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78.- LA COMUNION DE LOS SANTOS

El apostolado es una misión sublime, que no termina hasta que la muerte sella nuestros labios. El Don de la palabra concedido por el Espíritu Santo, sigue tocando almas y transformando corazones y vidas.

En la prisión, Regina continúa enseñando a los catecúmenos arrestados junto con ella.

Y su voz argentina resuena entre aquellos murallones:

La Comunión de los Santos es un Misterio de Fe. Y para comprenderlo es necesario tener una Fe Viva y operante.

Humildad, Esperanza y Amor, ya que por ser completamente sobrenatural.

Solo con el alma viva, es posible llevarlo a un plano real, concreto y práctico: porque es indispensable VIVIRLO.

¿Qué es la Comunión de los Santos?

Un cuerpo humano perfecto en su forma externa, tanto como en su estructura interna.

Sin la circulación de la sangre, no es más que un cadáver.

En el Cuerpo Místico de Cristo, la Comunión de los Santos es el prodigio circulatorio que lo mantiene con Vida.

Y surgió de la Inmolación de Jesús sobre la Cruz.

La Iglesia es la Familia de Dios y si en cualquier familia ordenada en el Amor, cada miembro que la constituye debe contribuir al bien común en un intercambio de bienes dados y recibidos en una comunión armoniosa.

En la Familia de los Hijos de Dios, esto debe darse en un grado infinitamente superior.

Esta Gran Familia de los Hijos de Dios está formada por los militantes de la Tierra, cuya cabeza visible es el Papa Benedicto XVI…

Y ahora el Papa FranciscoI.

Los purgantes en espera en el Purgatorio y los Bienaventurados en el Paraíso.

Es una realidad espiritual grandiosa, viva, verdadera y operante en el Cielo y en la Tierra.

Y para el que vive esta realidad maravillosa y se sabe miembro de la Familia Divina, le pasa lo mismo que a las familias de la Tierra, cuando algunos miembros se separan para ir a tierras lejanas.

Amamos a los que viajan a otros continentes y no por haberse ido, dejamos de sentirlos nuestros y queridos.

Y cuando la nostalgia nos invade, tomamos el teléfono y con solo oír su voz, consolamos nuestro dolor por su ausencia.

Si se nos comunica que le falta dinero o tiene alguna necesidad, inmediatamente usamos el medio a nuestro alcance para remediarla y buscamos de todas las formas posibles su bienestar y su felicidad, hasta que sea posible reunirnos de nuevo.

Si este familiar nuestro hubiese decidido tomar una excursión  a Tierra Santa y mientras él está allá, nos enteramos de que se desató una guerra entre Israel y Siria…

Al seguir angustiados todos los acontecimientos por la televisión. Y al recibir una llamada por su teléfono celular, nos enteramos de que el ser más querido para nosotros, fue tomado como rehén y verdaderamente la está pasando muy mal con los terroristas.

Si pudiésemos transmitir nuestros pensamientos y señalarle la vía de escape, proporcionándole también las armas y los recursos para lograrlo, ¿No lo haríamos?…

¡Claro que sí!

Pues esto es exactamente lo que hizo Jesús al señalarnos el Camino de la Salvación; proporcionándonos las armas y los recursos para volver a Dios.

Y el papel fundamental de la Comunión de los Santos para conseguirlo, Satanás lo conoce muy bien y por eso dio su golpe maestro al borrar de un plumazo, la invocación de este Dogma en la Oración del Credo.

Y lo ha sustituido con el fruto venenoso y mortífero del ESPIRITISMO.

Saciando de esta forma el hambre espiritual y el deseo de aliviar el Dolor por la pérdida de los seres queridos.

Sin el Don del Discernimiento, es muy fácil caer en la trampa satánica de la New Age y terminar guiados por ángeles malignos.

Con este engaño colosal; extraviando las almas, para arrancarlas de Dios y condenarlas eternamente con él en el Infierno.

Al ser un Misterio de Fe, cuando se deja de creer en él, lo desaparece y lo vuelve inofensivo.

Para aprovechar la Fuente de gracias, estupenda y maravillosa que hay en la Comunión de los Santos, tanto por su naturaleza como por los efectos que produce y utilizar los recursos espirituales y aún materiales.

Para no desperdiciar las oportunidades de hacer el bien, tanto personal como comunitario, fortaleciendo la Iglesia; debemos orar y pedirle a Jesús que nos guíe.

Para que fructifique este Tesoro de inmensa riqueza espiritual y que es una de las más sólidas columnas, para que la Iglesia prevalezca.

Porque sólo así los hijos de Dios de las tres Iglesias: Triunfante, Purgante y Militante, viven en una común voluntad de conocerse, amarse y ayudarse.

Podrán hacer más fuerte y compacta la solidez del Cuerpo Místico, especialmente en la batalla contra las Fuerzas del Infierno, que son como las olas de un mar en tempestad: no se desaniman nunca y van y vuelven como las olas que se estrellan contra el farallón.

¿CÓMO SE PUEDE VIVIR ESTE MISTERIO?

CONOCIÉNDOLO.

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ES LA FE, LA QUE VUELVE OPERANTE ESTE DOGMA.

La Comunión de los Santos es el Amor en Acción.

Dios ha dotado a su Gran Familia con riquezas de Potencia Insondables y fundamentadas en la Fuerza Invencible de un Amor Infinito y Eterno.

Los que han partido ya no pueden vivir por Fe. Ellos ven la realidad en toda su verdad y por eso la Fe del hombre es la que vuelve operante este Dogma.

Los esfuerzos que el hombre debe realizar para vivir esta sublime Verdad, son poner a trabajar todas las potencias del alma usando la inteligencia para buscar el origen y el conocimiento de lo que representa este magnífico Don del Amor del Padre, así como los efectos que produce en quién lo vive.

Creyendo firmemente y sin limitaciones.

Ejercitando la Caridad para que las obras logradas, rindan copiosos y abundantes frutos.

Ejercitando la Esperanza, que es como una luz que hace vislumbrar la vida futura y vuelve el amor más activo en beneficio de todos.

No basta el Don de la Vida, es necesario vivirla. Y esto se aplica a la vida física, intelectual o espiritual. ¿Para qué sirve una vida no vivida?

Los hermanos nuestros que ya han cumplido su peregrinación por la tierra en su existencia temporal, no están ajenos a nosotros y se encuentran más cercanos, que el que va de viaje a otra ciudad.

Solo un tenue velo es el que separa el mundo espiritual del material y es el que nos impide ver su proximidad.

Ellos no están inertes o pasivos en relación a nosotros.

Las almas de los vivientes con las de los ‘vivos’, en el Cielo y en la Tierra, están unidas por lazos incorpóreos…

Y podemos intercambiar palabras y caricias, para hacer menos triste nuestra existencia y más feliz nuestra Morada.

angel purgatorio almas

Esta comunión dichosa de los espíritus, junto con los Purgantes en el Purgatorio, de aquellos que por más que hayan cambiado de forma y de naturaleza, no han dejado de existir y aman como en vida no habrían podido amar, porque aman en Dios.

Viven en un estado de vida más perfecto, que el que vivimos en esta tierra. Y aman y toman parte en la medida de la perfección alcanzada, en todos los acontecimientos del Cuerpo Místico de Jesús.

Pero ellos están limitados por la voluntad del hombre. Al igual que Dios, no pueden sobrepasar la libertad y solamente cuando son invocados y solicitados por la Fe, pueden intervenir.

Ellos están atentos y miran todos los acontecimientos que se desarrollan en nuestra lucha contra el Maligno.

Son ayudas poderosísimas cuando las almas lo solicitan y a las que se unen con el amor de Fusión, en el río de Gracia que circula dando la Vida.

Ellas comunican todas las potencias de que disponen, haciendo más fecunda la obra de los corredentores.

LA IGLESIA TRIUNFANTE

La vida continúa después de la tumba y todos los que nos han precedido en la Fe, estando en el Purgatorio o en el Paraíso, nos continúan amando con un amor más puro, más ardiente, más perfecto.

Y los anima el deseo de ayudarnos a superar las duras pruebas de la vida, para que lleguemos como ellos que ya han llegado, a la meta que es el fin de la vid misma.

Ellos ya conocen porque los están viendo, los peligros que asechan a nuestras almas.

Pero la ayuda que pueden darnos está condicionada a la medida de nuestra Fe y nuestra libre voluntad, para acercarnos a ellos a través de la Oración.

El Paraíso es algo inefable; tan grandioso y maravilloso que no hay palabras humanas para poderlo explicar. Y la inteligencia humana es demasiado limitada, para poderlo comprender.

En el paraíso no hay posibilidad ni de crecimiento, ni de disminución de la felicidad particular; porque el gozo no consiste en una feliz pero inmóvil contemplación de Dios y de todas las bellezas del Universo que en Él se reflejan.

En el Paraíso no se está en una inmovilidad estancada que aun así sería maravillosa; sino la felicidad y el júbilo se renuevan en aquel instante sin pasado y sin futuro que se llama Eternidad y que es siempre infinitamente nuevo.

eternidad

En el Paraíso no se vive una vida de inercia; sino una vida intensamente activa y que tiene una plenitud total y absoluta. Es el Amor en acción y que tiende a comunicarse.

La más fértil imaginación no podrá concebir jamás, ni siquiera en modo aproximado, la realidad que se vive en el Paraíso.

Para los militantes en la tierra y especialmente cuando el sufrimiento se agudiza, parece como si el tiempo se hubiera detenido.

En el Paraíso, como se está fuera del Tiempo, se ve como éste transcurre velozmente, poniendo rápido fin a todas las cosas.

El invierno de la vida pasa pronto y las almas resucitadas ven llegar la primavera eterna cuando se convierten en flores, las espinas llevadas por amor a Él.

Si nosotros en la tierra pudiésemos ver las cosas como ellos las ven: con una claridad impresionante.

Ciertamente los ateos dejarían de existir y todos los hombres se crucificarían voluntariamente y de inmediato.

Pero entonces cesaría la Prueba de Fe, haciendo estériles todas nuestras acciones. 

david y goliath fe

Si los hombres están animados por una vivísima Fe, conscientes de los inagotables recursos de gracias, de ayudas y de dones que pueden obtener de este Tesoro inagotable de la Comunión de los Santos, verán multiplicado su poder sobre las fuerzas del Mal.

Desde nuestro nacimiento hasta el final de la jornada terrena, los santos nos dan la asistencia y la ayuda que Dios les permite.

Sería mucho más grande, si más intenso es nuestro deseo de recibirlas y más frecuentes las súplicas al solicitarlas.

La Bondad Divina permite estas colaboraciones recíprocas, para aumentar su gozo al vernos estrechar las relaciones, haciéndolas frecuentes y fecundas en el Bien; aumentando el amor, como sucede en una verdadera familia.

Ellos, para ayudarnos a superar y aliviar nuestras penas, pueden mucho. Pero pueden en la medida en que creemos y esperamos en su ayuda. Y más concretamente, en la medida que se lo solicitamos.

Porque esta Comunión entre nosotros viajantes y ellos bienaventurados, debe ser consciente y querida. Su amor está presto y dispuesto, para ayudarnos en lo que queremos.

LA IGLESIA PURGANTE.

Las benditas ánimas del Purgatorio, para sí mismas no pueden hacer nada, pero nosotros podemos hacer muchísimo.

Y la Obra más grande de Caridad, es aliviarles los tremendos sufrimientos que ellas soportan en la reparación de sus propios pecados y la regeneración espiritual que las volverá aptas, para gozar del Paraíso.

En los funerales se llora a las almas, con el llanto humano que es negación de Fe y Esperanza.

Y después de enterrados los muertos, los vivos fácilmente se olvidan de las almas y piensan solamente en la podredumbre y cenizas de los cuerpos.

¡Si los hombres supieran lo que significa el Purgatorio, todos amarían ardientemente el Sufrimiento y lo pedirían a Dios como el Don más bendito sobre la Tierra!

Nuestras posibilidades de hacer el bien a las almas del Purgatorio, constituyen una reserva potencial inagotable.

Todas nuestras actividades, hasta las más pequeñas e insignificantes, pueden ser elevadas del plano natural al sobrenatural, ofreciéndolas por ‘Amor al Señor y en sufragio por las almas del Purgatorio’

Y las misas escuchadas y ofrecidas por la misma razón, son ayudas valiosísimas.

Y SOLO NOSOTROS SE LAS PODEMOS DAR.

Nuestra contribución de sufragios cotidianos, se trasmutan en una lluvia de Gracias y estrecha las relaciones de amor, aumentando la unión entre nosotros y las almas del Purgatorio.

Cuando recurrimos a ellas las ponemos en condición de ayudarnos y con los enormes sufrimientos que ellas padecen y que solo pueden aplicar por nosotros, porque somos la única área en la que ellas pueden actuar.

El Amor Purgante es amor en acción en beneficio de las militantes.

