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N243 CÓMO NACIÓ EL MAL 2

EL ORIGEN DEL DOLOR

La muerte y el dolor entraron en el mundo por envidia del Demonio. Pero Dios N0 es autor, ni de la muerte, ni del dolor. Y no se alegra con el dolor de los vivientes.

El Pecado destruyó la capacidad y la intensidad en el Amor. Y desde entonces el dolor existe en la Tierra y arranca lágrimas al hombre, por la depravación de su inteligencia que trata siempre de aumentarlo por todos los medios.

En su paso por la tierra, el hombre más que para sufrir, vive para hacer sufrir. ¡Cuántas lágrimas se acarrea el hombre por la instigación oculta de su amo: Satanás!

Nadie quiere sufrir, pero todos buscan que los demás sufran.

LA SOBERBIA Y LA EXCUSA“La Serpiente   me engañó, dijo Eva. La mujer me presentó el fruto y comí de él, dijo Adán.” Y desde aquel momento la Concupiscencia Triple se apoderó de los tres reinos del hombre.

No hay más que la Gracia para desprenderse de las fuertes ataduras de este monstruo despiadado. Cometieron el primer acto contra el Amor, con la Soberbia: la Desobediencia.

La Desconfianza, la Duda, la Rebelión, la Concupiscencia Espiritual y por último, la Concupiscencia Carnal.

También en las ofensas contra la Ley divina, el hombre pecó antes contra Dios, queriendo ser igual a Dios, ‘dios’ en el conocimiento del Bien y el Mal.

Y en la absoluta y por lo mismo ilícita libertad de proceder a su placer y querer contra todo consejo, lo prohibido por Dios.

Después pecaron contra el Amor, amándose desordenadamente, negando a Dios el amor reverencial que le debían; metiendo el ‘yo’, en el lugar de Dios.

Odiando a su prójimo futuro: su misma prole, a la cual le procuró la herencia de la culpa y de la condena; despojados de todo lo que Dios les había dado.Por último, pecó contra su dignidad de criatura regia, que había tenido el don del perfecto dominio de los sentidos, rebajándose a sí mismo a un nivel inferior al de las bestias.

¡Bien conocieron después la Ciencia del Bien y del Mal!

Con el conocimiento adquirido y la nueva vista por la cual supieron que estaban desnudos, los advirtió de la pérdida de la Gracia que los había hecho felices en su inteligente inocencia;

hasta llegar a aquella hora, por la pérdida de la vida sobrenatural.

¡Desnudos! No tanto de vestidos, sino de los dones de Dios.

¡Pobres! Por haber querido ser como Dios.

¡Muertos! Con el espíritu muerto por el Pecado. Por haber temido morir con su especie, si no hubieran procedido directamente.

“Seréis como dioses, conocedores de todo, del Bien y del Mal.”

El apagado silbido de la serpiente, con su sonido cruzó el aire; encontró eco en el corazón del hombre y se fundió a su sangre; para entrar a lo más caro del alma, entronizándose en el altar de su espíritu.

Y desde entonces vive perjudicándolo en cuerpo y alma, para obedecer al imperativo de la sangre envenenada por Satanás.

El hombre se equivoca al aplicar valor y significado a las cosas y a las palabras. Ser igual a Dios, ya había sido dado por dote por el Padre Creador.

Con una semejanza en la cual no tienen nada que hacer, esto que es carne y sangre; sino en el espíritu. Porque Dios es Ser Espiritual y Perfecto. Y los había hecho grandes en el espíritu.

Capaces de alcanzar la perfección mediante la Gracia plena en ellos y la ignorancia del Mal.

Jesús vino a poner las cosas y las palabras en la luz justa.Y con las palabras y los hechos demostró la verdadera Grandeza,

la verdadera Riqueza, la verdadera Sabiduría,

La verdadera Majestad, la verdadera Deificación.

Y NO son aquellas que el hombre cree.

LA SENTENCIA DIVINA.

Dios Padre alejó al hombre del jardín de sus delicias. Ya no podía confiar más en sus hijos. El hombre había querido ser el dueño de todo y se opuso a que Dios fuese el Único Creador.

Se marchó a su destierro con su pecado. Era un rey humillado y despojado de sus dones. El Hombre del Paraíso se había convertido en un ser terrenal y mortal.

Su reino lo perdió en manos del que lo pervirtió.

Satanás lo despojó de lo que Dios le había dado.

Y de amo se convirtió a sí mismo en esclavo,de Aquel que había sido destinado a obedecerlo.

Y el Dolor y la Muerte entraron a formar parte de la vida humana.

La herida de Eva engendró el sufrimiento, que no terminará hasta que muera la última pareja sobre la tierra.

EL CASTIGO. 

No desproporcionado, sino justo.

Para entenderlo se necesita considerar la perfección de Adán y Eva.

Considerando aquel vértice, se puede medir la magnitud de la caída en aquel abismo de degradación.

Dios respetó la voluntad humana.

El hombre perseveró en su estado de rebelión hacia su Divino Benefactor. Porque no se arrepintió del dolor causado a Dios y todavía mantenía su unión con la Mentira.Soberbiamente salió del Edén, después de haber mentido y haber aducido pobres excusas a su pecado.

Se hicieron cinturones de hojas y testimoniaron que se avergonzaban; no por estar desnudos y aparecer tales ante Aquel que los había creado y conservado vestidos solo de Gracia e Inocencia.

Sino porque eran culpables y tenían miedo de comparecer delante de Dios.

Miedo, sí. Arrepentimiento, NO.

Entonces Dios, después de haberlos expulsado del Edén, protegió con Querubines los umbrales del mismo, para que los dos prevaricadores no regresaran fraudulentamente, para hacer botín de los frutos del Árbol de la Vida,

Nulificando así una parte del justo castigo y defraudando todavía una vez más a Dios de su derecho: aquel de dar y de quitar la vida.Dios es nuestro Rey y nuestro Padre. No un siervo y menos un esclavo.

Dios es Justo.

Cuando castigó al hombre, no le quitó la inteligencia, ni la fuerza moral,

Porque nunca ha dejado de amar al hombre, por más culpable que éste sea.

También le dejó al hombre la voluntad soberana,

Para que éste, pudiese llegar a ser dueño de sus pasiones y pudiera controlarlas.El hombre debió obedecer. Los inocentes eran castos.

Sabían amar verdaderamente, con aquella ternura virginal que está en el más ardiente amor materno o en el más ardiente amor filial.

O sea, de aquellos dos amores que no tienen atracción sensual y son fortísimos.

Dios habría regulado el amor del hombre por las criaturas nacidas de su santo amor con Eva.

Pero Adán y Eva no llegaron a este amor, porque el desorden había corrompido con su veneno, el santo amor de los Progenitores.

CONSECUENCIAS DEL PECADO.  

El Enemigo de Dios y del hombre por Odio, hirió mortalmente a la Humanidad y la infectó con el germen del Odio, de los Celos, de la Envidia.

Y con esto puso la causa primaria de la división que enfrenta a los hombres el uno contra el otro.De esta manera fue cosechado el segundo fruto de la maldad del Maligno: el fratricidio de Caín.

Y desde entonces el virus de la violencia ha ido aumentando hasta alcanzar proporciones pavorosas,

porque cada día crece más la semilla que Lucifer siembra en el corazón del hombre: EL ODIO.

Por un solo hombre entró el Pecado en este mundo y por el pecado, la muerte.

Y pudieron penetrar entre las delicias del Edén, turbando el orden, la armonía, el amor; esparciendo su veneno.

Corrompiendo el intelecto, voluntad, sentimientos, instintos.Suscitando apetitos culpables, destruyendo la Inocencia y la Gracia, afligiendo al Creador.

Haciendo de las criaturas bienaventuradas, dos infelices; condenados uno, a obtener fatigosamente su pan de la Tierra; que por haber sido maldecida, produce cardos y espinas.

Y a la otra, a parir con dolor; a vivir en el dolor y la sujeción del hombre.

Condenados los dos a conocer el dolor del hijo muerto y la vergüenza de ser los padres de un fratricida.

Y finalmente a conocer el dolor de morir.

Hasta aquel momento, el veredicto de Dios no había todavía fragmentado la rebelión del hombre, el cual con la fácil adaptación de los animales, se había adaptado rápido a su nuevo destino.No más fácil y alegre como el anterior; pero no privado de gozos humanos que compensaban sus dolores humanos.

Las pasiones de los sentidos se satisfacían en la carne compañera.

La alegría de crear por sí solos nuevas criaturas, -¡Oh, orgullo persistente!-. Ilusionándose con esto, que era el ser iguales a Dios Creador;

El dominio sobre los animales, la satisfacción de la cosecha y del bastarse a sí mismos, sin tener que agradecer a nadie.

Alegrías sensuales, pero siempre alegrías. Cuánta oscuridad de vapores de orgullo y de niebla de concupiscencia, perduró obstinada en los dos protervos.

La maternidad era obtenida con dolor, pero la alegría de los hijos compensaba aquel dolor.El alimento era obtenido con fatiga, pero el vientre se llenaba igualmente y la gula era satisfecha, porque la Tierra estaba colmada de cosas buenas.

La enfermedad y la muerte estaban lejanas. Gozando los cuerpos creados perfectos, de una salud y una virilidad que hacía pensar en una larga vida, aunque no fuese eterna.

Se amaban con ternura y con pasión; ya que por su elección al orden sobrenatural; fueron dotados para amar y ellos, sí sabían amar mucho.

Y la soberbia fermentante suscitaba el pensamiento burlón:

¿Dónde pues está el castigo de Dios?Nosotros somos felices también sin Él.

Pero un día, el verde de los campos en los cuales florecían las flores multicolores creadas por Dios,

Enrojeció con la primera sangre humana vertida sobre la tierra.

Y dio alaridos de dolor la madre del dulce Abel muerto.

Y el padre comprendió que no era vana la amenaza de aquella promesa:

Volverás a la Tierra de la cual fuiste sacado, porque eres polvo y al polvo volverás.”

Y Adán murió dos veces: por sí y por su hijo.Porque un padre muere la muerte de su hijo viéndolo agonizar.

Y Eva alumbró con desgarramiento, dando a la tierra el cuerpo exánime de su predilecto y comprendió que cosa era el parir en pecado.

La muerte de Abel hizo añicos el orgullo de Adán y las escorias expertas de Eva,

en el más atroz alumbramiento a las Tinieblas.

El alarido de Eva, también marcó el nacimiento del arrepentimiento.En aquella hora señalada por la primera sangre humana, esparcida por criminal violencia, por la cual la Tierra fue maldecida dos veces.

Hora en la cual fulminaba, el castigo de Dios.

Murió el orgullo y nacieron el arrepentimiento y la nueva vida; con los cuales los dos culpables iniciaron el ascenso hacia la justicia y ameritaron, después de una larga expiación, el Perdón Divino por los méritos de Cristo.

Este dolor llenó el mundo y se trasmitió de generación en generación y terminará hasta que tenga Fin el Mundo.

Ha llenado con su alarido el lugar en donde Adán extrae el pan de los surcos, sobre los cuales goteaba su sudor.

Se ha esparcido por la Tierra, los horizontes, los cañones, los desiertos y las selvas. Toda la Creación lo ha sentido y lo ha trasmitido.Y como luz cegadora ha hecho ver a Adán y a Eva, la inmensidad de su Pecado.

N0 cometido solamente contra Dios,

sino contra ellos mismos, en su carne y en su sangre.

Todo este milenario Dolor viene de un desorden creado por un rebelde en el Cielo y por el consentimiento al desorden propuesto por él, a los dos primeros habitantes de la Tierra.

La Gracia restaura, pero la Herida queda. La Gracia auxilia, pero los impulsos hacia el Mal, quedan.

Porque desde el momento del Pecado, el Bien y el Mal, son. Y se combaten dentro y fuera del hombre.La impureza es la raíz de las enfermedades del alma. 

Los males morales tienen otros nombres: orgullo, codicia y sensualidad.

Cuando se alcanza la perfección con estas tres fieras que lo destrozan, – y aun así el hombre las busca con loca ansiedad, –

el alma queda totalmente separada de Dios.La muerte y el dolor entraron en el mundo por envidia del Demonio.

Pero Dios no es autor, ni de la muerte, ni del dolor.

Y no se alegra con el dolor de los vivientes.

El Pecado destruyó la capacidad y la intensidad en el Amor.

Y desde entonces el dolor existe en la Tierra y arranca lágrimas al hombre,por la depravación de su inteligencia que trata siempre de aumentarlo por todos los medios.

En su paso por la tierra, el hombre más que para sufrir, vive para hacer sufrir.

¡Cuántas lágrimas se acarrea el hombre por la instigación oculta de su amo: Satanás!

Nadie quiere sufrir, pero todos buscan que los demás sufran.

El hombre dominado por Satanás ya no piensa, es un autómata controlado por la tecnología del Anticristo

LA EVOLUCION DEL PECADO.

Adán y Eva faltaron al primero de los Mandamientos dados por Dios y pecaron contra el Amor a Él, con la Desobediencia.

Pero NO pecaron contra el prójimo y en lugar de maldecir a Caín,

Lloraron por igual sobre el hijo muerto en la carne: Abel.

Y sobre el hijo muerto en el espíritu por el fratricidio.

Así pues, continuaron siendo hijos de Dios, junto con sus descendientes venidos después de este dolor.

Caín pecó contra el amor a Dios y contra el amor al prójimo. Infringió por completo el amor.Dios le maldijo y Caín no se arrepintió.

Por eso él y sus hijos, NO fueron más que hijos del animal llamado hombre.

Si el primer pecado de Adán produjo tal decadencia en el hombre: ¿Qué grado de decadencia no habrá producido en el segundo, al que además acompañaba la maldición divina?

¿Qué variedad de formas de pecar no se habrán desatado en el corazón del hombre-animal, al estar totalmente privado de Dios?

¿Y qué virulencia habrán alcanzado después de que Caín no solo escuchó el consejo del Maldito, sino que lo abrazó como dueño querido, asesinando por órdenes del mismo?El desgaje de aquella rama, envenenada por la posesión diabólica, evolucionó de mil maneras.

En donde no está Dios, está Satanás.

Cuando el hombre ya no tiene el alma viva, se transforma en un hombre-animal.

EL BRUTO, AMA A LOS BRUTOS. La lujuria carnal al estar aferrada y soliviantada por Satanás, le desata la avidez por todas las uniones,

presentándole atractivo y seductor, lo que en realidad es horrendo como un íncubo.

Lo lícito ya no le satisface, por parecerle muy poco.

Y fuera de sí por la lujuria, busca lo ILÍCITO;

llegando a tener monstruos por hijos e hijas.Son los monstruos que por el poderío de sus formas, su salvaje belleza y su ardor bestial,

frutos de la unión de Caín con los brutos y de los brutísimos hijos de Caín con las fieras,

Insaciables en su sensualidad al hallarse abrasados por el fuego de Satanás.

DE ELLOS SON LOS RASTROS SIMIESCOS,

QUE LLAMAN LA ATENCIÓN DE LOS CIENTÍFICOS,INDUCIENDO AL ERROR.

El hombre desatina con las líneas somáticas y  los ángulos cigomáticos.

Y no queriendo admitir a un Creador por ser excesivamente soberbio para reconocer haber sido hecho.

Admite la descendencia de los brutos para así poder decir:

Por nosotros mismos hemos evolucionado de animales a hombres. Es el esfuerzo de superación.”Y así el hombre prefiere auto degradarse, por NO querer humillarse ante Dios.

De este modo perdió el hombre la perfección de la belleza física y vino la variedad de las razas.

En los tiempos de la primera corrupción, tuvo el aspecto de animal. Ahora ha adquirido esa apariencia en la mente y en el corazón.

Y en su alma, por su cada vez más profunda unión con el Mal; ha tomado en demasiados, el rostro de Satanás,Borrando casi totalmente la semejanza con Dios y quedando solo el hombre-animal, guiado por los más bestiales instintos.

La prevaricación trastornó el orden con el más desconcertante desorden

y destruyó el Plan Estupendo de Dios, cambiando totalmente la condición del hombre.

Satanás finalmente logró su objetivo y se apoderó del hombre,

sobre el cual desahoga su odio, su veneno y sus desenfrenadas y desesperadas pasiones.Al hombre rico, sabio, fuerte, feliz, inmortal y libre;

Lo convirtió en pobre, ignorante, débil, infeliz, mortal y esclavo, atormentado por su implacable Verdugo.

A la felicidad del Paraíso Terrenal, siguió la infelicidad del exilio.

A la Luz, siguieron las Tinieblas de la ignorancia, al grado de perder su propia identidad.

El Amor fue sustituido por el Odio. Al Bien para el que el hombre fue creado, se prefiere el Mal con toda su gama de manifestaciones.

A la Vida Eterna, finalidad de la Creación, se prefiere la Muerte Eterna, en la abismal desesperación del Infierno. Dios, a cambio del Amor sin límites que ha dado al hombre, recibe un tremendo insulto:

El desprecio absoluto por parte del ser humano, que en una monstruosa ingratitud se niega a reconocerlo y a amarlo.

La Humanidad ha pecado con el Deicidio, en el Pueblo Elegido, el Pueblo de Dios. El hombre se niega a reconocer al Salvador y LO MATA, porque no le gusta lo que Él ha venido a decir.

Y por no arrodillarse ante Dios hecho Hombre, negándole la Adoración que le corresponde;

lo convierte en el Redentor; cumpliendo en esta forma el Plan Admirable de Dios.

Y después del Deicidio cometido por los sacerdotes de Israel; los fomes del mal  prosperaron cada vez más fuertes…Hasta que el hombre ha llegado a la perfección de la Maldad y la Perversión, en el más refinado satanismo.

La Noche de la Negación de Dios cubre ahora todo el mundo.

Los corazones están endurecidos por el egoísmo y por el odio que prevalecen en todas partes.

La inocencia de los niños es contaminada y profanada. 

El mundo se aleja cada vez más de Dios y se ha caído en el engañoso espejismo de creer poder prescindir de Él,

Construyendo una civilización materialista, que se niega a aceptar el pecado como un mal y haciendo al alma incapaz para el arrepentimiento, totalmente sordos a las voces del Cielo.

Satanás es el tirano que con las cadenas del pecado, arrastra al hombre hacia donde él quiere.Los impulsos del Pecado son el egoísmo y el odio, los dos enemigos acérrimos del Amor.

Tientan con recompensas, amenazan con represalias, indagan, señalan y preparan asechanzas, para dañar al prójimo.

Así es como se realizan toda clase de crímenes. 

El hombre siempre se envilece cuando sirve al pecado. El alma corrompida empuja la carne a pecados obscenos, que envejecen y deforman.

El vicioso jamás es verdaderamente feliz. Porque en las glotonerías y en el ocio, el cuerpo disfruta, pero el alma languidece.

Los culpables aunque lo nieguen, sufren; porque el pecado enferma el alma y hiere al espíritu.

Y nadie puede herirse a sí mismo, sin causarse dolor.El pecador NO CONOCE LA PAZ en su corazón.

Todo pecado es una enfermedad y hay algunos que provocan la muerte inclusive física. Las bendiciones de Dios son destruidas por el pecado y la alegría se acaba. Toda acción mala, quita la paz.

El alma pecadora siente cansancio y tedio, se aburre pronto de todo.Y NO conoce el júbilo del verdadero amor, sintiendo dentro de sí un verdadero quebrantamiento.

El alma enferma por el pecado hace que muera el espíritu;

El cual se convierte en instrumento de Satanás, para infligir daño a los demás, en la decadencia de un círculo perfecto de Maldad y de Odio.

El pecado enferma al alma con un cáncer que carcome y destruye peor que la lepra.

El cáncer del cuerpo se queda en la tierra, pero el pecado permanece por toda la eternidad.

El espíritu muerto por el pecado es totalmente dominado por Satanás.

Quién toma ‘posesión espiritual’ del templo viviente que es el hombre, quién es lanzado a cometer verdaderas aberraciones que lo angustian y de las cuales quisiera verse libre.

Pero cada vez comprueba dolorosamente y muchas veces sin comprenderlo ¿Por qué NO PUEDE  hacerlo?…

LA ESCLAVITUD DEL PECADO.

Entre los ángeles hay diferentes jerarquías: ángeles, arcángeles, etc. Entre los demonios también las hay. Jesús también especificó una distinción entre los demonios y los espíritus inmundos.

Los demonios son los ángeles caídos que no supieron retener su condición.

Los espíritus inmundos son generados por los pecados de los hombres.

El pecado consumado y convertido en vicio, fortalece y vitaliza a estos espíritus generados por la maldad humana.

Llegan a agigantarse a tal grado que toman un dominio total del hombre, hasta esclavizarlo de una manera absoluta.

El alma fue creada para volver a unirse con Dios. Y cuando la libre voluntad del hombre decide unirla al pecado, se produce un místico adulterio espiritual.

La lujuria de la mente es la soberbia.

Fue el pecado de Satanás que se burló de Dios, llevándole a creerse superior a Él.

La mente del soberbio fornica con Satanás, contra Dios y contra el Amor.

La lujuria del corazón es la ambición de las riquezas y del poder.

Es la que odia a Jesús y a su Evangelio,

porque Él ha acabado con ella en el corazón de los que aprenden a amar a Dios.

La lujuria carnal empuja al cuerpo a vivir esclavizado como un animal. Y sus instintos lo gobiernan en satánica tiranía, por infames placeres.

Esta es la Triple Concupiscencia que destruye al hombre manteniéndolo alejado de Dios.

El alma muere si se le mantiene apartada de Dios.

Dios es Amor. Privada de su fuente el Amor, el alma pierde la capacidad de amar y a pesar de todos los esfuerzos, la felicidad se vuelve más inaccesible cada día.

El odio y la amargura envuelven al alma que busca inútilmente un alivio.

El hombre privado de Dios por una vida llena de pecado, lo que lleva a cabo es un suicidio espiritual, porque en un loco e insensato deseo de vivir para sí, en el egoísmo desenfrenado, se priva de lo que viene a ser su misma vida: el Amor.

Y en el vacío resultante, la búsqueda incesante de paliativos, lo hunden en el vicio y en el error. Cuando se vive solamente para la materia, el cuerpo se vuelve lo más importante.

Y por darle satisfacción a la carne, el hombre muere sin darse cuenta de que está muriendo en su parte más importante: la espiritual.

El que mata el amor, mata la paz. La inquietud resultante es la prueba de que las almas están moribundas, que languidecen por el hambre de Dios.

Hambre que solo podrá ser saciada en la Fuente del Agua Viva: el Verbo Encarnado.

Y en su Palabra: el Evangelio.

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA

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EL CREDO I

trono-rey-infierno«DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS…»

29. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.30. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.(Mateo 5, 29 y 30)

La Palabra de Dios es inequívoca y firme:

Los humanos conscientes de su realidad espiritual, en la antigüedad le dieron diferentes nombres, según su cultura: Para los paganos antiguos, lo llamaron Hades o Inframundo.

El Pueblo de Dios, los hebreos del Antiguo Testamento; le llamaban Gehenna o Sheol.

Sheol. Pero exactamente,  ¿Qué es lo que para ellos significa este lugar?

  • Es un lugar de inconsciencia donde van buenos y malos. (Ec 9:4,5,6,9:10)
  • Los que están en el Sheol no alaban  ni mencionan a Dios. (Salmos 6:4-5)
  • No significa un estado de separación de Dios. (Salmos 139:7-8)
  • Dios puede sacar del Sheol a las personas que se encuentren allí. (Job 14:12-15)00parabola-de-epulon-lazaro-ve-a-abraham

Por todas las Escrituras inspiradas se asocia continuamente al She’ol con la muerte y con la vida. (1Samuel 2:6) (2Samuel 22:6) (Salmos 18:4-5,49:7-10,14-15,88:2-6,89:48); (Isa 28:15-18) compárese también (Salmos 116:3,7-10); (2Corintios 4:13-14).

Se habla del She’ol como una “tierra de oscuridad” (Job 10:21) y un lugar de silencio. (Salmos 115:17). Parece ser que Abel fue el primero en ir allí.

En el día del Pentecostés de 33 E.C., el apóstol Simón Pedro citó del (Salmos 16:10) y lo aplicó a Cristo. Cuando Lucas citó las palabras de Pedro, utilizó la palabra griega hádēs, mostrando con ello que el Sheol y el Hades se refieren a la misma cosa, la sepultura común de la humanidad. (Hechos 2:25-27) (Hechos 2:29-32).

Durante el reinado de mil años de Jesucristo, el Sheol o Hades será vaciado y destruído, ya que se resucitará a todos los que se hallen en él. Esta será la segunda muerte. (Apocalipsis 20:13-14)

Para los cristianos instruidos por el Espíritu Santo, el Sheol es el Seno de Abraham o Limbo. Para entender plenamente su significado es necesario conocer la manera en que está constituido el Reino de Satanás.

Igual que en el Cielo y el Purgatorio, hay diferentes niveles. En el Cielo, el Paraíso Terrenal sería el vestíbulo y por lo tanto, algo similar es el Limbo en el Infierno.

¿Cómo es el Limbo y quienes están en él?

Con la palabra “Limbo” se designa el lugar o estado de las almas de los que mueren con el Pecado Original.

Por la Gracia de Dios, algunos testigos fidedignos lo han conocido y nos relatan las experiencias vividas.

Santa Faustina Kowalska cuenta en su Diario:

“He visto cómo salían de una especie de abismo barroso almas de pequeños niños y otros más grandecitos como de nueve años. Estas almas eran repugnantes y horribles, semejantes a los monstruos más espantosos, a cadáveres en descomposición. Pero esos cadáveres estaban vivos y atestiguaban en voz alta contra un alma agonizante” (Cuaderno 5, Nº 177 del 12-5-1935).

Esta alma contra la que atestiguan era el mariscal José Pilsudski, que había muerto ese día y cuyo juicio ante Dios fue muy severo.

Quizás esos niños sufrieron las consecuencias de la violencia del mariscal en medio de la guerra. No lo sabemos, pero atestiguan contra él como testigos de sus pecados. Felizmente para él dice Santa Faustina, la Intercesión de la Virgen lo salvó.

Podemos preguntarnos: ¿Por qué las almas de esos niños, que pensamos que son puros e inocentes, son tan repugnantes y horribles?

Porque un alma sin Dios, como lo es el alma de un niño muerto sin bautismo, es criatura de Dios; pero NO es templo de Dios consagrado por el Bautismo, está en tinieblas, sin luz y sin belleza.

Mientras que el alma de un niño bautizado es más bella que todas las bellezas humanas; pues al desaparecer la mancha del Pecado Original, es como si apenas hubiera salido de las Manos Divinas.

DÉJAME QUE TE AYUDE HERMANO

Para conocer la condición de estas almitas, es muy interesante leer el Acta “Passio SS. Perpetuae et Felicitatis” escrito en el encarcelamiento. Sobre el martirio de estas dos santas del Norte de África, ocurrido en Cartago el año 203

A los pocos días de haberse bautizado Santa Perpetua (tenía apenas 22 años y criaba un niño de pecho, que era su hijo) donde ella misma nos habla de su  hermano Dinócrates, de apenas 7 años, que había muerto de un cáncer en la cara:

“Al cabo de unos días, estando todos en oración, súbitamente en medio de ella, se me escapó la voz y nombré a Dinócrates. Yo me quedé estupefacta de que nunca me hubiera venido a la mente, sino entonces y sentí pena al recordar cómo había muerto.

Y me di inmediatamente cuenta de que yo era digna y que tenía obligación de rogar por él. Y empecé a hacer mucha oración por él y a gemir ante el Señor. Seguidamente, aquella misma noche se me mostró la siguiente visión.

Vi a Dinócrates, que salía de un lugar tenebroso, donde había también otros muchos, sofocado de calor y sediento, con vestido sucio y color pálido. Llevaba en la cara la herida de cuando murió. Este Dinócrates había sido hermano mío carnal, de siete años de edad, muerto tristemente de cáncer en la cara, enfermedad que infunde terror a todo el mundo.

niño romano

Por él hacía yo oración. Entre mí y él había una gran distancia, de manera que nos era imposible acercarnos el uno al otro. Además, en el mismo lugar en que estaba Dinócrates, había una piscina llena de agua, pero con brocal más alto que la estatura del niño.

Dinócrates se estiraba como si quisiera beber. Yo sentía pena de que, por una parte, aquella piscina estaba llena de agua y, sin embargo, por la altura del brocal, no podía beber mi hermano.

Entonces, me desperté y me di cuenta de que mi hermano se hallaba en pena. Pero yo tenía confianza de que había de aliviarle de ella y no cesaba de orar por él todos los días, hasta que fuimos trasladados a la cárcel castrense, pues en espectáculo castrense teníamos que combatir con las fieras.

E hice oración por él, gimiendo y llorando día y noche, a fin de que por intercesión mía fuera perdonado.

El día que permanecimos en el cepo, tuve la siguiente visión. Vi el lugar que había visto antes y a Dinócrates limpio de cuerpo, bien vestido y refrigerado y donde tuvo la herida vi sólo una cicatriz. Y la piscina que viera antes, había abajado el brocal hasta el ombligo del niño. Éste sacaba de ella agua sin cesar.

Sobre el brocal había una copa de oro llena de agua y se acercó Dinócrates y empezó a beber de ella. La copa no se agotaba nunca. Y saciada su sed se retiró del agua y se puso a jugar gozoso a la manera de los niños.

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Y me desperté. Entonces, entendí que mi hermano había pasado la pena”.

De acuerdo con este testimonio, los muertos con el Pecado Original conservan en su cuerpo espiritual todos los defectos y enfermedades que sufrieron físicamente, durante su permanencia en el mundo…  Esto explicaría en parte la Santa Ira del Padre Celestial, contra los culpables por los Abortos Provocados en la actualidad:

¿Cómo estarán sufriendo en Limbo, los inocentes masacrados y desmembrados, con los violentísimos sistemas de exterminio usados contra ellos, por una sociedad insensible y cruel?…

 Sólo la caridad y las oraciones de la Iglesia Militante pueden reparar y llevar al Cielo a estas pobres almitas inocentes; a quienes se les ha condenado a vivir destruidos en el Limbo, después de negárseles el don de la vida.

Todos los hombres somos creaturas del mismo Dios.

En el Limbo también están todos los que al morir no son cristianos y por lo tanto desconocen la Doctrina Revelada por Jesucristo, el Redentor.

La Infinita Misericordia de Dios, espera de nosotros los cristianos; que al orar por todos los habitantes del Limbo o Sheol, los llevemos al Reino de la Luz.

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Jesús baja a los Infiernos y al Purgatorio

Visión de Ana Catalina Emmerich

Symbolum Apostolorum

Latín

Credo in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et   terrae, et in Iesum Christum, Filium Eius unicum, Dominum nostrum, qui   conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio   Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, descendit   ad ínferos, tertia die   resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris   omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos. Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam   catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis   resurrectionem, vitam aeternam. Amen.

Español

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y   gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el   poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al   tercer día resucitó de entre los muertos; y subió a   los cielos; está sentado a la derecha del Padre, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la Comunión de los Santos, el perdón de   los pecados,   la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

Descendió a los infiernos: «Como Hombre, su Cuerpo murió.    

Purgatorio Infierno Jesus camina sobre el fuego

Pero siendo el Primogénito Viviente de los vivientes: Dios Vivo, con su alma y su espíritu vivos, porque el Pecado jamás lo tocó y Es la Sabiduría y la Gracia mismas… 

Y como ser espiritual que era, fue y predicó a los espíritus que estaban presos».

18. “Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. 19. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, 20. en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua;21. a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo, 22. que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios, y le están sometidos los Angeles, las Dominaciones y las Potestades. (1 Pedro 3, 18-22)    

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Cuando Jesús, dando un grito, expiró, yo vi su alma celestial como una forma luminosa penetrar en la tierra, al pie de la cruz. Muchos ángeles, entre los cuales estaba Gabriel, la acompañaban.

Vi su divinidad unida con su alma pero también con su cuerpo suspendido en la cruz. No puedo expresar cómo era esto, aunque lo vi claramente en mi espíritu.

El sitio adonde el alma de Jesús se había dirigido, estaba dividido en tres partes. Eran como tres mundos y sentí que tenían forma redonda, cada uno de ellos separado del otro por un hemisferio.

Delante del limbo había un lugar más claro y hermoso; en él vi entrar las almas libres del purgatorio antes de ser conducidas al cielo. La parte del limbo donde estaban los que esperaban la redención, estaba rodeado de una esfera parda y nebulosa y dividido en muchos círculos.

Nuestro Señor, rodeado por un resplandeciente halo de luz; era llevado por los ángeles por en medio de dos círculos: en el de la izquierda estaban los patriarcas anteriores a Abraham. En el de la derecha, las almas de los que habían vivido desde Abraham hasta san Juan Bautista.

Al pasar Jesús entre ellos no lo reconocieron; pero todo se llenó de gozo y esperanza…

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Y fue como si aquellos lugares estrechos se expandieran con sentimientos de dicha.

Jesús pasó entre ellos como un soplo de aire; como una brillante luz; como el refrescante rocío. Con la rapidez de un viento impetuoso llegó hasta el lugar cubierto de niebla, donde estaban Adán y Eva.

Les habló y ellos lo adoraron con un gozo indecible y acompañaron a Nuestro Señor al círculo de la izquierda: el de los patriarcas anteriores a Abraham. Este lugar era una especie de Purgatorio.

Entre ellos había malos espíritus que atormentaban e inquietaban el alma de algunos. El lugar estaba cerrado pero los ángeles dijeron: «Abrid estas puertas.»

Cuando Jesús triunfante entró; los espíritus diabólicos se fueron de entre las almas llenas de sobresalto y temor.

Jesús, acompañado de los ángeles y de las almas libertadas, entró en el Seno de Abraham.

Este lugar me pareció más elevado que las partes anteriores y sólo puedo comparar lo que sentí, con el paso de una iglesia subterránea a una iglesia superior. Allí se hallaban todos los santos israelitas. En aquel lugar no había malos espíritus.

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Una alegría y una felicidad indecibles entraron entonces en estas almas, que alabaron y adoraron al Redentor. Algunos de éstos fueron a quienes Jesús mandó volver sobre la tierra y retomar sus cuerpos mortales para dar testimonio de Él…  

50. Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu. 51. En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.52. Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron. 53. Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. (Mateo 27, 50-53)

Este momento coincidió con aquel en que tantos muertos se aparecieron en Jerusalén.

Después vi a Jesús con su séquito entrar en una esfera más profunda: una especie de Purgatorio también, donde se hallaban paganos piadosos que habían tenido un presentimiento de la verdad y la habían deseado.

Vi también a Jesús atravesar como libertador, muchos lugares donde había almas encerradas. Hasta que finalmente, lo vi acercarse con expresión grave al centro del Abismo.

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El Infierno se me apareció bajo la forma de un edificio inmenso, tenebroso; cerrado con enormes puertas negras con muchas cerraduras. Un aullido de horror se elevaba sin cesar desde detrás de ellas.

¿Quién podría describir el tremendo estallido con que esas puertas se abrieron ante Jesús? ¿Quién podría transmitir la infinita tristeza de los rostros de los espíritus de aquel lugar?

La Jerusalén celestial se me aparece siempre como una ciudad donde las moradas de los bienaventurados tienen forma de palacios y de jardines llenos de flores y de frutos maravillosos.

El infierno lo veo en cambio como un lugar donde todo tiene por principio la Ira eterna, la Discordia y la Desesperación.

Prisiones y cavernas, desiertos y lagos llenos de todo lo que puede provocar en las almas el extremo horror, la eterna e ilimitada desolación de los condenados. Todas las raíces de la corrupción y del terror, producen en el Infierno el dolor y el suplicio que les corresponde en las más horribles formas imaginables.

TORMENTO INFIERNO

Cada condenado tiene siempre presente este pensamiento: que los tormentos a que está entregado son consecuencia de su crimen, pues todo lo que se ve y se siente en este lugar no es más que la esencia, la pavorosa forma interior del pecado descubierto por Dios Todopoderoso.

Cuando los ángeles con una tremenda explosión, echaron las puertas abajo; se elevó del infierno un mar de imprecaciones, de injurias, de aullidos y de lamentos.

Todos los allí condenados tuvieron que reconocer y adorar a Jesús y éste fue el mayor de sus suplicios.

En medio del Infierno había un Abismo de Tinieblas al que Lucifer encadenado, fue arrojado.  Y negros vapores se extendieron sobre él.

APOCALIPSIS SATANÁS ENCADENADO

Es de todos sabido que será liberado durante algún tiempo, cincuenta o sesenta años antes del año 2,000 de Cristo.

Las fechas de otros acontecimientos fueron también fijadas, pero no las recuerdo. Pero sí que algunos Demonios serán liberados antes que Lucifer, para tentar a los hombres y servir de Instrumento de la Divina Venganza.

Vi multitudes innumerables de almas de redimidos elevarse desde el Purgatorio y el Limbo detrás del alma de Jesús, hasta un lugar de delicias debajo de la Jerusalén celestial.

Vi a Nuestro Señor en varios sitios a la vez, santificando y liberando toda la Creación. En todas partes los malos espíritus huían delante de Él y se precipitaban en el Abismo.

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Vi también su alma en diferentes sitios de la tierra. La vi aparecer en el interior del sepulcro de Adán debajo del Gólgota, en las tumbas de los profetas y con David.

A todos ellos revelaba los más profundos misterios y les mostraba cómo en Él se habían cumplido todas las profecías.

Esto es lo poco de que puedo recordar sobre el descendimiento de Jesús al Limbo y a los Infiernos y la libertad de las almas de los justos.

Pero además de este acontecimiento, Nuestro Señor desplegó ante mí su eterna misericordia y los inmensos dones que derrama sobre aquellos que creen en Él.

El descendimiento de Jesús a los infiernos es la plantación de un Árbol de Gracia destinado a las almas que padecen…  La redención continua de estas almas, es el fruto producido por este árbol en el jardín espiritual de la Iglesia en todo tiempo.

La Iglesia Triunfante debe cuidar este árbol y recoger los frutos para entregárselos a la Iglesia Militante que NO puede recogerlos por sí misma…

Cuando en el día del Juicio Final llegue el dueño del árbol, nos pedirá cuenta y no sólo de ese árbol, sino de TODOS  los frutos producidos en todo el jardín.

¿CÓMO ES EL INFIERNO?

Es un lugar sobre el que los sacerdotes NO predican más, porque dicen que la gente se asusta o se burla.  ALGUNOS YA TAMPOCO CREEN O DUDAN DE SU EXISTENCIA.

Y si siguen creyendo en él, menudo favor hacen a los fieles al:

NO RECORDARLES QUE EXISTE…  

QUE NO ESTÁ VACÍO…  

Y QUE ES PARA SIEMPRE.

TESTIMONIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA (Religiosa polaca canonizada en el año 2000)

Según un fragmento del relato de su diario:

Hoy he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel.

Es un lugar de grandes tormentos, ¡Qué espantosamente grande es su extensión!infiernoLos tipos de tormentos que he visto:

El primer tormento que constituye el Infierno, es la pérdida de Dios.

 El segundo, el continuo y eterno remordimiento de conciencia.

 El tercero, es que la condición y aquel destino NO cambiarán  jamás.

 El cuarto tormento, es el Fuego que penetra al alma sin destruirla. Es un sufrimiento terrible,  ya que es un Fuego completamente espiritual, encendido por la Ira Divina.

 El quinto tormento, es la Oscuridad permanente. Un horrible y sofocante Olor. Y a pesar de la oscuridad, los Demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros. Ven todos el Mal de los demás y el suyo propio.  

El sexto tormento, es la compañía constante de Satanás.

El séptimo tormento, es una desesperación tremenda, el Odio a Dios, las Imprecaciones, las Maldiciones y las Blasfemias.

Estos son los tormentos que todos los condenados padecen juntos, pero esto NO  es el extremo de los sufrimientos.

Hay torturas especiales destinadas para cada alma en  particular.

TORMENTOS INFIERNO

Éstos son los tormentos de los sentidos. Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la forma en que ha pecado.

Hay cavernas y horribles calabozos; abismos de tormento donde una forma de agonía difiere de otra.  

Habría muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios.

El pecador debe saber que será torturado por toda la Eternidad, en esos mismos sentidos que suele usar para pecar…

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Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay ningún infierno o que nadie ha estado allí y que por lo tanto nadie puede decir cómo es.

Yo, Sor Faustina por orden de Dios; he visitado los Abismos del Infierno para que pudiera hablar a las almas sobre él y para testificar sobre su existencia…

Los demonios estaban llenos de odio hacia mí; pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios. Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi.

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Pero noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que NO creyeron que hay un Infierno.

Cuando regresé, apenas podía recuperarme del Miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí!

Por consiguiente, oro aún más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Y suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos.

Oh mi Jesús, preferiría estar en agonía hasta el fin del mundo, entre los mayores sufrimientos, antes que ofenderte con el menor de los pecados.

Sí. El Infierno existe y NO está Vacío. Quien lo sabe mejor que nadie, es Satanás.

Nuestra Madre Santísima dijo santa Faustina:

“Yo dí al mundo el Salvador  y tú debes hablar al Mundo de su Gran Misericordia…

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Y preparar al mundo para su Segunda Venida. Él vendrá, NO como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo.

Oh, qué terrible es ese Día. Establecido está ya. Es el Día de la Justicia, el Día de la Ira Divina. Los ángeles tiemblan ante ese Día.

Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras aún sea el tiempo para conceder la Misericordia. Si ahora tú callas, en aquel Día Tremendo responderás por un gran número de almas.”

Yo Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los Abismos del Infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el Infierno existe.

Los Demonios me tenían un gran Odio, pero por orden de Dios tuvieron que Obedecerme. Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto.

He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están, son las que NO CREÍAN QUE EL INFIERNO EXISTE. 

00infierno-ii                        HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA