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53.- EN LA ESCUELA DEL SUFRIMIENTO II

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Pablo continúa la lección en la Escuela de Apolonio:

EL SUFRIMIENTO REDENTOR

Redimir quiere decir rescatar a las almas de la tiranía de Satanás.

Jesús vino para restablecer en la naturaleza humana, el orden tan terriblemente turbado por el Pecado Original.

Jesús unió la Naturaleza Divina a la Humana, para dar a la Divinidad la debida satisfacción y reparación por parte de la Humanidad.

Y para dar nuevamente a la Naturaleza humana y degradada por el Pecado, su primera dignidad.

Y esto ha exasperado terriblemente en Satanás la sed del Odio, de Envidia y de Celos hacia el hombre.

Por todo esto, no se puede justificar el mal que los hombres hacen, aún empujados por Satanás. Porque el hombre ya es libre y las Redención ha establecido el Orden y el equilibrio trastornados.

Exactamente por medio de la Redención, al hombre le son proporcionados los medios necesarios para enfrentarse y superar las tentaciones.

Si el hombre complaciente, da oídos a la voz del Mal, lo hace bajo su responsabilidad.

Porque voluntariamente rechaza los frutos de la Redención; camina sobre una pendiente peligrosa en la que fácilmente resbala, descendiendo de precipicio en precipicio, hasta el fondo del Abismo.

El sufrimiento es el alma del Amor.

Al presente me alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, así completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia.

Es ley natural que el sufrimiento de un órgano se refleje y repercuta en todos los demás órganos del cuerpo. Así también la Redención iniciada en la Encarnación y consumada en la Cruz, se completa en todos los miembros del Cuerpo Místico, con el sufrimiento, hasta el Fin de los Tiempos.

Nuestras acciones humanas nunca son solo personales. Sus consecuencias buenas o malas NO son solo personales, sino que repercuten positiva o negativamente en todo el Cuerpo Místico, del que cada uno somos miembros.

Por eso el cristiano, nunca es más cristiano que cuando sufre. Porque con su sufrimiento se une más a Cristo y completa el Misterio de la Redención y triunfa en el Dolor, en la Humillación y en la Persecución.

No se debe tener miedo de sufrir por amor a la Justicia y a la Verdad.

Por mí, no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la Cruz de Cristo Jesús nuestro Señor. Por Él, el Mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo, y llevo en mi cuerpo, las señales de Jesús.

María fue educada en el Templo. Era erudita en las Sagradas Escrituras y como Esposa del Espíritu Santo, poseía la Luz. Al aceptar la Maternidad Divina, sabía muy bien lo que iba a ser de Ella.

María fue la verdadera sacerdotisa del Calvario, porque en la cima, se ofreció a sí misma junto con el Cordero de Dios.

La víctima se destruye. La víctima se consume. Ella debió destruir su Corazón de Madre y sacrificó e inmoló cada uno de sus sentimientos, repitiendo su ‘FIAT’ y junto con Jesús: ‘No se haga mi voluntad, sino la tuya’ Solo un amor sobrenatural es capaz de tal prodigio.

María como SACERDOTISA  ha testimoniado a Dios y a los hombre la más grande prueba de su amor que consiste NO solo en sacrificar la propia vida, sino también la de AQUEL a quien más se ama.

Debéis grabar en vuestra mente y comprender en vuestro corazón, que el Misterio de la Cruz se renueva incesantemente, pues en el Santo Sacrificio de la Misa, junto con Jesús se renueva  la Pasión.

Y las almas-víctimas somos inmoladas en unión con Jesús y con María, ofreciéndonos al Eterno Padre.

Estamos presentes en el Ofrecimiento en unión con Cristo; disponiéndonos para aceptar, sufrir y ofrecer: dificultades, incomprensiones, insultos, ofensas y todo nuestro sufrimiento en general; tal y como Jesús lo ha hecho.

Y somos las lámparas vivientes delante de sus altares.

Hay que estar dispuestos a proseguir en el Camino de la Cruz, sin olvidarnos de que Él va adelante.

Él ya no puede sufrir físicamente. Pero moral y espiritualmente, Jesús tiene un sufrimiento infinito.

¿Quién puede comprender y narrar sus sufrimientos? Creerlo insensible ante la ceguera de muchos y a los Pecados contra Él, quiere decir NO conocerlo. Se redime con Él, en la medida en que se sufre. No se debe tener miedo. Hay que escuchar su Voz.

Hay que agradecerle el privilegio de haber sido escogidos para una misión grandiosa. Él permite la Persecución para habituarnos a NO buscar apoyo en creatura alguna, sino solamente en Él.

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Satanás hace de todo para desanimar, para cansar y abatir. ¡No hay que ceder! Su Rugido puede sobresaltar, pero si nosotros como almas-víctimas sabemos usar los medios que Jesús ha puesto a nuestra disposición, podemos convertir el rugido en un maullido lastimero.

Se sufre, sí. Pero el sufrimiento es levadura de perfección para el alma y de salvación para los demás.

Hay momentos en que es imposible explicar lo que se sufre. Se siente en el alma un completo desamparo, como si se estuviese muy lejos de Dios. El cuerpo se encuentra sin fuerzas y sin ánimo para nada.

Es como si estuviésemos atrapados entre las muelas de un molino. ¡Harina de hostias! ¡El Infierno nos odia y nos combate! Pero no hay nada que temer. Si Jesús está con nosotros ¡Quién contra nosotros!

Los sufrimientos físicos, morales y espirituales, son fermentados por el Espíritu Santo y trasmutados en Luz, amor y Gracias para muchas almas que sin coparticipación en la Pasión, estarían eternamente perdidas.

Los sufrimientos deben ser aceptados con humildad y abandono, para que Dios los transforme en Gracias para salvar a otras almas y fortalecer el Cuerpo Místico que es la Iglesia.

Ningún discípulo es más que su Maestro. Y si Jesús sufrió tanto para redimir a los hombres, el que sigue la estela del Maestro ¿Sufrirá menos?

Amar el sufrimiento nos permite llevar a cabo la Misión que Dios nos ha encomendado.

Recordad que la vida de la víctima no tiene satisfacciones humanas, sino sobrenaturales. Jesús Víctima Suprema no tuvo durante los treinta y tres años de vida terrenal, tantas injurias cuantas recibió, durante las pocas horas que van desde el Getsemani hasta el Gólgota en su Muerte.

Pero fueron precisamente aquellas horas, las que hicieron de Él, el Redentor. Por ahora, solo en Él debemos esperar consuelo. Finalizada la Prueba, tendremos la dicha de leer en el Libro de la Vida, los nombres de los salvados con nuestro sufrimiento. Y unidos a Jesús, estaremos en la Paz.

El no querer sufrir es falta de amor a Dios. Y acarrea un gravísimo daño a nuestro espíritu. Y corremos el peligro de matar nuestro espíritu, por un infame egoísmo espiritual, que es la trampa más solapada de Satanás para destruirnos.

Conviene pagar las deudas con Divina Justicia en el tiempo y no en la Eternidad.

Es mejor aprender a amar en la Tierra, con la ayuda del Espíritu Santo, que en el Purgatorio, donde la Ausencia de Dios, es el Supremo Tormento.

El que llega a amar a Dios con un amor total y absoluto, comparte con Jesús bebiendo de su cáliz, la gota o el sorbo de amargura que la Predilección de Dios tenga a bien concederles.

Es una señal de su amor privilegiado y la da a quién es generoso y sabe hacer renuncias y penitencias, para completar la Obra de la Redención.

Dios es Bueno. Él también sufre por tener que llevarnos por el Sendero del Sufrimiento, que Él caminó primero.

Sufrió al separarse de Sí Mismo y esforzándose por ser Hombre, con todas las miserias y angustias que el ser humano lleva consigo: nacer, tener frío, hambre, cansancio, padecer sarcasmos, calumnias, afrentas, odios, asechanzas, traiciones y morir derramando la Sangre con una muerte brutal, para darnos el Tesoro de la Salvación.

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Esto es lo que sufre Dios para salvarnos. El Padre celestial contempla consternado la manera tan infame con que el hombre desprecia la Salvación y pisotea la Sangre de su hijo.

Ningún hombre, por más difícil que sea su sendero que lleva al Cielo, caminará por una vereda tan amarga, fatigosa, llena de dolor, como la que va caminando el Hijo del Hombre, al venir del Cielo a la Tierra y de la Tierra al Sacrificio que abre las Puertas del Cielo.

Él busca corazones que le ayuden a soportar la amargura de la Pasión. Jesús sufrió el cansancio corporal de Evangelizar sin detenerse. El cansancio moral de buscar amor en los corazones, sin encontrarlo más que en muy pocos. Él NO es insensible al rencor y lo lastiman los que lo odian sin motivo, con las conjuras para matarlo y las traiciones de los que fingen ser sus amigos y son espías de los enemigos.

En el eterno Presente de Dios, los que se dicen cristianos pero NO le aman, toman los diferentes papeles de los integrantes del drama, que relata el Evangelio. Pues aún entre los que dicen amarlo hay nuevos Judas que lo venden por los denarios de los ídolos y del Racionalismo. Él fecundó con su Sangre las Tablas de la Ley.

El camino que nos traza lleva sus huellas ensangrentadas. Nuestras almas las hace puras y fuertes, al lavarlas con su Sangre. Él Mismo nos hace capaces de obedecer los Mandamientos que nos exige, para llegar a Él.

Si no olvidamos que en nuestro sufrimiento está Él y también su Sufrimiento que es Infinito, lograremos darle besos y sonrisas, junto con nuestras lágrimas, unidos a una voluntad heroica, de amarlo hasta el sacrificio y la muerte si fuera preciso.

La Pasión de Jesús es un mar dolorosísimo, en el que se lavan los pecados de todo el mundo. Y un mar de Odio satánico en el que se trata de sumergirlo a Él y a todos los que son amados por Él, para aniquilar todo su trabajo de Maestro.

El hombre que no está totalmente sumergido en el amor de Dios, por más fuerte que sea, termina por doblegarse ante el sufrimiento y pierde su combate con Satanás.

            COMO APRENDER A SUFRIR

En el Paraíso nos espera la felicidad total y absoluta. Y si los que están allá, pudieran formular un deseo, sería solo el de volver a la Tierra, para centuplicar en tiempo y en intensidad, los sufrimientos.

Las almas-víctimas en lo que les falta por vivir, deberán sufrir mucho, pero será un sufrimiento fecundo, de mucho bien y bastantes méritos.

Y no le agradecerán nunca a Dios lo suficiente, por el gran don que han recibido por su elección, porque a este don está ligada la salvación de muchas almas. ¡Qué felicidad por el puesto que les han asignado para el Plan Divino de la Salvación!

Por larga que sea la existencia y áspera la Prueba, siempre serán desmesuradamente inferiores en extensión y profundidad, respecto a la eternidad y la beatitud que nos esperan.

Por fuertes que sean las causas y los agentes que nos hacen sufrir hay que pensar que Dios nos ha dado agentes y causas de fuerza y de victoria, infinitamente más grandes que los que nos atacan y nos afligen: la Gracia, los Sacramentos, la Palabra Evangélica.

Breve. Siempre breve es la Prueba terrena, respecto a la Eternidad. Y relativos son el sufrimiento y la Cruz, respecto al gozo celestial e infinito, como todas las cosas que vienen de Dios, para aquellos que ya están en el conocimiento de Dios, como hijos suyos y herederos.

Igualmente, siempre serán relativas las humillaciones terrenas respecto de aquella gloria que se manifestará en los elegidos, cuando Dios se comunicará a ellos en una medida plena y perfecta en su grandeza, belleza, conocimiento, fuego de amor.

Su Luz y todos sus atributos y bienes que Él tiende a comunicar en forma relativa, proporcionada al viviente, conforme crece en la vida sobrenatural, vaciándose de sí mismo y de todas las cosas, para recibir a Dios, mientras todavía está sobre la Tierra.

El Reino de Dios es Eterno como su Rey. En la eternidad se conoce una sola palabra: Hoy.

También nosotros debemos conocer solo esta palabra, para medir el tiempo del Dolor: Hoy. ¿Por cuánto sufro? Por hoy. Al Presente. Para las criaturas espirituales, no hay otra cosa que aquello que es de Dios.

También en el Tiempo. Hay que prepararse desde aquí a calcular el tiempo, como lo poseeremos en el Paraíso: ‘Hoy…’

Pablo hace una pausa y Oliver se adelanta. Cómo es un hombre joven y alto, camina con seguridad y los cristianos ya lo conocen y reconocen en él, porque también es un gran profeta, el Instrumento que está siendo impulsado por el Espíritu Santo…

Pablo a su vez también vislumbra la Majestuosa e inconfundible Presencia que irradia el joven  y todos esperan anhelantes…

La expectación NO se ve defraudada. Los cristianos comprenden cuando Oliver eleva la voz y empieza a hablar:

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Hijitos Míos, cuánto agradezco éstos momentos que pasáis frente a Mi Presencia, ante la Sagrada Eucaristía, ante Mi Sagrada Presencia.

Cuánto gozo estos momentos en los cuales comparten conmigo sus gozos, sus sufrimientos, sus necesidades. Yo de antemano conozco vuestras necesidades y vuestros pensamientos, pero cuando os tomáis la molestia de venir ante Mí a compartirlos, NO puedo más que volar hacia vuestras almas y abrazarlas con un amor tan grande que no las dejo expresarse, sobre todo cuando es el arrepentimiento sincero el que os trajo ante Mí.

Vivo entusiasmado en pensar y esperar los momentos en los cuales os acercaréis a Mí y Yo os tomaré y os haré aliviar de vuestras peticiones. Cómo disfruto esos momentos íntimos del alma hijitos míos, pero son tan pocos los que se acercan y Me tienen esa confianza de Padre, de hermano, de amor.

De Mí sólo obtendrán Paz, Gozo y Alivio a vuestras necesidades. Por favor hijitos Míos, compártanme sus vidas, puesto que ellas también Me pertenecen..

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La gran mayoría de vosotros os imagináis que La Redención por todo Mi pueblo se realizó solamente en los últimos tres años de Mi Vida. O sea, en Mi Vida Pública, en Mi Vida de enseñanza. NO hijitos Míos, vuestra Redención se llevó a cabo desde Mi Concepción en el vientre de Mi Madre, la Santísima Virgen María. Desde ése preciso momento Mi Abandono a Mi Padre fue Total.

Yo tenía que crecer como vosotros, sufrir penas y privaciones como vosotros, rechazos y dolores como vosotros, muerte como vosotros. ¿De qué hubiera servido una redención como la esperaban los fariseos? Ellos esperaban a un juez poderoso, adulto, que llegara a exterminar al pueblo romano quienes los tenían sojuzgados.

De haber sido así, mi función hubiera sido sólo de libertador, usando sólo la fuerza humana y exterminando de la misma forma como todos los pueblos lo hacían y los actuales lo siguen haciendo. Hubiera pasado a la Historia como el Gran Libertador del pueblo judío, lo cuál sólo significaba fuerza, poder, inteligencia para la guerra.

¡El Mesías!, el Esperado, el Hijo de Dios, tenía que ser como Su Padre ¡Lleno de virtudes¡ lleno de Gracia, lleno de Amor, lleno de HUMILDAD.

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Acatando la voluntad de Mi Padre, Me humillé, Me hice como vosotros, como sois vosotros menos en el Pecado, para que fuera realmente un ejemplo a seguir. Ya que de una u otra forma, con Mi Ejemplo, vuestras vidas se ven asemejadas a la Mía de la otra forma NO. Como guerrero y libertador sólo sería ejemplo para unos cuantos, un muy limitado número de hombres, hombres de armas.

Yo crecí en perfecto abandono a Mi Padre, aceptando la «cárcel» de Mi Cuerpo, el cuál NO debía mostrar Mi verdadera Identidad como Dios. Solamente cuando «Me perdí» de la caravana en Mi Niñez y Me encontraron Mis padres enseñando a los sacerdotes en el Templo, fue la única vez que mostré Mi identidad como Dios, por Mi Sabiduría y por la respuesta que dí a Mis padres al decirles: ¿Por qué Me buscaban, acaso no saben que tengo que hacer las cosas de Mi Padre?

Palabras que NO comprendieron de inmediato pero que después entendieron muy bien. Después de esto se Me ordena una vida normal y oculta, con sus cruces de cada día, con las delicias de los Amores que Mi Padre Celestial Me daba todos los días, con la vida de Oración continua y profunda que llevaba con El, pidiéndole en todo momento por vuestra salvación y para todos vuestros hermanos de todos los tiempos.

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Yo veía a cada uno de vosotros reflejados en la gente de ése tiempo. No creáis que porque Mi Venida fue hace 2,000 años la condición humana ha cambiado, NO hijitos Míos. Las causas del Pecado son las mismas, lo refinado en el pecar ahora en vuestro Tiempo, es peor. El Demonio ha utilizado las mismas tretas y mentiras para hacer caer al género humano en el pecado, desde que se le quitó la Gracia que tenía, por su pecado y se volvió malo.

El ya no puede crear formas nuevas para hacer caer al género humano, porque por su Pecado ya quedó limitado para siempre, Les puede dar otra cara, otra presentación; pero la esencia del pecado es la misma, por eso Yo os levanto de vuestros pecados ya desde hace 2,000 años.

Mi Abandono al Padre fue siempre total y la única vez que Le dije algo diferente fue, cuando en Mi Pasión Dolorosa, en el Huerto de los Olivos, Le digo: «Si es posible aparte de Mi éste Cáliz, pero no se haga Mi Voluntad sino la Tuya». Yo veía los atroces sufrimientos que iba a pasar en los tormentos recibidos por los verdugos. Verdugos que eran presa del mismo demonio y que se Vengaban de su Dios, haciéndolo sufrir como Hombre.

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Pero mi Dolor más grande era que Mi Redención que duró 33 años, no los 3 que siempre os imagináis, NO IBA A SERVIR PARA MUCHAS ALMAS. Mi Redención, para muchos de Mis hijos, iba a quedar totalmente fuera de los intereses de su vida. El haber venido a la Tierra para salvarlos o el NO haber venido, para ellos les iba a dar igual. ¡Cuánta ingratitud! Os creéis dioses, cuando apenas sois pequeñas creaturitas tratando de empezar a caminar, pobres hijitos Míos.

Treinta y tres años sufrí por vosotros y muchos de vosotros os quejáis de los dolores, ofensas, malos tratos, desprecios que se os dan en vuestras vidas, en vuestra misión que tenéis para salvar almas, por las que bajasteis a la Tierra. Actualmente vuestra Tierra es un desierto y campo de batalla en donde el Mal se va posesionando cada vez más de Mi Obra de Creación y de la vida de amor que Yo puse en cada uno de vosotros.

El malo os quiere destruir por que sois Míos, como Me quiso destruir a través de los verdugos que Me azotaron y Me rebajaron a piltrafa humana. Mi Fuerza reside en lo espiritual y la vuestra, también. Podrán destruir el cuerpo, pero NO el alma si realmente estáis Conmigo, como Yo lo estaba con Mi Padre.

De ésta forma vuestro «real cuerpo» que es el alma, resucitará gloriosa después de que hayáis aceptado y llevado a cabo con amor y abandono, vuestra Misión. La misión que a cada uno de vosotros se os designó para salvar una o millares de almas.

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No os deis por vencidos, hijitos Míos. El Mal se revuelca en Odio por destruir Mi Obra y NO PUEDE NADA contra aquellos, que permaneciendo en Mí y en Mi Madre, serán la Nueva Estirpe del Nuevo Pueblo de Dios en la Tierra. Acercaos a Mí en vuestras tribulaciones y en vuestras cruces y sabed que Yo ya antes sufrí por vosotros y conozco vuestro Dolor y vuestras debilidades y sólo Yo os puedo comprender perfectamente, porque os conozco desde antes de que nacierais.

Mi Vida de Amor y de abandono se va dando perfectamente en aquellas almas que se confían a Mí y que toman de Mí la Fuerza necesaria para seguir adelante. Aún cuando sintáis que vuestras fuerzas os abandonan y queráis apartar vuestra cruz de sufrimiento, recordad Mi subida al Monte Calvario, cuando Yo llevaba la Cruz a cuestas.

Mi debilidad era extrema, puesto que había perdido muchísima sangre por la Flagelación, estaba en ayunas y no Me habían dejado dormir en toda la noche los verdugos porque se la pasaron dañándoMe físicamente en forma brutal, de una u otra forma. La fiebre por la infección tan grande ocasionada por las heridas de la Flagelación, era muy alta y aún así tomé Mi Cruz. La abracé con cariño, ya que por ella, por Mi Muerte en ella, YO os iba a poder dar vida a todos vosotros.

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Con esto os quiero dar a entender, Mis hijitos que no reneguéis a la Cruz que cada uno de vosotros tenéis. Vuestro sufrimiento se acrecienta según vuestro grado de olvido a Mi Voluntad, a la Voluntad del Padre. O se disminuye cuando os abandonáis a Mi Voluntad y tomáis de Mí, Fuerza y Vida Divina para vencer vuestras flaquezas humanas.

No os agobiéis más, hijitos Míos, en vuestro abandono» en el aceptar Mi Voluntad y en el Interceder y ofrecer con amor verdadero, vuestros dolores y sufrimientos espirituales por aquellos que os causan un Mal. Encontraréis vuestra paz interior, porque entonces estaréis, verdaderamente actuando como Yo, vuestro Hermano Mayor que os dio la Luz, el Camino a seguir y la vida Eterna; gracias al aceptar con amor, el abandono a la Voluntad de Nuestro Padre Dios.

Venid todos a Mí, corderitos Míos, que Yo os preparo los pastos verdes y reconfortantes de Mi Reino de Paz, que recibiréis por haberos hecho uno Conmigo.

“Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”. Esta frase, hijitos Míos, es la frase que sale del corazón de todos aquellos que ya Me encontraron.

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Esta frase es la frase de la reciprocidad en el Amor. Nadie que reciba y acepte Mi Amor se mantiene estático, porque el Amor es dinámico. Esta frase es la que realiza la separación o la unión conmigo, vuestro Dios. Aquél que NO se ha dejado llenar de Mí, NO PUEDE darse a su Dios ni a sus hermanos. Pero aquellos que se han olvidado de sí y Me dejan a Mi tomar el lugar privilegiado de sus vidas y en su corazón, ya han aprendido a ser verdaderos hijos Míos.

“Aquí estoy Señor, para hacer Tú voluntad”, ha sido la frase de los antiguos y modernos profetas y de todos aquéllos hermanos vuestros a los que la Iglesia ha nombrado santos por sus méritos ejemplares. Fue también la frase que separó al Antiguo, del Nuevo Testamento, cuando fue expresada por Mi Madre Santísima, que quien estando llena del Espíritu Santo, aceptó con docilidad Su Misión.

Al EncarnarMe en Ella, Yo mismo aceptaba Mi Misión, aunque Yo ya había aceptado la Voluntad de Mi Padre desde el momento en que se llevó a cabo el Pecado Original, donándoMe para la Salvación de todo el género humano.

 Esta frase marca la División entre la soberbia con la humildad. De la total Donación con el Egoísmo. Entre el ver la necesidad del hermano, con el verse a sí mismo.  Gracias a ésta frase se han dado los grandes cambios en vuestra historia, marcados por Mis pequeños quienes se han donado como Instrumentos de Mi Amor. Yo NO puedo actuar en un alma si antes NO ha aceptado el que Yo haga Mi Voluntad en ella.

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 Sólo las almas valientes, las almas que tienen sus ojos puestos en Mí, en Mis necesidades, que son las vuestras. Las almas que buscan su perfección en el Amor, las almas donadas hasta al martirio, las almas escogidas que han aceptado su misión perfectamente, son las que pueden decir sin titubear, ésta frase.

Son almas que se dan en totalidad, sin poner restricciones ni condiciones de alguna especie. Simplemente se dan completamente a su Dios, porque han sabido amar y confiar perfectamente en su Dios, sabiendo que a pesar de que en la donación puedan suceder cosas NO muy agradables a su comodidad humana, saben que su Dios estará en todo momento guiándolas y cuidándolas y también saben, que el premio prometido a ésas almas, será MUY grande en el Reino de los Cielos.

Cómo quisiera escuchar, NO de vuestros labios, sino de vuestro corazón, ésta frase de parte de todos vosotros. SI así sucediera, vuestro Mundo cambiaría radicalmente, sería un mundo como nunca lo habéis imaginado, un mundo en donde vuestro Padre Dios habitaría perfectamente y proveyéndoos de Sus regalos excepcionales os satisfarían.

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La muerte, el dolor, la corrupción, el Pecado y todas sus consecuencias desaparecerían, porque vuestro Dios NO puede habitar y reinar en donde el Mal habita. Por eso, al decir de corazón ésta frase, es vuestro Dios en Nuestra Santísima Trinidad, los que inmediatamente entramos a habitar ésa alma y así su Cielo comienza desde ésta vida.

No hay alma que se haya arrepentido de haberse donado con ésta frase tan hermosa: “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”, porque Yo vuestro Dios, también respondo a vuestra frase con Mi frase, “Si, gracias, hijito Mío y aquí estoy Yo, Tú Dios, para habitar en ti”. Desde ése momento el alma  recibe el Gran Tesoro que todas las almas anhelan desde que son creadas, el ser tomadas plenamente por su Dios. No hay nada más grande que un alma anhele, que el ser consumida por el Amor de su Creador.

Esto no lo entendéis ahora muy bien, porque tenéis un cuerpo, pero cuando vuestra alma se separe de él, lo entenderéis perfectamente, cosa que ya entendíais antes de bajar a servirMe. El deseo del alma en el Cielo, antes de que os encarnéis para tener una misión en la Tierra, es la de hacer Mi Voluntad. Pero es la carne, ya afectada por el Pecado Original, la que os hace cambiar de opinión por las múltiples tentaciones que el Maligno os pone.

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Por ello debéis luchar afanosamente para hacer y triunfar a vuestra alma sobre el cuerpo con sus pasiones desordenadas, para que logréis alcanzar nuevamente el grado de espiritualidad que teníais antes de bajar a la Tierra y podáis retomar la Donación que prometisteis a vuestro Dios, para hacer Su Voluntad. Por eso, el alma que ya puede decirle a su Padre “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad”, es un alma que ya ha alcanzado nuevamente su vida espiritual, su vida primaria, su vida de Cielo, que ya luchó contra las Fuerzas del Mal y sus Tentaciones y Triunfó.

Esta frase, hijitos Míos, es la voz de triunfo que sale de los corazones que aprendieron a escoger la mejor parte, que aprendieron a seguir a su Dios y NO al Mundo; que aprendieron a base de caídas y que saben que el Único que puede devolverles su dignidad espiritual Soy Yo, vuestro Dios. Rogad, hijitos Míos por vuestro crecimiento y por vuestro triunfo personal, para que podáis alcanzar la Vida que os tengo prometida, tanto para vosotros como para vuestros hermanos. Para que tan pronto escuche de vuestro corazón el “Aquí estoy Señor, para hacer Tú Voluntad” Yo, inmediatamente vuele a hacer morada en vuestro corazón.

Que Mi Padre en Su Infinita Bondad, os Bendiga. Que Mi Santo Espíritu os Guíe por la senda del Abandono confiado y amoroso y Yo os Bendigo y os cubro con Mis Méritos para que alcancéis la plenitud y la perfección de vuestra Misión. Yo os Bendigo en Nombre de Mi Santísimo Padre, en Mi Santísimo Nombre y en el Santísimo Nombre de Mi Espíritu de amor.

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La experiencia sublime de ser tomado plenamente como un Istrumento para que Jesús manifestase su Presencia Santísima, llena de tal júbilo a Oliver, que lágrimas de agradecimiento y de éxtasis, corren por el rostro del joven cuando el Amoroso Dios de los cristianos ha derramado sus Bendiciones…

Pablo y todos los cristianos dan las gracias y el apóstol retoma el Tema sobre el que estaba hablando…

«Hermanos, todos los dichosos que ya hemos sido capaces de pronunciar esas benditas palabras: ‘Aquí estoy señor, para hacer Tu Voluntad…’ y hemos sentido la Grandiosa Majestad que la Presencia del Señor imprime en nuestra alma, cuando toma posesión de ella, al imprimirnos delicadamente Su Imagen y Semejanza que nos convierte en verdaderos hijos.

Y nos declaramos listos para proseguir con nuestra sagrada misión de ‘pequeños cristos y corredentores’, es cuando experimentamos la Transfiguración particular que nos identifica con Jesucristo, nuestro Dios Único y Trino…

Porque ES ÉL, el que nos convierte en apóstoles, profetas y mártires…

Yo por mi parte, estoy crucificado con Cristo y ahora no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano se hace vida mía por la Fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí. También nosotros los apóstoles pasamos hambre, sed, falta de ropa y malos tratos, mientras andamos de un lugar a otro.

Trabajamos con nuestras manos hasta cansarnos. La gente nos insulta y los bendecimos. Nos persigue y todo lo soportamos. Nos calumnian y entregamos palabras de consuelo.

Hemos llegado a ser como la basura del mundo, como el deshecho de todos hasta el momento. Nos preocupamos en toda circunstancia por no dar a otros ocasión de tropiezo, ni de criticar nuestra misión. Al contrario, en todo demostramos ser auténticos ministros de Dios.

Somos muy perseverantes. Soportamos persecuciones, necesidades, angustias, azotes, cárcel, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer. En nosotros pueden ver pureza de vida, conocimiento, paciencia, bondad, actuación del Espíritu Santo y Amor sincero.

En nosotros está la Verdad y la Fuerza de Dios. Luchamos con las armas de la Justicia, tanto para atacar como para defendernos. Unas veces nos honran y otras nos insultan.

Recibimos tantas críticas, como alabanzas. Pasamos por mentirosos aunque decimos la verdad.

Por desconocidos, aunque nos conocen. Nos dan por muertos y vivimos. Se suceden los castigos y todavía no hemos sido ajusticiados.