Hay que invocarlas y tener confianza en ellas, pues su alegría está en responder a nuestras oraciones.

El Dogma de la Comunión de los Santos es una de las Obras Maestras de la Sabiduría y Potencia Divinas y hay que vivirlo para comprender realmente su maravillosa belleza y eficacia.

LA IGLESIA MILITANTE.

El hombre es obra de Dios y Dios sabe lo que necesita. Por eso dio el Primer Mandamiento que lo pone en el camino justo y en el puesto justo.

El hombre salido de las manos de Dios, recorre un circuito que debe regresarlo a Dios.

Esta es la lógica de la Fe y de la razón, las que le exigen hacer de Dios la finalidad suprema y primera de su existencia:

“Conocer, amar y servir a Dios en esta vida, para gozarlo después en el Paraíso.”

La vida terrenal y humana es un camino hacia la Eternidad y el Primer Mandamiento: “Yo Soy el Señor Dios Tuyo y no tendrás otro dios fuera de Mí”

Significa que el hombre libre e inteligente debe en la Tierra, colocarse en el plano justo frente a Él, si es que quiere encontrar en su peregrinaje terreno, un equilibrio entre las exigencias materiales y espirituales de su persona.

La necesidad de lo sobrenatural es tan fuerte en el hombre, que si le faltan estas realidades trascendentales, NO tiene felicidad ni paz.

Y el tormento se hace tan grande, que la necesidad de adorar, lo lleva con frecuencia a la desesperación.

Igualmente la necesidad de amar es tan fuerte e imperiosa, como su necesidad de respirar.

Jesús es el Amor Infinito, Eterno, Increado, que vino a la Tierra a reconciliar y a reunir de nuevo con Dios a la Humanidad; arrancándola del Odio.

El Amor por su naturaleza tiende a la unión, así como el Odio tiende a la desunión.

Cuando se vive ardientemente el Dogma de la Comunión de los Santos…

espiritismo-satanismo

LA COMUNION DE LOS SANTOS NO nos engaña como el espiritismo y podemos ver con los ojos espirituales a nuestros seres queridos…

La Bondad Divina concede el encontrarnos y comunicarnos para la Gloria de Dios.

Y hay una infusión de fuerzas sobrenaturales que hacen a los hombres capaces de comprender, actuar, arrepentirse y salvarse.

Los sufrimientos de las almas víctimas cierran este círculo vital de amor, que como una cadena de vida une la Tierra y el Cielo, pues purifican las almas para que puedan llover las Gracias Divinas y dar a los hermanos la salvación.

Para que en la aridez espiritual de un pecador, pueda florecer un nuevo espíritu hijo de Dios.

El Dolor no es un castigo cuando se sabe acoger y usar con justicia.

El Dolor es como un Sacerdocio abierto a todos, que es un gran mérito y tiene un gran poder sobre el Corazón de Dios.

Nacido con el Pecado sabe aplacar la Justicia, porque Dios sabe usar para el Bien, lo que el Odio ha creado para atormentar.

Jesucristo lo santificó y fue el medio que usó para anular la Culpa; porque no hay medio más grande que éste.

Por eso Dios nos llama a colaborar con el Sufrimiento y la Oración, para que la Iglesia NO sea destruida,

Como el Infierno y sus aliados lo quisieran.

000lucifer en el vaticano

Hay que confiar totalmente en Jesús, que nos guía y nos precede en el camino que nos indica.

Y hay que tener confianza también en los hermanos que ya han llegado a la Casa del Padre y desean ayudarnos a no desfallecer.

Hay que perseverar siempre sin ningún temor.

Aun cuando el llamado de Jesús fuese al Martirio Cruento en el choque frontal contra las Huestes del Infierno.

Hay que mirar a Jesús y seguir adelante en nuestro camino hasta el Gran Encuentro.

Entonces las espinas se convertirán en rosas maravillosas y desconocidas en la Tierra…

Mientras tanto, no hay que olvidar que estamos en la Línea de Fuego de la incesante lucha entre las Potencias de las Tinieblas y las Potencias de la Luz.

Y que las primeras no prevalecerán sobre las segundas.

Y para conservar el espíritu sereno y en paz, a pesar de que la batalla se vuelve más feroz y Satanás está al asecho, tratando de inculcar miedo, temores, dudas y desconfianza.

Pero no debemos olvidar que solo tiene al alcance nuestra materia y lo que se relaciona con ella.

angeles tierra

Al espíritu indomable no lo puede tocar, si mantenemos nuestra voluntad de pertenecer a Dios.

Debemos luchar sin desconfiar jamás.

Jesús está con nosotros y también los santos del Paraíso y del Purgatorio.

La Comunión de los Santos es auxilio y salvación para las almas de la Tierra.

Regina calla.

En el aire resuena vibrante, la enseñanza de ese día…

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA,CONÓCELA

78.- LA COMUNION DE LOS SANTOS

La Comunión de los Santos es un Misterio de Fe. Y para comprenderlo es necesario tener una Fe Viva y operante; Humildad, Esperanza y Amor; ya que por ser completamente sobrenatural; solo con el alma viva, es posible llevarlo a un plano real, concreto y práctico: porque es indispensable VIVIRLO.

¿Qué es la Comunión de los Santos?

Un cuerpo humano perfecto en su forma externa, tanto como en su estructura interna; sin la circulación de la sangre, no es más que un cadáver. En el Cuerpo Místico de Cristo, la Comunión de los Santos es el prodigio circulatorio que lo mantiene con Vida. Y surgió de la Inmolación de Jesús sobre la Cruz.

La Iglesia es la Familia de Dios y si en cualquier familia ordenada en el Amor, cada miembro que la constituye debe contribuir al bien común en un intercambio de bienes dados y recibidos en una comunión armoniosa. En la Familia de los Hijos de Dios, esto debe darse en un grado infinitamente superior.

Esta Gran Familia de los Hijos de Dios está formada por los militantes de la Tierra, cuya cabeza visible es el Papa Benedicto XVI,  los purgantes en espera en el Purgatorio y los Bienaventurados en el Paraíso.

Es una realidad espiritual grandiosa, viva, verdadera y operante en el Cielo y en la Tierra.

Y para el que vive esta realidad maravillosa y se sabe miembro de la Familia Divina, le pasa lo mismo que a las familias de la Tierra, cuando algunos miembros se separan para ir a tierras lejanas. Amamos a los que viajan a otros continentes y no por haberse ido, dejamos de sentirlos nuestros y queridos.

Y cuando la nostalgia nos invade, tomamos el teléfono y con solo oír su voz, consolamos nuestro dolor por su ausencia. Si se nos comunica que le falta dinero o tiene alguna necesidad, inmediatamente usamos el medio a nuestro alcance para remediarla y buscamos de todas las formas posibles su bienestar y su felicidad, hasta que sea posible reunirnos de nuevo.

Si este familiar nuestro hubiese decidido tomar una excursión  a Tierra Santa y mientras él está allá, nos enteramos de que se desató una guerra entre Israel y Siria; al seguir angustiados todos los acontecimientos por la televisión y al recibir una llamada por su video-teléfono-celular; nos enteramos de que el ser más querido para nosotros, fue tomado como rehén y verdaderamente la está pasando muy mal con los terroristas.

Si pudiésemos transmitir nuestros pensamientos y señalarle la vía de escape, proporcionándole también las armas y los recursos para lograrlo, ¿No lo haríamos?…

¡Claro que sí!

Pues esto es exactamente lo que hizo Jesús al señalarnos el Camino de la Salvación; proporcionándonos las armas y os recursos para volver a Dios. Y el papel fundamental de la Comunión de los Santos para conseguirlo. Satanás lo conoce muy bien y por eso dio su golpe maestro al borrar de un plumazo, la invocación de este Dogma en la Oración del Credo.

Y lo ha sustituido con el fruto venenoso y mortífero del ESPIRITISMO. Saciando de esta forma el hambre espiritual y el deseo de aliviar el Dolor por la pérdida de los seres queridos; con este engaño colosal; extraviando las almas, para arrancarlas de Dios y condenarlas eternamente con él en el Infierno.

Al ser un Misterio de Fe, cuando se deja de creer en él, lo desaparece y lo vuelve inofensivo.

Para aprovechar la Fuente de gracias, estupenda y maravillosa que hay en la Comunión de los Santos, tanto por su naturaleza como por los efectos que produce y utilizar los recursos espirituales y aún materiales.

Para no desperdiciar las oportunidades de hacer el bien, tanto personal como comunitario, fortaleciendo la Iglesia; debemos orar y pedirle a Jesús que nos guíe. Para que fructifique este Tesoro de inmensa riqueza espiritual y que es una de las más sólidas columnas, para que la Iglesia prevalezca.

Porque sólo así los hijos de Dios de las tres Iglesias: Triunfante, Purgante y Militante, viven en una común voluntad de conocerse, amarse y ayudarse; podrán hacer más fuerte y compacta la solidez del Cuerpo Místico, especialmente en la batalla contra las Fuerzas del Infierno, que son como las olas de un mar en tempestad: no se desaniman nunca y van y vuelven como las olas que se estrellan contra el farallón.

¿CÓMO SE PUEDE VIVIR ESTE MISTERIO?

CONOCIÉNDOLO.

ES LA FE, LA QUE VUELVE OPERANTE ESTE DOGMA.

La Comunión de los Santos es el Amor en Acción.

Dios ha dotado a su Gran Familia con riquezas de Potencia Insondables y fundamentadas en la Fuerza Invencible de un Amor Infinito y Eterno.

Los que han partido ya no pueden vivir por Fe. Ellos ven la realidad en toda su verdad y por eso la Fe del hombre es la que vuelve operante este Dogma.

Los esfuerzos que el hombre debe realizar para vivir esta sublime Verdad, son poner a trabajar todas las potencias del alma usando la inteligencia para buscar el origen y el conocimiento de lo que representa este magnífico Don del Amor del Padre, así como los efectos que produce en quién lo vive.

Creyendo firmemente y sin limitaciones. Ejercitando la Caridad para que las obras logradas, rindan copiosos y abundantes frutos. Ejercitando la Esperanza, que es como una luz que hace vislumbrar la vida futura y vuelve el amor más activo en beneficio de todos.

No basta el Don de la Vida; es necesario vivirla. Y esto se aplica a la vida física, intelectual o espiritual. ¿Para qué sirve una vida no vivida?

Los hermanos nuestros que ya han cumplido su peregrinación por la tierra en su existencia temporal, no están ajenos a nosotros y se encuentran más cercanos, que el que va de viaje a otra ciudad. Solo un tenue velo es el que separa el mundo espiritual del material y es el que nos impide ver su proximidad. Ellos no están inertes o pasivos en relación a nosotros.

Las almas de los vivientes con las de los ‘vivos’, en el Cielo y en la Tierra, están unidas por lazos incorpóreos y podemos intercambiar palabras y caricias, para hacer menos triste nuestra existencia y más feliz nuestra Morada.

(San José en Jacarei)

Esta comunión dichosa de los espíritus, junto con los Purgantes en el Purgatorio, de aquellos que por más que hayan cambiado de forma y de naturaleza, no han dejado de existir y aman como en vida no habrían podido amar, porque aman en Dios. Viven en un estado de vida más perfecto, que el que vivimos en esta tierra. Y aman y toman parte en la medida de la perfección alcanzada, en todos los acontecimientos del Cuerpo Místico de Jesús.

Pero ellos están limitados por la voluntad del hombre. Al igual que Dios, no pueden sobrepasar la libertad y solamente cuando son invocados y solicitados por la Fe, pueden intervenir. Ellos están atentos y miran todos los acontecimientos que se desarrollan en nuestra lucha contra el Maligno.

Son ayudas poderosísimas cuando las almas lo solicitan y a las que se unen con el amor de Fusión, en el río de Gracia que circula dando la Vida. Ellas comunican todas las potencias de que disponen, haciendo más fecunda la obra de los corredentores.

LA IGLESIA TRIUNFANTE.

La vida continúa después de la tumba y todos los que nos han precedido en la Fe, estando en el Purgatorio o en el Paraíso, nos continúan amando con un amor más puro, más ardiente, más perfecto. Y los anima el deseo de ayudarnos a superar las duras pruebas de la vida, para que lleguemos, como ellos que ya han llegado, a la meta que es el fin de la vid misma.

Ellos ya conocen porque los están viendo, los peligros que asechan a nuestras almas. Pero la ayuda que pueden darnos está condicionada a la medida de nuestra Fe y nuestra libre voluntad, para acercarnos a ellos a través de la Oración.

El Paraíso es algo inefable; tan grandioso y maravilloso que no hay palabras humanas para poderlo explicar. Y la inteligencia humana es demasiado limitada, para poderlo comprender. En el paraíso no hay posibilidad ni de crecimiento, ni de disminución de la felicidad particular; porque el gozo no consiste en una feliz pero inmóvil contemplación de Dios y de todas las bellezas del Universo que en Él se reflejan.

En el Paraíso no se está en una inmovilidad estancada que aun así sería maravillosa; sino la felicidad y el júbilo se renuevan en aquel instante sin pasado y sin futuro que se llama Eternidad y que es siempre infinitamente nuevo. En el Paraíso no se vive una vida de inercia; sino una vida intensamente activa y que tiene una plenitud total y absoluta. Es el Amor en acción y que tiende a comunicarse.

La más fértil imaginación no podrá concebir jamás, ni siquiera en modo aproximado, la realidad que se vive en el Paraíso.

Para los militantes en la tierra y especialmente cuando el sufrimiento se agudiza, parece como si el tiempo se hubiera detenido. En el Paraíso, como se está fuera del Tiempo, se ve como éste transcurre velozmente, poniendo rápido fin a todas las cosas.

El invierno de la vida pasa pronto y las almas resucitadas ven llegar la primavera eterna cuando se convierten en flores, las espinas llevadas por amor a Él.

Si nosotros en la tierra pudiésemos ver las cosas como ellos las ven: con una claridad impresionante; ciertamente los ateos dejarían de existir y todos los hombres se crucificarían voluntariamente y de inmediato. Pero entonces cesaría la Prueba de Fe, haciendo estériles todas nuestras acciones.

Si los hombres están animados por una vivísima Fe, conscientes de los inagotables recursos de gracias, de ayudas y de dones que pueden obtener de este Tesoro inagotable de la Comunión de los Santos, verán multiplicado su poder sobre las fuerzas del Mal.

Desde nuestro nacimiento hasta el final de la jornada terrena, los santos nos dan la asistencia y la ayuda que Dios les permite. Sería mucho más grande, si más intenso es nuestro deseo de recibirlas y más frecuentes las súplicas al solicitarlas.

La Bondad Divina permite estas colaboraciones recíprocas, para aumentar su gozo al vernos estrechar las relaciones, haciéndolas frecuentes y fecundas en el Bien; aumentando el amor, como sucede en una verdadera familia.

Ellos, para ayudarnos a superar y aliviar nuestras penas, pueden mucho. Pero pueden en la medida en que creemos y esperamos en su ayuda. Y más concretamente, en la medida que se lo solicitamos.

Porque esta Comunión entre nosotros viajantes y ellos bienaventurados, debe ser consciente y querida. Su amor está presto y dispuesto, para ayudarnos en lo que queremos.

LA IGLESIA PURGANTE.

Las benditas ánimas del Purgatorio, para sí mismas no pueden hacer nada, pero nosotros podemos hacer muchísimo. Y la Obra más grande de Caridad, es aliviarles los tremendos sufrimientos que ellas soportan en la reparación de sus propios pecados y la regeneración espiritual que las volverá aptas, para gozar del Paraíso.

En los funerales se llora a las almas, con el llanto humano que es negación de Fe y Esperanza.

Y después de enterrados los muertos, los vivos fácilmente se olvidan de las almas y piensan solamente en la podredumbre y cenizas de los cuerpos. ¡Si los hombres supieran lo que significa el Purgatorio, todos amarían ardientemente el Sufrimiento y lo pedirían a Dios como el Don más bendito sobre la Tierra!

Nuestras posibilidades de hacer el bien a las almas del Purgatorio, constituyen una reserva potencial inagotable. Todas nuestras actividades, hasta las más pequeñas e insignificantes, pueden ser elevadas del plano natural al sobrenatural, ofreciéndolas por ‘Amor al Señor y en sufragio por las almas del Purgatorio’ Y las misas escuchadas y ofrecidas por la misma razón, son ayudas valiosísimas. Y SOLO NOSOTROS SE LAS PODEMOS DAR.

Nuestra contribución de sufragios cotidianos, se trasmutan en una lluvia de Gracias y estrecha las relaciones de amor, aumentando la unión entre nosotros y las almas del Purgatorio.

Cuando recurrimos a ellas las ponemos en condición de ayudarnos y con los enormes sufrimientos que ellas padecen y que solo pueden aplicar por nosotros, porque somos la única área en la que ellas pueden actuar.

El Amor Purgante es amor en acción en beneficio de las militantes. Hay que invocarlas y tener confianza en ellas, pues su alegría está en responder a nuestras oraciones.

El Dogma de la Comunión de los Santos es una de las Obras Maestras de la Sabiduría y Potencia Divinas y hay que vivirlo para comprender realmente su maravillosa belleza y eficacia.

LA IGLESIA MILITANTE.

El hombre es obra de Dios y Dios sabe lo que necesita. Por eso dio el Primer Mandamiento que lo pone en el camino justo y en el puesto justo. El hombre salido de las manos de Dios, recorre un circuito que debe regresarlo a Dios. Esta es la lógica de la Fe y de la razón; las que le exigen hacer de Dios la finalidad suprema y primera de su existencia: “Conocer, amar y servir a Dios en esta vida, para gozarlo después en el Paraíso.”

La vida terrenal y humana es un camino hacia la Eternidad y el Primer Mandamiento: “Yo Soy el Señor Dios Tuyo y no tendrás otro dios fuera de Mí” Significa que el hombre libre e inteligente debe en la Tierra; colocarse en el plano justo frente a Él, si es que quiere encontrar e su peregrinaje terreno, un equilibrio entre las exigencias materiales y espirituales de su persona.

La necesidad de lo sobrenatural es tan fuerte en el hombre que si le faltan estas realidades trascendentales, no tiene felicidad ni paz. Y el tormento se hace tan grande, que la necesidad de adorar, lo lleva con frecuencia a la desesperación. Igualmente la necesidad de amar es tan fuerte e imperiosa, como su necesidad de respirar.

Jesús es el Amor Infinito, Eterno, Increado, que vino a la Tierra a reconciliar y a reunir de nuevo con Dios a la Humanidad; arrancándola del Odio.

El Amor por su naturaleza tiende a la unión, así como el Odio tiende a la desunión. Cuando se vive ardientemente el Dogma de la Comunión de los Santos, la Bondad Divina concede el encontrarnos y comunicarnos para la Gloria de Dios.

Y hay una infusión de fuerzas sobrenaturales que hacen a los hombres capaces de comprender, actuar, arrepentirse y salvarse. Los sufrimientos de las almas víctimas cierran este círculo vital de amor, que como una cadena de vida une la Tierra y el Cielo, pues purifican las almas para que puedan llover las Gracias Divinas y dar a los hermanos la salvación; para que en la aridez espiritual de un pecador, pueda florecer un nuevo espíritu hijo de Dios.

El Dolor no es un castigo cuando se sabe acoger y usar con justicia. El Dolor es como un Sacerdocio abierto a todos, que es un gran mérito y tiene un gran poder sobre el Corazón de Dios. Nacido con el Pecado sabe aplacar la Justicia, porque Dios sabe usar para el Bien, lo que el Odio ha creado para atormentar. Jesucristo lo santificó y fue el medio que usó para anular la Culpa; porque no hay medio más grande que éste.

Por eso Dios nos llama a colaborar con el Sufrimiento y la Oración; para que la Iglesia no sea destruida, como el Infierno y sus aliados lo quisieran.

Hay que confiar totalmente en Jesús, que nos guía y nos precede en el camino que nos indica. Y hay que tener confianza también en los hermanos que ya han llegado a la Casa del Padre y desean ayudarnos a no desfallecer.

Hay que perseverar siempre sin ningún temor; aun cuando el llamado de Jesús fuese al Martirio Cruento en el choque frontal contra las Huestes del Infierno.

Hay que mirar a Jesús y seguir adelante en nuestro camino hasta el Gran Encuentro. Entonces las espinas se convertirán en rosas maravillosas y desconocidas en la Tierra…

Mientras tanto no hay que olvidar que estamos en la Línea de Fuego de la incesante lucha entre las Potencias de las Tinieblas y las Potencias de la Luz. Y que las primeras no prevalecerán sobre las segundas.

Y para conservar el espíritu sereno y en paz, a pesar de que la batalla se vuelve más feroz y Satanás está al asecho, tratando de inculcar miedo, temores, dudas y desconfianza. Pero no debemos olvidar que solo tiene al alcance nuestra materia y lo que se relaciona con ella.

Al espíritu indomable no lo puede tocar, si mantenemos nuestra voluntad de pertenecer a Dios.

Debemos luchar sin desconfiar jamás. Jesús está con nosotros y también los santos del Paraíso y del Purgatorio.

La Comunión de los Santos es auxilio y salvación para las almas de la Tierra.

Pedro calla. En el aire resuena vibrante, la enseñanza de ese día…

HERMANO EN CRISTO JESUS:

ANTES DE HABLAR MAL DE LA IGLESIA CATOLICA, – CONOCELA