque habrá entonces una gran = tribulación, cual no la hubo = desde el principio del mundo = hasta el presente = ni volverá a haberla.
22. Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.
EN MOMENTOS QUE, SI NO ESCOGÉIS CORRECTAMENTE,
OS PERDERÉIS ETERNAMENTE.
ORAD, ORAD, ORAD.
Os bendecimos en Nuestro Santo Nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Que la Paz y el Amor estén siempre con vosotros y los vuestros y que la compañía y la veneración a Vuestra Madre Celestial os alcance la Vida Eterna.