Nos creen afligidos y permanecemos alegres.

Tenemos apariencia de pobres y enriquecemos a muchos. Parece que no tenemos nada y todo lo poseemos.

¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran pues de manera que lo consigan.

Como los atletas que se imponen un régimen muy estricto, solamente que ellos lo hacen por una corona de laureles perecederos, mientras que nosotros lo hacemos por una corona que no se marchita.

Y así como yo, sabiendo a donde voy, doy golpes pero no en el vacío. Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que después de predicar a los otros, venga yo a ser eliminado. Yo no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la Cruz de Cristo, nuestro Señor.

Alégrense en el Señor en todo Tiempo. Les repito: alégrense. Y den a todos muestras de un espíritu muy comprensivo. El Señor está cerca. No se inquieten por nada.

En cualquier circunstancia recurran a la Oración y a la súplica, junto a la acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la Paz de Dios que es mucho mayor de lo que se puede imaginar, les guardará su corazón y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Y estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas.

Ya saben que al ser probados en nuestra Fe, aprendemos a ser constantes. Procuren pues que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada. Y demuestren su Fe con su manera de actuar.

Que la Paz del Señor, esté con todos vosotros…

Pablo ha terminado de hablar.

Marco Aurelio, que ha escuchado desde el principio y  Oliver, se acercan al grupo que rodea a los apóstoles.

Oliver se aproxima a Pedro y le dice en voz baja que lo busca el tribuno.

Entonces Pedro va al encuentro de Marco Aurelio.

Éste le relata todo lo sucedido en Anzio y su Bautismo recibido de manos del Obispo Leonardo. Sus peripecias en la búsqueda de Alexandra y el motivo por el que ha venido a buscarlo.

Finaliza diciendo:

–           Roma está ardiendo por mandato del César. Y solo Dios sabe que calamidades faltan, pues Nerón está loco. Y yo no puedo abandonarte aquí a una destrucción cierta. Por favor, ven con nosotros a Sicilia. –suplica Marco Aurelio arrodillándose ante el anciano Pontífice.

Pedro le responde:

–           Que te bendiga el Señor por tus deseos. Pero ¡No has oído decir que Cristo me repitió por tres veces: “Apacienta mis corderos” Si tú a quién nadie ha confiado la custodia de mi persona, me dices que no me abandonarás a una destrucción cierta, ¿Cómo puedes querer que yo abandone al Rebaño del Señor, en el Día del Desastre?

Toma a tu esposa y a los tuyos y vete a Sicilia. Tu camino apenas empieza. Y debes madurar para que des fruto. Te lo repito: No caerá uno solo de tus cabellos. Ten Fe. Parte con mi bendición y la Paz de Cristo, esté contigo y los tuyos.

Pedro los bendice y los despide.

Y prosigue en la reunión de los cristianos, donde comparte con los obispos, las últimas noticias recibidas y las decisiones pertinentes que deberán tomar…

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA

32.- UNA BODA INESPERADA

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Marco Aurelio escuchó al anciano Pontífice, hablar de Jesús y de su Doctrina.

Y lo que escuchó lo cautivó y lo dejó reflexionando… Y aumentó su atracción por Aquel Dios Desconocido que empieza a descubrir…

A partir de aquel día, Alexandra se acercó con menos frecuencia al lecho del enfermo. Y no volvió a hacerlo sola. Pero observaba que él la seguía con la mirada suplicante y vivía pendiente de cada gesto y palabra suya, cual si fuera un favor inestimable.

Vio que sufría y no osaba quejarse por temor de alejarla de su lado. Que para él, solo ella era la felicidad y la salud.

Y ella se siente atraída con los encantos secretos que el amor inspira y que Marco Aurelio ejerce cada vez  con más fuerza sobre ella.

Y conforme pasan los días y se acerca a su lecho, ve irradiar en el rostro de él la misma alegría y el gozo que a ella la invaden.

Un día notó en sus ojos, huellas de que había llorado y sintió el deseo de enjugar sus lágrimas con sus besos.

Él se ha vuelto tan sufrido, como si hubiera hecho voto de paciencia. También ve sus esfuerzos para no hacer nada que a ella le desagrade y  por esto ella se siente grandemente amada.

Y el sentirse objeto de tanta adoración, la hace sentirse a la vez dichosa y culpable.

El joven patricio le había escrito una carta a Petronio y la contestación fue ésta:

Tito Petronio     a     Marco Aurelio Petronio.

Salve.

Por favor carísimo. Puesto que te encuentras herido y según dices te están pasando cosas estupendas. (Aunque no especificas cuales) Tu laconismo no necesita explicación. Ya me contarás cuando regrese y nos veamos otra vez.

No podía creerlo cuando leí que ese gigante parto había matado a Atlante con tanta facilidad. Ese hombre vale lo que pesa en oro y solo de él depende el llegar a ser un favorito del César. Pregúntale si es una excepción o si existen más hombres como él, en su país. Sería grandioso contar con él en los juegos públicos.

Agradece a todos los dioses, el que hayas salido vivo de tales manos. Te has salvado ciertamente porque eres patricio e hijo de un cónsul. No das muchos detalles de tu convivencia con los cristianos y del tratamiento que te han dado. A pesar de lo que dices percibo tu estado de inquietud y melancolía y  sé que todo es por Alexandra.

Lo interpreto por el laconismo de tu carta. Explícate, porque hay en ella tantos enigmas; que siendo totalmente sincero, tengo que confesarte que no entiendo a los cristianos, ni a Alexandra. Y tampoco te entiendo a ti.

Y no te sorprenda que me intereses tanto. Es que yo intervine en este asunto tuyo, me siento responsable de tu situación y por eso lo considero asunto mío.

Pasando a otro asunto, quiero hacerte partícipe de mi alegría…

Haloto me ofreció por Aurora siete caballos ganadores. ¡Y los rechacé!… ¿Puedes creerlo?  Gracias también a ti, porque te negaste a tomarla.

Porque ahora yo estoy saboreando las delicias del verdadero amor y me siento muy feliz.

Contéstame pronto, pues no sé cuándo vuelva a verte. En la cabeza de Barba de Bronce, los proyectos cambian como los vientos de otoño.

En la actualidad, mientras continuamos en Benevento, desea irse directamente hasta Grecia, sin volver antes a Roma. Tigelino le aconseja que haga una visita a la ciudad, aunque sea por poco tiempo, ya que el pueblo anhelante por su persona, (léase pan y juegos) puede sublevarse si Nerón prolonga su ausencia.

Así que no puedo decirte con certeza, que es lo que va a suceder.

Considera sin embargo si no sería preferible para ti, en lugar de permanecer en Roma, una temporada de reposo en tus propiedades de Sicilia. Lo único que te deseo es que recuperes pronto tu salud porque ¡Por Zeus! Ya no sé ni siquiera que es lo que debo desear en obsequio tuyo. Adiós.

marco aurelio

Cuando Marco Aurelio recibió esta carta, pensó en no contestarla. Pero luego decidió posponer la contestación, solo un tiempo más.

Ha cambiado mucho. En sus conversaciones con Mauro, Isabel y Lautaro, hay menos orgullo. Está haciendo su efecto lo que escucha en las reuniones que hay dos veces a la semana y que llegan hasta su ventana.

También se aficionó a Bernabé, con quién suele conversar horas enteras, porque en sus conversaciones puede mezclar el nombre de Alexandra y atesora con ansia todas las anécdotas del gigantesco parto.

La vida en la casita es una rutina familiar. La hermana de Alexandra, Margarita es la confidente de la joven y la ha seguido a su ‘destierro’ particular.

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Margarita también es gentil con el herido, pero se porta muy reservada y distante y Marco Aurelio lo atribuye a que está sufriendo las consecuencias de su arrebato por Alexandra.

Él no sabe que la joven es una virgen consagrada de la Iglesia Cristiana y por eso su reserva es tan extrema.

Pero un día que lo atendió en lugar de Alexandra, pudo observar con detenimiento su extraordinaria belleza y comprendió lo que Bernabé le platicara el día anterior: las dos heredaron la hermosura de su madre.

Por lo que le parece completamente incomprensible, es que siendo mayor que Alexandra, no haya conquistado el amor de un hombre y no esté casada todavía, pues si él no hubiera conocido primero a la joven que le robó el corazón, seguramente se hubiera enamorado de esta joven tan bella como misteriosa…

Por las tardes, cuando terminan las labores domésticas suelen sentarse juntas a hilar, tejer o escuchar música, mientras otra persona lee partes del Evangelio y toda la familia las reflexiona en oración comunitaria.

Santiago, el hermanito menor de David, juega mucho con un vecinito romano que se llama Fabio y junto con otros chiquillos forman la algarabía del patio.

Marco Aurelio disfruta mucho la armonía y la convivencia con casi todos los miembros de la casa. Sin embargo, a David no lo soporta y disimula la aversión que el joven le inspira.

Y la razón es que está terriblemente celoso por el amor con que Alexandra le trata.

En una ocasión David, estuvo cortando duraznos de uno de los árboles del huerto y también cortó un hermoso racimo de uvas de la vid que da sombra en una de las terrazas y envió a Fabio con el delicioso obsequio para que las entregara a Alexandra.

Y al oír que ella le daba las gracias, se puso pálido.

Y entonces Marco Aurelio habló como todo un descendiente de los Quirites, (nobles romanos) para quién todo extranjero es poco menos que un gusano.

Y en cuanto David se retiró, exclamó enojado:

–           ¡Alexandra! ¡Cómo puedes permitir que ese muchacho te haga obsequios! ¿Ignoras acaso que los griegos llaman a la gente de su nación, perros judíos?

Ella lo miró asombrada por semejante estallido y contestó:

–           Yo no sé cómo los llaman los griegos. Sólo sé que es cristiano y por lo tanto, hermano mío.

Marco Aurelio se quedó mudo, luego se dominó y le suplicó anhelante:

–           Perdóname Alexandra. Para mí tú eres una reina y… yo no… -y volvió el rostro, para que ella no lo viese llorar.

Cuando regresó David, le trató con amabilidad. Y a partir de ese momento se convirtió en su amigo.

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Alexandra comprende el considerable esfuerzo que le cuestan estas victorias sobre sí mismo. Y por eso, ella le ama siempre más.

Mientras tanto Marco Aurelio reflexiona y se maravilla en el poder sobrenatural de esa Religión que tiene la virtud de cambiar radicalmente a los hombres. Comprende que hay algo extraordinario en ella, algo que no había sido conocido antes en la Tierra.

Su convivencia entre los cristianos, le ha convencido que es precisamente esta Religión, la que adorna a Alexandra con esa belleza excepcional e inexplicable que en él despertara junto al amor, el respeto. Junto al deseo, el homenaje. Alexandra se ha convertido en un ser único sobre la tierra.

Y con todo lo que le está pasando se siente inclinado a amar a Cristo. Tiene que inclinar la cabeza ante ese Dios que no comprende. Está dispuesto a sometérsele, porque algo se ha despertado en su alma… Y también es el Dios de Alexandra.

La joven observa la evolución que se opera en el alma de Marco Aurelio. Ve la lucha que sostiene consigo mismo, su mortificación, sus dudas. Y cada vez nota más el silencioso respeto que él muestra hacia Cristo. Y ello hace que su corazón se incline hacia él, con una fuerza arrolladora.

En una atracción casi imposible de resistir, hasta que…

san-pedro-apostol- Un día que Pedro llegó de visita, Marco Aurelio le llamó y le dijo:

–           Vivo asediado por la pena y el sufrimiento. Antes de conoceros me hubiera apoderado de ella y la hubiera retenido por la fuerza. Pero vuestra virtud y vuestra Religión han efectuado un cambio dentro de mí, que me apartan de la violencia.

Yo mismo no entiendo por qué me pasa esto y a vos, que al presente hacéis las veces de padre para Alexandra, os digo: si ella me acepta, dádmela por esposa y os juro que no tan solo no le he de prohibir que confiese a Cristo; sino que yo mismo anhelo iniciarme en los misterios de vuestra religión y os pido: ‘¡Dadme la Luz!’. 

Conozco todos los obstáculos, pero yo la amo más que a mi vida y no quiero perderla. Quiero amar lo que ella ama y que nuestra familia sea una familia cristiana. Porque quiero a vuestro Dios, para que sea también el mío. Disipad mis tinieblas. Ved que soy sincero.

Los hombres han dicho: ‘Grecia creó la sabiduría y la belleza. Roma creó el poder y la fuerza…’ ¿Y vosotros los cristianos, qué es lo que traéis? Os pido que reveléis los misterios que necesito conocer. Ilumíname lo que hay detrás de vuestras puertas, ¡Abrídmelas!…

san-pedro-apostol-

Pedro, cuyo corazón se conmovió ante aquella alma doliente que como ave enjaulada pugna por abrirse paso en demanda de libertad.

Extendió la mano sobre Marco Aurelio, tocándolo sobre la cabeza y dijo:

–           Traemos el Amor. ¡Tocad y se os abrirá! La gracia de Dios descienda sobre ti. La Sangre de Jesús lave tus pecados. Yo te Bendigo en Nombre del Redentor.

Hizo el signo de la cruz sobre él. Y aquel descendiente de los Quirites tomó la mano del anciano Galileo y la llevó a sus labios, lleno de gratitud y de reverencia…

Pedro se sintió complacido al ver aquella alma que es tierra propicia para la semilla divina y  en su red de pescador lo ingresa como una nueva conquista para Cristo.

Y los presentes regocijados ante aquella inesperada escena, exclamaron al unísono:

–           ¡Gloria al Altísimo!

Alexandra está atónita.

Marco Aurelio tiene su rostro radiante de alegría y le dijo desde su lecho:

–           Alexandra¿Quieres ser mi esposa, la reina de nuestro hogar? ¿Quieres ayudarme a conocer y amar al Dios tuyo, el que desde hoy será también mío y de nuestros hijos? ¿Me amas como yo te amo?

Ella comenzó a llorar de alegría y sus labios temblorosos no pueden pronunciar palabra. Está totalmente anonadada.

El apóstol la incitó:

–           Hija mía, ¿No le vas a contestar?

La joven se arrodilló delante de Pedro.

Y dijo con voz llena de humildad, sumisión y turbación:

–           Sí. Le amo. Y sí. Quiero ser su esposa.

Marco Aurelio dijo:

–           Mientras acabo de sanar, quiero instruirme para ser Bautizado. Luego haremos la boda según las leyes romanas. Y ante el mundo entero, también serás mi esposa. Te juro que te seré fiel, te amaré y te respetaré. Y desde hoy eres dueña de mi vida y de todo lo que me pertenece. – y tomando la mano de Alexandra, la llevó a sus labios, mientras la miraba con adoración…

Alexandra, temblando de felicidad, le contestó:

           También yo te juro serte fiel. Amarte y respetarte todos los días de mi vida. Y mi ser te pertenece, amadísimo esposo mío.

Entonces Pedro tomó la mano de Alexandra y la puso en la de Marco Aurelio.

Y colocando sus manos en la cabeza de ambos jóvenes, declaró:

–           Amaos en el Señor y para su Gloria. Yo los declaro unidos en matrimonio: Esposo y Esposa. Y que no separe el hombre lo que Dios acaba de unir. Os Bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y Bendigo los hijos que daréis a Dios con vuestro santo amor.

Los dos jóvenes se miraron llenos de felicidad.

Alexandra se inclinó sobre el lecho, para darle un dulce beso en los labios. Y se sentó a su lado, apretando la fuerte mano masculina entre las suyas…

Los demás los llenaron de parabienes y bendiciones.

Y Pedro comenzó a narrar como Jesús hizo su primer milagro en las Bodas de Caná…

Desde ese día, Marco Aurelio se unió a aquellas reuniones donde fue conociendo a Jesús, el Dios-Hombre que le acaba de entregar el regalo más precioso que él anhelara tanto: el amor de Alexandra, Bendecido por Él.

Al despedirse, Pedro les dijo que les enviaría un evangelizador para darles la instrucción necesaria, pues los tiempos son sumamente graves…

Al día siguiente…

En la Puerta del Cielo, Mauro camina alegremente por el largo pórtico que conduce a los salones donde son instruidos los catecúmenos.

Se encuentra con su colega y amigo Lucano, el compañero en los viajes de Pablo de Tarso.

El médico evangelista y escritor, le saluda:

–           La Paz sea contigo, Mauro. ¡Qué alegría verte por aquí!

Mauro contesta sonriente:

–           Y también contigo, caro hermano mío. Terminé de dar algunos temas y voy de regreso a Roma. Allá también tengo ministerio.

–           ¿Ya no ejerces la medicina?

–           Entre los pacientes y las evangelizaciones, transcurre mi vida. ¿Y tú qué haces querido Lucas?

–           Estamos iguales. Yo estoy aquí colaborando con Pablo. Aunque le dedico más tiempo a la Palabra, ejerzo poco la medicina. Ahora estoy escribiendo. ¿Qué tema vas a dar?

–           Voy a hablar del Perdón…

–           ¡Apasionante y bellísimo! Yo voy a hablar del Octavo Sacramento.

–           ¡Somos bienaventurados! SER APÓSTOLES ES EL PRIVILEGIO MÁS GRANDE que puede darnos nuestro Señor. Sólo dime cual no es apasionante…

Y los dos se despiden y caminan en direcciones opuestas…

Mientras tanto, en la casa donde está Marco Aurelio, éste se decidió a contestar la carta de Petronio…

Marco Aurelio Petronio   a   Tito Petronio.

Salve.

Es tu deseo que te escriba lo más minucioso posible: convenido. No puedo asegurarte empero que sea con más claridad, ni que puedas entenderme. Porque yo mismo aún no sé cómo explicarlo.

Te describí mi permanencia entre los cristianos y la forma en que tratan a sus enemigos, entre los cuales tenían derecho de contarnos, tanto a Prócoro como a mí. Te conté la bondad con la que me han tratado y cómo me han atendido.

No, mi carísimo. No me respetaron porque yo fuera hijo de un cónsul. Esas consideraciones carecen de peso entre ellos, puesto que perdonaron a Prócoro a quién insté a que lo enterraran en el jardín. Son personas excepcionales, como el mundo no ha conocido hasta hoy.

Y del mismo modo sus enseñanzas son tan extraordinarias como ellos. Te aseguro que si yo me encontrara en mi casa postrado en el lecho, con un brazo y las costillas rotas atendido por los míos, aun cuando fuesen miembros de mi propia familia; por supuesto hubiera disfrutado de mayores comodidades. Pero no me hubieran hecho objeto ni siquiera de la mitad de los cuidados que ellos me han prodigado.

Y entérate también de esto: Alexandra es como todos los demás. Si hubiera sido mi hermana o mi esposa, no podría haberme atendido con mayor afecto. Y ¿Puedes creerlo?

En medio de estas personas sencillas, habitantes de este pobre aposento, que es a la vez cocina y triclinium, en donde también se encuentra el lecho donde postrado te escribo, soy  el hombre más feliz del mundo. Más que en ninguna otra época de mi vida.enamorados

Le ofrecí a Alexandra regresarla a la casa de Publio y ella me declaró que en la actualidad, eso es imposible, porque Publio y Fabiola se irán a Sicilia y porque de regresar ella a su hogar, esa noticia tarde o temprano llegaría hasta el Palatino.

Y entonces César podría arrancarla nuevamente de la familia Quintiliano. Pero Alexandra sabe que yo no volveré a perseguirla. Que he dejado atrás las medidas de violencia, que soy incapaz de renunciar a su amor o de vivir sin ella. Voy a llevarla a mi casa bajo el arco de guirnaldas que adornará la puerta. Y sentarla en mi hogar como reina, ama y señora, al convertirla en mi esposa.

Ella ya aceptó. Así que ahora es tu sobrina. En cuanto a los cristianos, aman a sus semejantes… Pero abominan nuestros dioses, nuestra manera de vivir, nuestros crímenes y nuestra corrupta sociedad. Todavía ignoro muchas cosas, pero estoy aprendiendo.

Lo único que sé con precisión, es que donde comienza esta religión, concluye el poder de Roma… Nuestro sistema de vida y la distinción entre conquistadores y conquistados, entre ricos y pobres, señores y esclavos. Concluye el gobierno, el César, la ley y el orden del mundo. Concluye también la muerte.

Y por sobre todo esto, surge la figura de Cristo lleno de una Misericordia jamás conocida y de una Bondad tan infinita, que contrasta con los instintos del hombre y con nuestros propios romanos instintos.

Y para mí, Alexandra vale más que Roma y todo su señorío. Tú sabes cuánto la amo y que no hay nada que yo no haga por su amor. Pues bien, quiero que sepas que soy augustano y de noble descendencia; pero eso no me impide ser también cristiano.

Cuando aprenda más sobre mi nueva religión, te lo comunicaré. ¡Ah! Y por cierto: tú serás el padrino de nuestras nupcias romanas. Cuídate mucho. Adiós.

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, CONÓCELA

D33 FENÓMENO PROFETIZADO

000TERREMOTO JAPON

Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María 09.02.2016

Oren hijos, oren. Del mar escucharán rugidos, se levantarán evaporaciones del agua marina contaminada y caerán en tierra como espuma, a la que el hombre debe temerle.

http://revelacionesmarianas.com/

0001

UNA ESPUMA MISTERIOSA CUBRE UNA CIUDAD JAPONESA TRAS EL TERREMOTO EN JAPÓN

Tras los terremotos en Japón, que han sido seguidos de réplicas más pequeñas y han provocado más de 40 muertos, miles de heridos, corrimientos de tierras, edificios colapsados y cuantiosos daños, se ha producido un sorprendente efecto posterior en las calles de la ciudad japonesa de Fukuoka, que acabó cubierta de espuma, dejando a los residentes desconcertados por el fenómeno.

0002

Las autoridades, aún no han sabido dar una explicación al fenómeno.

La espuma apareció poco después de los temblores de magnitud 7,3 que sacudieron la ciudad de Fukuoka el viernes 15 de abril. Los usuarios de Twitter publicaron fotos de la espuma similar a la nieve y se preguntaron qué la causó.

0003

El fenómeno inexplicado afectó a las zonas de Tenjin y Imaizumi en Fukuoka, según los informes.

Algunos especularon que podría ser el resultado de una tubería subterránea que reventó a causa del terremoto y otros sugirieron que podría ser espuma de extinción de incendios, causada por la intervención de los bomberos.

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Aún no hay explicación oficial para el fenómeno.

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Fuente: http://www.zerohedge.com/news/2016-04-17/mysterious-foam-covers-japanese-city-aftermath-destructive-earthquake

A19 PERDONAR ES AMAR

Agosto ­30 de 2014

 Papst   

Debéis pedirMe la Gracia de saber perdonar a vuestros hermanos que están en el Mal.

Mensaje de Dios Padre a J. V

Hijitos Míos, en la historia de la Cristiandad, vosotros sabéis que la sangre de los mártires, empezando con la de Mi Hijo, le da mayor fuerza.

Satanás quiere destruir todo lo que venga de Mi Hijo, todo lo que venga de Mí; pero no podrá Mis pequeños, al contrario, se reforzará.

Todo esto Mis pequeños, dará Vida. Una Nueva Vida a la Iglesia, ésta sangre que estáis viendo que se derrama; está purificando toda ésa maldad que se ha introducido dentro de Mi Iglesia, desde que ésta fue constituida por Mi Hijo.

Mucha maldad habéis visto que ha entrado en Ella y mucha sangre tendrá que correr para purificarla. 

ASESINADO EN EL ALTAR

ASESINADO EN EL ALTAR

Nada se desperdicia Mis pequeños, dentro de la Economía Divina. Así como os enseñó Mi Hijo, que se dio por vosotros; ahora vosotros en diferentes formas, os vais a dar por Mi Hijo.

Él se dio en totalidad, no solamente en Cuerpo y en Sangre, SE DIO TAMBIÉN EN DIVINIDAD. Se dio en Sus Sentimientos. No conocéis a profundidad lo que Él sufría por vosotros en Su Interior y en tiempo breve, lo conoceréis.

Vosotros estáis acostumbrados a juzgar el exterior de las personas; pero nunca entendéis ni comprendéis el interior de ellas. Y esto es lo que sucede en la Vida de Mi Hijo. A través de los Santos Evangelios, conocéis la Vida de Mi Hijo, Su exterior, Sus momentos, Sus Palabras, los Milagros.

Pero no conocéis Su Pensamiento, que estaba continuamente ante Mi Presencia. Os veía a cada uno de vosotros, pensaba en vosotros, intercedía por vosotros, Su Omnipotencia os alcanzaba y os sigue alcanzando a cada uno de vosotros.

Por eso la Iglesia, está siendo purificada con la sangre de los mártires actuales y con lo que padeceréis también cada uno de vosotros. Si no necesariamente sea cruento vuestro sufrimiento, sí será de diferentes formas…

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Y os pido Mis pequeños, QUE OFREZCÁIS TODOS VUESTROS SUFRIMIENTOS, para que Le quitéis el Dolor que tomó Mi Hijo por cada uno de vosotros.

AminoradLe Su carga, la carga que tomó para salvaros.

Ahora tomad vuestra Cruz y dadLe éste regalo a Mi Hijo, aminorándoLe Su carga con el ofrecimiento de vuestros padecimientos, los actuales y los próximos futuros.

Gran alegría Le daréis, gran alegría habrá en el Cielo por vuestra donación y sobre todo, porque os uniréis a Mi Hijo Jesucristo, siendo otros Cristos.

Os uniréis en la salvación del género humano, os uniréis en vida íntima en Mi Santísima Trinidad.

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Es una Gracia que comparto con vosotros en éstos tiempos de cambio y muy distante a lo que pensáis, que habrá tristeza entre vosotros; no será así Mis pequeños, ya que en la donación, vendrá la alegría; porque en el momento en que vosotros os estéis donando, os estéis dando por Mi Hijo y por vuestros hermanos, una alegría mística entrará en vosotros y gozaréis.

No habrá tristeza en vosotros, entenderéis la donación de vuestros primeros hermanos en el Cristianismo, cuando también sufrieron fuertemente y que dio vida a Mi Iglesia.

Ahora entendéis un poco más de lo que es el sacrificio de un alma para hacer crecer la fuerza de la Iglesia y la salvación de sus almas hermanas en la Tierra. Animaos Mis pequeños, cosas bellas veréis, grandes cosas gozaréis.

Hijitos Míos, OS PIDO QUE NO TRATÉIS DE ESCUDRIÑAR EN MIS MISTERIOS. En cierta forma, os estoy pidiendo lo que le pedí a Lot y a su familia en Sodoma y Gomorra, les pedí que no voltearan a ver cómo quedaban destruidas sus ciudades; a eso Me refiero ahora, no escudriñar en Mis Misterios.

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DejadMe actuar a Mí, que Soy vuestro Dios. No os toca a vosotros conocer Misterios que no comprenderíais. Recordad que en un ejército hay un solo general en cada bando, Yo Soy vuestro General.

El general, es el que da las órdenes; los soldados debajo de él, son los que ejecutan el pensar del general y todos confían en él. Por eso, os pido que no tratéis de ser generales, ni Me digáis qué es lo que tengo que hacer.

Vosotros no conocéis Mis Planes de salvación, vosotros no conocéis los corazones de los hombres, Yo sí. Y además, siempre voy a actuar en Justicia, en Amor, en respeto ante la vida de Mis hijos y vosotros, os dejáis llevar por el dolor, por el odio, por la maldad que lleváis en vuestro ser; porque no lo habéis erradicado, no habéis crecido lo suficiente en la virtud, no os amáis como os pidió Mi Hijo, como verdaderos hermanos, los unos a los otros.

Por eso os pido que Me dejéis a Mí actuar, que lo que Yo os estoy pidiendo, os lo pido en Sabiduría Divina; porque vosotros no actuáis así. Vuestra posición es en el actuar, como os he pedido a través de la oración, a través de la aceptación de vuestra Cruz diaria, ofreciéndola unida a los Méritos de Mi Hijo;

porque Él Me ofrecía diariamente también Su Cruz, Sus momentos y en lo íntimo Yo lo recibía y Nos comunicábaMos íntimamente y conocíaMos el actuar del Uno y el Otro.

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Por eso quiero que entréis en vuestro corazón, que habléis Conmigo; para que Yo hable también con vosotros, que respetéis Mi actuar a través de vosotros, que no Me pongáis “peros”, ni detengáis Mi Obra a lo que Yo os pida a cada uno de vosotros.

En cierta forma os podréis sentir como piezas de ajedrez. Pero Yo respeto; respeto vuestro libre albedrío y Yo no os puedo forzar a ser movidos de un lugar a otro. Por eso os pido permiso, para que Me dejéis moveros como Yo quiera y a donde Yo os lleve; siempre va a ser lo mejor para vosotros. Y el resultado será también, un Bien para vuestros hermanos.

Yo solamente quiero el Bien vuestro, quiero vuestra salvación, quiero prepararos para un gozo eterno. En la Tierra es efímero o son efímeros los gozos que tenéis, tendréis un gozo eterno cuando terminéis vuestra obra sobre la Tierra.

DejadMe pues que Yo os ayude a que Me deis vuestro cien por ciento; para que Yo os pueda consentir eternamente, no en un cien por ciento; sino cien sobre cien sobre cien; porque Yo siempre doy más de lo que vosotros dais. Os amo, Mis pequeños, recibid Mi Bendición.

juego-de-ajedrez

Hijitos Míos, no veáis muerte donde hay vida. La muerte de un mártir, es vida para la Iglesia y para todos vosotros; pero ciertamente sí hay muerte en aquellos hermanos vuestros que mueren, sin estar vivos en su alma.

Y por ellos, os insisto que oréis, os deis en sacrificio, en penitencia, porque son Mis hijos.

