242 PARÁBOLA DE LA VID Y EL OLMO
242 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Los tres que se fueron a Sidón con el enfermito que la Virgen le comentara a Jesús;
para que fuera también a consolar a la madre que las detuvo en el pozo…
Como las peticiones maternas son atendidas inmediatamente por el Maestro, les entretienen pocas horas…
Por la tarde regresa Jesús con Juan de Endor y Hermasteo.
Pasa saludando a la gente que está apiñada delante de las pequeñas casas.
Su sonrisa es una bendición.
Pedro mientras tanto, ha reunido a todos los enfermos, en el huerto más grande, del pequeño poblado pesquero.
Y todos esperan como niños obedientes, esperando con ilusión al Maestro que está lleno de amor.
Cuando llega, los apóstoles ya tienen todo organizado.
No podía faltar el enfermo de los ojos, casi ciego por las oftalmías ulcerosas.
Se lo presentan y Él lo cura.
Luego es el turno de uno que está sin duda palúdico, consumido y amarillo como un chino…
Y lo cura.
Luego es una mujer, que le pide un milagro singular:
leche para su pecho, que no la tiene; y muestra un niño de pocos días;
desnutrido y todo colorado; inflamado, como por un trastorno interno.
Llorando dice:
– Miradme…
Se nos manda obedecer al hombre y procrear.
Pero ¿Para qué sirve, si luego vemos apagarse a nuestros hijos?
Es el tercero que doy a luz.
A dos ya los he recostado en el sepulcro, por este pecho inservible.
Éste ya se está muriendo, porque ha nacido en la época de mayor calor.
Los otros vivieron: uno diez lunas y el otro seis;
para que al final, hacerme llorar más todavía,
porque murieron por enfermedad del estómago.
Si tuviera mi leche esto no pasaría…
Jesús la mira,
y dice:
– Tu hijo vivirá.
Ten fe. Ve a tu casa.
En cuanto llegues dale el pecho al niño. Ten fe.
La mujer, obediente se marcha, estrechando contra su corazón a su bebé,
que refunfuña como un gatito.
Muchos de los presentes, dan opiniones encontradas….
– Pero, ¿Le va a venir la leche?
– Claro que le vendrá.
– Yo digo que le va a vivir el niño.
– Pero que la leche no le viene…
– Y ya si vive será un milagro…
– Está casi muerto de penuria.
– Pues yo digo que le viene la leche.
– Sí.
– No.
Las opiniones son múltiples como las personas.
Mientras tanto, Jesús se retira a cenar.
Cuando sale para predicar de nuevo, hay todavía más gente;
porque la noticia del milagro del niño enfermo de fiebres, realizado por Jesús al poco de desembarcar;
se ha extendido por la ciudad.
Jesús se sube sobre un peñasco grande que está junto a una palmera…
Y lo utiliza como púlpito.
– Os doy mi paz…
Para que prepare vuestro espíritu a comprender.
En la tempestad no se puede oír la voz del Señor.
Cualquier tipo de desasosiego es nocivo a la Sabiduría.
Porque la Sabiduría, siendo así que viene de Dios, es pacífica.
El desasosiego, por el contrario, no viene de Dios;
porque los agobios, las ansias, las dudas, son obras del Maligno,
para inquietar a los hijos del hombre y separarlos de Dios.
Os propongo esta parábola para que entendáis mejor la enseñanza…
Un agricultor tenía en sus campos muchos árboles y vides que daban mucho fruto.
Entre éstas, había una, de la que se sentía muy orgulloso, porque era de calidad selecta.
Un año esta vid dio muchas hojas, pero pocos racimos.
Un amigo le dijo al agricultor:
“Es porque la has podado demasiado poco”.
Al año siguiente el hombre la podó mucho…
La vid dio pocos sarmientos y de racimos todavía menos.
Otro amigo dijo:
“Es porque la has podado demasiado”.
El tercer año el hombre no la tocó…
La vid no dio ni un solo racimo y muy pocas hojas delgadas, acartonadas, orinientas.
Un tercer amigo sentenció:
“Muere porque la tierra no es buena. Quémala”.
El agricultor objetó:
“Pero ¿Por qué, si es la misma tierra de las otras y la cuido como a las demás?
¡Antes iba bien!”.
El amigo se encogió de hombros y se fue.
Pasó un desconocido viandante y se detuvo a observar al agricultor;
que estaba apoyado con tristeza en el tronco de la pobre vid. “
Y le preguntó:
¿Qué te pasa?” “¿Tienes algún difunto en tu casa?”.
– No.
Pero se me está muriendo esta vid.
La apreciaba mucho.
Se ha quedado sin savia para dar fruto.
Un año, poco; al otro, menos; éste, nada.
He hecho lo que me han aconsejado, pero no ha servido de nada.
El desconocido entró en el campo y se acercó a la vid.
Tocó las hojas, cogió un terrón del suelo, lo olió, lo desmenuzó con sus dedos…
Luego levantó su mirada hacia el tronco del árbol que servía de apoyo a la vid…
Y sentenció:
– Tienes que cortarlo.
Esta vid está consumida por causa del tronco.
– ¡Pero si es su apoyo desde hace años!
– Respóndeme, hombre:
Cuándo plantaste esta vid, ¿Cómo era ella y cómo era el tronco?
– ¡Oh, era un hermoso majuelo de tres años!
Lo saqué de otra cepa mía.
Para traerlo aquí hice un agujero profundo, para no dañar las raíces al sacarlo del terruño natal.
También aquí había hecho un agujero más grande todavía, para que estuviera enseguida a sus anchas.
Antes había excavado bien con la azada toda la tierra de alrededor;
para que estuviera esponjosa, de forma que las raíces pudieran extenderse enseguida sin esfuerzo.
Metí en el fondo grato abono y coloqué el majuelo con todo cuidado…
Cómo sabes, las raíces se fortifican si encuentran inmediatamente algo que las nutra-.
Del olmo me ocupé menos.
Era un arbolito cuya única función era la de servir de apoyo al majuelo.
Por eso, lo puse casi superficialmente, al lado del majuelo, lo afiancé y me fui.
Arraigaron los dos, porque la tierra es buena.
De todas formas, mientras que la vid crecía de un año para otro;
porque yo la cuidaba y era estimada, podada, arrejacada.
El olmo crecía con dificultad (¡para lo que servía!…)…
Pero luego se ha hecho recio.
¿Ves qué hermoso está ahora?
Cuando vuelvo de lejos veo destacar alta su copa como una torre,.
Y me parece la enseña de mi pequeño reino.
Al principio la vid lo tapaba y no se veían sus hermosas frondas.
¡Ahora, mira qué hermosa su copa allá arriba bajo el sol!
¡Y qué tronco! Derecho, fuerte.
Podía sujetar esta vid durante años y años;
aunque hubiera crecido como aquellas que cogieron los exploradores de Israel en el torrente del Racimo.
Sin embargo…”.
El hombre le dice:
Te la ha matado. La ha rendido.
Todo favorecía su vida: el terreno, la posición, la luz, el sol, tu forma de cuidarla.
Pero éste la ha matado. Se ha hecho demasiado fuerte.
Ha atenazado sus raíces y las ha ahogado.
Le ha quitado todo jugo proveniente del suelo, ha estrangulado su respiración, le ha vedado la luz que necesitaba.
Tala inmediatamente este inútil y recio árbol, y tu vid renacerá.
Y renacerá mejor aún si, con paciencia, excavas la tierra para poner al desnudo las raíces del olmo.
Y las siegas, para asegurarte que no echen rebrotes.
Se pudrirán en el suelo con sus últimas ramificaciones: de muerte se transformarán en vida;
porque se transformarán en sustancia fertilizante: digno castigo a su egoísmo.
El tronco lo echarás al fuego, y así te será útil, cuando se carbonice.
Una planta inútil y nociva sólo sirve para el fuego…
Y debe ser arrancada, para que todo el bien lo reciba la planta buena y útil .
Ten fe en lo que te digo y te sentirás feliz.
– Pero…
¿Quién eres tú? Dímelo, para que pueda tener fe.
– Yo soy el Sapiente.
Quien cree en mí estará seguro.
Y se marchó.
E1 hombre tuvo un momento de indecisión.
Luego se decidió y echó mano a la sierra.
Es más, llamó a sus amigos para que le ayudaran.
Y éstos no tardaron en criticarlo:
– ¡Qué sandez!
– ¡Perderás vid y olmo!
– ¡Yo me limitaría a podarle la copa para dar aire a la vid!
– ¡No más!
– En todo caso deberá tener un soporte.
– Es un trabajo inútil.
– ¿Quién sabe quién era!
– Quizás uno que te odia y tú no lo sabes.
– ¡O quizás es un loco!
…Y así sucesivamente lo asediaron con recomendaciones.
Pero el agricultor fue firme,
y dijo:
– Haré lo que me ha dicho.
Tengo fe en él.
Y no contento con ello, en un amplio radio puso al desnudo las raíces de las dos plantas.
Y segó con paciencia las del olmo, poniendo cuidado en no dañar las de la vid.
Luego volvió a tapar el vasto agujero que había hecho.
A la vid, que se había quedado sin soporte, le puso al lado una fuerte barra de hierro.
Luego escribió en una tabla la palabra “Fe” y la ató en la parte alta de la barra.
Los otros se marcharon meneando la cabeza.
Pasó el otoño y el invierno.
Vino la primavera.
Los sarmientos, enroscados en el apoyo se adornaron de abundantes gemas.
Primero apiñadas como en un estuche de terciopelo plateado;
Enseguida entreabiertas, sobre la esmeralda de las nacientes hojitas.
Y brotaron nuevos sarmientos fuertes a partir del tronco.
Todos ellos un verdadero ramillete de florecillas…
Y luego todo un fructificar de granos de uva.
Más racimos que hojas.
Y éstas, grandes, verdes, fuertes…
Tan fuertes como los conjuntos de dos, tres o más racimos.
Cada racimo, una densa concentración de granos carnosos, jugosos, espléndidos.
El hombre volvió a llamar a sus amigos incrédulos,
preguntándoles:
– ¿Y ahora qué decís?
¿Era o no el árbol la razón por la cual mi vid moría?
¿Era acertado o no lo que dijo el Sapiente
¿Tuve o no razón cuando escribí en esa tabla la palabra “Fe”?
Ellos respondieron:
– Has tenido razón.
– ¡Dichoso tú que has sabido tener fe.
– Y has sido capaz de destruir el pasado…
– Y lo que de nocivo se te dijo.
Jesús finaliza,
diciendo:
Esta es la parábola….
Y por lo que respecta a la mujer del pecho seco, ahí tenéis la respuesta.
Mirad hacia la ciudad.
Todos se vuelven hacia la ciudad…
Y ven que viene corriendo la mujer de antes.
La cual, a pesar venir corriendo,
no separa a su hijito de su pecho exuberante de leche
Del que el pequeño hambriento mama con tal voracidad, que casi se ahoga.
Y la mujer no se detiene sino a los pies de Jesús;
sólo entonces separa un momento del pezón al niño…
Y grita:
– ¡Tu bendición!
¡Tu bendición, para que viva para Tí!
Jesús pone sus dos manos, sobre la cabeza de la madre y del niño….
Orando en silencio…
Pasado este momento,
Jesús continúa:
– Habéis recibido la respuesta a vuestras hipótesis acerca del milagro.
De todas formas, la parábola tiene un sentido más amplio del pequeño episodio de una fe premiada.
El sentido es éste:
Dios había plantado su vid, su pueblo, en un lugar apropiado.
Y le había procurado todo lo que necesitaba para crecer y dar frutos cada vez mayores.
Y había apoyado a su pueblo en los maestros, para que pudiera comprender más fácilmente la Ley…
Y para que fueran su fuerza.
Pero los maestros quisieron ser más que el Legislador;
crecieron, crecieron, crecieron… hasta hacerse valer por encima de la eterna palabra.
Y así Israel ha quedado estéril.
El Señor ha enviado entonces al Sapiente, para que los israelitas que, con recto corazón;
sienten el dolor de esta infecundidad y prueban los remedios que les vienen;
de los dictámenes o consejos de los maestros -doctos humanamente-
indoctos sobrenaturalmente…
Y por lo tanto, lejanos del conocimiento de lo que se debe hacer para devolver la vida al espíritu de Israel…
Puedan disponer de un consejo verdaderamente beneficioso.
Ahora bien, ¿Qué sucede?
¿Por qué no recupera las fuerzas Israel?
¿Y vuelve a ser vigoroso como en los tiempos áureos, de su fidelidad al Señor?
Porque el consejo es: eliminar todas las cosas parasitarias, que han crecido en detrimento de la Cosa santa:
La Ley del Decálogo tal y como fue dada.
Eliminar los agregados humanos, para dejar aire, espacio, alimento a la Vid, al Pueblo de Dios.
Y darle un apoyo recio, derecho, que no pueda ser plegado;
soporte único, de nombre luminoso: la Fe.
Pues bien, este consejo no se acepta.
Por eso os digo que Israel caerá, siendo así que podría renacer y ganar el Reino de Dios;
si supiera creer y generosamente corregirse y modificarse substancialmente.
Podéis marcharos en paz.
Que el Señor esté con vosotros.
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104 EL SALVADOR
104 IMITAR A JESUS ES EL EJEMPLO QUE SALVA
Jesús está con sus doce apóstoles.
El paraje sigue siendo montañoso; no obstante, siendo suficientemente cómodo el camino, van todos en grupo hablando entre sí.
Felipe dice:
– Ahora que estamos solos podemos decirlo:
¿Por qué tanta rivalidad entre dos grupos?
Tadeo rebate:
– ¿Rivalidad? ¡No es sino soberbia!
Simón declara:
– No.
Yo digo que es sólo un pretexto para justificar de algún modo su conducta injusta con el Maestro.
Bajo el velo de celo por el Bautista, logran alejarlo sin disgustar demasiado al pueblo.
Pedro dice:
– Yo los desenmascararía.
– Nosotros, Pedro, haríamos muchas cosas que Él no hace.
– ¿Por qué no las hace?
– Porque sabe que lo correcto es no hacerlas.
Nosotros sólo debemos seguirlo, no nos corresponde guiarlo. Y debemos estar contentos de ello. Es gran descanso el tener sólo que obedecer…
Jesús que iba adelante pensativo,
se detiene y dice:
– Has hablado bien, Simón.
Es así, como has dicho; obedecer es más fácil que mandar. No lo parece, pero es así.
Bueno, claro, es fácil cuando el espíritu es bueno, como también es difícil mandar para un espíritu recto;
porque, si no es recto, ordena cosas descabelladas, o peor que descabelladas. En ese caso es fácil mandar y mucho más difícil obedecer.
Cuando uno tiene la responsabilidad de ser el primero en un lugar o en un conjunto de personas, debe tener siempre presentes la caridad y la justicia,
la prudencia y humildad, la templanza y la paciencia, la firmeza, pero sin testarudez.
difícil, sí. Vosotros, por el momento, sólo tenéis que obedecer: a Dios y a vuestro Maestro.
Tú, y no sólo tú, te preguntas por qué hago o no ciertas cosas; te preguntas por qué Dios permite o no tales cosas.
Mira Pedro, y todos vosotros, amigos míos.
Uno de los secretos del perfecto fiel consiste en no autoelevarse nunca a interpelar a Dios. “¿Por qué haces esto?”: pregunta uno poco formado a su Dios.
Y parece como si se pusiera a representar el papel de un adulto experimentado ante un escolar para decir:
“Esto no se hace, es una necedad, un error”. ¿Quién puede superar a Dios?
Como podéis ver, ahora me rechazan so pretexto de celo por Juan.
Esto os escandaliza, y quisierais que rectificase el error y me pusiera en actitud polémica contra quienes expresan esta razón.
No. No. Jamás. Ya habéis oído lo que el Bautista, por boca de sus discípulos, ha dicho:
“Es necesario que Él crezca y yo merme”. Es decir, no hay nostalgias, no hay un aferrarse a la propia posición.
El santo no se apega a estas cosas, no trabaja con vistas al número de fieles “propios”;
no tiene fieles propios; trabaja para aumentarle a Dios el número de fieles.
Sólo Dios tiene derecho a tener fieles.
Por tanto, de la misma forma que Yo no me duelo de que, de buena o mala fe, algunos permanezcan con el Bautista, él tampoco se aflige.
Ya le habéis oído por el hecho de que discípulos suyos vengan a Mí; está desapegado de estas pequeñeces numéricas.
Pone su mirada en el Cielo, como Yo.
No estéis, entonces, litigando entre vosotros sobre si es justo o no que los judíos me acusen de arrebatarle discípulos al Bautista,
o sobre si es justo o no que estas cosas se dejen decir.
Disputas de este tipo son propias de mujeres charlatanas en torno a una fuente.
Los santos se ayudan, se dan y se intercambian los espíritus con jovial facilidad, sonrientes por la idea de trabajar para el Señor.
Yo he bautizado, es más, os he puesto a bautizar, porque tan pesado es, ahora, el espíritu,
que es necesario presentarle formas materiales de piedad, de milagro y de enseñanza.
Por causa de esta pesantez espiritual tendré que recurrir a la ayuda de cosas materiales cuando quiera que obréis milagros.
Pero, creedlo, no estará en el aceite, ni en el agua, ni en ceremonias, la prueba de la santidad.
Se acerca el momento en que una impalpable cosa, invisible, inconcebible para los materialistas, será reina,
la “restablecida” reina, pudiente en todo lo santo, santa en toda cosa santa. Por ella el hombre quedará restablecido como “hijo de Dios”
y obrará lo que Dios obra, porque tendrá a Dios consigo. La Gracia: ésta es la reina que está volviendo.
Entonces el bautismo será sacramento. Entonces el hombre hablará y comprenderá el lenguaje de Dios,
Y la Gracia dará vida y Vida, dará poder de ciencia y de potencia; entonces… ¡Oh! ¡entonces!…
Pero todavía no tenéis la madurez suficiente para comprender lo que os va a conceder la Gracia.
Os ruego que ayudéis su venida con una continua obra de formación de vosotros mismos,
y que abandonéis las cosas inútiles propias de hombres mezquinos…
Allá se ve el límite de Samaria.
¿Creéis acertado que me acerque a hablar?
– ¡Oh!!
Todos, quién más, quién menos, se muestran escandalizados.
– En verdad os digo que por todas partes hay samaritanos.
Si no tuviera que hablar donde hubiera un samaritano, no debería hacerlo en ningún lugar.
Venid, pues. No voy a intentar hablar, pero no rechazaré hablar de Dios si me lo piden.
Un año ha terminado, empieza el segundo; está a caballo entre el principio y el final.
A1 principio predominaba el Maestro, ahora, fijaos, se revela el Salvador; el final tendrá el rostro del Redentor.
Vamos. El río aumenta de caudal a medida que se acerca a la desembocadura.
Como Yo, que aumento la obra de misericordia porque la desembocadura está ya cerca».
– ¿Después de la Galilea vamos a ir a algún río caudaloso?
– ¿Al Nilo?
– ¿Al Éufrates?
Otros responden:
– Quizás es que vamos a tierra de gentiles…
Jesús advierte:
– No cuchicheéis.
Nos dirigimos a mi desembocadura. O sea, hacia el cumplimiento de mi misión.
Prestadme mucha atención, porque después os dejaré.
F111 LA ORACIÓN: DIÁLOGO CON DIOS
En la Puerta del Cielo, la argentina voz de Diana resuena en las murallas del salón, donde los catecúmenos escuchan atentos la lección de ese día:
“Para una clara Comunicación con Dios y que nos garantice una Respuesta, es necesario reunir los elementos indispensables:
La primera condición para la Oración, es la Gracia.
LA GRACIA.
El Pecado es la barrera con la que Satanás aparta al hombre de Dios y le impide que goce de Él. El arrepentimiento sincero nos lava y purifica junto con la Sangre preciosa y Divina.
Y dispone nuestra alma para recibir el Perdón de Dios y junto con él, su Misericordia que nos devuelve la Gracia.
Poseer en el alma la Luz, la Fuerza, la Sabiduría de Dios que comunica esa semejanza intelectual con Él y es el signo inconfundible de la Filiación con Él. La Gracia es el Don sublime que hace que Dios habite en el alma y que el alma esté ‘viva’.
Es entonces también cuando las oraciones son ‘vivas’ y la Gracia crece, florece, tiene raíces profundas y se eleva como árbol de Vida Eterna.
La Gracia es la Vida del espíritu y el alma lavada con la Sangre de Jesús ha sido perdonada y ésta, al abandonarse al Amor…
Es como un águila que se eleva, porque el secreto de la Fortaleza y de la formación espiritual, es la meditación amorosa.
Cuando se aprende a orar con la Meditación de la Oración Mental y se avanza hasta llegar a la plena comunicación del Amor con la Profecía, el alma ya no tiene obstáculos en el conocimiento de Dios.
Porque la Oración es la comunicación del alma con Dios, de la que se sale vigorizado y con el deseo de pertenecerle más. Y dispuestos a entregarnos más plenamente.
Es un don de intercambio: Dios lo concede al Hombre y el hombre lo da a Dios. Por medio de la Oración, Dios se va revelando como Es… Y el alma aprende a conocerlo y a amarlo siempre más.
“Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”
Jesús sabía que en esta imitación está la Clave de la Felicidad en la Tierra y en el Cielo. Los hombres tenemos las ruinas que tenemos, porque NO somos mansos ni somos humildes. NI en las familias, NI en las ocupaciones, NI en el vasto ámbito de las naciones. Soberbia e Ira dominan a los hombres y generan todos los delitos.
La Presencia de Dios es un acto de su Bondad. El deseo de amor de un Dios de estar con su creatura y cuando la creatura NO lo traiciona, Dios NO se aleja. En ciertos casos y por especiales respuestas del alma, esta comunicación se vuelve muy sensible.
Pero hay del alma que gozando de la Presencia de Dios, cae en el pecado de soberbia; porque la perdería súbitamente, pues Dios NO está en donde hay soberbia.
Entre más grande es la humildad de la creatura, más a ella desciende Dios.
María tuvo a Dios en SÍ, NO solo espiritualmente; sino como Carne Viva, porque alcanzó el vértice de la humildad santa.
La humildad en la Oración es indispensable si se quiere obtener algo. Dios mira con amor al hijo que inclina ante su Grandeza y Majestad, reconociendo Quién es Él y al mismo tiempo consciente de su propia miseria y debilidad.
El alma ‘viva’, ‘ve’ al Dios Vivo.
Y entre más lo conoce más lo ama y más anonadada se siente ante su Infinita Bondad. Y un profundo agradecimiento inunda el corazón, al esperar la respuesta de la única pregunta que los labios formulan cada vez con más frecuencia y ante TODAS las circunstancias:
‘Padre ¿Qué quieres que haga?’
LA OBEDIENCIA.
Es la prueba de la humildad y la Fe. Son el escollo donde la soberbia se cae y se hunde. La Obediencia es la piedra donde el orgullo se estrella, porque rinde a los pies del Omnipotente el juicio del hombre, para abrazar solamente la Voluntad Divina.
Al obedecer a Dios se contempla la Gloria de Dios y se presencian los milagros más increíbles. La docilidad interior es indispensable y NO hay sumisión verdadera, hasta que no hay alegría en su cumplimiento.
Esto es el cimiento de muchas virtudes y el recipiente de muchas gracias. El Espíritu Santo la busca para comunicarle sus santas inspiraciones, porque solo el que la tiene, lo escucha y las practica.
El alma dócil, escala el Cielo sin comprenderlo y asciende sin sentirlo, a la sombra y en comunicación con el Paráclito, que la lleva por los caminos del espíritu, con una Obediencia ciega.
Es la virtud que se deja moldear suavemente, como el barro en manos del Divino Alfarero. Es el tesoro de las gracias.
Jesús y María, fueron obedientes por excelencia. Este es el secreto de la Oración de Poder.
La Perfección de la Obediencia consiste en seguir prontamente las inspiraciones del Espíritu Santo y practicarlas. Cada vez que se escucha esa voz interior que NO hace ruido, hay que atenderla.
El alma sabe distinguir perfectamente cuando habla. La Obediencia del espíritu es mortificación y humillación. Al obedecer la Voluntad de Dios, se perfeccionan las virtudes internas.
La Obediencia interna perfecta clava las almas en la Cruz y hace que vivan crucificadas: Es la Renuncia Total de la Voluntad, que se inmola por amor a Dios y sacrifica el cuerpo, los sentidos, los afectos y todos los movimientos del espíritu, para obedecer solamente las inspiraciones del Espíritu Santo.
Esta es la Obediencia ciega, pronta y amorosa, que encuentra la verdadera e incomparable Felicidad, en el absoluto despojo de sí misma.
La sumisión no es real, hasta que NO se disfruta adaptándose y alabándolo, en todas las circunstancias.
LA CARIDAD.
El Espíritu Santo se comunica por medio de ella, porque es la Esencia misma de Dios y la vida del alma. La Caridad sobrenaturaliza todas las virtudes y las acciones del hombre.
Y es el pulso que late en el espíritu y le da vitalidad. El Dolor es el trono de la Caridad y su perfección está en la Inmolación. Dios se da y las almas se dan.
Dios se crucificó por los hombres y ellas se crucifican con Él.
Esta Caridad es la que une al Cielo con la Tierra y la Oración alcanza dimensiones cósmicas, porque la Caridad es el Amor comunicativo.
El Dolor Divinizado por Jesús, es el que conquista al Amor. Por esto, los más sacrificados son los que más aman. Sin la Caridad NO hay Fusión.
La Caridad sabe amar y perdonar a los enemigos.
La última Oración del mártir, debe ser siempre por los verdugos; para que alcancen la salvación. La última de los santos, por sus Opresores, para que lleguen a la Caridad.
LA GENEROSIDAD.
El que cierra su oído al clamor del pobre, él también gritará y NO será escuchado. La dureza de corazón en el Desprendimiento y la Generosidad, cierran las puertas de los Cielos para la Oración.
Dios NO tolera la avaricia, tanto material como espiritual.
Los avaros son soberbios y envidiosos. La Dureza de Corazón es refractaria al amor divino y a la Bondad. La vida del que la lleva consigo es muy triste y desgraciada, porque carece del pronto placer de hacer el bien.
Son corazones fríos e infelices que se mantienen alejados de la Caridad, llevando una existencia vana y culpable. Son corazones metalizados que lo único que desean es atesorar.
Insaciables y desenfrenados, NO CORRESPONDEN a las inspiraciones divinas y mueren ciegos y sordos a su pecado.
La santidad NO está en las visiones, éxtasis y revelaciones. La santidad consiste en la pureza y el sacrificio generoso y constante de una voluntad abandonada totalmente en la Voluntad de Dios.
Hay que conformarse siempre con lo que el Espíritu Santo quiere dar… Y así NO nos equivocamos.
Considerándonos siempre indignos de sus dones.
LA PUREZA.
La Pureza es el reflejo de Dios. Y donde está la Pureza está la santidad. Es solo en las almas puras en donde se encuentra la Luz del Espíritu Santo.
La INOCENCIA consiste en la limpieza total del alma.
Los limpios de corazón sienten el contacto divino y son los que escuchan la Voz de Dios. Lo entienden, lo aman, lo consuelan y se gozan con sus ternuras y sus sonrisas.
El vicio que más aleja de Dios, es la impureza; porque a través de la impureza entra la Incredulidad, que ofusca los corazones, quita la esperanza y destruye la Caridad.
Ninguna alma que NO es pura puede conocer a Dios y mucho menos amarlo, porque el Espíritu Santo, abomina la Impureza.
La Lujuria es el vicio con cual Satanás está llenando los Infiernos.
Y por eso promueve la sensualidad que hace su nido en los corazones soberbios, para que NO puedan acoger a Dios.
El cuerpo es el Templo Vivo del Espíritu Santo y tiene que tener una pureza total, el que quiera acogerlo y poseerlo.
EL PERDON.
Los que perdonan son la réplica más acabada de Dios, porque Él perdona y sigue perdonando.
Cuando el hombre aprende a amar y a perdonar, comienza a hacerse espiritual.
Todo se le perdonará a quién haya perdonado todo.
El que perdona atrae el Corazón de Dios y NO hay hombre que NO necesite ser perdonado por Él.
Dios es un Dios de Amor y NO puede vivir en un corazón que Odia.
Jesús bajó a la Tierra a enseñar al hombre a amar y a perdonar.
El corazón que se crucifica, NO guarda rencor y sabe amar de verdad.
El Odio es Pecado y el pecado cierra las puertas del Cielo a la Oración y hace que no suba. Y Dios NO puede escuchar a un corazón que no perdona. Porque nadie puede ser perdonado si NO se arrepiente y NO perdona.
El Perdón es la Venganza de Dios y también es la venganza de los que aprenden a amar como Él enseñó.
LA SINCERIDAD.
Este es otro requisito indispensable en la verdadera Oración.
Los hipócritas ostentan apariencias de piedad y en el interior de sus familias son culpables ante Dios y ante el prójimo. Buscan la estima y los honores mundanos.
Quieren decir a los demás: ‘Pueden confiar en mí. Vean que soy un santo. Lo comprueba mi forma de orar’
Semejante actitud es una Blasfemia. Los soberbios, los falsos y los mentirosos, oran así.
La verdadera Oración brota del corazón a los labios y surge en el trabajo, en los negocios, en el descanso, en la fatiga, en el dolor y en la alegría, porque sale con todo el ser, al impulso del corazón que ama a Dios y se revela en todas sus acciones.
El alma recuerda que es la creatura y con amor reverencial se pone en la Presencia de su Creador que se le revela en todo y en todas las circunstancias.
La ternura amorosa del Padre se encuentra a cada paso del día.
Y se acaban las coincidencias.
EL ABANDONO.
La Oración sostiene al alma en la Prueba y la provee de una fuerza nueva en la inteligencia y en el corazón. Es la Fuerza que no viene de un estudio humano, sino de un completo abandono en Dios.
Los que dan más, son los que más se olvidan de sí mismos. Es cosa muy penosa y difícil, pero indispensable si se quiere avanzar por este camino.
Pablo lo practicó y nos lo enseñó con su ejemplo:
“Ahora voy a Jerusalén atado por el Espíritu, sin saber lo que me sucederá allá… Solamente que en cada ciudad el Espíritu Santo me da a conocer que me esperan prisiones y tribulaciones… pero de ninguna manera me preocupo por mi vida, con tal de terminar mi misión y cumplir el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de anunciar el Evangelio de la Gracia de Dios”
Ciertamente el abandono de Pablo, brilla esplendorosamente en este abandono en Dios.
Porque olvidarse de sí mismo es olvidar NO solo el pasado, sino la personalidad limitada. Olvidarnos totalmente quienes somos en nuestra existencia terrenal. Como si ya hubiésemos sido muertos y enterrados en una tumba. Totalmente desaparecidos para el mundo.
Y pensar solamente en lo que Dios quiere de nosotros, viviendo para hacer exclusivamente su Voluntad.
Cuando el hombre muere, su espíritu deja todo lo terrenal y queda solo frente a Dios, con su alma muerta o viva, según su voluntad lo determinó en la prueba terrenal.
Al quedar frente al Misterio que es Dios, el Mundo a su vez muere para él y debe vivir su Vida Eterna de acuerdo a su propia autosentencia.
Cuando en la existencia terrena encontramos a Dios y NO desdeñamos su Llamado, sucede lo mismo. La vida deja de pertenecernos y en una Prueba muy dolorosa, aprendemos a vivir exclusivamente para Dios.
Uniéndonos de tal manera con Él, que se experimenta en la Tierra el Paraíso y ya no hay nada que temer. NADA. La luz de Dios resplandece cuando el alma se sumerge en el mar de la Oración y la Caridad.
LA CONFIANZA.
Dios Padre conoce las necesidades del hombre, pero a Él le agrada la Confianza del alma que se le acerca como un niño a contarle sus confidencias, para enriquecer una relación de amor, que es el verdadero objetivo de la Oración…
Y que al exponerle sus necesidades, le pide ayuda.
Confiar lo más íntimo y que causa rubor y vergüenza. Confiarle ‘Todo’ Al que lo es TODO, es increíblemente productivo. Porque Dios NO se escandaliza NI murmura, NI mucho menos falta a la Caridad.
Él sabe comprender y aconsejar. ÉL NOS AMA MUCHÍSIMO. Y su Amor está presente en todas nuestras súplicas…
Y elimina los obstáculos para nuestra santificación.
Perdonar para ser perdonados. El perdón de Dios trae la Paz. Estar vigilantes teniendo cuidado y Oración, para ser fuertes y tener la ayuda de Dios, aunada a una voluntad firme de NO pecar.
Después de una grande confianza en la Justicia del Padre y en su Amor. Porque todo cambia en nuestro interior, después de sumergirnos en la Oración.
El gozo inefable de hablar con Dios, hace que el Dolor sea soportable y el corazón se alimenta con la fuerza de un león para enfrentarse al Mundo y a todo, después de habernos unido completamente al Padre en la soledad y en la Oración.
LA ORACIÓN LO ES TODO.
Es un diálogo franco, animado, lleno de confianza, recogido, sereno, claro, íntimo. La Oración confiada puede cambiar el Castigo en Bendición.
La plegaria dirigida la Padre para que en su Misericordia ayude, toca el Corazón de Dios y agiliza su intervención. La súplica ardiente hace que Satanás NO pueda objetar nada a la intervención Divina.
Y esperar contra toda esperanza. ORANDO SIEMPRE CONFIADAMENTE.
Cuando se tiene una Fe Perfecta y una Confianza Perfecta, nacida de la oración y de la Bondad del Señor, Se podrán obtener los más portentosos milagros.
PORQUE LA FE, LA ORACIÓN Y LA CONFIANZA,
SON LA LLAVE DE LOS MILAGROS.
EL AMOR.
Hay que recordar que una verdadera palpitación de amor, que salga como Nube de Incienso de las Llamas de nuestro corazón enamorado de Dios, tiene para Él un valor infinitamente más grande, que miles de ceremonias hechas con corazón tibio o frío.
Hay que atraer su Misericordia con nuestro amor. Ella es grande y activa con quién lo ama. El Cordero se ha Inmolado por nosotros y nos cubre como una ola que pasa y lava nuestras almas, dejándolas sin mancha.
Y SU AMOR CONTESTA NUESTRAS ORACIONES INMEDIATAMENTE.
LA ENTREGA.
DIOS LLAMA Y PASA. Puede que mañana no esté el corazón dispuesto y tampoco encontremos la Invitación de Dios.
Dios es tan exigente, como es infinitamente generoso en premiar.
El que quiere ser discípulo es necesario que abrace la Cruz y lo siga.
La vida del cristiano NO ES una vida tapizada de pétalos. Es absoluta en sus exigencias.
Es como las rosas: son preciosas, fragantes, perfumadas, pero duran poco y lo que queda son solo espinas.
A través de la Oración, los consuelos de Dios son maravillosos y nos fortalecen siempre, hasta llegar al final del camino. Pero la Cruz es dolor y espinas…
Y NO HAY OTRO CAMINO.
Muchas raíces están trabadas en el ser humano. Hay que separarlas o cortarlas. Solo con la libertad espiritual se viene al servicio de Dios. NADA DEBE IMPEDIR LA ENTREGA.
Cuando el alma se entrega a Dios con todas las poderosas energías de su ser y doblega su temperamento, dirigiéndolas hacia la perfección. El apasionado y poderoso absolutismo, se arrojan sin titubeos por este camino.
Se aprovecha la experiencia en el Mal, para ser poderosos en el Bien y se emplean los mismos sistemas que se empleaban para entregarse toda al pecado…
Ahora se entrega toda a Dios.
Es entonces cuando se pone en práctica el Mandamiento más importante: Amar a Dios sobre todas las cosas, con todas las potencias del ser y al prójimo como a nosotros mismos.
Nadie que haya puesto la mano en el arado para arar los campos de los corazones y esparcir la semilla de la Doctrina de Dios, puede volverse atrás para mirar lo que ha dejado y lo ha perdido.
Lo que podría haber tenido si hubiera seguido por otro camino menos extraordinario, que el de ser elegidos.
Quién obra así NO está adaptado al Reino de Dios. Hay que valorarnos, decidirnos y luego entregarnos.
Entregarnos sin reservas, sin miedos, sin reticencias…
EN LA ENTREGA TOTAL PARA UN AMOR TOTAL.
LA PREPARACIÓN…
El alma debe ser pobre con la Pobreza de espíritu. Desnuda, pobre y vacía. Que viva solo de Él, por Él y para Él.
Hambrienta: Solo Él calma la sed de Justicia del alma hambrienta de lo sobrenatural con la Posesión y la Comunicación de la misma Divinidad.
Sedienta: El Hambre de Dios solo puede ser calmada bebiendo de la Fuente del Agua Viva de Jesús. El Espíritu Santo es el Único Consolador.
El Dolor es el compañero indispensable de la Oración.
En él se encuentra su completo desarrollo y se fortalece ejercitando el sacrificio, la mortificación y la Penitencia. La Oración es la Fuente de la Gracia, ella llega hasta el Corazón de Dios y escala alturas inconcebibles al entendimiento humano.
En todos los tiempos y las ocasiones se puede orar. El alma puede hacerlo saltando todos los obstáculos y NO conoce las limitaciones. Aún en medio de la más ruidosa reunión y sin que los demás lo adviertan, al realizar todas las tareas cotidianas, continúa con sus coloquios con el Dios que habita en su interior.
La Oración es la voz armoniosa del alma pura que atraviesa los Cielos y llega hasta el Trono de Dios.
En ella va la amorosa flecha que traspasa el Corazón del Amado. Esta Oración nunca regresa vacía, sino llena de gracias y favores.
El secreto del alma que NO quiere perder a su amor, es permanecer siempre fija con todas sus potencias en Dios, a través de la Oración.
LA FE.
Es la luz oscura que arrastra al hombre hacia su Dios, por medio de la humildad. Es indispensable para la salvación y es la prueba que Dios exige al entendimiento humano y la orgullosa inteligencia del hombre.
La Fe es Luz para los humildes y Tinieblas para los soberbios. La Fe desata las manos del Omnipotente y aplaca la Justicia Divina.
La Fe arranca gracias al Eterno. Es un lazo de luz que une la Tierra con el Cielo y un lazo de Unión que pone en comunicación al alma con Dios.
LA Fe es el fundamento de la perfección.
LA INFANCIA ESPIRITUAL.
Jesús dijo: Yo os lo aseguro, el que NO recibe el Reino de Dios como niño, no entrará en él. El niño es humilde, confiado, acepta ‘que no sabe’ con simplicidad.
Los niños son amables, curiosos y reciben con admiración y llaneza, todas las enseñanzas.
Observarlos como aman y creen en Dios, por la Inocencia que los caracteriza, es una lección de sabiduría. Hacen lo que se les enseña y no se ensoberbecen por lo que hacen. Aprenden y practican lo que aprenden.
Los niños, cuando cometen una pequeña falta ¡Con cuanta humildad la confiesan! NO buscan excusas. Saben que Dios lo sabe. Creen. Les apena haber causado un dolor a Dios.
Arrepentidos, piden perdón de su falta y ofrecen sinceramente, NO volver a faltar. Aman con sencillez y siempre son sinceros.
Todas las cualidades de los niños son indispensables para la Oración auténtica, porque la característica principal del alma orante, debe ser siempre la docilidad interior y la Obediencia total.
Dios no desperdicia sus palabras, en donde NO hay intención de Obedecerlas.
Cuando el alma sabe alcanzar la amorosa ciencia de saber permanecer fija en Dios, unida a Dios con todas sus potencias; todos los actos que produce son actos de amor y raptada por el amor, alcanza la santidad, casi sin darse cuenta.
Y aunque esté durmiendo sigue amando, porque la carne se adormece y se despierta con el nombre santo en los labios y con el pensamiento puesto en Él,
¡Maravilloso connubio del alma con Dios! Ni el más apasionado amor humano da la embriaguez que se experimenta, cuando el alma está verdaderamente enamorada de Dios.
El que ha probado los dos amores sabe que NO existe. Es como comparar el licor más barato, con el más exquisito de los vinos. El deleite es diferente, aunque la embriaguez sea parecida. Y cuando se conoce lo excelente, NO es posible conformarse con menos.
Para conocer este éxtasis, no debe haber nada que se interponga entre el alma y Dios para formar con Él una unidad perfecta.
Para llegar a tener el corazón vacío de humanos intereses, hay que pasar por un crisol amarguísimo, pero la recompensa vale por todos los sacrificios y todas las renuncias.
Lo que vale la pena siempre tiene un precio alto.
Dios lo vale TODO.
Y cuando el alma se enamora de Él, es verdaderamente imposible vivir sin Él.
Cuando Él se convierte en la razón de vivir, la vida se convierte en una apasionada y maravillosa aventura, en la que el alma se la pasa entre el Cielo y el Infierno.
Satanás es el Villano que trata deponerle fin a la más increíble historia de Amor. Los que NO saben defenderlo… Lo pierden.
EL PROBLEMA DE LAS ORACIONES NO CONTESTADAS.
Es necesario acercarse a Dios con los labios y el alma encendidos de verdadera caridad. Entonces los obstáculos que Satanás interpone para impedir el auxilio divino, son anulados, porque Dios ES el Vencedor Eterno.
Por eso es necesario reunir los requisitos para que la Oración pueda ser efectiva. Esta es una verdad dolorosa y aterradora.
El hombre mismo es el que da las armas al Maligno, para impedir la intervención de Dios.
La Oración Poderosa necesita de la Justicia. Las Plegarias NO son atendidas principalmente por dos motivos: la Injusticia y el Amor.
LA INJUSTICIA.
Dios NO escucha nuestra oración si tenemos afectos desordenados que están desplazando a Dios del primer lugar en nuestro corazón. Tampoco si somos injustos y duros de corazón con los pobres, con los servidores y los familiares.
EL AMOR.
Dios nos ama con un Amor Infinito y Eterno. Siempre, cuando nosotros iniciamos nuestra oración, la Gracia del Señor desciende sobre nosotros.
El Eterno nos atiende al instante cuando con un corazón humilde, amoroso, confiado, con sacrificio y constancia, le imploramos piedad, pan, consuelo, ciencia, dirección, ayuda, protección y fortaleza.
Todo esto y más, da Dios con su Infinito Amor, cuando nos volvemos a Él.
Y si no siempre somos atendidos porque Él se niega a acceder a nuestra petición, NO debemos pensar que nuestra Oración vaya a quedar sin respuesta.
A cambio de algo negado por una Inteligencia que todo lo conoce, recibimos otros dones de los que NO nos damos cuenta inmediatamente, ni los agradecemos.
Más tarde o más temprano debemos mostrar nuestro agradecimiento y reconocimiento a esta Bondad infinitamente Inteligente, que cuida de nosotros.
Porque Él, que todo lo sabe. NO concede aquello que nos proporcionaría la felicidad de un instante y Dolor para el resto de nuestra vida terrena y que puede ser causa de pena en la otra vida, por el mal uso que se puede dar a la dádiva divina.
El Amor de Dios siempre nos protege, hasta de nosotros mismos.
LA ORACIÓN HECHA CON FE VERDADERA Y AMOR VERDADERO,
SIEMPRE OBTIENE.
CUANDO UNA ORACIÓN QUEDA SIN RESPUESTA, hay que revisar que NO esté viciada en la petición o en la Fe. A veces Dios explica por qué NO la concede. Sí es en la Fe, NI siquiera ha llegado al Cielo.
Dios quiere que todos sus hijos sean tan suyos que todas sus santas demandas está dispuesto a atenderlas continuamente.
No siempre concederá las cosas solicitadas, pero sustituirá el don negado por otros cien consuelos más grandes todavía, porque Él arde con el deseo de hacernos felices, de poder estrecharnos contra su Corazón y enjugarnos el Llanto.
Él es el Único que da Bien, Paz y Amor Verdadero y Eterno.
Si somos cristianos inmaduros, constantemente pediremos cosas que NO nos convienen.
Conforme vayamos creciendo espiritualmente, también aprenderemos a Orar. Afortunadamente para nosotros, Jesús es un Maestro con mucha paciencia y le encanta enseñarnos cuando hay buena voluntad.
Invocar la protección de María Santísima y la Sangre de Jesús antes de ponernos a Orar, elimina TODAS las interferencias con las que Satanás trata de Obstaculizar nuestra Oración y las respuestas de Dios, cuyo Amor quisiera entretenerse en amorosos coloquios, con todos sus hijos.
SOLO EL PECADO APARTA DE DIOS Y HACE NULAS LAS ORACIONES.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA
F79 LA FE VERDADERA Y SOBRENATURAL
Dios reconoce a sus siervos en aquellos que creen en Él y obedecen su Voluntad.
Los herederos le fueron prometidos a Abraham por su Fe. Y la herencia nos será dada por nuestra Fe.
Tener la Ley y no cumplirla porque NO se tiene Fe, ocasiona la pérdida del Reino Celestial.
¿Y cómo cumplir la Ley, si NO se cree en las verdades reveladas por Dios?
Cuando Premio y Castigo. Eternidad, Infierno, Paraíso, Resurrección de la Carne y Juicio Divino,
SON DESPRECIADOS COMO CUENTOS. Cuándo la DUDA sobre la existencia de Dios hace olvidar la Ley ¿De qué ayuda sirve conocer el Códice de la Vida?
¿Cuál escudo contra los fomes y las tentaciones queda…?
¿Si NO teniendo la Fe, ya nadie se cuida por vivir la Doctrina?
La Fe de Abraham, fue la Fe Perfecta.
El que tiene Fe no puede perecer. El que tiene Fe, tiene en sí el medio que le impide ofender irreparablemente al Padre.El que tiene Fe, cree en Jesús como Dios y le cree a Jesús, obedeciendo su Palabra.
El que tiene Fe cree en el Amor que ama y cree que tiene a Dios en sí.
El que tiene a Dios, está vivo espiritualmente y NO puede conocer la Muerte Eterna.
El que tiene Fe, conquista el Reino de Dios para su interior en la jornada terrena.
Y Dios es su Rey, su amigo, su Maestro, su Tesoro, Luz, Camino, Verdad, Vida.
Y en la otra Vida, eterna y beatífica posesión.
Quien cree, invoca al Señor y se salva.
Aprende a amar y a vivir en Dios, sirviéndole a la manera de que Él desea ser servido.
Y Él premia y espera a los que de modos diversos y con variedad de misiones; habiendo recibido de Él, los dones necesarios para realizarlas, las llevan a cabo con amor y con alegría.
¿CÓMO SE VIVE LA FE?
Las almas que están alejadas de Dios, están heridas. Lloran, sufren y arrastran fardos muy pesados; porque la tiranía de Satanás es muy feroz y muy cruel.
Y la Fe es como un bálsamo que medica a los intoxicados por el dolor.
Como pan que cae en un barril de miel que lo penetra de su dulzura, es el alma que cree firmemente en Él.
Aunque esté rodeada por el sufrimiento que entraña la lucha que debe sostener en su vida terrena.
NO BASTA CON CREER EN LA EXISTENCIA DE DIOS.
“Los demonios también creen y sin embargo tiemblan.”
Hay que amar y obedecer su Doctrina.
FE Y ESPERANZA.
El hombre fue creado para amar y adorar a Dios.
El cuerpo humano, es un magnífico Templo Vivo que contiene un altar y sobre el altar debe estar Dios.
Pero Dios NO está donde hay corrupción.
Por esto el cuerpo del impuro tiene el altar consagrado pero sin Dios, porque en el corazón hay un ídolo: el Placer.
A TRAVES DE LA IMPUREZA ENTRA LA INCREDULIDAD.
El que vive entregado a los placeres ha destruido la Fe y por eso es imposible para él, aceptar las verdades reveladas en el Evangelio.
Con la lujuria del cuerpo, se destruye la Fe que Dios ha donado al alma al crearla. Y por eso el impuro solo cree en lo que puede aceptar y desmenuzar.
El Placer, es su dios. El materialismo, su vida. La muerte, su terror.
La lujuria fortalece la incredulidad. Ofusca la Fe, quita la Esperanza y destruye la Caridad.
El impuro NO conoce el amor verdadero y NO sabe amar. La lujuria nace del corazón y esclaviza al cuerpo.
El alma que NO es pura, no puede creer. NO puede conocer a Dios y mucho menos amarlo.
Porque para conocer a Dios verdaderamente, es preciso santificar el cuerpo que lo recibe.
Para purificar el altar que es el corazón, es preciso subir los escalones de las virtudes y hacer el sacrificio de la carnalidad.
Y desangrar las venas de la lujuria, hasta colocar la ofrenda: el alma.
Que víctima por el amor, se ofrece a Dios como un sacrificio vivo y santo.
Y que amando a Dios sobre todas las cosas, es capaz de decir:
‘Crucifícame Señor porque te amo y quiero agradecerte que dieras tu vida por mí, ofreciéndote la mía.’
La Fe siempre está unida a la Esperanza.
La rebeldía contra Dios: el Pecado, mata la Esperanza.
Y los que la pierden se burlan de las verdades eternas. No tienen Fe y menos Caridad.
Es una gran desgracia no creer y no seguir a Dios.
Se pierde la brújula de la vida y el hombre se vuelve ciego, con una ceguera peor que la física.
Y es entonces que se hacen presas fáciles de la desesperación.La virtud de la Esperanza consiste en suspirar constantemente por la posesión del Amado.
Trabajando por la Gloria de Dios y tratando de alcanzarlo siguiendo el Camino de la Cruz.
La esperanza ha sido puesta como puente que une la Fe y la Caridad, porque sin esperanza NO puede existir la Fe y sin esperanza, muere la Caridad.
Fe presupone Esperanza segura.
¿Cómo puede creer de llegar a Dios, si no se espera en su Bondad?
¿Cómo sostenerse en la vida, si no se espera en la eternidad?¿Cómo poder persistir en la Justicia, si no nos anima la esperanza de que a cada acción buena nuestra la vea Dios y que por ella nos premie?
El hombre tiene necesidad de esperar para poder amar.
Los desesperados dejan de amar.
El hombre espera, para poder creer y cree para amar.
La Esperanza hace dulce la vejez y le quita el terror a la muerte.La esperanza de ver a Dios hace soportable la vida.
El Mundo NO cree en Dios y por eso NO tiene Esperanza.
Está sumergido en la ‘Auto idolatría’.
El Mundo NO cree que Dios sea Padre Omnipotente y Amoroso.
El Mundo NO sabe tener humildad para volverse hacia Él, en busca de ayuda; mientras padece atormentado en manos de su Feroz Enemigo.
Si el Mundo supiese lo doloroso que es para Dios, no poder ayudarlos y hacerlos siempre felices, porque la falta de Fe abre un abismo entre Dios y el hombre.
EL PECADO ES UNA BARRERA INFRANQUEABLE…
PARA QUE LAS ORACIONES PUEDAN SER ESCUCHADAS Y RESPONDIDAS.
Han matado el amor. Donde impera el egoísmo, NO hay amor.
LA FE Y EL ABANDONO.
Lo único necesario para entender todo, es Dios. Todo lo que Él quiera darnos es un don al que NO tenemos derecho.
La experiencia más maravillosa para un alma, es llegar a ser un confidente de Dios y para llegar a vivirlo, es necesario el Abandono Total y con una Fe Absoluta.
Es la intimidad de los hijos con su Padre. Total y ciegamente abandonados al Padre que obra como Él quiera.
Y los hijos que se dejan conducir sin intentar saber siquiera hacia donde su Padre los conduce…
Porque se está plenamente seguro en su Infinita Bondad y en que Él solamente quiere nuestro bien.El que vigila en aumentar la Fe se convierte en un vencedor y aprende a amar a Dios.
Las pruebas de la vida hacen brillar el oro de nuestra fe.
El alma sabe que Dios le ama y conoce su Poder.
Dios conoce perfectamente al alma que creó y nunca permite pruebas que NO puedan soportar.
Cuanto más se ama, más se obtiene.
Amar es saber esperar y creer, sobre toda medida y sobre toda realidad por más contraria e imposible que parezca, respecto a la promesa recibida.
Los motivos de Dios, parecen a veces crueles y dolorosos…Pero Daniel nunca hubiese dejado testimonio del Poder de Dios, si Dios NO hubiese permitido que fuese arrojado al foso de los leones.
La Fe Perfecta es la que cree contra toda esperanza y la Fe se encuentra más fácilmente en el dolor, que en la alegría.
Es fácil creer y ser buenos, cuando la vida tiene una fluida placidez.
Pero hay que saber perseverar en las pruebas.El alma que ama, siempre acepta la Voluntad de Dios en su vida.
Su Fe aumenta aunque las circunstancias parezcan decirle que Dios la ha abandonado…
Y ella sigue amando a pesar de todo.
En el abandono de Dios, el alma enloquece de desesperación, para salvar a otros de sus desesperaciones.Y es en esos momentos cuando la Fe verdaderamente es el único soporte para resistir.
Hay que prenderse del Cielo, por más que parezca lejano.
Con las tres divinas virtudes, todo es más fácil, aún en las desventuras.
Porque el yugo de Dios es un yugo ligero que oprime solo la carne, pero deja libre el espíritu.
Cuando el alma aprende a conocer al Adversario y al mismo tiempo avanza en el conocimiento de Dios, todas las cosas se vuelven muy claras.
Y muy clara es también la pavorosa guerra espiritual en la que estamos envueltos todos.
A Jesús también lo tacharon de Loco.
Herodes lo vistió como un loco y lo paseó por las calles de Jerusalén, con el vestido blanco que era el símbolo de la locura.
Pero la perfidia de Satanás NO se detiene en que los demás nos señalen como desquiciados perdidos.
El tormento más doloroso es cuando se lanza con toda su artillería, para hacernos dudar de nosotros mismos…
Y el alma recibe un tremendo y encarnizado bombardeo de dudas que NO dan tregua.
Como todos los demás ardides le han fallado, porque el alma resiste todos sus ataques desde el exterior.
Y como no puede atraparnos de otra manera, empieza a insinuar que están equivocadas en la misión en que están trabajando y que no es más que un ‘yo’ desquiciado, el que pretende creerse un predilecto de Dios:
‘¿Cómo crees que Dios habría podido fijarse en ti?…’ Por favor. Eres estúpido ¿O qué?…
Y se lanza a fondo con lo que considera nuestras debilidades, tratando de desalentar para seguir adelante.¡Este es el momento de invocar a la Madre Santísima!
María siempre acude en nuestra defensa y Satanás huye de su Presencia, porque no la soporta…
La Vencedora es nuestra Madre y su protección es invaluable en los momentos del combate.
La alegría y la paz que comunica Jesús a nuestra alma, hacen que se disipe la tormenta y la Fe aumenta después de la tremenda sacudida.
No hay que olvidar que la DUDA es el primer paso para la desesperación.Y la Fe verdadera es la única salvación y la defensa para los dardos encendidos de Satanás que busca abatir con la Duda.
El que cree con todo, contempla la gloria de Dios.
Hay que pedir que nuestra fe humana, sea fortalecida con LA FE SOBRENATURAL.LA FE Y EL PODER.
El milagro es la prueba de la Presencia de Dios.
La santidad y los prodigios por el amor de Dios se unen para convencer a los hombres, de las verdades sobrenaturales contenidas en el Evangelio.
“En verdad os digo:
EL QUE CREA EN MÍ, HARÁ LAS MISMAS OBRAS QUE YO HAGO.Y HARÁ MAYORES AÚN, PORQUE YO VOY AL PADRE.”
Dios, para apoyar las enseñanzas del Evangelio, realiza los prodigios y los milagros.
Dios concede este don del Espíritu Santo a quién Él quiere y solo la Justicia lo conserva con una vida santa.
Los milagros acompañan la predicación de la Palabra y su única finalidad es conquistar el alma para Dios.
Porque el milagro nació de la Bondad de Dios, que quiere sanar al hombre de manera integral.
El milagro es siempre prueba de la Presencia de Dios y NO puede realizarse donde hay Pecado y NO hay voluntad de arrepentimiento.
Los milagros son señales para los incrédulos y NO para que los santos se procuren comodidades.
De Dios viene el poder que hace los milagros y convierte al evangelizador en portador de la Bondad de Dios entre los hombres.
Las almas se acercan buscando la salud del cuerpo. La Palabra que evangeliza, concede la salud completa.
La salud del cuerpo debe ser la preparación, para la búsqueda de la salud del espíritu.
La verdadera Fe no pide milagros para creer. LA FE VERDADERA CREE, PARA OBTENER MILAGROS. Dios Está con quién lo ama. Jesús no fue exterminado porque se sujetó a la muerte.
Él es todavía más poderoso y para siempre, desde que Resucitó.
Nuestra santidad amará su Doctrina y debemos ser celosos de nuestra perfección y NO del don que Él nos ha trasmitido
Dios NO obra milagros donde hay Incredulidad y Odio.El exceso de carnalidad impide los milagros.
El que NO tiene la Fe que espera contra toda esperanza, NO obtiene milagros.
Porque es la falta de FE ACTIVA, lo que anula los milagros. Todo es posible para Dios.
Él lo único que exige al hombre para actuar, es Fe.
El hombre OBSTRUYE el Poder de Dios, con su Desconfianza.
El Espíritu Santo da una Fe intrépida, capaz de realizar las señales necesarias que convierten en testigos a los verdaderos cristianos…
Y los milagros suceden dentro de las pruebas más dolorosas. Jesús era amigo de Lázaro. En lugar de sanarlo, permitió que muriera…
Y así el Evangelio nos regala el más portentoso de los milagros de Jesús.
Las hermanas de Lázaro, esperaron contra toda esperanza y vieron a su hermano resucitado después de cuatro días en el sepulcro.
Ante semejante milagro, los humildes se arrodillaron y Adoraron a Dios en Jesús.
Los soberbios aumentaron su Odio y decidieron su Muerte.NO quisieron arrodillarse y por eso lo crucificaron.
El Milagro de la resurrección de Lázaro, debió convencer al Mundo de que Jesús es Dios.
Y en lugar de Adorarlo, lo mataron.
El Milagro de la Resurrección de Jesús y el de la Eucaristía, debieron convencer al Mundo de las verdades contenidas en el Evangelio:
Y el Mundo sigue obstinado en NO aceptarlo.
LA FE DEL ALMA HUMILDE,
ES LA FUENTE DE PODER.
Cuando Jesús resucitó a Lázaro, invocó la ayuda del Padre Celestial, para enseñarnos como la Oración es indispensable para obtenerlos de manera infalible.
Él agradeció el haber sido escuchado y dio la fórmula de los milagros: Humildad en la petición + Fe segura que actúa ante un público hostil y expectante + Agradecimiento rápido y anticipado, prueba firme de la Fe segura…
Lázaro recibió la Efusión vital de Dios.
Y la Vida retorna.La potencia del milagro emanaba de Jesús continuamente.
Él vino a traer a Dios a la Tierra, para llevar a los hombres a Dios y para abrir los diques del Amor que se habían cerrado desde el Pecado.
Y el amor se ha expandido desde entonces, desde el pequeño mundo de Palestina, para envolver toda la Tierra y toda la Humanidad.
Para el que sabe amar de manera absoluta y perfecta…
¿Cómo habrá amado Jesús a la tierra de Nazareth, de donde salió para Evangelizar al Mundo? Y sin embargo fue la tierra más hostil y cerrada para sus ríos de Amor y Omnipotencia.
¿Cómo hubiera consolado sus miserias espirituales y físicas y cuanta Luz hubiera dado a los corazones si NO se hubieran opuesto la Incredulidad y el Odio?…
Nazareth fue el ejemplo de cómo estos dos obstáculos, impiden que la Gracia de Dios se derrame.La Incredulidad y el Odio rechazaron a la Divinidad, porque voluntariamente querían ser hombres sin Dios.
Los Fariseos negaron a Cristo como Mesías y mataron al Verbo de Dios.
¿Cómo es posible matar a Cristo en la actualidad?
Realizando el Deicidio voluntario…
En cada corazón que se niega a Reconocerlo, a arrepentirse, a convertirse…
Y DESPRECIANDO el Precio Infinito que Él pagó por todas y cada una de las almas, rehusándose a aceptarlo como Salvador
Y decidiendo Odiarlo, en lugar de amarlo y amar su Doctrina.El noventa y nueve por ciento de los hombres vive como los fariseos de aquel tiempo y actúan con los mismos sistemas: Niegan que niegan a Dios.
Intereses, soberbia, dureza de corazón, lujuria, avaricia, gula.
Todos los egoísmos son la base de su vida y el código de sus acciones, mientras se golpean el pecho con fervientes apariencias de piedad.
Considerándose ‘buenas personas’, mucho mejores que las demás.
Piden señales y aunque resucitara un muerto, NO lo aceptarían.
Niegan a Dios, negando que lo nieguen.
Sofocan la Fe con el Racionalismo y la matan bajo las piedras de su ciencia.
El Mundo es enemigo del alma porque Satanás lo usa como una de sus principales armas para alejar al hombre de Dios, sumergiéndolo en la vorágine de sus seducciones.
Al Mundo se le vence con la Fe.
La Fe que certifica que Jesucristo nuestro Señor es Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
Que por Amor nuestro tomó carne en el seno de María y nació no por obra humana, sino por Esponsales Divinos.
Murió por nosotros sobre la Cruz, para darnos toda su Preciosísima Sangre, pidiendo a cambio solo:CREER, ESPERAR, AMAR…
Jesucristo señaló el camino de regreso al Cielo, con sus huellas ensangrentadas.
Si queremos seguirlo: tendremos nuestro propio Baño de Sangre.
El que quiera elevarse deberá aprender a: MORIR…
AMANDO.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
59.- ORACIÓN: DIÁLOGO CON DIOS
En la Puerta del Cielo, la argentina voz de Diana resuena en las murallas del salón, donde los catecúmenos escuchan atentos la lección de ese día:
“Para una clara comunicación con Dios y que nos garantice una respuesta, es necesario reunir los elementos indispensables:
La primera condición para la Oración, es la Gracia.
LA GRACIA.
El Pecado es la barrera con la que Satanás aparta al hombre de Dios y le impide que goce de Él. El arrepentimiento sincero nos lava y purifica junto con la Sangre preciosa y Divina. Y dispone nuestra alma para recibir el Perdón de Dios y junto con él, su Misericordia que nos devuelve la Gracia.
Poseer en el alma la Luz, la Fuerza, la Sabiduría de Dios que comunica esa semejanza intelectual con Él y es el signo inconfundible de la Filiación con Él. La Gracia es el Don sublime que hace que Dios habite en el alma y que el alma esté ‘viva’.
Es entonces también cuando las oraciones son ‘vivas’ y la Gracia crece, florece, tiene raíces profundas y se eleva como árbol de Vida Eterna. La Gracia es la Vida del espíritu y el alma lavada con la Sangre de Jesús ha sido perdonada y ésta, al abandonarse al Amor, es como un águila que se eleva, porque el secreto de la Fortaleza y de la formación espiritual, es la meditación amorosa.
Cuando se aprende a orar con la meditación de la Oración Mental y se avanza hasta llegar a la plena comunicación del Amor con la profecía, el alma ya no tiene obstáculos en el conocimiento de Dios.
Porque la Oración es la comunicación del alma con Dios, de la que se sale vigorizado y con el deseo de pertenecerle más. Y dispuestos a entregarnos más plenamente. Es un don de intercambio: Dios lo concede al Hombre y el hombre lo da a Dios.
Por medio de la Oración, Dios se va revelando como Es. Y el alma aprende a conocerlo y a amarlo siempre más.
“Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”
Jesús sabía que en esta imitación está la clave de la felicidad en la tierra y en el Cielo. Los hombres tenemos las ruinas que tenemos, porque no somos mansos ni somos humildes. Ni en las familias, ni en las ocupaciones, ni en el vasto ámbito de las naciones. Soberbia e ira dominan a los hombres y generan todos los delitos.
La Presencia de Dios es un acto de su Bondad. El deseo de amor de un Dios de estar con su creatura y cuando la creatura no lo traiciona, Dios no se aleja. En ciertos casos y por especiales respuestas del alma, esta comunicación se vuelve muy sensible.
Pero hay del alma que gozando de la Presencia de Dios, cae en el pecado de soberbia, porque la perdería súbitamente, pues Dios no está en donde hay soberbia. Entre más grande es la humildad de la creatura, más a ella desciende Dios. María tuvo a Dios en sí, no solo espiritualmente; sino como Carne Viva, porque alcanzó el vértice de la humildad santa.
La humildad en la Oración es indispensable si se quiere obtener algo. Dios mira con amor al hijo que inclina ante su Grandeza y Majestad, reconociendo Quién es Él y al mismo tiempo consciente de su propia miseria y debilidad. El alma ‘viva’, ‘ve’ al Dios Vivo.
Y entre más lo conoce más lo ama y más anonadada se siente ante su Infinita Bondad. Y un profundo agradecimiento inunda el corazón, al esperar la respuesta de la única pregunta que los labios formulan cada vez con más frecuencia y ante TODAS las circunstancias:
‘Padre ¿Qué quieres que haga?’
LA OBEDIENCIA.
Es la prueba de la humildad y la Fe. Son el escollo donde la soberbia se cae y se hunde. La Obediencia es la piedra donde el orgullo se estrella, porque rinde a los pies del Omnipotente el juicio del hombre, para abrazar solamente la Voluntad Divina. Al obedecer a Dios se contempla la gloria de Dios y se presencian los milagros más increíbles. La docilidad interior es indispensable y no hay sumisión verdadera, hasta que no hay alegría en su cumplimiento.
Esto es el cimiento de muchas virtudes y el recipiente de muchas gracias. El Espíritu Santo la busca para comunicarle sus santas inspiraciones, porque solo el que la tiene, lo escucha y las practica. El alma dócil, escala el Cielo sin comprenderlo y asciende sin sentirlo, a la sombra y en comunicación con el Paráclito, que la lleva por los caminos del espíritu, con una obediencia ciega.
Es la virtud que se deja moldear suavemente, como el barro en manos del Divino Alfarero. Es el tesoro de las gracias. Jesús y María, fueron obedientes por excelencia. Este es el secreto de la Oración de Poder.
La perfección de la obediencia consiste en seguir prontamente las inspiraciones del Espíritu Santo y practicarlas. Cada vez que se escucha esa voz interior que no hace ruido, hay que atenderla. El alma sabe distinguir perfectamente cuando habla. La obediencia del espíritu es mortificación y humillación. Al obedecer la Voluntad de Dios, se perfeccionan las virtudes internas.
La Obediencia interna perfecta clava las almas en la Cruz y hace que vivan crucificadas: Es la Renuncia Total de la Voluntad, que se inmola por amor a Dios y sacrifica el cuerpo, los sentidos, los afectos y todos los movimientos del espíritu, para obedecer solamente las inspiraciones del Espíritu Santo.
Esta es la obediencia ciega, pronta y amorosa, que encuentra la verdadera e incomparable felicidad, en el absoluto despojo de sí misma. La sumisión no es real, hasta que no se disfruta adaptándose y alabándolo, en todas las circunstancias.
LA CARIDAD.
El Espíritu santo se comunica por medio de ella, porque es la Esencia misma de Dios y la vida del alma. La Caridad sobrenaturaliza todas las virtudes y las acciones del hombre. Y es el pulso que late en el espíritu y le da vitalidad. El Dolor es el trono de la Caridad y su perfección está en la Inmolación. Dios se da y las almas se dan.
Dios se crucificó por los hombres y ellas se crucifican con Él. Esta Caridad es la que une al Cielo con la Tierra y la Oración alcanza dimensiones cósmicas, porque la Caridad es el Amor comunicativo.
El Dolor divinizado por Jesús, es el que conquista al Amor. Por esto, los más sacrificados son los que más aman. Sin la Caridad no hay Fusión. La Caridad sabe amar y perdonar a los enemigos.
La última oración del mártir, debe ser siempre por los verdugos, para que alcancen la salvación.
La última de los santos, por sus opresores, para que lleguen a la Caridad.
LA GENEROSIDAD.
El que cierra su oído al clamor del pobre, él también gritará y no será escuchado. La dureza de corazón en el desprendimiento y la generosidad, cierran las puertas de los Cielos para la Oración.
Dios no tolera la avaricia, tanto material como espiritual. Los avaros son soberbios y envidiosos. La dureza de corazón es refractaria al amor divino y a la Bondad. La vida del que la lleva consigo es muy triste y desgraciada, porque carece del pronto placer de hacer el bien.
Son corazones fríos e infelices que se mantienen alejados de la Caridad, llevando una existencia vana y culpable. Son corazones metalizados que lo único que desean es atesorar. Insaciables y desenfrenados no corresponden a las inspiraciones divinas y mueren ciegos y sordos a su pecado.
La santidad no está en las visiones, éxtasis y revelaciones. La santidad consiste en la pureza y el sacrificio generoso y constante de una voluntad abandonada totalmente en la Voluntad de Dios.
Hay que conformarse siempre con lo que el Espíritu Santo quiere dar y así NO nos equivocamos. Considerándonos siempre indignos de sus dones.
LA PUREZA.
La Pureza es el reflejo de Dios. Y donde está la Pureza está la santidad. Es solo en las almas puras en donde se encuentra la Luz del Espíritu Santo. La inocencia consiste en la limpieza total del alma. Los limpios de corazón sienten el contacto divino y son los que escuchan la Voz de Dios.
Lo entienden, lo aman, lo consuelan y se gozan con sus ternuras y sus sonrisas.
El vicio que más aleja de Dios, es la impureza; porque a través de la impureza entra la Incredulidad, que ofusca los corazones, quita la esperanza y destruye la Caridad.
Ninguna alma que no es pura puede conocer a Dios y mucho menos amarlo, porque el Espíritu Santo, abomina la impureza.
La Lujuria es el vicio con cual Satanás está llenando los Infiernos.
Y por eso promueve la sensualidad que hace su nido en los corazones soberbios, para que no puedan acoger a Dios. El cuerpo es el Templo vivo del Espíritu Santo y tiene que tener una pureza total, el que quiera acogerlo y poseerlo.
EL PERDON.
Los que perdonan son la réplica más acabada de Dios, porque Él perdona y sigue perdonando. Cuando el hombre aprende a amar y a perdonar, comienza a hacerse espiritual.
Todo se le perdonará a quién haya perdonado todo.
El que perdona atrae el Corazón de Dios y no hay hombre que no necesite ser perdonado por Él. Dios es un Dios de Amor y no puede vivir en un corazón que odia.
Jesús bajó a la Tierra a enseñar al hombre a amar y a perdonar. El corazón que se crucifica, no guarda rencor y sabe amar de verdad. El Odio es Pecado y el pecado cierra las puertas del Cielo a la Oración y hace que no suba.
Y Dios no puede escuchar a un corazón que no perdona. Porque nadie puede ser perdonado si no se arrepiente y no perdona. El Perdón es la venganza de Dios y también es la venganza de los que aprenden a amar como Él enseñó.
LA SINCERIDAD.
Este es otro requisito indispensable en la verdadera Oración. Los hipócritas ostentan apariencias de piedad y en el interior de sus familias son culpables ante Dios y ante el prójimo.
Buscan la estima y los honores mundanos. Quieren decir a los demás: ‘Pueden confiar en mí. Vean que soy un santo. Lo comprueba mi forma de orar’ Semejante actitud es una blasfemia. Los soberbios, los falsos y los mentirosos, oran así.
La verdadera oración brota del corazón a los labios y surge en el trabajo, en los negocios, en el descanso, en la fatiga, en el dolor y en la alegría, porque sale con todo el ser, al impulso del corazón que ama a Dios y se revela en todas sus acciones.
El alma recuerda que es la creatura y con amor reverencial se pone en la Presencia de su Creador que se le revela en todo y en todas las circunstancias. La ternura amorosa del Padre se encuentra a cada paso del día. Y se acaban las coincidencias.
EL ABANDONO.
La Oración sostiene al alma en la prueba y la provee de una fuerza nueva en la inteligencia y en el corazón. Es la fuerza que no viene de un estudio humano, sino de un completo abandono en Dios.
Los que dan más, son los que más se olvidan de sí mismos. Es cosa muy penosa y difícil, pero indispensable si se quiere avanzar por este camino.
Pablo lo practicó y nos lo enseñó con su ejemplo: “Ahora voy a Jerusalén atado por el Espíritu, sin saber lo que me sucederá allá. Solamente que en cada ciudad el Espíritu Santo me da a conocer que me esperan prisiones y tribulaciones… pero de ninguna manera me preocupo por mi vida, con tal de terminar mi misión y cumplir el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de anunciar el Evangelio de la Gracia de Dios” Ciertamente el abandono de Pablo, brilla esplendorosamente en este abandono en Dios.
Porque olvidarse de sí mismo es olvidar no solo el pasado, sino la personalidad limitada. Olvidarnos totalmente quienes somos en nuestra existencia terrenal. Como si ya hubiésemos sido muertos y enterrados en una tumba. Totalmente desaparecidos para el mundo. Y pensar solamente en lo que Dios quiere de nosotros, viviendo para hacer exclusivamente su Voluntad.
Cuando el hombre muere su espíritu deja todo lo terrenal y queda solo frente a Dios, con su alma muerta o viva, según su voluntad lo determinó en la prueba terrenal.
Al quedar frente al Misterio que es Dios, el Mundo a su vez muere para él y debe vivir su vida eterna de acuerdo a su propia autosentencia. Cuando en la existencia terrena encontramos a Dios y no desdeñamos su llamado sucede lo mismo.
La vida deja de pertenecernos y en una prueba muy dolorosa, aprendemos a vivir exclusivamente para Dios. Uniéndonos de tal manera con Él, que se experimenta en la Tierra el Paraíso y ya no hay nada que temer. NADA.
La luz de Dios resplandece cuando el alma se sumerge en el mar de la Oración y la Caridad.
LA CONFIANZA.
Dios Padre conoce las necesidades del hombre, pero a Él le agrada la confianza del alma que se le acerca como un niño a contarle sus confidencias, para enriquecer una relación de amor, que es el verdadero objetivo de la Oración y que al exponerle sus necesidades, le pide ayuda.
Confiar lo más íntimo y que causa rubor y vergüenza. Confiarle ‘Todo’ Al que lo es TODO, es increíblemente productivo.
Porque Dios no se escandaliza ni murmura, ni mucho menos falta a la caridad. Él sabe comprender y aconsejar.
ÉL NOS AMA MUCHÍSIMO. Y su Amor está presente en todas nuestras súplicas y elimina los obstáculos para nuestra santificación.
Perdonar para ser perdonados. El perdón de Dios trae la Paz. Estar vigilantes teniendo cuidado y Oración, para ser fuertes y tener la ayuda de Dios, aunada a una voluntad firme de no pecar.
Después de una grande confianza en la Justicia del Padre y en su Amor. Porque todo cambia en nuestro interior, después de sumergirnos en la Oración.
El Gozo inefable de hablar con Dios, hace que el dolor sea soportable y el corazón se alimenta con la fuerza de un león para enfrentarse al Mundo y a todo, después de habernos unido completamente al Padre en la soledad y en la Oración.
LA ORACIÓN LO ES TODO. Es un diálogo franco, animado, lleno de confianza, recogido, sereno, claro, íntimo.
La Oración confiada puede cambiar el castigo en bendición.
La plegaria dirigida la Padre para que en su misericordia ayude, toca el Corazón de Dios y agiliza su intervención.
La súplica ardiente hace que Satanás no pueda objetar nada a la intervención Divina. Y esperar contra toda esperanza. ORANDO SIEMPRE CONFIADAMENTE.
Cuando se tiene una Fe Perfecta y una Confianza Perfecta, nacida de la oración y de la Bondad del Señor, se podrán obtener los más portentosos milagros.
PORQUE LA FE, LA ORACIÓN Y LA CONFIANZA, SON LA LLAVE DE LOS MILAGROS.
EL AMOR.
Hay que recordar que una verdadera palpitación de amor, que salga como nube de incienso de las llamas de nuestro corazón enamorado de Dios, tiene para Él un valor infinitamente más grande, que miles de ceremonias hechas con corazón tibio o frío.
Hay que atraer su Misericordia con nuestro amor. Ella es grande y activa con quién lo ama. El Cordero se ha Inmolado por nosotros y nos cubre como una ola que pasa y lava nuestras almas, dejándolas sin mancha.
Y SU AMOR CONTESTA NUESTRAS ORACIONES INMEDIATAMENTE.
LA ENTREGA.
DIOS LLAMA Y PASA. Puede que mañana NO esté el corazón dispuesto y TAMPOCO encontremos la invitación de Dios.
Dios es tan exigente, como es infinitamente generoso en premiar. El que quiere ser discípulo es necesario que abrace la Cruz y lo siga.
La vida del cristiano no es una vida tapizada de pétalos. Es absoluta en sus exigencias.
Es como las rosas: son preciosas, fragantes, perfumadas, pero duran poco y lo que queda son solo espinas.
A través de la Oración, los consuelos de Dios son maravillosos y nos fortalecen siempre, hasta llegar al final del camino. Pero la Cruz es dolor y espinas. Y NO HAY OTRO CAMINO.
Muchas raíces están trabadas en el ser humano. Hay que separarlas o cortarlas. Solo con la libertad espiritual se viene al servicio de Dios. NADA DEBE IMPEDIR LA ENTREGA.
Cuando el alma se entrega a Dios con todas las poderosas energías de su ser y doblega su temperamento, dirigiéndolas hacia la perfección. El apasionado y poderoso absolutismo, se arrojan sin titubeos por este camino.
Se aprovecha la experiencia en el mal, para ser poderosos en el Bien y se emplean los mismos sistemas que se empleaban para entregarse toda al pecado… Ahora se entrega toda a Dios.
Es entonces cuando se pone en práctica el Mandamiento más importante: Amar a Dios sobre todas las cosas, con todas las potencias del ser y al prójimo como a nosotros mismos.
Nadie que haya puesto la mano en el arado para arar los campos de los corazones y esparcir la semilla de la Doctrina de Dios, puede volverse atrás para mirar lo que ha dejado y lo ha perdido.
Lo que podría haber tenido si hubiera seguido por otro camino menos extraordinario que el de ser elegidos. Quién obra así no está adaptado al Reino de Dios. Hay que valorarnos, decidirnos y luego entregarnos.
Entregarnos sin reservas, sin miedos, sin reticencias. EN LA ENTREGA TOTAL PARA UN AMOR TOTAL.
LA PREPARACIÓN.
El alma debe ser pobre con la Pobreza de espíritu. Desnuda, pobre y vacía. Que viva solo de Él, por Él y para Él.
Hambrienta: Solo Él calma la sed de Justicia del alma hambrienta de lo sobrenatural con la posesión y la comunicación de la misma Divinidad.
Sedienta: El Hambre de Dios solo puede ser calmada bebiendo de la Fuente del Agua Viva de Jesús. El Espíritu Santo es el Único Consolador.
El Dolor es el compañero indispensable de la Oración.
En él se encuentra su completo desarrollo y se fortalece ejercitando el sacrificio, la mortificación y la Penitencia. La Oración es la Fuente de la Gracia, ella llega hasta el Corazón de Dios y escala alturas inconcebibles al entendimiento humano.
En todos los tiempos y las ocasiones se puede orar. El alma puede hacerlo saltando todos los obstáculos y NO conoce las limitaciones.
Aún en medio de la más ruidosa reunión y sin que los demás lo adviertan, al realizar todas las tareas cotidianas, continúa con sus coloquios con el Dios que habita en su interior.
La Oración es la voz armoniosa del alma pura que atraviesa los Cielos y llega hasta el Trono de Dios. En ella va la amorosa flecha que traspasa el Corazón del Amado. Esta Oración nunca regresa vacía, sino llena de gracias y favores.
El secreto del alma que no quiere perder a su amor, es permanecer siempre fija con todas sus potencias en Dios, a través de la Oración.
LA FE.
Es la luz oscura que arrastra al hombre hacia su Dios, por medio de la humildad. Es indispensable para la salvación y es la prueba que Dios exige al entendimiento humano y la orgullosa inteligencia del hombre.
La Fe es luz para los humildes y tinieblas para los soberbios. La Fe desata las manos del Omnipotente y aplaca la Justicia Divina.
La Fe arranca gracias al Eterno. Es un lazo de luz que une la Tierra con el Cielo y un lazo de unión que pone en comunicación al alma con Dios.
LA Fe es el fundamento de la perfección.
LA INFANCIA ESPIRITUAL.
Jesús dijo: Yo os lo aseguro, el que no recibe el Reino de Dios como niño, no entrará en él.
El niño es humilde, confiado, acepta ‘que no sabe’ con simplicidad. Los niños son amables, curiosos y reciben con admiración y llaneza, todas las enseñanzas.
Observarlos como aman y creen en Dios, por la inocencia que los caracteriza, es una lección de sabiduría.
Hacen lo que se les enseña y no se ensoberbecen por lo que hacen. Aprenden y practican lo que aprenden.
Los niños, cuando cometen una pequeña falta ¡Con cuanta humildad la confiesan! No buscan excusas.
Saben que Dios lo sabe. Creen. Les apena haber causado un dolor a Dios. Arrepentidos, piden perdón de su falta y ofrecen sinceramente, no volver a faltar. Aman con sencillez y siempre son sinceros.
Todas las cualidades de los niños son indispensables para la Oración auténtica, porque la característica principal del alma orante, debe ser siempre la docilidad interior y la Obediencia total.
Dios No desperdicia sus Palabras, en donde no hay intención de obedecerlas.
Cuando el alma sabe alcanzar la amorosa ciencia de saber permanecer fija en Dios, unida a Dios con todas sus potencias; todos los actos que produce son actos de amor y raptada por el amor, alcanza la santidad, casi sin darse cuenta.
Y aunque esté durmiendo sigue amando, porque la carne se adormece y se despierta con el nombre santo en los labios y con el pensamiento puesto en Él, ¡Maravilloso connubio del alma con Dios!
Ni el más apasionado amor humano da la embriaguez que se experimenta, cuando el alma está verdaderamente enamorada de Dios.
El que ha probado los dos amores sabe que no existe paralelo. Es como comparar el licor más barato, con el más exquisito de los vinos. El deleite es diferente, aunque la embriaguez sea parecida. Y cuando se conoce lo excelente, no es posible conformarse con menos.
Para conocer este éxtasis, no debe haber nada que se interponga entre el alma y Dios para formar con Él una unidad perfecta.
Para llegar a tener el corazón vacío de humanos intereses, hay que pasar por un crisol amarguísimo, pero la recompensa vale por todos los sacrificios y todas las renuncias. Lo que vale la pena siempre tiene un precio alto. Y Dios lo vale TODO.
Y cuando el alma se enamora de Él, es verdaderamente imposible vivir sin Él.
Cuando Él se convierte en la razón de vivir, la vida se convierte en una apasionada y maravillosa aventura, en la que el alma se la pasa entre el Cielo y el Infierno.
Satanás es el villano que trata de ponerle fin a la más increíble historia de Amor.
Los que NO saben defenderlo… LO PIERDEN.
EL PROBLEMA DE LAS ORACIONES NO CONTESTADAS.
Es necesario acercarse a Dios con los labios y el alma encendidos de verdadera caridad. Entonces los obstáculos que Satanás interpone para impedir el auxilio divino, son anulados, porque Dios es el Vencedor Eterno.
Por eso es necesario reunir los requisitos para que la Oración pueda ser efectiva. Esta es una verdad dolorosa y aterradora. El hombre mismo es el que da las armas al Maligno, para impedir la intervención de Dios.
La Oración Poderosa necesita de la Justicia. Las plegarias no son atendidas principalmente por dos motivos: la injusticia y el amor.
LA INJUSTICIA.
Dios no escucha nuestra oración si tenemos afectos desordenados que están desplazando a Dios del primer lugar en nuestro corazón. Tampoco si somos injustos y duros de corazón con los pobres, con los servidores y los familiares.
EL AMOR.
Dios nos ama con un Amor Infinito y Eterno. Siempre, cuando nosotros iniciamos nuestra oración, la Gracia del Señor desciende sobre nosotros.
El Eterno nos atiende al instante cuando con un corazón humilde, amoroso, confiado, con sacrificio y constancia, le imploramos piedad, pan, consuelo, ciencia, dirección, ayuda, protección y fortaleza. Todo esto y más, da Dios con su Infinito Amor, cuando nos volvemos a Él.
Y si no siempre somos atendidos porque Él se niega a acceder a nuestra petición, no debemos pensar que nuestra Oración vaya a quedar sin respuesta.
A cambio de algo negado por una inteligencia que todo lo conoce, recibimos otros dones de los que no nos damos cuenta inmediatamente, ni los agradecemos.
Más tarde o más temprano debemos mostrar nuestro agradecimiento y reconocimiento a esta Bondad infinitamente Inteligente, que cuida de nosotros.
Porque Él, que todo lo sabe; NO CONCEDE aquello que nos proporcionaría la felicidad de un instante y dolor para el resto de nuestra vida terrena y que puede ser causa de pena en la otra vida, por el mal uso que se puede dar a la dádiva divina.
El Amor de Dios siempre nos protege, hasta de nosotros mismos.
LA ORACIÓN HECHA CON FE VERDADERA Y AMOR VERDADERO, SIEMPRE OBTIENE.
CUANDO UNA ORACIÓN QUEDA SIN RESPUESTA, hay que revisar que no esté viciada en la petición o en la Fe. A veces Dios explica por qué no la concede. Sí es en la Fe, ni siquiera ha llegado al Cielo.
Dios quiere que todos sus hijos sean tan suyos que todas sus santas demandas está dispuesto a atenderlas continuamente.
No siempre concederá las cosas solicitadas, pero sustituirá el don negado por otros cien consuelos más grandes todavía, porque Él arde con el deseo de hacernos felices, de poder estrecharnos contra su Corazón y enjugarnos el llanto. Él es el Único que da bien, paz y amor verdadero y eterno.
Si somos cristianos inmaduros, constantemente pediremos cosas que NO nos convienen.
Conforme vayamos creciendo espiritualmente, también aprenderemos a Orar.
Afortunadamente para nosotros, Jesús es un Maestro con mucha paciencia y le encanta enseñarnos cuando hay buena voluntad.
Invocar la protección de María Santísima y la Sangre de Jesús antes de ponernos a orar, elimina TODAS las interferencias con las que Satanás trata de obstaculizar nuestra oración y las respuestas de Dios, cuyo amor quisiera entretenerse en amorosos coloquios, con todos sus hijos.
SOLO EL PECADO APARTA DE DIOS Y HACE NULAS LAS ORACIONES.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
47.- LA FE VERDADERA Y SOBRENATURAL II
Dios reconoce a sus siervos en aquellos que creen en Él y obedecen su Voluntad.
Los herederos le fueron prometidos a Abraham por su Fe.
Y la herencia nos será dada por nuestra Fe.
Tener la Ley y NO cumplirla porque NO se tiene Fe, ocasiona la pérdida del Reino Celestial.
¿Y cómo cumplir la Ley, si no se cree en las verdades reveladas por Dios?
Cuando Premio y Castigo. Eternidad, Infierno, Paraíso, Resurrección de la Carne y Juicio Divino, son despreciados como cuentos.
Cuándo la duda sobre la existencia de Dios hace olvidar la Ley ¿De qué ayuda sirve conocer el Códice de la Vida?
¿Cuál escudo contra los fomes y las tentaciones queda, si no teniendo la Fe, ya nadie se cuida por vivir la Doctrina?
La Fe de Abraham, fue la Fe Perfecta.
El que tiene Fe no puede perecer. El que tiene Fe, tiene en sí el medio que le impide ofender irreparablemente al Padre.
El que tiene Fe, cree en Jesús como Dios y le cree a Jesús, OBEDECIENDO su Palabra.
El que tiene Fe cree en el Amor que ama y cree que tiene a Dios en sí.
El que tiene a Dios, está vivo espiritualmente y NO puede conocer la Muerte Eterna.
El que tiene Fe, conquista el Reino de Dios para su interior en la jornada terrena.
Y Dios es su Rey, su amigo, su Maestro, su Tesoro, Luz, Camino, Verdad, Vida.
Y en la otra Vida, eterna y beatífica posesión.
Quien cree, invoca al señor y se salva.
Aprende a amar y a vivir en Dios, sirviéndole a la manera de que Él desea ser servido.
Y Él premia y espera a los que de modos diversos y con variedad de misiones, habiendo recibido de Él, los dones necesarios para realizarlas, las llevan a cabo con amor y con alegría.
¿CÓMO SE VIVE LA FE?
Las almas que están alejadas de Dios, están heridas, lloran, sufren y arrastran fardos muy pesados; porque la tiranía de Satanás es muy feroz y muy cruel.
Y la Fe es como un bálsamo que medica a los intoxicados por el dolor.
Como pan que cae en un barril de miel que lo penetra de su dulzura, es el alma que cree firmemente en Él, aunque esté rodeada por el sufrimiento que entraña la lucha que debe sostener en su vida terrena.
NO BASTA CON CREER EN LA EXISTENCIA DE DIOS. “Los demonios también creen y sin embargo tiemblan.”
Hay que Amar y Obedecer su Doctrina.
FE Y ESPERANZA.
El hombre fue creado para amar y adorar a Dios.
El cuerpo humano, es un magnífico Templo Vivo que contiene un altar.
Sobre el altar debe estar Dios. Pero Dios NO está donde hay corrupción.
Por esto el cuerpo del impuro tiene el altar consagrado pero sin Dios, porque en el corazón hay un ídolo: el Placer.
A TRAVÉS DE LA IMPUREZA ENTRA LA INCREDULIDAD.
El que vive entregado a los placeres ha destruido la Fe y por eso es imposible para él, aceptar las verdades reveladas en el Evangelio.
Con la lujuria del cuerpo, se destruye la Fe que Dios ha donado al alma al crearla.
Y por eso el impuro solo cree en lo que puede aceptar y desmenuzar. El Placer, es su dios. El materialismo, su vida. La muerte, su terror.
La lujuria fortalece la incredulidad. Ofusca la Fe, quita la Esperanza y destruye la Caridad.
El impuro NO conoce el amor verdadero y NO sabe amar.
La lujuria nace del corazón y esclaviza al cuerpo. EL ALMA QUE NO ES PURA NO PUEDE CREER. No puede conocer a Dios y mucho menos amarlo.
Porque para conocer a Dios verdaderamente, es preciso santificar el cuerpo que lo recibe.
Para purificar el altar que es el corazón, es preciso subir los escalones de las virtudes y hacer el sacrificio de la carnalidad.
Y desangrar las venas de la lujuria, hasta colocar la Ofrenda: el alma.
Que víctima por el amor, se ofrece a Dios como un sacrificio vivo y santo.
Y que amando a Dios sobre todas las cosas, es capaz de decir: ‘crucifícame Señor, porque te amo y quiero agradecerte que dieras tu vida por mí, ofreciéndote la mía.’
La Fe siempre está unida a la Esperanza.
La Rebeldía contra Dios: el Pecado, mata la Esperanza.
Y los que la pierden se burlan de las verdades eternas.
No tienen Fe y menos Caridad. Es una gran desgracia no creer y no seguir a Dios.
Se pierde la brújula de la vida y el hombre se vuelve ciego, con una ceguera peor que la física y se hacen presas fáciles de la desesperación.
La virtud de la Esperanza consiste en suspirar constantemente por la posesión del Amado.
Trabajando por la Gloria de Dios y tratando de alcanzarlo siguiendo el Camino de la Cruz.
La esperanza ha sido puesta como puente que une la Fe y la Caridad, porque SIN ESPERANZA NO PUEDE EXISTIR LA FE Y SIN ESPERANZA MUERE LA CARIDAD.
Fe presupone Esperanza segura. ¿Cómo puede creer de llegar a Dios, si no se espera en su Bondad?
¿Cómo sostenerse en la vida, si no se espera en la eternidad?
¿Cómo poder persistir en la Justicia, si no nos anima la esperanza de que a cada acción buena nuestra la vea Dios y que por ella nos premie?
El hombre tiene necesidad de esperar para poder amar.
Los desesperados dejan de amar.
El hombre espera para poder creer y cree para amar.
La Esperanza hace dulce la vejez y le quita el terror a la muerte.
La esperanza de ver a Dios hace soportable la vida.
El Mundo NO CREE en Dios y por eso NO tiene Esperanza.
Está sumergido en la ‘Auto idolatría’.
El Mundo NO cree que Dios sea Padre Omnipotente y Amoroso.
El Mundo NO sabe tener humildad para volverse hacia Él, en busca de ayuda; mientras padece atormentado en manos de su Feroz Enemigo.
Si el Mundo supiese lo doloroso que es para Dios, no poder ayudarlos y hacerlos siempre felices, porque la falta de Fe abre un abismo entre Dios y el hombre.
EL PECADO ES UNA BARRERA INFRANQUEABLE PARA QUE LAS ORACIONES PUEDAN SER ESCUCHADAS Y RESPONDIDAS.
Han matado el amor. Donde impera el Egoísmo, NO hay amor.
LA FE Y EL ABANDONO.
Lo único necesario para entender todo, es Dios.
Todo lo que Él quiera darnos es un don al que no tenemos derecho.
La experiencia más maravillosa para un alma, es llegar a ser un confidente de Dios y para llegar a vivirlo, es necesario el Abandono Total y con una Fe Absoluta.
Es la intimidad de los hijos con su Padre. Total y ciegamente abandonados al Padre que obra como Él quiera.
Y los hijos que se dejan conducir, sin intentar saber siquiera hacia donde su Padre los conduce, porque se está plenamente seguro en su Infinita Bondad y en que Él solamente quiere nuestro bien.
El que vigila en aumentar la Fe se convierte en un vencedor y aprende a amar a Dios.
Las pruebas de la vida hacen brillar el oro de nuestra FE.
El alma sabe que Dios le ama y conoce su Poder.
Dios conoce perfectamente al alma que creó y nunca permite pruebas que NO puedan soportar.
Cuanto más se ama, más se obtiene.
Amar es saber esperar y creer, sobre toda medida y sobre toda realidad por más contraria e imposible que parezca, respecto a la promesa recibida.
Los motivos de Dios, parecen a veces crueles y dolorosos…
Pero Daniel nunca hubiese dejado testimonio del Poder de Dios, si Dios no hubiese permitido que fuese arrojado al foso de los leones.
La Fe Perfecta es la que cree contra toda esperanza y la Fe se encuentra más fácilmente en el Dolor, que en la alegría.
Es fácil creer y ser buenos, cuando la vida tiene una fluida placidez. Pero hay que saber perseverar en las Pruebas.
El alma que ama, siempre acepta la Voluntad de Dios en su vida.
Su Fe aumenta aunque las circunstancias parezcan decirle que Dios la ha abandonado y ella sigue amando a pesar de todo.
En el abandono de Dios, el alma enloquece de desesperación, para salvar a otros de sus desesperaciones.
Y es en esos momentos cuando la Fe verdaderamente es el único soporte para resistir. Hay que prenderse del Cielo, por más que parezca lejano.
Con las tres divinas virtudes, todo es más fácil, aún en las desventuras.
Porque el yugo de Dios es un yugo ligero que oprime solo la carne, pero deja libre el espíritu.
Cuando el alma aprende a conocer al Adversario y al mismo tiempo avanza en el conocimiento de Dios, todas las cosas se vuelven muy claras.
Y muy clara es también la pavorosa guerra espiritual en la que estamos envueltos todos.
A Jesús también lo tacharon de loco. Herodes lo vistió como un loco y lo paseó por las calles de Jerusalén, con el vestido blanco que era el símbolo de la locura.
Pero la perfidia de Satanás no se detiene en que los demás nos señalen como desquiciados perdidos.
El tormento más doloroso es cuando se lanza con toda su artillería, para hacernos dudar de nosotros mismos…
Y el alma recibe un tremendo y encarnizado bombardeo de dudas que NO dan tregua.
Y como todos los demás ardides le han fallado, porque el alma resiste todos sus ataques desde el exterior.
Y como NO puede atraparnos de otra manera, empieza a insinuar que están equivocadas en la misión en que están trabajando y que NO es más que un ‘yo’ desquiciado, el que pretende creerse un predilecto de Dios: ‘¿Cómo crees que Dios habría podido fijarse en ti?…’ Por favor. Eres estúpido ¿O qué?…
Y se lanza a fondo con lo que considera nuestras debilidades, tratando de desalentar para seguir adelante.
¡Este es el momento de invocar a la Madre Santísima!
María siempre acude en nuestra defensa y Satanás huye de su Presencia, porque no la soporta…
La Vencedora es nuestra Madre y su protección es invaluable en los momentos del combate.
La alegría y la paz que comunica Jesús a nuestra alma, hacen que se disipe la tormenta y la Fe aumenta después de la tremenda sacudida.
No hay que olvidar que la DUDA es el primer paso para la desesperación.
Y la Fe verdadera es la única salvación y la defensa para los dardos encendidos de Satanás que busca abatir con la Duda.
El que cree con todo, contempla la gloria de Dios.
Hay que pedir que nuestra fe humana, sea fortalecida con LA FE SOBRENATURAL.
LA FE Y EL PODER.
El milagro es la prueba de la Presencia de Dios.
La santidad y los prodigios por el amor de Dios, se unen para convencer a los hombres, de las verdades sobrenaturales contenidas en el Evangelio.
En verdad os digo: “EL QUE CREA EN MÍ, HARÁ LAS MISMAS OBRAS QUE YO HAGO. Y HARÁ MAYORES AÚN, PORQUE YO VOY AL PADRE.”
Dios, para apoyar las enseñanzas del Evangelio, realiza los prodigios y los milagros.
Dios concede este don del Espíritu Santo a quién Él quiere y solo la Justicia lo conserva con una vida santa.
Los milagros acompañan la predicación de la Palabra y su única finalidad es conquistar el alma para Dios.
Porque el milagro nació de la Bondad de Dios, que quiere sanar al hombre de manera integral.
El milagro es siempre prueba de la presencia de Dios y NO puede realizarse donde hay Pecado y NO HAY voluntad de arrepentimiento.
Los milagros son señales para los incrédulos y NO para que los santos se procuren comodidades.
De Dios viene el poder que hace los milagros y convierte al evangelizador en portador de la Bondad de Dios entre los hombres.
Las almas se acercan buscando la salud del cuerpo.
La Palabra que evangeliza, concede la salud completa.
La salud del cuerpo debe ser la preparación, para la búsqueda de la salud del espíritu.
La verdadera Fe NO pide milagros para creer. LA FE VERDADERA CREE, PARA OBTENER MILAGROS.
Dios Está con quién lo ama. Jesús no fue exterminado porque se sujetó a la muerte.
Él es todavía más poderoso y para siempre, desde que Resucitó.
Nuestra santidad amará su Doctrina y debemos ser celosos de nuestra perfección y NO del don que Él nos ha trasmitido
Dios NO obra milagros donde hay incredulidad y odio.
El exceso de carnalidad impide los milagros. El que no tiene la Fe que espera contra toda esperanza, no obtiene milagros.
Porque es la falta de Fe activa, lo que anula los milagros.
Todo es posible para Dios. Él lo único que exige al hombre para actuar, es Fe. El hombre obstruye el Poder de Dios, con su desconfianza.
El Espíritu Santo da una Fe intrépida, capaz de realizar las señales necesarias que convierten en testigos a los verdaderos cristianos y los Milagros suceden dentro de las Pruebas más Dolorosas.
Jesús era amigo de Lázaro.
En lugar de sanarlo, PERMITIÓ que muriera y así el Evangelio nos regala el más Portentoso de los milagros de Jesús.
Las hermanas de Lázaro, esperaron contra toda esperanza y vieron a su hermano resucitado después de cuatro días en el sepulcro. Ante semejante milagro, los humildes se arrodillaron y adoraron a Dios en Jesús.
Los Soberbios aumentaron su Odio y decidieron su Muerte.
No quisieron arrodillarse y por eso lo Crucificaron.
El milagro de la resurrección de Lázaro debió convencer al Mundo, de que Jesús es Dios. Y en lugar de Adorarlo, lo Mataron.
El milagro de la Resurrección de Jesús y el de la Eucaristía, debieron convencer al mundo de las verdades contenidas en el Evangelio: el Mundo sigue obstinado en NO aceptarlo.
Hijitos Míos, ya anteriormente os he hablado sobre la Fé y ahora os quiero hacer comprender unos detalles muy importantes sobre ella para que podáis entender más sobre Mí, vuestro Dios-Salvador.
La Fé es una virtud como todas las demás, perdidas por el Pecado Original y recuperadas al momento de vuestro Bautismo.
La Fé es un Don gratuito que concedo a todos aquellos que quieren ser hijos Míos. Un alma sin Fé es alma sin futuro, un alma que deambula en la Obscuridad.
La Fé, como toda virtud debe ser alimentada, ejercitada, para que crezca fuerte e inmutable. Si no lo procuráis, entonces se debilita y entráis a caminos que os llevan al error.
A través de la Fé podés conocerMe y conocer los designios de Nuestro Padre Dios.
A través de la Fé os podéis explicar todo lo que vuestro Dios ha creado y el porqué de vuestra estancia sobre la Tierra.
A través de la Fé crecéis a niveles inimaginables porque es vuestro mismo Dios el que al dejarlo vivir por la Fé, vive plenamente en vuestro corazón.
Todos aquellos que no han permitido que la Fé crezca y florezca en su corazón, se explican todo a través de la razón.
A diferencia de la Fé, en la cual el Espíritu Santo actúa fuertemente en las almas, en la razón es el conocimiento humano el que actúa. Si vuestro Dios actúa a través de la Fé, el conocimiento es preciso, es verdadero, es Divino. Pero si es la razón la que actúa, el conocimiento, por ser humano; es limitado, es imperfecto y puede ser falso.
Algunos de vosotros que estudiáis Mi Vida y Mis Enseñanzas y luego las enseñáis a vuestros hermanos, grandes o pequeños. SI no estáis actuando en la Fé, que sólo de Mi Santo Espíritu puede provenir, entonces estaréis actuando a través de vuestras LIMITADAS capacidades. Así actuaron los pensadores y filósofos de la antigüedad: la razón, la “justa razón” los guiaba.
Si la razón está basada en la Bondad, el resultado es bueno, pero NO perfecto. Ya que de todas formas se está basando en la razón humana, la cual es imperfecta.
A través de los siglos también han surgido pensadores, que usando sólo la razón, han querido explicar Mi Presencia Divina y Humana en la Tierra… Y como se han basado en sus propias conjeturas, en su propia razón, el resultado es desastroso en muchos casos.
Entended bien esto Mis pequeños: si el hombre por el Pecado Original quedó afectado en su cuerpo y en su alma, ¿Cómo quiere explicar, en su limitado estado, Mí Omnipotencia, Mí Divinidad, Mis Secretos, Mí Ser Ilimitado?
La inteligencia del hombre radica en el alma y si ésta está afectada, entonces está limitada, NO PUEDE dar su máximo. Lo mismo sucede para cuerpo: una persona enferma aún por una simple gripe, no se siente bien. NO QUIERE HACER CASI NADA, está débil. Tampoco podrá dar su máximo.
Entonces, ¿Cómo es posible que pensadores, filósofos o pseudo-teólogos; pretendan DAR A CONOCER COMO ARTÍCULO DE FE, lo que su razón enferma por el Pecado, NO ALCANZA A COMPRENDER de Mí Omnipotencia Infinita?
Cuando la Fé actúa, es Mí Santo Espíritu el que actúa en un alma. Cuando la razón actúa, es la soberbia del individuo la que actúa. Si la Fé está respaldada por Mí Santo Espíritu, la Soberbia Razón ¿Por QUIÉN estará respaldada?…
La Soberbia es la Raíz de todo Mal y de todo Error, porque su “fuente del saber” es Satanás. A través de la soberbia y de la razón afectada por ella, es como se difunde el Error por la Tierra entera.
La Razón afectada por la Soberbia es la que NO os permite aceptar que lo que Yo os enseñé y lo que viví, sea tomado como divino y se Me trate de humanizar, eliminando Mí Divinidad de Mí Vida terrena.
Yo os dí muchas muestras de Mí Divinidad, las cuales están redactadas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
Los antiguos profetas, inspirados por Mí Santo Espíritu, Me anunciaron con mucho tiempo de anticipación, Mí llegada a la Tierra.
Ahí se os narra ya desde antiguo, perfectamente de Mí Divinidad junto con Mí Humanidad.
Desde el primer momento de Mí Concepción en María Santísima, episodios divinos van acompañando toda Mi Vida y aún Mí Muerte, cancelada con Mí Resurrección, sigue dando muestras de Mí Divinidad unida a Mí Humanidad.
Estas son Mis Verdades. Éstas son verdades de Fé y ninguna creatura humana tiene derecho de pisotear o alterar lo que pertenece a su Dios.
¡Oh humanidad! ¿Cómo es posible que estéis tan ciegos y le hagáis caso al tartamudo?
Os decís Teólogos, os decís Maestros al enseñar Mí Doctrina…
Y ¿Actuáis con soberbia y limitada capacidad contra las verdades de vuestro Dios?
La Soberbia abre las puertas de vuestra alma al Mal, al Error, a la Mentira y después de hacer vuestras propias deducciones sobre la Vida y Enseñanzas de vuestro Salvador…
Editáis o enseñáis vuestros errores y obligáis a aprenderlos como si fueran artículos de Fé. Vuestra soberbia os hace buscar la grandeza de vuestro nombre sobre la Tierra… Pero tened cuidado, porque éste ya puede estar escrito en lo más Profundo del AVERNO.
Ir en contra de vuestro Dios y de Sus Enseñanzas, afectando la Fé de Mis Hijos, es algo muy grave.
Yo os dije: “Los secretos de Mí Padre se les dará a los más pequeños y así los sabios y entendidos quedarán confundidos” Y también os dije: “Aquél que se haga como uno de éstos niños, entrará fácilmente al Reino de los Cielos”.
La soberbia os hace creer que sóis grandes y que la humanidad necesita de vosotros… Y que SIN vosotros ella se puede perder. Os sentís necesarios. Pero Yo os digo que vuestro Error, vuestra Mentira, vuestra Traición, ya pronto ha de terminar.
Porque las almas que afectásteis, están pidiendo justicia sobre vuestra cabeza. Mucho Mal habéis difundido y lo seguís difundiendo con vuestras “enseñanzas” erróneas. Pero Mí Justicia NO dejará impune éste Mal que Me hacéis…
Estáis echando a la Basura todas Mis Enseñanzas y Negando Mí Divinidad entre vosotros.
¡NECIOS! ¡TONTOS! ¡TRAIDORES!
Vuestro castigo será muy grande y ya OS ESTÁ ESPERANDO.
Mis pequeños, le hablo al Resto de Mí Rebaño, NO os salgáis de Mis Enseñanzas.
Seguíd lo que Yo os enseñé y que se encuentra en las Escrituras. Tapad vuestros oídos a los Errores seductores del Mal. EL Maligno quiere destruir todo lo que de Mí provenga y sólo os podréis proteger de él y de sus mentiras, con la vida en la virtud.
Vida en la Gracia, vida en Mis Sacramentos. Leyendo y viviendo Mis Enseñanzas redactadas en la Sagrada Biblia y Orando mucho por vuestros hermanos caídos en el Error.
Orad mucho también, porque se mantenga la Fé en vosotros y en los vuestros.
Yo os Bendigo en el Santo Nombre de Mí Padre, en el Mío y en el del Amor de Mí Santo Espíritu.
Yo os Bendigo y OS PIDO que llevéis Mí Amor a todos los vuestros.
Hijitos y hermanos Míos, aprended y tratad de ser UNO Conmigo, como Nosotros somos UNO en Nuestra Santísima Trinidad…
Y al permitirNos vivir plenamente en vosotros, eduqueMos, prediqueMos, deMos buen ejemplo, vivaMos por la salvación de vuestros hermanos y muraMos por su Salvación Eterna…
Y así a vuestro regreso, sigaMos unidos eternamente en un solo Amor.
Yo os Bendigo en el Santo Nombre de Mí Padre, en el de Mí Amor Redentor y en el del Amor de Vida de Mí Santo Espíritu.
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LA FE
DEL ALMA HUMILDE ES LA FUENTE DE PODER….
Cuando Jesús resucitó a Lázaro, invocó la ayuda del Padre Celestial, para enseñarnos como la Oración es indispensable para Obtenerlo de manera infalible.
Él agradeció el haber sido escuchado y dio la fórmula de los milagros:
Humildad en la petición + Fe segura que actúa ante un público hostil y expectante + Agradecimiento rápido y anticipado…
Prueba firme de la Fe segura…
COMO ADÁN = Lázaro recibió la Efusión Vital de Dios…
Y LA VIDA RETORNA…
La Potencia del Milagro emanaba de Jesús continuamente…
Él vino a traer a Dios a la Tierra, para llevar a los hombres a Dios y para abrir los diques del Amor que se habían cerrado desde el Pecado.
Y el Amor se ha expandido desde entonces, desde el pequeño mundo de Palestina…
Para envolver toda la Tierra y TODA la Humanidad.
Para el que sabe amar de manera absoluta y perfecta ¿Cómo habrá amado Jesús a la tierra de Nazareth, de donde salió para Evangelizar al Mundo?
Y sin embargo FUE la tierra más hostil y cerrada para sus ríos de Amor y Omnipotencia.
¿Cómo hubiera consolado sus miserias espirituales y físicas y cuánta Luz hubiera dado a los corazones,
SI NO se hubieran Opuesto la Incredulidad y el Odio?…
Nazareth fue el ejemplo de cómo estos dos obstáculos, impiden que la Gracia de Dios se derrame.
La Incredulidad y el Odio rechazaron a la Divinidad, porque voluntariamente querían ser hombres sin Dios.
Los Fariseos negaron a Cristo como Mesías y Mataron al Verbo de Dios.
¿Cómo es posible Matar a Cristo en la actualidad?
Realizando el Deicidio voluntario.
En cada corazón que se niega a reconocerlo, a arrepentirse, a convertirse…
Y despreciando el Precio Infinito que Él Pagó, por todas y cada una de las almas… REHUSÁNDOSE a aceptarlo como Salvador y DECIDIENDO Odiarlo, en lugar de amarlo y amar su Doctrina.
El noventa y nueve por ciento de los hombres vive como los fariseos de aquel tiempo y actúan con los mismos sistemas: niegan que NIEGAN a Dios.
Intereses, soberbia, dureza de corazón, lujuria, avaricia, gula.
Todos los egoísmos son la base de su vida y el código de sus acciones, mientras se golpean el pecho con fervientes apariencias de piedad.
Considerándose ‘buenas personas’, mucho mejores que las demás.
Piden señales y aunque resucitara un muerto, NO lo aceptarían.
Niegan a Dios, negando que lo nieguen. Sofocan la Fe con el Racionalismo y la matan bajo las piedras de su ciencia.
El Mundo es enemigo del alma porque Satanás lo usa como una de sus principales armas para alejar al hombre de Dios, sumergiéndolo en la vorágine de sus seducciones.
Al Mundo se le vence con la Fe.
La Fe que certifica que Jesucristo nuestro Señor es Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
Que por Amor nuestro tomó carne en el seno de María y nació NO por obra humana, sino por Esponsales Divinos.
Murió por nosotros sobre la Cruz, para darnos toda su Preciosísima Sangre, pidiendo a cambio solo: CREER, ESPERAR, AMAR…
A ÉL Y EN ÉL.
Jesucristo señaló el camino de regreso al Cielo, con sus huellas ensangrentadas.
Si queremos seguirlo: tendremos nuestro propio baño de sangre.
El que quiera elevarse deberá aprender a: MORIR… AMANDO.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
25.- LA EUCARISTÍA
En la Puerta del Cielo hay un ambiente de fiesta que se puede percibir en todos los rincones del magnífico palacio que es el centro que reune a los cristianos de Roma. Alexandra, Bernabé y Margarita, escuchan atentos la Homilía que Pedro predica en la Misa que celebra junto con otros sacerdotes…
La voz del apóstol Pedro resuena triunfal:
“Jesús tuvo su trono terreno de Rey sobre la Cruz. Y sobre su cabeza gloriosa, fue escrita la causa de su muerte y su Insignia: “Jesucristo, Rey de los Judíos”
Los cristianos llevan el signo de Cristo humildemente esculpido también en la cima, como conviene a los hijos de estirpe real y súbdita del Reino Celestial. ¿En qué consiste el signo de la Cruz y donde está puesto? Está escrito con caracteres invisibles a los ojos humanos, en la frente y en la mano.
Y son los hombres mismos con sus obras y durante la jornada terrenal, los que graban este signo que los hace dignos de ser salvados a la Vida. No es un signo material y no tiene nada que ver con el mundo material. Esplende con la luz gloriosa de Cristo en los espíritus vivos, en los que sirven a Dios y obedecen la Ley.
El solo estar convencidos del deber de dar toda gloria y obediencia, lo graba en el alma haciéndola irradiar una luz más brillante que el sol y una cruz esplendorosa. Tanto más esplendorosa, cuanto más unidos están a Cristo. Esto explica porque los que se entregan a Dios de una manera total, se ven envueltos en las venganzas de Satanás y sus vidas se trastornan con un huracán de sufrimientos. Son las lámparas que no se pueden ocultar.
Los que llegan a ver el mundo espiritual tal como es, contemplan con asombro como estas almas parecen luciérnagas en una noche muy oscura. Y para el cristiano, el más triste y desolador espectáculo es despertarse en medio de una gran ciudad y comprobar con consternación que la oscuridad es total y que no hay luciérnagas alrededor.
Esta es la más aterradora de las soledades. Todas las almas-víctimas llega un momento en que tienen que enfrentarse a esta pavorosa experiencia, que nos enseña que solo la voluntad firme, puede obstaculizar que esta luz se apague e impide que regresen al espantoso cementerio del que han salido.
También Hace que con más resolución se fijen con todas sus potencias en Dios. Ellas con su confesión de Fe o su negación de Dios. Un ‘sí’ o un ‘no’, marcan la diferencia entre mantener esta luz o perderla para siempre. Esto es lo que llaman nuestra necedad, nuestra obstinación y nuestra locura, los muertos espirituales.
Cuando se conoce lo que es la Verdadera Vida, la vida terrenal adquiere su verdadero significado y la muerte del cuerpo no es nada. A lo que se tiene verdadero terror, es a la muerte espiritual.
NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE.
SOLO EL AMOR PUEDE ALIMENTAR EL AMOR. El hombre necesita del Pan Vivo bajado del Cielo, para alimentar el hambre del corazón. Por eso Jesús se ha entregado en el Don Inestimable de la Eucaristía. Él se ha hecho presente en Ella para ser el alimento de nuestra vida espiritual y formar en el alma una verdadera capacidad de amor y ser Él en nosotros, con nosotros y por medio de nosotros.
Jesús Eucarístico es el Pan Vivo bajado del Cielo. El Alimento que hay que comer para no tener más hambre. El Agua que hay que beber para no tener más sed. Él libera de la esclavitud física, moral y espiritual. Y ayuda a regenerarnos en la verdadera dignidad de hijos de Dios, que resplandece en el que de Él se alimenta.
Por eso la Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, de nuestra Oración, de nuestro culto y de nuestras reuniones. Porque conocemos y poseemos el Amor de Fusión y el de Coparticipación. Somos almas Eucarísticas.

(Milagro Eucarístico en la Misa celebrada por el Obispo Claudio Gatti en la Fiesta de Pentecostés del año 2000, en la Iglesia de Madre de la Eucaristía en Roma, Italia)
Eucaristía quiere decir tener a Dios en sí con su Divinidad y su Humanidad. Por eso cuanto más nos nutrimos de Él, más llegamos a ser hostias con Él. ¿Qué amor puede ser más grande que aquel que sabe amar sabiéndose odiado? Jesús nos ha amado así. Su Amor más que humano y plenamente Divino, se manifestó en la Ultima Cena.
Antes de ser clavadas y traspasadas, sus manos lavaron los pies de los apóstoles, también el de aquel al que hubiera querido lavarle el corazón. Y han despedazado el Pan. Y se despedazó su Corazón con aquel Pan, en el cual al darlo, se dio Él Mismo.
Porque sabía que estaba próximo su retorno al Cielo y NO quería dejarnos solos. Porque sabía cómo el hombre es fácil para olvidar y quería vernos reunidos como hermanos alrededor de su Mesa, para decirnos uno al otro: ¡Seamos de Jesús!
“ESTE ES MI CUERPO…”
En las Bodas de Cana se realizó el primer milagro del Hombre-Dios y cambió el agua en vino. En este hecho se encuentra el germen del último milagro del Hombre-Dios:
La Eucaristía.
La Humanidad de Cristo, destinada a morir y padecer, era en un todo semejante los hombres. Después que fue destruida la Víctima por el Sacrificio, se produjo el primer milagro de Jesús-Dios-Hombre, cuando emergió su Cuerpo Glorificado con la Resurrección.
Jesús está en el Cielo, igual que como quiso estar en la Tierra. Es Él, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, con su Divinidad, su alma, su Cuerpo y su Sangre. Infinito cual su Naturaleza Divina le corresponde. Contenido en un fragmento de Pan como su Amor y su Regia Voluntad lo quiso. Jesús trasmutó su cadáver en Viviente Eterno y dio a sus apóstoles el poder para transubstanciar las Especies del Pan y del Vino, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
El Pan que los ángeles desean y por el cual suspiran.
En la Eucaristía, el Cordero que ya se inmolaba se dio en Alimento Perpetuo a los hombres a fin de que su Sangre circulase en ellos para hacerles santos. Y la Carne Inmaculada fortificase su debilidad, mientras Dios Único y Trino habitan en ellos. Jesús dio la Eucaristía para que el hombre bebiese su propia Fuerza y fuese tan fuerte como Él y así ayudar al hombre a ser feliz, con su Felicidad que es Eterna.
El Pan Eucarístico hace los mártires. De los hombres que antes de ser cristianos eran miedosos, débiles y viciosos; este Pan los convierte en héroes.
En la Mesa Eucarística están: la Sangre de Cristo que nos purifica y el Cuerpo de Cristo que nos santifica. La Sangre, de los pecadores hace justos. El Cuerpo, de los justos hace santos. Y el que se alimenta de Dios…
Jesús desciende a nosotros y se ha hecho nuestra comida, porque nosotros sin Él, morimos. Él es el Alimento para el espíritu y para el pensamiento. El espíritu se nutre de la Carne de Dios y el pensamiento se nutre de la Palabra, que es el Pensamiento de Dios.
Amar a Jesús Eucarístico es hacer que se produzca en nosotros el milagro de la Encarnación Mística, para vivir en el Corazón de Dios y que Él viva en nosotros, en el éxtasis del Amor de Fusión. Por eso la Eucaristía es Vida.
El alma que se nutre de Dios, vive en Dios y su vida permanece más allá del tránsito que es la muerte del cuerpo. Es por esto que la principal preocupación de Satanás, es mantener al hombre apartado de la Eucaristía.
El Amor que llevó a Jesús a la Cruz, es el mismo que lo mantiene Prisionero en el Misterio Eucarístico. Su amor por los hombres es Infinito y supera la maldad e ingratitud humanas.
El Pan Eucarístico debe ser adorado como el Arca que contiene a Dios. Dios obedece al mandato de sus sacerdotes y desciende para hacerse Sangre para lavar el corazón y Carne para nutrir el espíritu.
A este abismo de humildad se ha sometido Dios, por Amor, para vivir en medio de los hombres y NO dejarnos solos, aunque esto represente el quedar a merced de su Enemigo.
El amor por la Eucaristía es el que hace que dé frutos el Océano de Potencia que es la Sangre de Jesús para las infinitas necesidades de las almas. Infundida con amor infinito produce milagros de Redención en donde encuentra amor, pero se vuelve condena sobre aquel que responde con Ira y con Odio al Sacrificio de un Dios.
Porque la Sangre de Jesús que fue reclamada con ira sobre sí mismos; por los enemigos y acusadores de Jesús cuando iban a crucificarlo, no ha perdido su doble cualidad de Perdón y de Condena.
Y la Sangre de Jesús es la mejor defensa en la terrible lucha entre lo divino y lo demoníaco.
Cristo ha vencido al Mundo, a la Muerte y al Demonio, al precio infinito de sus Sangre y Él la da como el Arma más potentísima contra Lucifer y hay que venerarla con Adoración.
Cuando la Sangre de Jesús es amada, venerada, invocada y creída, mucho del mal que emana del Infierno es conjurado. Porque la Sangre de Jesús es Salvación.
Esta Sangre ha bañado al Mundo redimiéndolo de las garras de Satanás y por eso no hay disculpa para los hombres que quieren seguir siendo malos, simplemente porque quieren serlo. La Gracia ha dado los medios para que el hombre ya no sea esclavo.
Salvación o Condena… la respuesta la da cada alma en particular con la aplicación de la voluntad…
María fue el alma eucarística perfecta: sabía retener a Dios con un amor ardiente, una pureza súper angélica y una adoración continua. Ella vivía en Dios, con Dios y para Dios.
Pedirle su ayuda para ser como Ella, es la única manera de obtener de la Eucaristía, todos los beneficios que ésta aporta. Porque el Cuerpo y la Sangre de Jesús fueron formados con el cuerpo y la sangre de su Madre Santísima.
Y Ella, la Purísima, ayuda a que las almas puedan desprenderse de la humanidad, para que el espíritu sea el vencedor.
El sacerdote eleva el cáliz, ofreciéndolo por las necesidades del mundo. Y lo eleva colmado de la Sangre de Jesús y de las oraciones de los santos de la tierra, de sus padecimientos de amor para honrar a Dios.
Porque toda santidad se alcanza a fuerza de sufrimientos y lucha contra las pasiones y tentaciones, contra los escarnios, las persecuciones, las enfermedades. He aquí el calvario de los santos.
María es la única que ayuda a defendernos de las asechanzas y las venganzas de Satanás. Y Ella también, a través de la Eucaristía por la unión que mantiene con Dios, nos llena de sus gracias para mantenernos fieles a Dios.
Pedro ha terminado.
Pero el Sacramento del Sacerdocio con el que fueron ungidos y llenados plenamente por el Espíritu Santo, los ha abastecido con el carisma Sacerdotal que los convierte en estupendos Profetas y Apóstoles…
Los Instrumentos Perfectos y dóciles para que la Trinidad Santísima pueda manifestarse entre los hombres y sean magníficos canales para que la Voluntad Divina sea mostrada con todo su esplendor.
Lautaro, un sacerdote casi tan anciano como Pedro y que en la santa Misa de este día ha estado a su derecha, se adelanta y cuando comienza a hablar casi todos los cristianos presentes, con los dones concedidos por el Espíritu Santo, reconocen la inconfundible Personalidad del Padre Celestial:
Hijitos Míos, Mi Hijo Unigénito antes de padecer por vosotros, se me ofreció a Sí mismo en la Ultima Cena en la cual les dejaba desde ese momento y para siempre, Su Cuerpo y Su Sangre como Compañía y como Alimento para vuestras almas hasta el Fin del Mundo.
Vuestras humanas capacidades no se dan cuenta de lo EXCELSO DE ÉSTE REGALO. Lo excelso de esta donación es un grandísimo acto de humildad y de Amor hacia vosotros.
Los apóstoles y la gente de ése tiempo pudieron seguir y contemplar con sus sentidos humanos, la vida de Mi Hijo sobre la Tierra.
A vosotros os toca el premio de poder compartir y poderse saciar con el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre Divinos, de Mi Hijo Jesucristo.
Si vosotros os dierais plena cuenta de tan grandísimo Don del Cielo, os postrarías con la frente al suelo y agradeceríais en forma tal, que os sentiríais indignos de tan grande favor.
Si pudiérais ver Mi Majestuosidad y Poder que existe en ése “pedacito de pan” y al que vosotros ya véis como algo simple, os turbaríais y es más, NO os acercaríais a tomarlo, porque vuestra misma alma se sentiría indigna de recibir a Su Rey, a Su Creador en TODA su Potencia y Majestad.
Por eso Mi Hijo quiso dejar en manos de vuestra Fe y de vuestro amor todo Nuestro Ser, en ése pequeñito pedacito de pan y que con la humildad de todo un Dios, se dona a quién quiera recibirlo, día a día. Nuevamente es Nuestro Amor el que se da a sus creaturas…
Pequeños Míos de Mi Corazón. Tanto es Nuestro Amor hacia vosotros, que recurrimos a inventar actos de amor –grandes milagros– pero los hacemos ver a veces pequeños, para NO asustar a vuestra débil humanidad.
Tomad hijos Míos, tomad el Cuerpo Glorioso, Santísimo, de Mi Hijo Jesucristo para fortaleceros en vuestras almas.
Así como vuestro cuerpo necesita alimento para crecer y dar fruto, así vuestra alma debe tomar el Alimento por excelencia, que es la Sagrada Eucaristía, para también crecer y dar fruto.
No desaprovechéis hijos Míos, éste Regalo TAN GRANDE del Cielo, tan grande que hasta los mismos ángeles se quedaron estupefactos ante la Humildad y Poder de Mi Hijo, al crear la Sagrada Eucaristía.
Ellos Me pueden ver directamente a los ojos puesto que ya viven en Mi Gloria, vosotros podéis vernos con vuestros ojos del alma, al tomar éste Sacratísimo Alimento del Cielo.
Hijitos, cuánto os amo. Permaneced en Mí Amor y vivid Mi Vida en vuestra vida a través del Alimento Celestial, el Cuerpo y Sangre Divinos de Mi Hijo Jesucristo
Lautaro calla de repente… Inclina su rostro y parece abstraído en una celestial revelación, porque mueve la cabeza asintiendo…
Entonces Ramón que estaba del lado derecho de Pedro, se levanta y comienza lo que parece será la conclusión de la Homilía de esta mañana dominical.
Ahora es Jesús el que está hablando…
Hijitos y hermanos Míos. Ahora estoy aquí y podéis tenerMe y tomarMe en la Sagrada Eucaristía y así poder llevar a vuestro Dios VIVO Y REAL dentro de vuestro corazón, a donde quiera que vayáis.
Mi Presencia real y verdadera, aceptada NO con vuestra mente sino con vuestro corazón; os hará más llevadera y sobre todo más agradable vuestra vida, vuestra Misión sobre la Tierra.
YO sé que venir a visitarme ES una fiesta grandísima de vuestro corazón.
Soy la Alegría de la Familia al poder acercarse a convivir en una forma real y verdadera con Mi presencia VIVA con vosotros.
Yo sé que SOY el Deseo más grande de vuestro corazón y de vuestra alma de venir al menos cada Domingo, para Agradecerme, para contarme vuestras alegrías y necesidades, para acompañarMe a Mí vuestro Dios y Señor, el Amor por excelencia; para compartir éstos momentos Divinos en los cuáles se une el Cielo con la Tierra.
Es tanto y tan grande lo que se vive en una Misa, que sé que estáis asombrados al poder ver la Magnificencia que rodea un altar, una capilla, una Iglesia, al estarse celebrando una Misa. El Cielo entero se encuentra entre vosotros. Los ángeles rodean el altar y custodian cada lugar interna y externamente de la Capilla o Iglesia en donde se está celebrando Mi Sacrificio Perpetuo.
Los Santos del Cielo se sientan y os acompañan en los mismos lugares en los que todos vosotros estáis. Las Iglesias se llenan de Cielo, ¡Es la Fiesta preferida del Cielo!
Es la fiesta Perenne de Mí Corazón. Es la Fiesta que recuerda Mí Donación Total por vosotros, es la Fiesta que recuerda vuestra salvación y vuestra recuperación en todas las Gracias para vuestra salvación.
Es la Fiesta en la que se derraman TODAS las Gracias y Bendiciones, que Mi Padre concede no sólo a los que están asistiendo a la Santa Misa, sino a todo el Mundo.
Son Gracias que se derraman de conversión, de salvación, de santificación para el Cielo, Purgatorio y Tierra.
La Santa Misa es la Fiesta que reúne a toda la Creación. Que reúne a todas las almas creadas de todos los tiempos, pasados, actuales y futuros.
En la Santa Misa se derrama TODO EL PODER DIVINO, es el Nuevo Paraíso para aquellos que viven en Mi Gracia, en estado limpio de su alma. En aquellos que realmente Me buscan para amarMe y para vivirMe en ellos,
es el Alimento Supremo para vuestro crecimiento espiritual. “Quién NO coma Mí Cuerpo, NI beba Mí Sangre, NO tendrá parte Conmigo en el Paraíso”, así os lo dije y así es.
Pero también necesito de vosotros, que asistáis cuando menos los Domingos a Mi Santísima Celebración de la Misa, para que personalmente y como invitados de Mí Corazón, vengan a compartir Conmigo Mi Vida y la puedan compartir por manos de Mi Madre Santísima y del Señor San José, a Mi Padre Celestial para el derrame de Gracias, Bendiciones y agradecimientos para vosotros mismos, para vuestras familias, para el Mundo Entero, para el Purgatorio y para el Cielo.
Recordad que en cada Misa, el Cielo entero convive con vosotros, está junto a vosotros. Presentaos por favor de una manera digna, tanto de alma como de cuerpo. Sabiendo que ES el mismo Padre el que está recibiendo TODA vuestra vida junto con la Mía, en ésos momentos…
Vivid conmigo éstos momentos celestiales que se viven en cada Misa, junto con todo el Cielo. Son grandes momentos, los cuáles veréis cuando estéis conmigo y comprenderéis.
Entonces veréis cuánto dejasteis de aprovechar en cada Misa o cuánto ganasteis en cada una de ellas.
No hay Celebración más grande en el Cielo o en la Tierra que la Santa Misa, NO la desaprovechéis hijos Míos.
Mi Presencia cada vez se hace más patente entre vosotros, porque el Mal cada vez se hace más descarado y Yo, vuestro Dios y Redentor, conociendo la forma de ser de cada uno de vosotros como hombres, Me hago patente en infinidad de formas para deciros “Aquí estoy, voy con vosotros, comprendo vuestro dolor, lo comparto, lo alivio y os apoyo en vuestra misión terrena”.
Yo estoy REALMENTE Presente en la Sagrada Eucaristía, Yo vivo REALMENTE tanto en el Tabernáculo, como en vuestro corazón; pero si no creéis en Mi Presencia Divina y Real, aún viéndoMe en el Tabernáculo o expuesto en el Santísimo, menos creeréis que vivo realmente en vuestro corazón, donde no Me queréis ver ni sentir.
Yo nunca Me olvido de Mi creatura. Nunca Me olvido de vuestra donación hecha a Mi Padre en el Cielo antes de que os constituyerais con un cuerpo para bajar a servirLe. Mi Padre os cuida, Yo os cuido, Mi Santo Espíritu también os cuida. Nunca estáis apartados de Nuestro Pensamiento, cosa que sí sucede con vuestra alma cuando ya se encarna.
Mientras vivís en el Cielo, antes de bajar a vuestra misión, antes de ser escogidos por vuestro Dios en vuestra total libertad, sí atendéis constantemente al Pensamiento de Mi Padre; pero tan pronto se os dá la oportunidad de encarnaros, la naturaleza humana ya afectada por el pecado, os impulsa hacia las cosas del mundo, hacia las bajezas del Mal.
Nosotros, en Nuestra Sabiduría Divina comprendeMos eso y por ello nunca Nos apartamos del alma que se donó en libertad y en amor a Nosotros, para bajar a servirNos.
Desde que tomáis cuerpo humano, Mi Santo Espíritu habla en vosotros, NO importa a que raza o grupo humano o religión vayáis a pertenecer, El habita en cada uno de vosotros desde el momento mismo de vuestra concepción y El es el que irá indicando las verdades del Cielo en vuestro corazón durante toda vuestra vida terrena.
La Oración, la cuál existe en TODOS los grupos humanos, es una indicación divina que os da Mi Santo Espíritu, para llevaros a la perfección en el Amor. La finalidad primordial del alma es la de producir AMOR y la finalidad del Amor es la de provocar que se viva la vida del Cielo en la Tierra.
Ésta, al haber sido afectada por el Pecado Original por el amor que deberéis generar, le devolverá al Mundo entero su calidad Divina.
Pero es y será sólo a través del Amor que libremente y con deseos de agradarNos, lo que podrá lograr ésa restauración de la vida terrena a vida divina.
La Oración os lo repito, todos vosotros la podéis y debéis producir, no importa el grupo humano al que pertenezcáis. Sin ella no podréis acrecentar la Fe que os he regalado en el Bautismo y sin éstas dos ayudas, Fe y Oración, nunca Me encontraréis.
Ahora, los que habéis nacido y crecido en el grupo humano que aceptó Mis Leyes y Decretos, los habéis llevado a cabo con amor y respeto, los practicáis en el amor y con libre voluntad, tenéis la Gracia Divina de tomar Mi Cuerpo Divino en la Sagrada Eucaristía.
Para TODOS los hombres fue la Salvación y la Redención y para todos dejé Mi Herencia, Mi Cuerpo y Sangre Divinos; pero NO todos los hombres lo han aceptado y solo vosotros Mis hijos amados, tenéis y aceptáis el Misterio de la Transubstanciación del Pan y del Vino que Me ofrecen Mis sacerdotes en la Sagrada Liturgia de la Santa Misa.
Todos aquellos Mis pequeños, que habéis acogido ésta verdad ahora podéis tenerMe, además de en la Oración, en Mi Real Presencia en el Pan y en el Vino consagrados. No todos los grupos humanos pueden gozar de éste regalo infinito de Nuestro Amor y el Alimento que os doy.
Es Alimento Celestial el cuál podéis tomar estando aún estando ahora en la Tierra y que seguiréis tomando cuando regreséis a vuestra Casa Eterna, aquí en Mi Cielo.
Si el alma crece con la práctica de la Oración, con la recepción de Mi Cuerpo Divino, vuestra alma alcanza niveles espirituales inconmensurables ya que os estáis alimentando de la Sustancia Real y Divina ¡DE VUESTRO DIOS!
Hijitos Míos, que vuestra Oración asidua os lleve a crecer en la perfección del Amor, al aprovechar el Alimento por excelencia para vuestra alma, Mi Pan de vida, el Pan del Cielo, dejado para todos vosotros por Mi Santo Sacrificio de Amor.
Y así, al tenerMe perfectamente en la Sagrada Eucaristía, lo tenéis todo; porque Nos tenéis en Nuestra Santísima Trinidad y al tenerNos plenamente, NO necesitáis NADA más. Tomad primero de Mi Cuerpo y él os dará verdadera Vida y vuestro fruto será abundante, aquí en la Tierra y acá en el Cielo.
Que la Santísima Trinidad que os habita, dé los frutos terrenos a través de vuestra donación a Nuestra Voluntad, para bien de vuestro Dios y de vuestros hermanos.
Yo os Bendigo en el Nombre de Mi Padre y de vuestro Padre, en Mi Nombre y en el del Santo Espíritu de Amor, quién os guía a la perfección en el Amor.
HERMANO EN CRISTO JESUS:
ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONÓCELA
R81 LA VERDADERA POBREZA
Hijitos Míos, Mis pequeños. Mi Maternidad fue un acto amorosísimo de Nuestro Dios para con todos vosotros. Fui el instrumento sencillo para que con él hiciera grandes obras. ¡Mi Dios tomando a Su pequeña esclava para la Redención del género humano!
¡Cuánta dicha, cuánto Amor! La Inmensidad de Nuestro Dios haciéndose pequeñito para entrar en Mi Vientre Virginal y así comenzar Su Vida de Amor en la Tierra.
Misterio insondable del Amor de Nuestro Padre. Derramamiento excelso de Amor para con todos vosotros.
En todos y en cada uno de vosotros pensó vuestro Dios, vuestro Creador, al enviar a Su Unico Hijo a la Tierra para la Redención. A CADA UNO de vosotros vio, amó y deseó su salvación, con el envío de Su Hijo Jesucristo a la Tierra.
Cada uno de vosotros ha sido formado, ha sido tomado a Su Servicio, ha sido guiado para ser corredentor junto con Su Hijo Jesucristo. Cada uno de vosotros vale muchísimo. Dios mismo ha puesto toda Su atención y Su Amor al crearos.
Al daros el don de la vida, al confiaros una misión de amor, para la salvación de todas las almas, pasadas presentes y futuras. Cada uno de vosotros ha sido llamado y preparado para ser Presencia de Mi Hijo en la Tierra.
¡Meditad éste honor tan grande! ¡Cada uno de vosotros ser presencia Viva de Dios en la Tierra! Tenéis todo para ello. Tenéis un alma que es la misma Esencia y Vida de Dios.
Tenéis el Don de la vida como lo tuvo Mi Hijo Jesucristo. Tenéis Sus Enseñanzas de Vida, las cuáles al tomarlas, al vivirlas y al transmitirlas, estaréis prolongando la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra.
Hijitos Míos, daos cuenta de la misión tan sublime que tenéis sobre la Tierra, ¡La de ser otros Cristos! Ser Vida, al ser salvación de almas y cuerpos para con vuestros hermanos. Todos vosotros bajasteis para ello.
En todos vosotros ha puesto Su Confianza vuestro Padre y a Mí vuestra Madre Santísima, se Me ha dado la Gracia de teneros como Mis hijos…
Y al ser Madre Soy Guía, Maestra, Protectora e Intercesora, para obteneros de vuestro Padre Celestial, todo lo que necesitáis y necesitaréis de acuerdo a vuestra misión y a vuestra donación.
Si os donáis a la perfección, vuestro Padre podrá hacer con vosotros lo que Conmigo hizo: grandes obras. Pero cuánta infidelidad existe ahora para con vuestro Dios, cuánto rechazo al abandono a Su Voluntad, cuándo olvido para realizar vuestra misión, cuánta falta de agradecimiento a tantos dones recibidos a vosotros mismos y para vuestra familia.
Hijitos Míos, ya se os ha dicho antes, valéis muchísimo para vuestro Dios y le habéis costado mucho dolor, lágrimas, sacrificios, blasfemias, traiciones, en la Vida de Mi Hijo Jesucristo. El se dio por cada uno de vosotros para libraros de las Garras del Mal.
Ha invertido muchísimo en cada uno de vosotros porque os ama y lo seguirá haciendo porque os quiere regalar Su Reino por toda la Eternidad.
El Mal conoce vuestra valía y os ataca tanto porque os envidia. Porque él negó y atacó a la Gracia de Dios y como nunca la va a poder recuperar, no desea que vosotros la ganéis. Y así os ha atacado desde vuestros Primeros Padres y lo seguirá haciendo hasta el Final, porque estaréis tomando el lugar celestial que él y sus ángeles malos despreciaron.
Hijitos Míos, daos ya perfecta cuenta de lo que valéis espiritualmente y no os dejéis confundir con las asechanzas del Mal, en las que él os hace fincar vuestras esperanzas e ideales en vuestra apariencia exterior y en la materialidad de la Tierra.
¿Cuántas veces no habéis constatado y vivido éste hecho? Hermanos vuestros, actuales y pasados, de apariencia hermosa, que al paso de su vida pierden ésa hermosura…
¿En dónde quedó su valor exterior? ¿Para qué les sirvió ésa hermosura exterior?
Bien sabéis cómo muchos de ellos le han sacado un provecho material y pecaminoso a su exterior, llevando a la perdición eterna a la verdadera hermosura de su alma, Esencia Divina de vuestro Dios y Creador.
Desperdiciáis mucho tiempo en adornar y consentir a la envoltura que cubre a vuestra alma, olvidándoos de cuidar, alimentar, hacer trabajar los dones recibidos en vuestra alma. No es vuestra hermosura exterior lo que os va a dar la Vida Eterna. Y sí os puede servir como lastre para perderla.
¿De qué hubiera servido que Mi Jesús hubiera sido un hombre hermosísimo y que hubiera venido a la Tierra a que fuera admirado por Su belleza exterior?
La belleza que El tenía, se la daba la Belleza de Su Ser Divino interior. Su Santidad excelsa traspasaba Su cuerpo. Su Divinidad era apreciada a pesar de Su cuerpo “normal”.
Conocéis la vida de santos y santas en quienes se traslucía la Presencia de Mi Hijo en ellos, porque habían permitido Su Nacimiento en ellos. Era Su Vida en ellos y llegaron a ser lo que son por haberLe permitido a Mi Hijo, vivir plenamente en ellos.
Y son reconocidos por vosotros en su santidad y en su valía, por sus hechos y no por su apariencia “hermosa y vanidosa”.
El valor de vosotros está EN vosotros, no fuera de vosotros. Ya Mi Hijo os lo dijo: “El Reino de Dios-Mi Presencia Viva- está en vosotros”. Al permitirLe vivir y actuar en vosotros, estaréis haciendo Su Voluntad y así, cumpliendo perfectamente la misión por la que vinisteis a la Tierra.
REFLEXIONAD Y EXAMINAD, PERFECTAMENTE SOBRE VUESTRA VIDA.
MEDITAD en qué habéis usado el tiempo que os concedió vuestro Dios para servirLe; para que reflexionéis el momento y el estado actual de vuestra alma ante la Presencia Divina de vuestro Dios y Creador. Y para que actuéis como los verdaderos hijos de Dios deben actuar.
Dejaos guiar por Mi Corazón de Madre, Esposa e Hija de Nuestro Dios. Por Su Gracia Yo Me dí en totalidad y Le serví con una total entrega de amor. Vuestro Dios no se merece las sobras de vuestro tiempo. Estáis usando Su Tiempo y sólo os acordáis de El, generalmente en vuestras necesidades y desdichas.
El tiempo Le pertenece y se os concedió para la salvación de vuestros hermanos y para dejaros hacer y dejar translucir a Mi Hijo en vosotros. Os ha prestado un tiempo para ayudaros a alcanzar más Gloria en Su Reino al terminar satisfactoriamente vuestra misión en la tierra.
Os ha prestado Su tiempo para que Le ayudarais a llevar Su Reino por toda la Tierra y así prepararos a que se haga La Voluntad de Dios en ella cómo en el Cielo y preparar con ello Su Segunda Venida.
Tenéis una misión sublime cada uno de vosotros. Por favor hijitos Míos, no desperdiciéis el Tiempo de Dios que os ha encomendado para servirLe. Retomad vuestro tiempo pasado y desperdiciado y presentadlo a vuestro Padre, uniéndolo al Tiempo que vivió Mi Jesús en la Tierra y así reparad el desperdicio que habéis tenido con el tiempo de Dios
Y ofrecedlo por la conversión y santificación de todas las almas y de todos los tiempos. De cada segundo de vuestra existencia, de cada segundo que vuestro Padre os concedió por vuestra libre petición para servirLe en la Tierra, se os tomará cuentas.
Pero Su Misericordia es muy grande y en un Instante podréis reparar lo que no habéis hecho en años, de la forma como os lo acabo de explicar. Es el tiempo de Dios bien usado el que alcanza la salvación de las almas.
Orad, hijitos Míos. Orad mucho y entregaos perfectamente a vuestro Padre, quién os ama con un Amor tan grande que no podéis ni imaginar y por ello os da tantas oportunidades para vuestra salvación.
Reflexionad en éste tiempo de Gracia, por todos sus Favores recibidos. Y agradecédLe de corazón todo lo que os ha concedido. Y también pedídLe de corazón, perdón por todo el tiempo desperdiciado y las faltas cometidas a Su Amor Infinito y Misericordioso.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, Madre del Verbo Encarnado, Madre del Amor. VOY A HABLAROS DE MI VIDA y quiero que reflexionéis sobre ESTA CONFIDENCIA: vida de Dolor, pero también de Gozo… y que de ella toméis ejemplo para que os podáis proteger de las insidias del Maligno.
Yo, Madre vuestra al haber sido la Madre de Dios Encarnado, podríais pensar que Mi Vida fué muy cómoda, que fuí consentida por Dios Padre. Que no sufrí nada, por haber llevado una Misión tan Sublime.
No, Mis pequeños. Se podría decir que fui la Mujer del Amor y la Mujer del dolor. Desde muy pequeña, a la edad de tres años fuí apartada de Mis padres: San Joaquín y Santa Ana, para ser entregada al Templo y así ser preparada para servir toda Mi Vida a Dios, nuestro Creador.
Vosotros os podéis imaginar Mi dolor por la separación de Mis padres terrenos. A esa edad en donde todavía se necesitan las caricias, los besos, los apapachos de alguien que nos ama. Prescindí de ello para entregarMe de lleno a las delicias de Mi Padre. Delicias que no se pueden tener de alguien de la Tierra.
Fuí creciendo y tuve el segundo gran dolor, otra separación: Se Me ordenó dejar el Templo, ¡Dejar de servir a Mi Dios en Su Casa!… Para contraer nupcias con el señor San José. Sí, era un hombre justo y muy bueno, pero nunca como Mi Señor. Y por Obediencia acepté ésta segunda separación.
Poco tiempo después tengo un gozo tremendo, infinito, divino, Mi Inmaculada Concepción. Sí, fué un momento exquisito para Mi Alma donada a Mi Señor. Se Me indicó la Magnitud de Mi tarea, pero también se Me indicaron los múltiples sufrimientos que seguirían, los cuáles no se hicieron esperar.
Y el primero fue cuando Mi futuro esposo San José Me vió encinta del Salvador del Universo. Nuevamente Me ví despojada, en su mente Me vió falla en Mis Virtudes, especialmente de la Pureza. CALLÉ, pero el Ángel del Señor vino a reivindicar Mis Virtudes ante Mi esposo terreno.
Yo deseaba un lugar preciosísimo para que naciera Mi Bebé, Mi Dios, Mi Señor. Pero nuevamente Me veo despojada, ahora de la comodidad de las cosas de la Tierra. Y prácticamente MENDIGANDO, encontramos un lugar indigno para que el Dueño del Universo naciera, ¡Cuánto Dolor y a la vez, cuánto Gozo!
Poco tiempo después de Su Nacimiento, el Ángel del Señor Nos ordena abandonar Nuestro Hogar porque Herodes quería matar a Mi Hijo. Vuelvo a ser despojada y ahora de lo poquito que tenía: Mi pobre casita de Nazareth. Y nos tuvimos que ir a un país extraño, hasta que el tirano muriera.
Va creciendo Mi Hijo y unos años después vuelvo a ser otra vez despojada. Y es ahora de Mi esposo San José, que por más de cinco lustros había sido mi compañero y nuestro protector terreno… Nuevamente un gran dolor.
Mi Hijo Jesús mantiene Nuestro Hogar y paso momentos de Cielo a Su lado, hasta que llega a Su Plenitud. Y empieza Su Misión Pública, en donde cada vez lo voy perdiendo más y más…
El, al llevar la Palabra del Padre, tenía que recorrer gran cantidad de pueblos y Yo ya sólo lo veía de vez en vez, hasta que decido acompañarlo junto con las discípulas, a muchos lugares de predicación. Lo vela más que antes, pero aun así, la separación era cada vez mayor.
El Mundo ganaba a su Dios y Yo iba perdiendo a Mi Hijo. Fue un despojo paulatino y muy doloroso, porque sabía en qué iba a terminar todo.
Llega el tiempo de la Traición y de Su Muerte. Las que son madres y han perdido a un hijo podrán entender aunque sea un poquito, Mi gran Dolor.
Sí, resucita y viene a Mí. Y está un tiempo más acompañándoMe aquí en la Tierra, pero luego viene Su Ascensión Divina y prácticamente Me quedo sola… DESPOJADA de Su Presencia Humana, porque la Divina nunca se separó de Mi Corazón.
Este último despojo duró varios años, hasta que fuí llamada por Mi Dios a unirMe en cuerpo y alma a Mi Hijo, en el Reino de los Cielos.
Con todo esto, os quiero hacer notar que la vida de aquél que se da a Nuestro Dios, lleva una vida de Dolor, de
DESPOJO A TODO LO QUE SEA DE LA TIERRA,
A todo aquello que lo pueda a uno apartar del Bien Eterno.
SÍ, ciertamente se vive el dolor y la pena, pero eso es recompensado en momentos de la Tierra con innumerables “besitos divinos”, que son momentos que tiene el alma de éxtasis y de regalos divinos palpables, durante su misión terrena. Y culminan con el Gran Gozo al final de sus días en el reino de Nuestro Padre Dios.
SÍ, se llega a sufrir mucho cuando uno se da en pertenencia a su Dios, pero los momentos de gozo que se ganan por ello, lo mantienen a uno lleno de felicidad y de deseo de seguir sirviendo a Aquél por quién vivimos.
El Maligno no es quien nos despoja de las cosas del Mundo al contrario, él es quien las provee, porque con ellas os quiere hacer presas para la perdición eterna. Es nuestro Dios quien os está cuidando constantemente de que no os arraiguéis a las cosas del Mundo, de forma que así pudiérais perder el Reino de los Cielos.
Pocos de vosotros entendéis bien esto. Las riquezas exageradas, los bienes superfluos, la vida desenfrenada, sólo os llevan a la separación con vuestro Dios y os están abriendo camino a la perdición. Si en algún momento de vuestra vida sois despojados de algo o de alguien, no es por maldad ni por causaros daño, ¡ES PARA SALVAROS!
Las muchas riquezas, el mucho desvío de lo divino, lleva a la pérdida de lo espiritual. Por eso muy claramente es lo dijo Mi Hijo Jesucristo: “No se puede servir a dos amos, o a Dios o al dinero”.
Ellos son diametralmente opuestos, no se puede vivir en los grandes lujos y tener el corazón lleno de amor por los necesitados.
Como regla general en donde sí hay excepciones, los que viven en grandes lujos no llegan a darse cuenta de las necesidades reales de sus hermanos pobres o simplemente no las creen o no les interesan. Por ello, el dinero en exceso y la caridad, van muy separadas una de la otra.
Nuevamente os repito. si os véis despojados de algo o de alguien, primeramente antes de maldecir, haced un balance de vuestra vida ante vuestro Dios. Ved en vuestro interior qué lugar ha ocupado vuestro Dios en los últimos años y ved qué bienes espirituales habéis adquirido a través de los bienes materiales que atesorasteis.
Poned sinceramente vuestra vida espiritual en la balanza y juzgad vuestro comportamiento con vuestro Dios y con vuestros hermanos… Y así, si actuáis humildemente, Mi Esposo el Santo Espíritu os hará reflexionar y AGRADECER el despojo que recibisteis.
Atended más a vuestro interior, para que podáis entender más a vuestro Dios. Él os cambiará lo mundano por lo divino y así vuestro Gozo será mayor.
Yo Vuestra Madre, oro por cada uno de vosotros estéis en donde estéis, hagáis lo que hagáis, viváis en la Luz Verdadera que Mi Hijo os mostró o no.
Yo Soy la Madre del Consuelo, Soy la Madre del Amor, Soy la Madre de todo ser creado por Mi Dios a imagen y semejanza de Él.
Venid a Mí, para que os lleve a Mi Hijo y seáis purificados en Su Santísimo Amor. Venid a Mí para que se logre en vosotros también, la Encarnación.
La Donación de Salvación abarca a todos los tiempos y siempre se vive en un continuo presente. La actualidad de las Palabras de Mi Hijo son de Verdad.
Venid hijitos Míos, venid al regazo de Vuestra Madre Celestial para consentiros, mimaros y amaros como a Mi Hijo.
Venid hijitos Míos, acercaos a Mí y permitidme que os tome de la mano para llevaros a Mi Hijo, a vuestro Dios hecho Hombre y agradecédLe Su Presencia entre vosotros y en vosotros. Que se dio y se quedó para vuestro cuidado, para vuestro crecimiento y para salvación de cada uno de vosotros.
Que el Amor Infinito del Padre, de Mi Hijo y del Espíritu Santo quede con cada uno de vosotros y Mi Amor de Madre os proteja y Me permita llevaros de regreso a la Casa Celestial.
N131 PODER, MARTIRIO Y GLORIA
“BIENAVENTURADOS LOS PERSEGUIDOS”
Hijitos Míos, oro a Mi Padre, ruego a Mi Padre, para que se os abran los ojos del alma; ya que todo ahora se está preparando para que se presente en breve el “hijo de la perdición,” el hijo de la mentira, el hijo del mal.
Sí, Mis pequeños, se están moviendo los engranajes para preparar en el gran teatro del Mundo, la mayor actuación de la masonería farisaica: la presentación mundial del que viene a usurpar Mi Nombre como Mesías, como Salvador y Redentor.
Sí, Mi Madre os dijo que éstos son tiempos de denuncia y éstos son hechos que viviréis y que fueron profetizados en múltiples ocasiones a través del tiempo, después de que fueron profetizados en las Sagradas Escrituras.
Sí, ahora estáis ya viviendo los tiempos de la Gran Tribulación y está manipulada por las Fuerzas del Mal en dónde, como se os explicó antes, unas cuantas personas son las que están moviendo los hilos de los títeres que van a modificar toda la historia de la humanidad.
Sí, el hijo de la perdición aparecerá en breve y lo peor de todo es que será aceptada su presencia por una gran mayoría de vosotros, porque su aspecto benévolo y sus promesas os van a deleitar como deleitaron los oídos de vuestros Primeros Padres y tendrán el mismo resultado que en Ellos tuvieron.
Se tiene que preparar el Gran Teatro Mundial para que el personaje principal: el Usurpador de Mi Nombre, la persona real del Anticristo, os prepare a todos vosotros a ser víctimas en el mayor holocausto que se le pueda ofrecer al que es su amo, Satanás. Sí, todos vosotros vais a ser protagonistas de ésta obra mundial.
Durante los últimos años se os ha llevado a prescindir de Mí, de vuestro Dios. Se os enseñó a pisotear Mis Leyes y Decretos, a vivir alejados de Mis Consejos y preceptos, a caminar bajo vuestra propia libertad humana sin tomar en cuenta la Presencia y Guía de Mi Santo Espíritu en vuestro interior…
Y el resultado ahora se ve claramente: os dejaron a merced de las Fuerzas del Mal y de sus Engaños.
Ahora aparecerá el hijo del Gran Engañador, quién apoyará fuertemente lo que estáis ya viviendo. No vendrá a traeros su escuela, su pensamiento, puesto que éste ya lo estáis viviendo; él vendrá a gozar de su obra y a dar el último toque a ella: el Holocausto, el ofrecimiento de vuestras almas al padre de todo Mal, Satanás.
Ahora sus esbirros están preparando una supuesta Guerra. SÍ, SERÁ TREMENDA y muchas vidas se perderán, para que se venga el Caos mundial en todos sentidos, ya que ellos manipulan todo.
La bolsa caerá, los alimentos faltarán, la inseguridad tendrá su trono, ¡Todo será un Caos! Y la finalidad de todo esto es para que el Enviado del Mal, el Gran Usurpador de Mi Nombre, se pueda presentar como el gran salvador del género humano.
La insistencia de hacer la Guerra es para que ya puedan presentar al gran engañador, no por otra razón.
La Gran Prueba os ha llegado y ahora es el tiempo de defender lo que es de vuestro Dios y de que os decidáis firmemente, los que están Conmigo ó los que están contra Mí.
El gran engañador sólo se llevará a aquellos que su Fé sea débil y convenenciera. A aquellos que han buscado con afán las cosas del mundo y se olvidaron de las de su Dios. A aquellos que primero vieron por su propia persona antes de ver con caridad a la de sus hermanos en desgracia.
Para ellos el Hijo de la Perdición será su estrella, su guía. El personaje que tanto esperaron, porque les va a dar lo que su corazón vacío tanto anheló.
Sí, estáis al INICIO de los grandes Acontecimientos Mundiales, que marcan la Gran Purificación Universal. Así como va a haber un Caos mundial; también veréis Mi Misericordia, que se derramará en torrentes sobre las almas escogidas.
Sobre las almas que, a pesar de la Tribulación se han mantenido y se mantendrán bajo Mis Leyes y Preceptos y han hecho suya Mi Vida que os vine a dar hace 2000 años. Ellas son Mi Vida ahora sobre la Tierra, son Mis testigos, son Mi ejemplo vivo entre el lodo del Pecado y que ahora brillarán entre las Tinieblas.
Aquellas almas que vivan en el error y que las sigan, podrán alcanzar perdón y vida eterna.
Hijitos Míos, os he dicho anteriormente que estáis en el Mundo para servir a Mí Padre, para ser corredentores junto Conmigo, porque al Mundo hay que devolverle su dignidad del Principio, con la acción de vuestros actos amorosos, unidos a los Míos.
Estáis en el Mundo, pero NO debéis ser del Mundo. Los que son Míos, sufren. Realmente sufren el estar en el Mundo, porque no les atraen las cosas de él. Viven aún con el recuerdo del Cielo, pero se alegran de servir a su Dios.
El Mundo, al haber sido afectado por el Pecado de Orígen y posteriormente por estar bajo el influjo de Satanás, vive en el error y en el pecado que os apartan de Mí y os llevan a tratar de separaros de todo lo que es Mío.
Por ello los que Me pertenecen, al no querer aceptar lo que el mundo les ofrece son vistos “raros” o si su acción se vuelve más manifiesta, son perseguidos.
Desde que el pueblo judío hizo su “pacto de amor” al escoger a Mi Padre como a su único Dios; fue perseguido o envidiado, pero Yo estaba con ellos en todo momento.

El padre Kolbe evangelizó y bautizó a todos los judíos que estaban a su alcance, para entregárselos al Padre Celestial en aquel Altar Infernal que erigieron los Nazis a Lucifer.
Yo era su Dios y ellos Mí pueblo, en un mundo lleno de errores que a cada momento los trataba de influenciar con sus cultos y creencias. Y que a ratos lo conseguía, pero ahí estaba Yo nuevamente, para volverlos al buen camino.

Unió su Martirio al de Jesús y al de todos los judíos que sufrían junto con él… Y le entregó un gran cortejo de almas al Cielo…
Todos aquellos que se levantaban en Mí Nombre, como los santos profetas de la antigüedad; la mayoría eran perseguidos o eran asesinados por causa Mía, por llevar Mí ejemplo y Mí Palabra a los demás.
Que aunque aún Yo no Me encarnaba, el Amor que Me mueve a Mi, ya los movía a ellos.
Luego vengo Yo vuestro Dios Encarnado, a convivir entre Mis hijos y Me sucede a Mí lo mismo. Se Me atacó y se Me quitó de en medio; para que el hombre vencido por el Mal, pudiera seguir haciendo su propia voluntad y no la de Mí Padre.
Satanás manipulando al hombre, siempre ha querido destruir Mí Obra y a la Presencia de Mí Padre. Pero aunque nunca lo va a lograr, sí va a luchar fuertemente para tratar de hacerlo.
Ahora en los tiempos en los que vosotros vivís, sucede exactamente lo mismo. Satanás no puede cambiar su actuación contra el hombre, porque es el mismo de siempre. Sus mentiras y sus ataques son los que usó en la antigüedad, porque su Caída lo limitó para siempre.
Pero le siguen dando resultado, porque el hombre sigue sin protegerse, por alejarse de su Dios.
A los Míos, en estos tiempos se les ataca, se les ridiculiza, se les asesina. Quizá los métodos actuales sean más sutiles, pero la finalidad es la misma: tratar de destruir Mí Obra y destruirMe del corazón del hombre.
Yo les previne a Mis Apóstoles y Discípulos cuando los mandé a predicar: “Haréis grandes cosas, pero también seréis perseguidos por Mí causa”.
Y la ‘causa’ es de lo más noble y de la mayor magnitud que un alma puede tener: el servir a su Dios.
El servir a su Dios, el salvar almas por medio de Mí Palabra, el morir por su Dios; son regalos hermosísimos para un alma. Pero debido a vuestra fragilidad humana, no podéis comprender perfectamente la Magnitud del Regalo que os doy.
Al pertenecer a vuestro Dios por medio de vuestro fiel servicio, estáis asegurando un tesoro grandísimo en el Reino de los Cielos. Porque si os estáis volviendo unos Cristos en la Tierra, estaréis alcanzando la Gloria de un Cristo en el Reino de los Cielos.
Mí Padre paga en forma infinita a todos aquellos que son Nuestros. Que han sabido mantenerse con Nosotros. Que Nos han transmitido a los demás y que puedan vivir por Nosotros.
El morir por alguien, el dar la vida por un hermano, es la acción más loable que un ser humano puede realizar. Le está regalando su propia vida, por proteger la de él. Humanamente los llamáis héroes, porque dieron su vida por alguien o por un ideal.
Imaginaos lo que sois ante los Ojos de Mí Padre cuando os dais por Nuestra Obra, por Nuestros intereses; cuando os dais por Mí, Su Hijo. Esto es algo que no alcanza a abarcar vuestra pequeña mente, pero os puedo asegurar que el regalo que recibe un mártir en el Reino de los Cielos, es de los más altos y deseados por todas las almas.
El valor del mártir no tiene parámetro. Primero, porque se vuelve otro Cristo Conmigo y con ello alivia a una gran multitud de almas de las penas del Purgatorio; alcanzando con éste hecho, una gran Gloria al regalarLe éstas almas a Mí Padre.
Y por otro lado, el mártir se vuelve ejemplo vivo desde antes de su martirio, de lo que debe ser la vida de un verdadero hijo de Dios; ayudando con ella a muchas almas a cambiar de vida y ayudándoles en su salvación.
Vosotros decís que la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra y éste vale para lo bueno y para lo malo. Y si vosotros habéis escogido el camino bueno, entonces os estáis entregando a vuestro Dios y Él no os puede olvidar.
Vosotros Mis pequeños, no deberéis estar preocupados si seréis perseguidos o asesinados en forma cruenta y eso os quite la paz. El santo y el mártir se hacen y crecen día a día, con las cruces de cada día.
Y con el crecimiento que se logra a través del ejemplo que dais a los demás, a través de la defensa que hacéis de Mis Palabras y Obras que os dí cuando viví sobre la Tierra.
También a través de la aceptación y ofrecimiento de los pequeños o grandes dolores y penas que permito tengáis en vuestra vida.
Así que no os preocupéis del futuro. Ved vuestro presente, cuidando que si lo que hacéis lo estas haciendo bien por Mí o reparad por lo que hacéis y que no ofrecéis. Porque no lo estáis ni uniendo ni ofreciendo a vuestro Jesús para presentarlo a Dios Padre.
Vuestra vida debe ser de Oración, Aceptación, Intercesión y sobre todo de Agradecimiento, por la multitud de Bendiciones y favores que recibís a diario y que en su gran mayoría, ni cuenta os dais de ellos.
El alma, al llegar al final del tiempo que se os prestó para servirNos, se va a dar perfecta cuenta de todo lo que recibió; de lo que sí fue aprovechado y agradecido y de lo que no fue tomado. Y lo que hasta fue maldecido o rechazado, al no haberlo querido aceptar.
Todo lo sabréis y algunos agradeceréis las oportunidades que se os dieron. Mientras que muchos otros, por vuestra distracción en las cosas de éste Mundo, os arrepentiréis por no haberlas tomado.
TODA acción vuestra recibe recompensa o recibe castigo. Por ello, os pido estéis muy atentos a lo que pensáis, hacéis o decís; porque todo está supervisado por el Divino Amor y por Su Santa Justicia.
Si el alma vive en el Amor, no deberá preocuparle Nuestra Santa Justicia. Pero aquél que viva en el error sabiéndolo, aceptándolo y atacando al Amor, sí deberá preocuparle su futuro eterno.
Mientras más os adentráis en Mí, es cuando más os dais cuenta de cómo vuestros hermanos alrededor vuestro, cercana o aún distantemente necesitan un cambio, necesitan ser evangelizados.
Cuando vosotros vivís en vosotros mismos, gozando vuestra propia vida, de vuestro crecimiento espiritual y no queréis daros cuenta de vuestro alrededor, vivís en forma muy egoísta…
Porque son tantos y tantos de vuestros hermanos alrededor del mundo que necesitan de Mí a través de vosotros, que si realmente Me amaráis y los amarais; haríais algo para que Mi Reino, Mi Palabra, Mi Conocimiento y Mi Amor, se difundieran entre todos vosotros.
No todos vosotros podréis ir a misionar a otros pueblos ó a otros países. Pero debéis ser como ésa piedrecilla que se lanza en el estanque, que va formando ondas a su alrededor.

Actor Eduardo Verastegui, star of the film “For Greater Glory” arrives for the film’s premiere in Beverly Hills, California May 31, 2012. The film is set during the 1920’s Cristero War in Mexico, an uprising and counter-revolution against the Mexican government set off by the persecution of Roman Catholics. REUTERS/Fred Prouser (UNITED STATES – Tags: ENTERTAINMENT)
Si vosotros realmente ya estáis transformados. Si vosotros realmente ya os habéis soltado totalmente a Mi Voluntad, muchas veces ni os daréis cuenta de lo que estáis haciendo con vuestros hermanos; porque con vuestro solo ejemplo, vuestras palabras correctas, vuestra educación Cristiana saldrá por vuestros poros y transformará a vuestros hermanos.
Mi Presencia en vosotros es lo que hace el cambio en muchas almas. Ahora, cuando tengáis que dar alguna palabra de aliento, de crecimiento, de amor, Yo debo estar Presente en todo ello para transformar las almas de vuestros hermanos.
Y si no es posible que vuestra presencia esté ante vuestros hermanos, vuestra oración, vuestro solo pensamiento, vuestra comprensión hacia ellos, hará el cambio.
Por eso, vuestra vida tiene que ser como la Mía: Oración en todo momento, día y noche. Yo os daré la forma en que no os separéis de Mí. Pero manteneos Mis pequeños, con ésa necesidad: sentir en vuestro interior lo que Yo sentía al estar entre vosotros. Veros pequeños, necesitados de una transformación.
Que ése deseo no tenga fin en vuestro corazón. Son tantas, tantas las almas necesitadas y tan pocos los que desean trabajar por ello. PedidMe a Mí vuestro Hermano y vuestro Dios, que os dé las capacidades para que podáis estar entre vuestros hermanos trasformándolos.
Ciertamente experimentaréis capacidades extraordinarias, milagrosas, si realmente estáis viviendo para Mí. Y así iréis de un lugar a otro, movidos por Mi Santo Espíritu para que podáis dar mucho fruto.
Todas ésas almas Me agradecerán su cambio a través de vosotros. DejadMe a Mí que Yo vuestro Dios, os transforme y os lleve a donde necesito que estéis, para la ayuda de vuestros hermanos.
Cuando Yo caminaba y predicaba sobre la Tierra, que Me di por vosotros los hombres para que conocierais a Mi Padre y Su Amor, el Amor en Nuestra Santísima Trinidad, os hablaba de las Revelaciones Divinas, pero también os preparaba para lo que pudiera venir.
Después de Mí ha habido muchas tribulaciones, persecuciones, destrucciones; pero estando Conmigo, pasáis SOBRE todo ello. En estos Últimos Tiempos, tendréis tribulaciones todavía más grandes, para que se dé la purificación de la Tierra.
Ciertamente los mares crecerán, los volcanes vomitarán su magma, los ríos se desbordarán, los vientos huracanados destruirán poblaciones, el hambre cundirá por la Tierra, el dolor y el llanto se oirán por todos lados; las pestes se darán, las enfermedades os envolverán. Todos pasaréis Tribulación y Dolor.
Mis pequeños, a pesar de que los Cielos aparezcan cerrados, ya no necesitaréis del Cielo que vuestros ojos ven, puesto que Mi Reino está en vuestro corazón. No busquéis a vuestro alrededor, si el tesoro grande lo tenéis en vuestro interior…
TODOS aquellos que Me tengan en su corazón, que vivan Mi Reino en su interior; las tribulaciones, pestes, dolores, hambres, persecuciones, no les dañarán. Porque tendrán una Fuerza Inmensa que les dará Mi Vivencia en su corazón.

En la Prueba hay que preguntarle al Señor: “En este caso QUÉ ES LO QUE QUIERES HACER TÚ Y QUÉ ES LO QUE QUIERES QUE HAGA YO…” y ¡OBEDECERLO!
Estando Conmigo Mis pequeños, tenéis Mis Potencias y las utilizaréis para el bien de vuestros hermanos, para vuestra propia protección, para la de los vuestros, para que la Tribulación no os haga sucumbir, que no os desesperéis.
Por eso todo esto os lo digo ahora, para que OS PREPARÉIS para que vosotros mismos vayáis probando las Mieles de Mi Gracia en vuestra vida, en la de vuestros hermanos.
Con todas las cosas que os he Revelado Mis pequeños, tantas promesas que tenéis de Mí, vuestro Dios y vuestra alma no se mueve a la conversión. ¿Qué esperáis pues entonces, Mis pequeños?
¿Qué esperáis para vuestro futuro inmediato? Estáis ya sufriendo la Gran Tribulación. Hermanos vuestros alrededor de la Tierra están padeciendo lo que os he profetizado, ¡Y APENAS ES EL INICIO!… Pues se padecerán todavía cosas aún mayores.
YA NO HAY TIEMPO, Mis pequeños. ENTRAD en vuestro interior y dejadMe a Mí, vuestro Dios Reinar y dejadMe mover vuestra vida para vuestro bien, para vuestro desarrollo espiritual.
DejadMe Mis pequeños obrar plenamente. Y veréis cómo estando Conmigo, todo cambia. Aún a pesar de que estéis junto a un hermano, al que le pueda estar sucediendo lo mismo; tendréis diferentes puntos de vista para realizar un mismo objetivo.
Vosotros actuaréis con Sabiduría y él se dejará llevar por su humanidad. Vuestro hermano se desesperará y vosotros mantendréis la Paz, si estáis Conmigo. Muchos serán los frutos…
Ayudaréis al desvalido espiritual en los tiempos de Prueba y la Paz os dejará a vosotros discernir perfectamente el qué hacer ó el qué no hacer; mientras que vuestros hermanos se dejarán llevar por la desesperación y podrán cometer graves errores para su vida futura.
Empezad por vuestro cambio interior dejándoMe Vivir a Mí, vuestro Dios en vuestro corazón y veréis cómo irá cambiando vuestra vida y la de los vuestros. Con todos aquellos con los que entréis en contacto, les ayudaréis… Y vosotros gozaréis porque les ayudasteis a vivir con Mi Vida en vosotros.
Mis pequeños, Yo os prometí que cuando dos o más estuvieres reunidos en Mi Nombre, Yo estaría entre vosotros. Soy Jesús, vuestro Dios. Y vengo cumpliendo Mi Promesa: Estoy EN vosotros, Estoy ENTRE vosotros y Estoy CON vosotros.
Sí, Mis pequeños. PEDID, pedid todo lo que podáis. Es vuestro corazón lleno de Amor, de Mi Amor, el que os hace pedir.
Hay tantos que viven en el Mundo que no saben pedirme, no saben acercarse a Mí con Confianza, con Fe; sabiendo que Yo Soy El Omnipotente, que puedo daros TODO y Yo os doy Vida. Y doy Vida a otros, por vuestras peticiones de Amor.
Tened siempre esa Confianza de saber que seréis escuchados. Especialmente cuando actuáis en el Amor, cuando actuáis para servir a vuestros hermanos.
Así le dije a Mis Apóstoles: “el que quiera ser el primero, que sea el último, porque el primero servirá a los demás”
Vosotros estáis en ésa posición, sirviendo. Sirviendo a vuestros hermanos. Vosotros sí podéis ver las necesidades de vuestros hermanos, porque tenéis corazón generoso. Y estáis viendo ya, los problemas que el Mundo tiene.
El Amor es el que os hace ver esas necesidades. El velo se os ha quitado de vuestros ojos. Estáis viendo las necesidades de vuestro Dios en el Mundo. Por eso Mis pequeños, os hemos dado todas éstas Bendiciones, para que podáis ayudar a vuestros hermanos.
Yo como Médico de Cuerpo y Almas, os doy también ésta Gracia de levantar a vuestros hermanos en cuerpo y alma. Aliviarlos en cuerpo y alma, porque ésa es vuestra Misión de Amor: Ayudar a levantar a vuestros hermanos a su Salvación Eterna. Y aliviarles sus sufrimientos con vuestras oraciones, con vuestra donación, con la Vida que Yo pondré en vosotros, para que la transmitáis.
Pedidme lo que queráis para vuestros hermanos y para vosotros mismos, siempre en ese crecimiento de Fe, en ese crecimiento de Amor, en ese crecimiento en las Virtudes como Mi Madre, La Siempre Virgen María, La Llena de Gracia, La Purísima y Santísima. A través de Ella, también conseguiréis todo de Mí.
Gracias Mis pequeños. Gracias y manteneos en Nuestra Familia. Familia que ve por sus hermanos en una forma desinteresada, honesta y amorosa. Os vuelvo a repetir esto nuevamente, esto que en múltiples profecías se os dieron desde antiguo y que ya os alcanzaron…
SÍ ¡Ya estáis viviendo ahora ésas profecías! Id a los Libros Sagrados, leed y ACTUAD lo ahí revelado y no temáis, DIOS ESTA CON VOSOTROS.
Hijitos y hermanos Míos, aprended y tratad de ser UNO Conmigo, como Nosotros somos UNO en Nuestra Santísima Trinidad.
Y al permitirNos vivir plenamente en vosotros: Eduquemos, Prediquemos, Demos buen ejemplo, Vivamos por la salvación de vuestros hermanos y Muramos por su salvación eterna.
Y así a vuestro regreso, sigamos unidos eternamente en un solo Amor.
Confiad en vuestro Dios. Confiad en Mí, que Yo vencí al Pecado, a la Muerte y al Maligno. Uníos a Mí y la Prueba será fácil de pasar; Yo os iré indicando qué hacer, si en Mí confiáis.
Yo os bendigo en el Santo Nombre de Mí Padre, en el de Mí Amor Redentor y en el del Amor de Vida de Mí Santo Espíritu.