La actitud del hombre es siempre odiar y atacar a aquél que veis que está destruyendo; pero no os dais cuenta que en el momento en que vosotros estáis deseando un mal hacia aquél que es verdugo, que es asesino, que está destruyendo viviendas y vida, de pequeños y grandes; vosotros también os volvéis reos de muerte; porque estáis deseando un mal a un hermano vuestro y Yo no quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva.

Lo tenéis escrito en las Escrituras. Mi Hijo os lo dio, lo vivió y vuestra posición debe ser la misma. Es difícil para vosotros; porque no vivís en la virtud y muchas veces os he dicho que vosotros debéis pensar en lo Divino y no en lo humano; que pensarais como quiero Yo, vuestro Dios que penséis en la salvación del pecador. 

IRAK- PADRE CRISTIANO CON SU HIJA DECAPITADA

PADRE CRISTIANO EN IRAK, CON SU HIJA DECAPITADA

Ya os he dicho varias veces que DEBÉIS PERDONAR aún si os atacan en lo personal o atacan a un ser querido y especialmente a un hijo vuestro.

Debéis saber perdonar; porque antes que sean vuestros hijos o que sean seres queridos vuestros, son Míos. Son Mis hijos y a Mí Me duele mucho más que a vosotros…

y Yo perdono y trato de que se salve ésa alma perversa, ésa alma engañada por Satanás; que así los debéis ver a éstos hermanos vuestros, que actúan destructivamente. Están enfermos de pecado… Están enfermos porque Satanás los ha llevado a ésa enfermedad de muerte y en contra Mía.

Debéis pedirMe la Gracia Mis pequeños y especialmente en éste tiempo, que veréis tanta destrucción; DE SABER PERDONAR A VUESTROS HERMANOS QUE ESTÁN EN EL MAL.

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Yo Soy el que Juzga, Yo Soy el que os da la Vida eterna o el que dará también el Dolor Eterno. Y os vuelvo a recordar, si vosotros deseáis el mal a un hermano vuestro que está haciendo el mal, estáis matando con vuestro deseo; estáis destruyendo, en lugar de dar vida, estáis tomando una posición que no os corresponde, que es el de juzgar y aquí el Único Juez Soy Yo, vuestro Dios.

Hijitos Míos, antes del Tiempo hubo una gran batalla en los Cielos. Una batalla angelical, en donde perdió Luzbella y se volvió Satanás. Una batalla terrible y muy dolorosa. No existía todavía el ser humano.

Ahora, la batalla que tendréis Mis pequeños, también SERÁ UNA BATALLA ESPIRITUAL, que de hecho ya está en los Cielos. Que no la veis, pero la estáis sintiendo aquí en la Tierra. Y ahora ésta batalla, también se dará en la Tierra.

Batalla fuerte, espiritual y física, porque afectará también a todo lo Creado.

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Vosotros como seres encarnados, no veis la realidad espiritual que os está rodeando y no permito que la veáis, porque no la soportaríais.

Mis pequeños de ésta batalla, Yo saldré victorioso a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María, que le aplastará la cabeza a Satanás.

Vosotros deberéis poner vuestra parte, que debe ser docilidad total a Mí vuestro Dios. Os voy a llevar por caminos de bien, voy a eliminar de vuestro Mundo la maldad que os rodea, aunque desgraciadamente; todavía quedará la maldad en vuestro corazón, a pesar de la Purificación, a donde os estoy llevando

Muchos creen que esto es Fin de Mundo. No, Mis pequeños. Es una Purificación de eliminación del cáncer maligno que tenéis a vuestro alrededor.

Así como en vosotros se os extirpa el cáncer, las células malas que van destruyendo las buenas; así voy a extirpar Yo también de vuestro Mundo y del Universo entero, la maldad de Satanás que os rodea y que trata de destruir toda Mi Creación.

quirofano moderno

Después de una operación quirúrgica en donde se han extirpado las células malas, las células cancerosas, las células destructivas; viene una recuperación y se sana el organismo.

Así será también con vuestro Mundo y con el Universo entero. Cuando Yo extirpe la maldad de Satanás, vendrá una recuperación y será más bello todo; apreciaréis ahora, lo que Yo creé para vosotros.

Ciertamente como os he dicho, vendrá un nuevo renacer para la humanidad; no exactamente como lo que tuvieron vuestros Primeros Padres Adán y Eva; porque ellos eran santos, eran puros. Cuando Yo hablo de un Paraíso Terrenal, era Mi estancia en su corazón, Yo bajaba del Cielo a deleitarMe en el corazón de Adán y Eva, porque eran santos; los creé perfectos, pero les di libre albedrío y ellos decidieron irse por el mal.

Vosotros tendréis una nueva oportunidad. Ciertamente Satanás será encadenado por un tiempo. Pero todavía estará afectado vuestro ser, vuestro cuerpo, vuestra mente; por el Pecado Original.

pecado-original

Un tiempo estaréis Conmigo, creceréis a niveles inconmensurables, que ni siquiera ahora os imagináis; porque recuperaréis dones y capacidades que tenían vuestros Primeros Padres.

Pero el Pecado del Principio, el Pecado Original en un tiempo más, os hará caer de nuevo. La soberbia nublará nuevamente vuestra mente y cerrará vuestro corazón a Mis Mandamientos, a Mis Leyes, a la vida de Amor; pero inmediatamente después de esa Purificación, gozaréis inmensamente Mis cuidados y los regalos con los que Yo os consentiré eternamente

Esperadlos pues Mis pequeños; entregaos de corazón a Mi Voluntad, para que Yo os lleve por ésos caminos bellos, con los que os quiero consentir; porque vosotros seréis los iniciadores de ésta nueva etapa de la humanidad.

Vosotros los que estáis Conmigo, vosotros los que respetáis Mis Leyes y os queréis llenar de Mi Amor, vosotros sois Mis verdaderos hijos y Yo Soy vuestro Padre. Seréis Mi Nuevo Pueblo y Yo Seré nuevamente vuestro Dios, vuestro Único Dios. Gracias, Mis pequeños

imagen y semejanza de dios

Sep 11_14 Mi Justicia va a tomar ya su lugar sobre la Tierra y sobre el Universo entero

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Hijitos Míos, el Amor que produciMos en Nuestra Santísima Trinidad, es poderosísimo. No hablar ni siquiera de lo que es el poder Satánico; que ante Nuestro Poder, es nada.

A vosotros como seres humanos, pequeños, indefensos; sí se les hace muy fuerte el poder satánico, a tal grado que ha engañado a los dirigentes de vuestros pueblos y a muchos otros, a estar con él. Porque vosotros al ser pequeños, veis cosas grandes que le admiráis y así tomáis caminos equivocados, sin ver que Mis Potencias son infinitamente mayores que las del Enemigo.

Mis pequeños, éstos son tiempos de Mi Hija, la Siempre Virgen María.

Y Ella cuenta totalmente, con el Poder de Nuestra Santísima Trinidad. Como Esposa, como Hija, como Madre, no Le podeMos negar nada a Ella.

hija,madre y esposa

Y por eso, para que Satanás quede ridiculizado ante aquellos que le siguieron; la Pequeñez de esta Creaturita Santísima que es Mi Hija, la Siempre Virgen María lo va a aplastar.

Son tiempos de Mi Hija, para que la humanidad y el Universo entero, se den cuenta quién es Satanás. Y se den cuenta, aquellos que le siguieron, que su poderío no era tan grande como se imaginaban.

Y lo digo desde ahora, para aquellos que están equivocados; para aquellos que se están protegiendo y tomando de su poder para hacer el mal entre sus hermanos: vosotros, también seréis ridiculizados y compartiréis el mismo destino de aquél a quien seguisteis.

Ciertamente todavía os doy una oportunidad de arrepentimiento, mientras estáis aquí en la Tierra y aprovechadla Mis pequeños. Sois Mis creaturas, sois Mis hijos, sois Mi Creación;

pero si vosotros insistís en manteneros bajo la protección y el dominio de Satanás y no queréis arrepentiros y seguirme; vosotros mismos estáis escogiendo vuestro destino: destino eterno de dolor y que será el mismo dolor y aún aumentado, del que produjisteis a vuestros hermanos en la Tierra. Porque vuestro corazón no se movió en el Amor.

1condenado

En las Sagradas Escrituras podéis encontrar que cuando Yo doy autoridad a un alma, es para que ella sirva a sus hermanos y vosotros, con injusticia y con maldad, os aprovechasteis de vuestros hermanos.

Aprovechasteis vuestros altos puestos y les quitasteis a vuestros hermanos mucho o prácticamente todo de lo que tenían para vivir.

Vuestras obras fueron injustas Y MI JUICIO VA A SER JUSTO CONTRA VOSOTROS. Poco tiempo, más bien prácticamente nada de tiempo os queda para arrepentiros vosotros, los gobernantes de las Naciones. Si no respondéis a Mi Llamado, sabréis cuál va a ser vuestro futuro eterno.

Yo os amo, porque sois Mis creaturas; pero vuestro castigo también será fuerte, porque tratasteis muy mal a vuestros hermanos. Vuestra maldad fue maldad satánica y tendréis que responder por ello.

Vosotros los que sufristeis por las injusticias de vuestros hermanos, orad por ellos y alegraos; porque Mi Justicia va a tomar ya su lugar sobre la Tierra y sobre el Universo entero.

JUSTICIA DIVINA

Alegraos, porque aquellos que os estaban oprimiendo, tendrán su castigo.

Hijitos Míos, cuando os he dicho que seréis juzgados en el Amor, quiere decir que TODO LO QUE HAGÁIS, lo hagáis envuelto en el Amor y todo lo que no hagáis así, va en contra del Amor.

Todo lo que habéis hecho bueno, lo habéis hecho para Mí, porque Yo Soy el Amor; pero todos vuestros pecados, toda la maldad que ha entrado en vuestro ser, ha atacado a Mi Amor. Si vosotros meditáis los Mandamientos, los que los desobedecen; todos van en contra del Amor, van en contra Mía, van en contra de vuestros hermanos, dañáis vosotros al Amor.

La palabra Amor para muchos de vosotros, tiene significados diferentes; pero debéis ir a la raíz de ésta palabra y Soy Yo, El que ha Creado todo por Amor. Os he levantado del pecado a través de los Sacramentos, principalmente del Bautismo; para que podáis recibir Mi Amor.

Bautismo1 (1)

Vivís porque Mi Amor os mantiene con múltiples cuidados, todo lo que obráis y deseáis bueno, tiene que ver Conmigo, con el Amor.

Si estáis en contra Mía o en contra de un hermano, estáis dañando a Mi Amor; por eso vuestro Juicio será en base al Amor. ¿Qué hicisteis de bueno? Y de eso seréis recompensados. Pero, ¿Qué hicisteis de malo, en dónde hicisteis a un lado Mi Amor? Y de eso seréis castigados. ¿Hacia dónde se irá la balanza en cada uno de vosotros?

Estaréis del lado del Amor y Me daréis un gran contento o estaréis del lado del Odio, de la maldad, que van en contra del Amor y Me causaréis grandes tristezas.

Fuisteis creados para amar, vuestra naturaleza fue creada para amar y ser amados; pero no abristeis vuestro corazón plenamente, a Mi Amor, ni quisisteis aprender de él. Tontamente abristeis vuestro corazón a Satanás y os llevó por caminos equivocados; pero

tuvisteis muchas oportunidades a lo largo de vuestra existencia de regresar al buen camino, porque Mi Amor siempre estaba presente ante vosotros.

JESUS LLAMA A LA PUERTA DEL CORAZÓN

Os acompañaba a lo largo de cada día, a lo largo de toda vuestra existencia, conocisteis el Amor, lo palpasteis, lo degustasteis, supisteis realmente qué era el Amor, el Amor Verdadero, el Amor de todo un Dios; porque a todos, a todos vosotros os he dado la oportunidad, en muchos momentos de vuestra existencia, de que os toparais Conmigo. Ciertamente no en lo personal Conmigo, pero con alguien que os infundió Mi Amor; porque toqué su corazón para que os diera Mi Amor y lo probarais; pero ni aún así respondisteis.

Sabéis que Yo no puedo forzar a las almas y menos en el Amor.

El Amor se da, no se obliga; así que, si no quisisteis producir amor, sois almas secas, almas vacías, almas en las que no puedo confiar; ni Me servís para el futuro que le quiero dar a las almas buenas

Escuchad, aunque seáis almas secas que no sabéis producir amor, todavía os amo y quiero que respondáis a Mi Amor; arrepintiéndoos del mal que hicisteis y del Bien que no quisisteis dar o no supisteis dar. Pero si no queréis responder favorablemente, no Me servís; servís solamente al Enemigo y ése será vuestro destino

infierno

Me duele mucho hablar de esto, Mis pequeños; porque Soy Todo Amor y Yo quisiera forzaros a amarMe, para teneros Conmigo por toda la eternidad. Pero ya os dije que el Amor se da en libertad, que el Amor sale de lo profundo del corazón y Yo no puedo tener almas que están forzadas a amar, porque eso no es Amor.

Entended Mi posición de Padre, de Creador y sobre todo, de Quien es Todo Amor. Os amo Mis pequeños; pero Yo quiero también que Me améis a Mí en total libertad y sobre todo, que gocéis lo que es el Verdadero Amor. Hijitos Míos, os pido que sensibilicéis más vuestro corazón ante los acontecimientos que se están dando.

Que no los toméis a la ligera; que os deis cuenta que realmente, estáis padeciendo algo que ya se salió de lo normal; porque hay muchos hermanos vuestros que no están tomando en serio esto que está sucediendo alrededor del mundo, que lo están dejando solamente dentro de los parámetros de lo normal; cuando lo que estáis viviendo no es normal, ni para vosotros en la Tierra, ni para los intereses del Cielo.

Estáis viviendo situaciones que se salen ya de vuestra vida diaria, de lo que se vive en las estaciones del año y sobre todo, del actuar del hombre.

Protesta dlee FEMEN contro Papa Benedetto XVI

Estáis padeciendo mucho por los gobiernos; más maldad se ha desatado en ellos.

Satanás, recordad que él siempre va a atacar a las cabezas, para que ellos destruyan más fácilmente a los que estén debajo de ellos; también va contra los débiles y es por los que vosotros debéis orar más.

Hay muchos que no están protegidos por Mi Gracia, porque no quieren tomarla a pesar de que Yo la derramo abundantemente, en espera de que vosotros Me la pidáis; pero pocos se acuerdan de ello y se desperdician infinidad de regalos del Cielo de parte Mía. Para que vosotros los gocéis, os protejáis y crezcáis en vuestras capacidades espirituales y no lo hacéis. ¡Cómo desperdiciáis Mis Bendiciones de todos los días!

Si estuvierais más atentos a lo que Yo quiero de cada uno de vosotros, a lo que Yo os doy, hacia dónde os quiero llevar; pero os distraéis con demasiadas cosas del Mundo, con vuestros intereses particulares; intereses que no os llevan a nada bueno, en la mayoría de los casos. Quizá puedan ser intereses de crecimiento intelectual, no malos; pero que no Me los ofrecéis y al no ofrecerlos, no tienen ningún poder de salvación.

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Os he dicho que hasta la más mínima cosa que hagáis, aparentemente sin importancia, pero si la unís a los méritos de Mi Hijo, si la unís a Mi Amor, sobre todo cuando Me invitáis a Mí vuestro Dios, a compartir vuestros actos, vuestras alegrías, vuestras tristezas, vuestra nada; entonces ya estáis haciendo mucho, porque Me estáis uniendo a Mí en vuestra vida, pero normalmente no actuáis así, hacéis vuestras cosas vosotros solos, sin tomarMe en cuenta.

Desperdiciáis tanto, tanto, Mis pequeños; porque lo que hacéis y lo que habéis hecho, pueden ayudar a muchas almas en vuestra salvación. Por eso os repito, quiero almas sensibles para éstos tiempos, almas que estén en íntimo contacto Conmigo, con vuestro Dios; que Mi Vida, sea vuestra vida, que vuestra vida esté íntimamente unida a Mí, que caminemos juntos. De hecho, al ser estos tiempos críticos para todos vosotros, no debierais ya caminar solos.

Cuando sois pequeños y vais a salir a la calle y tenéis que ir por lugares inseguros, os hacéis acompañar de alguien mayor en quien confiáis, para que os proteja. En estos momentos debéis hacer lo mismo; pero a Mí es a quien debéis pedirMe que os acompañe en todo momento, porque quien os va a atacar, es alguien muy superior a la protección que os puede dar un ser humano, especialmente si no está Conmigo. Son realmente pocos con los que podéis contar, que estén Conmigo y que pueden tomar fuerza de Mí.

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Ciertamente hay hermanos vuestros que están unidos a Mí, que toman de Mis Méritos, que toman de Mis Potencias y que os pueden proteger; porque en Mi Nombre, en el de Mi Hijo y en el de Mi Santo Espíritu, pueden vencer a Satanás. Pero si no estáis con alguien que Me está tomando en cuenta en su vida, Me debéis tomar a Mí y así caminar juntos lo que falte para éste cambio que estáis ya padeciendo.

No Me hagáis a un lado, Mis pequeños; sinceramente os lo digo, Me necesitáis en éstos momentos difíciles de la humanidad.

Vosotros no sois nada sin Mí. Pero en estos momentos si no confiáis en Mí y si no Me buscáis, Satanás fácilmente os aplastará; porque su poder será liberado y sentiréis la maldad plena de Satanás. Sed sabios y prudentes, sin Mí, no sois nada. Éste es el tiempo anunciado en las Escrituras de las esposas previsoras, esperando que llegue el esposo.

PARÁBOLA DE LAS VÍRGENES PRUDENTES

PARÁBOLA DE LAS VÍRGENES PRUDENTES

¿Habéis sido previsores? ¿Tenéis suficiente aceite en vuestras lámparas para esperar a Mi Hijo? ¿Estáis pendientes de Sus Deseos? ¿Habéis sido obedientes con sus órdenes?

Sí Mis pequeños, se va a presentar vuestro Dios ante todos. ¿Cómo estaréis en ésos momentos? Todavía es tiempo de que preparéis vuestra alma y utilicéis los regalos que Yo os he dado en los Sacramentos y en la Reconciliación de vuestra alma Conmigo, con vuestro Dios y Creador.

¿Cómo os encontrará el Esposo cuando llegue? ¿Cómo estaréis ante Mi Hijo? ¿Le daréis buenas cuentas? ¿Cómo os comportasteis cuando estaba Yo lejos?

Tenéis que hacer Mis pequeños, un examen profundo de conciencia y quitar de vuestra alma todo aquello que Me pueda molestar, cuando estéis ante Mi Presencia.

Aún aquellos escogidos y ya marcados, que tendrán parte Conmigo en el Nuevo Reino por venir; debéis poner todavía más de vuestra parte, para que vuestra alma esté bellísima ante Mis Ojos cuando Yo llegue, cuando estéis ante Mi Presencia.

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Una esposa se arregla de la mejor forma para recibir al esposo, se adorna y se viste con lo mejor que tiene. Se perfuma y se peina para dar una gran presencia ante el esposo. Con esto os quiero decir Mis pequeños, que vuestra alma esté ante Mi Presencia de la mejor forma, para que Yo goce al veros, al platicar con vosotros, al compartir vuestros momentos.

Ciertamente todos tendréis un Juicio particular Conmigo, ¿Cómo estaréis? ¿Os avergonzaréis al estar frente a Mí? ¿Os querréis ocultar para que no Me veáis los Ojos? Y si sois malos ¿El fuego de Mi Ira os quiera quemar de inmediato?

Me encanta ver almas limpias de niño, a los cuales puedo ver a los ojos y gozar viendo lo profundo de su corazón. Así os quiero encontrar Mis pequeños, actuando en la Verdad, actuando en el Amor, para que no haya represalias, para que no haya enojos, para que no haya castigos.

Vosotros los que Me buscáis, ciertamente os exijo más; porque el bien que os voy a compartir después, va a ser inmenso y va a ser un regalo para vosotros, los que queréis estar Conmigo eternamente.

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La esposa que realmente ama al esposo lo consiente, inventa cosas bellas para agradar al esposo; porque el esposo también la ama y busca tenerla siempre feliz. Y así comparten mutuamente su felicidad y siempre están buscando nuevas formas de agradarse mutuamente y el ambiente se vuelve bello, se vuelve un ambiente de amor, de respeto, de crecimiento.

Así os quiero encontrar Mis pequeños, bien arreglados, limpios, peinados y perfumados; para que Me alegre con vosotros y que Yo os pueda regalar Mi Compañía en estos tiempos por venir de Cielos Nuevos, de Tierras Nuevas; pero sobre todo, de almas renovadas en Mi Amor.

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Hijitos Míos, Satanás ha corrompido vuestros corazones, vosotros no actuáis como Yo quisiera que actuarais. Vivís en la maldad, a la cual ya le decís “normalidad” y así no os sentís mal, no os sentís pecadores, no os sentís culpables del daño que Me hacen vuestros actos malos.

¡A cuánto error os ha llevado Satanás, Mis pequeños! Os di Diez Mandamientos, para que los cumplierais, para que los repasarais todos los días y los recordarais; que los tuvierais presentes todo el tiempo, para que así no Me causarais tanto daño a Mi Corazón y no le causarais tanto daño a vuestros hermanos.

Mis Mandamientos bien cumplidos, os llevan a la perfección y ésta a la santidad de vida.

Algunos de vosotros os sentís limitados, creéis perder vuestra libertad si actuáis bajo Sus Mandatos. Ciertamente Mis Mandamientos, son Mandatos a vuestro proceder humano, proceder imperfecto, proceder que tiende al mal.

Os he pedido muchas veces el enmendar vuestra vida. En Mis Mandamientos se cubren prácticamente, todos los aspectos importantes de vuestra existencia y ellos, son para todos vosotros.

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Todas las almas creadas deben de vivir bajo Mis Órdenes de Amor. Son Ordenes, ciertamente para que vosotros os perfeccionéis y al perfeccionaros, es Mi Amor el que va a Vivir, va a actuar en vosotros.

Yo no puedo actuar libremente en un alma que un día se comporta bien y que al otro día Me traiciona, queriendo que Viva al lado del mal que produce, al lado de sus pecados. No, Mis pequeños; vosotros no Me debéis llamar a vuestro corazón cuando esté lleno de podredumbre.

Humanamente, vosotros cuando invitáis a alguien que estimáis mucho, no le hacéis caminar por el lodo, ni lo invitáis a vuestra casa estando ésta sucia. No, Mis pequeños; si no lo hacéis con vuestros hermanos que son imperfectos y que tienden también a evitar la perfección, ¿Por qué tratáis de llevarMe a Mí, a vuestra alma, cuando ella está llena de pecado y de maldad?

Mis pequeños, cuando veo Yo un alma limpia y Me invita a su corazón; al llegar a él, le regalo infinidad de Bendiciones; porque Me congratulo con ése corazón, con ésa alma y para que permanezca así, le regalo Mis Bendiciones y especialmente Mi Presencia.

No Me ofende invitándoMe cuando su corazón está lleno de pecado y peor aún, cuando tiene pecados graves, pero no tiene deseos de cambiar, Me ofende un alma que Me invita a su corazón sucio.

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Ciertamente, escucho a las almas arrepentidas y les ayudo a que encuentren su purificación, a través de los Sacramentos que os dejó Mi Hijo; que esto es diferente a invitarMe a un corazón continuamente sucio, pecaminoso; porque quiere decir que es un alma descuidada y especialmente, porque ha cometido pecado grave y que para él para ésta alma, se le hace ya normal vivir en ése estado; ésta alma ha perdido el respeto por sí misma, Me ha perdido el respeto a Mí, vuestro Dios.

También os digo a vosotros Mis pequeños, que tengáis cuidado con éste tipo de almas; porque han perdido toda proporción en cuanto a su manera de actuar, de vivir ante Mis Ojos; pecan y no sienten que ése pecado sea grave y no tratan de eliminarlo de su corazón. Son almas descuidadas, almas que se han llenado de tanto mal y que aún estando en el mal, aparentan estar en el bien o creen estar en el bien.

Pedid por ellas Mis pequeños; para que la Luz de Mi Santo Espíritu les ilumine y se den cuenta de que viven en un mal y a veces, un mal muy grave. Y así sucede principalmente con aquellos que os gobiernan; hacen tanto mal, viven rodeados de tanto mal, que ya no se sienten mal ellos mismos; porque la normalidad de su vida, es estar rodeados de otros que están como ellos; viviendo en el mal, produciendo mal y unos a otros, se protegen, se ayudan y no quieren ver la realidad de su vida espiritual; porque no quieren escuchar a su conciencia, que es la Luz del Espíritu Santo en ellos.

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Acallan la Voz de Mi Santo Espíritu, que les está regañando, que les está indicando que están viviendo en el mal, que están haciendo mucho daño; pero como entre ellos se protegen, se ayudan a vivir en el mal, pierden toda proporción de ése mal. Pero en Mi Juicio, Mi Santo Espíritu les hará ver con exactitud todo lo que quisieron apartar por conveniencia de su mente y de su corazón, se enfrentarán a Mí y verán realmente el estado de su alma.

Ciertamente tendrán la oportunidad de arrepentimiento y lo aceptaré. Pero ¡Ay! de aquellos que no se arrepientan y que sigan viendo normal su actuar, se arrepentirán eternamente de ello.

Vosotros, vivid en el Bien, dejad que Mi Santo Espíritu os indique el estado de vuestra alma. Sed sencillos, sed humildes, aceptad un regaño amoroso; por favor, Mis pequeños. Dejad que Yo os regañe, para que vosotros encontréis la perfección de vuestros actos y Me tengáis contento a Mí vuestro Dios, con vuestra presencia pura y santa ante Mis Ojos.

Me gustan las almas que luchan por su perfección, que ayudan a sus hermanos también a alcanzarla. Me derramo en Bendiciones sobre ellas, porque están actuando como Mi Hijo actuó cuando estuvo sobre la Tierra; sed otros Cristos y Mis Bendiciones caerán abundantemente sobre vosotros. Gracias, Mis pequeños

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53.- EN LA ESCUELA DEL SUFRIMIENTO II

EL SUFRIMIENTO REDENTOR

            Redimir quiere decir rescatar a las almas de la tiranía de Satanás.

Jesús vino para restablecer en la naturaleza humana, el orden tan terriblemente turbado por el Pecado Original. Jesús unió la Naturaleza Divina a la Humana, para dar a la Divinidad la debida satisfacción y reparación por parte de la Humanidad. Y para dar nuevamente a la Naturaleza humana y degradada por el Pecado, su primera dignidad, y esto ha exasperado terriblemente en Satanás la sed del Odio, de envidia y de celos hacia el hombre.

Por todo esto, no se puede justificar el mal que los hombres hacen, aún empujados por Satanás. Porque el hombre ya es libre y las Redención ha establecido el Orden y el equilibrio trastornados. Exactamente por medio de la Redención, al hombre le son proporcionados los medios necesarios para enfrentarse y superar las tentaciones. Si el hombre complaciente, da oídos a la voz del Mal, lo hace bajo su responsabilidad, porque voluntariamente rechaza los frutos de la Redención; camina sobre una pendiente peligrosa en la que fácilmente resbala, descendiendo de precipicio en precipicio, hasta el fondo del Abismo.

El sufrimiento es el alma del Amor.

Al presente me alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, así completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. Es ley natural que el sufrimiento de un órgano se refleje y repercuta en todos los demás órganos del cuerpo. Así también la Redención iniciada en la Encarnación y consumada en la Cruz, se completa en todos los miembros del Cuerpo Místico, con el sufrimiento, hasta el Fin de los Tiempos.

Nuestras acciones humanas nunca son solo personales. Sus consecuencias buenas o malas, no son solo personales, sino que repercuten positiva o negativamente en todo el Cuerpo Místico, del que cada uno somos miembros. Por eso el cristiano, nunca es más cristiano que cuando sufre. Porque con su sufrimiento se une más a Cristo y completa el Misterio de la Redención y triunfa en el Dolor, en la Humillación y en la Persecución. No se debe tener miedo de sufrir por amor a la justicia y a la Verdad.

Por mí, no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la Cruz de Cristo Jesús nuestro Señor. Por Él, el Mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo, y llevo en mi cuerpo, las señales de Jesús.

María fue educada en el Templo. Era erudita en las Sagradas Escrituras y como Esposa del Espíritu Santo, poseía la Luz. Al aceptar la Maternidad Divina, sabía muy bien lo que iba a ser de Ella. María fue la verdadera sacerdotisa del Calvario, porque en la cima, se ofreció a sí misma junto con el Cordero de Dios. La víctima se destruye. La víctima se consume. Ella debió destruir su Corazón de Madre y sacrificó e inmoló cada uno de sus sentimientos, repitiendo su ‘FIAT’ y junto con Jesús: ‘No se haga mi voluntad, sino la tuya’ Solo un amor sobrenatural es capaz de tal prodigio. María como sacerdotisa ha testimoniado a Dios y a los hombre la más grande prueba de su amor que consiste no solo en sacrificar la propia vida, sino también la de aquel a quien más se ama.

Debéis grabar en vuestra mente y comprender en vuestro corazón, que el Misterio de la Cruz se renueva incesantemente, pues en el Santo Sacrificio de la Misa, junto con Jesús se renueva  la Pasión. Y las almas-víctimas somos inmoladas en unión con Jesús y con María, ofreciéndonos al Eterno Padre. Estamos presentes en el ofrecimiento en unión con Cristo; disponiéndonos para aceptar sufrir, ofrecer: dificultades, incomprensiones, insultos, ofensas y todo nuestro sufrimiento en general; tal y como Jesús lo ha hecho. Y somos las lámparas vivientes delante de sus altares.

Hay que estar dispuestos a proseguir en el Camino de la Cruz, sin olvidarnos de que Él va adelante. Él ya no puede sufrir físicamente. Pero moral y espiritualmente, Jesús tiene un sufrimiento infinito. ¿Quién puede comprender y narrar sus sufrimientos? Creerlo insensible ante la ceguera de muchos y a los pecados contra Él, quiere decir no conocerlo. Se redime con Él, en la medida en que se sufre. No se debe tener miedo. Hay que escuchar su Voz. Hay que agradecerle el privilegio de haber sido escogidos para una misión grandiosa. Él permite la persecución para habituarnos a no buscar apoyo en creatura alguna, sino solamente en Él.

Satanás hace de todo para desanimar, para cansar y abatir. 1No hay que ceder! Su rugido puede sobresaltar, pero si nosotros como almas-víctimas sabemos usar los medios que Jesús ha puesto a nuestra disposición, podemos convertir el rugido en un maullido lastimero.Se sufre, sí. Pero el sufrimiento es levadura de perfección para el alma y de salvación para los demás. Hay momentos en que es imposible explicar lo que se sufre. Se siente en el alma un completo desamparo, como si se estuviese muy lejos de Dios. El cuerpo se encuentra sin fuerzas y sin ánimo para nada. Es como si estuviésemos atrapados entre las muelas de un molino. ¡Harina de hostias! ¡El Infierno nos odia y nos combate! Pero no hay nada que temer. Si Jesús está con nosotros ¡Quién contra nosotros!

Los sufrimientos físicos, morales y espirituales, son fermentados por el Espíritu Santo y trasmutados en Luz, amor y Gracias para muchas almas que sin coparticipación en la Pasión, estarían eternamente perdidas. Los sufrimientos deben ser aceptados con humildad y abandono, para que Dios los transforme en Gracias para salvar a otras almas y fortalecer el Cuerpo Místico que es la Iglesia.

Ningún discípulo es más que su Maestro. Y si Jesús sufrió tanto para redimir a los hombres, el que sigue la estela del Maestro ¿Sufrirá menos? Amar el sufrimiento nos permite llevar a cabo la Misión que Dios nos ha encomendado.

Recordad que la vida de la víctima no tiene satisfacciones humanas, sino sobrenaturales. Jesús Víctima Suprema no tuvo durante los treinta y tres años de vida terrenal, tantas injurias cuantas recibió, durante las pocas horas que van desde el Getsemani hasta el Gólgota en su Muerte. Pero fueron precisamente aquellas horas, las que hicieron de Él, el Redentor. Por ahora, solo en Él debemos esperar consuelo. Finalizada la Prueba, tendremos la dicha de leer en el Libro de la Vida, los nombres de los salvados con nuestro sufrimiento. Y unidos a Jesús, estaremos en la Paz.

El no querer sufrir es falta de amor a Dios. Y acarrea un gravísimo daño a nuestro espíritu. Y corremos el peligro de matar nuestro espíritu, por un infame egoísmo espiritual, que es la trampa más solapada de Satanás para destruirnos.

Conviene pagar las deudas con Divina Justicia en el tiempo y no en la Eternidad. Es mejor aprender a amar en la Tierra, con la ayuda del Espíritu Santo, que en el Purgatorio, donde la ausencia de Dios, es el Supremo Tormento.  El que llega a amar a Dios con un amor total y absoluto, comparte con Jesús bebiendo de su cáliz, la gota o el sorbo de amargura que la Predilección de Dios tenga a bien concederles. Es una señal de su amor privilegiado y la da a quién es generoso y sabe hacer renuncias y penitencias, para completar la Obra de la Redención.

Dios es Bueno. Él también sufre por tener que llevarnos por el sendero del sufrimiento, que Él caminó primero.

Sufrió al separarse de Sí Mismo y esforzándose por ser Hombre, con todas las miserias y angustias que el ser humano lleva consigo: nacer, tener frío, hambre, cansancio, padecer sarcasmos, calumnias, afrentas, odios, asechanzas, traiciones y morir derramando la Sangre con una muerte brutal, para darnos el Tesoro de la Salvación. Esto es lo que sufre Dios para salvarnos. El Padre celestial contempla consternado la manera tan infame con que el hombre desprecia la Salvación y pisotea la Sangre de su hijo.

Ningún hombre, por más difícil que sea su sendero que lleva al Cielo, caminará por una vereda tan amarga, fatigosa, llena de dolor, como la que va caminando el Hijo del Hombre, al venir del Cielo a la Tierra, y de la tierra al Sacrificio que abre las Puertas del Cielo. Él busca corazones que le ayuden a soportar la amargura de la Pasión.

Jesús sufrió el cansancio corporal de Evangelizar sin detenerse. El cansancio moral de buscar amor en los corazones, sin encontrarlo más que en muy pocos. Él no es insensible al rencor y lo lastiman los que lo odian sin motivo, con las conjuras para matarlo y las traiciones de los que fingen ser sus amigos y son espías de los enemigos. En el eterno Presente de Dios, los que se dicen cristianos pero no le aman, toman los diferentes papeles de los integrantes del drama, que relata el Evangelio. Pues aún entre los que dicen amarlo hay nuevos Judas que lo venden por los denarios de los ídolos y del Racionalismo. Él fecundó con su Sangre las Tablas de la Ley.

El camino que nos traza lleva sus huellas ensangrentadas. Nuestras almas las hace puras y fuertes, al lavarlas con su Sangre. Él Mismo nos hace capaces de obedecer los Mandamientos que nos exige, para llegar a Él. Si no olvidamos que en nuestro sufrimiento está Él y también su Sufrimiento que es Infinito, lograremos darle besos y sonrisas, junto con nuestras lágrimas, unidos a una voluntad heroica, de amarlo hasta el sacrificio y la muerte si fuera preciso.

                       

La Pasión de Jesús es un mar dolorosísimo, en el que se lavan los pecados de todo el mundo. Y un mar de Odio satánico en el que se trata de sumergirlo a Él y a todos los que son amados por Él, para aniquilar todo su trabajo de Maestro. El hombre que no está totalmente sumergido en el amor de Dios, por más fuerte que sea, termina por doblegarse ante el sufrimiento y pierde su combate con Satanás.

            COMO APRENDER A SUFRIR.

En el Paraíso nos espera la felicidad total y absoluta. Y si los que están allá, pudieran formular un deseo, sería solo el de volver a la Tierra, para centuplicar en tiempo y en intensidad, los sufrimientos.

Las almas-víctimas en lo que les falta por vivir, deberán sufrir mucho, pero será un sufrimiento fecundo, de mucho bien y bastantes méritos. Y no le agradecerán nunca a Dios lo suficiente, por el gran don que han recibido por su elección, porque a este don está ligada la salvación de muchas almas. ¡Qué felicidad por el puesto que les han asignado para el Plan Divino de la Salvación!

Por larga que sea la existencia y áspera la Prueba, siempre serán desmesuradamente inferiores en extensión y profundidad, respecto a la eternidad y la beatitud que nos esperan. Por fuertes que sean las causas y los agentes que nos hacen sufrir hay que pensar que Dios nos ha dado agentes y causas de fuerza y de victoria, infinitamente más grandes que los que nos atacan y nos afligen: la Gracia, los Sacramentos, la Palabra Evangélica. Breve. Siempre breve es la Prueba terrena, respecto a la Eternidad. Y relativos son el sufrimiento y la Cruz, respecto al gozo celestial e infinito, como todas las cosas que vienen de Dios, para aquellos que ya están en el conocimiento de Dios, como hijos suyos y herederos.

Igualmente, siempre serán relativas las humillaciones terrenas respecto de aquella gloria que se manifestará en los elegidos, cuando Dios se comunicará a ellos en una medida plena y perfecta en su grandeza, belleza, conocimiento, fuego de amor, su Luz y todos sus atributos y bienes que Él tiende a comunicar en forma relativa, proporcionada al viviente, conforme crece en la vida sobrenatural, vaciándose de sí mismo y de todas las cosas, para recibir a Dios, mientras todavía está sobre la tierra.

El Reino de Dios es Eterno como su Rey. En la eternidad se conoce una sola palabra: Hoy.

También nosotros debemos conocer solo esta palabra, para medir el tiempo del Dolor: Hoy. ¿Por cuánto sufro? Por hoy. Al Presente. Para las criaturas espirituales, no hay otra cosa que aquello que es de Dios. También en el Tiempo. Hay que prepararse desde aquí a calcular el tiempo, como lo poseeremos en el Paraíso: Hoy.

Yo por mi parte, estoy crucificado con Cristo y ahora no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano se hace vida mía por la Fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí. También nosotros los apóstoles pasamos hambre, sed, falta de ropa y malos tratos, mientras andamos de un lugar a otro.

Trabajamos con nuestras manos hasta cansarnos. La gente nos insulta y los bendecimos. Nos persigue y todo lo soportamos. Nos calumnian y entregamos palabras de consuelo. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, como el deshecho de todos hasta el momento. Nos preocupamos en toda circunstancia por no dar a otros ocasión de tropiezo, ni de criticar nuestra misión. Al contrario, en todo demostramos ser auténticos ministros de Dios.

Somos muy perseverantes. Soportamos persecuciones, necesidades, angustias, azotes, cárcel, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer. En nosotros pueden ver pureza de vida, conocimiento, paciencia, bondad, actuación del Espíritu Santo y Amor sincero. En nosotros está la Verdad y la Fuerza de Dios. Luchamos con las armas de la Justicia, tanto para atacar como para defendernos. Unas veces nos honran y otras nos insultan.

Recibimos tantas críticas, como alabanzas. Pasamos por mentirosos aunque decimos la verdad. Por desconocidos, aunque nos conocen. Nos dan por muertos y vivimos. Se suceden los castigos y todavía no hemos sido ajusticiados.

Nos creen afligidos y permanecemos alegres. Tenemos apariencia de pobres y enriquecemos a muchos. Parece que no tenemos nada y todo lo poseemos.

¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran pues de manera que lo consigan. Como los atletas que se imponen un régimen muy estricto, solamente que ellos lo hacen por una corona de laureles perecederos, mientras que nosotros lo hacemos por una corona que no se marchita. Y así como yo, sabiendo a donde voy, doy golpes pero no en el vacío. Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que después de predicar a los otros, venga yo a ser eliminado. Yo no quiero sentirme orgulloso de nada, sino de la Cruz de Cristo, nuestro Señor.

Alégrense en el Señor en todo Tiempo. Les repito: alégrense. Y den a todos muestras de un espíritu muy comprensivo. El Señor está cerca. No se inquieten por nada. En cualquier circunstancia recurran a la Oración y a la súplica, junto a la acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la Paz de Dios que es mucho mayor de lo que se puede imaginar, les guardará su corazón y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Y estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas. Ya saben que al ser probados en nuestra Fe, aprendemos a ser constantes. Procuren pues que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada. Y demuestren su Fe con su manera de actuar.

Que la Paz del Señor, esté con todos vosotros…

Pablo ha terminado de hablar.

Marco Aurelio, que ha escuchado desde el principio y  Oliver, se acercan al grupo que rodea a los apóstoles. Oliver se aproxima a Pedro y le dice en voz baja que lo busca el tribuno.

Entonces Pedro va al encuentro de Marco Aurelio. Éste le relata todo lo sucedido en Anzio y su Bautismo recibido de manos del Obispo Leonardo. Sus peripecias en la búsqueda de Alexandra y el motivo por el que ha venido a buscarlo.

Finaliza diciendo:

–           Roma está ardiendo por mandato del César. Y solo Dios sabe que calamidades faltan, pues Nerón está loco. Y yo no puedo abandonarte aquí a una destrucción cierta. Por favor, ven con nosotros a Sicilia. –suplica Marco Aurelio arrodillándose ante el anciano Pontífice.

Pedro le responde:

–           Que te bendiga el Señor por tus deseos. Pero ¡No has oído decir que Cristo me repitió por tres veces: “Apacienta mis corderos” Si tú a quién nadie ha confiado la custodia de mi persona, me dices que no me abandonarás a una destrucción cierta, ¿Cómo puedes querer que yo abandone al Rebaño del Señor, en el Día del Desastre? Toma a tu esposa y a los tuyos y vete a Sicilia. Tu camino apenas empieza. Y debes madurar para que des fruto. Te lo repito: No caerá uno solo de tus cabellos. Ten Fe. Parte con mi bendición y la Paz de Cristo, esté contigo y los tuyos.

Pedro los bendice y los despide. Y prosigue en la reunión de los cristianos, donde comparte con los obispos, las últimas noticias recibidas y las decisiones pertinentes que deberán tomar…

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA

32.- UNA BODA INESPERADA

Marco Aurelio escuchó al anciano Pontífice, hablar de Jesús y de su Doctrina. Y lo que escuchó lo cautivó y lo dejó reflexionando… Y aumentó su atracción por Aquel Dios Desconocido que empieza a descubrir…

A partir de aquel día, Alexandra se acercó con menos frecuencia al lecho del enfermo. Y no volvió a hacerlo sola. Pero observaba que él la seguía con la mirada suplicante y vivía pendiente de cada gesto y palabra suya, cual si fuera un favor inestimable. Vio que sufría y no osaba quejarse por temor de alejarla de su lado. Que para él, solo ella era la felicidad y la salud.

Y ella se siente atraída con los encantos secretos que el amor inspira y que Marco Aurelio ejerce cada vez  con más fuerza sobre ella.

Y conforme pasan los días y se acerca a su lecho, ve irradiar en el rostro de él la misma alegría y el gozo que a ella la invaden. Un día notó en sus ojos huellas de que había llorado y sintió el deseo de enjugar sus lágrimas con sus besos.

Él se ha vuelto tan sufrido, como si hubiera hecho voto de paciencia. También ve sus esfuerzos para no hacer nada que a ella le desagrade y  por esto ella se siente grandemente amada. Y el sentirse objeto de tanta adoración, la hace sentirse a la vez dichosa y culpable.

El joven patricio le había escrito una carta a Petronio y la contestación fue ésta:

Tito Petronio     a     Marco Aurelio Petronio.

Salve.

Por favor carísimo. Puesto que te encuentras herido y según dices te están pasando cosas estupendas. (Aunque no especificas cuales) Tu laconismo no necesita explicación. Ya me contarás cuando regrese y nos veamos otra vez. No podía creerlo cuando leí que ese gigante parto había matado a Atlante con tanta facilidad. Ese hombre vale lo que pesa en oro y solo de él depende el llegar a ser un favorito del César. Pregúntale si es una excepción o si existen más hombres como él, en su país. Sería grandioso contar con él en los juegos públicos. Agradece a todos los dioses, el que hayas salido vivo de tales manos. Te has salvado ciertamente porque eres patricio e hijo de un cónsul. No das muchos detalles de tu convivencia con los cristianos y del tratamiento que te han dado. A pesar de lo que dices percibo tu estado de inquietud y melancolía y  sé que todo es por Alexandra. Lo interpreto por el laconismo de tu carta. Explícate, porque hay en ella tantos enigmas; que siendo totalmente sincero, tengo que confesarte que no entiendo a los cristianos, ni a Alexandra. Y tampoco te entiendo a ti. Y no te sorprenda que me intereses tanto. Es que yo intervine en este asunto tuyo, me siento responsable de tu situación y por eso lo considero asunto mío.

Pasando a otro asunto, quiero hacerte partícipe de mi alegría…

Haloto me ofreció por Aurora siete caballos ganadores. ¡Y los rechacé!… ¿Puedes creerlo?  Gracias también a ti, porque te negaste a tomarla. Porque ahora yo estoy saboreando las delicias del verdadero amor y me siento muy feliz.

                     

Contéstame pronto, pues no sé cuándo vuelva a verte. En la cabeza de Barba de Bronce, los proyectos cambian como los vientos de otoño. En la actualidad, mientras continuamos en Benevento, desea irse directamente hasta Grecia, sin volver antes a Roma. Tigelino le aconseja que haga una visita a la ciudad, aunque sea por poco tiempo, ya que el pueblo anhelante por su persona, (léase pan y juegos) puede sublevarse si Nerón prolonga su ausencia. Así que no puedo decirte con certeza, que es lo que va a suceder.

Considera sin embargo si no sería preferible para ti, en lugar de permanecer en Roma; una temporada de reposo en tus propiedades de Sicilia. Lo único que te deseo es que recuperes pronto tu salud porque ¡Por Zeus! Ya no sé ni siquiera que es lo que debo desear en obsequio tuyo. Adiós.

Cuando Marco Aurelio recibió esta carta, pensó en no contestarla. Pero luego decidió posponer la contestación, solo un tiempo más.

Ha cambiado mucho. En sus conversaciones con Mauro, Isabel y Lautaro, hay menos orgullo. Está haciendo su efecto lo que escucha en las reuniones que hay dos veces a la semana y que llegan hasta su ventana. También se aficionó a Bernabé, con quién suele conversar horas enteras, porque en sus conversaciones puede mezclar el nombre de Alexandra y atesora con ansia todas las anécdotas del gigantesco parto.

La vida en la casita es una rutina familiar. La hermana de Alexandra, Margarita es la confidente de la joven y la ha seguido a su ‘destierro’ particular.

Margarita también es gentil con el herido, pero se porta muy reservada y distante y Marco Aurelio lo atribuye a que está sufriendo las consecuencias de su arrebato por Alexandra. Él no sabe que la joven es una virgen consagrada de la Iglesia Cristiana y por eso su reserva es tan extrema.

Pero un día que lo atendió en lugar de Alexandra, pudo observar con detenimiento su extraordinaria belleza y comprendió lo que Bernabé le platicara el día anterior: las dos heredaron la hermosura de su madre. Por lo que le parece completamente incomprensible, es que siendo mayor que Alexandra, no haya conquistado el amor de un hombre y no esté casada todavía, pues si él no hubiera conocido primero a la joven que le robó el corazón, seguramente se hubiera enamorado de esta joven tan bella como misteriosa…

Por las tardes, cuando terminan las labores domésticas suelen sentarse juntas a hilar, tejer o escuchar música, mientras otra persona lee partes del Evangelio y toda la familia las reflexiona en oración comunitaria.

Santiago, el hermanito menor de David, juega mucho con un vecinito romano que se llama Fabio y junto con otros chiquillos forman la algarabía del patio.

Marco Aurelio disfruta mucho la armonía y la convivencia con casi todos los miembros de la casa. Sin embargo, a David no lo soporta y disimula la aversión que el joven le inspira. Y la razón es que está terriblemente celoso por el amor con que Alexandra le trata.

 

En una ocasión David, estuvo cortando duraznos de uno de los árboles del huerto y también cortó un hermoso racimo de uvas de la vid que da sombra en una de las terrazas y envió a Fabio con el delicioso obsequio para que las entregara a Alexandra. Y al oír que ella le daba las gracias, se puso pálido.

Y entonces Marco Aurelio habló como todo un descendiente de los Quirites, (nobles romanos) para quién todo extranjero es poco menos que un gusano.

Y en cuanto David se retiró, exclamó enojado:

–           ¡Alexandra! ¡Cómo puedes permitir que ese muchacho te haga obsequios! ¿Ignoras acaso que los griegos llaman a la gente de su nación, perros judíos?

Ella lo miró asombrada por semejante estallido y contestó:

–           Yo no sé cómo los llaman los griegos. Sólo sé que es cristiano y por lo tanto, hermano mío.

Marco Aurelio se quedó mudo, luego se dominó y le suplicó anhelante:

–           Perdóname Alexandra. Para mí tú eres una reina y… yo no… -y volvió el rostro, para que ella no lo viese llorar.

Cuando regresó David, le trató con amabilidad. Y a partir de ese momento se convirtió en su amigo.

Alexandra comprende el considerable esfuerzo que le cuestan estas victorias sobre sí mismo. Y por eso, ella le ama siempre más.

Mientras tanto Marco Aurelio reflexiona y se maravilla en el poder sobrenatural de esa Religión que tiene la virtud de cambiar radicalmente a los hombres. Comprende que hay algo extraordinario en ella, algo que no había sido conocido antes en la Tierra.

Su convivencia entre los cristianos, le ha convencido que es precisamente esta Religión, la que adorna a Alexandra con esa belleza excepcional e inexplicable que en él despertara junto al amor, el respeto. Junto al deseo, el homenaje. Alexandra se ha convertido en un ser único sobre la tierra. Y con todo lo que le está pasando se siente inclinado a amar a Cristo. Tiene que inclinar la cabeza ante ese Dios que no comprende. Está dispuesto a sometérsele, porque algo se ha despertado en su alma… y también es el Dios de Alexandra.

La joven observa la evolución que se opera en el alma de Marco Aurelio. Ve la lucha que sostiene consigo mismo, su mortificación, sus dudas. Y cada vez nota más el silencioso respeto que él muestra hacia Cristo. Y ello hace que su corazón se incline hacia él, con una fuerza arrolladora.

En una atracción casi imposible de resistir, hasta que…

 

Un día que Pedro llegó de visita, Marco Aurelio le llamó y le dijo:

–           Vivo asediado por la pena y el sufrimiento. Antes de conoceros me hubiera apoderado de ella y la hubiera retenido por la fuerza. Pero vuestra virtud y vuestra Religión han efectuado un cambio dentro de mí, que me apartan de la violencia. Yo mismo no entiendo por qué me pasa esto y a vos, que al presente hacéis las veces de padre para Alexandra, os digo: si ella me acepta, dádmela por esposa y os juro que no tan solo no le he de prohibir que confiese a Cristo; sino que yo mismo anhelo iniciarme en los misterios de vuestra religión y os pido: ‘¡Dadme la Luz!’.  Conozco todos los obstáculos, pero yo la amo más que a mi vida y no quiero perderla. Quiero amar lo que ella ama y que nuestra familia sea una familia cristiana. Porque quiero a vuestro Dios, para que sea también el mío. Disipad mis tinieblas. Ved que soy sincero. Los hombres han dicho: ‘Grecia creó la sabiduría y la belleza. Roma creó el poder y la fuerza…’ ¿Y vosotros los cristianos, qué es lo que traéis? Os pido que reveléis los misterios que necesito conocer. Ilumíname lo que hay detrás de vuestras puertas, ¡Abrídmelas!…

Pedro, cuyo corazón se conmovió ante aquella alma doliente que como ave enjaulada pugna por abrirse paso en demanda de libertad. Extendió la mano sobre Marco Aurelio, tocándolo sobre la cabeza y dijo:

–           Traemos el Amor. ¡Tocad y se os abrirá! La gracia de Dios descienda sobre ti. La Sangre de Jesús lave tus pecados. Yo te bendigo en Nombre del Redentor.

Hizo el signo de la cruz sobre él. Y aquel descendiente de los Quirites tomó la mano del anciano Galileo y la llevó a sus labios, lleno de gratitud y de reverencia…

Pedro se sintió complacido al ver aquella alma que es tierra propicia para la semilla divina y  en su red de pescador lo ingresa como una nueva conquista para Cristo.

Y los presentes regocijados ante aquella inesperada escena, exclamaron al unísono:

–           ¡Gloria al Altísimo!

Alexandra está atónita.

Marco Aurelio tiene su rostro radiante de alegría y le dijo desde su lecho:

–           Alexandra… ¿Quieres ser mi esposa, la reina de nuestro hogar? ¿Quieres ayudarme a conocer y amar al Dios tuyo, el que desde hoy será también mío y de nuestros hijos? ¿Me amas como yo te amo?

Ella comenzó a llorar de alegría y sus labios temblorosos no pueden pronunciar palabra. Está totalmente anonadada.

El apóstol la incitó:

–           Hija mía, ¿No le vas a contestar?

La joven se arrodilló delante de Pedro. Y dijo con voz llena de humildad, sumisión y turbación:

–           Sí. Le amo. Y sí. Quiero ser su esposa.

Marco Aurelio dijo:

–           Mientras acabo de sanar, quiero instruirme para ser Bautizado. Luego haremos la boda según las leyes romanas. Y ante el mundo entero, también serás mi esposa. Te juro que te seré fiel, te amaré y te respetaré. Y desde hoy eres dueña de mi vida y de todo lo que me pertenece.-y tomando la mano de Alexandra, la llevó a sus labios, mientras la miraba con adoración…

Alexandra, temblando de felicidad, le contestó:

           También yo te juro serte fiel. Amarte y respetarte todos los días de mi vida. Y mi ser te pertenece, amadísimo esposo mío.

Entonces Pedro tomó la mano de Alexandra y la puso en la de Marco Aurelio. Y colocando sus manos en la cabeza de ambos jóvenes, declaró:

–           Amaos en el Señor y para su Gloria. Yo los declaro unidos en matrimonio: Esposo y Esposa. Y que no separe el hombre lo que Dios acaba de unir. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y bendigo los hijos que daréis a Dios con vuestro santo amor.

Los dos jóvenes se miraron llenos de felicidad.

Alexandra se inclinó sobre el lecho, para darle un dulce beso en los labios. Y se sentó a su lado, apretando la fuerte mano masculina entre las suyas…

Los demás los llenaron de parabienes y bendiciones.

Y Pedro comenzó a narrar como Jesús hizo su primer milagro en las Bodas de Caná…

Desde ese día, Marco Aurelio se unió a aquellas reuniones donde fue conociendo a Jesús, el Dios-Hombre que le acababa de entregar el regalo más precioso que él anhelara tanto: el amor de Alexandra, bendecido por Él.

Al despedirse, Pedro les dijo que les enviaría un evangelizador para darles la instrucción necesaria, pues los tiempos son sumamente graves…

Al día siguiente…

En la Puerta del Cielo, Mauro camina alegremente por el largo pórtico que conduce a los salones donde son instruidos los catecúmenos. Se encuentra con su colega y amigo Lucano, el compañero en los viajes de Pablo de Tarso.

El médico evangelista y escritor, le saluda:

–           La Paz sea contigo, Mauro. ¡Qué alegría verte por aquí!

Mauro contesta sonriente:

–           Y también contigo, caro hermano mío. Terminé de dar algunos temas y voy de regreso a Roma. Allá también tengo ministerio.

–           ¿Ya no ejerces la medicina?

–           Entre los pacientes y las evangelizaciones, transcurre mi vida. ¿Y tú qué haces querido Lucas?

–           Estamos iguales. Yo estoy aquí colaborando con Pablo. Aunque le dedico más tiempo a la Palabra, ejerzo poco la medicina. Ahora estoy escribiendo. ¿Qué tema vas a dar?

–           Voy a hablar del Perdón…

–           ¡Apasionante y bellísimo! Yo voy a hablar del Octavo Sacramento.

–           ¡Somos bienaventurados! Solo dime cual no es apasionante…

Y los dos se despiden y caminan en direcciones opuestas…

Mientras tanto, en la casa donde está Marco Aurelio, éste se decidió a contestar la carta de Petronio…

Marco Aurelio Petronio   a   Tito Petronio.

Salve.

Es tu deseo que te escriba lo más minucioso posible: convenido. No puedo asegurarte empero que sea con más claridad, ni que puedas entenderme. Porque yo mismo aún no sé cómo explicarlo. Te describí mi permanencia entre los cristianos y la forma en que tratan a sus enemigos, entre los cuales tenían derecho de contarnos, tanto a Prócoro como a mí. Te conté la bondad con la que me han tratado y cómo me han atendido. No, mi carísimo. No me respetaron porque yo fuera hijo de un cónsul. Esas consideraciones carecen de peso entre ellos, puesto que perdonaron a Prócoro a quién insté a que lo enterraran en el jardín. Son personas excepcionales, como el mundo no ha conocido hasta hoy. Y del mismo modo sus enseñanzas son tan extraordinarias como ellos. Te aseguro que si yo me encontrara en mi casa, postrado en el lecho, con un brazo y las costillas rotas, atendido por los míos, aun cuando fuesen miembros de mi propia familia; por supuesto hubiera disfrutado de mayores comodidades; pero no me hubieran hecho objeto ni siquiera de la mitad de los cuidados que ellos me han prodigado.

Y entérate también de esto: Alexandra es como todos los demás. Si hubiera sido mi hermana o mi esposa, no podría haberme atendido con mayor afecto. Y ¿Puedes creerlo? En medio de estas personas sencillas, habitantes de este pobre aposento, que es a la vez cocina y triclinium, en donde también se encuentra el lecho donde postrado te escribo, soy  el hombre más feliz del mundo. Más que en ninguna otra época de mi vida.

Le ofrecí a Alexandra regresarla a la casa de Publio y ella me declaró que en la actualidad, eso es imposible, porque Publio y Fabiola se irán a Sicilia y porque de regresar ella a su hogar, esa noticia tarde o temprano llegaría hasta el Palatino. Y entonces César podría arrancarla nuevamente de la familia Quintiliano. Pero Alexandra sabe que yo no volveré a perseguirla. Que he dejado atrás las medidas de violencia, que soy incapaz de renunciar a su amor o de vivir sin ella. Voy a llevarla a mi casa bajo el arco de guirnaldas que adornará la puerta. Y sentarla en mi hogar como reina, ama y señora, al convertirla en mi esposa.

Ella ya aceptó. Así que ahora es tu sobrina. En cuanto a los cristianos, aman a sus semejantes… Pero abominan nuestros dioses, nuestra manera de vivir, nuestros crímenes y nuestra corrupta sociedad. Todavía ignoro muchas cosas, pero estoy aprendiendo. Lo único que sé con precisión, es que donde comienza esta religión, concluye el poder de Roma; nuestro sistema de vida y la distinción entre conquistadores y conquistados; entre ricos y pobres, señores y esclavos. Concluye el gobierno, el César, la ley y el orden del mundo. Concluye también la muerte.

Y por sobre todo esto surge la figura de Cristo, lleno de una Misericordia jamás conocida y de una bondad tan infinita, que contrasta con los instintos del hombre y con nuestros propios romanos instintos.

Y para mí, Alexandra vale más que Roma y todo su señorío. Tú sabes cuánto la amo y que no hay nada que yo no haga por su amor. Pues bien, quiero que sepas que soy augustano y de noble descendencia; pero eso no me impide ser también cristiano. Cuando aprenda más sobre mi nueva religión, te lo comunicaré. ¡Ah! Y por cierto: tú serás el padrino de nuestras nupcias romanas. Cuídate mucho. Adiós.

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA